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BOLETÍN 
de la 
Oficina Sanitaria Panamericana 
(REVISTA IEENSUAL) 
l 
AVISO-Aunque por de contado dcspliipase el mcxpr cuidado en la selección de los trabajoa 
publicados in tofo o compendiados. sólo loó autores SOR solidarios de ias opiniones 
vertida-s. 4z menos que conste expiicitamente lo contAri 
Año 18 MAYO de 1939 No. 5 
EL CONTRALOR DE LAS DROGAS ESTUPEFACIENTES: 
LO REALIZADO EN EL URUGUAY 
Por JAVIER GOMENSORO 
Director del Departamento de Sanidad Internacional y Edueacih Sanitaria; 
Secretario de la Comisi6n de Coordinación de Lucha contra Eas Toxico- 
manZas; Profesor de Higiene Social del Instituto Normal 
Con fecha ll de septiembre de 1937 el Poder Ejecutivo puso el 
cúmplase de la Ley No. 9692 sobre Importación y Tráfico de Estupefa- 
cientes. De acuerdo con lo preceptuado en la misma el Poder Ejecu- 
tivo, por intermedio del Ministerio de Salud Pública y con fecha 27 de 
abril de 1938l reglamentó la precitada Ley No. 9692 y creó una Comisibn 
Honoraria Consultiva de Coordinación de Lucha contra las Toxico- 
manfas e Importación y Tr4fico de Estupefacientes, integrada por cinco 
delegados del Ministerio de Salud Pública-Departamento al que ha 
quedado encomendada la vigilancia y aplicación de las medidas estable- 
cidas en la Ley-y un delegado de cada una de las siguientes reparti- 
ciones públicas: Ministerio de Relaciones Exteriores; Administración de 
Justicia; Dirección General de Comunicaciones ; Dirección General de 
Aduanas; Jefatura de Policia de Montevideo. 
La Comisión Honoraria Consultiva, presidida, de acuerdo con lo 
dispuesto en la Reglamentacibn, por el Jefe de la División de Higiene, 
Prof. Dr. Rafael Schiafhno, acaba de constituirse, iniciando su labor 
coordinadora que redundará sin duda en un positivo beneficio social. 
La Ley y Reglamentación a que hacemos referencia culminan un 
esfuerzo continuado que tuviera su comienzo en el año 1932 en lo que 
respecta a la lucha contra las drogas estupefacientes y prevención 
de la toxicomanía. 
1 Memoria del Mirdaterio de Salud Pública-2 de octubre de 1936 B 1” de junio de 1938-Dr. Juan CBsar 
Mustio Fournier; p. 83. 
405 
406 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA IMayo 
Este esfuerzo que señalamos, ha merecido en reiteradas ocasiones, el 
elogio del Organismo de Contralor de Ginebra-el Comite Permanente 
del Opio y de la Comisión Consultiva del Opio-donde nuestro Delegado, 
el Ministro Plenipotenciario Dr. Alfredo de Castro, ha contribuido a la 
dilucidación de los tópicos en debate, con alto criterio jurfdico y visión 
profunda de los problemas a resolver. 
Antes de 1932, poco en verdad era lo que nuestro pafs habla hecho en 
materia de contralor de drogas estupefacientes. Cierto es que habfamos 
ratificado los Convenios de la Haya en 1912 y de Ginebra de 1925; 
pero faltaba todavía la acción continuada y coordinadora, que diera 
el tono a la labor a cumplirse. Esa unidad se alcanza en 1933, al 
crearse por Decreto de la Presidencia de la Republica, de 2 de jumo de 
ese año una Comisión de Defensa contra la Toxicomanfa y Contralor 
del Tráfico de Estupefacientes, cuyos fines primordiales eran el vigilar el 
estricto cumplimiento de las disposiciones nacionales e internacional 
vigencia, relativas al consumo y comercio de alcaloides; el centralizar 
todos los datos que tuviesen relación con el número de toxicómanos en el 
pafs y con el tráfico ilfcito y expendio lícito de los estupefacientes; y el 
realizar una activa propaganda educativa para evitar la extensión de la 
toxicomanía. 
De esa manera se lograban unificar en un organismo asesor las dis- 
tintas instituciones publicas y privadas con directa participación en la 
lucha, ya que se consideró, de acuerdo con los compromisos interna- 
cionales y con los fundamentos de doctrina que inspiraron el proyecto 
de reglamentación, que la labor a desarrollarse debía tener un carácter 
de integralidad, y contar en consecuencia con el aporte invalorable de 
los diversos núcleos especializados, preciosos colaboradores del orga- 
nismo de Salud Pública, al cual de acuerdo con las leyes Nacionales, le 
competia la misión de ejecutor. Se inicia asi, la compleja labor. 
Creado el organismo, se reglamenta con fecha lo de julio de 1933, el 
movimiento de los estupefacientes nocivos y su distribución. De 
acuerdo con las disposiciones de la Convención de Ginebra de 1925, se 
resuelve proteger a la colectividad y colaborar internacionalmente 
contra los daños mundiales del tráfico de las drogas estupefacientes, 
fuera de las necesidades médicas y cientificas. El Estado uruguayo 
asumfa así el contralor integral de todas las formas de producción, 
elaboración, transformación, importación, re-exportación, comercio, 
cesión y distribución y consumo de las sustancias estupefacientes en 
estado natural o preparadas en cualquier forma que fuere, y cualquiera 
sea la cantidad de narcótico que aquellas contuvieren. Es la misión 
humanitaria del Estado, consagrada por esa reglamentación, que va a 
tener luego nuevas expresiones al enviarse a Ginebra el Instrumento de 
Ratificación del Convenio del Opio, firmado en aquella ciudad el 13 de 
19391 ESTUPEFACIENTES 407 
julio de 1931; y al discutirse a propuesta de nuestro pafs, en el seno de la 
Comisión de Higiene Social y luego en las Plenarias, de la VII Con- 
ferencia Interamericana de Montevideo, este problema de la Toxico- 
manía. En aquella ocasión nuestros Delegados sostuvieron puntos de 
vista muy importantes para la defensa social en el orden interno e 
internacional. Se estableció en forma de recomendaciones especiales, 
que los paises de América, cuando lo permitieren sus leyes internas, 
instituyeren el Monopolio por el Estado de las drogas estupefacientes, 
considerándose que es éste uno de los procedimientos más eficaces, 
para evitar el tráfico de las mismas. Que los toxicómanos, en la legisla- 
ción de cada país, no fuesen considerados en la categoría de los delin- 
cuentes comunes, sino como casos patológicos que exigen una asistencia 
especial por parte del Estado. Y a objeto de que las disposiciones 
restrictivas a adoptarse pudiesen llegar a un resultado más eficiente, 
cada país sancionaría una legislación penal severa, sustituyendo el 
viejo e inocuo sistema de las multas, por el m&s eficaz y aleccionador 
de las penas corporales. 
Estas recomendaciones son ya una bella realidad. El Uruguay quizás 
sea la única nación de América que ha cumplido con todos esos requisitos 
y será la primera que señale estadísticas modelo en la solución de este 
problema, que ha pasado en los años de la post-guerra, del terreno de Ia 
medicina legal, a integrar una de las preocupaciones más serias de la 
medicina social. Porque como lo hace notar un distinguido penalista 
argentino, el Dr. Juan Pedro Ramos, el uso de ciertos estupefacientes, 
que entró por el canal de la Terapéutica, se está convirtiendo en un 
problema fundamental para el porvenir de la raza. Introducido en 
efecto en ciertas clases sociales por %nobismo” se va extendiendo, 
en razón de circunstancias diversas, a todos los sectores y acaba por 
constituir un serio problema, al que no se le puede dejar de prestar 
atención. 
El año 1934 marca fechas fundamentales en la prosecución de la 
lucha en Uruguay. El 12 de enero se sanciona la Ley Orgánica de 
Salud Pública, que en su Artículo 23 dispone la Policfa de los Vicios 
Sociales, Alcoholismo y Toxicomanfa; el 19 de marzo, se reglamenta el 
Decreto-Ley de la Presidencia de la República de 5 de febrero de 1934, 
estableciéndose la obligatoriedad de la doble receta médica, para los 
facultativos que prescriban drogas estupefacientes. 
La nueva Constitución de la República (1934), consagra también 
disposiciones tendientes a luchar contra las drogas estupefacientes y 
contra la toxicomanía. Y unido a todas esas disposiciones, está el 
trabajo continuado de la Oficina pertinente, que funciona en la Ins- 
pección de Farmacias del Ministerio de Salud Pública. Esa labor, de 
la cual tuvo constante conocimiento laComisión Honoraria, se ha 
traducido en la total articulación de nuestro tráfico lícito. 
408 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA WYO 
Más que las palabras están las cifras, que son de una elocuencia 
indudable. Tenemos así que los consumos de estupefacientes en el 
Uruguay han bajado en una forma realmente sorpresiva. Veamos lo 
que nos dice este cuadro: 
Promedio 
1950 a 1934 
Opio.. . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 kilos 
Morfina.......................... 10 “ 
1936 
68 kilos 
6 “ 
Dismi- 
nución 
15% 
40% 
Heroha., . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 “ 5 ‘< 50% 
Hojas de Coca.. . . . . .._. . , . . . . . . . 38 “ 11 “ 
Cocaína.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 “ 13 “ 
El consumo de estas drogas en 1937 fue el siguiente: 
71% 
27% 
Opio total. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 K. 
Morfina.. . . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 K. 500 grs. 
Heroína............................................... 4 K. 500 grs. 
Hojas de coca......................................... 39K. 
Cocafna............................................... 11K. 
Si comparamos estas cifras con las de los consumos del quinquenio 
1930-1934, anteriores al establecimiento de la doble receta, se constatan 
estas variaciones : 
En Opio total.. . . , . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . -3.75% 
ti Morfina................................................. -45yo 
“ Herofna................................................. -55% 
“ Cocaína................................................. -38.88% 
Otro de los éxitos alcanzados por la eficiencia de ese contralor que 
señalamos fue el obtenido en los hospitales de Montevideo, en uno de los 
cuales, el Fermin Ferreira, el contralor arrojó el descenso que se traduce 
en estas cifras: 
Heroína.................................................. 45% menos 
Morfina.. . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51<r, “ 
Cocaina.................................................. 44oJ, “ 
Quedaba, sin embargo, por resolver y está todavía en vfas de serlo’ 
ese problema tan complejo del tráfico ilfcito de las drogas estupefacientes, 
que motivó como se recordará una nueva Convención, que fue firmada 
ad referendum por nuestros Delegados Plenipotenciarios en Ginebra, 
el 26 de junio de 1936 y donde se discutió por parte de los expertos esta 
compleja cuestión. 
Adelantándonos una vez más al movimiento mundial, el Cuerpo 
Legislativo sancionó en 1937 la Ley N” 9692, sobre Importación y 
Tráfico de Estupefacientes, que fuera proyectada por el Senador Dr. 
Carlos Butler y que ha sido reglamentada por Decreto de la Presidencia 
de la República, de 27 de abril de 1938, habiéndose constitufdo reciente- 
19391 ESTUPEFACIENTES 409 
mente la Comisión Coordinadora Honoraria de Lucha contra los 
Estupefacientes. 
Dos de las recomendaciones especiales que motivaron, a propuesta de 
nuestro pafs, el pronunciamiento de la VII Conferencia Panamericana 
de Montevideo de 1933, se consagran en el nuevo estatuto legal y su 
reglamentaci6n: 
(1) EI monopolio de importación por el Estado, de la coca, de1 opio bruto y 
oficinal, de los extractos de opio, morfina, cocafna, haschis y en general de toda 
sustancia, que a pequeñas dosis, tenga acción estupefaciente. (2) El estableci- 
miento de penalidades más severas para con los traficantes de drogas. 
En este ultimo aspecto la ley representa un adelanto evidente sobre las 
disposiciones anteriormente consagradas, máxime que en ningún caso los 
delincuentes podrán gozar de los beneficios sobre supresión de condena y 
libertad anticipadas, establecidas por las leyes Nos. 5393 y 5637, de 
25 de enero de 1916 y de 30 de enero de 1928, respectivamente. 
La lucha contra las toxicomanfas y tráfico ilícito de estupefacientes ha 
sido encarada, por lo que se ve, en nuestro pafs, con un alto criterio 
social y con un sentido de integralidad. 
La coordinación y la fiscalización de la lucha; la sanción de una legislzc 
ción punitiva que va a aplicarse desde este año; el aspecto educativo y de 
propaganda; el tratamiento del toxicómano y su aislamiento social; el 
asesoramiento químico y farmacológico; asf como la cooperación de 
los Delegados de diferentes instituciones, constituyen el basamento de 
una labor ardua y compleja, que ha tenido que resolver sobre el terreno, 
problemas muy hondos, luchando contra la indiferencia, la incompren- 
sión, los intereses encontrados y, a veces, hasta con Ia extrema suscepti- 
bilidad de algunos profesionales. 
La labor del Comité de Contralor, que tuve el honor de integrar, desde 
los días iniciales de 1932, en que fuera planteado el problema, a propuesta 
del entonces Presidente del Consejo de Salud Pública, Dr. Eduardo 
Blanco Acevedo, ha sido realmente enorme. 
Yo no podría citar a todos los cooperadores, sin caer en omisiones lamentables. 
Evoco sf, a los iniciadores de la obra que, junto al Dr. Blanco Acevedo, apoyaron 
aquélla con su experiencia, con su sapiencia y con su contribución, desinteresada 
e indeclinable, redactando los regIamentos basicos y creando toda la jurispru- 
dencia posterior: El Dr. Elio García Austt, que presidió la Comisi6n iniciadora 
de los trabajos; el Ministro Plenipotenciario Dr. Alfredo de Castro, Delegado 
Permanente ante la Comisión Consultiva del Opio, que nos prestó una colabora- 
ción invalorable y tuvo participación muy activa en la redacci6n del primitivo 
reglamento; al Asesor Jurfdico Sanitario, Dr. Heriberto Mantero, que presidió 
la primera Comisión Represiva de la Toxicomanfa y que al igual del señor Inspeo- 
tor Gral. de Farmacias, Don Lorenzo Faravelli Musante y de quien habla, inte- 
graron todas las Comisiones, Delegaciones y Comites sobre el Contralor de 
Estupefacientes, desde 1932 hasta eI presente; y los Drs. Abel 1. Zamora, José 
410 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Mayo 19391 
Mora Otero, Domingo Ghiribaldo y CBsar G. Gutiérrez, miembros de esa Comi- 
sión iniciadora. 
El señor Presidente de la República, Gral. Arq. Don Alfredo Baldomir, en 
aquel entonces Jefe de Policía de Montevideo, asistiá tambien a las reuniones 
preliminares, prestó el concurso del Instituto policial, y Cooper6 ante la Comisión, 
por intermedio de su Delegado, Dr. Luis Gravina Ortiz. 
Nuevamente la Administraciún de Justicia, el Instituto policial, el Ministerio 
de Relaciones Exteriores, la Direcci6n Gral. de Comunicaciones y la Dirección 
Gral. de Aduanas, van a colaborar con el Ministerio de Salud Pública, en la 
importante obra que se viene desarrollando. 
Más que las palabras hablan con elocuencia los hechos y las cifras. 
No creo pecar de optimista al esperar que dentro de poco tiempo 
podamos señalar ante el pais promisores resultados en la prevención del 
tr&ico ilícito, como podemos hacerlo hoy en forma tan elocuente, frente 
al tráfico licito. 
Tenemos en efecto el armamento legal; el 6rm.e propósito del Gobierno 
de hacer cumplir las leyes y disposiciones, dictadas en beneficio de la 
sociedad y la llama del entusiasmo, para luchar por el imperio de una 
mejor disciplina del espfritu y de una más exacta comprensión del 
deber moral. Porque no debemos olvidar que también lo moral juega 
en este problema complejo de la toxicomanfa una misión trascendente. 
Ante la crisis del espiritu y ante el deseo de sacar de sus cauces a las 
leyes biológicas que rigen lo más íntimo de la sustancia humana, ofrece- 
mos nuevos elementos constructivos y de defensa social, que deben 
merecer la comprensión y el apoyo de todos los que se muevan en nombre 
de un sincero ideal de perfectibilidad. 
Formación del maestro.-No son los hombres más ilustrados los que resultan 
mejores maestros, y para alcanzar ese título, es indispensable la dedicación 
completa e inteligente para llegar a la preparación suficiente. No basta saber 
y saber mucho, es preciso que el maestro reflexione alestudiar cada problema, 
que examine todos los datos para colocarlos ordenadamente, dandole a cada uno 
de ellos el valor que le corresponde, procurando como final de ese trabajo, después 
de haberle digerido bien, ponerlo a la altura de los alumnos para quienes est8 
destinado. El maestro no se hace en un día, necesita meses y a veces años, 
pero no hay que preocuparse del tiempo que es necesario, porque el trabajo que 
él realiza, si resulta perfecto, es para bien de sus discípulos quienes a su vez 
m& tarde podran seguir su ejemplo, utilizando su trabajo. El maestro hace el 
discípulo, y el profesor que logra interesar a sus alumnos haciéndoles fácil la 
enseñanza en cuanto a la comprensión, pero profunda en el sentido científico, 
habrá realizado una obra patriótica. El que es buen maestro debe enseñar a 
sus discípulos todo lo que sabe, no guardar nada para sí, no debe esconderles 
nada, en eso consiste su nobleza y los que tal hagan, tendran la satisfacción del 
deber cumplido y la satisfacción aun mayor del reconocimiento de sus discípulos. 
-FRANCISCO DOMfNGIJEZ, An. Acad. Cien. Méd. Fis. & Nat. Hab., No. 2, 193& 
39, p. 93.

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