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La Vocación IIa Pte, Luchar por la causa de Dios 2023

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LUCHAR POR LA CAUSA DE DIOS: PRÉDICA N° 2 sobre LA VOCACIÓN 
(Bogotá, Domingo III después de Pascua, año 2023) 
 
TODO EN MARÍA Y POR MARÍA. Y POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO 
Queridos hijos: 
 Domingo III después de Pascua; mas, hace una semana, dijimos de continuar con lo que sería la Prédica n° 2 sobre “La Vocación”, la cual 
podemos llamar: Luchar por la causa de Dios ; hay que tener “espíritu de CRUZADO”. Y a modo de introducción, y para dejar plasmado un 
concepto absolutamente esencial, LA ORACIÓN. Vale decir, y ya lo dijimos, “éste es un Ejército sin hombres, nadie quiere entregarse a Dios 
Nuestro Señor Jesucristo, nadie quiere jugarse por Él”, y el punto inicial, para que podamos tener militares, “el militar de Cristo: el miles 
Christi”, ES LA ORACIÓN. 
-Esta semana, tuvimos San Marcos el martes y San Pablo de la Cruz -el fundador de los Pasionistas- el viernes; el Evangelio de ambos, San Lucas; decía: (10,1ss) 
“Messis quidem MULTA, operarii autem pauci. ROGATE ERGO DÓMINUM MESSIS, ut mittat operarios in messem suam: La mies ciertamente es 
MUCHA, y los obreros pocos. ROGAD POR LO TANTO AL DUEÑO DE LA MIES, para que envíe obreros a su mies”. 
-Sin el pedido, SIN LA ORACIÓN, ciertamente que no tendremos vocaciones, no tendremos nuevos sacerdotes: ¡REZAD! 
 
(Cuerpo) 
(1) Entrando ya en el cuerpo de la Prédica, y por lo que acabamos de decir, nuestras “Hermanas Oblatas del Santo Rosario”, cuando rezan el 
Rosario, piden: 
-En el comienzo: “Para que aquí en nuestra Capilla, Dios nos otorgue la gracia de que podamos tener CUATRO sacerdotes”. 
-Y ¿por qué pedimos cuatro, ese número? Porque si Dios nos diera esa gracia, tamaña gracia, nuestro apostolado en Colombia se vería 
“catapultado” al máximo; traten de ver lo que sería: 
-Podría haber, cada fin de semana, dos sacerdotes permanentes en Bogotá, uno para las Confesiones y otro para la Santa Misa; y, también 
cada fin de semana, otros dos sacerdotes viajando a las diferentes Misiones en el interior del país: “mejor, imposible”. 
-Y como “total, soñar no cuesta nada”, y para “EL DUEÑO DE LA MIES, basta que Él haga así (un tronar de dedos), y los sacerdotes aparecen” 
(porque Él, en un abrir y cerrar de ojos, convierte a quienquiera y a quien sea); por eso, con audacia, pedimos CUATRO sacerdotes. 
-Y al final del Santo Rosario -háganlo por favor ustedes en sus casas-, las Hermanas agregan la conocida invocación: “Señor, danos sacerdotes”, “Señor, 
danos santos sacerdotes”, “Señor, MUCHOS santos sacerdotes”, “Señor, danos MUCHAS santas vocaciones religiosas”, “San Pío X, ruega por nosotros”. 
 
(2) Cuando decimos estas cosas, pensamos, entre otros sacerdotes, en nuestros antiguos compañeros de combate, en la Fraternidad San Pío X. 
Pensamos en el cambio que ha habido en dicha institución: ¿Cómo se decía, o cómo nos enseñaban, cuando nosotros fuimos formados, o 
cuando fuimos laicos; y cuál es el cambio que ha habido? 
-(a) El rito de “sacerdotes” modernos tiene problemas de invalidez (tienen para releer los textos y las prédicas, que hemos dado sobre el tema); a los 
“sacerdotes” modernos hay que re-ordenarlos de nuevo (se supone: cuando no tienen la herejía moderna, cuando son almas buenas o personas de bien, 
etc), a través de verdaderos obispos y con el verdadero rito católico; así se nos decía o se nos enseñaba, y así se hacía en la Frat. San Pío X. 
Y hoy en día, en la Frat. San Pío X se sostiene que ese rito moderno, de ordenación de sacerdotes modernos, sí es válido, y que por lo tanto no es 
necesario ordenarlos de nuevo como se hacía antes. 
-(b) Algo más grave: Los “obispos” modernos. 
El rito de los “obispos” modernos es ciertamente inválido, los modernos no son obispos (relean nuestras enseñanzas y prédicas); a estos “obispos” modernos 
hay que consagrarlos de nuevo, a través de un verdadero obispo y con el verdadero rito católico (con las condiciones dichas). 
Y hoy en día, en la Frat. San Pío X se sostiene que los “obispos” modernos sí son válidos, que no hace falta ordenarlos de nuevo (e igualmente: ni 
hablemos sobre las herejías y errores de los “obispos” modernos). 
-(b bis) Algo que no es tan sabido: La Frat. San Pío X, con permiso de Francisco, ¿cuántos años hace que tiene viviendo en Europa, “en las casas de la Frat. 
San Pío X”, a “Mons.” Vitus Huonder”; quién es él? Pues bien, es un “obispo” moderno, y este “obispo” moderno tiene inclusive su ordenación 
“sacerdotal” moderna, y se le hace celebrar, sin problema, con mitra y báculo, como si fuera verdadero obispo y verdadero sacerdote. Y este año 2023, 
por primera vez, dentro de la Frat. San Pío X, se ha hecho que este obispo moderno “consagre” los santos óleos: allí habrá invalidez, Confirmaciones y 
Extremaunciones inválidas saldrán desde ahora y desde allí (al menos con esos óleos). 
-(c) Ni entramos hoy en el tema de estos falsos papas modernos y sus herejías, o decir que alguien puede ser Papa y tener herejías (eso no puede ser). 
-(d) Si una institución sostiene o enseña estas cosas tan graves (los temas mencionados), no se puede y no se debe ir a Misa allí, es pecado ir a Misa allí; 
lo hemos dicho y explicado en muchas oportunidades. 
-(e) Nosotros, mis compañeros, los sacerdotes que estudiamos juntos, luchábamos de otra manera; podemos decir: “fuimos entrenados para luchar de 
otra manera; se decía o se enseñaba otra cosa”; y ese cambio se acepta como si nada por mis compañeros. 
-(f) Dios puede convertir al que sea; esperamos Él nos traiga compañeros de combate; nuestros antiguos camaradas; no perdemos el aprecio… la amistad. 
 
(3) Ahora, queríamos continuar con conceptos extraídos del libro mencionado la semana pasada: “¿Tengo vocación?”. 
En un apartado, el Padre Barrielle pone el título: “La vocación es obligatoria”; y allí leemos: 
-“«San Gerardo había tenido razón». San Alfonso María de Ligorio acaba de abrir una casa para favorecer las vocaciones sacerdotales y de hermanos. 
El joven Gerardo Majella escuchó hablar de ello. Sin dudarlo, abrazó a su padre y a su madre y se fue… En el camino, encuentra un compañero. «¿A 
dónde vas?» «Voy a hacerme santo», contestó -Gerardo-. Y fue allí. Y gracias a esta acción, Nuestra Señora le concedió la gracia de realizar su deseo 
de santidad. ¿Y tú?... ¿Por qué no puedes hacer como San Gerardo? Si vis, si quieres. 
«¿Es obligatorio contestar a la vocación?» No se puede decir que: «El que por su culpa haya sido infiel a su vocación, se condenará necesariamente». 
¡No! ¡Eso es falso! Porque cualquier pecado que se haya cometido, por más grave que sea, si uno se humilla y pide perdón a Dios, Él lo perdona y 
concede todos los medios necesarios para salvarse. Sin embargo, es verdad que un hombre que, por su culpa, se pone fuera del camino al que Dios 
lo llama -la vocación-… este individuo se privaría de muchas gracias y comprometería su salvación. Si San Francisco de Asís hubiera continuado como 
comerciante de géneros, o si San Ignacio hubiera continuado como caballero de la Corte, uno puede preguntarse qué hubiera sucedido con ellos”. 
 
(4) A continuación, el Padre Barrielle, otra vez en relación y contra la maldita anticoncepción, describirá circunstancias de una jovencita, o de un 
caballero que no siguen la vocación, y lo que ocurre en sus vidas; escuchen y me entenderán: 
 
-Para el caso de las jovencitas, él dirá: “¡Cuántas jóvenes se hubieran santificado, hubieran progresado en el amor divino, hubieran atraído toda clase 
de bendiciones sobre la tierra, tomando a Jesús por esposo, y, en cambio, comprometidas con un marido onanista -es decir: un marido que hace 
anticoncepción-planificación y otros pecados-, -con un marido- vicioso y ligero, en medio de pecados de toda clase… habrán tenido un destino 
totalmente diferente!” [ya que hablamos de anticoncepción-planificación, como hay feligreses nuevos, no está de más enseñar nuevamente que eso 
es un pecado mortal y manda al Infierno; fuera de aquíla anticoncepción; el verdadero católico tiene muchos hijos, Familias bien Numerosas]. 
 
-El Padre, para el caso de los caballeros, de los jóvenes varones, dirá: “Igualmente, ¡cuántos jóvenes hubieran tenido una vida fecunda en méritos para 
la gloria de Dios, y, en cambio, ligados -casados- demasiado rápido con una mujer superficial, egoísta, obstinada, -esos jóvenes varones- se instalaron 
en el pecado para tener paz en el hogar -una falsa paz: “pues ella no quiere tener hijos, entonces hacemos planificación y otros pecados”- ; 
triste paz, que es preludio muchas veces de terribles cuentas que habrán de rendir ante el Soberano Juez -que habrán de rendir ante Dios-”. 
 
-En definitiva, todo se funda en ser fiel al llamado de Dios; si Él nos elige, ser fiel a la vocación. 
 
(5) Obviamente que la Familia, la esposa, los hijos, son cosas buenas, y muy buenas: El Sacramento del Matrimonio es algo bueno y santo, y 
sagrado. Pero aquí se trata de ver a qué tipo de vida me llama Dios. Y hay que tener una santa indiferencia: “Mi Señor: Si me llamas a formar 
una Familia, bien, sin problema. Si me llamas a tus tropas, para ser sacerdote y luchar por ti, bien, sin problema, y mejor aún”. 
 La vocación sacerdotal obviamente que pide, la libertad de cada ser humano, un acto de generosidad; ¡obviamente que es así! 
 La familia, los hijos, evidentemente son algo bueno; y el seminarista tiene que ser bien normal, y apreciar esas cosas. 
-Pero aquí se trata de renunciar a algo bueno, la familia, por algo que es superior: Dios, consagrarse a Dios, por el amor exclusivo hacia Él, por 
la entrega a Él de nuestras vidas, por la castidad y el celibato. 
-Un muchacho no puede ser seminarista, y menos sacerdote, si tiene un desprecio por la familia y los hijos. Pero volvemos a insistir: “Es la 
renuncia a algo bueno, por algo que es superior”. 
 
(6) El Padre Barrielle aborda también lo que acabamos de decir; él expresa: 
-“«Joven, si tú quieres… » He aquí un joven cualquiera, vivo, inteligente. Se casaría de buena gana. Varias muchachas rondan en torno de él. No 
tendría que dar más que una señal. Pero impresionado por la falta de obreros evangélicos, por el gran número de almas que se pierden por falta 
de apóstoles, entrevé todas las consecuencias que tendría para la salvación del mundo su renuncia a las lícitas alegrías del matrimonio… si consagrara 
toda su vida al servicio de Dios. Ve las consecuencias de este don de sí mismo en un San Francisco Javier, en un San Juan Bosco, en un San Vicente 
de Paúl, en un San Juan María Vianney. Y se dice a sí mismo: ¿Y por qué no yo? (…) Este joven ¿puede decirse «Dios me llama»?, «¿le entrego 
mi vida?», «¿me doy a su servicio?». ¡SIN NINGUNA DUDA! Este joven pude considerar como dichas a sí mismo estas palabras del Divino Maestro: 
«Si vis; si quieres, ve y vende todos tus bienes, dalo a los pobres… y sígueme»”. 
 
(7) Esta vez queremos, antes de concluir, ser algo más largos de lo habitual; volvemos sobre conceptos dados el domingo pasado: 
-“¡SER HÉROES!, hay que ser héroes”; “ser uno de los pocos locos –«de remate»- que, todavía en este convulsionado -y anti-Dios- Siglo XXI, se quieren 
entregar totalmente a Dios Nuestro Señor Jesucristo y a su Catolicismo, para luchar por Él, PARA SOSTENER SU BANDERA”. 
 
-“¡SER HÉROES!”; “ser uno de los pocos locos -otra vez: «de remate»- que, todavía en esta época, quieren ofrendar sus vidas al servicio de Dios y de 
la Iglesia Católica”; “ser uno de los pocos locos, totales, que desean, en esta época, NO DESERTAR LA INHÓSPITA TRINCHERA”. 
 
-“¡Éste, es un Ejército sin hombres: ÉSTE, ES UN EJÉRCITO SIN HOMBRES!, ¡Y ESO NO PUEDE SER!”: 
-Todas “las malas causas”, tienen sus hombres. Todas “las corrientes del mal”, tienen sus hombres. Todos los delirios, “todas las tendencias 
del error y de la corrupción del hombre” tienen sus soldados, tienen sus hombres, gente dispuesta a luchar por el mal, por Lucifer, consciente o 
inconscientemente. 
-¡Y Cristo no tiene a nadie!: ¡Y CRISTO NO TIENE A NADIE: NO PUEDE SER!; cuanta bobada mala crea el mundo de hoy, eso mismo, y allí mismo, 
en el acto, tiene sus luchadores, tiene sus soldados, tiene gente dispuesta a luchar y sacrificarse por lo malo… Y CRISTO NO TIENE A NADIE. 
 
-“Jóvenes: No hay con quién salvar almas, ¡no-hay-con-quién-salvar-almas!, ¡ESO NO PUEDE SER!; no tenemos a nadie para Cristo”. 
 
-“¡Jóvenes: Cómo no querer aportar mi grano de arena; dar mi parte EN ESTA LUCHA SIN IGUAL, EN ESTA LUCHA DE LOS FINALES, LUCHA DE LA 
CONSUMACIÓN DEL SIGLO, LUCHA DEL APOCALIPSIS! ¡Cómo no querer decir: Me ofrezco, sí: me ofrezco, quiero ser uno más: SER UNO MÁS! 
Ya lo dijimos: “¡Aquí se juega todo, TO-DO; Cielo e Infierno; y todos tienen puestos los ojos sobre nosotros para ver qué haremos!”. 
 
-“¡Cómo no entender, jóvenes, en estos finales de la Historia, QUE ES UN HONOR, ¡ES UN HO-NOR! , el que Dios nos hace eligiéndonos para formar 
parte de su Ejército, dándonos la oportunidad de formar parte de su Ejército: es un honor; engrosar las filas de su Ejército! 
-¡CARAMBA, ES EL EJÉRCITO DE DIOS; se trata del EJÉRCITO DE DIOS NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD!; 
se trata de formar parte, DEL HONOR DE FORMAR PARTE, DEL EJÉRCITO DEL CATOLICISMO, DE LA IGLESIA CATÓLICA, para la salvación de 
las almas, para luchar contra el Anticristo y contra el Falso Profeta, contra el Nuevo Orden Mundial y contra el futuro Gobierno Mundial!”. 
 
-“¡Cómo, jóvenes, no les llama el ser de esos pocos locos, to-ta-les, héroes, que por amor a Cristo, lo entregaron todo; SER HÉROES!”. 
 
(Conclusión) 
 Acabamos: “Uno de cada tres. Don Bosco, San Alfonso, nos dicen que en general: uno de cada tres tiene la vocación”. 
 Hay muchas más vocaciones de lo que se cree. 
 Ha sonado el clarín. Ha sonado el clarín, pero muchos no responden, muchos no responden al llamado de Dios, “Y YO NO PUEDO SER SORDO A 
ESTE LLAMAMIENTO”. 
 “Que nadie se quede dormido, porque a la guerra han llamado; mi bandera es la Verdad -Cristo-, bandera de enamorado”. YO NO PUEDO SER 
SORDO A ESTE LLAMAMIENTO. 
 
AVE MARÍA PURÍSIMA.

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