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1 SEÑAS DE IDENTIDAD: AGRUPACIONES MILITARES EN LA ICONOGRAFÍA TOLTECA DE CHICHÉN ITZÁ, YUCATAN Eduardo Pérez de Heredia Puente, Peter Bíró y Eduardo Tejeda Monroy 31 ENERO 2024 Abstract Based on the headdresses of the armed characters or warriors in the Chichén Itzá reliefs during Early Postclassic times, we propose the division into four main groups: xiuhtototl, turquoise butterfly, aztaxelli and “Maya”. By integrating more elements of the attire of these groups, hierarchies within them are revealed, which commonly show a main leader and a secondary leader. The so-called military orders, such as that of jaguars and eagles, are hardly discernible in the iconographic record, and had they existed they would have had a secondary organizational role. Basándonos en los tocados de los personajes armados (guerreros) de los relieves de Chichén Itzá en el Postclásico Temprano proponemos la división en cuatro grandes grupos principales: xiuhtototl, mariposa de turquesa, aztaxelli y “maya”. Al integrar más elementos de los atuendos de estos grupos se revelan jerarquías a su interior, que muestran comúnmente un líder principal y uno secundario. Las llamadas órdenes militares, tales como la de jaguares y águilas, son poco discernibles en el registro iconográfico, y de haber existido habrían tenido un papel organizativo secundario. 2 INTRODUCCIÓN En este trabajo partimos de la premisa de que la llegada de los Toltecas a Chichén Itzá en el siglo IX produjo un nuevo sistema sociopolítico de gran complejidad que integró a los recién llegados y a los linajes aristocráticos mayas de la ciudad y que quedó plasmado en sus monumentos (Bíró y Pérez de Heredia 2016; Pérez de Heredia y Bíró 2020; Guenter 2020; Martin 2023). Aunque algunos autores niegan absolutamente la llegada de algún contingente extranjero a la ciudad, la cual se parecería a Tula por emulación, otros admiten la llegada de gentes con rasgos culturales del altiplano sin especificar su origen (para una revisión de las diferentes posturas ver Michael Smith 2007, Martin 2023,). Nosotros pensamos que sí existió, en efecto, la llegada de un contingente armado proveniente de Tula (Guenter 2019; Bíró y Pérez de Heredia en prensa 2024). Las representaciones de ceremonias oficiales en bajorrelieves de la ciudad atestiguan la complejidad del nuevo sistema: por ejemplo, en el Templo Inferior de Jaguares fueron retratados un centenar de personajes que ostentaban una posición elevada en los asuntos de la ciudad. A través del análisis iconográfico se ha ido avanzando por décadas en entender las diferentes dimensiones de significado que presentan los relieves. En este ensayo nos enfocamos en el aspecto militar del sistema de gobierno, a través del examen de los personajes armados, comúnmente denominados guerreros. Antes de entrar de lleno en la iconografía, es necesario revisar lo que conocemos acerca de la guerra en Mesoamérica, en particular en el área maya durante los periodos Clásico Tardío y Terminal y durante la época tolteca o Postclásico Temprano. En la actualidad existen tres vertientes generales sobre la 3 naturaleza de la guerra en el área maya. La primera es que la beligerancia estaba confinada a los gobernantes con el único objetivo de conseguir prisioneros de guerra para ser sacrificados a los dioses (Schele y Miller, 1986; Freidel 1986: 95-101; Freidel, et al., 1999: 290-334), postura que ya ha sido rebasada, pero que todavía permea en el imaginario de la población en general (Marcus, 2000: 242). La segunda, avanzada por Ross Hassig (1992: 73-74, 95; 2000: 161), propone que la organización militar entre los mayas era limitada y se manifestaba en pequeños grupos armados, conformados por personajes de la élite gobernante y cuyas tácticas se limitaban a asaltos veloces carentes de dirección grupal, aunque también se podían gestar batallas hasta 80 km de distancia, para lo cual usa como argumento las inscripciones en los monumentos esculpidos. Finalmente, la tercera propuesta estima un gran poderío militar con la capacidad de realizar conquistas a larga distancia y a gran escala, fundamentada principalmente por el registro epigráfico (Martin y Grube, 2008). Hasta el momento las tres presentan grandes problemas teóricos, debido a que no se contempla de manera amplia y sólida el estudio de la organización militar, el sistema de reclutamiento, la praxis bélica y mucho menos los planteamientos de logística, abastecimiento, marcha, acampamiento y el coeficiente de probabilidad militar inherente que consiste en el porcentaje de la población masculina que participaba en las contiendas armadas. Muy posiblemente la beligerancia maya obedeció a factores económicos y políticos, más que religiosos o limitados a la captura de prisioneros de guerra para el sacrificio. Así se acentúa la obtención de ciertos recursos y bienes escasos o de primordial importancia, el control de las rutas comerciales, la venganza política y la 4 independencia de grupos sometidos (Marcus, 2000: 241; Hassig, 1992; 2000; Kettunen, 2014: 105). Sin embargo, el principal motivo fue el establecimiento de una red de vasallaje lo más extensa posible, ya que de esta manera los señores mayas demostraban su poder y prestigio sobre sus semejantes y, en consecuencia, estaban siempre en constante competencia por demostrar su supremacía. Al tener bajo su control a varias poblaciones se aseguraba una cuantiosa cantidad de recursos y bienes manufacturados a través de la tributación, así como bastante mano de obra disponible proveniente de las poblaciones avasalladas, las cuales podían incrementarse si se impulsaban campañas bélicas para este fin (Tejeda, 2012: 207; 2013: 58-59). La forma de hacer la guerra en Mesoamérica varió a lo largo del tiempo entre las distintas sociedades que la habitaron, ya que el sistema de organización militar está determinado por el sistema sociopolítico de la entidad. Aunque la información es fragmentaria, sabemos que los jerarcas dirigían sus propios ejércitos y ocupaban el cargo de jefes supremos de guerra para demostrar su poderío a su pueblo y a los demás señores rivales. Debajo de ellos había otros jefes de guerra menores, pero diestros en las actividades bélicas, que los auxiliaban para el comando de los contingentes armados, debido a que su dirección se torna más complicada cuanto más numeroso sea un ejército1 (Anglim, et al., 2002: 137; Otterbein, 2004: 5; 1 Debe entenderse como ejército a la institución formada por combatientes armados, auspiciada y organizada por el mismo gobierno de una entidad política, donde el jerarca es el máximo líder. Este cuerpo puede ser temporal o permanente, según las circunstancias sociopolíticas de la entidad. Se distingue por poseer un sistema de mando definido, sistema de reclutamiento, sistemas de comunicación, sistemas de armamento, unidades específicas, adiestramiento, abastecimiento, logística y estrategia durante la campaña militar (Anglim, et 5 Redman, 1990: 391; Turney-High, 1991: 75, 81). Para los mayas del periodo Clásico Tardío, el rango más alto lo poseía el gobernante o k´uhul ajaw “señor divino”, quien fungía como jefe principal de guerra. En ocasiones eran acompañados por algún señor avasallado yajaw, por un sajal, quien era un personaje noble que administraba una entidad política menor sometida, un yajaw k’ahk’ “vasallo del fuego” o un aj k’uhun (Martin y Grube, 2008: 19, 135; Miller y Martin, 2004: 26, 80, 191, 277). Existían también otros individuos con títulos asociados al sistema militar identificados en las inscripciones, quienes plausiblemente se tratan de jefes de guerra. Según Alfonso Lacadena (citado por Rivera, 2018: 107-113), los títulos de yajaw te’ “señor de la lanza”2, b’ah te’ “primera lanza” y ch’aho’majaw “señor de hombres varones” por su asociación con el personaje y su contexto en los textos jeroglíficos estarían debajo del k’uhul ajaw según la cadena de mando3. En un rango menor se situaban el b’ah pakal “primer escudo”, el b’ah to’k’ “primer pedernal”, el b’ah tox “primer lanzador” y el lakam “bandera/estandarte”; de los cuales es difícil al., 2002: 136-140; Ferguson, 1990: 30, 49; Fried, 1960: 720-721; Gracia, 2003: 36; Guilaine y Zammit, 2002: 211; Keeley, 1996: 12; Redman, 1990: 302; Otterbein, 2004: 4-5, 180-182). 2 Probablemente el yajaw te’ funcionó como el jefe del ejército y por eso fue el segundo rango en el sistema del sistema militar del periodo Clásico. En efecto, Yax Nu’un Ahin I de Tikal, el rey de Tikal en el periodo Clásico Temprano fue el vasallo (yajaw) y el jefe de guerra principal (yajaw te’) de Sihyaj K’ahk’ de Teotihuacan. Este último, a su vez fue la mano derecha e izquierda (tz’eb k’ab’ noh k’ab’) del teotiwa emperador (kalom te’) de Jatz’om Kuy. Además, el más prestigioso cautivo del periodo Clásico Temprano según los dinteles de Yaxchilán fue el yajaw te’. Otras informaciones epigráficas muestran que el guerrero común se nombró te’ y este contexto su traducción fue “lanzador” (veáse la expresión utz’akaw te’ “se ordenan los lanzadores”) en la estela 12 de Piedras Negras. 3 Cadena de mando se refiere a la estratificación de rangos militares en función de su mando, responsabilidades y su relación con los combatientes subordinados, que puede, o no, estar ligada a la estratificación social de la entidad política. Algunos gobernantes mayas podían ostentar estos títulos como el caso de K’inich B’aknal Chahk quien ostentó el título de b’ah te’ ajaw (Lacadena, 2010). 6 de inferir su posición en la jerarquía militar. Acerca del lakam se puede suponer que más que un cargo militar sea un abanderado que formaba parte del sistema de comunicación del ejército, pero quizás también asociado al oficio del tributo4. Otros personajes importantes que formaban parte del ejército eran los sacerdotes, cuya función era la de pedir el favor divino a los ancestros y dioses tutelares en plena batalla; dicha acción sirvió también para elevar la moral de los combatientes e incluso se sabe que llevaban las efigies de los dioses a las batallas, como mecanismo para garantizar la victoria (Tejeda, 2013: 60). El grueso de la milicia estaba formado por hombres de la población en general, pero se desconoce en su totalidad el sistema de leva, y por ende no hay evidencia fidedigna acerca de si los ejércitos mayas del periodo Clásico Tardío eran permanentes o temporales. Tampoco podemos determinar con certeza si era profesional y de tiempo completo o semi-profesional. Sin embargo, para el Posclásico Medio, según los documentos históricos coloniales se puede entender que los Cocom de Mayapán (ca. s. XIII-XV) tenían un ejército permanente e incluso entre sus filas mantenían mercenarios chontales provenientes de Tabasco que han sido identificados como los Canul. Posterior a la caída de Mayapán (ca. 1440), al parecer todas las milicias de los señoríos de las Tierras Bajas del Norte eran 4 Los sistemas de comunicación forman el conjunto de órdenes de los superiores dirigidas a sus subalternos durante la batalla, mediante señales sonoras, visuales o luminosas. Las primeras pueden ser corporales, desde cadenas de voces, silbidos o gritos, instrumentos de viento o percusión. Las visuales consisten en la utilización de banderas o estandartes, y las luminosas utilizan objetos con fuego o que reflejen la luz solar (Anglim, et al., 2002: 137- 140). 7 temporales y solamente se convocaba a los hombres cuando se avecinaba algún conflicto bélico (íbidem, 60-61). Es importante notar que la indumentaria militar que portaban los gobernantes y los jefes de guerra ostentaba atributos distintivos respecto a la de los demás combatientes. Esto tiene la finalidad de mostrar su jerarquía y para que los guerreros durante la batalla los distinguieran fácilmente entre los contingentes, debido a que ellos eran los que daban las órdenes durante los combates. Su vestimenta podía estar elaborada con materiales exóticos o de una mejor calidad a los utilizados por los guerreros comunes. Incluso la calidad y decoración de las armas que manejaban era superior a las empleadas por los guerreros comunes (íbidem, 59-60). El cargo de los jefes de guerra pudo darse por investidura directa, al formar parte de la élite gobernante, o bien, los guerreros comunes eran promovidos a dicho cargo al realizar alguna hazaña o poseer gran destreza en combate (Carneiro, 1990: 95, 99). Para la sociedad maya del Posclásico Tardío en la península de Yucatán, fray Diego de Landa (1986: 52) escribió que el nombramiento de los jefes de guerra (nacom) podía ser un título perpetuo y heredable, o bien temporal, cuya duración era por tres años. De forma similar pudo haber acontecido para los sistemas militares del Clásico Tardío. Entonces, es posible indicar que los únicos personajes profesionales en materia bélica eran los jefes de guerra, y al parecer existía una semi-profesionalización en los demás estratos militares, al ser la guerra una actividad relativamente ordinaria. La epigrafía (Martin y Grube 2008) y los documentos históricos (Tejeda 2012: 135-139) reflejan un panorama de beligerancia continua en el área maya, 8 principalmente entre entidades políticas vecinas o cercanas que competían por la supremacía de una región, aunque también hay menciones de conflictos armados a larga distancia. Por lo tanto, la guerra era una actividad común, en la que los hombres jóvenes aprendían a combatir de la mano de los más experimentados y veteranos. Esto nos lleva a la cuestión de determinar la cantidad de efectivos que podían formar un ejército. Para responder lo anterior, se ha establecido el coeficiente de probabilidad militar inherente, que consiste en un porcentaje de entre el 8% al 12% de la población masculina óptima físicamente para el combate, que oscila entre los 20 a los 49 años de edad. Esto se debe a que realizar levas de mayor porcentaje atentaría en contra de la infraestructura y los medios de producción autónomos de la entidad política (Hassig, 1992: 17-18; Keegan, 1976: 31; Keeley, 1996: 34-35). Un análisis estadístico de censos poblacionales de los señoríos (cuchcabalob) de la península de Yucatán durante el siglo XVI por uno de los suscritos, arrojó que los ejércitos de aquel momento probablemente oscilaban entre unos cientos y dos mil efectivos (Tejeda, 2012: 183-187). Sin embargo, hay que considerar que las entidades del periodo Clásico Tardío eran mucho más populosas, por lo que es necesario un estudio más profundo basado en otros parámetros. Hace algunos años se propuso que los mayas realizaban la guerra únicamente durante la temporada de secas durante los meses de agosto a marzo (Hassig, 1992: 96-97), pero estudios posteriores como el de Peter Mathews (2000) mostraron que los eventos bélicos en las inscripciones de las Tierras Bajas Occidentales se realizaban a lo largo de todo el año. Sin embargo, más 9 recientemente, Harri Kettunen (2014: 102) ha notado que los registros bélicos doblan su cantidad de menciones en temporada de secas, en comparación de la de lluvias5. Esto fue confirmado con más datos por Simon Martin (2020: 224-225). En otro aspecto, parece ser que los guerreros eran dueños de su propio armamento, debido a que la tecnología y muchos de los materiales estaban al alcance de todos los pobladores, y a que las armas, en un principio, eran instrumentos de cacería y herramientas de corte, quizás con la excepción de los escudos y las corazas de algodón endurecidas con sal, que requieren una manufacturamás especializada. La mejora de los sistemas de armamento estaba condicionado a la tecnología disponible y se desarrollaron acorde a la forma de efectuar la guerra de cada región determinada. Dichos sistemas, a su vez, establecieron la formación de unidades específicas de los combatientes, lo que condujo a los planteamientos tácticos y estratégicos de una campaña bélica. El sistema de armamento es el equipamiento con el que un combatiente va a la guerra, y se compone de armas ofensivas y defensivas. Las armas ofensivas prehispánicas se pueden dividir en cortantes, punzantes, contundentes o una mezcla de las anteriores. Estas pueden ser para combate cuerpo a cuerpo a larga distancia, cuerpo a cuerpo a corta distancia y armas arrojadizas. La distancia radica en la 5 Nuevamente, gracias a los documentos históricos de los siglos XVI y XVII se sabe que los enfrentamientos armados podían ser a plena luz del día, al anochecer o al amanecer, mientras que los escenarios podían ser a campo abierto, en la selva, tal como lo sugiere el mural de la batalla del cuarto 2 del Edificio de las Pinturas de Bonampak, y tanto a las afueras como al interior de los asentamientos, como se puede apreciar en los murales de Chacmultún, o los del Templo Superior de Jaguares y Las Monjas de Chichén Itzá. Inclusive asediaban o sitiaban los emplazamientos si es que se encontraban protegidos por algún sistema de fortificación (Tejeda, 2012: 191-199; 2017). 10 lejanía o cercanía a la que el combatiente puede atacar a su adversario con un instrumento sin ser herido. Las armas defensivas se clasifican en pasivas y activas, siendo las primeras todas aquellas piezas protectoras que se sujetan al cuerpo, mientras las activas son los escudos, cuya forma de sujeción puede ser empuñados o embrazados, que están en constante movimiento por el usuario, y que por su tamaño pueden ser de cobertura o evasión; además algunos de ellos podían tener funciones ofensivas según su diseño (Cervera, 2014: 19-20; Tejeda, 2012: 51-52). Durante el periodo Clásico, las armas ofensivas cuerpo a cuerpo de larga distancia eran la lanza pesada y la lanza ligera, la cual también podía ser arrojadiza, mientras que las armas de combate a corta distancia eran el palo curvo – del que trataremos líneas más abajo –, distintos tipos de mazas, hachas y los cuchillos de pedernal u obsidiana que eran empleados como arma secundaria. Las armas arrojadizas eran la lanza ligera, la honda y el lanzadardos, que fue la principal de ellas. Por su parte, el armamento defensivo disponible eran los escudos rígidos, que podían ser de evasión o cobertura, de forma circular con una o dos abrazaderas, o rectangulares con dos abrazaderas. El escudo flexible, que aparece más recurrentemente representado en los monumentos y pinturas de la cuenca del Usumacinta, era de evasión y solía sujetarse con un asa situada en la parte superior. Para proteger el cuerpo los combatientes solían llevar corazas de algodón endurecidas con sal que les protegía el torso, aunque había otras más largas que alcanzaban sus rodillas o hasta la altura de los tobillos y algunas de ellas estaban forradas con piel de felino, según el estatus del portador. Tanto en los monumentos, como en pinturas y cerámica decorada, los guerreros llevaban cubierta la parte 11 superior de la cabeza con un tocado de tela, plumas o con diversos motivos de animales y deidades elaborados posiblemente en madera o fibras. En los monumentos de Chichén Itzá y Tula, todos los combatientes que portan el lanzadardos llevan una braza o protector que les envuelve todo el brazo izquierdo, que es la extremidad que carga los proyectiles. Esta protección probablemente sea una “manga” de algodón endurecida con sal, ya que al usar el propulsor con el brazo derecho se deja expuesto el flanco izquierdo. Además, que empleaban unas placas circulares que se sujetaban a los costados de la cintura para proteger el área lumbar6 (Tejeda, 2013: 55-56). Por lo tanto, el sistema de armamento condicionó la gestión de diversos tipos de combatientes (unidades específicas): lanceros pesados, lanceros ligeros, infanterías ligeras, lanzadores de dardos y honderos. Por otro lado, el caso del sistema militar tolteca no es muy claro, debido a que las evidencias arqueológicas son más limitadas. Para esta capital se desconoce en gran medida el sistema de gobierno, pero podría estimarse que se trató de una meritocracia que alentaba a la atracción e incorporación de nuevos miembros, tal como apunta Hassig (1992: 112, 118), la cual estaba dirigida por distintos grupos emparentados con poder equivalente y que estaban encabezados por un gobernante investido por la serpiente emplumada. Dicha figura aparece 6 Fue hasta el periodo Postclásico Tardío cuando los mayas emplearon un arma muy similar al macuáhuitl mexica, denominada jaats’ab, salvo que la diferencia que las navajillas no eran de obsidiana, sino de pedernal. También se introdujo el arco simple (chulúul) y la flecha (jalal) procedente de los grupos del norte de México. Sin embargo, al incorporarse estas dos armas al arsenal maya no sustituyeron ni dejaron obsoletas otras armas, sino que ampliaron las opciones (Tejeda, 2013: 55-57). 12 representada en lugares centrales de los monumentos esculpidos junto con otros personajes cuyos diseños conservan las mismas proporciones, tales como aparecen en las banquetas del Palacio Quemado, el Edificio 4 y los pilares de la Pirámide B de Tula. Incluso estudios de ADN proporcionados por los entierros de la ciudad, exponen que la población fue multiétnica de filiación nahua, otomí y chichimeca (Paredes y Healan, 2021: 100), lo cual fundamenta aún más dicho sistema de gobierno. Por ende, se considera que el sistema militar tolteca sea también de orden meritocrático. El gobernante fungió como jefe principal de guerra, bajo cuyo mando operaron otros jefes de guerra menores, pertenecientes a los demás grupos importantes, mientras que el grueso del ejército lo formaron los hombres del pueblo en general. Gracias a los monumentos escultóricos de Tula, es posible entender acerca del sistema de armamento tolteca; ya que cerca del 80% de la iconografía en ellos, representa personajes antropomorfos y varios de ellos portan armas (cf. Jiménez: 2008). La lanza fue el arma principal de combate cuerpo a cuerpo a larga distancia, que aparece principalmente en las banquetas del Palacio Quemado y del Edificio 4, mientras para el combate a corta distancia se utilizaba el palo curvo y el lanzadardos como arma arrojadiza, que son representados extensamente en los monumentos. Muy probablemente la honda también fue usada por los toltecas, aunque no aparece representada en la plástica tolteca. En cambio, el armamento defensivo activo estaba limitado a escudos circulares de evasión, y el pasivo a un cobertor de brazo de algodón endurecido con sal, rodilleras, protector lumbar, tocados y cascos en forma de ave. Por ello se puede indicar la existencia de las 13 siguientes unidades en Tula: lanceros pesados, lanzadores de dardos con palo curvo y honderos. El palo curvo fue una innovación propia de las fuerzas armadas toltecas, ya que hasta el momento no se conoce que algún otro grupo lo haya utilizado anteriormente (Hassig, 1992: 172). Este arma, en conjunto con el lanzadardos, produjo un sistema de armamento mixto de gran versatilidad, nunca antes visto en Mesoamérica. La mayoría de los guerreros representados en los monumentos de Tula son de infantería ligera, los lanzadadores de dardos portan en la mano derecha el átlatl, en la contraria agarran un haz de proyectiles y un palo curvo, mientras un cuchillo aparece como arma secundaria sujeto al brazo por una banda (véase:Jiménez, 2008; 2021). Las brazas, o protectores de brazo, pueden observarse en algunos de los monumentos recuperados de Tula Chico, que datan del 700 al 850 d.C. aproximadamente (Cobean, et al., 2021). Los combatientes muy posiblemente iniciaban el combate disparando una lluvia de dardos sobre el enemigo para debilitarlo, y al agotárseles entablaban el combate cuerpo a cuerpo. Por lo que dicha unidad de guerreros debía ser bastante flexible, brindando una superioridad táctica al ejército tolteca. Hassig (íbidem, 113-114) apunta que las fuerzas principales toltecas estaban integradas por este tipo de infantería ligera, en detrimento de los lanceros pesados, que dominaban normalmente los ejércitos mesoamericanos. Es importante recalcar que algunos sistemas militares pudieron poseer las llamadas castas de guerreros, conocidas también como órdenes militares, que son grupos de combatientes de élite que se distinguen del resto del ejército y a los que por lo general se accede por mérito o por filiación (Tax, 1968: Turney-High, 1991: 14 86, 90). Se ha propuesto que en algunos ejércitos mesoamericanos se desarrollaron estos sistemas de órdenes militares. El mejor conocido fue el mexica, donde se distinguen los guerreros jaguar y águila, mientras que el más temprano posiblemente fue el teotihuacano, en el que García-Des Lauriers (2000) distingue guerreros con tocado de mariposa, coyote, felino, águila y Tláloc. En el atuendo de los guerreros tolteca de élite en los pilares de la Pirámide B, dos posibles castas militares o de filiación han sido identificadas por Elizabeth Jiménez (2021) por el elemento que decora el tocado de la cabeza de los personajes: un pequeño pájaro descendente (xiuhtótotl) y los que portan casco en forma de cabeza de ave. Lo más relevante es que comparten el mismo sistema de armamento, lo cual refleja la inexistencia de unidades específicas especializadas por orden militar. Toda esta tradición escultórica enfocada en el ámbito bélico, refleja una organización militar mucho más especializada que la del Clásico maya, por lo que se podría considerar que el ejército tolteca estaba formado por individuos mucho más profesionalizados; al menos todos los jefes de guerra, siendo los demás combatientes semi- profesionalizados. En cuanto al tamaño del ejército tolteca, Ross Hassig (1992: 114-115) considera que en su época de apogeo pudo haber estado conformado de 7,500 a 13,000 efectivos, con una edad entre los veinte a cincuenta años de edad; inclusive pudo doblar su número con las poblaciones aledañas sujetas a Tula. El autor especula que el sistema militar meritocrático tolteca plausiblemente les permitía crear ejércitos numerosos, en comparación de las sociedades aristocráticas como la maya, que limitaban a la población en general su ascenso a los cargos altos 15 (Hassig 1992: 113-114). Basado en los datos anteriores es posible considerar que la táctica, la estrategia, el armamento y hasta el “modo” de hacer la guerra de los Mayas del norte de Yucatán era muy distinto al que traerían los Toltecas a inicios del siglo X. AGRUPACIONES DE GUERREROS EN EL ARTE DE CHICHÉN ITZÁ A continuación, trataremos de entender la composición de grupos militares en el Chichen Tolteca con ejemplos de su etapa temprana, utilizando iconografía de varios edificios que cuentan con representaciones de congregaciones de personajes armados o “guerreros”, especialmente del Templo Inferior de Jaguares. Por su posición como subestructura del Gran Juego de Pelota, consideramos que este edificio corresponde a una etapa temprana del estilo Tolteca, fechando posiblemente ca. 950/970 d.C. Divididos en cinco registros horizontales, los relieves de este edificio muestran un gran ritual público con procesiones de personajes (mayormente armados) convergiendo en torno a una escena central alrededor de una caja de ofrendas, en la que se conjura a la Serpiente Emplumada (Figura 1). Existen pocas interpretaciones generales de la escena. Para Schele y Mathews (1998:213-226) se trata de una conmemoración que tiene relación con el mito de la Creación, destacando vínculos con creencias mayas del periodo Clásico. Otros autores se han basado en estos relieves para entender la organización política del sitio y el debate iniciado por Miller (1977; ver Baudez y Latsanopoulos 2010) sobre la identidad de los dos personajes principales, conocidos usualmente como Capitán Disco Solar y Capitán Serpiente, sigue latente. Más allá del sentido general de la escena, 16 interpretar los relieves en profundidad no es tarea sencilla, dado el gran número de personajes representados, conservándose la evidencia de 87 individuos, aunque el número original debió superar la centena. En vez de enfocarnos en la identidad de personajes principales, que ocupan el centro de la escena y que se encuentran bastante bien caracterizados (Miller 1977, Schele y Mathews 1998, Ringle 2009, Baudez y Latsanopoulos 2010; Biro y Pérez de Heredia 2021), en este ensayo examinamos los posibles grupos militares que parecen estar agrupados en los relieves, incluyendo los personajes secundarios, o de menor rango. Para nuestra discusión, proponemos que, mientras los glifos asociados a algunos personajes son nominales7, información adicional acerca del grupo al que pertenece el personaje es proporcionada por los elementos principales del atuendo, que contienen datos acerca del linaje, oficio, o sodalidad militar o religiosa a la que pertenezca el sujeto. En la versión más sintética de los personajes de Chichén Itzá, que puede encontrarse en las figuras atlantes, vemos que los atributos más importantes son, en este orden: tocados, pectorales, faldellines y calzado, que son aquí suficientes para determinar la identidad del personaje representado. El tocado es el identificador principal, y así proponemos que los llamados guerreros de los relieves Chichén Itzá pueden agruparse de acuerdo a los tocados de esta manera: 7 En Tula, de acuerdo a Jiménez (2021: 159), los glifos parecen representar nombres personales en náhuatl, otomí u otro idioma de la región, pero también pueden referirse a otras cosas al mismo tiempo: su título, función o posición, rango militar o procedencia. 17 1. Los guerreros con Xiuhtototl (Pájaro de Turquesa), que se caracterizan por el pequeño pájaro azul en su tocado. 2. Los guerreros con Mariposa de Turquesa, con este elemento en el tocado. 3. Los guerreros con Aztaxelli, un tocado o casquete con dos plumas. 4. Los guerreros “Mayas”, con tocados comunes del Clásico Tardío y Terminal. Figura 1. Parte central de los relieves del muro oeste del Templo Inferior de Jaguares, mostrando registros B-E (dibujo modificado de Linda Schele 1998). En azul oscuro los guerreros Xiuhtototl, en azul claro los Mariposa de Turquesa, y en rojo los Aztaxelli. 18 XIUHTOTOTL, LOS GUERREROS DEL PÁJARO DE TURQUESA Ya Alfred Tozzer (1930) advirtió la prominencia de los personajes que portan en el frente de sus tocados el Xiuhtototl, o Pájaro de Turquesa (Figura 2), la característica ave descendente de algunos guerreros en Tula y en Chichén Itza, que ha sido identificada con el cotinga, un pequeño pájaro de color azul turquesa. La palabra xiu aparece en el habla yucateca con un significado de “hierba en general”, así como de “esparcir flores u hojas”8, pero es una palabra de origen nahua, xihuitl, voz que se traduce por turquesa, fuego, hierba y año; como adjetivo significa ‘precioso’ y es utilizado para referirse al sustento, a los niños y al poder de los gobernantes (Izeki, 2008). Relacionados con el concepto de xihuitl se encuentran los seres sobrenaturales Xiuhcoatl, la Serpiente de Fuego y Xiuhtecuhtli (Señor del Fuego, también llamado Señor Turquesa, Señor de los Años). Representacionesde estos pájaros xiuhtototl aparecen primero en Chichén Itzá en el Disco del Caracol en 932 asociado a la llegada de los Toltecas (Bíró y Pérez de Heredia 2016), siendo después comunes en la iconografía de la ciudad. Durante el periodo Postclásico Temprano estos guerreros con el tocado del xiuhtototl aparecen como un grupo principal y separado de otros, como es sumamente aparente en el Templo Inferior de Jaguares (Figura 1, registro C, en azul oscuro), y parecen haber estado encabezados por un líder, al que denominamos Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl, que está representado con un gran tocado de plumas multicolores y falda de 8 Barrera Vásquez et al., Diccionario Maya Cordemex, 946. 19 serpientes en el Templo Inferior de Jaguares (Figura 2a), y que también aparece en el Castillo y en el Templo Norte del Gran Juego de Pelota, entre otros edificios. Detrás de este aparece otro personaje con tocado xiuhtototl y sandalias con serpientes anudadas, que parece ser el segundo al mando de este grupo y al que denominamos Jefe Secundario de Guerra Xiuhtototl. Figura 2. a: Personajes con el xiuhtototl en el Templo Inferior de Jaguares (Breton 1907); b: Ave Cotinga; c: Pilastra 6 del Templo del Chacmool (Morris et al, 1931); d: Banqueta del Chacmool (Schele 1998). 20 En los relieves del Templo del Chacmool, personajes con el pájaro de turquesa ocupan los cuatro lados de una de las pilastras principales, la pilastra 6, donde aparece nuevamente el Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl con falda de serpientes y cascabeles en el lado norte (Figura 2c), mientras en el lado este aparece retratado su segundo, el Jefe Secundario de Guerra Xiuhtototl9. En suma, el Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl ocupa un lugar prominente en los relieves murales y en las columnatas, tanto por su posición central como por encabezar un contingente, y parece haber estado asistido por otro personaje prominente al cual denominamos Jefe Secundario de Guerra Xiuhtototl quien le sigue en las procesiones, mientras el resto de personajes con el tocado del pájaro de turquesa parecen ser capitanes de similar rango y se localizan en lugares menos prominentes que los dos líderes (asumiendo que todos los personajes representados eran, al menos, capitanes de hombres). Siguiendo a Morris (1931:245), quien relaciona los pájaros azules como escudo de la familia Xiu, Kristan-Graham (1989: 132-134), identificó a los portadores del xiuhtototl con este linaje del norte de Yucatán en tiempos coloniales. En un trabajo reciente, hemos coincidido que el grupo Tutulxiu, o Xiu de las crónicas, que era el gran enemigo de los Cocom a la llegada de los españoles, posiblemente representa a los descendientes de esos primeros toltecas con tocado xiuhtototl de Chichén Itzá, quienes se identificarían entonces con el grupo que denominamos los 9 Aunque hemos asignado estos sobrenombres provisionales de Jefe Principal y Jefe Secundario de Guerra para referirnos al a los dos más altos líderes militares de cada grupo, no estamos satisfechos con ellos y admitimos que han de proponerse alternativas más adecuadas. 21 Toltecas. Este grupo es de los que mejor representan un contingente militar del altiplano de México en Chichén Itzá, por sus claras diferencias de vestimenta y armamento con los patrones del Clásico Maya, junto con los guerreros de mariposa de turquesa que examinaremos a continuación. LOS GUERREROS DE MARIPOSA DE TURQUESA Frente al grupo de los Xiuhtototl en el registro C del Templo Inferior de Jaguares aparecen dos personajes con tocado y pectoral de Mariposa de Turquesa (Figura 3). Es notable que los personajes Xiuhtototl y Mariposa de Turquesa comparten también el pilar 2 de la Pirámide B de Tula Hidalgo (Figura 7). Es importante notar que otros personajes en los relieves portan pectorales de mariposa de turquesa, pero no en los tocados. También es aparente que la gran mayoría de los 12 personajes con adornos de mariposa de turquesa se localizan en el lado norte de los relieves (Figura 1, en azul claro). En el lado norte del registro C, el atuendo del primer personaje de este grupo, a quien denominamos Jefe Principal de Guerra Mariposa de Turquesa (Figura 3), se compone de: un tocado de mariposa de turquesa sobre un yelmo, coronado por un arreglo de plumas formando un abanico del que surgen dos grupos de plumas largas verdes de quetzal; atlatl y dardos, protector lumbar, braza de algodón, bezote tipo tolteca y orejeras circulares. Como distinción adicional, el Jefe Principal de Guerra Mariposa de Turquesa presenta ataduras del calzado en forma de serpientes de cascabel. Los colores del tocado son claramente visibles en la subestructura del Templo de las Mesas (Figura 3c), con un abanico de plumas azules de punta blanca y todos los demás adornos de turquesa. Es notable que la vírgula del canto del Jefe 22 Principal de Guerra Mariposa en el Templo Inferior de Jaguares adopta la forma de una serpiente Xiuhcoatl (Figura 3a), igual al canto del personaje llamado Escudo Solar en el mismo relieve (Figura 1). Otra representación notable de este grupo de tocados con mariposa de turquesa ocurre en la extensión al este del Tzompantli (Figura 3b). Aquí, los personajes son todos similares y repiten el atuendo del Jefe Principal de Guerra Mariposa de Turquesa (a excepción del pectoral). No obstante, en este monumento muestran piernas esqueléticas y porta cada uno la cabeza de un decapitado. La mariposa de turquesa como pectoral es bastante común en el arte de Chichén Itzá, y es indistintamente usada por el grupo Cocom y el grupo Xiuhtototl. Seis de los 14 personajes Cocom representados en el Templo Superior de Jaguares tienen pectoral de mariposa de turquesa, y sólo uno, llamado Ekmay Cocom, porta la mariposa en el tocado (Pérez de Heredia y Bíró 2020:46, Fig. 8). Aunque el pectoral de mariposa es también común en el templo del Chacmool y en el Templo de los Guerreros, en el primero no se ha conservado ningún ejemplo de tocado de mariposa de turquesa, y el personaje con sandalias de serpiente tampoco parece estar representado (solamente encontramos un posible caso en la Columnata Noreste donde un Tlaloc porta este tipo de calzado). De acuerdo a Sahagún, los guerreros fallecidos que se unían al sol se transformaban en pájaros y mariposas, lo que llevó a Seler (1990–1998:III:102, IV:9, V:39) a proponer que las mariposas representaban las almas de los guerreros muertos, un argumento ampliamente aceptado (Berlo 1983b, 1984), mientras que Kubler (1961) y von Winning (1987) las asocian con los muertos en general. 23 - Figura 3. Guerreros de Mariposa de Turquesa. a: Templo Inferior de Jaguares (Maudslay 1902; b: Tzompantli (Greene R.); c: Subestructura del Templo de las Mesas (Foto Eduardo Pérez de Heredia); d. Teotihuacan, máscara de cerámica (dibujo de Jenni Bongard basada en Berlin y Pasztory 1993, cat. 74); e: Tula, espalda de atlante (Foto Eduardo Pérez de Heredia). 24 Según Annabel Headrick (2006:125), un cierto segmento de la sociedad teotihuacana, presuntamente un grupo militar, usaba como narigueras una placa en forma esquemática de mariposa (Figura 3d). Los anteojos de los guerreros y mariposas asociarían indudablemente a estas figuras con el dios Tlaloc, según esta autora (Headrick 2006: 126). En Tula (Figura 3e) se ha asociado a la mariposa con la diosa Itzpapálotl, "Mariposa de obsidiana", y con la diosa Cihuacóatl (Jiménez 2021: 158). LOS GUERREROS AZTAXELLI El tercer grupo discernible de guerreros en base a sus tocados e insignias es el de los Aztaxelli. En las jambas del Templo Superior de Jaguares, los personajes, aunque comparten el uniforme de guerrerotolteca (atlatl, dardos, espejo trasero y protector de brazo), se distinguen por portar un tocado de casquete con dos plumas, identificado por William Ringle (2009) como el aztaxelli de los aztecas, que se vincula con el dios de la caza Mixcoatl. Todos ellos presentan un glifo a la altura de su cabeza. En un trabajo reciente, los dos primeros autores han identificado a estos “guerreros” del Templo Superior de Jaguares como sucesivos líderes del linaje Cocom, un grupo prominente durante el reinado de Kakupakal, cuando ocupaban cargos de impartición de justicia y en las fuerzas armadas (Pérez de Heredia y Bíró 2020). Yajawal Cho Cocom fue un importante personaje en el reino de Kakupakal, donde podría haber actuado como oidor y juez, aparte de ser, de acuerdo a sus títulos, b’ah te’ “primera lanza” del rey (Pérez de Heredia y Bíró 2020:58-65). Tras la llegada de los Toltecas, este linaje parece haberse integrado al nuevo sistema de gobierno de manera independiente de los otros linajes mayas. En estos relieves se 25 ha podido descifrar, con ayuda de la lista de los gobernantes Cocom que aparece en documentos coloniales de la colección Willard, que se trata de 14 glifos nominales de líderes del grupo Cocom. Estos son: Ek, Ekmay, H’kin, Kan, Dzaay, Hooch, Kuh, Edz, Chuh, Chuc, Lobedz, Zi, Keuel y Mehen (Pérez de Heredia y Bíró 2020). Figura 4. Líderes Aztaxelli en el Templo Superior de Jaguares (Dibujos de Matthew Looper). 26 Personajes con tocado aztaxelli aparecen en otros contextos de Chichén Itzá, como el registro D del Templo Inferior de Jaguares (Figura 1, en rojo), donde el líder de este grupo, que denominamos provisionalmente Jefe Principal de Guerra Aztaxelli, adopta la forma de serpiente supernatural del Mixcoatl, o también en las jambas de la puerta oeste del Castillo (Ringle 2009). El papel de los Cocom por su número en los relieves con escenas de ceremonias es relevante, pero no sobresaliente. También aparecen en los murales pictóricos del Templo Superior de Jaguares en varias actividades bélicas, separados de otros grupos, reforzando la idea de que eran un grupo militar discreto. Es interesante que los Cocom son un grupo fundador de la ciudad durante el Clásico Tardío, apareciendo en los dinteles del Bebedero y del Akabdzib durante el siglo IX (Pérez de Heredia y Bíró 2020). El conocido personaje Yajawal Cho Kokom contaba con su propio edificio, el Akabdzib, y posiblemente poseía las dos rejolladas junto a las que se encuentra este edificio. A la llegada de los toltecas, los Cocom parecen haber mantenido este carácter de ser un grupo aparte, pero adoptando en gran medida la vestimenta militar de los recién llegados. LOS GUERREROS “MAYAS” Un último grupo de personajes armados también se distingue de los anteriores por su atavío, ya que en este caso continúa acorde con las tradiciones mayas del Clásico Terminal del Norte de Yucatán. Este grupo, que denominamos tentativamente Guerreros “Mayas”, se caracteriza por utilizar sombreros de plataforma ancha que soportan máscaras de deidades mayas o grandes penachos de plumas (Figura 5). Al contrario que los guerreros toltecas, ninguno porta atlatl ni 27 dardos, sino lanzas o mazas, y, en algunos casos, escudos. La mayoría lleva máscaras faciales de deidades mayas como Chaak, K’awil, y otras de aves. Es también característica de este grupo la nariguera tubular y una especie de toca, hecha de cuentas verdes rectangulares que cae hasta los hombros. Los faldellines son mucho más elaborados que los de los de los guerreros de tipo tolteca que hemos examinado. Además de las máscaras, sus otros adornos, como collares, orejeras, ajorcas, brazaletes etc., son mayormente de jade en vez de turquesa. En ocasiones presentan calzado atado con cintas a la pierna. Otra característica es que no presentan normalmente glifos nominales, a excepción de la banqueta del Templo del Chacmool (Figura 5b). Estos personajes de tipo maya clásico no se identifican inmediatamente en el Templo Inferior de Jaguares, excepto quizás por los rasgos mayas clásicos del personaje en el trono de jaguar, el príncipe heredero y los personajes frente al Sacerdote Quetzalcóatl, pero sí aparecen prominentemente en el Templo del Chacmool (Figura 5) y en el Templo de los Guerreros, así como en la banqueta de la Columnata Noreste, donde encabezan las procesiones de los lados norte y sur. Los guerreros con atuendo maya no aparecen claramente en los murales de batallas del Templo Superior de Jaguares, pero su presencia es importante en la banqueta del Templo de los Guerreros, que muestra a varios guerreros con tocado de Chaac en una especie de consejo y sentados sobre tronos (Figura 5b), lo que indica que su importancia, aunque quizás menor en asuntos militares, era notoria en los asuntos del gobierno de la ciudad. Por otro lado, los diferentes personajes que conforman el contingente de guerreros mayas en el Templo del Chacmool aparecen 28 recurrentemente en otros monumentos, lo que indica que cada personaje representaría un oficio, y que quizás existiría una relación de rango al interior del grupo. No deberíamos juzgar la importancia del contingente maya en el ejército de Chichén Itzá por su escasa representación en los relieves, dado que la aportación de la población local maya debió formar el grueso del ejército, al ser la mayoritaria de la ciudad. Figura 5. Guerreros “Mayas”. a: Templo del Chacmool, Pilastras 5 y 6 (en Morris 1931). b: Banqueta del Templo del Chac Mool (Schele 1998); 29 LAS ORDENES MILITARES EN CHICHÉN ITZÁ William Ringle y George Bey (2010) han propuesto que, junto con el estilo que aquí denominamos Tolteca, se expresa una nueva forma de control político, ejercida a través de la formación de cofradías o sodalidades militares y la proliferación de rangos, lo que se refleja en el énfasis en los detalles de los atuendos e insignias. Aquí hemos mostrado que, en efecto, en las escenas talladas en relieve, la disposición y distribución de las diferentes clases de vestimenta de los guerreros del Chichén Tolteca está basado en el orden y la jerarquía militar, y que podría revelar un sistema de al menos cuatro grupos militares principales que denominamos de manera tentativa: Xiuhtototl, Mariposa, Aztaxelli y Maya. Otra cuestión es saber si estas divisiones cruzan o refuerzan otro tipo de divisiones sociales, a lo largo de líneas étnicas, de patrilinaje o pertenencia a casas de la nobleza. Es decir, si para pertenecer al grupo de los Xiuhtototl era necesaria una ascendencia tolteca, o en el caso de los Aztaxelli, un guerrero debía pertenecer primero al linaje Cocom. En el caso de los Cocom, sabemos que en su origen está un patrilinaje del siglo IX. Si los Xiuhtototl de Chichén Itzá son antecesores de los Xiu de Mayapan, estaríamos ante otro caso en que la orden militar estaría también dominada por un patrilinaje. Es lógico pensar que el grupo de guerreros con lanzas, hachas y atuendos mayas estaría conformado por los linajes gobernantes del Clásico Terminal, como los Canek y los Cupul, incluyendo a la Casa Real y sus deudos. Esto plantea la pregunta de si los guerreros de Mariposa de Turquesa eran miembros de una división de patrilinaje o se asemejaban más al ejército de los 30 plebeyos de los aztecas. No existe al momento ninguna indicación de lo primero, lo que hace necesario explorar la segunda posibilidad más a detalle. Recordemos que el uso de la mariposa de turquesa se asocia tanto a guerreros Xiuhtotol como Cocom, pero nunca es portada por guerreros mayas. No obstante, debemos considerar que los guerreros mariposa son toltecas en origen, pues aparecen en Tula, y son de los más importantes, pues fueron representados en los Atlantes en la ciudad del Altiplano. Figura 6. El Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl y el Jefe Principalde Guerra Mariposa de Turquesa en el Templo Inferior de Jaguares. a: Registro C; b: Registro E (Maudslay 1902). 31 Es muy interesante que el Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl y el Jefe Principal de Guerra Mariposa aparecen representados por duplicado en los relieves del Templo Inferior de Jaguares (Figura 6): la primera vez confrontados en el registro C, y la segunda en fila ante el rey sentado en el trono del Registro E. Sin embargo, la diferencia es que en el segundo caso aparecen como personajes radiantes (rodeados de rayos), y podría ser, si el rey sentado en el trono es la deidad solar, que representen a personajes ya fallecidos. La otra posibilidad, que consideramos más probable, es que se trata de los mismos personajes en diferentes ceremonias, lo que separaría al Registro D de los registros B y C. COMPARACION CON OTROS CASOS DE MESOAMERICA Un reciente trabajo sobre las órdenes militares de Chichén Itzá, enfocado en los relieves del Templo de los Paneles Esculpidos, presentado por Claude Baudez y Nicolas Latsanopoulos (2010) se ha enfocado en la supuesta existencia de órdenes militares de Águilas y Jaguares similares a las reportadas para los aztecas. Ellos plantean que los temas principales de la iconografía del Templo de los Paneles se refieren al entrenamiento de los guerreros jaguar y su destino después de la muerte en el campo de batalla o en el altar de sacrificios (2010:14). En su intento por estudiar la existencia e importancia de órdenes militares comparables a las de Teotihuacán y a las de los caballeros aztecas del sol, ellos encuentran evidencia de que el jaguar aparece como el emblema militar más frecuentemente exhibido en la iconografía de Chichén Itzá, donde se asocia con el poder en la forma de tronos en forma felina. Además, destacan las representaciones de jaguares en la Plataforma de Águilas y Jaguares, en el Templo de las Grandes Mesas, en las fachadas de la 32 subestructura del Castillo y del Templo de los Jaguares y en las columnas talladas del Templo de las Columnas de Jaguares Atlantes. Las aves ocupan el segundo lugar en importancia después de los jaguares, como en la Plataforma de Águilas y Jaguares, en el altar de la galería del Mercado, y en la pirámide del Osario (Baudez y Latsanopoulos 2010:17). En un principio, Clara Millon (1988) sugirió que en Teotihuacán existieron órdenes militares similares a las órdenes de águilas y jaguares entre los aztecas, poniendo como ejemplo la vasija de Las Colimas. Aquí las ordenes principales serían, tomando en cuenta sus tocados, la de los guerreros caninos (jaguar/puma) y los guerreros pájaros, mientras en las pinturas de Teotihuacan se han propuesto cuatro órdenes principales: pájaro, canino, serpiente y felino (Headrick 2006:87). En cambio, en el mismo sitio, Claudia García-Des Lauriers (2000) identificó las siguientes castas militares: mariposa, coyote, felino, águila y Tláloc. También se asume la existencia de ordenes similares en otros sitios del Clásico Terminal y Postclásico Temprano, como Xochicalco, Tajín e incluso en el arte del Clásico Tardío maya, bajo el argumento de que las elaboradas vestimentas militares parecen sugerir la existencia de órdenes guerreras (Hassig, 1992:95), pero dicha aseveración es muy aventurada por la falta de suficientes evidencias. Es inevitable tener que comparar el patrón mostrado en Chichén Itzá con el de Tula, en especial con los pilares de la Pirámide B, que muestran casi a los mismos personajes que los pilares del Templo de Chacmool (Figura 7). Para Mastache et al. (2002: 104-105) los personajes de los pilares de la Pirámide B representan dos jerarquías diferentes: la primera, en el registro inferior, formada por 33 reyes o gobernantes que se distinguen por presentar glifos sobre la cabeza, mientras los que carecen de ellos en el registro superior representarían élites secundarias de alto rango, similares al cihuacoatl de los aztecas. Otra interpretación diferente corresponde a Cynthia Kristan-Graham (1989: 315-317), según la cual los pilares representarían parejas de gobernantes: el actual y su antecesor. Más reciente aun es la propuesta de Elizabeth Jiménez, que distingue entre todos a un personaje (Señor Papagayo) como el gobernante que comisionó los monumentos, mientras el resto serían una secuencia de gobernantes con glifos, y otros aún serian gobernantes sin glifos representando dioses (Jiménez 2021: 163). Finalmente, en el caso de los aztecas, conocemos por las fuentes coloniales de la existencia de las ordenes de águilas y jaguares compuestas de soldados nobles veteranos. Sobre esta había otras órdenes superiores, la de los rapados o tonsurados y la de los otomíes, y la pertenencia a ellas requería de mayor numero de cautivos y hazañas (Hassig 1992:142). Nuestra opinión acerca de la existencia de estas órdenes militares en la iconografía de Chichén Itzá es la siguiente: aun aceptando la importancia de águilas y jaguares en algunos contextos, las representaciones de esos animales son muy escasas en la indumentaria de los guerreros de Chichén Itzá. Ciertamente hay un guerrero con tocado de cánido o felino que aparece de manera aislada en las escenas, pero este rasgo no es compartido por otros en la misma escena. Además, se encuentran los pectorales de jaguar, pero estos son muy infrecuentes, y hasta 34 donde podemos observar, parecen compartidos por Aztaxelli y Xiuhtototl sin distinción.10 Lo mismo puede decirse de la presencia de águilas o aves en los atuendos de los personajes de Chichén Itzá. Aunque se conocen varias de ellas, como los personajes ataviados como aves en el Templo Norte, o en la Columnata Noreste; sin embargo, su presencia es aislada, y no se reproduce en otros miembros de la misma escena, por lo que es difícil identificarlos como un grupo militar aparte. Sin embargo, esto no significa que tales órdenes castrenses no puedan haber existido en Chichén Itzá. Debemos preguntarnos si, en el caso de que contáramos únicamente con la iconografía azteca conocida, seriamos capaces de determinar la existencia de una orden de águilas y jaguares en Tenochtitlan, sin recurrir a las fuentes escritas coloniales, que informan gran parte del conocimiento que tenemos de los mexica. La respuesta es: muy posiblemente no. En suma, pensamos que la evidencia de órdenes de Águilas y Jaguares en Mesoamérica, aparte de los aztecas, es muy endeble, y es casi inexistente en Chichén Itzá, donde otras divisiones entre los guerreros son más aparentes. Por último, queremos resaltar la íntima relación que los cargos militares examinados tienen con diferentes deidades, manifestándose generalmente en los tocados y algunos otros elementos. Por ejemplo, bajo la categoría de Guerreros “Mayas” encuadramos aquellos que en sus tocados portan deidades mayas como Chaak. 10 El pectoral de cánido en el codice Magliabechiano f. 72r. es llamado xolocozcatl, relacionándolo con el dios Xolotl. 35 Figura 7. Pilastras con personajes en Tula (Jiménez 2021). 36 De igual manera que el gobernante se identificaba con la deidad solar y el sacerdote principal lo hacía con Quetzalcoatl, el Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl representa a Xiuhtecuhtli, dios del Fuego, el Jefe Principal de Guerra Mariposa a la deidad Itzpapalotl, el Jefe Principal de Guerra Aztaxelli al dios Mixcoatl y otros a Tlaloc, Mictlantecuhtli o Tezcatlipoca. Esto es interesante porque cada una de estas deidades tenía una contraparte animal. Así águilas y jaguares son aspectos de la deidad solar, Venus es una serpiente emplumada, Itzpapalotl una mariposa, y Xiuhtecuhtli se representa con un ave turquesa, la cotinga. Es posible pues que las órdenes militares en Mesoamérica estuvieron también agrupadas a través de líneas de culto religioso.Aunque las ordenes de Águilas y Jaguares en Chichén Itzá son muy tenues, no puede negarse la semejanza entre los dos ejemplos de que las órdenes militares más importantes en ambos casos eran solares, dado que águilas y jaguares, como pájaros y mariposas se asocian con el sol. De esta manera todos los guerreros representados pertenecerían a alguna de las divisiones mencionadas, pero también estarían agrupados bajo la advocación de deidades particulares del panteón disponible, tanto maya como tolteca. CONCLUSIONES Partimos del presupuesto inicial en este trabajo de que los relieves narrativos principales de Chichén Itzá reflejan las estructuras que gobernaban la vida política y social de la ciudad. De acuerdo a la iconografía examinada, el ejército de Chichén Itzá estaba dividido en dos grandes particiones, los Xiuhtototl y los Mariposa de Turquesa, al frente de cada cual había un líder al que provisionalmente 37 denominamos Jefe Principal de Guerra, ayudado por un segundo a quien denominamos Jefe Secundario de Guerra. Estos son quizás comparables a los cargos mexica de tlacatecuhtli y tlacatecatl por un lado, formado por nobles, y por el otro el tlacochtecuhtli y el tlacochcacatl, quienes representaban la escuela militar de la gente del común. Dos grupos militares representados de manera secundaria, los Aztaxelli y los “Mayas”, complementaban el ejército de Chichén Itzá, a cuyo frente se encontraba el Gobernante como comandante general. El resto de las decenas de personajes representados en los relieves debieron haber sido al menos jefes de guerra (capitanes de hombres) o guerreros muy destacados. Sin duda, la realidad debió ser mucho más compleja, y agrupaciones de menor tamaño o rango también pueden haber existido, según indicarían algunos atuendos, como el tocado de águila y de jaguar, el tocado de ‘tiara de obispo’ (llamado entre los aztecas xiuhuitzontli, que en Chichén Itzá es usada tanto por un Jefe Principal de Guerra Xiuhtototl y por un Jefe Principal de Guerra Aztaxelli). De especial interés son los guerreros del registro inferior del Templo Inferior de Jaguares, que hemos tratado en otro trabajo (Figura 8, Pérez de Heredia y Bíró en prensa 2024). Este registro inferior está formado por cuatro grupos de personajes que son únicamente asistentes al evento principal que ocurre arriba de ellos, y hacia el que sus líderes levantan la cabeza, pero no participan activamente en él, exceptuando por sus cánticos floridos (Figura 8). Pueden considerarse guerreros, por el hecho de portar armas, pero es muy notorio que no solamente sus armas son muy diferentes, como arpones, sino que también sus atavíos son distintos de los estereotipos de guerreros toltecas o mayas en Chichen Tolteca y que podrían 38 representar gobernantes/guerreros de otros lugares. Esta es la única ocasión en que estos personajes son representados en Chichén Itzá, pero abre la posibilidad también de la presencia de guerreros foráneos en la armada de la ciudad. Figura 8. Templo Inferior de Jaguares. Registro inferior del muro sur (Anne Hunter en Maudslay 1902). ¿En qué se parece y en qué se diferencia el sistema militar que vislumbramos en Chichén Itzá de aquel aparente en Tula y Tenochtitlan? Con respecto al primer caso, es en gran medida una copia de Tula, donde aparecen los estereotipos de guerrero Xiuhtototl, guerrero Mariposa y guerrero Aztaxelli, aparentemente como tres grandes divisiones, así como el armamento, parafernalia y seres sobrenaturales asociados. De Tula procede también la costumbre de los pilares con guerreros enmarcados arriba y abajo por seres sobrenaturales. La diferencia fundamental estriba en que las representaciones de Chichen Itza incluyen guerreros de origen maya, y las de Tula no. Aunque se ha propuesto que Tula era una sociedad multiétnica, en la iconografía no parecen distinguirse otros grupos comparables a los mayas. Con respecto al segundo caso, en Chichen Itza es apreciable una división binaria en dos grandes grupos, cada uno liderado por un primer jefe y un 39 segundo, que recuerdan el sistema de dos divisiones y cuatro cargos (tlacatecutli, tlacochtecutli, tlacateccatl y tlacochcalcatl) de los mexica. En ambos casos se habrían dado otras órdenes militares menores como los otomís entre los mexica, o los propios mayas en Chichen Itzá. BIBLIOGRAFIA Acuña, René. 1993 Bocabulario de Maya Than, Fuentes para el estudio de la cultura maya, No. 10. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Andrews V, E. Wyllis y Jeremy A. Sabloff 1986 “Classic to Postclassic: A Summary Discussion”, Late Lowland Maya Civilization: Classic to Postclassic. pp. 433-456, Jeremy A. Sabloff and E. Wyllys Andrews V (eds.). Albuquerque: University of New Mexico Press. Andrews, Anthony P. y Fernando Robles C. 1986 “A Review and Synthesis of Recent Postclassic Archaeology in Northern Yucatan”. Late Lowland Maya Civilization: Classic to Postclassic. pp. 53-98, Jeremy A. Sabloff and E. Wyllys Andrews V (eds.). Albuquerque: University of New Mexico Press. Anglim, Simon, Phyllis G. Jestice, Rob S. Rice, Scott M. 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