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Pastor AlemanA4 traz.pdf 1 05/05/11 11:35
Revista Oficial de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales
Hematología del Galgo Español uti-
lizando el analizador hematológico 
LaserCyte (IdExx)
205
Patología Clínica
Endocarditis infecciosa canina193
Cardiología
AVEPA Actualidad
CLÍNICA VETERINARIA
PEQUEÑOS ANIMALES
DE
Año 2011 Volumen 31 Nº 4
GATOS PERROSCACHORROS
Anunci EVD_Intestinal_A4.indd 1 10/11/11 17:57
Traumatología
Estudio dinámico sobre la medición de la 
incongruencia radiocubital por medio de la 
artroscopia
209
Oncología
Recaída neurológica en perros con linfoma 
tratados con quimioterapia: revisión de 13 
casos
217
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Pastor AlemanA4 traz.pdf 1 05/05/11 11:35
Revista Oficial de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales
Hematología del Galgo Español uti-
lizando el analizador hematológico 
LaserCyte (IdExx)
205
Patología Clínica
Endocarditis infecciosa canina193
Cardiología
AVEPA Actualidad
CLÍNICA VETERINARIA
PEQUEÑOS ANIMALES
DE
Año 2011 Volumen 31 Nº 4
GATOS PERROSCACHORROS
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Traumatología
Estudio dinámico sobre la medición de la 
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www.advanceveterinary.com
Controla y corrige la acidosis metabólica previniendo la 
formación de cálculos de oxalato gracias a la estimulación 
de un pH neutro de la orina
Incrementa la protección glomerular ayudando a 
disminuir el riesgo de padecer hipertensión, hipertrofia y 
proteinuria
Ayuda a mantener la masa muscular minimizando los 
signos de letargo, apatía y debilidad
Advance Veterinary Diets presenta su fórmula más avanzada para gatos que 
padecen Enfermedad Renal Crónica felina (ERC). El nuevo RENAL Feline, la 
fórmula de la triple tranquilidad:
RENAL
NUEVA
FÓRMULA
La nueva fórmula de la 
triple tranquilidad
 2
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Índice2011, Vol. 31, nº 4 
189
Editorial 
Artículos de Revisión
Endocarditis infecciosa 
canina
G. Santamarina, A. González-Martínez, L. Espino, M. Suárez.
Artículos Originales
Hematología del Galgo Español utilizando el analiza-
dor hematológico LaserCyte (IdExx)
C. G. Couto, N. Bertolone, J. I. Couto, K. M. Couto, S. Hensley, 
J. Slack, H. Kvitko, F. Clemente, P. Sanz, D. de Nicola
Estudio dinámico sobre la medición de la 
incongruencia radiocubital por medio de la artroscopia
I. Prada-Areán, M. Gonzalo, J.A. Rodríguez-Altónaga
Recaída neurológica en perros con linfoma tratados 
con quimioterapia: revisión de 13 casos
E.M. Martínez de Merlo, M Portero, J.M Costo, L. Arconada
Caso clínico de Etología
¿Cuál es tu diagnóstico?
 
AVEPA Actualidad
Tabla 1. Resultados de hemogramas usando el LaserCyte en Galgos Españoles normales. Los rangos 
de referencia son los proporcionados por el fabricante del equipo (IdExx). Valores expresados como 
media ±SEM. 
PARÁMETRO GALGO (n=35) RANGO dE REFERENCIA
% Galgos fuera 
del Rango Ref.
Rango Propuesto 
para Galgos
GBs (X109/L) 8.34±0.47 5.5-16.9 10# 7.4-9.3
NEU (X109/L) 4.6±0.33 2-12 10# 1.9-2.6
LINF (X109/L) 2.26±0.18 0.5-4.9 3* 0.9-1.1
MONO (X109/L) 1.024±0.06 0.3-2 0 3.9-5.3
EOS (X109/L) 0.43±0.07 0.1-1.49 3* 0.3-0.6
HCT (%) 0.53±0.01 0.37-0.55 37* 0.50-0.55
RBC (X1012/L) 7.80±0.18 5.5-8.5 20* 7.4-8.2
HGB (g/L) 180.4±4.1 120-180 63* 176-192
RETIC (%) 0.47±0.04 0.4-0.6
RDW (%) 16.30±-.25 14.7-17.9 3* 15.8-16.8
VCM (fL) 67.86±0.55 60-77 3# 66.7-69.0
CHCM (g/dL) 34.78±0.30 30-37.5 6* 34.2-35.4
HCM (pg) 23.73±0.34 18.5-30 0 23-24.4
PLQ (X109/L) 200±15 175-500 37# 170-231
* Superior al rango de referencia del dispositivo; # inferior al rango de referencia del dispositivo.
GBs, recuento de leucocitos; NEU, neutrófilos; LINF, linfocitos; MONO, monocitos; EOS, eosinófilos; HCT, hematocrito; RBC, recuento de eritrocitos; HGB, hemoglo-
bina; RETIC, reticulocitos; RDW, distribución de los eritrocitos; VCM, volumen corpuscular medio; CHCM, concentración de hemoglobina corpuscular media; HCM, 
hemoglobina corpuscular media; PLQ, recuento de plaquetas.
191
193
 
205
209
217
225
231 
235
Artículo de revisión.
Artículo original referido
a múltiples casos clínicos.
Artículo original referido
a un solo caso clínico.
O
R
C
2011, Vol. 31, nº 4directorio
Publicación trimestral. La revista de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas 
en Pequeños Animales (AVEPA) no se responsabiliza de ninguna manera de los conceptos 
contenidos en todos aquellos trabajos firmados. 
Copyright 1991 AVEPA. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publica-
ción puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o 
mecánico, incluyendo las fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de 
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Secretario Comité Científico
Gustavo Machicote Goth
Comité Científico de AVEPA
Presidente: 
Rafael Molina López (Barcelona)
Responsable Grupos de Trabajo: 
Gustavo Machicote Goth (Pontevedra)
Formación Continuada: 
Nicasio Brotóns Campillo (Alicante)
Formación No Reglada: 
Enrique Barreneche Martínez (Alicante)
Otras Publicaciones: 
Tomás Fernández González (Madrid)
Congreso Nacional: 
Xavier Roura López (Barcelona)
Miembros Asociados: 
Amalia Agut Giménez (Murcia), 
Jordi Franch Serracanta (Barcelona)
Comité Editorial de la 
Revista Oficial de AVEPA
directora de la Revista 
Amalia Agut Giménez
Comité Editorial Asociado 
Albert Lloret Roca 
Pilar Lafuente Baigorri
Realización editorial, impresión y distribución: 
Ice Salud & Vet. 
Mejía Lequerica, 12, 5º 4ª 
08028 Barcelona 
info@icesaludvet.com - www.icesaludvet.com 
ISSN. 1130-7064. depósito Legal. B-25.427-81
Comité de Evalución 
 Nacional
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S. Añor, J. Arus, A. Barreiro, E. Belda, J. 
Cairó, T. Camps, A. Chico, J. M. Closa, 
O. Cortadellas, N. Díez, O. Doménech, 
I. Durall, T. Fernández, M.J. Fernández 
del Palacio, J. Font, C. Fragio, C. Fraile, 
J. Franch, F. Ginés, A. Lloret, X. Lucas, A. 
Lujan, X. Manteca, S. Martí, E. Martínez, 
J. Martorell, R. Molina, A. Montesinos, A. 
Navarro, L. Navarro, J. Pastor, T. Peña , D. 
Pérez, J. Rodríguez, A. Rubio, A. Sainz, 
G. Santamarina, F. Simó, M. Soler, M. 
Vilafranca, M. Villagrasa, C. Yotti. 
Internacional
J.F. Gorostiza, J. Drapé, R. Köstlin, V. L. 
Fuentes, M. Simon, J. Sapienza, D. Carlotti, 
D. Grant, G. Couto, A. Vezzoni.
190
Editorial2011, Vol. 31, nº 4 
191
Más de dos décadas de 
evolución de la Cardiología 
Veterinaria (1990-2011)
En los últimos años estamos asistiendo a una evolución importante de todas las áreas de la Medicina Veterinaria, lo que ha conllevado un gran interésen la especialización por parte de los profesionales. La cardiología veterinaria constituye un buen ejemplo de ello, puesto que ha conseguido consolidarse durante los últimos 20 años como 
una de las especialidades con más prestigio a nivel internacional; ello es debido al trabajo clíni-
co e investigación, tanto clínica como experimental, que vienen desarrollando los especialistas 
con los que cuenta. 
Las enfermedades cardiovasculares constituyen uno de los principales motivos de consulta 
en perros y gatos tanto en clínicas generalistas como en hospitales de referencia. Al igual 
que en medicina humana, se ha reducido mucho la mortalidad por estas causas debido a los 
avances en las ciencias de la salud; sin embargo, esto predispone a que la esperanza de vida 
de nuestras mascotas sea mayor y también a que aumente el diagnóstico de las cardiopatías 
más prevalentes en pacientes geriátricos, como ocurre con la enfermedad crónica de válvulas 
atrioventriculares (endocardiosis) en los perros.
El desarrollo de las técnicas de imagen y, especialmente la ecocardiografía, han supuesto un 
gran avance en el estudio de la anatomía y fisiopatología de las diferentes cardiopatías de 
forma no invasiva y con gran reproducibilidad en manos expertas. La incorporación en la clínica 
de las modernas modalidades ecocardiográficas ha contribuido a que la mayor precisión en los 
diagnósticos haya permitido la realización de estudios multicéntricos de gran relevancia sobre 
estrategias terapéuticas muy diversas. Esto, unido al avance de la especialización en cardiología, 
ha logrado que muchos procedimientos sofisticados aplicados a paciente humanos, tales como 
implantación de marcapasos o cateterismos para la resolución de estenosis valvulares, se lleven 
a cabo con éxito en Veterinaria.
El artículo de revisión que se publica en esta revista, sobre la endocarditis bacteriana (EB) en 
pequeños animales, constituye un ejemplo del elevado nivel de la especialización en cardiología 
veterinaria en nuestro país. La EB constituye una de las cardiopatías con más alta mortalidad 
y más difíciles de diagnosticar en pequeños animales en base a la presentación clínica de 
signos inespecíficos, de modo que, en la mayor parte de los casos, no son las manifestaciones 
cardiacas las que dominan el cuadro clínico. Ello hace que la verdadera prevalencia de la EB no 
se conozca con exactitud. 
En este artículo se presenta una revisión muy amplia sobre EB que, sin duda, ayudará a los 
clínicos a un mejor conocimiento, diagnóstico y tratamiento de esta compleja enfermedad en 
pequeños animales.
Mª Josefa Fernández del Palacio
Dipl ECVIM-CA (Cardiology)
Departamento de Medicina y Cirugía Animal
Hospital Veterinario Universidad de Murcia
Mª Josefa Fernández 
del Palacio
Dipl ECVIM-CA 
(Cardiology)
Departamento de 
Medicina y Cirugía 
Animal
Hospital Veterinario
Universidad de Murcia
Caso clínico de
192
2011, Vol. 31, nº 4
193
la enfermedad en sus estadios iniciales.1 El propósito 
de este artículo es ofrecer una revisión práctica de la 
endocarditis infecciosa canina, abarcando diferentes 
aspectos sobre la epidemiología, patogénesis, etio-
logía, presentación clínica, diagnóstico y tratamiento 
de la enfermedad.
Epidemiología 
La prevalencia de la endocarditis infecciosa en un 
Hospital de referencia es baja, de 0,09% a 6,6%. 
Dada la dificultad diagnóstica, la inespecificidad de los 
signos clínicos y la falta de confirmaciones por necrop-
sia, es probable que la incidencia real de esta enfer-
medad sea mucho mayor. La mayoría de los casos son 
de edad media y mayores (> 4 años) y razas de tamaño 
medio o grande (la mayoría de los perros afectados, 
Introducción
La endocarditis infecciosa, también conocida como 
endocarditis bacteriana o endocarditis vegetativa, es 
la inflamación de la superficie endotelial del cora-
zón, generalmente valvular, causada por la invasión 
de un agente microbiano.1-3 La endocarditis es poco 
frecuente en perros y muy rara en gatos, pero suele 
tener graves consecuencias y a menudo es mortal. 
Los pacientes frecuentemente desarrollan fallo car-
diaco congestivo, alteraciones tromboembólicas en 
riñones, bazo, corazón y cerebro y muerte súbita por 
arritmias cardíacas. Otras secuelas comunes asocia-
das a las endocarditis son las enfermedades inmu-
nomediadas como glomerulonefritis y poliartritis.2-4 
El diagnóstico de la endocarditis es particularmente 
desafiante por su variedad de presentaciones clíni-
cas, su rápida progresión y la carencia de técnicas 
diagnósticas que permitan confirmar definitivamente 
Endocarditis infecciosa canina
G. Santamarina, A. González-Martínez, L. Espino, M. Suárez.
Departamento de Ciencias Clínicas Veterinarias. Hospital Universitario Rof Codina. Facultad de Veterinaria. 
Universidad de Santiago de Compostela.
Palabras clave: Endocarditis infecciosa, vegetaciones valvulares, válvula aórtica, válvula mitral
Keywords: Infectious endocarditis, valvular vegetations, aortic valve, mitral valve.
Clin. Vet. Peq. Anim, 2011, 31 (4): 193-202
R
Canine Infective Endocarditis
* Contacto: german.santamarina@usc.es
La endocarditis infecciosa es una enfermedad sistémica asociada a una alta morbilidad y mortalidad. Afecta fundamentalmente a perros de edad media 
y mayores, sobre todo de razas grandes. La endocarditis bacteriana presenta un gran desafío con respecto a su diagnóstico y tratamiento eficaz. La 
auscultación puede aportar indicios en relación a la implicación valvular, particularmente cuando está presente un soplo sistólico en la base izquierda 
que se corresponde con la regurgitación aórtica. Las vegetaciones e insuficiencia de la válvula aórtica también pueden alterar las características del pulso 
femoral. La ecocardiografía puede facilitar el diagnóstico, particularmente en las lesiones de la válvula aórtica, pero es menos específica a la hora de 
distinguir entre pequeñas vegetaciones de la válvula mitral y lesiones tempranas de degeneración mitral crónica. Las lesiones vegetativas se desarrollan 
principalmente a lo largo de los bordes de las válvulas aórtica y mitral y frecuentemente desprenden émbolos hacia bazo, riñón, cerebro y corazón. 
Las consecuencias clínicas más comunes incluyen el fallo cardiaco congestivo, sepsis, arritmias e infartos orgánicos sistémicos. La terapia para tratar 
las endocarditis infecciosas requiere la administración a largo plazo (6 a 8 semanas o más) de altas dosis de antibióticos bactericidas, y el manejo de las 
complicaciones concurrentes.
Resumen
194
85%-90%, pesan más de 15 kg). Los machos enfer-
man con mayor frecuencia que las hembras (ratio 2:1) 
y, razas como Pastor Alemán, Boxers, Golden Retriever 
y Labrador Retriever, parecen estar sobrerrepresenta-
das en la mayor parte de los estudios. La mayoría de 
las lesiones afectan a la válvula mitral o a la aórtica 
con porcentajes prácticamente similares. La válvula 
tricúspide rara vez se ve implicada y la pulmonar casi 
nunca se ve afectada.1,3-6
En humanos, ciertas lesiones cardíacas preexistentes 
incrementan el riesgo de desarrollar endocarditis bacte-
riana; se incluyen conducto arterioso persistente, regur-
gitación aórtica, estenosis aórtica, regurgitación mitral y 
defecto de septo ventricular. En perros, varios estudios 
han mostrado que la estenosis subaórtica es un factor 
predisponente, pues crea un flujo turbulento capaz de 
dañar la superficie ventricular de las cúspides valvulares. 
Ninguna otra enfermedad cardíaca se ha demostrado es-
tadísticamente que predisponga a los perros a padecer 
endocarditis, incluida la degeneración mitral crónica.5,6
Patogenia
Dos son los procesos fundamentales en el desarrollo 
de una endocarditis infecciosa: el primero es la aparición 
de una lesión endotelial que proporciona una superficie 
más receptora a la colonización bacteriana que el endo-
telio sano; y el segundo es el depósito de microorganis-
mos circulantes sobre este endotelio.
La bacteriemia, persistente o transitoria, esun requisi-
to para que la endocarditis infecciosa se establezca. Esta 
suele tener su origen en un foco séptico o en una ma-
niobra invasiva que traumatiza la piel y/o mucosas. Las 
fuentes de bacteriemia más comunes en perros incluyen 
discoespondilitis, prostatitis, neumonía, infecciones del 
tracto urinario, pioderma, enfermedades periodontales y 
catéteres venosos centrales de larga duración.6,7 La profi-
laxis dental y los procedimientos odontológicos han sido 
frecuentemente descritos como factores predisponentes 
para el desarrollo de endocarditis infecciosa en perros, 
aunque no hay ninguna evidencia estadística que lo ava-
le. Un estudio reciente, bien diseñado, no ha encontrado 
ninguna asociación entre la endocarditis infecciosa y las 
intervenciones dentales, cirugías orales o infecciones bu-
cales realizadas en perros.8-10
El rol de la inmunosupresión como factor predisponen-
te de la endocarditis infecciosa es controvertido. En un 
reciente estudio, solo 1 de 18 perros (5%) con endocar-
ditis había recibido recientemente una terapia inmuno-
supresora.11 Sin embargo, un trabajo anterior encontró 
que 17 de 45 perros (38%) con endocarditis infecciosa 
habían recibido corticoesteroides en algún momento du-
rante el curso de su enfermedad.12
En cuanto a la capacidad de adhesión a la superficie 
endocárdica la mayoría de endocarditis, a diferencia de 
en humana, se desarrolla en válvulas “nativas”. Es posi-
ble que en este tipo de endocarditis estén involucrados 
factores como la presencia de microtraumatismos en la 
superficie endotelial de las válvulas. De hecho, las lesiones 
de las endocarditis se desarrollan en la cara ventricular 
de la válvula aórtica y la cara atrial de la válvula mitral, 
zonas donde la presión y velocidad del flujo sanguíneo 
puede producir daños más significativos. Ocasionalmen-
te el daño valvular está provocado por alteraciones pre-
disponentes identificables como estenosis subaórtica o 
cateterismos cardíacos.1,5,13 El daño endotelial causa la 
exposición de diversos factores tisulares que estimulan la 
agregación plaquetaria y la formación de coágulo sobre 
la superficie dañada. Este coágulo contiene fibrinógeno, 
fibrina y proteínas plaquetarias que se unen ávidamente 
a bacterias. Además, la inflamación local induce la expre-
sión endotelial y plaquetar de integrinas y fibronectinas 
que también facilitan la adherencia bacteriana. Por su 
parte, ciertos organismos que comúnmente causan en-
docarditis, como Staphylococcus spp y Streptococos spp, 
poseen receptores para las fibronectinas que les confieren 
mayor habilidad para adherirse a las válvulas dañadas. Es-
tas bacterias virulentas estimulan a su vez la producción 
de más factor tisular e inducen una mayor agregación pla-
quetaria. Las bacterias también excretan enzimas que con-
ducen a la destrucción del tejido valvular y a la rotura de 
cuerdas tendinosas. Se produce así una lesión patológica 
característica denominada vegetación que conlleva la proli-
feración de nuevo tejido y la destrucción del tejido valvular. 
Las vegetaciones son masas friables, de tamaño y formas 
variables, formadas por colonias de microorganismos in-
crustadas dentro de una matriz compuesta por plaquetas, 
fibrina, glóbulos rojos y células polimorfonucleares (Fig. 1). 
La lesión vegetativa fibrinosa protege a las bacterias de la 
corriente sanguínea y de las defensas del huésped, y supo-
ne un importante obstáculo para la penetración de los anti-
bióticos. Algunas bacterias como el Staphylococcus aureus 
y Bartonella spp pueden internalizarse dentro de las células 
endoteliales y escapar así a la detección del sistema inmu-
ne. Las vegetaciones suelen afectar a las hojas valvulares, 
pero pueden extenderse a las cuerdas tendinosas, endocar-
dio mural y miocardio adyacente.1,13
La deformación valvular originada por el crecimiento 
vegetativo, y en casos más severos la necrosis y calcifi-
cación valvular, son las responsable de la insuficiencia 
valvular y el soplo consecuente. La insuficiencia valvu-
lar de la aorta o de la mitral puede ocasionar un fallo 
cardíaco congestivo izquierdo. Por su parte, grandes 
vegetaciones pueden llegar a provocar estrechamientos 
valvulares, coexistiendo de esta forma la insuficiencia y 
la estenosis. La función cardiaca puede además verse 
comprometida por daños miocárdicos directos (a veces 
causados por embolias coronarias sépticas a partir de 
fragmentos desprendidos de las lesiones vegetativas) 
que pueden ocasionar infartos y abscesos miocárdicos, 
o bien por afección del miocardio por continuidad dan-
do lugar a miocarditis, con la consiguiente insuficiencia 
miocárdica y aparición de arritmias.5,6
La embolización de otras regiones corporales causa 
infartación o infección metastásica. Los émbolos pue-
den ser sépticos o asépticos. Las embolias sépticas dan 
lugar a episodios de bacteriemias persistentes y fiebres re-
currentes y producen focos de infección e inflamación. Los 
riñones y el bazo son los lugares más frecuentes de infarta-
ción, pero el corazón, cerebro, intestino, músculo estriado 
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
195
y otros órganos también pueden verse afectados (Fig. 2). 
Los problemas clínicos resultantes son efecto de la isquemia 
orgánica e incluyen insuficiencia renal, signos neurológicos, 
arritmias, cojeras, signos digestivos, dolor abdominal y pa-
resia y dolor de extremidades posteriores (Fig. 3).1-4
A su vez, la bacteriemia persistente de la endocarditis in-
fecciosa puede estimular tanto al sistema inmunológico ce-
lular como al humoral, provocando la formación de inmu-
nocomplejos circulantes que pueden ocasionar glomerulo-
nefritis, poliartritis y otras lesiones inmunomediadas.2-4
Agentes etiológicos
Las causas más comunes de endocarditis infecciosa 
incluyen por orden de frecuencia: Staphylococcus spp 
(aureus, intermedius, coagulasa positivo y coagulasa ne-
gativo), Streptococos spp (canis, bovis y β–hemolítico) y 
E Coli. Otros agentes aislados han sido Pseudomona au-
reginosa, Corynebacterium spp, Erysepelothrix rhusiopa-
thiae, Enterobacter, Pasteurella y Proteus. Recientemente 
Bartonella spp. (B. vinsonii berkhoffi, B. clarridgeiae, B. 
wasohoensis) ha sido identificada como un agente cau-
sal en casos de endocarditis con cultivos sanguíneos ne-
gativos.1,4,7,14-17 En estudios recientes en los que se llevó a 
cabo identificación del agente etiológico, se confirmó la 
presencia de Bartonella spp entre el 20 y el 28 % de los 
casos. El diagnóstico de bartonellosis fue realizado por 
seroactividad antemortem y mediante técnicas de PCR 
postmortem. Destaca, como característica importante, 
que la válvula predominantemente afectada, cuando 
está implicada la Bartonella, es la válvula aórtica.7,11,18
Hallazgos clínicos
En cuanto a la presentación clínica, los signos cardía-
cos pueden ser el motivo de la consulta; sin embargo, 
en la mayoría de las ocasiones, las alteraciones cardíacas 
pueden verse enmascaradas por las anormalidades sisté-
micas y, el proceso, simular más una enfermedad inmu-
nomediada o presentarse para evaluación de un proceso 
febril. Los perros con endocarditis infecciosa suelen mos-
trar una historia vaga, con signos de enfermedad sisté-
mica extracardíaca no específicos.
Clásicamente la endocarditis infecciosa se presenta 
como un proceso febril de evolución variable, con mani-
festaciones clínicas inespecíficas como depresión, debi-
lidad, anorexia y pérdida de peso, en el que progresiva-
mente pueden aparecer signos de insuficiencia cardiaca 
(como consecuencia de la destrucción valvular) y mani-
festaciones distantes, provocadas por las embolizaciones 
o alteraciones inmunomediadas (fallo renal, cojeras). En 
una serie de 18 casos la cojera fue la queja más frecuen-
te, presente en el 44% de los perros.11 Otros hallazgos 
menos comunes son las alteraciones neurológicas (23%) 
que incluyen ataxia, déficits propioceptivos, obnubila-
ción y signos vestibulares.2,19 El riesgo de padecimiento 
de alteracionestromboembólicas aumenta con las vege-
taciones mayores de 1 cm (Fig. 4).2 En pocas ocasiones 
existe una historia de enfermedad anterior que pueda 
hacernos sospechar una bacteriemia o tener relación con 
el problema actual.
En cuanto a la exploración física, la auscultación de un 
soplo de reciente aparición en un perro febril y sin pro-
pensión al desarrollo de degeneración valvular mixomato-
sa, es altamente sugerente de endocarditis infecciosa. De 
hecho los soplos cardiacos están presentes en la mayoría 
de los perros (89-96%) con esta patología.2,11 Cuando las 
Figura 1. Endocarditis infecciosa y vegetaciones valvulares en tres perros. A: 
Vegetación en la válvula aórtica con evidente destrucción del tejido valvular. 
B: Lesión vegetativa muy proliferante localizada en la válvula mitral. C: Gran-
des lesiones vegetativas afectando a la válvula aórtica.
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
A
B
C
196
lesiones afectan a la válvula mitral provocan regurgitación 
valvular y un soplo sistólico en la región apical izquierda, 
cuya intensidad aumenta en función de la gravedad. Las 
vegetaciones en la válvula aórtica causan una insuficien-
cia valvular más difícil de auscultar. Las endocarditis de la 
válvula aórtica clásicamente manifiestan un soplo diastó-
lico de insuficiencia de baja intensidad, sobre la base iz-
quierda. Con frecuencia este soplo diastólico coexiste con 
un soplo sistólico de eyección, provocado por la estenosis 
que causa la presencia de la lesión vegetativa. Además, 
el pulso femoral asociado con las endocarditis aórticas es 
típicamente hiperdinámico, reflejando la amplia diferen-
cia de presión entre sístole y diástole (la presión diastólica 
disminuye por el retroceso de sangre a través de la insufi-
ciencia aórtica, y la presión sistólica puede incrementarse 
debido a la sobrecarga de volumen).1,3,4,13
La auscultación pulmonar puede mostrar presencia de 
crepitaciones en aquellos pacientes en los cuales se desa-
rrolla un cuadro congestivo (prácticamente en la mitad de 
los pacientes). Otros signos de afectación respiratoria que 
pueden mostrar estos pacientes son disnea marcada, tos 
y debilidad.
La mayoría de los perros con endocarditis infecciosa 
presentan pirexia o una historia de episodios febriles re-
currentes. Sin embargo la fiebre puede estar ausente en 
el momento del diagnóstico, bien porque la bacteriemia 
sea de bajo grado o bien porque esté enmascarada por la 
administración previa de antibióticos o anti-
inflamatorios.1,2,13
Alteraciones labo-
ratoriales
Las alteraciones laborato-
riales ponen en evidencia la 
presencia de procesos infla-
matorios o isquémicos que 
afectan a varios órganos y 
suelen ser variables. La hema-
tología suele mostrar un leuco-
grama inflamatorio, con predo-
Los perros con 
endocarditis infecciosa 
suelen mostrar una 
historia vaga, con 
signos de enfermedad 
sistémica extracardía-
ca no específicos
Figura 2. Embolias sépticas provocando infartación o infección metastásica 
en diferentes órganos. Los más frecuentemente afectados son riñón, bazo, 
cerebro y miocardio.
Figura 3. Imagen de necropsia de un paciente con endocarditis que mostra-
ba una cojera manifiesta. Se advierte una grave lesión erosiva en la superficie 
condilar y troclear del fémur como consecuencia de una artritis infecciosa.
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
197
minio de neutrófilos con desvío a la izquierda en los casos 
agudos y neutrofilia madura y monocitosis en casos cróni-
cos o avanzados. Muchos pacientes muestran algún grado 
de anemia que con frecuencia es no regenerativa. Cierto 
grado de trombocitopenia puede también estar presente 
como consecuencia del consumo o destrucción inmuno-
mediada. Un estudio reciente indica que hasta un 50% de 
los pacientes con endocarditis muestran trombocitopenia y 
anemia, y prácticamente el 90% muestra leucocitosis.2
Es común encontrar bajos niveles de albúmina, relativa hi-
poglucemia y elevación de la fosfatasa alcalina. La azoemia, 
proteinuria, hematuria y cilindruria pueden estar presentes 
e indican el compromiso renal. Es importante realizar culti-
vos de orina pues puede ser el foco de la bacteriemia.13
El hemocultivo es la prueba que define una bacterie-
mia y es, por lo tanto, una etapa fundamental para el 
diagnóstico y tratamiento. Deben ser tomadas de 3 a 
4 muestras de sangre (5-10 ml cada una) en diferentes 
puntos de venopunción preparados asépticamente, con 
una diferencia de tiempo de extracción de al menos 1 
hora, y remitidas para cultivo aeróbico y anaeróbico. Sin 
embargo, incluso realizado de forma adecuada, se ha 
visto que sólo un 50% de los pacientes afectados mues-
tran cultivos de microorganismos compatibles con endo-
carditis infecciosa.7 La falta de sensibilidad del método 
puede venir explicada por bajas concentraciones bacte-
rianas en sangre, presencia de nidos encapsulados, bac-
teriemias intermitentes, bajo volumen de sangre (uno de 
los factores más importantes), mala técnica laboratorial, 
administración previa de antibióticos o ser debida la pre-
sencia de organismos de crecimiento lento como Barto-
nella. Estudios recientes muestran que Bartonella fue la 
causa de hasta un 45% de endocarditis en perros cuyas 
muestras resultaron previamente negativas en los cultivos 
convencionales.11 Los test serológicos son los principales 
métodos diagnósticos para determinar si existe una alta 
probabilidad de que una endocarditis infecciosa esté cau-
sada por Bartonella. Una serorreactividad mayor a 1:1024 
se considera un indicio suficiente para sospechar la impli-
cación de este agente como causa de una endocarditis 
infecciosa.11,20,21
Electrocardiografía
El electrocardiograma puede ser normal o mostrar un 
patrón compatible con agrandamiento de cámaras iz-
quierdas, evidencia de isquemia miocárdica; o revelar cier-
tas arritmias como extrasístoles ventriculares, taquicardia 
supraventricular, alteraciones en la conducción (bloqueo 
de rama o atrioventricular) y fibrilación atrial. La aparición 
de arritmias es más frecuente cuando la válvula aórtica se 
encuentra afectada, observándose hasta un 60% de ca-
sos de arritmias ventriculares. El bloqueo atrioventricular 
de tercer grado puede ocurrir por la formación de absce-
sos perianulares secundarios a la infección de la válvula 
aórtica (Fig. 5).1,2,4,6,12,13
Radiografía torácica
Las radiografías torácicas suelen ser normales, pero en 
pacientes con afectación crónica puede aparecer, como 
consecuencia de la incompetencia valvular, un agranda-
miento cardíaco progresivo; generalmente el más afectado 
y evidente es el agrandamiento de atrio izquierdo. De for-
ma general se puede decir que la presencia de una silueta 
cardiaca normal, junto con la aparición de signos radiográ-
ficos de fallo congestivo (edema pulmonar de distribución 
perihiliar, congestión de venas pulmonares) es altamente 
sospechoso de endocarditis infecciosa (Fig. 6).6
Ecocardiografía
La ecocardiografía es fundamental para el diagnóstico 
de endocarditis infecciosa y de gran utilidad cuando se 
identifican lesiones de tipo vegetativo (criterios mayores). 
La detección de vegetaciones, “masas ecogénicas osci-
lantes”, sobre la válvula mitral o la válvula aórtica es muy 
sugestiva de la presencia de endocarditis. En el caso de la 
válvula aórtica, la presencia de vegetaciones es casi pa-
tognomónica de endocarditis infecciosa, mientras que si 
estas afectan a la válvula mitral pueden ser muy difíciles 
de diferenciar de un engrosamiento degenerativo. Aun-
que clásicamente las endocarditis vegetativas presentan 
Figura 4. Vegetaciones valvulares (mitral y aórtica) de grandes dimensiones 
(>1,5 cm), lo que aumenta el riesgo de tromboembolismo.
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
198
una apariencia más rugosa y desigual que las degene-
rativas, deberá prestarse especial cuidado a la hora de 
establecer un diagnóstico de endocarditis infecciosa en 
pacientes con propensión al desarrollo de degeneración 
mixomatosa de la válvula mitral.La ecocardiografía per-
mite también detectar posibles consecuencias o secuelas 
de la disfunción valvular, de gran interés cara al pronós-
tico de la enfermedad: presencia de agrandamiento de 
cámaras por sobrecarga de volumen, disminución de la 
fracción de acortamiento, o rotura de cuerdas tendino-
sas por implicación del aparato de sustentación. El modo 
Doppler color permite observar la presencia de regurgi-
taciones por insuficiencia valvular, o flujos turbulentos 
sobre el tracto de salida del ventrículo izquierdo (conse-
cuencia del desarrollo de estenosis aórtica) y, al tiempo, 
nos permite valorar la severidad de estas alteraciones 
hemodinámicas (Figs. 7 y 8).1,3,5,13
El seguimiento ecocardiográfico se recomienda du-
rante el tratamiento, y se ha visto que el incremento de 
tamaño de la vegetación, o la aparición de nuevas vege-
taciones durante el tratamiento antibiótico, predice una 
fase de cicatrización valvular prolongada y un mayor ries-
go de complicaciones embólicas.2
La ecografía abdominal es muy útil para tratar de iden-
tificar focos infecciosos, así como infartos en diferentes 
vísceras (bazo, riñón, arterias ilíacas…) derivados de los 
procesos tromboembólicos y sus consecuencias (Fig. 9).
diagnóstico
El diagnóstico certero de endocarditis infecciosa es difí-
cil de alcanzar, e incluye la presencia de anomalías clínicas 
compatibles con endocarditis, cultivos sanguíneos, evi-
dencias ecocardiográficas de lesiones vegetativas oscilan-
tes características e insuficiencia valvular. Un diagnóstico 
presuntivo puede basarse en la presencia de cultivos san-
guíneos positivos, presencia de lesiones ecocardiográficas 
compatibles, soplo de reciente aparición y una aparición 
de fiebre en un perro con enfermedades cardíacas predis-
ponentes previas (estenosis subaórtica) o evidencias clíni-
cas de fenómenos embólicos.1,13
Algunos de estos criterios diagnósticos pueden es-
tar ausentes y, por ello, se han desarrollado métodos 
protocolizados para el diagnóstico. En humana, los 
criterios modificados de Duke consisten en un sistema 
de puntuación que permite cuantificar si es altamente 
probable, o improbable, que un paciente esté sufrien-
do una endocarditis infecciosa. Se han propuesto va-
riantes de los criterios modificados de Duke adaptados 
a veterinaria que pueden ser útiles 
para la identificación de casos 
probables de endocarditis en 
perros. Recientemente se 
han añadido datos seroló-
gicos específicos a este sis-
tema, incluyendo también 
como criterio menor una 
serorreactividad >1:1024 
para Bartonella (Tabla 1). 
Se establecerá un diag-
nóstico definitivo de endo-
carditis infecciosa en aquellos 
Los criterios 
modificados de Duke 
permiten cuantifi-
car si es probable o 
improbable que un 
paciente esté sufrien-
do una endocarditis 
infecciosa
Figura 5. Arritmias presentes en dos casos de endocarditis bacteriana. A: taquicardia ventricular paroxística. B: bloqueo atrioventricular de 3er grado.
Figura 6. Radiografia lateral del torax de un perro con endocarditis infec-
ciosa aguda de la válvula aórtica con signos de edema pulmonar y ausencia 
de cardiomegalia.
A
B
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
199
pacientes en los se cumplan dos criterios mayores, dos 
criterios menores junto con uno mayor o se evidencie la 
vegetación en la necropsia. Se considera un diagnóstico 
posible cuando se cubre un criterio mayor y uno menor, 
o tres criterios menores y, por otra parte, se rechazará 
la posibilidad de endocarditis en cualquier paciente en 
el que exista resolución del proceso en menos de cuatro 
días de comenzado el tratamiento, o en aquellos donde 
se haya diagnosticado una enfermedad consistente di-
ferente a la endocarditis.4,11,13 
Tratamiento
Los principios generales de tratamiento en pa-
cientes con endocarditis infecciosa son eliminar los 
microorganismos infectantes y prevenir o tratar las 
consecuencias de la infección como arritmias, insu-
ficiencia cardiaca o fenómenos embólicos. Asimismo 
es fundamental identificar y tratar cualquier foco po-
tencial de infección, como abscesos, lesión bucal o 
genitourinaria.
La piedra angular de la terapia para las endocarditis 
infecciosas es el uso de antibióticos bactericidas a largo 
plazo seleccionados en base a los resultados del hemo-
cultivo. En espera de los mismos se debe comenzar con 
una terapia empírica utilizando antibióticos de amplio es-
pectro. Dado que la mayoría de las bacterias que causan 
endocarditis infecciosa tienen un patrón de sensibilidad 
predecible, no resulta difícil establecer recomendaciones 
iniciales (Tabla 2).4 Si se sospecha una posible localiza-
ción del foco séptico original, la elección puede realizarse 
siguiendo las indicaciones dadas en la Tabla 3.1
En todo caso se necesitará utilizar antibióticos con 
adecuadas propiedades de penetración tisular e intrace-
lular y alcanzar una elevada concentración sérica, con 
el fin de que puedan penetrar en la lesión vegetativa y 
matar las bacterias. Para lograr este objetivo las dosis de 
antibióticos utilizadas estarán siempre en el rango alto 
e inicialmente deberán ser administradas por vía endo-
Figura 8. Imágenes ecocardiográficas en un perro con endocarditis de mitral A: 
Imagen bidimensional en eje largo paresternal derecho mostrando las lesiones 
hiperecoicas irregulares y oscilantes a nivel de la mitral. B: Imagen bidimensio-
nal apical paraesternal izquierda con la válvula mitral hiperecogénica, engrosa-
da y rugosa. C: Doppler color sobre la válvula lesionada evidenciando un flujo 
de regurgitación mitral. D: Doppler espectral continuo del flujo transmitrálico 
que evidencia la insuficiencia mitral que padece el paciente.
Figura 9. Ecografía abdominal (corte longitudinal) en un perro con endocardi-
tis mostrando una zona de infarto renal en el polo caudal del riñón derecho.
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
Figura 7. Imágenes ecocardiográficas en un perro con endo-
carditis aórtica A: Imagen bidimensional en eje largo parester-
nal derecho mostrando las lesiones hiperecoicas irregulares a 
nivel de la aorta. B: Imagen bidimensional de eje corto a nivel 
de la válvula aórtica del mismo paciente. C: Doppler color so-
bre la válvula aórtica lesionada evidenciando un flujo sistólico 
turbulento de estenosis. D: Doppler color mostrando ahora la 
insuficiencia de la válvula aórtica durante la diástole. E: Doppler 
espectral contínuo del flujo transaórtico que evidencia la insufi-
ciencia y estenosis aórtica que padece el paciente.
A B
C D
A B C
D E
200
Tabla 1. Criterios sugeridos para el diagnóstico de endocarditis en el perro4
Criterios mayores
1. Evidencias de alteración endocárdica:
a) Imágenes ecocardiográficas compatibles con endocarditis infecciosa.
Masa intracardiaca oscilante o en una válvula o estructura de soporte valvular (vegetación valvular).
Absceso perianular (región ecotransparente adyacente al anillo valvular).
b) Insuficiencia valvular de origen reciente.
2. Cultivo de sangre persistente positivo: dos cultivos separados de un microorganismo compatible 
con endocarditis infecciosa.
Criterios menores
1. Fiebre.
2. Paciente mayor de 15 kg.
3. Trastorno cardíaco predisponente: SAS
4. Fenómenos tromboembólicos.
5. Enfermedad inmunomediada.
6. Poliartritis.
7. Glomerulonefritis.
8. Hemocultivo positivo pero que no satisface el criterio mayor.
diagnóstico de 
Endocarditis 
infecciosa
1. Definitivo:
a) Dos criterios mayores.
b) Un criterio mayor y dos menores.
c) Evidencia histopatológica de la vegetación valvular.
2. Posible:
a) Un criterio mayor y uno menor.
b) Tres criterios menores.
3. Rechazado:
a) Resolución tras 4 días de tratamiento.
b) Diagnóstico de una enfermedad alternativa consistente.
Tabla 2. Agentes etiológicos y recomendaciones para el manejo de la endocarditis infecciosa4
Agente etiológico Antibiótico recomendado
Staphylococcus 
intermedius
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Enrofloxacino 10 mg/kg IV /12h o amikacina 20 mg/kg IV /24h 
junto con fluidoterapia.Mantenimiento (6-8 semanas): Amoxicilina ácido clavulánico 20 mg/kg PO /8-12h o enrofloxacino 
5-10 mg/kg PO /12-24h.
Staphylococcus 
aureus
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Puede requerir vancomicina u oxacilina o cefazolina IV.
Mantenimiento (6-8 semanas): Si no es meticilina resistente altas dosis de de una cefalosporina de 
primera generación.
Streptococcus canis
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Ampicilina sódica 20-40 mg/kg IV /6-8h o ceftriaxona 20 mg/kg 
IV /12h.
Mantenimiento (6-8 semanas): Amoxicilina ±ácido clavulánico 20 mg/kg PO /8-12h.
Escherichia coli
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Amikacina o Imipenen-cilastatina sódica 10 mg/kg IV /8h.
Mantenimiento (6-8 semanas): Imipenen-cilastatina sódica 10 mg/kg SC /8h.
Pseudomonas
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Amikacina o Imipenen-cilastatina sódica 10 mg/kg IV /8h.
Mantenimiento (6-8 semanas): Imipenen-cilastatina sódica 10 mg/kg SC /8h o posiblemente 
amoxicilina ácido clavulánico 20 mg/kg PO /8-12h.
Bartonella
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Amikacina 10 mg/kg IV /8h y timentin 50 mg/kg /6h
Mantenimiento (6-8 semanas): Beta-lactámicos PO. Doxicilina 5 mg/kg /24h o azitromicina 5 mg/kg 
/24 h durante 7 días y después cada 48 horas.
Cultivo negativo 
Tratamiento inicial (1-2 semanas): Amikacina 10 mg/kg IV /8h y timentin 50 mg/kg /6h
Mantenimiento (6-8 semanas): Amoxicilina ácido clavulánico 20 mg/kg PO /8-12h y enrofloxacino 
5-10 mg/kg PO /12-24h.
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
201
Santamarina et al. 2011, Vol. 31 nº4
venosa. Una vez obtenido el resultado del hemocultivo, 
podremos utilizar el antibiótico específico. Sin embar-
go, cuando los cultivos sean negativos se recomienda 
continuar con la terapia inicial, que generalmente habrá 
sido una combinación de antimicrobianos de amplio es-
pectro como por ejemplo ampicilina o una cefalosporina 
de primera generación combinada con aminoglucósidos 
(gentamicina o amikacina) o quinolonas.1,3,6,13
El tratamiento se mantiene a largo plazo, por lo gene-
ral de 6 a 8 semanas; y si bien lo ideal es continuar con la 
terapia parenteral, esta se hace difícil de mantener du-
rante tanto tiempo; por ello se recomienda una terapia 
intravenosa de corta duración, durante 1-2 semanas, y 
a continuación administración subcutánea u oral, lo que 
nos permite el manejo ambulatorio del paciente. Si se 
administra gentamicina o amikacina deben extremarse 
las precauciones, ya que ambos son nefrotóxicos. Siem-
pre que sea posible el uso de estos antibióticos debe 
limitarse a 1 ó 2 semanas. Además la furosemida au-
menta la toxicidad renal de los aminoglucósidos. En el 
caso de infecciones por Bartonella todavía no ha sido 
definido el tratamiento antibiótico ideal, pero se consi-
deran elecciones aceptables el uso de doxiciclina, azitro-
micina o fluoroquinolonas.4,11,13,17
Además del manejo antibiótico, en muchas ocasiones 
será necesario el tratamiento del fallo cardíaco. Si el pacien-
te presenta insuficiencia cardíaca aguda será precisa la ad-
ministración intravenosa de furosemida a dosis e intervalos 
apropiados en función de la severidad del edema pulmo-
nar, y una adecuada suplementación con oxígeno. Según la 
gravedad, en casos refractarios podrá ser además necesario 
añadir a la terapia un inotropo positivo (dobutamina) y un 
vasodilatador balanceado como el nitroprusiato.1, 13
El tratamiento a largo plazo del fallo cardíaco crónico im-
plica, clásicamente, la administración de un diurético (furo-
semida), un inhibidor del enzima convertidor de angiotensi-
na y un inodilatador como el pimobendan. También puede 
ser necesaria una terapia antiarrítmica, especialmente si el 
paciente presenta arritmias ventriculares de alto grado. En 
función de las complicaciones pueden ser necesarios trata-
mientos más agresivos; así en perros con insuficiencia aórti-
ca severa o regurgitación mitral masiva, puede ser precisa la 
adición de un vasodilatador arterial como el amlodipino o 
la hidralazina. Cuando se utilizan estos agentes para reducir 
la postcarga, es esencial monitorizar de forma rigurosa la 
presión arterial del paciente.1,4
Actualmente no se recomienda el uso de anticoagu-
lantes en estos pacientes, pues se ha observado, en per-
sonas con endocarditis infecciosas tratadas con aspirina, 
una tendencia al aumento de episodios hemorrágicos y 
ausencia de beneficios en la resolución de las vegetacio-
nes o de los eventos embólicos.4,13
Tabla 3. Elección del antibiótico en función de la fuente de bacteriemia1
Fuente de Bacteriemia Organismo probable Primera elección Segunda elección
Pioderma Staphylococcus spp
Cefalosporinas de primera o 
segunda generación
Ticarcilina+ácido clavulánico
Aminoglucósido
Quinolona
Tracto gastrointestinal, 
peritonitis o tracto urinario
Escherichia coli
Aminoglucosido
Sulfamidas
Quinolona
Cefalosporinas de 
tercera generación
Urogenital, piel, aparato 
respiratorio
Streptococcus β-hemolítico spp 
Penicilinas
Ticarcilina+ácido clavulánico
Cefaslosporinas de primera 
generación
Cefalosporinas de 
segunda generación
Clindamicina
Enfermedad transmitida por 
vectores
Bartonella spp Doxiciclina
Azitromicina
Quinolona
Heridas crónicas, 
quemaduras
Pseudomonas spp
Aminoglucosido
Quinolona
Ticarcilina
Cefalosporinas de 
tercera generación
Abcesos. Cavidad oral, flora 
gastrointestinal, exudados de 
cavidades orgánicas
Bacterias anaeróbicas
Penicilinas
Ticarcilina+ácido clavulánico
Metronidazol
Clindamicina
Amoxicilina ácido 
clavulánico
Cloranfenicol
Piel, membranas mucosas Corynebacterium spp.
Penicilinas
Ticarcilina+ácido clavulánico
Macrolidos
Quinolonas
Cavidad oral Erysipelothrix tonsillarum
Penicilinas
Ticarcilina+ácido clavulánico
Cefalosporinas
Eritromicina
202
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valvular involvement, particularly when a diastolic left basilar murmur of aortic regurgitation is present. Aortic valve vegetations and insufficiency 
may also alter the characteristics of femoral arterial pulse. Echocardiography may facilitate diagnosis, particularly with aortic valve lesions, but may 
not be able to distinguish between small mitral valve vegetations and early chronic degenerative valve disease. Vegetative lesions develop mainly 
along the edges of the aortic and mitral valves, and frequently embolize to the spleen, kidney, brain and heart. Common sequellae include conges-
tive heart failure, sepsis, arrhythmias and systemic organ infarction. Long-term therapy (6 to 8 weeks or longer) with high doses of a bactericidal 
antibiotic is required to treat infective endocarditis, as well as control of concurrent complications.
Summary
Seguimiento
En los pacientes con un cultivo positivo inicial (de san-
gre u orina), deben repetirse los cultivos a las 1-2 sema-
nas de iniciar la antibioterapia, y 2 semanas después de 
finalizarla. Se debe realizar una ecocardiografía a las 2, 
4 y 6 semanas de iniciado el tratamiento y 2 semanas 
después de acabarlo, con el fin de valorar el tamaño 
de las lesiones vegetativas y la severidad de la insufi-
ciencia valvular. En pacientes afectados con Bartonella 
debe repetirse la serología al mes del tratamiento para 
comprobar la reducción de los títulos. Si éstos perma-
necen persistentemente elevados, será necesario añadir 
un antibiótico diferente.13
Pronóstico
El pronóstico de los perros con endocarditis bacte-
riana es grave. Un estudio retrospectivo reciente so-
bre 71 casos reportaba un índice de mortalidad del 
56%, con una media de supervivencia de 54 días.2 
Las endocarditis que afectan a la aórtica presentan 
peor pronóstico que las que implican a la válvula 
mitral. De igual modo, los perros con endocarditis 
causada por Bartonella presentan tiempos de super-
vivencia más cortos, pues casi siempre se ve afectada 
exclusivamente la válvula aórtica.2,11
Uno de los motivos de la poca supervivencia es la 
dificultad para esterilizar las lesiones vegetativas.3 In-
cluso cuando se logra la eliminación de los gérmenes, 
las alteraciones valvulares provocan una regurgitación 
significativa, sobrecarga de volumen y fallo cardíaco 
congestivo, que determina un mal pronóstico a largo 
plazo. El desarrollo de secuelas no cardíacas, como 
complicaciones renales y tromboembólicas, también 
contribuyen al pobre pronóstico.2
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Analizador de Coagulación 
IDEXX Coag Dx™
Descarte al momento los trastornos de coagu-
lación, tanto de la vía intrínseca como de la vía 
extrínseca
Laboratorio de 
Referencia IDEXX
Marcando la diferencia en el diagnóstico 
veterinario
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205
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4º55’18.16”W), utilizando un analizador hematológico 
LaserCyte (IDEXX Laboratories, Westbrook, ME, USA). 
Los perros fueron considerados sanos en base a la 
exploración clínica, y se les consideró jóvenes-adultos en 
base a la dentición. El Director del refugio autorizó el 
estudio, como parte de un plan de saneamiento general 
que incluía evaluación serológica para enfermedades 
transmitidas por vectores.9
Además de una exploración clínica normal, todos los 
perros tenían serología negativa para Leishmania (SNAP 
Leishmania Test, IDEXX Laboratories, Westbrook, ME); 
y para Ehrlichia canis, Anaplasma phagocytophilum, y 
Borrelia burgdorgferi; y eran negativos para antígeno 
de Dirofilaria immitis (Canine SNAP 4Dx Test, IDEXX 
Laboratories, Westbrook, ME); los perfiles bioquímicos 
estaban dentro de los rangos normales.
Todas las muestras fueron obtenidas en EDTA de las 
venas yugulares y analizadas dentro de las 4 horas tras 
haber sido obtenidas. Se realizaron frotis de sangre 
inmediatamente; los frotis fueron teñidos con Wright-
Introducción
Los perfiles hematológicos de los Greyhounds y 
otros lebreles difieren de los de perros de otras razas. 
Los Greyhounds tienen hematocrito (HCT), recuento 
de eritrocitos (GR), y concentración de hemoglobina 
(HGB) más alta que los perros de otras razas.1-8 Tienen 
también un número más bajo de plaquetas, leucocitos 
y neutrófilos.1,4,6 
Hilppö (1986) describió que los Afganos, Salukis, 
y Whippets de Finlandia también tenían HCT, GR, 
y HGB más altos, similares a los de los Greyhounds; 
sin embargo, los Irish Wolfhounds tienen valores 
hematológicos similares a los de perros de otras 
razas.7 
Material y métodos
Hemos evaluado hemogramas completos en 35 
Galgos Españoles normales (17 machos y 18 hembras) 
alojados en una Sociedad Protectora en Medina del 
Campo, Valladolid (Scooby Medina, 41º18’29.46”N, 
Hematología del Galgo Español utilizando el 
analizador hematológico LaserCyte (IdExx)
Palabras clave: Lebreles, eritrocitosis, plaquetas, leucocitos.
Keywords: Sighthounds, erythrocytosis, platelets, leukocytes.
Clin. Vet. Peq. Anim, 2011, 31 (4): 205-207
C. G. Couto,1,2,3 N. Bertolone,1 J. I. Couto,1 K. M. Couto,1 S. Hensley,1 J. Slack,1 H. Kvitko,1 
F. Clemente,4 P. Sanz,5 D. de Nicola6
1 Departamento de Ciencias Clínicas Veterinarias. 2 Centro Médico Veterinario, Colegio de Medicina Veterinaria. 3 Centro 
de Oncología Comparada de OSU, The Ohio State University, Estados Unidos. 4 Clínica Veterinaria Merced, Calpe, 
Alicante, España. 5 Studio Veterinario Bisio-Sangiorgio-Tagliabue, Genova, Italia. 6 Laboratorios IDEXX, Westbrook, ME, 
Estados Unidos 
O
Haematology of the Spanish Greyhound using IdExx LaserCyte 
Haematology Analyser
* Contacto: guillermo.couto@cvm.osu.edu. Poster presentado en el 45 Congreso Nacional de AVEPA, Barcelona, 2010
Los Greyhounds tienen valoreshematológicos y bioquímicos diferentes a los de perros de otras razas, incluyendo alto hematocrito (HCT), recuento de 
eritrocitos, concentración de hemoglobina (HGB), aumento de la viscosidad sanguínea y bajo recuento de leucocitos y plaquetas. Estas diferencias se 
han atribuido a la propia idiosincrasia de la raza, ya que están presentes en individuos normales. El objetivo del estudio era determinar si esta diferencia 
en los valores hematológicos se presenta en el Galgo español para poder establecer un rango de referencia para esta raza. Evaluamos hemogramas de 
35 Galgos Españoles normales utilizando un dispositivo diagnóstico (LaserCyte, IDEXX). El HCT, recuento de eritrocitos, y HGB tendían a ser más 
altas y el recuento de plaquetas más bajo que los valores de referencia del dispositivo. 
Resumen
206
Giemsa y evaluados por un Patólogo Clínico (DdN) sin 
conocimiento de los valores numéricos del hemograma. 
El número de plaquetas fue evaluado de manera 
semicuantitativa (ej; número de plaquetas por campo 
de inmersión X 20=plaquetasX109/L) y comparado 
con el recuento obtenido con el LaserCyte utilizando 
coeficiente de correlación de Pearson.
Los intervalos de referencia fueron generados 
utilizando el percentil 5 y 95; los parámetros de los 
glóbulos rojos (GR), blancos (GB), y plaquetas (PLQ) se 
evaluaron para verificar o no una distribución normal 
usando el método de D’Agostino. Los resultados entre 
las hembras y los machos fueron comparados usando 
una prueba de t-Student, con significancia a p<0,05 
usando el programa GraphPad Prism (GraphPad 
Software, San Diego, CA).
Resultados 
Los resultados de los hemogramas, expresados como 
media ± SEM, y los rangos de referencia propuestos están 
resumidos en la Tabla 1. Los Galgos tienen HCT, GR, y HGB 
más alta que los valores de referencia del LaserCyte. El 37% 
de los Galgos tenía HCT y el 63% la HGB, superiores a los 
valores de referencia (Tabla 1). Los índices eritrocitarios (ej; 
VCM, volumen corpuscular medio; CHCM, concentración 
de hemoglobina corpuscular media; HCM, hemoglobina 
corpuscular media) estaban dentro de los rangos de 
referencia para perros de otras razas. Sólo el 10% de 
los Galgos tenían recuentos de GBs y neutrófilos (NEU) 
inferiores al rango de referencia, y aproximadamente 
un tercio tenía PLQ por debajo del rango de referencia. 
No hubo diferencias significativas para ninguno de los 
parámetros entre machos y hembras. 
La evaluación semicuantitativa de las plaquetas tuvo 
excelente correlación entre varias evaluaciones por el 
mismo individuo (r2=0.94). El recuento de plaquetas tuvo 
buena correlación con la evaluación semicuantitativa 
(r2=0.65). Ocasionalmente un recuento de plaquetas 
bajo se correlacionaba con agregados plaquetarios en 
el frotis. 
discusión
A pesar de que hay varios artículos que detallan las 
características hematológicas de los Greyhounds y otros 
lebreles,1-8 no hemos encontrado ninguna publicación 
sobre las características hematológicas de los Galgos 
Españoles. Los Greyhounds y los Galgos son semejantes 
fenotípicamente; sin embargo, los primeros se utilizan 
principalmente para carreras de corta duración 
(“velocistas”), mientras que los Galgos se utilizan para 
cacería (“carreras de larga distancia”).
En estudios previos,1,2,4-6 el HCT, GRs, y HGB fueron 
Tabla 1. Resultados de hemogramas usando el LaserCyte en Galgos Españoles normales. Los rangos 
de referencia son los proporcionados por el fabricante del equipo (IdExx). Valores expresados como 
media ±SEM. 
PARÁMETRO GALGO (n=35) RANGO dE REFERENCIA
% Galgos fuera 
del Rango Ref.
Rango Propuesto 
para Galgos
GBs (X109/L) 8.34±0.47 5.5-16.9 10# 7.4-9.3
NEU (X109/L) 4.6±0.33 2-12 10# 1.9-2.6
LINF (X109/L) 2.26±0.18 0.5-4.9 3* 0.9-1.1
MONO (X109/L) 1.024±0.06 0.3-2 0 3.9-5.3
EOS (X109/L) 0.43±0.07 0.1-1.49 3* 0.3-0.6
HCT (%) 0.53±0.01 0.37-0.55 37* 0.50-0.55
RBC (X1012/L) 7.80±0.18 5.5-8.5 20* 7.4-8.2
HGB (g/L) 180.4±4.1 120-180 63* 176-192
RETIC (%) 0.47±0.04 0.4-0.6
RDW (%) 16.30±-.25 14.7-17.9 3* 15.8-16.8
VCM (fL) 67.86±0.55 60-77 3# 66.7-69.0
CHCM (g/dL) 34.78±0.30 30-37.5 6* 34.2-35.4
HCM (pg) 23.73±0.34 18.5-30 0 23-24.4
PLQ (X109/L) 200±15 175-500 37# 170-231
* Superior al rango de referencia del dispositivo; # inferior al rango de referencia del dispositivo.
GBs, recuento de leucocitos; NEU, neutrófilos; LINF, linfocitos; MONO, monocitos; EOS, eosinófilos; HCT, hematocrito; RBC, recuento de eritrocitos; HGB, hemoglo-
bina; RETIC, reticulocitos; RDW, distribución de los eritrocitos; VCM, volumen corpuscular medio; CHCM, concentración de hemoglobina corpuscular media; HCM, 
hemoglobina corpuscular media; PLQ, recuento de plaquetas.
Couto et al. 2011, Vol. 31 nº4
207
más altos en Greyhounds que en perros de otras 
razas, y superiores a los valores de referencia del 
equipo utilizado. Este estudio confirma que los Galgos 
Españoles tienen valores hematológicos similares a los 
de otras razas de lebreles, particularmente en relación 
a los eritrocitos y las plaquetas.2,6,8,10 En este estudio no 
encontramos la macrocitosis descrita originariamente 
en Greyhounds;1 todos los Galgos tenían VCM dentro 
de los valores de referencia para el perro. A pesar de 
que los Greyhounds y otros lebreles tienen recuentos 
de leucocitos y de neutrófilos por debajo de los valores 
de referencia,1-4, 8 ese no fue el caso en los Galgos.
En un estudio previo, los autores proponían que los 
Greyhounds (y otros lebreles) tienen HCT alto y recuento 
de plaquetas bajo debido a competición de células 
pluripotenciales en la médula ósea.2 Otra teoría atribuye 
el HCT alto a las características atléticas de estas razas; 
sin embargo, nuestro grupo12-13 y otros investigadores2 
han demostrado que los Greyhounds y los Galgos tienen 
hemoglobina con alta afinidad por el oxígeno, lo cual 
puede llevar a una eritrocitosis compensatoria.1, 4-5
Los resultados de nuestro estudio son semejantes a 
los reportados en otras razas de lebreles, incluyendo el 
Greyhound Inglés y Americano, el Afgano, el Saluki, y 
el Whippet.8 Sin embargo, no todos los lebreles tienen 
esas características hematológicas; por ejemplo, los Irish 
Wolfhounds tienen HCT semejantes a los de perros de 
otras razas.7
Segun los resultados obtenidos podemos concluir que los 
Galgos Españoles tiene HCT, GRs, y HGB más altas y PLQs 
más bajas que los valores de referencia proporcionados 
por el dispositivo diagnóstico, por lo que se recomienda 
un rango de referencia específico para esta raza.
Agradecimientos
Agradecemos la financiación parcial de los 
Laboratorios IDEXX y la Savannah and Barry French 
Poodle Memorial Fund.
Couto et al. 2011, Vol. 31 nº4
1. Porter J, Canaday W: Hematologic values in mongrel and Greyhound dogs 
being screened for research use. J Am Vet Med Assoc 1971; 159,1603–
1606.
2. Sullivan P, Evans H, McDonald T: Platelet concentration and hemoglobin 
function in Greyhounds. J Am Vet Med Assoc 1994; 205: 838–841.
3. Fayos M, Couto CG, Cline Iazbik C, Wellman M: Serum protein 
electrophoresis in retired racing Greyhounds. Vet Clin Pathol 2005; 34,397-
400.
4. Heneghan T.: Haematological and biochemical variables in the Greyhound. 
Vet Sci Commun 1977; 1,277-284.
5. Shiel R, Brennan S, O’Rourke L, McCullough M, Mooney C: Hematologic 
values in young pretraining healthy Greyhounds. Vet Clin Pathol 2007; 
36,274-277.
6. Steiss J, Brewer W, Welles E, Wright J: Hematologic and serum biochemical 
reference values in retired Greyhounds. Compen Cont Educ 2000; 22,243-
248.
7. Clark P, Parry B: Some haematological values of Irish Wolfhounds in 
Australia. Aust Vet J1997; 57,523-524.
8. Hilppö M. Some haematological and clinical-chemical parameters of sight 
hounds (Afghan Hound, Saluki, and Whippet): Nord Vet Med 1986; 38,148-
155.
9. Couto CG, Lorentzen L, Beall MJ, Shields J, et al: Serological study of 
selected vector-borne diseases in shelter dogs in central Spain using a point-
of-care assay. Vector Borne ZoonDis 2010; 10,1-4.
10. Lara García A, Couto CG, Iazbik MC, Brooks M: Postoperative bleeding in 
retired racing Greyhounds. J Vet Intern Med; 2008; 22:525-533.
11. Idexx LaserCyte Operator´s guide, 2004. Idexx Laboratories,Westbrook, 
ME. 
12. Zaldivar-Lopez S, Chisnell HK, Couto CG et al. Blood gas analysis and 
cooximetry in retired racing Greyhounds. J Vet Emerg Crit Care 2011 21:24-8.
13. Zaldívar-López S, Ruano-Barneda R, Couto CG. Blood gas analysis in a 
Spanish sighthound breed (galgo Español). Vet Rec e-pub ahead of printing, 
Marzo 17, 2011
Bibliografía
Greyhounds have unique hematologic features, such as high hematocrit (HCT), red blood cell count (RBC), hemoglobin concentration (HGB), and 
blood viscosity; and lower white blood cell (WBC), neutrophil (NEU), and platelet counts than non-Greyhound dogs. These differences have been 
interpreted as breed specific idiosyncrasies, since they are present in healthy subjects. The goals of the study were to determine if the hematologic values 
in Spanish Greyhounds were outside the reference range for dogs, and to propose a reference interval for the breed. Complete blood counts from 35 
healthy Spanish Greyhounds were evaluated using a point-of-care analyzer. The HCT, RBC, and HGB tended to be higher, and the platelets lower 
than the canine reference intervals for the instrument. 
Summary
208
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209
EMPRESA ESPECIALIZADA
en comunicación veterinaria
a conclusiones poco convincentes. Así, mientras algunos au-
tores consideran que la artroscopia infravalora la IA,16 otros 
en cambio apuestan por esta técnica como el mejor método 
de valoración y medición de la IRC.13, 17
La artroscopia es una técnica fiable que sirve tanto para 
el diagnóstico como para el tratamiento de multitud de pa-
tologías intraarticulares. Sin embargo, es una técnica que 
presenta ciertas peculiaridades técnicas a la hora de reali-
zar la exploración, de analizar e interpretar las imágenes, así 
como en cuanto a la manifiesta dependencia de esta técnica 
en la destreza requerida por parte del operador, por ello, el 
objetivo de este estudio se propone verificar la precisión y las 
limitaciones que puede llegar a tener está técnica en la rea-
lización tanto de valoraciones métricas mediante variaciones 
dinámicas del radio respecto al cúbito como a la hora de di-
ferenciar una articulación congruente de una incongruente.
Material y Método
Para realizar este estudio se han utilizado 9 cadáveres fres-
cos de perros a los cuales se les realizó la eutanasia por cau-
sas ajenas a este estudio y con el previo consentimiento de 
sus propietarios. Los animales no presentaban ninguna altera-
Introducción
Una articulación es incongruente cuando hay una ausen-
cia en la relación natural de las superficies que la forman. 
Sin embargo, en las articulaciones complejas y compuestas 
donde hay más de un hueso involucrado, esta definición 
puede llegar a causar una cierta confusión.
La incongruencia de la articulación (IA) del codo se refiere 
al mal alineamiento de los tres huesos que forman parte de 
ésta articulación.1-8
Dentro de dicha articulación se pueden encontrar, a parte 
de la IA fisiológica mencionada por Eckstein y col.9 en 1995, 
otros dos tipos de IA patológicas:
Por una parte la que se refiere al crecimiento desigual 
entre el radio y el cúbito o IRC, incluyendo en este grupo 
al cúbito corto (CC) o también denominado IRC negativa y 
al radio corto (RC) o IRC positiva. Por otra parte se da una 
segunda forma de IA que es la forma elíptica de la incisura 
troclear del cúbito (Fig. 1.).
Para el análisis de la IRC por artroscopia se evaluaron los 
distintos tipos de IRC que podían desarrollarse de forma ex-
perimental. Previamente ya se habían llevado a cabo otros 
estudios similares, en los que se había estimado la IRC por 
medio de distintas técnicas de diagnóstico por imagen,7,8,10-15 
obteniendo cierta disparidad en los resultados que llevaron 
Estudio dinámico sobre la medición de la 
incongruencia radiocubital por medio de la artroscopia
Palabras clave: Incongruencia articular, codo, perro, artroscopia.
Keywords: Articular incongruity, elbow, dog, arthroscopy.
Clin. Vet. Peq. Anim, 2011, 31 (4): 209-215
I. Prada-Areán,1 M. Gonzalo,2 J.A. Rodríguez-Altónaga2
1 Vetpets veterinarios. www.vetpets.es
2 Departamento de Medicina, Cirugía y Anatomía veterinaria de la Facultad de Veterinaria 
de León. Universidad de León.
O
Measurement of Radioulnar Incongruence through Arthroscopy: A dynamic Study
El estudio consistió en evaluar la Incongruencia radiocubital (IRC) mediante artroscopia. Ésta técnica es fiable tanto para el diagnóstico como para 
el tratamiento de multitud de alteraciones intraarticulares, aunque presenta ciertas peculiaridades técnicas. Por ello, se propuso verificar la precisión 
y las limitaciones que puede tener esta técnica en la realización tanto de valoraciones métricas mediante variaciones dinámicas del radio respecto al 
cúbito, como para diferenciar articulaciones congruentes de incongruentes. Así, nuestros resultados aseguraron la elevada sensibilidad y especificidad 
de esta técnica para diferenciar una articulación congruente de otra incongruente. Además, dentro de los tipos de IRC (tanto positiva como negativa), 
estos elevados porcentajes estadísticos se confirmaron (salvo excepciones) en los casos de IRC negativa. En cambio, en la IRC positiva, las mediciones 
fueron complicadas de realizar. Asimismo, al ampliar el margen de error en la medición de la IRC, se observó que se incrementaron las sensibilidades 
y especificidades de la IRC negativa, manteniéndose constantes las de la positiva. Por todo ello se concluyó que la artroscopia es un buen método para 
el diagnóstico de la incongruencia radiocubital y la valoración y medición de la IRC negativa; sin embargo, no resulta tan adecuada al tratarse de una 
IRC positiva.
Resumen
* Contacto: vetivi@hotmail.com
210
ción relacionada con el codo. Todos los animales eran adul-
tos, contando con un total de 5 machos y 4 hembras, con un 
peso medio de 16,8 kg (rango de 8,6 kg a 26,4 kg). Las razas 
de los 9 animales quedan reflejadas en la Tabla 1, y no eran 
predispuestas a la displasia de codo (DC). De ellos, a 7 se les 
realizó una exploración de uno de los dos codos escogidos de 
manera aleatoria y a los otros 2 se les realizó una exploración 
bilateral (Tabla 1).
El dispositivo utilizado pertenece al modelo Tele Pack® Vet 
de Karl Storz, con un cabezal de cámara Telecam® SL zoom 
Parfocal. Además, para homogeneizar todas las artrosco-
pias, se utilizó una óptica de 1,9 mm de diámetro, 30° y 10 
cm de longitud, de la marcaHopkins® (Storz), con vaina y 
trocares acordes a dicha óptica.
Para la realización de las mediciones se utilizó un gancho 
explorador o palpador del cual se conocían las medidas.
El material empleado, tanto para la realización tanto de 
la ostectomía y elongación del radio como para el control 
de la angulación de la articulación, incluye un dinamizador 
externo monotubo triax de Stryker® con 4 abrazaderas, 4 
agujas autoperforantes de 3mm de diámetro, barras co-
nectoras de 4mm, rótulas de Meynard de 3x4 mm, taladro 
Makita® 6019D adaptado, con Jacobs, sierra oscilante Fein® 
Multimaster Msx 315 con adaptador y hojas de sierra, sepa-
radores Gelpis, elevador de periostio, pinzas de reducción y 
goniómetro.
Para determinar la precisión de la artroscopia en la medi-
ción de la IRC se llevó a cabo, por una parte, la colocación 
de un distractor a través del cual se efectuaron las elonga-
ciones y acortamientos del radio necesarios y, por otra, el 
protocolo para la toma de mediciones.
En la colocación del distractor, en primer lugar se realizó 
un abordaje craneomedial a la diáfisis radial. Posteriormente 
se fijó el distractor con dos agujas tanto proximales como 
distales al abordaje. A continuación se hizo una ostectomía 
de 1 cm, y se comprobó radiográficamente la ausencia de 
alteraciones articulares (Fig. 2).
Después se colocó un fijador externo transarticular tipo I 
medialmente con dos agujas, una proximal al húmero y otra 
distal al radio, que fijaban la extremidad en una angulación 
de 145º. Finalmente se procedió a la realización de la artros-
copia de forma rutinaria (medialmente) (Fig. 3).
Para valorar la precisión artroscópica en la valoración de la 
IRC se compararon las medidas obtenidas por un observa-
dor mediante artroscopia, con las mediciones reales genera-
das a través del distractor ubicado anteriormente. Para ello, 
se modificó la longitud de la extremidad en 9 posiciones 
distintas que iban desde un acortamiento de 4mm a una 
elongación de -4mm. Para no influir en los resultados, un 
ayudante cambiaba estas distancias aleatoriamente sin el 
conocimiento del observador que realizaba las valoraciones 
artroscópicas.
Las mediciones se obtenían artroscópicamente mediante 
un gancho palpador en la base del proceso coronoides, y los 
datos se recogieron en su tabla correspondiente. 
Dichas tablas estiman el comportamiento de la artroscopia 
al precisar, en mayor o menor medida, la distancia a valorar.
Tabla 1. Características de los animales utilizados. Artroscopias realizadas y si han sido unilatera-
les o bilaterales.
RAZA
Número 
animales
Artroscopias 
realizadas
SExO ARTROSCOPIAS
Macho Hembra Unilateral Bilateral
Podenco 1 1 1 1
Galgo 2 3 1 1 1 1
Cocker Spaniel 1 1 1 1
Mestizo 3 4 2 1 2 1
Pointer 1 1 1 1
Fox Terrier 1 1 1 1
TOTAL 9 11 5 4 7 2
Figura 1. Representación de las diferentes formas de incongruencia: 
1. Congruencia articular con un espacio articular paralelo. 2. Incon-
gruencia articular debida a la forma elíptica de la incisura troclear (zona 
amarilla); 3. Incongruencia articular debida a radio corto, con salto en-
tre cubito y radio (zona verde); 4. Incongruencia articular debida a cú-
bito corto, con salto entre radio y cúbito (zona naranja). H: Húmero, 
R: Radio, C: Cúbito, Asterisco: Incisura troclear
Prada-Areán et al. 2011, Vol. 31 nº4
211
Para ello, de las 99 valoraciones realizadas en las 11 artros-
copias se registraron los resultados en las tablas correspon-
dientes (Tablas 2 y 3), donde por una parte se clasificaron las 
medidas de IRC inducidas experimentalmente y, por otra, las 
medidas se agruparon en tipos o grados de IRC, donde cada 
tipo englobaba un intervalo de medidas (Tabla 4) 
El protocolo llevado a cabo para la toma de mediciones 
se desarrolló, previamente a dicho ensayo, con la realización 
de otras 5 artroscopias independientes a las de este estudio 
y siguiendo lo indicado en otras investigaciones.13, 15 Sin em-
bargo, debido a las dificultades encontradas, se optó por 
adaptar y ajustar el protocolo a nuestro estudio.
Dentro de las limitaciones observadas en la protocoliza-
ción de dicho estudio cabe destacar:
• El posicionamiento del animal y del gancho palpador 
en la medida de la IRC pueden condicionar la medición 
obtenida.
• Las dificultades encontradas a la hora de valorar las IRC 
positivas; por lo que, en nuestro caso, se consideró la po-
sibilidad de agrupar las mediciones para la IRC positiva en 
dos intervalos diferentes: por un lado, aquellas compren-
didas en medidas hasta 1 mm, creando el grupo “1mm”; 
y por otro lado, las superiores a 1 mm (de 2, 3 y 4 mm), 
encuadrándolas dentro del segundo grupo considerado 
bajo el término de “Radio Corto” o RC.
• Tanto las alteraciones cartilaginosas (por condromala-
cia y erosiones cartilaginosas) que influyen en su grosor, 
como un déficit en el ajuste de los huesos que conforman 
la articulación, pueden llegar a dificultar la toma de me-
didas exactas, sobre todo cuando se trata de alteraciones 
mínimas y sutiles.
• A pesar de tratar de estandarizar los portales y zonas 
de valoración, es inevitable que la mera introducción del 
artroscopio en la articulación provoque leves diferencias 
que influyen en la visualización, lo que puede afectar la 
percepción de las zonas donde se obtienen habitualmen-
te las medidas. Esto, junto con la magnificación produci-
Prada-Areán et al. 2011, Vol. 31 nº4
Figura 3. Posibles observaciones y valoraciones de los distintos tipos de IRC (IRC positiva y negativa, comparada con una articulación congruente y 
realizadas en la base, punta y con la ayuda de un gancho palpador). R: Radio; C: Cúbito.
Figura 2. Colocación del distractor y del fijador externo tipo I, realización 
del abordaje para la ostectomía de radio, mostrando el fragmento, y ano-
tación de los portales utilizados en el ensayo 4.
R
R
R
R
R
R R R
C C
C
C
CC
C C C
212
da, puede inducir incorrecciones en la interpretación de la 
imagen18 y en la toma de medidas.
• Además, tanto la medición a realizar como los movi-
mientos artroscópicos se realizan en una zona tridimen-
sional. Sin embargo, las imágenes son proyectadas en una 
pantalla de forma bidimensional.19
Para calcular los distintos valores estadísticos (sensibilidad, 
especificidad) en función de los datos obtenidos se hizo uso 
del programa estadístico Win Episcope 20.2 
De estos valores estadísticos se omitieron los valores pre-
dictivos tanto positivos como negativos, debido a que estos 
dependen de la frecuencia en que se produce la enfermedad 
y, debido a que la patología valorada ha sido creada experi-
mentalmente, no de forma natural, los resultados obtenidos 
pueden ser contradictorios y no valorables.
Resultados
Los resultados obtenidos en las 99 mediciones de las 11 
artroscopias realizadas se plasman en las Tablas 2 y 3, donde 
se toman como referencia tanto las medidas reales en una 
tabla como los intervalos marcados en la otra.
Los datos estadísticos alcanzados muestran que la artros-
copia tiene una buena sensibilidad para la detección de la 
IRC (Tabla 5), con una seguridad, sensibilidad y especificidad 
del 97%, 90,9% y 97,7%. Por otro lado, la baja sensibilidad 
de la IRC negativa en la medida -3mm, con un 54,5%, con-
trasta con la sensibilidad del resto de las IRC negativas, que 
cuentan con valores por encima del 90% (Tabla 6).
Dentro de las valoraciones en la IRC positiva, los mejores 
resultados se obtuvieron en la IRC positiva de 1mm y el resto 
obtuvo una buena disposición para diagnosticar el radio corto 
sin realizar mediciones (Tabla 5).
Los porcentajes de sensibilidad y especificidad aumentan 
notablemente al incrementar los rangos o intervalos de medi-
ción (Tabla 7), es decir, al disminuir la precisión de medición.
discusión
Mediante este estudio dinámico se pretende observar el 
comportamiento del artroscopio en la valoración de la IRC. 
Por lo tanto, el protocolo utilizado en nuestro estudio se 
modificó en base a las limitaciones mencionadas

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