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Desarrollo infantil y construcción del mundo social

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Desarrollo infantil 
y construcción
del mundo social
Desarrollo infantil 
y construcción 
del mundo social
Ediciones Uninorte
Barranquilla, Colombia
José Amar Amar
Raimundo Abello Llanos
Diana Tirado García
© Ediciones Uninorte, 2004
© José Amar Amar,
 Raimundo Abello Llanos y
 Diana Tirado, 2004
Coordinación editorial
Zoila Sotomayor O.
Diseño y diagramación
Luz Miriam Giraldo Mejía
Editor senior
Alfredo Marcos María
Diseño de portada
Joaquín Camargo Valle
Foto de portada
Juan Camilo Segura
echo en Colombia
ade in Colombia
Resolución del MEN Nº 2085-05/09/2003
155.4
A485 Amar Amar, José Juan
 Desarrollo infantil y construcción psicológica del mundo social 
/ José Juan Amar Amar, Raimundo Abello Llanos, Diana Tirado 
García. – Barranquilla : Ediciones Uninorte, 2004
 p. 212
 
 ISBN: 958-8133-90-4
 
1. Desarrollo infantil – Aspectos sociales
2. Psicología infantil
3. Desarrollo de la comunidad
I. Abello Llanos Raimundo
II. Tirado García, Diana 
III. Tít.
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Los autores
José Amar Amar. Ph.D en Psicología Clínica. Newport University; 
Ph.D con grado mayor de Psicología Social, Columbia Pacific Uni-
versity; Master en Artes con grado mayor en Psicología Educativa. 
Columbia Pacific University; Metodología e Investigación Educativa 
a nivel universitario, Universidad del Norte. Investigador asociado 
de la Fundación Bernard van Leer de Holanda y consultor de la 
Unesco y Unicef. En dos oportunidades se le ha otorgado el Premio 
Nacional de Psicología. Actualmente es Decano de la División de 
Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad del Norte y 
Director del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano 
(CIDHUM) de esta misma institución.
Raimundo Abello Llanos. Doctor en Educación de la Universi-
dad del Humanismo Cristiano de Chile; Especialista en Diseño 
y Evaluación de Proyectos, Universidad del Norte; Especialista en 
Gestión Tecnológica, Universidad Externado de Colombia y obtuvo 
el Premio Nacional de Psicología. Actualmente es Director de In-
vestigaciones y Proyectos de la Universidad del Norte e investigador 
del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano (CIDHUM) de 
esta misma institución.
Diana Tirado García. Psicóloga. Universidad del Norte. Asistente 
de investigaciones del Centro de Investigaciones en Desarrollo Hu-
mano (CIDHUM) de la Universidad del Norte. Pertenece al programa 
Jóvenes investigadores de esta misma institución.
vii
 A mi querida nieta Alejandra Garzón Amar por su existencia que da 
un ritmo tumultuoso a mi corazón y profundiza mis sentimientos de 
compromiso para seguir buscando, a través de la investigación, una 
mejor vida para todos los niños del mundo. 
José Juan Amar 
 Para todos lo niños del mundo, quienes con su ternura e inocencia 
me llenan de sabiduría, y especialmente para aquellos niños que aún 
no hacen parte de este mundo, pero que algún día lo harán y con su 
presencia constituirán mi familia y la mayor bendición de mi vida. 
Diana Tirado García 
 A mi querido hijo Juan Camilo, quien permitió con su crianza la 
interacción permanente para evidenciar muchos de los principios del 
desarrollo infantil que exponemos en este libro. 
Raimundo Abello Llanos 
Presentación ..................................................................................... ..x
Capítulo 1 
Desarrollo humano ............................................................................ 1 
Elementos básicos del desarrollo humano 
desde la psicología ..................................................................................... 5
 - Individualización .................................................................................7
 - Socialización .......................................................................................14 
Dimensiones del desarrollo humano 
según el modelo holístico ..................................................................... 24
 - Dimensión corpórea .......................................................................... 24
 - Dimensión socioemocional .............................................................. 32
 - Dimensión cognitiva social ............................................................... 42
� - Dimensión lingüística comunicativa ............................................... 54
 - Dimensión ética moral ...................................................................... 63
 - Dimensión estética ............................................................................ 69
 - Dimensión de trascendencia ............................................................ 77
Desarrollo humano: 
entre la individuación y la socialización ........................................... 80
Capítulo 2
Construcción psicológica del mundo social .................... 82 
 - El niño y el medio: Una relación bidireccional ............................. 85
 - Construcción psicológica del mundo social: 
 toma de perspectiva ............................................................................ 98
 - Construcción psicológica del mundo social: 
 comprensión del mundo económico .......................................120 
CONTENIDO
Capítulo 3
El ambiente del niño .....................................................................152 
Estructuras sociales básicas que favorecen 
el desarrollo de los niños .....................................................................158
 - La familia, la única influencia educativa permanente ................. 159 
 - Funciones económicas ................................................................... 160
 - Funciones sociales ........................................................................... 160
 - Funciones emocionales .................................................................. 162
 - La familia agente educador ............................................................164
El desarrollo de la comunidad 
y la atención integral al niño .............................................................172
 - Movimiento social ........................................................................... 174
 - Organización comunitaria .............................................................. 175
 - Participación comunitaria ............................................................... 176
 - Sociogestión comunitaria ................................................................ 179
 - Educación comunitaria ..................................................................180
El papel del Estado y la sociedad civil .............................................181
Bibliografía .........................................................................................185
Aunque la infinitud del ser humano hace imposible tener una com-
prensión de su totalidad, el conocimiento científico nos ha ayudado a 
comprender tantos hechos que, a su vez, nos han permitido un mayor 
conocimiento de nosotros mismos. Gracias a la ciencia, el promedio de 
vida de los seres humanos ha aumentado, hay estilos de vida más salu-
dables, sabemos sobre la complejidad de nuestro cerebro, conocemos 
las formas de aprendizaje y hay cierta claridad de lo que se debe hacer 
para que todos los seres humanos puedan llegar a tener una existencia 
digna y sostenible.
La psicología es una de las ciencias que más ha aportado al 
conocimiento del ser humano. A través del estudio de los elementos 
básicos del desarrollo, como son la socialización y la individualización, 
se ha ido construyendo un cuerpo de conocimientos y desde distintas 
perspectivas teóricas se ha buscado, mediante el método de la ciencia, 
no sólo comprender la mente humana, sino también aportar soluciones 
para lograr que las personas trasciendan desde su ser biológico hacia su 
ser social y cultural.
PRESENTACIÓN
xii
Dentro de los campos de la psicología, el desarrollo del niño y 
su comprensión son fascinantes. Y dentro del cúmulo de temasde in-
vestigación sobre este ser tan complejo, su relación con el ambiente ha 
preocupado a millones de psicólogos. Conocer cómo el niño asume su 
realidad y la transforma, cómo soluciona problemas, qué lo emociona y 
le provoca emociones, cómo se percibe a sí mismo y a los demás, y qué 
correlación existe entre la influencia del medio y el procesamiento que 
le da a esa influencia, son algunos de los aspectos a los que psicólogos 
y psicólogas han dedicado su vida profesional a estudiar e investigar. 
Este libro, denominado Desarrollo infantil y construcción psicoló-
gica del mundo social, pretende ser un aporte más a la gran preocupación 
por conocer un aspecto específico del desarrollo infantil. En esa pers-
pectiva, se presentan algunos desarrollos teóricos de los investigadores 
del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano de la Universidad 
del Norte –Cidhum– y también conclusiones de una serie de proyectos 
de investigación sobre este tema auspiciados por la Fundación Bernard 
Van Leer de Holanda y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de 
la Ciencia y la Tecnología (Col ciencias).
En el primer capítulo se trata el tema central del desarrollo 
humano desde la psicología, y se hace una propuesta de un modelo 
holístico, fundamentado por casi treinta años de investigación sobre 
desarrollo infantil, teniendo en consideración tres esferas básicas: lo que 
ocurre al niño internamente, el niño en su interacción con los otros, y 
el ambiente del niño. 
En el segundo capítulo, que se centra en la construcción psicoló-
gica del mundo social, se presentan fundamentalmente investigaciones 
en el ámbito de la toma de perspectiva, la comprensión del mundo 
económico y la comprensión del mundo político.
El último capítulo trata sobre el ambiente del niño, con el cual 
se pretende mostrar cómo el problema del desarrollo humano, a partir 
de la gestación, es un esfuerzo holístico en el que el ser humano contri-
xiii
buye activamente a su propio desarrollo. Pero también existe un entorno 
cambiante que influye en las personas y puede actuar como facilitador 
o inhibidor de dicho desarrollo.
Por último, los autores quieren agradecer la cooperación de la 
Fundación Bernard Van Leer de Holanda y el Instituto Colombiano 
para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Colciencias), así como 
a los distinguidos psicólogos que trabajaron en las investigaciones cuyos 
resultados se exponen en este texto, entre ellos, Marina Llanos, Consuelo 
Angarita, Olga Hoyos, Marianela Denegri, Salomón Magendzo y José 
Alfredo Aparicio.
Con este libro queremos contribuir a la comprensión de la in-
fancia, con la intención de buscar cada día una calidad de vida mejor a 
nuestros niños y al ambiente donde ellos crecen y se desarrollan. 
Los autores
1
CAPÍTULO 1
DESARROLLO 
HUMANO
El concepto de desarrollo humano ha sido definido desde distintas 
perspectivas. A partir de la antropología filosófica, fue asumido por un 
conjunto de disciplinas científicas en los que, de acuerdo a su objeto 
de estudio y especificad funcional, cada una de ellas hacen énfasis en 
algunas dimensiones del ser humano. No obstante, su popularización 
se la debemos muy probablemente a las ciencias económicas, las que 
mediante trabajos realizados al amparo de organismos internacionales 
como el Pnud –Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo– y 
Unicef –Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia–, empiezan a 
denunciar la ausencia de equidad en el mundo en la distribución de la 
riqueza, y a enfatizar en la necesidad de que las personas, y no los objetos, 
son el centro del desarrollo. Y que éste debería medirse con indicadores 
cuantitativos y cualitativos de acuerdo a las posibilidades que tenga el 
conjunto de las personas de satisfacer sus necesidades fundamenta les 
dentro de un contexto de libertad.
La Unicef concibe el desarrollo humano con una orientación que 
ve al hombre como sujeto y objeto del desarrollo económico y social, 
2
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
que asume los derechos humanos, y, más espe cíficamente, los derechos 
del niño como objetivos y metas culturales que permiten fomentar la 
construcción de conocimientos útiles a la conservación y el desarrollo 
integral como meta principal de todos los programas en beneficio de 
las personas. El desarrollo humano es, fundamentalmente, un proceso 
social y cultural.
Por su parte, el Pnud define el desarrollo humano como «un 
pro ceso conducente a la ampliación de las opciones de que dis ponen 
las personas. En principio, esas opciones pueden ser infinitas y pueden 
cambiar a lo largo del tiempo. Pero a todos los niveles de desarrollo, 
las tres opciones esenciales para las personas son: poder tener una vida 
larga y saludable, poder adquirir conocimientos y poder tener acceso a 
los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decoroso. Si 
no se dispone de esas opciones esenciales, muchas otras oportunidades 
permanecen inaccesibles, pero el desarrollo humano no termina allí. 
Otras opciones sumamente preciadas por muchos, van desde la libertad 
política, económica y social hasta las oportunidades de ser creativos y 
productivos, y de dis frutar de autorrespeto personal y de derechos hu-
manos garantizados. Por consiguiente, el desarrollo humano tiene dos 
facetas: Una es el fenómeno de la capacidad humana, como mejor salud 
y ma yores conocimientos teóricos y prácticos. La otra es el aprovecha-
miento de la capacidad adquirida por las personas con fines productivos 
o de creación, o en actividades culturales, sociales y políticas. Si no se 
equilibran los dos lados de la balanza del desarrollo humano, puede 
suscitarse una gran frustración humana. En el desarrollo humano se 
analizan todas las cuestiones sociales, crecimiento económico, comercio, 
empleo, libertad política o los valores culturales desde las perspectivas 
del ser humano. Por tanto el desarrollo humano se centra en ampliar 
las opciones humanas y se aplica por igual a países en desarrollo e in-
dustrializados» (Pnud, 1995).
Históricamente, la psicología –la más humana de todas las 
ciencias, como afirma Jaspers–, se ha interesado en el problema del 
desarrollo humano con una gran variedad de enfoques. Entre éstos, 
3
Desarrollo humano
encontramos el enfoque psicométrico, el enfoque prede ter minista, el 
enfoque contextualista (estructuralista), y en los últimos años el enfoque 
interaccionista, que señala el desarrollo como producto de la interacción 
entre lo biológico y lo social, actuan do la psicología entre estos dos 
factores, tal como lo expresó Wallon. 
Sin embargo, la psicología por sí sola no puede dar respuesta al 
problema del desarrollo humano. Se requiere una transdis ciplinariedad 
para crear conocimientos sólidos. Por eso, los autores de este texto pro-
ponemos un enfoque holístico del desarrollo huma no. Este enfoque es 
producto del conocimiento científico, el cual nos permite tener relativa 
certeza del papel que juegan la herencia biológica y, especialmente, las 
experiencias tempranas y las primeras interacciones, en la continuidad 
del desarrollo.
De acuerdo con este enfoque holístico, el desarrollo humano 
es el proceso por el cual el ser biológico trasciende hacia el ser so cial y 
cultural. En otras palabras, sería la realización del potencial biológico, 
social y cultural de la persona. Con esto se alude a que el ser humano 
es el principal actor de su desarrollo, el cual se pro duce mediante una 
construcción permanente en interacción con otras personas en la búsqueda 
del perfeccionamiento de sus potencia lidades.
Aunque la infinitud del ser humano hace imposible tener una 
comprensión de su totalidad, el conocimiento científico nos ha ayudado 
a descubrir tantos hechos que han permitido no sólo tener una mayor 
asimilación de nosotros mismos, sino también que nuestra existencia sea 
cada día más digna. En este campo más cualitativo del desarrollo huma-
no, el individuo es el centro de su pro pio desarrollo,pero atendiendo 
a la premisa de que ese auto desarrollo sólo es posible en la interacción 
con otras personas.
En su proceso de desarrollo, el ser humano establece una triple 
relación: consigo mismo, con los otros y con su ambiente. El desarro-
llo humano es, entonces, el bienestar del hombre en función de estas 
4
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
tres relaciones, que constituyen las dimensiones a las que las diferentes 
disciplinas científicas aportan para que el desarrollo humano sea estu-
diado como un proceso multidimensional, po tencial, continuo, integral 
y adaptativo.
De ahí que consideremos que, en el ámbito de una visión com-
prensiva, debemos rescatar el pensamiento de Henri Wallon al abor-
dar el estudio de la evolución humana de manera integral. Es decir, 
comprender al ser humano como un sistema en evolución, y aunque 
por razones heurísticas y metodológicas se pueden disociar momen-
táneamente elementos del sistema (la dimensión cor poral, cognitiva, 
emocional, comunicacional), no se puede conocer su desarrollo sólo a 
partir de un componente aislado, sino que ese componente estudiado 
debe integrarse al todo del niño. El desarrollo humano en la infancia, en 
cada una de las edades, es, tal como lo ha expresado Wallon (1980), «un 
sistema en el que conocemos todas las actividades que le son disponibles, 
pero esas actividades reciben su papel y su significado a partir del todo.» 
Lo anterior de muestra que la visión comprensiva entiende la evolución 
del niño no como un desarrollo uniforme y lineal de un solo rasgo de 
la vida psicológica, sino como el desarrollo sucesivo de elementos cada 
vez más complejos e interconectados los unos a los otros.
Desde esta perspectiva funcional, podríamos afirmar, siguiendo 
las ideas de Myers, que el desarrollo humano tiene algunas caracterís-
ticas básicas.
Es multidimensional, porque incluye el mejoramiento de un 
conjunto interrelacionado de dimensiones. Es potencialidad, lo que 
implica siempre llegar a ser más. Es un proceso continuo, que comien-
za antes del nacimiento y se prolonga a lo largo de toda la vida. Es un 
proceso integral, pues los diferentes elementos del desarrollo humano 
están interrelacionados y deben ser considerados como un todo. Es 
adaptativo, porque implica preservar el sentido histórico del individuo 
y al tiempo potencializar su capacidad de cambio.
5
Desarrollo humano
Por esto, en alguna medida, el estudio científico del desarrollo del 
niño se centra en conocer cómo cambian y cómo permanecen algunos 
aspectos en el transcurrir del tiempo, en su dimensión física, socioemo-
cional, cognoscitiva, lingüística, ético-moral, estética y, especialmente, 
en su trascendencia caracterizada por sus inagotables capacidades de 
llegar a ser cada día mejor, es decir, más humano.
elementos básicos del desarrollo humano
Para nosotros, es indispensable tener en cuenta que el desarrollo hu-
mano está compuesto por dos elementos básicos: la individualización y 
la socialización. Porque todos los organismos se desarrollan de acuerdo 
Gráfica 1
Modelo Holístico para la Atención Integral a la Infancia
Fuente: Amar, J. Proyecto Costa Atlántica, Fbvl, Universidad del Norte (2001).
6
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
a un código o plan genético, el cual consiste en una serie de cambios 
preprogramados, no sólo en la forma del organismo, sino también en 
su complejidad, integración, organización y función (Craig y Woolfolk, 
1998). También se desarrollan como consecuencia de las experiencias 
tempranas y las primeras interac ciones, que dan continuidad y construc-
ción al desarrollo, y ha cen que cada miembro de la especie humana sea 
único, lo que lo define como individuo. Sin embargo, el comportamiento 
debe estar enmar cado dentro de un sistema de referencia que le dé un 
sentido. Por eso, tenemos que partir del hecho de que el desarrollo tie ne 
un componente social, es decir, es movilizado por las activida des de la 
socie dad; pero es también individual, adquirido por el hom bre mediante 
sus propias actividades.
Tal como se refleja en el bosquejo del modelo holístico, para 
que exista el desarrollo humano la sociedad debe crear condiciones en 
las cuales la persona, tanto individual como colectivamente, logre el 
abastecimiento de los elementos materiales vitales. De igual manera, 
ha de tener también acceso a bienes culturales dignos, y a servicios que 
le garanticen la realización de su potencial en el marco de un orden 
político y social con equidad de oportunidades y sostenibilidad, así como 
opciones claras para participar en las decisiones y en el disfrute del bien-
estar material y cultural que en conjunto los seres humanos han creado.
Así, podemos afirmar sin ninguna duda que, a través de esta visión 
del desarrollo humano, los derechos de los niños (y del ser hu ma no en 
general), cobran más sentido. Por un lado, se respeta la individuación, 
que le da significado particular a su manera de construir valor y pro-
yectar su propia experiencia. Por otro lado, se respeta su socialización, 
ya que genera el espacio para que el sujeto humano tome su carácter 
de historicidad y de construcción colectiva, articulado a una red de 
significados elaborados en la interacción interindividual e intergrupal, 
y revalorizando el carácter ético de los derechos del niño, lo que se ex-
presa en el marco de la interacción entre «sujetos iguales que a la vez 
son diferentes y luchan por configurar su identidad propia.»
7
Desarrollo humano
A continuación, intentaremos fundamentar nuestra perspectiva 
holística del desarrollo humano tratando de demostrar con datos cien-
tíficos la importancia de los elementos básicos del desarrollo humano: 
la individualización y la socialización.
� individualización
Es la instancia en la cual el desarrollo del sujeto humano adquiere un 
carácter de irrepetibilidad. Esto implica darle un significado particular 
a la manera de construir, experimentar, valorar y proyectar la propia 
existencia de la persona. Aquí juegan papeles importantes la herencia 
biológica, la estructura anatómica, fisiológica y bioquímica, y especial-
mente las experiencias tempranas y las primeras interac ciones que le 
dan cierta continuidad y construcción al desarrollo, y que, al mismo 
tiempo, hacen que cada miembro de la especie huma na sea único y en 
permanente cambio, tanto de naturaleza cuantitativa (estatura, peso) 
como cualitativa (inteligencia, lenguaje, pensamiento).
El desarrollo físico del individuo incluye el conjunto de rasgos 
fundamentales del cuerpo humano, tales como la estatura, el peso y 
las proporciones corporales. El desarrollo cognoscitivo incluye factores 
como inteligencia, lenguaje y pensamiento. Asimismo, encontramos 
el desarrollo del área psicosocial, que incluye aspectos tan importantes 
como los rasgos de personalidad y el temperamento. Las anteriores 
dimensiones del desarrollo (física, cognitiva, psicosocial) están determi-
nadas por la herencia, es decir, tienen una base biológica y, además, se 
complementan con las experiencias y el ambiente, lo cual determina 
las características que diferencian a los seres humanos unos de otros.
Tal como afirma Lefrançois (1998), los mecanismos de la herencia 
son complicados y a veces desconcertantes; sus maravillas, sorprenden-
tes. El óvulo y el espermatozoide son los orígenes de la nueva vida. No 
sólo dan inicio al desarrollo de un nuevo ser humano, sino que también 
portan las instrucciones o el plan general que determina lo que here-
dará el individuo. La base de la vida son las proteínas, cuya naturaleza 
8
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
y función están determinadas por las combinaciones y secuencias de 
aminoácidos. Por su parte, estas combinaciones y secuencias están de-
terminadas por un código especial contenido en una sustancia llamada 
ácido desoxirribonucleico o ADN. Esta sustancia consta principalmente 
de cuatro componentes, dispuestos en diferentessecuencias de pares en 
una estructura que por su aspecto se denomina doble hélice.
En el cuerpo tenemos dos clases de células: células sexuales 
(óvu los y espermatozoides) y células somáticas. La información gené-
tica de todas las células somáticas normales es idéntica; es decir, todas 
tienen el mismo conjunto de moléculas de adn. Estas mo léculas están 
situadas en estructuras llamadas cromosomas. Por cada célula somática 
hay 23 pares de cromosomas. Cada persona hereda un miembro de 
cada par, por un lado, de su madre, y, por otro lado, de su padre; es 
decir, se heredan 23 cromosomas de cada uno de los progenitores, 
para un total de 46.
Los cromosomas son las estructuras que portan las unidades de la 
herencia (genes). Estas unidades de herencia o genes «organizan mate-
rial inerte en sistemas vivos» (Scott, 1990, citado por Craig y Woolfolk, 
1998). Dirigen a las células a que formen el cerebro, el corazón, la lengua 
y las uñas. Los genes llevan el plan detallado de las características que 
todos los humanos compartimos, pero también del arreglo infinito de 
las diferencias individuales. Determinan las formas particulares en que 
diferimos de otras especies en ta maño, forma, comportamiento o enve-
jecimiento, y también deciden las cualidades únicas que nos distinguen 
de otras personas (Craig y Woolfolk, 1998).
Los genes determinan las posibilidades de nuestras características 
heredadas: hay pares de genes que corresponden al color de los ojos, las 
características del pelo y cualquier otro rasgo físico del indi viduo. Por 
su parte, características de personalidad, como la inteligencia, parecen 
estar relacionadas con otras combinaciones de genes.
9
Desarrollo humano
Los cromosomas, como ya se mencionó, se acomodan en pares 
y cada par tiene un juego completo de genes. Debido a que cada par 
proporciona la codificación para las mismas clases de rasgos, un gen 
para un rasgo puede existir en dos formas alternadas. Se puede pensar, 
tal como lo describe Morris (1987), en un gen para el color de los ojos, 
como una forma, B, la cual origina ojos cafés, y otra forma, b, que 
origina ojos azules. Pero si se hereda un gen b de un padre y un gen 
B del otro, los ojos serán café. La forma B es lo que se denomina gen 
dominante, mientras que la forma b es rece siva. La característica color 
de ojos es controlada por genes únicos; sin embargo, características 
tan importantes como inteligencia, estatura y peso no pueden trans-
mitirse por un gen único. Un número de genes hacen una pequeña 
contribución al rasgo en cuestión en un proceso que se denomina 
herencia poligénica.
Y es que el genoma humano es, como bien lo define Allende, «el 
conjunto de toda la información que cada ser humano hereda. El genoma 
está conformado por gigantescas moléculas de ADN que están arrolladas 
y empacadas en los 23 pares de cromosomas que están en el núcleo de 
cada una de los 100 trillones de células que componen nuestro cuerpo. 
Si se estiraran esas moléculas y se unieran los ter minales de cada célula, 
obtendríamos un cordelito delgadísimo pero de dos metros de largo. Estas 
moléculas están compuestas por dobles cadenas enrolladas sobre sí mismas 
y cada una de esas cadenas tiene cuatro diferentes eslabones químicos, 
las llamadas bases de soxinucleotídicas que pueden ser representadas por 
las letras A, T, G y C. Los ADN de diferentes organismos tienen diferentes 
secuencias de esas letras, pues es la secuencia de las letras la que, igual 
que las palabras, le da sentido a la información. El ADN de los 23 cro-
mosomas humanos tiene alrededor de 3.000 millones de letras, lo que es 
equivalente a un libro de un millón de páginas. En ese libro, hay entre 
50.000 y 100.000 mensajes que son los genes y que constituyen sólo el 5% 
del genoma» (Allende, 2003).
Morris (1987) plantea que la ciencia no es un simple proceso 
que se realiza en un laboratorio; puede tener efectos que se diseminan 
10
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
en la sociedad. A medida que se pueden rastrear los rasgos humanos 
como la inteligencia, el temperamento y la enfermedad mental, en 
los cromosomas y los genes, aumentará el alcance en que se puedan 
controlar las vidas humanas.
De este modo, «técnicas como la bioinformática cobran un 
gran valor porque permitirán hacer interesantes comparaciones entre 
los genomas de diferentes organismos. Estas comparaciones serán de 
enorme utilidad para el profundo entendimiento de la evolución mo-
lecular. La elucidación del genoma humano y el desarrollo de técnicas 
para tipificar las particularidades genéticas de individuos, permitirán el 
desarrollo de la medicina predictiva, disciplina que podrá correlacionar 
los rasgos genéticos con la predisposición a enfermedades que pueden 
aparecer varias décadas después. También hay que mencionar que el 
desciframiento del genoma facilitará enormemente el discernir los di-
versos genes que contribuyen a enfermedades poligénicas que incluyen 
a todas las mayores responsables de la morbilidad humana, como son 
las patologías cardiovasculares, el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, 
la diabetes, etc. Otro resultado previsible del conocimiento del genoma 
hu mano y de la función de sus genes, tiene que ver con las capacidades 
y algunos comportamientos humanos. Hay evidencias que señalan que 
características como la longevidad, y destrezas para las artes plásticas, las 
matemáticas, o la música entre otras, tienen componentes genéticos» 
(Allende, 2003).
Por esto, Lefrançois (2001) no tiene duda al afirmar que nos 
encon tramos en el umbral de una nueva época, en la que casi a dia rio 
hay des cubrimientos en la genética. Ahora podemos detectar debilida-
des genéticas lo mismo que fortalezas desde los primeros momentos de 
la vida. Los explosivos conocimientos de la biología celular en el nivel 
molecular abren nuevas puertas al mundo vasto y casi ignoto de la inge-
niería genética. Las ciencias descifran el código genético, aprenden a 
leer los mensajes que dirigen la disposición de los aminoácidos, los que a 
su vez definen la estructura y el funcionamiento de las moléculas de las 
proteínas, que son las unidades fundamentales de nuestra vida biológica.
11
Desarrollo humano
El complejo campo de la genética es uno de los de mayor cre-
cimiento entre todas las ciencias modernas. Prueba de esto es el desci-
framiento del genoma humano que se ha convertido en un gran logro 
para toda la humanidad, lo que, sin duda, constituye uno de los más 
importantes descubrimientos de la ciencia, y un avance significativo para 
las ciencias biológicas y médicas. El gran logro que para la humanidad 
es el desciframiento del genoma humano, significa que, hoy día, se ha 
podido digitar entre el 90 y el 97% de todas las letras que conforman el 
sistema genético, identificando la posición y la secuencia de cerca de 
10.000 genes (el 10 y el 20% de todos los mensajes).
Tener el genoma humano digitado, es más bien una señal que 
marca un inicio en vez de un final. Estamos iniciando la era post-
genómica en la que, según Allende, tenemos nuevamente un gran 
desafío por delante. Llegar a este extraordinario logro se consiguió me-
diante un esfuerzo de 12 años que involucró a cientos de laboratorios 
en todo el mundo, mayormente en el mundo desarrollado. Los grandes 
contribuyentes a este propósito fueron los National Ins titutes of Health 
y el Department of Energy, en Estados Unidos; la Wellcome Trust, en 
el Reino Unido, y la Fundación Genethon, en Francia. En América 
Latina, no hubo un esfuerzo organizado, pero laboratorios en Brasil, 
México, Argentina y Chile hicieron pequeñas contribuciones a este 
logro (Allende, 2003).
Es interesante el estudio y el campo de la genética, ya que actual-
mente algunos avances muestran que la genética no sólo se manifiesta 
en los rasgos físicos. Tal como lo expresan Golsmith (1983) y Plomin 
(1990), estudios de gemelos muestran una amplia gama de rasgos de 
personalidad que son heredados, y en especialtres características fre-
cuentes: emocionalidad, nivel de actividad y sociabilidad, a las que se 
llama rasgos eas.
Igualmente, aspectos específicos de la personalidad pueden ser 
heredados, por lo menos en parte. Bouchard (1994) describe un análisis 
de cinco grupos de aspectos específicos de la personalidad que pueden 
12
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
ser heredados, por lo menos en parte: extraversión, neu roticismo, reac-
titud, conformismo y franqueza, que indican o sugieren una hereda-
bilidad cercana al 40%. Establecer varianzas adicionales atribuibles a 
la medición del error, lleva la heredabilidad más cerca, hasta un 66%, 
para estos grupos de rasgos.
Resulta evidente que muchos genes, cada uno con sus propios 
efectos pequeños, se combinan para establecer un espectro de posi-
bles reacciones ante un rango de posibles experiencias (Scarr, 1997; 
Weinberg, 1989). El ci de niños adoptados es consistente mente más 
similar al ci de sus madres biológicas que al de sus padres y hermanos 
adoptivos (Horn, 1983; Scarr y Weinberg, 1983, citados por Papalia, 
Wendkos Olds, Duskin Feldman, 2001) La evidencia de una creciente 
influencia genética en el ci es que, en estudios de adop ción, el puntaje 
de los hermanos jóvenes, por sangre fue similar y los puntajes de her-
manos adoptivos tienen correlación cero. Además, el ci de los adoles-
centes se correlaciona más de cer ca con el nivel de escolaridad de sus 
madres biológicas que con el ci de sus padres adoptivos. Es importante 
resaltar que el ambiente de la familia tiene más influencia en los niños 
más pequeños (McGue, Bouchard, Iacono y Lynkken, 1993; Scarr y 
Weinberg, 1983, citados por Papalia, Wendkos Olds, Duskin Feldman, 
2001). Las principales influencias del ambiente sobre la inteligencia 
parecen presentarse en las etapas iniciales de la vida (McGue, 1997). 
Con lo anterior, se puede confirmar que las experiencias tempranas 
y las primeras interacciones, son las que le dan cierta continuidad y 
construcción al desarrollo. Al mismo tiempo que se complementan con 
la herencia biológica, hacen que cada miembro de la especie humana 
sea único y en permanente cambio.
Lo anterior indica que la herencia puede ejercer una fuerte 
influencia sobre la inteligencia en general, las características físicas, 
los rasgos más íntimos o las características de personalidad, y también 
sobre habilidades específicas; pero un ambiente enriquecido o no, puede 
influenciar el desarrollo y la expresión de la habilidad innata.
13
Desarrollo humano
La experiencia ambiental que el niño recibe a temprana edad, 
influencia de manera directa su desarrollo. Numerosas investigaciones 
han demostrado que la calidad del ambiente influye en el tipo de 
experiencias productivas que pudiese tener el niño para aprender. Al 
niño debe brindársele seguridad, caricias y afecto para un adecuado 
desarrollo emocional, y relaciones cálidas e interac ciones sociales para 
un adecuado desarrollo psicosocial.
Partiendo de estas evidencias, se afirma que la biología es sólo 
uno de los dos principales componentes del desarrollo humano y que, 
por tanto, éste no está exclusivamente determinado por dichos meca-
nismos biológicos. Al contrario que otras especies cuya conducta está 
determinada por mecanismos biológicos, los seres humanos basan su 
experiencia en el aprendizaje de la cultura en la que van a vivir inmersos, 
y más específicamente en las experiencias y las primeras interacciones. 
Ésta es una tarea que dura toda la vida, y que exige estar en contacto 
permanente con personas de esa cultura.
La individualización, como proceso, brinda grandes oportunida-
des para un desarrollo humano en el que la persona sea el sujeto efectivo 
del proceso. Mas la centralidad de la persona no ha de entenderse de 
modo individualista. La autonomía del sujeto exige el reconocimiento 
del otro y, por consiguiente, no se despliega efectivamente sino en ese 
vínculo social. Dado que la persona se indivi dualiza sólo en sociedad, 
la calidad del desarrollo humano se define en la forma de vínculo social 
que caracteriza a determinada so ciedad. No se puede asumir la indivi-
duación y fortalecer la autonomía personal sin interrogarnos acerca de su 
complemento necesario: «lo colectivo». Es por intermedio de un «Otro 
generalizado» –un imaginario y una experiencia de «sociedad»– que la 
persona afirma su autonomía individual. (Ver: http://mirror.undp.org/
chile/desarrollo/textos/extension/Discursos/bid.doc).
La experiencia social es la base sobre la que construimos nuestra 
personalidad, esto es, el entramado, relativamente consciente, de las 
14
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
formas de pensar, sentir y actuar de una persona. Construimos nuestra 
personalidad interiorizando el entorno social que nos rodea, partici-
pando en la sociedad en la que vivimos, asimilando su cultura. Esto, a 
su vez, se convierte en el proceso que nos propor ciona el carácter de 
irrepetibilidad.
� socialización
Uno de los hechos sorprendentes del conocimiento que los seres hu-
manos tenemos de nosotros mismos, es la evidencia de que todos somos 
iguales, y de que todos somos diferentes. Así, aunque existe la tendencia 
a la elaboración de teorías homogenizantes del hombre, los estudios de 
la representación del mundo, especialmente en niños y jóvenes, nos 
están mostrando la extraordinaria variabilidad de formas de construcción 
de la realidad que nos dan una forma de comprender el mundo y los 
elementos que lo componen.
Toda persona vive en un entorno al que llamamos mundo circun-
dante, que es el ambiente objetivo que se resume en todo lo que existe, 
lo que permite al hombre aprehender la realidad y actuar sobre ella.
El mundo circundante es el mundo concreto donde el individuo 
se realiza intrínsecamente, en donde él es constantemente activo. Aquí 
el hombre vive en varias dimensiones: se mueve en el espacio donde 
el ambiente natural ejerce sobre él una influencia que nunca termina, 
y existe en el tiempo. Lleva adelante actividades como miembro de 
una sociedad, identificándose con sus compañeros y cooperando con 
ellos en el mantenimiento de su grupo y en asegurarles su continuidad 
(Herskovits, 1981).
A lo largo de la historia de la psicología, se han hecho muchos 
intentos por explicar la conducta humana. En los últimos años han 
surgido estudios que muestran al ser humano como un ser social, inte-
ractuando con otros, aprendiendo y aprehendiendo una cultura, además 
15
Desarrollo humano
de ayudar a transformarla, lo que demuestra la superación de posiciones 
mecanicistas y organicistas.
Estos nuevos planteamientos presentan a un niño que lejos de ser 
visto como un científico activo y solitario, es un ser que se muestra más 
competente para enfrentar al mundo. Pero para ello requiere relacionase 
con otras personas que le ayudan a conocerlo, a facilitarle o, mejor, que 
lo acompañan en el proceso de adquisición de los elementos culturales 
que le permitan desenvolverse dentro de ese mundo.
Los determinantes del desarrollo humano deben entenderse en 
forma complementaria. Puede decirse que la individualización es una 
meta que se alcanza a través de los procesos de socialización. En este 
sentido, llegar a ser individuo con una identidad propia es resultado de 
lo que Hegel denomina «procesos de reconocimiento».
La «lucha por el reconocimiento determina una dialéctica espe-
cífica de carácter ético, que se da en el marco de la interacción entre 
sujetos iguales que a la vez son diferentes y luchan por configurar su 
identidad propia» (Gaitán, 1997).
El proceso de socialización constituye el espacio en el cual el 
desarrollo del sujeto humano toma su carácter de historicidad y de 
construcción colectiva, articulado a una red de significados, los cuales 
según Gaitán (1997): «son elaborados en la interacción interindi vidual 
e intergrupal [...] La socialización se da dentro del ámbito de la cultura 
de una sociedad y que está constituidapor los sistemas de representación, 
normatividad y expresión.»
Macionis y Plummer (2001) reconocen como socialización el 
conjunto de experiencias que tienen lugar a lo largo de la vida de un 
individuo, y que le permiten desarrollar su potencial humano y aprender 
las pautas culturales de la sociedad en la que va a vivir.
16
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
Para Goslin (1969), socialización es el proceso general por el que 
el individuo se convierte en miembro de un grupo social: familia, comu-
nidad o tribu. Incluye el aprendizaje de todas las actitudes, creencias, 
costumbres, valores, papeles y expectativas de su grupo. Es un proceso 
permanente que ayuda a los individuos a vivir confortablemente y a 
participar por completo en su cultura o en su grupo cultural dentro de 
la sociedad.
De acuerdo a la perspectiva contextual, el desarrollo humano se 
puede entender dentro de un contexto social. El individuo in te ractúa 
con el ambiente como una entidad compleja, como un todo imposible 
de separar de aquél. Vigotsky (1896-1934) analizó la manera como la 
interacción social del niño con los adultos afecta el desarrollo de los 
niños, y a partir de esto contribuyó al reconocimiento del componente 
social en lo cognitivo y en lo psicosocial.
De igual manera, el desarrollo humano, tal como afirmaba Vigots-
ky, es fundamentalmente distinto al desarrollo animal, porque los hu-
manos empleamos herramientas y símbolos; en consecuencia, creamos 
culturas. Y las culturas tienen una vitalidad, una vida propia. Crecen y 
cambian; ejercen una influencia muy fuerte sobre sus miembros. De-
terminan la clase de cosas que los miembros de una cultura tienen que 
aprender, la forma en que deben pensar, aquello que es más probable 
que crean. Asimismo, Vigotsky (1986) afirmó que se definen en buena 
medida por el lenguaje, el mismo que nos permite a los seres humanos 
tener una historia, y quizá también un futuro (Lefrançois, 2001).
La teoría tradicional de la socialización adopta una perspectiva 
funcional al discutir que la socialización sirve para producir y para repro-
ducir valores sociales y normas sociales. Es decir, el aprendizaje social 
como un proceso unidireccional en el cual las estructuras sociales macro 
transmiten sus sistemas de valor por los patrones de comportamiento 
que exhiben los individuos. Tal transmisión de las normas culturales 
ayuda a la sociedad a formar adultos competentes; por ejemplo, Cor-
saro y Eder, Inkeles (1995-1968) discuten que la socialización sea un 
17
Desarrollo humano
requisito previo para mantener el orden social, promoviendo, de esta 
manera, estabilidad social.
Así como lo conciben las anteriores perspectivas, la socialización 
del ser humano se produce dentro de una cultura, convirtiéndose, pre-
cisamente, en el proceso que permite el comienzo de la inter nalización 
de la cultura, que deja su huella en el individuo para toda la vida.
Durante la infancia somos socializados rápidamente en ciertos 
roles y más tarde en otros. Una pequeña puede interpretar varios papeles 
cotidianamente: alumna, vecina, hermana mayor, hija, mejor amiga, 
etc. Cuando llegue a la adolescencia adquirirá algunos nuevos, y cada 
uno le exigirá ajustar su conducta, actitudes, expecta tivas y valores de 
los grupos sociales a su alrededor (Craig y Woolfolk, 1998).
Sabemos que el hombre ha evolucionado no sólo por su mutación 
genética, sino también por la facilidad de adquisición de nuevas formas 
de adaptación a su medio, y por la posibilidad de cambiarlo. Por este 
motivo, la sociedad debe estimular al niño para que adquiera nuevas 
formas de comunicarse, pensar y actuar, aparte de cuidarlo mientras se 
desarrolla. El medio óptimo para esta función es la familia, donde el 
niño mantiene los primeros contactos con los procesos de socialización, 
porque a partir de su completa dependencia, a través de la identifica-
ción emocional, se orienta hacia una independencia, hasta alcanzar 
una identidad propia. Por tanto, la familia es el agente de socialización 
más importante.
La familia es el medio natural para la educación del niño en su 
edad inicial. Las estructuras familiares deben ser consideradas en rela-
ción con el grupo donde viven dentro de un grupo cultural más extenso. 
Si las costumbres resultan inadecuadas o desadaptadas, reper cuten de 
manera negativa sobre los hijos, quienes no podrán adaptarse al mundo 
externo y no podrán entender los signos y señales que en él se dan, por lo 
cual se presentarán distorsiones en interposiciones a un nivel simbólico.
18
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
El hogar y la familia son la base de la internalización de la cultura; 
de allí que su función trascienda criterios estrictamente repro ductivos, 
económicos y de satisfacción de necesidades básicas y psicológicas; el 
hogar y la familia deben cumplir una función socio educativa fundamen-
tal. Debido a eso, la familia es un agente de socialización primaria, en 
sentido temporal y sustancial; su posición en medio de las relaciones 
de producción y de los modelos de interacción determinados por la 
cultura, serán factores decisivos de la formación del niño como persona.
Es dentro de la familia donde el niño adquiere, en primera 
instancia, una formación de valores y la enseñanza de normas que pos-
teriormente se trasladan a su contexto secundario, que es la escuela, y 
luego a la sociedad en general.
Los roles de los miembros de la familia son determinantes en el 
desarrollo del menor. La madre transmite el afecto al niño desde que 
nace y con la lactancia, que además de la leche le proporciona ese amor 
maternal psicológicamente indispensable para su desarrollo. El padre es 
importante como sostén de la madre, y también se le atribuye el rol de 
autoridad. Como afirma Abello (2000): «En la familia el niño adquiere 
la capacidad para comprender sentimientos, lo cual le permite avanzar 
dentro de su desarrollo cognitivo e ir desarrollando una inteligencia emo-
cional que favorece su adaptación y la satisfacción de sus necesidades. 
Asimismo, desarrolla conductas de solidaridad y ayuda basadas en saber 
lo que el otro siente. Es así como el niño logra desarrollar habilidades 
sociales y un autoconcepto positivo que le permite vivenciar de modo 
positivo su contexto sociocultural.» 
Cheng y Kuo (2000) investigan el enlace entre la estructura de la 
familia, el lenguaje, y la identidad étnica, para descubrir los efectos de 
dos mecanismos importantes de la socialización: transmisión cultural 
de la familia e interacción simbólica estructural. Dentro de la teoría 
tradicional de la socialización en el contexto de la formación de la 
pertenencia étnica, los padres toman un papel activo en la proyección 
y formación de los conceptos raciales y de las identidades sociales de los 
19
Desarrollo humano
niños de la minoría dentro de las familias. A través de idiomas de ense-
ñanza de la familia y de culturas étnicas, los niños inmigrantes aprenden 
a identificarse con las nacionalidades de sus padres, y desarrollar así un 
sentido étnico distinto de la sociedad corriente.
Los padres, además de integrar al niño a la unidad familiar, 
interpretan, para él, la sociedad externa y su cultura, cuyos valores mo-
rales, religión y tradiciones étnicas convergen desde muy pronto en el 
pequeño. Sin embargo, la influencia de padres y familiares es apenas un 
elemento en el largo camino de la socialización, porque este proceso, 
además de implicar ser miembro de un grupo social como la familia, 
no termina ahí. La socialización también im pulsa al individuo a lidiar 
con nuevas situaciones; adaptarse a cambios mayores y complejos, es 
una parte esencial de la socialización. Para George G. Bear, (2003), los 
eventos ambientales como los profesores, los familiares y compañeros 
generan gran influencia en los sentimientos del niño. Sin embargo, hay 
que tener en cuenta que el proceso de socialización no ocurre sólo en 
la infancia y la adolescencia, sinoen todas las etapas de la vida. Pero es 
durante la infancia donde el proceso de socialización produce conductas 
que persisten más tarde, y ayuda a crear un núcleo de valores, actitudes, 
habilidades y expectativas que delinearán al adulto que el niño será. Y 
así como lo plantean Craig J.G. y Woolfolk (1998): «El medio social del 
individuo, ya de por sí complejo al momento de nacer, cambia cons-
tantemente. Los niños nacen en muchos grupos sociales: una familia, 
tal vez una tribu, una clase social, una unidad racial o étnica, un grupo 
religioso y una comunidad. Todos tienen sus ideas, creencias, supuestos, 
expectativas y valores compartidos y los modelos de comportamientos 
respectivos. Todas estas nociones forman la cultura del grupo.»
Fuera de la familia, el desarrollo de la identidad también se ve, 
sobre todo, como el producto de factores sociales macro. Dentro de 
estos factores, cobra gran importancia la industria cultural, el sis tema 
jurídico-normativo, la dimensión política, económica y social, y el 
contexto ecológico en que se desenvuelve el niño.
20
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
La tendencia del ser humano a afiliarse a los demás con el fin de 
alcanzar una serie de metas y suplir un conjunto de necesidades, resalta 
la idea fundamental de que la interacción social resulta ser fundamental 
para el desarrollo de todo ser humano. Es por esto que los horizontes 
trascienden más allá de las relaciones familiares, surcando otros espacios. 
Un espacio vital es la comunidad. Se ha reconocido que la comunidad 
ayuda a proteger al niño de la adversidad, la violencia, el crimen, el 
fracaso, etc., ya que provee apoyo social en la forma de pertenencia, 
estabilidad y continuidad; es también un esfuerzo de solidaridad social, 
mutuo respeto y afecto personal. Dentro de la comunidad los niños se 
reúnen con los adultos que los ayudan a desarrollar confianza, autono-
mía e iniciativa.
Según la Resiliency in Young Children (1996), las comunidades 
proporcionan la infraestructura básica donde la vida familiar es vivida, 
y de igual manera incluye cosas como el empleo, el cuidado del niño 
y un contexto donde se comparten valores y expectativas. Por tanto, 
pueden proporcionar apoyo a los padres en lo que respecta a la crianza 
de sus hijos, y les ofrecen una guía formal e informal, así como un foro 
para la acción colectiva. La comunidad puede proporcionar un clima 
educativo abierto y de apoyo a favor (Amar y Alcalá, 2001).
Numerosos ejemplos de programas han demostrado que la 
comunidad es indispensable en el desarrollo del niño. La Fundación 
Bernard Van Leer ha explicado que la efectividad de muchos pro-
gramas depende en gran parte, por ejemplo, de la participación de 
la comunidad. Programas basados en la comunidad incrementan las 
capacidades locales para identificar necesidades y buscar soluciones; 
además, las personas involucradas crean un sentido de responsabilidad 
al sentirse parte de un proyecto que los afecta directamente a ellos, y se 
aumentan los lazos de unidad y la probabilidad de que las decisiones 
se lleven a cabo, aparte de asegurar la continuidad del programa una 
vez retirado el apoyo inicial.
21
Desarrollo humano
Por eso se tiene la certeza de que programas basados en la comu-
nidad y determinadas relaciones sociales pueden prevenir y evitar los 
efectos negativos del estrés. Abello y Madariaga (1999) consideran 
que el apoyo social lleva a la persona a creer que es querida y cuidada, 
estimada y valorada, y que forma parte de una red de relaciones que 
implican relaciones mutuas; además, involucra un patrón duradero de 
vínculos sociales continuos o intermitentes que desempeñan un papel 
significativo en la protección de la integridad física y psicológica de la 
persona, al proveer el dominio emocional, proporcionar orientación 
cognitiva y consejo, y proveer recursos naturales. 
Por tanto, las redes pueden ofrecer a las comunidades una perspec-
tiva social de potencial muy poderoso que les permite alcanzar un alto 
grado de cohesión. Y el niño, como consecuencia de los inter cambios 
que realiza su familia, obtiene múltiples beneficios, que tienen que ver 
con el cuidado de su salud física y mental. Abello y Madariaga (1998) 
afirman que el redescubrimiento de las redes sociales ha sido uno de 
los mayores logros de la psicología social en la última mitad del siglo 
veinte. Explican que el interés común y la formación de redes sociales 
de ayuda aparecieron en fases muy tempranas de la evolución de las 
sociedades humanas. Y hoy como entonces se encuentran ampliamente 
extendidas, lo cual ha facilitado la supervivencia del hombre, porque la 
tendencia a buscar el apoyo de otras personas, ha caracterizado al ser 
humano durante toda su vida.
Macionis y Plummer (2001) definen formalmente el significado 
de red social, como un entramado de vínculos sociales, que une, siquie-
ra temporal o superficialmente, a distintas personas entre sí. Una red 
social no implica entonces relaciones estrechas o permanentes entre las 
personas. Las redes son más poderosas o difusas que los grupos, pues sus 
límites nunca están definidos y tampoco se reclama a sus com ponentes 
que cultiven un sentimiento de lealtad o pertenencia a la red.
Son muchas las personas involucradas en estas redes sociales, en 
las cuales la ayuda es una actividad que implica dos direcciones: tanto 
22
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
recepción como provisión de ayuda. Ésta es parte de un intercambio 
mutuo, continuo, que constituye un sistema amplio de derechos y obliga-
ciones dentro del grupo. Asimismo, el uso de una red social desempeña 
varias funciones básicas para la supervivencia de sus miembros. Estas 
dependen de la clase de transferencia o intercambio que se produzca 
en la red. El uso de una red social busca la supervivencia para satisfacer 
necesidades básicas, desarrollo que se utiliza para mejorar la calidad de 
vida de sus integrantes, y también para buscar y mantener el vínculo 
social. Estas redes sociales que se establecen en forma natural dentro de 
la sociedad, son un apoyo emocional, y también son ayuda instrumental, 
porque pueden proporcionar servicios, bienes, información y situaciones 
agradables de vida (Abello y Madariaga, 1998).
Y es que las familias por sí solas no son suficientes para asegurar el 
cumplimiento del conjunto de derechos de sus hijos consignados en la 
declaración mundial sobre los derechos de la infancia. Las redes de inter-
cambio social, se convierten en el medio más natural que establecen las 
familias para cumplir con sus anhelos de protección y apoyo a sus hijos.
Las redes facilitan el acercamiento, ya que reconocen la confianza 
como el sentimiento que permite entablar una relación con el otro a 
sabiendas de la igualdad de condiciones, donde ninguna de las partes 
posee mucho más que la otra.
Según Madariaga y Sierra: «En cualquier barrio o comunidad, 
los habitantes establecen modos de interacción que constituyen las 
redes de intercambio. Estas redes generan mecanismos por medio de la 
confianza que se establece entre sus miembros, formas de coo peración, 
sociogestión y autoayuda para superar situaciones difíciles y de crisis.»
Sin embargo, es importante aclarar que aunque la familia, las 
redes y la comunidad son agentes de socialización en el niño, y ade más 
crean una alianza necesaria, estas instancias, por sí solas, no son sufi-
cientes. El Estado también juega un rol fundamental en el desarrollo 
armónico de la personalidad. Por esto es necesario que el Estado sea 
23
Desarrollo humano
un socio comprometido con políticas que beneficien a los niños, y que 
las comunidades puedan apropiarse de ástas y cambiar sus condiciones.
Es tarea del Estado lograr cierta homogeneidad en las costum-
bres, comportamientos, actividades y modos de pensar. Esto le permite 
al niño desarrollar una identidad personal, familiar y comunitaria, e 
igualmente una identidad nacional. El Estado debe generaralianzas 
que promuevan oportunidades, y que se conviertan en la razón de ser 
de la democracia.
Factores como el poder y la autoridad son enfrentados desde 
edades tempranas. Max Weber (1921) definió el poder como la pro-
babilidad de alcanzar unos objetivos pese a la oposición de otras per-
sonas. La historia muestra que la fortaleza, sea física o psicológica, es la 
expresión básica del poder. Por tanto, la organización social depende 
de la existencia de un consenso acerca de los objetivos convenientes 
(los valores culturales) y de los medios adecuados para alcanzarlos (las 
normas culturales.) La clave de la estabilidad social reside en el ejercicio 
legítimo del poder. Cuando los padres, los profesores o la policía, des-
empeñan sus funciones de modo adecuado, su poder suele convertirse 
en autoridad. A esta autoridad el niño se enfrenta constantemente, sin 
embargo, según Weber la fuente de la autoridad varía en función de 
la economía de la sociedad (Macionis y Plummer, 2001). Los niños al 
enfrentarse a situaciones en diferentes ámbitos como la escuela o la 
comunidad, también se van enfrentando al poder y la autoridad, en 
grados más complejos.
En este sentido, podemos afirmar que son muchos los agentes de 
socialización con los que el niño se enfrenta, y a su vez son éstos los que 
de alguna manera lo ayudan a su formación como persona. Tal como 
afirma Shaffer, una razón por la que a menudo los primeros rasgos no 
pronostican los resultados posteriores a lo largo de la vida, es que el ser 
humano está inserto en un contexto socio cultural que afecta su desa-
rrollo. El desarrollo social y de la personalidad adopta diferentes formas 
en diferentes culturas, clases sociales y grupos étnicos. El desarrollo de 
24
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
cada persona está influido por los cambios sociales y los acontecimientos 
históricos que ocurren durante su vida, con lo cual cobra gran valor el 
estudio de las variaciones culturales e históricas en el desarrollo.
Sin embargo, se hace esencial tener en cuenta que el ambiente 
sociocultural que ejerce en el niño cierta influencia, a través de di ferentes 
agentes de socialización, se entrelaza con las características predispuestas 
genéticamente, y especialmente con las experiencias tempranas y las 
primeras interacciones que le dan cierta continuidad y construcción al 
desarrollo, lo que permite un desarro llo que se refleja en todas las esferas 
o dimensiones básicas del ser humano.
Cada una de las dimensiones del ser humano no son compar-
timientos separados; son parte de un todo, y a su vez dentro de cada 
uno de ellos hay una gran cantidad de componentes. La psicología 
hace divisiones de éstas, sólo con finalidad científica, a fin de conocer 
a profundidad la gran complejidad de elementos que constituyen la 
unidad del ser humano.
dimensiones del desarrollo humano 
según el modelo holístico
�� dimensión corpórea
El hombre es un ser vivo, y, como todos los vivientes, está sometido a las 
leyes de la vida, como la nutrición, el crecimiento y la reproducción. Por 
tanto, esta dimensión hace referencia a factores estrechamente vincula-
dos con el mundo físico, al igual que las relaciones de carácter biológico 
que incluyen procesos de supervivencia, crecimiento y desarrollo. Los 
anteriores aspectos se expresan en el ámbito de lo corpóreo, razón por 
la cual el cuerpo humano pertenece a una dimensión esencial de la 
persona, ya que es la base del desarrollo de una unidad tan compleja 
como el hombre.
25
Desarrollo humano
El crecimiento está estrechamente relacionado con el aumento de 
la cantidad de células en el cuerpo humano, con el aumento de tamaño, 
y con la salud y la nutrición. El desarrollo no sólo se refiere al cambio 
físico, sino también a los cambios de la organización y la función, y al 
control que el ser físico va logrando sobre el ambiente que lo rodea. El 
concepto de supervivencia se refiere a la disposición biológica a evitar 
la muerte, y buscar la salud y el bienestar.
Hay una gran variedad de bases científicas, desde la biología, las 
neurociencias, la psicología, la antropología, la sociología, las ciencias 
de la salud, etc., que explican el porqué de la intervención temprana, la 
relación de los diferentes factores o variables que intervienen en la infancia 
temprana, la relación de los diferentes factores o variables que intervienen 
en el desarrollo infantil, y la manera como estos factores pueden ocasionar 
el éxito o el fracaso en el proceso del desarrollo. Diversos factores inter-
vienen en el desarrollo infantil: biológicos, ambientales y psicosociales.
De ahí la gran importancia que se le otorga al adecuado desarrollo 
físico, motor y cognitivo en el niño. Esto a su vez implica una buena 
nutrición, un buen cuidado de su salud, y el ambiente debe proveerle 
una estimulación adecuada para que pueda aprender y desarrolle sus 
potencialidades.
Tanto la biología como el ambiente ejercen una influencia deci-
siva en el desarrollo infantil, y más aún, todas esas influencias las recibe 
el cerebro, el órgano que rige todos los procesos humanos.
El desarrollo de la imagen cerebral ha permitido medir y hacer 
un mapa del crecimiento del cerebro humano. Estas imágenes han 
revelado que el cerebro humano no está completamente desarrollado 
al momento del nacimiento. El peso del cerebro de un niño de un año 
es más o menos un 25% de su peso aproximado en la adultez. A la edad 
de tres años, el cerebro del niño ha alcanzado el 90% de su potencial 
total. En otras palabras el cerebro del niño es más activo y complejo de 
lo que anteriormente se creía (Amar y Alcalá, 2001).
26
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
Lo anterior indica que gran parte del proceso de desarrollo cere-
bral, se da posterior al nacimiento, como bien lo expresó Schor (1999): 
«el cerebro humano está relativamente sin desarrollar al momento del 
nacimiento, su potencial espera desplegarse a medida que su estructura 
toma forma y depende de la experiencia individual para guiar su creci-
miento. Las experiencias, los sentidos (visión, audición, tacto, olfato y 
gusto) organizan los patrones de comunicación entre las neuronas. Estos 
patrones neuronales llegan a ser los determinantes de cómo pensamos, 
sentimos y nos comportamos.»
Los neurocientíficos han hecho grandes aportes que indican el rol 
clave que juega el ambiente en el desarrollo cerebral. La importancia 
de esta información consiste en ver hasta dónde la calidad de las expe-
riencias tempranas influencian la estructura del cerebro y el desarrollo 
infantil. Debido a que la mayoría de sinapsis neuronales son formadas 
durante los tres primeros años de vida y se detienen después de los diez 
años, estos tres primeros años son críticos.
Las experiencias tempranas pueden tener un impacto dramático 
en el proceso de conexión entre neuronas, lo cual tiene como consecuen-
cia que el número final de sinapsis en el cerebro aumente o disminuya 
en un 25%. Cada vez se reconoce más que la clase de experiencia a 
la que el cerebro es expuesto en los primeros tres años de vida, influye 
dramáticamente en la manera como éste operará para el resto de la vida 
(Amar y Alcalá, 2001). Como bien afirma Kotulak (1996) citado por estos 
dos últimos autores: «El cerebro exterior entra al cerebro por medio de los 
sentidos y le enseñan al cerebro lo que llegará a hacer.» Kotulak expresó 
lo anterior basándose en los resultados de la investigación llevada a cabo 
por Torsten Wiesel sobre la importancia de la experiencia sensorial en 
el desarrollo cerebral, la cual obtuvo el premio Nobel.
Esta es la evidencia más vívida de que hay etapas críticas del 
desarrollo en las cuales el cerebro necesita la clase correcta de estimu-
lación exterior para enseñarles a las células cerebrales cómo hacer su 
trabajo. Sin embargo, aunque hay momentos claves para ciertos tipos 
27
Desarrollo humano
de aprendizaje, el cerebro además tiene una capacidad extraordinariapara cambiar. Craig Ramey, director del centro de investigaciones in-
ternacionales de la Universidad de Alabama, considera que los padres, 
cuidadores y otros involucrados en la vida de los niños, deben saber 
distinguir entre ventanas óptimas de oportunidad y períodos críticos 
del desarrollo infantil.
La ventana óptima se refiere a la importancia de que el niño ten ga 
determinada experiencia en un período determinado de su infancia, para 
que así pueda maximizar el beneficio de esta experiencia. Y el período 
crítico indica que si el niño no tiene la experiencia en ese momento 
determinado de su desarrollo, perderá para siempre la oportunidad de 
beneficiarse de aquélla.
Desde los primeros años de vida, el estrés al que comúnmente 
nos enfrentamos, comienza a dejar efectos devastadores en el desarrollo. 
Schor explica cómo los eventos traumáticos incre men tan la producción 
de una hormona en el cerebro llamada cor ti sol. Sustancia que interviene 
en la destrucción de neuronas y en la disminución de formaciones si-
nápticas, y altera la función cerebral en el proceso, y además del cerebro 
afecta al sistema inmune. El estrés crónico al que se enfrenta un niño 
en un ambiente abusivo y negligente, puede intervenir en su desarrollo 
cerebral; Schor ha determinado que los niños con altos niveles crónicos 
de cortisol experimentan mayor retraso cognitivo, motor y social que 
otros niños.
El estrés ambiental causa también la detención de secreción de 
la hormona del crecimiento por la glándula pituitaria. Cuando ese nivel 
de estrés es aliviado y el niño recibe estimulación y afecto por parte de 
sus cuidadores, logra alcanzar cierto nivel de crecimiento, lo cual de-
muestra que un ambiente saludable y rico en experiencias estimulantes 
es necesario para un adecuado desarrollo físico. Así, al brindarle al niño 
calidez y cuidado responsable, se fortalecen los sistemas biológicos que 
lo ayudan a manejar las emociones.
28
Desarrollo infantil y construcción del mundo social
Por lo mencionado anteriormente, queda claro que un óptimo 
desarrollo a nivel biológico es esencial, y éste se convierte en el primer 
nivel del desarrollo; sin embargo, no basta con tener un adecuado estado 
nutritivo, una buena salud o inmunizarnos ante todas las enfermedades. 
Como seres humanos, necesitamos tener ciertos tipos de experiencias 
que nos ayuden a manejar el estrés de la vida diaria, no sólo de la infancia 
sino de la vida futura también, así como crear fuertes lazos afectivos en 
la infancia, los cuales tienen un efecto positivo en el sistema biológico 
del niño para adaptarse a las situaciones estresantes.
Teniendo en cuenta que el cerebro humano es el encargado de 
muchas actividades vitales, como el aprendizaje, por ejemplo, y, a la vez, 
un gran porcentaje de aquél se desarrolla después del nacimiento, se 
hace indispensable retomar las variables que interactúan en el desarrollo 
de este órgano y en el desarrollo del infante en general.
La salud y una adecuada nutrición, son variables que intervienen 
en el desarrollo exitoso de la infancia. La salud y la nutrición del niño 
deben cuidarse desde antes del nacimiento. Para Morris (1987), una 
buena alimentación es tan importante para el feto como para los adultos. 
Y con todo, muchas madres, sobre todo en los países subdesarrollados, 
consumen dietas que no las nutren ni a ellas ni a sus hijos debidamente. 
La desnutrición durante el período prenatal puede dar origen a serias 
carencias en el niño, y algunas veces daño permanente. Esos niños 
pueden tener cerebros y cuerpos más pequeños, ser débiles, apáticos y 
propensos a contraer enfermedades.
Una pobre nutrición durante la vida intrauterina y en los primeros 
años de vida, lleva a efectos profundos y variados, incluyendo:
 • Crecimiento físico y desarrollo motor retardado (motricidad fina 
y gruesa).
• Efectos generales en el desarrollo cognitivo, lo cual puede produ-
cir un bajo coeficiente intelectual (inferior en 15 puntos o más 
en los severamente desnutridos).
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Desarrollo humano
• Un grado mayor de problemas conductuales y habilidades sociales 
deficientes en edad escolar.
La madre debe recurrir a cuidados prenatales y tener una dieta 
balanceada para asegurar que su hijo no nazca prematuro ni con bajo 
peso, ya que estas dos variables se relacionan con el fracaso escolar, 
debido a que la nutrición inadecuada antes del nacimiento puede oca-
sionar trastornos neurológicos y conductuales, así como discapacidades 
del aprendizaje y retraso mental (Banco Mundial, 1998).
Las investigaciones han demostrado que deficiencias nutricionales 
severas pueden causar daños irreversibles en el desarrollo del niño. En 
el estado del arte sobre el conocimiento científico del desarrollo infantil 
realizado por Amar, se encontró que las enfermedades derivadas de la 
desnutrición y otras enfermedades evitables son responsables de tres 
millones de muertes anuales de in fantes. Asimismo, el Instituto Nacio-
nal de Desarrollo Humano y Salud Infantil de Maryland (E.U.), en sus 
estudios ha mostrado que las mujeres gestantes que se alimentan bien 
y cuyas dietas son ricas en proteínas, tienen menores complicaciones 
durante su embarazo y tienen bebés más saludables.
Nutrientes como la proteína y el hierro son indispensables para 
un desarrollo adecuado. La cantidad de proteína que la madre ingiera 
durante su embarazo ha sido asociada al tamaño físico del infante al 
momento de su nacimiento, y con su desarrollo psico mo tor. Al igual que 
la proteína, el hierro también es recomendado por las organizaciones 
de la salud, ya que una dieta rica en hierro puede reducir el riesgo del 
bebé de nacer con defectos del tubo neu ral. En estudios de infantes, la 
deficiencia de hierro, aún sin déficit de proteína, se correlaciona con 
bajos puntajes en los tests de desarrollo mental y motor. Este déficit en 
el desarrollo puede persistir después de tratada la deficiencia de hierro. 
La desnutrición causada por deficiencia de proteína reduce la actividad 
exploratoria del niño y su motivación, e incrementa la apatía y la irrita-
bilidad debido a alteraciones en los neurotransmisores.
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Desarrollo infantil y construcción del mundo social
La variable nivel de estrés debe ser muy controlada por la mujer 
gestante, debido a que altera ciertas hormonas que pueden afectar el 
crecimiento y el desarrollo prenatal. El estrés comúnmente está asociado 
a la pobreza. Investigaciones han mostrado que los niños de países afluen-
tes tienden a ser más saludables, de mayor peso y crecimiento que los 
niños de países en desarrollo. Y, de igual manera, dentro de los mismos 
países desarrollados, los niños provenientes de niveles socioeconómicos 
bajos tienden a ser, a su vez, de menor peso y crecimiento.
Después del período prenatal, la nutrición sigue siendo vital 
para el desarrollo del infante, y la mejor alternativa es la leche materna 
que contiene nutrientes esenciales para un buen desarrollo cognitivo, 
cerebral, físico, motor, y también emocional.
Según The Brain Max Academy (1998), la leche materna es el 
medio natural de proveer beneficios nutricionales, inmunológicos y 
emocionales para el crecimiento y desarrollo del infante. En los últimos 
años se han identificado dos ingredientes claves en la leche materna, 
los cuales no están en la leche formulada: el ácido docosahexaenoico 
(dha) y el ácido araccidónico o araxidónico (ara), que son las grasas 
estructurales de mayor prevalencia en el cerebro. Un cerebro saludable 
es 60% grasa estructurada, la cual pertenece en un 25% al dha (es el 
mayor componente estructural de la retina del ojo) y un 15% al ara.
Por lo anterior, queda claro que la mejor alternativa para suplir 
todas las necesidades nutricionales del infante, es la leche materna, ya 
que no hay ninguna leche artificial o de fórmula que se iguale a la leche 
materna en términos de nutrientes, enzimas, factores para el crecimiento, 
hormonas, propiedades inmunológicas y antinflamatorias.
La lechematerna suministra proteínas, grasas, vitaminas, minera-
les esenciales y nutrientes importantes como los nucleótidos. Cuando se 
alimenta al pecho, el bebé recibe alrededor de 11 a 18 mg de nucleótidos 
por día, los cuales intervienen positivamente en el metabolismo de las 
grasas y la función intestinal; además, ayuda al cuerpo a defenderse 
31
Desarrollo humano
contra infecciones y enfermedades (Wyeth s.a., 2000).
La nutrición infantil es crítica y vital para el desarrollo. A medida 
que el niño crece y deja de tomar leche materna, los nutrien tes siguen 
cumpliendo un rol fundamental, y del cuidado que se tenga de brindarle 
al niño alimentos de alto contenido nutricional, dependerá su óptimo 
desarrollo. A cualquier edad, la desnutrición no necesita ser severa para 
producir cambios comportamentales que pueden tener implicaciones 
importantes para la interacción padres-hijo, y en la habilidad del niño 
para explorar y manejar su ambiente. Para Landers (1991) los efectos 
estructurales y funcionales de la desnutrición sobre el desarrollo del 
sistema nervioso, son conocidos ampliamente, además de maximizar 
los efectos adversos de la deprivación socio ambiental sobre el desarrollo.
De esta manera, podemos afirmar que la dimensión corpórea y 
su óptimo manejo, son fundamentales, ya que son el primer eslabón 
de la larga cadena en la que se convierte el desarrollo humano. Tal 
cual como lo expresa Gaitán (1997), la dimensión corpórea implica: 
«el reconocimiento del propio cuerpo, el cual es base de la identidad y de 
las posibilidades de relación con el mundo natural y socio-cultural. Este 
proceso se inicia con el desarrollo de las ha bilidades sensoriales y psico-
motrices primarias y continúa con la identificación de género y los otros 
procesos de maduración corporal que son consustanciales a la formación 
infantil según diferentes contextos culturales.»
Así, podemos afirmar que es indispensable el cuidado de la salud, 
ya que ante todo somos seres vivos, y, por tanto, estamos sometidos a 
las leyes de la vida. El contacto interpersonal, eje de toda formación de 
vínculos y relaciones, se da en primera instancia a un nivel sensorial 
y/o físico, motivo por el cual el reconocimiento de nuestras capacidades 
sensoriales y físicas, así como la búsqueda por el bienestar, son indis-
pensables para un adecuado despliegue de otras dimensiones básicas 
del desarrollo.
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Desarrollo infantil y construcción del mundo social
Con unas capacidades sensoriales adecuadas, podemos tener 
contacto con el medio, y sobre todo podemos sentir el efecto de un 
contacto personal y la calidez de los gestos o palabras que nos permiten 
sentir emociones, y crear relaciones afectuosas o vínculos afectivos.
� dimensión socioemocional
El desarrollo socioemocional del individuo está muy ligado a la rea-
lidad biológica de nuestras emociones, y a la forma como la cul tu ra 
permite sus representaciones y sus formas de expresión. Por tanto, esta 
dimensión apunta al conocimiento del diseño emocional del cerebro. 
Es decir, a la comprensión del interjuego de las estructuras cerebrales 
que determinan el momento y la forma como irrumpen las distintas 
emociones en nuestra vida, y la relación de ésta con las dimensiones 
corpórea, cognitiva y comunicativa en la construcción de estructuras 
relacionales y de desarrollo de la afiliación y del sentimiento humano.
Para Tiffany Field, de la Universidad de Miami, las caricias (afec-
to) son críticas para el cerebro. Field postuló lo anterior, basándose en 
los resultados del experimento que él mismo realizó con ratones, y con 
el cual logró mostrar que el crecimiento de los ratones recién nacidos 
que eran separados de sus madres se detenía. Asimismo, a través de la 
investigación se demostró que las madres al lamer a los bebés ratones 
les estaban diciendo que todo estaba bien en el ambiente y que podían 
continuar su desarrollo. Sin las caricias, el cerebro de los bebés ratones se 
colocaba en modo de sobrevivencia. La ausencia de lamer significa que 
la madre no está presente, por tanto, no hay alimento, y por consiguiente 
en sus cerebros se apagaba la respuesta de alimentación para conservar 
energía. La respuesta de alimentación se restauraba tan pronto como 
la madre los lamía nuevamente.
En el caso de los humanos, aunque la madre no lame, sí acaricia 
y frota al bebé; por tanto, el afecto que el niño recibe de sus principales 
cuidadores y las experiencias de formación de vínculos y el apego durante 
los primeros años y vulnerables períodos de vida, son críticos en el mol-
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Desarrollo humano
deado de la capacidad para formar relaciones íntimas y emocio nalmente 
saludables. La empatía, el afec to, el desear compartir, el inhibirse de 
agredir, la capacidad de amar, están asociadas a las capacidades medu-
lares de apego formadas en la infancia y niñez temprana.
Uno de los aspectos más importantes del desarrollo humano es 
la manera en que el niño aprende a relacionarse con otros desde el 
nacimiento. Durante los primeros años de vida, la relación primaria 
del niño se limita a la que tiene con sus padres u otras personas que lo 
cuidan. En la niñez temprana empiezan a formarse otras relaciones con 
hermanos, compañeros de juegos y personas ajenas al círculo familiar. 
El mundo social se expande aún más cuando el niño comienza a asistir 
a la escuela, y establece un número y diversidad cada vez más grande de 
relaciones sociales en las que se incluyen maestros, amigos, compañeros 
de equipo y vecinos.
Desde la niñez, el desarrollo se entrelaza con relaciones sociales; 
es decir, el niño aprende comportamientos y actitudes apropiados a su 
familia y cultura. Cabe resaltar, que aunque en este pe ríodo se presenta 
contacto con nuevas personas que ejercen una influencia sobre el menor, 
los padres siguen siendo para el niño la influencia más significativa, por-
que ejercen un impacto enorme en el desarrollo socio emocional del niño
Gran parte de este desarrollo se origina por la confianza y el 
vínculo afectivo en la infancia y la comunicación emocional entre los 
infantes y las personas encargadas de su cuidado. Lo anterior permite 
que un recién nacido dependiente, con un limitado repertorio de expre-
siones emocionales y con necesidades físicas apremiantes, se convierta 
en un infante con sentimientos complejos, una voluntad fuerte y los 
principios de una conciencia.
En la naturaleza, las crías de muchas especies siguen a la madre a 
donde quiera que vaya, porque tienen una impronta respecto a su madre. 
Es decir, en un breve lapso las crías han formado un fuerte vínculo con 
el primer objeto que se mueve y con el cual han entrado en contacto. 
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Desarrollo infantil y construcción del mundo social
En la naturaleza, este objeto es la madre. Hoffman y De Paulo (1977) 
y Lorenz (1935) realizaron ciertos experimentos de laboratorio, con 
especies animales, como los patos y gansos, los cuales eran separados y 
lograban improntarlos en jugue tes, pelotas, e incluso seres humanos.
En los neonatos humanos, esta clase particular de impronta no 
se da. El recién nacido, al ser separado de su madre no mostrará apego 
por un maniquí o un juguete, sino que formará un apego o vínculo social 
con la persona que lo cuida; en la mayor parte de los casos esta persona 
es su madre (Morris, 1987).
El vínculo afectivo es un nexo emocional recíproco y fortalecido 
entre un infante y la persona que lo cuida, cada uno de los cuales contri-
buye a la calidad de la relación. Los vínculos afectivos tienen un valor 
adaptativo para los bebés, garantizando que sus necesidades psicosociales 
y físicas sean satisfechas. Casi toda actividad por parte de un bebé que 
conduce a una respuesta en un adulto, puede ser un comportamiento 
en busca de un vínculo afectivo: succionar, llorar, sonreír, abrazarse y 
mirar los ojos de la persona que lo cuida (Papalia, 2001).
Los niños en sus etapas más tempranas dependen de otras perso-
nas para obtener alimento y protección, y

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