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PABLO NEWUBA Una nueva biografía de nuestro Premio No- bel, Pablo Neruda, acaba de aparecer en la colección “Chile en su historia”, de la E d i b rial Orbe. Se titula “Pablo Neruda, biografía ernotiva”, 19%. Su autor: Efrain Szmule- wicz, que se iniciara en 1937 Con ‘‘Cuentos Y algo mas” y que nas diera, también, un estu- dio de nuestra ,Gabriela Mistral. La vida de Neruda es bastante conocida pa- ra repetirla. El autor sigue el camino de des- cubrir su personalidad muitifacética a través de sus obras. Intenta, por medio de la crítica cstCtica, hurgar en cuanto hay en ei poeta de permanente y vital, para dejar a un lado lo anecdótico y lo circunstancial. Una vida tan compleja, que se inicia en el piano románti- co, se sumerge en el surrealismo en busca de ocultos horizontes por encima de la realidad cotidiana, y termina, finalmente, buscando la claridad para ser entendido por twigs, drece material para hondas reflexiones. Y entre ellas la relacibn -si es que existe rela- ci6n alguna- entre la pwsía y la política. Entre la búsqueda incesante de nuevas for- mas expresivas y el caminar zigzagveante de la intriga política que niega hoy io que afirmó ayer. Para el ,autor, Neruda fue “usado”, lanzado por las circunstancias a un terreno por e1 cual no sentia simpatía alguna. El poe- ta nos ha dicho -y nos parece esto más im- portante que los +mas ocasionales que lo contradicen-: “No creo en sistema Wtico, en ma organización @ t i a . 11-4 más lejas: no creo en las escuelas, ni en et simboiismo ni en el realismo, ni en el surrealismo. Me encuentro tola!mente desprendido de los. rb tulos que se ponen a los productores. Me , agradan los productos, no lcs carteles que se les ponen. iY tenemos tantos carteles en nu& ra pobre historia ! ” SI, Neruda fue lanzado por la guerra civil española, por la dispersión de sus amigos, por la muerte innecesaria de Federico Garcia Lorca, a abominar de las lilas y de las ama- polas. Vio que una mañana todo estaba ar- diendo; vio correr la sangre por las calles y se llen6 de indignación. Pero la política fue siempre, para éi, algo secundario, a lgo que estaba muy lejos de su ser esencial, típica- mente burgués, egocéntrico, amigo de la hiena mesa, de la tertulia sin dirección, de las altas amistades, fueran de donde fueran. El libro de Szmulewicz hace un poco de luz sobre este ángulo de nuestro genial poeta. Con el tiempo tendremos, sin duda, mayores elementos sobre la compleja personalidad nerudiana que en un rapto de sinceridad es- cribió: ‘‘¿Debo satisfacer o debo ser?/ ¿A quién pertenezco?/ ;Cómo se hipotecá mi po- derío/ hasta llegar a no pertenecerme?/ ¿Por qué vendi mi sangre?i i Y quiitnes son los duefios/ de mis incertidumbres, de mis ma- nos,/ de mi dolor, de mi soberanía?”. Modesto Parera
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