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¿QUÉ NOS APORTA LA HISTORIA DE LAS CIENCIAS NATURALES Y LAS MATEMÁTICAS PARA SU INTEGRACIÓN EN ENTORNOS ESCOLARES? Hugo Parra Sandoval Universidad del Zulia - Venezuela hugoparras@hdes.edu.luz.ve Nivel educativo: Todos Área temática: Enseñanza interdisciplinaria Epistemología e Historia de la Educación Matemática y/o de las ciencias naturales RESUMEN Se presenta un conjunto de reflexiones acerca de la necesidad de integrar las matemáticas y las ciencias naturales en nuestras instituciones educativas con el fin de abordar problemas de interés para nuestros estudiantes. Inicialmente se plantea la necesidad de vincular las matemáticas con la realidad y en particular, con las ciencias naturales. Luego se hace una revisión de algunos casos presentados en el desarrollo histórico de las matemáticas, la biología y la física, con el fin de extraer de ellos elementos que pudieran advertirnos sobre las dificultades y las potencialidades que representa la integración de las matemáticas y las ciencias naturales en el entorno escolar. Finalmente se extraen algunos aprendizajes que el desarrollo histórico de estas disciplinas del conocimiento aportan en el camino para que la integración de las matemáticas con las ciencias naturales contribuyan a la formación de las ciudadanas y ciudadanos que la sociedad actual requiere para su desarrollo. Descriptores: Interdisciplinariedad Historia de las ciencias y las matemáticas Cada vez es más común la exigencia a los profesores de vincular las matemáticas con la vida. La idea no es nueva, desde mediados del siglo pasado la literatura dedicada al tema lo planteó. Freudenthal (1991) ya lo manifestaba desde la perspectiva de la Matemática Realista y luego, en la década de los sesenta del mismo siglo, corrientes como la Etnomatemática o la Educación Matemática Crítica fortalecieron esta propuesta viendo la matemática más allá de una disciplina aislada, reconociéndola como parte de una cultura y como tal, capaz de contribuir en la comprensión y transformación de la realidad (Peña-Rincón, Tamayo-Osorio, Parra, 2015; D´Ambrosio, 2014; Skosmove, 1999). Por otra parte, la Socioepistemología también reconoce la necesidad de vincular la matemática con la realidad, desde el momento mismo que hace mención a la práctica social como eje articulador del estudio y difusión de la Matemática Educativa. Para la Socioepistemología la matemática a enseñar, es decir, la desarrollada a través del discurso escolar, debe centrarse en las prácticas sociales de la matemática y no en los objetos matemáticos, (Cantoral, Reyes-Gasperini, Montiel, 2014). Esta demanda académica de vincular la matemática con la realidad se fortalece cuando instituciones de Estados coinciden con ella y establecen políticas al respecto. En ese sentido el estudio PISA auspiciado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo ha propuesto desde sus inicios. Desde la década del 2000 la OCDE plantea el aprendizaje por competencia, entendiendo por ésta como “una aptitud de un individuo para identificar y comprender el papel que desempeñan las Matemáticas en el mundo, alcanzar razonamientos bien fundados y utilizar y participar en las Matemáticas en función de las necesidades de su vida como ciudadano constructivo, comprometido y reflexivo” (OCDE, 2004, P. 28) Más recientemente el mismo estudio lo reitera cuando señala que en la institución escolar el desarrollo de una cultura escolar matemática deberá ayudar al individuo a identificar mailto:hugoparras@hdes.edu.luz.ve y comprender el papel que juega la matemática en el mundo, aportando elementos de juicio que permitan tomar decisiones en función de la vida, en tanto que se es ciudadano constructivo, comprometido y reflexivo (OCDE, 2011). En el caso de los estándares del National Council of Teachers of Mathematics, manifiesta de igual manera la idea de hacer de las matemáticas escolares un conocimiento para la vida (NCTM, 2000). En el contexto latinoamericano hallamos que instituciones gubernamentales responsables de las políticas educativas manifiestan su apoyo a esta idea de enseñar una matemática vinculada con la vida de los estudiantes. Si revisamos los lineamientos curriculares establecidos por el Ministerio de Educación de Colombia, textualmente señala que “hay acuerdos en que el principal objetivo de cualquier trabajo en matemáticas es ayudar a las personas a dar sentido al mundo que les rodea y a comprender los significados que otros construyen y cultivan. Mediante el aprendizaje de las Matemáticas los alumnos no sólo desarrollan su capacidad de pensamiento y de reflexión lógica sino que, al mismo tiempo, adquieren un conjunto de instrumentos poderosísimos para explorar la realidad, representarla, explicarla y predecirla; en suma, para actuar en y para ella” (Ministerios de Educación Nacional). En el caso de Venezuela, el currículo oficial plantea entre sus lineamientos generales desarrollar en el aula una Matemática vinculada con la vida del estudiante, es decir, que la matemática a enseñar sea pertinente tanto para el estudiante como individuo, como para la sociedad que lo reconoce (Ministerio del Poder Popular para la Educación, 2007). Finalmente, si uno pregunta a los docentes y al común de las personas si desean que la matemática a enseñar en la escuela esté vinculada a la vida de las personas, existe prácticamente unanimidad al respecto. De tal manera que esta idea de establecer nexos entre la matemática y la realidad del estudiante deja claro que social, académica e institucionalmente hay consenso al respecto. La idea es formar en nuestros estudiantes una conciencia clara de sus derechos y deberes para con la sociedad. Significa educar para formar ciudadanos a partir de los aportes de la matemática. Aunque hemos resaltado la importancia institucional, académica y social de vincular las matemáticas con la realidad, pareciera que en relación a los fenómenos naturales éstos fuesen muchas veces obviados en la literatura sobre el tema. Pareciera haber mucho más trabajos relacionando las matemáticas con hechos cotidianos y sociales y muchos menos, desarrollando investigaciones y propuestas relacionando las matemáticas con los fenómenos naturales. No obstante esa realidad, reseñamos aquí cuatro experiencias que consideramos ilustrativas al tema que nos atañe. Una primera vinculada a la biología, otra a la química seguida de una relacionada con la física y finalmente, reseñamos una que se plantea desde el conjunto de las ciencias naturales. En relación a la biología hallamos una propuesta de secuencia de contenidos para un programa del primer curso de Estadística básica de carreras de grado universitario orientadas a la formación de futuros profesores y licenciados en biología (Walz, 2015) La autora parte de la hipótesis de que la estadística que se imparta a los estudiantes esté planteada en términos de aplicaciones sencillas, de manera que pueda sentar una buena base para cursos de estadística más avanzados. También encontramos una experiencia entre estudiantes de Secundaria en España donde se promueve desde un ámbito menos escolarizado, un club astronómico. Se trata de promover actividades como foros, debates, conferencias y observaciones relativos a una materia interdisciplinar como la Astronomía, la cual es aprovechada para vincularla con las matemáticas (Fernández, 2014). Una tercera experiencia data desde el año 1995 y ha sido desarrollada en la Universidad de Montevideo desde la Cátedra de Matemática de la Facultad de Química. Ellos han venido elaborando una serie de textos cuyos problemas están relacionados con las carreras universitarias ofertadas en esa Facultad (Martínez, 2001). Finalmente, hallamos una experiencia situada en el nivel de educación universitaria denominada “matemática en el contexto de las ciencias” nacidaen 1982 en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México. Su desarrollo está enmarcado en carreras donde la matemática no es una meta y se sustenta en los siguientes principios: • La matemática es una herramienta de apoyo y disciplina formativa. • La matemática tiene una función específica en el nivel universitario. • Los conocimientos nacen integrados. De las cuatro experiencias citadas podemos hallar en común el interés por presentar a los estudiantes situaciones problematizadas de fenómenos naturales y a partir de ellos, hacer uso de las herramientas matemáticas para comprender los fenómenos naturales y transformar sus ideas en relación a las matemáticas. Estas experiencias contradicen los resultados de una investigación llevada a cabo por Parra & Ríos (2012) en la Universidad del Zulia con futuros profesores de matemática y física. A ellos se les pidió que establecieran relación entre las matemáticas y la realidad en sus clases a desarrollar durante las Prácticas Profesionales. El tema sería el conjunto de los números enteros. La mayoría optó por proponer situaciones cotidianas o relacionadas con la propia matemática. Tan solo en una planificación de clase y dos guías de ciento trece documentos registrados y analizados, contemplaron la presentación de fenómenos naturales, lo que representó sólo un 2,65% del total de materiales analizados. En este caso los ejemplos de temperatura y ubicación respecto al nivel del mar fueron los únicos casos planteados. ¿Qué nos indican estos resultados contrastados con la literatura citada? Sin atrevernos a generalizar, pareciera existir una tendencia más favorable en los niveles de educación universitaria a vincular las matemáticas que se enseñan con las necesidades de formación específica que requieren los estudiantes de este nivel y al contrario, pareciera que la situación en niveles como el de secundaria esta vinculación se hace más difícil de concretar. La historia de las ciencias naturales y la matemática como referente Si bien en la cultura escolar la matemática se ha relacionado muy poco a las ciencias naturales, la historia nos indica que a lo largo del tiempo la biología, la física y la química se nutrieron de esa vinculación con las matemáticas a lo largo de todo su proceso de creación, consolidación y expansión que hoy les conocemos. En el caso de la biología podemos hallar variados ejemplos que van desde la genética de Mendel hasta los estudios sobre el clima, la epidemiología y la evolución de las especies. Aunque la Biología como disciplina científica dedicada “a estudiar los seres vivos” apenas fue aceptada hace un poco más de doscientos años, su relación con la milenaria ciencias matemáticas data desde los inicios de la agricultura, hace unos diez mil años atrás (Pacheco, 2000). Para esa época se comenzó a estudiar los ciclos de cultivo y cosecha a través de las medidas del tiempo y la configuración de las estrellas. Igual fue aplicada para efectos del cálculo de longitudes, área y peso. Sin embargo esta relación no avanzó de manera cualitativa hasta luego de la Edad Media cuando en el siglo XVI los estudios sobre la herencia genética de Mendel se apoyaron en las matemáticas para determinar “la probabilidad” de transmisión de las características físicas de generación a generación o, cuando William Harvey (1578 – 1657) descubrió la circulación sanguínea y, utilizando las matemáticas, calculó el volumen de sangre que bombeaba el corazón en un latido (Pacheco, 2000). Esta relación fue aumentando a lo largo del tiempo hasta lo que se conoce como la asunción de la ciencia moderna en el siglo XIX (Ausejo, 2009). Ejemplo de esta relación la encontramos en el desarrollo de la teoría de la evolución de Darwin cuando surge la denominada Escuela Biométrica que tenía como finalidad “medir los procesos vivos” basándose especialmente en la estadística. Fue la insuficiencia de las teorías genéticas del momento que animó a biólogos como Galton a tratar problemas de la herencia, en particular aplicando la estadística en el análisis de la variación biológica a través de la regresión y la correlación de las medidas (Ausejo, 2009; Herrero, 2006). Luego, en el siglo XX comienza un proceso de modelar matemáticamente situaciones de la naturaleza; sin embargo este proceso de modelación matemática de fenómenos biológicos no siempre ha sido fácil. La tradición disciplinaria de la investigación científica ha pesado sobre ella, en contraposición con la propuesta de trabajo interdisciplinario. Como muestra de estos difíciles momentos presentamos la siguiente reflexión del Biólogo Eric Ponder, Director del Cold Spring Harbor quien en 1934 a propósito de la presentación del modelo físico – matemático de la célula por parte de Nicolas Rashevsky a los Biólogos de dicha institución expresaba en el año 1934: ...Un punto en el que hay acuerdo general es que parece haber muy poca relación entre el esfuerzo dedicado a lo que se ha dado en llamar las matemáticas del crecimiento, y la comprensión obtenida de ese campo...Es intrínsecamente improbable que el comportamiento de un sistema en crecimiento deba ajustarse al de un simple sistema químico, y la idea de crecimiento como un simple proceso físico-químico no puede ser aceptada en ausencia de una prueba directa y fehaciente… Es inútil conjurar en la imaginación un sistema de ecuaciones diferenciales con objeto de describir hechos que no sólo son muy complejos, sino en gran medida desconocidos…Lo que necesitamos en la actualidad es más mediciones y menos teoría… En la hora presente existe una desdichada confusión entre Biología Cuantitativa y Biomatemática. Hasta que los datos experimentales nos hayan suministrado más hechos biológicos, prefiero la primera ciencia a la segunda... (Bonner J.T. (2000). First signals: The evolution of multicellular development, Princeton University Press citado por Herrero (2006), pp 4-5) Sin embargo, hoy en día son ya muchos los trabajos conjuntos entre matemáticos y biólogos donde los primeros aportan los procesos de modelación matemática y los segundos nutren de significado y establecen los límites de dichos modelos. Hay que resaltar en estos procesos de modelación los aportes del análisis matemático, en particular, de las ecuaciones diferenciales ya que con ellas se puede de alguna manera explicar el comportamiento variacional de los seres vivos. En el caso de la física resulta posiblemente más claro para nosotros, los docentes de matemática. Sabemos que desde la Física Mecánica liderada por Newton hasta la Teoría de la Relatividad, la matemática ha estado vinculada a la física (Herrero, 2006). Las leyes de Newton se apoyan y expanden su aplicación a través de la matemática. Sin embargo, la historia nos muestra que esta relación también ha sufrido desencuentros. Aristóteles en la Edad Antigua manifestaba que “no debe exigirse rigor matemático en todo, sino tan sólo cuando se trata de objetos inmateriales. Y así, el método matemático no es el de los físicos, porque la materia es probablemente el fondo de toda la naturaleza.” (Aristóteles: Metafísica, Libro II. Ed. Austral, Madrid (1981) citado por Herrero (2006), p. 1.) Pero la influencia de la Física Aristotélica del siglo IV (A.C.) comienza su fin cuando Galileo a finales del siglo XVI y Newton a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII comienzan a desarrollar las primeras leyes y teorías de la física clásica (Maravall, 2006). Comienza a partir de esta época un proceso de reconciliación más claro entre estas ramas de la física y las matemáticas. Este proceso de reconciliación no significó necesariamente trabajo conjunto permanentemente, pero si una colaboración desde la matemática para contribuir con los problemas tratados por la física. Por ejemplo, la geometría euclidiana fue y es pieza clave en la Física clásica, pero en el siglo XIX,Lobatchewski (1792-1856) y Bolyai (1802-1860), de manera independiente entre sí y con las ciencias naturales, construyeron la primera geometría no euclídea (hiperbólica), caracterizada por negar el quinto postulado de Euclides referido a las rectas paralelas. Estos resultados de la geometría no euclidea fueron un aspecto clave en la formulación de la Teoría de la Relatividad y la Mecánica Cuántica a comienzos del siglo XX (Maravall, 2006). El proceso de elaboración de la geometría no euclideana se dio independientemente de la teoría de la Física Moderna, sin embargo, hoy estas teorías se encuentran ineludiblemente complementadas. Con los hechos relatados queda claro que las matemáticas se constituyeron y aun se constituyen en sinónimo de exactitud y lógica en sus afirmaciones. Esta herencia de la cultura griega ha hecho de ella un conocimiento que por momentos pareciera rebasar cualquier otro tipo de conocimiento que mira con desdén las demás ciencias. Esta tradición reforzada por la visión predominante de las ciencias positivas estableció una línea divisoria entre las matemáticas como un conjunto de conocimientos sin relación con el mundo y las ciencias naturales, como aquellas dedicadas al mundo de los hechos y cuya expresión máxima ha sido el empirismo y la visión promovida por Wittgenstein, el Círculo de Viena y el propio Russell (Padrón, 2007; Ruiz, 1990). Esto evidentemente hace que entre las ciencias naturales y la matemática existan unas lógicas diferentes que hacen el diálogo, si no imposible, bastante difícil. ¿Qué nos enseña la historia? Realizar una revisión de la evolución histórica de la Matemática y su relación con la ciencias naturales, en este caso, de la Biología y la Física, supone inferir aprendizajes para comprender la esencia de las mismas disciplinas y para reconocer en sus aciertos y desaciertos lo que nos puede aportar a los procesos de enseñanza de las ciencias naturales y las matemáticas de manera interdisciplinaria. La historia nos indica que en los inicios de la humanidad, específicamente al comienzo de la agricultura, las matemáticas evolucionaron en función de la resolución de problemas que las sociedades enfrentaban en su desarrollo. Para el siglo IV A.C. comienza un mayor desarrollo de las matemáticas en términos de abstracción liderado por los griegos (Bell, 2011). A partir de ahí en muchas oportunidades las matemáticas se desarrollaron sin saber si lo que creaba tenía aplicación, otorgándole de esta manera una relativa independencia respecto a otras disciplinas y a problemas concretos. Sin embargo, luego del renacimiento y a partir de los estudios sobre dinámica llevados a cabo por Galileo y Newton, la aplicabilidad de las matemáticas vuelve a resurgir sin abandonar del todo unas matemáticas abstractas dedicadas a desarrollarse basándose en sus propios fundamentos (Bell, 2011). La historia muestra esta doble función de las matemáticas; por una parte desarrollada sobre sus propios fundamentos y en otras, vinculada a otras ciencias con el fin de contribuir en la resolución de los problemas planteados por éstas. El renacimiento en el siglo XVI la revolución industrial y el resurgimiento de la racionalidad como expresión máxima de la objetividad científica de la realidad, permiten el surgimiento de diferentes disciplinas de manera independiente. Luego de siglos de oscurantismo, se fortaleció el conocimiento disciplinario. La ciencia mostró un proceso de profundización del conocimiento innegable (Morin, S/F). La Física, la Química y la Biología comenzaron a definir su propio perfil, lo que conllevó a delimitar claramente su propio conjunto de problemas y sus métodos para abordarlos. En este proceso de especialización las matemáticas fortalecieron y fortalecen su imagen de exactitud y lógica en sus afirmaciones ya iniciado desde la época de los primeros matemáticos griegos. Esta tradición reforzada por la visión predominante de las ciencias positivas estableció –como ya se mencionó - una clara división entre las matemáticas como un conjunto de conocimientos sin relación con el mundo y las ciencias naturales, como aquellas dedicadas al mundo de los hechos y cuya expresión máxima ha sido el empirismo (Padrón, 2007; Ruiz, 1990). Esto evidentemente hizo que entre las ciencias naturales y la matemática existieran unas lógicas diferentes que hacían y hacen el diálogo difícil, más no imposible. Desde esa época las ciencias naturales y las matemáticas se han cuidado muchas más en delimitar sus espacios de investigación y desarrollo y menos en intentar descubrir la complejidad del mundo. Sin embargo, aunque esta visión se ha mostrado bastante dominante, comienza a partir del siglo XX a mostrar sus debilidades con la asunción de la física cuántica. La física cuántica sobrepasó la lógica causa efecto, permitiendo entender la complejidad de los fenómenos de la naturaleza, entendiendo que éstos involucran múltiples causas y hace de ellos interdependientes entre sí. Así, un fenómeno como el vuelo de un ave no sólo puede explicarse desde una visión morfológica sino también desde una perspectiva de las leyes de la mecánica clásica de la física y otras perspectivas más. Lecciones que aporta la historia Hemos visto a través de los hechos relatados dos obstáculos y una oportunidad. Un primer obstáculo es la existencia de dos lógicas diferentes surgidas por unas matemáticas como ente independiente de la realidad y las ciencias naturales, como disciplinas sustentadas a partir del estudio de los fenómenos de la naturaleza. Un segundo obstáculo ha sido la existencia en diferentes momentos de la historia, de una doble manera de proceder de las matemáticas; por momentos se desarrolla a partir de sus propios postulados (matemática pura) y en otras ocasiones, su desarrollo se da al momento de servir como un recurso para profundizar el estudio de fenómenos naturales (matemática aplicada). Ante estos dos obstáculos surge una oportunidad cuando las matemáticas y las ciencias naturales se han enriquecido a partir del trabajo conjunto en la resolución de situaciones problemas. Ambas se han complementado, nutriéndose recíprocamente. La existencia de dos lógicas diferentes entre las matemáticas y las ciencias naturales se ha visto reforzada a partir del fortalecimiento de las disciplinas científicas haciendo de estas compartimientos separados de conocimientos, lo que ha generado en muchas oportunidades los que Morin (S/F) ha denominado la hiperespecialización. Esta situación también ha tenido su proyección en las instituciones escolares. Una de estas proyecciones se evidencia en los procesos de formación de docentes en nuestros centros educativos universitarios; ellos se han quedado anclados en la especialización, negándose al planteamiento de un trabajo interdisciplinario. Muestra de ello lo vemos en la estructura de los planes de estudio de nuestros principales centros de formación de docentes en el país. Si observamos la oferta académica de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) – la institución con mayor peso en esta área en nuestro país - hallamos en sus diferentes núcleos una clara separación de las ciencias naturales, ofertando las disciplinas de biología, química y física, así como la mención matemática (https://www.google.co.ve/search?q=UPEL+licenciatura+pregrado&oq=UPEL+licencia tura+pregrado&aqs=chrome..69i57.15391j0j8&sourceid=chrome&es_sm=122&ie=UT F-8). Igual hallamos esta separación en nuestra Universidad del Zulia (http://www.fhe.luz.edu.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=576&Itemi d=241) y la Universidad Católica Andrés Bello. Al indagar entre los cursos ofertados por la UPEL y la Universidad del Zulia se evidencia en sus planes de estudio una absoluta desvinculación entre las diferentes ramas de las ciencias naturales. La Universidad del Zulia, en la menciónMatemática y Física, su plan de estudio no contempla cursos donde se plantee trabajos conjuntos entre la matemática y la física. En el caso de la Universidad Católica Andrés Bello, en su Licenciatura en Educación mención Física y Matemática existe una excepción al proponer un curso denominado “Proyecto Interdisciplinario: Educación, Ciudadanía y Ambiente”. En él se contempla la realización de proyectos de aprendizaje conjuntos entre las menciones física y matemática, Biología y Química, Ciencias Sociales, Educación Integral y Educación Inicial (http://w2.ucab.edu.ve/tl_files/escueladeeducacion/planestudios/comunes/10003_Proyec to_interdisciplinar_ambiente_y_ciudadania.pdf), siendo el único curso que se detecta con una clara intención interdisciplinaria Sin embargo, en el resto del plan de estudio la separación de la matemática y de la física es clara (http://w2.ucab.edu.ve/1s-edfm.html). Esta manera de concebir la formación de nuestro docente representa una dificultad al momento de establecer un diálogo entre las matemáticas y las ciencias naturales ya que los forma ajenos a al trabajo interdisciplinario. Este hecho trae como consecuencia que desde la perspectiva del profesor se promueva de manera muchas veces inconsciente una visión desarticulada de las ciencias naturales entre sí y con las matemáticas. Un segundo obstáculo ha sido la existencia de una doble manera de proceder de las matemáticas: pura y aplicada. Es claro que a la luz de la propuesta de trabajo interdisciplinar en la institución escolar la matemáticas aplicadas resultan la más adecuada. La existencia de una matemática cuya función es la de auxiliar a las ciencias naturales en el estudio de determinadas problemáticas abre un camino de posibilidades en la cultura escolar. Esto nos lleva a ver una oportunidad en identificar aquellas situaciones o fenómenos naturales que constituirían el punto de encuentro para el desarrollo de un trabajo mancomunado entre las ciencias naturales y las matemáticas. A modo de conclusión Sin llegar a conclusiones definitivas, pero convencidos que es necesario desarrollar proyectos interdisciplinares entre las ciencias naturales y las matemáticas en las instituciones escolares, consideramos que la principal enseñanza que nos aporta la historia es que son las situaciones problemas relacionadas con las ciencias naturales el punto de encuentro para que estas disciplinas trabajen conjuntamente con las matemáticas. Las matemáticas y las ciencias naturales complementadas, aportando cada una de ellas sus conocimientos y herramientas para una mejor comprensión de los problemas. La historia nos indica que a pesar de los desencuentros entre las matemáticas y las ciencias naturales estos fueron superados al momento de apoyarse con la idea de comprender diferentes fenómenos naturales. De ahí que la propuesta de realización de proyectos de aprendizaje conjuntos entre estas disciplinas es un camino a explorar y consolidar. La comprensión de los fenómenos naturales y sus implicaciones en el entorno socio cultural de nuestros estudiantes será posible a través de estos proyectos. https://www.google.co.ve/search?q=UPEL+licenciatura+pregrado&oq=UPEL+licenciatura+pregrado&aqs=chrome..69i57.15391j0j8&sourceid=chrome&es_sm=122&ie=UTF-8 https://www.google.co.ve/search?q=UPEL+licenciatura+pregrado&oq=UPEL+licenciatura+pregrado&aqs=chrome..69i57.15391j0j8&sourceid=chrome&es_sm=122&ie=UTF-8 https://www.google.co.ve/search?q=UPEL+licenciatura+pregrado&oq=UPEL+licenciatura+pregrado&aqs=chrome..69i57.15391j0j8&sourceid=chrome&es_sm=122&ie=UTF-8 http://www.fhe.luz.edu.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=576&Itemid=241 http://www.fhe.luz.edu.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=576&Itemid=241 http://w2.ucab.edu.ve/tl_files/escueladeeducacion/planestudios/comunes/10003_Proyecto_interdisciplinar_ambiente_y_ciudadania.pdf http://w2.ucab.edu.ve/tl_files/escueladeeducacion/planestudios/comunes/10003_Proyecto_interdisciplinar_ambiente_y_ciudadania.pdf http://w2.ucab.edu.ve/1s-edfm.html Estas posibilidades reales de llevar a cabo trabajos conjuntos entre las ciencias naturales y las matemáticas conllevan a nuevos aprendizajes propios de este siglo XXI que apenas comienza. Nuestras escuelas y liceos pueden ser semilleros del trabajo interdisciplinario y de la tan anhelada transdisiciplinaridad. El trabajo conjunto que supone la interdisciplinariedad sería un valor agregado de nuestras instituciones escolares en la formación de un ciudadano capaz de comprender su realidad y transformarla y, la competencia para interrelacionar fenómenos y conocimientos son los cimientos de la tan deseada transdisciplinariedad. Sin embargo cabe preguntarse si tal y como están organizadas nuestras instituciones escolares en cuanto a horarios y las propias propuestas curriculares, contribuyen o no al trabajo conjunto, interdisciplinario, de las matemáticas con las ciencias naturales. La integración de las matemáticas y las ciencias naturales en el ámbito escolar no sólo podrá ser generadora de un mayor y cualificado conocimiento de estas disciplinas, sino trascender en la formación de un ciudadano competente para indagar, comprender y transformar su realidad, de manera conjunta con sus pares y con su comunidad. Referencias bibliográficas Ausejo, Elena (2009) Darwinismo y Matemáticas. Revista Números. 71, 13 – 19 Bell, E.T. (2011) Historias de las Matemática. México. Fondo de Cultura Económica. Camarena Gallardo, Patricia (2009) La matemática en el contexto de las ciencias de las ciencias. Innovación Educativa, 9 (46), 15 – 25 Cantoral, Ricardo; Reyes-Gasperini, Daniela; Montiel, Gisela (2014). Socioepistemología, Matemática y realidad. Revista Latinoamericana de Etnomatemática.7(3), 91-116. http://www.revista.etnomatematica.org/index.php/RLE/article/view/149/161 D’Ambrosio, Urbiratam (2014). Las bases conceptuales del Programa Etnomatemática. 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