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1 FORGES Hipólito Yrigoyen 785 Piso 5 Of.M 1086 Buenos Aires Tel y fax: (5411) 4342-1395 y 4342-8153 ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Documento 22/95 Septiembre de 1995 ANALISIS DE POLITICAS PUBLICAS Roberto Martínez Nogueira INTRODUCCION Este trabajo responde a una intención: contribuir a perfeccionar las capacidades analíticas disponibles en el sector público. Su propósito es impactar sobre la acción, mejorando la calidad de las decisiones y facilitando la adopción de una perspectiva estratégica de la gestión. Su temática es el análisis de políticas publicas, conjunto diverso de metodologías y técnicas cuya utilización tiene por propósito introducir mayor racionalidad y transparencia en el funcionamiento del Estado y en sus procesos decisorios a través de una exploración más rigurosa de su sentido, de sus objetivos, del contexto de operación, de sus requerimientos y de sus impactos. Lo anterior supone una concepción del papel de funcionario de nivel gerencial o que desempeña funciones de asesoramiento: éste es un agente activo que interpreta, operacionaliza y ejecuta decisiones políticas en cuya formulación interviene movilizando sus valores, su perspectiva particular de las problemáticas a que se dirige la acción y sus capacidades. Es decir, no es un funcionario pasivo o neutro, sino que sus comportamientos están guiados por un sentido de lo público, del bien común y de servicio al ciudadano. En los procesos sociales, políticos y organizacionales desencadenados en torno a las políticas públicas participa como un actor relevante con incidencia sobre los resultados y las consecuencias de la acción estatal. Esta participación debe ser informada, nutrida del mejor conocimiento disponible, sometida a reglas claras propias de una administración pública responsable ante la sociedad y orientada éticamente. Un autor, Martin Rein, señaló hace tiempo que en los debates sobre las políticas públicas no se discute sobre datos, sino sobre sus interpretaciones. Estas ponen en juego concepciones, percepciones de la realidad y valores. Los contenidos de este trabajo no se refieren tanto a los datos a utilizar como a la capacidad para identificar su necesidad y relevancia en función de la situación problemática abordada por la política pública, a los marcos analíticos y evaluativos que les dan sentido y a los requerimientos de rigurosidad que deben satisfacer. El análisis de políticas se basa en conocimientos de diversas disciplinas y, por lo tanto, es una actividad científicamente sustentada. Es también una actividad que debe realizarse en forma sistemática, con metodologías rigurosas. Este curso está en primer lugar dirigido al tratamiento de estas metodologías. Su 2 objetivo no es, por consiguiente, suministrar las mejores respuestas, sino brindar elementos que puedan contribuir a formular preguntas sensatas. De ellas podrá derivarse una mejor actitud para buscar el mejor conocimiento que informe a las políticas públicas. Si bien es cierto que el conocimiento acrecienta la capacidad de alterar la realidad, el despliegue del mejor conocimiento disponible no necesariamente asegura una aceptable calidad en las políticas públicas. Por ello, en este curso no sólo se enfatizan aquellos aportes metodológicos para el análisis de políticas, sino también se plantean interrogantes que están dirigidos a precipitar la reflexión sobre el papel del funcionario, sobre sus responsabilidades y sobre las tensiones a que está sometido en el ejercicio de sus tareas. La estrategia expositiva procura iluminar diversos aspectos del análisis de políticas. Para ello enfatiza la necesidad de transitar: a) de lo simple a lo complejo, b) de la consideración de las políticas como enunciados cerrados a entenderlas como ciclos abiertos de acción, c) de las visiones centradas en esos enunciados a su análisis a partir de las relaciones con su entorno y, d) de una concepción de la gestión pública como mera aplicación de recursos, a otra más integrada con la construcción de la legitimidad, la efectividad y la sostenibilidad de las políticas. CAPITULO I LAS POLITICAS PUBLICAS: SU ANALISIS COMO DISCIPLINA Y COMO PRACTICA En este capítulo se procura brindar elementos que permitan una comprensión de la temática general de las políticas públicas y de su análisis. Para ello se abordan cuestiones referidas a las conceptualizaciones y a los marcos analíticos y se exponen distintas temáticas referidas a esta práctica profesional. 1. Las políticas públicas La noción de política pública remite al estado, a sus articulaciones con la sociedad, a la administración pública y a sus actividades concretas. Cada uno de estos temas reclama un tratamiento particular que no será abordado en este trabajo. Sólo se señala que las políticas públicas están respaldadas por el imperio del estado, pretenden tener consecuencias sobre la sociedad y requieren para ello acciones de la administración pública. 1.1. Las definiciones Son muchas las definiciones que pueden darse de las políticas públicas, ya que ésta es una noción relativamente difusa por tratarse de términos polisémicos. Por política pública puede entenderse un campo de acción del estado, una declaratoria de intención, un proceso de conversión, un ciclo de acción y un conjunto de impactos. - campo de acción: un aspecto de la realidad que intenta ser impactado por la actividad estatal (política social, política exterior), - declaratoria de intención: conjunto de promesas y compromisos de acción. Se refiere a conductas deliberadas para el logro de objetivos, la asignación de recursos y la determinación de responsabilidades. Estas promesas tienen su expresión material en la enunciación de la política. - proceso de conversión: una movilización de recursos (de diferente tipo: de poder, de conocimiento, institucionales y organizacionales, de legitimidad social) para el logro de objetivos políticos. Su naturaleza, dotación, atributos, relaciones recíprocas, compabilidad y convergencia determinarán el grado en que la promesa se convierta en resultados efectivos. 3 - ciclo de acción: actividades de formulación, ejecución, seguimiento y evaluación, cada una de las cuales supone la realización de acciones diferenciadas pero a la vez articuladas, que comprende además las intervenciones de múltiples actores como agencias con competencia política o técnica o como participantes con distinto grado de responsabilidad, involucramiento o continuidad. - conjunto de productos, resultados e impactos,consecuencia del proceso de conversión en el marco de ese ciclo de acción. 1.2. Las políticas públicas como construcciones sociales Puede adoptarse también una perspectiva aun más amplia. Estos términos pueden también utilizarse para denotar tanto cursos de acción como la inacción gubernamental, superando de este modo el enfoque restringido a conjuntos de decisiones o acciones. Las políticas serían recurrencias de acciones (o de ausencia de acciones) no necesariamente fundadas en decisiones explícitas. La política sería una reconstrucción a partir de la observación de la gestión de gobierno y de sus consecuencias que identifica su coherencia a pesar de la eventual falta de explicitación. Lo anterior revela que la definición de la política pública no es una tarea sencilla. En muchos casos puede, efectivamente, identificársela con una decisión o un conjunto de decisiones articuladas que brindan orientaciones y generan impactos. Pero en otros, las políticas son el producto de cursos de acción adoptados sin clara explicitación de sus orientaciones, como respuestas a circunstancias determinadas, constituyendo en mayor medida una "red" de acciones y reacciones a través de largos períodos de tiempo, conun peso significativo de las capacidades, interpretaciones y comportamientos desplegados durante la implementación. De este modo, las políticas son básicamente "comprensiones sociales relativamente compartidas", construidas a través de manifestaciones de propósitos y de su reformulación y reinterpretación dinámica a través de un proceso que algunos autores denominan de "retroalimentación" y otros de "reflexividad". "La "política" es un proceso a la vez que un producto", diría Wildavsky. Lo anterior tiene consecuencias importantes: las políticas no son un momento, una fotografía, una declaración o una decisión. Son un ciclo abierto, complejo, dinámico, con respecto al que hay que indagar los elementos de permanencia y los comportamientos que en torno a él se despliegan y que a la vez lo generan, con límites difusos. Incluyen "no decisiones", "conjuntos de actividades que sirven para sostener la movilización de valores, procedimientos, ritos y actores, con el fin de legitimar la no acción de una autoridad pública" (Meny y Thoenig). Algún autor lo ha sintetizado en forma sarcástica y a la vez brillante: "las políticas son como un elefante: se las reconoce cuando se las ve, pero no se las puede definir fácilmente" (Cunningham)(8). 1.3. El ciclo de las políticas públicas Las políticas públicas constituyen un ciclo de eventos interrelacionados. Con propósitos analíticos pueden identificarse varias fases con respecto a las cuales existe consenso en la literatura pues se corresponden con el modelo normativo para un proceso racional de toma de decisiones. Cada una de estas fases tiene diferentes requerimientos informacionales y exigen distintas aproximaciones metodológicas: a. La definición del problema Supone la identificación de valores, percepciones y aspiraciones. Las técnicas analíticas utilizadas se refieren a la estructuración de problemas. (Ver el capítulo III). b. La formulación y la sanción de la política 4 La formulación es el resultado de estimaciones y previsiones sobre el curso de los eventos ante distintas alternativas de acción o no acción. Concluye con la elaboración de recomendaciones. La sanción de la política es el "momento de decisión" que da lugar a la distribución de responsabilidades, capacidades y recursos para la implementación. (Se tratan en el capítulo IV). c. La implementación Constituye el conjunto de acciones que se llevan a cabo para el logro de los objetivos propuestos. Da lugar a acciones de monitoreo o de evaluación de procesos. (Ver capítulo V). f. Las consecuencias de la política Comprende los productos generados (decisiones, regulaciones, servicios, etc), sus resultados (en función de los objetivos definidos) y sus impactos (consecuencias sociales). Requiere la realización de evaluaciones.(Ver capítulo VI). g. La reformulación de las políticas Es la consecuencia de las apreciaciones e inferencias realizadas a lo largo del proceso de implementación y como consecuencia de la evaluación. 2. El análisis de políticas El propósito del análisis de políticas es la comprensión de las políticas públicas por medio de la indagación de acciones y decisiones estatales, así como de los procesos en torno a ellas desencadenados y por ellas producidos. Esa comprensión se alcanza a través de la producción y la utilización de conocimiento relevante en torno a cuestiones que son objeto de atención y acción por parte del estado. Este conocimiento puede tener distinto grado de formalización, desde el juicio informado hasta la utilización de metodologías rigurosas y sistemáticas y el argumento racional. Son múltiples las definiciones dadas al análisis de políticas. Algunas de ellas son las siguientes: "asesoramiento relevante para las decisiones públicas basado en valores y dirigido a un usuario específico" (Weimer y Vining) "disciplina basada en las ciencias sociales que utiliza múltiples métodos de indagación y de argumentación para producir y transformar información relevante referida a políticas que puede ser utilizada en ámbitos políticos para resolver problemas vinculados a políticas públicas" (Dunn) "medio para sintetizar información, incluida en ella los resultados de investigaciones, dirigido a suministrar elementos para las decisiones sobre políticas (la identificación de alternativas) y para la determinación de necesidades futuras de información". (Wi lliams) "subcampo aplicado cuyo contenido no puede ser determinado por límites disciplinarios sino por aquello que aparezca como apropiado a la naturaleza y a las circunstancias del problema (Wildavsky). - cualquier tipo de análisis que genera y presenta información dirigida a mejorar las bases para el ejercicio de su juicio por parte de los formuladores de política. (Quade) 5 2.1. La justificación El análisis de políticas requiere una justificación. ¿Por qué el análisis de políticas? ¿Cuál es su relevancia para que haya recibido una atención creciente, habiéndose constituido a la vez en un campo multidisciplinario con identidad propia y en una práctica profesional difundida? ¿Por qué se ha convertido como una actividad sistemática en los intentos serios de reforma del estado? ¿Por qué está asociado a la participación social y a una ciudadanía activa? Las respuestas a estos interrogantes pueden encontrarse en las contribuciones del análisis de políticas a tres planos de la realidad: - al proceso democrático, brindando aportes que iluminan la deliberación política y dan transparencia a los procesos en torno a decisiones públicas, - al proceso social, pues genera conocimientos sobre las problemáticas que demandan la atención pública, permitiendo una más clara identificación de intereses, necesidades, perspectivas y aspiraciones, así como la expresión de valores. - a los procesos organizacionales, a través de elementos para el mejoramiento de la calidad de las decisiones, para la programación y para el fortalecimiento de la gestión. 2.2. La articulación con el mejoramiento de la gestión pública Las nuevas condiciones enfrentadas por la administración pública - contextos de gran volatilidad, actores sociales con elevadas capacidades de organización y movilización, tecnologías crecientemente complejas, políticas cada vez más focalizadas - exigen capacidades operativas caracterizadas por la flexibilidad, la adaptabilidad de circunstancias específicas, innovación permanente y orientación hacia resultados e impactos. Los atributos estructurales y de funcionamiento de la administración distan de satisfacer estos requisitos. Por ello es preciso ejecutar programas de cambio organizacional sistemáticos y continuos. Por largos años, las herramientas fundamentales - y únicas - de los cambios administrativos fueron la actualización de los regímenes normativos, la aplicación de técnicas de organización y sistemas, la difusión de mecanismos de administración de personal inspirados en principios universalistas y la capacitación. En general, se partió de una concepción de la administración como sistema cerrado y estático. Los escasos éxitos llevaron a una evolución en la conceptualización y a una utilización de herramientas más complejas. Progresivamente se fue haciendo uso del estudio de los procesos decisionales y de la interacción social, con un tratamiento explícito del medio ambiente y de la problemática del poder. Ello explica el énfasis en la aplicación sistemática de los aportes de las ciencias sociales, tanto de las preocupadas con lo estructural como de las orientadas a la indagación de comportamientos individuales y grupales, con una mayor atención por los procesos y lo situacional. Desde esta perspectiva más rigurosa se afirma que los modelos de organización y de gestión deben diseñarse a partir de los requerimientos de las políticas públicas. Cada tipo de política enfrenta distintos grupos y patronesde demandas, tiene diferente contenido simbólico y es susceptible de evaluación a partir de criterios variados e indicadores específicos. Los comportamientos organizacionales están, obviamente, condicionados por estos aspectos. Si el objetivo es dotar a las organizaciones públicas de mayor eficacia, es preciso clarificar estos aspectos en forma previa a la acción. Por la razón señalada, el análisis de las políticas pasa a ser un instrumento central para el perfeccionamiento de la administración pública, junto al planeamiento estratégico y a las diversas técnicas de intervención en lo micro- organizacional. Estos campos son convergentes, por cuanto los tres son pertinentes para el tratamiento de la correspondencia y de las relaciones entre objetivos y acción, entre lo sustantivo de la actividad de gobierno y sus 6 requerimientos de gestión, y entre los contenidos de las tareas de la administración pública y los procesos sociales por éstos desencadenados. Estas tecnologías demandan la disponibilidad de insumos abundantes de información, una capacidad técnica y social de procesamiento adecuado y la posibilidad de realizar juicios y evaluaciones a nivel organizacional. Asimismo, se requiere actitudes favorables a la adquisición y al uso del conocimiento científico. 2.3. Los paradigmas El análisis de políticas presenta una notable diversidad de posibilidades en cuanto a finalidad, rigurosidad, destinatarios de sus resultados, ámbitos de realización, etc.. Aquella amplitud de la denotación del término "análisis", así como estas diferentes perspectivas, hacen que sea preciso avanzar en la diferenciación de "paradigmas" a partir de los cuales se realizan actividades de este tipo: a. Los paradigmas científicos i) La investigación académica: Para esta actividad, el estudio de las políticas públicas no procura una transferencia inmediata y directa de sus resultados a actores sociales específicos. Se aspira a avanzar en el conocimiento y, eventualmente, a formular teorías sobre procesos sociales, políticos y administrativos en torno a "qué hace el gobierno, por qué lo hace, y que consecuencias tiene". Procura la descripción y la explicación de las causas y los impactos de la acción gubernamental (Dye). Su foco de atención son las políticas como procesos de interacción. Se recurre a metodologías aceptadas en cada disciplina, la audiencia está compuesta básicamente por la comunidad académica y su impacto sobre la sociedad sigue un camino indirecto a través de la difusión de visiones y perspectivas sobre la realidad y de las concepciones para la resolución de los problemas. ii) La investigación de políticas (policy reaserch). Esta es una variedad de la investigación académica. Hace uso de metodologías científicas, describe fenómenos y determina las relaciones entre ellos a partir de la delimitación de un problema específico de política (Wiiliams, W., 1971). Su foco de atención es el contenido de las políticas, entendido como el objeto particular que la política pretende afectar y las acciones efectivamente realizadas para ello. b. Los paradigmas profesionales i) El análisis de políticas como actividad de asesoramiento o de esclarecimiento dirigida a informar decisiones públicas: La finalidad es "prescriptiva", ya que procura perfeccionar las políticas públicas, dirigiendo sus productos hacia tomadores de decisiones que son los demandantes de las tareas o hacia públicos específicos interesados en esas políticas. En otros términos, es un análisis para las políticas públicas. Desde esta perspectiva, los ámbitos de realización pueden ser varios, teniendo consecuencias sobre el carácter y la finalidad de la actividad. Además del sector público, esta actividad es demandada por otros actores con el propósito de reunir información para incidir sobre las políticas, procurando ilustrar y movilizar a la opinión pública en torno a cuestiones de interés social, o para incorporar al diseño de sus propias estrategias la estimación de las consecuencias de las políticas públicas sobre sus intereses y aspiraciones (empresas privadas, sindicatos, organizaciones empresariales, etc..). En este trabajo nos centramos en el analista de políticas trabajando en el ámbito del sector público: nos referimos al funcionario de nivel superior que tiene que asesorar a la autoridad política en la toma de decisiones. ii) El análisis de políticas como actividad de evaluación: Esta es una actividad semejante a la anterior en cuanto a los ámbitos en que se desarrolla y en su orientación hacia el perfeccionamiento de las decisiones. Hace uso de tecnologías con mayor grado de formalización, supone una acción ya realizada y pretende determinar los impactos, los factores que incidieron en ellos y su relación con las recursos movilizados. 7 c. El análisis de políticas insertos en los paradigmas tradicionales i) El planeamiento tradicional: Esta actividad tiene ciertos paralelismos con el análisis de políti cas. Su foco es la ordenación de medios con respecto a fines establecidos. Su diferencia básica radica en el horizonte temporal considerado, en la escasa consideración de los procesos sociales y en los supuestos sobre disponibilidad de información y de poder suficiente por parte de planificadores y ejecutores. ii) La administración pública tradicional: En el contexto administrativo se suelen realizar acciones de análisis, pero éstas suelen centrarse en aspectos de gestión, con insumos disciplinarios propios del área de competencia. Su foco es la implementación. El análisis de políticas, como se anticipó, estudia el ciclo completo de las políticas, hace uso de aportes multidisciplinarios, atiende a las relaciones entre la gestión y los actores sociales y se inserta en los procesos de decisión política. iii) El periodismo: Como tarea de investigación considera aspectos de los contenidos de políticas y de los procesos desencadenados. Es una actividad difusa que comprende acciones de recolección de información con un procesamiento primario para se distribuida entre públicos no especializados. Su diferencia fundamental es el rigor analítico requerido y la profundidad de los análisis. Weimer y Vining presentan un cuadro que expone las principales similitudes y diferencias de estos paradigmas en términos de los objetivos buscados, la orientación hacia el destinatario de los resultados, el estilo predominante, la dimensión temporal y las debilidades básicas. Cuadro 1 Los paradigmas del análisis de políticas Paradigmas Objetivo principal Cliente Estilo común Restricciones temporales Debilidades Investigación académica Construcción de teorías para la comprensión de los procesos sociales "verdad" como es definida por la disciplinas. Colegas Metodología rigurosa para construir y verificar teorías. Retrospectivo Presiones externas poco frecuentes Con frecuencia, información irrelevante para la toma de decisiones Investigación de políticas Predicción de impactos de cambios en variables relevantes producidos por la actividad pública Actores en la arena política. Otras disciplinas Aplicaciones de metodologías formales a cuestiones relevantes de política. Predicción de las consecuencias Frecuentes presiones por plazos, a veces moderadas por la recurrencia de las cuestiones Dificultad en traducir los hallazgos en insumos para la toma de decisiones Planeamiento clásico Definición y logro de estados futuros deseables para orientar la acción pública El "interés público" tal como es definido por la profesión Reglas y normas establecidas por la profesión. Especificación de objetivos y metas Escasa presión temporal por la orientación al largo plazo Irrelevancia de los planes cuando no se consideran los procesos políticos Administración pública tradicional Ejecución eficientede programas tal como son definidos políticamente El programa Gerencial y legal Decisiones de rutina. Ciclos presupuestarios No consideración de aspectos externos al programa 8 Periodismo Focalizar la atención pública en problemas Público general Descriptivo Atención coyuntural a cuestiones Carencia de profundidad analítica Análisis de políticas Analizar, presentar y evaluar alternativas para la resolución de problemas Un decididor individual o colectivo Síntesis de investigación y teoría para estimar las consecuencias de políticas Terminación del análisis vinculadas a los tiempos del ciclo de políticas Miopía producida por la orientación hacia el cliente y por la presión temporal Adaptado de Weimer y Vining (pag.4) 2.4. Los antecedentes El análisis de políticas como campo profesional se ha ido conformando progresivamente. Resulta de la convergencia de tradiciones intelectuales y del desarrollo de disciplinas e instrumentos diversos, habiéndose producido una maduración que puede sintetizarse en un tránsito de posturas centradas en la decisión como categoría analítica, a otras que se refieren a los procesos decisorios caracterizados por la incertidumbre, el conflicto y la existencia de limitaciones al despliegue de la racionalidad plena. Estos aspectos serán tratados en particular más adelante. Aquellas tradiciones intelectuales son: a. La tradición utópica El análisis de políticas forma parte de una tradición intelectual para la que la aplicación del conocimiento científico a las cuestiones públicas es una necesidad para la eficacia de la acción, una manifestación del proceso del poder creciente de la razón y un imperativo ético. En esa tradición están las corrientes utópicas que pretendían estructurar la sociedad conforme a diseños fundados en una razón universal que se remontan a Platón y que luego constituye el atributo esencial del iluminismo, con exponentes en Condorcet, los socialistas utópicos y los primeros positivistas. Herederos de esta tradición son aquellos que asignan un papel central a los técnicos, desde Saint Simon a las corrientes "gerenciales" y de "ingeniería social" más recientes. b. Las ciencias sociales aplicadas Con el desarrollo de las ciencias sociales y con el desarrollo de sus orientaciones aplicadas se establece el campo del "análisis de políticas" con pretensiones de cierta autonomía. Desde ya, algunas de estas ciencias nacieron con el propósito explícito de impactar sobre las decisiones de gobierno, como fue el caso de la economía y aún de la "aritmética de estado", como se llamó a la disciplina que surgió de los primeros intentos de recoger información estadística sobre las más diversas cuestiones sociales. Pero en otras, como es el caso de la sociología y de la ciencia política, el giro hacia el estudio de cuestiones restringidas de la acción estatal constituyó una ruptura importante con respecto a la tradición establecida. Alimentada por el "pragmatismo" filosófico, esa ruptura se dio en primer lugar en los Estados Unidos luego de la primera guerra mundial, alcanzando un notable desarrollo con posterioridad, en particular luego de la década de los años 60. c. El desarrollo de disciplinas e instrumentos para la toma de decisiones La creciente dimensión del estado, la complejidad de su acción y los esfuerzos por introducir una mayor racionalidad en la asignación de recursos y en la administración del gasto llevaron al desarrollo de distintas metodologías de análisis de decisiones, de planificación, de presupuestación y de control de gestión. Junto a 9 ellas, paralelamente se reconvierten para su utilización en el sector público enfoques y tecnologías desarrollados para los ámbitos privados, fundadas en avances en la teoría de la decisión, en la teoría de la organización y en el análisis microeconómico, muchas de las cuales hacen uso modelizaciones y de herramientas matemáticas y econométricas. En particular, el enfoque de sistemas, la investigación operacional, el análisis de costo beneficio y de costo efectividad, etc., forman parte del instrumental que enriqueció al análisis de políticas. 3. La práctica del análisis de políticas 3.1. El contexto El análisis de políticas es una actividad que alimenta el proceso de toma de decisiones y de gestión de las políticas públicas. En este sentido, debe ser interpretada en un contexto más amplio de acción. De él forman parte los actores interesados en el campo de políticas (stakeholders), las situaciones y aspectos de la realidad que son objeto de problematización y que dan lugar a las políticas. La representación diagramática de esta situación es, según Dunn: +-----------------------+ ¦ Actores sociales ¦ ¦ (partidos, sindica- ¦ +----- ¦ tos, analistas,ONGs +-------+ ¦ ¦ org. sociales, etc) ¦ ¦ ¦ +-----------------------+ ¦ ¦ ¦ ¦ ¦ +-----------------------+ +-----------------------+ ¦ ¦ ¦ ¦ ¦ Medio social ¦ ¦ Políticas ¦ ¦ (areas de proble- +----¦ públicas ¦ ¦ mas: pobreza, empleo ¦ ¦ ¦ ¦ medio ambiente, ¦ ¦ ¦ ¦ educación, etc.) ¦ ¦ ¦ +-----------------------+ +-----------------------+ Estos tres planos están en interacción continua, con elementos objetivos y de evaluación permanentemente presentes. Las interacciones resultan de comportamientos que expresan elecciones deliberadas de los actores sociales en el marco de una realidad observable compuesta por situaciones, acciones y consecuencias. En esta relación dialéctica, cada uno de estos planos es a la vez creador y producto. Es decir, las políticas públicas no pueden ser consideradas como simples consecuencias de una situación del medio social y de comportamientos de los actores sociales. Sus contenidos también tienen carácter determinante, en el sentido que transforman la realidad y generan reacciones de los actores sociales. De ahí el carácter de reflexividad del proceso y la particular importancia del analista de políti cas, un actor más en él. 3.2. Las intervenciones La tarea del analista no se reduce a un momento determinado. Por el contrario, esta actividad se despliega a lo largo de las diferentes etapas del ciclo de políticas, contribuyendo a: 10 a. orientar la acción pública a través de una definición de los impactos buscados, la asignación de recursos de acuerdo a prioridades y el perfeccionamiento de los modelos de organización y gestión (análisis ex-ante en las fases de definición del problema, formulación y reformulación), b. perfeccionar la ejecución de las políticas, de manera de operar con criterios de adecuación situacional, eficiencia, eficacia y transparencia (monitoreo durante la implementación), c. realizar la evaluación de los resultados e impactos de las decisiones de gobierno (análisis ex-post). 3.3. Las problemáticas En ese proceso están presentes múltiples problemáticas que el analista de políticas debe confrontar necesariamente. Las mismas son de una extrema complejidad y han sido abordadas desde distintas perspectivas filosóficas y disciplinarias. Su señalamiento permite dar razón de los conocimientos, aptitudes y capacidades de que el analista deberá estar munido para el desempeño de esta práctica profesional. - Acción. Es una acción con atributos particulares: es realizada por el estado a través de organizaciones públicas. Esta integrada por comportamientos conscientes ydeliberados dirigidos a un fin que responden a una voluntad, a una intencionalidad. Frente a esta acción se despliegan otras acciones de otros actores sociales. - Valores. La acción pública se sustenta en valores que fundamentan la definición de los objetivos y los criterios para la selección de las alternativas. A lo largo del proceso de políticas, a su vez, se confrontan valores de los actores sociales involucrados. - Futuro. La acción espera tener consecuencias en el tiempo, ya sea determinando, promoviendo o regulando comportamientos de organizaciones o individuos. Por lo tanto, supone la capacidad de anticipar resultados de la acción en ese futuro. - Racionalidad. Esta es una noción por demás compleja. El análisis de políticas pretende identificar y evaluar la articulación entre medios y fines, por lo tanto apela a la racionalidad instrumental. Además se interroga sobre los fines mismos, sobre sus fundamentos y consecuencias, por lo que supera ese marco restringido para plantear interrogantes referidos a la racionalidad material o sustancial de los actos. Si esto no constituyera una complejidad suficiente, también procura identificar las distintas racionalidades de los actores movilizados durante el proceso. - Conocimiento. Toda política supone una apreciación causal: consiste en decisiones y actos orientados a ciertas consecuencias. La elección del camino entre unos y otras supone la utilización de una "teoría en uso" sobre la realidad. Las políticas públicas son en este sentido hipótesis a verificar. Es decir, son apuestas a que ciertos medios alcanzarán ciertos fines. Además, constituyen "cadenas de causalidad", en el sentido que esas relaciones causales son complejas, con interacciones entre actores y factores. Por consiguiente, tanto el contenido de la política como su análisis suponen una previsión - anticipación del curso futuro de los eventos en presencia o ausencia de la acción - y una explicación - identificación de los factores operantes y determinación de las causalidades presentes - Poder. Cada política pública es un fenómeno político que está respaldada por recursos de poder pero que a la vez enfrenta movilizaciones de poder de parte de los actores sociales interesados en los aspectos de la realidad que esa política pretende impactar. Es decir, toda política pública opera en un campo de fuerzas. - Incertidumbre. Tanto conocimiento imperfecto como la movilización de recursos de poder por parte de diferentes actores hace que no pueda anticiparse con certeza cuales serán los impactos efectivos de las 11 políticas públicas. - Elección. Se refiere a la selección de alternativas en presencia de recursos escasos que requieren su adjudicación según una evaluación de su eficiencia, eficacia e impacto. Ello es consecuencia de la presencia de restricciones, ya que no se puede hacer todo al mismo tiempo. Las políticas consisten siempre en una elección entre al ternativas, por lo que elegir un curso de acción supone renuncias, abandonando o postergando otros alternativos. Además, las políticas suponen afirmaciones de deseabilidad no siempre compartidas, por lo que se dan en un contexto de conflictos . 4. El analista de políticas 4.1. El perfil Dada la diversidad y complejidad de las problemáticas puestas en juego, el analista de políticas debe: a. utilizar marcos analíticos adecuados y metodologías rigurosas, por lo que debe contar con conocimientos actualizados sobre las temáticas que hacen a su competencia y capacidades para establecer diálogos con la comunidad de investigadores, con los decididores políticos y con los restantes actores sociales, b. captar la complejidad del problema y de su contexto de emergencia y desarrollo, articular fines y medios, identificar alternativas y predecir y evaluar sus consecuencias, c. identificar actores relevantes, sus perspectivas y sus recursos de poder, atendiendo a las sensibilidades y focos de atención de los destinatarios de la acción, d. anticipar los procesos de implementación, los comportamientos de los distintos actores y los requisitos de la evaluación de productos, resultados e impactos y e. realizar juicios éticos sobre su participación y sobre las cuestiones involucradas en las políticas y en el análisis de las mismas. 4.2. La tarea El análisis de políticas se desarrolla en un contexto plagado de ambigüedades, conflictos e incertidumbres. Por ello Wildavski sostiene que el análisis de políticas es a la vez un arte y un oficio. Con esta afirmación pretende ilustrar el carácter creativo de esta actividad, que trasciende la mera acumulación de conocimientos disciplinarios: una actividad que no es susceptible de rutinización y que requiere un contexto organizacional abierto al aprendizaje, que asegure la libertad de pensamiento, que permita el disenso y que sea tolerante a la frustración. A su vez, Meny y Thoenig afirman que "la característica del trabajo de análisis es un ir y venir entre la simplificación y la complejidad, ya se trate de los objetivos, las soluciones o los efectos". Agregan que investigar no es nada fácil en presencia de "una autoridad pública que no llega a comprender lo que sucede, problemas complejos que se simplifican hasta la caricatura, datos cuya pertinencia y finalidad quedan por verificar y polaridades causa-efecto que recuerdan la historia de la gallina y el huevo" (pag.136). 4.3. Los modelos de conducta El papel profesional del analista de políticas no está claramente formalizado. Su desempeño se rige por distintas concepciones, cada una de las cuales supone un modelo de conducta diferenciado y da lugar a distintas tensiones y conflictos de tipo operacional y ético que deben ser considerados. Esos modelos, de manera 12 estilizada, son: a. El modelo analítico-descriptivo Este es el modelo del "experto". Parte de una concepción positivista que diferencia los juicios de valor de los juicios de hecho. La "objetividad" es su aspiración. Su instrumento es el conocimiento técnico o científico. Se corresponde con los supuestos del tipo ideal "burocrático" de Weber. En éste, la organización opera como instrumento para el logro de objetivos que están definidos por algunas instancia externa de naturaleza política. En su interior, los funcionarios no formulan ningún tipo de valoración. Son agentes de la racionalidad instrumental, concernidos exclusivamente con los medios adecuados para aquellos objetivos. A su vez, responde a la vieja distinción entre "política" y "administración" que gobernó el desarrollo de la administración pública tradicional como disciplina y como aspiración normativa. Los argumentos en torno a políticas generados desde esta perspectiva dan centralidad a los "datos", a la modelización y a la expresión cuantificada de sus previsiones y recomendaciones. Este modelo supone un estilo de análisis. Este consiste en la desagregación de los elementos componentes de cada problemática. De esta forma, las cuestiones son delimitadas abstrayendo condicionantes y consecuencias. Además, implica un peligro: la tecnocracia. Por este término se entiende el poder efectivo desempeñado por individuos que, a partir de la posesión de un conocimiento disciplinario, determinan las orientaciones y contenidos de las políticas públicas, fundando su legitimidad en ese conocimiento sin referencia explícita a valores. b. El modelo valorativo-comprometido En este modelo la motivación básica no es esclarecer el sentido, los requerimientos o las consecuencias de una política, sino la de uti lizar el análisis como una oportunidad para avanzar intereses específicos que expresan un conjunto de valoraciones o apreciaciones de la realidad de un grupo social determinado que constituye la "referencia" primera del analista. Su estilo es el de "advocacy", es decir, la promoción de ese interés, valoración o apreciación demanera de impactar a la opinión pública o a los decididores. Su intención es ejercer influencia a través del convencimiento y de la movilización de recursos de poder para la adopción de contenidos determinados de política. c. El modelo valorativo-crítico Este modelo no rehuye el análisis de los valores. Estos son objeto de indagación, interrogándose el analista por sus contenidos y por sus consecuencias. Este no es un actor neutral: responde a una cierta concepción de lo público y, por consiguiente, del bien común. Desde esa concepción trata de esclarecer las diferentes evaluaciones de los actores participantes, las concepciones que alimentan la definición de los objetivos y el "sentido" de las políticas. Este no le viene dado como un "dato", sino que se constituye en un objeto a esclarecer. Procura hacer explícitos los marcos de referencia movilizados en los procesos vinculados a las políticas. Por ello, el estilo de indagación apunta a la totalidad y no a las partes componentes de la política, rehuye la separación entre juicios de valor y juicios de hecho y afirma la continuidad y la esencial relación entre la política y la administración. Este modelo de acción genera alianzas circunstanciales con grupos sociales que sustentan sus mismos valores, o formulan sus argumentaciones desde la perspectiva de grupos "sin voz" o con escasa capacidad de demanda, o de valores con baja articulación política (los pobres, la preservación del medio ambiente, etc.). 13 Cuadro 2 Modelos de rol del analista de políticas VALORES FUNDAMENTALES Integridad analítica Responsabilidad hacia los clientes Consistencia con respecto a los valores personales Analítico descriptivo El análisis es "objetivo": habla por sí mismo. El foco primario es la predicción de consecuencias Los clientes son sospechados. Desentendimiento con respecto a los impactos políticos. Mantiene distancia con los clientes. Prefiere operar con clientes institucionales Se identifican los valores relevantes, pero su evaluación es dejada a los clientes Valorativo comprometido El análisis produce conclusiones definitivas sólo excepcionalmente. Aprovecha para promover los intereses de sus clientes Los clientes proveen legitimidad. Existe una contraprestación: lealtad a cambio de acceso al procesos político Selecciona a los clientes que comparten sus valores. Establece relaciones de largo plazo con ellos. Valorativo crítico El análisis produce conclusiones definitivas sólo excepcionalmente. Aprovecha la ambigüedad para enfatizar los valores ausentes y para diluir sus resultados cuando el análisis no apoya sus valores. Los clientes dan la oportunidad para avanzar valores. Se relaciona con ellos con oportunismo. Pretende utilizarlos para promover sus perspectivas. El análisis es un instrumento para la promoción de los propios valores. Aaptado de Weimer y Vining (pag.18) 3.4. Los conflictos de la práctica del analista Los tres modelos de conducta identificados suponen la presencia de conflictos y tensiones de rol con consecuencias éticas. Los mismos son diversos y su identificación y apreciación sólo debe realizarse situacionalmente. No obstante, puede afirmarse que los mismos no difieren sustancialmente de situaciones provocadas por la pertenencia a organizaciones o por el desempeño de roles profesionales. a. Los conflictos de rol Estas tensiones y conflictos pueden ser: i) entre las demandas de la tarea y las aspiraciones de los destinatarios de la política y los valores del analista: es cuando el analista debe realizar una tarea que servirá como fundamentación para la adopción de decisiones con las que no está de acuerdo, ii) entre los requerimientos de las labores y otras afiliaciones o pertenencias del analista que también le demandan lealtad, como cuando el analista debe realizar tareas con respecto a las cuales algún grupo al que pertenece o que constituye su referencia (el sindicato, un partido político, su grupo profesional, etc.) tiene posición tomada y le exige conformidad con ella, iii) entre requerimientos dispares con respecto a la misma tarea originados en distintos ámbitos organizacionales o distintos públicos , como cuando el analista debe responder simultáneamente a las 14 exigencias de su organización o unidad de pertenencia y a las demandas de otro nivel jerárquico, de otro ámbito de la administración o del destinatario de su trabajo cuando éste es ajeno a aquella organización (participante de un grupo consultor, preparación de informes para el Congreso, etc.) b. Las estrategias de comportamiento Consideremos el primer caso, en el que el conflicto se produce cuando las exigencias del demandante del análisis ("el cliente": la autoridad política, la jerarquía administrativa) entran en contradicción con los valores del analista. Los restantes constituyen conflictos que el analista debe resolver a través de un examen de sus lealtades y de su prioritación en cada situación en particular. Weimer y Vining plantean alternativas de resolución, inspirándose en categorías utilizadas por el economista Albert Hirshman para el análisis de situaciones similares en otros contextos. Estas categorías son: - la "voz", expresión de los propios valores con la intención de modificar los puntos de vista del cliente y la realidad organizacional, y - la "salida", el abandono de la organización. Ambas son opciones de comportamiento, las que a su vez están vinculadas al grado de identificación o compromiso del analista con la organización, con sus valores y con las oportunidades abiertas para el ejercicio de la tarea profesional en otros ámbitos. - a esas opciones se puede sumar la "deslealtad" , cuando el comportamiento procura ignorar, enfrentar o generar resistencias a la decisión política del "cliente". Estas alternativas de comportamiento pueden a su vez combinarse: en una situación de conflicto de valores, el analista puede recurrir a distintas estrategias. Si pretende modificar la política, a qué estrategia debe recurrir? a explicitar sus diferencias, a pedir su apartamiento del caso, a amenazar con su renuncia, a dejar trascender al exterior de la organización su disconformidad, violando la confidencialidad, a sabotear el proceso? Estas situaciones se agravan cuando el analista confronta una situación en la que advierte un comportamiento ético inaceptable por parte del "cliente": las demandas para que el analista distorsione los datos, para que el análisis esté dirigido a legitimar actos realizados, o para cuando recibe presiones para llegar a conclusiones predefinidas. Las estrategias anteriores involucran en estos casos consecuencias mayores, ya que se trata de situaciones en los que no sólo están en conflicto valores o apreciaciones, sino la responsabilidad ante la organización, ante el público y aún ante la ley. Estas cuestiones plantean problemas diversos que hacen a la integridad de los individuos, a las salvaguardas jurídicas contra la arbitrariedad, a los patrones de comportamiento respaldados en prácticas profesionales y a códigos de ético. Pero su resolución reside en última instancia en la existencia de una cultura, un "ethos" de servicio público, fundado en una concepción democrática de la sociedad y en una subordinación del estado a valores de responsabilidad, transparencia y garantías al ciudadano. CAPITULO II LOS MODELOS Y LAS METODOLOGIAS PARA EL ANALISIS DE POLITICAS En este capítulo se presentan las distintas orientaciones del análisis, se distinguen los aspectos analíticos de los normativos, se describen los distintos modelos sobre la decisión, el decididor y al proceso decisorio y se introduce la consideración de las metodologías utilizables en cada fase del ciclo de políticas. 15 1. Los procedimientos analíticos Todoanálisis de políticas supone una descripción, una explicación, una previsión de desenvolvimiento y una evaluación. a. Descripción Consiste en la identificación del estado de situación, integrada por la apreciación de los atributos y la medición o estimación de los valores asumidos por los hechos, dimensiones o elementos considerados como más significativos. Este estado de situación debe ponerse en la perspectiva de las condiciones que le dieron origen. Es decir, debe apoyarse en una descripción retrospectiva que permita identificar las tendencias registradas y los acontecimientos más importantes que han dado lugar a la situación presente. b. Explicación Esta explicación está integrada por la determinación de las relaciones causales operantes; es decir, por la identificación de las causas o factores que han llevado a que aquellos hechos, elementos o dimensiones presenten los atributos y los valores expresados en la descripción. Esta explicación también suministra la estructura de relaciones entre los hechos, los elementos y las dimensiones a que la descripción hace referencia. c. Previsión En base a la identificación de las relaciones causales operantes, el análisis permite la formulación de proyecciones sobre el desenvolvimiento futuro de los hechos o de los valores de cada dimensión incorporadas en la descripción y en la explicación. d. Evaluación El resultado del análisis supone algún juicio sobre la situación, sea ésta la que se pretende remediar con la política o la generada por la implementación de ésta. Ese juicio es el que permite identificar los problemas, dimensionarlos y asignarles prioridad en función de la importancia que se les concede. 2. Lo analítico y lo normativo En esas descripciones, explicaciones, previsiones y evaluaciones intervienen instrumentos analíticos y consideraciones normativas. Ambas categorías de elementos pueden denominarse "marco analítico" y "patrón normativo". a. El marco analítico Consiste en una visión comprensiva de la realidad que permite identificar los factores o elementos que son más significativos en cada situación, las relaciones entre ellos y alguna interpretación sobre los procesos de desarrollo que llevan a situaciones como la analizada. 16 Esta visión orienta la búsqueda de datos relevantes sobre la realidad y permite generar hipótesis orientadoras del análisis. En otros términos, determina qué mirar, qué esperar de esa mirada y qué lectura hacer de los resultados de esa mirada. Esta visión puede estar dictada por una "teoría en uso" - nociones, prácticas y razonamientos que constituyen un "sentido común" institucional o disciplinario - o una construcción teórica con alto grado de formalización. Debe tenerse en cuenta que los distintos actores sociales operan con diferentes "marcos analíticos". Cada una de las perspectivas se caracteriza por focalizar su atención en aspectos, factores o dimensiones diferentes. Es por ello que en cada cuestión objeto de política se confrontan distintas "representaciones" o "modelos", imágenes alternativas de la misma realidad, surgidas de una visión particular por la diferente ubicación del observador o de los tonos o matices producidos por la distinta luz proyectada sobre la misma realidad por los focos de cada una de estos modelos. Dentro de esa diversidad de marcos analíticos, una buena práctica profesional exige, además de la validez de sus supuestos y de la razonabilidad de sus hipótesis, que el análisis satisfaga las siguientes condiciones: - rigurosidad: fundado en el mejor de los conocimientos disponibles, de manera de asegurar que las rela- ciones postuladas sean susceptibles de verificación empírica y que estén lógicamente articuladas, - sistematicidad: realizado siguiendo procedimientos explicitados, integrantes de un método que asegure la conexión lógica de las proposiciones que se formulen y haciendo uso de técnicas que den garantías de confiabilidad a los datos analizados. - integralidad: incorporando todos los aspectos que contribuyen a la comprensión y a la explicación de la situación observada, así como aquellos que permiten pronosticar la tendencia a seguir por las consecuencias de las políticas, - operacionalidad: identificados los elementos o variables manipulables de manera de alcanzar los impactos deseados. b. El patrón normativo Consiste en los atributos deseados con respecto a la realidad, fundados en valores. La contrastación entre la situación percibida y este patrón normativo es lo que permite identificar a un sector de la realidad como problemático. Los patrones normativos no cuentan con una formalización acabada. La razón está en su carácter valorativo, así como en la naturaleza compleja de las áreas de la realidad a las que se dirigen las políticas públicas. Estos patrones son múltiples y diversos, ya que constituyen la expresión de ideologías, conjuntos de valores o apreciaciones de la realidad de distintos actores sociales. No obstante esa diversidad, existe una conjunto de aspiraciones que pueden considerarse como básicas y que deben incorporarse en todo análisis de políticas. Ellas son la de contar con políticas que satisfagan los requisitos de viabilidad política, social, institucional y técnica, instrumentalmente eficaz, eficiente administrativamente, organizacionalmente efectiva y socialmente responsable: - eficiencia técnica: aspiración de lograr el máximo volumen de producto posible dados los recursos afectados, conforme a las posibilidades ofrecidas por la tecnología en uso o a las que se tenga acceso. - eficacia: hace referencia a: i) el logro del objetivo en unidades de producto o servicios a suministrar y de 17 los resultados a obtener, ii) el impacto producido sobre la situación social que constituye el objetivo último de la acción de gobierno. - efectividad: entendida como: i) la capacidad política, técnica, económica y organizacional para responder a los requerimientos de la problemática objeto de la política, ii) el aprovechamiento de las oportunidades abiertas por la acción, y iii) la flexibilidad suficiente para realizar los ajustes necesarios. - responsabilidad ante la sociedad: aptitud para dar cuenta del uso de los recursos movilizados, de los productos generados y de los impactos producidos. - Legitimidad política: expresada por medio de la adhesión, los apoyos y el consentimiento generados. 3. Los modelos Como los procesos en torno a políticas son extremadamente complejos, el análisis recurre a arbitrios construidos a partir de supuestos simplificadores que contienen hipótesis sencillas que apuntan a los aspectos esenciales de la situación. No pretenden reproducir la realidad; son sólo mapas, representaciones, que facilitan la tarea. Para iluminar las diferentes conceptualizaciones de esos procesos, es pertinente identificar algunos de esos modelos. 3.1. Los modelos referidos a la decisión Estos modelos difieren en sus énfasis normativos o empíricos. La etapa del ciclo de políticas al que se refieren es a la de la formulación. a. El modelo racional-deductivo Entiende a la política como el resultado de un proceso racional, iniciado con la definición de valores y objetivos y construido a partir del cálculo de las contribuciones de medios alternativos en presencia de restricciones, conforme a criterios previamente determinados. El producto es un enunciado explícito, inequívoco en sus consecuencias, con cursos de acción determinados y resultados e impactos no problemáticos. Supone racionalidad plena, información completa, capacidad de cómputo y poder suficiente para controlar los comportamientos y evitar los desvíos. Postula un "óptimo" alcanzable por el despliegue de la racionalidad instrumental -adecuación de medios a fines -, siendo la eficiencia en la asignaciónde recursos el criterio predominante. No hay procesos deliberativos. Cada actor debe realizar las acciones prescritas sin introducir juicios de valor. Consiste en el correlato decisional del tipo ideal "burocrático" y se corresponde con los supuestos de la planificación tradicional. Esta construido sobre la confianza en la capacidad del "análisis" y del conocimiento como determinante de los cursos de acción. Su aspiración es normativa. Su prescripción para la etapa de formulación es - como se verá en el capítulo correspondiente - una secuencia integrada por los siguientes pasos: - identificación de futuros posibles y deseables - apreciación de la situación presente 18 - explicación de esa situación - previsión sobre su desarrollo - identificación de alternativas - evaluación de las mismas - anticipación de los impactos probables - estimación de recursos demandados - selección conforme a los criterios de decisión establecidos - adjudicación institucional para la implementación. b. El modelo incremental La política es el resultado de decisiones cuyas consecuencias se acumulan, adoptadas en un escenario de restricciones múltiples y atendiendo a circunstancias particulares de alta especificidad. Se opera en condiciones de incertidumbre, con información incompleta. No aspira a optimizar una función objetivo, sino a alcanzar un nivel de logro satisfactorio. Como ejemplo de este modelo está el proceso presupuestario tradicional, con asignaciones que se negocian sobre la base de las cifras del año anterior, con una consideración de escasas alternativas y dando por establecida la preservación de las condiciones básicas de operación. El énfasis sobre las restricciones es elevado y la decisión es visualizada como consecuencia de ajustes mutuos. El análisis busca determinar a través del una aproximación experimental las condiciones de viabilidad dentro de un contexto establecido. Su carácter es empírico y su aspiración "realista". c. El modelo "mixto" (mixed scanning) Es modelo procura combinar los aspectos normativos y empíricos de los modelos anteriores. Constituye un intento de construir un modelo decisorio a partir de marcos de deseabilidad explícitos, con adaptación a circunstancias y atención a restricciones. Incorpora la incertidumbre, pero abandona la noción de un proceso de ajustes permanentes sin un rumbo predeterminado. Este enfoque está en la base del tránsito de los modelos tradicionales de planificación a las posturas de tipo estratégico. 3.2. Los modelos referidos al decididor Aquí el eje pasa por el papel adjudicado a la racionalidad. El momento al que apuntan es el de la adopción de la decisión. a. El decididor perfectamente racional Sobre este modelo está basada la economía clásica y la economía del bienestar. Frente a un problema, el decididor identifica su función de preferencias, analiza y evalúa todas las alternativas posibles para la satisfacción de sus objetivos y selecciona aquella que permite optimizar conforme a un criterio de decisión previamente determinado. El decididor es "una máquina de calcular", clarividente y absolutamente coherente. Este modelo de decididor se corresponde al proceso racional-deductivo de toma de decisiones. b. El decididor con racionalidad limitada Una corrección esencial al modelo clásico fue introducida por Herbert Simon. El decididor tiene limitadas capacidades cognitivas: no cuenta ni puede procesar toda la información, considera sólo un pequeño número de alternativas y no procura optimizar: aspira a alcanzar niveles aceptables de satisfacción. La decisión es un proceso de búsqueda no exhaustiva en un contexto que impone diversas restricciones (temporales, de costo, de necesidades de compromiso) a la decisión. El decididor no es una máquina de calcular ni un 19 superhombre: padece de limitaciones e imperfecciones. Es víctima de inercias que determinan las alternativas consideradas, apela a su "olfato" y hace uso intensivo del "sentido común". c. El decididor en un contexto de racionalidades múltiples Para este modelo, el decididor está inserto en un contexto social de alianzas, negociaciones, conflicto, etc.. En este caso, la decisión no es producto de un individuo aislado, sino un "producto" producido por la agregación o convergencia de diferentes racionalidades (March y Cyert). d. El decididor como articulador de repertorios de problemas y soluciones Para este modelo, elaborado por James March para explicar situaciones frecuentes que encontró en sus trabajos de investigación, la decisión es el producto de un "apareamiento" entre apreciaciones de la realidad estandarizadas y cursos de acción "envasados". No hay búsqueda racional ni negociación. Existe la "ceremonia" de la decisión, pero ella constituye un ritual carente de sentido sustantivo. Esta sería la situación comúnmente adscrita a la patología "burocrática". 3.3. Los modelos referidos al proceso decisorio Si el análisis se centra en los procesos, los modelos apuntan a la comprensión de "juegos de actores, con poder e intereses diversos, que se agrupan y cumplen papeles diversos, e intervienen en órdenes organizacional y jurídicamente conformados" (Moreno Salazar, 1992). a. El modelo institucional En este modelo los actores están sometidos a reglas, normas y expectativas que estructuran los procesos de decisión y que condicionan sus resultados. Este marco institucional está integrado por la división de poderes, la existencia de diferentes jurisdicciones, la asignación de competencias, múltiples realidades organizacionales que legitiman determinadas perspectivas con respecto a cada cuestión social, las rutinas establecidas, etc.. La consecuencia operacional de esta perspectiva es centrar el análisis en los escenarios del proceso, en las concepciones en juego y en las determinaciones que ambas imponen sobre los contenidos sugeridos y discutidos. b. Los modelos centrados en el poder Para estos modelos, las características y los resultados de los procesos se explican por la distribución de poder entre distintos actores. Tres variedades de enfoques pueden identificarse: i) los modelos elitistas, para los procesos están determinados por las lógicas de construcción y de preservación de poder de los grupos dominantes. Desde esta perspectiva, el foco central del análisis radica en la identificación de los grupos con mayor concentración de poder y de dichas lógicas. ii) los modelos pluralistas, para los que para cada cuestión social existen múltiples actores que pueden movilizar recursos de poder, con elevada fluidez en cuanto a alianzas y modalidades operativas. El resultado de los procesos será consecuencia de un juego de negociaciones y balances de resultado estructuralmente incierto. iii) los modelos neo-pluralistas o corporatistas, para los que para cada cuestión social existen grupos organizados que por su ubicación estructural en la sociedad y en las instituciones vinculadas a los procesos políticos tienen capacidad para determinar los contenidos y las consecuencias de la políticas específicas. iv) las "anarquías organizadas" son situaciones (generalmente organizacionales) en las que el poder es 20 difuso, los objetivos ambiguos, las reglas imprecisas y los resultados equívocos. La lógica es aleatoria. Su identificación es una reconstrucción - y no causa - de comportamientos. El ejemplo recurrente son ciertas asociaciones voluntarias o comunidades de baja estructuración. Algunos aproximan este modelo a las universidades, pero sirve también para describir situaciones en el sector público en las que se adoptan decisiones caprichosas y oportunistas, sin que puedan identificarse claramente sus razones ni los propósitos buscados. La decisión es un acontecimiento sin público y sin libreto, una invención sin memoria niutilidad. v) los modelos de procesos combinan algunos de los elementos anteriores. Visualizan a las políticas como cristalizaciones temporarias de interacciones entre actores sociales, cada uno de los cuales aporta valores, percepciones de la realidad y aspiraciones. Por ello focaliza la atención en ciclos de acciones y reacciones, desde el planteamiento de la agenda hasta la evaluación, considerando la "reflexividad" del mismo, es decir, su capacidad para construirse y reconstruirse como flujo de eventos. Reivindica la particularidad de cada proceso, su carácter abierto y la incertidumbre con respecto a resultados e impactos, pero no por ello abandona la noción de procesos altamente estructurados. James Thompson estiliza en este sentido cuatro alternativas lógicas derivadas de la existencia o no de acuerdo o certeza sobre objetivos y medios Cuadro 3 Relación situación-modelo +-------------------------------------------------------------------------------+ ¦ Grado de acuerdo sobre objetivos ¦ ¦ +-------------------------------------------------¦ ¦ Alto ¦ Bajo ¦ ¦ ¦ ¦Resolución por cálculo ¦Negociación ¦ ¦ ¦ ¦Proceso programado ¦Debate sobre valores ¦ ¦ ¦Alto ¦Rutinas, burocracia, ¦Consideraciones políticas¦ ¦ ¦ ¦Programación de detalle¦No programación ¦ ¦ Grado de acuerdo o ¦ ¦ ¦ ¦ ¦ certeza sobre medios, +-----+-----------------------+-------------------------¦ ¦ hechos y conocimiento ¦ ¦ ¦ ¦ ¦ ¦Resolución por juicio ¦Aleatoriedad ¦ ¦ ¦ ¦Profesionalización ¦Descentralización ¦ ¦ ¦Bajo ¦Expertos ¦Iniciativa de la base ¦ ¦ ¦ ¦Progr. estratégica ¦Inspiración ¦ +-------------------------------------------------------------------------------+ 4. Las metodologías El estudio de los procesos puede ser abordado utilizando diferentes metodologías. Estas pueden agruparse en tres categorías conforme a que sus contribuciones se refieran a los etapas de formulac ión, ejecución y evaluación de políticas: las "anticipatorias", utilizadas en el análisis ex-ante de políticas, las vinculadas al seguimiento de la gestión, y las "evaluativas" de las consecuencias de la gestión, "retrospectivas" o de análisis "ex-post". a. Las metodologías "anticipatorias" 21 Estas metodologías son utilizadas en las etapas formulación de políticas. Procuran generar información que ilumine la decisión. Son principalmente el análisis prospectivo, planeamiento estratégico, análisis contextual, análisis de sistemas, investigación operativa, análisis de costo beneficio y costo efectividad. Las demandas rigurosas de estas metodologías pueden tener un efecto altamente positivo sobre los procesos sociales de decisión por la necesidad de precisar conceptos, operacionalizarlos y construir indicadores válidos, superando el estadio de las apreciaciones escasamente fundadas en información confiable. La aplicación de los enfoques basados en modelos económicos se generalizó en el sector público y en los ámbitos universitarios de los Estados Unidos desde la década de los años sesenta. Los mismos suscitaron críticas - en algunos casos demoledoras - por la simplificación excesiva que muchas veces requiere el análisis formal y económico de las decisiones, en particular cuando se encuentran en juego valores no monetizables. Como consecuencia de esa crítica, se ha incorporado la evaluación institucional y política en la consideración de las alternativas de decisión, ganándose en refinamiento y en aptitud para procesamiento de datos sobre aspectos tan difíciles, elusivos y complejos como los valores a los que las políticas deben servir, sobre la armonización entre aspiraciones y restricciones o sobre el tratamiento de los conflictivos o contradictorios de las etapas de ejecución. b. Las metodologías "retrospectivas" El interés retrospectivo se manifiesta tanto en las etapas de formulación como de evaluación. i) En la etapa de formulación, la identificación de necesidades y demandas, la identificación y definición de problemas, la apreciación de las restricciones contextuales y de los valores, percepciones y aspiraciones de los actores, supone una mirada histórica para encontrar sentidos y buscar explicaciones a los problemas que se pretende superar. ii) En la etapa de evaluación de las políticas públicas, la medición de productos, resultados e impactos constituye el punto de partida. La determinación de los factores operantes conduce a la identificación de los actores relevantes, sus estrategias de acción, las consecuencias no previstas, las relaciones estructurales, etc..En este caso, se apela a la indagación propia de las ciencias sociales, con sus metodologías específicas. este hace uso de diversos mecanismos para encontrar, a partir de información básicamente cualitativa y de las evaluaciones de los participantes y de los públicos vinculados a esas decisiones y políticas, los verdaderos y los impactos reales. c. Las metodologías integradas El análisis integrado constituye un proceso continuo que incorpora los momentos prospectivos y retrospectivos. Para ser realizado es preciso institucionalizar la función de análisis de políticas, adjudicando responsabilidades a un ámbito organizacional específico para el planeamiento, el monitoreo y la evaluación. Hace uso de las metodologías señaladas, complementándolas con tecnologías de gestión referidas al cálculo de productividad, a la auditoría de gestión y al análisis organizacional. CAPITULO III LA DEFINICION DEL PROBLEMA En este capítulo se considera la puesta en marcha del proceso de políticas. Se define en primer lugar a la agenda pública. Luego se trata la identificación del problema. Se concluye con la descripción de la tarea de 22 análisis en esta etapa. 1. La agenda La primera noción a tener en cuenta es la de "agenda". Este término se refiere a aquellas cuestiones que demandan la atención de la ciudadanía y que se debaten en la "esfera pública", contrastando intereses, aspiraciones, percepciones y evaluaciones y generando demandas sobre la acción estatal. No todas las cuestiones llegan a integrar esta agenda. Existen ciertas necesidades sociales cuya satisfacción es alcanzada a través de acciones privadas, ya sea en forma individual o solidaria. No se convierten de este modo en demandas, pues no recorren el camino de la politización convocando en torno a ellas la acción colectiva para exigir su solución. Para que la necesidad se convierta en demanda, ciertas condiciones deben ser satisfechas: a) que esa necesidad sea percibida como provo cada por alguna acción política o susceptible de ser solucionada a través de alguna intervención estatal, b) se le atribuya alguna relación con un orden social susceptible de cambio a través de esa intervención y c) que exista un acto de "iniciación" que la explicite y articule. Además, se requiere que se comunique, que suscite cooperación para su planteamiento, una eventual organización social que la respalde, la disponibilidad de recursos para apoyarla, etc.. 2. El problema En esa atribución de una necesidad a la esfera pública se movilizan evaluaciones con respecto a la realidad. En efecto, un problema es una apreciación de la realidad que dista de lo deseado o considerado normal. Los problemas son "construcciones sociales": no existen si no son enunciadospor actores sociales. Son significados atribuidos a hechos, circunstancias o situaciones, llenos de valoraciones y de percepciones selectivas. Un ejemplo interesante es el de la pobreza: esta situación ha sido históricamente conceptualizada y evaluada de manera diferente, dando lugar a distintas respuestas, cada una de las cuales encuentra su fundamentación y su lógica a partir de los actores participantes, de sus concepciones éticas y de los papeles y responsabilidades asignados al estado, a grupos voluntarios o a las familias. Manifestaciones de ello son aspectos tales como la atribución de la situación de pobreza a través de su definición y medición (¿quiénes son los pobres? ¿cómo debe medirse la pobreza, por línea de ingreso o por necesidades básicas insatisfechas? ¿a qué nivel se establece la línea de ingreso o cuáles son las necesidades básicas?), hasta el lugar que ocupa en la agenda social (¿cuál es la relevancia asignada al tema? ¿cómo se incorpora esta problemática en las políticas públicas, se la privilegia o se la margina?). 3. El acceso de un problema a la agenda a. El poder La inclusión de una cuestión en la agenda es el resultado de un proceso de competencia entre asuntos y necesidades, así como de confrontaciones de perspectiva s sobre su sentido, sus contenidos sustanciales o los procedimientos adecuados su tratamiento y resolución. Esas competencias y confrontaciones involucran a actores sociales con diferentes recursos, capacidades organizacionales y de gestión, así como articulaciones con los ámbitos institucionales establecidos. Como los actores sociales difieren en los recursos de que disponen para crear, imponer o reproducir 23 significados sobre la realidad, las capacidades para atribuir el carácter de problema a aspectos de esa realidad no están igualmente distribuidas. En esto se basan los modelos elitistas y neo-elitistas sobre los procesos decisorios. Pero la consecuencia es más profunda: los actores sociales con más recursos no sólo tienen la capacidad para influenciar esos procesos, sino que también la tienen para determinar los enunciados mismos de los problemas. Como señala Heffernan, "la agenda pública no sólo impacta sobre qué pensamos acerca de determinados eventos, sino que también sobre qué eventos pensamos". Ejemplo de esto son las distintas enfermedades cuya atención es privilegiada en los programas de gobierno a través de asignaciones de recursos. El trasplante de órganos comparado al mal de Chagas y ciertas patologías cardíacas con respecto a las diarreas infantiles ilustran rotundamente esta cuestión. La consecuencia es, por ejemplo, la distinta importancia asignada a los centros de salud y a la educación para salud. Puede plantearse la hipótesis de que esa importancia está asociada no a la relevancia cuanti y cualitativa del problema, sino a los grupos beneficiarios de las acciones. b. Los valores Un problema no surge necesariamente de una modificación de la situación enfrentada, sino que también puede ser el producto de una diferente evaluación de esa situación. El cambio en los valores sobre algún aspecto de la realidad, pueden convertir en problema una situación que no fue evaluada por largo tiempo de esa manera. La creciente atención a la problemática del medio ambiente, o a la discriminación por razones de género pueden vincularse a estos cambios valorativos. c. Las tecnologías La disponibilidad de una nueva tecnología puede convertir a un ámbito de la realidad no problematizado anteriormente en un objeto de debate público. El desarrollo conjunto de la informática y de los medios de comunicación plantea problemas inéditos en planos múltiples: desde el funcionamiento de los mercados financieros hasta el control de la programación televisiva orientada hacia los niños. 4. El análisis del problema 4.1. La interpretación del problema a. El pluralismo de interpretaciones El análisis de políticas debe considerar los mecanismos y senderos a partir de los cuales una necesidad se convierte en demanda y alcanza un posicionamiento determinado en la agenda pública. En este sentido, entender un problema es tener una comprensión adecuada de qué grupos sociales y porqué esos grupos definen ciertos eventos o estructuras como problemáticas. Un principio del análisis es, en consecuencia, no cuestionar si la formulación que esos grupos hacen del problema es correcta, sino identificar los patrones normativos y los marcos analíticos utilizados. Se afirmó que los principales debates sobre las políticas públicas no giraban en torno a datos, sino a las interpretaciones con respecto a las cuestiones en discusión. En este sentido, los marcos de referencia para la conceptualización del problema pasan a ser fundamentales. Así, la delincuencia juvenil puede ser 24 conceptualizada como un problema de debilidad de las fuerzas de seguridad, como consecuencia de la ausencia de empleo, de crisis de las estructuras familiares, de quiebra del sistema educativo, de la influencia nociva de los medios de comunicación, etc.. Cada una de estas interpretaciones dará lugar a distintas demandas que serán canalizadas por distintos ámbitos administrativos. Igual razonamiento puede hacerse con respecto a la problemática de las villas de emergencia, o sobre la drogadicción. b. Las apropiaciones del problema El problema puede tener distintos tratamientos y vías de ingreso a la agenda pública. En este fenómeno inciden varios factores, pero uno de ellos es crítico: algunos problemas son apropiados por grupos específicos, ya sean colectivos profesionales (como es el caso de la educación o de la salud), entidades de representación de intereses (cámaras empresariales o sindicatos) u organizaciones que promueven perspectivas valorativas de tipo genérico pero que movilizan sus energías en torno a ciertas cuestiones (derecho a la vida, eutanasia, protección de la flora y de la fauna, etc.). Esta apropiación tiene consecuencias sobre la modalidad de ingreso y la persistencia de una problemática en la agenda pública. Determina que con frecuencia las conceptualizaciones del problema respondan a inercias institucionales. Además, puede provocar que el debate entremezcle cuestiones sustantivas con las referidas a los intereses en torno a esa apropiación y a la atribución de responsabilidades, recursos y competencias. Esta apropiación también explica que las nuevas perspectivas y los nuevos actores deban luchar para alcanzar su reconocimiento como participantes legítimos en los debates sobre políticas. El analista debe poder diferenciar estos aspectos, procurando para ello identificar las cuestiones sustantivas en discusión de manera de no quedar prisionero de las valoraciones, percepciones y aspiraciones de los actores tradicionales. 4.2. La iniciativa gubernamental a. El estado como estructurante de la realidad En este proceso de inclusión en la agenda pública el gobierno y su administración no desempeñan un papel pasivo. Su acción genera autónomamente nuevas percepciones de la realidad como problemáticas, aún antes que ningún grupo social manifieste una necesidad o la transforme en demanda. En este aspecto la apreciación política y los aportes técnicos identifican situaciones que deben ser alteradas, tendencias que tienen que ser revertidas y procesos que deben ser puestos en marcha. Se constituyen ambos en estructurantes de la realidad, con gran influencia sobre la conformación de la agenda pública. b. La autonomía del analista El analista de políticas puede jugar un rol de significación a través de comportamientos que responden a lo que más arriba se denominaron modelos "valorativo-crítico" y "valorativo-comprometido" de ejercicio profesional. En ambos casos el funcionario contribuye a avanzar perspectivas que pueden iniciar o alimentar el debate público,
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