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Guía informativa sobre el 
tratamiento quimioterápico para el paciente 
 
La quimioterapia afecta el funcionamiento y multiplicación de células normales y anormales. Aunque los 
efectos de estos tratamientos se observan en prácticamente todo el organismo, los tejidos que crecen con 
más velocidad como la médula ósea, la mucosa del intestino y el folículo de pelo tienen mayor sensibilidad. 
 
A continuación, hay algunas preguntas que los pacientes y la familia hacen con frecuencia. Si usted tiene 
alguna duda, puede escribirnos a inc@msal.gov.ar 
 
Temario: 
 
• ¿Cómo se aplica el tratamiento? 
• ¿Qué reacciones indeseables es posible que sienta? 
• ¿Cómo manejo las náuseas y los vómitos? 
• Mucositis y cuidado de la boca 
• Caída de cabello 
• Alimentación y actividades 
• Efectos sobre la médula ósea 
• ¿Qué pasa con mis posibilidades de tener hijos? 
• ¿Debo cambiar mi vida sexual? 
• ¿Puedo tomar sol? 
¿Cómo se administra la quimioterapia? 
 
 Aunque algunas drogas son útiles por vía oral o intramuscular, la mayoría de las drogas se 
administran por vía intravenosa. Esto significa que para realizar el tratamiento, una enfermera muy 
entrenada va a colocar un tubo plástico muy finito en una vena del brazo para poder aplicar un suero con las 
drogas diluidas en agua con sal o azúcar llamada dextrosa. En algunos pacientes las venas son muy finitas o 
se rompen con facilidad y eso hace difícil y dolorosa la aplicación, en esos casos, se le propone al paciente la 
colocación de un catéter que es un tubo especial que queda fijo a una vena gruesa del cuello o del tórax. 
Estos tubos, que se llaman catéteres son muy útiles para las personas que necesitan hacer tratamientos 
prolongados. 
 
 Habitualmente un "esquema" de quimioterapia tiene varias drogas que se administran juntas. Cada 
aplicación se llama curso o ciclo. Los cursos se repiten a intervalos variables (cada 1, 2, 3 o 4 semanas) y las 
dosis difieren según la enfermedad y la tolerancia del paciente. Según sea la situación, la quimio se 
administrará en forma ambulatoria o en internación. Si la aplicación es sencilla y corta (1 a 6 horas), el 
paciente vuelve a casa con las indicaciones para el cuidado domiciliario. En el caso de que el tratamiento sea 
largo o requiera controles más estrictos, será necesario hacerlo en internación. 
 
¿Qué efectos secundarios tiene este tratamiento? 
 
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 Las células tumorales crecen y se reproducen velozmente, los medicamentos quimioterápicos atacan a 
este tipo de células. Lamentablemente, algunas células normales también crecen rápidamente, entre ellas 
se destacan las de la médula ósea (la fábrica de los glóbulos rojos, blancos y plaquetas), las células que 
forman el pelo y las que revisten la mucosa de la boca y el intestino; por eso en ocasiones estas células son 
afectadas transitoriamente por la quimioterapia. 
 
 Las náuseas y vómitos, el cansancio y la caída del cabello son los efectos que aquejan a los pacientes 
con más frecuencia. Otro efecto frecuente y que no da síntomas por sí mismo es el descenso del recuento 
de glóbulos blancos. 
 
 Los efectos secundarios del tratamiento varían de un paciente a otro y de una droga a otra. 
Dependiendo del tipo de tratamiento, algunos pacientes no sufren ningún trastorno importante y pueden 
llevar adelante sus actividades habituales (trabajo, deportes, etc.) sin grandes dificultades. Muchos 
pacientes piensan que si no tienen efectos tóxicos el tratamiento no está funcionando. El médico sabe 
cómo confirmar el funcionamiento de los tratamientos ya sea midiendo la enfermedad o chequeando 
algunas variables de laboratorio que sugieren que la dosis que se administra es la correcta. 
 
 
 Náuseas y vómitos 
 
 Las náuseas y los vómitos son efectos transitorios de la quimio que pueden durar algunos días. Con la 
quimioterapia Ud. recibirá otros medicamentos para prevenir los vómitos. La primera dosis de los 
antivomitivos se administra en el suero de la aplicación. En general las náuseas aparecen horas después de 
la del tratamiento, por ello es muy importante que Ud. continúe tomando los medicamentos antivomitivos 
en casa como sus médicos le habrán indicado. A veces en lugar de náuseas los pacientes sienten falta de 
apetito o rechazo por los alimentos la semana siguiente al tratamiento. Habitualmente esto no es peligroso 
pues la alimentación se normaliza en unos pocos días. En cambio es importante asegurar una toma de 
líquidos de al menos 1 ½ litro por día (agua, jugos, caldo, té, etc.). Si el estado nauseoso es muy molesto o 
interfiere con la ingesta de líquidos, comuníquese con el médico pues es posible que sea necesario 
aumentar las dosis de los antivomitivos. 
 
No olvidar: Antes de retirarse del hospital de día pregunte y tome nota de cómo debe tomar los 
antivomitivos en casa y a quién llamar en caso de necesidad. 
 
 
Mucositis y cuidado de la boca 
 
 Llamamos mucositis a la irritación producida en la boca por efecto de la quimioterapia. La mucosa de 
la boca se pone roja y a veces aparecen pequeñas llaguitas en los carrillos, la parte interna de los labios y los 
costados de la lengua. El paciente siente un ardor similar al que producen las aftas. Con las dosis que se 
usan habitualmente éste no es un fenómeno importante pero eventualmente puede ser molesto. En 
ocasiones la mucositis se complica con el crecimiento de hongos. Los hongos forman plaquitas blancas que 
aumentan el dolor y a veces se extienden hacia la garganta y pueden ocasionar dificultad para tragar. Si Ud. 
tiene molestias importantes en la boca, es conveniente que vea al médico para que él sugiera cuál es el 
manejo más adecuado de la situación. 
 
 Es muy importante mantener la boca limpia. Esto se logra con una higiene dental adecuada: cepille 
sus dientes con un cepillo blando, hágalo suavemente de modo de evitar lastimar las encías. Se pueden 
 
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emplear soluciones antisépticas para hacer buches durante el día. Si es posible, antes del tratamiento 
quimioterápico consulte a su odontólogo para verificar el estado de sus dientes y encías. Si ya comenzó la 
quimioterapia y el dentista le indica un tratamiento, Ud. tiene que preguntarle al médico cuál es el 
momento más oportuno para realizarlo. 
 
 
Caída del pelo 
 
 Algunos de los medicamentos quimioterápicos pueden producir caída del cabello; este no es un 
efecto grave, pero es el que más angustia ocasiona a los pacientes tanto mujeres como hombres. La caída 
puede ser parcial o total pero siempre es transitoria y al finalizar el tratamiento el pelo vuelve a crecer de 
manera normal a una velocidad de 1 a 1,5 cm por mes. Pregúntele a su médico si las posibilidades de que 
el pelo se caiga son altas y si es así decida si va a usar peluca, sombrero o pañuelo y acostúmbrese a 
utilizarlo antes de que el pelo comience a caer; de esta forma Ud. y quienes lo rodean se acostumbrarán a su 
nuevo aspecto. En general, cuando la caída es significativa comienza 3 a 4 semanas después del primer ciclo 
de tratamiento y puede estar precedida por pinchazos o molestias en el cuero cabelludo. Es recomendable 
que cuando comience la caída del cabello, se lo corte cortito para evitar ver los mechones en la almohada o 
en la ropa, muchos pacientes dicen que esa escena es terriblemente angustiante. 
 
 
Alimentacióny actividades 
 
 Es habitual que los pacientes en tratamiento quimioterápico tengan un apetito cambiante en relación 
con el tratamiento. Es posible que se sienta inapetente la semana siguiente a la aplicación de las drogas, y 
que recupere el apetito y coma más que lo habitual posteriormente. No es infrecuente que gane peso, pues 
la presión familiar en general va dirigida a mantenerse "bien alimentado". Hay que comprender que todos 
los extremos son malos y si bien debemos evitar el adelgazamiento, engordar no es aconsejable para varios 
aspectos de su salud. 
 
 Mientras dure el tratamiento quimioterápico es recomendable cuidar intensamente la higiene de los 
alimentos, especialmente los que se ingieren crudos (frutas, lechuga, tomates, etc.). Si no es posible 
asegurar su calidad es mejor que coma sólo cosas cocidas. 
 
 En general, es recomendable que lleva adelante una dieta variada. Es mejor que el día del tratamiento 
evite comer en exceso o alimentos muy elaborados. No es necesario que esté en ayunas. Si hace el 
tratamiento por la mañana, puede desayunar, por ejemplo, una infusión con tostadas o galletas. Dado que 
en ocasiones ciertos olores pueden favorecer la aparición de náuseas, sería prudente que los días cercanos 
al tratamiento evite cocinar o permanecer en lugares con olores muy fuertes. 
 
 Debe evitar el contacto con personas enfermas con fiebre, tos, diarrea o erupciones en la piel. También 
es recomendable no permanecer en lugares muy concurridos durante mucho tiempo, aunque puede ir al 
cine o al teatro. 
Si Ud. se siente bien, en general no hay problemas para que continúe trabajando; es mejor que charle con 
su médico sobre los detalles específicos de su ocupación para que él le recomiende conductas en relación a 
la necesidad de limitar algunas actividades. 
 
 
Efectos sobre la médula ósea 
 
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 La médula ósea fabrica los glóbulos blancos, los rojos y plaquetas. Estas células circulan por la sangre y 
su estado y número se controlan a través de un análisis de sangre que se llama hemograma. 
 
 Los glóbulos rojos (o eritrocitos) transportan el oxígeno desde los pulmones hasta los diferentes 
órganos. Estas células son las menos afectadas por la quimioterapia pero en contrapartida pueden ser 
modificadas por falta de algunas vitaminas, hierro, etc. Los síntomas que produce la baja de glóbulos rojos 
(llamada anemia) son: cansancio, palpitaciones y palidez. En caso de que fuera necesario es posible 
aumentar el recuento de glóbulos rojos a través de algunos medicamentos o administrando transfusiones. 
 
 Las plaquetas son pequeños fragmentos de células que participan de los procesos de coagulación. Ellas 
no se modifican a menos que se administren esquemas de quimioterapia muy agresivos. El descenso de 
plaquetas (plaquetopenia) produce alteraciones en la coagulación de la sangre que se manifiestan por 
sangrado por las encías o la nariz, pequeñas manchas en la piel llamadas petequias y moretones. Ante una 
baja significativa del recuento de plaquetas puede ser necesario administrar transfusiones de concentrados 
de plaquetas para evitar complicaciones mayores. 
 
 Los glóbulos blancos (o leucocitos) intervienen en la defensa contra los procesos infecciosos. Existen 
diferentes tipos de glóbulos blancos: los neutrófilos atacan a las bacterias por lo que son importantes para 
detener procesos infecciosos de ese origen, este tipo de blancos es el más se afectado con las drogas 
quimioterápicas. Los linfocitos tienen como función el control de otro tipo de infecciones y la producción de 
anticuerpos. Los eosinófilos actúan en infecciones parasitarias y procesos alérgicos. Existen además otros 
tipos de glóbulos blancos que son menos numerosos y no se afectan tanto por la quimioterapia. 
 
Es posible predecir aproximadamente cuándo comenzará a caer el recuento de neutrófilos (neutropenia) en 
base a las características de cada esquema de tratamiento. Puede preguntarle a su médico cuándo es 
esperable que aparezca este efecto con el tratamiento que Ud. recibe. 
 
 Hay algunos síntomas a los que es necesario prestar atención, pues ellos pueden indicar que está 
comenzando un proceso infeccioso. La aparición de fiebre (mayor de 38º) es la manifestación más 
frecuente de infección. Otras molestias que a veces refieren los pacientes son: dolor de garganta, tos, ardor 
al orinar, dolor al defecar, escalofríos y transpiración excesiva. Si siente cualquiera de estos síntomas es 
importante que contacte al equipo médico para que un profesional valore si es necesario examinarlo o 
tomar una muestra de sangre para un recuento de blancos. En ocasiones si los neutrófilos están muy bajos 
(menos de 1000) y la sospecha de infección es importante, es necesario administrar antibióticos para 
proteger con más eficacia al paciente. 
 
 
Función reproductiva y sexualidad 
 
 Algunos tratamientos quimioterápicos dañan las células germinales (espermatozoides y óvulos), en 
ese caso es posible que la capacidad para concebir se altere transitoria o definitivamente. Consulte a su 
médico para saber cuáles son los riesgos con la medicación específica que usted recibirá. 
 
 En contrapartida, la quimioterapia no produce alteraciones en la capacidad sexual aunque es posible 
que su deseo sexual se vea disminuido por la situación de estrés que está atravesando. 
 
Ciclos menstruales: En ocasiones la quimioterapia puede afectar la función del ovario y en consecuencia 
producir irregularidades menstruales que van desde atrasos a la desaparición total de las menstruaciones 
 
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(amenorrea). La amenorrea puede ser transitoria o definitiva, ello depende de las drogas que se usen y de la 
edad de la paciente. No obstante estas irregularidades es posible quedar embarazada durante el 
tratamiento quimioterápico. Dado que la exposición del feto a drogas citostáticas durante las primeras 
semanas de la gestación está asociada a malformaciones congénitas, es recomendable que use medidas 
anticonceptivas eficaces durante el tratamiento. Hable con su médico para asesorarse sobre los 
anticonceptivos más recomendables en su caso. 
 
 No existen contraindicaciones para tener relaciones sexuales mientras está recibiendo 
quimioterapia. Uno de los motivos que reconocen los pacientes para no tener relaciones es el miedo a 
lastimar o ser lastimado. Ninguno de esos miedos tiene fundamento. En las pacientes con cirugías 
ginecológicas hay un período de cuarentena hasta que el cirujano considere que la cicatrización está 
completa. Algunas mujeres refieren dolor durante la penetración por falta de lubricación. En ese caso el uso 
de geles lubricantes puede ser de ayuda. 
 
 Es posible que el deseo sexual sea menor que el habitual. Esto se relaciona con el estado de estrés 
después del diagnóstico y el cansancio que puede inducir la quimioterapia. Una buena comunicación en la 
pareja y, en ocasiones la ayuda profesional son extremadamente útiles en estas circunstancias. 
 
 
Exposición al sol 
 
 Algunas drogas pueden aumentar los efectos del sol sobre la piel. Este no es un fenómeno 
frecuente, por lo que, excepto que su médico le sugiera lo contrario, puede exponerse usando medidas de 
protección habituales. En general no es recomendable exponerse al sol durante las horas del mediodía 
(desde las 11 a las 15) y es prudente usar una pantalla solar superior a factor 40 con protección contra rayos 
ultravioletaB y A.

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