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Marruecos

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Marruecos
HISTORIA
La población autóctona bereber y los sucesivos pueblos que invadieron el país han forjado la historia de la región que comprende Marruecos en la actualidad.
Los primeros colonizadores conocidos en tiempos históricos fueron los fenicios que establecieron puertos comerciales en la costa mediterránea de esta región. Los cartagineses tomaron el control de estas colonias y las ampliaron. La conquista de Cartago por los romanos, en el siglo II a.C., permitió a éstos dominar la costa mediterránea de África. Aproximadamente en el 42 d.C., la parte septentrional del actual Marruecos se incorporó al Imperio romano como la provincia Mauritania Tingitana. Durante las invasiones germánicas que ocasionaron el declive del Imperio romano, los vándalos ocuparon la provincia romana en el 429. El general bizantino Belisario derrotó a los vándalos en el año 533 y el Imperio bizantino pasó a dominar gran parte del país.
Conquista musulmana
La dominación bizantina finalizó con la invasión de Marruecos por los árabes en el año 682, en el proceso de expansión del islam, siendo bien recibidos por la población; cristianos y paganos aceptaron pronto la religión de los conquistadores. Los árabes utilizaron ejércitos de bereberes para conquistar la península Ibérica.
Los primeros gobernantes del conjunto de Marruecos fueron los sucesivos integrantes de la dinastía Idrisí, que se mantuvieron en el poder desde el año 789 hasta el 974. Les sucedieron otras dinastías árabes y bereberes. Entre las más notables destacan la dinastía de los almorávides, desde 1062 hasta 1147, y la de los almohades, desde 1147 hasta 1258. Bajo el dominio de esta última, Marruecos se convirtió en el centro de un imperio que comprendía los actuales países de Argelia, Túnez y Libia y grandes áreas de la península Ibérica.
El Imperio almohade empezó a desintegrarse después de la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, en la que la coalición de reinos cristianos de la península Ibérica derrotó a los musulmanes; a mediados de siglo decayó completamente su poder. A esto le siguió un periodo caracterizado por el desorden y una guerra civil casi permanente entre árabes y bereberes. Dirigentes de varias dinastías reinaron breve e ineficazmente sobre las diversas partes del país. En 1415 Portugal tomó el puerto de Ceuta, iniciando un periodo de extensión gradual del poder español y portugués sobre la región mediterránea de Marruecos.
El país experimentó un resurgimiento bajo el gobierno de los saadíes, que fundaron la primera dinastía sarifiana (1554-1660). Los marroquíes ocasionaron una severa derrota a los portugueses en 1578 y a finales del siglo XVII recuperaron el control de muchas de sus ciudades costeras; el reinado de Ahmed I al-Mansur (1579-1603) se considera la edad de oro de Marruecos. El país se benefició en gran medida de la llegada de casi un millón de moriscos expulsados de España. El territorio marroquí permaneció unido y prosperó facilitando el desarrollo del arte y la arquitectura nacionales.
A los sadíes les sucedió la segunda dinastía sarifiana, que gobernó desde 1660. Esta dinastía alcanzó su máximo esplendor con el reinado de Mulay Ismail (que gobernó desde 1672 hasta 1727). Al reinado de éste le siguió un largo periodo de desorden, interrumpido por breves intervalos de paz y prosperidad.
Invasión europea
En el siglo XVIII y principios del XIX, los piratas de Marruecos y de otros estados de la costa del norte de África (llamados berberiscos) se dedicaron a atacar a los barcos que navegaban por el mar Mediterráneo. Debido a los estragos que provocaban y a que Marruecos compartía con España el control del estrecho de Gibraltar, la diplomacia de las potencias marítimas europeas, particularmente España, Gran Bretaña y Francia, tuvo en cuenta, cada vez con mayor atención, a este país. España invadió Marruecos entre 1859 y 1860 y tomó Tetuán.
En abril de 1904, a cambio de que Francia permitiera a los británicos operar libremente en Egipto, Gran Bretaña reconoció a Marruecos como esfera de influencia francesa; ese mismo año, Francia y España dividieron Marruecos en áreas de influencia; España recibió la parte más pequeña. El Imperio Alemán pronto discutió esos acuerdos, y en enero de 1906 las principales potencias celebraron una conferencia en Algeciras (España) para pactar un acuerdo. El resultado fue el Acta de Algeciras que garantizaba los derechos económicos de cualquier Estado sobre Marruecos, que nominalmente mantenía su independencia aunque se reconocía la presencia de España y Francia; unos meses después Fez era ocupada por tropas francesas, mientras que en 1909 España expandía sus posesiones en el norte.
En julio de 1911, los alemanes enviaron un cañonero al puerto marroquí de la ciudad de Agadir, en una maniobra para alentar la resistencia de los nativos contra la dominación francesa. Este incidente provocó la movilización francesa y llevó a Europa al borde de la guerra, pero en posteriores negociaciones Alemania reconoció el protectorado francés sobre Marruecos a cambio de que Francia cediera territorios en otras zonas de África.
En marzo de 1912, por la Convención de Fez el sultán reconoció el protectorado francés y Francia obtuvo una gran parte de territorio marroquí revisando el convenio de 1904 con España, que a su vez obtuvo Ifni, Tarfaya y el Rif, iniciando así el protectorado español en la zona.
Lucha por la independencia
El establecimiento de ambos protectorados no resultó fácil, en especial para los españoles. Abd-el-Krim, un cadí (juez) de Melilla, unió las cabilas del Rif y organizó una revuelta contra el gobierno español en 1920. En 1921 derrotó a los españoles en Annual y en 1924 amenazaba incluso Melilla. Entonces se volvió hacia el sur, lo que provocó la alianza de Francia y España (1925). En el norte, en septiembre de 1925 se produjo el desembarco de tropas españolas en la bahía de Alhucemas, al mando del general José Sanjurjo, que iniciaron la reconquista de los territorios que formaban parte del protectorado, mientras, por el sur, más de 200.000 soldados franceses, bajo la dirección del mariscal Henri Philippe Pétain, participaron en una campaña que finalizó triunfalmente en 1926. Sin embargo, hasta finales de 1934, el país no fue pacificado por completo.
Después de que Alemania venciera a los franceses en 1940 durante la II Guerra Mundial, el gobierno colaboracionista de Vichy permitió a los alemanes utilizar el protectorado marroquí; eso hizo que en noviembre de 1942, el ejército estadounidense desembarcara y ocupara el protectorado francés de Marruecos. Durante el resto de la II Guerra Mundial, el país fue una importante base de abastecimiento para los aliados. En 1943, los dirigentes de gobierno de los países aliados celebraron una reunión en Casablanca.
En 1944, los nacionalistas marroquíes crearon el Partido del Istiqlal, que pronto ganó el apoyo del sultán Muhammad V y de la mayoría de la población, aunque no de las tribus bereberes. Los franceses rechazaron la petición del sultán del autogobierno en 1950. El sultán fue depuesto en agosto de 1953, pero en octubre de 1955 le fue permitido regresar al trono.
Unificación
Los franceses reconocieron la independencia de Marruecos en marzo de 1956. En abril los españoles reconocieron el principio de independencia del Marruecos español y la unidad del sultanato, aunque mantuvieron ciertas ciudades y territorios; Tánger (que había obtenido un estatuto internacional en 1912) fue incorporada a Marruecos en octubre de 1956 mientras que España devolvió el Sahara septentrional en 1958 e Ifni en enero de 1969.
El sultán Muhammad V asumió el título de rey en agosto de 1957. Tras su muerte en 1961, el trono pasó a su hijo Hasan II, quien hizo efectivo un estatuto real, por el que se establecía una monarquía constitucional, con la aprobación de una Constitución en el referéndum de diciembre de 1962. Las primeras elecciones generales nacionales se celebraron en 1963 con el triunfo del Istiqlal. A pesar de esto, en junio de 1965, el rey suspendió temporalmenteel Parlamento y asumió plenos poderes ejecutivos y legislativos, actuando como primer ministro durante dos años. Hasan II prestó un gran apoyo a la causa árabe en la guerra de los Seis Días en 1967 y con posterioridad hizo intentos para asegurar la unidad árabe. No obstante, los extremistas le consideraron demasiado moderado y sufrió dos atentados contra su vida en 1971 y en 1972.
Ocupación y guerra en el Sahara
Durante los años 1974 y 1975, Marruecos ejerció mayor presión sobre España para que le cediera el Sahara Español, y el propio monarca promovió en octubre de ese último año la denominada Marcha Verde. Por los Acuerdos de Madrid (noviembre de 1975) los españoles se retiraron del territorio al año siguiente y cedieron los dos tercios septentrionales de la colonia a Marruecos, mientras que Mauritania recibió el tercio meridional. Esta ocupación del territorio, rico en fosfatos, fue disputada por el Frente Polisario, un movimiento nacionalista saharaui que pretendía el establecimiento de un Estado independiente en el Sahara Occidental. En 1979, Mauritania cedió el territorio que ocupó en 1975 a Marruecos. Afrontando la oposición internacional, el rey Hasan II envió tropas adicionales y recursos materiales para intentar proteger las minas de fosfatos y las principales ciudades del hostigamiento del Frente Polisario. 
En 1984 Marruecos abandonó la Organización para la Unidad Africana (OUA) en protesta contra el ingreso en la misma de la delegación saharaui. Los intentos de Naciones Unidas por mediar en la disputa se mantuvieron a lo largo de las décadas de 1980 y 1990; en 1988 un plan de paz fracasó por el desacuerdo en los términos en que se debería celebrar un referéndum sobre el futuro del Sahara Occidental. Marruecos envió tropas en 1990 para proteger a Arabia Saudí de la concentración de tropas iraquíes en Kuwait, pero las tropas de Marruecos no intervinieron de forma directa en la guerra del Golfo Pérsico. Los distritos electorales del Sahara Occidental fueron incluidos en las elecciones locales de 1992, tras las que el rey Hasan II promulgó una nueva Constitución, aprobada por abrumadora mayoría en septiembre; la coalición de los partidos de centro derecha obtuvo la mayor parte de los votos en las elecciones legislativas de 1993. Ninguna de las formaciones del espectro político marroquí demostró ser capaz de formar gobierno y en noviembre de 1993 el rey Hasan II nombró un gabinete de tecnócratas e independientes. El monarca sustituyó este gabinete con otro elegido parcialmente en febrero de 1995, en el que formaban parte algunos representantes de los partidos mayoritarios derechistas.
En septiembre de 1997, representantes de Marruecos y el Frente Polisario, con la mediación del diplomático estadounidense James Addison Baker, acordaron celebrar un referéndum para dirimir el futuro de la antigua provincia española. Esta consulta, sin embargo ha sido pospuesta en numerosas ocasiones debido a la falta de entendimiento respecto a cuál debe ser el número de votantes y la procedencia de los mismos.

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