Logo Studenta

HISTORIA_MEDIEVAL_II_UCA

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

HISTORIA 
MEDIEVAL II 
 
 
 
 
 
 
 
 
24/05/2019 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
 
 
Tema 1. Europa Oriental. Bizancio y las redes de intercambio-------------------- P. 
Tema 2. Europa Occidental. Los reinos y los Imperios-------------------------------P. 
Tema 3. De la unidad a la fragmentación política en el Islam----------------------P. 
Tema 4. La expansión económica: ciudades y campos------------------------------P. 
Tema 5. Paisajes urbanos y paisajes rurales--------------------------------------------P. 
Tema 6. De la teocracia pontificia a la crisis del pontificado------------------------P. 
Tema 7. Los renacimientos culturales-----------------------------------------------------P. 
Tema 8. El final de la Edad Media: una problemática historiográfica--------------P. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tema 1. Europa Oriental. Bizancio y las redes de intercambio 
El Imperio Bizantino mantuvo desde su creación una importante influencia en todo el 
mediterráneo. 
En su historia tendrá períodos de expansión y pérdida de territorios. El renacimiento 
macedónico (867-1056) fue un período en el que se recuperó territorios perdidos ante 
los musulmanes. La incorporación a los pueblos eslavos a la órbita cultural y religiosa 
de Bizancio. 
Las relaciones con occidente empezaron a prever una ruptura definitiva con occidente 
desde la coronación de Carlomagno. Además se produjo el Cisma de Focio en el que el 
patriarca de Constantinopla y el papa de Roma se excomulgaron mutuamente, siendo 
este cisma breve, volviendo a la normalidad hacia 877. 
La ruptura definitiva se produjo en el 1054 cuando los teólogos latinos, en contra de la 
tradición de las iglesias orientales, asumían que el Espíritu Santo procedía no solo del 
Padre, sino también del hijo. Existían también desacuerdos en otros temas menores 
como el enfrentamiento por la primacía entre las dos antiguas capitales del Imperio. 
En la segunda mitad del siglo XI comenzó un período de crisis, marcado por su 
debilidad ante la aparición de dos poderos enemigos: los turcos selyúcidas y los reinos 
cristianos de la Europa Occidental. 
Los turcos selyúcidas empezaron a hacer incursiones en Asia Menor, acabando con la 
hegemonía bizantina en la zona. 
Los normandos expulsaron de Italia a los bizantinos. 
La primera cruzada también supondría un problema para los intereses del Imperio. Los 
cruzados se habían comprometido poner bajo la autoridad de Bizancio los territorios 
sometidos, pero establecieron varios Estados independientes en Antioquía, Edesa, 
Trípoli y Jerusalén. 
Los alemanes y normandos siguieron atacando el imperio durante el s. XII. El imperio 
se apoyó de las flotas de Venecia, Génova y Pisa, para combatir a sus enemigos, a 
cambio el emperador Alejo I había concedido derechos comerciales a estos. 
Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio, intentó conquista si éxito el 
Imperio durante la Tercera Cruzada. 
La cuarta Cruzada tenía en un principio la intención de conquistar el Egipto de 
Saladino. Los Bizantinos llegaron a apoyar con financiación y otros medios a los 
cruzados, pero estos con apoyo de los venecianos se volverían contra el Imperio y 
tomarían Constantinopla en el 1204. Dando origen al efímero Imperio latino (1204-
1261). 
Aparecieron tres Estados griegos herederos del Imperio bizantino que permanecieron 
fuera del Imperio Latino: Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y la tiranía del 
Epiro. 
El Imperio de Nicea, controlada por la Dinastía Paleólogo, reconquisto Constantinopla 
en 1261 y derrotó al Epiro. 
La historia del Imperio bizantino tras la reconquista se considera de una prolongada 
decadencia. Debía hacer frente al avance turco, los estados griegos y latinos en los 
Balcanes y además había dejado de ser la primera potencia naval ante los venecianos. 
La caída de Constantinopla finalmente se produjo después de un sitio de dos meses 
llevado a cabo por Mehmet II en 1453. 
 
Ahora analizaremos el Imperio Bizantino desde un punto de vista económico. 
El Imperio Bizantino se distinguía de cualquier otra formación político-social por su 
extraordinaria capacidad organizativa, una impresionante maquinaria administrativa, 
que se traducía en un importante ejército disciplinado. 
Bizancio, al igual que casi todos los estados pre modernos, fue ante todo un Imperio 
agrícola: su estructura económica básica se fundaba en sector agropecuario. 
Sin embargo, con la producción agrícola, nunca hubiera bastado para garantizar 
excedentes bastantes para sostener la inmensa estructura burocrática y militar. 
El instrumento esencial fue el comercio. 
El Imperio Bizantino, sin restarle importancia al sector agrícola, fue también un 
Imperio comercial, precisamente porque fue un imperio urbano. La propia 
supervivencia del Imperio dependió durante la mayor parte de su tiempo del 
superávit en la balanza comercial. 
El foco comercial se encontraba en la capital. Los comerciantes se reunían en 
organizaciones gremiales supervisados por el estado, como nos muestra el Libro del 
Prefecto promulgado en 911 en el nombre de León VI. 
El estado intervenía en la economía pretendiendo evitar la competencia, limitaba el 
precio de venta, protegía al consumidor, hacía controles sobre ciertos bienes y 
controlaba desde cerca los gremios. 
El sistema monetario bizantino adquirió una reputación incuestionable incluso hasta la 
época de la decadencia del Imperio. Por la lentitud de la circulación de las monedas 
bizantinas, que no era inferior a otras emisiones, se puede deducir una gran 
estabilidad de precios, al menos hasta el siglo XII. 
El desarrollo de la banca y el mercado de crédito fue un factor esencial para el éxito 
del comercio internacional de los bizantinos. Los hombres de negocios encontraros 
procedimientos por el cual crear concentraciones de capital necesarias y aprovecharla 
poniéndola a disposición de aquellos que fueran a utilizarlo para las grandes 
operaciones de comercio exterior. Desde Justiniano se había autorizado la práctica del 
préstamos con interés, siendo prohibida brevemente en el siglo IX debido a los abusos, 
pero tuvo que ser restablecida para sostener la actividad bancaria. 
El comercio internacional fue fundamentalmente un comercio marítimo. Desde sus 
inicios, el Imperio tuvo en cuenta el mar y sus oportunidades. La construcción naval, 
los astilleros, formaba parte del paisaje urbano de la ciudad bizantina. La marina 
comercial tenía su propio código de normas. Esta regulaba todos los temas jurídicos 
de la navegación comercial: responsabilidades, sueldos, etc. 
Hay que tener en cuenta que los viajes por mar eran peligrosos: los temporales, la 
piratería y los ladrones en los puertos (era frecuente el robo de anclas). Siendo 
ciertamente las inversiones bastante arriesgadas. 
Todo el siglo X estuvo marcado por los célebres tratados ruso-bizantinos. Los 
comerciantes de los Rus reunían sus barcos y descendían el Dniéper, en un viaje de seis 
semanas hasta llegar Constantinopla. Ahí los comerciantes venden y compran sus 
productos bajo el control del Prefecto de Constantinopla. Se trataba de un comercio 
de Estado a Estado. 
Con el mundo musulmán, las relaciones comerciales se reorganizaron. La ruta de la 
seda se vió cortada con la destrucción del Estado samánida. En el año 970 el 
emperador realizó un acuerdo con el emir de Alepo, siendo esta ciudad el principal 
mercado entre el mundo musulmán y el imperio bizantino. 
Alrededor del año 1000, Constantinopla se mantenía todavía como el gran emporio de 
Occidente. 
Para hacer frente a los normandos, hubieron de formar una alianza con las repúblicas 
italianas, que pusieron su flota al servicio del Imperio, a cambio de la concesión de 
establecimientos permanentes y de privilegios comerciales que arruinarían la 
industria y el comercio de Bizancio. 
El Imperio ya no dominaba el comercio marítimo entre Oriente y Occidente,y Venecia 
se las arregló para conseguir un puesto decisivo en ese domino desde el final del siglo 
XI. 
La actividad comercial bizantina estaba en su origen sometido a una reglamentación 
minuciosa, la de Venecia estaba casi libre de toda limitación administrativa 
(impuestos, tasas de estacionamiento, etc.). 
Venecia suministraba a Bizancio los productos de la Europa septentrional, e 
importaba allí los del Mediterráneo oriental. El Imperio se vio privado del beneficio de 
los intercambios y del tránsito de mercancías de las que había sido proveedor habitual. 
Manuel I retiró sus privilegios a Venecia en 1171. Desviada por Venecia en su 
beneficio, la Cuarta Cruzada restableció su dominación sobre el Mediterráneo oriental. 
Esto abrió un proceso que no pudo más que reducir los medios de un Estado 
desbordado por todas partes. 
La economía dirigida, el estatismo, que había producido la grandeza y éxito de la 
economía de Bizancio, desapareció para siempre. 
La industria y el comercio fueron desde entonces libres y los beneficios de esta libertad 
eran aprovechados por los extranjeros. 
Esto implicó una honda crisis financiera y la devaluación irresistible de la moneda. 
La devaluación de la moneda bizantina refleja el decremento comercial experimentado 
por el Imperio desde el final del siglo XI hasta el siglo XV. 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía 
Santos, Francisco Javier Andrés. "Notas sobre la regulación jurídica del comercio internacional 
del Imperio Bizantino." Historias del Orbis Terrarum 11 (2013): 15-49. 
2019, https://www.academia.edu/32622123/Imperio_Bizantino. Accessed 23 May 2019. 
 
Tema 2. Europa Occidental. Los reinos y los Imperios 
 
Contextualizando el período de la plena Edad Media (980-1280) en Escandinavia tenemos al 
principio del s. XI al gran rey Cnut, rey de los daneses e ingleses, qué también tenía territorios 
en noruega y mantenía una especie de protectorado en Suecia. A la muerte de Cnut sus 
posesiones se disolvieron tomando caminos independientes. 
En Inglaterra tras la muerte de Cnut el trono paso a una dinastía Sajona, en manos de Eduardo 
el Confesor. A la muerte de Eduardo hubo una lucha por la sucesión en la que se impuso el 
duque de Normandía, Guillermo el Conquistador. A la muerte de este Inglaterra y Normandía 
se dividieron entre sus dos hijos mayores, lo que llevaría a un conflicto entre ambos. El tercer 
hijo de Guillermo, Enrique I, por reinar en los territorios de su padre. A su muerte la disputa 
estuvo entre su sobrino y su hija, esposa del conde de Anjou. La victoria fue para estos últimos. 
El heredero, Enrique II, casado con Leonor de Aquitania, obtuvo el reino de Inglaterra y los 
territorios orientales del reino de Francia, lo que le llevaría a disputas con el rey Francés. 
En el año 987, Hugo Capeto, que era una especie de mayordomo de palacio, toma la corona 
del reino de Francia. Para el dominio real era muy reducido y encima cuando en 1066 
Guillermo el Conquistador toma la corona Inglesa se encuentra ante un vasallo con más poder 
que el propio rey, lo que lleva a los reyes de Francia a buscar alianzas entre sus vasallos en 
busca de un mayor control territorial. El objetivo de incrementar el dominio real y debilitar los 
grandes principados fue un éxito en el reinado de Felipe II Augusto (1180-1223), que en el año 
1214 venció a las tropas imperiales e inglesas y tomar el noroeste de Francia. A partir de 
entonces el progreso de control del territorio fue más acelerado, emprendiendo una auténtica 
cruzada hacia el sur, contra el Mid, aunque el verdadero conflicto fue contra el conde de 
Tolosa y sus aliados, entre ellos el rey de Aragón, con el que posteriormente tendrían 
conflictos ante Las Vísperas Sicilianas. Los éxitos permitieron al rey Luis IX realizar una cruzada 
en Egipto, la cual fracasó. Los reyes franceses del final de la plena Edad Media consiguieron 
mantener el dominio de Tolosa y conseguir una cierta tranquilidad para poder emprender 
campañas cruzadas, como Luis IX a Egipto. 
En Italia del norte estaba repartida en cuatro formaciones en cuyo frente se situaban las 
grandes ciudades: Génova, Florencia, Venecia y Milán. El norte se caracterizaba por un mundo 
urbano desarrollado y una burguesía artesanal y mercantil emergente. 
Al sur encontramos en el s. X a Sarracenos y Bizantinos, que sería expulsados por los 
Normandos que crearía el Reino de las Dos Sicilias. 
La historia del Imperio estuvo marcada por las pretensiones de los emperadores por mantener 
un papel hegemónico en la cristiandad como cabeza de la societas christiana, entrando por 
ello en conflicto con el Papa. Por otra parte tenían como objetivo crear un espacio político 
centralizado. Ambos objetivos fracasaron. El Imperio fue constantemente vencido por las 
fuerzas papales, destacando la derrota del emperador Federico I Barbarroja ante la Liga 
Lombarda, encabezada por Milán, aliada del papado. 
En las fronteras de la Europa cristiana encontramos a su vez tres grandes expansiones: la 
<<Reconquista>>, las cruzadas y la <<Marcha hacia el Este>>. 
La reconquista fue protagonizada por los hispano-cristianos y con participación de guerreros 
francos. 
Conquista dividida en cuatro etapas: 
- Aprovechamiento la crisis y extinción del califato de Córdoba. 
- Se enfrentan a los reinos de taifas. 
- Lucha contra el Imperio almohade, vencido en Las Navas de Tolosa (1212). 
- Conquista de Valencia y Murcia y el valle del Guadalquivir. 
El movimiento cruzado nació a finales del 1095 como una manifestación del intento de la 
Iglesia de la <<reforma gregoriana>> por encabezar los destinos de la Cristiandad latina. 
Estimulado por Urbano II con la intención de recuperar el sepulcro de Cristo que estaba en 
Jerusalén (en la que participó Carlos el Bueno) 
El primer resultado toma de Jerusalén en 1099, constituyéndose un reino latino y varios 
principados en manos de nobles en núcleos urbanos en Siria y Anatolia. 
En 1187 Saladino toma Jerusalén. Dio lugar a nuevas expediciones, pero se había perdido el 
espíritu cruzado y los conflictos entre los reyes que debían llevar a cabo la iniciativa impidió 
repetir el éxito de la primera cruzada. 
En 1291 Los musulmanes expulsaron a los francos de sus últimas posiciones en los puertos. 
Las cruzadas fueron importantes desde el punto de vista comercial e ideológico. Tuvieron poca 
transcendencia desde la perspectiva de una colonización. 
La marcha de los alemanes hacia el este había comenzado ya a finales del siglo VIII cuando 
Carlomagno intentó asegurar la frontera oriental de su Imperio. Tras la victoria de Otón ante el 
avance húngaro la expansión hacia el este dejó de ser prioridad de los reyes. 
La expansión a partir de entonces estaría en manos de misioneros y grandes nobles de los 
ducados alemanes orientales, en especial Sajonia. 
La colonización comenzó en una expansión a costa de los territorios eslavos. Posteriormente 
los príncipes alemanes y polacos estimularon la instalación de monasterios y campesinos. 
Entre el 1210 y 1240 el protagonismo le correspondió a los caballeros de la Orden Teutónica, 
ocupando lo que hoy seria Lituania, Letonia y Estonia. Siendo en 1240 frenados por el príncipe 
de Novgorod. 
La detención del avance no impidió el fortalecimiento de la colonización germana en las tierras 
controladas. 
En el dominio del Atlántico los protagonistas fueron los vikingos. En el mediterráneo 
dominaban los bizantinos, califatos y piratas sarracenos. 
[Texto] 
El notario Gualberto de Brujas narra en su Crónica el asesinato en 1217 de Carlos el Bueno, 
conde de Flandes. 
Flandes, en los siglos IX y X, era una región que había crecido rápidamente, donde existían 
importantes núcleos urbanos con destacadas actividades económicas, como la manufactura 
textil y el comercio. 
Vasallos del rey de Francia, aunque los condes se dedicaron a acrecentar sus territorios y 
aumentar sus poderes señoriales,aprovechando la situación de debilidad en que se 
encontraba la monarquía francesa. 
Contaban desde el siglo XI con la “paz condal”, que había reemplazado a la “paz de Dios” 
episcopal y les permitía combatir las infracciones cometidas en su territorio. Medidas 
pertenecientes al largo proceso de usurpación de los derechos reales. 
La burguesía había adquirido gran importancia y se veía protegida por un derecho urbano, que 
le concedía autonomía municipal e intervenía activamente en la conducción de los asuntos de 
la ciudad. Eran los “poderosos” que controlan el comercio y la industria. 
La sociedad se encontraba claramente diferenciada y jerarquizada, que distinguía a los libres 
de los que carecían de libertad: 
- Libre quien dependía únicamente del poder central, podía desplazarse, portar armas, 
disponer libremente de sus bienes, etc. 
- La servidumbre estaban bajo el poder de un señor, estaban sometido a las 
obligaciones del trabajo manual y pago de rentas características de la servidumbre. 
 
En 1119 los representantes reconocieron a Carlos el Bueno como conde de Flandes. 
En su gobierno impuso la paz de Dios en sus territorios. Movimiento iniciado a finales del siglo 
X en Francia, que buscaba proteger a las personas y los bienes de los débiles e indefensos de 
todos aquellos que tenían la fuerza. 
La participación de Carlos el Bueno en esos movimientos permitió fomentar el desarrollo e 
impulsar la prosperidad en sus dominios. 
Su buen gobierno fue motivo para que se le considerará candidato a la corona imperial 
germana y a la del reino de Jerusalén (la cual visitó en la primera cruzada), rechazando ambas 
prefiriendo seguir con su gobierno conocido por castigar a los infractores de las normas 
jurídicas y a ayudar a los más necesitados. 
Deseando restablecer el orden que debía existir en las sociedades flamencas en las que era 
fundamental el respeto a la paz y la justicia, consideró cual era el verdadero estatus jurídico de 
sus habitantes, especialmente de quienes ostentaban indebidamente la condición de libertad. 
Era una tarea difícil y peligrosa porque quienes habían logrado esa mejora de estatus jurídico 
se e encontraba en una poderosa familia, los Erembaldo, quienes ejercían importantes cargos. 
Estos ante el miedo de perder su poder realizaron un complot para asesinar al conde. Carlos el 
Bueno sería asesinado mientras rezaba en la Cuaresma. 
 
Tema 3. De la unidad a la fragmentación política en el Islam 
 
La historia del Islam entre los años 960 y 1260 podemos presentarla en dos grandes etapas: 
- 960-1055 el mundo islámico estaba dividido en tres grandes califatos: el Omeya de 
Córdoba, el Fatimí del Cairo y el Abbasí de Bagdad. 
 
- 1055-1260 el Islam se repartía en dos grandes ámbitos espaciales, oriental y 
occidental. 
 
En el 960-1055 el mundo islámico vivió la etapa final de lo que llamamos el Islam clásico. Una 
misma fe, con variadas interpretaciones, una misma lengua de cultura, el árabe, y una misma 
civilización de ciudades y relaciones mercantiles que continuaron identificando a millones de 
personas desde el océano Atlántico hasta más allá del río Indo. 
A finales del siglo X, los tres califatos se apoyaban en tres bases: el visarato, el ejército y la 
fiscalidad. 
 El visarato fue el régimen que hacía de su titular, el visir, jefe de la administración 
civil y militar mientras dejaba al califa relegado a la jefatura religiosa. 
 El ejército aumentó con la llegada de mercenarios y esclavos importados. En Al-
Ándalus, Almanzor contrató bereberes, negros y eslavos. En Bagdad contrataron 
mamelucos turcos y persas. 
 La fiscalidad buscó el aumento de ingresos para contentar a la tropa. Consistió en 
un incremento de los impuestos en las actividades comerciales en continuo 
crecimiento, un control en la producción de oro y el aumento del número de 
concesiones a propietarios del derecho de percibir los impuestos de los 
campesinos a cambio de que entregará al fisco califal el diezmo correspondiente. 
En el año 929 Abd-al-Rahman III se autoproclamó califa de Córdoba, creando así el Califato 
Omeya de Córdoba. Su autoridad no solo estuvo en la Península sino también sobre los 
bereberes del norte de África. 
La contratación de mercenarios bereberes y eslavos produjeron el agravamiento de la presión 
fiscal y a tensiones sociales. A su muerte en el 1002, el califato entro en un proceso de 
debilitamiento que dio paso a los reinos de taifas. Al frente de ellos se situaron gobernantes 
de origen andalusí, bereber y eslavo. 
Los reinos de taifas vivieron una etapa de riqueza y florecimiento intelectual. Sin embargo su 
debilidad militar fue aprovechada a mediados del siglo XI por los hispano-cristianos que 
intervinieron en los reinos musulmanes a los que comenzaron a explotar mediante tributos. 
En este período comienza la expansión almorávide, un movimiento religioso propagado por 
predicadores de la zona marroquí que había conseguido adeptos sobre todo entre los 
camelleros del Sahara. 
Emprendieron su expansión hacia el este para controlar la ruta transahariana del oro, el 
sureste para penetrar en el mundo negro, comenzando la islamización del mundo negro y 
hacia el norte, conquistando el Magreb occidental y Al-Ándalus. 
La primacía del componente guerrero en sus comportamientos contrastaba con las formas de 
vida de las regiones ocupadas. En especial, los antiguos reinos de taifas, donde pensadores 
solo pudieron sobrevivir al precio de disimular sus planteamientos filosóficos. 
Las expresiones de descontento y resistencia empezaron a multiplicarse. Por otro lado la 
presión bélica de los reinos hispano-cristianos comenzó a debilitar las bases militares del 
Imperio almorávide. 
Los almohades fueron los principales beneficiarios del debilitamiento del Imperio almorávide. 
Etimológicamente <<los predicadores de la unidad de Dios>>, como los anteriores, los 
almohades surgen como un movimiento religioso nacido también en el Atlas marroquí y 
difundido entre los bereberes, en este caso, mayoritariamente sedentarios. 
Su objetivo fue proponer una nueva forma de entender el mensaje del Islam, sustituyendo el 
rigorismo fanático y la literalidad de los almorávides por planteamientos teológicos y jurídicos 
en bases neoplatónicas. 
A mediados del siglo XII habían conquistado el imperio almorávide. La reconstrucción 
económica, política y religiosa bajo presupuestos más tolerantes tuvo importantes 
repercusiones. El fortalecimiento de la circulación mercantil. Se construyeron nuevas 
mezquitas, fortalezas o alcazabas. 
Los éxitos económicos, arquitectónicos e intelectuales de Imperio almohade no consiguieron 
evitar su caída. En 1212 la derrota en la batalla de las Navas de Tolosa hizo incontrolable el 
avance hispano-cristiano. Hacia 1260 el Imperio se dividió en cuatro reinos, solo 
permaneciendo en Al-Ándalus el reino Nazarí de Granada. 
 
 
 
Tema 4. La expansión económica: ciudades y campos 
 
David Abufalia en “Una historia humana del Mediterráneo” escribe una historia del 
Mediterráneo desde el 22.000 a.n.e. al 2010 d.n.e. contando con todos los pueblos “que se 
mojaron sus pies en sus aguas”. 
Para Abufalia la historia trata sobre los cambios a lo largo de la historia. Es importantísimo 
para su estudio ver un panorama general y a la vez una investigación exacta sobre segmento 
más pequeños, más precisos. 
Abufalia en una entrevista en El Cultural afirmó que un historiador debe tener en cuenta: el 
comercio, los simples hechos, las decisiones políticas concretas, la historia de la religión, tener 
en cuenta las decisiones individuales, no excederse en el determinismo ni dar un papel 
formativo extremo a la geografía física, “montañas y llanuras no explican realmente Lepanto” y 
también plantea el problema de las generalizaciones: la obviedad de información puede 
derivar en duda. 
Para él el gran determinante de la historia del Mediterráneo es el comercio: 
“El comercio haalimentado los gustos culturales de los individuos que habitaban las costas 
opuestas, ya que no sólo recibían las mercancías sino también las ideas […].” (Elcultural.com) 
Analizando la sociedad europea, ésta era una sociedad fundamentalmente rural. Hacia 1280, 
un mínimo de la población vivía en aldeas y la mitad de la establecida en las ciudades se 
dedicaba a actividades agrarias. 
La familia nuclear era el tipo dominante en Europa. Los grandes movimientos de roturación y 
repoblación propiciaron las emigraciones, las instalaciones en nuevas tierras ganadas al 
bosque y la marisma o en ciudades, y con ello, la disgregación de los grupos familiares más 
amplios. 
La imposición señorial tenía como objetivo fijar la población y beneficiarse del excedente de su 
fuerza productiva; resumiéndose en dominar tierras y hombres. 
Respecto a las ciudades, la división social del trabajo fue diferente en cada ciudad entre dos 
extremos posibles. En uno tenemos el predomino de la ganadería y la agricultura, frecuentes 
en la frontera. En el otro modelo de ciudad vemos una importante división del trabajo 
mercantil y artesanal, como en ciudades de Flandes o del norte de Italia. 
El aumento de los efectivos demográficos y el incremento de la capacidad de los señores para 
obtener excedentes agrarios fueron dos de los factores que animaron el renacer del comercio 
en la Europa del siglo XI. 
Aunque la producción agrícola era el sector principal de la economía, el instrumento esencial 
que proporcionaba un resultado destacable era el control del comercio. 
En el caso del Imperio Bizantino el control del comercio, mediante el dominio del mar 
mediterráneo le permitió subsistir y mantener una excelente y costosa administración y a un 
ejército que mantuviese las fronteras. Y uno de los factores de su decadencia fue el tener que 
renunciar al control de este al ceder derechos comerciales a Génova y Florencia, potenciando a 
estas. 
Si ponemos sobre la mesa las posturas de Robert Fossier, en El trabajo en la Edad Media, 
donde defiende el estudio de la importancia del hombre que vive de la tierra, y la postura de 
David Abufalia, que dan una gran importancia al comercio, no nos queda otra que admitir 
ambas. Como ya hemos dicho antes, el mundo rural es el mundo en el que vive la mayoría de 
la población y es indiscutible que para entender la sociedad Medieval no se puede prescindir 
de su estudio. A la vez debemos tener en cuenta el comercio como factor determinante en la 
hegemonía de los estados y lo que ello conlleva (luchas por el control del comercio por 
ejemplo) y como lazo de unión entre comunidades. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía 
Muñoz, José Ángel Sesma, and José Ángel García de Cortázar. Manual de historia medieval. 
Alianza Editorial, 2014, 192-202. 
Santos, Francisco Javier Andrés. "Notas sobre la regulación jurídica del comercio internacional 
del Imperio Bizantino." Historias del Orbis Terrarum 11 (2013): 15-49. 
"David Abulafia". Elcultural.Com, 2019, https://www.elcultural.com/revista/letras/David-
Abulafia/32787. 
https://www.elcultural.com/revista/letras/David-Abulafia/32787
https://www.elcultural.com/revista/letras/David-Abulafia/32787
Tema 5. Paisajes urbanos y paisajes rurales 
 
En la Alta Edad Media el en el arte el tema principal, casi único, era el religioso con un 
carácter dogmático. En la Baja Edad Media se produce un gran cambio social. 
La pintura mural estaba destinada a espacios con un amplio público. El sentido 
educativo se mantuvo cuando la pintura mural dio el salto al ámbito laico. 
En el 1300 y el 1350 la pintura italiana dominó el panorama europeo. Florencia y Siena 
mantenían la hegemonía artística en la Toscana. Ambas ciudades competían entre sí 
en el comercio, la política y el arte. 
Siena de un posible origen etrusco, durante la Edad Media sus habitantes se 
consideraban romanos. La catedral reflejaba el estatus de Siena como sede de un 
obispo que, a mediados del siglo XII, también era la máxima autoridad secular. 
La situación cambió con la constitución de Siena como ciudad-república. 
Dicha transformación comenzó en gran parte por el enfrentamiento del papa 
Alejandro II y el Emperador Federico Barbarroja. Ambos beneficiaron a la ciudad. 
El Papa abolió la servidumbre en Siena. El emperador por su parte concedió a los 
ciudadanos el derecho a elegir a sus propios cónsules, acuñar su moneda y administrar 
la justicia en la ciudad y el campo. 
La ciudad acabó adhiriéndose al emperador, en el bando de los gibelinos. 
Las ciudades libres tuvieron que decidirse por una de las posiciones. Este conflicto 
entre autoridades propició que muchas ciudades lograsen su independencia. 
Entre Florencia y Siena ya existía rivalidad, principalmente por la disputa por el control 
de la ruta comercial que comunicaba con Francia. 
La victoria de Siena en la batalla de Montaperto en 1260, permitió ver a la ciudad de 
Siena como independiente y le permitió redactar los estatutos de su constitución. Se 
creó un gobierno en el que solo podía gobernar las personas que tuviesen una 
autoridad reconocida. 
En 1277 el partido güelfo consiguió derrocar a la magistratura establecida y crear un 
nuevo gobierno. “El gobierno de los 9” al cual solo podían pertenecer los mercaderes 
güelfos, excluyendo a los nobles. Una de sus medidas durante este gobierno fue la paz 
con Florencia. 
En 1288 se decidió definitivamente construir el Palazzo Pubblico (aunque las obras se 
pospusieron 10 años). 
El área en la que se construyó fue totalmente intencional, siendo la plaza de campo 
punto de unión entre las tres secciones que se dividía la ciudad. 
El palacio iba a ser el centro del gobierno. En la sala del consejo de los 9, centro del 
poder, encontraremos los frescos de Ambrogio Lorenzetti, acompañados de versos. 
Estos versos y frescos se interpretan como una advertencia dirigida a los gobernantes 
para que valorasen los intereses de la comunidad por encima de los personales. 
Estos frescos también nos sirven como un retrato de la vida social y estética del siglo 
XIV. Se representa la ciudad y el campo, dando a entender que la ciudad le daba una 
gran importancia al campo. Se muestra la buena relación entre ambas partes. Esto se 
traducía en la producción y aportación de recursos por el campo para Siena y a cambio 
Siena le ofrecía protección a estas tierras. Viéndose la importancia del concepto de 
seguridad en el mundo rural (6 años antes de pintarse el fresco de Los efectos del Buen 
gobierno en la ciudad y el campo) que se había tenido que enfrentar a las tropas de 
Pisa, que arrasaron el campo. 
 
Años después llegaría la peste a Italia, a la cual autores como Boccaccio en el 
Decameron le darán trato. Para hablar de los modos de vida me basaré en un estudio 
de la población de Florencia. 
En esta ciudad no encontraremos barrios reservados a áreas reservadas en 
exclusividad a los más pudientes. Eso sí solo los más pudientes tiene pozos propios. El 
resto para acceder al agua deberá hacer uso de los pozos públicos, generalmente en 
medio de una plaza. 
A la hora de ir al retrete la gente común se servía de los ángulos apartados de las calles 
o un rudimentario instrumento que se colocaba en un callejón entre dos casas. 
Respecto a la alimentación existía una preocupación del estado por la alimentación de 
los pobres, que tenían la certeza de que no morirían de hambre durante la eucaristía. 
Sin embargo, parte de la población vivía en un estado de subalimentación permanente. 
La gente acomodada comía tres veces al día (a media mañana, mediodía y atardecer). 
El pueblo comía dos veces al día (a media mañana y al atardecer). Se cocinaban los 
alimentos por la mañana y lo que sobraba se dejaba para la comida del atardecer. 
Generalmente se hacía sopa de legumbres. Dos veces a la semana se le agrega carne 
hervida o asada de ternera, cabra o cordero. Los viernes se come pescadoy se respeta 
la cuaresma. 
Todos los alimentos se acompañan con abundante pan, se podría decir que el alimento 
acompañaba al pan. 
Desde 1325 se fueron sucediendo varias epidemias (a la que la higiene y la mala 
alimentación facilitó su propagación y mortalidad) y malas cosechas que darían lugar a 
la gran epidemia del 1348 en la que murieron aproximadamente 60 mil personas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía 
MONTENEGRO, Jesús CANTERA, and Clara Mª CASTREJÓN VELLÉ. "Los frescos del 
Palazzo Pubblico de Siena. Pinturas para una ciudad en guerra The murals of Siena’s Palazzo 
Pubblico. Paintings for a city at war Os afrescos no Palazzo Pubblico de Siena. Pinturas para 
uma cidade em guerra." 
Martinic Drpic, Zvonimir. "Las epidemias en la historia demográfica de Florencia: 1325-1600." 
(1986). 
Tema 6. De la teocracia pontificia a la crisis del pontificado 
 
Guillermo de Okhan nace probablemente en el año 1285, en el pueblo inglés de Okham, al sur 
de Londres. 
En 1300 inicia sus estudios básicos en la escuela parroquial del condado de Surrey. La 
enseñanza impartida en la época incluía el estudio del latín, la teología y las matemáticas. 
Entró en la Orden Franciscana, siendo en 1306 subdiácono. Hay que destacar que los 
franciscanos que llegaron a Inglaterra se mostraron muy severos respecto al asunto del voto 
de pobreza absoluta que profesaban. 
Posteriormente estudia en la Universidad de Oxford como estudiante de teología. 
En un ambiente de ruptura entre la Orden Franciscana y el Papa, Okham recibe la orden de 
comparecer ante el tribunal eclesiástico en la corte papal de Aviñón, trasladándose al 
convento franciscano de esa ciudad. 
Allí conoce al general de la Orden Franciscana, Miguel de Cesena, que tiene que comparecer 
ante el Papa por sus ataques a las constituciones pontificias sobre la pobreza. Motivado por 
este general de la Orden, Okham se interesa por la disputa sobre la pobreza evangélica y la 
propiedad privada. 
Okham huye junto al general de la Orden a Pisa, tras ser excomulgados por el Papa. En Pisa se 
reúnen con el emperador alemán y marchan a Múnich bajo la protección del emperador. 
Tras la muerte del general de la Orden y el emperador, Okham tiene complicaciones en 
Múnich debido a las nuevas políticas de reconciliación con el Papa. Muere poco después, al 
parecer por la peste negra. 
 
[Hablar del papado de Aviñón: crisis de autoridad religiosa, influencia directa del monarca 
Francés, conflicto con el Imperio, aumento del control del Papa sobre la Iglesia y la solución 
concilio] 
 
 
Bibliografía 
 
Muñoz, José Ángel Sesma, and José Ángel García de Cortázar. Manual de historia medieval. 
Alianza Editorial, 2014, 398-399. 
 
Vanegas Carvajal, Edgar Alonso. "Guillermo de Ockham (1285-1347/49) Franciscano-filósofo-
teólogo-político." Revista Científica Guillermo de Ockham 7.1 (2009). 
 
Tema 7. Los renacimientos culturales 
 
El proceso de crecimiento protagonizado por la sociedad europea en los siglos XI a XIII 
alcanzó también la esfera de las expresiones culturales. Provocó una auténtica 
renovación en el pensamiento y la sensibilidad de la sociedad europea: nacimiento de 
la conciencia individual; objetivación del hombre respecto a la naturaleza; avances en 
la razón y la medida; fortalecimiento de la idea del tiempo y de la historia, en el 
progreso. 
El <<renacimiento del siglo XII>>fue una etapa de diálogo entre las preocupaciones del 
momento y las fuentes disponibles de la Antigüedad. 
Así surgieron las primeras escuelas en sedes episcopales y, sobre todo, en numerosos 
monasterios. En las escuelas se leía o escuchaba la lectura de la Biblia. 
El movimiento de creación de escuelas monásticas desapareció hacia la segunda mitad del s. 
XII. En cambio, la aparición de escuelas episcopales se intensificó con el fortalecimiento de las 
ciudades y la iglesia secular. 
El aumento del interés social por el conocimiento en el siglo XII llevó a superar la fase inicial 
de entusiasmo asistemático por la cultura y sustituirla por esfuerzos más deliberados. Aquí tres 
procesos alcanzaron especial significación: la recepción de la filosofía aristotélica, la creación 
de las universidades y el desarrollo de un pensamiento filosófico. 
La traducción y difusión de las obras de Aristóteles se hizo casi siempre a partir de textos 
griegos pocos fiables o versiones árabes que incluían comentarios de autores. Ello supuso una 
evidente impregnación neoplatónica de las obras de Aristóteles. Durante el siglo XIII, el 
esfuerzo de los traductores se orientó a restituir el pensamiento original de Aristóteles. 
La resistencia de la Iglesia llevó a veces a prohibir el estudio de la filosofía aristotélica, 
especialmente en París, pero al final del siglo XIII la filosofía aristotélica se impuso. 
Respecto a la universidad, en unos casos la universidad nació como herencia de las escuelas, 
sobre todo, episcopales (París, Oxford) o urbanas (Bolonia). En otros, fueron fundaciones de 
nuevo cuño (Salamanca). 
Las universidades estaban sujetas al fuero eclesiástico, aunque trataron de desprenderse de 
le dependencia a la autoridad inmediata del obispo para sustituirla por la más lejana del papa, 
lo que les aseguraba mayor autonomía. 
La organización respondió a dos modelos: 
- El modelo parisino se basaba en un conjunto de cátedras agrupado en facultades, 
cuyos maestros formaban una junta presidida por el decano. 
Las facultades eran cuatro: Artes liberales, derecho, medicina y teología. 
La enseñanza se basaba en el empleo riguroso del vocabulario y la capacidad 
razonadora. 
 
- El modelo de Bolonia tenía raíces en las escuelas urbanas. Los maestros poseían una 
situación parecida a la de funcionarios municipales. La organización agrupaba a 
estudiantes de diversos reinos europeos distribuidos en naciones según lugar de 
procedencia. Ellos acudían a Bolonia a formarse, especialmente, en las disciplinas de 
Derecho. 
El desarrollo filosófico se visualizó en diferentes corrientes: 
La corriente agustiniana, que era más bien una actitud que un sistema de pensamiento. Tendía 
a subrayar el papel de la fe como regidora de la razón. 
La corriente científico-natural que encontró su lugar de desarrollo en Oxford. 
El aristotelismo cristiano que constituyó la verdadera revolución del pensamiento del siglo 
XIII. Partía del reconocimiento de una distinción entre fe y razón como dos mundos autónomos 
que era posible combinar en un aparato conceptual común. 
El <<averroísmo latino>> es el nombre que se le da a un movimiento de maestros, sobre todo, 
de la facultad de París que dio un paso más en proceso de filosofización de la teología. No 
negaban la fe pero tendían a poner de manifiesto las contradicciones entre los dogmas 
cristianos y la razón. 
 
 
 
 
Bibliografía 
Muñoz, José Ángel Sesma, and José Ángel García de Cortázar. Manual de historia medieval. 
Alianza Editorial, 2014, 234-241 
 
Tema 8. El final de la Edad Media: una problemática historiográfica 
 
Dividir el tiempo, segmentar la cronología en etapas temporales fuertemente 
individualizadas, ha sido una de las primeras operaciones intelectuales destinadas a 
hacer inteligible el pasado a las sociedades humanas. 
En el siglo XIX los intelectuales encontraron en lo medieval elementos positivos que 
sustentaban un modo de concebir la realidad marcada por el nacionalismo y la 
idealidad. 
En el siglo XX, la Edad Media se convirtió en una etapa más de la periodización 
histórica, con sus luces y sus sombras, destacándose en estos mil años la multiplicidad 
de procesos y caracterizaciones posibles. Inclusos los enfoques renovadores de la 
historiografía, como la escuela de los Annales, encontraron un campo fértil en este 
período histórico. 
Los investigadores subrayan la imposibilidad de dotar de homogeneidad y sentido a 
un período tan amplio como el medieval y afirman que, si se mantieneeste criterio de 
periodización, es solo por sentido práctico. 
La aparición del concepto Edad Media, considerado literalmente como época 
intermedia, es la consecuencia de un fenómeno identificado con los humanistas 
italianos del siglo XIV, en particular Petrarca, que percibieron con claridad estar 
viviendo una época de profundas transformaciones culturales, caracterizada por la 
recuperación del espíritu y la literatura de la Antigüedad clásica. Esta recuperación 
estableció fuertes vínculos entre los siglos XIV-XV y el mundo clásico. 
Esta terminología inventada por Petrarca y los humanistas italianos no alcanzaría 
desarrollo y difusión hasta la segunda mitad del siglo XVII, cuando la denominación 
Edad Media fue utilizada por primera vez. 
En los comienzos del siglo XXI pareciera que las periodizaciones dejan de lado las 
cesuras terminantes y violentas, recurriéndose a fronteras temporales elásticas. 
Pero las cuestiones no terminan ahí. Por ejemplo, la Plena Edad Media implica los 
años de mayor crecimiento y “desarrollo”; ¿pero cuándo y dónde señalar los 
comienzos del mismo? ¿Puede hablarse de grandes transformaciones en una 
economía que siguió siendo –hasta el siglo XVIII- esencialmente agrícola? Así podrían 
multiplicarse los interrogantes y los matices casi hasta el infinito. 
Una alternativa histórica e historiográfica posible la constituye la historia regional, en 
particular la microhistoria. A partir de estudios de esta forma será posible establecer 
momentos, lugares y ámbitos en donde se producen rupturas o bien continuidades, en 
un contexto estructural. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía 
 
Rodríguez, Gerardo Fabián. Cuestiones de historia medieval. Eds. Silvia Nora Arroñada, 
Cecilia Bahr, and Mariana Zapatero. Selectus, 2011.

Continuar navegando