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Las 10 plagas de Egipto

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Las 10 plagas de Egipto
Contenido
Las 10 plagas de Egipto	3
1. Conversión del agua en sangre	3
2. Plaga de ranas	4
3. Plaga de mosquitos, piojos y pulgas	4
4. Plaga de tábanos	4
5. Peste del ganado	5
6. Úlceras	5
7. Lluvia de granizo ígneo	5
8. Plaga de langostas	5
9. Tinieblas	6
10. Muerte de los primogénitos de Egipto	6
Antecedentes y contexto de las plagas de Egipto	6
Las 10 plagas de Egipto
Las diez plagas de Egipto (en orden) son: conversión del agua en sangre; plaga de ranas; plaga de mosquitos (piojos o pulgas); plaga de tábanos (moscas); peste del ganado; úlceras; granizo ígneo; plaga de langostas; tinieblas y muerte de los primogénitos.
Las plagas de Egipto fueron una serie de infortunios que, según la Biblia, cayeron sobre el reino egipcio tras negarse a liberar a los hebreos. El relato se encuentra en el libro del Éxodo, capítulos del 7 al 12, en el Antiguo Testamento.
El significado de las plagas de Egipto se centra en tres aspectos fundamentales:
· Primero, la revelación de Yavé como único Dios, Señor y Juez. La intervención divina a favor de la liberación del pueblo de Dios desprestigia a la religión politeísta, mina las bases del poder político y económico de las autoridades y expresa el sentido de justicia divina y la libertad.
· Segundo, la presentación de los adoradores de Yavé como pueblo elegido. El relato expone que Yavé escuchó con misericordia los lamentos de su pueblo, lo favoreció, lo protegió de las plagas y lo guió en su camino.
· Tercero, la presentación del infortunio como instrumento de corrección moral ante la persistencia del pecado. Se trata de una condena al pecado cometido de forma consciente, deliberada y obstinada. La perdición del Faraón yace en su orgullo y soberbia, que le impiden escuchar las advertencias del profeta y enmendar sus acciones.
1. Conversión del agua en sangre
En la primera entrevista con el Faraón, Moisés exigió que liberara a los hebreos y les dejara partir al desierto para rendirle culto a Dios, tal como este se lo había ordenado. De no hacerlo, Dios convertiría el agua en sangre, pero el Faraón no escuchó.
Entonces Aarón levantó su bastón y las aguas de ríos, lagos y recipientes se convirtió en sangre. Viendo que los sacerdotes egipcios podían imitarlo, el Faraón restó importancia al fenómeno.
El pasaje se encuentra narrado en el Libro del Éxodo 7, 14-25.
2. Plaga de ranas
Moisés y Aarón advirtieron nuevamente al Faraón que Dios provocaría una invasión de ranas si no los dejaba marchar. Ante su segunda negativa, Aarón extendió la mano sobre las aguas y las ranas invadieron el territorio.
Los sacerdotes egipcios lo imitaron. El Faraón pidió a los hermanos alejar la infestación, a cambio de permitirles ofrecer sus sacrificios a Yavé en el desierto. Los hermanos rogaron a Yavé y este accedió, pero el Faraón no cumplió su palabra.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 7, 25-29; 8, 1-11 (ediciones católicas de la Biblia) o en Éxodo 8:1-15 (ediciones cristianas no católicas de la Biblia).
3. Plaga de mosquitos, piojos y pulgas
La tercera plaga no fue precedida por una advertencia, sino que Yavé ordenó su ejecución al ver la actitud del Faraón. Aarón golpeó la tierra con su bastón, e inmediatamente apareció una nube de mosquitos, pulgas y piojos por todas partes.
Los sacerdotes egipcios trataron de imitar el prodigio por tercera vez, pero no lo lograron. Fue entonces cuando reconocieron el poder de Yavé. Pero el Faraón no quiso escuchar ni a Moisés ni a sus propios sacerdotes.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 8, 12-15 (ediciones católicas de la Biblia) o en Éxodo 8:16-19 (ediciones cristianas no católicas de la Biblia).
4. Plaga de tábanos
De vuelta ante el Faraón, Moisés y Aarón le advirtieron que Yavé enviaría una plaga de tábanos (moscas). Esta vez habría una diferencia: los hebreos no serían tocados para que reconociera que Dios los bendecía.
Cuando se desató la peste, el Faraón accedió a que los hebreos ofrecieran sus sacrificios en el desierto, siempre que no se apartaran demasiado. Yavé retiró la plaga y salvó a Egipto, pero el Faraón rompió su promesa nuevamente.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 8, 16-28 (ediciones católicas de la Biblia) o en Éxodo 8:20-32 (ediciones cristianas no católicas de la Biblia).
5. Peste del ganado
Los hermanos Moisés y Aarón volvieron a la presencia del Faraón, advirtiéndole que de no liberar a los hebreos, todo el ganado sufriría una peste mortal.
Para reconocer en ello la presencia de Yavé entre los hebreos, el ganado de estos permanecería sano. Todo el ganado de los egipcios sufrió las consecuencias, pero el Faraón no cedió.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 9, 1-7.
6. Úlceras
Dios ordenó a Moisés y Aarón presentarse nuevamente ante el Faraón, tomar un puñado de hollín de los hornos y arrojarlo al aire. Este polvo se expandió por los aires y provocó úlceras sobre todos los nativos, incluidos los sacerdotes egipcios, que no pudieron enfrentarse a los hermanos. Sin embargo, el Faraón no accedió.
7. Lluvia de granizo ígneo
En una nueva entrevista con el Faraón, Aarón y Moisés le advirtieron que una tormenta eléctrica con granizo ígneo caería sobre Egipto. Si querían salvarse, debían resguardarse bajo techo, pero no todos creyeron. Así se destruyeron el lino y la cebada, pero el trigo y la espelta se salvaron pues no habían florecido.
El Faraón llamó a los hermanos y reconoció su pecado. Estos intercedieron por él y Yavé cesó la tormenta. Sin embargo, el faraón mantuvo cautivos a los israelitas.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 9, 13-35.
8. Plaga de langostas
Moisés y Aarón anunciaron al Faraón una plaga de langostas que acabaría con lo que el granizo no destruyó. Los sirvientes del Faraón le rogaron que cediera, pero el monarca no lo hizo. Al día siguiente, las langostas consumieron toda la vegetación a su paso.
El Faraón pidió perdón por su pecado y Dios precipitó a las langostas en el mar Rojo. Entonces el monarca le ofreció a Moisés dejar partir solo a los hombres, pero esto era inadmisible para ellos, y no pudieron irse.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 10, 1-20.
9. Tinieblas
Dios ordenó a Moisés extender su mano para que la oscuridad cubriera el cielo de Egipto por tres días. Durante ese tiempo, nadie se podía ver. Solo las casas de los hebreos tenían iluminación.
El Faraón le concedió a Moisés que marchase con sus familias, pero sin su ganado. Pero este se negó. Entonces el Faraón no los dejó salir. Luego, expulsó a Moisés y amenazó con matarlo si osaba volver.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 10, 20-29.
10. Muerte de los primogénitos de Egipto
El Señor advirtió a Moisés que haría morir a los primogénitos de Egipto. Para protegerse del paso de la muerte, los hebreos debían marcar el dintel de su puerta con sangre de un cordero sacrificado en honor a Yavé. Esa noche los hebreos celebrarían la primera pascua, es decir, el paso del Señor.
La muerte pasó por las casas de Egipto y cobró también la vida del primogénito del Faraón. En su desesperación, expulsó a los hebreos con todos sus bienes. Estos marcharon de inmediato al desierto, no sin antes recibir de los egipcios objetos de oro y plata como lo había predicho Dios.
El pasaje se encuentra narrado en el libro del Éxodo 11, 1-10; Éxodo 12, 29-36.
Antecedentes y contexto de las plagas de Egipto
Según el libro del Éxodo, los hebreos vivían en Egipto desde los tiempos del patriarca Jacob y su hijo, José. Pero a la muerte de ambos, el Faraón los hizo esclavos por temor a su prosperidad y gran número, y ordenó asesinar a los varones recién nacidos. Moisés fue rescatado por la hija del Faraón, que lo crió como suyo propio.
Ya adulto, Moisés vio cómo un egipcio maltrataba a un esclavo y lo asesinó. Descubierto, huyó a Madián, tomó esposa y se hizo pastor de rebaños. Durante ese período, Dios le encargó liberar al pueblo y conducirlo a la tierra prometida, con la ayuda de su hermano, Aarón.
Los hermanos se entrevistaron reiteradasveces con el Faraón para comunicar el mensaje divino, pero este no quiso escuchar. Moisés y Aarón le advirtieron que, de persistir en su negativa, Yavé enviaría sobre Egipto diversas plagas para persuadirle. Solo después de la décima (la muerte del primogénito), el Faraón accedió.
Tras estos eventos, los hebreos celebraron la primera Pascua, marcharon de Egipto e iniciaron su peregrinación por el desierto en busca de la Tierra Prometida.

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