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Ciencias_sociales_cuanticas

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34 | Edición 165 | abril 2017
¿Ciencias sociales 
cuánticas?
por Carlos Eduardo Maldonado*
L
o pudieron haber expresado 
en el siglo XVIII, y lo pode-
mos decir ahora: estamos an-
te cambios vertiginosos. Hoy, 
con innegables ecos proce-
dentes desde décadas atrás, 
las transformaciones producidas por la 
ciencia en el conjunto del conocimiento 
y de la forma en que los seres humanos se 
ven, se acercan y comprenden a la natu-
raleza, son inocultables. La relación, por 
ejemplo entre ciencias sociales y huma-
nas con los principios y comportamientos 
cuánticos es un relejo de esto.
Producto de estas transformaciones, hoy 
cabe hablar legítimamente de teoría cuán-
tica y no solamente de física cuántica. En 
efecto, además de ésta, también existe una 
química, una biología y toda una gama de 
tecnologías e ingenierías fundadas en prin-
cipios y comportamientos cuánticos. Pues 
bien, de todas las teorías existentes en el 
mundo, la teoría cuántica es, de lejos, la más 
testeada, la más veriicada, la más compro-
bada, en fin la más falseada. Más exacta-
mente, esta teoría ha sido testeada hasta el 
undécimo decimal; esto es, exactamente, 
0,00000000001 –lo cual es verdaderamente 
impresionante. Desde otro punto de vista, 
una tercera parte de toda la economía mun-
dial se funda actualmente en principios, de-
sarrollos y aprovechamientos de la teoría 
cuántica.
Sin embargo, del lado de las ciencias so-
ciales y humanas, la situación es muy distinta.
Como es sabido, desde el punto de vista 
histórico, las ciencias sociales y humanas 
corresponden al triunfo y consolidación de 
la burguesía como clase social. Análoga-
mente, por ejemplo, al género de la novela, o 
a la biografía. Se trata de una forma determi-
nada de ver el mundo.
Es cierto que las ciencias sociales y hu-
manas lograron con el paso del tiempo un 
avance enorme en el panorama de las cien-
cias y disciplinas. Un buen ejemplo de estos 
desarrollos es la interacción entre ciencias 
sociales y humanas y las ciencias de la com-
plejidad*. Esto es, el aprendizaje y las contri-
buciones, al mismo tiempo, de fenómenos 
como: falta de equilibrios o equilibrios diná-
micos, luctuaciones, turbulencias, inestabi-
lidades, incertidumbre, impredecibilidad y 
no-linealidad. Por ejemplo.
No obstante, de modo general, las cien-
cias sociales y humanas –esto es, por ejem-
plo, la política, la economía, la sociología y 
la antropología, la historia, la psicología y el 
periodismo, entre muchas otras–, son esen-
cialmente pre-cuánticas. Si les va bien, se-
rían acaso relativistas en el sentido de la teo-
ría de la relatividad de Einstein.
Tres momentos en la historia 
de la teoría cuántica
El estudio de los fenómenos y comporta-
mientos cuánticos tiene tres fases. Lo que la 
gente generalmente conoce de “física cuán-
tica” tiene que ver con el primero de estos 
momentos. Esta tres fases son:
1-. La historia que comienza en agosto del 
año 1900 cuando M. Planck descubre la 
noción de “quantum”, a raíz de sus traba-
jos sobre cuerpos negros. Atravesando 
el annus mirabilis de 1905 por parte de 
A. Einstein, la etapa más gloriosa de es-
te primer período abarca los años 1924-
1926, que es cuando las iguras más clá-
sicas llevan a cabo sus desarrollos más 
importantes en la materia, y muchos 
de ellos ganan el premio Nobel. Se trata 
de cientíicos como Bohr, Born, Planck, 
Einstein, Dirac, Heisenberg, Jordan, de 
Broglie, Schrödinger y varios otros. Esta 
historia es bastante popular existe sui-
ciente información al respecto. Este pri-
mer período va hasta el año 1935, más 
exactamente hasta el famoso artículo de 
Einstein-Podolsky-Rosen. Ya Hitler, el 1 
de enero de 1933, había subido al poder 
en Alemania como Canciller.
2-. La física cuántica muere, literalmente, 
debido a que el paradigma pasa a ser la 
física atómica, a raíz del Proyecto Man-
hattan, las bombas sobre Iroshima y Na-
gasaky, y la historia subsecuente en la 
Guerra Fría entre los EU y la URSS.
 Como quiera que sea, un segundo perío-
do de la física cuántica es posible entre 
1947 y 1963, pivotando específicamen-
te en torno a los nombres de D. Bohm, R. 
Feymann, E. Fermi y J. Bell, entre otros. El 
concepto nuclear en este segundo perío-
do es el de “entrelazamiento cuántico”, y 
los desarrollos más sólidos permiten ha-
blar de entrelazamiento entre dos, tres y 
más cuerpos.
3-. La física cuántica deja de ser la única 
ciencia interesada en comportamientos 
cuánticos, y emergen también la quími-
ca, la biología y las tecnologías de siste-
mas y comportamientos cuánticos. In-
cluso la neurología y las neurociencias 
logran avances magníficos acerca de. 
De manera signiicativa, los fenómenos 
cuánticos dejan de ser microscópicos y 
existen también comportamientos y sis-
temas cuánticos macroscópicos, tales 
como el condensado de Bose-Einstein, 
la superconductividad, la superluidez, 
todas las tecnologías de rayos láser, por 
ejemplo. La astronomía y la cosmología 
En la historia reciente del conocimiento y la investigación, las ciencias 
sociales y humanas están sufriendo una transformación radical, por efecto 
de una reciente interacción con la teoría cuántica. Expresión del cambio en 
proceso son: las ciencias sociales interdisciplinarias, las ciencias sociales 
generativas, las ciencias sociales computacionales, más recientemente 
las ciencias sociales complejas. Y ahora, asistimos a la emergencia de las 
ciencias sociales cuánticas. ¿Cómo está ocurriendo esto?
Gabriel Beltrán,
Neurona, escultura (Cortesía del autor)
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Como quedó anotado al inicio de este ar-
tículo, las ciencias sociales y humanas co-
rresponden, históricamente hablando, al 
surgimiento y consolidación de la burgue-
sía como clase social. Esto, análogamente, 
a la invención de la novela, como género li-
terario. De manera natural, emergen diver-
sas ciencias y disciplinas con la intención de 
pensar el nuevo mundo que por entonces 
emergía, consolidándose políticamente con 
la revolución francesa de 1789 y económica-
mente con la Revolución Industrial.
Aunque parezca un pleonasmo, lo espe-
cíico de las ciencias sociales y humanas es 
que son especíicamente antropocéntricas, 
antropológicas y antropomóricas. En este 
sentido, constituyen la expresión mejor aca-
bada de toda la civilización occidental cuyos 
orígenes se remontan a la Grecia antigua, en 
el siglo V a.e.v. La asunción fundamental es 
que los seres humanos en general ocupan 
un lugar preeminente y destacado por en-
cima de la naturaleza, la que es un medio o 
recurso para los ines, intereses y necesida-
des de los seres humanos. Naturalmente, 
esta expresión genérica tiene concreciones 
de tipo político, económico o religioso, por 
ejemplo.
Pues bien, las ciencias sociales cuánticas 
no trabajan, en absoluto, a partir de las dis-
tinciones entre sujeto y objeto, o entre sujeto 
y realidad. Existe una conexión –entrelaza-
miento, si se quiere–, que es más determi-
nante y que está cambiando permanente-
mente.
Esta idea puede ser expresada de manera 
más radical: el cerebro y la mente son siste-
mas cuánticos, pero que se comportan clá-
sicamente debido al peso de la cultura. Es 
decir, se comportan en términos de cons-
tricciones, restricciones, recetas y normas, 
y otras características semejantes, como si 
fueran comportamientos normales. El cam-
bio social está encubándose en medio de la 
revolución del conocimiento que desde ha-
ce varias décadas está en marcha. La supera-
ción del comportamiento clásico es cada vez 
más imperativo de cara al cuidado de la vida 
y a las relaciones con la naturaleza; antes, sin 
duda alguna, las ciencias sociales y huma-
nas habrán sufrido su total transformación. 
Sólo que tal cambio se corresponderá con el 
cambio mismo del mundo al cual se reieren 
o del que se ocupan. n
* Cfr. Maldonado, C. E., (2016). La complejidadde las ciencias sociales. Y de otras ciencias y 
disciplinas. Bogotá: Ed. Desde Abajo.
se interesan crecientemente por la cien-
cia cuántica y llevan a cabo contribucio-
nes fundamentales. El concepto de “in-
formación cuántica” ocupa el foco de 
todas las miradas, y emergen los temas, 
problemas y desarrollos vinculados a la 
computación cuántica. Este tercer pe-
ríodo de la teoría cuántica abarca apro-
ximadamente entre los años 1963 hasta 
el presente. Algunos de los nombres más 
destacados son A. Zeilinger, Ch. Fuchs, 
A. Khrenikov, entre muchos otros.
Como se aprecia, las ciencias y las tec-
nologías con base en la cuántica son mag-
níficas, sólidas y vertiginosas. Un proceso 
de actualización en los más recientes desa-
rrollos demanda un tiempo suplementario 
importante.
En cualquier caso, las ciencias sociales 
parecen no enterarse mucho de estos aspec-
tos. Veamos.
¿Qué es la ciencia cuántica?
El problema más importante que plantea 
esta ciencia tiene que ver con lo que se co-
noce tradicionalmente como el debate de 
Copenhaguen (entre Einstein y Bohr, como 
iguras principales), así: la realidad, ¿posee 
un estatuto propio independiente de la con-
ciencia, o bien, la realidad es creada por el 
observador en el momento de la observa-
ción? Técnicamente esto se conoce como 
el problema de medición cuántica, y se ilus-
tra muy bien a raíz del famoso gato de Schö-
dinger encerrado en una caja con una pis-
tola y una botella de cianuro. Mientras na-
die observe al gato, éste estará vivo y muerto 
al mismo tiempo. Pero cuando se observe 
al gato, este estará muerto (por obra de la 
pistola y/o del frasco de cianuro). En el len-
guaje tradicional, esta situación se conoce 
como el principio de superposición. El gato 
está vivo y muerto a la vez.
El problema fundamental que plantea la 
ciencia cuántica tiene que ver con lo que es 
conocido como las relaciones entre el mun-
do clásico y el mundo cuántico. La siguien-
te ilustración permite ver bien el problema 
(Figura Nº1).
La realidad no es lo que parece, y la ver-
dad es que la percepción natural sirve cada 
vez menos para ver y entender la realidad. El 
mundo se hace crecientemente complejo y 
altamente contraintuitivo. 
El mundo cuántico se expresa mediante 
algunas ideas, genéricamente conocidas co-
mo “principios” (lo cual es en realidad tan so-
lo una manera de hablar), a saber: de incerti-
dumbre, de complementariedad, de decohe-
rencia cuántica, de superposición, de inde-
terminación, de exclusión. Por su parte, sin la 
menor duda, la realidad clásica está fundada 
en el principio de tercero excluido, formulado 
originariamente por Aristóteles, y que airma 
que las cosas son lo que son y no admiten un 
contrario: día o noche, vivo o muerto, hombre 
o mujer, y así sucesivamente.
De manera puntual, la realidad cuántica 
trata de lujos, dinámicas y procesos, antes 
que de estados y estabilidades, en cualquier 
sentido. Por el contrario, la realidad clásica 
se ocupa de estados, cosas, permanencia y 
equilibrio.
Sin ser exhaustiva, la tabla Nº 1 sintetiza 
las características y relaciones entre el mun-
do clásico y el mundo cuántico:
De la tabla anterior, quizás el elemento 
más destacable de cara a la conexión con las 
ciencias sociales cuánticas es el hecho de 
que no existe una realidad exterior al suje-
to o al agente, sino que el acto mismo de la 
observación crea, y al mismo tiempo modi-
ica, la realidad. Esta idea se aclara inmedia-
tamente abajo.
De manera puntual, puede decirse que 
una visión básica de la física cuántica hoy 
implica tres planos, así:
- Mecánica cuántica
- Mecánica de ondas
- Entrelazamiento
En el primer caso, hay que tener en cuen-
ta que la mecánica cuántica es sencillamen-
te un muy refinado –y poderoso– aparato 
matemático, destinado a explicar el com-
portamiento de las partículas subatómicas. 
Por ejemplo, para explicar el experimento de 
la doble ranura; o bien, para explicar la no-
localidad; o bien, para explicar la indetermi-
nación o incertidumbre.
Por su parte, la mecánica de ondas –cuyo 
referente primero es la obra de E. Schrödin-
ger–, permite estudiar y comprender el com-
portamiento de las ondas y, más amplia-
mente, de los lujos o luidos.
Finalmente, el entrelazamiento cuántico 
alude a los trabajos pioneros de J. Bell, y más 
recientemente de A. Zeilinger, entre otros, 
resaltando que los fenómenos y los compor-
tamientos cuánticos consisten en la supera-
ción entre sujeto-y-objeto, y que los fenóme-
nos se encuentran inextricablemente conec-
tados, más allá del tiempo y del espacio, de 
tal suerte que es la relación entre ellos lo que 
es definitivo, y no las entidades particula-
res. En términos algo más técnicos, se habla 
apropiadamente de entrelazamiento entre 
dos o entre tres partículas, y más reciente-
mente entre cuatro. 
Pues bien, el elemento o el factor que 
atraviesa, integra o unifica a la mecánica 
clásica a la mecánica de ondas y al entrela-
zamiento es la información; y más exacta-
mente la información cuántica, y que técni-
camente se designa como qubits.
Es fundamental atender al hecho de que 
la teoría cuántica no permite establecer, en 
manera alguna, una distinción de ninguna 
clase, entre fenómenos macroscópicos y mi-
croscópicos. Mucho mejor, lo cuántico alude 
a tiempos vertiginosos. Estos tiempos son, 
respectivamente, miliescalares, microesca-
lares, nanoscópicos, picométricos, femto-
escalares, attométricos, zeptoescalares y 
yoctoescalares. La tabla Nº 2 suministra un 
cuadro que contrasta los tiempos macroscó-
picos, los habituales en toda la historia de la 
cultura, y los tiempos cuánticos:
Las ciencias sociales cuánticas
Sin establecer oposiciones ni jerarquías de 
ninguna clase, lo cierto es que las ciencias 
naturales nos permiten entender qué es la 
realidad; esto es, la naturaleza y el mundo. 
Por su parte, las ciencias sociales y humanas 
nos ayudan a pensar cómo vivir en un mun-
do semejante. Es absolutamente necesario 
un diálogo, un aprendizaje recíproco, una 
interacción permanente entre ambos gru-
pos de ciencias.
La verdad es que existe incipiente aunque 
crecientemente un diálogo entre la teoría 
cuántica y las ciencias sociales y humanas. 
Un resumen de las ciencias sociales y huma-
nas que más se han acercado la teoría cuán-
tica puede verse en el gráico 1.
Tabla Nº 1: Características y relaciones entre el 
mundo cuántico y el clásico
Mundo cuántico Mundo clásico
Los estados 
cuánticos son 
discretos
El mundo clásico es 
continuo
Todo lo que 
sabemos son 
probabilidades
Sabemos de estabilidad, 
permanencia y 
equilibrio
Los tiempos 
cuánticos son 
vertiginosos
Los tiempos clásicos son 
lentos
El acto de la 
medición crea y 
modifica al mismo 
tiempo al objeto 
observado
Las cosas existen 
independientemente de 
la observación (de un 
observador)
Las correlaciones 
cuánticas son 
no-locales (no-
localidad)
El mundo funciona y 
se explica a partir de la 
localidad, en cada caso
La incertidumbre 
del mundo es 
ontológica
La incertidumbre del 
mundo es psicológica, 
emocional o cognitiva
No existe distinción 
sujeto-objeto
La distinción sujeto y 
objeto es fundamental
Fuente: Elaboración propia
Tabla Nº 2: Tiempos macroscópicos y mi-
croscópicos
Universo Macroscópico Universo
Microscópico
Segundo = 1/60 m Mili = 10-3
Minuto = 1/60 h Micro = 10-6
Día = 24 hs Nano = 10-9
Año = 365 ds Pico = 10-12
Siglo = 100 as Femto = 10-15
Millón de años = 106 Atto = 10-18
Billón de años = 1012 Zepto = 10-21
Yocto = 10-24
Fuente: Elaboración propia
Figura Nº 1: Relaciones entre el mundo clásico y el mundo cuántico
Fuente: http://public.lanl.gov/whz/images/zurek-decoherence-cat4a.gif
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decisión
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Cuántica
Gráfico Nº 1: Interacciones entre algunas ciencias 
sociales y humanasy la teoría cuántica
Fuente: Elaboración propia
Los límites entre la teoría cuántica y clásica

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