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L A B I B L I A Y EL P R O T E S T A N T I S M O L A B I B L I A Y E L P R O T E S T A N T I S M O EXPLICACION DE LA PORTADA "Empuñad la espada del espíritu que es la Palabra de Dios" (Efes. VI . 17) (recomendaba S. Pablo a los cristianos) . " A ti te daré las llaves del reino de los cielos" (Mat. 16-17) (dijo Jesús a Pedro). Leamos la Palabra de Dios para que como espada pene- tre nuestro espíritu reconociendo la autoridad de las llaves que la Iglesia recibió de Cristo para interpre- Santiago de Chile Imprenta 'El TSsfuerzo' Eyzaguirre 1118 1945 I N D I C E Pa^ Ignoranc ia audaz (pró logo) 3 La regla de fe " . . . . . . . 7 Const i tución de la Iglesia 10 Infalibil idad e indefectibil idad de la Iglesia 12 El P a p a o Sumo Pontíf ice 15 El Sacerdote crist iano 17 La Eucar is t ía ' . 20 La Misa 24 El Pu rga to r io y los suf rag ios 31 El Limbo . . . . : • 33 La Confesión hecha al Sacerdote 34 El celibato religioso 37 La Virgen Mar ía 40 La veneración e invocación de los Santos . . 42 El culto de las Imágenes 46 Apéndice — Las indulgencias 50 IGNORANCIA AUDAZ (PROLOGO) La predicación protes tante , más ^ que a la persona de Cristo, cada día se or ienta más a dos t emas que por el mo- mento parecen const i tu i r su esencia: a t aca r a la Iglesia Cató- lica y predicar públ icamente su propia san t idad . Ya conocemos el estribillo: "Cuando yo e ra católico era borracho, mujer iego, l a d r ó n . . . . ahora que isoy evangélico soy san to" . Sin duda, no era es ta la norma de San Pab lo que decía: "No nos p red icamos a nosot ros mismos i3ino a Jesucristo Señor Nuestro (Í1 Cor. IV 5) . En cuanto a la Iglesia Catól ica los p ro tes tan tes no la co- nocen y por eso gran par te de ¡su a t aque es tá b a s a d o en puras suposiciones. Así, por ejemplo, nos acusan de ado ra r a la Virgen y a las imágenes ; se f iguran que nues t ros dogmas son invenciones de los Concilios, acusan al catol icismo de haber var iado su doctr ina en ¡el curso de los siglos. Sin embargo , no hay cosa m á s repet ida en la doctr ina catól ica que la ado - ración sólo s é debe a Dios, que la revelación oficial se cerro con la muer te del úl t imo apóstol y que los const i tut ivos esen- ciales del catol icismo son los mismos hoy que en los t iempos apos tó l ica ; . En efecto, veneramos a los san tos . La Iglesia, con el poder que recibió de Jesús, ahonda en el depósi to de lo 're- velado, lo aclara , lo precisa en fórmulas n í t idas pa ra defen- der la verdad de las impugnaciones herét icas, pero la Iglesia no inventa ve rdades nuevas ; t ampoco la Iglesia cambia ; ha crecido, se ha desar ro l lado ; el g rano de m o s t a z a de la comu- nidad primit iva se ha hecho árbol y t o d a s las naciones de la t ierra se han p o s a d o en el a rbus to de la Iglesia de Cristo. La Iglesia, na tura lmente , se adag ta a la,s neces idades de los t iempos y en el dominio de lo accidental per fecc iona su culto y liturgia, sus s i s temas de p r o p a g a n d a s adquieren múltiples ramif icaciones nuevas y el apos to lado j?e per fecc iona con to- dos los p rogresos de la pedagog ía moderna . Los p ro tes t an tes no tienen n inguna posibil idad de distinguir, al menos en 'Chile, la diferencia entre lo que es esencial y lo que es acci- dental , senci l lamente porque no han es tud iado ; por eso pa ra ellos es un escánda lo -que hoy se celebre una pontifical solem- ne cuando en las ca t acumbas no se celebró ninguna. Se asus - tan de que los clérigos guarden el cel ibato porque h u b o após - toles que fueron casados . Pero se les olvida, que Jesucr is to fué Virgen y que también lo fué San Pab lo . El desconocimien- to p r o f u n d o de la exégesis, los hace sacar conclusiones abso - lutas de textos f r agmenta r ios sin mirar a la unidad del sen- tido bíblico que debe deducirse del anál is is del texto, con- texto y de los textos para le los . P a r a comprender h a s t a qué pun to llega la audacia en la in terpre tación arbi t rar ia , recuer- do h a b e r oído a un evangélico el s iguiente a rgumen to : /Cristo dijo al Obispo de Filadelf ia: "Yo soy el que abre y n inguno cierra, cierra y ninguno abre" . Conclusión: Luego Cristo se equivocó cuando dijo a Ped ro : " a ti te da ré las llaves del rei- no de los cielos y todo lo que a t a re s en la t ierra será a tado en los cielos y todo lo que de sa t a r e s en la t ierra será desa t a - do en las cielos". .Naturalmente, Cristo d ; j o la verdad a m b a s veces, eso es lo único aceptable . El tiene el poder absoluto como Dios y Pedro lo tiene por par t ic ipación de Cristo. Pero el libre examen, con toda la soberb ia psicológica que seme- j an te s i s tema en t raña , crea una abso lu t a segur idad en la ilu- minación personal de cada cual con el desprecio total de la au to r idad docente tan c la ramente es tablecida en las pág inas del Evangel io . Repito, pues, leí pro tes tante , po r s is tema y pene t rado de preconceptos , a taca lo que no conoce del catolicismo. La doc- t r ina catól ica, por e jemplo , acerca de la infalibilidad, los p ro - t e s t an tes la ignoran to ta lmente y se imaginan que el P a p a no as infalible porque puede pecar, o bien, que t ampoco es in- falible porque no puede profet izar hechos futuros, como gue- r ras y te r remotos . No t e rmina r í amos de exponer la babi lonia de errores , confusiones y contradicc iones en que se d e b a t e el p ro tes tan t i smo. Un pro tes tan te a t a c a por principio la doc t r ina de las indulgencias , pero no s a b e en qué consiste. Así, por e jemplo, presencié una polémica públ ica entre un sacerdote católico y un protes tante . Este últ imo a t a c a b a la moral de San Al jonso y la doctr ina de las indulgencias . In te r rogado por el sace rdo te resultó que no supo contes ta r lo que era una indul- — 4 — gencia y a San Alfonso no lo había leído. En los conse- jos evangél icos de perfección, que recomiendan la virgi- nidad o ca t idad, ellos creen ver- un a t en tado contra el precepto d.v'ino "creced y multipl caos" . Por la fuerza del prejuicio y la fal ta de estudios, son abso lu tamen te incapaces de entender que la ley general es el matr imonio .y la excepción la vida de .pureza consag rada a Dios. Aunque a m b a s cosas- aparecen en la Biblia ellos ci tarán e te rnamente el textcv que les conviene para defender su error, sin t ra ta r de conciliario con ot ros p a s a j e s que establecen la excepción que ellos no quieren admit ir . P o n g a m o s un ejemplo clá ico: No hay pro- tes tante Que no predique el s i gu i en t e ' t ex to cont ra el celibato sacerdota l : "De j a r á el hombre a su padre y a su madre y es ta rá unido a su mu je r " (Gen. II, 24) . En cambio, nunca ci- tará el texto que establece la excepción, cual sería el s i g u e n - te: "Cua lqu ; e ra que de jare casa, o he rmanas , o padre , o ma- dre. o mujer , o herederos , por rni nombra , recibirá cien veces m á ; y posee rá la vida e te rna" (Mat. XIX 29). Los p ro tes tan- tes deducen una doctr ina absoluta , sin excepción a lguna del antedicho texto del Génesis sin considerar al texto de San Mateo que contempla el caso de que el hombre deje mujer por amor de Cristo. ¿Habrá que / uponer mala fe en los p ro - tes tantes y ' q u e pre tendan af i rmar que Dios se contradice? No; creo s implemente que en la mayor ía hay ignorancia . La ignorancia pro tes tan te acerca del catol icismo es en gran par te f ru to de la ignorancia Bíblica. Los p ro tes tan tes leen la Biblia. La mayor ía no la ent ienden. Aprenden pasa j e s de memor ia des t inados a a t aca r las imágenes y. la Confesión, pero no conocen la Biblia. Una cosa es leer un libro y o t ra cosa entenderlo . Los p ro tes tan tes leen la Biblia, pero no la entienden," p rueba de ello es que hay cerca de mil sec tas pro- tes tan tes y t odas s acan de la Biblia doc t r inas diferente,". Si la entendieran, sacar íansólo una doctrina, ya que e s mani - fiesto que Dios no puede cont radeci rse y que 1a verdad es sólo una. Y Cr is to qu ; so que la ve rdad fuera conse rvada por una au tor idad por El establecida. Otra cosa que los pro tes tan tes ignoran, es quiénes fue- ron sus fundadores . Los nombres de Lutero, Calvino, Zwingl io y Enrique VIII les merecen el más confpleto silencio. En rea- l idad, esas vidas son tan inmorales que si muchos las cono- cieran a fondo jamás se habr ían hecho evangélicos. Este opúsculo tiene por obje to presentar a los católico;; un sencillo compend : o Bíblico de la ; objeciones m á s gene ra - l izadas que proponen los p r o t e s t a n t e ' . Si yo mismo no lo hubiera leído, no hubiera creído j amás q>ue en nues t ro t iempo un pas to r hubiera hecho las s iguientes p r e g u n t a s por la p r ensa : "¿En qué par te de las enseñanzas de Cr i s to se encuent ra el s is tema romano y su culto; dónde se encuen t r a la San ta Misa con la t ransubs tanc iac ión del pan y el vino; dónde e ; t án las peni tencias y sacrif icios corpora les con mér i tos expia tor ios ; dónde es tá el culto a María , la ado- ración y veneración de las imágenes ; la bendición de los s an - tos y el culto e invocación de los muer tos ; y dónde ese en- j a m b r e de medall i tas, e s tampa? , a g u a bendi ta , rosar ios y es- capula r ios ; dónde están los -responsos, indulgenc 'as y misas por el descanso de lar a lmas del pu rga to r io ; dónde está eso del celibato .forzoso y la Teo log ía Moral de Ligorio?". En lo a n t e r o r aparece de manif ies to la ignorancia . Los d o g m a s esencia les a que se hace in ter rogación, es tán todos conteni- dos en la B ;blia. Es fa l ro lo de la " ado rac ión" a la Virgen y a las imágenes ; >es calumniosa la invocación que se nos supo- ne de los muer tos ; es falso que el cel ibato r e a forzoso, porciue es voluntar io . Y el s is tema de culto y p rác t i cas de p iedad a u e se mencionan, en n a d a contradicen a la esencia del c a - tolicismo, sino que la a c e n t ú a n ; pa ra todas es tas cosas la Igles 'a recibió poderes plenos de Cristo. Curioso sería que el P a p a no pudiera permit i r el uso de un cordón o medal la después de haber le Cristo dado lar* llaves del reino de los cielos y haber le a segu rado que "todo lo que él ate en la tierra será atado en los cielos" y que "todo lo que él desate en la tierra será desatado en los cielos". Dio« .mediante, las p resen tes p á g i n a s darán respues ta s a - t is factor ia a t o d a s las ob jec iones que pululan en el ambiente , como las a r r i ba ci tadas . ¡Y quiera Dios que ellas sean t a m - bién útiles a nues t ros h e r m a n o s r e p a r a d o s ! ¡Ojalá, despo- j ándose de c a r g a s afect ivas, consideren con espíritu de sen- cillez y oración el sentido obvio de la pa l ab ra de Dios! C. I. H. L A R E G L A D E F E Definición. — Llámase regla de fe el medio segu- ro por el cuál conocemos las verdades que D-os nos ha revelado y los deberes que nos impone para conseguir la salvación eterna. DOCTRINA LA BIBLIA PROTESTANTE Todas las ver- dades reveladas por Dios se ha- llan en la Bi- blia. Sólo admiti- mos la Biblia como regla de fe. No admiti mos tradiciones 1) "Muchas otras cosas hizo Jesús que, si se escribieran una por una, creo que no cabrían en el mundo los libros que se habrían de escribir." (Evangelio de San Juan, XXI, 25) . 2) "Aunque tengo todavía muchas co- sas que escribiros, no he querido hacerlo con papel y tinta, esperando ir a veros y HABLAROS DE VIVA VOZ." (Carta 2* de San Juan, 12). 3) "CONSERVAD LAS TRADI- CIONES, que habéis aprendido, sea por palabra, sea por carta nuestra" (Carta 2* de San Pablo a los Tesalonicenses, II, 15). — 7 DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA No reconoce- mos otro magis- terio en religión que la Biblia, Sólo a ella se debe creer. Re chazamos toda enseñanza que ven?a del nom- bre, como no .sea reproduc- ción de la Bi- blia. CONSECUENCIA. — Lu«go no solamen- te la Biblia, sino también las tradiciones apostólicas, es decir, las verdades ense- ñadas oralmente por los Apóstoles y conservadas por la Iglesia, debemos ad- mitir como regla de fe. 4) "Como el Padre me envió, así yo os envío." (San Juan, IV, 58) . 5) "Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra: id, pues, y ENSEÑAD A TODAS LAS GENTES, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándolas a guardar todas las cosas qúe yo os he mandado (San Mateo, XXVIII , 19) . 6) "El que a vosotros oye, a Mí me oye; el que a vosotros desecha, a Mí me desecha." (San Lucas, X, 16). CONSECUENCIA. — Luego debemos creer no solamente a Jesucristo, sino tam- bién a los Apóstoles enviados por El y a sus legítimos sucesores hasta el fin del mundo. La Biblia es Z) "Casi en todas sus cartas (de San Sr El6 que'1¡ Pab!o) haV alVanas cosas DIFICILES DE lee está libre de ENTENDER, las cuales los indoctos e todo error. inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mis- mos." (Carta 2* de S. Pedro, III, 16) . — 8 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA 8) "Entonces dijo el Espíritu a Feli- pe: Apresúrate y acércate a ese carruaje. Acercándose, pues, Felipe, oyó que (el etíope) leía el profeta Isaías y le dijo: JEntiendes lo que lees? El respondió: íY COMO PODRE, SI ALGUNO NO ME LO EXPLICA? Y rogó a Felipe que subiese y se sentase con él." (Hechos de los Apóstoles, VIII, 29-31) . CONSECUENCIA. — La Biblia, según ella misma advierte, no es fácil de enten- der; hay en ella lugares de difícil inter- pretación; luego no puede ser ella sola, regla suprema de fe. Sucede con la Biblia lo que con la Constitución o Código de una Nación: necesitan un Tribunal Su- premo que los interprete y resuelva las dudas que puedan originarse respecto al verdadero sentido de sus ordenaciones Así la Biblia necesita una autoridad di- vina que pueda interpretar y explicar sus pasajes obscuros. _ 9 _ CONSTITUCION DE LA IGLESIA DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Jesucristo no ha establecido autoridad algu- na en su Igl-s- sia; pastores y fieles todos son iguales. 1) "Como el Padre me envió, ASI YO OS ENVIO." (San Juan, IV, 58) . 2) "Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra; id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nom- bre del Padre y del Hijo y del Espirita Santo, ENSEÑANDOLAS A GUAR- DAR TODAS LAS COSAS QUE YO OS HE MANDADO. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del siglo." (S. Mateo, XXVIII , 19, 20 ) . 3) "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura: el que •cre- yere y fuere bautizado será salvo; mas EL QUE NO CREYERE SERA CONDE- NADO:' (San Marcos, XVI, 15) . No reconoce- mos otra auto- ridad en reli- gión que al mis- mo Jesucristo. Sólo a Cristo deb'mos obede- cer. 4) "El que a vosotros oye, a Mí me oye; EL QUE A VOSOTROS DESE- CHA, A MI ME DESECHA." (S. tucas, X. 16). 5) "SI A LA IGLESIA NO OYERE, tenlo como un gentil y un publicado" (San Mateo, XVIII , 17) . — 1 0 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Jesucristo no 6) "Velad sobre vosotros y sobre toda autoridad d 0 la 9ran 9rey en la <7ue el Espíritu Santo os ha puesto POR OBISPOS para APA- CENTAR la Iglesia de Dios." (Hechos, XX, 28) . 7) "Ruego a los ancianos (1) que es- tán entre vosotros, yo anciano también con ellos . . . APACENTAD LA GREY DE DIOS que está entre vosotros, TE- NIENDO CUIDADO DE ELLA." (1* San Pedro, V, 1, 2 ) . #)/."Os rogamos, hermanos, que reco- nozcáis a los que trabajan entre vosotros y OS PRESIDEN EN EL SEÑOR y os amonestan, y los tengáis en mucha estima por amor de su obra." (1» Tesalonicenses, V, 12, 13) . CONSECUENCIA. — Luego Jesucristo ha instituido en su Iglesia una autoridad gubernativa; por consiguiente, no sola- mente debemos obedecer a Jesucristo, sino también a los Apóstoles enviados por El y a sus legítimos sucesores:el Papa y los Obispos. — 1 1 — INFALIBILIDAD E INDEFECTIBILIDAD DE LA IGLESIA DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA La Iglesia Ca- tólica Romana fué al principio 1 a Iglesia d e •Cristo, mas en el trascurso de los siglos ha caí- do en varios errores. 1) "Las puertas del infierno NO PRE- VALECERAN contra ella (la Iglesia).'' (San Mateo, XVI, 17). 2) "Estad ciertos que YO ESTOY CON VOSOTROS hasta la consumación del siglo." (San Mateo, XXVIII , 20 ) . 3) "Yo pediré al Padre, y El os dará otro Consolador para que PERMANEZ- CA CON VOSOTROS EL ESPIRITU DE VERDAD." (San Juan, XIV. 16). 4) "Si a la Iglesia no oyere, tenlo CO- MO UN GENTIL Y UN PUBLICA- NO." (San Mateo, XVIII , 17) . 5) "El Apóstol San Pablo (Carta 1' a Timoteo, III, 15) llama a la Iglesia "COLUMNA Y SOSTEN DE LA VER^ DAD." CONSECUENCIA. — Si la Iglesia Cató- lica, que es la única que se remonta hasta el tiempo de los Apóstoles, hubiese caído en el error, las puertas del infierno ya hubieran prevalecido contra ella. Si la Iglesia de Jesucristo pudiese errar en lo que atañe a las verdades de la revelación, ;qué habría sido de la promesa de Cristo, de q. o estaría con ella hasta el fin de los — 1 2 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA «glos y de que permanecería con ella el Espíritu de Verdad? ; C ó m o J?sucr"sto nos habría obligado a oírla? ¿Cómo po- dría llamarla el Apóstol "columna y sos- tén de la verdad?" Los abusos y escándalos q w se observan en la Iglesia Cató- 1 i c a Romana, demuestran que ella no es la Iglesia de Cris- to. 6) "Semejante es el Reino de los Cie- los a un hombre que sembró buena si- rpiente en su campo; mas, durmiendo los hombres, vino el enemigo y sembró ci- zaña entre el trigo y se fué . . . Y llegán- dose los siervos del padre de familia, le dijeron: Señor ¿no sembraste buena si- miente en tu campo? ¿de dónde tiene ci- zaña? . . . ¿Quieres que vayamos y la co- jamos? . . . No, no sea que, cogiendo la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno i; lo otro hasta la siega; y al tiempo de la- siega yo diré a los segadores: COGED PRIMERO LA CIZAÑA Y ATADLA EN MANOJOS PARA QUEMARLA; MAS RECOGED EL TRIGO EN MI GRANERO:' (San Mateo, XIII, 24-30) . 7) "Asimismo el Reino ,de los Cielos es semejante a la. red que, echada en ta mar, coge peces de todas clases. La cual estando llena, la sacaron a la orilla; y sentados, cogieron los buenos en vasos u echaron fuera los malos. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles y APAR- TARÁN A LOS MALOS DE ENTRE LOS JUSTOS y l.os echarán en el horno — 13 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA de fuego: allí será el llanto y el crugir de dientes." (San Mateo, XIII, 47-50) . CONSECUENCIA. — El Re ino de los Cielos de que habla aquí el Salvador no puede ser otro que su Iglesia, ya que en el Cielo no habrá síno buenos. Por con- siguiente, la Iglesia Católica Romana no deja de ser la Iglesia de Cristo por más que haya en ella escándalos, pues El mis- mo predijo que así sucedería. 8) "IMPOSIBLE ES QUE NO VEN- GAN ESCANDALOS, mas ¡ay de aquel por quien vienen! (San Lucas, XVII, 1) . CONSECUENCIA. — Aquél los que ^ se escandalizan farisaicamente de los escán- dalos que ven en la Iglesia Católica, no deberían olvidar estas palabras del Sal- vador. — 1 4 — EL PAPA O SUMO PONTIFICE DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Jesucristo no c o n s t i t u y ó a San Pedro cabe- za de la Iglesia. En la Iglesia no hay otra cabe- za más que Je- sucristo. Luego no debe haber Papa. La infalibili- dad del Papa no consta en la Bi- blia. 1) "Yo te digo que tú eres Pedro, y que SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICA- RE MI IGLESIA, y las puertas del in- fierno no prevalecerán contra ella. YO TE DARE LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS, y todo lo que atares sobre la tierra, será también atado en los cielos: y todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los cielos." (San Mateo, XVI, 18, 19) . 2) "Dice Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que éstos? Respóndele: Si, Señor, tú sabes que te amo. Le dice: APACIENTA MIS COR- DEROS. Le dice segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le responde: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Dícele: APA- CIENTA MIS CORDEROS. Por tercera vez, le dice: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se contristó, porque por ter- cera vez le había dicho ¿me amas? y le respondió: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Le dijo: APACIEN- TA MIS OJEVAS." (San Juan, XXI, 15-17) . 3) "Simón, Simón, mira que Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo. Mas yo he rogado por ti PARA QUE TU FE NO FALTE; y tú una vez — 15 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA convertido, confirma a tus hermanos." (San Lucas, XXII , 31, 32 ) . CONSECUENCIA. — Estos textos bíbli- cos vienen a ser las credenciales con que Jesucristo autoriza a San Pedro como Vicario suyo en la tierra y Pastor univer- sal de su Iglesia. Y es de notarse que estas palabras las dijo Jesús a Pedro solamente, y no a otro alguno de los Apóstoles, ex- ceptuadas únicamente las que se refieren al poder de atar y desatar, comunicado a todos los Apóstoles (San Mateo, XVIII , 18). O B S E R V A C I O N E S Nuestro divino Redentor constituyó su Iglesia a manera de sociedad perfecta, compuesta de superiores y súbditos, y dió a los Apóstoles y a sus sucesores los Obis- pos, el poder de enseñar y gobernar autoritativamente a los fíeles. Pero, como en toda sociedad hay un presidente y cabeza al que todos obedecen y están sujetos, también Jesucristo estableció en su Iglesia un jefe supremo, al cual todos, Obispos y fieles, vienen obligados a obedecer. — 1 6 — EL SACERDOTE CRISTIANO DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA 1) "Velad sobre vosotros y sobre toda la grey, en la que el Espíritu Santo os ha puesto POR OBISPOS para apacentar la Iglesia de Dios, que ganó con su sangre." (Hechos de los Apóstoles, XX, 28 ) . 2) "Ministrando ellos al Señor y ayu- nando, dijo el Espíritu Santo: SEPA- RADME A SAULO Y A BERNABE pa- ra la obra para la cual los he llamado. En- tonces,. habiendo ayunado y orado, LES IMPUSIERON LAS MANOS Y LOS ENVIARON. Y ellos, enviados así por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia." (He- chos, XII, 2-4) . 3) "No malogres la gracia que hay en ti, que te ha sido dada por profecía CON LA IMPOSICION DE LAS MANOS DEL PRESBITERO." (1* Timoteo, IV, 14).. 4) "Te exhorto que avives la gracia de Dios que hay en ti por la IMPOSI- CION DE MIS MANOS." (2* Timoteo 1 , 6 ) . 5) "NO IMPONGAS de ligero LAS MANOS a ninguno."- (1 Timoteo, V, 22 ) . Jesucristo no p u s o Obispos para regir su Iglesia. Jesucristo no dió a los Após- toles el poder de ordenar sa- cerdotes; por consiguiente, el llamado sacer- docio cristiano no ha sido ins- tituido-por Je- sucristo. — 1 7 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA C u a l quiera que esté lleno del e s p í r i t u e v a n g élico es verdadero sa- cerdote de Cris- to y puede pre- dicar su Evan- gelio sin nece- sidad de pasar por esas cere- monias llama- das "o rd e n a - ción" ni de ser enviado por pa- pa u Obispo al- guno. 6) "Por esta causa te dejé en Creta para que corrigieras lo que falta y esta- blecieras en cada ciudad PRESBITEROS conforme yo te prescribí." (A Tito, I, 5 ) . 7) "Porque todo Pontífice TOMADO DE ENTRE LOS HOMBRES, es consti- tuido a favor de los hombres en lo que mira a Dios PARA QUE OFREZCA PRESENTES Y SACRIFICIOS por los pecados: que se pueda compadecer de los ignorantes y extraviados, pues que él tam- bién está rodeado de flaqueza; y por causa de ella 'debe ofrecer por los pecados, no menos por los suyos que por los del pue- blo. NI NADIE TOMA PARA SI ESTE HONOR, SINO EL QUE ES LLAMADO POR DIOS COMO AARON." (Hebreos, V, 1-4) . 8) "¿Cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído (hablar)? ¿Y CO- MO oirán sin (haber) quien les predi- que? ¿ Y COMO PREDICARAN,SI NO FUEREN ENVIADOS?" (Romanos, X, 1 4 , 1 5 ) . 9) "Considérenos el hombre como MINISTROS DE CRISTO u dispensado- res de los misterios de Dios."'(I Corintios, IV, 1) . 10) "Porque nosotros somos COAD- JUTORES de Dios." (1 Corintios, III, 9 ) . — 1 8 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA 11) "¿Está enfermo alguno entre vos- otros? LLAME A LOS PRESBITEROS (1) de la iglesia, y oren por él, ungién- dole con el aceite en el nombre del Señor." (Santiago, V, 14) . Es lícito a las ¡2) "Las mujeres en las Iglesias ca- mujeres predi- ¡[en ES INDECOROSO que una CM-en las Igie- ^ ^ ^ ^ I q k s i a » ( 1 C o r i n t i o s , XIV, 3 4 , 3 5 ) . 13) "La mujer aprenda en silencio con toda sumisión. No permito a la mujér que enseñe." (1 Timoteo, II, 11, 12) . CONSECUENCIA. — De estos textos se deduce: a) que Jesucristo estableció un sacerdocio en su Iglesia; b) que es propio del sacerdocio cristiano: apacentar la Igle- sia de Dios, ofrecer al Señor sacrificios por los pecados y ser dispensadores de los misterios de Dios; c) que para ser sacer- dote se requiere vocación divina; d) que para predicar la palabra de Dios es me- nester legítima misión; e) que las mujeres están excluidas del ministerio de la pre- dicación. (1) Velera traduce: Llame a los a n c i a n o s . . . porque la palabra griega presbyteros significa anciano, y la Iglesia la aplica a los sacerdotes. — 19 — LA EUCARISTIA DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA I.—PROMESA DE LA EUCARISTIA. Jesucristo no está realmente presente en la E u c aristia, ni ha querido dar- nos su carne pa- ra que la comié- ramos. Esto es un error, un ab- surdo forjado por el romanis- mo El capítulo VI d¡e San Juan de- b e entenderse en sentido fi- gurado. No es. pues, necesario reci- bir la Eucaris- t í a para la sal- vación. 1) "Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo: para que el que comiere de él, no muera. Yo soy el pan vivo, que desciende del cielo. SI ALGUNO COMIERE DE ESTE PAN, VIVIRA ETERNAMEN- TE, Y EL PAN QUE YO DARE ES MI CARNE PARA LA VIDA DEL MUNDO. Comenzaron entonces los ju- dí os a altercar unos con otros y decían: ¿Cómo nos puede éste dar su carne a co- mer? Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: que SI NO COMIEREIS LA CARNE DEL HIJO DEL HOMBRE, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le re- sucitaré en el último día: poraue MI CARNE VERDADERAMENTE ES COMIDA, y mi sangre es verdaderamente bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Así como me envió el Padre que vive, y yo vivo por el Padre: también el que me co- me vivirá por Mí. Este es el pan que baió del cielo. No como vuestros padres co' mieron el maná, y murieron. Quien come este pan, vivirá eternamente. Esto dijo en — 2 0 DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA La Cena no es otra cosa que un mero re- cuerdo o figura de ia cena del .Salvador. la sinagoga enseñando en Cafarnaúm. Y muchos de sus discípulos que esto oyeron, dijeron: Duro es este razonamiento, ¿y quién puede oírlo? Y Jesús sabiendo en sí mismo que murmuraban sus discípulos de ésto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? ¿Pues qué si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes?..'. (Evangelio de San Juan, VI, 48-63) . II.—INSTITUCION DE LA EUCARISTIA 2) "Y cenando ellos, tomó Jesús el pan y lo bendijo y lo partió, y lo dió a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed: ÉSTO ES MI CUERPO. Y tomando el cáliz dió gracias, y se lo dió, diciendo: Bebed todos de él; porque ésta es mi san- gre del Nuevo Testamento, que será de- rramada por muchos para, remisión de los pecados." (San Mateo, XXVI. 26-28). 3) "Y estando• ellos comiendo, tomó Jesús el pan, y bendiciéndolo, lo partió, y lo dió a ellos y dijo: Tomad, ESTO ES MI CUERPO. 'Y tomando el cáliz, dan- do gracias se lo alargó; y bebieron de él todos, y les dijo: Ésta es mí sangre del Nuevo Testamento, que por muchos será derramada." (San Marcos, XVI, 22-24) . 4) "Y habiendo tomado el pan, dió gracias y lo partió, y se lo dió diciendo: ESTO ES MI CUERPO, que es dado por vosotros: haced esto en memoria de — 2 1 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Mí. Asimismo también el cáliz, después que hubo cenado, diciendo: Este cáliz es el Nuevo Testamento en mi sangre que será derramada por vosotros." (San Lu- cas, XXII. 19, 20 ) . 5) "Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó el pan, y habiendo dado gracias, lo par- tió u dijo: Tomad y comed:' ESTO ES MI CUERPO, que será entregado por vosotros: HACED ESTO EN MEMO- RÍA DE MI. Asimismo también el cáliz, después de haber cenado, diciendo: Este cáliz es el Nuevo Testamento en mi san- gre; haced esto cuantas veces bebiereis, en memoria de mí." (San Pablo, l '\ Corin- tios. XI, 23 -25) . III.—USO DE LA EUCARISTIA ENTRE LOS PRIMEROS CRISTIANOS. No consta en 6) "De manera que, cualquiera que la Biblia que los comiere este pan o bebiere el cáliz del Hnr^r<h n v ^ Señor indignamente, SERA REO DEL " e c T b i d o el CUERPO Y DE LA SANGRE DEL Cuerpo del Se- SEÑOR. Por tanto, pruébese el hombre a sí mismo, y así coma de aquel pan y beba del cáliz. Porque el que come y bebe indignamente, come y bebe su propio juicio, NO DISCERNIENDO EL CUER- PO DEL SEÑOR." (1» Corintios, XI, 27-29) . — 2 2 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA 7) "El cáliz de bendición que bende- cimos ¿no es la comunión de la sangre de Cristo;' y el pan que partimos ¿no es LA PARTICIP ACION DEL CUERPO DEL SEÑOR?" (1* Corintios, X, 16). ADVERTENCIA. — E n la versión de Valera, donde nosotros leemos: cáliz y testamento, se lee: copa y alianza. El sen- tido es el mismo, porque las palabras: copa y alianza, son la traducción de cáliz y testamento, respectivamente. O B S E R V A C I O N E S Después de leer estos textos tan claros, tan explícitos de la Biblia, ¿podríamos dudar un solo momento de que la Eucaristía contiene real y verdaderamente el Cuerpo de Cristo, como enseña la Iglesia Católica? ¿Qué valor podrá tener la negación del protestantismo que, quince siglos más tarde, pretendió destruir este hermoso y consolador dogma de ñuestra santa fe? — 2 3 — L A MISA DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA J e s u c risto abolió comple- tamente t o d a clase de sacrifi- cios al estable- cer una nueva religión. Según la doctrina ca- tólica C r i s t o muere en cada misa. I.—EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA ES PREDICHO POR DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. 1) "EL SEÑOR JURO Y NO SE ARREPENTIRA DE ELLO: Tú eres sacerdote eternamente según el orden de Melquisedec." (Salmo 109, 5; en la edi- ción vulgar). CONSECUENCIA. — Según esto, el.sa- cerdocio de Melquisedec es el que Dios mismo designa como figura del sacerdo- cio eterno de su Hijo Jesucristo, fundador de la Nueva Alianza, como lo demuestra también San Pablo en su carta a los He- breos (V, VI, V I I ) . Ahora bien: ¿cuál fué el sacerdocio de Melquisedec? "En- tonces Melquisedec, rey de Sal'em, ofreció pan y vino; el cual era sacerdote del Dios altísimo". (Génesis XIV, 18) . Así, para que el sacerdocio de Cristo correspondiera al de Melquisedec, debió ofrecer su sacri- ficio bajo las especies de pan y vino. 2) "No está mi voluntad en vosotros (los sacerdotes de Israel), dice el Señor de los ejércitos; ni recibiré ofrenda algu- na de vuestra mano. Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande — 2 4 DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA es mi nombre entre las gentes, u EN TODO LUGAR SE SACRIFICA Y OFRECE A MI NOMBRE OFRENDA PURA." (Malaquías, I, 10, 11) . CONSECUENCIA. — Es claro que aquí habla el profeta de un sacrificio que ha de suplir a los de la antigua ley, el cual será puro y universal, propiedades que no pueden aplicarse en modo alguno a los sacrificios del Antiguo Testamento.Estos no eran enteramente puros, porque con frecuencia eran profanados por los pecados de los que los ofrecían; ni uni- versales, pues no fueron ofrecidos por to- dos los pueblos, ni en todas partes. El sacrificio aquí profetizado no puede ser tampoco el sacrificio de la Cruz, pues aunque éste fué purísimo y agradabilísi- mo a Dios, sólo fué ofrecido en un solo lugar, y por otra parte fué sacrificio cruen- to; mientras que el sacrificio de que habla el profeta debe ofrecerse en todo lugar, y debe ser un sacrificio incruento como el de Melquisedec, pues esto expresa la pa- labra mincha del texto hebreo. Sin embargo conviene una aclaración: Es de la esencia del sacrificio cruento, que prefiguraba el sacrificio redentor de Cristo en el Antiguo Testamento, el ve- rificar la oblación de una víctima con la inmolación de la misma. Ambos elemen- tos no se unen para constituir una sola — 2 5 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA realidad física, sino un Sacrificio, un solo signo de orden moral por la cual el hom- bre pecador expresa su entrega a Dios por medio del sacerdote legítimamente consti- tuido. La oblación puede ser simultánea con la inmolación; pero, también, puede ser anterior uno u otro elemento. Cuan^- do la oblación se verifica después de la inmolación lo único que se requiere es que la víctima inmolada permanezca to- davía incorrupta. En el Sacrificio Redentor, ofrecido por Cristo, una sola vez para siempre, sepún San Pablo, la oblación se verifica en la Cena y la inmolación sangrienta está en la cruz. Es un solo sacrificio que tiene' su elemento oblativo en forma sensible y ri- tual en la cena y su elemento inmolativo en el calvario. Cena y cruz se complemen- tan mutuamente y constituyen el único Sacrificio Redentor de que habla el após- tol. En la Cena se encuentra el acto propia- mente Sacerdotal del sacrificio /cuando Nuestro Señor con el rito de Melquisedec convierte el pan en su cuerpo y el vino en su Sangre. En virtud de las palabras sacramentales Jesús consagra separada- mente el pan y el vino, para expresar mís- ticamente que al día siguiente su cuerpo quedaría separado de su sangre. Así, pues, esta inmolación Sacramental no realiza una inmolación cruenta, pero la represen- — 2 6 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA ta, la simboliza sensiblemente: "Anuncia la muerte del Señor". En la Cejia Cristo anunció una inmo- lación futura. Y nosotros, ofrecemos en la Santa Misa, por voluntad de Cristo, esa misma inmolación, como pasada, puesto que la conmemoramos cumpliendo el mandato del Señor " H A C E D "ESTO EN MEMORIA MIA" . Sin embargo, aunque la muerte del Señor pasó ya en su realidad histórica, permanece para siempre en sus efectos, Cristo adquirió el carácter de Víctima eterna y, siempre vi- vo, como ofrenda santa e incorruota in- terpela ante el Padre por nosotros. Por lo tanto, la víctima de la Cena y de la misa es la misma: Cristo. Nosotros ofre- cemos después lo que Cristo ofreció antes. La inmolación sangrienta está sólo en la Cruz. Y tanto la cena, como la misa, no son independientes del Sacrificio del Cal- vario; ambas constituyen el rito oblati- vo que saca toda su eficacia de la sangre del Calvario; forman con el sacrificio de la Cruz un solo signo de orden moral y, por lo tanto, podemos decir, con toda propiedad, que en cada Misa renovamos, por una nueva oblación, el Unico Sacri- ficio Eterno del Señor. De esta manera queda muy en claro que los católicos no creen matar a Cristo en cada Misa como trivialmente Ies su- ponen los protestantes. — 2 7 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA No hay prue- ba alguna en la Biblia de que Jesucristo l u y a establecido lo que los roma nistas l laman sacrificio de la Misa. II.—INSTITUCION DEL SACRIFICIO DEL TESTAMENTO. 3) "Porque yo recibí del Señor, lo que también os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó el pan, y habiendo dado gracias, lo par- tió y dijo: Tomad y comed; éste es mi cuerpo, que será entregado por vosotros: haced esto en memoria de Mí. Asimismo también el cáliz, después de haber cena- do, diciendo: Este cáliz es el Nuevo Tes- tamento en mi sangre. HACED ÉSTO CUANTAS VECES BEBIEREIS, EN MEMORIA DE MI. PORQUE CUAN- TAS VECES COMIEREIS ESTE PAN Y BEBIEREIS ESTE CALIZ, ANUN- CIAREIS LA MUERTE DEL SEÑOR, HASTA QUE VENGA." (1» Corintios. XI, 23-26) . CONSECUENCIA. — Jesucristo manda a sus Apóstoles hacer lo que El ha hecho. Y ¿qué ha hecho el Salvador? Convertir el pan en su cuerpo y el vino en su sangre. Ahora bien: el Sacrificio de la Misa no es otra cosa que la consagración del cuerpo y de la sangre de Jesucristo y la oblación a Dios de este cuerpo y sangre divinos en memoria "de la muerte del Señor". — 2 8 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA III—LOS APOSTOLES CELEBRARON EL SACRIFICIO DE LA MISA. Tampoco Hay 4) "NOSOTROS TENEMOS UN prueba alguna ALTAR, del cual no tienen FACULTAD oSfi iof An^- f DE COMER los que sirven en el Taber- hayan cela- naculo (es decir, los judíos) . (¿>an Pablo brado sacrificio a los Hebreos, XIII, 10) . alguno. _ CONSECUENCIA. — Según este testimo- nio del Apóstol, ya en su tiempo tenían los cristianos un altar y, por consiguiente, un sacrificio sobre este altar, del cual los judíos no podían participar. 5) "No podéis beber el cáliz del Señor u el cáliz del demonio; no-podéis tomar parte EN LA MESA DEL SEÑOR Y EN LA MESA DEL DEMONIO(1* Co- rintíos, X, 20, 2 1 ) . CONSECUENCIA. — El A p ó s t o l p o n e en oposición el sacrificio de que partici- paban los paganos con el sacrificio de los cristianos. ¿Qué sacrificio era és(e? _ ¿Cuál era el cáliz y la mesa de que participaban los fieles? El mismo Apóstol nos lo dirá en el texto siguiente: 6) "El cáliz de bendición que bende- cimos ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿NO ES LA PARTICIPACION DEL CUERPO DEL SEÑOR?" (I* Corintios, X, 16) . — 2 9 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Los sacerdo- tes de la Igle- sia Romana, al cobrar dinero por la Misa, co- meten una mer- cancía detesta- ble como el pe- cado de Simón Mago. , CONSECUENCIA. — Luego el sacrifi- cio de que participaban los primeros cris- tianos, es el mismo de que ahora partici- pamos nosotros en la Misa. ¿No sabéis que los que trabajan en el santuario comen del santuario? ¿Y • QUE LOS QUE SIRVEN AL ALTAR, PARTICIPAN DEL ALTAR? Asimis- mo el Señor ordenó que los que anuncian el Evangelio, vivan del Evangelio." (1* a los Corintios, IX, 13, 14) . CONSECUENCIA. — Luego la costum- bre de hacer donaciones al sacerdote por sus servicios religiosos, está sancionada por la misma Biblia. — 3 0 — EL PURGATORIO Y LOS SUFRAGIOS DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA E n 'ninguna parte de la Bi- blia se encuen- tra la doctrina del descanso o salvación de al- ma por Misas y responsos. Es una su- perstición creer que, mediante la intervención del dinero, las alunas en pena en;.ran en pe- ríodo de des- canso. La creencia en el Purgato- rio n o t i e n e fundamento al- 1) "Hecha una colecta, envió (Judas Macabeo) a Jerusalén doce mil dracmas de plata, para que se ofreciese sacrificio por los pecados de los que habían muerto. ES, PUES, SANTO Y SALUDABLE EL PENSAMIENTO DE ROGAR POR LOS DIFUNTOS, PARA QUE SEAN LIBRES DE SUS PECADOS." (II Ma- cabeos, XII, 43-46) . CONSECUENCIA. — De este texto se deduce que hay difuntos que tienen pe- cados, y que pueden ser librados de los vivos. Mas esto no se puede decir, ni 'de los bienaventurados del cielo, ni de los condenados del infierno, pues los prime- ros están libres de todo pecado, y para los segundos no hay redención. Por con- siguiente, debe haber un estado interme- dio, en el cual, por una parte, los que se hallan en él deben ser absueltos o puri- ficados de algunos pecados; y por otra, pueden ser ayudados con nuestras ora- ciones y limosnas. A este estado interme- dio llama la Iglesia Purgatorio. 2) "Cualquieraque hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este si- — 3 1 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA g u n o e n el gh NI EN EL VENIDERO." (San Ma- Evangelio. teo, X I I , 3 2 ) . CONSECUENCIA. — Luego también en el otro mundo hay pecados que pueden ser perdonados; pues sin esto, como ob- servó San Agustín (De Civitate Dei,. libro XXI, caf ítulo X X I V ) , se diría sin fun- damento que hay pecados que no se pue- den perdonar en el otro mundo. Ahora bien; este perdón no puede tener lugar ni en el Cielo, donde nada puede haber que sea pecado; ni en el infierno, donde no hay perdón. Luego, además del Cielo y del infierno, hay en el otro mundo un tercer estado en el que se perdonan algu- nos pecados: es el Purgatorio. 3) Véase también la Epístola primera a los Corintios (III, 13-15) , en la que San Pablo menciona "EL FUEGO QUE PROBARA LA OBRA DE CADA UNO por la que SERA SALVO." CONSECUENCIA. — Tenemos, pues, que si bien la palabra Purgatorio no se halla en la Biblia —como tampoco se hallan en ella las palabr.as Trinidad u .Encarnación que admiten las sectas protes- tantes— no obs^j 'c, la doctrina de la Iglesia respecto al p . ;atorio está realmen- te contenida en la Biblia. — 3 2 — EL LIMBO DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA "Jesús le respondió: "En verdad en verdad te digo que el que no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede en- trar en el reino de Dios." (San Juan, III, 5 ) . CONSECUENCIA. — Nuestro Señor en- señó la necesidad absoluta del bautismo 'para entrar en el remo de los cielo's. Así como el nacimiento primero y natural es la puerta para entrar en el mundo, así el nacimiento segundo y espiritual es la puerta por donde entramos al Reino de Dios donde "nada manchado puede pene- trar ." Pero todo niño al nacer contrae el pecado original: "Así como el pecado en- tró en el mundo por un solo hombre y por el pecado la muerte; así también la muerte pasó a todos los hombres, por aquel en quién todos pecaron." (Rom. V, 12) . Según ésto, los niños que mueren antes del uso de razón, privados del bau- tismo, son privados del Reino de los cie- los. Sin embargo, no son castigados con pena alguna, pues ellos no han pecado y por lo tanto un castigo repugnaría a la Infinita Bondad y Justicia de Dios. Por el contrario, vivirán una especie de feli- cidad' natural con conocimiento y amor natural de Dios. Como se ve la palabra limbo no figura en la Escritura, pero la doctrina está implícitamente contenida en ella. No existe el limbo para los q u e murieron sin Bautismo. — 3 3 — LA CONFESION HECHA AL SACERDOTE DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Sólo Dios pue- de perdonar los pecados. Ei no iia comunic-ado a los hombres el poder de per- donarlos. La confesión de los pecados a un sacerdote, no es necesaria, ni lia sicio man- dada por Jesu- cristo. B a s t a confesarse sólo con Dios. 1) "En verdad os digo: todo lo que atareis en la tierra será atado en el cielo; y TODO LO. QUE DESATAREIS SO- BRE LA TIERRA, SERA DESATADO EN EL CIELO." (San Mateo, XVIII , 18) . CONSECUENCIA. — Con estas palabras entregó Jesucristo a los Apóstoles el po- der de atar y desatar las conciencias — antes había comunicado este poder a San Pedro en particular: San Mateo, XVI, 19.— En este poder de atar y desatar está indudablemente comprendido el poder de desatar el vínculo de los pecados. Pues, ante todo, este poder es espiritual y se re- fiere a los vínculos que ligan a las almas, impidiendo su entrada en el cielo. Ahora bien: ¿qué vínculos pueden atar a las al- mas impidiéndoles conseguir sus salva- ción, sino los pecados? . . . Luego Jesu- cristo comunicó a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. 2) "Estando cerradas las puertas, don- de se hallaban reunidos los discípulos por miedo de los judíos, vino Jesús y se puso en medio, y díjoles: Paz a vosotros. Dicho esto mostróles las manos y costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor. Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz a DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA vosotros. Corno el Padre me envió, así también yo os envío. Dichas estas pala- bras sopló hacia ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A LOS QUE PERDO- NAREIS LOS PECADOS, LES SON PERDONADOS, Y- A LOS QUE SE LOS RETUVIEREIS, LE SON RETE- NIDOS." (San Juan, XX, 19-20). CONSECUENCIA. •— Estas palabras de Jesucristo serían inútiles y falsas, si sólo Dios es el que perdona los pecados. Inúti- les, porque ¿a qué vendría decir: "a quie- nes vosotros perdonareis los pecados?" Falsas, porque, en virtud de ellas, podrían, Apóstoles, o sus sucesores, perdonar los pecados, y no obstante n'o ser perdo- nados; podrían retenerlos, y no obstante ser perdonados. Asimismo sería inútil e ilusorio el doble poder de perdonar y re- tener los pecados dado a los Apóstoles, si el pecador no estuviera obligado a ma- nifestar sus pecados al ministro de Dios. Si pudiera obtenerse el perdón directa- mente de Dios, ¡nuién iría a cubrirse de rubor ante el sacerdote? . . . Y entonces- ¡z qué vendrían estos sublimes poderes de perdonar y retener los pecados, de-que habla el Salvador? . . . 3) "Todas las cosas son de Dios, el cual nos reconcilió consigo por Cristo, y nos dió a nosotros el misterio de la RE- — 3 5 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA CONCILIACION." (2* Corintios, V, 18) . CONSECUENCIA. — De estas palabras de San Pablo se deduce: a) que Dios realmente ha comunicado el poder de perdonar los pecados; b) que este poder fué comunicado no solamente a los doce Apóstoles, sino también a los demás sa- cerdotes, pues San Pablo no había vivido con Jesucristo durante su vida mortal. Los primeros 4) "Y muchos de los que habían creí- confesaban10 56 ^c, venían confesando y dando cuenta de SL'S hechos." (Hechos de los Apóstoles, XTX, 18). CONSECUENCIA. — Luego ya* en tiem- po de los Apóstoles se confesaban los cristianos. EL CELIBATO RELIGIOSO DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA E n n i n g u n a ¡) "Yo os digo que cualquiera que re- p a r t e cte l a Bi- ou¿iare a su mujer, si no fuere por causa blxa se encuen- ^ i r a , como ense- de fornicación, y se casare con otra, co- ñanza divina, la mete adulterio; y el que se casare con la del ,g¡rb ru t pt°ra repudiada, comete adulterio. Dicenle sus el sagrado m? discípulos: Si así es la condición del hom- nisterio. - hre con la mujer, no conviene casarse. Entonces El les dijo: No todos reciben esta palabra, sino aquéllos a quienes es dado . . . hay eunucos que se hicieron a sí mismos eunucos POR CAUSA DEL REINO DE LOS CIELOS ; EL QUE PUEDA SER CAPAZ DE ESTO, SEA- LO." (San Mateo, XIX, 9-12) . CONSECUENCIA. — He ahí, pues, a Jesucristo alabando y recomendando el estado de virginidad, o sea, el celibato religioso. Aunque, a decir verdad, la me- jor alabanza y recomendación fué elegir El mismo tal estado de vida. 2) "Cualquiera que dejare casa, o her- manos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o MUJER, o. herederos, POR MI NOMBRE, recibirá cien veces más y po- seerá la vida eterna." (San Mateo, XIX, 29: San Marcos, X, 30; San Lucas, XVIII, 29) . — 3 7 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA CONSECUENCIA. — Luego llevar vida célibe por seguir a Jesucristo no sólo es conforme al Evangelio, sino también meritorio delante de Dios: 3) "Y he aquí que miré: y vi que el Cordero estaba sobre el monte de Sión y con El ciento cuarenta y cuatro mil per- sonas . . . y cantaban un cántico nuevo ante el trono . . . y nadie podía cantar ni entender aquel cántico fuera de aquéllos ciento y cuarenta y cuatro mil • • . ESTOS SON LOS QUE NO SE AMANCILLA- RON CON MUJERES; PORQUE SON VIRGENES. Estos siguen al Cordero do- quiera que vaya." (Apocalipsis, XIV, 1-4) . CONSECUENCIA. — Nuestro Señor Jesucristo no solamente mostró en la tie- rra predilección por la virginidad, sino que muestra la misma preferencia por ellaen el cielo. San P a b l o 4) "Digo, pues, a los solteros y a los con autoridad viuc{OSj que (e £S BUENO PERMÁNE- draue1Cel^r- CER AS¡> COMO TAMBIEN PERMA- vo del Señor NEZCO YO. Mas si no tienen don de sea casado. continencia, cásense; que mejor es casarse que condenarse." (1* Corintios, VII, 8, 9). — 3 8 — DOCTRINA PROTESTANTE CONSECUENCIA. — San Pablo reco- mienda aquí la vida célibe, que él mismo abrazó a imitación de Cristo; y sólo acon- seja el matrimonio a los que no tienen el don 'de continencia. En los textos si- guientes, vuelve a recomendar el estado de virginidad: 5) "En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor, mas doy mi pa- recer . . . ¿Estás ligado a mujer? No pro- cures soltarte, ¿ESTAS SUELTO DE MUJER? NO PROCURES MUJER. El que no tiene mujer anda solícito de las cosas que son del Señor, cómo ha de agra- dar a Dios." (1 • Corintios, VII, 32-33) . 6) "El que casa a su (hija) virgen hace bien; el que no la casa, hace mejor." (1« Corintios, VII, 38 ) . O B S E R V A C I O N E S Por más que los protestantes se empeñen en llamar el celibato eclesiástico "corruptor y contrario a la Biblia", tal vez no hay doctrina de la Iglesia Católica tan con- forme con las enseñanzas de la Biblia como la del celi- bato religioso, es decir, del estado de virginidad abra- zado^ "por causa del reino de los cielos". La Iglesia no hace más que repetir al pie de la letra lo que sobre esta cuestión tan delicada han enseñado Jesucristo y su fiel intérprete San Pablo. Este último, especialmente, expo- ne con tanta claridad su pensamiento que parece increí- ble haya quienes se precien de ser amantes de la Biblia y se atrevan al mismo tiempo a impugnar el celibato re- ligioso. — 3 9 — LA VIRGEN MARIA DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Es un absur- j ) "María, de la cual nació Jesús, que v°rdandeS l0fn- e s Ornado el Cristo." (San Mateo, I, 16) . señar o creer . que Dios tenga 2) El ángel Gabriel fué enviado por madre; luego Dios a una ciudad de Galilea llamada María no puede Nazaret, a una VIRGEN DESPOSADA ^re11d«iaDk)sia con un var°n 1ue se Mamaba José . . . y el nombre de la Virgen era María. Y en- trando el ángel a donde estaba, le dijo: Salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre las mujeres. Mas ella, al oír esto, se turbó y pensaba qué salu- tación fuese ésta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gra- cias delante de Dios. aquí que conce- birás en tu seno y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será gran- de y será llamado hijo del Altísimo . . . entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, pues no conozco varón? Y respon- diendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altí- simo te hará sombra; por lo cual EL (FRUTO) SANTO OUE NACERA DE TI, SERA LLAMADO HIJO DE DIOS" (San Lucas, I, 26-35) . 3) "En aquellos días María salió^y se dirigió con presteza a las montañas y ciudad de Judá. Y entró en casa de Za- carías y saludó a Elizabet. Y Elizabet fué — 4 0 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA El culto que los católicos tri- butan a María es contrario a la Biblia. llena de Espíritu Santo, y, exclamando en alta voz, dijo: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Y ¿de dónde esto a mí, que LA MADRE DE MI SEÑOR venga a mí? (San Lucas, I, 39-43) . 4) "Envió Dios a su Hijo, HECHO DE MUJER." (Gálatas, IV, 4 ) . 5) "Entonces María . 'dijo: Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador . . . Porque ha pues- to los ojos en la bajeza de su esclava, HE AHI QUE DESDE AHORA ME LLA- MARAN BIENAVENTURADA TO- DAS LAS GENERACIONES. Porque ha hecho en mí cosas grandes aquel que es el Poderoso y cuyo nombre es santo." (San Lucas, I, 46-49) . CONSECUENCIA. — Nuestro culto a María, lejos de ser contrario a la Biblia, se halla en ella profetizado. O B S E R V A C I O N E S Es harto doloroso para todo corazón sinceramente cristiano ver la manera injusta e irrespetuosa con que nuestros hermanos extraviados tratan a la Santísima Madre de Jesucristo, bajo el pretexto dé un falso celo por el honor del mismo Cristo. ¡Cómo si la mejor ma- nera de ensalzar a un hijo fuera vilipendiar a su madre! El amor sin límites que profesamos a nuestro Di- vino Redentor, nos obliga a demostrar a nuestros- lec- tores los sólidos fundamentos en que se apoya nuestra tesis. — 4 1 — LA VENERACION E INVOCACION D E LOS SANTOS DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA I.—LA VENERACION DE LOS SANTOS. Es una cosa sacrilega el ve- nerar á los San- tos, porque sólo a Dios se debe el honor y la gloria, como di- ce el Apóstol. 1) "Estando Josué cerca de Jericó abrió sus ojos y vió un varón (un ángel) delante de él . . . Entonces Josué, POS- TRANDOSE EN TIERRA LE ADORO Y DI JOLE: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?" (Josué, V, 13, 14) . 2) "Abdias era en gran manera teme- roso del Señor . . . y yendo Abdías por el camino, encontróse con Elias; y en cuan- to lo conoció, POSTROSE SOBRE SU ROSTRO Y DIJO: ¿No eres tú, mi Se- ñor Elias?" (3* Reyes, XVIII, 3 y 7- En la versión de Valera: l9 Reyes). 3) "Y viéndole' (a Elíseo) los hijos de los profetas . . . vinieron a recibirle, E INCLINARONSE A EL HASTA LA TIERRA(49 Reyes, II, 15. — En Va- lera: 2 'Reyes ) . CONSECUENCIA. — La veneración a los Santos tiene en su favor estos testimo- nios de la Biblia. ¿Se dirá tal vez que es- tos hombres, temerosos de Dios, fueron idólatras? — 4 2 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA La mediación de los Santos entre Dios y los hombres es con- traria a la Bi- blia; luego tam- bién lo es el in- vocarlos. II.—LA INVOCACION DE LOS SANTOS. 1) "El ángel que me libró de todos los males, BENDIGA a estos niños." (Géne- sis, XLVIII , 16) . .2) "Entonces el pueblo vino a Moisés, y le dijeron . . . RUEGA al Señor que quite de nosotros estas serpientes. Y Moi- sés ORO POR EL PUEBLO." (Números, XXI, 7 ) . 3) "Id a mi siervo Job,... y mi siervo Job ORARA POR VOSOTROS, porque ciertamente A ÉL ATENDERE." (Job, XLII, 3 ) . 4) "ORAD por los que os persiguen y calumnian." (San Mateo, V, 4 4 ) . 5) "Ruégoos, hermanos, que ME AYUDEIS CON VUESTRAS ORA- CIONES POR MI A DIOS." (Romanos, XV; 30 ) . 6) "ORAD LOS UNOS POR LOS OTROS para que seáis salvos: porque mucho vale la oración perseverante del jüsto. Elias era hombre pasible semejante a nosotros, y pidió que no lloviese sobre la tierra y no llovió en tres años y seis me- ses. Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia y la tierra produjo su fruto." (Santiago, V, 16-18). — 4 3 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Los Santos en el cielo nada saben de nos- otros; por tan- to, i g n o r a n nuestras peti clones; luego es inútil invocar- los. No tenemos ninguna garan- tía de que los ángeles y San- tos en el- cielo pidan por nos otros; luego es cosa necia in- vocarlos para qu-e intercedan en nuestro fa- vor. CONSECUENCIA. — Si es lícito enco- mendarse a las oraciones de los fíeles vi- vos, ¿por qué no ha de ser lícito enco- mendarse a las oraciones de los justos que están en el cielo? 7) "Cuando tú orabas con lágrimas y enterrabas a los muertos . . . YO OFRECI TU ORACION AL SEÑOR", diio el án- gel Rafael a Tobías. (Tobías, XII, 12) . 8) "Mirad, no despreciéis a uno de es- tos pequeñitos; porque os digo que SUS ANGELES (que los aguardan) en los cielos siempre ven la faz de mi Padre." (San Mateo, XVIII, 10) . 9 ) "Somos hechos espectáculo al mun- do, A LOS ANGELES y a los hombres." (1* Corintios, IV, 9 ) . CONSECUENCIA. — Luego los ángeles saben lo que nos pasa a nosotros. Y si los ángelés lo saben, ¿por qué razón no han de saberlo los Santos, de los cuales dice Jesús que "en el cielo son iguales a los ángeles"? (San Lucas, XX, 36) . 10) "El ángel del Señor dijo: Señor de los ejércitos, ¿hasta cuándo NO TEN- DRAS PIEDAD DE JE RUS ALEN y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado?" (Zacarías,I, 12). 11) "Este es el amigo de los herma- nos y del pueblo de Israel; éste es el que PIDE MUCHO POR EL PUEBLO y por — 4 4 — DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA toda la santa ciudad, Jeremías profeta de Dios." (2 ' Macabeos, XV, 14) . 12) "Los veinticuatro ancianos se pos- trarorf delante del Cordero, teniendo ca- da uno arpas y copas de oro llenas de per- fumes que son LAS ORACIONES DE LOS SANTOS." (Apocalipsis, V, 8 ) . Consecuencia. — La Biblia atestigua que lo«s ángeles y los Santos en el cielo oran por nosotros. O B S E R V A C I O N E S DOCTRINA DE LA IGLESÍA ACERCA DE LA VENERACION E INVOCACION DE LOS SANTOS Enseña el Concilio de Trento (sesión X X V ) , que es justo y saludable venerar e invocar a los Santos. 1) Respecto a la veneración de los Santos hay que tener en cuenta que se diferencia mucho del honor que tributamos a Dios. A Dios lo adoramos como a nues- tro Supremo Señor y principio de todo bien; a los San- tos los veneramos solamente como fíeles siervos y ami- gos de Dios. A este propósito conviene advertir, para evitar confusiones, que en el lenguaje ordinario a veces se toman en el' mismo sentido las palabras adorar y ve- nerar. Así como el Estado honra a sus grandes hombres y recomienda a los ciudadanos que imiten sus virtudes cívicas y su amor a la patria, del mismo modo> la Igle- sia Católica honra a sus héroes, recomendando a los cris- tianos la imitación de sus virtudes, especialmente de su amor a Dios y al prójimo. — 4 5 — EL CULTO DE LAS IMAGENES (Medallas, Rosarios, etc .) DOCTRINA PROTESTANTE LA BIBLIA Es contrario a la Biblia ado- rar a Dios por medio de algu- na figura. Dios m i s m o h a p roh ib ido a b s ó l i t a m e n t e esculp i r imáge- n e s y venera r - las. 1) "HARAS TAMBIEN DOS QUE- RUBINES DE ORO . . .Y los querubines extenderán por encima (del arca) las alas . . . Y desde allí te declararé mis ór- denes y hablaré contigo desde sobre el propiciatorio y desde en medio de los querubines que están sobre el Arca del Testimonio todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel." (Exodo, XXV, 12-22).. 2) "Y el Señor dijo a Moisés: HAZ UNA SERPIENTE DE BRONCE y pon- la para señal: cualquiera que fuere mor- dido y LA MIRARE, vivirá." (Núme- ros. XX, 8 ) . CONSECUENCIA. — Luego Dios mis- mo ha ordenado expresamente que se ha- gan imágenes y se usen para fines reli- giosos. 3) 'Y Josué rasgó sus vestiduras y ESTUVO POSTRADO EN TIERRA DELANTE DEL ARCA DEL SEÑOR hasta ta tarde." (Josué, VII, 6 ) . CONSECUENCIA. — El Arca de la Alianza recibió, pues, de los buenos israe- litas la misma veneración que damos los católicos a las imágenes. — 4 6 — OBSERVACIONES DOCTRINA DE LA IGLESIA ACERCA DEL CULTO DE LAS IMAGENES Para que vean nuestros lectores cuán falsamente nos calumnian las sectas protestantes al decir que los católicos adoramos las imágenes, reproducimos las pala- bras del Concilio de Trento: "El Concilio ordena que las imágenes de Cristo, de la Virgen Madre de Dios y de otros Santos se tengan y guarden en las iglesias y se les dé el honor y reverencia debidos, no porque se crea que hay en ellas alguna divinidad o virtud en conside- ración a la cual deba dárseles culto, o pedirles alguna cosa, o poner en ellas la confianza como, hacían antigua- mente los gentiles que colocaban sus esperanzas en los ídolos; sino porqué el honor manifestado' a ellas se re- fiere a los prototipos, a quienes estas imágenes repre- sentan; de tal manera que por las imágenes que besamos y ante las cuales nos descubrimos y nos arrodillamos, adoramos a Cristo y veneramos a los Santos, cuya seme- janza tienen" (Sesión X X V ) . LAS RELIQUIAS DE LOS SANTOS I. Guarda íntima relación con el culto de las imágenes de los Santos, la veneración de sus reliquias, la cual está asimismo en perfecta conformidad con las en- señanzas de la Biblia. Los Libros Sagrados nos hablan de estupendos mi- lagros obrados por Dios mediante objetos pertenecien- tes a los Santos. Recordemos algunos: la vara, de Moi- sés, que obró maravillas en la corte de Faraón (Exodo, VII, 10 y sig.) ; el manto de Elias, que dividió las aguas del Jordán (4.9 Reyes, VIII, 14; .en la versión de Vale- ra- 2 9 Reyes); los huesos del profeta Elíseo, que resu- citaron un muerto (4.9 Reyes, XIII , 21) ; el vestido de Jesús, que curaba a todos los enfermos que lo tocaban (San Mateo, IX, 20, y XIV, 36) ; la sombra de San — 4 7 — Pedro y los sudarios y ceñidores de San Pablo, que cu- raban los enfermos y endemoniados (Hechos, V, 15-16, y XIX, 12). —Lar medallas, escapularios, cordones de San Francisco, etc Sabido es que el protestantismo', de acuerdo con la moderna impiedad, considera como su- perstición el uso de estos objetos piadosos. Pero me in- clino a creer que no se han formado una idea verdadera <le su significado. Cuál sea éste, claramente se deduce de las oracio- nes que usa la Iglesia al bendeciros: "Señor Jesucristo, Salvador del género humano, bendice este hábito (esca- pulario) que tu siervo llevará devotamente por amor tuyo y por el de tu Santísima Madre la Virgen María, a fin de que, por intercesión de la misma, siendo defen- dido del enemigo maligno, persevere en tu gracia hasta la muerte" (Fórmula de la bendición del escapulario del Carmen) . "Oh Dios, que para redimir al siervo quisiste que tu Hi jo fuese atado por mano de los impíos, bendice, te rogamos, este cíngulo, y haz que tu siervo que ciñe este cordón de penitencia, recuerde perpetuamente las atadu- ras de Nuestro Señor Jesucristo y se reconozca obligado para siempre a tu servicio" (Fórmula de la bendición del Cordón de S¡an Francisco). Como se ve, aquí no hay superstición ni cosa que se le parezca; estos objetos piadosos no son otra cosa que un símbolo sagrado de nuestro amor al Divino Reden- tor y a su Santísima Madre y de nuestra confianza en su protección. El cristiano, al recibir dichos objetos bende- cidos por la Iglesia, se compromete a observar una vida verdaderamente cristiana, y se coloca bajo la especial pro- tección de" la Virgen y de los Santos. Escarnecer estos objetos piadosos es desconocer a un tiempo, la naturaleza de la Religión y la del hombre. E l hombre no es puro ángel; tiene un alma racional, pe- ro servida por los sentidos del cuerpo. De ahí que el — 4 8 — hombre se sirva de símbolos para manifestar los senti- mientos de su espíritu; viste de gala en los días.de fiesta y de luto en los días de dolor; siente el amigo necesidad de ofrecer al amigo una flor, un retrato en señal de amis- tad. La Iglesia Católica, al hablar al hombre con estos- signos materiales, no hace más que acomodarse a su na- tural constitución. El mismo Jesucristo ¿no comunica su gracia a nuestras almas por conductos materiales .y sen- sibles, v. gr. : por medio del agua en el Bautismo? . . . — 4 9 Apéndice LAS INDULGENCIAS Parece oportuno hablar aquí de las indulgencias, de las cuales los protestantes suelen tener un concepto muy erróneo. No es nuestro propósito escribir un tra- tado completo acerca de las indulgencias, sino dar al lec- tor, una idea general de las mismas. I .— Qué es indulgencia y sus clases. — 1) Defini- ción: "Indulgencia es el perdón de la pena temporal que debemos sufrir por los pecados ya perdonados en el Sa- cramento de la Penitencia". Para entender debidamente esta definición, es pre- ciso tener en cuenta que todo aquél que comete un peca- do mortal merece castigo eterno. Mas, al punto que el pecador se arrepiente de sus pecados y los sujeta al tri- bunal de la Penitencia, Dios le perdona, juntamente con la culpa, la pena eterna que había merecido por el pe- cado. Pero, como no siempre el penitente tiene contri- ción perfecta capaz de justificarlo plenamente ante la justicia divina, Dios le impone un castigo, o pena tempo- ral, a la manera que el soberano o ejecutivo de una na- ción indulta a un criminal la pena de muerte en que ha- bía incurrido y le impone, v. gr.:la pena de quince años de cárcel. Que al perdonar el pecado y la pena eterna, Dios no siempre perdona la pena temporal merecida por aquél, es una verdad que hallamos consignada en varios pasa- jes de la Biblia. Adán quebranta el precepto divino: Dios le perdona su delito, pero lo sujeta al duro castigo de comer el pan con el sudor de su rostro y 'a la triste necesidad de padecer y morir (Génesis, III, 17-20) . Los israelitas murmuran contra el Señor en el desierto; — 5 0 — Dios les perdona, pero asegura que ninguno de ellos en- trará en la tierra prometida (Número, XIV, 20-23) . Moisés y Aarón, jefes del pueblo de Dios, desconfían de la promesa divina; y Dios, si bien les perdona su falta, les dice: " N o introduciréis a este pueblo en la tierra que les he dado" (Números, XX, 10) . David, habiéndose arrepentido de su doble pecado de adulterio' y de homi- cidio, fué perdonado por Dios, y, sin embargo, recibió un duro castigo: "El Señor ha perdonado tu pecado; mas, porque has hecho blasfemar a los enemigos del Se- ñor, morirá el h i jo que te ha nacido" (II Reyes, XII, 14) . ( 1 ) . Ahora bien: enseña la Fe Católica que estas penas temporales que el pecador debe ordinariamente sufrir por sus culpas, se perdonan o en esta vida por medio de obras satisfactorias, por las cuales nos aplicamos la sa- tisfacción de Cristo; o en la otra vida, por medio de gravísimos tormentos en el Purgatorio, si, al morir, no hemos satisfecho enteramente por nuestros pecados. Sin embargo, nos enseña asimismo nuestra Santa Fe que la Iglesia ha recibido de Jesucristo el poder de li- brar a los fieles de esas penas temporales; por medio de las indulgencias; He ahí, pues, lo que son las indulgencias y para qué sirven: son un medio de librarnos de las pénas tem- porales que debemos sufrir por nuestros pecados ya per- donados; vienen a ser como una moneda de oro que la Iglesia pone en manos de sus hi jos para que den al Se- ñor la satisfacción que le deben. 2) Indulgencias plenarias y parciales. — Cuantío la Iglesia concede una indulgencia mediante la cual se perdonan todas las penas temporales debidas por los pe- cados, se llama plenaria, es decir, completa. Cuando la Iglesia concede cincuenta o cien días de indulgencia, entonces se llama parcial, es decir, incom- (1) En la versión de Valera: II Samuel, XII . — 5 1 — pleta, porque sólo se perdona una parte de las penas temporales del pecado. A propósito de las indulgencias parciales, conviene tener en cuenta que una indulgencia de cincuenta o cien días, no significa que se le quiten a uno cincuenta o cien días de Purgatorio, como creen algunos equivocadamen- te. Para entender el sentido de estas palabras, es preciso recordar que antiguamente la Iglesia imponía penitencias muy rigurosas por ciertos pecados graves, por ejemplo: privación de recibir los Sacramentos, ayunos, cilicios, etc., por algún tiempo determinado. Ahora bien: al con- ceder la Iglesia una indulgencia de cincuenta o cien días, el pecador que la gana obtiene la remisión de la pena temporal de sus pecados que obtendría haciendo cin- cuenta o cíen días de penitencia según se hacía en les an- tiguos tiempos. d< la Iglesia. I I .—La Iglesia tiene el poder de conceder indulgen- cias. — La Iglesia concede indulgencias en virtud del poder divino que Jesucristo díó a San Pedro y a lo," Apóstoles para librar al pecador arrepentido de todo lo que impida su entrada en el cielo. A, Pedro dijo: " T o d o lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los cielos" (San Mateo, XVI, 19) . Lo mismo dijo des- pués a los Apóstoles reunidos: " T o d o lo que desatareis sobre la tierra, desatado será también en el cielo" ("San Mateo, XVIII , 18). De estas palabras se deduce evidentemente que Nuestro Señor Jesucristo dió a la Iglesia los poderes más amplios para desatar los vínculos que podrían impedir al pecador entrar en el cielo. Y como las penas temporales que debemos sufrir, después de perdonada la pena eterna, son otros tantos obstáculos para entrar en el cielo, a donde no se llega sin haber antes satisfecho completamente á la Justicia divina, claro está que la Iglesia recibió la potestad de — 5 2 perdonar tales penas, y eso es lo que hace por medio de las indulgencias. El Apóstol San Pablo ejerció este poder con el in- cestuoso de Corinto, á quien primeramente excomulgó, es decir, separó del seno de la Iglesia; y a quien luego perdonó por haber dado pruebas de arrepentimiento: "Yo, en verdad, aunque ausente en el cuerpo, mas pre- sente con el espíritu, ya he juzgado como presente a aquél que así se por tó . . . sea el tal entregado' a Satanás" ( k * Corintios. V, 3 - 5 ) . "Debéis ahora, por el contra- rio, usar con él de indulgencia y perdonarle, no sea que el tal sea consumido de demasiada t r i s t e z a . . . y al que perdonasteis en algo, también yo, pues yo> también si al- go he perdonado, lo he perdonado por vosotros en la persona de Cristo" (2.* Corintios, II, 7 - 1 0 ) . Se ve, pues que San Pablo estaba en la convicción de que el Salvador había dado a su Iglesia la facultad de otorgar perdón completo a los pecadores en consideración a los méritos y oraciones de sus hermanos inocentes, es decir, el poder de conceder indulgencias. I I I .—De qué manera perdona la Iglesia las penas debidas por los pecados.— Las perdona ofreciendo por el pecador reparación a la divina Justicia, mediante el tesoro inagotable de los méritos de Nuestro Señor Jesu- cristo, de la Santísima Virgen María y de los Santos. Sabemos, por el dogma de la Comunión de los San- tos. que entre los miembros de la Iglesia hay comunica-* ción de bienes espirituales y que los méritos de los unos aprovechan a los otros. "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene" muchos miembros, y todos¡ los miembros del cuerpo, aunque sean muchos, son un solo cuerpo; así también Cristo. De manera que si un miembro sufre, to- dos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él" (1.* Corintios, XII , 12-26) . — 5 3 — "Aunque muchos somos un solo cuerpo de Cristo; y cada uno somos miembros uno de otro" (Romanos, XII, 5 ) . "Os ruego, hermanos, por Nuestro Señor Jesucristo y por la caridad del Espíritu Santo que me ayudéis con vuestras oraciones por mí a Dios" (Romanos, XI, 30 ) . Gran número de miembros de la Iglesia -—los Apóstoles, los mártires, las vírgenes y otros Santos in- numerables— trabajaron y sufrieron por Cristo, con lo cual atesoraron méritos extraordinarios que eilos no ne- cesitaron para pagar sus propias deudas; la Santísima Virgen María mereció aún más que todos aquellos San- tos; su vida, por otra parte, fué purísima sin que come- tiera jamás pecado alguno. El ángel la llamó "llena de gracia" (San^Lucas, I, 27) . Todos estos méritos, en unión con los méritos infinitos de Jesucristo, forman un tesoro espiritual, del cual la Iglesia puede disponer para satisfacer a la divina Justicia las deudas que sus hijos han contraído con sus pecados. Comprenderéis esto muy bien con una comparación. Suponed el caso de algunas personas muy ricas que, al morir, dejan todas sus riquezas a una Junta de Benefi- cencia para que dicha Junta pague, con aquel tesoro, las deudas de los pobres que no tienen con qué pagarlas. La Iglesia, al conceder una indulgencia, saca de su tesoro, y nos aplica, tantos méritos cuantos sotn necesa- rios para satisfacer por nuestros pecados. Y así, como observa el Angélico Doctor Santo Tomás: "Nada se deroga a la Justicia divina, pues l'a penitencia de una aprovecha al otro (IV Sent., dist, 2, quaest. 1). Esta manera de proceder de la Iglesia —de pagar las deudas de sus hijos pobre's con las riquezas de sus hi- jos ricos— es muy conforme con la economía divina ob- servada por Dios en la Redención del mundo, aceptan- do la satisfacción que su Hi jo Unigénito ofreció por nos- otros. Y en la misma Biblia leemos que Dios habría per- donado aSodoma por diez justos que se hubiesen halla- do en ella (Génesis, X V I I I ) . — 5 4 — Conforme a esta doctrina, el Apóstol San Pablo, exhortando a los fieles de Corinto que socorrieran con sus limosnas a los fieles de Jerusalén, les decía: "En el tiempo presente, vuestra abundancia supla a la escasez de ellos, para que su abundancia (de bienes espirituales) supla a vuestra escasez" (2.- Corintios, Vi l i , 14Ì. IV.—Las indulgencias y las almas del Purgatorio. —• La Iglesia concède indulgencias a los fieles vivos de- bidamente dispuestos y a las almas del Purgatorio. Pero de diferente manera. 1) A los fieles vivos concede la Iglesia indulgencias a manera de absolución judicial, que lleva consigo la sa- tisfacción sacada del tesoro de los méritos de Cristo y de los Santos. De suerte qué las indulgencias concedidas a los vi- vos incluyen dos cosas: a) la absolución de la pena, se- gún aquello: " T o d o lo que desatareis sobre la tierra, se- rá desatado en el cielo"; y b) la satisfacción a la justicia divina. Los Pontífices de la Iglesia no son dueños abso- lutos que puedan perdonar a los hombres a su arbitrio sin compensación alguna, sino jueces constituidos por Dios que pueden ciertamente perdonar la culpa y la pe- na en virtud del poder recibido del mismo Dios, pero de tal manera que se satisfaga a la Justicia 'divina (Belar- mino, De Indulgentiis, libr. 1, c. ¡vi.) 2) A las almas del Purgatorio concede la Iglesia indulgencias a manera de sufragio, es decir, rogando a Dios que se digne aceptar aquella satisfacción y aplicarla a dichas almas. La diferencia esencial entre ambas clases de indul- gencia consiste en que, la indulgencia a manera de abso- lución es un acto judicial o de jurisdicción sobre la per- sona a la cual se concede, por el cual el Pontífice; ofre- ciendo a Dios la satisfacción proporcionada, absuelve a su subdito del reato de la pena. Mientras que la indul- - 55 r - geneia a manera de sufragio no es un acto de jurisdicción so'bre la persona, pues la Iglesia no la tiene sobre los di- funtos, sino sobre los vivos solamente: " T o d o lo que atareis sobre la tierra: etc." Por consiguiente, no es ab- solución judicial que libre a las almas del Purgatorio de la pena, sino una súplica por la cual el Pontífice, ofre- ciendo a Dios una satisfacción equivalente, pide que las libre de sus penas. Conviene tener muy presente esta doctrina, que es la clave para solucionar muchas objeciones de los protes- tantes, ya tratándose de las indulgencias, ya del Santo Sacrificio de la Misa. San Felipe, 27 de setiembre de 1945. Puede imprimirse y publioarse. f Fr. R O B E R T O B E R N A R D I N O , Obispo de San Felipe. H U M B E R T O V I V A S E. Pro-Secretario.
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