Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
2. FISIOPATOLOGÍA ‣ La secuencia patogénica se inicia con una alteración de la flora bacteriana intestinal, inducida por los antibióticos. ‣ La bacteria coloniza y libera toxinas A y B que ingresan al citoplasma de las células epiteliales del colon, y llevan a la disgregación de los filamentos de actina del citoesqueleto, una redistribución de las proteínas de las uniones estrechas intercelulares, y liberación de citoquinas proinflamatorias, con los consiguientes efectos citotóxicos y de alteración de la barrera epitelial. ‣ La muerte de células epiteliales, degradación del tejido conectivo, existencia de mucus y gran presencia de células inflamatorias llevan a la aparición de pseudomembranas, hallazgo casi patognomónico de esta enfermedad. ‣ La cepa NAP1/BI/027, que es hipervirulenta, es capaz de producir mayor cantidad de toxinas. Otro factor de virulencia de C. difficile es la toxina binaria, la cual tendría un rol más bien auxiliar en la patogenia de la enfermedad. 3. CLÍNICA Las manifestaciones clínicas van desde una diarrea leve hasta una colitis intensa con desarrollo de megacolon tóxico y complicaciones intraabdominales y sistémicas que pueden llevar a la muerte del paciente. ✓ La diarrea aparece dentro de la 1º o 2º semana desde el inicio de la antibioterapia y continúa después de su suspensión. En un tercio de los casos, la diarrea se inicia después de que ha concluido la terapia antibiótica y, a veces, alejado de ella hasta por un par de meses. ✓ Las deposiciones son abundantes, acuosas o mucosas, pueden contener sangre y se acompañan de dolor abdominal, fiebre y compromiso del estado general. ✓ En casos más prolongados o intensos puede aparecer deshidratación, depleción de electrolitos e hipoproteinemia (por colonopatía perdedora de proteínas) ✓ Las formas fulminantes evolucionan con pancolitis, hemorragia o megacolon tóxico. 4. DIAGNÓSTICO El gold standard es el ensayo de citotoxicidad de filtrado de deposiciones en cultivos celulares, con evaluación de la neutralización de toxina. No se utiliza por ser lento y costoso. En vez de dicho proceso, se utiliza: 1. ELISA para toxinas de Clostridium difficile (Sensibilidad muy variable, de entre 31-99%) 2. PCR para genes codificadores de toxinas de CD (Sensibilidad superior al 95%) 3. Inmunoensayo para detectar Glutamato deshidrogenasa (Requiere de test confirmatorio, usado como tamizaje) 4. Colonoscopía: Debe realizarse en caso de que no existan exámenes en deposiciones o se quiera hacer el diagnóstico diferencial. Está contraindicada en megacolon tóxico. Colonoscópicamente, lo clásico es que la mucosa se encuentre enrojecida con placas amarillentas de 3 a 9 mm, que pueden unirse. Habitualmente existe afección rectosigmoídea, pero hasta un tercio de los pacientes presentan la lesión solo en el colon derecho. 5. TC de abdomen: en casos graves (megacolon tóxico) o en compromiso de colon derecho Página � 36 Factores de riesgo para desarrollar DACD: Antibióticos (Betalactámicos, clindamina, fluoroquinolonas), edad mayor a 65 años, inmunodepresión, neoplasias, alimentación por sonda, enfermedad inflamatoria intestinal, uso de IBP. 6. Exámenes generales para evaluar severidad 5. TRATAMIENTO ➡ Debe incluir la suspensión o cambio del antibiótico asociado, dependiendo de la situación clínica del paciente. ➡ Hidratación, medidas dietéticas ➡ Tratamiento del primer episodio de DACD leve a moderada: Metronidazol 500 mg cada 8 horas por 10 a 14 días vía oral ➡ Tratamiento del primer episodio de DACD no complicado: Vancomicina oral 125 mg cada 6 horas por 10 a 14 días ➡ Tratamiento del primer episodio de DACD complicado: Vancomicina oral 500 mg cada 6 horas por 10 a 14 días, más Metronidazol 500 mg cada 8 horas vía EV. ➡ Tratamiento de la recurrencia: la primera recurrencia se trata con el mismo indicado para el primer episodio (Metronidazol). Para la segunda recur renc ia , se recomienda usar vancomicina por un periodo prolongado y en dosis decrecientes (2-8 semanas) ➡ Otros tratamientos: transplante de microbiota fecal, con más de un 80% de éxito. No hay suficiente evidencia para el uso de probióticos. ➡ Prevención: fundamentalmente se debe realizar uso racional de antibióticos, reforzar el lavado de manos y el uso de precauciones de contacto en caso de pacientes infectados. Página � 37 Página � 38 Página � 39
Compartir