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La autoestima La autoestima es la valoración, percepción y apreciación que una persona tiene de sí misma. Es una actitud hacia uno mismo que se desarrolla a lo largo de la vida y se basa en las experiencias y las interacciones que uno tiene con el mundo. La autoestima puede influir en muchos aspectos de nuestra vida, incluyendo nuestras relaciones, nuestro rendimiento en el trabajo o la escuela, y nuestra disposición a intentar nuevas cosas. Una autoestima saludable significa tener un equilibrio entre amarse a uno mismo y ser capaz de reconocer y trabajar en nuestras debilidades. Por otro lado, una baja autoestima puede llevar a sentirse inseguro, menospreciado y limitado en nuestro potencial. Así mismo, existen múltiples tipos de autorstima: Autoestima alta y estable: Las personas con este tipo de autoestima se sienten seguras de sí mismas y mantienen esta seguridad a lo largo del tiempo. No se ven afectadas negativamente por lo que ocurre a su alrededor y son capaces de defender sus puntos de vista de manera tranquila. Autoestima alta e inestable: Estas personas también tienen una alta autoestima, pero no la mantienen de manera constante. Pueden sentirse desestabilizadas en ambientes estresantes y no suelen aceptar el fracaso ni las opiniones contrarias a las suyas. Autoestima baja y estable: Las personas con este tipo de autoestima suelen infravalorarse constantemente. Son indecisas, temen equivocarse y buscan el apoyo de otras personas. No suelen defender sus puntos de vista porque se valoran de manera negativas. Autoestima baja e inestable: Estas personas prefieren pasar desapercibidas y creen que no pueden lograr nada. Son muy sensibles e influenciables y prefieren evitar los conflictos, incluso cuando saben que tienen razón. Autoestima inflada: Las personas con este tipo de autoestima tienen una personalidad fuerte y se consideran superiores a los demás. No suelen escuchar ni prestar atención a los demás. Tienen un ego muy grande y no son capaces de reconocer ni corregir sus propios errores, se caracterizan por su narcisismo. Autocuidado: El cuidado personal es un reflejo de la autoestima. Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y dedicar tiempo a las actividades que se disfrutan son formas de practicar el autocuidado. Identificar fortalezas: Todos tenemos habilidades y talentos únicos. Identificar y apoyarse en estas fortalezas puede ayudar a mejorar la autoestima. Cambiar el diálogo interno: La forma en que uno se habla a sí mismo puede tener un gran impacto en la autoestima. Si el diálogo interno está lleno de críticas negativas, puede ser perjudicial para la autoestima. Trabajar para cambiar este diálogo a uno más positivo y alentador puede ser beneficioso. Establecer y alcanzar metas personales: Tener metas y trabajar para alcanzarlas puede ayudar a mejorar la autoestima. Las metas pueden ser grandes o pequeñas, y trabajar hacia ellas puede proporcionar un sentido de propósito y logro. Practicar la autocompasión: Ser amable con uno mismo, especialmente durante los tiempos difíciles, puede ayudar a mejorar la autoestima. La autocompasión implica tratar a uno mismo con la misma amabilidad y comprensión que se trataría a un amigo. El autoestima es un concepto complejo de entender, pero es algo clave tenerla, no tener autoestima puede hacer que no nos valoremos, sin embargo, cada día se debe de mejorar, paso a paso. Cada comentario malo es perjudicial para nuestra autoestima, por eso debemos de ser positivos y dejar la negatividad.
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