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Desarrollo infantil y construcción del mundo social Desarrollo infantil y construcción del mundo social Ediciones Uninorte Barranquilla, Colombia José Amar Amar Raimundo Abello Llanos Diana Tirado García © Ediciones Uninorte, 2004 © José Amar Amar, Raimundo Abello Llanos y Diana Tirado, 2004 Coordinación editorial Zoila Sotomayor O. Diseño y diagramación Luz Miriam Giraldo Mejía Editor senior Alfredo Marcos María Diseño de portada Joaquín Camargo Valle Foto de portada Juan Camilo Segura echo en Colombia ade in Colombia Resolución del MEN Nº 2085-05/09/2003 155.4 A485 Amar Amar, José Juan Desarrollo infantil y construcción psicológica del mundo social / José Juan Amar Amar, Raimundo Abello Llanos, Diana Tirado García. – Barranquilla : Ediciones Uninorte, 2004 p. 212 ISBN: 958-8133-90-4 1. Desarrollo infantil – Aspectos sociales 2. Psicología infantil 3. Desarrollo de la comunidad I. Abello Llanos Raimundo II. Tirado García, Diana III. Tít. ���������� � ������� ���� �� � � �� ������ ��� ��������� Los autores José Amar Amar. Ph.D en Psicología Clínica. Newport University; Ph.D con grado mayor de Psicología Social, Columbia Pacific Uni- versity; Master en Artes con grado mayor en Psicología Educativa. Columbia Pacific University; Metodología e Investigación Educativa a nivel universitario, Universidad del Norte. Investigador asociado de la Fundación Bernard van Leer de Holanda y consultor de la Unesco y Unicef. En dos oportunidades se le ha otorgado el Premio Nacional de Psicología. Actualmente es Decano de la División de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad del Norte y Director del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano (CIDHUM) de esta misma institución. Raimundo Abello Llanos. Doctor en Educación de la Universi- dad del Humanismo Cristiano de Chile; Especialista en Diseño y Evaluación de Proyectos, Universidad del Norte; Especialista en Gestión Tecnológica, Universidad Externado de Colombia y obtuvo el Premio Nacional de Psicología. Actualmente es Director de In- vestigaciones y Proyectos de la Universidad del Norte e investigador del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano (CIDHUM) de esta misma institución. Diana Tirado García. Psicóloga. Universidad del Norte. Asistente de investigaciones del Centro de Investigaciones en Desarrollo Hu- mano (CIDHUM) de la Universidad del Norte. Pertenece al programa Jóvenes investigadores de esta misma institución. vii A mi querida nieta Alejandra Garzón Amar por su existencia que da un ritmo tumultuoso a mi corazón y profundiza mis sentimientos de compromiso para seguir buscando, a través de la investigación, una mejor vida para todos los niños del mundo. José Juan Amar Para todos lo niños del mundo, quienes con su ternura e inocencia me llenan de sabiduría, y especialmente para aquellos niños que aún no hacen parte de este mundo, pero que algún día lo harán y con su presencia constituirán mi familia y la mayor bendición de mi vida. Diana Tirado García A mi querido hijo Juan Camilo, quien permitió con su crianza la interacción permanente para evidenciar muchos de los principios del desarrollo infantil que exponemos en este libro. Raimundo Abello Llanos Presentación ..................................................................................... ..x Capítulo 1 Desarrollo humano ............................................................................ 1 Elementos básicos del desarrollo humano desde la psicología ..................................................................................... 5 - Individualización .................................................................................7 - Socialización .......................................................................................14 Dimensiones del desarrollo humano según el modelo holístico ..................................................................... 24 - Dimensión corpórea .......................................................................... 24 - Dimensión socioemocional .............................................................. 32 - Dimensión cognitiva social ............................................................... 42 � - Dimensión lingüística comunicativa ............................................... 54 - Dimensión ética moral ...................................................................... 63 - Dimensión estética ............................................................................ 69 - Dimensión de trascendencia ............................................................ 77 Desarrollo humano: entre la individuación y la socialización ........................................... 80 Capítulo 2 Construcción psicológica del mundo social .................... 82 - El niño y el medio: Una relación bidireccional ............................. 85 - Construcción psicológica del mundo social: toma de perspectiva ............................................................................ 98 - Construcción psicológica del mundo social: comprensión del mundo económico .......................................120 CONTENIDO Capítulo 3 El ambiente del niño .....................................................................152 Estructuras sociales básicas que favorecen el desarrollo de los niños .....................................................................158 - La familia, la única influencia educativa permanente ................. 159 - Funciones económicas ................................................................... 160 - Funciones sociales ........................................................................... 160 - Funciones emocionales .................................................................. 162 - La familia agente educador ............................................................164 El desarrollo de la comunidad y la atención integral al niño .............................................................172 - Movimiento social ........................................................................... 174 - Organización comunitaria .............................................................. 175 - Participación comunitaria ............................................................... 176 - Sociogestión comunitaria ................................................................ 179 - Educación comunitaria ..................................................................180 El papel del Estado y la sociedad civil .............................................181 Bibliografía .........................................................................................185 Aunque la infinitud del ser humano hace imposible tener una com- prensión de su totalidad, el conocimiento científico nos ha ayudado a comprender tantos hechos que, a su vez, nos han permitido un mayor conocimiento de nosotros mismos. Gracias a la ciencia, el promedio de vida de los seres humanos ha aumentado, hay estilos de vida más salu- dables, sabemos sobre la complejidad de nuestro cerebro, conocemos las formas de aprendizaje y hay cierta claridad de lo que se debe hacer para que todos los seres humanos puedan llegar a tener una existencia digna y sostenible. La psicología es una de las ciencias que más ha aportado al conocimiento del ser humano. A través del estudio de los elementos básicos del desarrollo, como son la socialización y la individualización, se ha ido construyendo un cuerpo de conocimientos y desde distintas perspectivas teóricas se ha buscado, mediante el método de la ciencia, no sólo comprender la mente humana, sino también aportar soluciones para lograr que las personas trasciendan desde su ser biológico hacia su ser social y cultural. PRESENTACIÓN xii Dentro de los campos de la psicología, el desarrollo del niño y su comprensión son fascinantes. Y dentro del cúmulo de temasde in- vestigación sobre este ser tan complejo, su relación con el ambiente ha preocupado a millones de psicólogos. Conocer cómo el niño asume su realidad y la transforma, cómo soluciona problemas, qué lo emociona y le provoca emociones, cómo se percibe a sí mismo y a los demás, y qué correlación existe entre la influencia del medio y el procesamiento que le da a esa influencia, son algunos de los aspectos a los que psicólogos y psicólogas han dedicado su vida profesional a estudiar e investigar. Este libro, denominado Desarrollo infantil y construcción psicoló- gica del mundo social, pretende ser un aporte más a la gran preocupación por conocer un aspecto específico del desarrollo infantil. En esa pers- pectiva, se presentan algunos desarrollos teóricos de los investigadores del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano de la Universidad del Norte –Cidhum– y también conclusiones de una serie de proyectos de investigación sobre este tema auspiciados por la Fundación Bernard Van Leer de Holanda y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Col ciencias). En el primer capítulo se trata el tema central del desarrollo humano desde la psicología, y se hace una propuesta de un modelo holístico, fundamentado por casi treinta años de investigación sobre desarrollo infantil, teniendo en consideración tres esferas básicas: lo que ocurre al niño internamente, el niño en su interacción con los otros, y el ambiente del niño. En el segundo capítulo, que se centra en la construcción psicoló- gica del mundo social, se presentan fundamentalmente investigaciones en el ámbito de la toma de perspectiva, la comprensión del mundo económico y la comprensión del mundo político. El último capítulo trata sobre el ambiente del niño, con el cual se pretende mostrar cómo el problema del desarrollo humano, a partir de la gestación, es un esfuerzo holístico en el que el ser humano contri- xiii buye activamente a su propio desarrollo. Pero también existe un entorno cambiante que influye en las personas y puede actuar como facilitador o inhibidor de dicho desarrollo. Por último, los autores quieren agradecer la cooperación de la Fundación Bernard Van Leer de Holanda y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Colciencias), así como a los distinguidos psicólogos que trabajaron en las investigaciones cuyos resultados se exponen en este texto, entre ellos, Marina Llanos, Consuelo Angarita, Olga Hoyos, Marianela Denegri, Salomón Magendzo y José Alfredo Aparicio. Con este libro queremos contribuir a la comprensión de la in- fancia, con la intención de buscar cada día una calidad de vida mejor a nuestros niños y al ambiente donde ellos crecen y se desarrollan. Los autores 1 CAPÍTULO 1 DESARROLLO HUMANO El concepto de desarrollo humano ha sido definido desde distintas perspectivas. A partir de la antropología filosófica, fue asumido por un conjunto de disciplinas científicas en los que, de acuerdo a su objeto de estudio y especificad funcional, cada una de ellas hacen énfasis en algunas dimensiones del ser humano. No obstante, su popularización se la debemos muy probablemente a las ciencias económicas, las que mediante trabajos realizados al amparo de organismos internacionales como el Pnud –Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo– y Unicef –Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia–, empiezan a denunciar la ausencia de equidad en el mundo en la distribución de la riqueza, y a enfatizar en la necesidad de que las personas, y no los objetos, son el centro del desarrollo. Y que éste debería medirse con indicadores cuantitativos y cualitativos de acuerdo a las posibilidades que tenga el conjunto de las personas de satisfacer sus necesidades fundamenta les dentro de un contexto de libertad. La Unicef concibe el desarrollo humano con una orientación que ve al hombre como sujeto y objeto del desarrollo económico y social, 2 Desarrollo infantil y construcción del mundo social que asume los derechos humanos, y, más espe cíficamente, los derechos del niño como objetivos y metas culturales que permiten fomentar la construcción de conocimientos útiles a la conservación y el desarrollo integral como meta principal de todos los programas en beneficio de las personas. El desarrollo humano es, fundamentalmente, un proceso social y cultural. Por su parte, el Pnud define el desarrollo humano como «un pro ceso conducente a la ampliación de las opciones de que dis ponen las personas. En principio, esas opciones pueden ser infinitas y pueden cambiar a lo largo del tiempo. Pero a todos los niveles de desarrollo, las tres opciones esenciales para las personas son: poder tener una vida larga y saludable, poder adquirir conocimientos y poder tener acceso a los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decoroso. Si no se dispone de esas opciones esenciales, muchas otras oportunidades permanecen inaccesibles, pero el desarrollo humano no termina allí. Otras opciones sumamente preciadas por muchos, van desde la libertad política, económica y social hasta las oportunidades de ser creativos y productivos, y de dis frutar de autorrespeto personal y de derechos hu- manos garantizados. Por consiguiente, el desarrollo humano tiene dos facetas: Una es el fenómeno de la capacidad humana, como mejor salud y ma yores conocimientos teóricos y prácticos. La otra es el aprovecha- miento de la capacidad adquirida por las personas con fines productivos o de creación, o en actividades culturales, sociales y políticas. Si no se equilibran los dos lados de la balanza del desarrollo humano, puede suscitarse una gran frustración humana. En el desarrollo humano se analizan todas las cuestiones sociales, crecimiento económico, comercio, empleo, libertad política o los valores culturales desde las perspectivas del ser humano. Por tanto el desarrollo humano se centra en ampliar las opciones humanas y se aplica por igual a países en desarrollo e in- dustrializados» (Pnud, 1995). Históricamente, la psicología –la más humana de todas las ciencias, como afirma Jaspers–, se ha interesado en el problema del desarrollo humano con una gran variedad de enfoques. Entre éstos, 3 Desarrollo humano encontramos el enfoque psicométrico, el enfoque prede ter minista, el enfoque contextualista (estructuralista), y en los últimos años el enfoque interaccionista, que señala el desarrollo como producto de la interacción entre lo biológico y lo social, actuan do la psicología entre estos dos factores, tal como lo expresó Wallon. Sin embargo, la psicología por sí sola no puede dar respuesta al problema del desarrollo humano. Se requiere una transdis ciplinariedad para crear conocimientos sólidos. Por eso, los autores de este texto pro- ponemos un enfoque holístico del desarrollo huma no. Este enfoque es producto del conocimiento científico, el cual nos permite tener relativa certeza del papel que juegan la herencia biológica y, especialmente, las experiencias tempranas y las primeras interacciones, en la continuidad del desarrollo. De acuerdo con este enfoque holístico, el desarrollo humano es el proceso por el cual el ser biológico trasciende hacia el ser so cial y cultural. En otras palabras, sería la realización del potencial biológico, social y cultural de la persona. Con esto se alude a que el ser humano es el principal actor de su desarrollo, el cual se pro duce mediante una construcción permanente en interacción con otras personas en la búsqueda del perfeccionamiento de sus potencia lidades. Aunque la infinitud del ser humano hace imposible tener una comprensión de su totalidad, el conocimiento científico nos ha ayudado a descubrir tantos hechos que han permitido no sólo tener una mayor asimilación de nosotros mismos, sino también que nuestra existencia sea cada día más digna. En este campo más cualitativo del desarrollo huma- no, el individuo es el centro de su pro pio desarrollo,pero atendiendo a la premisa de que ese auto desarrollo sólo es posible en la interacción con otras personas. En su proceso de desarrollo, el ser humano establece una triple relación: consigo mismo, con los otros y con su ambiente. El desarro- llo humano es, entonces, el bienestar del hombre en función de estas 4 Desarrollo infantil y construcción del mundo social tres relaciones, que constituyen las dimensiones a las que las diferentes disciplinas científicas aportan para que el desarrollo humano sea estu- diado como un proceso multidimensional, po tencial, continuo, integral y adaptativo. De ahí que consideremos que, en el ámbito de una visión com- prensiva, debemos rescatar el pensamiento de Henri Wallon al abor- dar el estudio de la evolución humana de manera integral. Es decir, comprender al ser humano como un sistema en evolución, y aunque por razones heurísticas y metodológicas se pueden disociar momen- táneamente elementos del sistema (la dimensión cor poral, cognitiva, emocional, comunicacional), no se puede conocer su desarrollo sólo a partir de un componente aislado, sino que ese componente estudiado debe integrarse al todo del niño. El desarrollo humano en la infancia, en cada una de las edades, es, tal como lo ha expresado Wallon (1980), «un sistema en el que conocemos todas las actividades que le son disponibles, pero esas actividades reciben su papel y su significado a partir del todo.» Lo anterior de muestra que la visión comprensiva entiende la evolución del niño no como un desarrollo uniforme y lineal de un solo rasgo de la vida psicológica, sino como el desarrollo sucesivo de elementos cada vez más complejos e interconectados los unos a los otros. Desde esta perspectiva funcional, podríamos afirmar, siguiendo las ideas de Myers, que el desarrollo humano tiene algunas caracterís- ticas básicas. Es multidimensional, porque incluye el mejoramiento de un conjunto interrelacionado de dimensiones. Es potencialidad, lo que implica siempre llegar a ser más. Es un proceso continuo, que comien- za antes del nacimiento y se prolonga a lo largo de toda la vida. Es un proceso integral, pues los diferentes elementos del desarrollo humano están interrelacionados y deben ser considerados como un todo. Es adaptativo, porque implica preservar el sentido histórico del individuo y al tiempo potencializar su capacidad de cambio. 5 Desarrollo humano Por esto, en alguna medida, el estudio científico del desarrollo del niño se centra en conocer cómo cambian y cómo permanecen algunos aspectos en el transcurrir del tiempo, en su dimensión física, socioemo- cional, cognoscitiva, lingüística, ético-moral, estética y, especialmente, en su trascendencia caracterizada por sus inagotables capacidades de llegar a ser cada día mejor, es decir, más humano. elementos básicos del desarrollo humano Para nosotros, es indispensable tener en cuenta que el desarrollo hu- mano está compuesto por dos elementos básicos: la individualización y la socialización. Porque todos los organismos se desarrollan de acuerdo Gráfica 1 Modelo Holístico para la Atención Integral a la Infancia Fuente: Amar, J. Proyecto Costa Atlántica, Fbvl, Universidad del Norte (2001). 6 Desarrollo infantil y construcción del mundo social a un código o plan genético, el cual consiste en una serie de cambios preprogramados, no sólo en la forma del organismo, sino también en su complejidad, integración, organización y función (Craig y Woolfolk, 1998). También se desarrollan como consecuencia de las experiencias tempranas y las primeras interac ciones, que dan continuidad y construc- ción al desarrollo, y ha cen que cada miembro de la especie humana sea único, lo que lo define como individuo. Sin embargo, el comportamiento debe estar enmar cado dentro de un sistema de referencia que le dé un sentido. Por eso, tenemos que partir del hecho de que el desarrollo tie ne un componente social, es decir, es movilizado por las activida des de la socie dad; pero es también individual, adquirido por el hom bre mediante sus propias actividades. Tal como se refleja en el bosquejo del modelo holístico, para que exista el desarrollo humano la sociedad debe crear condiciones en las cuales la persona, tanto individual como colectivamente, logre el abastecimiento de los elementos materiales vitales. De igual manera, ha de tener también acceso a bienes culturales dignos, y a servicios que le garanticen la realización de su potencial en el marco de un orden político y social con equidad de oportunidades y sostenibilidad, así como opciones claras para participar en las decisiones y en el disfrute del bien- estar material y cultural que en conjunto los seres humanos han creado. Así, podemos afirmar sin ninguna duda que, a través de esta visión del desarrollo humano, los derechos de los niños (y del ser hu ma no en general), cobran más sentido. Por un lado, se respeta la individuación, que le da significado particular a su manera de construir valor y pro- yectar su propia experiencia. Por otro lado, se respeta su socialización, ya que genera el espacio para que el sujeto humano tome su carácter de historicidad y de construcción colectiva, articulado a una red de significados elaborados en la interacción interindividual e intergrupal, y revalorizando el carácter ético de los derechos del niño, lo que se ex- presa en el marco de la interacción entre «sujetos iguales que a la vez son diferentes y luchan por configurar su identidad propia.» 7 Desarrollo humano A continuación, intentaremos fundamentar nuestra perspectiva holística del desarrollo humano tratando de demostrar con datos cien- tíficos la importancia de los elementos básicos del desarrollo humano: la individualización y la socialización. � individualización Es la instancia en la cual el desarrollo del sujeto humano adquiere un carácter de irrepetibilidad. Esto implica darle un significado particular a la manera de construir, experimentar, valorar y proyectar la propia existencia de la persona. Aquí juegan papeles importantes la herencia biológica, la estructura anatómica, fisiológica y bioquímica, y especial- mente las experiencias tempranas y las primeras interac ciones que le dan cierta continuidad y construcción al desarrollo, y que, al mismo tiempo, hacen que cada miembro de la especie huma na sea único y en permanente cambio, tanto de naturaleza cuantitativa (estatura, peso) como cualitativa (inteligencia, lenguaje, pensamiento). El desarrollo físico del individuo incluye el conjunto de rasgos fundamentales del cuerpo humano, tales como la estatura, el peso y las proporciones corporales. El desarrollo cognoscitivo incluye factores como inteligencia, lenguaje y pensamiento. Asimismo, encontramos el desarrollo del área psicosocial, que incluye aspectos tan importantes como los rasgos de personalidad y el temperamento. Las anteriores dimensiones del desarrollo (física, cognitiva, psicosocial) están determi- nadas por la herencia, es decir, tienen una base biológica y, además, se complementan con las experiencias y el ambiente, lo cual determina las características que diferencian a los seres humanos unos de otros. Tal como afirma Lefrançois (1998), los mecanismos de la herencia son complicados y a veces desconcertantes; sus maravillas, sorprenden- tes. El óvulo y el espermatozoide son los orígenes de la nueva vida. No sólo dan inicio al desarrollo de un nuevo ser humano, sino que también portan las instrucciones o el plan general que determina lo que here- dará el individuo. La base de la vida son las proteínas, cuya naturaleza 8 Desarrollo infantil y construcción del mundo social y función están determinadas por las combinaciones y secuencias de aminoácidos. Por su parte, estas combinaciones y secuencias están de- terminadas por un código especial contenido en una sustancia llamada ácido desoxirribonucleico o ADN. Esta sustancia consta principalmente de cuatro componentes, dispuestos en diferentessecuencias de pares en una estructura que por su aspecto se denomina doble hélice. En el cuerpo tenemos dos clases de células: células sexuales (óvu los y espermatozoides) y células somáticas. La información gené- tica de todas las células somáticas normales es idéntica; es decir, todas tienen el mismo conjunto de moléculas de adn. Estas mo léculas están situadas en estructuras llamadas cromosomas. Por cada célula somática hay 23 pares de cromosomas. Cada persona hereda un miembro de cada par, por un lado, de su madre, y, por otro lado, de su padre; es decir, se heredan 23 cromosomas de cada uno de los progenitores, para un total de 46. Los cromosomas son las estructuras que portan las unidades de la herencia (genes). Estas unidades de herencia o genes «organizan mate- rial inerte en sistemas vivos» (Scott, 1990, citado por Craig y Woolfolk, 1998). Dirigen a las células a que formen el cerebro, el corazón, la lengua y las uñas. Los genes llevan el plan detallado de las características que todos los humanos compartimos, pero también del arreglo infinito de las diferencias individuales. Determinan las formas particulares en que diferimos de otras especies en ta maño, forma, comportamiento o enve- jecimiento, y también deciden las cualidades únicas que nos distinguen de otras personas (Craig y Woolfolk, 1998). Los genes determinan las posibilidades de nuestras características heredadas: hay pares de genes que corresponden al color de los ojos, las características del pelo y cualquier otro rasgo físico del indi viduo. Por su parte, características de personalidad, como la inteligencia, parecen estar relacionadas con otras combinaciones de genes. 9 Desarrollo humano Los cromosomas, como ya se mencionó, se acomodan en pares y cada par tiene un juego completo de genes. Debido a que cada par proporciona la codificación para las mismas clases de rasgos, un gen para un rasgo puede existir en dos formas alternadas. Se puede pensar, tal como lo describe Morris (1987), en un gen para el color de los ojos, como una forma, B, la cual origina ojos cafés, y otra forma, b, que origina ojos azules. Pero si se hereda un gen b de un padre y un gen B del otro, los ojos serán café. La forma B es lo que se denomina gen dominante, mientras que la forma b es rece siva. La característica color de ojos es controlada por genes únicos; sin embargo, características tan importantes como inteligencia, estatura y peso no pueden trans- mitirse por un gen único. Un número de genes hacen una pequeña contribución al rasgo en cuestión en un proceso que se denomina herencia poligénica. Y es que el genoma humano es, como bien lo define Allende, «el conjunto de toda la información que cada ser humano hereda. El genoma está conformado por gigantescas moléculas de ADN que están arrolladas y empacadas en los 23 pares de cromosomas que están en el núcleo de cada una de los 100 trillones de células que componen nuestro cuerpo. Si se estiraran esas moléculas y se unieran los ter minales de cada célula, obtendríamos un cordelito delgadísimo pero de dos metros de largo. Estas moléculas están compuestas por dobles cadenas enrolladas sobre sí mismas y cada una de esas cadenas tiene cuatro diferentes eslabones químicos, las llamadas bases de soxinucleotídicas que pueden ser representadas por las letras A, T, G y C. Los ADN de diferentes organismos tienen diferentes secuencias de esas letras, pues es la secuencia de las letras la que, igual que las palabras, le da sentido a la información. El ADN de los 23 cro- mosomas humanos tiene alrededor de 3.000 millones de letras, lo que es equivalente a un libro de un millón de páginas. En ese libro, hay entre 50.000 y 100.000 mensajes que son los genes y que constituyen sólo el 5% del genoma» (Allende, 2003). Morris (1987) plantea que la ciencia no es un simple proceso que se realiza en un laboratorio; puede tener efectos que se diseminan 10 Desarrollo infantil y construcción del mundo social en la sociedad. A medida que se pueden rastrear los rasgos humanos como la inteligencia, el temperamento y la enfermedad mental, en los cromosomas y los genes, aumentará el alcance en que se puedan controlar las vidas humanas. De este modo, «técnicas como la bioinformática cobran un gran valor porque permitirán hacer interesantes comparaciones entre los genomas de diferentes organismos. Estas comparaciones serán de enorme utilidad para el profundo entendimiento de la evolución mo- lecular. La elucidación del genoma humano y el desarrollo de técnicas para tipificar las particularidades genéticas de individuos, permitirán el desarrollo de la medicina predictiva, disciplina que podrá correlacionar los rasgos genéticos con la predisposición a enfermedades que pueden aparecer varias décadas después. También hay que mencionar que el desciframiento del genoma facilitará enormemente el discernir los di- versos genes que contribuyen a enfermedades poligénicas que incluyen a todas las mayores responsables de la morbilidad humana, como son las patologías cardiovasculares, el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la diabetes, etc. Otro resultado previsible del conocimiento del genoma hu mano y de la función de sus genes, tiene que ver con las capacidades y algunos comportamientos humanos. Hay evidencias que señalan que características como la longevidad, y destrezas para las artes plásticas, las matemáticas, o la música entre otras, tienen componentes genéticos» (Allende, 2003). Por esto, Lefrançois (2001) no tiene duda al afirmar que nos encon tramos en el umbral de una nueva época, en la que casi a dia rio hay des cubrimientos en la genética. Ahora podemos detectar debilida- des genéticas lo mismo que fortalezas desde los primeros momentos de la vida. Los explosivos conocimientos de la biología celular en el nivel molecular abren nuevas puertas al mundo vasto y casi ignoto de la inge- niería genética. Las ciencias descifran el código genético, aprenden a leer los mensajes que dirigen la disposición de los aminoácidos, los que a su vez definen la estructura y el funcionamiento de las moléculas de las proteínas, que son las unidades fundamentales de nuestra vida biológica. 11 Desarrollo humano El complejo campo de la genética es uno de los de mayor cre- cimiento entre todas las ciencias modernas. Prueba de esto es el desci- framiento del genoma humano que se ha convertido en un gran logro para toda la humanidad, lo que, sin duda, constituye uno de los más importantes descubrimientos de la ciencia, y un avance significativo para las ciencias biológicas y médicas. El gran logro que para la humanidad es el desciframiento del genoma humano, significa que, hoy día, se ha podido digitar entre el 90 y el 97% de todas las letras que conforman el sistema genético, identificando la posición y la secuencia de cerca de 10.000 genes (el 10 y el 20% de todos los mensajes). Tener el genoma humano digitado, es más bien una señal que marca un inicio en vez de un final. Estamos iniciando la era post- genómica en la que, según Allende, tenemos nuevamente un gran desafío por delante. Llegar a este extraordinario logro se consiguió me- diante un esfuerzo de 12 años que involucró a cientos de laboratorios en todo el mundo, mayormente en el mundo desarrollado. Los grandes contribuyentes a este propósito fueron los National Ins titutes of Health y el Department of Energy, en Estados Unidos; la Wellcome Trust, en el Reino Unido, y la Fundación Genethon, en Francia. En América Latina, no hubo un esfuerzo organizado, pero laboratorios en Brasil, México, Argentina y Chile hicieron pequeñas contribuciones a este logro (Allende, 2003). Es interesante el estudio y el campo de la genética, ya que actual- mente algunos avances muestran que la genética no sólo se manifiesta en los rasgos físicos. Tal como lo expresan Golsmith (1983) y Plomin (1990), estudios de gemelos muestran una amplia gama de rasgos de personalidad que son heredados, y en especialtres características fre- cuentes: emocionalidad, nivel de actividad y sociabilidad, a las que se llama rasgos eas. Igualmente, aspectos específicos de la personalidad pueden ser heredados, por lo menos en parte. Bouchard (1994) describe un análisis de cinco grupos de aspectos específicos de la personalidad que pueden 12 Desarrollo infantil y construcción del mundo social ser heredados, por lo menos en parte: extraversión, neu roticismo, reac- titud, conformismo y franqueza, que indican o sugieren una hereda- bilidad cercana al 40%. Establecer varianzas adicionales atribuibles a la medición del error, lleva la heredabilidad más cerca, hasta un 66%, para estos grupos de rasgos. Resulta evidente que muchos genes, cada uno con sus propios efectos pequeños, se combinan para establecer un espectro de posi- bles reacciones ante un rango de posibles experiencias (Scarr, 1997; Weinberg, 1989). El ci de niños adoptados es consistente mente más similar al ci de sus madres biológicas que al de sus padres y hermanos adoptivos (Horn, 1983; Scarr y Weinberg, 1983, citados por Papalia, Wendkos Olds, Duskin Feldman, 2001) La evidencia de una creciente influencia genética en el ci es que, en estudios de adop ción, el puntaje de los hermanos jóvenes, por sangre fue similar y los puntajes de her- manos adoptivos tienen correlación cero. Además, el ci de los adoles- centes se correlaciona más de cer ca con el nivel de escolaridad de sus madres biológicas que con el ci de sus padres adoptivos. Es importante resaltar que el ambiente de la familia tiene más influencia en los niños más pequeños (McGue, Bouchard, Iacono y Lynkken, 1993; Scarr y Weinberg, 1983, citados por Papalia, Wendkos Olds, Duskin Feldman, 2001). Las principales influencias del ambiente sobre la inteligencia parecen presentarse en las etapas iniciales de la vida (McGue, 1997). Con lo anterior, se puede confirmar que las experiencias tempranas y las primeras interacciones, son las que le dan cierta continuidad y construcción al desarrollo. Al mismo tiempo que se complementan con la herencia biológica, hacen que cada miembro de la especie humana sea único y en permanente cambio. Lo anterior indica que la herencia puede ejercer una fuerte influencia sobre la inteligencia en general, las características físicas, los rasgos más íntimos o las características de personalidad, y también sobre habilidades específicas; pero un ambiente enriquecido o no, puede influenciar el desarrollo y la expresión de la habilidad innata. 13 Desarrollo humano La experiencia ambiental que el niño recibe a temprana edad, influencia de manera directa su desarrollo. Numerosas investigaciones han demostrado que la calidad del ambiente influye en el tipo de experiencias productivas que pudiese tener el niño para aprender. Al niño debe brindársele seguridad, caricias y afecto para un adecuado desarrollo emocional, y relaciones cálidas e interac ciones sociales para un adecuado desarrollo psicosocial. Partiendo de estas evidencias, se afirma que la biología es sólo uno de los dos principales componentes del desarrollo humano y que, por tanto, éste no está exclusivamente determinado por dichos meca- nismos biológicos. Al contrario que otras especies cuya conducta está determinada por mecanismos biológicos, los seres humanos basan su experiencia en el aprendizaje de la cultura en la que van a vivir inmersos, y más específicamente en las experiencias y las primeras interacciones. Ésta es una tarea que dura toda la vida, y que exige estar en contacto permanente con personas de esa cultura. La individualización, como proceso, brinda grandes oportunida- des para un desarrollo humano en el que la persona sea el sujeto efectivo del proceso. Mas la centralidad de la persona no ha de entenderse de modo individualista. La autonomía del sujeto exige el reconocimiento del otro y, por consiguiente, no se despliega efectivamente sino en ese vínculo social. Dado que la persona se indivi dualiza sólo en sociedad, la calidad del desarrollo humano se define en la forma de vínculo social que caracteriza a determinada so ciedad. No se puede asumir la indivi- duación y fortalecer la autonomía personal sin interrogarnos acerca de su complemento necesario: «lo colectivo». Es por intermedio de un «Otro generalizado» –un imaginario y una experiencia de «sociedad»– que la persona afirma su autonomía individual. (Ver: http://mirror.undp.org/ chile/desarrollo/textos/extension/Discursos/bid.doc). La experiencia social es la base sobre la que construimos nuestra personalidad, esto es, el entramado, relativamente consciente, de las 14 Desarrollo infantil y construcción del mundo social formas de pensar, sentir y actuar de una persona. Construimos nuestra personalidad interiorizando el entorno social que nos rodea, partici- pando en la sociedad en la que vivimos, asimilando su cultura. Esto, a su vez, se convierte en el proceso que nos propor ciona el carácter de irrepetibilidad. � socialización Uno de los hechos sorprendentes del conocimiento que los seres hu- manos tenemos de nosotros mismos, es la evidencia de que todos somos iguales, y de que todos somos diferentes. Así, aunque existe la tendencia a la elaboración de teorías homogenizantes del hombre, los estudios de la representación del mundo, especialmente en niños y jóvenes, nos están mostrando la extraordinaria variabilidad de formas de construcción de la realidad que nos dan una forma de comprender el mundo y los elementos que lo componen. Toda persona vive en un entorno al que llamamos mundo circun- dante, que es el ambiente objetivo que se resume en todo lo que existe, lo que permite al hombre aprehender la realidad y actuar sobre ella. El mundo circundante es el mundo concreto donde el individuo se realiza intrínsecamente, en donde él es constantemente activo. Aquí el hombre vive en varias dimensiones: se mueve en el espacio donde el ambiente natural ejerce sobre él una influencia que nunca termina, y existe en el tiempo. Lleva adelante actividades como miembro de una sociedad, identificándose con sus compañeros y cooperando con ellos en el mantenimiento de su grupo y en asegurarles su continuidad (Herskovits, 1981). A lo largo de la historia de la psicología, se han hecho muchos intentos por explicar la conducta humana. En los últimos años han surgido estudios que muestran al ser humano como un ser social, inte- ractuando con otros, aprendiendo y aprehendiendo una cultura, además 15 Desarrollo humano de ayudar a transformarla, lo que demuestra la superación de posiciones mecanicistas y organicistas. Estos nuevos planteamientos presentan a un niño que lejos de ser visto como un científico activo y solitario, es un ser que se muestra más competente para enfrentar al mundo. Pero para ello requiere relacionase con otras personas que le ayudan a conocerlo, a facilitarle o, mejor, que lo acompañan en el proceso de adquisición de los elementos culturales que le permitan desenvolverse dentro de ese mundo. Los determinantes del desarrollo humano deben entenderse en forma complementaria. Puede decirse que la individualización es una meta que se alcanza a través de los procesos de socialización. En este sentido, llegar a ser individuo con una identidad propia es resultado de lo que Hegel denomina «procesos de reconocimiento». La «lucha por el reconocimiento determina una dialéctica espe- cífica de carácter ético, que se da en el marco de la interacción entre sujetos iguales que a la vez son diferentes y luchan por configurar su identidad propia» (Gaitán, 1997). El proceso de socialización constituye el espacio en el cual el desarrollo del sujeto humano toma su carácter de historicidad y de construcción colectiva, articulado a una red de significados, los cuales según Gaitán (1997): «son elaborados en la interacción interindi vidual e intergrupal [...] La socialización se da dentro del ámbito de la cultura de una sociedad y que está constituidapor los sistemas de representación, normatividad y expresión.» Macionis y Plummer (2001) reconocen como socialización el conjunto de experiencias que tienen lugar a lo largo de la vida de un individuo, y que le permiten desarrollar su potencial humano y aprender las pautas culturales de la sociedad en la que va a vivir. 16 Desarrollo infantil y construcción del mundo social Para Goslin (1969), socialización es el proceso general por el que el individuo se convierte en miembro de un grupo social: familia, comu- nidad o tribu. Incluye el aprendizaje de todas las actitudes, creencias, costumbres, valores, papeles y expectativas de su grupo. Es un proceso permanente que ayuda a los individuos a vivir confortablemente y a participar por completo en su cultura o en su grupo cultural dentro de la sociedad. De acuerdo a la perspectiva contextual, el desarrollo humano se puede entender dentro de un contexto social. El individuo in te ractúa con el ambiente como una entidad compleja, como un todo imposible de separar de aquél. Vigotsky (1896-1934) analizó la manera como la interacción social del niño con los adultos afecta el desarrollo de los niños, y a partir de esto contribuyó al reconocimiento del componente social en lo cognitivo y en lo psicosocial. De igual manera, el desarrollo humano, tal como afirmaba Vigots- ky, es fundamentalmente distinto al desarrollo animal, porque los hu- manos empleamos herramientas y símbolos; en consecuencia, creamos culturas. Y las culturas tienen una vitalidad, una vida propia. Crecen y cambian; ejercen una influencia muy fuerte sobre sus miembros. De- terminan la clase de cosas que los miembros de una cultura tienen que aprender, la forma en que deben pensar, aquello que es más probable que crean. Asimismo, Vigotsky (1986) afirmó que se definen en buena medida por el lenguaje, el mismo que nos permite a los seres humanos tener una historia, y quizá también un futuro (Lefrançois, 2001). La teoría tradicional de la socialización adopta una perspectiva funcional al discutir que la socialización sirve para producir y para repro- ducir valores sociales y normas sociales. Es decir, el aprendizaje social como un proceso unidireccional en el cual las estructuras sociales macro transmiten sus sistemas de valor por los patrones de comportamiento que exhiben los individuos. Tal transmisión de las normas culturales ayuda a la sociedad a formar adultos competentes; por ejemplo, Cor- saro y Eder, Inkeles (1995-1968) discuten que la socialización sea un 17 Desarrollo humano requisito previo para mantener el orden social, promoviendo, de esta manera, estabilidad social. Así como lo conciben las anteriores perspectivas, la socialización del ser humano se produce dentro de una cultura, convirtiéndose, pre- cisamente, en el proceso que permite el comienzo de la inter nalización de la cultura, que deja su huella en el individuo para toda la vida. Durante la infancia somos socializados rápidamente en ciertos roles y más tarde en otros. Una pequeña puede interpretar varios papeles cotidianamente: alumna, vecina, hermana mayor, hija, mejor amiga, etc. Cuando llegue a la adolescencia adquirirá algunos nuevos, y cada uno le exigirá ajustar su conducta, actitudes, expecta tivas y valores de los grupos sociales a su alrededor (Craig y Woolfolk, 1998). Sabemos que el hombre ha evolucionado no sólo por su mutación genética, sino también por la facilidad de adquisición de nuevas formas de adaptación a su medio, y por la posibilidad de cambiarlo. Por este motivo, la sociedad debe estimular al niño para que adquiera nuevas formas de comunicarse, pensar y actuar, aparte de cuidarlo mientras se desarrolla. El medio óptimo para esta función es la familia, donde el niño mantiene los primeros contactos con los procesos de socialización, porque a partir de su completa dependencia, a través de la identifica- ción emocional, se orienta hacia una independencia, hasta alcanzar una identidad propia. Por tanto, la familia es el agente de socialización más importante. La familia es el medio natural para la educación del niño en su edad inicial. Las estructuras familiares deben ser consideradas en rela- ción con el grupo donde viven dentro de un grupo cultural más extenso. Si las costumbres resultan inadecuadas o desadaptadas, reper cuten de manera negativa sobre los hijos, quienes no podrán adaptarse al mundo externo y no podrán entender los signos y señales que en él se dan, por lo cual se presentarán distorsiones en interposiciones a un nivel simbólico. 18 Desarrollo infantil y construcción del mundo social El hogar y la familia son la base de la internalización de la cultura; de allí que su función trascienda criterios estrictamente repro ductivos, económicos y de satisfacción de necesidades básicas y psicológicas; el hogar y la familia deben cumplir una función socio educativa fundamen- tal. Debido a eso, la familia es un agente de socialización primaria, en sentido temporal y sustancial; su posición en medio de las relaciones de producción y de los modelos de interacción determinados por la cultura, serán factores decisivos de la formación del niño como persona. Es dentro de la familia donde el niño adquiere, en primera instancia, una formación de valores y la enseñanza de normas que pos- teriormente se trasladan a su contexto secundario, que es la escuela, y luego a la sociedad en general. Los roles de los miembros de la familia son determinantes en el desarrollo del menor. La madre transmite el afecto al niño desde que nace y con la lactancia, que además de la leche le proporciona ese amor maternal psicológicamente indispensable para su desarrollo. El padre es importante como sostén de la madre, y también se le atribuye el rol de autoridad. Como afirma Abello (2000): «En la familia el niño adquiere la capacidad para comprender sentimientos, lo cual le permite avanzar dentro de su desarrollo cognitivo e ir desarrollando una inteligencia emo- cional que favorece su adaptación y la satisfacción de sus necesidades. Asimismo, desarrolla conductas de solidaridad y ayuda basadas en saber lo que el otro siente. Es así como el niño logra desarrollar habilidades sociales y un autoconcepto positivo que le permite vivenciar de modo positivo su contexto sociocultural.» Cheng y Kuo (2000) investigan el enlace entre la estructura de la familia, el lenguaje, y la identidad étnica, para descubrir los efectos de dos mecanismos importantes de la socialización: transmisión cultural de la familia e interacción simbólica estructural. Dentro de la teoría tradicional de la socialización en el contexto de la formación de la pertenencia étnica, los padres toman un papel activo en la proyección y formación de los conceptos raciales y de las identidades sociales de los 19 Desarrollo humano niños de la minoría dentro de las familias. A través de idiomas de ense- ñanza de la familia y de culturas étnicas, los niños inmigrantes aprenden a identificarse con las nacionalidades de sus padres, y desarrollar así un sentido étnico distinto de la sociedad corriente. Los padres, además de integrar al niño a la unidad familiar, interpretan, para él, la sociedad externa y su cultura, cuyos valores mo- rales, religión y tradiciones étnicas convergen desde muy pronto en el pequeño. Sin embargo, la influencia de padres y familiares es apenas un elemento en el largo camino de la socialización, porque este proceso, además de implicar ser miembro de un grupo social como la familia, no termina ahí. La socialización también im pulsa al individuo a lidiar con nuevas situaciones; adaptarse a cambios mayores y complejos, es una parte esencial de la socialización. Para George G. Bear, (2003), los eventos ambientales como los profesores, los familiares y compañeros generan gran influencia en los sentimientos del niño. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el proceso de socialización no ocurre sólo en la infancia y la adolescencia, sinoen todas las etapas de la vida. Pero es durante la infancia donde el proceso de socialización produce conductas que persisten más tarde, y ayuda a crear un núcleo de valores, actitudes, habilidades y expectativas que delinearán al adulto que el niño será. Y así como lo plantean Craig J.G. y Woolfolk (1998): «El medio social del individuo, ya de por sí complejo al momento de nacer, cambia cons- tantemente. Los niños nacen en muchos grupos sociales: una familia, tal vez una tribu, una clase social, una unidad racial o étnica, un grupo religioso y una comunidad. Todos tienen sus ideas, creencias, supuestos, expectativas y valores compartidos y los modelos de comportamientos respectivos. Todas estas nociones forman la cultura del grupo.» Fuera de la familia, el desarrollo de la identidad también se ve, sobre todo, como el producto de factores sociales macro. Dentro de estos factores, cobra gran importancia la industria cultural, el sis tema jurídico-normativo, la dimensión política, económica y social, y el contexto ecológico en que se desenvuelve el niño. 20 Desarrollo infantil y construcción del mundo social La tendencia del ser humano a afiliarse a los demás con el fin de alcanzar una serie de metas y suplir un conjunto de necesidades, resalta la idea fundamental de que la interacción social resulta ser fundamental para el desarrollo de todo ser humano. Es por esto que los horizontes trascienden más allá de las relaciones familiares, surcando otros espacios. Un espacio vital es la comunidad. Se ha reconocido que la comunidad ayuda a proteger al niño de la adversidad, la violencia, el crimen, el fracaso, etc., ya que provee apoyo social en la forma de pertenencia, estabilidad y continuidad; es también un esfuerzo de solidaridad social, mutuo respeto y afecto personal. Dentro de la comunidad los niños se reúnen con los adultos que los ayudan a desarrollar confianza, autono- mía e iniciativa. Según la Resiliency in Young Children (1996), las comunidades proporcionan la infraestructura básica donde la vida familiar es vivida, y de igual manera incluye cosas como el empleo, el cuidado del niño y un contexto donde se comparten valores y expectativas. Por tanto, pueden proporcionar apoyo a los padres en lo que respecta a la crianza de sus hijos, y les ofrecen una guía formal e informal, así como un foro para la acción colectiva. La comunidad puede proporcionar un clima educativo abierto y de apoyo a favor (Amar y Alcalá, 2001). Numerosos ejemplos de programas han demostrado que la comunidad es indispensable en el desarrollo del niño. La Fundación Bernard Van Leer ha explicado que la efectividad de muchos pro- gramas depende en gran parte, por ejemplo, de la participación de la comunidad. Programas basados en la comunidad incrementan las capacidades locales para identificar necesidades y buscar soluciones; además, las personas involucradas crean un sentido de responsabilidad al sentirse parte de un proyecto que los afecta directamente a ellos, y se aumentan los lazos de unidad y la probabilidad de que las decisiones se lleven a cabo, aparte de asegurar la continuidad del programa una vez retirado el apoyo inicial. 21 Desarrollo humano Por eso se tiene la certeza de que programas basados en la comu- nidad y determinadas relaciones sociales pueden prevenir y evitar los efectos negativos del estrés. Abello y Madariaga (1999) consideran que el apoyo social lleva a la persona a creer que es querida y cuidada, estimada y valorada, y que forma parte de una red de relaciones que implican relaciones mutuas; además, involucra un patrón duradero de vínculos sociales continuos o intermitentes que desempeñan un papel significativo en la protección de la integridad física y psicológica de la persona, al proveer el dominio emocional, proporcionar orientación cognitiva y consejo, y proveer recursos naturales. Por tanto, las redes pueden ofrecer a las comunidades una perspec- tiva social de potencial muy poderoso que les permite alcanzar un alto grado de cohesión. Y el niño, como consecuencia de los inter cambios que realiza su familia, obtiene múltiples beneficios, que tienen que ver con el cuidado de su salud física y mental. Abello y Madariaga (1998) afirman que el redescubrimiento de las redes sociales ha sido uno de los mayores logros de la psicología social en la última mitad del siglo veinte. Explican que el interés común y la formación de redes sociales de ayuda aparecieron en fases muy tempranas de la evolución de las sociedades humanas. Y hoy como entonces se encuentran ampliamente extendidas, lo cual ha facilitado la supervivencia del hombre, porque la tendencia a buscar el apoyo de otras personas, ha caracterizado al ser humano durante toda su vida. Macionis y Plummer (2001) definen formalmente el significado de red social, como un entramado de vínculos sociales, que une, siquie- ra temporal o superficialmente, a distintas personas entre sí. Una red social no implica entonces relaciones estrechas o permanentes entre las personas. Las redes son más poderosas o difusas que los grupos, pues sus límites nunca están definidos y tampoco se reclama a sus com ponentes que cultiven un sentimiento de lealtad o pertenencia a la red. Son muchas las personas involucradas en estas redes sociales, en las cuales la ayuda es una actividad que implica dos direcciones: tanto 22 Desarrollo infantil y construcción del mundo social recepción como provisión de ayuda. Ésta es parte de un intercambio mutuo, continuo, que constituye un sistema amplio de derechos y obliga- ciones dentro del grupo. Asimismo, el uso de una red social desempeña varias funciones básicas para la supervivencia de sus miembros. Estas dependen de la clase de transferencia o intercambio que se produzca en la red. El uso de una red social busca la supervivencia para satisfacer necesidades básicas, desarrollo que se utiliza para mejorar la calidad de vida de sus integrantes, y también para buscar y mantener el vínculo social. Estas redes sociales que se establecen en forma natural dentro de la sociedad, son un apoyo emocional, y también son ayuda instrumental, porque pueden proporcionar servicios, bienes, información y situaciones agradables de vida (Abello y Madariaga, 1998). Y es que las familias por sí solas no son suficientes para asegurar el cumplimiento del conjunto de derechos de sus hijos consignados en la declaración mundial sobre los derechos de la infancia. Las redes de inter- cambio social, se convierten en el medio más natural que establecen las familias para cumplir con sus anhelos de protección y apoyo a sus hijos. Las redes facilitan el acercamiento, ya que reconocen la confianza como el sentimiento que permite entablar una relación con el otro a sabiendas de la igualdad de condiciones, donde ninguna de las partes posee mucho más que la otra. Según Madariaga y Sierra: «En cualquier barrio o comunidad, los habitantes establecen modos de interacción que constituyen las redes de intercambio. Estas redes generan mecanismos por medio de la confianza que se establece entre sus miembros, formas de coo peración, sociogestión y autoayuda para superar situaciones difíciles y de crisis.» Sin embargo, es importante aclarar que aunque la familia, las redes y la comunidad son agentes de socialización en el niño, y ade más crean una alianza necesaria, estas instancias, por sí solas, no son sufi- cientes. El Estado también juega un rol fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Por esto es necesario que el Estado sea 23 Desarrollo humano un socio comprometido con políticas que beneficien a los niños, y que las comunidades puedan apropiarse de ástas y cambiar sus condiciones. Es tarea del Estado lograr cierta homogeneidad en las costum- bres, comportamientos, actividades y modos de pensar. Esto le permite al niño desarrollar una identidad personal, familiar y comunitaria, e igualmente una identidad nacional. El Estado debe generaralianzas que promuevan oportunidades, y que se conviertan en la razón de ser de la democracia. Factores como el poder y la autoridad son enfrentados desde edades tempranas. Max Weber (1921) definió el poder como la pro- babilidad de alcanzar unos objetivos pese a la oposición de otras per- sonas. La historia muestra que la fortaleza, sea física o psicológica, es la expresión básica del poder. Por tanto, la organización social depende de la existencia de un consenso acerca de los objetivos convenientes (los valores culturales) y de los medios adecuados para alcanzarlos (las normas culturales.) La clave de la estabilidad social reside en el ejercicio legítimo del poder. Cuando los padres, los profesores o la policía, des- empeñan sus funciones de modo adecuado, su poder suele convertirse en autoridad. A esta autoridad el niño se enfrenta constantemente, sin embargo, según Weber la fuente de la autoridad varía en función de la economía de la sociedad (Macionis y Plummer, 2001). Los niños al enfrentarse a situaciones en diferentes ámbitos como la escuela o la comunidad, también se van enfrentando al poder y la autoridad, en grados más complejos. En este sentido, podemos afirmar que son muchos los agentes de socialización con los que el niño se enfrenta, y a su vez son éstos los que de alguna manera lo ayudan a su formación como persona. Tal como afirma Shaffer, una razón por la que a menudo los primeros rasgos no pronostican los resultados posteriores a lo largo de la vida, es que el ser humano está inserto en un contexto socio cultural que afecta su desa- rrollo. El desarrollo social y de la personalidad adopta diferentes formas en diferentes culturas, clases sociales y grupos étnicos. El desarrollo de 24 Desarrollo infantil y construcción del mundo social cada persona está influido por los cambios sociales y los acontecimientos históricos que ocurren durante su vida, con lo cual cobra gran valor el estudio de las variaciones culturales e históricas en el desarrollo. Sin embargo, se hace esencial tener en cuenta que el ambiente sociocultural que ejerce en el niño cierta influencia, a través de di ferentes agentes de socialización, se entrelaza con las características predispuestas genéticamente, y especialmente con las experiencias tempranas y las primeras interacciones que le dan cierta continuidad y construcción al desarrollo, lo que permite un desarro llo que se refleja en todas las esferas o dimensiones básicas del ser humano. Cada una de las dimensiones del ser humano no son compar- timientos separados; son parte de un todo, y a su vez dentro de cada uno de ellos hay una gran cantidad de componentes. La psicología hace divisiones de éstas, sólo con finalidad científica, a fin de conocer a profundidad la gran complejidad de elementos que constituyen la unidad del ser humano. dimensiones del desarrollo humano según el modelo holístico �� dimensión corpórea El hombre es un ser vivo, y, como todos los vivientes, está sometido a las leyes de la vida, como la nutrición, el crecimiento y la reproducción. Por tanto, esta dimensión hace referencia a factores estrechamente vincula- dos con el mundo físico, al igual que las relaciones de carácter biológico que incluyen procesos de supervivencia, crecimiento y desarrollo. Los anteriores aspectos se expresan en el ámbito de lo corpóreo, razón por la cual el cuerpo humano pertenece a una dimensión esencial de la persona, ya que es la base del desarrollo de una unidad tan compleja como el hombre. 25 Desarrollo humano El crecimiento está estrechamente relacionado con el aumento de la cantidad de células en el cuerpo humano, con el aumento de tamaño, y con la salud y la nutrición. El desarrollo no sólo se refiere al cambio físico, sino también a los cambios de la organización y la función, y al control que el ser físico va logrando sobre el ambiente que lo rodea. El concepto de supervivencia se refiere a la disposición biológica a evitar la muerte, y buscar la salud y el bienestar. Hay una gran variedad de bases científicas, desde la biología, las neurociencias, la psicología, la antropología, la sociología, las ciencias de la salud, etc., que explican el porqué de la intervención temprana, la relación de los diferentes factores o variables que intervienen en la infancia temprana, la relación de los diferentes factores o variables que intervienen en el desarrollo infantil, y la manera como estos factores pueden ocasionar el éxito o el fracaso en el proceso del desarrollo. Diversos factores inter- vienen en el desarrollo infantil: biológicos, ambientales y psicosociales. De ahí la gran importancia que se le otorga al adecuado desarrollo físico, motor y cognitivo en el niño. Esto a su vez implica una buena nutrición, un buen cuidado de su salud, y el ambiente debe proveerle una estimulación adecuada para que pueda aprender y desarrolle sus potencialidades. Tanto la biología como el ambiente ejercen una influencia deci- siva en el desarrollo infantil, y más aún, todas esas influencias las recibe el cerebro, el órgano que rige todos los procesos humanos. El desarrollo de la imagen cerebral ha permitido medir y hacer un mapa del crecimiento del cerebro humano. Estas imágenes han revelado que el cerebro humano no está completamente desarrollado al momento del nacimiento. El peso del cerebro de un niño de un año es más o menos un 25% de su peso aproximado en la adultez. A la edad de tres años, el cerebro del niño ha alcanzado el 90% de su potencial total. En otras palabras el cerebro del niño es más activo y complejo de lo que anteriormente se creía (Amar y Alcalá, 2001). 26 Desarrollo infantil y construcción del mundo social Lo anterior indica que gran parte del proceso de desarrollo cere- bral, se da posterior al nacimiento, como bien lo expresó Schor (1999): «el cerebro humano está relativamente sin desarrollar al momento del nacimiento, su potencial espera desplegarse a medida que su estructura toma forma y depende de la experiencia individual para guiar su creci- miento. Las experiencias, los sentidos (visión, audición, tacto, olfato y gusto) organizan los patrones de comunicación entre las neuronas. Estos patrones neuronales llegan a ser los determinantes de cómo pensamos, sentimos y nos comportamos.» Los neurocientíficos han hecho grandes aportes que indican el rol clave que juega el ambiente en el desarrollo cerebral. La importancia de esta información consiste en ver hasta dónde la calidad de las expe- riencias tempranas influencian la estructura del cerebro y el desarrollo infantil. Debido a que la mayoría de sinapsis neuronales son formadas durante los tres primeros años de vida y se detienen después de los diez años, estos tres primeros años son críticos. Las experiencias tempranas pueden tener un impacto dramático en el proceso de conexión entre neuronas, lo cual tiene como consecuen- cia que el número final de sinapsis en el cerebro aumente o disminuya en un 25%. Cada vez se reconoce más que la clase de experiencia a la que el cerebro es expuesto en los primeros tres años de vida, influye dramáticamente en la manera como éste operará para el resto de la vida (Amar y Alcalá, 2001). Como bien afirma Kotulak (1996) citado por estos dos últimos autores: «El cerebro exterior entra al cerebro por medio de los sentidos y le enseñan al cerebro lo que llegará a hacer.» Kotulak expresó lo anterior basándose en los resultados de la investigación llevada a cabo por Torsten Wiesel sobre la importancia de la experiencia sensorial en el desarrollo cerebral, la cual obtuvo el premio Nobel. Esta es la evidencia más vívida de que hay etapas críticas del desarrollo en las cuales el cerebro necesita la clase correcta de estimu- lación exterior para enseñarles a las células cerebrales cómo hacer su trabajo. Sin embargo, aunque hay momentos claves para ciertos tipos 27 Desarrollo humano de aprendizaje, el cerebro además tiene una capacidad extraordinariapara cambiar. Craig Ramey, director del centro de investigaciones in- ternacionales de la Universidad de Alabama, considera que los padres, cuidadores y otros involucrados en la vida de los niños, deben saber distinguir entre ventanas óptimas de oportunidad y períodos críticos del desarrollo infantil. La ventana óptima se refiere a la importancia de que el niño ten ga determinada experiencia en un período determinado de su infancia, para que así pueda maximizar el beneficio de esta experiencia. Y el período crítico indica que si el niño no tiene la experiencia en ese momento determinado de su desarrollo, perderá para siempre la oportunidad de beneficiarse de aquélla. Desde los primeros años de vida, el estrés al que comúnmente nos enfrentamos, comienza a dejar efectos devastadores en el desarrollo. Schor explica cómo los eventos traumáticos incre men tan la producción de una hormona en el cerebro llamada cor ti sol. Sustancia que interviene en la destrucción de neuronas y en la disminución de formaciones si- nápticas, y altera la función cerebral en el proceso, y además del cerebro afecta al sistema inmune. El estrés crónico al que se enfrenta un niño en un ambiente abusivo y negligente, puede intervenir en su desarrollo cerebral; Schor ha determinado que los niños con altos niveles crónicos de cortisol experimentan mayor retraso cognitivo, motor y social que otros niños. El estrés ambiental causa también la detención de secreción de la hormona del crecimiento por la glándula pituitaria. Cuando ese nivel de estrés es aliviado y el niño recibe estimulación y afecto por parte de sus cuidadores, logra alcanzar cierto nivel de crecimiento, lo cual de- muestra que un ambiente saludable y rico en experiencias estimulantes es necesario para un adecuado desarrollo físico. Así, al brindarle al niño calidez y cuidado responsable, se fortalecen los sistemas biológicos que lo ayudan a manejar las emociones. 28 Desarrollo infantil y construcción del mundo social Por lo mencionado anteriormente, queda claro que un óptimo desarrollo a nivel biológico es esencial, y éste se convierte en el primer nivel del desarrollo; sin embargo, no basta con tener un adecuado estado nutritivo, una buena salud o inmunizarnos ante todas las enfermedades. Como seres humanos, necesitamos tener ciertos tipos de experiencias que nos ayuden a manejar el estrés de la vida diaria, no sólo de la infancia sino de la vida futura también, así como crear fuertes lazos afectivos en la infancia, los cuales tienen un efecto positivo en el sistema biológico del niño para adaptarse a las situaciones estresantes. Teniendo en cuenta que el cerebro humano es el encargado de muchas actividades vitales, como el aprendizaje, por ejemplo, y, a la vez, un gran porcentaje de aquél se desarrolla después del nacimiento, se hace indispensable retomar las variables que interactúan en el desarrollo de este órgano y en el desarrollo del infante en general. La salud y una adecuada nutrición, son variables que intervienen en el desarrollo exitoso de la infancia. La salud y la nutrición del niño deben cuidarse desde antes del nacimiento. Para Morris (1987), una buena alimentación es tan importante para el feto como para los adultos. Y con todo, muchas madres, sobre todo en los países subdesarrollados, consumen dietas que no las nutren ni a ellas ni a sus hijos debidamente. La desnutrición durante el período prenatal puede dar origen a serias carencias en el niño, y algunas veces daño permanente. Esos niños pueden tener cerebros y cuerpos más pequeños, ser débiles, apáticos y propensos a contraer enfermedades. Una pobre nutrición durante la vida intrauterina y en los primeros años de vida, lleva a efectos profundos y variados, incluyendo: • Crecimiento físico y desarrollo motor retardado (motricidad fina y gruesa). • Efectos generales en el desarrollo cognitivo, lo cual puede produ- cir un bajo coeficiente intelectual (inferior en 15 puntos o más en los severamente desnutridos). 29 Desarrollo humano • Un grado mayor de problemas conductuales y habilidades sociales deficientes en edad escolar. La madre debe recurrir a cuidados prenatales y tener una dieta balanceada para asegurar que su hijo no nazca prematuro ni con bajo peso, ya que estas dos variables se relacionan con el fracaso escolar, debido a que la nutrición inadecuada antes del nacimiento puede oca- sionar trastornos neurológicos y conductuales, así como discapacidades del aprendizaje y retraso mental (Banco Mundial, 1998). Las investigaciones han demostrado que deficiencias nutricionales severas pueden causar daños irreversibles en el desarrollo del niño. En el estado del arte sobre el conocimiento científico del desarrollo infantil realizado por Amar, se encontró que las enfermedades derivadas de la desnutrición y otras enfermedades evitables son responsables de tres millones de muertes anuales de in fantes. Asimismo, el Instituto Nacio- nal de Desarrollo Humano y Salud Infantil de Maryland (E.U.), en sus estudios ha mostrado que las mujeres gestantes que se alimentan bien y cuyas dietas son ricas en proteínas, tienen menores complicaciones durante su embarazo y tienen bebés más saludables. Nutrientes como la proteína y el hierro son indispensables para un desarrollo adecuado. La cantidad de proteína que la madre ingiera durante su embarazo ha sido asociada al tamaño físico del infante al momento de su nacimiento, y con su desarrollo psico mo tor. Al igual que la proteína, el hierro también es recomendado por las organizaciones de la salud, ya que una dieta rica en hierro puede reducir el riesgo del bebé de nacer con defectos del tubo neu ral. En estudios de infantes, la deficiencia de hierro, aún sin déficit de proteína, se correlaciona con bajos puntajes en los tests de desarrollo mental y motor. Este déficit en el desarrollo puede persistir después de tratada la deficiencia de hierro. La desnutrición causada por deficiencia de proteína reduce la actividad exploratoria del niño y su motivación, e incrementa la apatía y la irrita- bilidad debido a alteraciones en los neurotransmisores. 30 Desarrollo infantil y construcción del mundo social La variable nivel de estrés debe ser muy controlada por la mujer gestante, debido a que altera ciertas hormonas que pueden afectar el crecimiento y el desarrollo prenatal. El estrés comúnmente está asociado a la pobreza. Investigaciones han mostrado que los niños de países afluen- tes tienden a ser más saludables, de mayor peso y crecimiento que los niños de países en desarrollo. Y, de igual manera, dentro de los mismos países desarrollados, los niños provenientes de niveles socioeconómicos bajos tienden a ser, a su vez, de menor peso y crecimiento. Después del período prenatal, la nutrición sigue siendo vital para el desarrollo del infante, y la mejor alternativa es la leche materna que contiene nutrientes esenciales para un buen desarrollo cognitivo, cerebral, físico, motor, y también emocional. Según The Brain Max Academy (1998), la leche materna es el medio natural de proveer beneficios nutricionales, inmunológicos y emocionales para el crecimiento y desarrollo del infante. En los últimos años se han identificado dos ingredientes claves en la leche materna, los cuales no están en la leche formulada: el ácido docosahexaenoico (dha) y el ácido araccidónico o araxidónico (ara), que son las grasas estructurales de mayor prevalencia en el cerebro. Un cerebro saludable es 60% grasa estructurada, la cual pertenece en un 25% al dha (es el mayor componente estructural de la retina del ojo) y un 15% al ara. Por lo anterior, queda claro que la mejor alternativa para suplir todas las necesidades nutricionales del infante, es la leche materna, ya que no hay ninguna leche artificial o de fórmula que se iguale a la leche materna en términos de nutrientes, enzimas, factores para el crecimiento, hormonas, propiedades inmunológicas y antinflamatorias. La lechematerna suministra proteínas, grasas, vitaminas, minera- les esenciales y nutrientes importantes como los nucleótidos. Cuando se alimenta al pecho, el bebé recibe alrededor de 11 a 18 mg de nucleótidos por día, los cuales intervienen positivamente en el metabolismo de las grasas y la función intestinal; además, ayuda al cuerpo a defenderse 31 Desarrollo humano contra infecciones y enfermedades (Wyeth s.a., 2000). La nutrición infantil es crítica y vital para el desarrollo. A medida que el niño crece y deja de tomar leche materna, los nutrien tes siguen cumpliendo un rol fundamental, y del cuidado que se tenga de brindarle al niño alimentos de alto contenido nutricional, dependerá su óptimo desarrollo. A cualquier edad, la desnutrición no necesita ser severa para producir cambios comportamentales que pueden tener implicaciones importantes para la interacción padres-hijo, y en la habilidad del niño para explorar y manejar su ambiente. Para Landers (1991) los efectos estructurales y funcionales de la desnutrición sobre el desarrollo del sistema nervioso, son conocidos ampliamente, además de maximizar los efectos adversos de la deprivación socio ambiental sobre el desarrollo. De esta manera, podemos afirmar que la dimensión corpórea y su óptimo manejo, son fundamentales, ya que son el primer eslabón de la larga cadena en la que se convierte el desarrollo humano. Tal cual como lo expresa Gaitán (1997), la dimensión corpórea implica: «el reconocimiento del propio cuerpo, el cual es base de la identidad y de las posibilidades de relación con el mundo natural y socio-cultural. Este proceso se inicia con el desarrollo de las ha bilidades sensoriales y psico- motrices primarias y continúa con la identificación de género y los otros procesos de maduración corporal que son consustanciales a la formación infantil según diferentes contextos culturales.» Así, podemos afirmar que es indispensable el cuidado de la salud, ya que ante todo somos seres vivos, y, por tanto, estamos sometidos a las leyes de la vida. El contacto interpersonal, eje de toda formación de vínculos y relaciones, se da en primera instancia a un nivel sensorial y/o físico, motivo por el cual el reconocimiento de nuestras capacidades sensoriales y físicas, así como la búsqueda por el bienestar, son indis- pensables para un adecuado despliegue de otras dimensiones básicas del desarrollo. 32 Desarrollo infantil y construcción del mundo social Con unas capacidades sensoriales adecuadas, podemos tener contacto con el medio, y sobre todo podemos sentir el efecto de un contacto personal y la calidez de los gestos o palabras que nos permiten sentir emociones, y crear relaciones afectuosas o vínculos afectivos. � dimensión socioemocional El desarrollo socioemocional del individuo está muy ligado a la rea- lidad biológica de nuestras emociones, y a la forma como la cul tu ra permite sus representaciones y sus formas de expresión. Por tanto, esta dimensión apunta al conocimiento del diseño emocional del cerebro. Es decir, a la comprensión del interjuego de las estructuras cerebrales que determinan el momento y la forma como irrumpen las distintas emociones en nuestra vida, y la relación de ésta con las dimensiones corpórea, cognitiva y comunicativa en la construcción de estructuras relacionales y de desarrollo de la afiliación y del sentimiento humano. Para Tiffany Field, de la Universidad de Miami, las caricias (afec- to) son críticas para el cerebro. Field postuló lo anterior, basándose en los resultados del experimento que él mismo realizó con ratones, y con el cual logró mostrar que el crecimiento de los ratones recién nacidos que eran separados de sus madres se detenía. Asimismo, a través de la investigación se demostró que las madres al lamer a los bebés ratones les estaban diciendo que todo estaba bien en el ambiente y que podían continuar su desarrollo. Sin las caricias, el cerebro de los bebés ratones se colocaba en modo de sobrevivencia. La ausencia de lamer significa que la madre no está presente, por tanto, no hay alimento, y por consiguiente en sus cerebros se apagaba la respuesta de alimentación para conservar energía. La respuesta de alimentación se restauraba tan pronto como la madre los lamía nuevamente. En el caso de los humanos, aunque la madre no lame, sí acaricia y frota al bebé; por tanto, el afecto que el niño recibe de sus principales cuidadores y las experiencias de formación de vínculos y el apego durante los primeros años y vulnerables períodos de vida, son críticos en el mol- 33 Desarrollo humano deado de la capacidad para formar relaciones íntimas y emocio nalmente saludables. La empatía, el afec to, el desear compartir, el inhibirse de agredir, la capacidad de amar, están asociadas a las capacidades medu- lares de apego formadas en la infancia y niñez temprana. Uno de los aspectos más importantes del desarrollo humano es la manera en que el niño aprende a relacionarse con otros desde el nacimiento. Durante los primeros años de vida, la relación primaria del niño se limita a la que tiene con sus padres u otras personas que lo cuidan. En la niñez temprana empiezan a formarse otras relaciones con hermanos, compañeros de juegos y personas ajenas al círculo familiar. El mundo social se expande aún más cuando el niño comienza a asistir a la escuela, y establece un número y diversidad cada vez más grande de relaciones sociales en las que se incluyen maestros, amigos, compañeros de equipo y vecinos. Desde la niñez, el desarrollo se entrelaza con relaciones sociales; es decir, el niño aprende comportamientos y actitudes apropiados a su familia y cultura. Cabe resaltar, que aunque en este pe ríodo se presenta contacto con nuevas personas que ejercen una influencia sobre el menor, los padres siguen siendo para el niño la influencia más significativa, por- que ejercen un impacto enorme en el desarrollo socio emocional del niño Gran parte de este desarrollo se origina por la confianza y el vínculo afectivo en la infancia y la comunicación emocional entre los infantes y las personas encargadas de su cuidado. Lo anterior permite que un recién nacido dependiente, con un limitado repertorio de expre- siones emocionales y con necesidades físicas apremiantes, se convierta en un infante con sentimientos complejos, una voluntad fuerte y los principios de una conciencia. En la naturaleza, las crías de muchas especies siguen a la madre a donde quiera que vaya, porque tienen una impronta respecto a su madre. Es decir, en un breve lapso las crías han formado un fuerte vínculo con el primer objeto que se mueve y con el cual han entrado en contacto. 34 Desarrollo infantil y construcción del mundo social En la naturaleza, este objeto es la madre. Hoffman y De Paulo (1977) y Lorenz (1935) realizaron ciertos experimentos de laboratorio, con especies animales, como los patos y gansos, los cuales eran separados y lograban improntarlos en jugue tes, pelotas, e incluso seres humanos. En los neonatos humanos, esta clase particular de impronta no se da. El recién nacido, al ser separado de su madre no mostrará apego por un maniquí o un juguete, sino que formará un apego o vínculo social con la persona que lo cuida; en la mayor parte de los casos esta persona es su madre (Morris, 1987). El vínculo afectivo es un nexo emocional recíproco y fortalecido entre un infante y la persona que lo cuida, cada uno de los cuales contri- buye a la calidad de la relación. Los vínculos afectivos tienen un valor adaptativo para los bebés, garantizando que sus necesidades psicosociales y físicas sean satisfechas. Casi toda actividad por parte de un bebé que conduce a una respuesta en un adulto, puede ser un comportamiento en busca de un vínculo afectivo: succionar, llorar, sonreír, abrazarse y mirar los ojos de la persona que lo cuida (Papalia, 2001). Los niños en sus etapas más tempranas dependen de otras perso- nas para obtener alimento y protección, y
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