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APROXIMANCIÓN A LA COMUNICACIÓN POLÍTICA Y RELATOS EN LA 
GESTIÓN GUBERNAMENTAL 
Por: Luis Ernesto Farinango Cabezas 
lefarinango@gmail.com 
Palabras Claves: Comunicación política, liderazgo, territorios, arenas, acción, 
representación, mito de gobierno. 
 
“Cada uno ve lo que está en su propio corazón” 
Max Weber 
 
Introducción 
Latinoamérica vive procesos de gestión de la política de forma diferente e 
interesante. En esa gestión política está el tema de la comunicación política y 
gubernamental. La forma de relación con los ciudadanos resulta ahora un verdadero 
periplo para quienes están en la administración del Estado. Esta activa participación de 
la ciudadanía provoca que los líderes políticos deban cuidar al mínimo detalle el 
discurso y la práctica política de cada mensaje emitido. 
Por esa razón, se busca reflexionar sobre aspectos característicos de la 
comunicación política y gubernamental, y cómo está se relaciona con las nociones de: 
territorios, arenas, acciones y recepciones como elementos de enfrentamiento de la 
política a través de la estructuración de mitos de gobierno como narrativas estratégicas 
para la legitimación de acciones políticas. Todo este análisis se puede llevar a cabo solo 
cuando dejemos a un lado la idea de la política como espectáculo, noción que a más de 
ridiculizar, denigrar y alejar a la gente del tema de política no permite mirar otros 
aspectos que son parte de la lógica del territorio y la arena mediática donde actualmente 
se legitima la política. 
Además, se trata de una reflexión que mira al extremo contario de las nociones 
de “campaña permanente”, noción que deslegitima al gobierno como generador de 
productos y actividades de comunicación, que es un derecho y obligación. 
 
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¿Qué es la comunicación política? 
Una primera pregunta que siempre surge es ¿Qué hace la comunicación dentro 
del ámbito de la política? ¿Ayuda en algo tener a un comunicador en el equipo de 
asesores del político? ¿Está diferenciada claramente su función del comunicador sobre 
otros profesionales de las ciencias sociales? Estas son algunas interrogantes que guiarán 
el presente trabajo académico. 
Una reflexión que deseo traer a colación es la que plantea Dominique Wolton, 
para este autor la comunicación política está constituida por el enfrentamiento de 
discursos de tres actores principales: medios de comunicación, políticos y la opinión 
pública. Bajo ese marco de análisis Wolton define a la comunicación política como: “el 
espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que 
legítimamente se expresan en público sobre la política y que son los políticos, los 
periodistas y la opinión pública a través de los sondeos” (1998:110). 
Wolton afirma que la “comunicación política es el verdadero motor del espacio 
público”(1998:12). Los sistemas democráticos necesitan de este juego de 
enfrentamiento para construir la representación de lo político. “En realidad, la 
comunicación política es un equilibrio inestable entre lógicas contradictorias, equilibrio 
inestable pero que da sentido a los enfrentamientos de la democracia en masa”(Wolton, 
1998: 112). 
De los tres actores que describe Wolton nos queremos concentrar en el político, 
sujeto que tras ganar el voto popular ocupa un cargo de administrador de la cosa 
pública. Se toma al político porque, a pesar de mucha literatura en la materia, no existen 
reflexiones serias sobre la comunicación del líder político cuando este ocupa un cargo 
decisivo dentro del Estado. Por el contrario, hay que mencionar que existe mucho 
material sobre el político en las campañas electorales. 
Hay que decir categóricamente que no se debe confundir o reducir el tema de la 
comunicación política con el marketing político. La comunicación política contiene al 
marketing político de campaña; pero además se concentra en diversas actividades 
complejas y conflictivas de grupos sociales con relación al Estado. No solo se debe 
hablar de comunicación política en épocas electorales, es necesario pensar este tipo de 
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comunicación cuando el Gobierno1, en todos sus niveles, ejerce la política pública y que 
tiene que legitimar su acción con la ayuda de la comunicación. 
La comunicación política debe ser un recurso que ayude al consenso de intereses 
diversos que existen entre diferentes grupos que componen la estructura social. Pero 
cuando se habla de intereses hay abordar necesariamente el concepto de conflicto que 
estará presente en cada una de las interacciones públicas. Se define el consenso 
parafraseando a Mario Riorda (2006) y Edgard Shils (1977) como el sostén del orden 
público, con la disminución de la probabilidad del uso de la violencia en la resolución 
de los desacuerdos. Dentro de esta lógica se deja de lado la idea sobre consenso como 
armonía de las situaciones políticas. 
Además, la comunicación política responde a la interrogante de conocer los 
diferentes modos de relación que existe entre grupos que conforman la sociedad. Como 
dice Bélanger “el hecho de pertenecer obligatoriamente a una colectividad patrocinada 
por el Estado contribuye a intensificar el juego de la comunicación política, sin 
modificar por ello su naturaleza”(1998:134). Interpretando al autor se podría afirmar 
que una condición necesaria para la comunicación política es la interacción y los 
discursos de diferentes actores de la sociedad. La afirmación de Bélanger se diferencia 
de Wolton en considerar más de tres actores en la estructuración y participación de 
campo de la comunicación política. 
Haciendo referencia específicamente a la comunicación gubernamental2 y 
siguiendo la línea de reflexión de Luciano Elizalde que menciona que “el Estado, más 
que nunca necesita contar con un aparato de comunicación sistemático, organizado 
estratégicamente, que asegure la realización de política públicas con eficacia (Elizalde, 
2006: 149). El gobierno a través de las acciones de comunicación trata de ejecutar el 
paradigma de la transparencia que toda sociedad democrática demanda. 
Entonces, para comunicar sobre lo público no solo basta ya la plaza, ahora es 
necesaria la intervención de los medios masivos de comunicación. La calle, la plaza o el 
espacio público, lugar antaño de interacción de la política, ahora se traslada al sistema 
 
1 Cuando se hace referencia al término de Gobierno no solo se refiere a nivel de Presidencia de la 
República sino también a: M unicipios, Prefecturas y Juntas Parroquiales, que es la estructura según la 
COOTAD. 
2 Según M ario Riorda y Luciano Elizalde la comunicación gubernamental es un campo de estudio dentro 
de la comunicación polít ica. 
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de los medios de comunicación. La política se discute y se legitima en los medios de 
comunicación y sus formas. 
En años anteriores la consolidación de la televisión produjo un cambio radical en 
la forma de hacer política. Con la televisión el mensaje político llegó a ciudades y 
naciones enteras. Desde ese cambio de casa, de la plaza a los medios, produjo cambios 
en la forma de pensar y hacer política. Antes el líder político miraba al auditorio y podía 
sacar un cálculo sobre las personas que asistían a los mítines; ahora mira una cámara 
pero no sabe cuántos están detrás ella, solo sabe que son millones. “El escenario, que 
antes era el de los mítines y parlamentos de los cuales la prensa y la radio sencillamente 
se hacían eco, se desplazó en beneficio de la pantalla chica que, por la fuerza de las 
cosas, impone nuevas reglas” (Bélanger, 1998:134). 
Y esa ruptura también está llegando con los medios digitales de comunicación, 
la tecnología está cambiando la forma de estructura la representación de la política, se 
consumen ideas políticas desde el Ipad o Smartphone desde una lógica 
microsegmentada, consumen lo quequieren oír y entender. Es decir, consumen lo que 
quieren. El entorno digital está provocando nuevas formas de proceder sobre el tema de 
la política. 
En una sociedad altamente conectada la gestión de la comunicación política 
dentro del día a día del gobierno debe estar ligada a los objetivos que este plantea. La 
comunicación es el recurso que tiene el gobernante para legitimar las decisiones y 
acciones y seguir ejecutando su plan estratégico de trabajo. Es necesario recurrir a la 
comunicación, porque según Riorda y Elizalde manifiestan que “la ciudadanía no 
siempre percibe que el gobierno actúa, especialmente en las demandas prioritarias. 
Cuando esto no ocurre, la percepción de eficacia gubernamental desciende”(Riorda y 
Elizalde, 2013: 09). 
La comunicación política de los gobiernos “aporta a la estrategia en sentido 
general la posibilidad de influir, de afectar o de activar, a grupos de personas o a 
organizaciones” (Riorda y Elizalde, 2013: 09). Para cumplir con lo que proponen los 
autores se necesita de un cierto de tipo de liderazgo, tema que se abordará en los 
siguiente acápites. 
Territorios, arenas y acción en comunicación política 
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Para fundamentar este subtema se parte de una cartografía realizada por André 
Gosselin. El autor sostiene que la comunicación política puede estudiarse desde cuatro 
polos: eje horizontal, acción y recepción; eje vertical, arenas y territorios. De esta 
conceptualización el presente trabajo de concentra en los conceptos de: arenas, 
territorios y acciones. 
Según Gosselin (1995) se puede entender el concepto de arena de la 
comunicación política como “conjunto de los dispositivos, las fórmulas, los marcos, las 
reglas y las estrategias que definen las situaciones de interacción en las pueden 
confrontarse, difundirse públicamente y evaluarse los discursos de los actores 
políticos”(Gosselin, 1995: 10). Como ejemplo de arenas se pueden mencionar: debates 
televisados, espacios de periodismo de opinión, noticieros, conferencias de prensa, spots 
de contenido político, ceremonias políticas televisadas, etc. 
En cambio, los territorios se deben entender, nos dice Gosselin, como espacios 
geográficos o sectoriales. El autor dice que cuando se trata de un espacio geográfico hay 
que considerar lo local, regional, nacional o internacional. Y como espacios sectoriales 
a partidos políticos, sindicatos, grupos de presión, empresas y movimientos sociales. 
Las condiciones necesarias para la existencia de territorios de carácter sectorial (y de 
ese lugar hacer comunicación política) “depende de factores de organización, 
estructurales, contextuales y de acontecimiento que definen las fronteras de las 
restricciones y las oportunidades de los actores de la comunicación política…(Gosselin, 
1995:10). 
Dentro del eje horizontal se encuentran: las acciones y recepciones. Con 
respecto a las acciones Gosselin nos presenta 6 tipos de acciones que se pueden analizar 
dentro de la comunicación política. Y estas acciones son: 1) teleológico, 2) axiológico, 
3) tipo afectivo, 4) habitus, 5) dramatúrgico y 6) comunicativo. De esta clasificación 
nuestra análisis se concentrará en el accionar dramatúrgico y comunicativo. 
La acción dramatúrgica se debe entender, según Gosselin, como aquella acción 
donde “se intenta salir a escena y producir en aquellos ante quienes se muestra una 
imagen que esperan controlar del mejor modo posible, sabiendo muy bien que el 
público desea tener acceso más directo a sus intenciones, sus pensamientos y sus 
sentimientos verdaderos”(Gosselin, 1995: 13). 
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Y acción comunicativa se debe entender como el recurso para coordinar 
acciones con lo demás actores de la política, la acción comunicativa tiene como 
“objetivo una especie de intercompresión que permita negociar de manera ventajosa 
para todos las definiciones comunes de las situaciones que comparten”(Gosselin, 
1995:13). 
 Para desarrollar y profundizar el tema de la acción dramatúrgica se trae 
algunas ideas de André-J. Bélanger. La idea principal del autor es que existe un juego 
de representación en los medios de comunicación, especie de teatro. Este pensamiento 
implica la existencia de escenarios, actores y planificación detallada para salir ante la 
ciudadanía. 
Si hacemos referencia a los términos de escenario y teatro no es con el afán de 
ironizar o mofarse y entrar en estudios sobre la espectacularización de la política. Tomar 
como referencia el teatro y su escenario es para mostrar las propiedades y acciones 
específicas que se debe seguir para aparecer en la arena de los medios de comunicación. 
Así, la arena de los medios de comunicación obliga a que los diferentes actores 
políticos sigan ciertos parámetros obligatorios que piden la televisión, radio, prensa o 
internet. “Pero, en la medida en que la comunicación política pública, se expresa según 
ritos y sigue una puesta en escena que ha variar según los imperativos propios de los 
medios escogidos”(Bélanger, 1998:134). Como se mencionó anteriormente el irrupción 
de la televisión en su momento produjo transformaciones en la forma de hacer política, 
y uno de esos cambios fue la planificación para salir en los medios de comunicación. 
El enfoque dramatúrgico ya en su ámbito más concreto implica tomar atención 
y corrección en diversos temas como: expresión del discurso, la dicción, lenguaje oral, 
comunicación del mensaje, leguaje corporal, vestimenta, etc. Todos estos elementos, 
que desde enfoques tradicionales consideran superficial, se unen para causar una imagen 
una vez que se presenten en el escenario. Desde lo dramatúrgico existe una puesta en 
escena que está fríamente calculado. De ahí el desarrollo desenfrenado de lo que se 
conoce como marketing político. 
Lo que provoca el juego del teatro político es distinción, diferenciarse del 
contrincante, presentarse frente al público y decir que políticamente existe. Los medios 
actúan como legitimadores simbólicos del sujeto político. Por esa razón, la presencia en 
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los medios de comunicación de actores políticos no debe ser de forma espontánea, debe 
responder a ciertos criterios. Por ejemplo, la síntesis del proyecto-promesa debe 
ajustarse a los tiempos que otorga la televisión o la radio. Maquiavelo, citado por 
Elizalde, considera necesario una preparación sistemática de la comunicación de los 
gobernantes. Aquí radica la importancia del profesional en comunicación, ya que las 
acciones en concreto son: redactar discursos, entrenar para afrontar entrevistas, modos 
adecuados de afrontar aparecimientos públicos cuando hay situaciones de crisis, 
gestionar espacios en diferente medios de comunicación, etc. 
Y esta recomendación no solo es para los líderes políticos que posee una 
trayectoria en la arena de los medios de comunicación, bien se puede extrapolar a 
diversos movimientos sociales. Así Bélanger dice que “los movimientos sociales de hoy 
no pueden verdaderamente constituirse sino en la medida en que llegan a atraer la 
atención de los grandes medios de difusión y sobre todo la televisión”(199:137). Las 
agrupaciones sociales deberían adaptarse a la lógica de la arena de los medios. 
Ahora la comunicación política se realiza en las arenas. Antes la política se 
consolidaba en los territorios como: la calle o la plaza, “ahora tienen como lugar social 
la entrevista, la conferencia de prensa y los debates entre figuras políticas”(Bélanger, 
1998: 140). La arena de la entrevista se vuelve en lugar más difícil para los líderes 
políticos porque están expuestos a la mirada de los ciudadanos, un sitio donde todo lo 
planificado puede caer al piso. 
Frente a esta lógica Riorda y Elizalde explican que: 
La política es una interacción constante de símbolos y, por ende, la comunicación 
política se constituye como un proceso necesario que hace – o debería hacer – 
articulable y predecibletodo el inmenso espacio generado entre mensajes emitidos 
y los mensajes recibidos (Riorda y Elizalde, 2013: 19). 
En la teatralización de la política, según Bélanger, el periodista (que es otro actor 
legítimo del campo político según Wolton) tiene la obligación o “la función… en 
desbaratar los artificios de la teatralidad”(1998:141) que presenta el sujeto político. Por 
esa razón, la comunicación política es un enfrentamiento de discursos, y el que juegue 
mejor la partida será quien coloque el tema en la agenda mediática y ciudadana. 
 
Liderazgo político: lo positivo y negativo 
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El político es una persona pública, su aparición en los medios de comunicación 
responde a la búsqueda de la legitimación de su ideología, y también busca un lugar 
dentro del Estado que permita materializar sus pensamientos. Sobre el líder existe 
también abundante literatura, desde lo superficial hasta análisis serios dentro de diversas 
materias. El líder es una palabra que agrada a la gente, pero si a esa palabra le añadimos 
a modo de adjetivo lo político las personas dudan o existe algún tipo de rechazo. ¿Puede 
ser el político líder en un contexto tan problemático? 
Fedel (1989) citado por Fabbrini, dice que el líder es un generador de símbolos, 
no solo de acciones. Además, Fabbrini añade que el líder político “provee a los 
ciudadanos de un sentimiento de pertenencia y también de una orientación para las 
políticas públicas”(Fabbrini, 2009: 25). Es decir, el líder es quien abraza a otras 
personas e invitada a recorrer un camino, que obviamente tendrá dificultades por la 
acción de sus opositores. Esta especie de caminar por el mismo rumbo implica que el 
líder político debe convencer que la dirección tomada es la correcta, y ¿Cómo llega a 
ese convencimiento? Consideramos que a través de la comunicación. 
Una de las capacidades del liderazgo es la relación. “Una relación que se activa 
para solucionar un determinado problema, o para poner en marcha un determinado 
proceso decisional” (Fabbrini, 2009: 24). Pero la relación no ocurre cuando el líder 
político habla desde una pantalla, la relación sucede y se consolida cuando existe un 
contacto personal. En las relaciones políticas el liderazgo es “producir un bien colectivo 
ante una pluralidad de diferente prioridades individuales (concierne a la naturaleza que 
debería asumir ese bien colectivo)”(Fabbrini, 2009: 24). 
El líder debe saber comunicarse, llegar a la gente y compartir los problemas de 
la comunidad, debe ofrecer un proyecto o una promesa conjunta. El proyecto o la 
promesa conjunta serán la brújula que guie el pensamiento y el accionar de cada una de 
sus decisiones. Las personas cuando saben la dirección a seguir son más fáciles de 
convencer y de inicio también conocer quiénes no están contigo. 
El proyecto o la promesa de los políticos se pueden evidenciar en gran magnitud 
en las campañas electorales. El tiempo de campaña se puede analizar el norte que cierto 
político desea recorrer una vez que alcance el poder. El principal problema con este tipo 
de proyectos o promesas radica en que solo son dichas en campaña y luego no se 
materializan cuando el político llega al poder. Y otro factor a considerar en el análisis de 
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los proyectos-promesas de campaña es que muy rara vez dejan claro el cómo se 
alcanzará los objetivos que se plantean. Pero el presente trabajo no solo se quiere hablar 
de la época electoral sino reflexionar sobre qué hacer en materia de comunicación 
cuando el líder político está en el poder. 
Una vez que el líder político llega a ocupar un puesto de poder, la característica 
fundamental que aprecia el elector y asusta a la oposición es la toma de decisiones. 
Parafraseando a Fabbrini (2009), este sostiene que la característica del líder político es 
su capacidad de tomar decisiones en el ámbito inmaterial e material. El proyecto-
promesa debe pasar de lo abstracto a lo concreto. 
En esta toma de decisiones la comunicación cumple un papel fundamental 
porque se trata del elemento que permite aunar y coordinar voluntades. Y el instrumento 
clave de la comunicación es el relato. Sobre este tema se abordará a continuación. 
 
Relatos o storytelling modernos 
El relato es una construcción simbólica que dibuja una realidad. Somos seres de 
relato, y están en todas partes, por ejemplo: productos, servicios comerciales e ideas 
políticas. Por esa razón, los relatos deben gustar, seducir y conquistar. 
El relato debe tener una especie de magia, sale de abstracto a lo concreto, el 
corazón es parte de este proceso. O tan simple como sostienen John Sadowsky y Loïck 
Roche, “las historias y leyendas tienen un poder muy singular: reúnen a las personas, las 
inspiran y las transforman”(2013:13). 
Los estudios más recientes en psicología sostienen que los seres humanos están 
programados para contar relatos o historias para configurar la realidad. Y esta forma de 
analizar la existencia del hombre no solo es dada desde la psicología, sino también 
desde la filosofía cuando Satre dijo que “un hombre es siempre un narrador de historias. 
Vive rodeado de sus historias y de las historias de los otros, él ve todo lo que sucede a 
través de las historias y trata de vivir su vida como si la contara” (Satré en Sadowsky y 
Roche, 2013:13-14). 
Realizando una conexión entre el relato y la comunicación política se debe 
mencionar que el campo de la política ha sacado mucho provecho a las historias, o que 
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en inglés se denomina storytelling. El líder político debe ser un buen narrador de la 
realidad, seleccionar y combinar elementos para construir el futuro que aspira o sueña, 
la narración es el instrumento que moviliza la estrategia y táctica política. 
Una propuesta interesante sobre relato y mito se encuentra en las reflexiones de 
Mario Riorda con el concepto de Mito de Gobierno. Para el autor el término es lo que 
moviliza las acciones en materia de políticas públicas, y así lo sostiene el autor: 
“En realidad, se puede hablar indistintamente de visión general, proyecto general 
de gobierno, norte estratégico, rumbo de gobierno, valores no perentorios a priori, 
grandes lineamientos, orientación estratégica, aludiendo exactamente a los mismo” 
(Riorda, 2006: 61). 
Pero hay que tener cuidado, como se venía diciendo el mito es de carácter general 
y abstracto, se podría decir es nivel de las ideas, y por lo tanto carente de un nivel 
operativo. Eso no quiere decir que debajo de ese mito de gobierno no existen acciones, 
Riorda (2006) habla de las acciones incrementales que son las operaciones tácticas para 
materializar el concepto. 
Así el mito del gobierno se transforma en la dirección que invita a transitar el líder 
político. Pero la difusión del relato político, como es obvio, existirán ponentes, 
situaciones y desenlaces que el político en el poder debe saber manejar y controlar. Para 
las personas que están a favor al líder político el mito de gobierno será una historia 
cercana y cotidiana. 
Hay que mencionar que el mito de gobierno en el ámbito más pragmático sirve o 
ayuda a la legitimación de acciones en materia de política pública. No es posible 
realizar una acción y luego contar las razones que motivan a tal decisión. El proceso es 
viceversa. Con el mito de gobierno se explica las razones del porqué de tales 
decisiones. Por esa razón, el mito de gobierno indica el camino y a través de su relato 
nos indica cómo enfrentar esa dirección. 
Riorda indica que la correcta estructuración y eficacia de un mito gobierno se 
puede medir u observar en la fuerza motriz y acción en materia de políticas públicas. 
Por esa razón, el líder político no solo debe analizar el discurso que se utiliza en 
campaña, tienen que medir hasta qué grado sus propuestas se pueden concretar o 
materializar. La gente confía mucho más cuando primero se explican las razones para 
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luegopasar a la ejecución. Cuando se trabaja el porqué de las cosas la gente confía, 
entra en calma, se construye confianza y se estimula para futuras acciones. 
Y he aquí el trabajo de la comunicación política (o el comunicador profesional), 
en primer lugar, crear un mito de gobierno; segundo, informar sobre qué camino se 
recorrerá; y finalmente, interacción con la ciudadanía para que observe y sienta que las 
políticas públicas están ejecutándose siguiendo los lineamientos del mito de gobierno. 
 
Conclusión 
La comunicación política es un abanico amplio de reflexión para el ámbito 
académico y profesional. Reconocer los elementos dentro del debate académico ayuda a 
visibilizar los lugares y los dispositivos que permiten estructurar las narraciones. 
Resulta obligatorio dentro de los estudios de comunicación el tema de la narración, ya 
que se trata de un instrumento poderoso que sirve para representar estructuras el mundo 
y, sobretodo, un motor movilizador hacia la acción. 
La comunicación política es campo que abarca diversos conocimientos, por esa 
razón es multidisciplinaria necesita de conceptos que provienen desde la antropología, 
sicología social y, por supuesto, desde la ciencia política. Por esa razón, el debate sobre 
el aparato teórico que contiene es muy diverso y polémico. Pero la comunicación cobra 
cada vez más importancia dentro de la política cuando los medios de comunicación 
digitales permiten, de forma directa o indirecta, ser partícipe de la política. 
En este contexto complejo entre una mixtura de medios tradicionales y digitales 
lo líderes políticos deben estructurar una identidad, imagen y narración para conectarse 
con variados segmentos de personas, por diferentes canales y con formas de comunicar 
más cercanas y cotidianas. El político es una ser que narra y crea significados. 
El líder político cada vez toma en cuenta aspectos emotivos para aunar 
voluntades. El líder político entiende que la comunicación a través de los medios de 
comunicación tiene cierto tipo de efectos, por esa razón, los líderes políticos 
considerados populista se acercan más a los ciudadanos, es decir ya no solo envían 
información sino que existe un contacto cercano. Esta necesidad ha obligado a los 
políticos salir de su marco de acción más cercanos e ir a conocer nuevas realidades (este 
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conocer con un afán real de solucionar o como visibilidad mediática) y contactarse con 
gente y territorios. Parafraseando a Maaerk (2007), nos dice que mirar de cerca, tocar, 
estrechar la mano de los líderes políticos produce desde un punto de vista 
psicosociológico una seudocomunión. 
La idea de los actuales líderes es crear un mito de gobierno e ir en busca de 
aquello, y para tal propósito es indispensable la comunicación con los ciudadanos a 
través de diversos canales, porque para cada canal hay un público determinado. Se 
recurre a la comunicación con los ciudadanos porque las acciones del gobierno en 
materia de políticas públicas necesitan de una legitimación de una gran mayoría de 
personas. Un gobierno se mantiene en el poder siempre y cuando sus políticas públicas 
son legitimadas por los ciudadanos, que cada vez tiene nuevas formas de conocer la 
cosa pública. 
 
Bibliografía 
Gauthier, Gilles, André Gosselin y Jean Mouchon, comps. (1995). Comunicación y 
Política. España: Gedisa. 
Riorda, Mario y Marcela Farré (2012). ¡Ey, las ideologías existen! Comunicación 
Política y campañas electorales en América Latina. España: Biblos/Politeia. 
Sadowsky, Jhohn y Loïck Roche (2013). Las siete reglas del storytelling. Buenos Aires: 
Granica. 
Maarek, Philippe (2009). Marketing político y comunicación. España: Paidós. 
Crespo, Imael, Antonio Garrido, Ileana Carleta y Mario Riorda (2011). Manual de 
Comunicación Política y estrategias de campaña. España: Biblos. 
VV.AA. (2007). Comunicación Política. Quito: CIESPAL. 
Dávalos, Alfredo, et al (2012). ¿Cómo diseñar campañas políticas exitosas? Quito: 
CIESPAL.