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COMUNICACIÓN	BREVE
Rev	Med	Chile	2019;	147:	1569-1571
Hierro intravenoso en la terapia del 
síndrome de piernas inquietas
MarceLo Miranda c.1, M. Leonor bustaMante c.2
Intravenous iron for restless legs syndrome. 
Report of five cases
Restless legs syndrome (RLS) may severely affect the quality of life of patients. 
A deficient iron incorporation into the central nervous system has an important 
role in the pathophysiology of RLS. Severely affected patients may not respond 
to current therapeutic options. We report a preliminary experience with five 
patients with severe RLS and low serum ferritin levels who did not improve 
with oral iron. All were treated with 1 g of intravenous iron carboxymaltose. 
They experienced a marked improvement in symptoms, evident even during 
the first week of therapy that had persistent after up to two years of follow-up. 
A significant change in the RLS severity scale was observed after intravenous 
iron. Serum ferritin levels increased in all of them. Intravenous iron could be a 
therapeutic option for patients with severe RLS. 
(Rev Med Chile 2019; 147: 1569-1571)
Key words: Iron: Restless Legs Syndrome; Therapeutics.
1Departamento	Neurología	
Clínica	Las	Condes	y	Fundación	
Diagnosis.	Santiago,	Chile.
2Programa	de	Genética	Humana,	
Instituto	de	Ciencias	Biomédicas	
y	Departamento	de	Psiquiatría	y	
Salud	Mental	Norte,	Facultad	de	
Medicina,	Universidad	de	Chile.	
Santiago,	Chile.	
Trabajo	no	recibió	financiamiento.	
Los	autores	declaran	no	tener	
conflictos	de	interés.
Recibido	el	1	de	julio	de	2019,	
aceptado	el	26	de	noviembre	
de	2019.
Correspondencia	a:
Dr.	Marcelo	Miranda
Departamento	Neurología	
Clínica	Las	Condes.
Santiago,	Chile.
marcelomirandac@gmail.com
7688
El síndrome de piernas inquietas (SPI) con-siste en la imperiosa necesidad de mover las piernas al estar en reposo e intentar dormir 
y puede llegar a afectar severamente la calidad de 
vida de los afectados1-3. Es altamente prevalente en 
medicina alcanzando 10% de la población gene-
ral1. La terapia habitual consiste en uso de agentes 
dopaminérgicos y de preferencia de fármacos 
como pregabalina o gabapentina4-6. 
 En la fisiopatología del SPI es básico una defi-
ciente incorporación de hierro al sistema nervioso 
central y a las neuronas que sintetizan dopamina 
(7,9). Un indicador del trastorno de la incorpo-
ración de hierro es la presencia de bajos niveles 
de ferritina. Se acepta que los valores óptimos de 
ferritina para considerar o no terapia con hierro 
deben ser sobre 70 mcg/l9; bajo ese valor se justi-
fica hacer una terapia con hierro. La terapia con 
hierro oral, generalmente, no es bien tolerada y 
es lenta en lograr subir ferritina por dificultades 
en su absorción9.
Por ello en los últimos años ha surgido la op-
ción de tratar a los pacientes con síntomas más 
severos de SPI con hierro intravenoso y con muy 
buenos resultados9.
Se desea comunicar una experiencia prelimi-
nar con esta terapia en los últimos 2 años en que 
hemos tratado pacientes con SPI refractario a la 
terapia habitual.
Pacientes y Método 
Los pacientes corresponden a cinco enfermos 
(1 hombre) (rango edad: 65-80 años), sólo 1 de 
ellos con anemia evidente en hemograma, y quie-
nes presentaban un severo síndrome de piernas 
inquietas con insuficiente respuesta a la terapia 
habitual y en quienes los niveles de ferritina es-
taban bajos de lo recomendado (< 70 mcg/L), 
rango detectado: 4-20). Si bien el rango normal 
de ferritina es > 12 mcg/L para un laboratorio 
standard (es el límite aceptado para la anemia 
ferropriva), el Grupo Internacional de Estudio de 
SPI ha determinado que > 70 mcg/L es lo óptimo 
para estos pacientes y que el objetivo de la terapia 
con hierro es lograr ese valor (6,9).
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COMUNICACIÓN	BREVE
En cuatro de los cinco pacientes, la causa de la 
deficiencia de hierro se atribuyó a origen ginecoló-
gico; en el hombre se debió a hemorragia digestiva. 
Previo consentimiento escrito, se adminis-
tró una inyección intravenosa de 1 g de hierro 
carboximaltosa i.v en forma ambulatoria por 1 
vez. El protocolo fue aprobado por el Comité de 
Ética local.
 Los síntomas fueron medidos previo a la 
inyección y luego de un período de al menos seis 
semanas de administrada la dosis. La severidad fue 
medida por la escala de 10 ítems propuesta por 
Walters y col1, que incluye 10 parámetros como 
intensidad de síntomas, necesidad de moverse, 
alivio obtenido, alteración del sueño, cansancio 
derivado de estas molestias, frecuencia semanal, 
duración diaria, interferencia con actividades 
diarias y consecuencias en el ánimo. Cada uno de 
estos ítems se cuantifica de 0 (nunca) a 4 (muy se-
vero). Se clasifica así la severidad de SPI de acuerdo 
al puntaje: leve (0-10), moderado (11-20), grave 
(21-30), muy grave (31-40). 
Análisis estadístico
Considerando que la terapia con hierro en SPI 
se ha introducido recientemente en nuestro me-
dio, el presente trabajo reporta la experiencia con 
una muestra pequeña de pacientes. Previamente, 
se ha establecido que con muestras < = 5 es posible 
obtener conclusiones a partir de la comparación 
de medias con una probabilidad de error tipo I de 
5% (nivel de significancia 0,05) y con una potencia 
adecuada (> 80%) sólo en los casos en los que el 
tamaño del efecto del tratamiento es grande (es 
decir, d de Cohen > 2)10. Un metaanálisis de es-
tudios estableció una diferencia significativa entre 
el uso de hierro y placebo con un d de Cohen de 
-3,7811. Con estos antecedentes, de acuerdo a la 
recomendación de Winter10, usamos la prueba t 
de student de una cola para comparar la media 
en el puntaje pre y postintervención, por medio 
del calculador Vassarstats (disponible en http://
vassarstats.net/index.html).
Resultados
Todos los pacientes experimentaron una 
respuesta satisfactoria. No se observaron efec-
tos colaterales serios; 2 pacientes comunicaron 
cefalea de leve magnitud durante la infusión. El 
puntaje promedio en el grupo preintervención fue 
37,4 (rango 30-40), es decir, todos los pacientes 
tenían una enfermedad grave o muy grave. Post- 
intervención, el promedio fue 8 (rango 3-12), 
quedando uno de los pacientes en la categoría de 
enfermedad moderada y el resto leve. La com-
paración de las medias entre los dos grupos fue 
significativamente diferente (p = 0,0003275). Al 
momento de la reevaluación, todos los pacientes 
presentaban niveles aceptables de ferritina (mayor 
de 70 mcg/l).
Discusión 
El síndrome de piernas inquietas es uno de los 
trastornos más frecuentes en medicina y, a menu-
do, es subdiagnosticado y mal tratado2,4. 
Por el impacto que tiene esta condición en la 
vida del paciente debe ser adecuadamente diag-
nosticada y tratada por todo médico no sólo el 
especialista12-14. 
En la última década los avances en el estudio 
de su fisiopatología ponen como factor básico 
una deficiente incorporación de hierro a nivel de 
neuronas dopaminérgicas lo que lleva secunda-
riamente a defectos en la neurotransmisión dopa-
minérgica, pero también en vías glutamatérgicas y 
otras7-9. Los tratamientos actuales sólo van a tratar 
los efectos que producen la depleción de hierro y 
no el problema de fondo. 
 Los fármacos para el tratamiento de SPI no 
están exentos de reacciones adversas como es en 
el caso de los dopaminérgicos la aparición de un 
síndrome de descontrol de impulsos y agravación 
de los síntomas con la terapia a largo plazo (fenó-
meno de potenciación)15-17.
 La corrección de bajos niveles de hierro 
(expresados en una baja ferritina) por vía i.v 
constituye una buena opción para casos severos 
del SPI e incluso se ha sugerido que debe ser 
considerada una de las terapias de primera línea 
especialmente aquellos pacientes con niveles 
de ferritina menor de 100 mg/l9. Si bien esta 
comunicación tiene la limitación de un número 
bastante reducido de pacientes, apoya la eviden-
cia actual cada vez más sólida de que esta mo-
dalidad de terapia es útil en SPI, especialmente, 
en pacientes que no logranmejoría con aporte 
de hierro oral o quienes no lo toleran. Uno de 
los cinco pacientes logró suspender toda otra 
Hierro	intravenoso	en	piernas	inquietas	-	M.	Miranda	et	al
Rev	Med	Chile	2019;	147:	1569-1571
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COMUNICACIÓN	BREVE
terapia para SPI y los otros cuatro la redujeron 
considerablemente a más de la mitad.
En cuanto a evidencia, si bien una revisión 
Cochrane del año 2012 no encontraba mayor utili-
dad del uso de hierro en SPI18, una nueva revisión 
más exhaustiva del presente año sí apoya su uso11.
Las nuevas formulaciones de hierro intrave-
noso como la utilizada en esta experiencia no 
conllevan el riesgo de anafilaxia que era el riesgo 
mayor de las formulaciones más antiguas, y son 
así consideradas seguras en su uso9. Los sínto-
mas más frecuentes asociados al uso de hierro 
intravenoso son náuseas y cefalea, ambos de leve 
intensidad. Sólo dos pacientes comunicaron algún 
efecto secundario y éste fue cefalea y de leve inten-
sidad y transitoria. Se recomienda que la infusión 
se lleve a cabo en forma lenta en un período de 
1 hora y bajo supervisión de enfermera en una 
unidad de terapia ambulatoria9. Un inconveniente 
de esta terapia es el costo: es de alto costo, pero 
considerando la potencial reducción de la tera-
pia oral usada por el paciente y el beneficio en 
calidad de vida, la relación costo beneficio puede 
ser favorable. 
Por el impacto que tiene esta condición en la 
vida del paciente creemos importante considerar 
esta terapia como una opción de tratamiento no 
sólo sintomático sino eventualmente curativo al 
influir directamente en el mecanismo fisiopato-
lógico de SPI. 
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