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ANTROPOLOGIA_DEL_TURISMO_La_industria_si

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Compiladores 
Vicente Torres Lezama 
Edward Pierre Araujo Bocangel 
 
 
TINKUY QOSQO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO 
La industria sin chimeneas 
Compiladores: 
©Edward Pierre Araujo Bocangel 
© Vicente Torres Lezama 
Editor: 
 ©
 Vicente Torres Lezama 
APV. Buena Vista F-12 – Cuzco 
Teléfono móvil 958339231 
E-mail: vtorreslezama@gmail.com 
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú 
Registro N° 2013-11007 
ISBN: 978-612-46504-0-6 
Impresiones Gráficas Meta Color S.R.L. 
Manco inca 224, Wanchaq – Cuzco 
Agosto, 2013 
 
Dibujo de portada: Revista Tinkuy 1977 
Diseño de Cubierta: Vicente Torres Lezama 
Diagramación: Marcos F. Torres Lezama 
Impreso en Qosqo – Perú 
mailto:vtorreslezama@gmail.com
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dedicado a 
 JORGE A. FLORES OCHOA, 
un gran maestro que enseña 
amar la Antropología. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CONTENIDO 
Nota editorial 1 
Antropología del Turismo 3 
Jorge A. Flores Ochoa 
1. Antropología y Turismo 7 
Valene L. Smith 
2. Cómo vemos a los turistas 21 
Oriel Pi-Sunyer 
3. El turismo como una forma de imperialismo 41 
Dennison Nash 
4. Impactos negativos del turismo 63 
Monique Gruter 
5. Los mitos del turismo 71 
Francisco Jurdao Arrones 
6. Una perspectiva antropológica acerca del 
turismo: Cambios sociales y culturales en 
fuenterrabia 87 
David J. Greenwood 
7. ¿Es el turismo un encuentro intercultural? 121 
Norma Fuller 
8. Turismo y representación de la cultura: 
Identidad cultural y resistencia en comunidades 
andinas del Cusco 129 
Beatriz Pérez 
9. Racionalidad e Irracionalidad: 
Turismo en el Cuzco 155 
Jorge A. Flores Ochoa 
 
1 
 
 
NOTA EDITORIAL 
Después de cinco años de haber re-editado la primera Revista TINKUY 
sobre Campesinos, nos propusimos continuar con este trabajo, aunque nos 
vuelvan a decir: “qué ganan recalentando agua hervida”. El propósito de 
editar estos artículos, publicados ya hace como treintaiseis años, y otros, 
es motivar a los estudiantes de pre grado a estudiar el turismo desde un 
enfoque antropológico. 
Cuzco, una ciudad milenaria que en breve contará con un aeropuerto 
internacional, que, por cierto, fue tan proclamado desde hace décadas 
atrás, recibe una gran cantidad de visitantes nacionales e internacionales 
anualmente. Así, quienes están inmersos en la “industria sin chimenea” , 
dicen muy a menudo: “El turismo trae desarrollo…”, “estos…dan mal 
aspecto a los turistas”, y en fin, pareciera que él turismo fuera la gran 
salvación de estos pueblos. En consecuencia, discrepar con estos puntos 
de vista conlleva al calificativo de “enemigos del desarrollo”. En ese 
sentido, consideramos que es necesario realizar trabajos de investigación 
que pongan a flote lo que ocurre con el turismo. 
Ahora bien, los nueve artículos aquí reunidos son sólo un punto de 
apoyo para quienes se interesan en trabajar el tema. En ese sentido, 
consideramos que estas lecturas servirán al interesado a comprender el 
fenómeno del turismo. Pues, desafortunadamente, la Carrera Profesional 
de Antropología de la UNSAAC no cuenta con asignaturas especializadas 
2 
 
sobre Antropología del Turismo, y ojala esta edición aumentada de la 
Revista TINKUY no sólo motive a los estudiantes a trabajar estos temas, 
sino también a los profesores a implementar alguna asignatura. 
 
 Editores 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
 
ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO 
El año de 1976, un grupo de estudiantes de Antropología de la Facultad de 
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del 
Cuzco, manifestaban la ausencia de bibliografía actualizada, de nuevas 
asignaturas como campesinos, parentesco, antropología económica, 
ecología cultural, etnohistoria y temas similares. Como la mayor parte de 
la bibliografía estaba en inglés, con la colaboración del profesor Luis 
Barreda Murillo, Abraham Valencia Espinoza, Marco Villasante, Jorge 
Sánchez y la Dra. Martina Gaudaire. Los estudiantes que colaboraron 
fueron Félix Palacios Ríos, hoy día PhD por la Universidad de Cornell, 
Ramiro Samaniego Díaz, Gloria Garay y la ayuda de Yemira Nájar 
Vizcarra. 
TINKUY en el idioma quechua significa encuentro. Puede ser la 
confluencia de dos ríos, caminos, amigos y amantes. Son también 
encuentros violentos, como los combates rituales del Chiaraqe o la cita de 
amantes. El TINKUY No. 1, se hizo por un tinkuy de profesores y 
estudiantes, deseosos de tener acceso a lecturas de especialistas. Así nació 
TINKUY . 
El Número 1 de TINKUY fue de CAMPESINOS. Tema debatido en el 
momento. Los artículos fueron de Sidney W. Mintz, Eric Hobsbawn, 
Alexander V. Chayanov y Basile Kerblay. Se trató de diferentes enfoques 
4 
 
teóricos, que es la política de Tinkuy. La demanda que tuvo motivó su 
reedición, con tapa diferente. 
TINKUY No. 1, de campesinos, tuvo segunda edición en el año 2008. 
Esta vez fue de mejor presentación y tamaño, gracias a las posibilidades 
que permiten las modernas computadoras y los sistemas de impresión. Se 
añadió un artículo de Enrique Mayer. La iniciativa fue de los estudiantes 
Vicente Torres, H. Benny Elguera y Samuel Pati, integrantes del GRUPO 
QOLLANA . Qollana en quechua es el primero en tareas comunales, el que 
dirige los trabajos colectivos de bien común. El No. 2 de TINKUY , está 
dedicado a FAMILIA Y PARENTESCO, el No. 3 a la ANTROPOLOGÍA Y ECOLOGÍA; 
el No. 4 es ANTROPOLOGÍA ECONÓMICA, el No. 5 de ANTROPOLOGIA DEL 
TURISMO; el No. 6 es MERCADOS Y CAMPESINOS y el 7mo. es MARX Y LA 
ANTROPOLOGÍA, que salió en 1978, La serie se interrumpió por razones que 
no es del caso tratar en esta oportunidad. Lo importante es que TINKUY 
reapareció en formato de libro, titulado ANTROPOLOGÌA DEL TURISMO, con 
los mismos trabajos de 1977 y otros añadidos por Vicente Torres y Pierre 
Araujo. 
El turismo desde la perspectiva antropológica, es asignatura que se 
ofrece en muchas universidades. Con la designación de Anthropology 191 
fue desarrollaba por el Dr. Nelson Graburn en la Universidad de 
California en Berkeley, USA. El principal material de lectura titulaba 
HOSTS AND GUESTS, formado por 16 investigaciones antropológicas. Fue 
una pre-publicación del libro de Valene L. Smith, que salió con este 
mismo título. 
 En el 54 Congreso Internacional de Americanistas, realizado en julio 
del 2012, en Viena, se organizó como Simposio Cultura, Turismo y 
5 
 
Desarrollo. Conflictos, prácticas y representaciones turísticas desde y 
sobre las culturas indígenas en América Latina. Muestra el nivel del 
estudio del turismo, como proceso social, económico y cultural en el 
mundo, que son objeto de diversas disciplinas, resaltando la 
antropológica, que estudia la cultura del pasado –arqueología–, del 
presente y sus perspectivas en el futuro –etnografía, folklore, etnología, 
antropología social–. Figuró en el Plan de Estudios de la Carrera 
Profesional de Antropología. Lamentablemente por razones no conocidas 
fue suprimida. 
En el Cuzco, que recibe el mayor número de visitantes, por la 
cultura, convertida en atractivo turístico –mercadería–, es inadmisible 
que no se estudie la mercaderización de la cultura al haberla convertido en 
simple mercadería, importante por los ingresos económicos que genera. 
Es otra razón por ofrecer esta publicación de Antropología del Turismo. 
 
Jorge A. Flores Ochoa. 
6 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
 
ANTROPOLOGIA Y TURISMO 
Valene L. Smith 
El turismo surgido después de la segunda guerra mundial, ha eclipsado a 
industrias más tradicionales, para convertirse en el más grande del mundo, 
ya que en 1973 generó mil millones de dólares en ganancia, provenientes 
solamente del transporte. 
Las reparticiones gubernamentales de todo nivel, desde el banco 
mundial a las cámaras de comercio, siempre alertas a ingresos potenciales,han analizado sus características y el flujo de visitantes, por lo que el 
turismo puede ser el tópico mejor investigado en la historia. Pero la 
naturaleza del turismo y sus efectos en la gente que interviene –los de las 
áreas turísticas que se convierten en anfitriones y los turistas que se 
convierten en sus huéspedes temporales– todavía permanecen sin ser 
estudiadas. 
Los antropólogos observaron por todo el mundo el creciente impacto 
del turismo, pero enterraron sus datos y notas de campo y sólo 
ocasionalmente publicaron artículos periféricos, como si el turismo no 
fuera materia científica o de investigación. Este volumen1 es el resultado 
de un Symposium efectuado en México en 1974, coincidente con la 
reunión de la American Anthropological Association que buscaba 
legitimar el estudio del turismo como una subdisciplina académica. En un 
trabajo pionero no es posible delinear una metodología sistemática de la 
investigación del turismo, ni presentar una visión de todos los tipos de 
 
1 Se refiere a un volumen que estaba en prensa. 
 
8 
 
relaciones entre anfitriones y huéspedes. Proporcionamos al lector una 
perspectiva de la variedad de investigaciones del turismo y sugerimos 
líneas de pesquisas, que en futuro pueden conducir a investigaciones 
todavía más fructíferas. 
 Es difícil definir al turista, porque los viajeros pueden combinar 
diferentes tipos de intereses, los negociantes y concurrentes a congresos 
pueden también ser cierto tipo de turistas, pero en general el turista es una 
persona en descanso temporal, que voluntariamente visita un lugar fuera 
de su hogar con el propósito de experimentar un cambio. El turismo es 
una de las formas de ocio que estructura el ciclo personal de vida, para 
proporcionar periodos alternativos de trabajo y descanso (Graburn, 
Cap.1). Como trabajo de vía a la movilidad del ocio y los individuos 
encuentran identidad personal en una variedad de nuevos contextos. Las 
diferentes formas de turismo, por tanto pueden ser definidas en términos 
de las clases de ocio movible que desarrollan los turistas y se pueden 
identificar cinco tipos: 
1) El Turismo Étnico 
Es mercadeo al público bajo los rubros de las costumbres “pintorescas” de 
los indígenas y con frecuencia de gente exótica. Está ejemplificado en los 
casos estudiados entre los esquimales, los indios cuna de San Blas de 
Panamá y Toraja en Indonesia. Las actividades que desarrollan los turistas 
incluyen visitas a las casas y aldeas de los nativos, observando danzas y 
ceremonias y compra de wares primitivos o curiosas, algunas de las cuales 
pueden tener considerable valor intrínseco para la historia del arte. Con 
frecuencia estos objetivos turísticos están alejados de los “caminos 
trillados” y atraen solamente a un número limitado de visitantes 
motivados por la curiosidad y el consentimiento de las nobles élites. En la 
medida que el flujo de turistas es esporádico y pequeño el impacto entre 
anfitriones y huéspedes será mínimo. 
 
 
9 
 
2) El Turismo Cultural 
Incluye lo pintoresco como vestigio de los estilos de vida que 
desaparecen, que permanecen dentro de la memoria humana en sus casas 
de “viejo estilo”, las telas de fabricación casera, los carros arados jalados 
por caballos o bueyes y artesanías hechas a mano y sin usar maquinas. Las 
actividades incluyen comidas en ambientes rústicos para darles color 
local, demostraciones de folklore, festivales para catar vino o rodeos que 
recuerdan a los del “salvaje oeste”, o sea cultura campesina, como en el 
caso de Bali, donde las áreas rurales son fácilmente accesibles a los 
turistas. El énfasis entre anfitrión y huésped puede ser mayor porque gran 
número de visitantes viene con el único propósito de observar fotografiar 
la vida de los campesinos que se convierten en objetos de sus interés per 
se. 
3) El Turismo Histórico 
Es el circuito museo-catedral que realza las glorias del pasado romano, 
egipcio e Inca. Las actividades preferidas en el destino incluyen visitas 
guiadas a los monumentos y ruinas, especialmente demostraciones de luz 
y sonido que encapsulan dentro de un breve drama el estilo de vida y los 
eventos del tipo que registran los textos históricos. El turismo histórico 
atrae visitantes con intereses educativos, porque los objetivos tienen 
acceso fácil o están dentro de las grandes ciudades. Por lo general existe 
una verdadera industria turística que provee una corriente de visitantes y 
con frecuencia los contactos entre anfitriones y huéspedes están separados 
y principalmente son más económicos que sociales, como se muestra en el 
caso de los mercaderes judíos de Irán. 
4) El Turismo Medioambiental 
Con frecuencia está ligado al turismo étnico, atrayendo élites turísticas a 
lugares remotos como la Antártida para experimentar la emoción de estar 
en un escenario totalmente extraño. Como este turismo es principalmente 
10 
 
geográfico, muchos viajeros con motivaciones educativas gozan 
manejando por las montañas y los medios rurales, para observar las 
relaciones entre el hombre y la tierra. Las actividades populares en el 
lugar de destino incluyen visitas a industrias locales, como los cultivos de 
té y sus plantas de procesamiento en el Japón o las enlatadoras de salmón 
en Alaska. Una de las causas reconocidas para la popularización del 
Polynesian Cultural Center es la posibilidad del turista para “visitar el 
pacifico” –para ver cómo la cultura material se adapta al medio ambiente, 
así como para probar comidas nativas y ver la variedad de danzas– a solo 
una hora de viaje de Waikiki. En esta categoría los contactos entre 
huéspedes y anfitriones varían ampliamente y pueden ser impuestos 
localmente. 
5) El Turismo Recreativo 
Es promovido por las hermosas fotos a colores, que hacen que uno desee 
estar “allí” –en las laderas de esquiar, las playas con palmeras, los campos 
donde se desarrollan los campeonatos de golf o soleándose en un sillón– y 
atrae a turistas que desean descansar en comunidad con la naturaleza. Las 
actividades en los lugares de destino se centran en la participación activa 
en deportes, así como entretenimientos en comunidad. Las relaciones de 
anfitriones – huéspedes se hallan influenciadas por la estacionalidad de 
algunos tipos de turismo recreativo, que pueden requerir mano de obra 
importada para manipular el flujo masivo de visitantes o por medio de 
cambios radicales en el valor de la tierra, cuando los sitios favorecidos 
adquieren uso monetario más beneficioso, como en el caso de los tres 
pueblos costeros de Carolina del Norte y también en el de la comuna 
francesa alpina. 
El turismo es un poderoso medio que afecta el cambio cultural y el 
estudio antropológico centra su interés en el impacto entre anfitriones y 
huéspedes. Para haberse convertido en la mayor industria del mundo –
financiado por gobiernos, regulada por organismo internacional y 
respaldado por empresas multinacionales, así como por negociantes 
locales– presupone que el turismo es una fuerza positiva y beneficiosa. 
11 
 
Pero ¿a quiénes beneficia? Depende del tipo de turismo, de las 
expectativas del turista y la habilidad de los anfitriones para proporcionar 
facilidades apropiadas y actividades en lugar de destino, para que los 
efectos del turismo puedan ser desplegados a lo largo de un continuum, 
desde una interacción altamente disruptiva, negativa que linda con el 
conflicto. Las dos principales fuente para el conflicto y la tensión parece 
que son económicas y sociales y las consideraremos por separado. 
Para muchas naciones (y dependencias como Hawái) el turismo 
masivo es la principal y mayor fuente económica generadora de trabajo al 
aumentar sus presupuestos, valiosos intercambios en moneda extranjera y 
soporta las redes de transporte necesarias. El análisis de todo el proceso 
económico sale del campo de este trabajo, pero hay investigaciones 
personales que proveen conocimiento deaspectos del impacto económico. 
Varios casos estudiados como el de Bali, la comuna francesa alpina, el 
Polynesian Cultural Center y los cuna de San Blas, muestran las 
ganancias económicas positivas del comercio turístico. Los datos sugieren 
que el turismo puede beneficiar económicamente a una comunidad si se 
difunde la participación individual. Los conflictos interpersonales entre 
anfitriones–huéspedes son mínimos donde los respectivos niveles de vida 
son similares, como en los centros europeos de Suiza o en Australia y 
Nueva Zelandia. Aquí los anfitriones tienen la misma capacidad 
económica y los incentivos sociales para viajar, para convertirse en 
huéspedes en algún otro sitio. 
 Donde existen grandes desigualdades económicas y los turistas son 
vistos como ricos solamente porque están descansando, con frecuencia 
aparecen tensiones fuertes. Las poblaciones locales son atraídas a trabajar 
en turismo por el beneficio de lograr movilidad social y mayor 
participación en la economía monetaria occidentalizada. Los casos 
estudiados de Bali, la comuna alpina francesa y los esquimales, muestran 
que muchos empleados descubren que solamente un limitado segmento de 
su población –los ya bien establecidos líderes, “hombres marginales” 
bilingües, biculturales– puede verdaderamente beneficiarse de sus nuevos 
roles. Los contratos y las políticas con frecuencia son discriminatorias, 
12 
 
favoreciendo a los que tienen habilidad lingüística para cuidar de los 
turistas y las posiciones de administración con frecuencia están reservadas 
a hoteleros y chefs con entrenamiento occidental. Además los contrastes 
entre hoteles bien provistos de los sitios de verano, solamente sirven para 
resaltar la conciencia de su pobreza de parte de los que esperan algo del 
turismo, pero mientras deben vivir todavía en barracas de una habitación. 
Las limitaciones con frecuencia son manifestadas por parte de los que “no 
tienen”, que buscar hacer blanco en los turistas por medio de los 
persistentes gritos de baksheesh en la India, los carteristas que con 
frecuencia abundan en los sitios de turismo y el doble precio de los bienes 
y servicios. Las culturas en las que el regateo es una etiqueta no aprendida 
o desaprobada (como en los Estados Unidos), o las barreras del idioma 
dejan al turista sin defensa y con frecuencia atrapado para pagar lo que se 
le pide, aunque después se lleve el amargo gusto de que “se la han hecho”. 
La industria del turismo puede tener efectos negativos en una 
comunidad por medio de la disrupción del sistema económicos local. Los 
problemas citados en Tonga se pueden repetir en muchos lugares, donde 
la población nativa abandona la agricultura de subsistencia para ingresar 
como mano de obra del turismo y lograr ingresos en efectivo, con el 
resultado, de que declina la producción local de alimentos. Se necesitan 
importantes productos para alimentar tanto a los anfitriones como a los 
huéspedes, todos los otros servicios aumentan su costo y la inflación 
comienza su espiral ascendente. Además, la industria en si misma 
contribuye a incrementar los salarios, porque para asegurárselos procura 
conseguir el mejor personal posible, que responda a las demandas de los 
visitantes por un servicio superior los guías y administradores de viajes 
con frecuencia pagan mejores salarios de los que se podrían ganar en la 
economía local por el mismo servicio. El turismo con frecuencia también 
es estacional, dejando vacíos los hoteles, con las ruedas ociosas a los 
transportistas y operadores de viajes y sin empleo a los trabajadores. A 
menos que exista una fuerte base económica, las personas que están 
ligadas al turismo pueden enfrentar la opulencia o la pobreza, como se 
sugiere en parte con el ejemplo de Bali. El turismo también puede ser muy 
13 
 
sensible a variables externas sobre las cuales la industria local tiene muy 
poco control, como los valores de cambio monetario y el clima político. 
Los turistas fluyen a los sitios donde su poder de compra obtiene “buenas 
compras” y evitan las áreas de tensión donde terroristas y activistas 
políticos pueden amenazar sus vidas. 
Con frecuencia, la llegada del turismo en gran escala necesita que se 
transfiera el control local al gobierno central que tiene el poder para 
competir internacionalmente por el comercio turístico, confiriendo 
concesiones en la forma de impuestos favorables o negociando valores de 
tierra para inducir a grandes cadenas hoteleras para que construyan sus 
instalaciones. La industria turística bien desarrollada es un poderoso lobby 
internacional, que comprende intermediarios en la estructuración de 
tarifas y distribución de rutas, y un lobby doméstico poderoso con control 
efectivo del planeamiento y los presupuestos regionales. Cuando la 
administración así como el control de ganancias es conferida a entidades 
externas y no a las internas, el turismo se convierte en una forma de 
imperialismo (Nash, cap. 2) y con frecuencia puede desarrollar hacia un 
neocolonialismo. EL caso estudiado de los cuna de San Blas muestra que 
hasta la fecha han retenido el control local sobre su economía, pero la 
construcción del proyecto Los Gruyos; puede colocarlos al final en una 
posición semejante a la de los esquimales, donde el turismo es controlado 
por las empresas de aviación. El gobierno también en todos los niveles, 
tiene la posibilidad de realizar un desarrollo selectivo del turismo y 
beneficiar un área vis-a-vis a otra, en cuanto se reconoce una “atracción” 
turística potencial. En el ejemplo de Indonesia, el gobierno central gasta 
grandes sumas para la construcción de caminos y hoteles para 
proporcionar al turista acceso a las aldeas del interior donde pueden ver 
los elaborados ritos funerarios. Como indica Crystal, desde la perspectiva 
local el dinero podía haber sido mejor gastado en ayuda agrícola y los 
problemas endémicos de salud, puesto que el turismo beneficiaria 
solamente a muy pocas personas de la localidad. En un filón similar en la 
comuna alpina francesa, la manipulación del poder local para favorecer al 
turismo recreacional por encina de las industrias básicas de subsistencia, 
14 
 
trae la división y separa en facciones políticas a la que una vez fue 
comunidad cohesionada. 
Merecen ser mencionados los efectos económicos sobre las artes y 
artesanías locales. Aunque McKean sugiere que el turismo en Bali anima 
una regeneración de sus industrias tradicionales, se debe indicar que Bali 
por su ubicación aislada es visitada, comparativamente, por pocos pero 
muy pudientes turistas, que tienen tanto el interés como los medios para 
comprar artesanías de calidad. De manera similar Deich (Cap. 14) muestra 
que el turismo ha sido importante para el renacimiento de las artes indias 
en el suroeste de los Estados Unidos, pero ninguno de estos autores 
estudia la “bagatelizacion” estética, creada por el mercadeo en tiendas de 
curiosidades o de artículos baratos de manufactura no-nativa. Otra vez la 
ganancia económica beneficia principalmente a fuentes extrañas. 
Los análisis estadísticos, que son la puerta de entrada para el 
economista y el planificador, con frecuencia citan los altos rendimientos 
derivados del turismo, pero cohonestan los reales costos humanos del 
turismo en la disrupción de sistemas económicos que funcionan a nivel 
local, sin proporcionar alternativas sustanciosas ni comprobadas. 
Los impactos sociales del turismo son fundamentales y de interés 
particular para los antropólogos, porque el conocimiento científico 
establecido, enfatiza la validez de mantener la cohesión del grupo como 
un baluarte contra la disrupción con que está acompañado el conflicto y la 
tensión. En contraste con los saltantes cuadros de crecimiento económico, 
los efectos del turismo sobre las vidas y la visión del mundo de una 
población nativa son sutiles y por lo general solamente percibidos por la 
misma gente y los antropólogos que han estado allí antes y después del 
turismo. Elcomercio turístico no debe ser culturalmente dañino. Muchos 
turistas ingenuamente desean “conocer y juntarse con la gente”, y dadas 
las circunstancias y de las de ser visitantes poco frecuentes que participan 
de intereses comunes y un idioma común, el turismo puede ser un puente 
para apreciar la relatividad cultural y la comprensión internacional. Sin 
embargo, atender huéspedes es un negocio rutinario, monótono y aunque 
las preguntas de cada visitante son nuevas para él, el anfitrión siente que 
15 
 
se ha vuelto solamente una grabadora, especialmente al terminar una 
temporada se hace cada vez más difícil de proporcionar la bienvenida 
espontánea y entusiasta, que esperan los huéspedes. Si se han logrado las 
metas económicas del turismo de masa y el visitante ocasional es 
reemplazado por un flujo estable, las identidades individuales desaparecen 
en la frase “los turistas”, los que a su vez pueden ser estereotipos dentro 
de imágenes de caracteres nacionales (Pi- Sunyer, Cap. 5). Los huéspedes 
se convierten en objetos deshumanizados, tolerados por las ganancias 
económicas que proporcionan y se los deja con muy pocas alternativas, 
que no sean las de parecer a sus anfitriones como curiosidades, como 
objetos. Para llenar las necesidades sociales, en especial, los visitantes de 
ultramar encuentran identidad reuniéndose con sus compatriotas en los 
bares y vestíbulos donde crean su propia realidad de estar físicamente 
“en” un lugar extranjero, pero solamente “fuera” de su cultura. 
El turismo étnico y cultural promete a los visitantes por lo menos la 
oportunidad de ver alguna porción de la cultura indígena, y aparentemente 
algunos rasgos culturales pueden ser compartidos con extraños sin causar 
disrupción. En algunos de los casos proporcionados por los estudios, 
incluyendo los rituales balineses, los funerales en Toraja y las danzas de 
los esquimales en la isla King, la presencia de los turistas como huéspedes 
paganos realza el gozo local y la mayor participación. Sin embargo, estos 
en esencia ya eran rituales públicos. La tensión social se manifiesta 
cuando los turistas invaden la privacidad de la vida diaria, como sucede 
con los esquimales kotzebue, o cuando un ritual sustantivamente sagrado 
–en este caso el “Alarde” de Fuenterrabia en España– es hecho en público 
por mandato gubernamental. La gente cuyas culturas son objeto del 
turismo, para proteger la integridad de sus sistemas de valores, como 
bases de la solidaridad del grupo, pueden intentar transferir lo que Núñez 
llama (Cap. 16) “el escenario de fachada” de sus vidas a sectores privados, 
fuera del alcance de la vista del turista. Si esto no se logra, su cultura se 
comercializa y se vende a tanto “por kilo” (Greewood, Cap. 4) haciendo 
de los individuos y sus tradiciones algo más que “costumbres raras e ideas 
extrañas” de gente llamada también “primitiva”. Los una vez orgullosos e 
16 
 
independientes masai de Ngoronogoro Crater, que ahora llevan turistas “a 
car” para que visiten sus chozas de barro y les tomen fotografías, son, 
algunos de los muchos que están en esta sombría condición. 
Las relaciones entre anfitrión–huésped además tienen la presión del 
mutuo error para comprender sus roles sociales dentro de sus respectivas 
culturas. Como el turista está descansando, los visitantes a las áreas que 
fueron colonias, con frecuencia son percibidos como de la elite o 
políticamente poderosos y pueden ser llamados “jefe” o “patrón”, como 
Pi- Sunyer informa sucede con los británicos que son llamados “lor” (por 
mi lord) en los pueblos catalanes. A bordo de los lujosos barcos de 
crucero, los boys de los camarotes y los mozos de servicio de origen 
étnico no blanco, con frecuencia son considerados como aldeanos 
empobrecidos que han encontrado un modo de vida en esta vida de 
aislamiento. Sin embargo, nosotros encontramos una vez en un navío, que 
los modestos y apropiadamente silenciosos “sirvientes” eran estudiantes 
universitarios javaneses, provenientes de familias locales prominentes, 
que competían por estas ocupaciones temporales para adquirir dominio de 
idiomas y por el aliento educacional de los viajes del extranjero. 
Uniformes, personalidad y fluidez en marcas falsas de estatus y se puede 
asumir por variedad de metas personales. 
El turismo puede ser disruptivo por la introducción de aspiraciones 
socio-económicas, locamente inaccesibles. Hoteles de lujo –los santuarios 
de los nacirema2– con grandes baños, sabanas limpias cada día y 
suntuosas comidas– con frecuencia contrastan fuertemente delineados 
sobre los niveles locales de vida. Huéspedes incautos e irreflexivos que 
sacan de la cartera fotos para mostrar sus grandes casas, piscinas privadas 
o botes de lujo solamente refuerzan el cisma personal. Los caros arrestos 
que la mayor parte de los turistas llevan, crean nuevas demandas por 
alojamiento, y provocan nuevos comportamientos, que van desde el 
aniñado “give money” a los deseos por lograr los inalcanzables símbolos 
de estatus occidental, como el de los jóvenes de naciones del Tercer 
Mundo que piden anillos de graduación en sus universidades. 
 
2 Nacirema es american escrito al revés. 
17 
 
Los efectos del turismo sobre los sistemas sociales son todavía más 
sutiles. La gente joven de sociedades tradicionalmente cerradas, observa 
la libertad de movimiento de los turistas, especialmente de las mujeres 
occidentales que viajan solas. McKean sugiere que en Bali los beneficios 
económicos del turismo simultáneamente refuerzan las estructuras 
familiares, pero el tópico necesita investigación más extensiva. De igual 
modo, los llamados estilo de vida “simples” de los viajeros jóvenes, 
descritos por Teas (Cap. 15) presenta múltiples problemas. Los aldeanos 
ubicados a lo largo de la ruta que va del Medio Oriente a Nepal, se quejan 
repetidamente de que los empobrecidos “hippies” se instalan con las 
familias locales y les succionan sus limitados recursos, incrementando las 
tasas de prostitución y creando entre los jóvenes de la localidad normas de 
comportamiento nuevos y desviados, entre los que se incluyen el uso de 
narcóticos. Sin poder político como para poder liberarse por sí mismos de 
estos “parásitos” humanos, los aldeanos se forman imágenes negativas de 
la cultura occidental, que ninguna cantidad de propaganda gubernamental 
puede amortiguar. Otros conflictos y tensiones surgen por la diferencia de 
sistemas de valores. La ética misionera puritana de los tonga prohíbe el 
trabajo y la bebida los domingos, pero se deben satisfacer las necesidades 
y deseos de los turistas siempre presentes. En todas partes los propietarios 
de tiendas de souvenirs son ambivalentes para atender días domingos y 
festivos. 
 El turismo no es nuevo. Desde una breve perspectiva histórica ya 
Herodoto recogió “etnografía” acerca de extranjeros y Agustín enfatizó la 
importancia educativa de los viajes en su dictum “El mundo es un libro, el 
que se queda en su casa lee solamente una página”. Durante el Medioevo 
la gente viajó a las ferias, realizó peregrinajes a santuarios famosos y los 
estudiantes caminaban a lo largo de Europa para estudiar con un profesor 
famoso. Esto último es la analogía histórica de los jóvenes de hoy en día 
que efectúan sus viajes para “estar” en los sitios, en búsqueda de “la 
verdad”. 
El arribo del ferrocarril y de los vapores en el siglo diecinueve, 
facilitó el concepto de Grand Tour o alternativamente de la migración 
18 
 
estacional de familias completas a alojamientos apropiados en la Rivera, 
el Lago Como o los Catskills, la construcción de autopistas pavimentadas, 
junto con la evolución de automóviles confortables y propios, así como de 
las vacaciones pagadas, y los fines de semana de tres días, expandieron el 
placer de viajar durante la primera mitad de este siglo. 
El turismo en masa es producto de la edad aérea posterior a la 
Segunda Guerra Mundial, que figuradamente haacortado las distancias 
del mundo, para señalarlas en horas de viaje en vez de kilómetros. El 
desarrollo paralelo de la tecnología industrial ha alterado radicalmente el 
estilo de vida humana de Europa, América y Japón concediendo a obreros 
y empleados vacaciones más largas, jubilaciones a edad menos avanzadas 
y mayores excedentes de sus ingresos que pueden ser gastados fuera de 
casa. Los intermediarios del turismo –gobiernos, transportistas y 
organizadores de tours– con habilidad han traducido la economía 
creciente en paquetes turísticos fácilmente vendibles, se crean charters 
baratos y tarifas de fuera de estación para animar a mantener el flujo de 
viajeros extranjeros. La maestría de la propaganda ha “psyched” millones 
de personas a un turismo masivo basado en la premisa de que “tomar una 
vacación” significa “ir a algún lugar”, y que “estar en casa sin hacer nada” 
es casi inmoral y/o el reconocimiento de tener un estatus económico bajo 
(Graburn, Cap. 1). 
El turismo no es nuevo ni lo fue en el pasado. Los que duraron de la 
cordura de los hermanos Wright difícilmente podían haberse imaginado 
los jets supersónicos y ahora hay escépticos que relegan a Back Rogers y 
Startrek a la ciencia ficción. Las motivaciones humanas para viajar son 
universales y en la medida en que mayores naciones logren la 
industrialización, se puede esperar que haya incrementado en el turismo, 
especialmente desde que Kruschke (1974) indicó que el tránsito masivo y 
los Jumbo Jet´s minimizan el consumo de energía al mismo tiempo que 
maximizan el flujo económico. Mayor número de asiáticos y africanos se 
harán turistas en las próximas décadas, de la misma manera en que el 
turismo masivo de los japoneses es un fenómeno de la década de 1960 – 
19 
 
1970 y ya es evidente una gran movilidad turística dentro de Europa 
Oriental3. 
El estudio del turismo casi es etnografía de salvamento. El Alarde no 
pude ser restaurado a su significado original y no se puede borrar muchos 
estereotipos. En este primer survey parece que las formas existentes de 
turismo en conjunto se inclinan a tener impacto más negativo que 
positivo, pero esto es irremediable. El concepto de “progreso” es 
irreversible, que mueve incluso a la llamada gente de la edad de piedra a 
la gran corriente de la economía monetaria y la presencia visible de 
extraños que traen y gastan dinero contribuye significativamente al 
proceso del cambio cultural. Los antropólogos pueden recoger 
información, crear tipologías y buscar soluciones a los esquimales, 
proponer la construcción de “modelos culturales”, como los del 
Polynesian Cultural Center, que preserva la herencia tradicional e impide 
que el turismo interfiera en las vidas de la gente de la localidad. Como 
antropólogos aplicados, se puede examinar y planear, por medio del 
gobierno y de los negociantes, una industria turística que beneficie tanto a 
los anfitriones como a sus huéspedes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 Ya comenzó el turismo a China, con barcos de crucero desde enero de 1977 y a todos los 
países de Europa Orientan e incluso a Cuba desde abril d 1977. 
 
20 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21 
 
 
CÓMO VEMOS A LOS TURISTAS 
Oriel Pi-Sunyer 
Introducción 
La mayor parte de los estudios antropológicos del turismo examinan el 
impacto sociocultural o económico que la industria turística o los turistas 
tienen sobre las comunidades y/o regiones anfitrionas. Este enfoque tiene 
sus raíces en la tradición y en la orientación a problemas de la disciplina 
y puede ser parafraseada como la reacción comunitaria (o cultural) a las 
influencias externas. 
Los modelos teóricos que se han usado en el estudio del turismo 
deben gran parte al desarrollo mental y a la teoría de la modernización en 
la forma como es aplicada a la transformación rural. La industrialización 
del campo con frecuencia no toma en cuenta los deseos y las opiniones 
locales el moderno turismo masivo es también una influencia que va más 
allá del control local. Las actitudes o sentimientos locales tienen 
importancia secundaria en la evolución de la industria del turismo desde el 
momento en que el capital y su administración pocas veces es local y los 
clientes son foráneos. Si el requisito de los recursos físicos está presente 
se proporcionaran los turistas sin tener en cuenta la inclinación que 
puedan tener los nativos para sumir los roles de servicio. 
Estas presunciones y observaciones puede que no encajen en todo los 
casos de turismo masivo, pero parece que tienen bastante aplicabilidad. 
Sin embargo, el impacto económico de la industria y el grado como los 
intereses externos dominan la vida y las instituciones locales no agotan las 
22 
 
implicancias y consecuencias de un movimiento que por naturaleza 
yuxtapone componentes étnicos, culturales y sociales en un contexto que 
es tanto asimétrico como ausente de significación en la comprensión de 
los grupos. 
El turismo puede influenciar fuerte y negativamente en la manera 
como la gente local percibe a los foráneos y por extensión, la forma en la 
cual las categorías étnicas son conceptualizadas. Una creciente 
intolerancia a los foráneos, en particular falta de interés y de empatía, ha 
acompañado al turismo masivo en la región costera de Cataluña, al norte 
de España. Esta respuesta no está especificada culturalmente. El turismo 
masivo propicia aparentemente una doble distorsión que toca tanto las 
imágenes que los turistas tienen de los nativos como la que los visitantes 
aplican a los residentes (Pi-Sunyer, 1973:13) con muchas implicancias 
para las relaciones intergrupales e interpersonales. Son algunos de los 
costos sobresalientes del tributo del moderno turismo masivo, acoplado a 
un examen, en base de la observación hecha en la comunidad de Cap 
Lloc (que es un seudónimo) de la estructura y el contenido de los modelos 
étnicos que la gente de la localidad utiliza con los extranjeros. 
Estos modelos son categorías de tipologías étnicas derivadas de la 
taxonomía folk tradicional, que ahora ya no tiene la flexibilidad y la 
cualidad de acomodar que era evidente en el pasado. En su composición 
predominan los aspectos negativos y se deja poco campo para el juego de 
las personalidades individuales. Se puede aducir que esto es más una 
función del etnocentrismo catalán que del turismo masivo, pero no crea 
que pueda ser cierto. Los catalanes de todas las clases muestran gran 
orgullo de su idioma, y cultura y herencia tradicional, pero en común con 
muchos otros pueblos mediterráneos, su cultura tradicional pone énfasis 
sustancial en el concepto de que cada individuo debe ser visto como una 
entidad discreta para ser evaluada con referencia a sus méritos personales. 
La bohemia no es un elemento dominante en el carácter nacional catalán, 
de hecho muchos observadores consideran a los catalanes algo duros y 
pragmáticos, Sin embargo hay la sensibilidad catalana a las buenas 
maneras y una conciencia de las obligaciones inherentes al rol de anfitrión 
23 
 
y, por consiguiente, expectación de que el huésped conozca sus 
obligaciones. 
El turismo no conduce al invariablemente control económico 
externo, de la decadencia de las instituciones locales y las actitudes 
negativas hacia los foráneos. Aparentemente algunas sociedades florecen 
en un medio ambiente turístico. Los suizos y los austriacos se han 
adaptado al turismo de una manera que es provechosa y sin descontento y 
dislocaciones internas. Sin embargo los suizos se han especializado por 
tradición en el turismo de elites, y tal vez, incluso de manera más 
importante, no solamente controlan su propia industria sino son 
empresarios en el negocio de los alojamientos y acomodaciones en todo el 
mundo. Philip Mckean, en un medio ambiente diferente, ha interpretado al 
turismo de Bali como una fuerza al servicio de la reafirmación cultural 
(1973,1974). La situación de Bali nos parece análoga a la 
“retribalizacion”,donde los idiomas étnicos tradicionales son usados para 
articular roles nuevos o cambiantes dentro de los límites de un contexto 
socio-económico alterado (Cohen, 1969:190-194). Sin embargo uno 
puede preguntarse razonablemente si las instituciones balinesas podrán 
sobrevivir cuando la isla sea visitada por tres turistas por cada cuatro 
residentes, que es la proporción que tuvo España en 1972. 
Por supuesto que los 26 millones de turistas que visitaron España en 
1972 no llegaron al mismo tiempo, ni estuvieron igualmente distribuidos 
por el campo. Los alrededores de Cap Lloc y su ambiente, que tienen una 
población permanente de casi 6,000 habitantes (más los trabajadores 
estaciónales) “albergó” aproximadamente 70,000 turistas durante un 
exceso de peso de foráneos, y aunque la mayor parte de los aldeanos 
obtuvieron beneficios económicos de este flujo, la gente local sintió que 
tenía muy poco control sobre los acontecimientos. Aunque pocas veces 
verbalizado el turismo fue conceptualizado como un tipo de visita casi 
relacionado con un fenómeno natural, en el que se mezcla lo bueno con lo 
malo. De acuerdo a mis lecturas de la literatura sobre el tema estas 
actitudes no son peculiares de Cap Lloc. 
24 
 
1. El Fenómeno del Turismo Masivo 
El turismo masivo es esencialmente un desarrollo que siguió a la Segunda 
Guerra Mundial, aunque sus antecedentes pueden ser considerablemente 
anteriores. La presente escala (por lo menos en 1973) del turismo refleja 
la casi continua explosión económica experimentada por las sociedades 
más desarrolladas de Occidente desde 1950; en pocas palabras es una 
manifestación del consumo en masa del neocapitalismo. En Europa, la 
expansión del mercado turístico ha transformado a los países y regiones 
menos desarrolladas en los patios veraniegos de las clases obreras y 
medias de las naciones altamente industrializadas. 
Naturalmente que no todo el turismo de este tipo. La industria del 
turismo continúa abasteciendo a una clientela pequeña, elitista y afluente 
que por depender de su tendencia frecuenta lugares a los que gusta 
concurrir la alta sociedad (high–society), los nuevos clientes del jet–set y 
de las expediciones personalmente arregladas. El turismo también 
comprende a individuos que evaden cualquier forma de paquetes turísticos 
e insisten en efectuar sus propios arreglos. Sin embargo la mayor parte de 
los turistas son individuos con tiempo y dinero limitados, que desean ser 
alimentados, alojados y entretenidos con una mínima cantidad de esfuerzo 
de su parte. Estos individuos con frecuencia representan el nuevo estrato 
de viajeros que todavía no se sienten confortables en tierras extrañas y 
prefieren los ambientes que contienen algunos elementos familiares: 
empleados que hablan su idioma y comidas que no sean demasiado 
exóticas. Estas limitaciones, combinadas con el volumen de visitantes, 
necesitan fuertes inversiones de capital y trabajo para proporcionar los 
servicios exigidos. 
El empresario del turismo masivo vende un producto (“vacaciones”, 
“experiencia”, etc.) confeccionado y promocionado de manera 
comparable a la de otros bienes y servicios del mercado comercial. Las 
atracciones naturales y culturales que guían a los clientes son parte 
importante del producto, mercadería. Los folletos de propaganda y otros 
materiales de promoción dirigidos a los potenciales clientes enfatizan de 
manera típica la singularidad, incluyendo la singularidad cultural, pero 
25 
 
desde el momento en que el turismo en gran escala tiende a destruir la 
verdadera singularidad que el turista busca y expecta, con frecuencia es 
necesario fabricar disneylandias culturales y por lo general versiones muy 
distorsionadas de las culturas locales. 
Los promotores del turismo están muy conscientes del valor de 
mercado que tienen las “antigüedades primorosas” del estilo de vida y de 
las costumbres de la gente local. Los residentes deben aprender a actuar 
en roles apropiados a los “señorial” o incluso convertirse en consumados e 
impresionistas, administradores, aunque esto no es indispensable. Si es 
requisito la necesidad del tableu vivant para la escena turística, se la puede 
proporcionar con facsímiles –piezas animadas de museo–, sin diferencia a 
las satanizadas réplicas del siglo dieciocho que se encuentran en Old 
Sturbridge Village en Massachusetss o en otros sitios semejantes. Sin 
embargo, con frecuencia es visto como rebajarse, sin gusto y grato para la 
sensibilidad local el comprometerse en exhibiciones cómicas para los 
foráneos. Incluso entre los gitanos, que tradicionalmente han trabajado por 
paga para entretener el flujo turístico ha estado acompañado por una 
declinación en la calidad artística (Quintana y Floyd 1972:116-119; 
Quintana y Floyd, 1973). 
A disposición de la gente local se halla dos opciones: volverse 
participantes en la mutua explotación que es el turismo (el turista es tanto 
explorador como animal de caza) o retirarse conscientemente y retraerse 
detrás de murallas culturales virtualmente impenetrables. Son posibles y 
comunes las combinaciones de ambos, pero se necesita una aguda 
compartamentalización de la vida en esferas públicas y privadas (la 
“privada” comprende y dirige todas las cosas, sean comunes o 
individuales que están más allá del alcance del turista). 
El turismo moderno es algo más que un salto cuantitativo en la 
incidencia entre el viajero y el residente. La escala numérica es importante 
porque tiene relación directa en la carga que se impone a los sistemas 
socio-culturales locales, aunque el turismo contemporáneo está 
intrínsecamente ligado a la estructura y actitudes que son características 
de la moderna sociedad de consumo en masa. EL turismo en su forma 
26 
 
actual es distinto del viaje y de los viajeros de las generaciones anteriores 
y parece que es discutible el comparar aspectos centrales del turismo 
moderno con el movimiento periódico o esporádico de las poblaciones de 
los tiempos pre-industriales. Para muchas generaciones el viaje tuvo el 
aliciente de su propio derecho para muchas sociedades, incluyendo las 
occidentales, como los testifican las ferias y los peregrinajes. 
El viaje organizado es una forma persistente de recreación, aunque 
las motivaciones no siempre han sido las mismas. Las guerras fueron 
responsables del movimiento de considerable cantidad de gente y con 
frecuencia fue seguido por prolongados periodos de ocupación. Sin 
embargo la movilización de masas, en común con el viaje masivo es 
solamente posible en sociedades que están en condiciones de generar 
excedentes sustanciales. Antes de los tiempos napoleónicos, la guerra fue 
dominio de relativamente pequeña cantidad de especialistas, mientras que 
la mayor parte de los que viajaban era gente de recursos. 
Es también evidente una discontinuidad en las actitudes generales y 
en los medios ambientes en los que se mueven los viajeros. Ricos o 
pobres, excéntricos o conservadores, los viajeros intergeneracionales hasta 
hace incluso muy pocas generaciones, asumían en gran medida que 
deberían tratar de ajustarse a los medios socioculturales específicos, la 
gente local apenas esperaba muy débilmente de que tenía que satisfacer 
los niveles de los visitantes. 
El visitante típico de lugares distantes, se movía tanto en la órbita 
cosmopolita de los grandes hoteles, los trenes expresos rápidos, los barcos 
de lujo, (una subcultura internacional de la high-society con sus propias y 
distintivas reglas y reglamentos), como ingresaba al sistema de 
alojamientos y transporte nativo, que requieren cierto grado de buena 
voluntad para vivir como un nativo marginal más. 
En adición a estas dos categorías, hay una tercera –el turismo 
doméstico–, las migraciones veraniegas de familias de la elite a las 
residencias de las montañas (y en tiempos más recientes a las playas). 
Estos pequeños grupos no alteran radicalmente los cimientos de las 
comunidades que visitan porque mientras que hay evidentes diferenciasde 
27 
 
clases entre la gente local y los visitantes, las claras discontinuidades 
culturales estuvieron ausentes. 
El turismo como fenómeno social importante comenzó a emerger 
durante el siglo diecinueve con la aparición de dos desarrollos 
relacionados: la introducción de formas relativamente baratas y 
confortables de transporte (en particular ferrocarriles) y el crecimiento de 
una burguesía con suficiente tiempo y dinero para comprometerse en los 
viajes por placer. Desde 1850 para adelante aproximadamente el término 
tour cambió de uso general, de una salida corta o viaje de la elite por 
placer y cultura (el grand tour) a algo más cercano al turismo como lo 
conocemos hoy en día. Durante este primer periodo –aproximadamente 
entre 1850 y 1950– el turismo todavía abarcó cantidades relativamente 
pequeñas de viajeros, aunque introdujo una corriente continua de foráneos 
a las áreas rurales desde los países desarrollados hasta las tierras menos 
desarrolladas. 
Entre las dos guerras mundiales, las supercarreteras mejoraron y los 
automóviles particulares se sumaron al tráfico turístico y abrieron áreas 
que anteriormente habían estado inaccesibles a todos, excepto a los 
viajeros muy vigorosos, aunque el impacto no fue todavía regionalmente 
uniforme. Escribiendo 25 años después acerca del área donde hice un 
trabajo de campo, Rose Macaulay (1949:36) notó que en el verano de 
1947 la Costa Brava era una cadena de aldeas de pescadores no 
contaminadas y preservadas de la “vivacidad cosmopolita” que vulgarizó 
la costa francesa. Manejando desde la frontera francesa hasta Barcelona, 
encontró solamente tres carros con placas “GB” (Gran Bretaña), debió 
regresar en 1972 para encontrar decenas de millares de carros con placas 
extranjeras y pronto perdería la cuenta de los automóviles con placas de 
Gran Bretaña. 
A comienzos de la década de los cincuenta, los relativamente baratos 
y rápidos viajes aéreos, incluyendo los charter, añadieron millones de 
viajeros al tráfico turístico europeo y en escala menos abrumadora al 
movimiento turístico a otras partes del mundo. El moderno turismo 
masivo es hijo de la edad del jet y está funcionalmente ligado a la “nueva 
28 
 
prosperidad” de la post guerra, que solamente ahora está comenzando a 
perder su lustre en la medida que los costos de los combustibles asciendan 
vertiginosamente y “el estancamiento–inflación” hiere a las desarrolladas 
economías del oeste. En resumen, las tres principales categorías 
secuenciales del turismo, parecen describir el del mundo occidental y 
pueden servir como una tipología de su historia y corrientes: 
1.- Los patrones pre-industriales de viaje: viajes ligados en gran 
medida al comercio, incluyendo las ferias y oros eventos mercantiles 
periódicos y a actividades religiosas como peregrinajes a santuarios y 
visitas a la Tierra Santa. Por el siglo dieciocho, el viaje como una 
experiencia cultural, estuvo bastante bien establecida entre las élites 
europeas y americanas. 
2.- Los visitantes de la burguesía: el turismo como fenómeno de las 
clases medias afluentes, asociado con la industrialización de las 
sociedades occidentales. Los primeros servicios especializados que 
buscaron esta clientela se desarrollaron por primera vez en este periodo. 
Aproximadamente entre 1850 – 1950. 
3.- El moderno turismo masivo, es un fenómeno de la segunda post 
guerra mundial, caracterizado por la industrialización difundida. Con la 
expansión de las redes de transporte y desarrollo de las extensas áreas de 
alojamiento, se crearon nuevas clases junto al viaje internacional y al 
concepto de ocio. 
 En la tipología, 1950, es una división conveniente, aunque en muchas 
partes del mundo, incluyendo la Costa Brava catalana, el impacto 
completo del turismo fue sentido hasta la década de 1960. Es difícil 
predecir el futuro, porque el turismo masivo es claramente un reflejo de 
altos niveles de consumo en los países de los turistas y por tanto es un 
sector económico muy elástico. El turismo puede sufrir con la actual 
declinación económica y el incremento de los costos de los combustibles. 
El turismo como todos los bienes es muy sensible al desasosiego social y 
en general al clima político. 
Aunque existen considerables diferencias entre el turismo de las 
élites y el masivo, sus motivaciones son similares: ambos usan los mismos 
29 
 
canales de comunicación e incluso se los puede encontrar en los mismos 
sitios de alojamiento. Esto simplemente atrae la atención a una 
característica importante de los modernos complejos sociales como 
similitudes en los gustos de moda y valores que cruzan transversalmente 
las demarcaciones de clases. Es un truismo que el turismo masivo 
desplace al turismo de la élite; sin embargo el turismo de elite continúa 
siendo un componente importante y con frecuencia juega el rol pionero 
que encuentra nuevos caminos. Las localidades “descubiertas” por el 
turismo de las clases altas son abandonadas, cuando ellas entran en 
contacto con los visitantes provenientes de las clases de trabajadores. Es el 
último el que está especialmente vulnerable a los requerimientos de las 
industrias altamente organizadas, como las de propaganda, relaciones 
públicas y, por supuesto, toda la “industria del ocio”, que configura los 
gustos y valores. Son estos modernos fabricadores de gustos los que 
definen el medio ambiente del turismo, incluyendo el lugar que ocupa la 
sociedad nativa dentro de ella. 
2. Nativos y Turismo: Contacto e Interacción 
Aunque el turismo puede ser considerado otra “industria” difiere de las 
otras transformaciones del campo en un aspecto muy importante: el 
turismo es una operación de orientación – servicio que comprende un gran 
trato de contacto cara a cara entre los miembros de la comunidad y los 
visitantes. El turismo masivo afecta a todos los de la localidad, incluyendo 
a otros turistas que tratan de huir del “camino trillado”. Mientras algunos 
residentes locales pueden encontrar provechoso sacar ventajas de la 
compartamentalización de sus vidas para evitar la intrusión, es difícil huir 
de los turistas. Están presentes en número, día, y noche, caminando por las 
calles ingresando a las tiendas, haciendo cola en los correos, bebiendo en 
los bares, tendidos en las playas o caminando por los bosques. Todo 
turista parece que tuviera gran visibilidad y proclama su foraneidad por 
medio del vestido, el idioma y sus maneras. 
Los turistas si no están físicamente presentes en un momento dado, 
permanecen como temas siempre listos para la conversación. A los ojos de 
30 
 
la gente del lugar los turistas aparecen como acomodados, privilegiados, 
excepto tal vez los llamados “hippies” que siempre encuentran problemas 
para ser categorizados. La mayor parte de los residentes están conscientes 
de que el promedio del turista moderno es una persona de gran riqueza, 
pero es difícil traducir conceptos socioeconómicos (“medios modestos”, 
“promedio de nivel de vida” y “ricos”) a través de límites culturales, 
especialmente en el caso de visitantes veraniegos. Lo que el nativo 
reconoce es que el turista está descansando en el mismo momento en que 
él debe trabajar muy duramente. Además como en el caso de los europeos 
nórdicos que visitan la región del Mediterráneo, las diferencias somáticas 
son muy saltantes; por lo que el mito muere con dificultad, aunque en 
alguna forma sutil el cabello rubio, los ojos azules y la complexión esbelta 
no gastan dinero. Por último la mayor parte de los turistas son gente de la 
ciudad que trae a juego algunas brechas muy antiguas. Estas 
observaciones que se han hecho en la Costa Brava catalana en España, no 
están limitadas a esta región. 
El contexto de la interacción del turismo difiere en los medios 
ambientes rurales y urbanos. Las ciudades por lo general abarcan minorías 
étnicas extranjeras. Extranjeros y extraños se mezclan en un anonimato 
completo y al margen de variaciones sociales y culturales tiende a ser 
considerablementemayor en las ciudades que en las comunidades rurales. 
También existe la materia de escala. En la ciudad la presencia de extraños, 
incluyendo a los turistas sencillamente no tiene la misma clase de impacto 
visual y social que en las localidades recientemente desarrolladas y 
abiertas al turismo. Finalmente y de gran importancia, las instituciones de 
la ciudad tienden a ser lo suficientemente fuertes como para regular las 
condiciones bajo las cuales opera el turismo. Por comparación en 
comunidades receptoras una masa de visitantes extranjeros es algo más 
que la adición de un factor. Puede que los extranjeros no hayan sido 
desconocidos en el pasado, pero los mecanismos y engranajes sociales y 
culturales para manejar gran número de los residentes es algo que estuvo 
ausente. Las comunidades tradicionales de la Costa Brava vieron a los 
extranjeros como individuos, con una verdadera relación entre huéspedes 
31 
 
y anfitriones en una forma que ahora está recluida por el turismo de gran 
escala. Las instituciones en las áreas rurales, incluyendo a los gobiernos 
de las aldeas, rara vez tienen los recursos, la capacidad cope con una 
cuasi urbanización súbita o periódica o para enfrentarse en términos de 
igualdad al poder económico y político de los propietarios de alojamientos 
y a los administradores de cualquier cosa semejante. Aquí el turista 
individual aparece más extranjero y también puede ser más vulnerable. 
Los poderosos intereses de los negocios del comercio de turistas no 
sustituyen automáticamente la falta de normas institucionalizadas que 
sean aplicables al turismo de la actualidad. 
3. Nativos y Turistas: En la perspectiva Histórica 
Todas las culturas están comprometidas en ejercicios taxonómicos. El 
universo de las experiencias está categorizado, organizado y luego 
relacionado con las medidas culturalmente definidas de equivalencias y 
diferencias. No hay dos modelos de la realidad que sean idénticos, incluso 
entre subculturas. Tales construcciones establecen una base para la acción 
y un arreglo ordenado de las actitudes, y permite a los individuos 
interactuar en términos de la distancia social y cultural percibida. Ayudan 
a definir, en cualquier situación, quien pertenece y quien no, la diferencia 
entre extraño y amigo, nativo y extranjero. Incluso al especificar cómo 
debe tratar uno con quién y cuándo, ofrecen una guía sutil para las 
relaciones interpersonales. 
El individuo comienza a aprender este mapa cognitivo muy pronto en 
su vida como una parte integrante del proceso de socialización. Al 
principio le permite diferenciar entre sí mismo y los otros miembros de su 
propio grupo: familia, comunidad y aquellos con quienes comparte la 
misa tradición socio cultural. Cuando estos campos sociales y culturales 
están definidos, los grupos y los individuos que caen fuera del grupo es 
expresada por medio de declaraciones simbólicas, que al nivel cultural 
típico toman formas como el lenguaje, la coparticipación de creencias 
religiosas comunes y una experiencia histórica común. 
32 
 
El proceso de categorización cultural, ya sea para propósitos de 
definir la membrecía étnica o de unidades externas identificadas del 
mismo orden, comprende un grado de selección, simplificación y énfasis 
sobre un limitado rango de atributos epitomizando diferentes variedades 
de la humanidad. Los antropólogos han enfocado típicamente este 
mosaico de variación cultural en términos de los límites de los sistemas –
el locus donde los grupos étnicos se encuentran– y los atributos que dan 
cohesión y distinción a las diferentes unidades étnicas. Desde aquí sigue la 
definición tradicional de grupos étnicos que se hallan en la literatura: una 
población que comparte una cultura en común y comprende a individuos 
que se identifican a sí mismo, y son identificados por otros, como 
miembros de una categoría socio cultural distinguible de las otras 
categorías de la misma clase. Tales definiciones de tipos ideales, tan útiles 
como pueden ser en una primera etapa, son inadecuados en que ellos 
suponen muchas preguntas o de acuerdo a las palabras de Barth, nos 
permiten “suponer que el mantenimiento de los límites no es problemático 
y sigue desde el aislamiento que implica la itemización de las 
características” (Barth, 1969:11). Esta definición también tiene una 
cualidad estática y asume una situación equilibrada. Una de las 
características de la vida contemporánea es la persistencia de las 
identidades étnicas en la edad de la comunicación de masas, donde los 
valores compartidos y las expectaciones entrecruzan diferentes clases y 
grupos étnicos. Sin embargo es inválido para suponer que la identidad 
étnica o la manera como los otros grupos étnicos son percibidos, 
permanecen inmutables. 
Antes de la llegada del turismo masivo, las comunidades de aldea de 
esta aparte de España alojaron un número limitado de extraños, 
incluyendo extranjeros, en el sentido de ser nacionales de países diferentes 
a España; españoles no catalanes, en especial castellanos y catalanes de 
procedencia urbana, la mayor parte miembros de la burguesía alta y media 
de la región. Esta sección de Cataluña es parte de las marchas españolas, 
una región que por siglos ha sentido las consecuencias de las guerras y los 
conflictos políticos entre estados francés y español, la frontera francesa 
33 
 
está cerca y varias veces, la más reciente durante las guerras napoleónicas, 
Cap Lloc y otras localidades estuvieron bajo el control administrativo de 
militares franceses. También hasta comienzos del siglo XIX, Cap Lloc fue 
el sitio de la gran base naval y militar española que guardaba la costa y 
protegía el interior de las incursiones francesas. Aunque no está en la 
arteria principal que cruza los Pirineos orientales, el camino a Francia 
estuvo lo suficientemente cerca como para traer a Cap Lloc una cuota de 
foráneos, mucho antes del boom del turismo internacional. 
El turismo local, mayormente de Barcelona, data de fines del siglo 
XIX, y las instituciones nacionales españolas, incluyendo a los individuos 
que actúan como agentes del Estado, han sido parte integrante de su vida, 
desde la incorporación de Cataluña dentro de la estructura política unitaria 
a comienzos del siglo XVIII. La gente de Cap Lloc por mucho tiempo ha 
vivido en un mundo plural. 
Los turistas en Europa tienden a gravitar a regiones con una historia 
sustancial de contacto cultural anterior que a zonas de gran asilamiento y 
esto parece que es verdad en todas las áreas costeras, muchas de las 
montañas de la región que con frecuencia demarcan limites culturales y 
nacionales y las principales vías acuáticas (ríos) y caminos (paralelos a los 
ferrocarriles en el siglo XIX transformadas en supercarreteras en el siglo 
XX). Estos patrones de contacto e interacción están por lo menos en parte, 
ligados a la integración de pequeñas comunidades dentro de la fábrica 
sociopolítica de los modernos estados naciones y otros sistemas 
administrativos centralizados. Este proceso ha extendido el margen de 
experiencia de los habitantes rurales trayéndolos a un contacto más 
cercano con las clases dirigentes de orientación urbana, y en el caso de 
minorías nacionales a sociedades multiétnicas (como la catalana), con 
representantes de la cultura nacional dominante. 
En resumen, la exposición de los aldeanos del noreste de España a 
los extraños probablemente no es única, La discontinuidad creada por el 
turismo masivo es menos materia del aislamiento cultural que de las 
corrientes recientes que han transformado una interacción constante de 
gran duración con los extraños dentro de un flujo masivo de turistas 
34 
 
visitantes, la mayor parte de los cuales residen en la aldea por un tiempo 
muy corto. 
 Muy pronto los aldeanos dan declaraciones perfectas y concretas de 
los perfiles de la personalidad distintiva de una gran variedad de 
nacionalidades y grupos étnicos, Cuándo los sujetos son de los principales 
paísesde Europa o de países geográficamente cercanos a España, 
prevalece bastante uniformidad en las respuestas. Sin considerar a los 
principales grupos étnicos españoles, la determinación más aguda 
descubre a un grupo de tipos nacionales que incluyen a ingleses, 
franceses, alemanes, italianos y portugueses. La mayor parte de los 
aldeanos también expresan opiniones concretas acerca de americanos y 
rusos, aunque sospecho que la imagen de los americanos debe mucho a 
Hollywood y a la televisión, mientras que la imagen de los rusos es una 
consecuencia de la injerencia de la Unión Soviética como potencia 
mundial y de algún recuerdo del rol ruso en la guerra civil española. 
Estas imágenes para la mayor parte, combinan rasgos y patrones de 
comportamiento que la cultura local evalúa como positivas y otras que son 
consideradas como negativas. Los aldeanos tienen pocas dudas de cosas, 
y por encima de todo, consideran que el carácter catalán es superior a 
todos los demás, no porque a la otra gente le falten elementos admirables, 
sino porque la personalidad catalana muestra mejor equilibrio. 
No obstante, algunos estereotipos nacionales son sustancialmente 
positivos para nuestro objetivo es más valioso examinar uno de ellos y ver 
que un grupo étnico del que se tiene baja estima. A los ingleses, por 
ejemplo, se les percibe como poseedores de buenas cualidades y maneras, 
honestidad, y en general integridad. No se puede escapar a la impresión de 
que el grado de retraso cultural está presente en algunas declaraciones 
evaluativas comunes, como “los ingleses siempre pagan”, “sus hijos son 
muy obedientes” y “tu puedes confiar en la palabra de un inglés”. Esto 
parece retroceder a una era en que libra esterlina era considerada más 
valiosa que hoy en día y las clases inglesas dirigentes (las únicas que 
viajaban) se comportaban en el exterior de una manera que los dignificara 
y no fuera llamativa. Los elementos negativos de esta caracterización 
35 
 
también tienen cierto pasadísmo de fuera de época. Los ingleses son 
descritos como fríos y que se mantienen a distancia, soberbios y muy 
exigentes. Quejándose de un cliente inglés que hizo un alboroto por la 
calidad del té que le sirvieron en un restaurante, una camarera de mediana 
edad bromeo en catalán con los clientes locales “ellos nunca están 
satisfechos, tal vez piensan que están en la India”. No deja de tener 
relaciones con este complejo de actitudes el uso todavía común de termino 
lor o milor (por lord o my lord) cuando se refieren a un inglés de la clase 
alta, aunque para mi conocimiento el contexto indicaría que en la mayor 
parte de los casos, implica una actitud peyorativa al individuo así 
asignado. 
El carácter inglés combina puntos buenos (juicio, integridad, etc.) 
con elementos que son vistos como menos favorables (distancia, rigidez). 
Sin embargo cuando un contacto se desarrolla entre un extranjero y la 
gente del lugar por tiempo suficientemente prolongado, los estereotipos se 
ven obligados a reajustarse. El estereotipo es una evaluación contrastada 
que es hecha por una persona en particular que tiene características de 
personalidad distintivas. Entonces, en el caso de un inglés que vive por 
varios meses en la aldea –un oficial jubilado del ejercito– que se vestía en 
forma que la gente de la localidad considera muy “inglesa” y que lo 
llevaba con dignidad, el consenso general fue de que la personalidad de 
aquel individuo, reforzaba el carácter nacional, resultaba una combinación 
extremadamente agradable. De acuerdo a las palabras de un tendero local: 
El Sr.…… es un real caballero inglés. Tiene la personalidad inglesa, muy correcto. 
Ud. puede decir que tiene un sentido de disciplina y orden. Sin duda que este es el 
resultado de muchos años en el ejército británico y porque había atendido una de 
aquellas costosas escuelas con internado que tienen en Inglaterra. Pero no es 
altanero y siempre parará para decir una palabra o dos. Intenta con mucho empeño 
hablar español e incluso sabe algunas palabras en catalán. Si, Ud. nunca podrá 
confundirlo con alguien sino con un inglés, pero él no se comporta como un lor. La 
mayor parte de los ingleses que en el pasado visitaban la aldea vinieron de la 
misma clase educada, aunque no todos eran tan comprensibles. Hoy en día, 
nosotros tenemos un grupo mucho más corriente, que bebe a todas horas, que 
despierta con gente con sus ruidosas canciones. 
36 
 
Este hombre nunca dejó de quitarse el sombrero antes las mujeres del 
vecindario, sonreír a los niños y saludar a los hombres con un cariñoso 
“good day”. El comentario del tendero refleja cierta presunción de los 
actuales turistas como menos educados, de menos buenas maneras, que 
los que venían en la generación anterior. He escuchado repetir esto mismo 
muchas veces y al escuchar a los aldeanos, uno está casi por creer que los 
visitantes del pasado, sin considerar su nacionalidad, todos fueron gente 
de las clases altas, Es difícil que este pudiera ser el caso, pero es otro 
ejemplo de categorías de elaboración cultural, por medio del proceso de 
selección de algunos elementos e ignorar otros, que hacen más fácil de ver 
ahora en una forma esencialmente negativa a la mayor parte de los turistas 
que en la actualidad visitan la aldea. 
4. Nativos y Turistas: La Pérdida de la Individualidad 
El inglés descrito anteriormente no encaja en la categoría de un turista 
típico y es justamente por esta razón –con el propósito de contraste– que 
se ha examinado el caso con algún detalle. Vivió en la aldea el tiempo 
suficiente como para que sus cualidades como individuo emergieran por 
encima del flujo de miles de otros extraños, que no están sino durante uno 
o dos semanas. Se pueden citar muchos otros ejemplos comparables con 
otros extranjeros de diferentes nacionalidades que de manera similar han 
establecido su derecho a ser considerados como individuos y no solamente 
como estereotipos. En una cultura donde las cualidades individuales son 
juzgadas de tanta importancia que la perdida de la individualidad es algo 
semejante a la pérdida de un atributo humano importante. Por propósitos 
prácticos, la mayor parte de los turistas son tratados como algo más o 
menos, o por lo menos algo diferente, que la gente corriente. 
 Esta separación de los turistas de la humanidad normal, abarca dos 
variables: la cultura de la residencia y el asunto de su número. Cuando un 
extranjero vive más tiempo en la aldea, es factible que él o ella serán 
tratados como individuos, con una personalidad distinta, un conjunto de 
hábitos más o menos predecibles e intereses reconocibles. Además, a 
medida que se incrementa el número de extraños que pasan por la aldea, 
37 
 
se vuelve difícil para los residentes hacer diferencias entre ellos de 
acuerdo a los criterios personales. 
Con frecuencia aumenta, los estereotipos tradicionales están siendo 
aplicados sin sus factores correctivos, como está ilustrado en el caso del 
visitante inglés, cuando los extraños que había en la aldea eran 
relativamente pocos y son aplicados normalmente a todos los extranjeros. 
Estos patrones cambiantes de percepción e interacción significan que los 
extranjeros son vistos con una luz cada vez más negativa. Los estereotipos 
tradicionales son ahora aplicados virtualmente de manera automática y 
con énfasis creciente sobre los atributos étnicos de identificación de un 
grupo, que son juzgados más negativos por los aldeanos. Muestras de las 
conversaciones locales sugieren que todos los franceses son impulsivos y 
de malas maneras; todos los alemanes son mezquinos, tacaños y todos los 
italianos no son de fiar. Estos estereotipos sugieren la generalización de 
los turistas como un grupo en el que están ausentes las consideraciones de 
amistad. 
Si la anterior interpretación es correcta, facilita, incluso legitima, 
modos de interacción designados para sacar ventaja de la ignorancia del 
turista promedio. Las reglas que los aldeanos aplican al intercursosocial 
entre ellos mismos, están simplemente abandonadas o dobladas cuando la 
otra parte es un turista. En la comunidad todos conocen que para bienes y 
servicios hay dos estructuras de precios: una para los residentes y otra 
para los visitantes temporales. Este doble estándar es expresado en 
declaraciones como “cualquier cosa es buena para los turistas” (malos 
alojamientos, mala comida, etc.) incluso una aplicación diferencial de las 
sanciones legales, por ejemplo, la policía local es corriente que de 
papeletas de tránsito a los motoristas de fuera de la comunidad, 
especialmente a los que manejan carros con placas extranjeras. 
En resumen el turista es un extraño o un extranjero que ahora es 
percibido como vacío de sus cualidades individuales y humanas 
esenciales. Él o ella “no tienen rostro” y es intercambiable con cualquier 
otro turista. Las imágenes del carácter nacional son reforzadas y es 
acentuado el vació entre los nativos y los foráneos. 
38 
 
Es difícil escapar de la conclusión de que los turistas ahora sostén de 
la economía local, no sean antipáticos. Dada la realidad del turismo 
masivo los residentes no pueden por más tiempo ver como positivo el 
influjo de “huéspedes” temporales. A riesgo de sobre simplificar, la 
actitud dominante es de indiferencia y de antipatía. Es rara la mala 
voluntad declarada contra los turistas. Los turistas, como el clima, se ha 
convertido en un hecho de la vida y el promedio de los aldeanos siente 
que hay poco que puedan hacer para cambiar este asunto. 
La situación es paradójica. Los contactos entre los aldeanos y los 
foráneos nunca han sido mayores, pero las barreras para la comprensión 
probablemente nunca han sido más altas. Sin embargo con un examen de 
más cerca, la paradoja es resuelta porque el universo de los turistas y el 
universo de los aldeanos son dos realidades separadas que coexisten en el 
mismo espacio físico. La gente de Cap Lloc simplemente se ha adaptado a 
la presencia de los turistas retirando de los turistas muchas de las 
cualidades que la cultura tradicional insiste en que son parte del 
patrimonio general de la humanidad. Este proceso de deshumanización 
comprende un embotamiento de la sensitividad y se produce donde quiera 
que la gente rechace “verse comprometida”, cuando parece que el mundo 
es demasiado grande o demasiado complejo para asegurar consideraciones 
con otros. La experiencia de los obreros españoles que son llevados a 
trabajar en países de Europa Occidental más desarrollados es comparable, 
por qué estos migrantes están poco integrados en las sociedades locales. 
En parte, encuentran prejuicios afuera, pero ellos también están poco 
inclinados a participar o verse comprometidos con el nuevo estilo de vida. 
Un obrero comentó de sus dos años en Alemania “nunca pensé que mi 
estadía en Alemania formara parte de mi vida real. Tú sabes eso fue como 
hacer servicio militar”. Psicológicamente este obrero nunca dejo España, 
de la misma manera como el turista alemán nunca deja verdaderamente 
Alemania. Los aldeanos de Cap Lloc permanecen en el sitio y responden a 
los turistas levantando barreras realmente infranqueables para las 
relaciones humanas genuinas. 
39 
 
La cultura anfitriona ha aprendido bien la lección. Si los turistas 
convierten las culturas en mercaderías, los nativos categorizan a los 
foráneos como un recurso a una incomodidad y fastidio antes que como a 
gente. La rueda ha dado una vuelta completa en el círculo, por lo menos a 
manera conceptual. 
REFERENCES CITED4 
Barth, Fredrik. 1969. Introduction, in Ethnic groups and boundaries. 
Fredrik Barth. Ed. Boston: Little Brown - Company. 
Cohen, Abner. 1969. Custom and Politics in Urban Africa. Berkeley and 
Los Angeles: University of California Press. 
Macaulay, Rose. 1949. Fabled shore. London: Hamish Hamilton. 
McKean, Philip F. 1973. Tourism, Culture change, and cultural 
conservatism in Bali, Paper presented at 9th International Congress 
of Anthropological and Ethnological Sciences, Chicago. 
McKean, Philip F. 1974. Towards Theoretical analyses of tourism: 
Economic dualism and cultural Involution in Bali. Paper 
presented at the symposium, tourism and culture change, 73rd 
Annual Meeting of the American Anthropological Association, 
Mexico City. 
Pi-Sunyer, Oriol. 1973. Tourism and its discontents: the impact of a new 
industry on a Catalan Community. Studies in European Society 1: 
1-20. 
Quintana, Bertha B. and Lois G. Floyd. 1972. !Que Gitano! Gypsies of 
southern Spain. New York: Holt, Rinehart and Winston, Inc. 
Quintana, Bertha B. and Lois G. Floyd. 1973. ¿Que Gitano? Paper 
presented at 72nd Annual Meeting of the American 
Anthropological Association, New Orleans. 
 
 
 
4 Advertimos que las referencias citadas son iguales al original. 
40 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
41 
 
 
EL TURISMO COMO UNA FORMA DE 
IMPERIALISMO 
 
Dennison Nash 
El interés en el turismo de parte de los antropólogos parecería estar 
relacionado con su interés general por el contacto cultural y el cambio 
sociocultural, que ha incentivado mucho de su investigación sociocultural 
de recientes años. El turista, como el comerciante, el empleador, el 
conquistador, el gobernador, el educador o el misionero, es visto como 
agente de contacto entre culturas y directa o indirectamente la causa de 
cambio, particularmente en las regiones menos desarrolladas del mundo. 
Una ojeada a los artículos de este Symposium, probarán esta 
preocupación5. 
Análisis recientes del contacto cultural han sugerido que una 
compresión de la situación anterior e inmediata al contacto puede que sea 
suficiente para lograrlo. Pueden necesitarse algunas referencias a 
contextos mayores. Adams (1974:240) por ejemplo indica “tanto el 
cambio social como la continuidad social requieren procesos interactivos 
con interacciones significativas confinadas en algunos casos solamente a 
ciertas comunidades, en otros a grupos múltiples en lugares determinados, 
y en otras a regiones completas, todavía en otras a contactos 
interregionales cuyo rol histórico estaba alejado de su proporción en 
relación a su limitada escala y frecuencia. Y Magubane (1973) ha 
mostrado el campo restringido de muchos estudios de contacto cultural de 
África, y pide tomar en cuenta el contexto mayor del colonialismo en el 
 
5 Se refiere al simposium efectuado en México en 1974, coincidente con la reunión de la 
American Anthropological Association (nota de traductor). 
42 
 
que se presenta este contacto. Es uno de los investigadores que usa las 
teorías del imperialismo para tratar de las situaciones de contacto que han 
atraído el interés de los antropólogos. A pesar de que su trabajo como 
muchos otros antropológicos sobre el imperialismo, tienen simpatía 
marxista y por los oprimidos del Tercer Mundo y otros lugares, no se 
necesita ser marxista o revolucionario para ver la facilidad con que se 
aplican a dichas situaciones los conceptos del imperialismo. 
1. Imperialismo 
A nivel general las teorías del imperialismo se refieren a la expansión 
externa de los intereses de una sociedad. Estos intereses, sean 
económicos, políticos, militares, religiosos o de algún otro tipo, son 
impuestos o adaptados por una sociedad externa y se establece un flujo de 
poder. Estas transacciones pueden tener varias consecuencias para las 
sociedades comprometidas. Como he indicado en otro lugar (Nash 1970) 
una formulación del proceso imperialista en la presente situación de 
nuestros conocimientos no requiere la aceptación de que un interés 
particular (e.g. económico) sea crucial, ni requiere la noción de una 
imposición no deseada de algún interés sobre la sociedad externa. La 
posibilidad de aceptación voluntaria por gente nativa y su participación 
voluntaria en las transacciones de estos intereses foráneos son en esencia 
parte de esta

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