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Medicine. 2019;12(88):5161-9 5161
Hemoptisis
D. Chiluiza, A. García y C.A. Quezada*
Servicio de Neumología. Hospital Universitario Ramon y Cajal. IRICYS. Madrid. España.
Resumen
La hemoptisis es la expectoración de sangre proveniente del árbol traqueobronquial. Es importante iden-
tificar su etiología y su localización para elegir el tratamiento adecuado. La radiografía de tórax es la pri-
mera prueba de imagen que se debe realizar y, en función de la sospecha clínica, es útil en la elección de 
otras modalidades diagnósticas como la tomografía computadorizada, la angio-TC multidetector (MD) o 
la broncoscopia. El objetivo del tratamiento es: detener el sangrado, evitar la aspiración, y tratar la cau-
sa. La evaluación de la gravedad de la hemoptisis es el aspecto más importante para decidir si el manejo 
se debe realizar de forma ambulatoria o si el paciente requiere ingreso hospitalario. La broncoscopia es 
una técnica que consigue el control del sangrado y garantiza la permeabilidad de la vía aérea, aislando el 
árbol bronquial no afectado del área sangrante. La embolización está indicada cuando se observa que 
las arterias responsables del sangrado pertenecen a la circulación bronquial, malformaciones arteriove-
nosas o patológicas visualizadas en la angio-TCMD. La cirugía en la actualidad es excepcional y está re-
servada para aquellos pacientes en los que el tratamiento etiológico sea quirúrgico.
Abstract
Hemoptysis
Hemoptysis is defined as the spitting of blood derived from bronchial tubes. Proper treatment requires 
etiology identification and location. The first imaging test is chest radiography; according clinical 
suspicion, other diagnostic tests can be useful (computed tomography, multidetector CT angiography –
MD-CTA– or bronchoscopy). Treatment goals are: bleeding cessation, aspiration prevention, and 
treatment of the underlying cause. Severity assessment is key in the deciding management typology: 
outpatient or hospitalization basis. Bronchoscopy allows both bleeding control and airway maintenance 
capabilities. According with MD-CTA results regarding origin of the bleeding (bronchial artery, 
arteriovenous malformations or pathological) artery embolization is indicated. Nowadays, surgery is 
exceptional, only indicated when the underlying cause treatment requires it.
Palabras Clave:
- Hemoptisis
- Angiotomografía 
computadorizada 
multidetector
- Embolización
- Broncoscopia
Keywords:
- Hemoptysis
- Multidetector CT angiography 
- Embolization
- Bronchoscopy
ACTUALIZACIÓN
Introducción
La hemoptisis es la expectoración de sangre proveniente del 
árbol traqueobronquial. Ante un paciente con sospecha de 
hemoptisis se debe confirmar su existencia, establecer su gra-
vedad, localizar el origen y determinar su causa. Este artícu-
lo pretende actualizar los conceptos diagnósticos y terapéu-
ticos. 
Definición 
La hemoptisis se define como la expectoración de sangre 
procedente del tracto respiratorio inferior. La mayoría de los 
casos de hemoptisis ocurren en adultos con una edad media 
de 62 años, con una ratio hombre: mujer de 2:11.
En la definición de hemoptisis se incluyen tres entidades: 
la tinción del esputo con estrías de sangre que se denomina 
expectoración hemoptoica; la hemoptisis franca que es la 
emisión únicamente de sangre y la hemoptisis amenazante o 
masiva que se define como aquella expectoración de sangre 
en una cantidad con riesgo vital2. La definición de hemopti-
sis masiva varía ampliamente en los trabajos publicados, con 
*Correspondencia 
Correo electrónico: carlosandres.quezada@salud.madrid.org
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MEDICINA DE URGENCIAS (II)
valores que oscilan entre un volumen de sangre expectorada 
de 100 a 600 ml en un tiempo que varía también según los 
autores. Por ello, se prefiere el término de hemoptisis ame-
nazante, definida como aquella que supone un riesgo para la 
vida del paciente, el cual viene determinado por el volumen 
total del sangrado, la velocidad de este y la reserva cardiopul-
monar del paciente1-3. 
Es importante distinguir la hemoptisis verdadera de 
otros sangrados procedentes del tracto respiratorio superior 
o del tracto gastrointestinal. Es una potencial causa de emer-
gencia médica y requiere un diagnóstico y tratamiento rápi-
dos. Se estima que el tratamiento conservador de la hemop-
tisis masiva tiene una mortalidad entre el 50 y el 100%4-6.
Etiología 
Aunque hay muchas causas de hemoptisis, la más frecuente a 
nivel mundial es la tuberculosis. En la tabla 1 se resumen las 
principales causas de hemoptisis. En el mundo occidental, el 
50% de los casos de hemoptisis son idiopáticos y el otro 50% 
se reparten entre las siguientes causas7,8:
1. Enfermedades inflamatorias de las vías aéreas (25,8%), 
incluyendo tuberculosis (2,7%) y aspergilosis (1,1%). 
2. Cáncer de pulmón y metástasis (17,4%).
3. Bronquiectasias (6,8%). 
4. Causas cardiovasculares como edema agudo de pul-
món, estenosis mitral (4,2%) y embolia de pulmón (2,6%).
5. Tratamiento anticoagulante o trombolisis (3,5%)
Fisiopatología
El mecanismo de producción de la hemoptisis surge de la 
particular anatomía de la circulación pulmonar. La sangre 
llega al pulmón procedente de dos sistemas: las arterias pul-
monares y las arterias bronquiales. Las arterias pulmonares 
son un sistema de baja presión y son las responsables del 
intercambio gaseoso7,8.
Las arterias bronquiales forman parte de la circulación 
sistémica, tienen mayor presión y mucho menor flujo; de 
ellas depende la irrigación de los bronquios y la pleura visce-
ral. A pesar de su menor contribución al flujo sanguíneo pul-
monar, las arterias bronquiales son el origen de la mayoría de 
las hemoptisis. Los vasos de esta red bronquial causantes 
de hemorragia suelen ser vasos neoformados, generalmente 
secundarios a una enfermedad inflamatoria (bronquiectasias, 
absceso pulmonar, tuberculosis). Las paredes de las arterias 
bronquiales son más frágiles y delgadas y no son capaces de 
realizar un vasoespasmo tan potente como los vasos sistémi-
cos. Por tanto, los medios físicos y farmacológicos tienen 
solamente un leve efecto sobre ellas. La causa más frecuente 
de su hemorragia es la ulceración de la pared del vaso causa-
da por un proceso destructivo del parénquima pulmonar, 
como por ejemplo una neoplasia. En estos casos, el cese de la 
hemorragia suele ser debido al sellado temporal realizado 
por un coágulo, cuya disolución conduce a una recaída más 
grave. Desafortunadamente, no siempre es factible la dife-
renciación de la red vascular origen de la hemorragia. Se han 
publicado estudios angiográficos y broncoscópicos que de-
muestran que el 90% de las hemoptisis se origina en las ar-
terias bronquiales, el 5% en las arterias pulmonares y el 5% 
en las arterias bronquiales no sistémicas7-9. 
El objetivo ante un caso de hemoptisis es detectar si exis-
te riesgo vital para el paciente, cuantificando el sangrado e 
identificando los signos vitales del paciente como la oxigena-
ción mediante saturación de oxígeno y/o gasometría arterial, 
monitorización de la tensión arterial, frecuencia cardíaca y 
respiratoria, cianosis y deterioro del nivel de consciencia9. 
Las causas de hemoptisis amenazante y los criterios de deri-
vación sin demora a una Unidad de Cuidados Intensivos 
(UCI) se exponen en las tablas 2 y 3, respectivamente. 
Diagnóstico
En todo paciente con hemoptisis es fundamental poner en 
marcha diferentes estrategias diagnósticas con el objetivo de 
identificar la causa y la localización de la hemorragia. El pri-
TABLA 1
Causas de la hemoptisis
Causas pulmonares Fibrosis quística
Bronquiectasias
Enfisema
Malformación arteriovenosa pulmonar
Embolia pulmonar
Carcinoma broncogénico/metástasis
Tumores benignos
Hemoptisis catamenial
Tuberculosis/infección por bacterias no tuberculosas
Neumonía necrotizante y abscesos pulmonares
Micetoma y otras infecciones fúngicas
Infecciones víricas
Hipertensión pulmonar
Cardiovasculares y 
hematológicasEstenosis mitral
Fallo del ventrículo izquierdo
Endocarditis tricuspídea
Cardiopatías congénitas
Edema agudo de pulmón
Coagulación intravascular diseminada
Trombocitopenia
Leucemia
Hemofilia
Sistémicas Amiloidosis
Síndrome de hemorragia alveolar (poliangeítis 
microscópica, granulomatosis de Wegener, enfermedad 
de Goodpasture, hemosiderosis pulmonar idiopática)
Lupus eritematoso sistémico
Enfermedad de Behçet
Esclerodermia
Iatrogénicas Biopsia pulmonar/punción aspiración con aguja fina
Intubación traqueal, traqueotomía
Complicación broncoscopia
Radioterapia y braquiterapia endobronquial
Fármacos anticoagulantes
Otras causas Traumatismos
Consumo de cocaína y otras sustancias inhaladas
Idiopáticas
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HEMOPTISIS
mer paso es confirmar que se trata realmente de una hemop-
tisis, es decir, que la sangre proviene del aparato respiratorio 
y no del tracto gastrointestinal ni de la región orofaríngea. 
En algunas ocasiones, es difícil discernir el origen del sangra-
do, en este sentido, la historia clínica y el examen físico tie-
nen un papel muy importante a la hora de diferenciar ambos 
orígenes. Si el diagnóstico no queda claro, es necesaria la 
realización de una exploración otorrinolaringológica10.
En el caso de la hemoptisis, el sangrado va precedido de 
tos, el paciente presenta antecedentes cardiorrespiratorios, el 
color del esputo es rojo brillante, espumoso y suele presentar 
un pH alcalino. En la hematemesis, el sangrado es de color 
oscuro, precedido de náuseas o vómitos, el paciente presenta 
antecedentes de patología gastrointestinal y el pH es ácido.
Una vez se confirme que la sangre proviene del aparato 
respiratorio, es importante determinar su etiología y la gra-
vedad. Es fundamental realizar preguntas encaminadas a la 
cuantificación de la sangre expectorada, la sintomatología 
acompañante, los antecedentes del paciente que nos permi-
tan identificar factores de riesgo (tabaquismo), el tratamiento 
con fármacos anticoagulantes y la existencia de enfermeda-
des respiratorias previas (tabla 4).
Anamnesis y exploración física
La historia clínica es primordial en un paciente con hemop-
tisis. Es fundamental recoger datos que permitan orientar la 
gravedad (a través del registro de las constantes vitales y 
cuantificación del sangrado) y el grado de compromiso res-
piratorio del paciente, ya que nos permitirá determinar cuál 
es la mejor estrategia diagnóstico-terapéutica. 
La anamnesis debe ir encaminada a recoger los datos que 
enumeramos a continuación (tabla 5).
En la exploración física se debe inspeccionar el aspecto 
de la piel y las mucosas para descartar adecuadamente la pre-
sencia de signos sugerentes de vasculitis (púrpura palpable, 
lesiones cutáneas), la presencia de trabajo respiratorio, el uso 
de la musculatura accesoria, si existe cianosis, taquicardia o 
ingurgitación yugular, explorar los miembros inferiores 
identificando edemas y signos de trombosis venosa profunda 
y, en los miembros superiores, observar la presencia de acro-
paquias11. Se realizará una adecuada auscultación cardíaca y 
pulmonar en busca de estertores crepitantes que nos orien-
ten hacia el sitio afectado, la exploración abdominal nos ayu-
dará a identificar la presencia de patología asociada.
Evaluación de la gravedad
Los factores que determinarán la presencia de una hemopti-
sis amenazante (aquella que compromete la vida del pacien-
te) son:
TABLA 2
Causas más frecuentes de hemoptisis amenazante
Bronquiectasias
Tuberculosis
Neumonía necrotizante y abscesos pulmonares
Micetoma e infecciones fúngicas
Carcinoma broncogénico
TABLA 3
Indicaciones para derivación a Unidad de Cuidados Intensivos
Etiología sugestiva de hemoptisis amenazante (tuberculosis, carcinoma 
broncogénico, etc.)
Alteraciones en el intercambio gaseoso (frecuencia respiratoria > 30 respiraciones 
por minuto, necesidad de altas demandas de oxígeno (> 8 l/minuto), necesidad de 
ventilación mecánica)
Inestabilidad hemodinámica (hemoglobina < 8 g/dl, coagulopatía, hipotensión con 
necesidad de vasopresores o fluidos)
Hemoptisis masiva (> 200 ml en 48 horas o > 50-100 ml en pacientes con obstrucción 
crónica de las vías aéreas)
Comorbilidades (neumonectomía previa, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, 
fibrosis quística)
TABLA 4
Diferencias entre hemoptisis y hematemesis
Hemoptisis Hematemesis
Antecedentes personales Patología cardiorrespiratoria Patología gastrointestinal
Sintomatología Dolor torácico, disnea, tos Melenas, náuseas, vómitos
Aspecto de la sangre Espumosa, roja brillante Oscura, negra
pH de la sangre Alcalino Ácido
Material mezclado Esputo Restos de alimentos
Analítica Anemización infrecuente Anemización frecuente
Adaptada de Soto Campos J, et al11.
TABLA 5
Anamnesis del paciente con hemoptisis
Antecedentes personales 
Historia de tabaquismo, cálculo del IPA
Uso de cocaína
Antecedentes de enfermedades cardiopulmonares o patología renal
Intervención quirúrgica a nivel torácico: cateterismo arterial pulmonar, prótesis 
aórtica, colocación de stent, realización de broncoscopia con toma de muestras
Alteraciones de la coagulación
Tratamientos oncológicos con factores de crecimiento endotelial vascular 
(bevacizumab)
Tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos, anticoagulantes
Factores de riesgo para trombosis venosa profunda como cirugía reciente, 
hospitalización o inmovilización prolongada
Antecedentes de patología gastrointestinal
Viajes recientes o en el pasado
Contacto con pacientes con tuberculosis 
Exposición a gases tóxicos (anhídrido trimetílico utilizado en pinturas, resinas, 
tapicerías para automóviles)
Exposición al asbesto
Historia familiar 
Antecedentes familiares de trombos
Antecedentes familiares de hemoptisis, aneurismas cerebrales, epistaxis, sangrado 
gastrointestinal
Enfermedad actual
Cuantificación del sangrado en las últimas 24 horas
Sangrado acompañado de esputo
Determinar si el sangrado es agudo o crónico (interrogar sobre episodios previos)
Identificar la existencia de sangrado a otro nivel (nariz, encías, recto)
Valorar la presencia de disnea 
Síntomas de infección respiratoria (tos, expectoración purulenta, fiebre)
Pérdida de peso 
Observar la presencia de lesiones cutáneas (máculas, pápulas, nódulos) sugerentes 
de vasculitis 
IPA: índice paquetes/año. Adaptada de Weinberger S, et al12.
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MEDICINA DE URGENCIAS (II)
1. Volumen del sangrado expectorado (mayor o igual a 
500 ml en 24 horas o 100 ml en una hora)2. El riesgo de 
muerte está asociado con el riesgo de asfixia y, en menor 
medida, con las posibles complicaciones hemodinámicas del 
sangrado. Se prefiere, sin embargo, emplear una clasificación 
combinada basada además en el estado clínico del paciente: 
a) hemoptisis no amenazante para la vida (cantidad de sangre 
expectorada menor de 100 ml por hora o si es de mayor 
cuantía que no suponga un riesgo para la vida del paciente) y 
b) hemoptisis amenazante (cantidad de sangre expectorada 
mayor de 100 ml por hora o que, aun siendo de menor cuan-
tía, supone un riesgo para la vida del paciente por la patolo-
gía asociada que presenta)11,13.
2. La velocidad del sangrado.
3. Reserva cardiopulmonar disminuida13.
Pruebas complementarias iniciales
Se recomienda realizar las siguientes pruebas complementa-
rias en un paciente con hemoptisis.
Analítica básica
Hemograma, bioquímica y coagulación. Nos permitirá defi-
nir si el paciente presenta anemia y, en caso afirmativo, si 
requiere transfusión de concentrados de hematíes, el aumen-
to de reactantes de fase aguda (elevación de la proteína C 
reactiva, leucocitosis) sugiere la existencia de un proceso in-
flamatorio y/o infeccioso, es importante detectar una dismi-
nución de la función renal, así como la existencia de alguna 
coagulopatía10. Si se sospecha de insuficiencia cardíaca resul-
ta útil la determinación plasmática del péptido natriurético 
cerebral (BNP y Nt-ProBNP)12. En función de la sospecha 
clínica,se solicitarán adicionalmente anticuerpos antinuclea-
res (ANA), antígenos nucleares extraíbles (ENA) y anticuer-
pos anticitoplasma de neutrófilos (ANCA).
Gasometría arterial o pulsioximetría
Útil para evaluar el posible impacto del sangrado sobre la 
ventilación y la oxigenación13.
Sistemático y sedimento urinario
Útil para descartar nefropatía o hematuria (ante la sospecha 
de vasculitis o síndrome de Goodpasture).
Electrocardiograma
Ante la sospecha de tromboembolismo pulmonar, situación 
de edema agudo de pulmón o alteraciones de la conducción 
cardíaca13.
Estudios microbiológicos en relación con la sospecha clínica
Hemocultivos, cultivos de esputo, prueba Mantoux
Citología de esputo
Ante la sospecha de neoplasia como responsable.
Radiografía de tórax
Es la primera prueba de imagen que se debe realizar ante un 
paciente con hemoptisis, ya que se encuentra fácilmente dis-
ponible, nos permite identificar el sitio de sangrado y orien-
tar la etiología (presencia de neoplasia pulmonar, neumonía, 
atelectasias, lesiones cavitadas y opacidades pulmonares en 
relación con una hemorragia alveolar)14. En ocasiones, la in-
formación que aporta es limitada y puede ser normal en un 
50% de los casos, incluso en pacientes con sospecha de neo-
plasia y en bronquiectasias13.
Pruebas dirigidas
Tomografía computadorizada multidetector de tórax
La tomografía computadorizada multidetector (TCMD) se 
debe realizar en todo paciente con expectoración hemoptoi-
ca. Es una prueba no invasiva y es de gran ayuda para el 
diagnóstico de la patología de la vía aérea, el parénquima 
pulmonar (útil en la identificación de bronquiectasias, infec-
ciones respiratorias, neoplasias) y si se utiliza medio de con-
traste también de los vasos pulmonares (angio-TCMD). La 
TCMD es capaz de identificar adecuadamente el sitio del 
sangrado en el 63-100% de casos. Sin embargo, existen limi-
taciones de la TCMD si existen coágulos a nivel de la vía 
aérea, dado que estos se pueden confundir con lesiones tu-
morales, la broncoscopia es una importante herramienta 
diagnóstica para diferenciarlos14.
Angio-TCMD de tórax
En el caso de hemoptisis franca, la angio-TCMD es capaz de 
definir la localización, la causa y los vasos comprometidos de 
una manera no invasiva, precisa y rápida. Es útil en la carac-
terización de las arterias sistémicas bronquiales (causa de la 
hemoptisis en un 90% de los casos), seudoaneurismas o arte-
rias sistémicas no bronquiales15. La realización de una angio-
TCMD previamente a una embolización permite planificar 
de mejor manera el tratamiento, además, sirve para valorar 
sistemáticamente la vía aérea, el parénquima pulmonar y el 
mediastino. Los signos de sangrado a nivel del parénquima 
pulmonar son los nódulos centrolobulillares y las opacidades 
en vidrio deslustrado.
Los pulmones están irrigados por un doble sistema de 
vascularización que incluye las arterias sistémicas bronquia-
les y las arterias pulmonares16. El diámetro normal de las 
arterias bronquiales es menor de 1,5 mm en su origen (aorta) 
y de 0,5 mm en el punto de entrada a nivel del segmento 
broncopulmonar, por lo tanto, se consideran patológicas 
cuando su diámetro excede los 2 mm. No se ha evidenciado 
una adecuada correlación entre el tamaño de la arteria y su 
riesgo de sangrado15.
Las arterias sistémicas no bronquiales tienen su origen a 
nivel de las arterias intercostales, en ramas de los troncos 
supraaórticos, arterias axilares, arterias mamarias internas y a 
nivel de las ramas de la aorta infradiafragmática (arterias fré-
nicas inferiores, arterias gástricas, tronco celíaco) y son causa 
de hemoptisis en un 41-88% de los casos, su trayecto no es 
paralelo a los bronquios y entran al parénquima pulmonar a 
través de la pleura o el ligamento pulmonar inferior15. Se 
consideran patológicas cuando su diámetro excede los 2 mm 
y son tortuosas. La alteración del parénquima pulmonar cir-
cundante y su visualización en la grasa extrapleural, asociado 
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HEMOPTISIS
a engrosamiento pleural, nos puede orientar hacia su partici-
pación como posible causa del sangrado en un paciente con 
hemoptisis amenazante.
Las arterias pulmonares son causa de sangrado en un 
5-10% de los casos, y en la mitad de los pacientes existe ha-
bitualmente hipertrofia de las arterias bronquiales. La angio-
TCMD ha reemplazado a la arteriografía como método 
diagnóstico para identificar las arterias responsables del san-
grado. En la actualidad, se realiza la arteriografía previa a la 
embolización de las arterias patológicas. Sin embargo, si el 
paciente se encuentra hemodinámicamente inestable, se pue-
de realizar la arteriografía directamente sin la realización 
previa de la angio-TCMD.
Es fundamental orientar el estudio radiológico de acuer-
do con la patología que se sospecha. Así, en un paciente con 
expectoración hemoptoica y sospecha de bronquiectasias, la 
prueba de elección es una TC volumétrica de alta resolución 
(HRTC) sin medio de contraste; en el caso de un paciente 
con expectoración hemoptoica y sospecha de cáncer de pul-
món (mayores de 40 años, fumadores o exfumadores con un 
índice paquetes/año –IPA– mayor o igual a 30) se realizará 
una TCMD con medio de contraste y, en el caso de sangrado 
activo o hemoptisis amenazante que requiera tratamiento 
con embolización, la prueba de elección es la angio-TCMD 
desde la base del cuello hasta las arterias renales13.
Broncoscopia diagnóstica
Es útil para confirmar el diagnóstico, identificar el sitio de 
sangrado (sensibilidad 73-93%) y su causa (2-8%)17. Desem-
peña un papel importante tanto en el diagnóstico como en el 
tratamiento. El momento óptimo para su realización es con-
trovertido, si bien debe considerarse una técnica de elección 
durante la evaluación del diagnóstico etiológico, puede que 
sea necesario diferirla tras la evaluación inicial16. Su realiza-
ción en fases tempranas del episodio de hemoptisis aumenta 
la probabilidad de identificar el sitio del sangrado, aunque no 
modifica la actitud terapéutica o los resultados obtenidos. 
La identificación del sitio de sangrado es más probable 
en una hemoptisis activa o durante las primeras 24-48 horas 
desde el inicio del episodio, en ambas circunstancias la capa-
cidad diagnóstica de la broncoscopia es similar. Tradicional-
mente se consideraba la primera prueba a realizar, en la ac-
tualidad, con la implementación de la embolización como el 
tratamiento de elección, fue sustituida como prueba a em-
plear en la fase aguda, y es preferible realizarla durante las 48 
horas posteriores al episodio10. La localización de coágulos o 
sangre fresca en la región apical, en el caso de una hemopti-
sis activa, nos orienta al sitio del sangrado; sin embargo, en 
el caso de que no exista sangrado activo, la presencia de coá-
gulos en los lóbulos inferiores no permite discriminar su ori-
gen18. Si se observan coágulos frescos adheridos, no se deben 
retirar debido al riesgo de resangrado. Se debe diferir una 
nueva exploración, con el objetivo de permitir su retirada 
con un riesgo menor de generar un sangrado activo.
La broncoscopia permite, además de una adecuada ins-
pección de la mucosa bronquial, recoger muestras para un 
estudio microbiológico y citológico, al tiempo que permite la 
realización de un lavado broncoalveolar en el caso de sospe-
char una hemorragia alveolar.
El uso del broncoscopio rígido también es controvertido, 
siendo un tema de continuo debate. Su uso dependerá del 
escenario clínico (principalmente en el caso de hemoptisis 
masiva) y de la experiencia del broncoscopista, una de sus 
ventajas radica en que se puede manejar adecuadamente la 
vía aérea y la mayor capacidad de succión. Entre sus desven-
tajas está la necesidad de anestesia general y la dificultad para 
alcanzar la vía aérea distal19.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial de las causas de hemoptisis es 
amplio, y su frecuencia relativa cambia en función del con-
texto clínico. Así, en AtenciónPrimaria, los diagnósticos 
más frecuentes como causa de hemoptisis son las infeccio-
nes respiratorias, la bronquitis crónica, las neoplasias y las 
bronquiectasias20,21. A nivel hospitalario, las bronquiecta-
sias, el cáncer de pulmón, la bronquitis crónica y la neumo-
nía representan más del 70% de las etiologías responsa-
bles20,21. Las diferencias podrían explicarse porque las 
bronquiectasias y el cáncer de pulmón son las causas más 
frecuentes de hemoptisis masiva, lo que daría como resulta-
do más hospitalizaciones.
La probabilidad de presentar la tuberculosis como causa 
de hemoptisis varía según la región geográfica, representa 
entre el 7-85% de los casos de hemoptisis masiva, con una 
menor incidencia en Estados Unidos de América y la inci-
dencia más alta en Sudáfrica22. En España, la tasa de inciden-
cia de tuberculosis pulmonar para 2016 se ha comunicado en 
7,28 casos por cada 100.000 habitantes23. Son causas menos 
frecuentes de hemoptisis la tromboembolia pulmonar, la en-
dometriosis pulmonar, el síndrome de Goodpasture y la as-
piración de un cuerpo extraño (tabla 6)20,21.
TABLA 6
Causas y localización de la hemoptisis
Origen traqueobronquial
Bronquiectasias
Neoplasias
Bronquitis 
Broncolitiasis
Cuerpo extraño
Causas parenquimatosas
Tuberculosis
Neumonía
Absceso pulmonar
Contusión pulmonar
Micetoma
Granulomatosis con poliangeítis 
Lupus eritematoso sistémico
Síndrome de Goodpasture 
Origen pulmonar
Malformación arteriovenosa
Tromboembolismo pulmonar
Misceláneas
Coagulopatías
Endometriosis
Adaptada de Earwood J, et al24.
5166 Medicine. 2019;12(88):5161-9
MEDICINA DE URGENCIAS (II)
Tratamiento
Medidas generales
En primer lugar, lo más importante es valorar la gravedad del 
paciente (determinada por la cantidad del sangrado y el grado 
de repercusión clínica) para decidir su ubicación (sala de ob-
servación convencional, hospitalización o en una sala de cui-
dados intensivos).
Los pacientes que presentan expectoración hemoptoica, 
habitualmente no requieren hospitalización13, excepto que 
la causa que originó el cuadro lo amerite. La hemoptisis 
franca habitualmente requiere ingreso. En el caso de que la 
hemoptisis haya cedido, el volumen expectorado sea menor 
de 100 ml/hora, el paciente se encuentre asintomático, con 
buen estado general y el estudio de la sospecha etiológica se 
pueda diferir se puede valorar el tratamiento ambulatorio; 
en caso contrario, se recomienda el ingreso.
El manejo hospitalario de la hemoptisis incluye:
1. Dieta absoluta.
2. Control de diuresis.
3. Monitorización de constantes vitales: incluyendo pre-
sión arterial, frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria y 
saturación de oxígeno.
4. Reserva de concentrados de hematíes. 
5. Reposo en decúbito lateral del lado afecto, con el fin 
de evitar la aspiración de sangre al pulmón no afectado. 
6. Cuantificación de la hemoptisis.
7. Oxígeno suplementario si el paciente presenta insufi-
ciencia respiratoria. 
8. Administración de fármacos antitusígenos (codeína 
28,7 mg cada 6-8 horas)16.
9. Administración de tratamiento antibiótico empírico 
solo si se sospecha una infección.
10. Agentes antifibrinolíticos (ácido tranexámico, ácido 
aminocaproico). No existe suficiente evidencia que permita 
recomendar la utilización del ácido tranexámico intravenoso 
u oral de forma sistemática en pacientes con hemoptisis, aun-
que se sugiere que puede reducir la duración de la hemorra-
gia. El ácido tranexámico inhalado (500 mg tres veces al día) 
en pacientes con hemoptisis no masiva demostró ser superior 
al placebo en cuanto a la disminución de la cantidad de la 
hemoptisis y la resolución de la misma25.
Hemoptisis no amenazante aislada
Además de las medidas generales recomendadas en un pa-
ciente con hemoptisis, en el caso de una hemoptisis no ame-
nazante aislada, se recomienda la observación estrecha du-
rante al menos 12 horas. Si cede el sangrado y el paciente se 
encuentra hemodinámicamente estable y asintomático puede 
considerarse su estudio ambulatorio.
Hemoptisis no amenazante recurrente
Requiere ingreso hospitalario y se recomienda la realización 
de una angio-TCMD y una broncoscopia en las primeras 
48 horas. Dependiendo de los hallazgos encontrados en la 
angio-TCMD (arterias bronquiales hipertróficas), es reco-
mendable la embolización bronquial.
Hemoptisis amenazante
Los principales objetivos del tratamiento en un paciente con 
hemoptisis amenazante son:
1. Asegurar la vía aérea: si existe insuficiencia respiratoria 
grave o el paciente no es capaz de eliminar la sangre acumu-
lada en la vía aérea, es fundamental realizar maniobras para 
proteger la vía aérea, entre ellas la intubación orotraqueal. Se 
prefiere utilizar un tubo con un calibre entre 8 y 9 mm, con 
el fin de facilitar la broncoscopia diagnóstica y terapéutica.
2. Mantener la estabilidad hemodinámica.
3. Localizar y detener la hemorragia.
4. Identificar la causa de la hemoptisis y tratarla.
La angio-TCMD es la primera prueba a realizar en los 
pacientes con hemoptisis amenazante, excepto en aquellos 
casos en los que es urgente controlar el sangrado y proteger 
inmediatamente la vía aérea por el riesgo que conlleva, don-
de la broncoscopia es la primera prueba a realizar una vez 
que el paciente se encuentre intubado; en este caso, si con la 
broncoscopia no se consigue un diagnóstico, es necesaria 
la realización de una angio-TCMD para identificar la causa 
y, en el caso de encontrar arterias bronquiales hipertróficas, 
proceder a la embolización de las mismas. En pacientes he-
modinámicamente inestables, se puede realizar directamente 
una arteriografía (útil para el diagnóstico y para el tratamien-
to a través de embolización)13.
El paciente debe ser trasladado a una UCI con el fin de 
mantener una monitorización estrecha. Si existe insuficien-
cia respiratoria grave, es necesaria la realización de una fibro-
broncoscopia para la aspiración de secreciones o coágulos 
que obstruyan la vía aérea principal. 
La intubación selectiva (unilateral) puede ser realizada 
para proteger el pulmón sano y mejorar la ventilación 
mientras se toman medidas definitivas para controlar el 
sangrado. La intubación selectiva del bronquio principal 
derecho, realizada en el caso de sangrado proveniente del 
lado izquierdo, puede obstruir la entrada al lóbulo superior 
derecho, comprometiendo el intercambio gaseoso. En su 
defecto, en casos de sangrado en el lado izquierdo, se puede 
realizar una intubación orotraqueal con la consecuente co-
locación de un catéter con balón a nivel del bronquio prin-
cipal izquierdo bajo visión endoscópica. La utilización de 
un tubo orotraqueal de doble luz se ha empleado como 
medio para aislar el pulmón afectado, al mismo tiempo que 
se previene la aspiración, pero requiere personal entrenado 
para su colocación. Una vez que se ha estabilizado al pa-
ciente desde el punto de vista hemodinámico y respiratorio, 
es necesaria la embolización.
Broncoscopia terapéutica
La broncoscopia flexible es el procedimiento de primera 
elección ante un paciente con hemoptisis amenazante. Sin 
Medicine. 2019;12(88):5161-9 5167
HEMOPTISIS
embargo, la utilización del broncoscopio rígido combinado 
con el broncoscopio flexible es el procedimiento más com-
pleto en estos casos, ya que permite ventilar adecuadamente 
al paciente, asegurar la vía aérea y realizar hemostasia me-
diante la instilación de vasoconstrictores a nivel endobron-
quial. A pesar de las ventajas del broncoscopio rígido, la falta 
de broncoscopistas adiestrados en la técnica y la necesidad de 
realizarlo bajo anestesia general y en un quirófano ha ocasio-
nado que el broncoscopio flexible sea la herramienta más 
utilizada.
Suero salino frío
La utilización de suero salino frío en grandes cantidades 
(más de 500 ml) no ha sido evaluada en estudios recientes. 
Sin embargo, se ha observado que la colocación de pequeñas 
cantidades de suero salino frío (4ºC) en alícuotas de 50 cc 
cada una (sin sobrepasar los 500ml) ha resultado eficaz para 
el control de la hemorragia4.
Agentes vasoconstrictores
El uso de adrenalina 1:20.000 y su instilación endobronquial 
progresiva (1 ml cada vez), no ha sido estudiada ampliamen-
te en ensayos clínicos y solo la experiencia avala su uso4. En 
pacientes de alto riesgo, se ha sustituido el uso de adrenalina 
por terlipresina u orlipresina, aunque de forma empírica. El 
uso de agentes vasoconstrictores, en la práctica clínica, ha 
resultado eficaz en el caso de sangrado leve a moderado, 
como sucede en el sangrado posterior a la realización de 
biopsias transbronquiales. Sin embargo, su utilización no ha 
resultado eficaz en el sangrado masivo. Como efecto adverso, 
se han descrito taquicardia y fibrilación ventricular. De ad-
ministrarse, debe hacerse con precaución en pacientes con 
patología cardiovascular26.
Agentes fibrinolíticos
El ácido tranexámico se ha utilizado en series de casos para 
el tratamiento de la hemoptisis. Se utiliza sin diluir una dosis 
de 500 mg/5 ml a través del canal de trabajo del broncosco-
pio25,27.
Fibrinógeno-trombina
Se ha utilizado en pacientes con hemoptisis (más de 
150 ml/12 horas) en los que la embolización no estuvo dis-
ponible o se encontraba contraindicada. Se procedió a la ins-
tilación de fibrógeno-trombina a través de un catéter intro-
ducido en el broncoscopio si el sangrado persistía a pesar de 
la instilación de suero salino frío y adrenalina28.
Sistemas de bloqueo bronquial
Intubación endobronquial selectiva. Se realiza con un 
tubo endotraqueal de luz única, realizando una intubación 
selectiva del pulmón sano mientras se ejecutan otras me-
didas de tratamiento de la hemoptisis (embolización, ciru-
gía).
Sistemas de bloqueo bronquial. El objetivo es ocluir el 
sitio del sangrado y proteger el pulmón no afectado. Exis-
ten varios sistemas de oclusión bronquial, entre ellos el ba-
lón de Fogarty, disponibles en varios tamaños, desde 4 Fr 
que se utilizan para ocluir los bronquios segmentarios y 
14 Fr para ocluir los bronquios principales, el bloqueador 
endobronquial Arndt, que en su extremo distal posee un 
anclaje para fijarlo a la punta del fibrobroncoscopio para 
transportarlo hacia el sitio adecuado, el E-Z-Blocker con 
forma de Y para fijarlo en la carina principal y que tiene 
2 balones que pueden ser insuflados dependiendo del bron-
quio que se quiera aislar, el Cohen Flexitip Endobronchial, con 
su extremo distal curvado que puede ser guiado con el ex-
tremo proximal del mismo, y el bloqueo unipulmonar con 
un tubo endotraqueal de doble luz habitualmente es la téc-
nica menos recomendada, ya que a través del tubo de doble 
luz no es posible la introducción del fibrobroncoscopio 
estándar y su colocación es dificultosa por la escasa visión 
durante el sangrado activo13.
Se ha documentado el uso de tapones de silicona (spigot 
de Wantanabe) en casos de hemoptisis masiva como terapia 
previa a la realización de la embolización endobronquial, y la 
utilización de mallas de celulosa oxidada regenerada (Surgi-
cel) que le confiere una cualidad ácida que genera un am-
biente bactericida, lo que a su vez reduce la incidencia de 
infecciones, también promueve la agregación plaquetaria, 
facilitando la formación del coágulo29. El uso de n-butil cia-
noacrilato en el tratamiento de la hemoptisis también ha re-
sultado efectivo para disminuir el sangrado en estudios de 
series de casos.
Fotocoagulación con láser (Nd: YAP, Nd: YAG, láser 
de diodos) 
Es útil cuando la causa del sangrado es broncoscópica-
mente visible, es eficaz en aproximadamente un 74% de 
los casos. 
Situaciones especiales: hemoptisis 
en paciente con cáncer de pulmón 
Entre los pacientes con cáncer, la hemoptisis es más común 
en el cáncer de pulmón. Es el síntoma que se presenta en el 
7-10% de los pacientes con cáncer de pulmón, y aproxima-
damente el 20% tendrá hemoptisis durante el curso de su 
enfermedad30. La hemorragia pulmonar es una complicación 
conocida del agente antiangiogénico bevacizumab, especial-
mente en pacientes con carcinoma broncogénico de células 
escamosas. El uso de bevacizumab está contraindicado en 
pacientes con carcinoma de pulmón de células escamosas y 
en cualquier paciente con hemoptisis (más de 2,5 ml de san-
gre) en un plazo de tres meses. 
Aunque la hemoptisis es común en el carcinoma bronco-
génico, la hemoptisis terminal masiva (por ejemplo, de la 
erosión del tumor a un vaso sanguíneo) es poco frecuente y 
solo ocurre en el 3% de 877 pacientes en una serie31. Cuando 
ocurre, la hemoptisis masiva asociada con el carcinoma bron-
cogénico tiene un pronóstico extremadamente desalentador 
(mortalidad del 59-100%), lo que la convierte en una emer-
gencia de cuidados paliativos. Otras causas de hemoptisis 
masiva son la bronquiectasia, la tuberculosis pulmonar y la 
infección pulmonar por hongos. 
5168 Medicine. 2019;12(88):5161-9
MEDICINA DE URGENCIAS (II)
Manejo
La hemoptisis, incluso en pequeñas cantidades, puede ser ex-
tremadamente atemorizante para el paciente y las personas 
que lo observan. En un extremo del espectro, la angustia de 
un poco de esputo manchado de sangre asociado con la tos 
puede aliviarse tranquilizándolo. En el otro extremo, si la 
hemoptisis es masiva, puede anunciar un evento que pone fin 
a la vida, y presenciar lo que puede ser un desangrado requie-
re atención urgente a todos los que son testigos.
El tratamiento debe adaptarse al estado general del pa-
ciente, la gravedad de la hemoptisis, la causa subyacente y los 
deseos del paciente y su familia. Con frecuencia, el mejor 
apoyo para el paciente y su familia es el suministro de infor-
mación orientada a objetivos y recomendaciones para el ma-
nejo. Puede ser necesario compartir información pronóstica 
rápidamente con el paciente y/o su familia para ayudarles a 
determinar los mejores objetivos de la atención y, posterior-
mente, las mejores decisiones médicas. Usando un enfoque 
de equipo, las necesidades psicosociales y espirituales pueden 
ser atendidas con la misma rapidez que los síntomas físicos. 
El tratamiento paliativo de la hemoptisis se relaciona 
principalmente con el manejo de la experiencia del paciente 
y su familia, y los esfuerzos para detener el sangrado, si esto 
es consistente con los objetivos generales de la atención. 
Como mínimo, todo lo que se requiere es tranquilidad cuan-
do la cantidad de sangre es pequeña. Toallas oscuras, sábanas 
oscuras, mantas oscuras y apósitos absorbentes con una base 
impermeable pueden ser usados para disminuir el impacto 
visual. El medio ambiente se puede manejar asegurando que 
el esputo teñido de sangre no se acumule en una taza blanca 
visible a la cabecera de la cama y que la sangre brillante con 
rayas rojas en los tejidos blancos se mantenga fuera de la 
vista.
Los pacientes con hemoptisis masiva deben ser colocados 
inmediatamente en una posición en la que el presunto pul-
món sangrante esté en la posición dependiente (por ejemplo, 
un paciente cuyo pulmón derecho esté sangrando debe ser 
colocado en la posición de decúbito derecho hacia abajo). El 
propósito de estas posiciones es proteger el pulmón que 
no sangra, ya que el derrame de sangre en el pulmón que no 
sangra puede prevenir el intercambio de gases, bloqueando 
las vías respiratorias con coágulos o llenando los alvéolos con 
sangre.
En los raros casos en que la causa subyacente puede ser 
reversible, se pueden considerar pruebas diagnósticas (bron-
coscopia y, si no se identifica una lesión endobronquial, an-
giograma para identificar un vaso alimentador que podría ser 
susceptible de embolización de la arteria bronquial32 y pro-
cedimientos de intervención, si esto es consistente con los 
objetivos de la atención. Para los pacientes con hemoptisis 
masiva, esto podría requerir cuidados de apoyo urgentes con 
transfusión de sangre o plaquetas, reversión de la anticoagu-
lación y administración de agentes procoagulantes. La radio-
terapia en una sola dosis puede detener el sangrado de una 
fuentemaligna si el paciente está lo suficientemente estable 
como para obtener imágenes y planificar. La broncoscopia 
terapéutica con taponamiento con balón y la infusión de 
agentes vasoactivos, como la epinefrina, pueden tener éxito 
como medida de temporización. Se han utilizado antifibrino-
líticos administrados por vía oral o vía nebulizada, pero la 
utilidad está guiada principalmente por la anécdota y algunos 
pequeños informes de casos33,34. Una serie de casos sugiere 
que la vasopresina nebulizada podría ser efectiva para la he-
moptisis de leve a moderada en pacientes de cuidados palia-
tivos35. Si el área del sangrado se puede visualizar directa-
mente, también se pueden utilizar técnicas broncoscópicas 
como la coagulación con láser o la electrocauterización, con 
tasas de respuesta del 60-100%.
Si la hemoptisis es abrumadora y/o está acompañada de 
inestabilidad hemodinámica grave y los objetivos de la aten-
ción no apoyan los intentos de diagnóstico o intervención, la 
sedación urgente puede ser requerida. 
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran 
que para esta investigación no se han realizado experimentos 
en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en 
este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los 
autores declaran que en este artículo no aparecen datos de 
pacientes.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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