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Historia de la filosofía

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G. W. F. Hegel
Introducción a la Historia de la Filosofía
Introducción, edición y traducción de César Ruiz Sanjuán
Escolar y Mayo Editores S.L. 2012
Pza. Águeda Díez 5C 1ºD
28019 Madrid
info@escolarymayo.com
www.escolarymayo.com
De la presente introducción, edición y traducción, César Ruiz Sanjuán
©
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Reservados todos los derechos. De acuerdo con lo dispuesto en el
Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación
de libertad quienes, sin la preceptiva autorización, reproduzcan o
plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica,
fijada en cualquier tipo de soporte.
Diseño de cubierta y maquetación:
Escolar y Mayo Editores S. L.
ISBN: 978-84-939490-7-5
Depósito legal: M-16530-2012
Impreso en España / Printed in Spain
Lerko Print S.A.
Paseo de la Castellana 121
28046 Madrid
En la edición de este libro ha colaborado la Facultad de Filosofía
de la Universidad Complutense de Madrid
1ª edición, 2012
César Ruiz Sanjuán
El lugar de la Historia de la Filosofía
en el pensamiento hegeliano
I. FILOSOFÍA E HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
El problema fundamental que aborda Hegel en los diversos
textos que tratan sobre la historia de la filosofía es el de la re-
lación aparentemente paradójica en la que se encuentra la fi-
losofía con la historia: la filosofía se ocupa de la verdad, que
es algo por definición invariable, eterno, mientras que la his-
toria trata de lo que ha pasado, de lo efímero, de lo que en un
momento dado es y en un momento posterior ya no es. La pre-
gunta que a este respecto se presenta reiteradamente en los
manuscritos hegelianos es la siguiente: ¿cómo es posible que
la filosofía tenga una historia? Si la verdad, al igual que la
razón, es una y eterna, no puede haber algo así como una his-
toria de la verdad, ni de la razón, ni por ende una historia de
la filosofía.
Ahora bien, Hegel pone de manifiesto que la razón se desa-
rrolla en el tiempo, pasa por diversas etapas, que son necesa-
rias para que se aprehenda a sí misma en la forma del pensar.
Las distintas filosofías que han ido surgiendo a lo largo de la
historia son la exposición de la razón en esa época histórica.
Lo que se presenta en la filosofía de cada época es una mani-
festación particular de la verdad, un aspecto determinado de
la idea, que como tal es parcial, pero no por ello falso. Cada
una de las filosofías que se han presentado en la historia, cada
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EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN
EL PENSAMIENTO HEGELIANO
uno de los momentos de la autoexposición de la idea, es uni-
lateral si se toma como algo aislado de las demás filosofías que
aparecen en el curso histórico. Cada sistema filosófico es solo
un momento del todo, y solo como tal momento adquiere su
verdadero sentido. La historia de la filosofía tiene que integrar
ese momento en la totalidad del movimiento del espíritu,
poner de manifiesto su carácter parcial, que como tal mo-
mento termina hundiéndose, pero para incorporarse a la vida
del todo del que forma parte, el cual se manifiesta así como un
desarrollo progresivo en el tiempo. 
Al establecer el carácter histórico de la filosofía, su evolución
y desarrollo en el tiempo, Hegel sienta las bases para el trata-
miento de la historia de la filosofía como ciencia. Para ello se
enfrenta a dos concepciones opuestas y excluyentes que impi-
den su existencia. En primer lugar, a aquella que considera la
historia de la filosofía como una sucesión de opiniones, con lo
cual se acepta la diversidad de sistemas filosóficos y su trans-
formación en el tiempo, pero se le niega el estatuto de ciencia.
Al tomar en consideración solo la diversidad de los sistemas
filosóficos que se han presentado en la historia, se pone en
cuestión la filosofía como tal, pues su objeto es la verdad, que
es necesariamente una y la misma en todos los tiempos. Hegel
insiste en que la filosofía no tiene nada que ver con opiniones.
La opinión es subjetiva, particular y contingente, mientras que
la verdad es objetiva, universal y necesaria. Concebir la histo-
ria de la filosofía como un conjunto de opiniones implica la
negación de que sea posible conocer la verdad. 
Como opuesta a esta posición se presenta aquella otra que
considera que solo existe una filosofía verdadera, de modo que
se mantiene el carácter científico de la filosofía, pero al precio
de impugnar su desarrollo en el tiempo como sucesión de sis-
temas filosóficos. Al poner en el centro de la consideración el
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
10
carácter único e inmutable de la verdad, lo que se cuestiona es
que la filosofía pueda tener una historia. Así pues, mientras
en la concepción precedente se niega la filosofía, en esta lo que
se niega es su historia. Tanto en uno como en otro caso queda
negada la historia de la filosofía. La posición de Hegel ante
este dilema consiste en establecer el carácter histórico de la fi-
losofía y, al mismo tiempo, reivindicar una consideración es-
trictamente filosófica (no histórica) de la historia de la
filosofía. Esto último permitirá precisamente comprender la
necesidad de la historia de la filosofía para la existencia de la
filosofía misma. 
En la concepción hegeliana de la historia de la filosofía, esta
tiene como objetivo alcanzar la comprensión de la unidad de
la razón a través de la diversidad de sus manifestaciones his-
tóricas, mostrar cada una de las filosofías como un momento
particular del desarrollo del espíritu. Y es precisamente me-
diante esta comprensión como se supera el tiempo histórico
en el que se presentan los distintos momentos parciales de la
verdad. Esta superación se produce al comprender que las fi-
losofías de otras épocas históricas no pertenecen simplemente
al pasado, sino que en lo que tienen de verdad pertenecen al
presente de la razón. Hegel sostiene que la historia de la filo-
sofía no trata del pasado, puestoque su objeto es lo verdadero,
que es intemporal. La razón se manifiesta ciertamente en el
devenir histórico, pero las verdades a las que llega en cada
época histórica son intemporales. La historia de la filosofía se
ocupa de lo presente, de lo vivo, de lo que permanece frente al
paso del tiempo. 
En tanto que el pasado queda suprimido en la historia de la
filosofía, puede superarse la aparente contradicción de que la
filosofía tenga una historia. Lo que ocurre es que la historia se
suprime a sí misma, al reconocer la razón un determinado as-
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
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pecto de sí misma en las distintas filosofías. Ahora bien, esta
supresión del tiempo histórico no significa que la razón pueda
prescindir de la historia, todo lo contrario: la razón solo puede
llegar a aprehenderse a sí misma a través de sus diversas y su-
cesivas manifestaciones en el curso de la historia. Hegel su-
braya que la filosofía no surge de repente, sino que es el
resultado del trabajo de todas las generaciones precedentes.
El estado actual del saber es el resultado de toda la tradición
anterior, pero tradición no significa estancamiento, sino cam-
bio y transformación. Es preciso apropiarse de lo que nos lega
la tradición, pero no para permanecer ahí, sino para transfor-
marlo y avanzar desde ello. 
Así pues, la razón se manifiesta en la historia en sucesivos
momentos parciales, y tiene que asumir esos diversos momen-
tos en los que se objetiva en la historia e integrarlos en la to-
talidad de la que forman parte. Este proceso es necesario
puesto que, para comprenderse a sí misma, la razón tiene que
extrañarse de sí y volver a sí misma desde lo otro de sí. De este
modo, la historia de la filosofía queda asumida como historia
dentro de la filosofía en tanto que movimiento comprendido
de su propio devenir. Al comprender su propia historia, la
razón se encuentra a sí misma. En este movimiento, el pasado
de la filosofía se hace presente, la razón comprende las distin-
tas filosofías del pasado como momentos particularesde la to-
talidad que es ella misma. 
No obstante, Hegel señala que cada filosofía es hija de su
época, que responde a sus peculiares necesidades, y que no
hay que buscar en filosofías anteriores las respuestas a pre-
guntas presentes, que en esas épocas todavía no se habían
presentado. Se pone de manifiesto con ello la esencial depen-
dencia de la filosofía del tiempo histórico al que pertenece,
pues, en efecto, si la filosofía es la conciencia que el espíritu
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
12
tiene de sí, dependerá de la evolución que haya alcanzado el
espíritu en cada época histórica, del nivel de desarrollo en que
se encuentre. 
En este sentido es preciso comprender el carácter necesa-
riamente concreto de la filosofía. Hegel insiste en que hay que
desechar la concepción de que la filosofía se ocupa de lo abs-
tracto. El objeto de la filosofía es la idea, que es lo concreto,
puesto que es la unidad de lo diferenciado. La contradicción
interna entre el ser en sí, que constituye el punto de partida
del proceso dialéctico, y el ser para sí, que es su punto de lle-
gada, es lo que impulsa el proceso a través del cual se superan
las diferencias y se produce el retorno a la unidad mediada. El
entendimiento aísla los momentos y permanece en lo abs-
tracto. Pero la razón los concibe como momentos del proceso
dialéctico, de modo que su objeto es lo concreto en lo que se
unifican los momentos que el entendimiento toma como se-
parados, abstrayendo de la unidad de la que forman parte. 
El objeto de la filosofía, la idea, está sometida a una evolución
permanente, y la filosofía estará tanto más desarrollada cuanto
mayor sea el desarrollo de la idea. La historia de la filosofía,
para ser ciencia, tiene que poner de manifiesto la necesidad en
virtud de la cual se siguen unas a otras las distintas filosofías a
lo largo de la historia. A este respecto sostiene Hegel el parale-
lismo entre el desarrollo histórico y el desarrollo lógico de la
idea, con lo cual, en última instancia, la historia de la filosofía
se resuelve en filosofía. En el desarrollo de la idea, lo que se
presenta en primer lugar es más abstracto y tiene menos con-
tenido, mientras que lo que viene después es más concreto y
tiene un mayor contenido, es más rico en determinaciones. 
Esto significa que los primeros sistemas filosóficos que se
presentan en el tiempo son más abstractos y más pobres,
mientras que en los posteriores la idea está más determinada.
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
13
Por ello afirma Hegel que no es posible encontrar en filosofías
anteriores respuestas a preguntas que solo han podido pre-
sentarse en la filosofía reciente, en la que la idea está más des-
arrollada. Esto implica entender la filosofía de cada época
histórica como la respuesta a las preguntas que se presentan
en ella, dentro de la cual esa filosofía tendrá un significado que
necesariamente pierde ante la evolución ulterior de la idea. 
A partir de aquí Hegel puede explicar cómo es posible que
la filosofía tenga una historia. La idea, que es algo concreto,
está sometida a un continuo desarrollo en el tiempo. Los dife-
rentes sistemas de filosofía que se presentan a lo largo de la
historia son expresión de distintos niveles del desarrollo de la
idea; no son algo aislado e independiente, sino que están vin-
culados en la necesidad del proceso dialéctico de la idea, y
constituyen aspectos de una totalidad en la que deben ser rein-
tegrados. La historia de la filosofía tiene que mostrar la nece-
sidad por la que unos sistemas filosóficos suceden a otros en
el curso histórico, y esta necesidad es la misma que gobierna
el despliegue dialéctico de la idea. Este proceso racional de
desarrollo de la idea en el tiempo es, por tanto, lo que tiene
que exponer la historia de la filosofía. 
Para ello es necesario, en primer lugar, comprender la rela-
ción en la que se encuentra una filosofía con la época deter-
minada en la que se presenta. Por otro lado, hay que ver
también la relación que tiene con las otras manifestaciones
culturales de esa época, y asimismo delimitarla frente a ellas.
Todas las formas culturales de un tiempo histórico tienen un
origen común en el espíritu de ese tiempo. La filosofía de una
época determinada es la autoconciencia del espíritu de esa
época, es el espíritu de un tiempo que se piensa a sí mismo.
En este sentido, toda filosofía corresponde a su época. Por lo
tanto, es necesario comprender los aspectos fundamentales de
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
14
esa época para comprender la filosofía que surge en ella. Esta
es relativa a la cultura de un pueblo histórico determinado. 
Por lo que se refiere a la delimitación de la filosofía frente a
las otras manifestaciones del espíritu, es preciso distinguirla,
por un lado, de las otras ciencias, y, por otro lado, de la reli-
gión. Con respecto a las ciencias, estas tienen la misma forma
que la filosofía, el pensamiento autónomo, pero difieren de la
filosofía por su contenido, pues se ocupan de objetos finitos,
mientras que el objeto de la filosofía es lo infinito, lo absoluto.
Esta diferencia de contenido determina una diferencia funda-
mental entre la historia de la filosofía y la historia de las otras
ciencias: mientras estas progresan de manera lineal a través
de la incorporación de nuevas verdades a las anteriormente
conocidas, en filosofía se presentan constantemente cambios
que transforman la totalidad del edificio del saber filosófico,
se produce la refutación completa del sistema precedente.
En cuanto a la relación de la filosofía con la religión, es pre-
cisamente la contraria de la que tiene con las ciencias, pues la
religión y la filosofía tienen el mismo contenido, ambas se ocu-
pan de lo absoluto, pero mientras que la religión lo hace en la
forma de la representación, la filosofía lo hace en la forma del
concepto. Esto da lugar a la anterioridad histórica de la reli-
gión sobre la filosofía, que surge en el tiempo mucho después
de aquella. La comunidad de su objeto, el hecho de que reli-
gión y filosofía tengan el mismo contenido, explica que en de-
terminadas épocas y pueblos se hayan presentado juntas,
mientras que la diferencia de sus respectivas formas explica
la oposición frontal en la que ambas han vivido en otras épocas
históricas. Por lo que respecta a las relaciones que mantienen
a lo largo de la historia, puede observarse que primero se pre-
sentan juntas, sin diferenciarse entre sí, pero después la filo-
sofía alcanza su autonomía respecto a la religión y se opone a
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
15
ella, y finalmente reconoce a la religión como un momento de
la toma de conciencia de sí del espíritu, que culmina en la fi-
losofía. Por consiguiente, en la etapa superior de su desarrollo
la filosofía comprende dentro de sí a la religión, cuyo conte-
nido aprehende en la forma del concepto. 
Dada esta estrecha relación entre religión y filosofía, Hegel
se plantea en qué medida la historia de la filosofía tiene que
ocuparse de la religión. En primer lugar, descarta que tenga
que ocuparse de la mitología como tal, pues aunque en esta se
presentan pensamientos vinculados a las imágenes sensibles,
estos pensamientos no adquieren todavía la suficiente auto-
nomía como para que la filosofía tenga que ocuparse de ellos.
Hegel hace referencia aquí a los mitos de Platón, y señala que
su filosofía es independiente de dichos mitos, que son simple-
mente una forma para hacer más intuible el contenido de la
filosofía. Pero asta debe apropiarse aquel contenido en la
forma del pensamiento, y el mito nunca puede ser su modo
propio de expresión. 
Por otro lado, Hegel pone de relieve el papel esencial que
juega el sentimiento en el modo de apropiación del objeto por
parte de la religión. Ciertamente, en la religión también se pre-
sentan con frecuencia pensamientos,pero la forma en la que
la filosofía se apropia de su objeto es el pensamiento puro. En
la religión, aunque su contenido sea también el espíritu uni-
versal e infinito, este contenido se presenta para ella en la
forma de la representación, del pensamiento finito, y en este
modo de apropiación tiene un papel fundamental la imagen
sensible. Hegel subraya la importancia que en este sentido
tiene el arte para la religión, a través del cual se produce una
imagen sensible en la que el objeto es representado. Ahora
bien, el absoluto no puede ser aprehendido solamente a través
de intuición sensible y la representación. Para ello se precisa
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
16
del culto y la devoción, en los que el hombre realiza su unión
con lo absoluto. Frente a ello, la filosofía accede a lo absoluto
en la forma del concepto. 
Además de delimitar la filosofía de otras manifestaciones afi-
nes del mundo del espíritu, Hegel se pregunta por su origen.
Señala que para que surja tienen que estar satisfechas las ne-
cesidades básicas de un pueblo, de modo que pueda dedicarse
al pensamiento, algo que no ha ocurrido en todas las épocas
históricas. Y se requiere asimismo que la formación espiritual
haya alcanzado un determinado nivel de desarrollo, de tal ma-
nera que el espíritu de un pueblo se haya elevado por encima
de la vida natural inmediata. Por otro lado, Hegel afirma que
este surgimiento tiene lugar en los tiempos de crisis y desinte-
gración de las formas políticas existentes, en las que el espíritu
se recoge en el pensamiento. Solo en la decadencia de una
época se produce el desarrollo de la filosofía, puesto que esta
es la conciencia del espíritu del tiempo, y es preciso que tal
tiempo esté consumado para que la filosofía pueda tomar con-
ciencia de él y elevar a concepto lo que ese tiempo es en sí, pero
aún no para sí. 
Hemos señalado hasta aquí los que nos parece que son los
planteamientos fundamentales contenidos en los manuscritos
de Hegel que tratan sobre la historia de la filosofía. En ellos
se pone de manifiesto la concepción hegeliana desde la que
se legitima la historia de la filosofía, que consiste en afirmar
el carácter histórico de la razón. Frente a toda concepción
ahistórica de la misma, Hegel sostiene que la razón se desa-
rrolla en el tiempo. A través de este desarrollo, la razón asume
las épocas anteriores y las integra en una totalidad de la que
constituyen momentos parciales, por lo cual el pasado no es
algo muerto, sino algo que en su verdad vive en el presente.
En este proceso, el desarrollo de la idea en el tiempo coincide
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
17
con su desarrollo lógico. Por eso las distintas filosofías se si-
guen unas de otras a lo largo de la historia según un desplie-
gue necesario, lo que determina el carácter de ciencia de la
historia de la filosofía. 
Por lo tanto, aunque la razón es una y la misma, aunque es
eterna y, como tal, no está sometida al devenir del tiempo,
tiene que manifestarse necesariamente en el tiempo para al-
canzar la conciencia de sí, y cada uno de los grandes sistemas
filosóficos del pasado constituye un momento de esta concien-
cia que la razón adquiere progresivamente de sí misma. En
este desarrollo la razón retorna a sí misma desde lo otro de sí
y llega a ser para sí, de forma que ya no está determinada por
ninguna instancia exterior a ella, sino solo por sí misma, al-
canzando de este modo la libertad. Por consiguiente, en la his-
toria de la filosofía la necesidad coincide con la libertad. A
través de su desarrollo necesario en el tiempo, el pensamiento
que se piensa a sí mismo logra la conciencia de sí y con ello
deviene libre. 
II. HISTORIA DE LA EDICIÓN DE LA INTRODUCCIÓN A LA
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
Hegel impartió cursos de «Historia de la filosofía» en nueve
ocasiones distintas a lo largo de su docencia universitaria. La
primera fue en Jena, después en Heidelberg, donde dedicó
dos cursos a esta disciplina, y por último en Berlín, donde le
dedicó seis cursos. Cuando le alcanzó la muerte en 1831, aca-
baba de comenzar su décimo curso, del que solo pudo impartir
dos lecciones. 
La edición de las Lecciones sobre la historia de la filosofía
corrió a cargo de la Verein von Freunden des Verewigten, la
«Asociación de amigos del difunto», el grupo de amigos y dis-
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
18
cípulos de Hegel que a su muerte se hicieron cargo de la ad-
ministración de su legado. La Verein tenía como misión editar
las obras completas del maestro, tarea a la que dio comienzo
en el año 1832. Los discípulos de Hegel quisieron dar a cono-
cer lo que ellos consideraban que era el sistema completo de
la filosofía hegeliana, el cual había sido transmitido funda-
mentalmente por vía oral en las clases. En vida Hegel publicó
relativamente poco; aparte de algunos escritos menores, como
grandes obras solo se editaron la Fenomenología del espíritu
(1807), la Ciencia de la lógica (1812-16), la Enciclopedia de
las ciencias filosóficas (1817, 2ª ed. 1827, 3ª ed. 1830) y las
Líneas fundamentales de la filosofía del derecho (1821). 
Era preciso, pues, publicar el conjunto de las Lecciones
[Vorlesungen] sobre «Filosofía de la historia», «Estética»,
«Historia de la religión» e «Historia de la filosofía», que solo
se habían trasmitido oralmente en las lecciones universitarias,
y de las que no existía ningún texto publicado por Hegel. Para
llevar a cabo esta tarea, los discípulos contaban, por un lado,
con los apuntes de las clases, y, por otro lado, con los manus-
critos del legado de Hegel, muchos de los cuales pertenecían
a épocas anteriores a su etapa berlinesa. La labor de edición
de la Verein consistió en fusionar estos diversos materiales
para elaborar unas obras completas en las que la filosofía he-
geliana se presentaba como un todo sistemático. La primera
edición de las obras completas se culminó en 1845. Una se-
gunda edición tuvo lugar en 1877, en la que se añadieron dos
volúmenes de cartas, editadas por su hijo Karl. Esta fue la
única edición que se conoció hasta bien entrado el siglo XX, y
es la que ha tenido una mayor historia efectual: es la que ha
determinado la recepción de Hegel durante casi un siglo, ofre-
ciendo la imagen de un sistema concluido, en lugar de un pen-
samiento en constante evolución.
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
19
Las Lecciones ocuparon más de la mitad de los 21 volúmenes
de los que constaba la edición de las obras completas de la Ve-
rein. Esto significa que más de la mitad de la obra editada de
Hegel no estaba escrita directamente por él, sino que procedía
de compilaciones llevadas a cabo por sus discípulos, en las que
se mezclaban los manuscritos dejados por Hegel con los apun-
tes de clase de los alumnos. A ello hay que sumar las constan-
tes injerencias en el contenido llevadas a cabo por los
discípulos para presentar como una obra sistemática y cerrada
lo que en muchos casos no eran más que fragmentos y des-
arrollos sometidos a una transformación permanente, según
se ha demostrado posteriormente en base al estudio de los ma-
nuscritos originales de Hegel y de la comparación de los apun-
tes de las clases de distintos cursos.
La ordenación, fijación y estado terminado en que la edición
de los discípulos presenta los textos ofrece, por tanto, una ima-
gen que desfigura de manera fundamental el carácter de las
lecciones de Hegel, que se singularizaban por una gran espon-
taneidad y por la construcción del discurso a medida que este
iba avanzando. La descripción de su discípulo H. G. Hotho
sobre el modo en que desarrollaban sus clases pone clara-
mente de manifiesto este carácter de su exposición:
Se sentaba taciturno y melancólico, recogido dentro de sí con
la cabeza inclinada hacia abajo, pasaba las hojas y buscaba,
mientras seguía hablando, en los extensos cuadernos en folio,adelante y atrás, arriba y abajo; la continua carraspera y la tos
interrumpían el fluir del discurso, cada frase se quedaba allí
aislada y solo salía con esfuerzo, fragmentada y confusa; cada
palabra, cada sílaba solo a duras penas se desprendía, para re-
cibir entonces un énfasis enigmáticamente profundo de la me-
tálica voz en el abierto dialecto suabo, como si cada una fuera
la más importante … y es que tenía que extraer los pensamien-
tos más poderosos desde los fundamentos más profundos de
las cosas, y si debían ejercer una influencia viva, tenían que en-
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
20
gendrarse nuevamente en él mismo en un presente siempre
vivo, aunque los albergara y elaborara desde hacía años y si-
guiese haciéndolo siempre de nuevo … Comenzaba de manera
interrumpida, seguía adelante, empezaba otra vez, se detenía
nuevamente, hablaba y reflexionaba, parecía que la palabra
exacta le faltaba irremisiblemente, pero entonces se le presen-
taba con una seguridad plena, parecía normal y era, sin em-
bargo, absolutamente apropiada, insólita y, no obstante, la
única correcta … y de este modo, retomando cuidadosamente
una y otra vez lo anterior, para desarrollarlo más profunda-
mente, reelaborando a partir de ello lo posterior, más desvin-
culado y, sin embargo, cada vez más reconciliado, se enlazaba,
se agolpaba e irrumpía inconteniblemente el más asombroso
torrente de pensamientos1. 
Esta forma espontánea e inspirada de la exposición de Hegel
daba lugar a desarrollos considerablemente distintos de un
curso a otro, lo que se refleja de manera patente en los apuntes
de los alumnos que se han conservado. Pero en la confección
de las Vorlesungen los discípulos mezclaron de manera indis-
criminada apuntes que pertenecían a cursos distintos y, por
tanto, a etapas diversas de su pensamiento (en ocasiones con
más de 20 años de diferencia entre uno y otro manuscrito),
por lo que se combinaban planteamientos sucesivos y pers-
pectivas distintas en un todo unitario. Por otro lado, junto a
los apuntes de los alumnos se intercalan los manuscritos es-
critos efectivamente por Hegel, sin que el lector pueda saber
la adscripción correspondiente en cada caso. De este modo,
los manuscritos de Hegel y los apuntes de las clases se fundían
en el texto definitivo, por lo que aunque en muchos casos sean
las propias palabras de Hegel las que se transcriben, son inte-
gradas en un contexto que distorsiona su sentido. 
De los distintos textos de las Vorlesungen elaborados por la
Verein, las Lecciones sobre la historia de la filosofía fueron
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
21
1 Vorstudien für Leben und Kunst, Stuttgart, Cotta, 1835, pp. 384 y ss. 
unas de las primeras publicadas tras la muerte de Hegel. Su
edición, en tres volúmenes, tuvo lugar entre 1833 y 1836. Co-
rrió a cargo de uno de los principales discípulos directos de
Hegel, K. L. Michelet. La segunda edición, sustancialmente
modificada, apareció entre 1840 y 1844. El texto sufrió una
importante reelaboración y muchas partes fueron considera-
blemente abreviadas. Por lo que se refiere a la «Introduc-
ción», Michelet señala en el prólogo a su edición cuáles
fueron los manuscritos que utilizó, así como el estado en el
que se encontraban:
Las fuentes de la introducción en particular son, además de las
clases, una de las partes más elaboradas de los manuscritos de
Hegel, parte en cuarto y parte en folio, escrita casi exclusiva-
mente en Berlín y el resto, una parte menor, en Heidelberg. La
introducción al cuaderno de Jena nunca la ha utilizado poste-
riormente y, de hecho, resultó inservible para el editor, a excep-
ción de algunos pasajes, puesto que en las introducciones
posteriores se presentaba mucha mayor claridad, solidez y
fuerza de convicción (las introducciones eran lo que más reela-
boraba siempre de todas sus lecciones) … Algunas hojas, con-
cretamente las que se encuentran entre el prólogo y la
introducción, así como algunas partes del comienzo de la intro-
ducción misma, no parecen estar destinadas en modo alguno a
la exposición oral, sino a la imprenta2.
El «cuaderno de Jena» al que se refiere Michelet se ha per-
dido, por lo que solo contamos con su testimonio al respecto.
Por lo que se refiere a los manuscritos efectivamente utilizados
por Michelet, todos ellos conservados, se puede constatar el
carácter irregular de su redacción, en los que se presentan par-
tes en estado completamente fragmentario, otras partes con-
siderablemente elaboradas, y otras con una redacción muy
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
22
2 Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, en Werke, Berlín,
Dunker und Humblot, 1832-1845, vol. 13, p. VII.
cuidada y precisa, de modo que parece, como apunta Michelet,
que Hegel las hubiera pensado para darlas a la imprenta como
parte de un texto definitivo. Michelet entremezcla los manus-
critos con apuntes de los alumnos en un texto unificado, pre-
sentando una introducción mucho más amplia de la que se
deriva del conjunto de dichos manuscritos3.
Esta edición es la que se reproduce en la Jubiläumausgabe,
conmemorativa del centenario de la muerte de Hegel y reali-
zada por H. Glockner4. Esta no era más que la reproducción en
facsímil de la edición de los discípulos, que simplemente se dis-
tinguía de ella en que modificaba el orden cronológico en el que
aparecían los textos y en que eliminaba un par de escritos que
no eran de procedencia hegeliana. Lo único que de verdad
aporta esta edición sobre la de los discípulos es que se añadió
la Enciclopedia de las ciencias filosóficas de Heidelberg (1817),
que no aparecía en la anterior. Así pues, por lo que respecta al
texto de las Lecciones sobre la historia de la filosofía que se
presenta en esta edición, y por ende al texto de la «Introduc-
ción», no hay ninguna diferencia frente al de la edición de la
Verein, se trata simplemente de la reproducción fotomecánica
del texto allí editado.
Un nuevo capítulo de la edición de las obras de Hegel, en el
que sí verá la luz una nueva edición de la Introducción a la
Historia de la filosofía, comenzó en la segunda década del
siglo XX. Promovida por la casa editorial Felix Meiner, primero
estuvo a cargo de G. Lasson, y a su muerte fue proseguida por
J. Hoffmeister. Como encargado del Hegel-Archiv, desde 1905
Lasson había editado para Meiner diversas obras de Hegel (la
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
23
3 En esta edición se basa la traducción española de W. Roces: Lecciones
sobre la historia de la filosofía, México, FCE, 1955. La «Introducción»
abarca las pp. 3-110.
4 Sämtliche Werke. Jubiläumausgabe in zwanzig Bänden, Stuttgart,
Frommann, 1927-1930.
Enciclopedia, la Fenomenología y la Filosofía del derecho) y,
a partir de 1911, se proyectó una edición completa de las obras
de Hegel, denominada Sämtliche Werke, que tenía la preten-
sión de ser crítica. Pero Lasson no fue capaz de llevarla a cabo,
ni siquiera de establecer unos criterios uniformes para las
obras publicadas. La labor de Lasson fue continuada en la dé-
cada de 1930 por J. Hoffmeister, que se encontró ante los mis-
mos problemas que Lasson: cómo organizar la cantidad
ingente de manuscritos disponibles, a la que se seguía su-
mando continuamente nuevo material encontrado. El criterio
de edición de Hoffmeister fue en cierto modo opuesto al de la
Verein. En lugar de presentar un texto acabado, configurado
a partir de la fusión indiscriminada de materiales diversos,
Hoffmeister optó por presentar de manera yuxtapuesta las di-
versas fuentes, lo que ciertamente permitía identificar su ori-
gen, pero daba lugar a una sucesión textos de orígenes
diversos para los que no era posible establecer un contexto glo-
bal que los dotase de sentido. Por otro lado, Hoffmeister tam-
poco corrigió el error fundamental de Lasson, que consistía en
no establecer un criterio de edición uniforme, sino que, al igualque éste, fue modificándolo coforme se sucedía la publicación
de las obras. Esto dio lugar finalmente al abandono de la pre-
tendida edición crítica de las Sämtliche Werke a la muerte de
Hoffmeister, en 1955, cuando solo se llevaban publicados siete
volúmenes de los treinta y dos que estaban proyectados. 
En cuanto a la edición de las Lecciones sobre la historia de
la filosofía comenzada por Hoffmeister, este tuvo a su dispo-
sición los cuadernos de apuntes de alumnos correspondientes
a diversos cursos académicos, y constató que Hegel cambiaba
de manera importante tanto el enfoque como el contenido de
un curso a otro, por lo que resultaba a todas luces inapropiada
la forma de edición de Michelet. El proyecto editorial de Hoff-
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
24
meister consistía en respetar cada uno de los manuscritos y
presentarlos sucesivamente, para que fuese el lector el que se
formase la idea de conjunto del pensamiento hegeliano. Pero
Hoffmeister no pudo concluir este proyecto, y lo único que pu-
blicó de él fue la Introducción a la historia de la filosofía y la
sección sobre la filosofía oriental5. En la tercera edición de esta
obra, F. Nicolin suprimió la parte sobre la filosofía oriental,
dejando únicamente el texto de la Introducción6.
Las fuentes de las se sirvió Hoffmeister para la Introducción
fueron el escrito de 1816 de toma de posesión de la cátedra de
filosofía en la Universidad de Heidelberg y un manuscrito de
Berlín datado en el año 1820. A esto añadió el contenido de
diversos cuadernos de apuntes de distintos años, muchos de
ellos desconocidos por Michelet, lo que dio lugar a una intro-
ducción considerablemente más extensa que la de este, el cual
no tuvo acceso a muchos de los cuadernos de apuntes que uti-
lizó Hoffmeister7.
Finalmente, hay que mencionar la edición más utilizada en
la actualidad, la Theorie-Werkausgabe, a cargo de E. Molden-
hauer y K. M. Michel8, y que se basa en la edición de los discí-
pulos, si bien se incorporan a ella ciertas mejoras y se realizan
algunas adiciones importantes. Las Lecciones sobre la histo-
ria de la filosofía se encuentran en los volúmenes 18, 19 y 20.
Toman como base el texto de Michelet, pero se modifica en
determinadas ocasiones la ordenación de algunas de sus par-
tes y se añaden manuscritos de Hegel en su estado original.
Por lo que se refiere a la «Introducción», se reconstruye la
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
25
5 System und Geschichte der Philosophie, Leipzig, Meiner, 1940.
6 Einleitung in die Geschichte der Philosophie, Leipzig, Meiner, 1959.
7 En esta edición se basa la traducción de E. Terrón: Introducción a la his-
toria de la filosofía, Buenos Aires, Aguilar, 1980.
8 Werke, Francfort, Suhrkamp, 1970.
primera parte de la misma, que los editores presentan bajo el
rótulo de Heidelberger Niederschrift, y se añade en apéndice
el manuscrito de Berlín de 1820.
III. LA EDICIÓN ACADÉMICA DE LA INTRODUCCIÓN A LA
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
En 1968 comienza el nuevo proyecto de edición histórico-
crítica de la Academia de Ciencias de Renania del Norte-Wes-
tfalia: Gesammelte Werke. In Verbindung mit der Deutschen
Forschungsgemeinschaft hg. von der Nordrhein-Westfäli-
schen Akademie der Wissenschaften, Hamburgo, Meiner,
1968. Es ilustrativo del espíritu que la anima el hecho de que
el primer volumen contenga escritos del período de Jena.
Frente a la pretensión de la edición de la Verein de presentar
una obra sistemática y concluida, ahora se comienza por los
escritos del período de formación de la filosofía hegeliana,
como queriendo propiciar un estudio genético y evolutivo de
la misma, y tratando de abandonar la visión de una obra que
ya hubiese surgido perfectamente acabada en la cabeza de
Hegel. La enorme magnitud de este proyecto editorial, así
como los rigurosos criterios filológicos que lo inspiran, supone
que después de tantos años de labor editorial todavía falten
volúmenes por aparecer. 
La traducción que aquí presentamos de la Introducción a la
historia de la filosofía de Hegel está realizada a partir de los
manuscritos editados por W. Jaeschke, contenidos en el volu-
men 10 de las Gesammelte Werke bajo el título Vorlesungs-
manuskripte II (1816-1831), cuya publicación tuvo lugar en el
año 1995. Los manuscritos aquí contenidos que tienen como
objeto la historia de la filosofía son el discurso inaugural de
Heidelberg de 1816, el manuscrito de Berlín de 1820 titulado
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
26
Geschichte der Philosophie, el manuscrito de 1823, también de
Berlín, titulado Fragment einer Einleitung, así como las hojas
sueltas sobre la historia de la filosofía que se conservan. 
Por lo que se refiere al primer manuscrito, el discurso inau-
gural de Heidelberg, en la ordenación del legado de Hegel
aparece unido erróneamente al manuscrito de 1823, como si
formaran un solo texto. El editor de la Academia señala este
error, y consecuentemente separa ambos textos en la edi-
ción9. El manuscrito de Heidelberg, al igual que otros manus-
critos de Hegel, consta de hojas dobladas por la mitad en cuya
mitad derecha escribió el texto principal y en cuya mitad iz-
quierda escribió las modificaciones y las ampliaciones del
texto principal. 
El discurso inaugural está escrito con ocasión de la reanu-
dación de la docencia universitaria de Hegel en la Universidad
de Heidelberg. Durante sus años de actividad docente en el
Gymnasium de Nüremberg, expresó reiteradamente a sus
amigos el deseo de volver a enseñar filosofía en la Universidad.
La oportunidad le llegó finalmente en 1816, año en que fue re-
querido como profesor por la Universidad de Heidelberg, que
le solicitó que comenzase impartiendo la disciplina de «His-
toria de la filosofía», sobre la que veró el discurso inaugural
de su magisterio10. 
El segundo manuscrito que se ofrece en esta traducción
lleva por título Geschichte der Philosophie [Historia de la fi-
losofía], y su comienzo está fechado en Berlín, el 20 de octu-
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
27
9 Dejándose llevar por esta ordenación, Hoffmeister consideró que el ma-
nuscrito de 1823 pertenecía a la época de Heidelberg. Asimismo, en la
Theorie-Werkausgabe ambos textosaparecen juntos bajo el título de Hei-
delberger Niederschrift. 
10 Algunas adiciones a este manuscrito parece que proceden de su docen-
cia en la Universidad de Berlín; como, por ejemplo, la de que «Prusia está
construida sobre la inteligencia».
bre de 1820. A pesar de su título, el manuscrito solo contiene
la «Introducción» a la historia de la filosofía, que ni siquiera
puede considerarse completa. Si se compara con los cuader-
nos de apuntes de los alumnos de ese año académico, se ob-
serva que el manuscrito solo contiene el primer capítulo, que
trata del concepto de la historia de la filosofía, y el comienzo
del segundo capítulo, que trata de la delimitación de la histo-
ria de la filosofía respecto a disciplinas cercanas a ella, como
la historia de las ciencias o la historia de la religión. Los ma-
nuscritos que tratan los otros temas de la introducción a la
historia de la filosofía no se han conservado. Pero no solo se
interrumpe el manuscrito antes de su final, sino que también
presenta ciertas lagunas en su desarrollo, como se constata a
partir de la comparación con los apuntes de los alumnos de
las clases de ese año. Pero es posible que Hegel no haya lle-
gado a escribir esas partes, sino que se remitiera allí a manus-
critos anteriores que se han perdido. 
Aunque las lecciones sobre la historia de la filosofía del
curso académico de 1820/21 son las quintas que imparte sobre
esta materia, este manuscrito, fechado en octubre de 1820, es
el primero que se conserva. No se ha conservado ningún ma-
nuscrito del curso que impartió a su llegada a Berlín en el
curso académico 1819/20. Por otro lado, Michelet alude a la
existenciade un manuscrito muy amplio que Hegel elaboró
para las clases que impartió en Jena sobre esta disciplina, así
como de otro más escueto que escribió en Heidelberg. Nin-
guno de los dos se ha conservado, y todo lo que se puede saber
de ellos es lo que indica Michelet en el prólogo a su edición,
en el que señala que posteriormente Hegel nunca se sirvió del
manuscrito de Jena para su introducción a la historia de la fi-
losofía. Surge entonces la pregunta acerca del manuscrito en
el que se basó Hegel para elaborar el de 1820/21, pues este no
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
28
expone un concepto nuevo. Los apuntes de los alumnos del
curso 1819/20 ponen de manifiesto que Hegel expone aquí
cuestiones que aparecen desarrolladas en el manuscrito de
182011. Hay que descartar el Fragment einer Einleitung, que
Hoffmeister atribuye al periodo de Heidelberg, pues la edición
de la Academia ha demostrado que es de 1823. Es posible que
el manuscrito que sirve de base al de 1820 sea el Abriss de Hei-
delberg al que se refiere Michelet, pero esto tampoco es se-
guro, porque Michelet no afirma que en él se traten cuestiones
de «introducción» a la historia de la filosofía. La otra posibi-
lidad es que Hegel elaborase un manuscrito para su primer
curso en Berlín en 1819/20, el cual se ha perdido. 
Por otro lado, parece que el contenido de este manuscrito
no pertenece todo él al año académico 1820/21, sino que tam-
bién presenta complementos y adiciones de cursos posterio-
res. Y esto no solo por lo que respecta a las observaciones al
margen, sino al cuerpo mismo del manuscrito, que presenta
un gran número de correcciones. Esta suposición se intensifica
al constatar que algunos planteamientos que en él se contie-
nen aparecen en los apuntes de cursos posteriores, pero no en
el de 1820/21. Este parece ser el caso concretamente del des-
arrollo que aparece bajo el epígrafe b) Tratamiento de las fi-
losofías antiguas. También parece ser el caso de la última
parte del manuscrito.
Por lo que respecta a las páginas que en la presente edición
se incluyen bajo el rótulo de Fragment einer Einleitung [Frag-
mento de una introducción], W. Jaeschke ha puesto de mani-
fiesto que, a diferencia de lo que se creía hasta ahora, no
constituyen un manuscrito continuo con respecto a las del dis-
curso inaugural de Heidelberg, con las que se encuentran uni-
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
29
11 E incluso ejemplos concretos, como el conocido ejemplo del enfermo
que se niega a comer cerezas, uvas, etc. porque no son «fruta».
das en el legado de Hegel. Se ha demostrado que el tipo de
papel en el que están escritas no comenzó a comercializarse
hasta la década de 1820, lo que excluye que sea de la época de
Heidelberg. Por otro lado, hay partes del Fragmento que
coinciden de modo casi literal con el manuscrito de 1820. El
análisis de los textos, comparando las tachaduras y las am-
pliaciones correspondientes que se encuentran ellos, ha de-
mostrado que este escrito es una copia del de 1820 y no al
revés. Por otro lado, los paralelismos entre este Fragmento y
los cuadernos de apuntes del curso 1823/24 permiten estable-
cer como fecha de redacción el año 1823; un indicio adicional
para datarlo en este año es la referencia de Hegel al libro de
Marheinike Lehrbuch des christlichen Glaubens und Lebens,
cuya primera edición tuvo lugar en Berlín en 1823. 
En cuanto a la copia casi literal de ciertos pasajes del ma-
nuscrito de 1820, parece avalar la hipótesis de Michelet de que
parte de los manuscritos de Hegel estaban escritos de cara a
una publicación futura, pues carece de sentido que Hegel hu-
biese vuelto a copiar casi literalmente pasajes del manuscrito
de 1820, que en general era bastante limpio, solo para utili-
zarlo en las lecciones.
Los últimos textos sobre «Historia de la filosofía» de la edi-
ción de la Academia que aquí presentamos traducidos están
constituidos por hojas sueltas en las que Hegel expone a modo
de esquema algunas de las ideas centrales que articulan su
concepción de la historia de la filosofía12. No existe ningún in-
dicio que permita una datación segura de estos textos. Por lo
que respecta al manuscrito que aparece bajo el rótulo En ge-
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
30
12 Estos manuscritos del Nachlass de Hegel no se encuentran en la Staats-
bibliothek de Berlín, como los anteriores, sino en la Houghton Library de
la Universidad de Harvard, adonde llegaron a través de K. Rosenkranz y
A. Genthe.
neral determinación del objeto, en él se refiere a una estruc-
turación de la introducción a la historia de la filosofía a la que
no se ajustan ninguno de los cursos impartidos en Berlín. Esta
estructuración puede responder a un planteamiento alterna-
tivo que Hegel no llegó a desarrollar, o bien a una concepción
anterior que fue abandonada. Algunos paralelismos entre esta
estructuración y la que se presenta al final del discurso inau-
gural de Heidelberg parecen apuntar hacia esta segunda po-
sibilidad, que se trate de un esbozo anterior a la llegada de
Hegel a Berlín. 
En cuanto a los textos que aparecen bajo los rótulos Así la
historia de la filosofía y En la religión, no constituyen un texto
continuo, tal y como supuso Hoffmeister, que los editó por pri-
mera vez. Los puntos que se incluyen bajo Así la historia de
la filosofía se refieren a la primera parte de la «Introducción»,
mientras que los que se incluyen bajo En la religión se refieren
a la segunda. Los paralelismos con el manuscrito de 1820
hacen suponer que este esquema sirvió de base para desarro-
llarlo, y que fue elaborado inmediatamente antes que aquel. 
Estos son todos los textos que se han conservado de los ma-
nuscritos de Hegel sobre «Historia de la filosofía». Cierta-
mente constituyen solo una pequeña parte de los manuscritos
que escribió para las lecciones que impartió en Jena, Heidel-
berg y Berlín. La pérdida de todo ese valioso material fue el
resultado del modo en que los amigos y discípulos de Hegel
gestionaron su legado durante el trabajo de edición de sus
obras completas. El correspondiente editor de cada uno de
los volúmenes consideraba, por lo general, que los manuscri-
tos que había utilizado eran propiedad suya, de modo que
fueron sustraídos al legado de Hegel. Se tiene incluso conoci-
miento de que E. Gans y H. G. Hotho regalaron gran parte de
los manuscritos que cada uno de ellos editaron. 
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
31
Por lo que se refiere a los manuscritos sobre la historia de la
filosofía que se han perdido, el único de los discípulos de Hegel
que parece haber tenido acceso a ellos es Michelet. El resto de
los discípulos en ningún momento hace referencia ellos, sino al
texto editado por Michelet. En cuanto a su afirmación de que
los manuscritos de Jena se alejan completamente de los plan-
teamientos que Hegel desarrolló en Berlín para la introducción,
no es posible contrastarla y saber en qué medida esto es efecti-
vamente así. Tampoco se tiene otra información que la de Mi-
chelet sobre el Abriss de Heidelberg. De este solo cabe colegir
que se trataba de un escrito menos amplio que el de Jena. Pero
no es posible saber si ambos escritos exponían desarrollos teó-
ricos coincidentes en su planteamiento o si más bien se com-
plementaban el uno al otro. 
IV. OBSERVACIONES SOBRE LA PRESENTE EDICIÓN
La redacción de los manuscritos que aquí presentamos tra-
ducidos tiene un carácter irregular. Hay partes perfectamente
redactadas, como si estuviesen elaboradas de cara a una fu-
tura edición, otras que están considerablemente elaboradas,
pero que a todas luces son apuntes de Hegel para sus clases,
mientras que otras partes tienen un carácter totalmente frag-
mentario, no pasando de ser meras notas. El principio de edi-
ción de la Academia es mantener la mayor fidelidad al texto
de Hegel y respetarlo en su integridad,aunque en ocasiones
se haga a costa de la mejor comprensión del texto. La fideli-
dad al texto hegeliano llega al punto de reproducir la ortogra-
fía de Hegel, aun cuando difiera de la del alemán actual, y
reproducir igualmente todos los signos de puntuación utili-
zados por Hegel.
Consideramos que la traducción debe ajustarse a los princi-
pios que rigen la edición de la Academia, por lo que se ha tra-
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
32
tado de ser todo lo fiel que ha sido posible al texto de Hegel.
Mantenemos en la traducción, por tanto, el carácter fragmen-
tario del texto alemán cuando así se presente, sin añadir nada
por nuestra parte a lo que contiene el texto original, y tratamos
de conservar en general la naturaleza de manuscrito que tiene
el texto. Asimismo, nos hemos ajustado en la medida de lo po-
sible a la sintaxis de Hegel y hemos respetado los largos perío-
dos que con frecuencia presentan sus frases. 
No obstante, la fidelidad al texto original tiene que ser con-
jugada con la mayor inteligibilidad posible del texto tradu-
cido, lo que obliga no solo a reelaborar determinadas frases,
sino también a introducir determinados términos que no se
encuentran en el texto alemán, pero sin los cuales se resenti-
ría la legibilidad del texto traducido respecto al original. Tal
es el caso cuando se restauran ciertas conjunciones que el ale-
mán deja caer, cuando se introduce el verbo ser en su uso co-
pulativo, que en ocasiones queda sobreentendido en alemán,
y cuando se explicita el sustantivo que hace de antecedente
allí donde en el texto alemán aparece un pronombre, algo que
esta lengua puede hacer con más frecuencia debido a la exis-
tencia de tres géneros distintos frente a los dos que existen
en español. En el caso de Hegel, y más aún en los manuscri-
tos, es ciertamente abusivo el uso del pronombre, de modo
que en muchos casos la sintaxis de la frase no permite iden-
tificar de modo inequívoco el antecedente y es preciso dedu-
cirlo por el sentido de la frase. Cuando la introducción de
ciertos términos para hacer inteligible la frase traducida va
más allá de los casos mencionados, dichos términos aparecen
entre corchetes.
Por lo que se refiere a la puntuación, es preciso señalar que
en la época de Hegel no existían aún reglas fijas, sino sola-
mente ciertas convenciones más o menos ampliamente acep-
EL LUGAR DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA EN EL PENSAMIENTO HEGELIANO
33
tadas. En este sentido hay que tener en cuenta que los signos
de puntuación estaban más orientados a la reproducción del
lenguaje oral que en el alemán actual, en el que la puntuación
mucho más tipificada está determinada más bien por la es-
tructura del lenguaje escrito. Donde más claramente se refleja
esta diferencia en los manuscritos de Hegel es en la utilización
totalmente desmesurada del guión largo en comparación con
su uso en el alemán actual. Los mayores problemas se presen-
tan cuando el guión se utiliza para indicar una pausa versal,
una omisión o bien la interrupción en el desarrollo de una
frase. En cualquier caso, siguiendo el criterio de la edición de
la Academia, se conserva en la traducción el uso que hace
Hegel del guión, manteniendo así el carácter de manuscritos
para las lecciones orales que tiene el texto hegeliano. 
Por lo que respecta a las notas, aparecen todas a ellas a pie
de página en la presente edición. Las notas del editor alemán
se indican con números, y recogen todas ellas anotaciones al
margen del manuscrito de Hegel. Nuestras notas se indican con
asteriscos. Hemos señalado en ellas las decisiones más impor-
tantes que hemos tomado respecto a la traducción de términos
particularmente importantes o especialmente problemáticos,
por lo que nos dispensamos de dejar constancia aquí de ello.
En las notas ofrecemos también indicaciones que pueden ayu-
dar a comprender mejor un determinado pasaje o información
que creemos que le puede resultar útil al lector.
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
34
G. W. F. Hegel
Einleitung in die Geschichte der Philosophie
Introducción a la Historia de la Filosofía
Rede zum Antritt des Philosophischen Lehramtes
an der Universität Heidelberg
Meine hochverehrten Herrn!
Indem ich die Geschichte der Philosophie zum Gegenstande
dieser Vorlesungen mache, und heute zum erstenmal auf hie-
siger Universität auftrete, so erlauben Sie mir nur diß Vorwort
hierüber voraus zu schicken, daß es mir nemlich besonders er-
freulich [und] vergnüglich, gerade in diesem Zeitpunkte,
meine philosophische Lauffbahn auf einer Akademie wieder
aufzunehmen; denn der Zeitpunkt scheint eingetreten zu seyn,
wo die Philosophie sich wieder Aufmerksamkeit und Liebe
versprechen darf, diese beynahe verstummte Wissenschafft
ihre Stimme wieder erheben mag, und hoffen darf, daß die für
sie taubgewordene Welt ihr wieder ein Ohr leihen wird. Die
Noth der Zeit hat den kleinen Interessen, der Gemeinheit des
36
Discurso inaugural del Magisterio de Filosofía en la
Universidad de Heidelberg
Mis muy estimados señores:
Al hacer la historia de la filosofía objeto de estas lecciones,
y hoy ingreso por primera vez en la Universidad de esta ciu-
dad, permítanme ustedes anticipar aquí sólo este prólogo,
puesto que me satisface [y]* me alegra de manera especial re-
anudar mi carrera filosófica en una Academia precisamente
en este momento; pues parece haber llegado el momento en
que la filosofía puede esperar de nuevo atención y amor, en
que esta ciencia casi enmudecida puede elevar de nuevo su voz
y puede esperar que el mundo que se ha vuelto sordo frente a
ella le volverá a prestar oído. La miseria de la época le ha dado
37
* Puesto que en el manuscrito de Hegel se presentan con mayor o menor
frecuencia omisiones que dificultan la correcta comprensión del texto, el
editor alemán introduce entre corchetes aquellas palabras que permiten
comprender adecuadamente las frases. Sin embargo, la sobriedad con la
que W. Jaeschke realiza esta labor deja subsistir aún un buen número de
frases difíciles de comprender en una primera lectura. Por ello hemos re-
cogido, en las ocasiones en las que nos ha parecido necesario, las interpo-
laciones de los editores de la Theorie-Werkausgabe, E. Moldenhauer y K.
M. Michel. Cf. Werke, Frankfurt a. M., Suhrkamp, 1986, vols. 18-20. (En
lo sucesivo nos referiremos a esta edición simplemente como Werke). Fi-
nalmente, en ciertas ocasiones, dada la diferencia de nuestra gramática
respecto a la alemana en cuanto a la posibilidad de elisión de determina-
dos términos, o simplemente en cuanto a la estructura proposicional
misma, hay frases que resultan comprensibles en alemán, pero no tanto
en español, en cuyo caso hemos introducido nosotros mismos entre cor-
chetes las palabras omitidas que permiten comprender correctamente las
frases en cuestión. 
alltäglichen Lebens eine so grosse Wichtigkeit gegeben, die
hohen Interessen der Wirklichkeit und die Kämpfe um diesel-
ben haben alle Vermögen und alle Kraft des Geistes, so wie die
aüsserlichen Mittel sosehr in Anspruch genommen, daß für
das höhere innere Leben, die reinere Geistigkeit, der Sinn sich
nicht frey erhalten konnte, und die bessern Naturen davon be-
fangen und zum Theil darin aufgeopfert worden sind. Weil der
Weltgeist in der Wirklichkeit so sehr beschäfftigt war, daß er
sich nicht nach innen kehren und sich in [sich] selbst sammeln
konnte. Nun da dieser Strom der Wirklichkeit gebrochen ist
da die deutsche Nation sich aus dem Gröbsten herausge-
hauen, da sie ihre Nationalität, den Grund alles lebendigen
Lebens gerettet hat, so dürffen wir hoffen,1 daß neben dem
Staate, der alles Interesse in sich verschlungen, auch die Kir-
che sich emporhebe, daß neben dem Reich der Welt, worauf bis-
her die Gedanken und Anstrengungen gegangen, auch wieder
an das Reich Gottes gedacht werde, mit andern Worten, daß
neben dem politischen und sonstigen an die gemeine Wirklich-
keit gebundenen Interesseauch die reine Wissenschafft, die
freye vernünftige Welt des Geistes wieder emporblühe.2 Wir
werden in der Geschichte der Philosophie sehen, daß in den an-
dern europäischen Ländern, worin die Wissenschafften und die
Bildung des Verstandes mit Eiffer und Ansehen getrieben, die
Philosophie, den Nahmen ausgenommen selbst bis auf die Er-
innerung und Ahndung verschwunden und untergegangen ist,
daß sie in der deutschen Nation als eine Eigenthümlichkeit sich
erhalten hat. Wir haben den höhern Beruff von der Natur erhal-
ten, die Bewahrer dieses heiligen Feuers zu seyn;3 wie die Eu-
EINLEITUNG IN DIE GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE
38
1 Daneben am Rande: grosser Ernst
2 Daneben am Rande: in andern europäischen Ländern
3 Eine Zeile tiefer am Rande: überhaupt so weit daß nur Ideen galten,
Vernunft gerechtfertigt. Preussen auf Intelligenz gebaut – grössere Ernst
und höheres Bedürfniß – diesem Ernste zuwider das schaale Gespenst –
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
39
a los pequeños intereses, a la infamia de la vida cotidiana una
importancia tan grande, los altos intereses de la realidad y las
luchas por ellos han ocupado tanto toda la capacidad y toda la
fuerza del espíritu, así como los medios exteriores, que para
la vida interior más elevada no pudo mantenerse libre el sen-
tido, la espiritualidad más pura, y las mejores naturalezas han
quedado presas de ello y han sido, en parte, sacrificadas a ello.
Pues el espíritu del mundo estaba tan ocupado en la realidad
que no pudo volverse hacia adentro y concentrar[se] en sí
mismo. Ahora, ya que esta corriente de la realidad está trun-
cada, ya que la nación alemana se ha librado de lo más tosco,
ya que ha salvado su nacionalidad, el fundamento de toda
vida viviente, podemos esperar1 que junto al Estado, que ha
devorado dentro de sí todos los intereses, se levante también
la Iglesia, que junto al reino del mundo, al cual se han enca-
minado hasta ahora los pensamientos y esfuerzos, se vuelva a
pensar también en el reino de Dios, con otras palabras, que
junto al interés político y otros semejantes ligados a la reali-
dad vulgar, vuelva a florecer también la ciencia pura, el
mundo libre y racional del espíritu2. Veremos en la historia
de la filosofía que en los otros países europeos, en los que se
han impulsado con celo y consideración las ciencias y la for-
mación del entendimiento, la filosofía, a excepción del nom-
bre, se ha hundido y ha desaparecido incluso hasta el
recuerdo y la noción, mientras que se ha conservado en la na-
ción alemana como una peculiaridad. Hemos recibido de la
naturaleza la misión más elevada de ser los guardianes de este
fuego sagrado3; como [le fue encargado] a la familia de los Eu-
1 Al lado en el margen: gran seriedad
2 Al lado en el margen: en otros países europeos
3 Una línea más abajo en el margen: en general tan lejos que sólo valían ideas,
la razón justificada. Prusia construida sobre la inteligencia – mayor seriedad
y necesidades superiores – a esta seriedad es opuesto el fantasma banal –
molpidische Familie zu Athen die Bewahrung der eleusinischen
Mysterien, die Inselbewohner von Samothrake die Erhaltung
und pflegung eines höhern Gottesdienstes, wie früher der
Weltgeist die jüdische Nation [für] das höchste Bewußtseyn
seiner selber sich aufgespart hatte, daß er aus ihr als ein neuer
Geist hervorginge. Aber die1 Noth der Zeit, die ich bereits er-
wähnt, das Interesse der grossen Weltbegebenheiten hat auch
unter uns eine gründliche und ernste Beschäfftigung mit der
Philosophie zurükgedrängt, und eine allgemeinere Aufmerk-
samkeit von ihr weggescheucht; es ist dadurch geschehen, daß
indem gediegene Naturen sich zum Praktischen gewandt,
Flachheit und Seichtigkeit sich des grossen Worts in der Phi-
losophie bemächtigt, und sich breit gemacht haben. Man kann
wohl sagen, daß seit in Deutschland die Philosophie sich her-
vorzuthun angefangen hat, es niemals so schlecht um diese
Wissenschafft ausgesehen hat, als gerade zu jetziger Zeit, nie-
mals die Leerheit und der Dünkel so auf der Oberfläche ge-
schwommen und mit solcher Anmaßung gemeynt und gethan
hat, als ob er die Herrschaft in der Wissenschafft in Händen
hätte. Dieser Seichtigkeit entgegen zu arbeiten, mitznarbeiten
im deutschen Ernst, Redlichkeit, Gediegenheit2 und die Phi-
losophie aus der Einsamkeit, in welche sie sich geflüchtet, her-
vorzuziehen, dazu dürffen wir dafür halten, daß wir von dem
tiefern Geiste der Zeit aufgefordert werden. Lassen Sie uns ge-
meinschafftlich die Morgenröthe einer schönern Zeit begrüs-
sen, worin der bisher nach aussen gerissene Geist in sich
zurükkehren und zu sich selbst zu kommen vermag, und für
sein eigenthümliches Reich Raum und Boden gewinnen kann,
EINLEITUNG IN DIE GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE
40
1 Eine Zeile tiefer am Rande: Auch hier Noth der Zeit, der Leere der Welt-
begebenheiten
2 Daneben am Rande, noch weiter hinausgerückt: Raum
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
41
mólpidas en Atenas la custodia de los misterios eleusinos, a
los habitantes de la isla de Samotracia la conservación y cui-
dado de uno de los más elevados cultos divinos, como ante-
riormente el espíritu del mundo se había reservado a la nación
judía [para] la conciencia suprema de sí mismo, de modo que
surgió de esta nación como un nuevo espíritu. Pero la1 miseria
de la época, que ya he mencionado, el interés de los grandes
acontecimientos del mundo, también ha restringido entre nos-
otros una dedicación profunda y seria a la filosofía, y ha apar-
tado de ella una atención más general; por eso ha ocurrido que
al dirigirse a lo práctico las naturalezas más sólidas, la super-
ficialidad y la banalidad se han apoderado de la gran pala-
bra en la filosofía y se han propagado. Ciertamente se puede
decir que desde que la filosofía ha comenzado a despuntar en
Alemania, nunca esta ciencia ha presentado tan mal aspecto
como en la época actual, nunca han flotado así sobre la su-
perficie la vacuidad y la presunción, y ha opinado y actuado
con tal arrogancia, como si tuviera el dominio de la ciencia
en las manos. Para trabajar contra esta banalidad, colaborar
por la seriedad, honradez y solidez2 alemanas, y sacar a la fi-
losofía de la soledad en la que se ha refugiado, para ello tene-
mos que observar que somos requeridos por el más profundo
espíritu del tiempo. Saludemos todos juntos la aurora de un
tiempo más hermoso, en el que el espíritu, que hasta ahora
era arrastrado hacia afuera, consiga retornar dentro de sí y
volver a sí mismo, y pueda ganar suelo y espacio para su reino
propio, donde se eleven los ánimos sobre los intereses cotidia-
1 Una línea más abajo en el margen: También aquí miseria de la época,
de la vacuidad de los acontecimientos del mundo
2 Al lado en el margen, aún más desplazado hacia afuera: Espacio
wo die Gemüther über die Interessen des Tages sich erheben
und für das Wahre, Ewige und Göttliche empfänglich sind,
empfänglich das Höchste zu betrachten und zu erfassen. Wir
ältern, die wir in den Stürmen der Zeit zu Männern gereifft
sind, können Sie glüklich preisen, deren Jugend in diese Tage
fällt, wo Sie sie der Wahrheit und der Wissenschaft unverküm-
merter widmen können. Ich habe mein Leben, der Wissen-
schafft geweyht, und es ist mir erfreulich nunmehr auf einem
Standorte mich zu befinden, wo ich in höherem Maaße und in
einem ausgedehntern Wirkungskreise zur Verbreitung und
Belebung des hohern wissenschafftlichen Interesses mitwir-
ken, und zunächst zu Ihrer Einleitung in dasselbe beytragen
kann. Ich hoffe es wird mir gelingen, Ihr Vertrauen zu verdie-
nen und zu gewinnen; zunächst aber darf ich nichts in An-
spruch nehmen, als daß Sie vor allem nur Vertrauen zu der
Wissenschaft, und Vertrauen zu sich selbst mitbringen. Der
Muth der Wahrheit; – der Glaube an die Macht des Geistes ist
die erste Bedingung der Philosophie; der Mensch, da er Geist
ist, darf und soll sich selbst des Höchsten würdig achten, vonder Grösse und Macht seines Geistes kann er nicht groß genug
denken; und mit diesem Glauben wird nichts so spröde und
hart seyn, das sich ihm nicht eröffnete; das zuerst verborgene
und verschlossene Wesen des Universums hat keine Krafft, die
dem Muthe des Erkennens Widerstand leisten könnte; es muß
sich vor ihm aufthun, und seinen Reichthum und seine Tieffen
ihm vor Augen legen und zum Genusse geben.1
2Die Geschichte der Philosophie stellt uns die Gallerie der
edeln Geister dar, welche durch die Kühnheit ihrer Vernunft,
in die Natur der Dinge, des Menschen und in die Natur Gottes
EINLEITUNG IN DIE GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE
42
1 Zwei Zeilen höher am Rande: Gallerie von Beyspielen; erhabensten
Geistern nicht vorher wissen in ihren Anfängen; fortschreitend;
nichts zufälliges
2 Daneben am Rande: Reich der reinen Wahrheit – nicht die Thaten der aüs
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
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nos y estén predispuestos a lo verdadero, eterno y divino, pre-
dispuestos a contemplar y a comprender lo más elevado. Nos-
otros los más viejos, que hemos madurado hasta ser hombres
en las tormentas del tiempo, podemos considerarles dichosos
a ustedes por acaecer su juventud en estos días en los que pue-
den dedicarse con menos limitaciones a la verdad y a la cien-
cia. Yo he consagrado mi vida a la ciencia, y me es grato
encontrarme ahora en un lugar en el que puedo colaborar en
mayor medida y en un campo de acción más amplio para la
difusión y la vivificación del interés científico más elevado y,
en primer lugar, puedo contribuir a introducirles a de ustedes
en él. Espero que logre merecer y ganar su confianza; sin em-
bargo, por ahora no puedo reclamar nada más que ustedes,
ante todo, alberguen confianza en la ciencia y en sí mismos.
El coraje para la verdad; – la fe en el poder del espíritu es la
primera condición de la filosofía; el hombre, puesto que es
espíritu, puede y debe estimarse a sí mismo digno de lo más
alto; de la grandeza y poder de su espíritu no puede pensar
nunca en exceso; y con esta fe nada será tan esquivo y tan duro
que no se le abra; la esencia del universo, al principio oculta y
cerrada, no tiene fuerza que pudiera oponer resistencia al co-
raje del conocer; se tiene que abrir ante él, ponerle su riqueza
y sus profundidades ante los ojos y dárselas a gozar1. 
2La historia de la filosofía nos presenta la galería de los no-
bles espíritus que mediante la osadía de su razón han pene-
trado en la naturaleza de las cosas, del hombre y en la
1 Dos líneas más arriba en el margen: Galería de ejemplos; los espíritus
más sublimes no saber de antemano en sus comienzos; progresivo
nada contingente
2 Al lado en el margen: reino de la verdad pura – no los hechos de la rea-
gedrungen, uns ihre Tieffe enthüllt, und uns den Schatz der
höchsten Erkenntniß erarbeitet haben. Dieser Schatz, dessen
wir selbst theilhafftig werden wollen, macht die Philosophie
im Allgemeinen aus; die Entstehung desselben ist es, was wir
in diesen Vorlesungen kennen und begreiffen lernen. 
Wir treten nun diesem Gegenstande selbst näher. Kurz zum
voraus erinnern 1) kein Compendium zu Grunde legen, die wir
haben zu dürftig, zu oberflächliche Begriffe von der [Ge-
schichte der Philosophie]; zum privatim Nachlesen, Anleitung
der Bücher und besondre Stellen der Alten insbesondere.1
Was blosse Nahmen betrifft femer auch berühmte Lehrer,
die übrigens nicht zum Fortschreiten der Wissenschaft beyge-
tragen, grossen Massen; – Angabe der Jahrzahlen – Nahmen;
Zeiten in denen die Männer gelebt.
Zuerst Zwek und Nothwendigkeit Gesichtspunkt, aus wel-
chem die Geschichte der Philosophie überhaupt zu betrachten
ist; Verhältniß zur Philosophie selbst. 
EINLEITUNG IN DIE GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE
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sern Wirklichkeit, sondern des innern bey sich selbst bleibenden Geistes
Einleitung in die Philosophie
Verhältniß der Geschichte der Philosophie zur neusten Philosophie
a.) Wie kommt, daß die Philosophie eine Geschichte hat
b.) Verschiedenheit der Philosophien
c.) Verhältniß der Philosophie selbst zu ihrer Geschichte
D. zur Geschichte anderer Wissenschaften und politischen Umstände
1 Am Absatzende zwischen den Zeilen: Allgemeine Übersichten; Bestimm-
ten Data. Stunde. Vorlaüffige Einleitung, publicum.
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
45
naturaleza de Dios, nos han revelado su profundidad y han
conseguido para nosotros el tesoro del supremo conocimiento.
Este tesoro, del que nosotros mismos queremos ser partícipes,
constituye la filosofía en general; la génesis del mismo es lo que
aprenderemos a conocer y a comprender en estas lecciones. 
Nos aproximamos ahora a este objeto mismo. Primero hay
que recordar brevemente 1) no tomamos como base ningún
compendio, los que tenemos son demasiado pobres, [tienen]
conceptos demasiado superficiales de la [historia de la filoso-
fía]; son para lecturas privadas, indicaciones de libros y pa-
sajes particulares de los antiguos en especial1. 
Asimismo, por lo que respecta a los meros nombres, tam-
bién a maestros célebres que, por lo demás, no han contri-
buido al progreso de la ciencia, [ofrecen] grandes masas [de
detalles]; – indicación de años – nombres; épocas en las que
los hombres [han] vivido.
En primer lugar, [hay que establecer] el fin y la necesidad
del punto de vista a partir del que hay que considerar la his-
toria de la filosofía en general; relación con la filosofía misma.
lidad exterior, sino los del espíritu interior que permanece cabe sí mismo*
Introducción a la filosofía
Relación de la historia de la filosofía con la filosofía más moderna
a.) Cómo sucede que la filosofía tiene una historia
b.) Diversidad de filosofías
c.) Relación de la filosofía misma con su historia
D. con la historia de otras ciencias y circunstancias políticas
1 Al final del párrafo entre las líneas: Visiones generales de conjunto; De-
terminados datos. Lección. Introducción provisional, publicum.
* La preposición «cabe» traduce la preposición alemana bey (según la gra-
fía alemana antigua que conserva la edición de la Academia) en la cons-
trucción bey sich selbst. Ciertamente la preposición «cabe» ha caído en
desuso hoy en día en nuestra lengua, pero es la que mejor traduce esta ex-
presión hegeliana, que indica el modo en que el espíritu, retornado a sí
mismo desde lo otro de sí, es sí mismo en su ser otro. 
Folgende Gesichtspunkte 
a.) Wie kommt es daß die Philosophie eine Geschichte hat.
– Nothwendigkeit, und Nutzen; man werde aufmerksam und
dergleichen lerne die Meynungen anderer kennen. 
b.) Form. Die Geschichte nicht eine Sammlung zufälliger
Meynungen – Nachen, Linienschiff – sondern nothwendiger
Zusammenhang; in ihren ersten Anfängen bis zu ihrer reichen
Ausbildung 
α.) verschiedene Stuffen β) die ganze Weltanschauung auf
dieser Stuffe ausgebildet; aber diß Detail von keinem Interesse
c.) hieraus das Verhältniß zur Philosophie selbst
EINLEITUNG IN DIE GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE
46
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
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Puntos de vista siguientes: 
a.) Cómo es que la filosofía tiene una historia – Necesidad y
utilidad; se prestará atención y cosas semejantes, se conocerán
las opiniones de otros.
b.) Forma. La historia no es una colección de opiniones ca-
suales – batel, barco de línea –, sino conexión necesaria; en
sus primeros comienzos hasta su amplia formación.
α.) distintos niveles β.) toda la visión del mundo for-
mada en estos niveles; pero este detalle no [tiene] interés. 
c.) A partir de aquí la relación con la filosofía misma.

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