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La Ideología de género

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Ideología de género
“Ideología de género” o “teoría de género” son términos de connotaciones negativas y peyorativas empleados por sectores de la sociedad que en mayor o menor medida se oponen a la idea de que el género humano sea una construcción enteramente social y cultural, alegando más bien que la distinción entre hombres y mujeres tiene bases irremediablemente naturales. Ambas posturas se insertan en un complejo debate contemporáneo en torno al género, en el cual las redes sociales juegan un rol protagónico.
Dicho de otro modo, el sentido atribuido a la “ideología de género” es el de la supresión de las diferencias entre hombre y mujer, ignorando incluso las diferencias biológicas fundamentales, para establecer que en realidad el género es optativo y depende de la autoidentificación de las personas, es decir, de cómo se perciben a sí mismas.
El concepto “ideología de género”, así, es contrario al de “perspectiva de género”. Este último es sostenido por los sectores mayoritariamente progresistas que defienden la necesidad de revisar el modo en que hasta ahora se ha entendido en Occidente la distinción entre hombres y mujeres, los roles de género asociados a cada uno, y la posibilidad de que existan géneros no binarios que rompan con esta concepción tradicional de la sexualidad humana. Para los sectores más progresistas la “ideología de género” simplemente no existe.
Quienes afirman que existe una “ideología de género”, la acusan de atentar contra la naturaleza humana, contra los valores familiares tradicionales e incluso contra la cultura misma. Hay incluso quienes afirman que se trata de una avanzada cultural de ciertos sectores políticos para destruir la religión cristiana o para imponer una tiranía global.
La gran mayoría de estos argumentos se consideran, no obstante, como teorías conspirativas, ya que carecen de evidencia fehaciente y se toman en serio únicamente en las redes sociales y en los discursos religiosos.
Finalmente, no existe un consenso formal, científico, respecto a la existencia o la naturaleza de una “ideología de género”, pero sí una notoria militancia internacional en los asuntos de la “perspectiva de género”, es decir, en el deseo de construir una sociedad más igualitaria en asuntos de sexo y de género.
Origen del término “ideología de género”
Al contrario de lo que se afirma en algunos artículos y redes sociales, el término “ideología de género” no proviene de los sectores progresistas de la academia, ni fue acuñado por la militancia feminista o marxista durante el siglo XX. Se trata en realidad de un término empleado por primera vez en 1995, durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, China, por parte de las autoridades católicas que veían con malos ojos la liberalización de ciertos asuntos respecto a la sexualidad humana, como la igualdad de género, la homosexualidad y el derecho al aborto.
De hecho, en el Diccionario doctrinal publicado en 2003 por el Consejo Pontificio para la Familia de ese entonces se anunció que la “ideología de género” es “una idea feminista” mediante la cual “pretenden las mujeres liberarse” y se propone que “la heterosexualidad, lejos de ser obligatoria, no significaría más que uno de los casos de la práctica sexual”.
Sin embargo, el término alcanzó su popularidad actual gracias a las redes sociales y a declaraciones como las realizadas por el cardenal Robert Sarah, arzobispo de Conakry, Guinea, quien afirmaba en 2016 la existencia contemporánea de “dos fuerzas diabólicas: ISIS o Estado Islámico, y la teoría de género”. En tiempos recientes, sin embargo, este concepto ha sido utilizado y difundido por activistas y pensadores neoconservadores, especialmente en Estados Unidos y América Latina.
Identidad de género
La identidad de género se define como el modo en que un individuo se autopercibe en el plano sexual y de género, es decir, el lugar que se asigna a sí mismo dentro (o por fuera) de la tradicional distinción entre hombres y mujeres en la sociedad. Esta autopercepción puede coincidir con el sexo biológico (y en ese caso se habla de una persona cis) o puede no coincidir con el sexo biológico (y en ese caso se habla de una persona trans).
Por ejemplo, una persona nacida con sexo masculino puede identificarse como un individuo femenino y autopercibirse como una mujer trans. O una persona nacida con sexo femenino puede autopercibirse como un individuo masculino e identificarse como un hombre trans. En todos estos casos, la relación que la persona establece psicológica y afectivamente con su propio género constituye su identidad de género.
Diferencias entre identidad de género y orientación sexual
Si la identidad de género es la identificación psicológica y emocional de los individuos respecto de sí mismos, la orientación sexual en cambio es la tendencia general del individuo en lo que concierne a su atracción erótica y romántica.
Es decir, la orientación sexual describe cuál es el tipo de personas por el que alguien se siente atraído: los heterosexuales se sienten atraídos por personas del sexo opuesto, mientras que los homosexuales se sienten atraídos por personas de su mismo sexo y los bisexuales por personas de ambos sexos.
La orientación sexual no tiene nada que ver, en principio, con la identidad de género. Una persona puede identificarse a sí misma como hombre o mujer, y tener una orientación sexual de uno u otro tipo: un hombre cis puede ser heterosexual, homosexual o bisexual, por ejemplo, del mismo modo que puede serlo un hombre trans.
Igualdad de género
La igualdad de género es la meta a la que aspiran los movimientos de perspectiva de género, y consiste en la paridad de condiciones entre los géneros, sexos y orientaciones sexuales humanos, de modo tal que estos no influyan en el rol que los individuos cumplen en la sociedad, en sus oportunidades de éxito o en el modo en que son tratados por el resto. Esta igualdad de género se opone radicalmente a la discriminación por sexo, género u orientación sexual en los ámbitos laborales, cívicos, legales y médicos, entre otros.

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