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Maquetas

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Plaza de la¡¡ Catedrales en Zaragoza. 
Tan importante recinto ha-
ce imprescindible el em · 
pleo de la maqueta. 
LA MAQUETA, ELEMENTO UTIL PARA EL ARQUITECTO 
La preparación de mod elos de arquitectura no e co a 
de estos tiempos. Parece ser que Hiram, arquitecto que 
dirigió las obras del templo del rey Salomón, prepara-
ba maquetas h ace ya cerca de tres mil años. Sin remon-
tarnos a tiempos y lugares tan remotos a nosotros, de 
todo son muy co nocidos los modelos d e.l Mu eo del 
Prado, ele clon Juan ele Villanueva, y clel Palacio ele 
Buenavista, de clon Ventura . Rodríguez, entre otros n o-
tables ejemplos. 
En estos iíltirnos años, el u so ele las maquetas se ha 
generalizado como un valioso elemento para el m ejor 
entendimiento ele un proyecto , y ello parece que es cle -
biclo al aumento ele la escala que informa los actuale. 
proyectos de las edificaciones . El avión ba acostumbra-
do nuestros ojos a l a visión de conjunto, clescle gran 
altura, de las aglomeraciones urbanas, y este nuevo pun-
to ele vista cierto , y que aunque presentido antes no h a 
MAQUETA. ( Del italiano Machietta .) /. Modelo plástico 
en tamaño reducido de un mo1rnmento, edificio , cons-
trucción, etc., hecho generalmente con materiales no 
preciosos. 
(Edición décimosextli del Diccionario oficia.l de la 
Academia Esp1ñola, página 817, compuesto y tirado todo 
él · antes de julio de 1936, pero que no pudo ponerse a _ 
la venta hastct 1939 debido a nuestra guerra civil.) 
Carlos de Miguel, Arquitecto 
tenido realidad hasta ahora, ti ene su mejor expresión 
gráfica en las m aquetas, que ofrecen a todo los espec-
tadores uua vi ta aérea semejante a la que pudiera ser 
obtenida cl escle un avión. 
Como, por otra parte, la arquitectura actual se ha· he-
cho, por mero impera tivo económico, más sencilla , des-
pojándose de ornatos, las maquetas que a pequeña es-
cala la r eproducen son más fáciles ele hacer, y ésta es, 
posiblem ente, otra ~azón por .la que se prodi gan ahora 
má que antes. 
R ecord emos, por ejemplo, la maqueta clel magnífico 
proyec to el e Ventura Rodríguez para el Palacio de Bue-
navista, el e Madrid , que estaba formada por unos volú -
menes de m adera , a los que se pegaron papeles con las 
fachada s dibujadas a la aguada para dar la m ayo r sensa-
ción ele r ealidad posible, porque su detallada r epresen-
tación co rpórea hubiera sido extraordinariamente costosa. 
o es, pues, una moda pasa jera esta el e las maquetas, 
ni se puede pensar que su uso actual esté degen erando 
en abuso. Por el contrario , es de esperar que su em-
pleo ha de generalizarse aún más, y, en con secuen cia, 
los arquitectos han de· lom ar en consideración la posi-
bilidad de aumentar .el personal de su estudío con espe-
cialistas constructores de m aquetas. Las Escuelas el e Ar-
quitectura, a nuestro juicio, deb erían asimismo prepa-
rar a los alumnos en el conocimiento de esta técnica, 
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Va)le de los Caídos. Madrid. 
La luz en las maquetas produce 
efectos que destacarán detalles a 
tener en cuenta en la obra. 
que con tiluye un podero o auxiliar en e.1 ejercicio pro-
fesional de nuestros día . 
Expre ar en volúmenes los diferentes tanteos que se 
van ensayando para la mejo r solución de un edificio , fa. 
cilita enormemente la labor del proyecti sta. Problemas 
muy importantes, como , por ejemplo, la ordenación de 
los alrededores de un edificio, e pueden re olver mu-
cho mejor con maquetas que no úni camente con di-
bujos. 
Un buen arquitecto no queda nunca sati fecho de su 
obra. Cua·ntas má po ibilidades tenga a u di sposición 
para mejorar tm proyecto , para caer en la cuenta de 
cosas que en los plano se le han podido escapar , tanto 
mejor. Para e tos arquitectos exiaente , la maquetas 
·constituyen un método ideal para .ensayar, con bastante 
eco nomía y sin perjudicar la te orería del cliente, un 
mayor número de idea ele la que obtener el óptimo 
resultado. 
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Un e cultor siempre hace modelos para Jlegar a la 
forma esencial de su futura obra a inayor escala. Los 
dibujos en el papel le dicen algo, pero siempre poco, 
y en todos los casos va a la referencia directa de una 
forma plá tica . En el modelo va haciendo las modifi-
cacione , lo ajo tes que le lleven a una mue~tra com-
p.leta ele u composición antes de empezar a realizar la 
obra definitiva. 
Un ed ifi cio e com parable parn el arquitecto, en este 
sentido, a una pieza de escultura. El conjunto arqui-
tectóni co e itúa en una condiciones de luces y som-
bras imposibles de determinar obre un tablero de di-
bujo. 
Exi · te ademá la ayuda inapreciable de la fotografía. 
Con la reproducción fotográfi ca de una maqueta lleva-
da a un fotomontaj e conveniente, se consiguen efectos 
de gran realidad , que ponen al descubierto errores que 
son fá ciles de corregir en los planos antes de comenzar 
MusPo del Prado y 
Ministerio de Asuntos 
Exteriores. Madrid. 
Dos edificios antiguos 
de primera importancia 
·van a ser ampliados y 
modificados en sus al· 
rededores. -Las m aque· 
tas respectivas permiti· 
rán poner en conoci· 
miento de todos las 
ideas q1te han de infor· 
mar los proyectos. Dis-
min1tir al mínimo la$ 
sorpresas y los errores. 
la obra, y, asimismo, destacan aciertos quizá un poco 
e condidos en el dibujo , y que intere a que sean co n-
servados. 
Con esta colaboración maqueta-fotografía e subsana 
uno de los mayores, por no decir el verdadero, defecto 
de l as maquetas. Su falta de realidad a can a de su re -
ducido tam año (esto , que es auténticamente cierto se 
corrige, como decimos, por los fotomontajes) . Un as 
muestras de ellos son los de la maqueta de la villa d e 
Barcelona , de Jos arquitectos Coderch y Vall , que se 
publica en otras páginas de este nlÍmero . 
A pesar de todo, algunos arquitectos consid eran l a 
maquetas como un gasto superfluo y considerable, que 
viene a aumentar, sin n ecesid ad, el presupuesto de r e-
dacción de un proyecto. Y que las plantas, alzados, sec· 
ciones y detalles son perfectamente suficientes para ex-
presarlo todo. A lo más, una perspectiva «mona», y 
ya está bien . Sin embargo, y con independencia d e no 
tomar en consideración las posibilidades que una ma-
queta ofrece para mejorar un 11royecto , delante d e un 
Consejo ci e Administración, cuand o hay que expli car un 
proyecto arq uitectóni co a muchas 11er sonas, ciertamen-
te inteli gentes pero poco ueltas, por razón de sus acti· 
v idad es, en Ja lectura de unos plano s, si se dispone de 
una maqueta a la qu e se puede hace r r eferencia de lo 
que expresan los dibuj os, se comprueba la enorme uti· 
.lidad de aqué ll a . No olamente evita la maqueta una 
gran ca ntidad de expli caciones innecesar ias, sino que, 
desde el primer mom ento, pone al cli ente delante y 
cara a cara con la obra totál , y l as sugerencias que 
éste puede hacer y la colaboración a que ello da lugar 
son mucho más efi caces, toda vez qu e se ha dado cuen-
ta, con certeza, de la obra que se va a llevar a cabo. 
Se evitan de este m odo, en gran medida , las posibles 
d esilusiones de l a realidad, porque el propietario ha 
podido fal sear el proyecto en su ima ginación p'or falta 
de un conocimiento exacto de lo que e l arquitecto dibujó. 
Las condicjones actuales de la construcción exigen que 
un p royecto salga completo del estudio de un arquitec-
to; las posibilidades de corrección en la obra son mí-
nimas. Si es durante ella cuando se cae en la cu enta 
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Avenida del Generalísimo. Madrid. 
El plano de urbanismo y 
su expresión en m aq:1eta. 
de un errnr , o bien se corri ge, con gas to abu ivam ente 
disparatados, o si no e deja, con grave quebranto del 
edificio. La maqueta colabora muy eficazmente para 
evitar esto. 
Existe otra actividad que ha alcanzado en nue tro tiem· 
po un principalísimo lugar : el Urbani smo , a la que la 
Plan de ordenación de viviendas. 
Maqueta de conjunto. 
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forma de expres1on de las maquetas le e fundamen-
tal. Al urbanista , las maquetas le son imprescindibles : 
un proyectoque en e.l papel puede r esultar muy atrae· 
tivo , cuando se ll eva a la realidad puede constituir un 
fracaso. Las maquetas de urbanismo su elen dejarse con 
pequeños agujeros convenientemente dispuestos en su 
·hase, para desde ellos dirigir visuales, con un correcto 
ángulo. que pongan el proyecto, tanto como sea posi-
ble, en las condicione más reales . 
Para los estudiantes, la realización de maquetas d e 
sus proyectos es muy conveniente, porque al hacerlas se 
sitúan en el conocimiento de las prácticas reales d e la 
edificación, y en sus resultados aprecian, mejor que en 
Mm1uetas de concursos. 
De poco cost,e, y, sin em-
bargo, útiles para el estu-
dio de la composición ele 
conjunto. 
los planos, lo errores que han cometido , y las correc-
ciones de e llos son muy efi cnce~, porque en tran má por 
Jos ojos. 
Acostumbrando al estudiante a la preparació.n d e mo-
delo , se le inculta el principio sano de que t ~me todas 
las mayores preca uciones antes ele lanzar sus obra al 
tormentoso mar d ~ las futura críti ca . 
Maquetas de iglesias riel 
11rc1uitecto alemán 
O o mi ni k u s B ü h m. 
Realizadas en su estudio 
como elemento de trabajo. 
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Estación Termini. noma. 
Maqueta de conjunto. 
La s maquetas admiten muchas posibilidades de eje. 
cución. Para el arquitecto exigente de que al principio 
se hablaba, bastan unas toscas realizaciones de barro, 
al modo de las que acostumbra ejecutar el célebre ar-
quitecto alemán Dominikus Bohm o como hicieron los 
arquitectos Chueca y Sidro para .la reforma de la ca-
tedral de la Almudena. 
La industria actual pone en nuestras mano s una infi-
nidad de materiales y elem ento , que facilitan de modo 
notable la construcción de maquetas. 
Tableros de madera pren ada y de corcho, escayola, 
cartón, plásticos. Conforme se v adquiriendo pracllca, 
cada uno va empleando sus propios y originales proce-
dimientos y materiales. En las Escuelas de Arquitectura 
clel extranjero, donde se in truye a los alumno en estas 
di sciplinas, se ha demostrado que los estudiantes son muy 
ingenio sos en el uso de materiales y medios para pro· 
clucir los más sorprendentes efecto s. Si en la Escuela 
de Madrid , los arquitectos Sáenz Oiza y Vázquez Mo-
lezún, que nosotros epamos, se construyeron ellos so-
lo s, cuando eran estudiantes, unos aparatos de dibujo, 
Un. proyecto del ar-
quitecto norteameri-
cano F. LI. Wrigbt. 
Si nuestro célebre cole-
ga no tuviera la precau-
ción., m1ty puesta en su 
punto, de hacer maque-
tas de sus proyectos, 
quizá sus clientes se 
sintieran un poco «sor-
prendidos» ante el edi-
ficio. Aceptada la ,;ia. 
queta, se ahorran pos-
teriores y en ojosas ex-
JJlicaciones. 
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Homenaje a Gaudí. 
Maquetlt realizada por 
el propio arquitecto au-
tor del proyecto. 
Campo de fútbol del 
J\eal Madrid. 
U na misma maqueta 
permite la presentación 
de dos etapas sucesivas 
de construcción. 
es fácil pensar que hu· 
hieran podido h acer 
unas maquetas del ma· 
yor interés, como lo 
ha demostrado el últi· 
1110 de ellos en la pre· 
.sentad a a la 1 Bienal. 
Las maquetas de pa· 
p el, las clásicas cons· 
trucciones de los chi· 
cos, sirven muy bien 
como rápidos y modes· 
tos modelos. 
Bloques de madera 
pintados, en los que se 
pegan dibujos de puer· 
tas y ventanas, son asi· 
mismo rápido s y ba-
ratos. 
Puerta del Sol. Madrid. 
Maqueta de las tres estaciones del ferrocarril subte.· 
rráneo. Este tipo de tra.bajos tienen más el carácter 
de un juguete, con los trenes, los coches, las perso· 
nas, las faro.las, los anuncios. Par°" un proyecto de 
arquitectura 110 tiene excesivo interés. 
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