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SánchezCatalina_2021_PrácticasComunicaciónPopular

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I 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN POPULAR Y ALTERNATIVA: UNA 
SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS SOBRE LA ALIANZA DE MEDIOS 
ALTERNATIVOS, MEDELLÍN 2014-2021 
 
 
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TÍTULO DE POLITÓLOGA 
CATALINA SÁNCHEZ JIMÉNEZ 
MODALIDAD MONOGRAFÍA 
 
 
 
 
 
 
 
PROGRAMA DE CIENCIA POLÍTICA 
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS 
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA 
MEDELLÍN 
2021 
 
 
 
II 
 
Agradecimientos 
Al prodaqz por esparcir ilusión con realidad, a mi familia por aguantar los brotes de 
rebeldía sembrados en la esperanza de ver la luz dentro de la caverna, al 
movimiento social en Bello que posibilita conocer a la AMA, 
a la Utopía por trasformar el mundo con arte, 
política y poder popular; oxígeno 
en un territorio lacerado. 
 
Gratitud a los profes de la carrera que enseñan 
 con consciencia, y a la UdeA por ser matriz 
de tanta magia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
III 
 
 
Tabla de contenido 
Introducción............................................................................................................................... - 2 - 
1. Comunicación y medios de comunicación .......................................................................... - 7 - 
1.1. La comunicación en la ciencia política y la política .................................................... - 10 - 
1.2 Comunicación Política .............................................................................................. - 13 - 
2. Comunicación popular y alternativa.................................................................................. - 13 - 
2.1 Los actores sociales de la comunicación popular y alternativa ................................... - 17 - 
2.2 Prácticas y escenarios de comunicación popular y alternativa .................................... - 18 - 
1. Metodología ..................................................................................................................... - 21 - 
3.1 Recuperación documental ......................................................................................... - 22 - 
3.2 Revisión crítica de publicaciones .............................................................................. - 22 - 
3.3 La observación no participante.................................................................................. - 23 - 
3.4 Entrevista no estructurada a los sujetos de las experiencias ....................................... - 25 - 
4. Nacimiento y devenir de la Alianza de Medios Alternativos: hija de la movilización social y la 
palabra escrita .......................................................................................................................... - 26 - 
6. Aprendizajes y conclusiones ......................................................................................... - 40 - 
7. Bibliografía ...................................................................................................................... - 44 - 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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PRÁCTICAS DE COMUNICACIÓN POPULAR Y ALTERNATIVA: UNA 
SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS SOBRE LA ALIANZA DE MEDIOS 
ALTERNATIVOS, MEDELLÍN 2014-2021 
 
Resumen: La presente investigación busca evidenciar y analizar las prácticas de 
comunicación popular y alternativa de la Alianza de Medios Alternativos (AMA), haciendo 
especial énfasis en las ediciones del periodo A la calle, en el periodo 2014-2021. Para ello, 
se definen teóricamente la comunicación, la comunicación popular, bajo qué premisas se 
sustenta su “alternatividad”, y cuál es su relación con la comunicación política y la diferencia 
con los medios de comunicación masiva o mass media. Además, se abordan las 
circunstancias de su nacimiento, el contexto social y político en Latinoamérica, que diera 
lugar a una gran influencia en la región. Posteriormente, se examina el surgimiento de la 
Alianza, y tras una revisión crítica del periódico A la calle, la lectura de las actas de las 
asambleas y la información recabada en las entrevistas no estructuradas, se da cuenta del 
quehacer de la AMA, de sus objetivos y los instrumentos para llevarlos cabo, de su tendencia 
ideológica, de su activismo político y de la quietud que supuso la pandemia ligado a la falta 
de un músculo económico que parecen marcar la antesala del ocaso de la organización. 
Abstrac: This research seeks to evidence and analyze the popular and alternative 
communication practices of the Alianza de Medios Alternativos (AMA), with special 
emphasis on the editions of the period A la calle, in the period 2014-2021. To do this, 
communication, popular communication are theoretically defined, under what premises its 
"alternativity" is based, and what is its relationship with political communication and the 
difference with the mass media or mass media. In addition, the circumstances of its birth are 
addressed, the social and political context in Latin America, which would give rise to a great 
influence in the region. Subsequently, the emergence of the Alliance is examined, and after 
a critical review of the newspaper A la calle, the reading of the minutes of the assemblies and 
the information gathered in the unstructured interviews, it realizes what to do with the AMA, 
its objectives and the instruments to carry them out, its ideological tendency, its political 
 
 
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activism and the stillness posed by the pandemic linked to the lack of an economic muscle 
that seem to mark the prelude to the decline of the organization. 
 
 
Introducción 
La presente investigación busca evidenciar y analizar algunas de las prácticas de 
comunicación popular y alternativa de la Alianza de Medios Alternativos (AMA), en el 
periodo 2014-2021, con especial énfasis en el análisis del periódico A la calle. Tales prácticas 
dan cuenta de los recursos, formatos, e instrumentos de comunicación de los que disponen 
los colectivos sociales para cumplir su labor comunicativa, cuya vertiente popular nace de la 
cercanía a los movimientos sociales; sus luchas y reivindicaciones, y su alternatividad; por 
su lugar de enunciación; el barrio, la comuna, la universidad pública, la fábrica, y por los 
diferentes recursos de los que disponen a la hora de comunicar; periódico popular (pequeños 
tirajes autofinanciados), mural, grafiti, perifoneo. Su alternatividad también tiene que ver con 
la concepción según la cual, el trabajo comunicativo desde los movimientos sociales está 
marcado por una clara oposición a los medios informativos cercanos al poder y a su ejercicio 
propagandístico del statu quo. 
Uno de los objetivos al analizar las prácticas de la AMA, –autodenominada como medio de 
comunicación alternativo y a la vez como plataforma, por conformarse a partir de diversos 
colectivos y organizaciones–, es dar cuenta de esos recursos propios, sui géneris, si se quiere, 
de sus dinámicas de organización interna y su apuesta externa. De ahí que el acercamiento 
investigativo se haga desde la sistematización de experiencias, pues allí se valora, expone, y 
da cuenta de cómo la experiencia de la AMA constituye una episteme (forma de conocer), de 
la cual se puede nutrir teóricamente la ciencia política y las áreas de la comunicación. 
Posteriormente se precisarán las definiciones conceptuales de comunicación, política, 
comunicación política, comunicación popular y alternativa. Identificando las formas de 
proceder de la plataforma, sus expectativas e intenciones, y poco a poco, descubriendo la 
esencia de la AMA con relación a la comunicación popular y alternativa. Por eso entre las 
técnicas metodológicas se usa la observación participante y la entrevista no dirigida, la cual 
 
 
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permite un acercamiento más flexible, es decir, tales técnicas buscan una lectura menos 
utilitarista, más abierta y participativa, si se quiere, más constructiva.La motivación principal del presente trabajo gira entorno a la experiencia como fuente de 
conocimiento (sistematización de experiencias), de ahí que se valore sobremanera la realidad 
social del sujeto, sus interacciones sociales y su entorno político. Por ello, en términos 
metodológicos se privilegian métodos cualitativos, como la observación participante y la 
revisión, rastreo y recuperación documental, para finalizar con una revisión crítica de las 
publicaciones. 
Al ocuparnos de la esfera de la comunicación hoy día, nos damos cuenta que el ser humano 
se mueve en el plano de la comunicación inmediata, en la exigencia de la prontitud del 
mensaje y la desbordante producción de datos, en la necesidad de saber lo que sucede en 
tiempo real al otro lado del hemisferio, y en trasmitir en tiempo real los hechos, ésta dinámica 
está relacionada con un mundo globalizado e hiperconectado. Sin embargo, la comunicación 
popular y alternativa se mueve en otro ámbito, si se quiere, más local y en un tiempo más 
lento, producto de la cotidianidad del barrio, la comuna, la ciudad, pues adquiere un 
compromiso con su entorno cercano y con una necesidad local. 
Los medios que se ocupan de ese tipo de comunicación, es decir, mediada por la urgencia y 
la necesidad de satisfacer la curiosidad de las masas, del acontecer cotidiano, del mero hecho 
noticioso, convirtiéndose así en “un producto de mercado como cualquier otro, rigiéndose 
por la misma racionalidad técnica e instrumental que cualquier otro producto de consumo, 
bajo la planificación y el sentido de la más pura rentabilidad económica” (Chiva, 2011, p.3), 
se denominan mass-media o medios de comunicación masiva, y como indica Chiva (ibídem) 
el hecho de subsumirse en gran parte a intereses económicos les hace perder su capacidad 
crítica y emancipadora, contrariamente a esto, los medios populares y alternativos, 
reivindican el fin “emancipador” de la comunicación y su función social, es decir, una 
relación dialógica con el receptor, y no meramente pasiva, reducida a lo informativo, y ya 
que no buscan la mera rentabilidad económica, sino una postura crítica frente al poder, 
pueden mantener posturas políticas independientes y justicieras frente a los poderes 
económicos, empresariales y el gobierno. 
 
 
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Hace más de un siglo, Thomas Macaulay afirmó que el periodismo era el cuarto poder, 
afirmación que luego se fue asimilando a los medios de comunicación en general, y es ya 
histórica la concepción de que saber es poder. Y esto se ha podido evidenciar en procesos 
sociales que se han servido del poder de la comunicación y algunos de sus instrumentos en 
la actualidad como las redes sociales, que han llevado incluso a cambio de regímenes 
políticos, como ocurrió en Medio Oriente con la denominada “primavera árabe”, y la 
influencia de los medios y la conectividad para concentrar y movilizar a la población, hecho 
que han estudiado académicos como Khaled Hroub y Xosé Soengas, por mencionar algunos. 
Por eso, los Estados se procuran sus propios medios de comunicación y los más autoritarios 
emplean fuertes estrategias de censura, aprueban leyes “mordaza” contra la prensa, o bien, 
solo permiten el funcionamiento de los medios oficiales. 
Podría decirse que en el contexto Latinoamericano es donde más han florecido las prácticas 
de comunicación popular y alternativa, como respuesta a varios fenómenos; el control de los 
medios de comunicación por parte de las elites económicas, -para un ejemplo en Colombia, 
recientemente el grupo Gilinski- por otro lado, la censura que se desarrolló en el marco de 
las dictaduras del cono sur (Paraguay, Brasil, Argentina, Chile, entre otros.) y que fue 
heredada por los posteriores gobiernos de transición democrática. En el caso de Colombia, 
el conflicto armado interno y la amplia polarización y sectarismo político, hicieron del oficio 
de periodista y de comunicador, una profesión de alto riesgo, convirtiendo al país en el 
segundo más peligroso para ejercer el oficio después de México. Aunque en la Constitución 
Política de Colombia de 1991 en su artículo 20, se establezca que “se garantiza a toda persona 
la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir 
información veraz e imparcial, y la de fundar medios de comunicación masiva”, hay una 
brecha importante en el derecho y su concreción, pues la libertad de expresión se ve 
seriamente coartada y no hay cómo exigir veracidad en la información, de ahí la necesidad 
que ha surgido desde la sociedad civil o el origen popular para comunicar y emplear sus 
propios medios; contrarios a los medios masivos, creando periódicos, y radios comunitarios 
y locales. 
 
 
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Ahora bien, sería una tarea inagotable referenciar todos esos procesos de comunicación 
popular y alternativa en el país, por eso el presente trabajo se centra en la Alianza de Medios 
Alternativos y sus prácticas, una plataforma de cooperación entre diferentes medios 
alternativos de la ciudad de Medellín, para entender este proceso se realizará una 
sistematización de experiencias, ya que el proceso mismo de creación literaria, difusión, 
levantamiento fotográfico, en el marco de un medio hostil con el comunicador y recursos 
precarios, constituyen condiciones comunes en la comunicación popular y alternativa. 
En ese medio local el presente trabajo también busca reconocer el diálogo de la comunicación 
y la política, no sólo en la generación de opinión pública o en su forma masiva, donde se 
impactan miles de espacios, instituciones y, sobre todo, la cotidianidad de los individuos. 
Sino también, aquellas otras aristas donde se maximiza el criterio y la cultura política de 
manera subjetiva e intersubjetiva. Hay un poder indiscutible en la comunicación, por eso, la 
intención de visibilizar la relación que tiene con la política, aunque temas como el marketing 
político y el interés mediático de las campañas políticas se llevan gran parte de la atención. 
En ese sentido, hablar de comunicación política es también hablar de comunicación 
alternativa y popular, un tipo de comunicación con postura crítica y bases políticas que asume 
el papel de transformar la realidad, sobre todo, desde una dimensión política donde los sujetos 
involucrados en el proceso comunicativo construyen y viven una realidad distinta a la 
reflejada y relatada por los medios de comunicación masiva. La investigación busca destacar 
algunas formas de comunicar inspiradas por lo social y para lo social, en aras de consolidar 
individuos más participativos en los asuntos públicos. 
Por ello, se opta por la sistematización de experiencias, en concreto, de dos prácticas de la 
AMA, la primera: el periódico A la Calle y la segunda, las Asambleas generales, que se 
realizan como plataforma para la toma de decisiones y continuidad del proceso interno, con 
la intención de conocer a profundidad la visión y objetivos de la Alianza, su manera de 
preocuparse por hacer una comunicación con las personas de a pie, con sectores sociales 
marginados y excluidos. En ese proceso se reconoce la incidencia que han generado estos 
medios en los debates de interés público en el Valle de Aburrá, y de qué modo han 
incentivado la participación de procesos comunitarios y populares creando alianzas, 
 
 
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construyendo otro tipo de comunicación, otras formas de relaciones sociales en medio del 
ciclo comunicativo y teniendo presente el discurso popular de los barrios periféricos, las 
zonas rurales afectadas por la violencia, el discurso de los estudiantes, las mujeres, y muchos 
otros actores que se identifican durante el proceso investigativo y de sistematización. 
Otra de las técnicas en este proceso investigativo es la observación participante; con el 
objetivo de definir cómo se percibe el proceso de la Alianza, tanto a distancia como en la 
cercanía, su alcance e incidencia enlos territorios, en los receptores y los espacios donde 
participa. Por otro lado, está la revisión crítica de las publicaciones, para analizar el contexto 
de lo publicado, el objetivo del mismo, el tratamiento de los contenidos y su análisis político. 
Y, por último, la entrevista no dirigida, para comprender la perspectiva de los integrantes, 
sus pretensiones subjetivas, la trasformación intersubjetiva que algunos de ellos 
experimentaron, la entrega de tiempo, esfuerzo y conocimiento que enmarca esta Alianza de 
colectivos e individualidades. Todo ello nutre la sistematización y es posible enlazarla con 
los referentes teóricos que giran en torno a los conceptos claves: comunicación política, 
comunicación popular y alternativa y prácticas de comunicación popular, que se integran a 
la experiencia de la Alianza logrando los objetivos planteados, y que pueden descubrirse en 
el desarrollo de cada capítulo. 
Esta enmarcación conceptual entra en diálogo con el constructivismo social (Luckmann y 
Berger, 1966) pues esta apuesta teórica reconoce la importancia de los actores y sus procesos 
sociales como creadores de la realidad, considerando necesario estudiar y valorar la 
interacción del sujeto con el entorno, donde él crea sus propios esquemas de la realidad, actúa 
por ellos y produce conocimiento. 
La estructura del trabajo se desarrolla de la siguiente manera; en el primer capítulo se definen 
los conceptos de comunicación, la relación entre comunicación y política, el papel de la 
comunicación en la Ciencia Política. En el segundo capítulo se aborda la comunicación 
popular y alternativa, los actores sociales de la comunicación y las prácticas y escenarios de 
la comunicación popular y alternativa. En el tercer capítulo se expone la metodología; la 
recuperación documental, la revisión crítica de las publicaciones, la observación no 
participante y la entrevista no estructurada. En el último capítulo se analizan las prácticas de 
 
 
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comunicación popular y alternativa a través de la sistematización de experiencias, y se 
reconoce la importancia de sistematizar como propuesta de diálogo que parte de la academia 
hacia la comunidad, que no se limita a lo teórico, sino que abarca la riqueza de las 
experiencias sociales y la producción de conocimiento. 
1. Comunicación y medios de comunicación 
 
La comunicación como producto de una constante interacción, se crea y se recrea 
constantemente, en ella tienen cabida los símbolos, gestos, las palabras y los medios y 
recursos que caracterizan cada producto comunicativo. Empero, con el ritmo acelerado de 
las conexiones online, gran parte de la humanidad se ha convertido en una especie de 
ordenador, que almacena y consume constantemente información, tanto real como falsa, que 
viaja en todas direcciones. Lo cuestionable empieza cuando la información se torna 
unidireccional, como sucede en el difusionismo, donde lo más importante es difundir el 
mensaje, y no hay mayor interés por retroalimentarse del receptor, aunque este pueda ser el 
mayor implicado. 
En Latinoamérica especialmente, en la década de los 60 y 70, comienzan a aflorar 
experiencias comunicativas que se proponen reconstruir el concepto de comunicación 
adaptado por el sistema económico capitalista, relacionado con la importancia de la difusión, 
globalización y expansión del capitalismo. Estas experiencias aluden a otras formas de 
comunicar no masivas y menos invasivas, con perspectivas que parten de definiciones y 
sentidos distintos sobre la acción y el trasfondo de comunicar. 
Entre las voces latinas que promueven la discusión al respecto de nuevas alternativas contra 
la aglomeración de intereses monetarios en la comunicación, se encuentra Adalid Contreras, 
que expone claramente la dinámica, hacia la cual existe un descontento social que reclama 
por los principios éticos, políticos y culturales del desempeño de la comunicación en la 
sociedad, afirma que 
La comunicación funcionalizada a estos sistemas se caracteriza por su orientación (neo) 
difusionista, manipuladora de la información, evasiva de las realidades, con medios de 
 
 
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comunicación administrados como empresas organizadas en sistemas de concentración 
monopólica y representación multinacional, para cuya existencia enarbola la libertad de 
expresión y de prensa que justifican la libertad de empresa. (Contreras, 2016, como se citó 
en Chasqui 130, 2016). 
La comunicación, además de ser una necesidad humana de interacción, se convierte en una 
fuente de ingresos de múltiples empresas, que buscan administrar, controlar y monetizar las 
múltiples posibilidades de interacción. La perspectiva de Contreras se presenta en espacios 
donde se puede hablar de la falta de ética y compromiso de las actuales formas de comunicar 
a gran escala. Otra crítica fundamentada al respecto presenta Herbert al afirmar que los 
medios de comunicación de masas hoy en día, no consolidan la democracia, sino que 
constituyen una oligarquía cultural en la que los programas exitosos son aquellos que ve la 
gente a la que la publicidad quiere llegar. “Esto sólo produce homogeneización de contenidos 
y sobreabundancia de información, y lo que tenemos es un aluvión de material, absurdo, 
sensacional, personal y reducido a la trivialidad” (1973). 
Sumado a esta tendencia a la mediocridad de contenidos, muchas veces opacadas por la 
sobreabundancia de la publicidad, los gobiernos, las grandes compañías de medios de 
comunicación y las alianzas internacionales configuran así mismo, dinámicas hegemónicas, 
sirviéndose de la política, como lo expresa Barbero: 
Las dinámicas ambiguas de la política introducen las intenciones de una hegemonía 
comunicacional, que parte del mercado a la sociedad, donde la comunicación es 
“convertida en el más eficaz motor del desenganche e inserción de las culturas -
étnicas, nacionales o locales- en el espacio/tiempo del mercado y las tecnologías 
globales” (1987, p. 13) 
Claramente ya hemos superado el paso de las meras intenciones de una “hegemonía 
comunicacional”, de ahí que, se desarrolle paralelamente una manifestación política desde 
diversos medios alternativos de comunicación para exigir la creación y el fortalecimiento de 
políticas de Estado o gubernamentales, nacionales o internacionales que supervisen y 
controlen la monopolización de los medios. No obstante, tal regulación no depende de lo 
normativo sino que es de carácter cultural, lo que implica, una tarea de formación política. 
 
 
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Comprender la trascendencia de los medios de comunicación masiva en la sociedad permite 
considerar a la comunicación como un proceso social que según Lois, Amati e Isella (2014), 
se configura como un espacio en común donde se expresan diferencias, ideas, pensamientos, 
gustos y hay “producción de sentidos y significados; proceso inserto en una cultura que es 
un campo de pugna por el significado de la vida, de la experiencia y del mundo, donde se 
encuentran diferentes voces y miradas que entran en conflicto” (pág.7). En este sentido, para 
complementar y acotar el tipo de comunicación al que se refiere el presente trabajo, se cita 
en Mora, (2014) la idea de Wolton (2010) donde existen tres sentidos de comunicación 
Comunicación como experiencia antropológica, entendida como el intercambio con 
el otro: no hay vida individual ni colectiva sin comunicación. […] Comunicación 
como técnica: descripción de procesos lineales e instrumentales que tienden a reforzar 
la noción del receptor pasivo, con pocas posibilidades de negociar significados y 
producir sentidos y, por ende, altamente vulnerable a la manipulación de los medios. 
Y comunicación como necesidad social funcional: posibilidad de intercambio de 
sentidos, conducente a acciones de solidaridad y filantropía. (pág. 466) 
Tanto el primer sentido como el tercero siguen la fundamentación de un tipo de comunicación 
que privilegiael intercambio, la interacción de sentidos, de ideas, la posibilidad del cambio 
social, de la solidaridad, todo esto, podríamos afirmar que es por antonomasia lo que 
caracteriza a los medios populares y alternativos, así mismo, a la Alianza de Medios 
Alternativos, que “parte de prácticas multidisciplinares, con la intención de asumir la labor 
de hacer comunicaciones desde y para las comunidades, en aras de la formación crítica y 
propositiva, que contribuya al fortalecimiento organizativo y les permita centuplicar las 
voces” (AMA, 2017) 
 El segundo sentido ha sido parte de un paradigma dominante, propio de las décadas del 
cincuenta al setenta del siglo XX, que se basa en un concepto de comunicación 
unidireccional, en la cual sólo prima la difusión y el alcance de la percepción del receptor. 
Este tipo de comunicación tiene un fuerte peso en los medios de comunicación masiva, que, 
no permite la interacción, lo que reduce su labor en muchas ocasiones a un ejercicio 
meramente informativo, en décadas recientes este modelo ha evolucionado hacia la industria 
 
 
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del entretenimiento, propia de la etapa actual del desarrollo capitalista y sustento de la 
sociedad de consumo (Mora, 2014), dando pie a la configuración de espacios de poder donde 
la hegemonía controla los mensajes. 
En ese sentido, la comunicación emitida por los medios de comunicación masiva, al no 
permitir la construcción bidireccional entre emisor y receptor, establece una relación en la 
que sólo los emisores hablan, relatan, interpretan; es decir, no importa la correspondencia 
entre ambas partes. Mientras tanto los sujetos receptores, -en sí las personas que no hacen 
parte de la producción de este tipo de comunicación-, son influenciados por la información 
que estos medios emiten; generan cambios e influencian la formación de la opinión pública. 
De ahí, afirmaciones como las de Restrepo (2014) cuando cita a Victoria Camps (1999), 
diciendo que los mensajes que circulan por los medios de comunicación masiva se encuentran 
encaminados al control. 
Aunque este sea el panorama general, hay algunas experiencias Latinoamericanas que han 
decidido comprometerse a través del tiempo con una comunicación sensible desde la base y 
no sólo en la superficialidad de las producciones escritas o audiovisuales, entre ellas, la 
Revista Latinoamericana de Comunicación -CHASQUI-, pionera en el campo de la 
comunicación popular y alternativa, partícipe del debate científico y social sobre políticas y 
estructuras de la comunicación, el periodismo, la comunicación popular, comunitaria, la 
economía política de la comunicación y otras temáticas, esta revista comparte y defiende una 
comunicación “refundada como teoría autónoma para el estudio de todas las formas de 
interacciones comunicativas, desde sus orígenes evolutivos hasta sus manifestaciones 
culturales” (De los coordinadores, p. 59, 2011). 
1.1. La comunicación en la ciencia política y la política 
 
La Ciencia Política como “disciplina joven” dentro de las ciencias sociales, tiene la tarea de 
encontrar otras áreas, otros enfoques, temas y unidades de análisis. Menciona Stoker (1998) 
al recordar a los conductistas, que los hechos no hablan por sí solos, y por eso, la tarea de 
investigar es aportar sentido. Esta investigación busca también resaltar otras esferas temáticas 
de la Ciencia Política, como la comunicación, precisamente en aras de oxigenar ambientes 
teóricos y de estudios empíricos; como la sistematización de experiencias. 
 
 
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Ahora bien, la política como oficio humano, ha concebido al hombre históricamente como 
Zoon politikón, (Aristóteles, 2007), es decir, como un “animal político” que está inserto en 
el proceso de socialización, y al estar inmiscuido en el relacionamiento con otros, sus 
decisiones inciden sobre su círculo cercano. De tal suerte que la comunidad no es solo la 
suma de individuos, sino que implica un proceso de socialización que abarca relaciones de 
poder y formas de organización social, como teóricamente las ha abordado la Ciencia Política 
desde la teoría contractualista y desde la diferenciación Sociedad- Estado. 
De manera que la política hace parte indiscernible de la vida en sociedad, cómo lo mencionan 
Marsh y Stoker (1997) 
la política se encuentra por doquier en la sociedad: desde la unidad familiar, al Estado, 
y desde las asociaciones voluntarias a las corporaciones multinacionales. La política 
entraña enfrentamiento y colaboración, refleja la estructura de la sociedad y, por 
supuesto influye en ella. La política es una actividad colectiva. (pág.) 
Ahora bien, desde el análisis politológico se entiende -mayormente, aunque no totalmente- 
la comunicación política, a partir de la “finalidad de convencer e influir en los ciudadanos 
para la aceptación de un modelo económico, político y social, en el cual se sigan ciertas 
normas, valores y principios del sistema político imperante” (Montes et al. 2011, p.86). 
La comunicación y la política, por tanto, en su fusión como comunicación política se han 
analizado desde lo instrumental; enfoques que proyectan “una concepción técnica de la 
primera sobre una concepción manipuladora de la segunda” Gerstlé (2005). Reducidas ambas 
a técnicas, la comunicación a la publicidad, la política al marketing político, las encuestas, 
las herramientas de sondeo y demás. 
Es preciso entonces, entender la comunicación política también como una apuesta que se 
mueve en escenarios no formales de participación y divulgación, vinculados a sectores 
populares, movimientos sociales, asuntos públicos y reivindicaciones sociales. La 
comunicación en estos sectores gira alrededor de procesos formativos, simbólicos y 
cognitivos, donde la interacción genera entre los partícipes del proceso comunicativo un 
fortalecimiento en el compromiso político, donde la misma comunidad construye 
 
 
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comunicación popular y genera educación, de allí que pueda hablarse de cultura política, 
constituida conceptualmente para Almond y Verba de Parsons y Shills, por tres dimensiones: 
Dimensión cognitiva: La dimensión cognitiva de la cultura política atañe a los niveles 
de conocimiento del sistema político por parte de una población concreta. 
Dimensión afectiva: términos de la «distancia-proximidad» de los individuos o 
grupos sociales con respecto a un sistema político concreto. 
Dimensión evaluativa: la dimensión evaluativa hace referencia a la valoración que 
los individuos hacen del sistema político y de sus diferentes componentes. (Citado 
por Morán, M. 1992, p. 41). 
La primera dimensión atañe a un tema formativo, como una cuestión importante entre la 
relación sociedad- Estado y el lugar del individuo reconocido como ciudadano. Proceso que 
se alimenta del conocimiento y la información que se tenga sobre el sistema político, las 
instituciones públicas, los mecanismos para el diálogo estatal y ciudadano en sus diversas 
formas y espacios. 
La segunda dimensión se ocupa de la proximidad que se establece entre el ciudadano y el 
Estado, cuya relación depende en gran medida de la percepción que se tenga del Estado y del 
sistema político, ya que no es igual la concepción que tienen los ciudadanos en un “Estado 
de bienestar” a un “Estado neoliberal” o uno abiertamente autoritario. Y en la tercera 
dimensión, los autores proponen una dimensión valorativa sobre el sistema político, que 
puede estar influenciada por una matriz mediática de los medios oficiales. 
Milton Ortega y Jorge Utreras coinciden en que los medios de comunicación masiva o mass-
media (1986), hacen parte de la construcción de la realidad social, y sus enfoques, fines y 
objetivos se ven reflejados en diferentes sectores de la sociedad, por eso, podría decirse que 
dependiendo de la fuente de información y los intereses de los mass media, puede darse una 
orientación en las sociedades. Para citar un ejemplo, valerecordar la atmósfera de sectarismo 
político que crearon ciertos medios de comunicación en Colombia en la época de la 
Violencia, y cómo este fenómeno, desbordó la violencia política en el país. 
 
 
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1.2 Comunicación Política 
 
Para algunos autores como Beaudoux, D’adamo y Slavinsky (2005) citados por Pérez (2009), 
aún persiste una vieja idea sobre comunicación política, que concibe esta interdisciplina 
como un área para el estudio de la comunicación en el diálogo político, es decir, en relación 
con los procesos políticos; observando cómo el ejercicio político es comunicada por estos. 
No obstante, son muchas las relaciones posibles que giran alrededor de otros espacios no 
caracterizados como formales, legales o estatales, sino que surgen por fuera de la 
institucionalidad, de ahí que sea necesario ampliar el espectro de lo que consideramos 
político, como lo señala Anderson, (1997, p. vii) “actuamos políticamente siempre que 
tomamos decisiones en nombre de otros y no sólo para nosotros mismos. La política con 
lleva una organización y planificación de los proyectos comunes es fijar reglas y normas que 
definan las relaciones […]” (citado por Marsh et al. 1998). 
Por ello es indispensable aclarar que la intención de hablar sobre comunicación política es 
reconocer su amplitud y no agotarla en los medios de análisis electoral o coyuntural, o, a los 
medios estatales o gubernamentales. Si no que el propósito es reconocer esos otros matices, 
donde la política no sólo parte del sistema organizativo de las sociedades legitimado por la 
ley, las políticas públicas o los partidos políticos, sino también, de las dinámicas 
organizativas y de poder de los de abajo, de los movimientos sociales, las acciones colectivas 
y expresiones populares que buscan unir intereses o exigir derechos. 
La comunicación política como lo señala Barbero (1989) encuentra un “radical 
desplazamiento conceptual frente al papel político de los medios de comunicación en la 
conformación de las identidades culturales y políticas de la América Latina urbana” (citado 
en Pérez, 2009). Esta perspectiva posibilita pensar cómo la comunicación política sirve para 
conocer y comprender la cultura de las masas y la cultura política de las sociedades 
latinoamericanas. 
2. Comunicación popular y alternativa 
Luego de introducir el tema de los medios de comunicación, la política y la comunicación 
política, es relevante exponer las propuestas teóricas y conceptuales acerca de los medios 
 
 
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alternativos y populares que buscan diferenciarse de los medios de comunicación masiva. En 
el presente capítulo nos acercamos a las dinámicas de la comunicación popular y alternativa, 
a los aportes prácticos y teóricos en Latinoamérica con relación a la experiencia que la 
Alianza de Medios Alternativos ha vivido. 
Los conceptos -alternativo y popular- son trascendentales en la comprensión y observación 
de la experiencia concreta de la Alianza, pues hacen parte de su autoreconocimiento y su 
identidad. Como ya se advirtió en páginas anteriores, lo “popular” tiene que ver con su 
cercanía a los movimientos sociales; sus luchas y reivindicaciones, y su alternatividad; por 
su lugar de enunciación; el barrio, la comuna, la universidad pública, la fábrica, y por los 
diferentes recursos de los que disponen a la hora de comunicar; periódico popular (pequeños 
tirajes autofinanciados), mural, grafiti, perifoneo. 
En América Latina la comunicación popular se remonta a los años setenta del siglo XX, 
vinculada con acciones de protesta, resistencia y cambio social, impulsadas desde sectores 
populares y espacios comunitarios. Dentro de la comunicación popular y alternativa Mario 
Kaplún (1985) es uno de los autores ineludibles, no solo teorizó al respecto introduciendo 
categorías como comunicación trasformadora o popular, sino que realizó innumerables 
programas radiales por toda América Latina con un enfoque educativo. En uno de sus ensayos 
distingue dos dimensiones para hacer aproximaciones analíticas sobre la comunicación, 
aludiendo a lo “macro” y lo “micro”. 
Valiéndose de las categorías gramscianas podría situarse a los planteamientos de la 
dimensión "macro" como procediendo de la sociedad política, en tanto los medios de 
magnitud "micro" representan hoy por hoy la expresión incipiente de la sociedad civil 
pugnando por su reconocimiento. (Kaplún, 1983, p.40). 
Es decir, en lo “macro” se ubican los medios ligados al poder político, o a aquella esfera de 
la sociedad ligada al poder político, esto, atendiendo a la división Estado-Sociedad, y a la 
concepción según la cual “el estado es la suma de nuestros vicios y la sociedad de nuestras 
virtudes”. Mientras que en lo “micro” se sitúa a los que en pequeña escala realizan acciones 
para la materialización de una comunicación popular, democrática e igualitaria, como lo 
establecen los objetivos de la AMA. Cuya pugna por su reconocimiento deviene de una 
 
 
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exclusión histórica. De tal manera que la Alianza pretende generar un espacio para la 
manifestación de problemas de interés público buscando que, como ellos mismos señalan, 
“el cerco mediático” creado por los medios de comunicación de gran cobertura en el país no 
obstaculice la producción de otros contenidos u otras formas de comunicar. 
Por otro lado, cabe decir que las relaciones que se logran consolidar en el quehacer de la 
comunicación popular son fundamentales para la teoría del constructivismo social, pues a 
partir de ellas se construye conocimiento intersubjetivo que sirve para asumir papeles 
participativos y trasformadores de la realidad, es la “vida cotidiana que se presenta como una 
realidad interpretada por los hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un 
mundo coherente.” (Berger y Luckmann, 1983, p. 34). En ese sentido, Uranga (2012), 
menciona la importancia de referirnos a los actores populares, los cuales llenan de significado 
a la comunicación popular y comunitaria, siendo el objetivo facilitar la participación y la (re) 
construcción de los vínculos entre los vecinos y las organizaciones sociales como alternativa 
a lo producido por los mass media. 
Se debe mencionar además, que existen diferentes conceptos que comparten características 
con respecto a la “otra” comunicación como la nombra Kaplún (1985), entre los principales 
se encuentran: alternativo, popular y comunitario, los cuales marcan la diferencia con la 
comunicación masiva, para Merino (1988) la comunicación es alternativa, cuando se 
reestructura la forma en la que se comunica, entendiéndose como oposición y propuesta al 
modelo político económico capitalista, y es "orientada hacia la búsqueda de alternativas que 
rompan la verticalidad del proceso comunicacional de los medios masivos de las clases 
dominantes" (p.15). De acuerdo con esta idea, Ortega (1986) advierte que no sólo es la simple 
utilización de medios alternativos antagónicos a los mass media, sino que también toda 
experiencia de comunicación alternativa debe entenderse al interior del proceso social, en 
una lógica integral que realmente conlleve una comunicación distinta. 
También Barbero (1981), usa la categoría de “comunicación otra”, no en el sentido de Kaplún 
(1985), para referirse a “procesos alternativos de comunicación”, sino, sobre las diferentes 
formas de comunicación que se dan en las “prácticas cotidianas de las masas populares”, es 
decir que centra su análisis en la matriz cultural, de tal manera que lo popular se refiere 
 
 
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ineludiblemente a un asunto de clase, y se desprenden de allí unas formas de comunicación 
propias que, al darse en contextos de constante interacción y cercanía se basan en el diálogo, 
como lo ejemplifica en las relaciones comerciales y de intercambio que se dan en la plaza de 
mercado y aquellas que se dan en el supermercado, estas últimas, mediadas por la publicidado por vendedores que cumplen una mera tarea funcional, que no dan lugar al diálogo, de tal 
manera que también los espacios sociales van configurando un tipo de comunicación. 
Del mismo modo, Mora (2014) afirma que la comunicación popular y comunitaria aporta a 
la construcción de nuevos discursos y prácticas para disputar el poder en el escenario público, 
y se caracteriza por ser democrática, participativa y plural, en aras de transformaciones 
culturales y sociales (2014). De tal suerte que lo alternativo budca diferenciarse de lo oficial 
dándole protagonismo a la participación del sector social involucrado y a los territorios. 
Aunque, como afirma Domingo Builes conocido como “El Flako” integrante del equipo 
editorial del periódico Periferia, “no porque se haga prensa alternativa se está jugando al 
contra poder, por eso hablamos del apellido de comunicación popular, donde hay una 
sensibilidad social que incentiva a las comunidades para que participen, escriban, y se 
apropien de su territorio e historia, lo cual diferencia lo alternativo de lo popular” (D. Builes, 
comunicación personal, 26 de marzo de 2021) 
Es decir, la comunicación popular en tanto educativa y comunitaria, se consolida como una 
práctica que desata procesos de aprendizaje y hace parte de un repertorio de acciones que 
involucran tres cosas importantes: participación, interacción y encuentro con la comunidad. 
La participación promueve que la comunicación se base en un diálogo constante de todos los 
que están presentes, en el cual, se toman decisiones colectivamente, de manera horizontal y 
democrática, y se construye una dinámica permanente de interacción, interlocución, relación 
e interrelación que generan procesos de intersubjetividad (Mora, A, 2014). 
Hay que advertir que el horizonte educativo que se propone la comunicación popular y 
alternativa nace al mismo tiempo de una necesidad del propio contexto –ligado a la 
precariedad propia de la clase social, y a la falta de escolaridad en niños y jóvenes–, de ahí 
que se creen programas comunitarios con esta población. El contexto en términos 
topográficos, está ubicado en la periferia de los grandes centros urbanos. De igual modo, 
 
 
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cabe decir que la labor educativa está estrechamente ligada, aunque no exclusivamente, a una 
“conciencia de clase”, que empieza en el reconocimiento de las propias condiciones de 
materiales de vida, en la desigualad económica y en la estructura del poder político. De ahí 
que está realidad busque ser cambiada, pero primero, ser comprendida, al respecto nos dice 
Mora 
la búsqueda, desde la comunicación, de una sociedad mejor, más organizada e 
internamente más articulada, más consciente de su papel en la historia, con mayores 
niveles de reconocimiento de su pasado, de su presente, de su diversidad y de su 
complejidad […] comparten el propósito de transformación de las realidades sociales 
a partir de la comunicación y en todos los niveles: local, regional, nacional e incluso 
internacional (Mora, A. 2014, p. 469). 
2.1 Los actores sociales de la comunicación popular y alternativa 
 
Los actores sociales son los sujetos que le dan color a la comunicación, cargan de sentido sus 
prácticas comunicativas en la sociedad, Uranga (2012), “son los actores populares y 
comunitarios, como protagonistas del proceso comunicativo, los únicos que pueden 
protagonizar la comunicación popular y comunitaria” (Cit. en Lois; Amati; Isella, 2014, p. 
10). Y entre estos, se pueden encontrar comunicadores comunitarios; animadores culturales, 
coordinadores o colaboradores de boletines barriales, videastas o cronistas radiales, entre 
otros. 
Los actores partícipes en el proceso comunicativo reflejan en todo el proceso sus formas, sus 
dinámicas, y sus símbolos. En el caso de la comunicación alternativa y popular, los actores 
son las personas del barrio, la comuna, la vereda, para la AMA los actores sociales son tanto 
aquellos que acompañan como los que inspiran su labor comunicativa, como ha quedado 
claro en algunos editoriales del periódico A la Calle; las clases populares, las organizaciones 
de izquierda, los movimientos contra hegemónicos, revolucionarios, las comunidades 
rurales, campesinas, afrodescendientes e indígenas, las ONG’S, las juntas de acción comunal, 
los presos políticos, los desplazados, los desaparecidos, secuestrados, torturados, aquellos 
 
 
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que le apuestan al arte, a la soberanía alimentaria, al trabajo colectivo y la concientización 
sobre la dignidad humana y el respeto por toda las formas de vida. 
Sobre este proceso dice Bibiana Ramírez, una de las integrantes más significativas del 
proceso de la AMA, por su permanencia, constancia y dedicación, que: “empezamos a ganar 
reconocimiento con las organizaciones y nos invitaban a los territorios para acompañarlas, 
éramos más como un colectivo, no un medio de comunicación que estuviera trayendo las 
noticias de última hora o que estuviéramos pegados de la coyuntura” (B. Ramírez, 
comunicación personal, 26 de marzo 2021). 
Es propio de la comunicación popular y alternativa reconocer la importancia de la interacción 
entre los sujetos que participan en todo el proceso comunicativo, pues es allí donde se crean 
las condiciones de la producción del discurso y las representaciones de la realidad social, 
entendiendo la realidad siempre en el horizonte del constructivismo social, a partir de las 
definiciones de Berger y Luckmann (1983) 
Conjunto de prácticas y tipificaciones que hacen posible la interacción entre los 
sujetos y que, a la vez, se funda sobre ella, es producto de los propios procesos 
sociales en que participan los diferentes actores. En ese proceso las representaciones 
de la realidad social juegan un papel clave, pues fijan y condensan las experiencias 
(individuales y comunes) proporcionando esquemas y ‘recetas’ que a su vez permiten 
a los actores organizar su interacción. (Aguado, J, 2004, p. 193). 
De manera que es a partir de la interacción y el intercambio social que se recrea la realidad 
social y el conocimiento, es indispensable interpretar los códigos y símbolos estas relaciones 
(citado por Pérez, 2009). Por eso, el constructivismo social reconoce a los actores sociales 
como configuradores de la realidad, posibilitando el desarrollo de la comunicación popular 
y determinando sus prácticas (Uranga, 2012). 
2.2 Prácticas y escenarios de comunicación popular y alternativa 
 
Como ya se ha advertido antes, las prácticas de comunicación popular y alternativa al situarse 
en una matriz cultural ligada a la cultura popular, esto es, a las clases “bajas”, se dan en 
escenarios propios de su condición de clase, influenciadas por una clara tendencia política, 
 
 
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como afirma María Cristina Mata (2014) “las prácticas de comunicación popular fueron 
siempre manifestación de un proyecto emancipatorio, de búsqueda de cambio, de liberación 
de los sectores que sufren cualquier tipo de dominación.” (Citada en Lois, Amati e Isella,) 
esta tendencia que es a la vez su motivación, marca al mismo tiempo prácticas y escenarios. 
Los escenarios en donde se desarrollan las prácticas de comunicación popular y alternativa 
son diversos pero contemplan siempre la interacción social, sea presencial o virtual 
Entre los espacios donde se pueden desarrollar las prácticas comunicativas con 
relación a los procesos sociales están: el espacio público, refriéndose al imaginario 
que circula en el sentido común de las personas creado desde las representaciones 
sociales hegemónicas, el espacio comunitario, donde se construyen las prácticas 
comunicativas con la comunidad; es en este espacio que se configuran las 
características de la comunicación popular, expresadas en los recursos y las reuniones 
que se logren convocar con la comunidad; como carteleras públicas y virtuales; 
páginas web, en redes como Facebook y Twitter. Y los espaciosde las redes 
interpersonales- grupales; prácticas comunicativas generadas en la organización; 
como internamente circula la información, carteles, asambleas, reuniones o en forma 
virtual: correos electrónicos y/o grupos cerrados (Lois; Amati; Isella (2014, pág. 26). 
Una de las peculiaridades de las prácticas alternativas de comunicación son las fuentes de 
información y quiénes presentan esta información ante el público, mientras que en los mass 
media –en el caso de la televisión–, la información es veraz cuando el protagonista cumple 
un rol protagónico ante la sociedad, lo que explica que en la televisión recurran a 
“presentadores”, generalmente figuras que encarnan estéticamente estándares de belleza 
comercial, cuyo objetivo es incentivar el consumo de ciertos productos, como vestuario, 
productos de belleza, etc., por el contrario, “en la comunicación alternativa los presentadores 
son personas diferentes en estilo, contextura y color que se ganan ese lugar por pertenecer a 
la comunidad […] además de conocer y reconocer la población, el espacio y sus dinámicas”. 
(Betancur, 2008), así mismo nos dice Betancur 
 En el Guion o libreto, la comunicación alternativa no cuenta con manos expertas y 
mentes saciadas de conocimiento, pero sí, con el talento y las ganas de personas que 
 
 
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encuentran en lo empírico la posibilidad de surgir, producir y desarrollar sus 
potencialidades […] En la Producción, la tecnología de punta, la limpieza de las 
imágenes, la buena edición, la ausencia de baches y silencios son algunos de los 
objetivos de una buena producción en los medios de comunicación masivos. Mientras 
que, en la comunicación alternativa, el silencio, el bache y el movimiento de la cámara 
que se refleja en la imagen, son factores que comunican e impregnan de sentido y 
emoción la producción (Betancur, 2008, p. 74). 
Otro tipo de prácticas están ligadas a formatos u herramientas empleadas en la labor 
comunicativa, es el caso de los canales televisivos barriales, las vallas, páginas web, e 
iniciativas como el teatro, la proyección de películas, la realización de festivales de poesía, 
de baile o canto, y otras expresiones socio culturales propias de cada comunidad. Ya que 
enellas se comparte información de interés común a la vez que se propicia la interlocución y 
la convivencia en el encuentro físico de todos (Valle, M; Hincapié, L, 2006). Es claro que 
cada colectivo dependiendo de su contexto social y político y de los niveles de censura 
emplee recursos acorde a su contexto y recurra más a unos escenario que a otros. 
Entre las prácticas de comunicación popular que existen pueden distinguirse 
Los graffitis, los esténciles, pintadas, pasacalles, radios abiertas, festivales de música 
popular, murales, realización de reuniones en las instituciones del barrio o en la casa 
de otros vecinos, la conversación casa por casa, la distribución de volantes o cartillas, 
incluso, las acciones de protesta propiamente dichas son algunas de las estrategias de 
comunicación por fuera de los medios de comunicación hegemónicos (Lois; Amati; 
Isella 2014, p. 7). 
En el caso de la Alianza de Medios Alternativos, además de la publicación del periódico; A 
la Calle, y el cubrimiento mediático de las jornadas de desmovilización social en la ciudad 
de Medellín, sus miembros participaron activamente como organizadores de esas jornadas lo 
que permite entender ese “activismo político”, como una práctica, es decir, poder adhesionar 
ideológicamente de manera abierta y clara en sus producciones, esta tendencia ideológica 
queda en evidencia, por ejemplo, en los editoriales donde se advierte una clara postura frente 
a lo “institucional” que acá se asimila al Estado “la función de un verdadero medio 
 
 
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alternativo es estar dudando a cada instante de la institucionalidad” (Periódico A la calle, 
2014, p. 2). Es decir, las prácticas comunicativas consideradas alternativas, populares o 
comunitarias, no sólo tienen que ver con lo que se produce y publica, sino también, con lo 
que se crea, se construye y consolida en el interior de cada agrupación social y de cada uno 
de los integrantes, donde todos, según sus subjetividades caracterizan el sentido 
comunicativo. 
1. Metodología 
Debido a que el enfoque cualitativo resalta la voz de quiénes son foco de estudio, e incluso 
permite al investigador (a) empaparse de la experiencia, no solo porque implica un deber 
profesional y ético, sino también por una convicción personal, es este el enfoque de la 
presente tesis. Por eso, en ese mismo sentido, se opta por la sistematización de experiencias, 
la cual reconoce a los sujetos como fuentes de conocimiento y a sus experiencias como 
“procesos sociohistóricos dinámicos y complejos, personales y colectivos […] Las 
experiencias están en permanente movimiento y abarcan un conjunto de dimensiones 
objetivas y subjetivas de la realidad histórico-social” (Jara, 2012, p.52). 
Es por esto que se opta por la sistematización de experiencias en el entendido de que los 
sujetos y sus formas de relacionamiento y aprendizaje generan conocimiento, dejando de lado 
el sesgo positivista en investigación social que arguye que la experiencia constituye más bien 
un residuo del proceso investigativo. Por ende, el debate aún presente del paradigma 
positivista sobre la neutralidad y objetividad se pone en cuestión ante un mundo que cambia 
constantemente, y en aras de fortalecer otras fuentes que transformen las barreras entre el 
sujeto y el objeto como algo hermético, racional y objetivo, se consolidan este tipo de 
metodologías que buscan entender 
Cuál es el lugar de la práctica y la necesidad de construir un status en ella que haga 
posible que la praxis, los procesos de intervención social y los saberes locales y 
populares sean tematizados y organizados como saberes que empoderan a quienes 
realizan la acción, en cuanto los coloca en la doble relación del saber hacer y el saber 
qué se hace, desde dónde se hace y para qué se hace. (Mejía, 2007, p. 11) 
 
 
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De manera que, si en sistematización de experiencias se tienen en cuenta las vivencias de los 
sujetos, en este caso, la fuente primaria son los integrantes de la AMA, y a partir de los 
registros escritos se identifica una cronología del proceso, las prácticas comunicativas y sus 
significados, esto nos permite 
Reconstruir el trayecto real que siguió el proceso tal como ocurrió, identificar los 
factores que intervinieron, cómo lo hicieron; qué cambios se realizaron, qué etapas 
efectivas se recorrieron, cuáles comienzan a ser los momentos significativos o 
factores decisivos de la marcha del proceso y, sobre todo, por qué se dio de esta 
manera: la razón y el sentido de los cambios (Jara, 2018. p 80). 
 
3.1 Recuperación documental 
 
Esta técnica se empleará en la recolección de material producido por la AMA, para su 
posterior sistematización, periódico, memorias y actas de cada asamblea. Teniendo en cuenta 
igualmente que se consideran fuentes documentales: libros, revistas, fotografías, 
ilustraciones y vídeos, pues estos dan testimonio de los contenidos, temáticas, discursos y 
contribuyen a la sistematización de sus prácticas de comunicación. 
Esta técnica se enfocará principalmente en los tirajes del periódico A la calle y actas de 
asambleas, con el objetivo de establecer un diálogo entre los mismos y, entre teoría y práctica. 
También, a partir de este acercamiento pueden entreverse las características símiles o no, con 
otras experiencias de comunicación popular y alternativa. 
3.2 Revisión crítica de publicaciones 
 
La técnica de recuperación documental va de la mano del análisis de contenido. Aunque en 
este caso, no se aplicará en términos estrictos un análisis de contenido, sino que se aplicarán 
algunos de sus elementos, se hará más bien; una revisión crítica del periódico A la calle y de 
las relatoríasde las asambleas, esto, porque el objetivo del presente trabajo no es un análisis 
de discurso, sino dar cuenta de las prácticas de comunicación popular y alternativa de la 
 
 
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AMA, de modo que un análisis de contenido, con el rigor que implica, ocuparía un lugar 
central en el trabajo y distorsionaría el objetivo fundamental del mismo. 
 Entre las herramientas que se aplicarán a la revisión crítica está la lectura objetiva, 
sistemática, y analítica, permitiendo la compresión del contenido documental y visibilizando 
el tejido de relaciones entre las categorías de análisis y la experiencia de la AMA. Así, se 
recoge algunos elementos básicos de un análisis de contenido 
El análisis de contenido se basa en la lectura (textual o visual) como instrumento de 
recogida de información, lectura que a diferencia de la lectura común debe realizarse 
siguiendo el método científico, es decir, debe ser, sistemática, objetiva, replicable, y 
válida. En ese sentido es semejante en su problemática y metodología, salvo algunas 
características específicas, al de cualquier otra técnica de recolección de datos de 
investigación social, observación, experimento, encuestas, entrevistas, etc. No 
obstante, lo característico del análisis de contenido y que le distingue de otras técnicas 
de investigación sociológica, es que se trata de una técnica que combina 
intrínsecamente, y de ahí su complejidad, la observación y producción de los datos, y 
la interpretación o análisis de los datos. (Abela, J. 2002. p. 2) 
3.3. La observación no participante 
 
La observación no participante permite aproximarse a las experiencias de análisis tal y como 
ocurren. La pertinencia de esta técnica con relación a la metodología se cimienta en el interés 
por comprender desde lo visual unas experiencias que han sido escritas o grabadas 
oralmente. La observación implica profundamente al investigador y a su manera de 
interpretar lo observado, y desde la no participación el investigador puede estar de cierto 
modo “alejado” de las dificultades y presiones que pudieran influir sobre lo que hace o dice 
en el curso ordinario de la investigación. 
Cabe decir que la observación no participante fue indispensable en el marco del desarrollo 
de este trabajo por la actual crisis sanitaria producto de la proliferación del virus Covid-19, 
por esta razón, no era posible participar presencialmente de las actividades elegidas para la 
sistematización, además, la complejidad se incrementa porque la AMA como muchas otras 
 
 
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organizaciones que la conforman, entraron en una quietud o suspensión de sus actividades. 
Sin embargo, aunque esta observación se plantee no participante, en últimas la acción de 
observar, posibilita una forma diferente de participar como lo mencionan los siguientes 
autores 
El investigador procede entonces a la inmersión subjetiva pues sólo comprende desde 
adentro. Por eso desde esta perspectiva, el nombre de la técnica debiera invertirse 
como "participación observante" (Becker & Geer 1982, Tonkin 1984 como se citó en 
Guber, 2001). 
Por más objetividad que se intente tener al observar el objeto de estudio, emprender el 
acercamiento a la experiencia permite acceder a los sentidos y significados entretejidos en la 
Alianza, y podría decirse que se participa de la experiencia con el simple hecho de observarla. 
Entre los fines principales de sistematizar una experiencia está la tarea ética de compartir las 
reflexiones y demás temas que se encontraron durante el proceso investigativo, con la 
pretensión de aportar a la vitalidad y continuidad de la organización. Por lo tanto, el 
investigador por más objetivo que sea con su observación y el límite de la no participación 
termina experimentando una vivencia que lo lleva a una forma de participar, aunque sea 
limitada. 
La observación no participante tiene como enfoque las dinámicas de la organización, el tipo 
de relacionamiento de sus miembros, sus eventos, creaciones y, espacios virtuales; como la 
página web y las redes sociales. Esta herramienta metodológica posibilita el descubrimiento 
de aspectos importantes del proceso de funcionamiento interno de los que pueden no ser 
conscientes sus miembros. 
Dado que las experiencias de la AMA también pueden ser observadas en la esfera digital, se 
optó por analizar estas plataformas virtuales. Por último, los insumos del rastreo documental 
y la observación no participante permiten consolidar una guía para la entrevista, para que 
esta pueda estar enfocada en delimitar los aspectos que por su amplitud quedan en la 
ambigüedad. La observación y la entrevista se complementan muy bien porque más allá de 
lo que verbalmente puedan expresar los sujetos, existe un mundo subjetivo que se expresa de 
maneras no verbales. 
 
 
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3.4 Entrevista no estructurada a los sujetos de las experiencias 
 
Una de las razones para usar esta técnica tiene que ver con el papel de los entrevistadores, 
que están “inmersos en la comprensión, en el conocimiento y en la percepción del 
entrevistado, más que en categorizar a personas o eventos en función de teorías académicas” 
(Vargas, 2012, p.5). Se realizaron entrevistas no estructuradas a ciertos integrantes de la 
AMA para conocer de primera mano los sentidos y significados que le otorgan a sus roles 
dentro de la organización, a la misión y visión de la misma, y a su estructura organizativa. 
Para llevar a cabo estas entrevistas fue necesario identificar los sujetos y colectivos que 
integran la AMA, luego, diferenciar cuáles están directamente implicados en la construcción 
del periódico y presentes en todas las asambleas. 
Vale la pena recalcar, que la entrevista no estructurada, es una gran fuente de información 
subjetiva, por su forma abierta y fluida da mayor flexibilidad y adaptación. Permitiendo la 
identificación de intenciones, símbolos y sentidos construidos por los miembros de la AMA 
 Folgueiras, (2016) explica claramente la esencia de este tipo de entrevistas 
la entrevista no estructurada o en profundidad es aquella que se realiza sin un guion 
previo. Sigue un modelo de conversación entre iguales. En esta modalidad, el rol del 
entrevistador supone no sólo obtener respuestas sino también saber qué preguntas 
hacer o no hacer. En la entrevista en profundidad no hay un guion prefijado sino una 
serie de temas con posibles cuestiones que pueden planteársele a la persona 
entrevistada. Así, dependiendo hacia donde vaya la entrevista, la persona 
entrevistadora deberá hacer uso de los diferentes temas trabajados. (p.3) 
Con los insumos de estas entrevistas se busca también comparar los contenidos encontrados 
en el rastreo documental, con el objeto de comprender más allá de lo conceptual; los sentires, 
las subjetividades y los marcos de referencia en los cuales la organización se mueve. La 
integración de ambas técnicas durante el proceso de obtención de información permitió 
conocer las dificultades que existen detrás de todo proceso organizativo, por ejemplo, las 
vicisitudes que implicó la producción del periódico A la calle. 
 
 
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4. Nacimiento y devenir de la Alianza de Medios Alternativos: hija de la 
movilización social y la palabra escrita 
 
Luego de realizar un acercamiento a la AMA a partir de las técnicas de recolección de 
información: recuperación documental, observación no participante y entrevista no 
estructurada, se hizo especial énfasis en el proceso de construcción del periódico A la calle, 
pues éste transversalita su ejercicio comunicativo, se acudió también a las actas de las 
asambleas generales y a los testimonios de los integrantes. Todo ello en el marco de la 
sistematización de experiencias. En la culminación del presente trabajo de grado se realizó 
un encuentro virtual que se llevó a cabo con el objeto de compartir la información obtenida 
en la sistematización de los tirajes del A la calle.La Alianza en palabras de Bibiana Ramírez se identifica como una plataforma de 
comunicación que combina lo popular, y el periodismo, porque hay periodistas profesionales 
que publicaron reportajes, crónicas, investigaciones, pero también hay integrantes de otras 
áreas como la sociología o la ciencia política que incluyeron sus análisis sociales en las 
publicaciones y están los aportes desde las organizaciones sociales. (Ramírez, B. 
Comunicación personal, 26 de marzo 2021). Esto no quiere decir que el periodismo es el 
ejercicio exclusivo de quien posee el título, pero sí tiene que ver con el carácter de los 
escritos, era, muy distinto el tono y estructura de un sociólogo o un abogado, al de un 
periodista, sobre todo por la apuesta de los géneros periodísticos como la crónica, el ensayo, 
o la columna de opinión, situación que se observó en el periódico A la calle. 
 En relación con la creación del periódico cuenta Ramírez “peleamos por diferencias 
ideológicas, sin embargo, eso también dio pie para que en esas diferencias nos entendiéramos 
y siguiéramos haciendo el trabajo” (comunicación personal, 26 de marzo 2021). Y es que se 
pudo observar un aspecto clave en la Alianza y fue la amistad, al respecto nos dice Ramírez 
seguimos siendo amigos, a pesar de no ser masivos, no movimos las redes de una 
forma impresionante, pero, nos dejó como personas el convertirnos en amigos, nos 
ganamos la confianza de la gente en los territorios, y gracias a esto entendemos que 
no somos estrellas o protagonistas de la historia, sino al contrario, estamos cubriendo, 
estamos acompañando, estamos con ellos, y somos los mismos (íbid). 
 
 
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En el año 2019 en el marco de un encuentro regional de medios y comunicadores alternativos 
la AMA cuenta el contexto de su nacimiento en los siguientes términos: 
fundada en el año 2013, en el marco del Paro Nacional Campesino que dio lugar a la 
Cumbre Agraria. En ese momento, diferentes procesos de comunicación se 
encontraron haciendo trabajo colectivo en medio de las necesidades del Paro. La 
intención fue constituir una plataforma abierta de medios y comunicadores 
alternativos, con el objetivo de romper el cerco mediático a partir de la visibilización 
de las luchas sociales y populares en Colombia1. 
Fueron más de 20 los colectivos que hicieron parte de la AMA en el período comprendido 
entre 2014-2021, identificados en las relatorías, los siguientes: 
Cinengaños, Praxis, Señales de Humo, Pueblo Girardota, Movilicémonos Pueblo, 
Alucinógeno, Comités Barriales Bello, Colectivo Silvio Salazar, Espacio en Off, Mesa 
Interbarrial de Desconectados, Colombia Informa, Prensa Rural, Corporación Jurídica 
Libertad, Movice, Periódico Claridad, El Colectivo, Kabái, Cepafro, Actitud simbiótica, 
Manada Libre, IPC, Viana Producciones, Nelson Mandela, CinEsquemas (Marinilla), 
Colectivo Lazos de Libertad, Contemos Pueblo, Periferia, Cooesdua, El Hormiguero, 
Ecovoltios. 
Algunos más activos que otros, cuyo encuentro estuvo fuertemente ligado a la regularidad 
que conllevaba la publicación del periódico A la calle, o, a la obligatoriedad de las asambleas 
generales realizadas a principio de año, para marcar el itinerario y los objetivos del mismo, 
aunque allí también se definía la periodicidad de los encuentros. 
Algunas de las prácticas de comunicación popular y alternativa identificadas como 
propuestas en los documentos internos de la AMA fueron: periódicos murales, jornadas de 
estampación –relacionadas en la mayoría de los casos con días de movilización social–, hacer 
investigación sobre medios de comunicación en Colombia y realizar encuentros de medios 
 
1 Documento interno de la Alianza realizado en el marco del Encuentro regional de medios y comunicadores 
alternativos, Medellín 20 y 21 de septiembre de 2019, p. 1. 
 
 
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alternativos de comunicación popular. Algunas de estas propuestas fueron llevabas a feliz 
término y otras no, como el ejercicio de investigativo. 
En el contenido de sus editoriales queda claro la misión y visión de la organización, siempre 
desde un ejercicio contextual e interpretativo a la luz de una clara postura crítica en términos 
políticos, como se observa a continuación 
Conscientes de la capacidad de los medios de comunicación en la configuración de 
imaginarios colectivos y su incidencia en las relaciones sociales, asidos a la 
producción periodística, audiovisual y digital, como sujetos, hombres y mujeres, en 
concluida y actual formación académica y práctica popular, aunamos esfuerzos en la 
Alianza de Medios Alternativos – AMA, para incidir en la ruptura del marco 
mediático que configura la opinión pública desde los intereses de la empresa privada. 
(AMA, 2017) 
Estas líneas muestran una explicita invitación a la unión de medios que convoca la Alianza, 
ejercicio que transversaliza su labor comunicativa. Es recurrente en sus comunicaciones la 
alusión a cerco o marco mediático, y leído a la luz del contexto puede entenderse como el 
ejercicio de los medios de comunicación masiva que pasa por la censura a otros medios de 
comunicación y por una labor de estigmatización que busca constituir un “cerco”, casi una 
barrera a otras fuentes y otros medios. 
De ahí que el quehacer de la AMA no se reduzca a su ejercicio de comunicación, sino que 
esté atravesado por un ejercicio constante de debate sobre lo político. En la primera acta 
registrada del año 2014, uno de sus integrantes, a quien vamos a denominar “Oto”, manifiesta 
que 
Se debe tener firmeza y formación política, pues es muy serio el trabajo de comunicar 
las acciones y actividades de los movimientos sociales que tienen una importante 
vocería en el país, como Marcha Patriótica y Congreso de los Pueblos, también, 
merece toda la atención y delicadeza la comunicación de las alianzas de las 
organizaciones sociales, el apoyo a las movilizaciones”. (AMA, relatoría reunión, 24 
de abril de 2014) 
 
 
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De manera que, la alianza no es solo con medios de comunicación alternativos sino 
directamente con organizaciones sociales de base y se busca contribuir al ejercicio 
comunicativo de las mismas, además de una clara adhesión a la protesta social. En ese 
sentido, afirma “El Flako”, “la comunicación no se reduce a los medios, la comunicación la 
entendemos como un ejercicio político que nos permite tener distintas miradas, tramitarlas y 
poder construir desde esa autenticidad” (Builes, D. Comunicación personal, 26 de marzo de 
2021). Otro de los integrantes, Carlos Orlas, opina que “el debate no es si estábamos o no 
politizados como medio y plataforma de comunicación alternativa, pues, siempre lo 
estuvimos. Somos un síntoma del movimiento social, la AMA hizo la primera campaña del 
partido Los Comunes 2 en el proceso de legalización del partido” (Orlas. C. Comunicación 
personal 18 de abril de 2021). 
Y es precisamente esta campaña que comprende los años 2016- 2017 donde existen más 
relatorías, tal continuidad se explica a partir de la firma del Acuerdo Final de paz entre el 
gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc-ep, lo que implicó necesariamente una pedagogía 
sobre los Acuerdos y una difusión de los mismos, también en este año se llevó a cabo el Foro 
Económico Mundial realizado en la ciudad de Medellín, otro evento que convocó a los 
movimientos sociales a reflexionar alrededor del evento. 
Por otra parte, Bibiana Ramírez aclara que cuando la Alianza apoyó la campaña de la 
Colombia Humana, lo hizo sin que esto implicara una adhesión a ese partido. Es decir que, 
no necesariamente hay una filiación partidista cuando se decide hacer campaña por un partido 
político. Esta situación da cuenta da la apertura de la organización, así mismo, en la 
construcción de cada tiraje del periódico A la Calle se abre la puesta a la recepción de 
artículos, ilustraciones y aportesen general desde los diferentes medios que hacen parte de 
la AMA, pero también desde las organizaciones sociales, políticas y barriales de la ciudad. 
 
2 Comunes es un partido político colombiano fundado originalmente bajo el nombre Fuerza Alternativa 
Revolucionaria del Común (FARC) en agosto de 2017 por ex-combatientes de las Fuerzas Armadas 
Revolucionarias de Colombia (FARC), tras la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno de Juan Manuel 
Santos y las FARC en 2016. 
 
 
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Hay que decir que el periódico A la calle es una publicación autofinanciada, se acudió a la 
solidaridad entre los organizaciones aliadas, pero la falta de recursos económicos, marcó de 
manera innegable sus dinámicas, Bibiana Ramírez refiriéndose a este hecho, cuenta que esta 
condición ha sido transversal en todo el proceso de creación-producción, las preguntas 
recurrentes son: “de dónde vamos a sacar para los pasajes, cómo pagamos el dominio de la 
página web, tenemos cámaras, pero una mala, en fin, empezaban a llegar un montón de 
problemas económicos que no teníamos como resolver.” (B. Ramírez, comunicación 
personal, 26 de marzo 2021), expresamente con la publicación del periódico cuenta, “se 
sacaba cincuenta mil de cada colectivo” hasta alcanzar “los cuatrocientos mil que costaba el 
impreso, buscábamos imprimir donde fuera más barato, al diseñador no le pagábamos, a los 
que escribían los textos no se les pegó, mejor dicho, ese periódico nunca se pagó (íbid).” 
Intentaron fuentes de ingresos para la producción del periódico y demás actividades, como 
presentar proyectos en presupuesto participativo de Medellín, exposiciones fotográficas, 
galerías fotográficas, integraciones lúdico-deportivas para recolectar dinero, sin embargo, lo 
recopilado no fue muy significativo, lo más significativo, como cuenta Ramírez (ibíd.) fue la 
articulación y el reconocimiento como AMA. 
5. Revisión crítica del periódico A la calle 
Un año después de la creación de la AMA (2014) se da la publicación del periódico; A la 
Calle, dejando claro cuáles son sus intenciones con relación al contexto social; “Relevante 
para compartir y comunicar todo lo relacionado con las luchas sociales que existen y se 
manifiestan en el país y en especial, en la ciudad (2014, pág. 2), afirmando que “ello convierte 
la comunicación alternativa y comprometida con las causas sociales, en el principal 
dispositivo de información para una Colombia nueva y justa que nace desde la multitud 
urbana de la calle.”3 
La segunda edición del A la Calle se publica en el mismo año 2014, en el mes de septiembre, 
es este caso no hubo Editorial, el diseño es más sencillo, y no se hace numeración de páginas, 
 
3 Ibíd. 
 
 
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aspectos estéticos que con la experiencia de la primera publicación empiezan a cambiar, el 
logo tanto de la AMA como del periódico empiezan un proceso de modificación en aras de 
que logre expresar de manera íntegra lo que hace y simboliza la Alianza. 
En esta segunda edición se exponen las consecuencias de proyectos y megaproyectos de la 
Alcaldía de Medellín, un tema recurrente en los artículos publicados, por constituirse en el 
eje de la inversión económica en la ciudad, en contraste con el escenario de desigualdad 
social y económica. También se realiza una campaña por la libertad de los presos políticos, 
exigiendo su liberación, se conmemoran efemérides de hechos que marcaron la historia 
política de la región y el país, como la Masacre del Aro en la gobernación de Álvaro Uribe 
Vélez. 
La edición número tres (3) y la seis (6) del periódico fueron realizadas y publicadas, pero no 
conservadas, no existen registros de las mismas y por eso no se incluyen en la 
sistematización. Este hecho también da cuenta de una falencia en la organización interna de 
la AMA, en la ausencia de un archivo interno donde se conserve el original y copia de cada 
publicación, pues su propia experiencia y dinámica también son una contribución a las 
prácticas de comunicación popular y alternativa. Esta “falencia”, puede ser entendida a la luz 
de la falta de un espacio físico exclusivo de la Alianza, y esta es otra condición que comparten 
muchos medios alternativos, el constante nomadismo de sus encuentros y el desarrollo de sus 
actividades de producción en espacios prestados o alquilados, que a su vez van marcando una 
práctica de producción casi itinerante, lo que implica trasladar de un lugar a otro; periódicos, 
archivos, documentos, etc., que terminan traspapelándose en el ir y venir. 
A partir de la quinta edición se comienzan a publicar los artículos con los nombres propios 
de cada autor, puesto que, en las ediciones anteriores, para no personalizar las reflexiones y 
críticas, sino mostrarlas como producto de un ejercicio colectivo, desde la calle, desde la 
alianza de múltiples colectivos sociales, se firmaban con el nombre de un colectivo, aquel 
del que él autor hiciera parte. Así, afirman en encuentro virtual: “en su momento fue un 
ejercicio de plataforma, para darle relevancia a cada colectivo”.4 En esta edición el logo ya 
 
4 Encuentro virtual sobre la sistematización y el presente de la AMA realizado el 18 de abril 2021. 
 
 
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es distinto y la versión gráfica del periódico es distinta, más limpia, con ilustraciones 
pequeñas y dicientes. La cantidad de páginas empieza a aumentar, proporcional a la 
integración de nuevos colectivos y personas individuales. 
En el editorial de la séptima edición se reitera la estructura interna y objetivos misionales de 
la AMA 
La Alianza de Medios Alternativos es un espacio de apertura, independiente, en el 
que pueden verse recogidos distintos colectivos y organizaciones sociales, en alianza, 
como compañeros y amigos. En la AMA la base social de la organización es quien 
lleva las riendas, toma sus propias decisiones de forma colectiva, construyendo un 
escenario político interno que parte de una praxis contradictoria con la política 
tradicional. La AMA no tiene dueño, no es de nadie para que pueda ser de todos 
(2017). 
La octava edición es la primera que enfoca sus artículos alrededor de una temática; la 
economía social y solidaria; que consiste en formas de producción-distribución, responsable 
con el ambiente, sensible humanamente y liberadora. Posteriormente, la novena edición 
genera conflictos internos por el tratamiento de las imágenes, la diagramación, la carga 
excesiva que asumen unos integrantes, y los mensajes que buscan tramitarse a través de la 
fotografía y su sintonía o no con la línea editorial. 
Como afirma “Peña”, sobre la estética de los productos audiovisuales 
Muchos empezamos sabiendo poco, y el proceso mismo trajo sus formas, logrando 
mejorar haciéndolo. Estar en la Alianza ha sido una forma de aprendizaje para 
nosotros. Era complejo y es complejo, definir y acordar un estilo con tantos 
participando y opinando, es un esfuerzo grande llegar a hacerlo (Comunicación 
personal, 18 de abril 2021). 
En la décima edición hay un apartado titulado “manifiesto”, que puede asimilarse a un 
editorial, –aunque un manifiesto es un texto para la acción–, que vuelve sobre las condiciones 
de producción del periódico, y los objetivos de la Alianza 
 
 
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A LA CALLE es un periódico gratuito y abierto al movimiento social colombiano. 
Se fabrica de manera colaborativa, dinámica que a veces implica solidaridades 
imposibles, pasar puentes dinamitados. Y tenderlos sobre abismo. 
Contrario a la prensa capitalista, la prensa popular debe propiciar la situación, atizarla 
sin cubrirla de humo, entrando en ella. […] Nuestro objetivo es profundizar la 
movilización y más allá de lograr su visibilidad, hacerla sostenible. (2018, pág.10) 
La undécima publicación

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