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Los algoritmos genéticos

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Los algoritmos genéticos 
Son una técnica de optimización y búsqueda inspirada en el proceso de evolución natural. Se utilizan para encontrar soluciones aproximadas a problemas de optimización y búsqueda complejos, especialmente en problemas donde no se dispone de una solución óptima conocida o en casos en los que el espacio de búsqueda es muy grande.
El funcionamiento básico de un algoritmo genético sigue los siguientes pasos:
1. Inicialización: Se crea una población inicial de posibles soluciones al azar. Cada solución es representada como un "individuo" en la población.
2. Evaluación de la aptitud: Se evalúa cada individuo de la población en función de qué tan bueno es en relación con el problema que se está abordando. Esta evaluación se realiza utilizando una función de aptitud que asigna un valor numérico a cada individuo.
3. Selección: Se seleccionan individuos de la población actual para reproducirse y crear descendencia para la próxima generación. Los individuos se seleccionan con una probabilidad proporcional a su aptitud, de modo que los individuos con mejor aptitud tienen una mayor probabilidad de ser seleccionados.
4. Reproducción: Los individuos seleccionados se combinan a través de operadores genéticos como la recombinación (crossover) y la mutación para crear descendencia. La recombinación implica intercambiar información genética entre los padres para crear nuevos individuos, mientras que la mutación introduce cambios aleatorios en la descendencia.
5. Reemplazo: La nueva descendencia reemplaza a la población anterior, creando una nueva generación de individuos.
6. Criterio de parada: Se repiten los pasos anteriores durante un número específico de generaciones o hasta que se cumpla algún criterio de parada, como alcanzar una solución aceptable o superar un límite de tiempo.
Los algoritmos genéticos son especialmente útiles en problemas de optimización donde el espacio de búsqueda es grande o cuando la función objetivo es compleja y no se puede resolver fácilmente con métodos analíticos. Se aplican en una amplia variedad de áreas, como ingeniería, informática, finanzas, biología computacional y diseño de sistemas. Su capacidad para explorar eficientemente el espacio de búsqueda y encontrar soluciones de alta calidad los convierte en una herramienta valiosa para resolver problemas difíciles de optimización.