Logo Studenta

Situacion_actual_del_estudio_del_canon_l

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

1 
Situación actual del estudio del canon literario. 
Por Arturo Texcahua 
 
Resumen 
El estudio del canon literario se ha constituido, en la actualidad, en una rica veta de investigación. 
Por sus fecundas vertientes se desglosan estudios sobre qué es el canon, la canonización de 
textos y autores olvidados, así como la descanonización de otros. También el canon literario es 
centro de un debate que confronta dos posturas: una clásica, asentada en una justificación 
estética del texto como creación artística única, y otra derivada de los Estudios Culturales y 
cercana a la Sociología, que busca y explica ¿cómo se forma y se transforma el canon o los 
cánones?, ¿qué grupos o agentes hay detrás de éste?, ¿qué instituciones participan?, ¿qué 
intereses representa?; y analiza su función y pertinencia en el ámbito escolar y académico, 
entorno donde se indica qué autores y libros hay que leer. 
En todos los casos, el tema se vincula obligatoriamente con el poder, sea cultural, económico, 
político, o de cualquier otra índole; se interna en el complejo entramado intelectual y artístico; 
pasa por el lector y las instituciones canonizantes, y nos revela otra forma de entender la 
literatura. 
 
El concepto de canon1 literario y su instrumentación apareció estrechamente 
ligado con un proceso formativo; esta tendencia a instruir, por un lado, y a normar, 
por el otro, se abrió camino entre griegos2 y hebreos3, y se consolidó durante la 
Edad Media, tanto por el uso que le dio la Iglesia como por el lugar que encontró 
en el arte de la escritura al salvaguardar los valores y tradiciones fundamentales 
 
1 La palabra tiene su más antigua etimología en una expresión de idioma acadio knh (caña o junco); sirvió para significar una vara 
de medir o simplemente cualquier medida. De la antigua Mesopotamia pasó a Grecia bajo la forma de kanon y se convirtió en una 
de las palabras semitas de uso más universal en toda la cultura occidental. En griego es u a aña e ta ue si ve pa a soste e 
derecha algu a osa , pierde su connotación etimológica caña de medir y mantiene el valor esencial de medida física. Ese uso 
primario relacionado con las medidas físicas se extiende después al orden de las cualidades y expresiones artísticas humanas. 
Entonces canon significó simplemente "modelo" (Rivero, 2014). 
2 El concepto existía en el ámbito de la literatura, donde Homero fue siempre considerado como el modelo por excelencia, y el 
auténtico y primer canon literario. 
3 . Como listado de títulos se puede recordar en la historia antigua al Canon de los Setenta o Biblia Septuaginta, y el Canon de 
Alejandría, antecedentes del actual Antiguo Testamento. (Rivero, 2014) 
2 
de la cultura occidental asentada en el mundo grecolatino. 
En el interés por un listado de libros válidos dentro de La Biblia4 hay una 
preocupación por mantener una línea formativa única, de homogeneizar el 
pensamiento y las creencias, alejando de ese modo la posibilidad del 
cuestionamiento, de la objeción y de las versiones divergentes. 
En el fondo han existido convicciones comunes entre el uso del canon en la 
Iglesia como en la literatura, como lo advierte David García Pérez “el contenido 
semántico es prácticamente idéntico en virtud de que se trata de establecer una 
serie de reglas o de virtudes que hacen del texto un paradigma” (2013: 221). 
En el ámbito literario se prefirieron el uso de las palabras “clásico” y 
“tradición”, apelando así a las connotaciones tanto de superioridad, universalidad 
y arraigo cultural, como a la paternidad de la escritura, es decir a raíces de 
autoridad y de valor incuestionable. 
El canon literario formó parte de un sistema autoritario, con poder, que, 
desde una supremacía cultural inscrita en Europa, imponía obras, autores, 
cultura e historia. El canon literario fue el resultado de una práctica recurrente de 
implantación sin objeciones, de dictar criterios y modelos incuestionables. Este 
patrón fue ratificado por las ideas racionalistas del siglo XVII y XVIII que 
apuntalaron los modelos como camino para la enseñanza. El canon buscó 
 
4 Hay cuatro cánones o listas oficiales de libros de la Biblia: a) El canon de los judíos: 39 libros del Antiguo Testamento, ninguno 
del Nuevo Testamento. b) El canon de los protestantes: 39 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo. c) El canon de los 
católicos y de los ortodoxos: 46 libros del Antiguo Testamento y 27 libros del Nuevo Testamento. La fijación del canon bíblico 
constituyó una necesidad para la Iglesia en su afán de convertirse en la única institución y mantener una misma regla en el mundo 
católico, rechazando los libros apócrifos. (Rivero, 2014) 
3 
conservar determinada uniformidad. 
Sin embargo, estos intentos de homogeneizar no lograron totalmente sus 
propósitos. Cualquier imposición ha provocado objeciones, reacciones en contra, 
rebeldía, cuestionamientos, oposición. La uniformidad molesta. En literatura hay 
muchos ejemplos de discrepancia, de ruptura. Ése ha sido el espíritu de la 
creación literaria, una intencionalidad de originalidad, de diferenciación 
identificativa, una actitud recurrente dentro de la cultura occidental desde la 
historia moderna. Ese movimiento de ruptura adquirió en el siglo XX un 
dinamismo asombroso, apurado en sus conclusiones y aciertos. Ruptura frente a 
una tradición iconoclasta para justificar un espacio y un carácter, o, a veces, un 
retorno laudatorio a prácticas anteriores, todo para conseguir un punto de 
referencia de donde asirse y abrirse un espacio. Estrategias para legitimar un 
discurso aparentemente distinto, basado en una tradición diferente a la 
hegemónica, o que proclamaba no tener padres. Las vanguardias radicalizaron 
estas prácticas en medio de la experimentación formal y las provocaciones 
lúdicas. 
Por años, detrás de la palabra canon se desarrolló una amplia reflexión en 
torno a temas como tradición, influencias, antecedentes. Palabras que sin duda 
albergaban ya los problemas del canon literario. En América Latina estos 
asuntos alcanzaron auge en el siglo pasado. Acá seguimos en busca de una 
identidad que nos convenza, afortunadamente descrita, perfectamente acotada. 
El estudio del canon literario per se es algo relativamente reciente. Los 
4 
primeros acercamientos son de principios del siglo XX, cuando ya habían 
madurado las nuevas ideas desarrolladas tras el nacimiento de la Sociología en 
el siglo XIX como parte del surgimiento de las Ciencias Sociales y la aparición del 
marxismo invadiendo con sus principios económicos a la filosofía, la política y a 
la cultura. 
La inserción de lo social en el estudio de la literatura alteró el análisis 
literario, aunque el enfoque lingüístico y semiótico se impuso primero por su 
carácter formal. Convertida la literatura, de manifestación artística en medio de 
comunicación, en institución social, y como tal, en generadora de cambios, 
obligó a los estudiosos a caminar por nuevos derroteros. Hoy, a la luz del 
desarrollo del libro como producto comercial, no solamente es un bien cultural, 
como reconoce Bourdieu, sino también un producto de consumo sujeto a las 
lógicas de la publicidad, de la mercadotecnia, de la oferta y la demanda. 
Las principales preguntas que hacen los investigadores del tema son: ¿qué 
es el canon literario?, ¿quiénes, para qué y cómo se forma? Y lo que se 
considera más importante para efectos del estudio del texto literario: ¿influye el 
tema del canon literario en la configuración del texto? 
La canonización de un título o de un autor no es un procedimiento 
administrativo como ocurre en el ámbito católico; es el resultado de una acción, 
un verbo, canonizar; acción que supone la intervención de sujetos que llevan a 
cabo esta acción con un determinado propósito y bajo supuestos ideológicos, 
estéticos,sociales y culturales de muy compleja y difícil identificación. El título o 
5 
autor canonizado se integra a un canon, al listado prestigiado. 
Los cuatro componentes se interrelacionan sometidos a condiciones y 
factores que al final pueden producir resultados impredecibles. Autor y texto 
literario --la materia de canonización-- no tropiezan siempre con los mismos 
escollos; los sujetos canonizadores o canonizantes enjuician y valoran desde 
distintas perspectivas; la acción, la canonización, se efectúa de diversas 
maneras y tiene diferentes explicaciones; el resultado, el canon, transita entre 
contracánones y microcánones, entre nuevos paradigmas y la construcción de 
identidades. El canon tiene un nuevo rostro. Hoy está condicionado por límites 
espaciales, sean regionales, nacionales, continentales o mundiales, porque 
ahora no es posible hablar de un solo canon, cuando todos procuran crear el 
propio o se hace necesaria la creación de varios. 
Con los sujetos canonizadores se han identificado a quienes tienen la 
autoridad para llevar a cabo este proceso dentro del campo cultural: 
investigadores, académicos, críticos, gobernantes, editores, escritores, lectores, 
distribuidoras de libros, libreros, empresarios, productores y conductores de 
televisoras y radiodifusoras, periodistas de diarios y revistas, creadores de 
contenidos, páginas web y blogs en internet y usuarios de las redes sociales. 
Unos canonizando de manera directa y otros incidiendo indirectamente en el 
proceso. 
En relación con la canonización, son varias las estrategias puestas en 
práctica: Enseñanza en escuelas de nombres y obras, y de la historia de la 
6 
literatura; confección de programas de estudio, elaboración de antologías, 
lecturas obligatorias en instituciones educativas, organización de concursos 
literarios, entrega de premios y reconocimientos, distribución selectiva de libros, 
participación en ferias de libros, ventas en librerías, campañas publicitarias, 
tácticas mercadotécnicas, actividades de organizaciones, grupos y asociaciones 
culturales y literarias, recomendaciones en programas de radio y tv, entrevistas, 
conferencias, lecturas y talleres, por señalar algunas. 
El resultado, el canon, obedece a diferentes criterios e intenciones, a la 
autoridad y al poder, a la ideología, a criterios de ventas, a la intención de un 
grupo, a la construcción de un capital simbólico. Unos buscan ascender 
desplazando, otros intentan mantener un nacionalismo, aquellos defender 
valores estéticos, estos a preservar una moral. Unos aceptan un único Canon, 
uno con mayúsculas, el Canon, como lo apuntaba Harold Bloom, el ideal estético, 
la élite. Otros hablan de poscolonialismo, multiculturalismo, de género, de clase 
social, de empirismo sistémico, de una agenda educativa o de un paradigma que 
se niega a ser desplazado. 
El clásico, lo clásico, viene a ser un monumento a lo permanente, que se 
tambalea sometido a muchas presiones en un mundo de relatividades; lo 
permanente parece una ilusión, una aspiración que no haya concreciones 
absolutas en un mundo dominado por el movimiento. Finalmente, el tema se 
reduce a la interpretación, al establecimiento de un modelo determinado, 
producto de un consenso interpretativo. 
7 
Sobre cualquier canon pesan sospechas. ¿Qué hay detrás de él? Cualquier 
lista es espuria porque el proceso que lo originó está viciado por la parcialidad. 
Todos los parámetros de evaluación son subjetivos, obedecen al gusto, al 
capricho, a los intereses particulares de sus oficiantes. 
Seguimos entendiendo al canon como un listado de autores y títulos que 
han sido colocados en un escaparate de trofeos, para ser vistos, adorados, 
desde la supremacía que los caracteriza. Como prototipos de la perfección, los 
textos canonizados, aquellos convertidos en algo superior, se vuelven modelos. 
Como tales se convierten en punto de referencia para la continuidad o para la 
ruptura. 
En este entorno de subjetividades, los acercamientos teóricos que hay 
sobre el canon han tenido que hacer una gran tarea. Estos pueden dividirse en 
dos grupos que han sostenido una lucha casi fundamentalista. 
Por un lado están quienes aceptan que el proceso está movido por un único 
propósito, el estético, y con este argumento cierran los ojos creyendo en una 
pureza que nos suena a cuento de hadas: la estética es lo único que prevalecerá. 
¿Como si lo estético fuera un algo asible y fijo? 
En el otro grupo están quienes desean hallar explicaciones en las 
interacciones del texto con la sociedad. A su vez, éstos se encuentran divididos 
en dos grupos. En los llamados Estudios Culturales está el grupo más cercano a 
las explicaciones jerárquicas, al poder económico, a las clases sociales, a lo 
confrontación entre centros y márgenes. En el otro están los modelos sistémicos, 
8 
que principalmente desde los años setenta han escrito sobre el tema, ahí están 
Bordieu, Lotman, Dubois, Even-Zohar, por mencionar a algunos. 
El tema del canon repuntó en 1994, cuando Harold Bloom dio a conocer su 
libro El Canon Occidental con un doble propósito: provocar abiertamente a 
quienes reunió en lo que llamó la Escuela del Resentimiento, y afianzar un canon, 
el Canon, el único, el de Occidente, con Shakespeare a la cabeza. Esto provocó 
un debate que aún no termina, aunque parece languidecer después de haber 
desatado airadas reacciones, de confrontar y sumar partidarios, pero, sobre todo, 
de servir para que los estudiosos de la literatura dirigieran su mirada a un tema 
que parecía estar olvidado, y acerca del cual hoy existen profundas reflexiones, 
que han obligada a los académicos a incluirlos en sus programas de Teoría 
Literaria, Historia de la Literatura5 y Literatura Comparada6. 
Después de esto ¿qué sigue? Un trabajo titánico. El práctico, el que 
comprobará, con casos concretos, si todo lo dicho es más que un constructo 
teórico. Hoy es necesario entender, a partir de casos específicos, cómo funciona 
el canon, cómo se establece, lo cual es muy complejo7, porque este proceso no 
 
5 Ignacio Sánchez Prado (2002: 27-39) hace una interesante síntesis de las relaciones entre la historia de la literatura, la crítica y la 
teoría literaria toda vez que cualquier historia literaria es suma de valoraciones. En este sentido habrá que recordar a Steiner 
cuando dice Las filosofías estéticas, las teorías críticas, las construc io es de lo lási o o de lo a ó i o , no pueden dejar de ser 
sino descripciones más o menos persuasivas, más o menos comprensivas, más o menos consecuentes con este o aquel proceso de 
preferencia. Una teoría crítica, una estética, es una política del gusto. Ésta pretende sistematizar, hacer visiblemente aplicable y 
pedagógi o, u o ju to de intuiciones, una tendencia de la sensibilidad, la base conservadora o radical de un maestro de la 
percepción o de una alianza de opiniones (1997: 52, las cursivas son de Steiner). 
6 José María Pozuelo Yvancos (2006) explica cómo hoy el tema es recurrente en los manuales de Literatura Comparada y pone 
como ejemplo el libro de Armando Gnisci, Introducción a la Literatura Comparada. 
7 No en vano Pozuelo Yvancos (2006) define al canon o o u ut ido g upo de p o le as ue ha i u dado e ie te e te a 
los a uales de Lite atu a Co pa ada . 
9 
es resultado de fórmulas simples; hay, como expliqué antes, demasiados 
elementos en juego. Uno de los retos más importantes es determinar cómo 
incide en la creación del texto literario, toda vez que no hay delimitaciones 
esclarecedoras sobre este punto, a pesar del desarrollo del concepto de 
intertextualidad y las vinculaciones indudables del texto con su derredor. 
Ciertamente, en estas tareas habrá que aprovechar todas las teorías que se han 
construido alrededor del canon. Estos modelos interpretativos deben servir para 
analizar, entender y comprenderesta parte de la literatura. 
De estos estudios seguirán obteniéndose interesantes resultados. 
Seguramente habrán nuevas canonizaciones, descanonizaciones, 
contracanonizaciones y exhumaciones8, porque el tema da para esto y más. Hoy 
puede estudiarse a la literatura, autores y obras, desde la perspectiva del canon, 
con cuantiosas posibilidades. 
Yo, por mi parte, estoy adentrándome en estos estudios con una 
investigación de la participación de la editorial Joaquín Mortiz en la consolidación 
de un canon literario en México en los años sesenta9. 
 
Bibliografía citada: 
BLOOM, Harold (1995), El canon occidental. La escuela y los libros de todas las 
épocas. Barcelona: Anagrama. 
BOURDIEU, Pierre (1997), Las reglas del arte, Barcelona, Anagrama. 
DERRIDA, Jacques (1989). “Biodegradables: Seven Diary Fragments”, Critical 
Inquiry 4, 812-873. 
 
8 Jacques Derrida (1989: 821) llama exhumación al rescate de géneros o textos rechazados, ocultos o desvalorizados. 
9 P o e to ue e pli o e i e sa o Cua do la i vestiga ió te i a a los ojos Te ahua, . 
10 
DUBOIS, Jacques (2005), L'institution de la littérature, Bruselas/París, Labor. 
EVEN-ZOHAR, Itamar (1990), "The 'Literary System'" Poetics Today, (Spring) 11: 1, 
Durham, Duke University Press. (Traducción de Ricardo Bermúdez Otero) 
pp. 27-44 
GARCÍA PÉREZ, David (2013), “El canon literario y las estelas de la lectura”, en La 
Bibliotecología y la Documentación en el contexto de la 
internacionalización y el acceso abierto, México, UNAM, 219-242. 
LOTMAN, Iuri (1996), La semiósfera, Madrid, Cátedra. 
POZUELO Yvancos, José María (2006), “Canon e historiografía literaria”, en Mil 
Seiscientos Dieciséis, Anuario 2006, vol. XI, Universidad de Murcia, 
17-28. 
RIVERO L.C., P. Antonio (2014), “Curso de Biblia: 4a. sesión. El Canon de la 
Biblia” Catholic.net. 
http://es.catholic.net/conocetufe/804/2778/articulo.php?id=27326 
SÁNCHEZ PRADO, Ignacio (2002), El canon y sus formas: la reinvención de Harold 
Bloom y sus lecturas hispanoamericanas, Secretaría de Cultura del 
Gobierno del Estado de Puebla. 
STEINER, George (1997), Pasión intacta: ensayos (1978-1995), Madrid, Siruela. 
TEXCAHUA, Arturo (2013), “Cuando la investigación te mira a los ojos”, en 
Convergencias y divergencias, Luis Quintana Tejera, compilador, México, 
Trajín, 29-37.

Continuar navegando