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ARJÉ. Revista de Postgrado FaCE-UC. Vol. 10 N° 18 . Enero– Junio 2016/ pp.44-54. 
ISSN-e 2443-4442 , ISSN-p 1856-9153 
Familia: Primera escuela del ser, del amor y el saber 
 Herminia León Pinzones 
 
FAMILIA: PRIMERA ESCUELA DEL SER, DEL AMOR Y DEL 
SABER 
 Resumen 
El presente artículo se plantea explicar la visión 
humanizadora del Currículo Bolivariano vista 
desde una orientación articulatoria en la cual se 
conjuga lo académico con la función formadora 
de la familia. El interés de este trabajo consiste 
en realizar un análisis crítico y hermenéutico 
sobre la función actual de la educación que, en 
vínculo con la familia, se constituye en alianza 
vital para apoyar la planificación de la educa-
ción de los hijos, sustentada en valores persona-
les que hacen posible la vida social del indivi-
duo. Epistemológicamente la familia es un refe-
rente significativo y modelo para fomentar un 
sentido de vida y las pautas de convivencia fa-
miliar, escolar y social. A pesar de los factores 
de riesgos, la familia se ha distinguido social-
mente, en lo trascendental y comunicacional, 
caracterizándose por lo irrepetible de la forma-
ción a través de la experiencia construida desde 
las vivencias propias. 
Palabras clave: compromiso, trascendental, 
comunicación, sincronía, diacronía. 
FAMILY: FIRST SCHOOL OF BEING, 
LOVE AND KNOWLEDGE 
Abstract 
This article aims at explaining The Bolivarian 
Curriculum humanizing vision from an articulat-
ed orientation in which the academic factor is 
combined with the family formative function. 
The goal is to critically and hermeneutically ana-
lyze education current role that, bonded with 
family, is a vital alliance to support planning the 
children education based on personal values 
which make social life possible. Epistemologi-
cally the family is a significant reference model 
to promote a sense of life, and the family, school 
and social coexistence patterns. In spite of the 
risky factors, family has been socially distin-
guished in both the transcendental and commu-
nication aspects, characterized by a unique train-
ing by building personal experiences. 
 
Keywords: commitment, transcendental, com-
munication, synchrony, diachrony. 
 
 
Recibido: 25/09/2014 Aceptado: 09/12/2014 
 
Herminia León Pinzones 
Magíster en Educación Superior 
Universidad de Carabobo 
herminilp@hotmail.com 
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Familia: Primera escuela del ser, del amor y el saber 
 Herminia León Pinzones 
 
 
Fortaleza y dinámica familiar 
La familia es el primer y más importante vínculo 
del ser humano. Constituye el recinto primario en 
el que los hijos (as) conformarán su personalidad, 
el modelo de conducta y la construcción del pro-
yecto de vida. De allí, la necesidad de conocer su 
conceptualización desde una unidad emocional y 
espiritual, en el que se expresan sentimientos y 
afectos, que siendo luz que guía en una unidad de 
formación y apoyo, exalta con brillo el lugar que 
alberga a la persona con sus vivencias, desde las 
cuales irradia sus efectos incandescentes proyec-
tando los valores universales que rigen al hombre, 
hasta los cambios estructurales que ha sufrido con 
el recorrer del tiempo. Cambios históricos, cultu-
rales, sociales y retos que afrontar ante las exi-
gencias emergentes que han incidido en su papel y 
como célula fundamental de la sociedad. 
Dada la importancia que representa la presencia 
física, emocional y espiritual de los integrantes del 
grupo familiar vital para la convivencia, el diálo-
go, la comprensión y el cultivo de valores, el pro-
pósito de este trabajo consiste en hacer un análisis 
crítico y hermenéutico sobre la función actual de 
la familia como factor vital para el apoyo en la 
planificación de la educación de los hijos. Apoyo 
que requiere un gran compromiso y que además 
forma parte de una de las más elevadas responsa-
bilidades de la familia para lograr preparar y for-
mar a un ser humano social e integral. Dentro de 
esta perspectiva ha surgido la inquietud de respon-
der a interrogantes como: ¿Cuál es el compromiso 
que asume la familia como responsable de la for-
mación en valores entre sus miembros? ¿De qué 
manera procura el apoyo, el tiempo de dedicación, 
el diálogo, la comprensión y bienestar de sus 
miembros?¿Está la familia en disposición para 
apoyar el proceso educativo y participar activa-
mente en el acompañamiento de la transmisión y 
enseñanza de valores de sus hijos? 
Las inquietudes formuladas acerca del rol o de 
los roles más importantes de la familia, forman 
parte de la preocupación que se ciñe sobre ella, 
ante factores que de alguna manera han ensombre-
cido y empobrecido su accionar y como conse-
cuencia, han debilitado los vínculos que constitu-
yen la gran fortaleza de la dinámica familiar. Sin 
embargo, sigue siendo una institución de gran va-
lía, el lugar donde se establecen relaciones perso-
nales, de afinidad, de afecto, respeto mutuo y es 
vista por muchos como pieza de porcelana a 
quien todos quieren acariciar, pero que, ante los 
avatares del día a día se hace sensible a daños físi-
cos o morales, fracturando su formación espiri-
tual, emocional, cultural y su estructura física. 
No obstante, culturalmente la familia es la prime-
ra escuela del amor y del saber, ella prepara y en-
trega la primera identidad como SER inspirán-
dolo en el accionar de en una determinada socie-
dad, también podría decirse que la familia es el 
centro de una circunferencia en una sociedad que 
orienta, permitiendo el ideal comportamiento del 
hombre, viéndola desde este punto de vista, Me-
lendo(2008) expresa que “ La familia es impres-
cindible, más bien, y antes, para que la persona 
sea, en cuanto persona: para que encarne su propio 
ser personal” (p. 48) De tal manera que la forma-
ción integral entre padres e hijos permanezca en el 
tiempo, en estrecho lazo comunicacional tan arrai-
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gado y profundo, iniciado desde la concepción, 
permitiendo un desarrollo psicológico sano, esto 
es la esencia de la familia donde viviendo bajo un 
mismo techo se produce transmisión de ideas en-
tre otras cosas. 
Esta esencia de la familia se ha visto interrumpida 
y amenazada por factores de riesgos que apuntalan 
a una ambigüedad, en cuanto a su existencia en un 
convivir postmoderno desde el punto de vista so-
cial, político, educativo, etc., proyectando una ra-
cionalidad individualista en otras palabras, una 
disociación o una descomposición de los valores 
universales y de la relación de acompañamiento 
educativo con la escuela en este sentido Pourtois y 
Desmet(2006), habla de” un universo social, cul-
tural, pedagógico coherente e integrador que agru-
pe a la vez a la razón y al ser, a la racionalización 
y a la subjetivización” (p. 29). 
Lo que indica que, la realidad social en la que in-
teractuamos exige al binomio familia-escuela el 
deber de acompañar y apoyar a sus hijos o repre-
sentados/discentes en la educación. Más aún que 
la legislación venezolana describe el deber de la 
familia en su cuota de responsabilidad con la tarea 
educativa y se ha establecido la corresponsabili-
dad como un mecanismo, asumiendo que la edu-
cación, no solo es un deber social, sino que es una 
tarea compartida entre la escuela y la familia. 
Por lo tanto, se entiende que debe existir una in-
teracción del binomio escuela-familia o escuela-
comunidad, que se traduce en la participación ac-
tiva, presencial de las familias con la escuela in-
cluida en la planificación, ejecución y evaluación 
de la actividad enel proceso de enseñanza y 
aprendizaje como parte de su deber y corresponsa-
bilidad en el hecho educativo, tal como y está dis-
puesto en la planificación educativa. Se puede de-
cir que, son parte de las condiciones indispensa-
bles, para contribuir con las características de ser 
una educación integrada e integradora. ¿Cómo 
lograr una verdadera participación e integración 
de la familia a la escuela? 
A pesar de lo que establece la Constitución de la 
República Bolivariana de Venezuela sobre el de-
ber de la familia y las orientaciones del Currículo 
Básico Nacional, ¿realmente en las escuelas se 
fomenta la participación protagónica y democráti-
ca desde el trabajo integrado entre familias, escue-
la y comunidad? ¿Cuáles son las debilidades o las 
trabas que impiden que las familias cumplan con 
su deber, su cuota de corresponsabilidad?, si en La 
planificación educativa en el subsistema de educa-
ción básica (2012), se hace referencia del obliga-
torio cumplimiento a la elaboración del Proyecto 
Integral Comunitario, donde “la metodología de 
gestión escolar que concreta la tríada familia-
instituciones educativas-comunidad” (p. 6), se 
convierta en la participación e inclusión de todos 
los comprometidos con el proceso educativo con 
voluntad. 
De lo anteriormente expuesto, se puede deducir la 
existencia de cambios en el ámbito educativo con-
sagrados en la legislación vigente, plasmados en 
el currículo. No obstante, la mentalidad gerencial 
sigue estancada en la pasividad, la comodidad, a 
veces en la indiferencia, la falta de creatividad pa-
ra asumir los cambios necesarios que exige una 
educación integral. La educación es una respon-
sabilidad de todos quiénes incursionamos y hace-
 
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mos vida en la docencia y se reconoce el compro-
miso y la responsabilidad que implica la tarea 
educativa formal, pero hay que reconocer que no 
han sido suficientes los esfuerzos para incorporar 
a la familia a que asuma su cuota de responsabili-
dad. 
Dentro de esta perspectiva del acompañamiento y 
del apoyo inexorable que debe aportar la familia, 
la escuela no puede cabalgar por un lado y los re-
presentantes o la familia por otro, desconectados, 
casi que indiferentes, con excusas, como si fuera 
algo normal, eso es contribuir a hacer más frágiles 
los vínculos ya trastocados de la familia. Todos 
hablamos de la familia y de la educación, los dos 
puntos clave para el desarrollo armónico de la per-
sonalidad del hombre pero hay que enseriarse con 
el deber que a cada una de estas instituciones le 
corresponde en una especie de interacción perma-
nente para lograr la pretendida formación integral. 
Por su parte, la escuela se erige como un centro 
del quehacer no solo teórico, también práctico, 
Por eso, el accionar de la familia en el proceso 
educativo es primordial y necesariamente activo, 
es parte protagónica en todo el desarrollo de un 
trabajo participativo e integral que permitirá una 
nueva ciudadanía con conciencia social apropián-
dose del Aprender a Convivir y Participar, en con-
secuencia todo lo referido a la planificación edu-
cativa en el Diseño Curricular del Sistema Educa-
tivo Bolivariano, en cada uno de sus Pilares y Ejes 
integradores de una u otra manera el compromiso 
de la familia está implícito. 
Esto indica que, la escuela es el centro de bifurca-
ción entre la familia y la comunidad, por lo que 
está llamada a puentizar los lazos entre ellas, en 
vista que el niño y el adolescente comienzan allí 
sus pasos por la luz del conocimiento, en los sub-
sistemas respectivos, permitiéndole también, el 
desarrollo social en un mundo nuevo que facilita 
la armonía en lo individual y en lo grupal, por tal 
motivo la escuela es la institución que debe fo-
mentar la participación protagónica y democrática 
de la familia en un ambiente relacionado con el 
logro del alumno en la escuela. Al respecto Iz-
quierdo (2013) señala que “Cuanto mayor sea la 
implicación familiar y menor el control del profe-
sor, los alumnos obtendrán mayor rendimiento y 
mayor satisfacción con el ambiente escolar” (p. 
30). 
Sin querer generalizar, se observa que hay institu-
ciones escolares que promueven el trabajo integra-
do y participativo con la familia, sólo que depen-
derá de las obligaciones laborales que los padres 
tienen, es por esto que son pocos los representan-
tes que se incorporan a estas tareas, solo colaboran 
con las actividades escolares de sus hijos, aquellos 
que no devengan un sueldo, en este caso están las 
madres cuyas funciones es el trabajo del hogar. En 
otras escuelas no hay integración, hay mucha apa-
tía, por parte de los representantes, por cuanto no 
los incentivan. Sólo invitan a los padres y repre-
sentantes a la elección de los comités educativo, 
pero sólo toman en cuenta los aportes que ellos 
hacen en cuanto a la parte estructural de la escuela 
y no a lo pedagógico. Esto invita a formularme la 
siguiente interrogantes ¿Será qué no todos los re-
presentantes y docentes le dan el valor real que 
tiene la educación en la persona? ¿Qué es lo que 
falta para que se promueva una educación verda-
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deramente integral? ¿Que se está modelando des-
de la familia y desde la escuela? 
En respuesta a las interrogantes anteriores, el 
hombre o la mujer, el padre o la madre u otros que 
de acuerdo a la estructura familiar ejercer direc-
cionalidad sobre los más pequeños o adolescentes 
deben concientizar la importancia de la crianza, la 
cual afinará una excelente o buena educación fa-
miliar, permitiendo construir un mundo más hu-
manizado y menos violento. Donde la transmisión 
de los valores en la familia vinculados, con los 
valores de la acción educativa y que se señalan en 
el CNB. En cuanto a esto el autor antes menciona-
do expresa “Los valores son ejes fundamentales 
por los que se orienta la vida humana y constitu-
yen a su vez el comportamiento de las perso-
nas” (p. 4), lo que indica que la practicidad de los 
valores en familia nos enseña a vivir, compartien-
do con responsabilidad el compromiso de vivir 
equilibradamente para alcanzar metas dentro de 
un contexto social, histórico y cultural. Partiendo 
del hecho que los valores son significativamente 
esenciales en la convivencia familiar, se han to-
mado dos de ellos como primordiales a manera de 
reflexión para crear conciencia de su gran rol en la 
sociedad. 
Valores primordiales en la familia 
Los valores fundamentales en el hombre se apren-
den a través de la imitación o del modelaje, siendo 
los primeros modelos los padres o quienes ejerzan 
la disciplina, la autoridad o los adultos significan-
tes en la familia y en el hogar, teniendo en cuenta 
que muchos comportamientos del ser humano lo 
aprenden viendo e imitando y de acuerdo a la mo-
tivación se repite la conducta, ejemplo: cuando el 
niño da los buenos días. Esta manera de conducir-
se permite ubicarlo dentro del aprendizaje social 
de Bandura( citado por Alfaro, 2006 ), “ donde 
se combinan lo personal con el entorno, jugándose 
la percepción visual y la palabra puntualizando 
conductas en la actividad diaria, las cuales reciben 
refuerzo que pueden ser de tipo positivo o negati-
vo” (p.69). 
Enseñar valores, es una tarea algo compleja, está 
vinculado al modelaje y en consecuencia la imita-
ción cuando la motivación es suficiente para pro-
mover el aprendizaje, tanto para los más pequeños 
como para los más grandes de la casa, que toda-
víanecesitan ser guiados en el camino de la vida 
hacia las otras instituciones que representan a un 
pueblo. En este mismo orden, Gagne (citado por 
Alfaro, 2006 ) señala que para que se produzca un 
buen aprendizaje, hay que pasar por una serie de 
fases: “la motivación, la comprensión, la adquisi-
ción, la transferencia, respuesta y realimenta-
ción” (p.70). En este sentido, la motivación es un 
factor para promover el aprendizaje por modelaje. 
De allí la importancia de los motivos y del modelo 
que se pretende imitar. 
Por otra parte, en el enfoque Dialéctico. Socio-
cultural de Vygotsky citado por Ramos(2002) el 
aprendizaje tiene que ver con la Zona de Desarro-
llo Potencial donde se plantea que “la mediación 
adulto-niño; juega un papel preponderante y más 
aún, si es un adulto significativo: educador, educa-
dora, padre, madre” (p. 186). Esto revaloriza a la 
tríada: familia-escuela-comunidad. Reafirmando 
así que los valores son inherentes a la vida del 
hombre, son parte de él, en sus relaciones sociales 
 
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en un mundo globalizante, lo cual permite gratifi-
cación propia y en la interrelación con el medio 
circundante permitiéndole su inserción social. 
Los valores son fuente de inspiración del ser hu-
mano, en el que conviven los sentimientos que 
forman parte del equipaje que el hombre lleva 
dentro de su ser, completando su todo y que se 
refleja en su comportamiento. Uno de los valores 
supremos además de la vida, es el amor a sí mis-
mo, hacia sus pares, produciéndose una influencia 
recíproca. Sin embargo, en esta vorágine de ex-
plosivas situaciones que se presentan en la diná-
mica diaria, producto de cambios pluriculturales 
que afectan al núcleo familiar, sigue siendo el re-
fugio donde se inician los parámetros de una so-
ciedad, y a pesar de la complejidad en que se en-
cuentra inmersa, la familia no puede soslayar su 
deber de comprometerse en ese trabajo en equipo 
de interactuar con la escuela. 
Son muchos los valores en los cuales se reafirma 
el hombre y por ende la familia, haciendo un de-
velado de los mismos, se hace énfasis en dos de 
ellos en particular: El Compromiso y la Honesti-
dad, los cuales tienen que ver con la orientación, 
la motivación, la existencia, los principios, la soli-
daridad, etc., para formar el capital humano que 
naciendo en la familia se reafirma en la sociedad. 
El compromiso, es uno de los valores que debe 
estar en la esencia del hombre producto de otro 
valor importante como es el Amor, existiendo es-
te, el compromiso es más fluido en el comporta-
miento del individuo como un todo y en un todo, 
es decir; el compromiso en el hombre, significa 
comprometerse responsablemente con madurez en 
las decisiones tomadas en el convivir diario con él 
y con sus iguales, en cuanto a esto López (2001) 
expresa que “hoy en día el compromiso se ve des-
de otra perspectiva, sin perder sentido de ser, y es 
que se construye en el dar y el recibir, donde cada 
una de las personas se comprometen en condición 
de equidad” (p.29),lo que quiere decir, que no de-
be establecerse en el egoísmo individualista que 
hoy camina en el seno de algunos hogares con 
grandes pasos, e irresponsablemente llega a la es-
cuela, inundando así a una sociedad con nuevas 
expectativas sociales presionada y en alerta hacia 
un escape incierto. 
En este sentido, sólo se escuchan culpables; los 
hijos a los padres y viceversa, los maestros a la 
familia y viceversa, la sociedad a la escuela y a la 
familia. En ese traspaso de culpas o responsabili-
dades, se obtiene la existencia de padres e hijos 
irresponsables, de una escuela amarrada y una so-
ciedad débil en conocimiento y pobre en compor-
tamiento. En consecuencia y en respuesta a la 
inquietud expuesta en párrafos anteriores sobre 
¿Cuál es el compromiso que asume la familia co-
mo responsable de la formación en valores entres 
sus miembros? 
Se necesita una familia comprometida con su ver-
dadero rol como institución, donde formen hijos 
comprometidos como seres humanos en función 
de otras instituciones (escuela-sociedad) y con la 
vida misma, dentro de una contextualización vi-
vencial sin exceptuar que el camino inicia en la 
familia, porque cuando dos personas se unen 
(hombre y mujer) para formar una familia, o la 
existencia de una familia sea cual fuese su estruc-
tura, se comprometen en lo político, en lo social, 
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en lo económico, en lo cultural y en lo educativo 
en una sociedad y con una sociedad, proporcio-
nando avances en el crecimiento personal de los 
más pequeños y así forjar huellas de crecimiento 
en los niños. 
Este compromiso debe ser visto y practicado to-
mando en cuenta estrategias dinámicas que permi-
tan la alegría y desde ella llegar a la seriedad, esta 
aplicabilidad tomarla como hábito de vida en un 
hermoso compartir. 
En este dinamismo compartido del compromiso 
en familia se provee de apoyo, tiempo dedicación, 
se dialoga y se establece comprensión y bienestar 
entre sus miembros, permitiendo la existencia de 
un elemento importante como es la curiosidad, el 
apasionamiento, el porqué de las cosas?, estos se 
convierten en hilos que se tejen hasta lograr una 
malla comprometida en una sociedad que está ávi-
da de nuevos pasos firmes donde se acentúen los 
mejores acuerdos dentro de ese todo que es la tría-
da de la cual se viene hablando. 
La honestidad. Este valor se complementa con el 
anterior, puesto que hay que comprometerse desde 
los pensamientos, necesidades, fortalezas, verda-
des, generosidad que va en pro de la integridad y 
dignidad del hombre en estrecho y amplio trabajo 
familiar, educacional y social. La honestidad tie-
ne que ver con ser transparente desde uno y para 
los demás, tiene que ver con la sinceridad del 
hombre, saber y practicar los buenos sentimientos. 
La familia debe ser y no parecer y esto debe lle-
varse a la cotidianidad del ambiente hogareño, 
siendo ejemplos a seguir con la palabra y con los 
hechos, esto permite forjar hombres íntegros para 
la sociedad del futuro. 
De acuerdo a lo expuesto, es necesario que la 
práctica de los valores sea parte de una constante 
comunicación dialógica entre los padres, maes-
tros, y/o hijos, estudiantes, esto es lo consecuente 
en el modelaje o testimonio de la practicidad de 
los valores. Es la familia el centro donde se inicia 
la socialización de sus miembros lo que permite 
la consolidación de la personalidad de los hijos y 
del grupo familiar en general; todo esto en función 
del comportamiento comunicacional en todos los 
ambientes temporales, como es la escuela y el am-
biente social que a su vez forman su todo. La na-
turaleza real del hombre es la totalidad de las rela-
ciones sociales, donde igualmente está implícito 
tomar conciencia de los hechos de las acciones a 
seguir por cuanto estas repercuten en otros. 
Este proceso comunicacional, visto como un apor-
te trascendente del hombre que nace, se practica y 
se desarrolla desde ese grupo primario, que es la 
familia, dentro de un hogar para toda la vida, se 
masifica trascendentalmente en la profundidad de 
los sentimientos, emociones, competencias que 
permitirán su crecimiento , visto como la duración 
de un viaje que durará toda la vida, convirtiéndose 
en una práctica continua en un trabajo en equipo 
que armonizan alineados en función de metas pla-
nificadas. 
Esta vinculación restaura y madura el amor, el 
cual vivifica a la comunidadfamiliar reafirmando 
su condición responsable de educar para la vida 
siendo el enlace con la escuela en cuanto a su co-
rresponsabilidad en la formación integral del niño
(a) y del adolescente, en crecimiento individual y 
grupal desde sus realidades internas y en el día a 
 
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día, en busca de una educación para personas en 
plenitud, donde cada uno sea libre, autónomo en 
vía de un crecimiento humano interno e integral, 
esto tiene que ver con una perspectiva holística e 
interconectado desde lo íntimo del ser, para que 
haya congruencia con su exposición externa, es 
decir que lo exterior del individuo sea el reflejo de 
su Yo interno, donde se tome conciencia sobre lo 
significativo de las acciones y el pensamiento 
creativo, y en esto dice Domínguez (2008)“para 
generar los cambio positivos necesarios para la 
existencia”. (p. 102). 
Conociendo que la importancia de una familia no 
es vivir juntos, sino estar juntos, esto es, que la 
convivencia sea armoniosa. De igual manera se 
espera que también la relación familia-escuela se 
entreteja con hilos conductores que promueva la 
participación protagónica y democrática. De mo-
do que, el trabajo integrador pase a ser uno de los 
ejes de formación educativa. Para ello, es necesa-
rio, crear un nudo resistente entre familia-escuela 
y comunidad, sin embargo, la realidad no es muy 
alentadora, puesto que se percibe con preocupa-
ción la actitud evasiva que la familia manifiesta 
cuando se trata de cumplir con su rol, su cuota de 
responsabilidad. 
Una de las debilidades de la familia como institu-
ción fundamental en los tiempos actuales, es que 
se ha incrementado la irresponsabilidad en su rol 
orientador, ha construido una brecha de distan-
cianciamiento, haciendo casi nula su participación 
y la acción educativa de la escuela, dejándole toda 
su responsabilidad a la institución, toda la carga 
del proceso de aprendizaje, valores, principios, 
etc., observándose así una incomunicación y una 
escuela que trabaja intramuros para una sociedad 
desconectada del deber ser. En esto hay una con-
traposición con lo que expone la Constitución Na-
cional Bolivariana (2009), que entre otras cosas 
expresa “la consolidación de una sociedad huma-
nista, protagónica, participativa, pluricultural… en 
un estado democrático de derecho y de justi-
cia” (p.11). 
Esta tríada debe estar interrelacionada en función 
del proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que en 
ellos está presente: la comunicación, la toma de 
decisiones, valores, crecimiento personal y con-
senso grupal, que redundará en una sociedad ca-
paz de expresar sus experiencias, promover ideas 
y evaluarlas, todo dentro de su contexto social, 
viendo al discente como persona en convivencia 
grupal. Es por esto que, debe complementarse en 
un proceso conjunto donde la planificación, cons-
trucción y evaluación estén comprometidas, en 
función de los saberes que ya están explícitos en 
el CNB. 
Esto permite a un estudiante verse desde su Yo 
artístico capaz de ejercitarse, cultivar e interpretar 
toda actividad artísticamente, haciéndolo un hom-
bre especial en su autodescubrimiento de saberes 
y de la misma manera, compartiéndolo con quie-
nes se desenvuelve a diario, esto es comunicación 
consigo mismo y diálogo con quienes comparte el 
diario devenir. 
En consecuencia, la familia viene a ser el Alfa y el 
Omega dentro de una sociedad, en la familia na-
ce el Ser que ha de trascender a la escuela y a la 
comunidad, quien a su vez formará una familia a 
la cual transferirá ese bagaje que le es propio bien 
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sea en lo cultural, en lo intelectual, etc., en este 
compendio holístico se da una sincronía y diacro-
nía con el gran desarrollo evolutivo de la vida. 
En este sentido, se fortalecen los hábitos de inclu-
sión, diversidad, cosmovisión, identidad cultural, 
centrando su atención en el Ser Humanista y bajo 
la presencia de los pilares de la educación, espe-
cialmente el Aprender a Convivir donde se parte 
de una sociabilidad de la educación, cuyo proceso 
inicia en el hogar/familia, permitiéndole ser un 
representativo ciudadano pensante, comprometido 
y protagónico de la comunidad en la cual convive. 
Este saber convivir permite la relación en el 
Aprender a Valorar del mismo CNB (2007) des-
cribiendo “la efectiva toma de conciencia de los 
problemas del colectivo para razonar, discernir, 
dialogar y medir desde una ética social. (p.18), y 
de los ejes integradores que aunque también están 
fundamentados dentro del proceso de aprendizaje, 
no es menos cierto que están vinculados al día a 
día en el núcleo familiar, y en la comunidad, esto 
es como decir que el hombre también cumple ro-
les y valores personales en cada ambiente de su 
convivencia diaria, esto permite saber lo que cada 
individuo quiere lograr en la vida. 
Sin embargo, la sensibilidad familiar, ha sido re-
volcada por los avatares del relativismo ético, lo 
que ha incidido en ciertas situaciones que afectan 
su verdadero rol como primera institución de for-
mación dentro de una sociedad y que han conlle-
vado a fisuras como se describen a continuación. 
Factores que inciden en el rol familiar 
Reflexionando acerca de este punto, se observa 
que hay debilidades o trabas que impiden que las 
familias cumplan con su deber y su cuota de co-
rresponsabilidad en la formación educativa de sus 
hijos o representados en estrecha vinculación con 
la escuela, por lo que se toma a consideración dos 
aspectos importantes, entre los tantos que podrían 
destacarse en el funcionamiento de la familia, que 
va desde lo emocional, lo físico, lo económico y 
lo cultural; visto fenomenológicamente dentro del 
contexto de la globalización. 
Actividad laboral 
La efectividad de pertenencia e identidad familiar 
comienza a limitarse desde el momento que las 
circunstancias obligan a padres y madres buscar el 
sustento para proveerle a sus hijos lo elemental 
como es la alimentación, el vestir, la salud y la 
educación, es decir los jefes y jefas de casa salen 
al campo laboral para el logro de los beneficios 
ya señalados, trayendo como consecuencia que los 
progenitores no están en casa para que se desta-
quen las obligaciones entre ellos: atención, una 
buena relación de convivencia que fortalezca la 
vitalidad familiar. En este nuevo paradigma sur-
gen otras verdades por las circunstancias labora-
les, los hijos tienen otros guías adultos, que pue-
den ser algunos miembros de la familia o institu-
ciones maternales y en casos extremos, vecinos. 
Muchos niños, quizás más bendecidos quedan a 
cargo de los abuelos, donde ellos contribuyen des-
de la protección, alimentación, acompañamiento 
educativo; hasta cubrir las visitas médicas, en el 
abrazo, el beso, etc. En consecuencia estos cam-
bios jerárquicos, provocan la adoración de abuelos 
a nietos o viceversa sobrepasando límites, cayen-
do en el abuso, y surgiendo el irrespeto entre ellos, 
al igual que hacia los progenitores, incidiendo esto 
 
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ARJÉ. Revista de Postgrado FaCE-UC. Vol. 10 N° 18 . Enero– Junio 2016/ pp.44-54. 
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en comportamientos erróneos a futuro, y que pue-
den causar muchas, pocas o malas decisiones 
dentro del hogar o familia, entrando en un choque 
de mando, caer en caos y con ello la desespera-
ción, agudizando el ambientey surgiendo conflic-
tos que a su vez, ocasionan, problemas de salud 
físicas y psíquicas, adiciones y otras, que lamenta-
blemente pueden repercutir en conductas mal vis-
tas en otros ambientes sociales. 
En lo psicosocial 
Gillini (2000), señalan que, “ La familia es un sis-
tema psicosocial en evolución y, de manera más 
precisa, es un sistema de relaciones circulares, cu-
yo producto es mayor que la suma de los compo-
nentes” (p.145), sin embargo estas relaciones de 
convivencia han dado un giro, y se ha producido 
un nuevo estereotipo: la violencia entre sus miem-
bros, partiendo del hecho que los encuentros son 
momentáneos, coinciden en ciertas horas en esa 
casa que por lo general está vacía o casa dormito-
rio, llamado hogar y donde solo se ve la transmi-
sión de información y de paso es esporádica. 
 La dinámica familiar dentro de este escenario, 
trae como consecuencia el surgimiento de hilos 
violentos que van aumentando e instalándose o 
construyendo un clima árido, donde las heridas de 
la violencia se encajan entre sus miembros, cayen-
do en debilidades de tipo emocional o físicos, y a 
su vez causando problemas cognitivos a los hijos 
y/o estudiantes en la escuela, al igual que proble-
mas de conducta que se reflejan en su ambiente 
social; estas situaciones negativas también provo-
can agotamiento, ansiedad, que pueden llegar a la 
auto depresión y otras consecuencias quizás irre-
versibles. 
En consecuencia a la difusión de mensajes que 
deben darse en la familia es por todos conocidos 
que la comunicación es un elemento clave en el 
entramado que conforma el grupo de personas que 
unidas bajo un mismo hogar forman una familia, 
la manera de comunicarse se puede dar a través de 
dos vías: el lenguaje verbal y el lenguaje corporal 
o gestual, los dos se utilizan a diario, sólo hay que 
tener y tomar conciencia de lo que se expresa o 
quiere expresar en cada uno de ellos. Hay que re-
cordar que a veces una imagen o un gesto dicen 
más que mil palabras. 
Observando el escenario ante descrito, se hace 
necesario una reflexión basada en la experiencia y 
análisis del quehacer familiar y su gran compro-
miso con ella y con la educación de sus represen-
tados, siendo actores principales en la planifica-
ción educativa, tomando en cuenta la ardua tarea y 
el reto que tienen los docentes en la formación de 
seres con un nivel de conciencia que viven y se 
desarrollan en convivencia con otras personas y su 
medio ambiente esto implica dirigir los esfuerzos 
y las acciones para asumir una actitud reflexiva y 
crítica ante las necesidades que íntimamente vin-
culan a la familia con la escuela y con la comuni-
dad. 
Conclusiones 
Se hace necesario para una mejor vida en comuni-
dad que se fortalezcan los lazos comunicacionales 
entre la familia y la escuela, sobre todo participar 
de las inquietudes y necesidades de aprendizaje de 
sus hijos y/o representados. Todo bajo una misma 
visión, y es que como seres humanos pensantes, 
dentro del núcleo familiar en igualdad de intereses 
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con la escuela, en función de los educandos, estos 
adultos significantes sincronizadamente deben 
tener claro, como lo explica Prado(1999), “Que 
las personas son seres productivos por naturaleza, 
el pensamiento facilita ordenar, planear, trazar un 
camino y andar por él” (p. 70). Este texto, está 
definiendo varios elementos que fácilmente se 
pueden conjugar en esas dos vertientes institucio-
nales, como se ha venido planteando a lo largo de 
este discurso, es decir que al unísono y en fiel 
cumplimiento de los objetivos que le son propios, 
obteniendo así unidad, progreso, evolución y es-
tabilidad procurando armónicamente socializar 
sus fortalezas. En este sentido habrá una proyec-
ción bien definida entre padres-hijos-docentes-
estudiantes, en cuanto a lo emocional, lo laboral, 
lo económico, lo cultural y lo educativo. 
En coherencia con lo anteriormente explicado, y 
tomando a Carrera(2011), quien expresa que una 
de las funciones de la familia es “educación y 
transmisión de valores” (p.15), y más adelante, 
especifica que “El humano es un ser social que 
nunca ha podido sobrevivir aislado; siempre ha 
tenido que vivir en familia”(p. 15). Aquí se detec-
ta explícitamente la importancia de la familia y 
que en ese comportamiento social, hay íntima 
coherencia por cuanto las dos están enlazadas bajo 
un mismo hijo conductor, fusionadas en lo hu-
mano a través de los valores, y en la formación 
académica para hacer del individuo un hombre 
que enfrente situaciones problemáticas del día a 
día e inteligentemente dar respuestas eficaces a 
una sociedad exigente, pero con calidad humana. 
 
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