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Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS Heinroth: fue quien utilizó por primera vez el término “psicosomático”, al referirse que “el origen del insomnio es psicosomático”. Comienza a emplearse de manera formal avanzado el siglo XX. Dos hitos importantes para la consolidación del concepto: la introducción del término “medicina psicosomática” por Deutsch y la publicación del libro Emotions and bodily changes de Dunbar El desarrollo del concepto se produce en el contexto de la denominada medicina psicosomática, considerándola como el enfoque médico de la enfermedad que se opone a la tradicional orientación dualista del ser humano, proponiendo en su lugar la idea de inseparabilidad entre lo psíquico y lo somático. American Psychosomatic Society: su fundación supuso la delimitación del campo de la medicina psicosomática, al proclamar de manera oficial los objeticos de la nueva disciplina. Estos objetivos eran: estudiar en su interrelación los aspectos psicológicos y fisiológicos de todas las funciones corporales normales y anormales, e integrar la terapia somática y la psicoterapia. Destacan los siguientes aspectos positivos asociados a la medicina psicosomática: 1) Consiste en una aproximación psicológica a la medicina general y a todas sus subespecialidades. 2) Interés en la interrelación entre la vida emocional y todos los procesos corporales. 3) Se basa en que no existe una “distinción lógica” entre mente y cuerpo. 4) Implica investigar la correlación entre los procesos psicológicos y los fisiológicos. Dado que la perspectiva histórica de la medicina psicosomática refleja importantes connotaciones de ambigüedad en su concepción, Ackerknecht acota este problema e incorpora dos concepciones antiguas: la holística y la psicógena, que habitualmente no han sido diferenciadas con claridad. 1) Concepción holista. Implica un sentido de “totalidad” en el ser humano, es decir, de inseparabilidad de lo psíquico y lo somático. Durante los primeros 30 años del siglo pasado, las concepciones holistas fueron elaboradas y propagadas por la corriente psicobiológica (básicamente por Meyer) de la psiquiatría. La premisa central de esta corriente es que la mente y el cuerpo no son entidades separadas, sino que están íntimamente interrelacionadas actuando una sobre la otra. La enfermedad debe ser considerada como un producto de esta interacción, que siempre implica aspectos psicológicos y somáticos. 2) Concepción psicógena. Implica un concepto de naturaleza etiológica, según el cual los factores psicológicos juegan un papel esencial en la causación de la enfermedad. Esta relevancia de los factores psicológicos ya fue señalada por autores antiguos como Hipócrates y Galeno. 3) Concepción actual. Implica multicausalidad e interrelación, por tanto, es incompatible con la noción lineal de psicogénesis. Según Lipowski, el término “psicosomático” no debería ser utilizado para implicar causalidad, sino para referirse a “relaciones reciprocas entre los factores psicosociales y biológicos”. Lipowski propone la siguiente definición de la medicina psicosomática: “Medicina psicosomática se refiere a una disciplina que trata sobre: 1) el estudio de las correlaciones de los fenómenos psicológicos y sociales con las funciones fisiológicas, normales y patológicas, y sobre la interrelación de los factores biológicos y psicológicos en el desarrollo, curso y resultado de las enfermedades; 2) la defensa de una aproximación holista (o bio-psico-social) al cuidado del paciente y la aplicación de métodos derivados de las ciencias conductuales para la prevención y tratamiento de la morbilidad humana”. SOBRE EL CONCEPTO DE “PSICOSOMÁTICO” Evolución del término “psicosomático”. Distintas concepciones del término Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS Correspondencias entre los tipos de trastornos psicosomáticos establecidos por Alexander y por el DSM-II Alexander DSM-II Asma bronquial Respiratorios Úlcera gastrointestinal. Colitis ulcerosa Gastrointestinales Hipertensión esencial Cardiovasculares Artritis reumatoide Musculoesqueléticos Neurodermatitis De la piel Hipertiroidismo Endocrinos. Genitourinarios. Hemáticos y linfáticos Psicosomática tradicional (de corte psicoanalítico): se ajusta a los siete tipos de trastornos psicosomáticos establecidos por Alexander (asma branquial, úlcera gastrointestinal, colitis ulcerosa, hipertensión esencial, artritis reumatoide, neurodermatitis e hipertiroidismo). Este autor entendía que éstos eran los auténticos trastornos psicosomáticos, ya que su origen y los mecanismos de mantenimiento del trastorno eran de índole psicógena. DSM-II: amplió hasta nueve sistemas somatofisiológicos. El DSM-IV mantiene la idea de que los factores psicológicos pueden influir de forma significativa sobre el inicio y curso de cualquier trastorno orgánico, bajo la denominación de “Factores psicológicos que afectan a la condición médica general”. Esta nueva edición del DSM hace referencia a posibles factores psicológicos o conductuales específicos que afectan adversamente a alguna condición médica general. Esto implica que debe existir una condición médica general (que se codifica en el Eje III), y que esta condición suele entenderse como un estado físico que supone una patología orgánica demostrable, o bien un proceso psicopatológico conocido. Los factores psicológicos pueden afectar a una condición médica a través de las siguientes vías: 1) Alterando el curso de la enfermedad (lo cual puede ser inferido por una estrecha asociación temporal entre los factores psicológicos y el desarrollo, exacerbación o retraso en la recuperación de la condición médica general); 2) Interfiriendo con el tratamiento de la condición médica general; 3) Constituyendo un factor de riesgo adicional para la salud del individuo (ej.: conducta bulímica en diabetes asociada a exceso de peso); 4) Precipitando o exacerbando los síntomas, a través de respuestas fisiológicas asociadas al estrés (ej.: broncoespasmo en el asma). El DSM-IV establece los siguientes seis tipos de factores psicológicos que pueden influir mediante alguna de las vías ya señaladas: 1) Trastornos mentales: correspondientes al eje I (depresión) o II (trastorno de la personalidad). Pueden afectar al curso/tratamiento de una condición médica general. 2) Síntomas psicológicos: síntomas que afectan, aun sin constituir un trastorno, como los síntomas de ansiedad. 3) Rasgos de personalidad o estilos de afrontamiento. El rasgo hostilidad facilita la cardiopatía isquémica; un estilo represor puede retrasar la realización de una intervención quirúrgica. 4) Conductas desadaptativas relacionadas con la salid (ej.: consumo de sustancias). 5) Respuestas fisiológicas asociadas al estrés. 6) Otros factores no especificados (ej.: demográficos, culturales o interpersonales). LOS TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS Clasificaciones anteriores al DSM-IV Trastornos psicosomáticos en el DSM-IV El DSM-II incluía un grupo de trastornos psicofisiológicos. Eran definidos en base a la presencia de síntomas físicos asociados a un solo sistema somatofisiológico y causados por factores emocionales. Los síntomas orgánicos implicados normalmente tenían una fuerte vinculación con el SNA. Un criterio de diagnóstico esencial era la presencia de causas emocionales tanto en el inicio como en el mantenimiento del trastorno. Este enfoque resultó inadecuado por dos motivos: no resultaba apropiado diagnosticar un trastorno siguiendo un criterio de causación lineal, cuando la realidad nos dice que las causas son múltiples e interrelacioneadas; y resultabadifícil diferenciar un trastorno psicofisiológico de una histeria de conversión. DSM-III: asume implícitamente las ideas bio-psico-sociales, es decir, que cualquier trastorno puede ser psicosomático, e introduce la categoría de “Factores psicológicos que afectan a la condición física”. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS Movimiento psicobiológico (Meyer) Teoría psicodinámica (Alexander) Orientaciones de proyección psicosomática TEORÍAS PSICOSOMÁTICAS Una primera fase del desarrollo de la psicosomática estuvo representada por varias aproximaciones teóricas y diversos movimientos apoyados en principios de especificidad que pretenden explicar diferencialmente muchos de los trastornos orgánicos. En la actualidad no tienen una vigencia excesiva. Ejerce una gran influencia, imponiendo una orientación holista en la forma de entender la relación entre la mente y el cuerpo. Predomina en su más pura forma la orientación psicogénica, considerándose los problemas emocionales como los principales factores etiológicos de la enfermedad. Alexander desarrolla una teoría basada en la existencia de conflictos específicos inconscientes. De forma paralela a las teorías anteriores se van plasmando otras orientaciones de clara proyección psicosomática, tales como la homeostática (Cannon enfatiza la interacción entre el SNA y las reacciones emocionales) o la teoría sobre el síndrome general de adaptación (Selye). Teorías de especificidad Estímulo-Respuesta (E-R) Estas hipótesis asumen que un determinado estímulo, o complejo estimular, induce determinadas respuestas fisiológicas y, en consecuencia, una determinada enfermedad en diferentes personas. Se enfatiza la especificidad estimular, ya que la constelación estimular es lo que determina diferencialmente las reacciones fisiológicas. Esta hipótesis ha sido confirmada en algunos estudios, tales como los referidos por Ax y cols., quienes constataron que los tipos de respuestas fisiológicas de estrés se asociaban a características de la propia situación. La hipótesis de especificidad estimular E-R no ha sigo, en general, seriamente considerada en la pasada historia de la medicina psicosomático, aunque existe evidencia experimental y clínica sobre la viabilidad de este tipo de especificidad. Este tipo de especificidad supone que un mismo sujeto tiende a responder fisiológicamente de forma similar a diferentes estímulos estresantes. En la especificidad I-R, un único individuo emite una jerarquía estable de respuestas a diferentes estímulos. La especificidad I-R se ha postulado por diversos autores con términos más o menos equivalentes, tales como: estereotipia de respuesta vegetativa, especificidad de respuesta, especificidad de síntoma o especificidad de órgano. El aspecto común de todos estos términos es la noción de que el individuo tiende a responder al estímulo estresante con hiperreactividad de alguna modalidad fisiológica. La aplicación de esta hipótesis de especificidad I-R en el campo clínico ha adoptado diversas formas y modelos (página siguiente). Teorías de especificidad Individuo-Respuesta (I-R) Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TEORÍAS PSICOSOMÁTICAS Teoría de la debilidad del órgano. Sostiene que una persona tiene una parte de su cuerpo predispuesta para enfermar, independientemente del tipo de estresor. El tipo de enfermedad que puede surgir está determinado por el “eslabón más débil” y esta debilidad puede estar determinada por múltiples factores. Esta teoría, entendida como predisposición genética, ha sido apoyada por abundantes trabajos experimentales. Modelo diátesis-estrés. Diátesis se refiere a la predisposición individual (vulnerabilidad), mientras que el estrés hace referencia a los factores externos (estresores). La enfermedad se explica en base a la interacción entre estos dos factores: ante unas mismas condiciones estresantes, un individuo más vulnerable es más probable que desarrollo un trastorno que otro con menor predisposición. Teoría del balance autónomo (Wenger). Establece la hipótesis de que la gente posee un determinado balance simpático-parasimpático al responder fisiológicamente a los estresantes. Hay personas en las que predomina el sistema simpático, en otras existe dominancia parasimpática y en otras existe un balance entre ambos sistemas. Teoría de Dunbar. Es la más conocidas de las teorías centradas en considerar la especificidad I-R como patrones específicos del individuo que, a su vez, se relacionan con formas de enfermar. Dunbar sugirió que los trastornos psicosomáticos se asociaban a determinados tipos específicos de enfermedad y relacionó con 8 tipos los siguientes 8 trastornos: hipertensión, enfermedad coronaria, angina de pecho, arritmias cardiacas, diabetes, artritis reumatoide, fiebre reumática y fracturas. Hipótesis sobre especificidad de síntoma (Malmo y Shagass). Introducen la idea de especificidad sintomática, es decir, que los síntomas se asocian de forma específica a determinadas reacciones fisiológicas. Esta hipótesis ha sido apoyada. Hipótesis centradas en la consideración del organismo humano como un sistema que se autorregula mediante mecanismos de feedback (destaca Sternbach). La especificidad de respuesta lleva a una activación mantenida de un mismo subsistema fisiológico durante el estrés que, a su vez, conduce a una ruptura de la regulación homeostática del subsistema afectado. Enfatiza la hipótesis de que la evaluación cognitiva que hace el sujeto sobre la situación mediatiza las respuestas de estrés. Se focalizan en las relaciones especificas entre componentes psicológicos y físicos de la respuesta. Este tipo de relación puede darse junto con o independientemente de la especificidad E-R o I-R, o de ambas. La especificidad P-F se refiere a una asociación entre las descripciones psicológicas y físicas de la respuesta (enfermedad). Se trata de dos conjuntos de eventos diferentes, cada uno de los cuales se considera una parte de la respuesta total. Un conjunto de eventos, usualmente (pero no siempre) el informe verbal del paciente, es descrito psicológicamente; el otro, descrito físicamente, es un conjunto de resultados que definen la enfermedad. Cualquier formulación que asocie una emoción específica con una enfermedad determinada, es un ejemplo de este enfoque. Las dos principales teorías clásicas basadas en la especificidad P-F son: 1) Teoría del conflicto o “Teoría de la emoción específica” (Alexander): ha sido la teoría más influyente de la medicina psicosomática hasta hace muy pocos años. El aspecto central consiste en: la activación de conflictos inconscientes (reprimidos) específicos, inductores de reacciones fisiológicas y causantes del desarrollo o exacerbación de la enfermedad. No ha podido ser demostrada empíricamente, aunque algunos de sus principios son coherentes con teorías más modernas. 2) Teoría de las actitudes específicas (Grace y Graham): las diferentes enfermedades o síntomas se asocian a actitudes específicas expresadas por el paciente hacia la situación (estímulo psicológico) que evocó la enfermedad. Definen la actitud en base a dos componentes: 1. Qué siente la persona que le está ocurriendo. 2. Qué desea hacer acerca de ello. Ejemplo. Los individuos con hipertensión esencial: 1. Sienten la amenaza de algún daño. 2. Necesitan estar preparados (alerta) para algo. Modelos en la aplicación de la hipótesis de especificidad I-R Teorías de especificidad psicológico-física (P-F) Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín El hecho de que cada trastorno sea multifactorial ha potenciado la búsqueda de teorías implicadas en trastornos específicos, másque modelos capaces de explicar grupos amplios de condiciones médicas. Algunas innovaciones de estas teorías son: 1. Aplicación al campo de la psicosomática de los principios del aprendizaje instrumental de respuestas autónomas. 2. Modelo psicosocial del estrés (Holmes): basado en la relevancia que tienen los sucesos vitales sobre la enfermedad. Este modelo ha generado una nueva línea de evaluación psicométrica del estrés que ha derivado en el campo de investigación llamado “estrés diario”. 3. Énfasis en la interacción estímulo-cognición-emoción y en sus implicaciones sobre una nueva conceptuación de la conexión entre el estrés y la enfermedad. Relevancia de los procesos cognitivos y consideración del estrés como un proceso de interacción entre individuo y situación. 4. Acentuación de la importancia que juegan los factores psicológicos moduladores, mediadores y de riesgo, respecto a la enfermedad física: estilos de afrontamiento, apoyo social, hábitos de conducta, etc. 5. Expansión del estudio de problemas físicos asociados al sistema inmunológico (cáncer, enfermedades infecciosas…). Recientes investigaciones epidemiológicas tienden a sugerir la existencia de un estilo emocional negativo, definido por el predominio de variables emocionales como la ansiedad, la depresión y la ira/hostilidad, que podría estar implicado en el desarrollo de múltiples trastornos físicos, como la enfermedad coronaria, la hipertensión, el asma, las úlceras gastrointestinales, etc. Este tipo de existencia sugiere la posibilidad de que exista un tipo general de persona predispuesta a la enfermedad. Una posible explicación sería que el estado emocional podría inducir cambios fisiológicos “tóxicos”, o bien facilitar conductas no saludables. Alternativa de Watson y Pennebaker. Según su teoría, en lugar de postular una persona predispuesta a la enfermedad, habría que hablar de persona predispuesta al distress: las personas con mayor afecto negativo son más propensas a exhibir conductas en enfermedad, como autoinformes de malestar emocional, sintomatología somática, quejas de salud, visitas al médico, uso de fármacos, etc. Teoría de la disregulación (Schwartz). Se enmarca en la consideración del organismo como un sistema de autorregulación. Este sistema implica la existencia de mecanismos de feedback no solo dentro del sistema nervioso central, sino también entre el cerebro y el resto del cuerpo. Asume principios tradicionales como el de homeostasis y los vinculados a la biocibernética, la teoría de sistemas y el biofeedback. El proceso básico del modelo puede resumirse en 4 etapas, y el trastorno psicosomático se produce cuando hay una disregulación en cualquiera de ellas: 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS Etapa de las demandas ambientales Los estímulos del medio externo pueden forzar al cerebro a que ignore el feedback negativo procedente del órgano periférico (estómago). Una persona sometida a estrés inevitable debe continuar actuando de cierta forma, a pesar de que el feedback negativo le pide cambiar su conducta. Etapa del procesamiento de la info en el SNC El cerebro puede estar programado, inicialmente por la herencia y después por aprendizaje, para responder inapropiadamente a los estímulos externos o internos. Aunque el feedback negativo enviado por los órganos maltratados puede estar presente, el cerebro puede responder de forma inapropiada. Etapa del órgano periférico El propio órgano puede responder de forma hipo o hiperactiva a las señales provenientes del cerebro. Esto explica por qué, en respuesta al mismo estrés ambiental, solo ciertos órganos se alteran. Es posible que el cerebro sea incapaz de establecer la regulación para compensar el feedback alterado enviado por el órgano defectuoso, o bien que, aunque envié las señales apropiadas, estas no sean suficientes para modificar su funcionamiento. Etapa de feedback negativo El feedback negativo enviado por el órgano periférico puede ser inapropiado (personas que nacen sin el sistema natural para responder al dolor). PERSPECTIVAS ACTUALES Los trastornos psicosomáticos como trastornos multifactoriales Innovaciones introducidas desde la connotación multifactorial Explicaciones basadas en un estilo emocional negativo Teoría de Schwartz Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Modelo amplio y holista denominado modelo bio-psico-social. Fue definido por Engel para integrar en psicosomática los conocimientos procedentes de los campos biológico, psicológico y social mediante procesos interactivos. Según este modelo la enfermedad física puede estar causada por la interacción de múltiples factores: sociales (sucesos vitales), psicológicos (procesos cognitivos) y biológicos (glucocorticoides). Desde este modelo se pone especial énfasis al concepto de salud como complementario al de enfermedad. Aunque actualmente existe más de una interpretación de este término, fue constituido formalmente en la Conferencia de Yale como: “... el campo relacionado con el desarrollo del conocimiento de la ciencia conductual y con las técnicas relevantes para el conocimiento de la salud física y de la enfermedad, y para la aplicación de este conocimiento y estas técnicas al diagnóstico, prevención, tratamiento y rehabilitación”. Para algunos autores se trata de dos manifestaciones cualitativamente diferentes, mientras que para otros es más una cuestión de grado a través de un continuo en cuyos extremos se encuentran la salud y la enfermedad. Organización Mundial de la Salud (OMS): define la salud como “un estado de completo bienestar físico y mental que resulta cuando la gente libre de enfermedad vive en armonía con su entorno y con los demás”. La definición incluye las tres dimensiones de las manifestaciones de la vida humana: la biológica, la psicológica y la social. Esta definición ha sido tachada de demasiado convencional y de escasa utilidad, ya que no sirve para determinar ni el estado de la enfermedad ni para evaluar los resultados del tratamiento, ni para la prevención, ni para la investigación de la salud. Los estados subjetivos como bienestar o felicidad pueden ser experimentados por gente enferma, y viceversa, personas sanas pueden sufrir en diversos grados malestar físico y mental. La salud incluye cierto grado de capacidad del organismo para mantener la armonía y equilibrio entre las manifestaciones vitales, tanto el propio organismo como con respecto a su ambiente. Incluye el funcionamiento de todas las manifestaciones vitales que contribuyen tanto a mantener como a desarrollar su existencia en los ámbitos biológico, psicológico y social. La salud es un proceso de la vida que asegura su mantenimiento, extensión y funcionamiento óptimo, así como la interacción de un organismo con el ambiente. La conducta de salud ha sido definida como cualquier actividad llevada a cabo por una persona, bajo la creencia de que es saludable, con el propósito de prevenir la enfermedad o detectarla antes de que aparezcan los síntomas. Harris y Guten, por su parte, hablan de conducta protectora de la salud para referirse a cualquier actividad llevada a cabo por la persona, independientemente de su estado de salud percibido o real, con el propósito de proteger, promover o mantener la salud. Estas conductas tienen que ver con: nutrición, sueño, ejercicio, contacto con el sistema de salud, higiene personal o vestirse, bienestar psicológico, vigilancia del peso, evitar o limitar el uso de tabaco, uso de medicación y uso de alcohol. La enfermedad es un proceso que altera el curso de la salud de un organismo. Daña los procesos y funciones vitales e interfiere con la capacidad del organismo para interactuar con su ambiente. El concepto posee dos connotaciones diferentes, según se enfatice lo objetivo o lo subjetivo(en general la enfermedad objetiva y subjetiva coinciden, pero no siempre). La denominada conducta de enfermedad se asocia a la enfermedad subjetiva y consiste en actividades que reflejan el estado de enfermedad (ej.: permanecer en cama) y/o la búsqueda de algún remedio. Bajo estas circunstancias el individuo tiende a adoptar el rol de enfermo, sobre todo si se ve reforzado por la familia, amigos… 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS PERSPECTIVAS ACTUALES Enfermedad o salud: medicina psicopática, medicina conductual y psicología de la salud Medicina psicosomática Concepto de salud Conductas de salud Concepto de enfermedad Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS CÉLULAS INMUNITARIAS: células especializadas que se originan en la médula ósea y que, posteriormente, se concentran en órganos específicos (timo), órganos linfáticos periféricos (amígdala), el bazo y los ganglios linfáticos. Las más importantes son los leucocitos (pueden ser granulocitos, monocitos/macrófagos y linfocitos) pero también hay otras células que intervienen en las respuestas inmunitarias: las células asesinas y las células asesinas naturales (NK Natural Killer). Granulocitos Forman parte de la inmunidad innata o no específica, la cual proporciona la primera línea de defensa contra los antígenos, al igual que los monocitos/ macrófagos. Monocitos/ Macrófagos El monocito representa una célula poco madura que reside en la corriente sanguínea. El macrófago supone una célula madura que ha entrado ya en el tejido. Su función principal es reconocer los antígenos. Producen una sustancia denominada Interleucina-1 que estimula la proliferación de linfocitos T. Junto a los granulocitos, estos dos tipos de células poseen una función específica de fagocitosis, cuyo principal contenido consiste en ingerir y destruir los agentes extraños potencialmente peligrosos Inmunidad inespecífica. Linfocitos (efectivos en la destrucción de antígenos) Linfocitos B (células B). Son células que maduran en la medula ósea y se responsabilizan de la producción y secreción de anticuerpos. Desde el punto de vista de su estructura, todos los anticuerpos son inmunoglobinas (Ig), que están presentes en la superficie de las células B. En el organismo humano se han detectado 5 clases de inmunoglobinas, que difieren en su estructura (IgG, IgA, IgM, IgD e IgE). De todas ellas, la IgG es la más abundante, ya que su concentración explica aproximadamente el 75% de la totalidad de inmunoglobinas, mientras que la IgD representa la menos concentración (3%). A partir de los linfocitos B se constituye la inmunidad humoral (específica), que nos protege básicamente contra las infecciones bacterianas. Linfocitos T (células T). Son células que maduran en el timo. Están implicadas en la constitución de la inmunidad celular (específica), la cual interviene en la protección contra virus, neoplasias y hongos. A nivel inmunológico, es posible diferenciar tres subtipos: 1) Células T colaboradoras (T-helper): esenciales para la inmunidad humoral, ya que favorecen el crecimiento de Linfocitos B y estimulan considerablemente la síntesis de anticuerpos. Emplean las linfocinas como señales químicas para controlar la proliferación y activación de otros linfocitos. 2) Células T asesinas o citotóxicas (T-Killer): secretan sustancias tóxicas para los antígenos, produciendo una acción lesiva sobre éstos. Las linfocinas facilitan las reacciones de inflamación del organismo y atraen a los macrófagos, acelerándose así el proceso de fagocitosis. 3) Células T supresoras (T-supressor): bloquean la producción de células B y T, cuando no son necesarias, poniendo fin a la respuesta inmunológica. Células asesinas Sólo pueden atacar al antígeno después de que éste haya sido impregnado por los anticuerpos. Células asesinas naturales (NK) Son capaces de destruir antígenos sin ayuda del resto del sistema inmune; parece ser que desempeñan un papel altamente relevante en la destrucción de células infectadas por virus y en la eliminación de células tumorales. TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE El sistema inmune. Es el complejo más importante que posee el cuerpo humano para defender de las enfermedades adquiridas. La función principal del sistema inmune consiste en identificar y eliminar sustancias extrañas que entran en contacto con el organismo. Esas sustancias se denominan ANTÍGENOS (virus, bacterias, parásitos…). Tipos de células inmunitarias LE U C O C IT O S (G LÓ B U LO S B LA N C O S) Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE El sistema inmune. Inmunocompetencia. Término que refleja el grado en que el sistema inmune es activo y efectivo para evitar el desarrollo de enfermedades inducidas por diversos agentes patógenos. Un funcionamiento inmune inapropiado puede generar enfermedades autoinmunes, como consecuencia de un fracaso para reconocer los marcadores propios y atacar así a los tejidos propios del organismo. Una Inmunocompetencia apropiada se caracteriza por presentar: niveles elevados de linfocitos B, linfocitos T colaboradores y citotóxicos y células NK, así como niveles bajos de linfocitos T supresores (su incremento se asocia a la esclerosis múltiple y la artritis, por ej.). RELACIONES ENTRE EL SISTEMA NEUROENDOCRINO Y EL SISTEMA INMUNE La evidencia empírica demuestra que existe una interacción entre la actividad de los mecanismos inmunológicos y neuroendocrinos a través de los neurotransmisores, los cuales pueden mediar la actividad inmunológica directamente, convirtiéndose en el vínculo funcional más poderoso entre el SNC y los procesos inmunológicos. 1) Por una parte, se ha constatado la implicación de la serotonina, dopamina, adrenalina y noradrenalina en las actividades defensivas inmunológicas. 2) En segundo lugar, se han identificado receptores sensibles a diversos neurotransmisores en la superficie de la membrana de los linfocitos. Las alteraciones en áreas del hipotálamo afectan a la respuesta inmune provocando una reducción en la proliferación de linfocitos o una reducción en la actividad de las NK. Actualmente suele asumirse que la respuesta inmunológica está mediada por la actividad del sistema hipotálamo-hipófiso-suprarrenal y, en consecuencia, por la acción de hormonas asociadas a este sistema, esto es, los glucocorticoides y la hormona hipofisaria adrenocorticotropa ACTH. Abundantes investigaciones han observado las propiedades supresoras de los glucocorticoides sobre los linfocitos T, las células NK y los macrófagos. FACTORES PSICOLÓGICOS E INMUNOCOMPETENCIA Las variables de tipo psicosocial modifican la función inmunológica. La evidencia surgida en torno a este tópico se ha centrado en el contexto del estrés psicosocial y de la influencia de los estados emocionales negativos, en particular a depresión, como elementos moduladores del sistema inmune. Trabajos del grupo de Glaser: enfatizan el papel asignado a los sucesos vitales mayores como factores relevantes de la inmunomodulación. Los eventos relacionados con pérdidas de empleo, divorcio, estrés académico, etc. son capaces de provocar decrementos en la Inmunocompetencia a través de cambios cualitativos y cuantitativos en células NK y en linfocitos B y T. Aunque los resultados no son concluyentes, tienden a apuntar que en las situaciones de estrés crónico se observa un incremento de cortisol, incremento en las respuestas emocionales depresivas y efecto inmunosupresivo. Las situaciones de estrés agudo provocan: reducción de cortisol, incrementos en ACTH y en la proliferación de respuesta linfocitaria ante la estimulacióncon mitógenos. Según el meta-análisis sobre la evidencia científica relativa a la relación entre el estrés y el funcionamiento inmune, que fue llevada a cabo por Herbert y Cohen, las categorías de estrés son: sucesos (duelo, divorcio, exámenes…), estrés a largo plazo (más de un mes), estrés a corto plazo (entre varios días y un mes), estrés interpersonal, estrés no social y autoinforme de estrés. Según diversas investigaciones: en los sujetos depresivos clínicos los índices de inmunocompetencia son significativamente más bajos que en sujetos psíquicamente saludables. una actividad disminuida de las NK podría considerarse como una característica compartida por los sujetos depresivos. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín El tumor obtiene la energía necesaria para nutrirse del portador y carece de funcionalidad fisiológica. Tumor benigno: los tumores benignos tienden a comprimir los tejidos normales que los rodean, pero no crecen penetrando en su interior. Tumor maligno: sus células penetran y se extienden en el interior de los tejidos normales del organismo, pasando posteriormente a través de la corriente sanguínea o de los canales linfáticos a otras áreas corporales en donde establecen nuevos tumores. Los tumores malignos se clasifican en cuatro categorías según el tipo de célula: 1) Carcinomas: se forman a partir de células que recubren las superficies interiores y exteriores del organismo (ej.: piel, intestino, etc.). 2) Sarcomas: provienen de estructuras más profundas (cartílago de los huesos y músculos). 3) Linfomas: tumores que se originan en el tejido linfático (cuello, ingle, axilas). 4) Leucemia: se genera en el sistema sanguíneo. El cáncer produce aproximadamente el 23% de las causas de defunción, considerándose la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares. Ha habido una enorme progresión del crecimiento del cáncer en los países occidentales. En cuanto a los tipos de cáncer más frecuentes en hombres y mujeres destacan: en varones, el cáncer de pulmón (20%), colon y recto (14%) y próstata (20%); en mujeres, el cáncer de pulmón (11%), colon y recto (16% y, sobre todo, el cáncer de mama (27%). Tasas de mortalidad: los porcentajes más elevados se encuentran en el cáncer de pulmón y el cáncer de mama, el cual exhibe la segunda causa de mortalidad por cáncer en la mujer. Las primeras referencias que vincularon los factores psicológicos con el cáncer aparecieron durante el siglo XIX: Snow observó que de un total de 250 historias clínicas de pacientes con cáncer en 156 casos había precedentes de problemas afectivos, relacionados específicamente con pérdidas, en la aparición del trastorno. A comienzos del siglo XX, en el libro de Evans sobre “un estudio psicológico del cáncer” se vuelve a señalar que una de las causas principales era la pérdida de un motivo de amor o de una relación emocional importante. Se han propuesto dos vías complementarias a través de las cuales los factores comportamentales y psicosociales afectan al cáncer: 1) Conductas específicas que incrementan indirectamente el riesgo a padecer cáncer, al exponer a los sujetos a cancerígenos potenciales (tabaco, dieta, alcohol, sol…) o alteran la supervivencia (demora en buscar tratamiento médico o falta de adherencia al mismo). 2) Variables emocionales, estrategias de afrontamiento y estrés: afectan directamente al medio interno, influyendo sobre el riesgo. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Cáncer. El cáncer es el resultado de un crecimiento desordenado e incontrolable de las células del organismo. Todas las células están programadas genéticamente para reproducirse, aunque también existe una programación idéntica para detener dicha reproducción. En condiciones normales, las células que constituyen cada uno de los tejidos del cuerpo humano se van perdiendo debido al uso y al desgaste al que se ven sometidas. Por esta razón, las células inservibles se sustituyen, siguiendo unas condiciones de estricto control, por las células nuevas que se han ido generando. Sin embargo, las células de un cáncer se dividen y crecen de forma aleatoria, espontánea e incontrolada debido a la existencia de una alteración en el mecanismo que inhibe la reproducción celular. Además del crecimiento excesivamente rápido, otra característica de las células tumorales es que son incapaces de organizarse y autorregularse adecuadamente por sí mismas, de tal modo que la masa de tejido que forman no se parece a un tejido normal. Tumor benigno vs. maligno Epidemiología Factores psicológicos y cáncer Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Los efectos negativos del estrés en la activación de los procesos cancerígenos parece ser un proceso bastante indiscutible en la actualidad. Los estudios con animales han demostrado que los diferentes tipos de estresores pueden tener diferentes efectos. En este sentido, el concepto de cronicidad del estresor ha sido propuesto por Sklar y Anisman como una dimensión relevante a tener en cuenta: el estresor crónico tiene efectos inmunosupresivos y se asocia al desarrollo del cáncer, mientras que el estresor agudo exhibe características opuestas e induce efectos inoculativos. La posible relación entre el estrés y el cáncer en seres humanos se ha analizado a partir de la incidencia de los acontecimientos vitales estresantes ocurridos en pacientes con cáncer en orden a compararlos con aquellos sujetos que carecen de este trastorno. Una serie amplia de trabajos constataron que un incremento en la incidencia de sucesos estresantes había precedido el comienzo del cáncer. La mayor parte de los autores han coincidido en apuntar que la categoría de sucesos vitales relativa a las perdidas emocionales, incluyendo la muerte de amigos o familiares y el desempleo, suelen ser las más relevantes para predecir el trastorno en niños y adultos. Por otra parte, la implicación del estrés psicosocial como factor determinante en la evolución del cáncer ha sido poco estudiado, pero, los datos se orientan a favor de que algunos acontecimientos adversos, particularmente el divorcio y la muerte de una persona querida, ocurridos durante un postoperatorio de cáncer de mama, provocan un rebrote del tumor. Incluso se ha apuntado que el tiempo promedio entre la aparición del último suceso estresante y la recurrencia del cáncer de mama podría ser aproximadamente de un año y medio. Los individuos predispuestos al cáncer se han descrito a menudo como personas apaciguadoras, no asertivas, altamente cooperativas, defensivas y extremadamente pacientes. La investigación científica ha resaltado dos tipos de características como factores precursores: 1) Personalidad tipo C: inhibición, represión y negación de las reacciones emocionales, especialmente las agresivas y las de ira. 2) Dificultad para hacer frente de forma activa a las situaciones de estrés, vinculándose a situaciones de indefensión, desesperanza y depresión. La asociación entre la depresión y el cáncer ha constituido un área de estudio particularmente activa. Un aspecto importante a considerar radica en la posibilidad de que un estado afectivo negativo, como parte de una reacción a un evento severo, pueda predisponer al cáncer. No obstante, parece más factible que los sentimientos de indefensión y desesperanza (por ejemplo, perdida de autoconfianza, sentimiento de fracaso) ocurridos como respuesta al estrés contribuyan al desarrollo del cáncer. La evidencia empírica relativa a la influencia de la expresión de emociones en la aparición de síntomas de cáncer es, en general, más clara, consistente y satisfactoria que los hallazgos sobre depresión. La supresión de la ira emerge como un elemento común en los pacientes diagnosticados de tumoresmalignos, en comparación con otro tipo de pacientes. Investigación de Kissen en pacientes con cáncer de pulmón: observó que exhibían dificultades para descargar sus emociones y tendían a ocultar sus problemas emocionales; además, los sujetos con puntuaciones bajas en neuroticismo tenían una probabilidad 6 veces mayor de contraerlo que pacientes con puntuaciones altas. Las bajas puntuaciones en neuroticismo podrían estar reflejando la ausencia de emociones más que su inhibición o supresión. Asimismo, la represión de las emociones podría estar relacionada con el constructo de racionalidad/antiemocionalidad. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Cáncer Estrés y cáncer Características personales y cáncer Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Progresión o curso del cáncer: variables psicológicas como la depresión, la desesperanza, la indefensión y la incapacidad para expresar emociones han sido sugeridas como variables relevantes. Sin embargo, otros grupos de investigadores británicos y americanos sugieren como dimensiones asociadas a la supervivencia de los pacientes con cáncer: las estrategias de afrontamiento de la enfermedad (espíritu de lucha, negación y agresión) y el apoyo social. Eysenck y Grossarth-Maticek: proponiendo durante estos últimos años un modelo psicosomático en el cual postulan varios tipos de personalidad, dos de los cuales podrían asociarse de forma positiva al cáncer. 1) Tipo 1: tipo de predisposición al cáncer. Predice tanto la aparición como la mortalidad por cáncer de forma más precisa que los indicadores tradicionales de riesgo. Es la combinación de este tipo y el estrés psicosocial lo que constituye el principal riego para padecer y/o morir de cáncer. La personalidad Tipo 1 y el estrés interactúan para producir sentimientos de desesperanza, indefensión y depresión, los cuales, a su vez, inducen cambios hormonales manifestados por aumento de cortisol. El aumento de cortisol disminuye la competencia inmunológica favoreciendo el desarrollo del tumor. 2) Tipo 5: tipo racional y antiemocional. Al igual que sucede con la personalidad tipo 1, este estilo de personalidad conduce a respuestas de afrontamiento que implican una expresión inadecuada de las emociones, lo que a su vez se relaciona con cambios neuroendocrinos y, consecuentemente, a la disminución de la competencia inmunológica. El neuroticismo y Psicoticismo elevados (N+ y P+) y la baja extraversión (E-) se han propuesto como factores protectores contra el desarrollo del cáncer. Apoyo social: parece estar relacionado con el curso y progresión de la enfermedad. El apoyo social puede influir sobre la evolución del cáncer: directamente, a través de la adherencia y otras conductas relacionadas con la salud; indirectamente: a través de los mismos mecanismos psicológicos y biológicos implicados en el desarrollo. El apoyo social (real o percibido) podría operar cognitivamente modelando y reforzando soluciones activas de afrontamiento durante las fases de la enfermedad. Las estrategias exitosas de afrontamientos podrían incrementar la autoestima, reducir la depresión y reducir, a su vez, las reacciones fisiológicas de estrés permitiendo que las funciones inmunes y neuroendocrinas retornen al balance homeostático. El sistema inmune constituye un elemento crucial para el control del cáncer, ya que es capaz de identificar y destruir tejidos cancerosos antes de que el ritmo de reproducción celular se acelere desmesuradamente. La relación entre el sistema inmune y los procesos implicados en el cáncer se ha establecido a partir de la formulación de la teoría de vigilancia inmunológica (Keast): las células neoplásicas que se forman regularmente en el organismo, son eliminadas a través de mecanismos inmunológicos. Estos mecanismos se han identificado con un sistema de inmunidad celular natural que, implicando a los linfocitos T, a los macrófagos y a las células asesinas naturales (NK), estarían especializados en destruir las células tumorales. Un descenso inmunológico en estos tres tipos de células incrementaría la vulnerabilidad del organismo al desarrollo de células cancerígenas. Así pues, según Keast, la importancia evolutiva de la vigilancia inmunológica estriba en prevenir el desarrollo de células mutantes malignas. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Cáncer Características personales y cáncer Cáncer y sistema inmune Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Cáncer: prevención Consiste en promocionar conductas dirigidas a evitar los factores que inducen el desarrollo del cáncer. A este nivel de prevención, Bayés propone como elementos importantes la modificación de los estilos de vida referidos al tabaco, dieta y alcohol, y el adiestramiento de los sujetos en la utilización de estrategias apropiadas para afrontar adecuadamente las situaciones de estrés. La American Cancer Society publicó un decálogo de consejos prácticos relativos a los estilos de vida, cuya finalidad iba dirigida a reducir el riesgo de cáncer: a) Dejar de fumar. b) Beber alcohol con moderación. c) Protegerse del sol. d) Aumentar el consumo de legumbres y vegetales. e) Comer alimentos altos en vitamina A. f) Seleccionar alimentos ricos en fibra. g) Inferir alimentos ricos en vitamina C. h) Vigilar el paso y practicar ejercicio regularmente. i) Sustituir la grasa comiendo pescado y productos bajos en ácidos grasos. j) Disminuir el consumo de sal y de alimentos ahumados. Pretende detectar el cáncer en sus etapas iniciales antes de que pueda llegar a ser irreversible. Por tanto, en esta etapa sería imprescindible conseguir una detección precoz de la enfermedad. Se conoce que para algunos tipos de neoplasia (cáncer de mama o útero), que son relativamente curables en los estados iniciales, la demora en la obtención de un diagnostico puede establecer una clara diferencia en términos de supervivencia; sin embargo, para otras, como el cáncer de páncreas, la demora es menos relevante. Aplicación de un tratamiento efectivo dirigido al problema una vez que ha sido diagnosticado. Entre los objetivos más importantes de una acción psicológica a nivel de prevención terciaria deben detectarse los siguientes: a) Conseguir una adherencia del paciente al tratamiento. b) Adiestrar a los pacientes en técnicas de afrontamiento. c) Adiestramiento del personal sanitario en la mejora de sus interacciones con estos pacientes. d) Colaboración en la resolución de problemas como la comunicación del diagnóstico, o la preparación para la muerte en pacientes terminales. Bayés incluye entre las estrategias de prevención terciaria el control psicológico de las náuseas y vómitos anticipatorios debidos al tratamiento médico, la intervención psicológica para hacer frente al dolor y la facilitación de estrategias conductuales necesarias para afrontar necesariamente el impacto de la enfermedad. Prevención primaria Prevención secundaria Prevención terciaria Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). La causa del sida se asocia a un tipo de retrovirus denominado virus de inmunodeficiencia humana (VIH) (un serio problema relacionado con el aislamiento del VIH es que no se trata de un único virus, sino de diversas formas cambiantes de virus). Desde un puntode vista biológico, el desarrollo de la enfermedad se corresponde con un deterioro de la inmunidad celular que parece reflejarse en un descenso de la proporción de linfocitos T colaboradores/supresores. Las personas con sida suelen poseer doble cantidad de linfocitos T supresores que de linfocitos T colaboradores, mientras que en la función inmune normal esta proporción suele estar invertida; también parecen exhibir una actividad disminuida de las NK y de los macrófagos. El SIDA es una combinación compleja de diferentes enfermedades y síntomas. Estos incluyen: 1) Fiebre persistente o sudoración durante la noche. 2) Fatiga severa. 3) Pérdida de peso. 4) Diarreas prolongadas durante varios días. 5) Deterioro progresivo de la función inmunitaria, que se manifiesta bien mediante la aparición de neoplasias (sarcoma de Kaposi), a través de ciertas infecciones oportunistas (neumonía, tuberculosis), o bien por ambos trastornos a la vez. Las variables de carácter psicosocial, y en concreto los factores estresantes, pueden reactivar la seropositividad, incrementado la posibilidad de ocurrencia del SIDA al originar una reducción de las defensas inmunológicas. La presencia del virus en un organismo constituye la condición necesaria, pero no suficiente. Un incremento en la vulnerabilidad del organismo en los individuos seropositivos puede desempeñar un papel importante, o decisivo, en la transición de un estado latente del virus a una manifestación clara e irreversible de la enfermedad. Dado que en la actualidad las investigaciones son casi inexistentes, se ignoran las variables psicológicas específicas que subyacen a la reactivación del virus. No obstante, estos factores de vulnerabilidad podrían ser los mismos a los vinculados a otros trastornos dependientes del sistema inmune (cáncer). La habilidad del VIH para replicarse viene potenciada por la presencia de hormonas corticoides, cuya secreción puede ser propiciada por el estrés. Síntomas y vulnerabilidad La prevención del SIDA desde el punto de vista psicológico, incluye: a) La modificación de hábitos y comportamientos de riesgo susceptibles de producir la transmisión del virus. b) La disminución de la vulnerabilidad a la enfermedad en los organismos expuestos al virus. c) Conseguir que los medios preventivos lleguen con facilidad a los sujetos de riesgo. Prevención primaria: conlleva la educación para la salud, información para modificar hábitos y evitar el contagio (ej.: uso de preservativo en las relaciones sexuales de alto riesgo, utilización de agujas y jeringuillas de un solo uso, etc.). Prevención secundaria: conseguir que las personas se sometan a pruebas de seropositividad cuando sospechen el contagio. Fomentar estrategias de afrontamiento que incrementen la percepción de control, reduzcan los síntomas depresivos y la indefensión. Es necesario incluso fomentar la práctica regular de la relajación en orden a mejorar la inmunocompetencia. Prevención terciaria: facilitar una evolución de la enfermedad lo más positiva posible, evitando recaídas y complicaciones. Intervenir las respuestas emocionales negativas mediante técnicas psicológicas apropiadas. Apoyar en la fase terminal. Prevención del SIDA Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Aunque la mayor tendencia a adquirir los trastornos alérgicos está determinada por el componente hereditario, la importancia de los factores emocionales ha sido también demostrada. Muchas de las hipótesis que se han vertido son de corte psicoanalítico y, como tales, recurren a explicaciones diversas, basadas en procesos inconscientes, tales como la represión de impulsos hostiles, conflictos tempranos (durante la infancia) con la madre, sentimientos reprimidos de frustración e ira, etc. Algunos trastornos asociados a la piel y alergia que se han asociado habitualmente a factores etiológicos de tipo psicológico. En el caso de la rinitis: 1) La rinitis alérgica se ha relacionado por el grupo de T. H. Holmes con el estrés reciente, tal como el producido por sucesos vitales mayores ocurridos durante los meses que preceden al inicio de los síntomas. 2) Autores de orientación psicoanalítica, han vinculado los síntomas de la rinitis (recurrencia o agravamiento) con personas defensivas, inseguras y dependientes, así como también con la existencia de conflictos interpersonales asociados a ansiedad, ira y sentimientos de frustración. 3) Grace y Graham han referido que las personas con rinitis presentan actitudes semejantes a los individuos con asma, esto es, “deseo de olvidarse de todo y no querer hacer nada”. Los trastornos alérgicos y de la piel tienen un componente hereditario (vulnerabilidad inmunológica). Sobre esta vulnerabilidad, los factores estresantes inducen cambios emocionales y de afrontamiento que modifican la eficacia de la función inmunológica. Por otra parte, los trastornos de la piel pueden alterarse a través de mecanismos directos inducidos por la activación del SNA. Alergia y problemas en la piel. La alergia se entiende como una reacción desproporcionada del sistema de defensa del organismo, ante sustancias aparentemente inocuas. Puede estar asociada a la acción de los linfocitos B (anticuerpos) o a la alteración del funcionamiento de los linfocitos T. Artritis Reumatoide. Es una enfermedad crónica de tipo autoinmune que se manifiesta por inflamación de las articulaciones. Afecta aproximadamente al 1% de la población general, entre los 20 y los 50 años y más a las mujeres que a los hombres (3:1). Las primeras investigaciones hipotetizaron la existencia de una personalidad artrítica, a partir de la cual se postulaba que ciertos rasgos de personalidad, tales como depresión, hostilidad, compulsividad y expresión emocional restringida estaban asociados con el reúma. Sin embargo, la evidencia surgida con posterioridad, sustentada en planteamientos metodológicos más firmes, ha sido incapaz de corroborar dichos datos. Parece existir cierto acuerdo a la hora de apoyar que el comienzo y la agravación de la enfermedad reumática están influenciados por acontecimientos estresantes. Algunos estudios procedentes de la práctica clínica han confirmado que los enfermos artríticos referían mayor frecuencia de sucesos vitales, así como mayor nivel de estrés percibido que los grupos de control. También se ha constatado que los estresores menores predicen, de forma más satisfactoria que los mayores, las fluctuaciones en la enfermedad. Dos tipos de artritis reumatoide (Rimon y Laakso): 1) Relacionada con el estrés: de comienzo rápido, cambio en la severidad de los síntomas y ausencia de historia reumática familiar. 2) Desligada del estrés: carga genética. De comienzo lento, constancia en la severidad de los síntomas y elevada incidencia familiar. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Tuberculosis: primera enfermedad en la que se postuló un componente psicológico. En los pacientes con tuberculosis, infección bacteriana de los pulmones, la actividad fagocitaria se encuentra disminuida durante situaciones de tensión emocional. Los sucesos vitales pueden deteriorar el funcionamiento inmunológico, incrementando la susceptibilidad a esta enfermedad. Holmes y cols. constataron un aumento significativo de eventos estresantes, tales como los cambios de trabajo y de residencia, durante los dos años que precedieron al comienzo de la hospitalización por una enfermedad tuberculosa. Diversos estudios han asociado las situaciones psicológicas adversas con el comienzo de infecciones leves del tracto respiratorio. Ciertos factores podrían contribuir a la vulnerabilidad hacia enfermedades infecciosas, deforma equivalente a como se ha establecido con otras enfermedades como el cáncer o la enfermedad coronaria. Las características psicológicas que se han propuesto de vulnerabilidad para el cáncer podrían ser igualmente válidas en el caso de las enfermedades infecciosas, además de cierta deficiencia en la eficacia inmunológica. Individuos de tipo 1: diversas investigaciones han constatado que este tipo de personas presentan con mayor frecuencia infecciones graves y leves. Lo cual podría denotar un peor funcionamiento inmunológico en estas personas en comparación con los individuos en los que predominan alguno de los 5 tipos restantes y, en consecuencia, una mayor vulnerabilidad en condiciones de estrés para desarrollar trastornos implicados con la actividad inmune. Tomando conjuntamente variables psicosociales, biológicas y conductuales, Cohen y Williamson ha propuesto dos modelos distintos que pretenden explicar la implicación del estrés en el inicio y mantenimiento de los procesos infecciosos. Inicio de la enfermedad. La susceptibilidad (inicio) a la infección está mediatizada predominantemente por la función inmune. El estrés puede influir en la inmunidad, bien a través de mecanismos nerviosos, o bien mediante la liberación de hormonas, implicando la activación de los procesos neuroendocrinos. En este último caso, las catecolaminas, el cortisol, la hormona del crecimiento, la prolactina y los opiáceos endógenos constituyen un rango de sustancias hormonales que, una vez liberadas antes las situaciones estresoras, poseen implicaciones en la modulación inmune. Asimismo, Las pautas de conducta que los sujetos llevan a cabo para afrontar el estrés pueden derivar en prácticas poco saludables (incremento en el consumo de alcohol y tabaco, dieta desequilibrada, dificultades para dormir, etc.), que inducirían igualmente cambios inmunológicos. El desarrollo de una enfermedad infecciosa puede ocurrir simplemente por exposición a determinados agentes patógenos, momento en el que juegan un papel relevante las estrategias de afrontamiento social. Progresión de la enfermedad. El estrés puede influir sobre el curso y la severidad de las enfermedades infecciosas mediante una acción directa sobre el tejido implicado en la enfermedad. Dichos efectos pueden provenir por vía del sistema endocrino, a través de cambio en las prácticas de salud y/o por medio de los fracasos en la adherencia. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE Enfermedades infecciosas. Grupo heterogéneo de trastornos causados por virus, bacterias u hongos que pueden afectar a cualquier sistema orgánico del individuo. De los estudios realizados se desprende la relación entre el estrés y los problemas de tipo infeccioso: el estrés psicosocial (sucesos vitales mayores y/o menores) reduce significativamente la resistencia a estas enfermedades. Tuberculosis y componentes psicológicos Factores de vulnerabilidad Modelos de Cohen y Williams: inicio y mantenimiento de los trastornos infecciosos Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Una línea predominante de investigación de estrés psicosocial es la que se ha centrado en el estudio de los sucesos vitales, desarrollada inicialmente por el grupo de Holmes. Según este grupo, el efecto negativo del estrés psicosocial influye negativamente sobre la salud física general, incluida la función cardiovascular. La influencia de sucesos vitales también se ha evaluado mediante rigurosos métodos de entrevista y mediante estudios longitudinales. Éstos no solo predicen la angina de pecho, la cual puede o no asociarse a infarto de miocardio, sino que predice también el futuro desarrollo de este último. La enfermedad coronaria podría asociarse más específicamente con el estrés inducido por situaciones o sucesos de tipo laboral: sobrecarga laboral, demandas laborales, satisfacción con el trabajo, autonomía laboral, control, etc. También hay que considerar que el efecto del estrés psicosocial sobre la CC interactúa con otros factores sociales, en particular con el apoyo social y la calidad de comunicación social; estos factores parecen amortiguar el impacto del estrés. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE La cardiopatía coronaria: aspectos generales CARDIOPATÍA ISQUÉMICA: EN QUÉ CONSISTE. La cardiopatía coronaria (CC) o enfermedad arterial coronaria (EAC) suele identificarse con el concepto genérico de cardiopatía isquémica. Es la responsable del denominado infarto de miocardio: proceso agudo (se desarrolla en minutos) producido por la deficiencia de aporte sanguíneo al musculo cardiaco, es decir, por la isquemia (necrosis isquémica de una zona del miocardio). Dos tercios de las muertes debidas a enfermedad coronaria tienen un carácter súbito por infarto de miocardio. El proceso y evolución del infarto depende del grado y duración de la isquemia. El termino isquemia se emplea aquí para denotar que el aporte de sangre a las células del miocardio (musculo cardiaco) es insuficiente para cubrir las necesidades metabólicas. El carácter agudo del infarto ha provocado que al hablar de isquemia se entienda también como un fenómeno de naturaleza aguda, pero actualmente no se descarta que existan formas de isquemia crónica, producidas lentamente a través de los años CAUSAS DE LA CARDIOPATÍA CORONARIA. La causa directa de la cardiopatía isquémica es la aterosclerosis: engrosamiento y perdida de elasticidad de las paredes arteriales; consiste en cambios producidos por acumulación progresiva de lípidos (depósitos de colesterol y otros lípidos) hidratos de carbono, tejido fibroso y depósitos de calcio. Este engrosamiento, recubierto por la denominada “placa fibrosa” (se desarrolla abundante tejido fibroso), está básicamente constituido por células ricas en depósitos grasos y se denomina habitualmente ateroma. El desprendimiento del ateroma puede provocar un coagulo oclusivo (trombosis) que, a la vez, puede ser facilitado por incrementos en coagulación y vasoconstricción, induciendo déficit agudo de riego sanguíneo y, por tanto, del necesario aporte de oxígeno al musculo cardiaco. Concurrentemente, pueden aparecer episodios sintomáticos de angina de pecho, caracterizados por un dolor torácico de carácter súbito y recurrente, con sensación de ahogo, sofocación y muerte inminente, que resulta por lo regular de insuficiencia de oxígeno en el miocardio y que puede ser desencadenado por esfuerzo o excitación. La cardiopatía isquémica puede estar causada por múltiples factores: componentes hereditarios, alteraciones en lipoproteínas, hipertensión, tabaco, diabetes mellitus, obesidad, alcohol, dieta, factores psicosociales como estrés… La cardiopatía coronaria: factores psicológicos Estrés psicosocial Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín El tipo A se caracteriza por: una fuerte ambición, necesidad de logro, afán competitivo, tendencia a sobrecargarse de actividades y desempeñar puestos de responsabilidad, sentido acusado de urgencia temporal e impaciencia y altos niveles de agresividad y hostilidad (especialmente como reacción a la frustración). Así, la conceptuación del tipo A se ha centrado en los siguientes cuatro componentes: competitividad, sobrecarga laboral, impaciencia y hostilidad (la ausencia de estas características configura el tipo B). Los sujetos tipo A perciben el entorno como opuesto a sus objetivos y con un nivel de reto personal elevado, perciben de forma amenazante su autoestima y control, y necesitan autoafirmarse y recuperar la situación de control a través de logros personales. Estas características hacen que este tipo de personas permanezcan frecuentementeen situaciones de estrés y riesgo personal. La relevancia del tipo A se debe básicamente al componente de hostilidad implícito en este constructo. Spielberg, Krasner y Solomon formularon el síndrome AHA (anger-hostility-agression) como un complejo de riesgo para la CC; este complejo implica tanto el estado como el rasgo (hostilidad) de la ira, así como también la expresión y el control de la misma. Las pruebas a favor no son claras. Una línea alternativa de investigación se ha centrado en varias medidas de la hostilidad que podrían relacionarse con el desarrollo de CC, tales como: 1. Escala de hostilidad Ho: sugiere varias dimensiones como predictoras de la CC, como actitudes cínicas, afecto hostil y conductas agresivas; 2. Estimación del potencial de hostilidad (PH): derivadas de la entrevista estructurada del tipo A; 3. Inventario de hostilidad de Buss y Durkee: contiene una escala de suspicacia-resentimiento, que mide un factor de hostilidad experimentada, y otra de ataque-agresión verbal que mide un factor de hostilidad expresiva; 4. La variable de antagonismo de los 5 grandes factores de personalidad. El tipo 2 (Modelo de Eysenck y Grossarth-Maticek tema estrés) define a personas predispuestas al desarrollo de CCy enfermedad cerebrovascular, así como también a la mortalidad de estos trastornos. El modelo ha sido propuesto por los autores como alternativa a las insuficiencias de otras teorías, tales como la asociada al propio tipo A, y ha sido probado en varios estudios longitudinales. La hostilidad, la ansiedad y la depresión, especialmente las dos últimas, constituyen las principales variables psicológicas implicadas en la salud cardiovascular. El estrés psicosocial, aparte de sus efectos directos sobre el corazón mediados por los diversos mecanismos fisiológicos (incrementos de adrenalina, noradrenalina, lipolisis, tasa cardiaca, etc.), también actúa incrementando las emociones negativas (hostilidad, ansiedad y depresión). Existe en este sentido abundante información para afirmar que la depresión constituye un factor de riesgo de primer orden en relación con posibles complicaciones o la muerte tras el infarto de miocardio. Un aspecto importante destacado por Sandín se refiere a la posible implicación del denominado “agotamiento vital” en conexión con la depresión: fatiga y pérdida de energía o vigor, aumento de la irritabilidad y sentimientos de desmoralización. Son también frecuentes los problemas de sueño. El eje hipotálamo-hipófiso-médulo-suprarrenal se ha considerado el principal nexo sobre el que se han formulado las hipótesis que vinculan las variables psicológicas a los trastornos cardiovasculares. La adrenalina es vasopresora, aumenta la presión arterial, estimula el músculo cardiaco y aumenta el output y gasto del corazón; la noradrenalina se libera en especial como respuesta a la hipotensión, siendo un potente vasopresor; El incremento de catecolaminas plasmáticas se relaciona con la hipertensión esencial, importante factor de riesgo de la CC. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE La cardiopatía coronaria: factores psicológicos Conducta Tipo A Hostilidad, ira y agresión Personalidad tipo 2 Hostilidad, depresión y ansiedad Mecanismos psicofisiológicos Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS Criterios para el diagnóstico del SII: sintomatología recurrente mínimo 3 meses 1. Dolor abdominal que mejora con la defecación o se asocia a cambios en la frecuencia o consistencia de las deposiciones. 2. Alteraciones en la defecación, al menos en un 25% de las veces, de dos o más de los siguientes síntomas: a) Alteraciones en la frecuencia de las deposiciones. b) Alteraciones en la consistencia (dura, pastora/líquida). c) Alteración en la evacuación (con dificultad, sensación de evacuación incompleta) d) Eliminación de moco. e) Distensión abdominal. TRASTORNOS GASTROINTESTINALES El sistema gastrointestinal se relaciona de forma muy estrecha con los procesos psicofisiológicos asociados al estrés, mediado en gran parte por la activación del sistema nervioso autónomo. Los tipos de trastornos gastrointestinales, en los que se considera que los factores psicosociales pueden jugar algún papel en su etiología, mantenimiento o en la remisión de la sintomatología, son los siguientes: úlcera péptica, síndrome de intestino irritable (SII) y enfermedad inflamatoria intestinal. La úlcera péptica se asocia con dolor en el epigastrio, dolor que aparece varias horas después de comer y durante el sueño. A menudo cede con la comida o tomando antiácidos. Diferencias entre la úlcera gástrica y duodenal: 1. Diferencias en la edad de comienzo y la distribución de sexos, a favor de una aparición anterior en el caso de la úlcera gástrica y de una frecuencia mayor en los hombres que en las mujeres en el caso de la úlcera duodenal. 2. Los datos sobre la transmisión genética también son distintos. La úlcera duodenal tiene una prevalencia mayor en personas con sangre del tipo O y en personas que no secretan antígeno AB en saliva; esto no ocurre en los sujetos con úlcera gástrica. 3. Los mecanismos fisiológicos para ambos trastornos son diferentes. Como grupo, los pacientes con úlcera duodenal muestran elevación en la secreción de ácidos (ácido clorhídrico y pepsina) comparados con los sujetos normales, mientras que los pacientes con úlcera gástrica no. 4. También parece haber diferencias respecto al estrés psicosocial. Los pacientes con úlcera duodenal muestran más cambios significativos en su vida (sucesos vitales) que preceden al inicio de la enfermedad que los pacientes con úlcera gástrica. Sin embargo, ambos grupos muestran un incremento significativo en el número de tales eventos precediendo al inicio o exacerbación de sus síntomas. Los sucesos vitales estresantes pueden contribuir significativamente a la etiología de la úlcera, particularmente de la duodenal, asumiéndose que las reacciones psicofisiológicas relacionadas con las respuestas de estrés determinan el incremento de la secreción de ácidos (pepsina, etc.) responsables del trastorno. Este trastorno no es explicable por alteraciones estructurales ni bioquímicas. Afecta al 15-20% de la población en los países occidentales. La patofisiología del SII aún no se comprende en su totalidad, sin embargo, parece que los síntomas son originados por un aumento de la respuesta motriz intestinal (colon) a estímulos que afectan al tracto intestinal (dieta, activación emocional, distensión) y/o por un aumento de la sensibilidad visceral a estos estímulos vía sistema nervioso central y autónomo (parasimpático). El dolor abdominal parece que se origina en los receptores sensibles a la distensión provocada por la presencia de gases, heces o contracciones espásticas del intestino en la porción distal del colon. Pacientes con alteraciones en la percepción del dolor y con más riesgos clínicos de ansiedad y prevalencia de trastornos psiquiátricos. Úlcera Péptica. Consiste en la erosión de la mucosa del estómago (gástrica) o del duodeno (duodenal), causada por la acción de ácidos gástricos y pepsina. Síndrome de Intestino Irritable (SII). Trastorno funcional de la motilidad del tracto intestinal, caracterizado por un complejo sintomático crónico y recurrente. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS GASTROINTESTINALES Trastornos Inflamatorios del Intestino: dos trastornos que conllevan un proceso inflamatorio del intestino son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Ambos compartenaspectos sintomatológicos y curso clínico y su etiología es escasamente conocida. Se caracteriza por una grave inflamación de la mucosa del intestino grueso. El trastorno puede iniciarse de forma aguda e insidiosa, siendo sus principales síntomas: dolor abdominal intenso, fiebre, taquicardia y síntomas secundarios debidos a la pérdida de fluido causada por la diarrea. La evolución general de la enfermedad es bastante variable, pero suele consistir en períodos de remisión interrumpidos por exacerbaciones. El cáncer de colon es la complicación más seria de la colitis ulcerosa, siendo este tipo de cáncer frecuente en pacientes con colitis ulcerosa, y la probabilidad de que esto ocurra está en relación con la duración de la enfermedad y la cantidad de la porción de colon dañado. En pacientes con historia de enfermedad de 25 años y teniendo dañado todo el colon, el riesgo de cáncer es aproximadamente del 40%. Consiste en un proceso inflamatorio necrosante que afecta primero a la mucosa y se extiende penetrando en toda la pared del intestino. Esta inflamación puede ocurrir en cualquier zona del tracto intestinal y puede aparecer en dos o más zonas separadas por tejido sano. Suele tener un inicio insidioso, el paciente refiere dolor abdominal periódico, retortijones u otras sensaciones dolorosas. A menudo se acompaña de diarrea con posibles sensaciones de urgencia. Si el trastorno es más grave, el individuo puede sufrir anemia persistente, pérdida de peso y síntomas de malnutrición y mala absorción. También puede aparecer diarrea sangrante (menos que en la colitis) y el desarrollo de cicatrices puede provocar una obstrucción intestinal Colitis ulcerosa Enfermedad de Crohn Los mecanismos fisiológicos propuestos para la explicación de la colitis ulcerosa y de la enfermedad de Crohn han sido fundamentalmente los tres siguientes: 1. Un proceso infeccioso. 2. Alteraciones en la motilidad intestinal. 3. Respuestas inmunológicas anormales. De las hipótesis planteadas, la que cuenta con mayores evidencias en la contribución a la etiología de estos trastornos es la relacionada con procesos de autoinmunidad o deficiencia inmunológica. La posible contribución de los mecanismos inmunológicos permitiría explicar por qué características psicosociales de los sujetos, como su exposición a acontecimientos estresantes, pudieran precipitar la exacerbación de estos trastornos. Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín Durante bastante tiempo se consideró que la alergia constituía el factor etiopatogénico por excelencia y se clasificación del asma en dos grandes grupos en función de la respuesta del paciente a determinados alérgenos: 1. Asmas extrínsecas: aquellas que respondían a factores alérgicos comprobados. 2. Asma intrínseca: aquella en la que no es posible detectar factores alérgicos específicos. En la actualidad parece más correcto considerar el asma como un fenómeno de hipersensibilidad o hiperreactividad de la mucosa respiratoria Cualquiera que sea la definición de asma que se asuma, esta debe incluir al menos tres conceptos básicos: 1) Limitación del flujo aéreo, que a nivel clínico se manifiesta por paroxismos de disnea, tos y sibilancias y que, a nivel fisiopatológico, responde a un estrechamiento difuso de las vías aéreas. 2) Reversibilidad de la sintomatología, ya sea total o parcial, y motivada o no por la acción terapéutica. 3) Hiperreactividad bronquial inespecífica, esto es, incremento de la respuesta broncoconstrictora ante diversos agentes físicos, químicos o farmacológicos. Los aspectos psicológicos vinculados al asma ya fueron considerados en épocas pasadas al ser ésta definida como una enfermedad psicosomática. 1) Alexander atribuyó los ataques de asma a conflictos de dependencia. Aparecían con más probabilidad si una persona era o temía ser rechazada por otra. 2) Belloch considera que los aspectos psicológicos del asma implican una doble perspectiva: a) El estudio de variables psicológicas que favorecen la inducción de las crisis de asma. b) Estudio de ciertas variables disposicionales (ansiedad-rasgo y estilos cognitivos) o de trastornos (depresión, ansiedad), que ejercen una influencia notable en la evolución del asma. En la actualidad el interés por los aspectos psicológicos asociados con el asma se centra básicamente en el estudio de las variables que ejercen un papel importante en su evolución y pronóstico. Dado el carácter crónico del asma bronquial, es importante la investigación de los estilos de afrontamiento que desarrollan los asmáticos ante su enfermedad en general, y ante un ataque de asma en particular. Estilos de afrontamiento de la enfermedad como el exceso de preocupación, las rumiaciones sobre ellas, las respuestas emocionales intensas ante un ataque (o un posible ataque) y los estilos restrictivos de vida explican gran parte de los reingresos hospitalarios y del absentismo laboral de los pacientes asmáticos. El asma suele tener una evolución benigna, y una proporción muy elevada de asmáticos se sitúa dentro de los límites de la normalidad psicológica. 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS TRASTORNOS RESPIRATORIOS Asma bronquial o trastorno obstructivo reversible de las vías respiratorias. Consiste en la constricción de los bronquios, que da como resultado dificultades respiratorias debido al edema bronquial, secreciones y broncoconstricción. Es una enfermedad de naturaleza crónica cuyo comienzo suele tener lugar en los primeros años de vida. Etiopatología Aspectos importantes en la definición Aspectos psicológicos Estilos de afrontamiento Psicopatología 2016-2017 Llanos Merín 7.3. TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS DIABETES TIPO I DIABETES TIPO II Niños y adolescentes (12 años). Falta de insulina endógena. Deterioro pancreático: infección viral o genético. Diabetes dependientes de la insulina (DDI). Necesidad de insulina exógena. Nunca control por dieta y ejercicio. Control por administración de insulina. Edad adulta. Existe insulina endógena. Problemas en: receptores de insulina, déficit en la acción de la insulina o altos niveles de glucosa plasmática. No dependiente de la insulina (DNDI). No necesidad de insulina exógena. Control por dieta y ejercicio. DIABETES MELLITUS La diabetes se define como una alteración del metabolismo de la glucosa, originada a partir de una actividad insulínica deficiente; bien porque las células beta del páncreas secretan insuficientes niveles de esta hormona, o bien porque la insulina producida no se utiliza de forma efectiva. Es una enfermedad crónica común, cuya prevalencia oscila entre el 1 y el 3% de la población general, incrementándose al 5-10% entre los mayores de 40 años. Diabetes Tipo I. Diabetes dependiente de insulina (DDI). Propia de la infancia y adolescencia cuya edad de comienzo se sitúa a los 12 años. El organismo no genera insulina endógena, como consecuencia, probablemente, de un deterioro pancreático producido por una infección viral o por alguna alteración genética. También se ha apuntado la posibilidad de contemplar la diabetes tipo I como una enfermedad autoinmune en la que los linfocitos T destruirían los islotes pancreáticos que secretan insulina. De ahí que la característica más importante de la diabetes tipo I radica en que para poder sobrevivir, el sujeto depende de la administración de insulina exógena, así como de un régimen diario bastante estricto que ayuda a balancear la ingesta de insulina. Diabetes Tipo II. Diabetes no dependiente de insulina y asociada a menudo con la obesidad (DNDI). La secreción de insulina endógena es similar a la normal,
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