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Tendencias Kim
“(…) Una roborrata es una rata común y corriente con 
una pequeña variación: tienen en las áreas sensoriales 
y de recompensa del cerebro, electrodos implantados 
por científicos. Esto permite a los mismos manipular a la 
rata por control remoto.
Tras breves sesiones de entrenamiento, los investiga-
dores han conseguido no solo que las ratas giren a la 
izquierda o a la derecha, sino también que suban es-
caleras, olisqueen alrededor de montones de basura y 
hagan cosas que normalmente a las ratas no les gusta 
hacer, como saltar desde grandes alturas. Ejércitos y 
empresas muestran un gran interés por las roborratas, 
con la esperanza de que puedan resultar útiles en mu-
chas tareas y situaciones. Por ejemplo, podrían ayudar 
a detectar supervivientes atrapados bajo los escombros 
de un edificio, localizar bombas y trampas escondidas y 
cartografiar túneles subterráneos y cuevas (…)” .
Yuval Noah Harari,
“Homo Deus. A Brief History of Tomorrow”, 2015.
Tendencias Kim
El Profesor Harari describe en Homo Deus unos escena-
rios muy interesantes. Estimulantes. En ocasiones des-
concertantes; ¿Supondrá la evolución de la tecnología 
algo bueno para la humanidad?, ¿Para la especie?, ¿O 
distanciará más a los ricos de los pobres?, ¿A los podero-
sos de los no poderosos?, ¿Cuáles son los riesgos sobre 
nuestra especie que suponen toda esta “avalancha” de 
posibilidades tecnológicas (en biotecnología, biomedici-
na, en inteligencia artificial, en relaciones sociales, etc.)?, 
¿Cuáles serán los beneficios?, ¿Sabremos adaptarnos 
como especie? O ¿solo unos pocos con accesos al dinero, 
el poder y la tecnología? ¿Sabremos gestionar este entor-
no tecnológico tan rápido y turbulento? 
Realmente, según el Profesor Harari estamos delante de 
una nueva especie de Homo Sapiens evolucionada que 
tenga, gracias a la tecnología, las características de lo que 
los griegos, los romanos, los vikingos, los incas y otras ci-
vilizaciones antiguas atribuían a los dioses. ¿Cómo afec-
tará eso a las personas? ¿Estamos condenados a ser dos 
especies con grandes diferencias sociales, que gracias 
al poder económico y, en consecuencia, al acceso a la 
tecnología, tengan características de omnisciencia, om-
nipresencia, inmortalidad y tantas características que an-
taño solo atribuíamos a los dioses? 
La tecnología no avanza siguiendo pautas estructuradas 
y planificadas; avanza según impulsos complejos, del 
mercado, de la ilusión, del conocimiento que se genera 
en entornos innovadores, de la casualidad, también. Y 
Cambios tecnológicos y
el futuro de la humanidad:
LA ROBÓTICA Y EL FUTURO 
MERCADO LABORAL
http://bit.ly/Mar_Fernandez
http://bit.ly/Antoni_Paz
http://bit.ly/Natalia_Rodriguez
Tendencias Kim
todos los avances científicos y revoluciones industriales 
y sociales han generado incógnitas, dudas, miedos, re-
sistencias. Entre todas las incógnitas que la civilización 
tendrá que afrontar en los próximos años están la de las 
relaciones laborales y el trabajo como lo hemos conoci-
do los últimos siglos, la creación de valor para la huma-
nidad y el planeta, el acceso a la educación y el progreso 
y estabilidad de nuestras generaciones futuras, por citar 
algunos de los retos que nos asaltan. En este sentido, la 
robótica o robotización, al igual que la inteligencia arti-
ficial, generan un consenso universal en el sentido que 
pueden y van a provocar cambios profundos en la estruc-
tura laboral y social. Queremos plantearnos estas y mu-
chas otras cuestiones para analizar con las empresas, los 
tecnólogos, los investigadores y la sociedad en general, 
qué y cómo podemos convertir amenazas en oportuni-
dades y la tecnología como motor de cambio y mejora 
del bienestar global de todos nosotros.
Parece incuestionable que los beneficios económicos 
obtenidos del uso de robots están directamente relacio-
nados con la sustitución parcial de la fuerza de trabajo y 
suponen mejoras de productividad ayudando a muchas 
empresas a seguir siendo competitivas y a crear puestos 
de trabajo con salarios más elevados en determinados 
países. Pese a ello queremos plantear en este artículo la 
controversia sobre la repercusión general de los robots 
en el empleo que sigue siendo incierta y todavía resulta 
un desafío cuantificar los beneficios económicos y socia-
les de su uso.
Del pasado al futuro
Se asume que el término ROBOT se divulgó desde la 
ciencia ficción y la divulgación científica y se popularizó 
a partir de la palabra checa robota, que significa “traba-
jos forzados o trabajador” y que fue traducida al inglés 
como robot. Además no parece descartable la enorme 
influencia del autor de ciencia ficción Isaac Assimov en la 
popularización y difusión masiva del término.
En términos generales, un robot posee la capacidad de 
interpretar el entorno y realizar acciones adecuadas a la 
consecución de un objetivo. Los primeros robots estaban 
orientados a acelerar los procesos de fabricación indus-
trial mediante la automatización programada. Aquella 
perspectiva tradicional de la robótica, ha cambiado en 
los últimos años y ha evolucionado convirtiendo los ro-
bots en sistemas autónomos capaces de funcionar y to-
mar “decisiones” sin la intervención del ser humano.
En cualquier caso, la robótica combina diversas discipli-
nas como son: la mecánica, la electrónica, la informá-
tica, la inteligencia artificial (IA), la física y tantas otras 
disciplinas con el objetivo de hacer trabajos o acciones 
a una máquina en substitución o complemento de un 
ser humano y convive con nosotros en la industria y en 
la sociedad de forma natural desde hace años. Sin em-
bargo, nuevos ámbitos de investigación como la IA y la 
tecnología de sensores se han unido a la robótica para 
crear robots cada vez más autónomos y avanzados, con 
un abanico mucho más amplio de posibles aplicaciones. 
Pero es curiosa la perspectiva de cada generación y po-
demos pensar de forma general, que para los nacidos an-
tes de 1990 probablemente tengan una imagen de robot 
diferente a la actual. En los años 70, los robots se usaban 
en la fabricación, siendo una práctica extendida en la in-
dustria automovilística en los Estados Unidos y Japón. 
Posteriormente, en los años 80, Japón se convirtió en 
el líder mundial en la fabricación y uso de robots indus-
triales y se generalizó el uso de robots industriales en la 
automoción y en otras líneas de producción industrial en 
los Estados Unidos y Japón. Actualmente Asia (concre-
tamente China, la República de Corea y Japón) es líder 
mundial en ventas en el sector de la robótica, seguida de 
Europa y América del Norte.
Ya en el siglo XXI, el uso de nuevos materiales y los avan-
ces punteros en inteligencia artificial, mecatrónica, nave-
gación, tecnología de sensores, reconocimiento de obje-
tos y procesamiento de información, han transformado 
la robótica en un ámbito multidisciplinar. Los robots se 
basan cada vez más en el uso de datos y están conec-
tados a redes inteligentes, como aquellas que se están 
desarrollando para su uso en drones y vehículos autóno-
mos. 
Lo que sí podemos afirmar con seguridad es que ya no 
vemos solo a estos androides en reportajes televisivos 
donde veíamos autómatas que venían de Japón o aque-
llos de las fábricas dónde eran programados por ingenie-
ros e ingenieras con un alto grado de especialización, en 
sistemas recluidos y donde el acceso era limitado por te-
mas de seguridad. Actualmente, la programación de los 
robots es infinitamente más accesible, de manera que un 
niño menor de 10 años puede programar ciertas funcio-
nes y donde la interacción con el ser humano es segura y 
permite colaborar en el mismo espacio, como en la “ro-
bótica colaborativa”. Evidentemente, son solo ejemplos 
Tendencias Kim
que podría aspirar a mucho más si dejara de emplear su 
tiempo en trabajos que aportan poco o ningún valor aña-
dido. En palabras de Melonee Wise, fundadora de una de 
las empresas de robótica más avanzadas de Silicon Va-
lley, el objetivo es “quelos humanos se dediquen a pen-
sar, crear, ordenar y hacer trabajos de corte intelectual 
para que los robots hagan el trabajo físico”.
Una idea compartida por Jordi Pelegrí, de la firma espa-
ñola Universal Robots S.A., quien considera que “el opera-
dor del siglo XXI debe tener las habilidades tecnológicas 
necesarias para trabajar junto con un robot colaborativo, 
que se convierte en una herramienta. El robot realizará 
tareas repetitivas durante los procesos de ensamblaje, fa-
cilitando al trabajador el enfoque en el trabajo creativo”. 
de la punta de un gran iceberg.
Existen desarrollos robóticos para asistencia a las per-
sonas mayores y se espera que finalmente puedan inte-
ractuar con otros humanos suficientemente como para 
obtener habilidades sociales. Uno de estos ejemplos es 
Sophia. Sophia, que se ha hecho famoso por ser un robot 
humanoide muy evolucionado, ha sido desarrollado por 
la compañía Hanson Robótics, con sede en Hong Kong. 
Según sus fabricantes, Sophia tiene inteligencia artificial 
(IA), procesamiento de datos visuales y reconocimiento 
facial; también imita gestos humanos y expresiones fa-
ciales y es capaz de contestar ciertas preguntas y tener 
conversaciones sencillas en tópicos predefinidos. Su IA 
puede analizar conversaciones y extraer datos que le 
permiten mejorar sus respuestas con el tiempo siendo 
conceptualmente similar al programa de ordenador ELI-
ZA, que fue uno de los primeros intentos en simular una 
conversación humana.
La evolución parece imparable. Solo a modo de ejemplo 
la WIPO afirma que el mercado de los robots industria-
les, incluyendo el coste de programas informáticos, pe-
riféricos e ingeniería de sistemas, en EE.UU en 2017 ha 
supuesto aproximadamente 33.000 millones de dólares.
La robótica: ¿amenaza para el empleo? O 
¿nuevas oportunidades profesionales y 
un nuevo marco laboral?
Ya están aquí y han venido para quedarse. En pleno siglo 
XXI, los robots son una realidad y los sistemas de inteli-
gencia artificial están comenzando a plantear una de las 
mayores revoluciones de la historia.
Un estudio de la Organización para la Cooperación y el 
Desarrollo Económico (OCDE) indica que la llamada cuar-
ta revolución industrial hará que un 12% de los trabaja-
dores de España se vean sustituidos por máquinas. En 
la misma línea, un informe reciente del Foro Económico 
Mundial, estima que, de aquí a 2020, la automatización 
destruirá 5 millones de empleos en los países avanzados. 
Probablemente estos datos inquietan, aunque reflejan 
una visión pesimista y reactiva a los cambios que se ave-
cinan. Algunos estudios muestran un panorama más op-
timista, donde la automatización de procesos se convier-
te en una oportunidad para reeducar a una sociedad que 
no encuentra motivaciones fácilmente. Una sociedad
ROBÓTICA: AMENAZA U 
OPORTUNIDAD
La llamada cuarta revolución industrial 
hará que un 12% de los trabajadores de 
España se vean sustituidos por máqui-
nas y de aquí a 2020, la automatización 
destruirá 5 millones de empleos en los 
países avanzados. 
Se debe entender como una oportuni-
dad para reeducar a una sociedad que 
no encuentra motivaciones fácilmente. 
Una sociedad que podría aspirar a mu-
cho más si dejara de emplear su tiempo 
en trabajos que aportan poco o ningún 
valor añadido. 
El objetivo es “que los humanos se de-
diquen a pensar, crear, ordenar y hacer 
trabajos de corte intelectual para que 
los robots hagan el trabajo físico”.
Perspectivas reales y actuales: el robot 
como “asistente” del trabajador en un 
nuevo marco laboral.
Tendencias Kim
Las grandes corporaciones han empezado a aplicar con 
éxito este postulado del robot “asistente” (del trabaja-
dor). Es el caso de Ferrovial. Como explica Laura Sarale-
gui, jefa de proyectos de Innovación en áreas de Agua y 
Medio Ambiente de la compañía: “Nuestros robots son 
‘asistentes’. Esta es una palabra clave para nosotros por-
que ayudan a los operarios, no los reemplazan.”
Y es que, ante la rapidez con la que cambia el mundo y 
los mercados, las empresas están obligadas a mante-
nerse a la vanguardia tecnológica, pero eso no implica 
cambiar a los trabajadores por máquinas, sino convertir 
las máquinas en aliados o herramientas que mejoren la 
competitividad empresarial y la calidad de vida de los se-
res humanos. Cualquier revolución industrial y tecnoló-
gica aparentemente ha destruido puestos de trabajo, sí, 
pero los empleos destruidos fueron sustituidos por otros 
nuevos, que hasta ese momento no existían.
Desde la ciencia ficción Isaac Asimov ideó unas leyes de 
la robótica, probablemente la sociedad del futuro tam-
bién tendrá que sentar unas bases. Las nuevas bases y 
leyes pueden estar basadas en el concepto de “robots 
colaborativos”. Lo que se persigue es crear compañeros-
CAMBIOS EN
LA SOCIEDAD
Aparecen cambios en las competencias 
requeridas en el mercado laboral.
El operador del siglo XXI debe tener 
las habilidades tecnológicas necesa-
rias para trabajar junto con un robot 
colaborativo, que se convierte en una 
herramienta. El robot realizará tareas 
repetitivas durante los procesos de en-
samblaje, facilitando al trabajador el 
enfoque en el trabajo creativo.
La educación se tiene que adecuar a 
esta nueva realidad.
asistentes, no sustitutos. Las tareas repetitivas y sin va-
lor añadido serían realizadas por robots, y diseñadas y 
supervisadas por humanos. De este modo, el trabajador 
podría disponer de más tiempo para la realización de ta-
reas de más valor añadido, con un mayor componente 
de creatividad o complejidad.
Como sostiene Jordi Pelegrí (Universal Robots): “Creare-
mos empleo en trabajos que requieran creatividad, en 
diseño de robots, en tareas que aporten un valor extra. 
Tenemos que tomárnoslo como un reto; formar de una 
manera diferente a los operadores, tener una producción 
más flexible e interactuar más”.
“Cuantas más máquinas haya, más técnicos se necesita-
rán para controlarlos”, dice Cristina Reguant, Concept Lá-
ser Service Partner en Hofmann Innovation Group. “Para 
que haya miles de robots en el mercado, tiene que haber 
mano de obra que los diseñe, que los fabrique, que los 
supervise, que los repare. Tendremos que formar a mu-
chos operarios y técnicos para que estén al día, actualiza-
dos. Cuanto más trabajen los robots, más trabajaremos 
nosotros. Habrá muchísimo trabajo, pero no con las ca-
racterísticas que se han estado potenciando hasta aho-
ra”, explica Reguant.
Este ejemplo nos muestra un cambio de perspectiva que 
implicará, necesariamente, un cambio en las competen-
cias requeridas en el mercado laboral. Y es que, como 
apunta Reguant, “los trabajadores no podrán ser opera-
dores con el perfil actual. Necesitamos cambiar nuestro 
sistema educativo primero para tener profesionales con 
la formación apropiada”.
Y en ese sentido, la educación se tiene que adecuar a esta 
nueva realidad. Nuestra opinión es que la educación se 
moverá en el paradigma del Constructivismo, en donde 
lo importante es aprender a aprender, y el conocimiento 
es saber dónde encontrar la información adecuada para 
la solución de problemas determinados. Universidades, 
Institutos y todo el sistema educativo en general, han de 
adaptar sus programas y también el método de enseñan-
za. En este sentido, preparar a los nuevos profesionales 
es una labor cada vez más compleja a la que podemos 
añadir un promedio de vida cada vez más alto, donde 
las personas no pueden terminar su formación con sólo 
un título. Se ha vuelto imprescindible que se continúe en 
el proceso de educación a lo largo de la vida. El uso de 
nuevas tecnologías con fines educativos, como radio, TV, 
telefonía, computadoras, etc, han creado amplias posibi-
Tendencias Kim
Evidentemente existen posturas ideológicas enfrentadas 
o incluso contradictorias.
Sin ir más lejos, Paul Graham, inversor de compañías tec-
nológicas en Silicon Valley y fundador de YCombinator, 
reclama una renta básica para todas aquellas personas 
que, de manera objetiva, hayan perdidosu empleo a cau-
sa de la automatización y vean muy complicada su rein-
serción laboral (para los más críticos, esta renta básica 
podría incrementar la desigualdad económica, al conde-
nar a sus receptores a una precariedad crónica y a cada 
vez más desigualdad entre ricos y pobres; entre los que 
tienen accesos a la tecnología y los que no).
Federico Pistono, un emprendedor y experto en automa-
tización laboral defiende que los robots nos dejarán sin 
empleo, pero que esto acabará con un sinfín de proble-
mas y preocupaciones actuales. Reclama la existencia de 
una renta básica universal e incondicional (no vigilada 
lidades de capacitación, razón por la que el rumbo de la 
educación debe ser reestructurado. La educación se ha 
venido transformando de un sistema clásico y conser-
vador a un ambiente dinámico y creativo, en el que los 
estudiantes tendrán que “aprender a aprender”, es decir, 
a hacer descubrimientos de manera independiente. Sin 
embargo, el modelo educativo actual basa su funciona-
miento en el resultado obtenido por cada alumno en un 
marco curricular concreto. Se trabaja, por lo tanto, cada 
materia de forma separada y con una metodología a me-
nudo poco atractiva. 
En este sentido la robótica también puede jugar un pa-
pel. Por ejemplo, la robótica educativa propone un cam-
bio educativo que busca centrar el modelo educativo en 
el alumno en una dinámica más transversal, que pro-
porcione las herramientas y habilidades necesarias en el 
siglo XXI. Esta propone una metodología de aprendiza-
je basada en la creatividad y la innovación, que toma el 
trabajo por proyectos como su baza para llegar a experi-
mentar con todos los campos que pueden relacionarse 
con la tecnología y la ciencia, fomentando un espíritu 
emprendedor donde el alumno toma partida de su pro-
pio aprendizaje y utiliza de forma beneficiosa la robótica 
preparando a nuevos profesionales más adaptados a la 
convivencia laboral con la robótica.
Podemos mirar con optimismo el uso de los robots en 
la educación pero siguen surgiendo incógnitas respecto 
a cómo y cuáles serán los empleos del futuro o si, sim-
plemente, los robots substituirán al humano en todos los 
puestos de trabajo.
Un último apunte… ¿nos podemos
plantear un futuro sin empleos?
Lo cierto es que hay trabajos más y menos susceptibles 
de ser reemplazados (incluso hay webs que predicen si el 
oficio en cuestión lo pueden acabar haciendo los robots) 
y algunas predicciones más catastrofistas vaticinan un fu-
turo, no muy lejano, donde toda la mano de obra habrá 
sido sustituida por maquinaria.
En este sentido, en Silicon Valley, se ha vuelto a poner 
sobre la mesa el controvertido concepto de la “renta bá-
sica” ya que se persiguen respuestas a retos que el ser 
humano no sabe predecir donde pueden llevarnos.
CAMBIOS EN
LA EDUCACIÓN
Habrá muchísimo trabajo, pero no con 
las características que se han estado po-
tenciando hasta ahora.
Los trabajadores no podrán ser opera-
dores con el perfil actual. Necesitamos 
cambiar nuestro sistema educativo pri-
mero para tener profesionales con la 
formación apropiada.
Lo importante es aprender a aprender, 
y el conocimiento es saber dónde en-
contrar la información adecuada para la 
solución de problemas determinados.
La robótica también nos puede ayudar 
a mejorar el sistema educativo me-
diante propuestas como la “Robótica 
Educativa”.
La robótica educativa propone una metodología de 
aprendizaje basada en la creatividad y la innovación
Tendencias Kim
por el Gobierno) para que cualquier ciudadano pueda vi-
vir dignamente sin verse atado a un empleo. Argumenta 
que, de ser real esta renta, haría que los gobiernos esta-
tales eliminasen el resto de programas de ayuda sociales 
(ayudas de desempleo, programas contra la exclusión 
social, etc.), que, según Pistono, son mucho más caros e 
ineficientes que la renta básica.
También Paul Mason, el actual coordinador de economía 
de Channel 4 News, defiende la idea de que un mundo 
sin trabajo sería un mundo más feliz. El periodista es un 
entusiasta de la automatización del empleo como forma 
de liberar a los ciudadanos de la presión del trabajo, los 
ingresos y la necesidad de llegar a fin de mes. Para Mason, 
la desaparición de puestos de trabajo es una estupenda 
noticia por un motivo claro: la tecnología no sólo está ha-
ciendo que los precios de los productos bajen, sino que 
también acaba consiguiendo que nuestras necesidades 
de consumo vayan bajando. La tecnología podría hacer 
que no necesitemos tanto dinero y que el trabajo tienda 
a cero.
También hay quien está planteando otras ideas singu-
lares, en el ámbito legislativo, para adaptarnos a ese 
futuro. Entre otros, Bill Gates, quien defiende que debe-
ría implantarse un impuesto a los robots trabajadores, 
como ya se impone a los humanos. En esta misma línea, 
el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, comentó 
que las empresas deberían cotizar por las máquinas que 
sustituyesen a los trabajadores. Más que cotizar, apun-
taba Florentino Felgueroso, investigador económico, la 
idea sería la de hablar de un impuesto a las máquinas. 
De este modo, el “impuesto robótico” podría acabar con-
tribuyendo a esa renta básica universal que algunos vis-
lumbran como potencial solución.
Lo cierto es que, aunque el debate viene de lejos, no pa-
rece que aún se haya llegado a una conclusión clara, ya 
que todos los cálculos sobre el verdadero impacto que 
puede tener la automatización del trabajo muchas veces 
no dependen de datos reales y fidedignos, sino de per-
cepciones, miedos e incertidumbres que muchas veces 
no se pueden predecir. Pese a ello, sabemos que el mer-
cado laboral cambiará y habrá que buscar y trabajar nue-
vas soluciones para resolver las incógnitas que se están 
generando.
CONCLUSIONES
•	 La evolución tecnológica es impara-
ble. Los cambios y efectos que provo-
carán en el ser humano se entrecruzan 
muchas veces con la ciencia ficción. 
Pese a ello, lo claro es que el cambio es 
imparable y las oportunidades no dis-
minuyen, sino que se multiplican. 
•	 Nadie puede predecir el futuro con 
certeza pero si podemos afrontarlo con 
valentía y garantizando educación y ac-
ceso al conocimiento para todos. 
•	 La mejora de la calidad de vida que nos 
puede ofrecer la robótica es sustancial 
aunque impredecible, y los posibles 
efectos adversos también. 
•	 Es nuestra responsabilidad integrar las 
novedades tecnológicas, y en particu-
lar la robótica y las áreas tecnológicas 
que convergen en ella, en un objetivo 
común de mejorar el futuro de nuestra 
sociedad. 
Nota:
Este artículo se hace eco de las reflexiones de 
los señores Laura Saralegui (Ferrovial), Jordi 
Pelegrí (Universal Robots) y Cristina Reguant 
(Hofmann Innovation Group), durante su par-
ticipación en la KIMconference 2017 así como 
al Profesor Harari por su inspiración y tantos 
otros como Xavier Ferràs y Xavier Pont por 
sus reflexiones en Tech 4 Good, Tech 4 Bad.
El equipo de KIM les agradece su colabora-
ción y sus valiosas aportaciones.
M
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ci
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