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LA INGENIERIA CIVIL EN COLOMBIA
María José Ballesteros Mesa
Cronología de la historia de la ingeniería civil en Colombia
Profesor Gustavo Alberto Uribe Wills
Universidad de Antioquia, Facultad de Ingeniería
Medellín Antioquia, Marzo 16 de 2018
La Ingeniería Civil en Colombia
A pesar de que se conozca evidencia de la utilización de conocimientos técnicos que permitían a nuestros aborígenes y antepasados la construcción de caminos, el control de inundaciones, el aprovechamiento de la minería, la realización de objetos por medio de la orfebrería y alfarería, la construcción de murallas, fortificaciones e iglesias, tales actividades no podrían considerarse totalmente prácticas de la ingeniería como tal, según el concepto que tenemos actualmente, en donde la práctica de la ingeniería va más ligada a una educación profesional junto con la parte experimental del oficio. Pero, aun así podría decirse que estos convivían con la ingeniería sin saberlo. Por otra parte, no se puede dejar atrás la importancia de los caminos construidos por los indígenas, los cuales fueron la base para muchos caminos de herradura y vías que se dieron posteriormente, al igual que las consecuencias que se presentaron luego con el manejo de los metales por parte de nuestros aborígenes. 
Fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX que surgió en Colombia la ingeniería como profesión. Específicamente, fue en la década de 1850 cuando comenzó a formarse entre las clases cultas de Bogotá y Medellín un concepto claro sobre la profesión de la ingeniería como una actividad de gran importancia para la sociedad e intelectualidad del país, ideas que no se dieron de la noche a la mañana, sino, por un proceso de entendimiento por parte de la comunidad que llevó varios años. 
Primordialmente esto se logró como resultado de las labores del Colegio del Cuerpo de Ingenieros Militares de Medellín, fundado en 1814 y organizado bajo el gobierno del señor Juan del Corral, el Colegio Militar de Tomás Cipriano de Mosquera, creado en el año de 1848, de los discursos y recomendaciones de don Lino de Pombo, de la iniciación de la comisión corográfica, al describir e interpretar las situaciones del país, y de la apertura de obras públicas a manos de los presidentes Tomás Cipriano de Mosquera y José Hilario López, este primero dio iniciativa para la creación de un Colegio militar con la idea de formar oficiales del estado mayor e ingenieros civiles a la manera de los institutos franceses en la época napoleónica. 
Dicho colegio, también se dice que dio origen a la Escuela de Ingeniería de la que hoy conocemos como la Universidad Nacional de Colombia de Bogotá luego de la reapertura del Colegio Militar, ya que en 1854, desapareció al no encontrar respaldo del Estado, y siete años después, en el segundo mandato de Mosquera, tuvo su reapertura, pero solo hasta 1866 pudo entrar en funcionamiento, debido a la guerra civil en curso. Y fue este colegio el que en aquella época concentraba la formación de ingenieros civiles en el país, por lo que dio origen a la escuela, una de las seis primeras que integraron en 1867 la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia.
Los siguientes cien años los ingenieros participaron activamente en el desarrollo minero e industrial del país, al igual que en la construcción, el mantenimiento de la infraestructura de transporte, servicios públicos y telecomunicaciones.
En transporte, los egresados del Colegio Militar estimularon el interés en los mandatarios regionales por la promoción de los ferrocarriles y se centraron en la construcción de líneas férreas y operación de estas máquinas de transporte. En Colombia, el primer ferrocarril surgió a sólo 18 años de su invención en Europa, con la construcción del cruce del istmo de Panamá por un concesionario extranjero, además, dicha estimulación en la construcción de líneas férreas fue debido a la búsqueda de enlaces con los pueblos marítimos y el río Magdalena. Ya hacia finales del siglo XIX se contaba con más de 600 kilómetros de este servicio. Para el año de 1914 ese kilometraje se había duplicado gracias, en gran parte, a la prioridad que le asignó a esa actividad el presidente Rafael Reyes. Después en 1920 se promovió la rectificación del río Magdalena y la apertura de las Bocas de Ceniza para realizar el puerto de Barranquilla, buscando que se complementara las facilidades de conexión entre Cartagena, Santa Marta y Buenaventura, simultáneamente expedida para habilitar el desarrollo del comercio internacional. Con esto, una de las obras a destacar en esta época, fue el ferrocarril de Barranquilla, del que dieron inicio en la construcción en el año de 1869 y dos años después llegaba a Puerto Salgar, por otro lado, fue el segundo de los ferrocarriles construidos en Colombia, si contamos el de Panamá mencionado anteriormente. Dicho ferrocarril unía a la ciudad de Barranquilla con Puerto Colombia. Luego de esto, a partir del año 1922 el presidente Pedro Nel Ospina le dio un vigoroso impulso a la expansión ferroviaria y duplicó de nuevo la extensión de las vías férreas. 
Estas reformas y mejoras en este campo fueron continuadas por los siguientes gobiernos, de tal manera que en 1934 los ferrocarriles tenían 3262 kilómetros en servicio. Desafortunadamente, en esa misma década se inició su desmantelamiento que se continuó por los siguientes cuarenta años y llevó a que los ferrocarriles desaparecieran prácticamente como medio de transporte público de pasajeros y de carga, esto debido a la masiva aparición de carros de transporte y de carga y a la independización de las carreteras. 
Por otra parte, la naturaleza hostil que rodeaba a nuestro país hizo que dichos ferrocarriles fueran concebidos en trocha angosta, con fuertes pendientes y estrecha curvatura, siendo algo poco práctico, poco seguro y no muy cómodo a la hora de buscar un transporte en el país que fuera totalmente bueno para la sociedad colombiana.
Por esta misma década, más específicamente en el año de 1935, la Universidad Nacional de Colombia, se creó como persona jurídica autónoma, la cual, ha tenido gran importancia en el marco de la ingeniería colombiana, y que se abrió en sus comienzos con la profesión de ingeniería civil, antes de incluir el resto de carreras profesionales que se conocen hoy en día en dicha universidad.
La construcción de carreteras tomó importancia con la invención del automóvil y su importación al país. Las primeras carreteras se construyeron a comienzos de la segunda década del siglo XX, al surgir la visión del general Rafael Reyes como jefe de estado, después de esto en 1925 existían aproximadamente 3400 kilómetros de los cuales una cuarta parte estaban pavimentadas. En cada una de las décadas de los años treinta y cuarenta se construyeron casi 10000 kilómetros más, de tal forma que la extensión de la red carreteable superaba los 20000 kilómetros hacia la mitad del siglo. Sin importar que el despertar de dicho siglo coincidió con la cruel Guerra de los Mil Días, que paralizó el progreso nacional.
La ingeniería colombiana recobró entonces sus impulsos iniciales con la construcción de estas carreteras y proyectó dichos impulsos a lo largo de tres décadas, en que las obras viales concentraron el esfuerzo realizador y el desarrollo tecnológico, con la iniciación de los pavimentos que se mencionaban anteriormente y la instalación de grandes puentes metálicos, que después evolucionaron hacia las estructuras de hormigón armado.
Este proceso de construcción de obras públicas, abrió paso a la diversificación con la creación de las primeras centrales hidroeléctricas, construidas en los saltos de Guadalupe y Tequendama, junto con las obras sanitarias de las ciudades principales y las irrigaciones en los llanos del Tolima. 
Pero, antes de llegar a estos avances, en aspectos industriales, los ingenieros participaron desde comienzos del presente siglo en la instalación de maquinaria, el montaje de motores eléctricos, el diseño de fábricas y el acondicionamiento y reconstrucciónde equipos, entre otras tareas técnicas. Y ya hacia finales del primer cuarto de siglo, con el desarrollo industrial de la época, se abren nuevos campos de trabajo para ingenieros y técnicos en industrias como la fabril, las trilladoras, las fundiciones, los ingenios azucareros, las farmacéuticas y de cosméticos, el vidrio, la madera, la cervecería, los curtidos, los licores y gaseosas, los alimentos y la fabricación de cemento. Con estas primeras bases se llegaron a la creación paulatina de todos estos nuevos proyectos que dieron un avance aún mayor en la ingeniería, en general, como en la civil.
Esta época de avances también fue alcanzada por una crisis financiera que se dio entre los años de 1929 a 1932. Superada la crisis, el país emprendió otra fase de vigoroso crecimiento industrial en diversos sectores como el de alimentos, las grasas industriales, los materiales de construcción, los artículos de caucho, el metal mecánico, la siderurgia, la maquinaria agrícola y los existentes antes de la crisis. Esta expansión industrial se amplió aún más en la década de los años cuarenta y con ella la demanda por los conocimientos de los ingenieros y entonces penetró la técnica extranjera y se produjo la especialización profesional de los ingenieros colombianos.
También se agregaron algunas técnicas modernas de construcción de vías, al promoverse el ferrocarril del Atlántico para la articulación de la red y modernizarse las especificaciones de las carreteras por la misión Currie, que a mediados de 1950 evaluó y programó el desarrollo de la infraestructura nacional y la cual llego a Colombia en 1949 y fue promovida por el economista canadiense Lauchlin Currie, quien formuló políticas de desarrollo urbano en diversas ciudades colombianas y por otra parte fue creador del sistema UPAC, es decir la unidad de poder adquisitivo constante, que revolucionó el ahorro en Colombia.
En el desarrollo ingenieril del país, entre la mitad del siglo XIX y la mitad del siglo XX, no se puede dejar de mencionar la aparición de la aeronavegación, ya que en 1919 se crearon en Medellín y Barranquilla las primeras compañías comerciales del país que fueron, a la vez, las primeras del mundo en el campo. La aviación comercial representó un importante campo de actividad y de aprendizaje para los técnicos nacionales y, en alguna medida, para los ingenieros colombianos de esa época, ya que por otra parte, por los mismos años se inició el transporte aéreo, en que Colombia figuró como pionera de América.
Luego de la segunda mitad del siglo XX, este periodo empieza con la construcción de la mayor empresa del país en ese momento Acerías Paz del Río, la cual fue inaugurada en 1945 y se trataba de una empresa siderúrgica de un grupo empresarial brasileño, es decir se ocupada de la extracción de hierro y buscaba formas de cómo trabajarlo, dando paso en 1961 al inicio de ensamblaje de vehículos y, junto con otras empresas dio lugar al importante desarrollo y diversificación de la industria, especialmente hasta los años setenta, ampliando el campo de trabajo de los ingenieros. 
También en esta época, se presentan mayores oportunidades en la construcción y pavimentación de carreteras, con los primeros préstamos del Banco Mundial en los años cincuenta, lo que origina la creación de firmas de ingeniería de consulta y construcción de obras civiles.
Otras obras que beneficiaban el ejercicio de la profesión son la hazaña que significó la construcción del ferrocarril del Magdalena, iniciada en 1953 y terminada en 1961, el ensanche de ECOPETROL, el sólido desarrollo de la petroquímica, la instalación de varias fábricas modernas como la de papel a partir del bagazo de la caña en Cali, la diversificación de la industria metalmecánica, la creación de ISA, la cual es líder multilatina que desarrolla y opera Sistemas de Infraestructura Lineal donde posee capacidades o ventajas diferenciales basadas en el desarrollo de su talento humano y capacidad de innovación, la interconexión de los grandes centros de producción y consumo de energía eléctrica, la construcción de las grandes centrales hidroeléctricas de Chivor y Guatapé, el puente sobre el río Magdalena en Barranquilla, y el mejoramiento de la red vial que tiene hoy en día cerca de 60.000 kilómetros en servicio.
Además, por estos mismos años varias universidades abrían sus puertas para la formación de ingenieros civiles, como lo son la Universidad Javeriana, que se creó en 1950 pero inició sus labores con la facultad de ingeniería civil en 1951, la Universidad Gran Colombia que fundó su escuela de ingeniería civil en 1954, en 1963 la Facultad de ingeniería de la Universidad de los Andes comenzó a ofrecer programas completos en Colombia, además de que los departamentos de Ingeniería Civil, Eléctrica, Industrial y Mecánica fueron creados, y por último, un año después, la Universidad Industrial de Santander implemento el programa de ingeniería civil. Con esto, se podría demostrar que se tenía cada vez mayor conciencia de la importancia de la esta profesión en la sociedad a la hora de suplir las necesidades que se tuviesen presentes en esa época a nivel infraestructural.
Ya a finales de los años cincuenta, apareció en la industria el computador, el cual se difundió principalmente en el sector financiero. Quizás, este sea el factor que más ha influido la práctica y la enseñanza de la ingeniería, debido a que por ejemplo, el microcomputador, que data de 1975, fue rápidamente asimilado en todo el país como la más importante innovación instrumental del siglo XX y con igual rapidez se empiezan a utilizar los multimedios y la enorme "autopista" y red de información de Internet, cambiando radicalmente la forma de obtener información y acceder a oportunidades de educación continuada desde el hogar y el lugar de trabajo. 
Con esto se hace evidente de que ligeramente se volvió parte de todo el proceso ingenieril y entonces, por tanto, el marco de educación en el área se transformó considerablemente, al igual que la parte institucional desde la creación del Ministerio de Obras Públicas en 1905, que inicialmente concentraba todas las actividades de la ingeniería.
Pero, en la medida en que se diversificaba se fueron creando nuevos organismos para desarrollar los servicios que habían cobrado importancia. Así fueron creciendo el aparato estatal y las obligaciones presupuestales, no sólo para realizar las obras, sino también para subsidiar a las entidades deficitarias. Como resultado de este proceso se ha revivido el sistema de las concesiones y la activa participación del sector privado en la propiedad de las empresas públicas. Pero la ingeniería colombiana mantiene su presencia activa en el desarrollo nacional.
Parte de ese desarrollo nacional se puede apreciar en obras como el Edificio Avianca, el cual fue construido en 1969 y fue el primer rascacielos colombiano.
La Capilla Campos de Paz, construida en 1975 y la cual fue escogida por el instituto americano de concreto como una de las obras símbolo de la mejor ingeniería y arquitectura de los últimos 100 años.
Una de las construcciones más útiles y reconocidas en el país, el Metro de Medellín, construido en el año de 1979, en manos de la Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburra Limitada–Metro de Medellín Ltda., donde al iniciar se pretendía construir un tren que recorriera el valle de la capital antioqueña.
La Presa del río Guatapé, realizada ese mismo año, en la cual para su construcción fue necesaria la demolición del casco urbano de El Peñol, así como diversas viviendas rurales, tanto en El Peñol como en Guatapé, algo ligado al desarrollo infraestructural del país pero que es contraproducente.
El Centro de Convenciones de Cartagena de Indias, construido en 1982 y que hace pocos años tomó el nombre de Julio César Turbay Ayala, generando grandes controversias, multitudinarias marchas sindicales, rechazo de buena parte de la ciudadanía en todos los estratos, y hasta el ‘visto malo’ del escritor Gabriel García Márquez.
El aeropuerto José María Córdoba, elcual, es uno de los aeropuertos que más ha mostrado crecimiento en Colombia.
Y por último, el Parque del Café en 1994, que aunque pocos le apostaban a que un parque temático levantado entre los cafetales del Quindío se convertiría en uno de los sitios más turísticos del país, el Parque Nacional del Café se abrió paso y casi veinte años después de inaugurado es considerado el símbolo de la cultura cafetera y del turismo en el Quindío.
Existen muchas más obras que podrían resaltarse en el siglo XX, que marcan una parte importante en el avance de la ingeniería civil en Colombia, en donde las necesidades en construcción se hacen cada vez más pocas comparándolas relativamente con los inicios de esta ingeniería en el país.
Por último en dicho siglo cabe mencionar la contribución exitosa del medio universitario, iniciada en las postrimerías del siglo pasado con la creación de las Facultades de Ingeniería de Bogotá, Medellín y Popayán, que han sido diversificadas y complementadas con más de un centenar de institutos especializados, a tal punto de que ya para el año 2000 cuarenta y seis instituciones de educación superior ofrecían el programa de ingeniería civil en diferentes jornadas.
Además, tampoco puede olvidarse a la Sociedad Colombiana de Ingenieros, que desde principios del siglo actúa como órgano consultivo del gobierno y como veedor de la reglamentación profesional, haciendo que el ejercer el oficio tenga mayor eficiencia al tener una base de cómo se debe manejar cada detalle de la profesión.
Ya para el siglo XXI la ingeniería civil tiene bastante importancia en la demanda ya sea en la construcción de edificaciones, vías, puentes o proyecciones sanitarias en determinados lugares del país, aunque ya no se vea tan necesaria como a comienzos de esta. Por otro lado, actualmente existen diversos apoyos tecnológicos que favorecen y hacen más fácil el trabajo del ingeniero en sí, pero por otra, realiza un efecto negativo, aunque no siempre, en donde dicho profesional no analiza ya por sí mismo los problemas que le plantea el medio para buscar una solución, confiándose ciegamente en la tecnología que lo acompaña, que no siempre va a resultar efectiva y de ahí partirán consecuencias, todo esto depende de la ética y el compromiso del profesional con su oficio.
Cada día el desarrollo del país va avanzando, buscando suplir las necesidades de la nación y logrando que esta se asimile más a todas aquellas que se dicen son más desarrolladas o son potencias mundiales. Puede que este avance sea más lento que para dichas potencias, pero poco a poco vamos logrando crear una Colombia mejor. 
De este siglo XXI cabe destacar una obra del año 2006, la cual es el parque turístico en el cañón del Chicamocha, que además de ser parte importante de la riqueza cultural del país, destaca perfectamente lo que significa la ingeniería civil como tal, a pesar de las dificultades que se presentaron al inicio e inauguración de la construcción de la cual muchas personas no estaban de acuerdo.
Para concluir, los hechos y circunstancias aquí relatadas serían incompletos si no incluyeran alguna referencia a sus principales ejecutores, como verdaderos artífices del desarrollo nacional. Son muchos los nombres que surgen a través de las páginas de la historia, pero bien pueden sintetizarse en los principales cultores de las varias disciplinas: Francisco José de Caldas como investigador y astrónomo, Lino de Pombo como pionero de los estadistas, Juan N. González Vásquez como realizador de ferrocarriles, Germán Uribe Hoyos como promotor de las carreteras, Carlos Boshell Manrique como iniciador del desarrollo eléctrico moderno, Julio Carrizosa Valenzuela como educador emérito, Carlos Sanz de Santamaría como estadista de proyección internacional y como olvidar a quienes se ha mencionado tanto como Tomás Cipriano de Mosquera, Rafael Reyes, Juan del Corral y José Hilario López. Todos estos profesionales, hicieron de la ingeniería civil una parte importante en desarrollo de nuestra sociedad, en donde siempre el concepto de la ingeniería está ligado a solucionar las necesidades que se presentan en el medio cuidadosa y eficientemente.
Bibliografía
· Poveda, R. G. (2009). La Ingeniería en Colombia. Revista Digital Lámpsakos, No. 1, pp. 35-46.
· Sanclemente, Carlos. (2016). La Ingeniería del siglo XX en Colombia. http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/la-ingenieria-del-siglo-xx-en-colombia.
· Mantilla, Ignacio. (2017). La Escuela de Ingeniería en la historia de la Universidad Nacional. Periódico el Espectador.

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