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“El ardiente deseo que tengo de que mis
conciudadanos se apoderen de las verdaderas
ideas que deben abrigar, si aman la patria, y si
desean su prosperidad bajo bases sólidas y
permanentes, me ha empeñado a emprender
esta traducción en medio de mis graves
ocupaciones”
Manuel Belgrano
Los años de la Ilustración. Habiendo sido
estudiadas en detalle por colegas las
convergencias entre los pensamientos del
General Belgrano y George Washington nos
permitimos en este artículo complementar dichos
trabajos con una mirada sobre las circunstancias 
MANUEL BELGRANO Y EL DISCURSO DE DESPEDIDA DE
WASHINGTON AL PUEBLO DE LOS ESTADOS UNIDOS
HISTORIA
Manuel Belgrano (izq.), George Washington (der.).
1
y personajes que acercaron a Belgrano con el
opúsculo del primer presidente norteamericano.
A pocos años de que el filo de las guillotinas se
hubo apaciguado en una Francia que pasaba
tumultuosamente del siglo XVIII al siglo XIX,
George Washington renunciaba a la reelección
indefinida en los Estados Unidos.
Era septiembre de 1796 y el líder de la
independencia norteamericana sentaba las
bases de una república próspera basada en la
libertad, la alternancia en el poder y la división de
poderes. Era consciente de la importancia de
estas nuevas ideas y por ello su Despedida 
Por Martín Boneo, presidente del Instituto Belgraniano en EE.UU..
2
ERA SEPT IEMBRE DE 1796 Y EL
L ÍDER DE LA INDEPENDENCIA
NORTEAMERICANA SENTABA LAS
BASES DE UNA REPÚBLICA
PRÓSPERA BASADA EN LA
L IBERTAD, LA ALTERNANCIA EN EL
PODER Y LA DIV IS IÓN DE
PODERES.
adquiere a la luz de los siglos transcurridos una
mayor dimensión. 
El Espíritu de las Leyes, tratado de teoría política
y derecho comparado redactado por el Barón de
Montesquieu en 1748, había encontrado en las
bibliotecas de Virginia lectores más ávidos que
en los castillos parisinos, con las consecuencias
por todos conocidas. Por su parte, Manuel
Belgrano, en su Autobiografía recuerda el
cambio de paradigma que vivió en sus años de
estudio en España y cómo lo impactaron. 
Otro francés, Alexis de Tocqueville, se
maravillaría con el buen funcionamiento del
sistema en su viaje por el nuevo continente y
dejaría plasmadas sus impresiones en los dos
tomos de La democracia en América publicados
en 1835 y 1840.
Veinte años antes de esta última publicación,
moría en Buenos Aires el General Manuel
Belgrano, quien como veremos fue el más
entusiasta seguidor de las ideas del primer
presidente norteamericano en el sur del
continente.
Sin duda, Manuel Belgrano habría hecho suyas
las palabras con las que el filósofo francés
comienza su libro: “Entre las cosas nuevas que
durante mi permanencia en los Estados Unidos,
han llamado mi atención, ninguna me sorprendió
más que la igualdad de condiciones. Descubrí
sin dificultad la influencia prodigiosa que ejerce 
HISTORIA
este primer hecho sobre la marcha de la
sociedad. Da al espíritu público cierta dirección,
determinado giro a las leyes; a los gobernantes
máximas nuevas, y costumbres particulares a los
gobernados”. 
Conceptos muy parecidos se desprenden de la
Introducción que envió junto con la traducción de
la Despedida al Gobierno Nacional desde
Alurralde el 2 de febrero de 1813. “Washington,
ese héroe digno de la admiración de nuestra
edad y de las generaciones venideras, ejemplo
de moderación, y de verdadero patriotismo (…)
Vi en sus máximas la expresión de sabiduría
apoyada en la experiencia y constante
observación de un hombre, que se había
dedicado de todo corazón a la libertad y felicidad
de su patria (…). Suplico no sólo al gobierno, a
mis conciudadanos y a cuantos piensen en la
felicidad de América, que no se separen de su
bolsillo este librito, que lo lean, lo estudien, lo
mediten, y se propongan imitar a este grande
hombre, para que se logre el fin que aspiramos,
de constituirnos en nación libre e independiente”.
Dos norteamericanos y un General. La figura
del Dr. James Redhead, médico de los últimos
momentos de Belgrano, resignifica su dimensión
en la vida del prócer, ya que como el mismo
Belgrano lo reconoce en la introducción que
envió al gobierno junto con la traducción del
discurso “para ejecutarla con más prontitud me
he valido del americano doctor Redhead, que se
ha tomado la molestia de traducirla literalmente,
y explicarme algunos conceptos”. 
Su relación con Manuel Belgrano se inició en
Tucumán en 1812, y desde entonces fue una de
las personas más cercanas al General,
acompañándolo tanto en la victoria como en las
derrotas.
Por el respeto intelectual que le tenía no es
extraño que Belgrano le haya pedido una
primera traducción para luego el prócer
entenderlo en toda su magnitud a partir de las
incontables lecturas sobre historia y teoría
política que realizó en sus años de estudiante en
España y de periodista en el Río de la Plata.
3
Manuel Belgrano había tenido un primer
contacto con el texto en 1805, momento en que
se desempeñaba como Secretario de Real
Consulado de Comercio. Leemos de su propia
letra la forma en que conoció el texto: “habiendo
recibido un librito que contiene la “Despedida”,
que me ha hecho el honor de remitirme el
ciudadano Don David C. de Forest, me apresuré
a emprender su traducción”.
Ese primer ejemplar debió quemarlo con todo el
dolor de su alma y junto al resto de su archivo y
papeles públicos el 9 de marzo de 1811, día de
la derrota de Tacuarí, evitando que de esa
manera cayeran en manos del enemigo
importantes secretos de Estado.
Un nuevo ejemplar fue enviado por Forest el 10
de diciembre de 1812 junto a una sentida carta
que fue descubierta y publicada en 1944 por
Courtney Ledds de Espil, esposa de Felipe Espil,
por entonces Embajador argentino ante los
Estados Unidos.
HISTORIA
Manuel Belgrano. Crédito: Archivo Nacional de la Nación. Courtessía::
Instituto Belgraniano de EE.UU.
Según el Padre Furlong, el 15 de diciembre de
1812 Belgrano recibió el segundo ejemplar,
acompañado por estos conceptos de Forest: “Si
bien es poca cosa, es algo que merece ser leído
muchísimas veces, y tal vez sea para Usted un
valioso y adecuado modelo”. De Forest fue un
personaje complejo que llamó la atención a
historiadores por sus vínculos comerciales con
los patriotas. 
El ejemplar traducido llegó al público en
castellano editado por la Imprenta de los Niños
Expósitos en 1813 y fue reproducido por la
Universidad de Buenos Aires en 1946. 
Así se alineó la historia para que Manuel
Belgrano recibiera este ejemplar a poco de
conocer al Dr. Redhead y de esa manera tener
un aliado para la rápida traducción que desde
hacía casi una década era su intención compartir
con su compatriotas.
Referencias
Courtney Letts de Espil, Courtney “Belgrano y Washington. Su
colaboración en la inmortalidad”, en “Despedida de Washington al Pueblo
de los Estados Unidos”, Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano,
Reimpresión de la publicación del Servicio Cultural e Informativo de los
Estados Unidos de América con motivo del Segundo Congreso Nacional
Belgraniano, 22-23 y 24 de junio de 1994; Villagrán San Millán, Martín R.
“Belgrano y Washington - La “Union” En el “Mensaje de despedida de
George Washington al pueblo de los Estados Unidos” y su concepcion en
el Río de la Plat, en III Congreso Nacional Belgraniano “Belgrano Siglo
XXI”, San Miguel de Tucumán, Presidencia de la Nación, Ministerio de
Cultura, Instituto Nacional Belgraniano, Argentina, 2016, págs. 479 y ss;
Fraga, Rosendo, “La traducción de Washington hecha por Belgrano”,
Serie de Artículos y Testimonios Nr. 114, Consejo Argentino para las
Relaciones Internacionales, Marzo 2016; Ledesma, Norma Noemí
“Belgrano y la traducción del “Discurso de despedida de George
Washington al pueblo de los Estados Unidos” en Instituto Nacional
Belgraniano.
Zorraquín Becú, Ricardo “De aventurero yanqui a cónsul porteño en los
Estados Unidos David C. De Forest 1774-1825”, Sociedad de Historia
Argentina, Buenos Aires, 1943; Keen, Benjamin “David Curtis De Forest
and the Revolution of Buenos Aires”, West Virginia University, New
Haven, Yale UniversityPress, 1947

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