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Animales de sangre fría

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Animales de sangre fría
Los animales de sangre fría son aquellos que dependen de su entorno para regular su temperatura corporal, y que por lo tanto suelen tener una temperatura apenas mayor que la del ambiente donde se encuentran. En esto se diferencian de los animales de sangre caliente, capaces de regular su metabolismo independientemente de dónde se encuentren.
A esta diferencia se la conoce como termorregulación. Es común, así, que los animales de sangre fría se expongan al sol para calentarse, por ejemplo, o para enfriarse se retiren a la sombra, se entierren en el suelo o se sumerjan a mayores profundidades del agua (ya que suele estar más fría). Entre este tipo de animales se encuentran los reptiles, los anfibios, los peces y los animales invertebrados.
Aunque en biología los términos “sangre fría” y “sangre caliente” fueron utilizados de manera tradicional para diferenciar a los animales, hoy en día se consideran términos arcaicos. A medida que se comprenden mejor las dinámicas de la vida, se ha descubierto que la realidad es más compleja y que no existen animales enteramente dependientes del entorno para regular su temperatura, o sea, de sangre totalmente “fría”.
Por ese motivo se prefiere actualmente emplear “sangre fría” y “sangre caliente” como los extremos de un espectro en el cual es posible clasificar a los animales. Visto así, es posible distinguir entre tres tipos de animales del costado “frío” del espectro:
· Animales ectotermos (del griego ectos, “afuera”, y thermos, “temperatura”), que controlan la temperatura de su cuerpo a través de los elementos del entorno, o sea, de elementos exteriores.
· Animales poiquilotermos (del griego poikilos, “variado”, y thermos, “temperatura”), que tienden a igualar su temperatura corporal con la del entorno, por lo que pueden presentar temperaturas variadas.
· Animales bradimetabolitermos (del griego brady, “lento”, metaboli, “cambiar”, y thermos, “temperatura”), que tienen durante los momentos de reposo un metabolismo bajo, de poca temperatura, pero que pueden “encender” de un momento a otro de acuerdo a sus necesidades.
La mayoría de los animales de “sangre fría” se corresponden con una o dos de estas categorías, dependiendo del nivel de complejidad de sus órganos internos y del tipo de hábitat en el que existen.

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