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32 REVISTA CONSULTORÍA NÚM. 50 E xiste una historia muy antigua que se remonta a la época de la antigua Babilonia. Hammurabi, el famoso rey cu- yo Código lleva su nombre, estableció dentro del mismo cinco reglas para asegurar la calidad el comercio de la vivienda. Si un cons- tructor construía por encargo una casa que se derrumbaba matando al propietario, el cons- tructor pagaba con su vida. Si moría un hijo del propietario, pagaba con la vida de un hijo. Si mo- ría un esclavo, pagaba con uno de igual valor; si causaba daños a propiedades vecinas, tenía que repararlos a su costo; si por no cumplir con las especiicaciones se derrumbaba una pared, debía reconstruirla y reforzarla. Sirva este ejemplo extremo que nos llega des- de la antigüedad y de donde se rescatan otros más de civilizaciones, cuyo legado ha perdurado hasta nuestros días como un hecho ya compro- bado: las normas han servido para armonizar las relaciones entre la producción y el consumo. Normalización como apoyo fundamental La normalización, actividad fundamental en el desarrollo de la civilización, ha sido un apoyo fundamental para lograr la transición de la era La importancia de la normatividad reside cuando las organizaciones deciden elevar su competitividad dentro del difícil juego de la permanencia en el mercado y el éxito sostenido. Por: Oscar Álvarez de la Cuadra López, Director General, Grupo CRASA y Asociados, S.C. http://www.crasa.com.mx ¿Cómo pueden ayudar las normas en su organización? TEMA DE PORTADA www.revistaconsultoria.com.mx 33 industrial a la de la información; en sus ámbitos internacional, nacional, sectorial, entre otros, ha facilitado el comercio y consecuentemente el desarrollo económico. La velocidad con la que la información, productos, servicios y recursos dan la vuelta al planeta día con día ha reducido las dis- tancias, y consecuentemente, ha vuelto un factor clave de éxito el logro de la competitividad para las organizaciones. Podemos deinir a la competitividad como: La capacidad de un país para atraer y retener in- versiones; y de sus empresas, para satisfacer las necesidades del mercado interno y acceder a los externos. Para que una empresa pueda obtener y man- tener ventajas competitivas, se logra mediante la integración en los eslabones de las cadenas pro- ductivas y ofrecer bienes y servicios que cumplan con las normas que les apliquen. En la actualidad resulta imposible negar la in- luencia de factores externos en el desempeño y consecución de los objetivos de una organi- zación. Una economía globalizada exige que la competitividad se mida contra todos los jugado- res relevantes. La existencia de diversos bloques económicos como del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Mercosur y G3 en nuestro continente, así como la Unión Europea, Asociación Europea de Libre Comercio, APEC, y de naciones cuya inluencia basta para contrarrestar a los bloques anteriores como Japón, China e Israel, impide que la organización pudiera subsistir cómoda- mente como un sistema cerrado. La interac- ción con todos esos bloques demanda que el intercambio comercial sea más luido, expedito y en igualdad de condiciones, sin barreras no arancelarias. La importancia de la normativi- dad reside cuando las organizaciones deciden elevar su competitividad dentro del difícil jue- go de la permanencia en el mercado y el éxito sostenido. 34 REVISTA CONSULTORÍA NÚM. 50 Normas como herramientas estratégicas Las conocidas normas ISO, de las que existen más de 19 mil en su catálogo, son herramientas estratégicas que, bien utilizadas, reducen costos al minimizar desperdicio y errores, y en conse- cuencia aumenta la productividad. Cuando és- tas se implementan dentro de las organizaciones, impulsan el acceder a nuevos mercados, hacen más competitivas a aquéllas que operan en eco- nomías emergentes y deinitivamente ayudan a facilitar el comercio libre y justo. Cada empresa deine de acuerdo a su con- texto interno y externo la aplicación de la nor- matividad que le corresponda, ya sea obligatoria o voluntaria. Muchas de las normas internacio- nales, como ISO u otros organismos de norma- lización como la IEC, UIT o Codex Alimentarius, cuyas normas son adoptadas por organismos de normalización nacionales, en su mayoría son normas técnicas. Desde hace tiempo, se intentó lograr la normalización más allá de lo técnico, así como capturar las mejores prácticas y principios en gestión empresarial y lo que deberían ser los requisitos a cumplir por los sistemas de gestión en las organizaciones, que fueran viables en su implementación, auditoría y reconocimiento por terceros y a nivel mundial. Desde 1987, la propia ISO lanzó el éxito más grande en toda su historia, la familia ISO 9000 e ISO 9001; dando forma a la primera familia de normas relacionadas con sistemas de gestión. En particular esta última en materia de calidad; ele- mento estratégico para asegurar la superviven- cia y éxito sostenido de una organización al tener claro que el principal objetivo de la calidad debe ser la satisfacción de sus clientes. En 1996 se publicó su contraparte en medio ambiente, ISO 14001; y desde que inició el siglo XXI ha emitido más de diez normas de sistemas de gestión que abordan distintos aspectos como salud y seguridad, la seguridad en la información, la continuidad en el negocio, gestión energética, de activos etcétera. En suma se han abordado quizá todos los aspectos que más pueden intere- sar a una organización, ya no sólo para volverla más competitiva, sino más inteligente al riesgo, y asegurar su supervivencia en la turbulencia de una década marcada por los vaivenes sociales, económicos y ambientales. Las normas internacionales aseguran que los productos y servicios que ofrecen las organiza- ciones sean seguros, coniables y de alta calidad. Adicionalmente, se extienden los beneicios a otras partes, cuyos requisitos se ven impactados
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