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Conducta motora los movimientos generales

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 © Alfredo García-Alix / José Quero, 2012 
 
Reservados todos los derechos 
 
No está permitida la reproducción total o parcial de esta publicación, ni su tratamiento 
informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea 
electrónico, mecánico por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso y por 
escrito de los titulares del Copyright. 
 
Ediciones Díaz de Santos 
Albasanz, 2 
28037 Madrid 
 
www.diazdesantos.com.es 
ediciones@diazdesantos.es 
 
ISBN 978-84-9969-156-5 
 
Esta monografía está formada por un capítulo del libro: 
 EVALUACIÓN NEUROLÓGICA DEL RECIÉN 
 NACIDO de 
 Alfredo García-Alix y José Quero 
 
(Obra completa publicada por Ediciones Díaz de Santos). Puede 
ocurrir que en el texto de esta monografía se haga referencia o 
citen otras páginas que correspondan a otros capítulos de la obra 
completa, esto sería normal al haberse respetado la paginación 
original. 
 
Obra completa: ISBN 978-84-9969-167-1 (Libro electrónico) 
Obra completa: ISBN 978-84-7978-972-5 (Libro en papel) 
 
CAPÍTULO
Introducción
Ontogenia de la actividad motora: del feto al neonato
Mecanismos neurales de los movimientos generales del feto 
y del neonato
Los movimientos generales
Movimientos generales anómalos
Valoración de los movimientos generales
Técnica del examen
Puntuación de optimidad motora 
Valor de la evaluación de los movimientos generales
Alteración de los movimientos generales y tipo de parálisis
cerebral
La evaluación de los movimientos generales frente al examen
neurológico tradicional 
El movimiento de los dedos de la mano
Evaluación cuantitativa
Lecturas recomendadas
Referencias
Glosario
695
15
CONDUCTA MOTORA. 
LOS MOVIMIENTOS
GENERALES
696 Evaluación neurológica del recién nacido
jaba fundamentalmente estructuras subcorticales.
Sin embargo, desde la década de los 80 del pasa-
do siglo ha tenido lugar un cambio de paradigma;
el foco de atención ha dejado de ser dominado por
la actividad motora provocada, pasando a primer
plano la valoración de la actividad motora espon-
tánea. Esta aproximación a la valoración de la
actividad motora ha mostrado una mayor capaci-
dad para detectar disfunción del SNC en el perio-
do temprano de la vida. El estudio de la actividad
motora espontánea ha permitido caracterizar los
movimientos espontáneos del neonato, los cuales
constituyen un apropiado indicador del estado
neurológico, por lo que su evaluación se ha incor-
porado al examen neurológico neonatal. La valo-
ración de los movimientos espontáneos es funda-
mentalmente cualitativa al examinar la amplitud,
dirección, suavidad, intensidad y aceleración de
los patrones de movimiento. 
En este capítulo abordamos la actividad moto-
ra espontánea, primero examinando el patrón
motor normal característico del neonato y sus alte-
raciones, y posteriormente, en el capítulo siguien-
te los trastornos del movimiento desde un punto
de vista más semicuantitativo, que incluye el exce-
so o el defecto en la actividad motora y los movi-
mientos estereotipados como sacudidas, temblo-
res, movimientos segmentarios de brazos o
piernas y convulsiones, así como trastornos del
movimiento de carácter discinético. Otros patro-
nes motores característicos del neonato, como son
aquellos necesarios para la supervivencia (reflejos
de búsqueda, succión y succión-deglución) así
como aquellos patrones motores estereotipados y
transitorios como la marcha automática y las reac-
ciones a estímulos táctiles, son presentados en el
capítulo que aborda los reflejos primitivos. 
Ontogenia de la actividad
motora: del feto al neonato 
La aparición de la motilidad embrionaria-fetal,
tanto espontánea como provocada, es muy pre-
coz; alrededor de las 7, 5-8 semanas de gesta-
ción.5,6,7 Los primeros movimientos consisten en
la inclinación a un lado de la cabeza, pero poco
después, a las 9-10 semanas postmenstruales,
Introducción
El recién nacido tiene un rico y complejo reperto-
rio de conducta motora. Por conducta motora nos
referimos a los movimientos o patrones de movi-
mientos más o menos perceptibles que resultan de
la contracción muscular, la cual se encuentra bajo
control neural. Los patrones de movimiento son
una serie reconocible de movimientos, ordenados
en una más o menos particular secuencia espacio-
temporal.1 La evaluación cuantitativa y cualitativa
de la actividad motora, así como la valoración de
la simetría de los movimientos espontáneos o des-
encadenados tras estimulación suave, constituyen
una parte importante del examen neurológico del
neonato. Junto con la neuroconducta y los reflejos
primarios del desarrollo, los patrones motores del
neonato son específicos de este periodo de la vida
y difieren considerablemente de los patrones
motores observados en cualquier otro periodo de
la vida. 
Aunque la valoración del movimiento neona-
tal está contemplada desde los primeros esque-
mas de examen neonatal,1-3 y se conocía que los
movimientos espontáneos de los miembros eran
alternantes, suaves y de intensidad media, una
evaluación fundamentada en las características
del movimiento espontáneo del neonato no se ha
incorporado al examen neurológico hasta recien-
temente, gracias a los trabajos sobre este dominio
de la función neurológica llevados a cabo princi-
palmente por el grupo dirigido por el Dr. Prechtl.
La evaluación semicuantitativa, aquella que
juzga la actividad motora provocada como ausen-
te, escasa, normal o excesiva, así como los refle-
jos del desarrollo, temblores, sacudidas y mioclo-
nias, ha sido la aproximación dominante para
valorar la actividad motora hasta los años noven-
ta del pasado siglo. Esta aproximación, aún tribu-
taria de la reflexología de Sir Charles Sherrington
de principios del siglo XX, no ha mostrado ser efi-
caz para distinguir entre neonatos que mostrarán
una evolución neurológica normal de aquellos
que presentarán parálisis cerebral y/o trastorno
del desarrollo.4 Muchas de las dudas y controver-
sias acerca del valor del examen neurológico en el
neonato estaban fundadas en las limitaciones de
esta aproximación, ya que el examen motor refle-
Conducta motora. Los movimientos generales 697
emergen sobresaltos y un conjunto de movimien-
tos amplios, más lentos que los sobresaltos y que
exhiben una secuencia compleja y variable que
involucra a varias partes del cuerpo (cabeza, tron-
co y miembros), pero sin una secuencia fija en la
participación de las diferentes partes del cuerpo.
Estos movimientos, denominados por Prechtl con
el término de movimientos generales (MG), son
movimientos espontáneos fácilmente identifica-
bles que tienen un carácter tónico y fásico y están
organizados en patrones motores. Los movimien-
tos generales emergen muy precozmente y el feto
no muestra prácticamente un periodo de tiempo
previo con movimientos al azar, amorfos e indi-
ferenciados, sino que desde un primer momento
se observan patrones motores distintivos y com-
plejos.5-9 Esto parece ser algo diferente de lo refe-
rido en embriones de vertebrados superiores, en
los que se observan prolongados periodos de
movimientos espontáneos al azar antes de la apa-
rición de patrones de conducta motora coordina-
da.10 En el feto humano, poco después de la apa-
rición de los movimientos generales aparece un
gran repertorio de otros tipos de movimientos
fetales, como son: movimientos aislados de las
extremidades, anteflexión, retroflexión y rotación
de la cabeza, contacto mano-cara, estiramiento,
etc. (Tabla 15.1). 
Tabla15.1. Repertorio de actividad motora fetal en diferentes edades postmenstruales.
10 semanas 12 semanas 14 semanas 20 semanas 33 semanas
Sacudidas
Movimientos
generales
Movimientos
aislados del brazo
Movimientos
aislados de la
pierna
Hipo
Sacudidas
Movimientos
generales
Movimientos
aislados del brazo
Movimientos
aislados de la
pierna
Hipo
Movimientos
respiratorios
Contacto mano-cara
Retroflexión de la
cabeza
Anteflexión de la
cabeza
Rotación de la
cabeza
Estiramiento
Bostezo
Sacudidas
Movimientos
generales
Movimientos
aislados del brazo
Movimientos
aislados de la
pierna
Hipo
Movimientos
respiratorios
Contacto mano-cara
Retroflexión de la
cabeza
Anteflexión de la
cabeza
Rotación de la
cabeza
Estiramiento
Bostezo
Succión y deglución
Sacudidas
Movimientos
generales
Movimientos
aislados del brazo
Movimientos
aislados de la
pierna
Hipo
Movimientos
respiratorios
Contacto mano-cara
Retroflexión de la
cabeza
Anteflexión de la
cabeza
Rotación de la
cabeza
Estiramiento
Bostezo
Succión y deglución
Movimientos de los
ojos
Sacudidas
Movimientos
generales
Movimientos
aislados del brazo
Movimientos
aislados de la
pierna
Hipo
Movimientos
respiratorios
Contacto mano-cara
Retroflexión de la
cabeza
Anteflexión de la
cabeza
Rotación de la
cabeza
Estiramiento
Bostezo
Succión y deglución
Movimientos de los
ojos
Movimientos
oculares rápidos
Sonrisa
Modificada de Einspieler C, Prechtl HF, Bos AF, Ferrari F y Cioni G. Prechtl`s method on the qualitative assessment of general movements in 
preterm, term and young infants. Clinics in Developmental Medicine Nº 167.Mac Keith Press., London 2004. 
698 Evaluación neurológica del recién nacido
El inicio de los movimientos generales y de
otros patrones de actividad compleja se correla-
ciona con el incremento en el número de sinapsis
axodendríticas y axosomáticas entre las ocho y
las diez semanas de gestación, teniendo lugar una
segunda fase entre las doce y las quince semanas
de edad postmenstrual.11 En general, todos los
tipos de movimientos observados presentan
pocas fluctuaciones entre la semana 13 y 16, pero
algunos tipos de movimientos predominan en
ciertos momentos; la actividad facial domina
entre la semana 30 y 33 de la gestación.12-14 A
diferencia de los primeros estudios del movi-
miento fetal realizados a principios del siglo XX
en fetos exteriorizados en los que se examinaba la
respuesta motora a estímulos táctiles,15 el conoci-
miento de la motilidad fetal espontánea ha sido
establecido estudiando al feto en el medio intrau-
terino, mediante ultrasonografía fetal. El reciente
desarrollo de la ultrasonografía cuatridimensio-
nal, que añade el parámetro tiempo a la ecografía
tridimensional, permite la monitorización conti-
nua del movimiento fetal y ha abierto nuevas
posibilidades al estudio de los patrones motores
del feto y su conducta.12-14
Los patrones motores espontáneos distintivos
del feto no son generados por estímulos externos,
sino que son generados de forma endógena.5
Frente a lo que podía pensarse, no sólo algunos
patrones motores rítmicos como los movimientos
respiratorios, sino también los patrones motores
espontáneos episódicos del feto como los movi-
mientos generales, el sobresalto y el bostezo son
generados endógenamente (autogenerados), y
aparecen antes de que el patrón motor constituya
una respuesta a estímulos sensoriales.5 El que
algunos patrones motores aparezcan antes de que
puedan ser usados para responder a estímulos
específicos, señala la primacía de la actividad
motora en el desarrollo fetal temprano, en un
momento en el que la estructura neural es muy
inmadura. De acuerdo a la cronotopía de la for-
mación de estructuras neurales y musculares, en
el feto humano pero también en vertebrados e
invertebrados, la motilidad parece comenzar tan
pronto como estas estructuras se forman, particu-
larmente cuando los axones forman placas neuro-
musculares con el músculo en desarrollo.16,17
¿Cuál puede ser la significación funcional de
los movimientos fetales? Los patrones de movi-
mientos del feto no son un epifenómeno del
desarrollo del SNC, sino que juegan un papel
importante en la adaptación y supervivencia
fetal, y por ello Prechtl los considera adaptacio-
nes específicas a la condición intrauterina.5
Existe evidencia de que en etapas tempranas del
desarrollo, la actividad de las uniones neuro-
musculares participa en la regulación de la
muerte celular programada a nivel espinal. En
embriones de pollo se ha demostrado que pobla-
ciones de neuronas destinadas a morir mediante
el proceso de muerte celular programada se sal-
van mediante la administración de curare, un blo-
queante neuromuscular; y por el contrario, más
neuronas degeneran tras la estimulación eléctrica
del miembro.18,19 Este tipo de observaciones son
acordes con el nuevo modelo de desarrollo del
control motor, el modelo denominado «selección
de grupos neuronales». Este modelo presupone
que al inicio del desarrollo existe un repertorio de
redes neurales genéticamente determinadas, que
mostrarán una variación substancial a través de
una regulación epigenética dinámica, la cual
modulará la división, adhesión, migración y muer-
te de las células, así como la extensión y retrac-
ción de axones. De acuerdo con este modelo, la
información aferente producida por el movimien-
to se presupone que participa en la selección del
proceso mediante el cual se retienen las redes neu-
rales más favorables.20
Durante el período fetal otros movimientos
como los respiratorios y los movimientos de suc-
ción deglución, son claramente adaptativos: por
un lado participan en la regulación del medio
interno, al regular la cantidad de líquido amnióti-
co, y por otro lado anticipan y preparan funciones
que le son esenciales al recién nacido para su
supervivencia. Los movimientos fetales juegan
un importante papel en el cambio de orientación
y de posición del feto intraútero. La mayor fre-
cuencia de cambios de posición del feto se da
entre las 12 y 15 semanas de gestación (hasta 25
cambios por hora) y posteriormente la frecuencia
declina.6,7 Estos cambios tienen una clara fun-
ción adaptativa y previenen adherencias y esta-
sis local de la circulación en la piel del feto.5
Conducta motora. Los movimientos generales 699
Los cambios en la posición fetal se producen
gracias a rotaciones del tronco, movimientos
generales y movimientos alternos de las piernas,
que mediante el contacto de los pies con la pared
uterina originan volteretas del feto. Los movi-
mientos alternos de las piernas que participan en
el cambio de posición fetal se mantienen después
del embarazo y corresponden al reflejo de la mar-
cha.9 El papel epigenético de la motilidad fetal a
la forma de diversas estructuras del cuerpo es
ilustrado de forma espectacular por la secuencia
de acinesia/hipocinesia fetal (Capítulos 6 y 14)
que se observa en cualquier condición intrínseca
(enfermedad neuromuscular) o extrínseca (oligo-
amnios) que reduzca el movimiento fetal durante
el segundo y/o el tercer trimestre de gestación.
Los signos cardinales de la secuencia son: oligo-
hidramnios, contracturas congénitas, hipoplasia
pulmonar, restricción del crecimiento intraútero,
microretrognatia y huesos largos finos e hipomi-
neralizados.21-25 La gravedad de la secuencia de
acinesia fetal es variable y depende del momento
de inicio y de la gravedad y extensión de la hipo-
motilidad fetal.21,24,25 Esta secuencia pone de
manifiesto que los movimientos fetales son nece-
sarios para el desarrollo adecuado del músculo,
del sistema osteoarticular y pulmonar, el creci-
miento mandibular, y el control de volumen de
líquido amniótico.
Un aspecto que es preciso resaltar es que el
nacimiento del bebé no conlleva cambios rele-
vantes en el repertorio neurológico, respecto al
feto, y más concretamente en el dominio motor,
observándose una sorprendente continuidad en
el perfil funcional a pesar de que ahora el indi-
viduo está en un entorno completamente dife-
rente. Si se excluyen las pequeñas diferenciastriviales causadas por diferencias impuestas por
el medio, los patrones motores de los recién
nacidos prematuros no difieren sustancialmente
de los observados intraútero en fetos de la
misma edad gestacional y tampoco difieren de
los observados en los recién nacidos de 40
semanas.5 Es ahora evidente que los patrones
motores fetales, particularmente los movimien-
tos generales, permanecen sin grandes cambios
hasta el final del segundo mes. Las únicas dife-
rencias entre los patrones de movimientos pre-
natales y postnatales son discretos cambios en la
calidad de los movimientos, probablemente por
una mayor influencia de la gravedad tras el naci-
miento. Así, mientras que en el útero el feto es
capaz de realizar anteflexión de la cabeza, el
neonato no es capaz y este movimiento reapare-
ce mucho más tarde, a las 15 a 18 semanas tras
la edad de término. El aspecto más sobresalien-
te tras el nacimiento no son los pequeños cam-
bios cualitativos, sino el hecho de que algunos
patrones motores espontáneos del feto pasan a
estar bajo control sensitivo. Esta capacidad de
generar respuestas específicas a estímulos espe-
cíficos está presente también en el feto, como
demostraron los estudios con fetos exterioriza-
dos.15 Sin embargo, esta capacidad no es utiliza-
da de forma adaptativa antes del nacimiento, ya
que este tipo de estímulos no existen en el medio
intrauterino. Los patrones motores que pasan a
estar bajo control aferente (desencadenados por
estímulos sensitivos) son una serie de respuestas
motoras complejas pero estereotipadas, los lla-
mados «reflejos primitivos» (Capítulo 19) como
son los reflejos de búsqueda, prensión palmar y
plantar, extensión cruzada, Galant, etc.5 Una
excepción son las respuestas motoras desenca-
denadas por estimulación vestibular (ejemplo:
reflejo de Moro). Estas no han sido apreciadas
en fetos, y Prechtl ha señalado que la supresión
puede ser un mecanismo biológico para prevenir
que el feto responda a cada movimiento de la
madre.5 Desde una perspectiva global estos cam-
bios son pequeños, y el neonato y el lactante
menor de tres meses muestran claramente un
repertorio de conducta neural que mantiene
muchas de las características fetales.5
Mecanismos neurales 
de los movimientos generales
del feto y del neonato
La función motora es el dominio neurológico
más aparente del feto y del recién nacido. Sin
embargo, se conoce relativamente poco de los
mecanismos neurales que gobiernan esta acti-
vidad motora. Basándose en que los movi-
mientos generales del feto son relativamente
700 Evaluación neurológica del recién nacido
constantes en la forma, fácilmente reconocibles
y muestran una ocurrencia periódica o episódi-
ca, Prechtl ha sugerido que el mecanismo neural
subyacente a estos movimientos son los «gene-
radores centrales de patrones».5,8 Los generado-
res centrales de patrones son redes de neuronas
que producen patrones motores autosostenidos
sin necesidad de una estimulación sensitiva con-
tinua.26 La locomoción, la deglución, y la respira-
ción se consideran ejemplos específicos de con-
ducta motora que tiene su origen en generadores
centrales de patrones.27 La red neuronal de estos
generadores está constituida por interneuronas
multifuncionales en la médula espinal y tronco
del encéfalo que forman circuitos, algunos de
los cuales están localizados en la formación
reticular.27 Las neuronas de estos circuitos tie-
nen propiedades de marcapaso oscilatorio,
particularmente en presencia de neuromodula-
dores. Los generadores centrales de patrón tie-
nen una organización modular en la cual, sub-
conjuntos de neuronas pueden temporalmente
actuar juntas para realizar un particular movi-
miento. En cualquier momento, subconjuntos
de neuronas dentro de la red interactúan entre
sí dando lugar a un circuito funcional. En otras
circunstancias la red puede experimentar
reconfiguración, de manera que diferentes
subconjuntos de neuronas que participan en un
circuito pueden formar parte de otro circuito.
Los generadores centrales de patrones mues-
tran flexibilidad funcional y un marcado con-
trol epigenético desde que los impulsos sensi-
tivos son requeridos para modificar el patrón
de actividad motora.26-28 Estas adaptaciones
reflejan cambios en las sinapsis, en la excita-
bilidad neuronal o en ambas, y dependen de
cambios en la actividad aferente, en los impul-
sos neuromoduladores o en ambos.27,28 Aunque
el papel de los generadores centrales de patrón
como origen de los movimientos generales del
feto y del neonato es difícil de probar, en ana-
logía con otros mamíferos, la actividad loco-
motora observada en la marcha automática del
neonato y sus equivalente fetales, los movi-
mientos alternos de las piernas que participan
en el cambio de posición del feto mediante
volteretas, es muy probable que estén gober-
nados por generadores centrales de patrones a
nivel espinal.5,9 El desarrollo debe incluir una
interacción entre generadores centrales en el
tronco o la médula espinal e impulsos de
estructuras más rostrales, como sugiere la alte-
ración en la variabilidad y complejidad de los
movimientos generales en caso de patología
cerebral.
Se ha postulado que la subplaca, la estructu-
ra cortical que primero madura (véase Capítulo
13), puede jugar un papel capital en la genera-
ción, complejidad y variación de los movimien-
tos generales. La subplaca mediante sus cone-
xiones aferentes con los generadores centrales
de patrones en el tronco y la médula espinal
puede ser la estructura cortical que condiciona
estos movimientos. Esta posibilidad es apoyada
por el hecho de que esta estructura cortical tran-
sitoria tiene un desarrollo paralelo al de los
movimientos generales; alcanza su cenit entre la
24 y la 36 semanas postmenstruales, cuando la
complejidad y variación de los movimientos
generales es máxima, y desaparece gradualmen-
te entre las 36 semanas postmenstruales y los
primeros meses postérmino, momento en que
desaparecen los movimientos generales de aje-
treo.28a
En bebés primates, Lawrence y Kuypers
dividieron las vías descendentes en un sistema
medial y uno lateral.29,30 El sistema medial está
formado por vías subcorticales que se originan
en la formación reticular (haz retículoespinal), y
en los núcleos del tectum mesencefálico y vesti-
bular (haz tectoespinal y vestibuloespinal). El
sistema lateral está constituido por vías cortico-
espinales y rubroespinales. El sistema medial se
origina de las estructuras más viejas, tanto desde
el punto de vista ontogénico como filogénico, y
alcanza una competencia funcional antes que el
sistema lateral. Su mielinización es mucho más
precoz, tiene lugar entre la 24 y la 34 semana de
gestación, y al nacimiento este sistema, a dife-
rencia del sistema lateral, está bien mieliniza-
do.31 El sistema subcorticoespinal medial es el
sistema básico mediante el cual el cerebro con-
trola la extensión de las cinturas de los miem-
bros y del tronco, y su papel en el control motor
Conducta motora. Los movimientos generales 701
y postural es más importante en el neonato que
en cualquier otro momento de la vida.31,32 El sis-
tema subcorticoespinal lateral (tracto rubroespi-
nal) facilita la actividad de las motoneuronas
que proyectan a los músculos flexores e inhibe
la actividad de las motoneuronas extensoras, por
lo que media la flexión de los miembros y pare-
ce ser crucial para el movimiento independiente
de las extremidades, particularmente de las
manos y los pies.27 El sistema corticoespinal rea-
liza un papel complementario a los sistemas
subcorticoespinales medial y lateral, pero ade-
más proporciona la capacidad para controlar los
movimientos finos fraccionados, como son los
movimientos independientes de los dedos. El
sistema corticoespinal tiene un desarrollo más
tardío tanto en su conectividad como en su mie-
linización, y se le atribuye un papel menor en la
actividad motora del neonato. 
Si el neonato presenta movimientos volitivos
controlados por el sistema corticoespinal es un
aspecto controvertido. Utilizando ingeniosas
técnicaspara examinar el control visual de los
movimientos de los brazos, van der Meer ha
señalado que los neonatos realizan movimientos
volitivos (intencionales) de los brazos y que
exhiben un control visual de estos movimien-
tos.33-35 Más recientemente, Nagi ha observado
un movimiento de imitación motora volitiva en
el dedo índice probablemente, de origen corti-
cal.36 Desde el punto de vista funcional, el siste-
ma corticoespinal puede ser estudiado mediante
estimulación magnética transcraneal. En recién
nacidos esta tecnología que examina las cone-
xiones corticoespinales ha sido poco estudiada,
pero los escasos datos disponibles señalan que
las respuestas ipsilaterales comienzan antes que
las respuestas contralaterales, y muestran
umbrales y amplitudes similares a las contrala-
terales.37 Posteriormente, las respuestas ipsilate-
rales son gradualmente cada vez más pequeñas,
y tienen umbrales más altos y latencias más lar-
gas que las respuestas contralaterales, desapare-
ciendo hacia los 10 años de vida.38,39 El conjun-
to de datos obtenidos mediante estimulación
magnética transcraneal indican que las conexio-
nes en el recién nacido son escasas y son princi-
palmente proyecciones corticoespinales ipsilate-
rales. Se puede obtener información in vivo sobre
la actividad fisiológica y bioquímica del cerebro
mediante tomografía por emisión de positrones
(PET). Utilizando esta tecnología, Chugani et al.,
han examinado los cambios ontogénicos que tie-
nen lugar en el consumo regional de glucosa en el
cerebro.40,41 En el neonato observaron cuatro
regiones metabólicas prominentes: corteza sensi-
tivomotora ya tálamo, tronco del encéfalo y ver-
mis del cerebelo.40,41 Excepto la corteza sensitivo-
motora, la participación de las demás estructuras
en la actividad motora del neonato, particular-
mente en los reflejos primitivos intrínsecos y las
conductas motoras estereotipadas, es bien conoci-
da. Sin embargo, la observación de una corteza
sensitivomotora, y activa en el neonato, añade
nueva información y plantea interrogantes sobre
su potencial papel en el control motor. Es posi-
ble que en los próximos años nuevos experi-
mentos y sofisticados estudios complementarios
permitan redefinir el papel del tracto corticoes-
pinal en la actividad motora neonatal.
Aún si es cierto el postulado tradicional de
que el sistema corticoespinal no condiciona
movimientos voluntarios ni movimientos inde-
pendientes de los dedos, no significa que su fun-
ción no juegue ningún papel en la modulación del
movimiento neonatal. Así la disrupción de las
proyecciones del sistema corticoespinal, como
ocurre en la leucomalacia periventricular, altera
los movimientos generales, estos pierden su
carácter complejo y variable, lo que puede seña-
lar un papel de este sistema (véase más adelante). 
Los movimientos generales
El feto, el recién nacido y el lactante pequeño
poseen un repertorio de diferentes patrones de
movimiento, entre estos destacan los movimientos
generales (MG), los cuales constituyen el patrón
más complejo de movimientos espontáneos. Estos
movimientos no son estereotipados a diferencia
de otros patrones motores del recién nacido como
las sacudidas, los reflejos del desarrollo y las son-
risas espontáneas, sino que son movimientos com-
plejos y variables que ocurren con frecuencia. Los
movimientos generales son movimientos que
702 Evaluación neurológica del recién nacido
involucran a diferentes partes del cuerpo sin que
se aprecie una secuencia espaciotemporal carac-
terística. La secuencia de movimientos es varia-
ble, fluida y compleja, en la cual se observan
movimientos de flexión-extensión de las extre-
midades y movimientos del cuello y el tronco.
La velocidad, la fuerza y la amplitud de estos
movimientos no son fijas, sino que varían cons-
tantemente, observándose aumentos y disminu-
ciones en la intensidad durante el curso de un
único movimiento general, así como entre estos
movimientos. Los movimientos son suaves,
comienzan y finalizan gradualmente y muestran
movimientos de rotación superimpuestos, así
como cambios discretos en la dirección. En gene-
ral dan la impresión de complejidad, fluidez y
elegancia y pueden durar de unos pocos segun-
dos a varios minutos.9,42-48
Los movimientos generales emergen a la 9-
10 semana postmenstrual y persisten hasta el
final del segundo mes de vida. Sin embargo,
aunque esencialmente idénticos, la observación
de pequeñas diferencias durante el desarrollo ha
dado lugar a que antes de la edad de término se
prefiera denominarlos movimientos generales
fetales o pretérmino, y tras el término de la gesta-
ción como «writhing movements» o movimientos
de contorsión (Figura 15.1). Los MG pretérmino
son idénticos a los movimientos observados en el
feto, indicando que ni los cambios que acontecen
en la fuerza de la gravedad ni la maduración
influyen en los movimientos generales.43,47 Frente
a los movimientos de contorsión, los MG pretér-
mino pueden mostrar mayor amplitud y con fre-
cuencia son más rápidos. Los MG de contorsión
persisten durante las primeras 6 a 9 semanas
postérmino y tienen en cambio una amplitud más
moderada, una velocidad más lenta y típicamente
tienen forma elipsoidal que justifica el término
descriptivo de contorsión (writhing movements)
acuñado por Precthl.45 En los registros electro-
miográficos se observa que el brote de actividad
motora es más largo en los MG pretérmino que
en los MG de contorsión.49 Lo que se desprende
de la conducta motora del feto, del pretérmino y
del neonato, es que los patrones motores genera-
dos mantienen sus características esenciales,
siendo más fuertes las similitudes que las peque-
ñas diferencias que aparecen de acuerdo a la edad
postmenstrual. Además, las pequeñas diferencias
Figura 15.1. Secuencia de un movimiento de contorsión en el recién nacido a término. 
El movimiento involucra a diferentes partes del cuerpo observándose movimientos de flexión-extensión de las extremi-
dades y movimientos del cuello y el tronco, sin que se aprecie una secuencia espacio temporal característica. Los movi-
mientos son suaves, comienzan y finalizan gradualmente y dan la impresión de complejidad, fluidez y elegancia.
Conducta motora. Los movimientos generales 703
en estos patrones motores se relacionan estrecha-
mente con la edad postmenstrual del neonato y no
con el hecho de haber sido o no prematuro, seña-
lando que los MG son expresión del programa de
desarrollo.5,8,9,12,6,43,47,50
A partir de las seis semanas postérmino, la
forma y carácter de los MG cambia y aparece un
nuevo patrón de movimientos generales que se
ha denominado como ajetreo «Fidgety move-
ments», los cuales se extienden hasta las 15 o 20
semanas postérmino. Este rango de edad se cum-
ple tanto para los neonatos a término como para
los pretérminos. Los «fidgety movements» son
movimientos circulares, de pequeña amplitud,
variable aceleración y moderada velocidad que
afectan a todo el cuerpo, el cuello, el tronco y los
miembros. Cuando el niño está despierto, tienen
un carácter continuo, cesando cuando el niño cen-
tra su atención o llora. Estos movimientos que
dan la sensación de que el bebé está agitado o
inquieto, de aquí el término anglosajón, y que
pueden recordar una discinesia involuntaria,
desaparecen gradualmente hacia el final del quin-
to mes tanto en lactantes que nacieron a término
como en aquellos que fueron pretérminos.9,42,44-
48,50 Los registros EMG y los análisis tridimensio-
nales del movimiento han mostrado que la activi-
dad basal tónica, así como la velocidad y
amplitud del movimiento, disminuyen durante la
transformación de movimientos de contorsión en
movimientos de ajetreo.51 Los movimientos de
ajetreo en los pequeños lactantes (< 5 meses) coe-
xisten con otros movimientos como llevar las
manos y juntarlas en la línea media, manipula-
ción de algún objeto o la ropa, rotación del tron-
co, elevación de las piernas, contorneo y oscila-
ción de los brazos y explosiones de placer.42,43,47
La organización temporal de los movimientos de
agitaciónvaría con la edad, mientras al comienzo
son acontecimientos aislados aumentan gradual-
mente en frecuencia y finalmente disminuyen
otra vez hasta desaparecer. Así, de acuerdo con su
frecuencia se han clasificado como: esporádicos
(+/), intermitentes (+) o continuos (++).52
El desarrollo temporal de los movimientos
generales se muestra en la Figura 15.2. Para
aprender a reconocer los diferentes tipos de
movimientos generales en el neonato y lactante
pequeño se recomienda al lector interesado la
observación del DVD, que acompaña al libro de
Einspieler et al.43
Movimientos generales
anómalos
Como se ha señalado previamente, complejidad y
variación son los dos términos que nuclean las
características de los movimientos generales. La
variabilidad de la actividad motora es una propie-
Figura 15.2. Desarrollo temporal de los movimientos generales (MG).
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70
MG de
MG feto y pretérmino Contorsión
(Whritting)
MG de ajetreo
(«Fidgety»)
704 Evaluación neurológica del recién nacido
dad del sistema nervioso normal a cualquier edad.
Volpe ha señalado que las respuestas reflejas este-
reotipadas, y aquellas que no muestran habitua-
ción son características del neonato con daño
cerebral.53 Touwen fue más lejos al mostrar que
no sólo las respuestas reflejas estereotipadas, sino
la pérdida de la variabilidad y la estereotipia de
los patrones de motilidad espontánea en el neona-
to, eran claros marcadores de disfunción del
SNC.54 Esta norma general se cumple en los
movimientos generales. Existen diversas catego-
rizaciones de los movimientos generales anóma-
los. La categorización original (Tabla 15.2), es la
que se utiliza con mayor frecuencia, y de la que se
dispone de mayor información acerca de su valor
diagnóstico y pronóstico. Los patrones de movi-
mientos generales que se consideran anómalos
son:
A) Pobre repertorio de MG. Cuando la
secuencia de los componentes de los movi-
mientos sucesivos es monótona y los movi-
mientos de las diferentes partes corporales
no muestran la complejidad habitual.4,43
Esta categoría corresponde a la que
Hadders-Algra ha denominado MG mode-
radamente anormales y que describe como
movimientos con insuficiente variabilidad,
complejidad y fluidez.55,56 El pobre reper-
torio de MG es el patrón anormal observa-
do con más frecuencia en neonatos nacidos
pretérmino y a término.57 También se seña-
lan con frecuencia en neonatos con anoma-
lías ecográficas cerebrales.43 Estos movi-
mientos pueden ser seguidos o no por
movimientos de ajetreo a las nueve sema-
nas postérmino.4,43,45-47,55,56
Tabla 15.2. Patrones de los movimientos generales en el neonato y el lactante pequeño.
Tipo Edad de Características Alteraciones
de Patrón observación normales
Movimientos
de ajetreo
Fidgety
movements
Movimientos
de contorsión
«Writhing
movements»
6-20 semanas
postérmino
38 semanas
postmenstrual a
las 48-50
semanas
postmenstrual
Involucran a todo el cuerpo y tienen
una secuencia variable, fluida y
compleja, en la cual se observan
movimientos de flexión-extensión de
las extremidades, el cuello y el tronco.
Los movimientos comienzan y
finalizan gradualmente, son suaves,
de pequeña amplitud y de velocidad
lenta o moderada. Hay movimientos
de rotación superimpuestos, así como
cambios discretos en la dirección. En
general dan la impresión de
complejidad, fluidez y elegancia.
Movimientos circulares de pequeña
amplitud, aceleración variable y
velocidad moderada que afectan a
todo el cuerpo; el cuello, el tronco y
los miembros. Cuando el niño está
despierto, tienen un carácter continuo,
cesando cuando el niño focaliza su
atención o llora.
• Pobre repertorio. La secuencia de
movimientos sucesivos es monótona
y no muestran la complejidad
habitual.
• Espasmódicos-sincronizados. Los
movimientos tienen un carácter
rígido y han perdido su fluidez y
suavidad; los músculos del tronco y
los miembros se relajan y contraen
simultáneamente.
• Caóticos. Los movimientos son de
gran amplitud y ocurren en un orden
caótico, sin suavidad y fluidez.
• Ausente. No se observan estos
movimientos y si otros movimientos
de otras características.
• Anormal. Los movimientos muestran
una amplitud, velocidad, y
aceleración claramente aumentada.
Conducta motora. Los movimientos generales 705
B) Movimientos espasmódicos-sincroniza-
dos (cramped-synchronised). Este es un
patrón de MG claramente anormal en el
cual los movimientos parecen rígidos y
en bloque; el tronco y los músculos de
los miembros (flexión o extensión) se
contraen y se relajan casi simultánea-
mente. Esto da a los movimientos un
carácter rígido y brusco que hace que los
movimientos generales no muestren la
suavidad y fluidez característica. Estos
movimientos constituyen el paradigma
de movimientos generales patológicos, y
si se observan de forma constante y per-
sistente durante semanas tienen un alto
valor predictivo de trastorno motor, parti-
cularmente de parálisis cerebral (véase
más adelante).4,27,45,58-60
C) Movimientos caóticos. En esta categoría
los movimientos de todos los miembros
son de gran amplitud y ocurren en un
orden caótico sin suavidad ni flui-
dez.4,43,45,47 Estos movimientos son los más
raros y pueden ser observados tanto duran-
te la etapa pretérmino, a término o postér-
mino precoz, y con frecuencia preceden a
los movimientos espasmódicos-sincroni-
zados (cramped-syncronized), los cuales se
desarrollan pocas semanas después. 
D) Ausencia de movimientos de ajetreo. Los
movimientos de ajetreo se consideran
realmente alterados cuando entre las 9 y
las 20 semanas postérmino no se obser-
van estos movimientos multidireccionales
de carácter continuo de pequeña amplitud.
La ausencia de estos movimientos es alta-
mente predictiva de alteración neurológica
posterior, principalmente parálisis cere-
bral. 43,47,50,55-59
E) Movimientos de ajetreo anormales. Estos
movimientos se diferencia de los de aje-
treo normales en que son más amplios,
rápidos y bruscos. Esta categoría de altera-
ción es rara y su valor predictivo de disca-
pacidad ulterior, a diferencia de la ausen-
cia de estos MG, es baja.43,47
Existen otras caracterizaciones de los movi-
mientos generales, una de ellas establecida por
Van Kranen-Mastenbroek et al.,61 quienes clasi-
fican los movimientos generales en cinco tipos.
El tipo I es similar a los movimientos generales
normales descritos por Precthl, el tipo II señala
la presencia de MG abruptos y bruscos pero que
muestran variabilidad en la amplitud y la velo -
cidad, el tipo III señala la presencia de MG tam-
bién rápidos y bruscos pero de aspecto estereoti-
pado por la pérdida de variabilidad y
complejidad, el tipo IV son MG fluidos y lentos
pero estereotipados, y el tipo V son temblorosos,
con un carácter estereotipado.61 Hadders-Algra et
al., han introducido una nueva terminología y
categorización basándose en el registro EMG
(Tabla 15.3).48,55,56 Aunque sin duda merecen
reconocimiento, estas categorizaciones no han
sido igual de validadas mediante estudios como la
original de Prechtl, que sigue siendo la preferida
por su sencillez. 
Tabla 15.3. Clasificación de la calidad de los movimientos generales según Hadders-Algra.
Clasificación Complejidad Variación Fluidez
Normal- MG óptimos +++ +++ +
Normal-MG subóptimos ++ ++ +
MG moderadamente anormales + + –
MG claramente anormales – – –
Complejidad y variación: +++ presente de forma profusa; ++, presente de forma suficiente; +, presente pero insuficiente; -, ausente o virtualmen-
te ausente. La fluidez (el aspecto menos importante de la valoración): +, presente; -, ausente. 
706 Evaluación neurológica del recién nacido
Valoración de los movimientos
generales
La valoración de los movimientos generales,
tanto de los MG pretérmino, de los movimientos
de contorsión como de los movimientos de aje-
treo, se centra en la apreciación de la complejidad
y la variabilidad del movimiento mediante la per-
cepción gestáltica de estos por parte del observa-
dor. La percepción gestáltica es considerada un
poderoso instrumentoen el análisis de fenómenos
complejos, al permitir tener en cuenta un gran
número de detalles y las relaciones entre ellos, lo
cual, a diferencia de cualquier cálculo racional,
permite obtener un juicio global del repertorio de
patrones de movimiento y así apreciar, por ejem-
plo, si los movimientos son bruscos o suaves.
Aunque puede parecer rara esta metodología, la
percepción gestáltica es utilizada cuando imáge-
nes dinámicas o estáticas son valoradas global-
mente, como hacemos cuando leemos una ima-
gen de resonancia magnética o un EEG o cuando
analizamos una cara peculiar en un síndrome
genético.42,62,63 Por complejidad del movimiento
se entiende la variación de los movimientos en el
espacio, es decir, si durante el movimiento el neo-
nato muestra cambios frecuentes en la dirección
de las partes del cuerpo involucradas. Esto se tra-
duce por la observación de combinaciones de fle-
xión-extensión, abducción-aducción, y de rota-
ción externa e interna de los miembros. Con el
término variabilidad se señala la variación en el
tiempo de los movimientos, e intenta reflejar el
hecho de que el neonato neurológicamente intac-
to genera en el tiempo nuevos patrones de movi-
mientos.55
La valoración de los MG es realizada en la
práctica clínica diaria a pie de cuna mediante 
la observación con el ojo desnudo. Sin embar-
go, esta observación es muy vulnerable a las
limitaciones en la atención, y además nuestro
sistema visual capta mejor cambios cuantitati-
vos como temblor, sacudidas, mioclonias que las
características cualitativas relacionadas con la
fluidez y variabilidad del movimiento.46,55 Con
objeto de mejorar la percepción gestáltica del
curso temporal, así como la valoración de la
intensidad y complejidad de estos movimientos
(velocidad, coordinación, sincronía, inicio y
agotamiento), Prechtl desarrolló un método
basado en la observación de estos tras su filma-
ción en vídeo.4,46,62 Ello posibilita apreciar en
toda su riqueza lo que el ojo desnudo no puede,
y ofrece la posibilidad de repetir la observación
cuantas veces se desee y a diferentes velocida-
des. Hadders-Algra ha señalado que la valora-
ción al pie de la cuna introduce errores y en su
opinión debería evitarse.55 Otras ventajas aña-
didas de esta metodología es la posibilidad de
guardar las filmaciones como documentación,
así como la comparación con evaluaciones pos-
teriores seriadas.62
Este método de valoración ha mostrado en
numerosos estudios su fiabilidad y solidez. Así,
a pesar de que la valoración cualitativa puede
ser juzgada a priori como muy subjetiva, el
acuerdo entre observadores es alto. En general,
esta concordancia en el juicio entre distintos
observadores se mantiene tanto en recién naci-
dos a término como en pretérminos y también
en estudios longitudinales a las diferentes eda-
des de observación.4,59,60,62,64-67 En el conjunto
total de estudios publicados, independiente-
mente de que fuesen realizados en recién naci-
dos pretérminos o términos, el coeficiente de
acuerdo entre diferentes observadores ha varia-
do entre 89 y 98% y el Kappa (K), otra simple
medida para valorar la concordancia en la que
1 señala el máximo posible, de 0,84 a 0,92.62,68
El acuerdo entre observadores puede variar
ligeramente según la edad; en un estudio de 35
neonatos pretérminos, el acuerdo entre dos
observadores durante el periodo antes del térmi-
no fue de 87% y después de la edad de término
del 93%.65 Las filmaciones almacenadas de las
evaluaciones han permitido examinar la fiabili-
dad de un re-examen 2 años después de la eva-
luación inicial, encontrando una concordancia
de 1.0 para el juicio global (normal vs anormal)
y de 0,85 para el análisis de detalles como
amplitud, velocidad, fluidez y rango de movi-
mientos.69 También se ha valorado el coeficien-
te de acuerdo entre diferentes participantes tras
un curso de entrenamiento básico de tres a cua-
tro días de duración, y esté fue del 83%.43,47 En
la actualidad la valoración de los MG es un
Conducta motora. Los movimientos generales 707
método no invasivo, barato, sencillo y con un
alta capacidad para estimar la integridad del
cerebro.
Técnica del examen
La valoración de los MG, sea a pie de cuna u
observando una filmación, se basa en la percep-
ción de estos y de las características cualitati-
vas, tras la cual nos formamos un juicio global
acerca de la calidad de los MG. Es por ello que
esta valoración exige una atención cuidadosa a
dicha tarea y cierta experiencia. En una aproxi-
mación práctica, en una primera etapa estable-
cemos un juicio global acerca de si los MG son
normales o anómalos, sin prestar atención a los
detalles. Posteriormente, si se considera que los
movimientos generales son anómalos ponemos
toda nuestra atención en caracterizar el tipo de
patrón anómalo mediante la observación repeti-
da de la filmación.4,62,63
Debido a que los MG muestran características
específicas para la edad durante el desarrollo y
dado que algunas alteraciones precoces son tran-
sitorias, para que su valoración sea una importan-
te herramienta en la evaluación neurológica, es
necesaria la evaluación longitudinal de los MG.
Por ello, el examen del curso de los MG a lo largo
de los primeros meses de vida en un paciente indi-
vidual documenta la evolución en el tiempo de los
MG y muestra los cambios acaecidos durante el
desarrollo. Esta evaluación longitudinal de los
MG maximiza el poder de esta herramienta clíni-
ca para establecer la integridad o no del SNC.
Einspieler et al. han propuesto el siguiente esque-
ma de seguimiento y filmaciones: durante el
periodo pretérmino varios registros (preferible-
mente uno cada semana), un registro a la edad de
término, un registro entre las tres y las seis sema-
nas y al menos un registro entre las nueve y las 15
semanas post-término.62,63 La trayectoria del des-
arrollo individual de los movimientos generales
puede registrase en una hoja específica en la que
puede verse rápidamente la continuidad o discon-
tinuidad de los tipos de movimientos generales
(Tabla 15.4). 
Algunas consideraciones metodológicas son
necesarias para una correcta valoración (Tabla
15.5). La valoración debe hacerse con el bebé en
supino descansando en su incubadora o en su
cuna, desnudo o ligeramente vestido y en un
medio con temperatura medioambiental conforta-
ble para la edad del bebé y al menos una hora
después de la toma. Un aspecto a resaltar es que la
filmación de los MG no constituye una técnica
invasiva, no interfiere con los cuidados rutinarios,
ni limita el acceso al neonato. Al no involucrar
manipulación alguna, esta evaluación no conlleva
el riesgo de desorganización fisiológica del peque-
ño prematuro, en forma de cambios de coloración,
aumento del esfuerzo respiratorio, pobre regula-
ción de la temperatura y trastornos funcionales y
digestivos, que puede acaecer durante la parte del
examen neurológico que exige manipulación. Por
Las dos piedras angulares en la evaluación cualitati-
va de los movimientos generales, tanto de los movi-
mientos pretérmino como los de contorsión, son la
apreciación de la complejidad y de la variabilidad
del movimiento espontáneo mediante la observación
atenta de este.
Tabla 15.4. Ejemplo de dos trayectorias longitudinales de patrones motores correspondientes a dos pacientes 
individuales.
Edad Postmenstrual* 31 32 33 34 35 36 37 38 40 42 44 46 48 50 52
Paciente A • PR PR ES ES ES ES ES ES ES ES A- A- A-
Paciente B • PR N N N N N N N N N N A+ A+ A+
* Semanas postmenstruales.
• Nacimiento. PR = pobre repertorio de movimientos generales. ES = movimientos espasmódicos-sincronizados. N = movimientos generales nor-
males («movimientos de contorsión»), A- = ausencia de movimientos fidggety, A+ movimientos fidggety presentes. 
708 Evaluación neurológica del recién nacido
lo tanto, esta técnica de evaluación es aplicable en
aquellos casos en los que la inestabilidad homeos-
tática del niño aconseja evitar las manipulaciones
del examen neurológico.62
El estado de vigilia más idóneo para una ade-
cuada apreciaciónde los MG es el de vigilia
activa (estado 5 de Brazelton o 4 en la gradua-
ción de Prechtl). La complejidad, variabilidad y
fluidez de los MG varían con los diferentes esta-
dos de conducta (Tabla 15.6).55,62,63 Cuando el
bebé está adormilado, llorando, agitado, con
hipo, succionando o tranquilizándose mediante
estimulación oro-buco-lingual es difícil juzgar
apropiadamente los MG.55,63 Los registros fílmi-
cos en los términos son realizados en los periodos
de alerta activa, pero en los prematuros, particu-
larmente en los menores de 34 semanas, debido a
que los estados de conducta no están bien estable-
cidos, deben registrase los brotes de actividad,
independientemente de que esté dormido o des-
pierto. Lo mismo ocurre con los niños con daño
cerebral grave, ya que su conducta puede estar
marcadamente desorganizada y la irritabilidad y el
llanto cuando está despierto son frecuentes.63 Es
preciso evitar posibles interferencias por las con-
diciones del medio y por observadores presentes
durante la evaluación, bien sean familiares o cui-
dadores. La duración de la filmación depende de
la edad del niño, pero se recomienda filmar al niño
durante 30-60 minutos intentando registrar un
promedio de tres episodios de movimientos gene-
rales.62,63 Más información acerca de la metodolo-
gía utilizada para la correcta filmación, como son:
la duración, el procedimiento de trabajo y la siste-
mática del análisis de los registros filmados, puede
encontrarse en la referencias4,62,63.
Diversas condiciones pueden repercutir tran-
sitoriamente sobre la calidad de los movimien-
tos generales. En un estudio los MG fueron más
lentos durante la fase aguda de la septicemia,
Tabla 15.6. Efecto del estado de conducta sobre los
movimientos generales.
Estado de Complejidad
conducta y variación Fluidez
Sueño activo Normal Reducida
Alerta activa Normal Normal
Llanto Reducida Reducida
Succión no nutritiva Reducida Normal
Hadders-Algra. J Pediatrics 2004; 145: S12-S18. 
Tabla 15.5. Consideraciones metodológicas en la evaluación de los movimientos generales.
Condiciones para la evaluación • Despierto en estado de alerta tranquila
• En decúbito supino
• Desnudo o ligeramente vestido
• Confortable
Requerimientos • Observación atenta
• Paciencia
• Percepción «gestáltica» 
• Vídeo filmación
Evitar valoración • Llanto, irritación, somnoliento
• Alimentándose o succionando un chupete 
• Episodios prolongados de hipo
• Interferencia por padres u otros examinadores
• Preferible no hacer la valoración durante los primeros tres días de vida
Conducta motora. Los movimientos generales 709
pero dos semanas después la velocidad y ampli-
tud se habían normalizado.70 El efecto en los
movimientos generales de la medicación sedan-
te o anticonvulsiva y de otros fármacos con efec-
to en el SNC, como dexametasona, indometaci-
na o teofilina, ha sido escasamente examinado.71
En neonatos prematuros con enfermedad pul-
monar crónica la administración de dexametaso-
na conllevó una reducción transitoria de la can-
tidad de movimientos espontáneos y una
reducción de la velocidad y amplitud de los
movimientos generales.72 Estos datos señalan
que la cantidad y calidad global de los movi-
mientos generales no es fija y está influida por
circunstancias endógenas y exógenas, de aquí la
necesidad de evaluaciones seriadas de los MG
antes de establecer una conclusión. 
Puntuación de optimidad motora 
En un intento de establecer un índice clinimétri-
co del gradiente de gravedad de la alteración de
los movimientos generales, se han construido
escalas semicuantitativas aplicando el concepto
de optimidad de Prechtl.73 Estas escalas se han
construido a partir de la evaluación cualitativa
de los MG; una para los movimientos pretérmi-
no y de contorsión y otra para los movimientos
de ajetreo. En la escala específica para los movi-
mientos pretérmino y de contorsión se puntúa
primero la consideración global (normal, pobre
repertorio, espasmódicos-sincronizados, etc.) y
posteriormente los diferentes criterios incluidos
en la valoración de la calidad, como son: secuen-
cia, amplitud, velocidad, espacio, componentes
rotatorios, forma de comienzo y terminación del
movimiento. En la escala se dan dos puntos si el
aspecto es juzgado óptimo y un punto si es con-
siderado no óptimo.4 La puntuación total resume
la calidad del movimiento en un número (máxi-
ma puntuación 16 y mínima 8) lo cual permite el
tratamiento estadístico, pero por el contrario, se
pierde la riqueza de la descripción de los deta-
lles del cuadro y el poder de la percepción «ges-
táltica». Son muy escasos los trabajos que han
utilizado esta estrategia para valorar la conducta
motora del neonato y lactante pequeño. 
Valor de la evaluación 
de los movimientos generales
La evaluación cualitativa de los movimientos
generales, tanto de los movimientos de contor-
sión en neonatos como de los movimientos de
ajetreo en lactantes pequeños, ha mostrado una
marcada utilidad en la evaluación del estado neu-
rológico. Más importante aún, esta evaluación ha
mostrado ser una herramienta clínica altamente
predictiva de la evolución neurológica ulte-
rior.4,43-47,55-60,64-66 Esto es un aspecto muy impor-
tante, habida cuenta que las predicciones basadas
en alteraciones cuantitativas detectadas con el
examen neurológico tradicional, como son alte-
ración de los reflejos miotáticos, sacudidas, cam-
bios en el tono muscular, mioclonias, etc., mues-
tran una pobre capacidad predictiva.4,74 Esto ha
llevado a algunos a señalar que no hay ningún
marcador clínico en el periodo neonatal capaz de
predecir parálisis cerebral ulterior.75
La especificidad de los movimientos genera-
les respecto al neurodesarrollo ulterior del niño
se muestran en la Tabla 15.7. La presencia de
movimientos generales normales tanto durante
las primeras seis semanas postérmino como pos-
teriormente (ajetreo) constituye un aceptable
marcador de normalidad neurológica y se corre-
laciona bien con una evolución neurológica nor-
mal. El porcentaje de casos correctamente iden-
tificados como normales (no parálisis cerebral o
retraso del desarrollo) mediante los movimien-
tos generales varía según el periodo de edad a la
cual es examinado el bebé. Así la especificidad
global en el periodo neonatal (incluyendo los
movimientos pretérmino y los movimientos de
contorsión) es aproximadamente de un 70%
(rango 58-93%).4,59,60,62,64-67,74 Sin embargo, los
movimientos de ajetreo normales, entre las 9 y
20 semanas postérmino, tienen un especificidad
claramente superior a la de los movimientos
generales neonatales.68 El desarrollo de movi-
mientos de ajetreo después de las nueve sema-
nas postérmino predice certeramente un neuro-
desarrollo normal (especificidad de 91%, rango
del 82 al 100%).4,59,60,62,64-67,74 Einspieler et al.
han señalado que ningún niño con un patrón
710 Evaluación neurológica del recién nacido
normal de MG en exámenes repetidos desarrolla
más tarde parálisis cerebral.68
La sensibilidad, la capacidad para identificar
trastornos del neurodesarrollo, de los movi-
mientos generales es muy alta (Tabla 15.8). Sin
embargo esta capacidad no es igual para todos
los tipos de movimientos generales anómalos.
El patrón de pobre repertorio de movimientos
generales, la alteración más frecuente durante el
periodo pretérmino (antes de la 38 semana pos-
tmenstrual), término (38-42 semanas) y postér-
mino (42-48), tiene un pobre valor predictivo de
trastorno del neurodesarrollo. En la mayoría de
los neonatos con pobre repertorio de los MG,
este patrón persiste durante los periodos en los
que el niño sano exhibe MG pretérmino y de
contorsión. No obstante, los neonatos con pobre
repertorio de los movimientos generales mues-
tran tres posibles cursos evolutivos. 1) En cerca
de la mitad, los MG se normalizan en el periodo
neonatal o durante los primeros dos meses pos-
término y estos niños presentan un neurodesa-
rrollo posterior normal. En estos casos, la alte-
ración del movimiento es transitoria, se norma-
liza antes de la apariciónde los movimientos de
ajetreo. 2) En otro 50%, el patrón anómalo per-
siste, no aparecen los movimientos de ajetreo y
el neurodesarrollo es desfavorable. 3) En un
pequeño número de neonatos, el pobre reperto-
rio de los MG evoluciona a movimientos espas-
módicos-sincronizados y estos niños exhiben un
neurodesarrollo anormal.57
Desde el primer estudio longitudinal acerca
de los MG, los movimientos espasmódicos-sin-
cronizados (cramped-syncronised) han sido
constantemente relacionados con un neurode-
sarrollo desfavorable.4,59,60,64 Los neonatos con
movimientos espasmódicos-sincronizados que
persisten durante todo el periodo neonatal inva-
riablemente desarrollan parálisis cerebral.60 Se
ha observado que cuanto más temprano apare-
cen los movimientos espasmódicos-sincroniza-
dos peor es el neurodesarrollo ulterior.60
La ausencia de movimientos de ajetreo entre
las 9 y las 20 semanas postérmino predice pará-
lisis cerebral y/o retraso del neurodesarrollo
Tabla 15.7. Especificidad* de los movimientos generales a diferentes edades postconcepcionales para predecir nor-
malidad neurológica.
Movimientos Movimientos
Referencia Población generales «Fiddgety» Punto final
≤ 37 s 38-42 s 4348 > 48
Ferrari et al. 19904 29 RNPrt 59% PC a los 2 años
Geerdink y Hopkins 35 RNPret 58% 67% 100% Pobre evolución neurológica al
199365 año según examen neurológico
Prechtl et al. 1993 26 RNT asfixiados 45% 82% PC a los 2 años
Cioni et al. 199774 66 RNPrt 58% 65% 74% 85% PC y/o retraso del desarrollo 
a los 2 años 
Cioni et al. 199784 58 RNT 59% 86% 83% PC y/o retraso del desarrollo 
a los 2 años 
Prechtl et al. 199759 130 RN (26-41 s): 96% PC y/o retraso del desarrollo 
96 RNPrt y 34 RNT a los 2 años
Ferrari et al. 200260 84 RNPrt con 93% 93% 100% Parálisis cerebral a los 3 años
alteración ecografía 
cerebral
* Especificidad: número de bebés con neurodesarrollo normal que presentaron movimientos generales normales. PC = parálisis cerebral.
RNT = recién nacidos a término. RNPrt = recién nacidos pretérmino. S = semanas postmenstruales. 
Conducta motora. Los movimientos generales 711
con una certeza del 85 al 100 %.4,59,60 Prechtl y
su grupo han mostrado que la alteración de los
movimientos generales durante las primeras
semanas, seguida de la ausencia de movimien-
tos de ajetreo, identifica certeramente a aque-
llos prematuros que presentarán parálisis cere-
bral en una etapa precoz, mucho antes de que
aparezcan los primeros signos de espastici-
dad.4,58,59 En las raras ocasiones en que los
movimientos generales espasmódicos-sincroni-
zados son seguidos por la aparición de movi-
mientos fidgety, la evolución neurológica puede
ser normal, y viceversa cuando el niño exhibe
sólo de forma transitoria movimientos espas-
módicos-sincronizados y en la fase postérmino
avanzada no aparecen movimientos de ajetreo,
el niño puede desarrollar parálisis cerebral.60 En
un estudio longitudinal de 130 neonatos, la
capacidad de los movimientos generales, parti-
cularmente los movimientos de ajetreo, para
predecir la evolución fue claramente superior a
la ecografía cerebral (especificidad: 96% vs
83%, sensibilidad: 83% vs 80%).59
Tabla 15.8. Sensibilidad* de los movimientos generales a diferentes edades postconcepcionales para predecir trastor-
no del neurodesarrollo.
Movimientos Movimientos
Referencia Población generales «Fiddgety» Punto final
≤ 37 s 38-42 s 4348 > 48
Ferrari et al. 19904 29 RNPrt 100% PC a los 2 años
Geerdink y Hopkins 35 RNPret 60% 80% 100% Pobre evolución neurológica al 
199365 año según examen neurológico
Prechtl et al. 1993 26 RNT 100% 85% Parálisis cerebral a los 2 años
asfixiados
Cioni et al. 199774 66 RNPrt 91% 100% 100% 100% Parálisis cerebral y/o retraso 
del desarrollo a los 2 años 
Cioni et al. 199784 58 RNT 94% 94% 94% Parálisis cerebral y/o retraso 
del desarrollo a los 2 años 
Prechtl et al. 199759 130 RN (26-41 s): 95% Parálisis cerebral y/o retraso
96 RNPrt y 34 RNT del desarrollo a los 2 años
Ferrari et al. 200260 84 RNPrt con 100% 100% 100% Parálisis cerebral a los 3 años
alteración ecografía 
cerebral
* Sensibilidad: número de niños con neurodesarrollo adverso correctamente identificados por presentar movimientos generales alterados.
RNT = recién nacidos a término. RNPrt = recién nacidos pretérmino. S = semanas postmenstruales. 
La presencia de movimientos generales normales a
la edad de término y durante las primeras ocho
semanas postérmino, constituye un excelente marca-
dor de normalidad neurológica. Por el contrario, la
presencia de movimientos generales alterados
durante estas semanas identifica a neonatos y peque-
ños lactantes con alto riesgo de parálisis cerebral y/o
trastorno del neurodesarrollo.
El valor pronóstico de la evaluación cualitativa
de los movimientos generales aumenta considerable-
mente cuando la alteración de los movimientos gene-
rales persiste en evaluaciones seriadas. 
La persistencia de movimientos espasmódicos-
sincronizados durante el periodo pretérmino, a tér-
mino y postérmino, y la ausencia de movimientos de
ajetreo después del segundo mes postérmino o ambos,
señalan certeramente de forma muy precoz a aquellos
neonatos que desarrollarán parálisis cerebral.
La evaluación cualitativa de los movimientos
generales contradice la presunción de que la mayo-
ría de los prematuros con una alteración estructural
adquirida del SNC permanecen durante meses sin
signos neurológicos que expresen la lesión. 
712 Evaluación neurológica del recién nacido
Alteración de los movimientos
generales y tipo de parálisis cerebral
La gran mayoría de estudios que han examinado
la utilidad de la valoración de los movimientos
cualitativos han centrado su foco de atención en
la predicción de parálisis cerebral. Mientras que la
alteración de los MG es un hallazgo universal en
todos los neonatos que desarrollaran parálisis
cerebral, un estudio reciente ha mostrado que el
tipo de alteración cualitativa de los movimientos
generales permite predecir la forma de parálisis
cerebral que desarrollará el pequeño lactante. En
este contexto, los neonatos y pequeños lactantes
que desarrollan parálisis cerebral espástica
muestran movimientos generales espasmódicos-
sincronizados de forma persistente hasta el final
del segundo mes de vida.59,60 El tipo de parálisis
cerebral puede ser diplejía o tetraplejía espásti-
ca. Algunos niños que presentan un pobre reper-
torio de MG evolucionan a parálisis cerebral
Los niños que desarrollan parálisis cerebral
discinética muestran un pobre repertorio de los
MG, acompañado de un patrón motor llamativo,
caracterizado por movimientos circulares de los
brazos y extensión sostenida de los dedos de la
mano.64 Los movimientos circulares de las extre-
midades superiores eran lentos, monótonos, de
gran amplitud y carácter relativamente estereoti-
pado y afectaban a uno o a ambos brazos. La fre-
cuente y prolongada extensión de los dedos de la
mano se acompañó de la pérdida de los movi-
mientos variables y diversos de los dedos que se
observan normalmente. Este patrón persistió hasta
los cinco meses. Más adelante, muchos de estos
niños con parálisis cerebral discinética no mostra-
ron movimientos hacia la línea media, ni contacto
pie-pie, mano-boca, ni juntaron las manos en la
línea media.62 En resumen, un pobre repertorio de
los MG, coexistiendo con movimientos circulares
de los brazos, y extensión frecuente y prolongada
de los dedos parece constituir un claro síndrome
clínico que predice parálisis cerebral discinética. 
El valor de la evaluación cualitativa de los
movimientos generales para predecir hemiplejía ha
sido examinado en recién nacidos con infarto cere-
bral. En estos pacientes, la observación de los
movimientos generales entre la 3ª y la 6ª semana
puede identificar aquellos que presentarán hemi-
plejía hacia los dos años de edad. En un estudio
realizado en 11 lactantes mayores de 36 semanas
de gestación con infarto cerebral, 7 fueron evalua-
dos entre las 3 y las 6 semanas y todos excepto uno
presentaron una asimetría de los movimientosdís-
tales (movimientos segmentarios) de flexión,
extensión y rotación. La reducción de los movi-
mientos segmentarios al final del periodo neonatal
se correlacionó con el desarrollo posterior de
hemiplejía. El total de los 11 pacientes fue evalua-
do entre las 9 y 16 semanas (periodo de los movi-
mientos de ajetreo) y en este periodo, todos excep-
to uno de los lactantes que presentaron asimetría en
los movimientos de sarrollaron ulteriormente hemi-
plejía.67 Sin embargo, en los recién nacidos pretér-
mino la asimetría de los movimientos generales en
las primeras semanas de vida no parece ser la
norma en aquellos que desarrollan hemiplejía. En
un estudio de 16 pretérminos con hiperecogenici-
dad intraparenquimatosa unilateral probablemente
por infarto venoso, se observó hemiplejía a los dos
años en 12 de ellos, ninguno presentó asimetría en
el periodo pretérmino y sólo dos en el periodo a
término (38-42 semanas postmenstruales).69 Aún
cuando la asimetría fue infrecuente, los dieciséis
mostraron movimientos generales anómalos
(pobre repertorio y MG espasmódicos-sincroniza-
dos) en el periodo de pretérmino y de término. La
ausencia de ajetreo en el periodo postérmino (49-
56 semanas postmenstruales) predijo certeramente
el desarrollo de hemiplejía.69
Los signos precoces específicos de parálisis cerebral
espástica tras una agresión al SNC en el periodo pre-
natal, perinatal o postnatal son los movimientos
espasmódicos-sincronizados (cramped-synchronised)
persistentes o la ausencia posterior de movimientos
de ajetreo (fidgety). 
Los recién nacidos que desarrollan parálisis cere-
bral discinética muestran un pobre repertorio de los
MG, así como un patrón motor caracterizado por movi-
mientos circulares lentos, monótonos, de gran amplitud
y carácter relativamente estereotipado de los brazos y
una extensión sostenida de los dedos de la mano. 
En recién nacidos a término o casi término con
infarto cerebral, la asimetría de los movimientos dís-
tales (movimientos segmentarios) de flexión, exten-
sión y rotación de los miembros predice el desarrollo
de hemiplejía posterior
Conducta motora. Los movimientos generales 713
La evaluación de los movimientos
generales frente al examen
neurológico tradicional
El valor diagnóstico y pronóstico del examen
neurológico tradicional ha sido examinado en
diversos estudios, tanto en cohortes de diferentes
edades de gestación no seleccionadas por patolo-
gía,76-80 como en cohortes de niños con patología
específica.74,81-84 Los estudios de cohortes no
seleccionadas han puesto de manifiesto una
buena sensibilidad pero una pobre especificidad
del examen neurológico estándar, ya que existe
un alto porcentaje de resultados falsos positivos
debido a la morbilidad neurológica transitoria.85-87
Sin embargo, la especificidad mejora en pobla-
ciones seleccionadas; ejemplo: encefalopatía
hipóxico-isquémica.81-84
La concordancia entre el examen neurológico
estructurado a diferentes edades desde el naci-
miento hasta los seis meses postérmino, (esque-
ma de Prechtl en el neonato y de Amiel-Tison y
Grenier en el lactante) y la evaluación cualitativa
de los movimientos generales, y la comparación
entre ambos métodos de evaluación neurológica
para predecir el neurodesarrollo, ha sido exami-
nada en un estudio prospectivo en 58 recién naci-
dos de 37 a 41 semanas de edad gestacional, 28 de
los cuales presentaron una encefalopatía hipóxico-
isquémica.84 Como puede observarse en la Tabla
15.9, la concordancia entre ambas formas de eva-
luación clínica neurológica fue inicialmente bas-
tante alta (82,3%) y persistió sin variación subs-
tancial hasta los seis meses de vida. Sin embargo,
un estudio similar realizado en neonatos pretérmi-
no mostró una menor concordancia entre ambas
técnicas y una mejor capacidad predictiva por
Tabla 15.9. Comparación entre el examen neurológico y los movimientos generales así como de los índices predicti-
vos de ambas evaluaciones en 58 recién nacidos a término.
Comparación entre el examen neurológico y los movimientos generales
Término Postérmino
Edad postmenstrual 38-42 43-47 48-56 57-65
Movimientos generales 
Normal 41,2 55,6 58,6 62,9
Anormal 58,8 44,4 41,4 37,1
Examen neurológico
Normal 43,1 44,4 55,2 57,4
Anormal 56,9 55,6 44,8 42,6
Coeficiente de acuerdo 82,3 77,8 82,7 83,3
Comparación de la capacidad predictiva de la valoración de movimientos espontáneos 
y del examen neurológico estructurado 
Edad postnatal 38-42 43-47 48-56 57-65
Movimientos generales
Sensibilidad 94,1 94,1 94,4 82,3
Especificidad 58,8 85,7 82,5 83,8
Examen Neurológico
Sensibilidad 88,2 88,2 88,9 94,1
Especificidad 58,8 67,8 72,5 81,1
Datos de la referencia nº 84.
714 Evaluación neurológica del recién nacido
parte de los movimientos generales en el periodo
pretérmino y a término (38-42 semanas pos-
tmenstruales). Las diferencias se amortiguaron en
los primeros meses de vida (Tabla 15.10).74
El conjunto de datos disponibles señala que
aunque el examen neurológico estructurado evalúa
múltiples dominios o subsistemas, la valoración
aislada de la calidad de los movimientos generales
es una herramienta adecuada para evaluar la fun-
ción cerebral en neonatos y lactantes pequeños.
Esta evaluación, por ser barata, rápida, fácil de rea-
lizar y no conllevar riesgo de desorganización
fisiológica del pequeño prematuro, sustituye en
muchas ocasiones, por circunstancias del niño, al
examen neurológico estándar. Sin embargo, la eva-
luación de los MG es mejor apreciada como una
extensión del examen neurológico y es utilizada de
forma complementaria para valorar la función
neurológica, particularmente para examinar la
repercusión sobre el subsistema motor y ayudar a
establecer más certeramente el pronóstico, parti-
cularmente en el periodo pretérmino. Por tanto, a
pesar del gran valor diagnóstico y pronóstico de la
evaluación de la calidad de los MG, esta no susti-
tuye al examen neurológico clásico. Este último
aporta información más amplia sobre el repertorio
de la conducta neurológica y dirige el estableci-
miento de intervenciones terapéuticas, como por
ejemplo en caso de hiperexcitabilidad o hipertonía.
Además, la evaluación de los movimientos gene-
rales no es aplicable en caso de encefalopatía
aguda, que cursa con estupor o coma, en niños con
enfermedades neuromusculares o cuando el neo-
nato es restringido por dispositivos técnicos como
ventilación mecánica, infusiones de fluidos, etc.
Una estrategia que integra ambas herramientas clí-
nicas es la inclusión en el examen neurológico
estructurado de uno o varios ítems para reflejar la
Tabla 15.10. Comparación entre el examen neurológico y los movimientos generales así como de los índices predicti-
vos de ambas evaluaciones en 66 recién nacidos pretérmino (media ± DE; 30,7 ± 2,6 semanas postmenstruales)
Comparación entre el examen neurológico y los movimientos generales
Pretérmino Término Postérmino
Edad postmenstrual 43-47 48-56 57-65
Movimientos generales 
Normal 30,8 33,3 37,7 42,4 49,2
Anormal 69,2 66,7 62,3 57,6 50,8
Examen neurológico
Normal 36,9 48,3 32,8 36,4 47,6
Anormal 63,1 51,7 67,2 63,6 52,4
Coeficiente de acuerdo 72,9 74,2 78,7 83,1 92,6
Comparación de la capacidad predictiva de la valoración de movimientos espontáneos 
y del examen neurológico estructurado 
Edad postnatal Pretérmino Término 43-47 48-56 57-65
Movimientos generales
Sensibilidad 90,6 100 100 100 96,8
Especificidad 57,6 64,5 74,2 84,8 96,7
Examen Neurológico
Sensibilidad 75,0 79,3 93,3 93,9 93,5
Especificidad 48,5 70,9 58,1 66,7 90,0
Datos de la referencia nº 74.
Conducta motora. Los movimientos generales 715
calidad de los movimientos generales. La última
versión del examen neurológico estructurado de
Dubowitz et al. incluye en su esquema un ítem
para puntuar la calidad de los movimientos gene-
rales.85 Esta aproximación es seguramente la más
útil y sencilla en la práctica clínica diaria, sin
embargo, en niños seleccionados que precisan por
su patología una evaluación detenida y precisa en
orden a caracterizar la disfuncióny establecer el
pronóstico, es preferible combinar el examen
estructurado y la evaluación estándar (filmación-
observación) de los movimientos generales.
El movimiento de los dedos 
de la mano
El movimiento espontáneo de los dedos de la
mano en el periodo neonatal ha sido evaluado de
forma sistemática en contadas ocasiones, aun-
que se señala tradicionalmente que estos movi-
mientos deberían ser observados durante el exa-
men neurológico.86 Saint-Anne Dargassies fue
la primera investigadora en estudiar la actividad
espontánea (ausencia de estimulación exógena)
de los dedos de la mano en neonatos a término,
y observó que en un 84% de los neonatos las
manos permanecen semiabiertas, y en aproxi-
madamente la mitad, los pulgares son activos.3
Amiel-Tisson ha señalado que «aunque las
manos de los recién nacidos permanecen cerra-
das generalmente, las manos se abren y se cie-
rran continuamente mientras descansan tranqui-
los»,87 y que los movimientos de los dedos a la
edad de término son más independientes, ele-
gantes y controlados que los de los neonatos
pretérmino.86 Ferrari observó que los recién
nacidos de bajo riesgo muestran una gran varie-
dad de movimientos variables de los dedos con
frecuencia de tipo atetoide.4 Konishi y Prechtl,
utilizando la misma metodología que en la eva-
luación de los movimientos generales para exa-
minar específicamente los movimientos de los
dedos, observaron que los neonatos en el perio-
do pretérmino muestran una gran variedad de
movimientos variables de los dedos, no apre-
ciando cambios en la frecuencia de ningún
patrón particular de los movimiento de los dedos
entre las 28 y las 39 semanas de edad postmens-
trual en recién nacidos pretérmino de bajo ries-
go.88 Se ha señalado en los prematuros de 31 a
37 semanas, una asimetría de los movimientos
coordinados de los dedos; la mano y los dedos
del lado derecho muestran más movimientos,
aunque no hay diferencias en el carácter de los
mismos. Este característica está asociada a la
preferencia postural a girar la cabeza hacia el
lado derecho de los neonatos.89 Aunque, la posi-
bilidad de movimientos independientes de los
dedos en el neonato no es comúnmente aceptada
y habitualmente se piensa que aparece después
de los seis meses de vida, Amiel-Tisson ha seña-
lado que la observación de movimientos inde-
pendientes de los dedos es un criterio de optimi-
dad neurológica en recién nacidos,86 de aquí que
la pérdida del movimiento independiente de los
dedos pueda indicar patología del SNC. En un
estudio este signo estuvo presente en un 17% de
los recién nacidos a término con infarto cerebral
en el territorio de la arteria cerebral media, y fue
considerado un indicador de hemiparesia.90 Un
estudio reciente en nacidos a término sanos ha
señalado la existencia de movimientos indepen-
dientes de los dedos. Más aún, el análisis de
estos movimientos indicó la posibilidad de
movimientos de extensión del dedo índice como
conducta imitativa. Los neonatos, según este
estudio, comienzan a imitar rápidamente y pro-
gresan desde movimientos generales de la mano
a movimientos incompletos del dedo, para final-
mente conseguir movimientos de imitación
completos del dedo índice.36 Esta capacidad de
extender el dedo índice como conducta imitativa
parece mostrar una preferencia por la mano
izquierda, lo que sugiere un sistema lateralizado.
En el mismo sentido, otros estudios han sugeri-
do que los neonatos pueden controlar propositi-
vamente los movimientos de sus brazos.33-35 De
confirmarse estas observaciones, como se ha
comentado anteriormente tendría lugar un cam-
bio de paradigma en la función motora del neo-
nato al mostrar la existencia de movimientos
volitivos en estos y podría tener una aplicación
clínica en la evaluación del daño cerebral.
El que los movimientos espontáneos de los
dedos y la mano sean considerados un indica-
716 Evaluación neurológica del recién nacido
dor de integridad neurológica del neonato, es
reforzado por la asociación de alteración de la
motilidad de la mano y de los dedos en recién
nacidos con patología cerebral. La aducción
sostenida del pulgar (cortical thumb) con la
mano fuertemente cerrada (fisted hand) y
ausencia de apertura espontánea se considera
tradicionalmente un signo de lesión del tracto
corticoespinal y precursor de espasticidad.91-93
Sin embargo, en un estudio sistemático de los
movimientos de la mano en una población que
incluyó 13 prematuros de bajo riesgo y 21 con
lesión cerebral, este signo fue observado sola-
mente en cuatro (19%) de los niños con daño
cerebral y en tres neonatos del grupo de bajo ries-
go (23%). Esta observación llevó a los autores a
concluir que la consideración de que la aducción
sostenida y persistente de los pulgares con la
mano fuertemente cerrada como un indicador
certero de daño cerebral no es correcta y este
signo puede ser observado en prematuros sin
daño cerebral.88
Existe cierta confusión en la consideración
de la aducción del pulgar. El pulgar aducto
incluido en la palma de la mano, es la postura
predominante, aunque no uniforme, en el neo-
nato a término y también se ha denominado pul-
gar cortical (Tabla 15.11). Esta postura del pul-
gar, observada en ambas manos en el 30% de
los neonatos a término entre las 24 y 48 horas
de vida,94 es una postura preferente, por lo que
no es fija, ni simétrica, existiendo marcada
variación en la postura de ambas manos y pul-
gares.95 La frecuencia de esta postura del pulgar
disminuye en los primeros días de vida, lo que
parece señalar un proceso de maduración de la
función de la mano en el periodo neonatal.95
Nosotros pensamos que no debería utilizarse el
término de pulgar cortical o mano en puño para
designar la postura normal de la mano neonatal,
en la que los dedos están flexionados y el dedo
pulgar aducto y cubierto con frecuencia por los
otros dedos, sino sólo para designar el cierre fuer-
te y persistente de la mano con ausencia de aper-
tura espontánea de los dedos y pulgar aducto de
forma fija. Esta postura del pulgar es una caracte-
rística clínica relativamente constante en los neo-
natos con hidrocefalia congénita por una muta-
ción del gen de la molécula de adhesión célular
L1 (L1CAM). Estas mutaciones son responsables
de diferentes fenotipos, aún dentro de la misma
familia, que representan la expresión variable de
las mutaciones de este gen. Las mutaciones del
gen L1CAM son la causa de la hidrocefalia (por
estenosis del acueducto) ligada al X, del síndro-
me MASA (retraso Mental, Afasia, eSpasticidad,
pulgares Aductos), de la paraplejía espástica tipo
1 y de algunos casos con agenesia del cuerpo
calloso. Se ha propuesto el acrónimo CRASH
para designar el síndrome caracterizado por hipo-
plasia del cuerpo Calloso, Retraso mental, pulga-
res Aductos, paraplejia eSpástica e Hidrocefalia
congénita,96 pero otros autores han propuesto
denominar al conjunto de fenotipos causados por
mutación de L1CAM como «Enfermedad L1».97
Otra alteración descrita en la actividad motora
de la mano y los dedos es la extensión sostenida
de los dedos de la mano con la pérdida de los
movimientos variables y diversos de los dedos.
Esta alteración asociada a un pobre repertorio de
los movimientos generales con movimientos cir-
culares lentos, monótonos y de gran amplitud de
Tabla 15.11. Posición del pulgar de acuerdo a la forma de cerrar la mano en 753 recién nacidos a término sanos*.
Forma de cerrar la mano Pulgar debajo de los dedos Pulgar encima de los dedos Pulgar al lado de los dedos
Completa 51,4% 21,8% 15,7%
Incompleta 5,6% 2,8% 2,8%
Total 57% 24,6% 18,5%
* Datos de: Faridi MMA, Rath S, Aggarwal A. Eur J Paediatr Neurol 2005; 9: 67-70.
Completa: dedos de la mano flexionados cubriendo los surcos proximal y distal de la palma. Incompleta: los dedos flexionados de la mano cubren
solo el surco distal de la palma. 
Conducta motora. Los movimientos generales 717
los brazos desde el nacimiento hasta el quinto
mes, se ha asociado con el desarrollo ulterior de
parálisis cerebral discinética.64 Por otra parte, la
extensión

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