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Seguir la menor o mayor autonomía de la autoridad monetaria a lo largo de su historia ayuda a entender los retos que el banco central ha tenido que enfrentar, y aún más los desafíos que encararon quienes elaboraron las reformas de 1991, lo cual es expuesto con fascinante detalle en esta obra. Asimismo, se muestra el peso que ha tenido el Banco de la República en la vida cultural de Colombia, el cual quizá no tiene equivalente en el mundo. José Darío Uribe Escobar (Fragmento del prólogo) Historia del Banco de la República, 1923-2015 H is to ri a de l B an co d e la R ep úb lic a, 19 23 -2 01 5 J os é D ar ío U ri be E sc ob ar (e di to r) José Darío Uribe Escobar (editor) Historia del Banco de la República, 1923-2015 José Darío Uribe Escobar (Editor) José Darío Uribe Escobar (Editor) Historia del Banco de la República, 1923-2015 Historia del Banco de la República, 1923-2015 / Miguel Urrutia Montoya, Roberto Junguito, Gerardo Hernández, David Pérez-Reyna, Norberto Rodríguez N., Marcela Ocampo Duque, Rudolf Hommes, José Elías Melo A., Camila Gamba Tiusabá, José Eduardo Gómez González, Enrique López Enciso, Hernando Vargas Herrera, Adolfo Meisel Roca, Juliana Jaramillo Echeverri, Javier G. Gómez Pineda, Antonio Hernández Gamarra, Alberto Boada Ortiz, Carolina Gómez Restrepo ; prólogo José Darío Uribe Escobar. -- Bogotá : Banco de la República, 2017. 660 páginas ; 23 cm. ISBN 978-958-664-366-5 1. Banco de la República (Bogotá) - Historia - 1923-2015 2. Bancos de emisión - Histo- ria - Colombia - 1923-2015 3. Sistema financiero - Historia - Colombia 1923-2015 I. Urrutia Montoya, Miguel, 1939- , autor II. Junguito Bonnet, Roberto, autor III. Hernández, Gerardo, autor IV. Perez-Reyna, David, autor V. Rodríguez N., Norberto, autor VI. Ocampo Duque, Marcela, autora VII. Hommes, Rudolf, 1944- , autor VIII. Melo Acosta, José Elías, autor IX. Gamba Tiusabá, Camila, autora X. Gómez González, José Eduardo, autor XI. López Enciso, Enrique, 1955- , autor XII. Vargas Herrera, Hernando, autor XIII. Meisel Roca, Adolfo, 1954- , autor XIV. Jaramillo Echeverri, Juliana, autora XV. Gómez Pineda, Javier Guillermo, autor XVI. Hernández Gamarra, Antonio, autor XVII. Boada Ortiz, Alberto, autor XVIII. Gómez Restrepo, Carolina, autora XIX. Uribe Escobar, José Darío, 1958- , prolo- guista XX. Tít. 332.1109861 cd 21 ed. A1583558 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango Octubre de 2017 ISBN 978-958-664-366-5 Carátula: Diseño cubierta María Fernanda Latorre Ortiz Sección de Gestión de Publicaciones Banco de la República Corrección de estilo Asesores Culturales S. A. S. Armada electrónica y finalización de arte Asesores Culturales S. A. S. Impresión La Imprenta Editores S. A. Las opiniones expresadas no comprometen al Banco de la República ni a su Junta Directiva. CONTENIDO ix Prólogo José Darío Uribe Escobar 1 Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 Adolfo Meisel Roca 25 La danza de los millones, 1923-1931 Fabio Sánchez Torres Juan Guillermo Bedoya Ospina 85 Las políticas del Banco de la República durante un auge entre dos crisis, 1930-1951 Adolfo Meisel Roca Juliana Jaramillo Echeverri 121 El Banco de la República durante 1951-1963: la estabilidad macroeconómica en la balanza Javier G. Gómez Pineda 185 La Junta Monetaria y el Banco de la República Antonio Hernández Gamarra Juliana Jaramillo Echeverri 275 Autonomía del Banco de la República en la Constitución de 1991 y en la Ley 31 de 1992 Alberto Boada Ortiz Carolina Gómez Restrepo Marcela Ocampo Duque 353 El debate sobre la Banca Central en la Constituyente de 1991 Rudolf Hommes R. José Elías Melo A. 385 La jurisprudencia de la Corte Constitucional y la autonomía del Banco de la República Gerardo Hernández Correa 411 La política monetaria durante los primeros años del Banco Central Independiente: 1992-1998 Camila Gamba Tiusabá José E. Gómez González 437 Historia del Banco de la República. Crisis de 1999 David Perez-Reyna 465 La estrategia de inflación objetivo en Colombia Enrique López E. Hernando Vargas H. Norberto Rodríguez N. 541 La cultura en el Banco de la República Miguel Urrutia 561 El Fondo Monetario Internacional y el Banco de la República Roberto Junguito 639 Acerca de los autores PRÓLOGO José Darío Uribe Escobar* * Presidente Ejecutivo del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Para contar la historia de la banca central de un país se pueden elegir varios caminos. Es posible adoptar un enfoque de carácter biográfico, siguiendo sucesi- vamente las trayectorias vitales y laborales de los personajes más influyentes en el desarrollo cronológico y administrativo de la entidad; otro método común es hacer un seguimiento de las normas y regulaciones internas y externas que marcaron hitos en la actividad del banco central; también es posible concen- trarse en las ideas y doctrinas económicas imperantes a lo largo de la historia de la institución y analizar cómo se reflejaron en el diseño de las políticas y las actuaciones de las autoridades. En el caso de la historia del Banco de la República que ahora presentamos se ha adoptado un enfoque ecléctico, con plena conciencia de que el lector encontrará como producto final un texto heterogéneo. Hemos querido que en este trabajo participara un conjunto muy destacado de economistas e historia- dores colombianos, todos con vínculos académicos, personales o profesionales con el Banco, y un rango muy amplio de experiencias, enfoques e intereses. Algunos de los escritores invitados se han ocupado, de tiempo atrás, en la historia económica con un enfoque clásico de ciencia social; otros se han centrado principalmente en los estudios teóricos y econométricos, de manera que su aproximación a esta historia es quizá más descriptiva y puntual. Por otro lado, todos los artículos fueron presentados y comentados en dos seminarios especialmente preparados para pulir y complementar los estudios individuales, y el grupo de comentaristas escogido agregó aún más diver- sidad a las visiones de los trabajos. Estamos muy orgullosos y satisfechos de la calidad de las investigaciones y los análisis que se compendian en este volumen; el altísimo nivel intelectual y profesional de los autores, unido al hecho de que muchos de ellos tuvieron algún grado de participación (en algunos casos principal) en los eventos examinados, nos llevan a creer que ofrecemos a los lectores especializados y curiosos un material de gran valor para sus estudios. Esta será la segunda ocasión en la historia ya casi centenaria del Banco en que un grupo de expertos examina la vida institucional y el entorno econó- mico de la política monetaria, cambiaria y crediticia. La primera publica- ción al respecto fue El Banco de la República: antecedentes, evolución y estructura, en 1990. Ese volumen, que sigue siendo muy útil, se centró en los XI Historia del Banco de la República, 1923-2015 XII aspectos legales e institucionales de la banca central colombiana y se terminó en un momento en que nuestras instituciones económicas y políticas estaban a punto de vivir la mayor transformación de ese siglo, como resultado de la Constitución Política de 1991. De modo que esta nueva historia del Banco va mucho más lejos que ese primer trabajo, no solo en cuanto a lo cronológico, como es obvio, sino por el hecho de que amplía el enfoque de ese primer análisis para examinar con más detalle el fondo teórico e ideológico del actuar de la autoridad monetaria en cada etapa del Banco, describiendo de manera breve pero muy completa las fuerzas económicas más determinantes en cada uno de los períodos impor- tantes. El propósito es contextualizar las decisiones de políticas a cargo del Bancode la República con los principios teóricos que las respaldaban en cada etapa y con las restricciones efectivas que desde el punto de vista político e institucional condicionaban la toma de esas decisiones. En conjunto, creemos que esta particular alineación de autores produjo un libro que tendrá atractivo para muchos lectores: aquellos interesados en un período específico tienen a su disposición capítulos muy completos centrados en momentos críticos de la economía colombiana en el siglo XX y en lo corrido del presente, mientras que para otros resultarán en particular importantes los que se dedican a temas especializados, como es el caso de los aportes del Banco a la cultura colombiana o las relaciones del organismo y del país con el Fondo Monetario Internacional. Dado que los autores trabajaron documentos independientes, es posible que el estudio de algunos eventos puntuales se deba complementar más allá de este libro, que no busca abarcar por completo los acontecimientos ni todas las visiones, sino la que cada autor consideró importante resaltar; por ejemplo, la crisis comercial de los años cincuenta, la financiera de los ochenta, o las causas de la crisis de vivienda en los años noventa, requieren complementos externos. Otro caso que se puede mencionar es el análisis de la crisis de fin de siglo; los trabajos que aquí la mencionan tienden a centrarse en lo ocurrido en 1999, con lo cual se diluye la idea que expuso en su momento el Banco de la República, según la cual la crisis se fue formando desde mediados de la década y se agravó al final de los noventa por choques externos agudos. Como es de esperar, una historia del Banco de la República escrita en la época actual se interesa sobre todo por examinar la autonomía de la banca central en nuestro país. No solo en el capítulo con dedicación específica a este tema, sino a lo largo de la obra, se analizan con cierto detalle los arre- glos institucionales y prácticos que permitían aislar a las políticas monetaria, cambiaria y crediticia de las presiones del Gobierno, de los sectores produc- Prólogo XIII tivos y del sistema financiero. Los capítulos que comentan la reforma de 1951 (Decreto Ley 756) destacan un hecho que no siempre se recuerda: el ejercicio de las nuevas facultades asignadas al Banco requería el voto favorable del ministro de Hacienda; la inclusión de esta disposición en aquel decreto fue un logro de quien por entonces ocupaba ese despacho. El hecho es que se otorgó en la práctica un poder de veto al ministro, al darle un enorme peso al Gobierno nacional en las decisiones del Banco, aun en una época sobre la cual siempre se ha destacado, ante todo, la participación del sector privado en la determinación de políticas económicas generales. Este hilo conductor del texto, siguiendo la mayor o menor autonomía de la autoridad monetaria, ayuda muy bien a entender los retos que enfrentaban las reformas de 1991 y los motivos de su éxito, así como el gran quiebre que representó el establecimiento de una Junta Directiva en la que el ministro de Hacienda tiene uno de siete votos. También es útil para comprender mejor la gradualidad del proceso de desmonte de mecanismos como la banda cambiaria, y para precisar los fundamentos y requisitos de la política de infla- ción objetivo que siguió con éxito el Banco en la pasada década, la cual no hubiera sido viable en un esquema diferente del que rige actualmente en la entidad. El uso del mecanismo de redescuento es otro importante hilo conductor de la narrativa de esta historia. Su empleo como instrumento estabilizador o de apoyo al sector financiero en las crisis de la primera mitad del siglo se registra en varios de los capítulos que tocan esos años, pero es desde las medidas que desarrollaron la reforma de 1951 y continuaron después de 1963, que este mecanismo se convirtió en el determinante principal de la expansión del crédito en Colombia (tanto al sector público como al privado, según el período). En cualquier caso, conviene tener una apropiada perspectiva para desechar la idea de que la tarea de fomento encomendada al Banco desplazó de manera tajante el manejo ortodoxo del Banco, sin menospreciar la importancia que esta actividad tuvo desde su fundación hasta 1991. En este sentido resulta interesante registrar en un par de capítulos del libro que, en varias ocasiones, cuando organismos multilaterales valoraron la actividad del banco central colombiano, fueron relativamente indulgentes con resultados desfavorables observados en el control de la inflación, al aceptar implícita o explícitamente la actividad de crédito de fomento dentro de las funciones. Lo anterior conduce a considerar otro elemento llamativo de la historia del Banco de la República que aparece en varias secciones del libro: el de las diversas responsabilidades que con el paso del tiempo y motivaciones y justi- Historia del Banco de la República, 1923-2015 XIV ficaciones muy diversas, se fueron encomendando a la administración de la entidad. Entre ellas se destaca, por su duración e implicaciones inesperadas, el manejo de las salinas de Zipaquirá. El caso de la actividad cultural del Banco, que forma parte de esas tareas colaterales a las específicas de la banca central, merece un capítulo aparte. El autor de esta sección señala que siempre ha sido institucionalmente muy importante y constituye un rasgo distintivo del caso colombiano, pues aunque son numerosos los bancos centrales que han creado colecciones de arte, arqueología o numismáticas, por citar solo unos ejemplos, el peso del Banco de la República en la vida cultural de Colombia quizá no tiene equivalentes en el mundo. Por lo demás, en el último cuarto de siglo esta labor ha adquirido connotaciones estratégicas e institucionales que no tenía en el pasado y que conviene comprender y divulgar mejor. Quizá este es el punto apropiado para preguntarse qué determina el interés del Banco por registrar nuevamente su propia historia, entre otras cosas, para descartar motivaciones narcisistas o de autoelogio. Una posible respuesta es que ese interés por la historia está de alguna manera relacionado con el impulso hacia la transparencia, que es un compromiso ineludible de la banca central independiente. Creemos que para el Banco de la República es impor- tante dejar constancia de la propia historia porque sus autoridades encon- tramos que el examen objetivo de los contextos y opciones que en cada etapa condicionaron las actuaciones de las autoridades económicas forma parte de las obligaciones de un Estado que sabe que los debates alrededor de las grandes decisiones nacionales inevitablemente tienden a hacerse más amplios y participativos, y se preocupa por elevar la calidad de estos. Al mismo tiempo, para el Banco es claro que sus rendiciones de cuentas y la publicación periódica de minutas y estudios (con conciencia de que algunos de esos documentos tienen implicaciones delicadas), además de ser un factor indispensable para reafirmar la legitimidad de las autoridades económicas, deja rastros que apreciarán, ojalá, historiadores y analistas que no llegaremos a conocer. Para terminar, quisiéramos hacer un reconocimiento particular de la dedi- cación y el esfuerzo de autores, comentaristas, moderadores1 y recopiladores 1 María Inés Agudelo, Andrés Álvarez, Carlos Brando, Sergio Clavijo, Patricia Correa, Juan José Echavarría, Hernando José Gómez, Beatriz González, Gerardo Hernández, Marc Hofstetter, Jorge Enrique Ibáñez, Munir Jalil, Jonathan Malagón, Carlos Marichal, Pablo Martín-Aceña, Néstor Humberto Martínez, Juan Luis Mejía, Armando Montenegro, Hugo Palacios Mejía, Guillermo Perry, María Teresa Ramírez, Natalia Salazar, Jorge Hernán Toro, Hernando Vargas, Juan Pablo Zárate. Prólogo XV en todas las etapas del desarrollo de esta publicación. Creemos que todos ellos compartirán nuestra satisfacción de poner al alcance de los estudiosos colom- bianos y extranjerosun material tan rico y detallado sobre los desafíos que ha enfrentado el Banco de la República desde su creación y sobre las actuaciones que han hecho de la nuestra una entidad justamente apreciada y respetada en el contexto nacional e internacional. ANTECEDENTES DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, 1904-1922 Adolfo Meisel Roca El autor agradece los comentarios de Carlos Marichal, Andrés Álvarez, María Modesta Aguilera, Jaime Bonet y Javier Pérez. También se agradece la colaboración de Juliana Jaramillo y Felipe Espitia. 3 A comienzos del siglo XX la economía colombiana se encontraba afec- tada de manera negativa por las consecuencias sobre el aparato productivo de una larga guerra civil que se desarrolló entre 1899 y 1902 y que dejó, además, su moneda completamente depreciada debido a una inflación que había llegado a más del 300% anual. En 1903, en medio de esa difícil situa- ción, Colombia perdió al departamento de Panamá, que se independizó con la ayuda de los Estados Unidos. Sus regiones se encontraban desarticuladas entre sí debido a su difícil geografía y al atraso en la construcción de una red de ferrocarriles y carreteras. En 1913 en América Latina los kilómetros de ferrocarriles per cápita que tenía Colombia solo superaban a los de Haití. En exportaciones per cápita solo estaba ligeramente por encima de Haití y Honduras, y se ubicaba así en los últimos lugares de toda la región. A pesar de este panorama desolador, entre 1904 y 1922 Colombia logró estabilizar su economía y tener un sólido crecimiento exportador sobre la base del café. Esto le permitió, a comienzos de la década de 1920, emprender reformas económicas para atraer préstamos del exterior, mejorar su infraes- tructura de transporte y ubicarse en los primeros lugares en cuanto a creci- miento entre las principales economías de América Latina. Este capítulo estudia los antecedentes de la creación del Banco de la República, en seis secciones. La primera analiza el proceso de estabili- zación monetaria de 1903 a 1904. La segunda, describe el contexto interna- cional, en particular el desempeño económico global en el período 1905-1922. La tercera, revisa la evolución monetaria y bancaria de la época, y comenta algunos indicadores, como la tasa de cambio y la inflación, así como la situación de la banca comercial. En la cuarta sección se hace un balance de los numerosos proyectos de banca de emisión, múltiple o única, que se llevaron al Congreso entre 1904 y 1922. La quinta sección está dedicada a discutir las razones por las cuales se contrataron los servicios del experto financiero Edwin W. Kemmerer en 1922. En la última, se presentan las conclusiones. Historia del Banco de la República, 1923-2015 4 1. La estabiLización monetaria de 1903 a 1904 En su Memoria del Ministro del Tesoro de 1904, Carlos Arturo Torres (1904: IV) señaló con precisión la complejidad de la situación monetaria que el país enfrentaba en esos primeros años del siglo: Cuando terminada la guerra y restablecido el orden público, se puso fin, por ministerio de la ley, al recurso insensato de las emisiones indefi- nidas de moneda de papel, quedó en las arcas públicas un depósito de varios millones, cerca de setenta, según creo, con que atender a los gastos nacionales mientras que el gradual regreso a la normalidad permitía la reorganización de las rentas públicas, descuidadas y casi perdidas, como era natural, por una larga guerra [...] Se refería Torres a las consecuencias de la guerra de los Mil Días, 1899- 1902, que enfrentó a los liberales con el gobierno conservador en la más sangrienta de las contiendas civiles que ha tenido el país y que dejó miles de muertos, con gran destrucción de la riqueza material, lo que llevó a la infla- ción más alta en la historia nacional. Para Colombia el siglo XIX fue un tránsito penoso hacia la inserción en la economía mundial, y así poder sumarse a las naciones del mundo que lograron hacer crecer su ingreso per cápita por medio de la industrialización (en el centro) o las exportaciones de materias primas (en la periferia). Como resultado de su abrupta topografía, el atraso en el sistema de comunicaciones y la lotería de los productos, el país no logró establecer un sector exportador dinámico en el siglo XIX. Por esa razón, el producto interno bruto (PIB) per cápita permaneció casi estático en ese siglo. Salomón Kalmanovitz (2015: 75) ha calculado que el PIB per cápita aumentó entre 1800 y 1905 a una tasa promedio anual de solo 0,1%. Ese pobre desempeño económico hizo que la aparición de los bancos comerciales y la circulación de billetes solo empezara a partir de 1870, cuando ya ambas instituciones estaban plenamente arrai- gadas en otros países de la región. La Ley 35 de 1865 autorizó la creación de bancos comerciales en Colombia. A partir de ese momento los que se establecieran quedaban autorizados para: “[…] emitir billetes al portador admisibles como dinero en pago de los impuestos y derechos nacionales, y en general en todos los negocios propios del Gobierno Nacional, obligándose éste a distribuirlos también a la par”. Entre otras razones, debido al estímulo de esa ley, en los siguientes años se fundaron muchos bancos privados por todo el territorio nacional, empezando con el Banco de Bogotá en 1870. Hasta 1880 existió en el país lo que se conoce en la literatura económica como la banca libre, es decir, donde no había mono- Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 5 polio en la emisión de billetes, sino facilidad para entrar al negocio por parte de los bancos privados. Estos bancos podían emitir sus propios billetes, por lo general convertibles por oro. En un régimen de banca libre no participan los bancos estatales en la provisión de billetes, pues tendrían un poder asimétrico, al tener la posibilidad de afectar la legislación en su favor (Dowd, 1992). Es decir, se trataba de un sistema de banca múltiple de emisión, en contraste con un sistema de banco central, donde solo este último puede emitir los billetes. En el período de la banca libre, 1870-1880, el sistema operó sin muchas quiebras y ningún pánico bancario. A pesar de ello, en 1880 llegó a su fin (Meisel, 1990 y 1992). La razón fue que en 1880 el Gobierno estableció, por motivaciones fiscales, el Banco Nacional, también con capacidad de emisión, con lo que se puso fin a la banca libre en sentido estricto. El Banco Nacional era una entidad pública que servía de agente fiscal del Gobierno. No era, rigurosamente, un banco central, pues no servía de prestamista de última instancia, por lo menos en los primeros años, ni tampoco tenía control sobre la oferta monetaria. De hecho, el período 1880-1886 continuó siendo de banca múltiple, pues tanto aquel como los bancos comerciales continuaron emitiendo billetes convertibles por oro (Ilustración 1). Fuente: Hernández (2004, p. 52). iLustración 1. biLLete emitido por eL banco de cartagena en 1882 En 1885 el gobierno de Rafael Núñez se enfrentó contra el ala radical del Partido Liberal en una guerra civil que empezó en el estado soberano Historia del Banco de la República, 1923-2015 6 de Santander en octubre de 1884. Para apoyar la financiación de los gastos militares, el Banco Nacional aumentó las emisiones de sus billetes, pero sin incrementar sus reservas de oro. Esa sobreexpansión llevó a que en 1886 el Banco Nacional tuviera que declarar la inconvertibilidad de sus billetes y establecer el curso forzoso de aquellos, es decir, su aceptación obligatoria. Además, se le retiró la facultad a los bancos comerciales, supuestamente de manera temporal, para emitir billetes1. En el período inicial del curso forzoso, las emisiones del Banco Nacional fueron altas, pero no excesivas. Como resultado, la inflación anual promedio entre 1886 y 1898 fue del 9,4% (Meisel y López, 1990: 72). El manejo más o menos controlado de las emisiones por parte del gobierno de la Regeneración se acabó en 1899,cuando estalló la guerra de los Mil Días. El resultado fue que entre 1900 y 1903 se produjo la inflación más severa en la historia de Colombia: 38%, 187%, 318% y 169%, respectivamente2. Aunque se trataron de inflaciones muy altas, si nos acogemos a la definición clásica de Philip Cagan, quien utiliza el umbral de 50% de inflación mensual para una hiper- inflación, entonces no es claro si en Colombia se presentó una hiperinflación durante la guerra de los Mil Días (Meisel, 1994: 168). De todas maneras una inflación anual de tres dígitos tuvo consecuencias negativas sobre la actividad económica, la distribución de la riqueza y el sistema de pagos, al crear un enorme caos, destruir la confianza en la moneda e, incluso, paralizar muchos sectores productivos (Ilustración 2). Con el fin de la guerra de los Mil Días, en 1902, se redujo el ritmo de aumento de la base monetaria, la cual cayó a 27,9% en 1903 (en 1902 fue de 116,9%; López, 1990: 106). Esto contribuyó a la rápida estabilización de los precios, que en 1904 por primera vez volvieron a aumentar solo dos dígitos: 14,1%. Además de la reducción en las emisiones de papel moneda por parte del Gobierno, uno de los elementos clave para frenar la inflación fue la Ley 33 de 1903. Esta ayudó a restablecer la credibilidad en la política mone- taria que se había perdido casi completamente desde que se estableció el curso forzoso en 1886, pero en especial después de 1899. 1 El Banco Nacional fue liquidado en 1893 en medio de un escándalo sobre las “emisiones clandestinas”, como se referían en la época a aquellas que sobrepasaron el tope legal de doce millones, y las cuales se habían mantenido ocultas (véase Meisel y López, 1990: 72). 2 Al usar el índice de Alberto Pardo Pardo (véase Meisel, 1994: 164). Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 7 Fuente: Banco de la República. iLustración 2. anverso y reverso de un biLLete de cinco pesos emitido por eL “gobierno provisionaL” durante La guerra de Los miL días; ocaña, 1900 La Ley 33 de octubre de 1903 estableció “[…] como unidad monetaria de la nación el peso de oro de un gramo 672 y 0,900 de ley” (Nieto Caballero, 1912: 32-33). Adicionalmente, prohibió las nuevas emisiones de papel moneda e indicó que el emitido continuaría circulando a la tasa de cambio del día. También, creó una Junta Nacional de Amortización para amortizar el papel moneda, el cual se esperaba que se valorizara hasta que se pudiera cambiar por su valor inicial en oro, mas no al cambio depreciado en el cual se encon- traba. Pero tal vez la iniciativa más importante de la Ley 33 fue que estableció que: “Es facultativo, en las transacciones públicas y privadas, estipular en oro o en papel moneda” (Nieto Caballero, 1912). Esta libertad para hacer tran- sacciones de todo tipo en la moneda, nacional o extranjera, fue la base de la credibilidad de la reforma monetaria de 1903 y el ancla de la estabilidad monetaria hasta 1922. Ello contribuyó a que, a partir de ese momento, tanto la tasa de cambio como la inflación empezaran a estabilizarse, como se verá. Historia del Banco de la República, 1923-2015 8 En el discurso que pronunció ante el Congreso de la República, el 24 de agosto de 1904, el presidente Rafael Reyes (Ilustración 3) señaló: Paso por el penoso deber de informaros acerca del desastroso estado fiscal en que se halla el país y la anarquía y desorden en que están todos los ramos de la administración pública, consecuencia obligada de nues- tras guerras civiles y sobre todo de la última que durante tres años causó desastres inmensos (citado en Torres, 1980: 231). Fuente: óleo de Ricardo Acevedo Bernal, ca. 1910, © Museo Nacional de Colombia. iLustración 3. rafaeL reyes A comienzos de 1905 había en circulación un total de $847.216.333 en billetes de papel moneda de curso forzoso de los que habían sido emitidos desde el 1 de enero de 1881, fecha de fundación del Banco Nacional (Cuadro 1). A partir de ese año, las emisiones de billetes de curso forzoso lograron frenarse en un nivel más o menos constante, lo cual también ayudó a la esta- bilización monetaria. Así mismo, ayudaron las reformas de la administración Reyes en 1905. Una de aquellas disposiciones estableció, mediante el Decreto 47 del 6 de marzo de 1905, que el valor legal de los billetes de curso forzoso sería en adelante su valor de mercado en ese momento y no el valor en oro Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 9 que tenían cuando se suspendió la convertibilidad en 1886. Como el cambio de los billetes de papel moneda por pesos oro era de 100 a 1, esto resultó en una reducción legal de la deuda del Gobierno del 99%. Esa baja representó, además, la eliminación de un obstáculo económico para volver al patrón oro, pues hizo que la convertibilidad fuera más económica (Hernández, 2004: 119). cuadro 1. emisiones de papeL moneda reaLizadas desde eL 1 de enero de 1881 hasta eL 3 de enero de 1905 (pesos corrientes) Emisión incinEración circulantE Emisiones hechas en casas extranjeras 69.313.077,00 7.377.592,90 61.935.484,10 Emisiones adoptadas con billetes de bancos 3.261.917,00 743.150,50 2.518.786,50 Emisiones hechas en casas nacionales 735.438.890,00 51.807.590,80 683.631.299,20 Emisiones efectuadas en los departamentos 102.449.545,00 3.318.781,20 99.130.763,80 Total 910.463.429,00 63.247.115,40 847.216.333,60 Fuente: Diario Oficial, núm. 12294 (6 de marzo de 1905). El Decreto 47 de 1905 también estableció las bases para crear un banco privado con el monopolio de la emisión de billetes, convertibles por oro con un respaldo en reservas del 30%: el Banco Central de Colombia. Este tenía la función de amortizar el papel moneda, pero nunca lo hizo (Torres, 1904: 251). Otra función fue la de: “[…] tratar de conservar este precio del cambio” [100 a 1] (Sanín, 2015: 185). En 1909 el Banco Central de Colombia se disolvió, ya que se le acusó de haber expandido el circulante y de no haber avanzado en la amortización del papel moneda. 2. desempeño económico en eL período 1905-1922 El desempeño de la economía colombiana entre 1905 y 1922 fue muy positivo y sin precedentes en la historia económica del país. Ese amplio dinamismo se sumó a los efectos de las reformas monetarias de 1903-1905, las cuales buscaban consolidar la estabilidad macroeconómica del país. La base de esa prosperidad fue la expansión del sector exportador que, por primera vez desde la Independencia, tuvo un rápido y sostenido crecimiento (Gráfico 1). Historia del Banco de la República, 1923-2015 10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 0 1.000 2.000 3.000 4.000 5.000 6.000 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 ( )exportaciones reales per cápita(millones de pesos) PIB real per cápita Exportaciones reales per cápita (eje derecho) Fuente: Greco (2002), anexo estadístico. gráfico 1. evoLución deL PIB per cápita reaL y de Las exportaciones reaLes per cápita (miLLones de pesos de 1975) Como se mencionó, en el siglo XIX el crecimiento económico de Colombia fue desalentador. Los cálculos de Salomón Kalmanovitz muestran una caída del PIB per cápita real anual y de las exportaciones per cápita reales anuales hasta 1832 (Cuadro 2). El período de mejor desempeño, 1850-1886, solo mostró un crecimiento del PIB per cápita real anual de 0,5%; peor aún, de 1886 a 1905 ese crecimiento fue del -0,5% promedio anual. cuadro 2. crecimiento deL pib reaL per cápita y Las exportaciones reaLes per cápita (1800-1922) PEríodo tasa dE crEcimiEnto anual dEl PiB rEal PEr cáPita tasa dE crEcimiEnto anual dE las ExPortacionEs rEalEs PEr cáPita 1800-1832 –0,20 –4,20 1833-1850 0,20 1,51 1850-1886 0,50 0,57 1886-1905 –0,50 2,40 1905-1922 2,72 4,44 Fuentes: Para 1800-1905, Salomón Kalmanovitz et al. (2015: 75) y para 1905-1922; cálculos del autor con datos del Greco (2002). Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 11En contraste con el pésimo desempeño global de la economía colombiana entre 1800 y 1905, en el período 1905-1922 se alcanzó un crecimiento del PIB per cápita real anual promedio de 2,72%. El motor de esa prosperidad fueron las exportaciones cafeteras, que pasaron del 39,2% en 1905 al 68,8% en 1922 de las exportaciones colombianas totales (Meisel, 2011: 178-179). El crecimiento anual promedio de las exportaciones reales per cápita de Colombia entre 1905 y 1922 fue de 4,44%, una cifra que refleja lo que el historiador económico Jesús Antonio Bejarano denominó “el despegue cafetero”. En su opinión: […] el hecho decisivo de las primeras décadas del siglo XX fue la expan- sión de la economía cafetera, sustentada no en el sistema de haciendas, sobre el cual se había desarrollado la producción del grano en los Santan- deres, Cundinamarca y en algunas zonas de Antioquia en las últimas décadas del siglo XIX, sino en la pequeña producción parcelaria del occi- dente del país (Bejarano, 2007: 198). 3. sector monetario y bancario, 1905-1922 Al analizar el comportamiento de algunas de las principales variables macro- económicas después de 1905, podemos concluir que la estabilización de 1903- 1904 fue muy efectiva. En efecto, la evolución de la tasa de cambio nominal y real del peso con respecto al dólar de los Estados Unidos muestra una gran estabilidad entre 1905 y 1922 (Gráfico 2). Como lo hemos señalado, en este período el ancla de la estabilidad mone- taria era la libre estipulación, ya que, si se perdía la credibilidad en el peso, siempre se podía transar en monedas extranjeras, en particular en dólares de los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. De hecho, el régimen monetario funcionó como uno de tasa de cambio fija y, por tanto, la oferta monetaria era endógena, exportándose o importándose metálico, según las necesidades, las cuales estaban determinadas por el déficit o el superávit en la cuenta corriente. Como resultado, se presentó una alta correlación entre la inflación de Colombia y la de los Estados Unidos, de 0,38% (Gráfico 3). Cabe destacar que la inflación promedio en Colombia en el período 1906-1922 fue de 1,73%, sin lugar a dudas una de las más bajas en el siglo XX. En 1909 se creó la Junta de Conversión, con el fin de recoger los antiguos billetes de papel moneda en circulación, haciendo el cambio en proporción de 100 a 1. Esta operación solo se empezó a adelantar desde 1916, y el nuevo circulante recibió el nombre de billetes nacionales. En esta tarea la Junta de Conversión fue bastante exitosa. Historia del Banco de la República, 1923-2015 12 0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07 0,00 0,20 0,40 0,60 0,80 1,00 1,20 1,40 1905 1907 1909 1911 1913 1915 1917 1919 1921 1922 . Tasa de cambio nominal Tasa de cambio real (eje derecho) (pesos )por dólar(pesos )por dólar Fuentes: Urrutia y Arrubla (1970, Tabla IV, p. 158); cálculos del autor. gráfico 2. tasa de cambio reaL y nominaL deL peso coLombiano (1905-1922) -20,0 -15,0 -10,0 -5,0 0,0 5,0 10,0 15,0 20,0 25,0 1905 1909 1912 1915 1918 1921 1922 (porcentaje) Inflación de Colombia coeficiente de correlación: 0,38 Inflación de los Estados Unidos Fuentes: Inflación de Colombia, calculada según el índice de precios de Pardo, A. (1972), disponible en: http://www.measuringworth.com/ calculators/infla gráfico 3. infLación de coLombia y Los estados unidos, 1905-1922 La Junta de Conversión realizó en sus primeros años un buen manejo de los recursos que recibía y pudo acumular casi todo el capital necesario para Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 13 regresar al patrón oro y la convertibilidad de los billetes de papel moneda. Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial creó una situación fiscal difícil para el Gobierno central, y este decidió apropiarse de los recursos que hasta la fecha había acumulado la Junta de Conversión. Por esa razón, esa entidad nunca logró el retorno al patrón oro. En 1915 había en el país quince bancos comerciales (Cuadro 3); sin embargo, había una clara preponderancia de los de Bogotá, con el 58,9% del capital y, en menor medida, Medellín, con el 12,9%. cuadro 3. bancos comerciaLes existentes aL 31 de diciembre de 1915 nomBrE ciudad caPital (PEsos) Pérdidas y ganancias (PEsos) FEcha dE aPErtura Banco de Colombia Bogotá 780.000,00 81.969,50 1875 Banco de Bogotá Bogotá 500.000,00 66.954,07 1870 Banco Hipotecario Bogotá 1.000.000,00 59.432,80 1910 Banco Central Bogotá 2.300.000,00 119.153,32 1905 Banco Mutualidad Bucaramanga 250.000,00 8.944,92 1914 Banco de Santander Bucaramanga 100.000,00 4.070,00 1883 Banco de San Gil Bucaramanga 150.000,00 9.289,52 1906 Banco Comercial Cali 160.000,00 8.225,75 1903 Banco de Bolívar Cartagena 500.000,00 - 1874 Banco de Caldas Manizales 200.000,00 - 1915 Banco de Manizales Manizales 140.293,72 19.659,12 1901 Banco de Sucre Medellín 1.000.000,00 78.705,24 1909 Banco de Popayán Popayán 50.000,00 3.475,39 1908 Banco del Estado Popayán 21.519,68 3.069,67 1884 Banco de Boyacá Tunja 43.463,00 4.593,92 1903 Fuentes: Ministerio de Hacienda (Anuario Estadístico, 1915: 81-82); Meisel Roca (1990). 4. Los debates sobre La banca múLtipLe y La banca centraL y Los proyectos presentados aL congreso, 1904-1922 Dentro de las iniciativas del gobierno del general Reyes por volver a orga- nizar la moneda en el país, el ministro del Tesoro, Guillermo Torres García, presentó en 1904 un proyecto de ley que establecía un régimen en el que todos los bancos privados podían emitir sus propios billetes; es decir, de banca libre (Ibáñez, 1990: 165). Esta iniciativa correspondía al temor que se tenía en ese momento a la banca única de emisión, después del fracaso del Banco Nacional y la inflación descontrolada de la guerra de los Mil Días. De acuerdo Historia del Banco de la República, 1923-2015 14 con Jorge Enrique Ibáñez (1990: 168), quienes abogaban por la banca múltiple de emisión señalaban que3: […] el monopolio de la emisión no era el resultado del libre desarrollo de las fuerzas económicas, sino más bien la obra de los gobiernos para solventar difíciles situaciones fiscales o por el deseo de derivar alguna renta como compensación del privilegio de la emisión, o por ambos motivos a la vez […] Sin embargo, en el Congreso no hubo consenso en torno al tema de la banca múltiple de emisión. Como resultado, entre 1904 y 1919 se presentaron catorce proyectos de banca múltiple, y ninguno de ellos prosperó (Cuadro 4). cuadro 4. proyectos de banca múLtipLe de emisión presentados aL congreso de coLombia entre 1904 y 1919 año ProyEcto nomBrE dE quiEnEs lo PrEsEntaron 1904 1) pluralidad de bancos emisores Guillermo Torres García, ministro del Tesoro 1911 2) de bancos de circulación y regulación monetaria José María Ruiz Ramírez, Rafael Uribe Uribe, Ignacio Ruiz Granados y Jorge E. Delgado 1911 3) de bancos nacionales de emisión Gonzalo Miranda, Carlos J. Guerrero, Mariano Rodríguez, Genaro Payán, Ildelfonso Ruiz del Castillo, César Ayerve y José María Buchelli 1912 4) el de banco de emisión Víctor M. Salazar 1914 5) el de organizaciones bancarias Gerónimo Martínez A. 1915 6) N. R. I. Nemesio Camacho 1915 7) N. R. I. Jorge Holguín 1915 8) el de bancos Víctor M. Salazar 1915 9) el de bancos Julio Enrique Tascón 1916 10) el de fomento de la industria bancaria Pedro Blanco Soto, secretario del Tesoro 1916 11) el de bancos de emisión Alfredo López Pumarejo y Adolfo Córdoba 1916 12) el de instituciones bancarias de emisión Pedro Silva Otero 1918 13) el de establecimientos de crédito Pedro Blanco Soto, ministro del Tesoro 1919 14) el de bancos general Alfredo Vásquez Cobo N. R. I.: no reporta información sobre el nombre del proyecto. Fuente: Ibáñez (1990). A manera de ejemplo, a continuación comentaremos el proyecto de banca múltiple que en 1914 presentó el representante por Bolívar, Gerónimo 3 Entre losdirigentes de la época que expresaban esa opinión se encontraba Víctor M. Salazar, quien después fue muy importante en los inicios del Banco de la República. Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 15 Martínez Aycardi4 (Ilustración 4). Ese proyecto en su artículo 18 decía: “Los bancos actualmente establecidos emiten billetes, siempre que su capital pagado no baje de $500.000 oro […]”; en el artículo 19: “El total de los billetes que un banco puede emitir no excederá en ningún caso el doble de su capital pagado”; en el artículo 20: “Todo banco emisor deberá mantener siempre en sus arcas, en moneda nacional o extranjera, una reserva igual al 25% de la suma a que alcance la circulación de sus billetes pendientes de pago y de los depósitos que tenga a cargo”; en el artículo 22: “Los billetes serán pagados por el banco a su presentación y al portador en monedas de oro nacionales, y por el valor de cada billete, o en monedas extranjeras con las equivalencias legales”; en otras palabras, Martínez Aycardi proponía un régimen de banca libre. Fuente: Martínez (1914). iLustración 4. carátuLa deL proyecto de Ley de organización bancaria presentado por gerónimo martínez en 1914 4 Véase Documentos referentes a un proyecto de ley de organización bancaria, conversión de papel moneda y unificación de la deuda interna, que presentará en las próximas sesiones del Congreso el Representante por Bolívar, Don Gerónimo Martínez A., Mogollón (editor), Cartagena-Barranquilla, 1914. Gerónimo Martínez Aycardi era hijo de Bartolomé Martínez Bossio, uno de los comerciantes más prósperos de la Cartagena de comienzos del siglo XX y principal accionista del Banco de Bolívar, del cual Gerónimo Martínez fue gerente en una época. Historia del Banco de la República, 1923-2015 16 Hay que señalar que en torno al régimen de emisión que debía tener el país no había mucho acuerdo sobre si este debía ser de banca múltiple o de banca única. Por esa razón, entre 1909 y 1922 se presentaron también en el Congreso dieciocho proyectos de ley para un banco único de emisión (Cuadro 5). cuadro 5. proyectos de banco único de emisión presentados en coLombia aL congreso entre 1909 y 1922 año ProyEcto nomBrE dE quiEnEs lo PrEsEntaron Banco unico privado y sin participación extranjera 1909 1) N. R. I. Lucas Caballero 1911 2) N. R. I. Carlo M. Rosales, Marcelino Uribe Arango, Francisco Padrón, Miguel M. Calle y Víctor M. Salazar 1913 3) Proyectos sobre el Banco de la República del Gobierno 1913 4) Proyecto del Banco de la República Marcelino Arango 1914 5) N. R. I. general Rafael Uribe Uribe 1917 6) N. R. I. general Pedro Nel Ospina Banco nacional solo con capital privado 1904 7) N. R. I. general Rafael Uribe Uribe 1911 8) N. R. I. P. A. Molina, Esteban Álvarez, Marcelino Uribe Arango, José M. Ruiz y Jorge Delgado 1913 9) N. R. I. Pedro Antonio Molina 1915 10) N. R. I. Pedro Antonio Molina 1917 11) N. R. I. Luis Serrano Blanco 1918 12) N. R. I. Esteban Jaramillo 1920 13) N. R. I. Nemesio Camacho, Félix Salazar, J. M. Philips, Víctor M. Salazar, Ignacio Moreno E., Enrique Olaya Herrera, Lucas Caballero y Notelo Becerra Delgado 1921 14) N. R. I. proyecto de ley adoptado en la Conferencia de Banqueros reunida en 1921 Banco nacional solo con capital estatal 1918 15) N. R. I. Luciano Herrera Banco nacional con participación estatal y privada 1921 16) N. R. I. Félix Salazar 1921 17) N. R. I. Eugenio J. Gómez 1922 18) N. R. I. Eugenio Andrade, ministro del Tesoro N. R. I.: no reporta información sobre el nombre del proyecto. Fuente: Ibáñez (1990). En Colombia la creación del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos en 1914 parece haber inclinado la balanza en favor de un banco único de emisión; por ejemplo, después de 1915 solo se presentaron cinco proyectos de banca múltiple, en comparación con ocho de banca única. Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 17 Por esa razón, en 1922 se produjo la primera decisión legislativa sobre el tema desde 1904 con la aprobación de la Ley 30 de 1922. Esa, denomi- nada la Ley Orgánica del Banco de la República, concilió los proyectos del senador Eugenio J. Gómez y el presentado en la Cámara de Representantes por el ministro del Tesoro. Se aprobó la creación de un banco emisor único, privado, de naturaleza especial y en el cual podía participar el Estado. Los bancos privados formularon algunas críticas a dicha ley y el resultado fue la Ley 117 de 1922, que reformó la Ley 30 de 1922, orgánica del Banco de la República. Las condiciones estaban dadas para establecer el Banco de la República; sin embargo, el Gobierno nacional decidió no hacerlo sin la asesoría del economista estadounidense Edwin Walter Kemmerer, profesor de la Universidad de Princeton y conocido como el Money Doctor por su experiencia como asesor monetario internacional5 (Ilustración 5). Fuente: Hernández, A. (2004, p. 103). iLustración 5. edwin waLter Kemmerer 5 Sobre Kemmerer y sus asesorías al Gobierno colombiano en 1923 y 1931, véase Meisel et al. (1994). Historia del Banco de la República, 1923-2015 18 5. razones para contratar a edwin w. Kemmerer en 1922 Como lo habíamos señalado, después de treinta intentos fallidos entre 1904 y 1921 por legislar el tema de la banca de emisión que requería el país, en 1922 se había aprobado la Ley 117, orgánica del Banco de la República, la cual gozaba de un amplio consenso. Sin embargo, antes de seguir adelante, el presidente Pedro Nel Ospina contrató una misión de expertos estadounidenses dirigidos por Edwin W. Kemmerer para que materializaran esa reforma, así como algunas otras que la complementarían. En este contexto, el período 1904-1922 mantuvo un crecimiento econó- mico global sostenido y un auge exportador sin precedentes. Esto permitió estabilizar las principales variables monetarias, sanear las finanzas públicas y ponerse al día con una deuda externa pequeña, que se encontraba cerca del 4% del PIB. A pesar de ello, el país recibía muy poca inversión extranjera (Cuadro 6) y casi ningún préstamo externo. Los historiadores Emily y Norman Rosen- berg señalan que hacia 1922: “En negociaciones entre Colombia y Blair and Company, los banqueros se mostraron interesados en ofrecer un préstamo si Colombia contrataba a un experto financiero sugerido por el Departamento de Estado” (Rosenberg y Rosenberg, 1987). El experto que por esa época recomendaba el Departamento de Estado era Edwin W. Kemmerer, quien ya contaba con una exitosa trayectoria internacional, incluyendo Filipinas (1903- 1906), México (1917) y Guatemala (1919). En octubre de 1922 el Congreso autorizó al presidente Ospina para contratar una misión internacional de consejeros financieros. De esta manera, la persona escogida para dirigir la misión fue Edwin W. Kemmerer, como lo había sugerido la Secretaría de Estado de los Estados Unidos (Ilustración 6). En 1923 Kemmerer presentó el proyecto de Ley Orgánica del Banco de la República que se convirtió en la Ley 25 de 1923. De esa manera, Colombia logró tener un banco central con todas las características más modernas del momento, siendo el segundo país de Latinoamérica en lograrlo, e incluso antes que Argentina, México y Brasil. Para entender las razones por las cuales Colombia acabó teniendo un banco central, con todas las funciones principales de estos, incluso antes que las principales economías de Latinoamérica de la época, es necesario presentar los dos enfoques más comunes que se encuentran en la literatura económica para explicar el surgimiento de los bancos centrales. El primero señala que los bancos centrales son producto de una evolución gradual del sistema finan- ciero bancario, en el que un banco, público o privado, va adquiriendo las características de prestamista de última instancia. Charles Goodhart (1985) es uno de los más destacados expositores de esta tesis. Esta explicación se Antecedentesdel Banco de la República, 1904-1922 19 puede describir como endógena y gradualista. No se acomoda a la experiencia colombiana de las décadas anteriores a la creación del Banco de la República, pues ni el Banco Nacional, ni el Banco Central se pueden considerar como antecedentes de una evolución paulatina hacia el banco central que surgió en 1923. cuadro 6. inversion de Los estados unidos en américa Latina en 1913 (miLLones de dóLares) País Valor suramérica Argentina 40 Bolivia 10 Brasil 50 Chile 15 Colombia 2 Ecuador 10 Paraguay 3 Perú 35 Uruguay 5 Venezuela 3 cEntroamérica (incluyEndo méxico y El cariBE) Costa Rica 7 Guatemala 20 Honduras 3 Nicaragua 3 El Salvador 3 Panamá 5 Cuba 220 Haití 4 México 800 República Dominicana 4 total 1.242 Fuente: World Peace Foundation Pamphlets (1928: 1031-1034). La otra corriente sobre los orígenes de los bancos centrales señala que estos surgen como resultado de circunstancias históricas y políticas particulares. Una de las pioneras de este enfoque fue Vera Smith (1990: 147-148), quien en 1936 señaló que: “Un banco central no es un producto natural del desa- rrollo bancario. Es impuesto desde fuera o aparece como resultado de los favores del gobierno”. En su opinión, los bancos centrales surgieron debido al monopolio de la emisión de los billetes que recibían de los gobiernos, pero no Historia del Banco de la República, 1923-2015 20 hay ninguna justificación económica para dicho monopolio. Este enfoque lo podemos denominar como exógeno y de choque. Fuente: Meisel A. et al. (1994, p. 128). iLustración 6. caricatura periodística aLusiva a La LLegada de La misión Kemmerer, 1923 En el caso de América Latina, Carlos Marichal y Daniel Díaz Fuentes (1999) han argumentado que el origen de la mayoría de los bancos centrales no se acomoda al modelo evolutivo, pues no se trató de bancos nacionales de emisión que poco a poco fueron evolucionando. Ese fue el caso, por ejemplo, del Banco de México (1925), donde: “[…] razones políticas y de coyuntura económica de los años 20 fueron decisivas […]” (Marichal, s. f.: 3). Ese también fue el caso de Colombia, que debió aceptar el modelo de banco central estadounidense que trajo Kemmerer para poder abrir las puertas de la banca privada internacional. Antecedentes del Banco de la República, 1904-1922 21 6. concLusiones En este artículo se ha analizado la evolución del sistema monetario y bancario en el período anterior a la creación del Banco de la República en 1923, con especial énfasis en los años 1904-1922. Entre 1870 y 1922 el país pasó por un período de banca libre exitoso y otro de monopolio de la emisión de billetes por parte de un banco público; luego, hubo el monopolio de la emisión por parte de un banco privado; estos dos últimos sin éxito. También, se vivió en este período la inflación más alta de la historia de Colombia y un lapso de libre estipulación, en el que no había formalmente una entidad encargada de la emisión de billetes. En esta última etapa se debatió sobre si se pondría en funcionamiento un régimen de banca de múltiples emisores o de un solo emisor de billetes. El objetivo principal del artículo fue el de analizar la razón por la cual se creó en Colombia en 1923 el segundo banco central de América Latina, incluso antes de que lo hicieran países con economías más avanzadas en ese momento, como Argentina, Brasil, Chile y México. La conclusión es que esa fue una solución forzada por los inversionistas y la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, que veían como obstáculo para la llegada a nuestro país de sus capitales el régimen monetario y bancario que había en la Colombia del momento. Para congraciarse con esos inversionistas y prestamistas, las autoridades económicas aceptaron invitar una misión de expertos financieros dirigida por Edwin W. Kemmerer y acogieron casi todo lo que esos asesores propusieron. Claramente, el Banco de la República no surgió como resultado de un proceso evolutivo gradual de instituciones bancarias previas, públicas o privadas, que hubieran gozado de ciertos privilegios otorgados por el Estado. referencias Bejarano, J. A. (2007). “El despegue del café (1900-1928)”, en J. A. Ocampo (ed.), Historia económica de Colombia, Bogotá: Planeta-Fedesarrollo. Dowd, K. (1992). The Experience of Free Banking. London: Routledge. Goodhart, C. (1985). The Evolution of Central Banks, A Natural Development. London: LSE. Greco (2002). El crecimiento económico colombiano en el siglo XX, Bogotá: Banco de la República. Hernández Gamarra, A. (2004). La moneda y el debate monetario en Colombia, Bogotá: Retina. Historia del Banco de la República, 1923-2015 22 Ibáñez, J. E. (1990). “Antecedentes legales de la creación del Banco de la Repú- blica”, en A. Meisel Roca et al. (eds.), El Banco de la República. Antece- dentes, evolución y estructura, p. 165, Bogotá: Banco de la República. Kalmanovitz, S. (2015). Nueva historia económica de Colombia, Bogotá: Taurus. López Mejía, A. (1990). “La estabilización de la economía colombiana después de la guerra de los Mil Días y el período de transición monetaria comprendido entre 1903 y 1923”, en A. Meisel Roca et al. (eds.), El Banco de la Repú- blica. Antecedentes, evolución y estructura, Bogotá: Banco de la República. Marichal, C. (s. f.). “Debates sobre los orígenes de la banca central en México” (mimeo). Marichal, C.; Díaz Fuentes, D. (1999). “The Emergence of Central Banks in Latin America: Are Evolutionary Models Applicable”, en C. Holtfrerich, J. Reis y G. Toniolo (eds.), The Emergence of The Modern Central Banks, From 1918 to Present, England: Ashgate. Martínez, D. (1914). Documentos referentes a un proyecto de ley de organización bancaria, conversión del papel moneda y unificación de la deuda interna, que presentará en las próximas sesiones del Congreso el Representante por Bolívar, Don Gerónimo Martínez A., Cartagena-Barranquilla: Mogo- llón Editor. Measuring Worth (2015). “Annual Inflation Rates in the United States, 1775- 2015, and United Kingdom, 1265-2015” [en línea], recuperado el 15 de julio de 2015, de http://www.measuringworth.com/inflation/ Meisel Roca, A. (1990). “Los bancos comerciales en la era de la banca libre, 1871-1923”, en A. Meisel Roca et al. (eds.), El Banco de la República. Ante- cedentes, evolución y estructura, Bogotá: Banco de la República. Meisel, A. (1992). “Free Banking in Colombia”, en Kevin Dowd (ed.), The Expe- rience of Free Banking, London: Routledge. Meisel Roca, A. 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(1912). “El curso forzoso y su historia en Colombia”, tesis presentada en la Escuela de Ciencias Políticas de París, pp. 32-33, Bogotá: Linotipo Gaceta Republicana. Pardo, A. (1972). “Primera aproximación de un índice del costo de vida en Bogotá”, Geografía económica y humana de Colombia, Bogotá: Tercer Mundo. República de Colombia (1905). Diario Oficial, núm. 12294, Imprenta Nacional. Rosenberg, E.; Rosenberg, N. (1987). “From Colonialism to Professionalism: The Public-Private Dynamic in United States Foreign Financial Advising, 1898- 1929”,The Journal of American History, vol. 74, núm. 1. Sanín Cano, B. (2015). Administración de Rafael Reyes (1904-1909), Bogotá: Editorial Universidad del Rosario. Smith, V. (1990). The Rationale of Central Banking and the Free Banking Alternative, Library of Economics and Liberty, 1990, consultado el 9 de diciembre de 2015, en: http//www.econlib.org/library/LFBooks/Smith/ SMURCBO.html Torres, C. A. (1904). Memoria del Ministro del Tesoro, Bogotá: Imprenta Nacional. Torres García, G. (1980). Historia de la moneda en Colombia, Medellín: FAES. Urrutia, M.; Arrubla, M. (1970). “Tasa de cambio del peso colombiano en términos de dólares corrientes”, tabla IV, en Compendio de Estadísticas Históricas de Colombia, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. World Peace Foundation Pamphlets (1928). Investments of United States Capital in Latin America, Boston. LA DANZA DE LOS MILLONES, 1923-1931 Fabio Sánchez Torres Juan Guillermo Bedoya Ospina Este capítulo se benefició de los comentarios de Juan José Echavarría, María Teresa Ramírez, Adolfo Meisel y Carlos Marichal. Se agradece al equipo de la biblioteca José María del Castillo y Rada, del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, por facilitar el acceso a información valiosa para la realización de este capítulo. 27 El período entre 1923 y 1931 fue uno de grandes acontecimientos económicos globales. Ubicado entre las dos grandes guerras, este período evidenció las fuertes hiperinflaciones de algunos países europeos después de la Primera Guerra Mundial, el boom de los mercados internacionales de capital con origen en los Estados Unidos y, finalmente, el inicio de la Gran Depresión. Para América Latina, y Colombia en particular, esos años no fueron menos interesantes: el fuerte influjo de los recursos internacionales de crédito, los buenos precios de algunos productos de exportación y la creación de nuevas instituciones económicas en los países de la región marcaron el período, convirtiéndolo en uno de los más importantes del siglo XX. En lo que a Colombia se refiere, el período de la ‘danza de los millones’ trajo consigo el regreso del país a los mercados internacionales de capital luego de una etapa de marginamiento. El regreso, sin embargo, estuvo prece- dido por una serie de esfuerzos para modernizar la administración pública y organizar el sistema monetario, acciones que se llevaron a cabo por la nece- sidad de hacer el país atractivo para los inversionistas extranjeros. El Banco de la República, que en corto tiempo logró establecerse como una entidad de referencia nacional, fue una de las instituciones creadas durante ese período y sus acciones desempeñaron un papel fundamental en el devenir económico del país. En el escenario del auge económico global, gran parte de la segunda mitad del período en mención estuvo caracterizada por un alto crecimiento econó- mico y un ambicioso plan de obras públicas enfocadas en el sector transporte del país. De hecho, una cantidad muy importante de los recursos que ingre- saron como crédito y por la indemnización por Panamá se direccionó a la construcción de ferrocarriles y otras obras públicas, lo cual fijó los años 1925- 1929 como los de mayor expansión de la red de ferrocarriles en la historia de Colombia. Este capítulo se ocupa de cubrir los principales hechos económicos nacio- nales entre los años 1923-1931, contrastar el desempeño local con el de otros países de la región y destacar el contexto global y sus implicaciones sobre la economía colombiana. Con ese objetivo, el estudio está dividido en ocho secciones: la primera caracteriza el contexto económico global, la segunda describe la situación de la economía colombiana en 1923, la tercera cubre Historia del Banco de la República, 1923-2015 28 la fundación y primeros años del Banco de la República, la cuarta detalla el comportamiento del endeudamiento externo y del gasto público entre 1923 y 1928, la quinta se enfoca en las reformas y el comportamiento de la banca privada, la sexta se enfoca en la desaceleración y la Gran Depresión entre 1929 y 1931, la séptima hace un recorrido por la política monetaria y la infla- ción en el período 1923-1931 y, finalmente, la octava presenta las conclusiones y consideraciones finales. 1. contexto económico gLobaL El estallido de la Primera Guerra Mundial tuvo profundas implicaciones en el comportamiento global de la economía. El proceso de globalización que se había fortalecido desde mediados del siglo XIX, caracterizado por una gran expansión del comercio y la actividad productiva, se vio interrumpido y tendrían que pasar varias décadas para que los volúmenes de comercio alcan- zaran los niveles observados durante la Belle Époque. Luego de la Primera Guerra Mundial, la destrucción material en algunas ciudades europeas, la fuerte caída en los flujos de comercio y el debilita- miento del patrón oro, entre otros hechos que caracterizaron la época, impu- sieron grandes retos para el refortalecimiento de la actividad económica. Como lo señalan Feinstein et al. (2008), el período entre guerras fue turbu- lento en términos políticos y económicos, las grandes economías vivieron un boom en el crecimiento del producto entre 1925 y 1929, seguido por la Gran Depresión y el aumento de tensiones que desembocarían en el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, al final de la década de los treinta. 1.1 fLujos gLobaLes de capitaL Hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial los mercados globales de capital estuvieron dominados por el Reino Unido. En particular, entre 1865 y 1914 se presentaron tres períodos de fuerte expansión de los préstamos negociados en Londres; sin embargo, los primeros años del siglo XX fueron los que presen- taron el mayor crecimiento. Avella (2004) señala que el Reino Unido invirtió en el exterior alrededor del 4,5% del producto nacional bruto (PNB) entre 1880 y 1914, lo cual significó que de cada dólar de crédito internacional bruto, 55 centavos provenían de allí. En lo que a la distribución geográfica de los recursos se refiere, Avella (2004) indica que en 1913, el 20,1% de las inversiones británicas de largo plazo se encontraban en América Latina, con Argentina, Brasil y México La danza de los millones, 1923-1931 29 como principales receptores de estos recursos. Alemania y Francia también fueron actores importantes en los mercados globales de capital en los años previos a la Primera Guerra Mundial, aunque su participación fue bastante limitada, en contraste con el liderazgo del Reino Unido. Con el inicio de la Primera Guerra Mundial se presentó un giro en los mercados globales de capital. Los Estados Unidos, que se había caracterizado por ser un receptor de recursos de crédito en las décadas previas1, empezó a emerger durante la guerra como el principal prestamista internacional. El Gráfico 1 muestra cómo el stock de deuda de largo plazo2 contraída en los Estados Unidos empezó a crecer con fuerza después de la terminación de la guerra, hasta llegar al final del período a un monto cercano a los USD 8.000 millones. (millones de dólares) 0 1.500 3.000 4.500 6.000 7.500 9.000 1914 1916 1918 1920 1922 1924 1926 1928 1930 1931 Suramérica Todos Fuente: cálculos con base en Lewis (1938). Hace referencia a la deuda neta pública y privada. gráfico 1. deuda externa de Largo pLazo con Los estados unidos (1914-1931) 1 Avella (2004) estima que en 1913 una tercera parte de los recursos con origen en el Reino Unido estaban en América del Norte. 2 Se entiende por deuda de largo plazo aquella con vencimientos mayores a cinco años. Historia del Banco de la República, 1923-2015 30 En el caso de Suramérica, el patrón de deuda contraída en los Estados Unidos fue muy similar al de todos los países que accedieron a los mercados de Nueva York en ese período. Sin embargo, el peso de la deuda contraída por los países de la región con respecto a la deuda total creció de manera importante durantela década de 1920, al pasar de representar menos del 5% en los primeros años de la posguerra, a valores cercanos al 20% de la deuda total de largo plazo emitida en los Estados Unidos en 1930 y 1931. El flujo de nuevos préstamos a largo plazo negociados en Nueva York incrementó drásticamente en 1919: mientras que en 1918 se negociaron préstamos por solo USD 88 millones, este valor saltó a USD 614 millones en 1919. El Gráfico 2 muestra el comportamiento de los nuevos préstamos a largo plazo entre 1914 y 1931. Se observa que en el período se presentaron dos momentos de expansión del crédito externo, el primero, tras terminar la Primera Guerra Mundial, con nuevos préstamos promedio anuales de USD 505 millones. Este primer boom de nuevos préstamos se detuvo en 1923, y fue seguido por la fase de mayor expansión del crédito externo del período de entreguerras, que alcanzó su punto máximo en 1927 con un monto de nuevos préstamos nego- ciados cercano a los USD 1.300 millones. 0 200 400 600 800 1.000 1.200 1.400 1914 1916 1918 1920 1922 1924 1926 1928 1930 1931 (m )illones de dólares Suramérica Todos Fuente: cálculos de los autores con base en Lewis (1938). gráfico 2. nuevos préstamos a Largo pLazo en Los estados unidos (1914-1931) La danza de los millones, 1923-1931 31 En resumen, la Primera Guerra Mundial cambió el panorama de los mercados mundiales de capital, Nueva York se consolidó como el nuevo centro financiero mundial y la expansión del crédito externo tuvo una partici- pación importante de los países suramericanos. 1.2 crecimiento económico En términos de desempeño económico, los años comprendidos entre 1923 y 1931 podrían dividirse en dos subperíodos: el primero, entre 1923 y 1929, caracterizado por una etapa de boom (especialmente después de 1925), con crecimientos promedio que superaron los observados al inicio de la Primera Guerra Mundial y, el segundo, con la contracción generalizada del producto en los primeros años de la Gran Depresión. El Cuadro 1 presenta los promedios de crecimiento anual del PIB para Canadá, los Estados Unidos, Europa Occidental y América Latina desde 1914 hasta 1931. Se observa que el crecimiento promedio fue más alto en todas las regiones consideradas durante el período 1923-1929, con fuertes expansiones en Canadá y América Latina, seguidas por los Estados Unidos3. Así mismo, se observan fuertes contracciones en los primeros años de la Gran Depresión, con caídas de más de 8% promedio anual en Canadá y los Estados Unidos entre 1930-1931. cuadro 1. crecimiento deL pib (promedio anuaL) PEríodo canadá (PorcEntajE) Estados unidos (PorcEntajE) EuroPa occidEntala/ (PorcEntajE) américa latinab/ (PorcEntajE) 1914-1922 3,29 3,05 0,28 2,95 1923-1929 6,06 4,76 3,65 5,06 1930-1931 –9,39 –8,29 –3,40 –5,46 a/ Incluye: Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido. b/ Incluye: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, México, Perú, Uruguay. Fuente: elaborado con base en Maddison (2001). En el caso de América Latina, los subperíodos de expansión y contracción constituyeron un fenómeno generalizado, aunque con gran heterogeneidad regional. 3 Aldcroft (1977) señala que en el período 1925-1929 la producción industrial global creció más de 20%. El incremento en estos cuatro años fue ligeramente superior al evidenciado en los doce años previos. Historia del Banco de la República, 1923-2015 32 El Gráfico 3 presenta los crecimientos promedio anuales en cuatro países latinoamericanos, incluido Colombia, para 1923-1929 y 1930-1931. Se observa que si bien Chile fue el de mayor crecimiento promedio durante el boom de finales de los años veinte, fue también el que sufrió la mayor contracción en los primeros años de la Gran Depresión4. En contraste, Colombia presentó un crecimiento cercano al promedio de la región durante la primera parte del período y experimentó una leve contracción entre 1930 y 19315. El período estudiado en este capítulo se caracteriza, entonces, por un alto dinamismo económico global hasta 1929 y una reversión posterior en los primeros años de la Gran Depresión. América Latina siguió un patrón similar al global, aunque con gran heterogeneidad en la magnitud de las expansiones y contracciones en los países de la región. -20,0 -15,0 -10,0 -5,0 0,0 5,0 10,0 15,0 8,44 –15,38 5,88 –5,54 3,89 –4,09 5,33 –0,74 (porcentaje) 1923-1929 1930-1931 Chile Argentina Brasil Colombia Fuente: cálculos de los autores con base en Maddison (2001). gráfico 3. crecimiento deL PIB en américa Latina 4 Twomey (1983) evidencia que el país más afectado en términos de pérdida de producto en los primeros años de la Gran Depresión fue Chile, debido a la fuerte caída de las exportaciones de cobre. 5 La flexibilidad de los precios y el mantenimiento de los niveles de exportación del café al final de la década de los treinta han sido señalados como elementos fundamentales en el bajo impacto de la Gran Depresión en el país. La danza de los millones, 1923-1931 33 1.3 eL patrón oro y La infLación Una de las víctimas de la Primera Guerra Mundial fue el sistema monetario internacional. El patrón oro, que se sustentaba en una convertibilidad fija de la moneda local en oro, se había hecho insostenible en un escenario de grandes deudas entre países e inestabilidad en el sistema. Durante los primeros años de la década de 1920 se hicieron esfuerzos para restablecer el antiguo sistema monetario internacional. Aldcroft (1977) señala que las monedas diferentes al dólar perdieron la estabilidad y su restable- cimiento se consideraba un factor urgente en el contexto de la posguerra. El Gráfico 4 muestra el número de países dentro del patrón oro en varios años, entre 1923 y 1936. Se observa que en 1929 el número de países con este sistema se había incrementado significativamente, pero fue disminuyendo, hasta el abandono total del patrón en 1937. Fuente: Palyi (1972). gráfico 4. número de países con patrón oro Eichengreen (2008) indica que el regreso al patrón oro se vio como una forma de controlar la fuerte inflación originada en las grandes emisiones de dinero fiduciario que se habían presentado desde la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en los albores de la Gran Depresión los desajustes de balanza de pagos en algunos países de Europa, por ejemplo Reino Unido, continuaban siendo grandes; además, las reservas globales de oro no eran suficientes, lo que se agravó con una contracción adicional cuando los bancos centrales empezaron a negar la conversión de la moneda extranjera por oro. Historia del Banco de la República, 1923-2015 34 Al igual que en el caso del crecimiento económico, la inflación aumentó desde la Primera Guerra Mundial hasta el inicio de la Gran Depresión, cuando comenzó la deflación. Feinstein et al. (2008) identifican en Europa tres grupos de países con base en el comportamiento de la inflación en la posguerra. El primer grupo, compuesto por Alemania y Austria, estuvo caracterizado por procesos de hiperinflación que se extendieron hasta 1923. En el segundo grupo se incluyen Bélgica, Finlandia, Italia y Francia, con inflaciones anuales promedio de 51% entre 1914 y 1926. Finalmente, el tercer grupo, compuesto por Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido, Dinamarca y Holanda, logró esta- bilizar el brote inflacionario de la posguerra y presentó inflaciones promedio de 6,7% anual en el período 1914-1926, con caídas promedio de 2,3% entre 1920 y 1926. En el caso de los Estados Unidos, Meltzer (2003) indica que el período 1922-1929 estuvo caracterizado por una inflación baja y relativa- mente estable, con ligeras y menores fluctuaciones de las que se presentaron en los años que lo precedieron y siguieron. El inicio de la Gran Depresión trajo fuertes contracciones de producto y caídas generalizadas en los niveles de precios. La fuerte correlación entre las caídas del producto y ladeflación, sobre todo en los países adheridos al patrón oro, apoya la idea del origen monetario de la segunda (Bernanke y James, 1990). En promedio, durante el período 1930-1931 se presentaron deflaciones del 13% anual, con caídas pronunciadas para 1931 en Reino Unido (18%), Canadá (18%), los Estados Unidos (17%) y Bélgica (17%). En resumen, el contexto económico global durante 1923-1931 estuvo carac- terizado por fuertes fluctuaciones de la actividad económica y el nivel de precios. En la primera parte se experimentó un gran crecimiento económico, acompañado por inflaciones altas en un buen número de países de Europa; en contraste, los Estados Unidos presentó fluctuaciones bajas en el nivel de precios. Por otro lado, los primeros años de la Gran Depresión trajeron grandes contracciones de producto y deflación, en parte como resultado del patrón oro y su capacidad de propagar los choques monetarios negativos (Bernanke y James, 1990). 2. La situación de La economía coLombiana en 1923 En 1923 Colombia se caracterizaba por ser un país agrícola donde el 80% de las exportaciones estaba representado por café y banano. La participación del café dentro de las exportaciones totales alcanzaba el 70%, con un crecimiento de más de 30 puntos porcentuales con respecto a lo que representaba al final de la primera década del siglo (véase Gráfico 5). Como lo señala Bejarano La danza de los millones, 1923-1931 35 (1994), la expansión cafetera fue uno de los hechos más representativos de las primeras décadas del siglo XX, trayendo como consecuencia la ampliación de la producción y la recomposición de los departamentos productores. -4,0 -2,0 0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 (porcentaje) 1906 1908 1910 1912 1914 1916 1918 1920 1922 19 42 1926 1928 1930 1932 Año de fundación del Banco de la República Fuente: cálculos propios con base en Greco (2002). gráfico 5. eL café en Las exportaciones totaLes El proceso de expansión cafetera derivó en un crecimiento anual promedio de 13% en el número de sacos exportados entre 1906 y 1923, pasando de 639 mil sacos a más de 2 millones. Por otro lado, Antioquia y el Viejo Caldas pasaron a representar el 50% de la producción nacional para 19256, lo que contrastaba con el 14% a finales del siglo XIX. El crecimiento del PIB para 1923 (6,4%) estuvo por encima del promedio de la década que precedió ese año (5,60%) (Gráfico 6); sin embargo, estuvo por debajo del promedio de los años de boom que siguieron hasta 1929 (6,70%)7, cuando el café desempeñó un papel destacado con aumentos en los volúmenes 6 Bejarano (1994) muestra que los departamentos que vieron las mayores reducciones en el total nacional fueron los Santanderes, pasando del 44% al 18% en el mismo período. 7 El Gráfico 6 presenta el crecimiento del PIB real en el período 1906 hasta 1932. Se observa claramente el cambio de nivel del crecimiento medio después de 1918, el cual vería un fuerte retroceso con los primeros años de la Gran Depresión. Historia del Banco de la República, 1923-2015 36 exportados acompañados de alzas en los precios internacionales del producto8. En términos de composición sectorial, la agricultura representaba alrededor del 60% del PIB para 1925, seguida por el comercio y las finanzas personales con el 8,7%. Por otro lado, la actividad manufacturera representaba apenas el 7,5%. -4,0 -2,0 0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 (porcentaje) 1906 1908 1910 1912 1914 1916 1918 1920 1922 19 42 1926 1928 1930 1932 Año de fundación del Banco de la República Fuente: Greco (2002). gráfico 6. crecimiento deL PIB Los años alrededor de 1923 representaron también el auge de la inversión en obras públicas, con un fuerte componente dedicado a la expansión de las líneas de ferrocarril con las que contaba el país9. El Gráfico 7 presenta el número de kilómetros de vías férreas por cada mil habitantes para 1923 en diferentes países de América Latina. 8 Se estima que las exportaciones crecieron 27% entre 1923 y 1929, pasando de 2 a 2,8 millones de sacos entre ambos años (Greco, 2002). 9 Para 1925 el 80% de las inversiones públicas del Gobierno nacional se dedicaban al sector de transportes y vías de comunicación. Dentro de este rubro que incluía caminos, puertos y ferrocarriles, este último representaba el 60% de los recursos. La danza de los millones, 1923-1931 37 Fuente: http://moxlad.fcs.edu.uy/en/databaseaccess.html gráfico 7. KiLómetros por cada miL habitantes (1923) Las medidas presentadas resaltan el retraso que tenía el país en contraste con la región, ubicándose en el último lugar entre los países de Suramérica. Los problemas en los sistemas de transporte ya se habían identificado como un obstáculo para la integración a los mercados mundiales, impidiendo el aprovechamiento de oportunidades de exportación con los booms de precios de algunos bienes básicos. En este sentido, Herranz-Loncán (2014) resalta los beneficios sobre el crecimiento económico en Argentina, México y Brasil de las densas redes de ferrocarriles construidas desde el siglo XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Para el caso de Colombia, Meisel et al. (2014) señalan que el impulso tardío de los ferrocarriles no evitó que los retornos económicos obtenidos fueran relativamente altos y se acercaran a los presentados por los ferrocarriles europeos del siglo XIX. 3. La fundación deL banco de La repúbLica Para inicios de la década de los veinte el atraso de Colombia en términos de infraestructura de transporte era muy importante. El desarrollo de los ferrocarriles que había sido la norma en otros países de la región en la segunda parte del siglo XIX, no tuvo este mismo auge en el país. El apro- vechamiento de las buenas condiciones internacionales para la exportación Historia del Banco de la República, 1923-2015 38 del café y otros bienes básicos, hacían necesario contar con infraestructura adecuada que permitiera conectar los centros urbanos y de producción con los puntos de importación y exportación. Sin embargo, el emprender un ambicioso plan de obras públicas requería una cantidad importante de recursos con los que el país no contaba. El crédito externo se mostraba entonces como el camino para emprender el proceso de ‘modernización’ que el país requería. Las condiciones de los mercados internacionales de crédito eran compli- cadas luego de la terminación de la Primera Guerra Mundial y Colombia no contaba con el prestigio propio de un buen deudor. Como lo señala Patiño Roselli (1981), la administración del presidente Suárez había tratado de conse- guir recursos de crédito en los Estados Unidos sin mucho éxito, y fue solo hasta mediados de la década que los banqueros norteamericanos dieron vía libre al fuerte flujo de recursos para el país. Aunque las explicaciones que se han propuesto a la creación del Banco de la República en 1923 han sido variadas, la estabilización del sistema bancario del país con el propósito de acceder a los mercados internacionales de crédito es una de las más aceptadas. La Primera Guerra Mundial marcó un cambio fundamental en el liderazgo de los mercados globales de crédito. El Reino Unido pasó de ser acreedor a ser un deudor neto, proceso que derivó en una serie de restricciones a los préstamos internacionales gestionados en Londres, afectando a los países de América Latina y obligándolos a enfocarse en Nueva York como nueva fuente de recursos. No obstante, las tensiones asociadas con la separación de Panamá a principios del siglo XX dificultaban la interacción entre Colombia y los Estados Unidos, hecho al que se le sumaba el distanciamiento del sistema bancario colombiano de los estándares internacionales de la época, lo que producía desconfianza en los banqueros norteamericanos. La firma del tratado Thompson-Urrutia en 1914 y la entrega de los primeros USD 5 millones de la compensación acordada a principios de los veinte, trazaron el camino que concluyó con la fundación del
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