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Montserrat Sagot Cuerpos de la injusticia Una crítica feminista desde el centro de América antología esencial Montserrat Sagot : Cuerpos de la injusticia : una crítica feminista desde el centro de América / Mariana R. Mora ... [et al.]. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO, 2024. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-813-717-9 1. Desigualdad. 2. Marxismo. 3. Víctimas. I. Mora, Mariana R. CDD 301 Otros descriptores asignados por CLACSO Feminismos / Género / Femicidios / Violencia / América Latina / Centroamérica / Necropolítica Montserrat Sagot Cuerpos de la injusticia Una crítica feminista desde el centro de América antología esencial CLACSO - Secretaría Ejecutiva Karina Batthyány - Directora Ejecutiva María Fernanda Pampín - Directora de Publicaciones Equipo Editorial Lucas Sablich - Coordinador Editorial Solange Victory y Marcela Alemandi - Producción Editorial Digitalización y compilación del material: Marina Rivera Vargas Traducción al español de los textos en portugués e inglés: Paula Vasile Corrección: Eugenia Cervio Diagramación de interiores: Paula D´Amico Diseño de colección: Gabriela Corrales - Estudio Namora Diseño de tapa: Dominique Cortondo Arias Fotografía de tapa: Guido Fontán ISBN 978-987-813-717-9 La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios y otras colaboraciones incumbe exclusivamente a los autores firmantes, y su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista de la Secretaría Ejecutiva de CLACSO. CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano de Ciências Sociais Estados Unidos 1168 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina Tel [54 11] 4304 9145 | Fax [54 11] 4305 0875 | <clacso@clacsoinst.edu.ar> | <www.clacso.org> Este material/producción ha sido financiado por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Asdi. La responsabilidad del contenido recae enteramente sobre el creador. Asdi no comparte necesariamente las opiniones e interpretaciones expresadas. CONOCIMIENTO ABIERTO, CONOCIMIENTO LIBRE Los libros de CLACSO pueden descargarse libremente en formato digital o adquirirse en versión impresa desde cualquier lugar del mundo ingresando a https://libreria.clacso.org/ Índice Montserrat Sagot. Treinta años de epistemología feminista centroamericana 11 Por Mariana R. Mora Primera Parte. NecroPolítica y femicidios Necropolítica y biopoder en la pandemia. Muerte, control social o bienestar 37 Necropolítica de género. Desigualdades y femicidios en Centroamérica 47 ¿Qué es la justicia para una víctima de femicidio? Desafiando los conceptos de derechos y justicia desde un contexto de desechabilidad de cuerpos femeninos 73 El femicidio como necropolítica en Centroamérica 85 Marxismo, interaccionismo simbólico y la opresión de la mujer 101 seguNda Parte. mujeres, femiNismos y ParticiPacióN Política Construcción del conocimiento feminista en Centroamérica. Diálogos, rupturas y continuidades entre la militancia y la academia 125 La democracia en su laberinto. El neoliberalismo y los límites de la acción política feminista en Centroamérica 143 ¿Un paso adelante y dos atrás? La tortuosa marcha del movimiento feminista en la era del neointegrismo y del “fascismo social” en Centroamérica 173 ¿Importa la igualdad de las mujeres en una democracia? Ángela Acuña y el sufragismo en Costa Rica 205 Demandas desde la exclusión. Representatividad democrática y cuotas de participación política en Costa Rica 231 Ley de Inmigración y Extranjería. Un análisis desde la lente del género 255 Situación de los derechos humanos de las poblaciones históricamente discriminadas en Costa Rica. Un análisis desde el marco de la justicia 263 Por Gabriela Arguedas y Montserrat Sagot Pobreza y ciudadanía de las mujeres en la sociedad globalizada 323 (Re)definiendo las identidades y la acción política. Multitudes diversas, sujetos colectivos y movimientos sociales en la Centroamérica del nuevo milenio 339 “Aquí yo he aprendido a luchar”. Mujeres y movilizaciones por vivienda en Costa Rica 357 tercera Parte. VioleNcia coNtra las mujeres: lo PriVado y lo Público Violencia contra las mujeres. Las contribuciones de América Latina 373 #NiUnaMenos y la lucha contra la violencia. Más allá del #MeToo en América Latina 403 Los límites de las reformas. Violencia contra las mujeres y políticas públicas en América Latina 413 Prácticas discursivas, género y sufrimiento emocional 437 Por Stela Nazareth Meneghel, Montserrat Sagot y Fernanda Bairros La paz comienza en casa. Las luchas de las mujeres contra la violencia y la acción estatal en Costa Rica 449 La ruta crítica de las mujeres afectadas por la violencia familiar en América Latina. Estudios de caso de diez países 473 La invisibilidad de las niñas y las adolescentes. Trabajo doméstico y discriminación de género 505 Aborto inducido: ética y derechos 519 Por Montserrat Sagot y Ana Carcedo Cuando la violencia contra las mujeres mata. Femicidio en Costa Rica, 1990-1999 541 Por Montserrat Sagot y Ana Carcedo Sobre las autoras 571 11 Montserrat Sagot. Treinta años de epistemología feminista centroamericana Mariana R. Mora Montserrat Sagot Rodríguez es una de las figuras más importantes de la academia latinoamericana. Esta antología esencial presenta gran parte de su producción teórica, investigativa, feminista y comprometida con la justicia social, que ha elaborado a lo largo de los últimos treinta años. Su formación es en antropología y sociología; sin embargo, sus escritos muestran cómo la mirada pluri e interdisciplinaria permea su forma de comprender y analizar el mundo. La autora proviene de un pueblo llamado Palmares, una zona cafe- talera en la provincia de Alajuela, Costa Rica. En diferentes momentos, ella ha comentado cómo su historia personal y comunitaria influyó en su necesidad de comprender y transformar la realidad de las mujeres víctimas de violencia. Tras sus estudios de licenciatura y maestría en la Universidad de Costa Rica, realizó un doctorado en Sociología, con especialidades en Sociología del Género y Sociología Política en The American University, Washington, Estados Unidos. Al volver a Costa Rica en la década de los noventa, se integró de forma activa al movi- miento feminista, participando así de discusiones, estudios, investiga- ción e incidencia política. Montserrat Sagot, catedrática de la Escuela de Sociología, ha sido la directora del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la Universidad de Costa Rica durante el periodo 2016-2024. Es importante mencionar el papel sumamente activo que ha desarrollado en esta casa de estudios. Un breve recuento de su amplia trayectoria incluye el haber sido 12 Mariana R. Mora directora durante varios periodos de la Maestría en Estudios de la Mujer; fue integrante y presidenta de la Comisión de Régimen Académico, repre- sentante y directora del Consejo Universitario, así como vicedecana y de- cana del Sistema de Estudios de Posgrado de la Universidad de Costa Rica. La obra de Montserrat Sagot ha sobresalido tanto en suelo nacional como internacional. En el año 2000 fue ganadora del premio “Lámpara Dorada” por la Defensa de los Derechos de las Mujeres en Costa Rica. Recientemente, CLACSO le otorgó un importante reconocimiento aca- démico con el Premio Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales 2022. La antología esencial que aquí se presenta ofrece al público un recorrido por su prolífica producción académica, un campo de agudas reflexiones feministas que resultan fundamentales para comprender las realidades que viven las mujeres en Centroamérica y Latinoamérica, y para transformarlas, buscando la justicia, la erradicación de la violencia y la libertad. A lo largo de las siguientes páginas se podrá conocer la ma- ravillosa obra de Montserrat Sagot, que hatenido un profundo impacto en las ciencias sociales y la epistemología feminista de la región. Primera parte. Necropolítica y femicidios La obra de Montserrat Sagot da cuenta de un interés y una habilidad por expandir, adaptar y crear herramientas teóricas para analizar y transfor- mar las realidades que viven las mujeres en Centroamérica y el Caribe. Este ejercicio analítico, creativo y riguroso se encuentra presente desde los inicios de su trabajo académico. En sus propias palabras, “los lími- tes de las teorías sociales están dados por la habilidad e imaginación de sus productores(as) de aplicarlas, transformarlas y expandirlas” ([1994], p. 115).1 Esta hermosa y sugerente frase se encuentra en “Marxismo, in- teraccionismo simbólico y la opresión de la mujer”, una de las primeras publicaciones de la autora, en donde vemos este ejercicio por desarrollar una propuesta teórica crítica y transformadora. 1. La numeración de páginas de las citas de Sagot en esta introducción corresponde a su ubicación en la presente antología. 13 Montserrat sagot Es pertinente iniciar mencionando uno de los principales aportes que realiza la socióloga centroamericana a la epistemología feminista: su elaboración teórica y de investigación empírica en torno a los femici- dios. Como se mencionó en la breve introducción biográfica, Montserrat Sagot concluyó sus estudios doctorales en Estados Unidos a inicios de la década de los noventa. Este contexto histórico y geográfico le permitió conocer de cerca las discusiones y las publicaciones que inician una ela- boración conceptual y analítica sobre los femicidios (Radford y Russell, 1992; Kelly, 1988; entre otras). Tal y como ha analizado la autora, el movimiento feminista en Centroamérica posicionó la problemática de la violencia contra las mu- jeres de forma temprana en la historia de luchas de la región. En Costa Rica se pueden encontrar trazos de esta historia desde finales de la dé- cada de los años ochenta, cuando el Centro Feminista de Información y Acción (CEFEMINA) creó en 1988 el programa pionero en Centroamérica “Mujer No Estás Sola”, el cual continúa, hasta el día de hoy, brindando apoyo a mujeres que viven situaciones de violencia por medio de Grupos de Autoayuda. Este importante espacio organizativo también forma parte de la historia personal y académica de la autora. Al finalizar su posgrado y volver a Costa Rica, Montserrat Sagot se involucró con esta organización pionera e inició así un periodo de estudio, discusión y ac- ción para comprender la complejidad de las distintas formas de violen- cias ejercidas contra las mujeres. Es posible ver así cómo, en la propia historia personal de la autora, se conjuga esa relación dialéctica del fe- minismo en la que se encuentran la teoría y la práctica. Esta importante confluencia aparece en el primer texto de Montserrat Sagot sobre femicidios, publicado en 1995, y en el que se traduce por pri- mera vez al español el concepto. Este ejercicio de análisis expandió y contextualizó esta problemática a la realidad de un país, con lo que la introduce en América Latina y el Caribe, y da pie a un proceso de apro- piación, tanto en términos de una ampliación teórica y analítica del concepto, como con su pasaje y tipificación penal. Fue precisamente en Centroamérica donde se aprobaron las primeras leyes en el mundo que tipificaron el femicidio como un delito penal: Costa Rica en 2007, Guatemala en 2008 y El Salvador en 2010. 14 Mariana R. Mora Del año 1995 a la actualidad, se evidencia un importante crecimiento teórico y reflexivo en torno a los femicidios en la obra de Montserrat Sagot. Este primer apartado da cuenta de las últimas elaboraciones de la autora, en donde se observa nuevamente su habilidad para construir teoría y herramientas analíticas para comprender la compleja realidad centroamericana y la situación de aquellas poblaciones que se encuen- tran en los nudos de la opresión, la desigualdad y la injusticia social. Crisis civilizatoria, biopoder y necropolítica Uno de los rasgos que articula la obra de Montserrat Sagot es su interés por comprender la región de donde viene, que se caracteriza por pre- sentar cifras alarmantes en torno a los efectos de un capitalismo exa- cerbado, racista y colonial. Esta lamentable realidad de Centroamérica y el Caribe reclama un análisis de las políticas de muerte que produce la crisis civilizatoria actual. “Necropolítica y biopoder en la pandemia: muerte, control social o bienestar” (2022) presenta las más recientes reflexiones de la autora en torno a uno de los periodos de crisis más profundos que ha vivido la historia de la humanidad: la pandemia del coronavirus. Esta es analiza- da por Sagot como una crisis civilizatoria que ha cuestionado el rol del Estado, del proyecto de la globalización neoliberal e incluso del lugar de los seres humanos en la naturaleza e historia. La crisis ha expuesto caras del capitalismo que desean permanecer ocultas, entre ellas la fase asesina que da cuenta de una necropolíti- ca. Haciendo una lectura contextualizada y amplificadora de la teoría, Montserrat Sagot retoma la elaboración en clave poscolonial que realiza Achille Mbembe (2003) en torno a la necropolítica y el biopoder. Mientras la biopolítica refiere a las estrategias de gobernanza que regulan a las poblaciones y la gestión de la vida, la necropolítica evidencia la existen- cia de grupos sociales, comunidades, poblaciones que se encuentran por debajo de la línea de lo humano y, por ende, son empujadas a la muerte. La clave poscolonial de esta formulación se encuentra en el lugar de la raza como elemento explicativo de lo que se incluye o se excluye en la categoría humana. 15 Montserrat sagot Siguiendo esta formulación, para Montserrat Sagot el contexto de la pan- demia por coronavirus permite evidenciar la forma en que el Estado y las empresas se organizan para producir y explotar a seres humanos que rápi- damente son descartados o desechados por el sistema. El contexto de crisis posibilitó el surgimiento de discursos autoritarios y, en Centroamérica, las formas de control biopolítico se acentuaron sobre el grueso de la población. Esto permitió la implementación de medidas represivas y nuevas formas políticas y sociales de coerción, que afectaron particularmente a las mujeres, dado que muchas se encontraron confinadas junto a sus agresores. Los femicidios como expresión necropolítica de género En “Necropolítica de género: desigualdades y femicidios en Centro- américa” (2022) y “El femicidio como necropolítica en Centroamérica” (2013), Montserrat Sagot introduce uno de sus más actuales aportes teóricos a la teoría feminista. El concepto de necropolítica de género es una propuesta sumamente valiosa para comprender la articulación de las políticas de muerte y de género en las sociedades contemporá- neas. Con esto, las capas de análisis para comprender los femicidios en Centroamérica se van ensanchando, permitiendo así relacionar la violen- cia extrema contra las mujeres con otras formas violencia, resultado de la desigualdad, la opresión y la injusticia social que se viven en la región. América Latina y el Caribe poseen una historia de más de 500 años de colonialidad y violencia necropolítica. Actualmente, las políticas de muerte se ensañan contra los cuerpos de las personas migrantes que cruzan selvas, montañas y fronteras por una mejor vida. Es en este con- texto de profunda desigualdad, dolor y muerte en donde Montserrat Sagot propone el concepto de necropolítica de género para entender las características que entrecruzan la violencia extrema contra las mujeres, específicamente los femicidios. Al respecto, la autora señala: “la necropolítica de género produce así una instrumentación generalizada de los cuerpos de las mujeres, cons- truye un régimen de terror y decreta la pena de muerte para algunas” (2013). Es importante señalar que, a lo largo de su obra, Montserrat Sagot ha insistidoen la necesidad de que los conceptos no sean utilizados 16 Mariana R. Mora como fenómenos monolíticos. En este sentido, se reconoce que la necro- política de género no tiene efectos iguales para todas las mujeres, ya que existen grupos y personas que están desproporcionadamente expuestas a la violencia y la muerte. Para que la necropolítica pueda entrar en fun- cionamiento, plantea la autora, se requiere de un contexto de desecha- bilidad biopolítica de mujeres.2 De esta manera, Montserrat Sagot analiza la forma en que convergen distintos poderes coercitivos en los femicidios, entre ellos: una econo- mía política que crea profundas desigualdades y exclusiones, un Estado que genera impunidad y complicidad, una industria del crimen organi- zado, un modelo de masculinidad “tóxica” asociada al control y dominio, así como un sistema racista, heteronormativo y con relaciones renova- das con los centros de poder colonial. En un clima de profundas des- igualdades, creciente conservadurismo y autoritarismo, los femicidios forman parte sustantiva de la lógica de control social de las mujeres. La noción de “descartabilidad biopolítica de mujeres” (2022) que de- sarrolla Montserrat Sagot permite posicionar los femicidios como parte de los sistemas de estratificación y desigualdad social. Aunado al análisis de la precariedad de la vida, el debilitamiento de la función social de los Estados, y la profundización del modelo neoliberal, la autora argumenta que, de forma paralela, se construyen poderes de facto, autoritarios y militares que incrementan la violencia. Analizar la vida o muerte de las mujeres en América Latina y el Caribe implica, por lo tanto, retomar las imbricaciones entre el colonialismo, el capitalismo global y el patriarca- do. Las violencias contra las mujeres son analizadas así bajo un contexto de cambio de época, donde los femicidios deben situarse como parte de un proceso de deshumanización mediado por la lógica mercantilista y el paradigma de la modernidad/colonialidad. Un elemento que ha caracterizado la obra de Montserrat Sagot ha sido su búsqueda y también invitación a pensar en otros mundos po- sibles, que se basen en el sostenimiento de la vida, en contraposición a los “mundos de muerte” a los que conlleva la necropolítica y la crisis 2. Melissa Wright, geógrafa feminista, lleva a cabo un análisis similar sobre los femicidios de mujeres trabajadoras de maquila en Ciudad Juárez, México, evidenciando así los vínculos intrínsecos entre los femicidios, la necropolítica y la narcopolítica (1999, 2011). 17 Montserrat sagot civilizatoria que caracteriza este momento histórico de la humanidad. Buscar la esperanza, la justicia y la igualdad en estos contextos no es ta- rea fácil. El hecho de que la autora parta de una mirada crítica sobre los ajustes en que incurren los distintos sistemas de opresión permite llegar a nociones y propuestas encaminadas hacia una transformación social. En “¿Qué es la justicia para una víctima de femicidio? Desafiando los conceptos de derecho y justicia desde un contexto de desechabilidad de cuerpos femeninos” (2018), Montserrat Sagot lleva a cabo un importante y necesario cuestionamiento a los paradigmas de justicia y de derechos. Al respecto, la autora señala el estrecho vínculo entre el discurso de los derechos y el concepto moderno de ciudadanía. Esto conlleva a situar dicho discurso bajo la lógica de las democracias liberales, en donde el capitalismo absorbe ciertos derechos, sobre todo civiles o de reconoci- miento. Sin embargo, cuando se trata de derechos económicos, de re- distribución o de justicia, el capitalismo neoliberal pone sus límites a la democracia y esta no los puede absorber. La larga trayectoria que posee Montserrat Sagot en torno al análisis sobre las violencias contra las mujeres y, en específico, los femicidios, la lleva a cuestionar la noción misma de justicia y su importancia onto- lógica en contextos en donde la impunidad prevalece en torno a estos crímenes, tal y como es el caso de México, Centroamérica y el Caribe. La autora evidencia cómo el concepto de justicia se reduce a una lógica ins- trumental, punitiva y objetificadora en las democracias liberales. Para la autora, los femicidios son: la marca distintiva, la última, sobre los cuerpos de mujeres que han experimentado múltiples formas de despojo e injusticia. El cuerpo muerto se convierte en un significante de los múltiples sistemas de estratificación que terminan produciendo un contexto de “des- echabilidad” de mujeres. (2018) El análisis que permea la obra de Montserrat Sagot permite entender que, ante la imbricación de las múltiples opresiones, es imperativo ima- ginar y construir marcos más amplios de emancipación social. En este sentido, la utopía se va imaginando a partir de la deconstrucción de 18 Mariana R. Mora discursos y paradigmas que, hasta el día de hoy, no han podido socavar el poder del capitalismo neoliberal. La invitación que hace la autora es a construir un nuevo concepto de justicia que desmantele las jerarquías instaladas por los diferentes tipos de desigualdad, buscando así trans- formar los factores estructurales que producen y reproducen la violen- cia y el despojo, por medio de “una nueva biopolítica que respete y acoja la vida en todas sus formas” (2018). Segunda parte. Mujeres, feminismos y participación política Si la utopía de un mundo sin femicidios es un horizonte, Montserrat Sagot muestra que el camino es un ir y venir entre la militancia y la aca- demia. Esta particularidad estará presente desde los inicios de su obra. En “(Re)definiendo las identidades y la acción política: multitudes diver- sas, sujetos colectivos y movimientos sociales en la Centroamérica del nuevo milenio” (2007), la autora desarrolla una crítica a los análisis de los movimientos sociales que utilizaban la categoría de clase como única y central para explicar la opresión y la desigualdad social. El contexto de las décadas de los setenta y ochenta le proporcionó una esperanza revolucionaria a las Ciencias Sociales y, con esto, las fronteras entre la política y la academia se disiparon. Sin embargo, el sujeto popular que encarnaba la figura de la revolución se ideó como un sujeto sin género, sin etnia, ahistórico, universal y construido a partir de un referente evi- dentemente masculino; pero, tal y como señala Sagot, “el cuerpo no es un dato pasivo cuando del ejercicio del poder se trata” (p. 340). Conforme los movimientos sociales fueron creciendo y diversificándose, la crítica al discurso universalizante y totalitario aumentó y, con esto, el sujeto popular perdió su capacidad explicativa. Es precisamente en este con- texto en el que emergen con mayor fuerza los movimientos feministas en Centroamérica y, de esta manera, no solo construyen nuevas formas de hacer política, sino que además se convierten en sujetos epistémicos que redefinen los significados del mundo social. En “Construcción del conocimiento feminista en Centroamérica: diá- logos, rupturas y continuidades entre la militancia y la academia” (2019), 19 Montserrat sagot se dibuja la postura ética, académica y política que permea la obra de la autora. Este texto es una invitación a indagar y retomar preguntas epis- temológicas centrales en la producción del conocimiento, tales como: ¿dónde están las mujeres en las teorías y la investigación científica? ¿cuál es la relación entre saber y poder? e, incluso, ¿qué se entiende por cono- cimiento? Por medio de un análisis sobre distintos momentos históri- cos de las luchas de mujeres y feministas en Centroamérica, Montserrat Sagot señala las constantes tensiones entre dos mundos que se cruzan e inciden mutuamente: los movimientos sociales y las academias. La reconstrucción de una memoria histórica del movimiento femi- nista regional es un importante ejercicio que permite dar cuenta de las luchas pioneras, tal y como lo fue la lucha contra la violencia hacia las mujeres,así como dilucidar las herramientas epistemológicas que han surgido de dichas experiencias. Un aprendizaje fundamental que surge de la larga experiencia de investigación y análisis de la situación de las mujeres en América Latina y el Caribe es la crítica al análisis totalizador de las experiencias de las mujeres. En palabras de Montserrat Sagot, es fundamental, además, dar voz a las multitudes diversas de las mu- jeres y a sus prácticas políticas, en particular a las que han ocupado un lugar histórico de subalternidad, para así fortalecer la producción de teoría descolonizada y con arraigo latinoamericano. (p. 140) Crítica a la democracia liberal y luchas de las mujeres por la representatividad democrática Como lo han demostrado sus últimos trabajos, la crítica al estrecho vín- culo entre la democracia y el neoliberalismo ha sido un tema transversal en su análisis de la violencia contra las mujeres y los límites de las ac- ciones feministas en sus demandas hacia el Estado. En “La democracia en su laberinto: el neoliberalismo y los límites de la acción política femi- nista en Centroamérica” (2014), Montserrat Sagot analiza la forma en que las diferentes teorías de la democracia han asumido la existencia de una ciudadanía abstracta, sin cuerpo, sin clase, sin etnia y sin género. 20 Mariana R. Mora En el contexto de la Ilustración, es el movimiento feminista el que lo- gra visibilizar la exclusión de las mujeres frente a los ideales universales de racionalidad y justicia. A pesar de los insistentes esfuerzos de este movimiento por extender las reglas sociales que habían sido concebi- das específicamente para los hombres, la historia fue demostrando que finalmente son los grupos dominantes los que definen los términos de la democracia. En este sentido, es fundamental situar los orígenes de la democracia moderna y comprender cómo esta nace junto al capitalismo liberal y, como señala la autora, ambos son herederos del régimen colonial. Las consecuencias letales de estas alianzas fueron analizadas al inicio de este prólogo con las políticas de muerte que se viven actualmente en la región. La capacidad de adaptación que posee el capitalismo ha permi- tido que la democracia atienda aquellos derechos que no desestabilizan realmente las relaciones jerárquicas y desiguales de poder. A partir de un diálogo con Nancy Fraser (2008), la autora se pregunta por la situación de las mujeres y otros grupos oprimidos en términos del reconocimien- to, la redistribución y la paridad participativa. Su objetivo es contextua- lizar una noción más amplia de justicia en una región que presenta las cifras más altas en términos de violencia y desigualdad. Los resultados de esta mirada pueden ser desesperanzadores, en tanto “[…] las armas de la democracia no parecen ser suficientes para atacar la fortaleza de la desigualdad” ([2014], p. 160). Tras una descripción de las distintas injusticias económicas, políticas y sociales que atraviesan la región, la autora evidencia cómo la democra- cia formal termina reproduciendo una discordancia entre la ciudadanía y sus representantes. En “Demandas desde la exclusión: representativi- dad democrática y cuotas de participación política en Costa Rica” (2010), así como en “¿Importa la igualdad de las mujeres en una democracia? Ángela Acuña y el sufragismo en Costa Rica” (2011), Montserrat Sagot analiza la lucha de las mujeres por la igualdad política, en particular aquella relacionada con la representación y la paridad. En ambos textos se encuentra el recurso histórico como herramienta que se ha visto a lo largo de la obra de la autora, lo que le permite reconocer tanto los avan- ces políticos, como las limitaciones propias de la democracia formal. 21 Montserrat sagot En el caso de Costa Rica, la autora retoma la participación política de las mujeres desde finales del siglo XIX a la actualidad. Sus inicios los podemos encontrar en detalle en su análisis de la lucha sufragista en el país. La autora demuestra la forma en que las mujeres participa- ron de la vida política, aun cuando estaban explícitamente excluidas de representación y voz propia. El reconocimiento de las mujeres como su- jetas políticas deviene hasta el año 1949, cuando se incorpora por prime- ra vez el sufragio femenino en la Constitución Política del país. Como parte de esta coyuntura, la autora recupera la memoria histórica de una importante figura política del movimiento feminista en Costa Rica. Es interesante resaltar la forma en que Montserrat Sagot va hilando la vida personal de Ángela Acuña con las distintas luchas políticas y educativas de la época, haciendo además un ejercicio crítico sobre las contradiccio- nes propias del feminismo liberal. Una importante conclusión a la que llega la autora en torno a la lucha del movimiento feminista por una mayor representación política es que este tuvo efectos que generaron un “cambio en la cara de la política”. Sin embargo, esto no se tradujo en un avance de la agenda feminista por la transformación social en su amplio sentido. Como señala la autora, “la igualdad formal es una condición necesaria, pero no suficiente para alcanzar la paridad y la equidad” ([2014], p. 160). Tras el análisis de la lucha desarrollada por el movimiento feminista costarricense, la autora evidencia una importante contradicción. Durante la década de los años noventa, en el país se aprueban una gran cantidad de leyes relacionadas con los derechos de las mujeres, a pesar de que estas no contaban con una alta representación política en la Asamblea Legislativa. Por el con- trario, a partir del siglo XXI, el ritmo con que se aprueban legislaciones de este tipo disminuye considerablemente a pesar de existir una mayor representación política de mujeres. De esta forma, la autora concluye que, en la práctica, las cuotas de participación política y el neoliberalis- mo no son mutuamente excluyentes (2010), lo que obliga a repensar o trascender la noción de democracia en este contexto. La autora plantea la importancia de las alianzas con otros movimientos sociales y la adop- ción de una ética de justicia que reconozca la redistribución y la com- pensación hacia los grupos históricamente excluidos. 22 Mariana R. Mora Centroamérica: autoritarismo, neointegrismo religioso y fascismo social A lo largo de la obra de Montserrat Sagot ha quedado claro su deseo y habilidad para comprender el contexto centroamericano, y en particu- lar, la experiencia de las mujeres y poblaciones oprimidas. En “¿Un paso adelante y dos atrás? La tortuosa marcha del movimiento feminista en la era del neointegrismo y del ‘fascismo social’ en Centroamérica” (2012), así como en “Situación de los derechos humanos de poblaciones histó- ricamente discriminadas en Costa Rica: un análisis desde el marco de la justicia” (2013), escrito junto a Gabriela Arguedas, se encuentra una lectura crítica sobre los avances y retrocesos en la región. Esta inicia con el cuestionamiento de los procesos de paz en Centroamérica y su ver- dadero alcance para las mujeres y otras poblaciones históricamente ex- cluidas. La apertura democrática de este contexto tuvo como efecto una importante expansión de los movimientos sociales. Sin embargo, de for- ma paralela, se produce una profundización de las políticas neoliberales con los distintos programas de ajuste estructural y, más adelante, con la firma del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos. En diálogo con Breny Mendoza (2010), la autora va delineando la for- ma en que en Centroamérica se pone en marcha una colonialidad de la democracia, en el sentido de que se reestablecen normas coloniales al interior de nuestras sociedades y, al mismo tiempo, se reconstruye el vínculo colonial de la región con los nuevos poderes de Occidente. Los efectos de estos procesos han sido el despojo, el incremento de la vio- lencia y el autoritarismo, la instauración de regímenes de muerte, las migraciones forzadas,las redes de narcotráfico y trata de personas, y la puesta en marcha de los nuevos modelos de “golpe suave” y dictadura. En esta coyuntura, Montserrat Sagot señala que para que el neolibe- ralismo pueda convertirse en proyecto civilizatorio viable, necesita del apoyo de dos fenómenos que lo refuerzan ideológicamente: el fascis- mo social y el neointegrismo religioso. Ante esto, la autora insiste en la necesidad de construir un nuevo movimiento social centroamericano, multicultural e incluyente, cuya lucha sea por una ética de justicia y re- distribución, ¡por una utopía feminista! 23 Montserrat sagot Políticas neoliberales y luchas por una vida digna El trabajo es una categoría de análisis o eje transversal en la obra de Montserrat Sagot. En “Pobreza y ciudadanía de las mujeres en la socie- dad globalizada” (2003), realiza una importante crítica a la explotación invisible del trabajo no pago de las mujeres. De esta forma, al hablar de “crecimiento económico”, se está obviando la apropiación del cuerpo, tiempo y trabajo de las mujeres. La autora incluso introduce la idea de que las mujeres se han convertido en un territorio colonizado, posicio- nando así la imbricada relación entre las opresiones económica, colonial y de género. Siguiendo una perspectiva de economía política, plantea que las raíces de la exclusión y la subordinación se encuentran ancladas en la materialidad, en la injusticia social y la distribución inequitativa de los recursos de la sociedad. De esta forma, realiza una crítica radical a los conceptos de pobreza y desarrollo, términos que han sido retomados y ajustados al discurso de la democracia neoliberal. Como se ha mencionado antes, los avances conseguidos en materia de derechos civiles o políticos no han cuestionado realmente las raíces estructurales de las distintas opresiones. En este sentido, Montserrat Sagot interpela nuevamente con el reto de la utopía, aquella que busca redistribuir los recursos de la sociedad y acabar de esta forma con las condiciones que producen desigualdad y violencia social. Es importante mencionar que la definición de utopía en este texto incluye a su vez la naturaleza y su vínculo con el bienestar y la reproducción de la vida, por lo que la recuperación de saberes populares es una tarea fundamental para la construcción de formas de vida sostenibles. En “Ley de Inmigración y Extranjería: un análisis desde la lente del género” (2007), Montserrat Sagot inicia con la crítica al sujeto sin cuer- po y sin género que plantea específicamente esta ley. Como se mencio- nó, este señalamiento forma parte de la epistemología feminista de la autora, quien de forma contundente ha señalado la necesidad de con- siderar las particularidades de los distintos grupos sociales de mujeres que se ven expuestos a condiciones de muchísima más desigualdad y exclusión. En este sentido, las mujeres migrantes representan un grupo especialmente en riesgo, y esto puede ser explicado a partir del hecho de 24 Mariana R. Mora que gran parte del trabajo que realizan se ejerce en el ámbito privado, y este es constantemente invisibilizado o incluso negado como trabajo. Al respecto, Montserrat Sagot señala: […] los estilos de vida de los países con más recursos son posibles gracias a la transferencia de servicios asociados con el rol tradicio- nal de las esposas, es decir, el cuidado de niños y niñas, el trabajo doméstico, el cuidado de ancianos y personas enfermas, transfe- rencia que actualmente se realiza de los países más pobres a los más ricos. ([2007], p. 258) Lo anterior representa una importante crítica a los vínculos estrechos entre la explotación de género y la explotación colonial que se reproduce de forma constante en la vida de las mujeres. “‘Aquí yo he aprendido a luchar:’ mujeres y movilizaciones por vivien- da en Costa Rica” (1994) recoge los interesantes resultados de la tesis doctoral de Montserrat Sagot. A partir de una investigación cualitativa donde entrevistó a más de cincuenta mujeres luchadoras, la autora de- sarrolla un análisis de las condiciones sociales del país, el contexto de la década de los ochenta con la profundización de las políticas neoliberales y la expansión urbana. Al respecto, señala que “[…] aunque esto no sea reconocido por la mayoría de los estudios sociológicos realizados en el país, los cambios en la estructura económica y social afectan primero y sobre todo a las mujeres, niñas y niños” ([1994], p. 358). Como se puede constatar, el análisis de economía política que realiza la autora surge nuevamente en este texto para explicar las condiciones particulares de las mujeres que lucharon por una vivienda digna. A través de la voz de las propias mujeres, Montserrat Sagot demues- tra las distintas características y rupturas que llevaron a cabo estas mu- jeres al involucrarse en la larga y difícil lucha por una vivienda digna. En esta línea, recoge los impactos de esta lucha sobre la vida de las mujeres, como, por ejemplo, el obtener un mayor control y autonomía sobre sus vidas, el cambiar la percepción de los roles de las mujeres, o el contar con un espacio de apoyo y pertenencia como lo es el comité de vivienda. Ahora bien, para la autora, estos cambios no son suficientes en tanto la 25 Montserrat sagot subordinación en la familia se mantiene inalterada. Por este motivo, la invitación es a construir procesos más estructurales de cambio social y cultural para incidir en la desigualdad y opresión de género. Tercera parte. Violencia contra las mujeres: lo privado y lo público El largo caminar epistemológico y de lucha contra la violencia hacia las mujeres A lo largo de las páginas que componen esta antología se hace evidente que la violencia contra las mujeres ha sido un tema transversal en los dis- tintos trabajos de la autora. Aunado a esto, se encuentra su interés por posicionar el lugar central que ocupa Centroamérica en la producción de conocimiento en torno a esta problemática. Los artículos que aquí se agrupan demuestran la preocupación de Montserrat Sagot por recons- truir la historia de luchas contra la violencia hacia las mujeres y el vínculo que esta posee con la construcción de una epistemología propia, feminis- ta, centroamericana. En “Violencia contra las mujeres: las contribucio- nes de América Latina” (2020) Sagot sitúa precisamente esta discusión en el contexto centroamericano de las décadas de los setenta, ochenta y noventa, el cual es clave para comprender la forma dialéctica en que el movimiento feminista y las académicas fueron construyendo un marco teórico y político para comprender la violencia contra las mujeres. Las violencias en Centroamérica se ensañan con los cuerpos de las mujeres y, en contextos de guerra, esto se manifestó en la esclavi- tud sexual, la tortura, la violación grupal, los embarazos forzados y las masacres de mujeres y niñas. De la forma más cruel y violenta, las dis- tintas opresiones de género, económicas y políticas se ejercen contra las mujeres. Para Montserrat Sagot, este violento contexto les propor- ciona herramientas a las feministas centroamericanas para analizar críticamente la represión y las prácticas patriarcales como fuerzas mu- tuamente constituyentes. A su vez, los contextos de conflicto armado en Guatemala o Perú, donde se ejerció la violación sistemática de mu- jeres indígenas, permitieron también analizar la violencia contra las 26 Mariana R. Mora mujeres y su relación con la clase y la raza. Esta particular historia colo- nial, de explotación económica y de múltiples desigualdades ha sido en- tonces el epicentro para la producción de una epistemología feminista radical. Y esta es una de las contribuciones teóricas más importantes de la investigación de la violencia contra las mujeres que se ha generado en la región. “La paz comienza en casa: las luchas de las mujeres contra la vio- lencia y acción estatal en Costa Rica” (2006) posiciona una emblemá- tica exigencia del movimientofeminista centroamericano. Como se mencionó anteriormente, los procesos de transición a la democracia en Centroamérica no incluyeron completamente a las mujeres. Ante esto y tras la experiencia adquirida en la organización política, los distintos grupos de mujeres y feministas contribuyeron a la ruptura de la sepa- ración artificial de las esferas privadas y públicas. “La paz comienza en casa” es una frase que muestra el estrecho vínculo entre la violencia con- siderada pública, la de la guerra, por ejemplo, y aquellas otras violencias ocultas que se ejercen en el ámbito privado. Para Montserrat Sagot, este análisis le permite comprender la violen- cia como un componente estructural del sistema de opresión de género y su uso como uno de los medios más efectivos para ejercer autoridad y control sobre las mujeres, así como una de las expresiones más brutales y explícitas de la dominación y la subordinación. En este artículo se de- tallan distintos momentos históricos que dan cuenta de esta larga tra- yectoria de lucha contra la violencia hacia las mujeres en Centroamérica, así como elementos más generales del contexto mundial. “Los límites de las reformas: violencia contra las mujeres y políticas públicas en América Latina” (2009) es una importante reflexión sobre la efectividad de las normas legales y políticas en torno a la violencia con- tra las mujeres. Este ejercicio crítico puede ser encontrado en distintos trabajos de la autora, lo cual revela su mirada aguda y su sospecha cons- tante sobre las posibilidades de reinvención o ajuste que pueden tener el neoliberalismo y el patriarcado. Este ejercicio se lleva a cabo sin desvalo- rizar los importantes avances del movimiento feminista latinoamerica- no. De esta forma, la autora recorre las distintas latitudes y coyunturas en donde se logró reconocer a la violencia contra las mujeres como un 27 Montserrat sagot problema social y público. En este contexto, Sagot analiza la demanda del movimiento feminista de la época por “generizar” el Estado y con esto exigir el reconocimiento explícito de las condiciones de desigual- dad a las que se ven sometidas las mujeres. Lo anterior se reclama con el fin de buscar un cambio en las relaciones de poder, para garantizar a las mujeres el control sobre los recursos materiales y simbólicos de la sociedad y sobre sus propios cuerpos. Ahora bien, para la autora, la historia parece demostrar que las luchas de las mujeres se encuentran permanentemente en riesgo de retroceso. El análisis que lleva a cabo revela que, a pesar de que el movimiento fe- minista consiguió posicionar a la violencia contra las mujeres como un problema de poder producto de un sistema estructural de opresión de género, el sistema logra vaciar de contenido dicho análisis. Lo anterior conduce a que se terminen aprobando políticas neutrales frente al gé- nero, que no logran enfrentar la raíz del problema. Es más, estas políti- cas pueden incluso llegar a revertirse en contra de las propias mujeres, tal y como lo señala la autora. Otra serie de tensiones relacionadas con la forma en la que el Estado responde a las demandas feministas tiene que ver con que este no reconozca la diversidad de mujeres, y por ende, la multiplicidad de formas en que se manifiesta la violencia. También prevalecen dificultades en la tipificación de las violencias, tal y como lo ejemplifica su análisis de la violencia sexual o del mismo femicidio. La autora finaliza con una advertencia sobre cómo los procesos de insti- tucionalización de las demandas feministas fomentan la cooptación de las propuestas y hasta del propio movimiento. De ahí se deriva su plan- teamiento de que nunca se debe de abandonar el instrumento analítico de las relaciones de poder, así como “la fuerza de las acciones colectivas progresistas y su efecto histórico en el destino de las sociedades”. Investigaciones pioneras y diálogos regionales Tal y como Montserrat Sagot lo ha mencionado antes, “la producción de conocimientos en la temática de la violencia sexista ha sido uno de los aportes más relevantes de las feministas centroamericanas” ([2012], p. 186). La elaboración teórica y de investigación social que se lleva a cabo 28 Mariana R. Mora en la región en la década de los noventa, en torno a la problemática de los femicidios, es un claro ejemplo del gran aporte de las académicas y activistas centroamericanas a los estudios feministas y de justicia social. El artículo “Cuando la violencia contra las mujeres mata: femicidio en Costa Rica, 1990-1999” (2006), escrito junto a Ana Carcedo, es una síntesis del importante trabajo de investigación que llevaron a cabo en relación con las cifras ocultas de esta forma de violencia extrema. Es necesario señalar que este estudio es uno de los primeros a escala mundial en di- lucidar, por medio de un análisis exhaustivo de cifras, la dimensión, la incidencia y las características de los femicidios en un contexto históri- co, económico y social preciso, como lo fue la década de los noventa en Costa Rica.3 El marco analítico del cual parten las autoras para comprender la violencia contra las mujeres toma como referencia la dominación y la subordinación, como ejes que posibilitan la autoridad y legitimidad conferida socialmente por los hombres para ejercer dichos actos. El fe- micidio, como manifestación extrema de ese continuum de violencia, es una expresión directa de una política sexual que pretende obligar a las mujeres a aceptar las reglas masculinas y, por lo tanto, preservar el statu quo genérico (Carcedo y Sagot, 2006). En términos metodológicos, se construyen tres categorías específicas para la investigación: los femici- dios íntimos, los femicidios no íntimos, y los femicidios por conexión. Como parte del análisis, se reflexiona en torno a la tolerancia hacia la violencia cotidiana que se ejerce contra las mujeres, la falta de voluntad política para enfrentar de forma específica y adecuada esta violencia, y la impunidad del agresor, promovida por el Estado, como factores socia- les que median y reproducen dicha violencia extrema. Esta es una investigación que sentó bases científicas para demostrar la direccionalidad de género de los femicidios en el país. El estudio se convirtió así en una herramienta fundamental para el movimiento fe- minista y su lucha por el reconocimiento de una violencia, que había 3. La investigación realizada por Montserrat Sagot y Ana Carcedo se publica en el 2002, año en que también se obtienen los resultados de un análisis sobre femicidios llevado a cabo por Susy Pola para el contexto de República Dominicana. Previo a esta fecha, solo se encuentra la investigación –también pionera– de Julia Monárrez (2000) para el caso específico de Ciudad Juárez. 29 Montserrat sagot sido invisibilizada y restringida al ámbito privado. Esta investigación muestra, una vez más, las importantes imbricaciones entre el movi- miento feminista y la academia, en donde los espacios y las fronteras entre estos muchas veces se difuminan y lo que prevalece es la porosidad y el cruce de historias personales y trayectorias políticas que permiten posicionar a estas autoras como pioneras en la investigación y el análisis de los femicidios. “La ruta crítica de las mujeres afectadas por la violencia familiar en América Latina. Casos de estudio de diez países” (2005) muestra el de- seo de la autora de comprender a escala regional la violencia ejercida contra las mujeres. Este estudio se llevó a cabo a finales de la década de los noventa y analizó la violencia intrafamiliar en sus distintas dimen- siones. La investigación tomó como punto de partida la voz de las muje- res víctimas de violencia, a quienes se entrevistó en profundidad con el objetivo de conocer las acciones tomadas para enfrentar dicha violencia, las respuestas y los obstáculos encontrados en su búsqueda de ayuda, así como la disponibilidad y calidad de los servicios. A su vez, se llevó a cabo unanálisis de los significados sociales de la violencia intrafamiliar en personas funcionarias encargadas de prevenir, atender y sancionar dicha violencia, tal y como lo son las personas trabajadoras del sector salud, educativo, de justicia e incluso de sectores no gubernamentales, así como comunidades. Una de las principales características de la violencia intrafamiliar ha- llada en este estudio es precisamente la invisibilidad con la que se ejerce y se reproduce. Como parte de los resultados obtenidos se evidencia que gran parte de las manifestaciones de violencia doméstica son, en reali- dad, formas de tortura, de arresto domiciliario e incluso de esclavitud encubierta.4 Estas conclusiones reflejan nuevamente la especificidad de los estudios feministas latinoamericanos, en donde la violencia contra las mujeres se analiza de forma imbricada con otras formas de violen- cia política, económica e histórica. El análisis crítico llevado a cabo por Montserrat Sagot permite, una vez más, puntualizar la enorme brecha 4. En esta misma línea, Jules Falquet (1997) ha analizado los paralelos entre la violencia política de la gue- rra civil y la violencia doméstica contra las mujeres en El Salvador, en donde elementos como la tortura y el aislamiento reflejan esta guerra cotidiana contra las mujeres. 30 Mariana R. Mora entre el discurso de la democracia y la realización de una justicia social real para las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y, en general, para las mujeres víctimas de la violencia patriarcal. Continuando con una perspectiva de diálogo y mirada regional, el artículo “Prácticas discursivas, género y sufrimiento emocional” (2009), elaborado junto a Stela Meneghel y Fernanda Barrios, tiene por objetivo analizar la salud mental como un ámbito fundamental de los efectos de la violencia contra las mujeres. Esta es una investigación cualitativa que partió de la voz de las mujeres, específicamente de aquellas que habían iniciado una denuncia por violencia de género. También se llevaron a cabo grupos mixtos de discusión, con el objetivo de analizar los reper- torios relacionados con la violencia psicológica, sus manifestaciones y sus efectos. Uno de los principales resultados del estudio es mostrar la medicalización de las tensiones y contradicciones de origen social, pro- ducto de las desigualdades sociales y la injusticia. De esta forma, el artí- culo muestra cómo se individualizan y se reducen al orden psicológico los distintos problemas sociales, reflejando la forma en que la tarea de enfrentar la violencia contra las mujeres se adjudica socialmente a la víc- tima. Lamentablemente, esta es una realidad que persiste en el tiempo, y esto lo demuestran las altas cifras de problemas de salud mental que enfrentan las mujeres sobrevivientes de violencia. Otras luchas contra la violencia hacia las mujeres A lo largo de la antología, también se reúnen artículos de la autora que abarcan otras formas de violencia contra las mujeres, como el caso de la prohibición del aborto en Centroamérica y el Caribe. El artículo “Aborto inducido: ética y derechos” (2002), escrito junto a Ana Carcedo, es un importante análisis histórico y político de una de las formas de violencia que demuestra que las mujeres continúan sin tener el derecho a deci- dir sobre su propio cuerpo. Tras un recorrido histórico y estadístico, las autoras ofrecen un panorama crítico de la región y muestran cómo la Iglesia católica juega un papel fundamental en la creación de un discurso público negador de derechos. De esta forma, en el artículo se cuestionan y rebaten los distintos mitos sobre al aborto, así como las implicaciones 31 Montserrat sagot de que se lleva a cabo de forma insegura, lo que incide directamente en la mortalidad materna. Las leyes restrictivas en torno al aborto han tenido efectos devasta- dores en la vida de las mujeres, llegando a criminalizar situaciones que incluso se escapan al derecho a decidir de las propias mujeres. Esta “ofensiva radical”, como es llamada por las autoras, no ha pasado sin verse enfrentada a un movimiento feminista fuerte y persistente, que se ve reflejado en los distintos avances políticos que se dan en la región. Sin embargo, siguiendo la crítica radical de Montserrat Sagot, es necesario tener mucha precaución con los avances de la agenda feminista, ya que la historia ha demostrado la facilidad con la que los derechos ganados por las mujeres pueden retroceder. “La invisibilidad de las niñas y las adolescentes: trabajo doméstico y discriminación de género” (2004) es un esfuerzo más de la autora por visibilizar las violencias encubiertas que sufren distintos grupos de mu- jeres. Desde una epistemología feminista que reconoce la pluridiversi- dad de contextos y experiencias que viven las mujeres, Montserrat Sagot busca analizar la particular violencia que viven las niñas y adolescen- tes, la que se encuentra fuertemente relacionada con otra dimensión de análisis con frecuencia invisibilizada: la división sexual del trabajo. Este artículo pertenece a los primeros trabajos de la autora y desde aquí se empieza a mostrar un hilo conductor que se está presente a lo largo de toda su carrera académica. Este es el uso crítico y feminista de una pers- pectiva materialista que le ha permitido analizar diferentes contextos y grupos sociales que se encuentran determinados por múltiples formas de violencias y desigualdades estructurales. Investigaciones específicas como las desarrolladas por Sagot buscan mostrar la necesidad de crear políticas y programas estatales que reco- nozcan la desigualdad de género, así como la discriminación y violencia particular que viven las mujeres y las niñas. Desde una epistemología feminista, Montserrat Sagot se pregunta por el hecho de que una altísi- ma proporción del trabajo infantil sea trabajo doméstico, resaltando así la dimensión de género para comprender la explotación económica a la que se ve sometida este grupo particular de mujeres. El hecho de que el trabajo que realizan las niñas y adolescentes se ejerce principalmente en 32 Mariana R. Mora el espacio privado, contribuye a que este sea invisibilizado, aun cuando distintos estudios han demostrado su impacto fundamental en la econo- mía familiar y mundial. Con este análisis, la autora recalca la condición de ciudadanía de segunda clase a la que son relegadas las mujeres, no sin antes ofrecer, al menos, seis pistas que involucran al Estado y sus políti- cas, así como a la sociedad en su conjunto, en la búsqueda de soluciones para la problemática del trabajo infantil doméstico. En este texto es posi- ble observar también cómo el planteamiento desde ese horizonte utópi- co, donde las mujeres puedan vivir una vida sin violencia, se torna en una práctica académica recurrente de la autora en muchos de sus escritos. “#NiUnaMenos y la lucha contra la violencia: más allá del #MeToo en América Latina” (2019) se sitúa nuevamente en el hilo conductor feminis- ta, materialista y decolonial que caracteriza la obra de Montserrat Sagot. Por medio de una serie de preguntas epistemológicas medulares, el tex- to invita a reflexionar sobre los límites del movimiento #MeToo. ¿Cuáles voces son audibles? ¿Cuáles voces son escuchadas? ¿A cuáles mujeres se les permite hablar? Como se ha venido señalando, el aporte del feminis- mo latinoamericano se encuentra precisamente en su comprensión de la violencia contra las mujeres desde su imbricación con otros tipos de violencias y desigualdades. Esto le permite a la autora desarrollar una importante crítica al movimiento #MeToo, el cual tiende a homogenizar a las mujeres y con esto invisibiliza las condiciones particulares de vulne- rabilidad o riesgo que viven algunos grupos particulares. Esta forma de comprender la violencia contra las mujeres posibilita a la autora realizar el contraste del #MeToo con el movimiento #NiUnaMenos/#NiUnaMás en Latinoamérica, el cual, a través de sus más de treintaaños de existen- cia, ha podido posicionar la violencia contra las mujeres como un pro- blema estructural. Trazar los hilos conductores de la obra de Montserrat Sagot ha implicado realizar un profundo recorrido por la historia de Centroamérica, una región que reúne grandes contradicciones y desigualdades, producto de los distintos sistemas de opresión colonial, patriarcal y neoliberal. Uno de estos hilos es el análisis de la violencia, en particular, la que se ejer- ce contra las mujeres. Este ha sido uno de los principales aportes de la 33 Montserrat sagot autora, reconociendo así el lugar que posee en la epistemología y genea- logía de los femicidios. Ahora bien, en resonancia con lo que la misma autora refiere en sus textos, este reconocimiento no puede ser individual. El movimiento fe- minista centroamericano produce una impronta en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, y esto ha devenido en un diálogo y una rica y extensa producción académica. Este sería otro tema que hila el traba- jo de Montserrat Sagot, en tanto gran parte de su trabajo ha girado en torno a la memoria histórica del movimiento feminista, el análisis de sus avances y retrocesos, las tensiones que posee con el Estado, la coo- peración internacional y la academia, así como las utopías que imagina. Su obra se caracteriza por una reflexión epistemológica que parte de la imbricación de las opresiones y, con esto, sus análisis son cuidadosos al señalar las particularidades y las diferencias, producto del distinto lu- gar que ocupen los cuerpos en dicha intersección. En esta antología se hacen visibles los trazos de su compromiso y su coherencia como femi- nista centroamericana, así como su sensibilidad hacia los grupos opri- midos, en especial las mujeres. En sus textos dialogan una pluralidad de enfoques, historias y voces que luchan, que resisten y que sueñan con esos otros mundos posibles que la autora persiste en dibujar. Esto ha permitido que la autora lleve a cabo una profunda crítica a las promesas de la democracia, con lo que nos incita a pensar en los desafíos por cons- truir una utopía feminista. Bibliografía Falquet, Jules (1997). Guerre de basse intensité contre les femmes? La violence domestique comme torture, réflexions sur la violence comme système à partir du cas salvadorien. Nouvelles Questions Féministes, 18(3- 4), 129-160. Fraser, Nancy (2008). Escalas de justicia. Barcelona: Herder. Kelly, Liz (1988). Surviving sexual violence. Cambridge: Polity Press. Mbembe, Achille (2003). Necropolitics. Public Culture, 1(15), 11-40. Mendoza, Breny (2010). Los desafíos de los feminismos transnacionales en la nueva era del genocidio. Cuadernos de Sociología (San José), (10), número extraordinario. 34 Mariana R. Mora Monárrez Fragoso, Julia (2000). La cultura del feminicidio en Ciudad Juárez, 1993-1999. Revista Frontera Norte (México), 12(23). Pola Z., María J. (2002). Feminicidio en la República Dominicana. Un estudio de los casos ocurridos en los distritos judiciales de Santo Domingo y Santiago en el período enero-diciembre del 2001. Santo Domingo: PROFAMILIA. Radford, Jill y Russel, Diana (1992). Femicide. The politics of women killing. Nueva York: Twayne Publishers. Sagot Rodríguez, Montserrat (1995). Socialización de género, violencia y femicidio. Revista Reflexiones, 41(1). Primera parte Necropolítica y femicidios 37 Necropolítica y biopoder en la pandemia Muerte, control social o bienestar* Cada crisis crea sus propias formas de experimentar la vida y, en algunos ca- sos, la muerte. La crisis resultante de la COVID-19 permite ver los peores y los mejores tiempos para vivir y morir, pero también abrió algunas posibilidades para imaginar tiempos mejores. La crisis está transformando las maneras en que concebimos el mundo y cómo vivimos en él. Por lo tanto, no se trata de una crisis sanitaria, como le han llamado algunas personas. La pandemia del coronavirus se ha convertido en una crisis civilizatoria que ya trastocó las relaciones sociales y las formas de organización de la producción. La crisis también ha cuestionado el papel de los Estados, las vías que ha tomado la glo- balización neoliberal e incluso el lugar de los seres humanos en la historia y la naturaleza. Este capítulo explorará estos aspectos más profundos de la crisis del capitalismo contemporáneo, en especial cómo la pandemia visibilizó aún más la necropolítica y el biopoder contemporáneos. La necropolítica y la fase asesina del capitalismo Esta crisis también ha expuesto algunas facetas del capitalismo que a veces se esconden detrás de discursos coloniales, racistas, sexistas o de * Extraído de Sagot, Montserrat (2022). Necropolitics and Biopower in the Pandemic: Death, Social Control or Well-being. En Breno Bringel y Geoffrey Players (eds.), Social Movements and Politics During COVID-19. Crisis, Solidarity and Change in a Global Pandemic. Bristol: Bristol University Press. Traducción del inglés de Paula Vasile. 38 Montserrat Sagot la supuesta eficiencia asociada con ideologías que buscan reducir el ta- maño del Estado. En primer lugar, la crisis nos permite ver claramente la fase asesina del capitalismo. Esta siempre ha sido una característica clave del capitalismo, cuyas técnicas de devaluación extrema de la vida producen cuerpos vulnerables a la marginación, la explotación e incluso la muerte (Mbembe, 2019) Sin embargo, las cosas se ven diferentes cuando los cadáveres se api- lan en una pista de hielo en Madrid o se abre una fosa común en un par- que de Nueva York, que cuando los muertos son inmigrantes africanos que cruzan el Mediterráneo o personas de Centroamérica cuyos restos quedan esparcidos en la ruta letal a Estados Unidos. El estado de alarma y conciencia sobre la muerte y la vulnerabilidad se intensifican cuando las víctimas están más cerca de los centros de poder. Los setenta camio- nes militares que transportaban cadáveres desde Bérgamo en marzo del 2020 visibilizaron más la fase letal del capitalismo que los cuerpos que- mados en las calles de Guayaquil (Palmer, 2020; ARMUS, 2020). Estas nuevas manifestaciones de la mortalidad producidas por el ca- pitalismo han incluso llevado a una redefinición ciertos espacios públi- cos y privados. Espacios como las pistas de patinaje sobre hielo o los par- ques, antes lugares para el esparcimiento y la recreación, se convirtieron en morgues o cementerios en algunos países (Barroso, 2020; Campbell, 2020). También han comenzado a aparecer formas extremas de privati- zación de la vida, reflejadas en la reciente expansión del mercado para la compra de islas privadas, castillos, búnkeres o grandes yates, producto del interés de los más privilegiados por aislarse y alejarse lo más posible de los cadáveres. Cadáveres que también son el producto de la forma en que sus empresas se organizan, producen y explotan, y sus formas de hacer negocios y obtener ganancias excesivas. Otra redefinición muy problemática de lo público provocada por esta crisis tiene que ver con el trabajo de las organizaciones crimina- les (mafia, camorra, maras, cárteles) en países como Italia, México, El Salvador y Brasil en la distribución de alimentos, medicinas, jabón e in- cluso la desinfección de comunidades abandonadas a su suerte por los gobiernos (Asmann, 2020; Tondo, 2020). Estas organizaciones, que des- empeñan un papel importante en la operación de la necropolítica, han 39 necropolítica y biopoder en la pandeMia comenzado a ocupar lugares en el espacio público que los Estados han dejado vacíos, especialmente en territorios vulnerables y empobrecidos, y a solidificar su condición como poderes fácticos, lo que podría tener graves consecuencias para la gobernanza democrática en el futuro. Los aspectos letales del capitalismo también se evidenciaron en las políticas cuasieugenésicas de algunos países, como Suecia, por ejem- plo, que no implementaron ninguna medida de contención para la pan- demia, lo que resultóen un alto número de muertes, en particular de personas mayores y con condiciones de salud subyacentes. De manera similar, esta fase del capitalismo se puede observar en la práctica de al- gunos municipios de España que decidieron no trasladar al hospital a las personas enfermas que vivían en hogares de cuidados, una política que ha sido denunciada repetidamente por las familias de las personas fallecidas (Peinado, 2020; Pérez Jiménez, 2020). En el caso de Centroamérica, el gobierno de Nicaragua decidió adoptar una política de negación, similar a la de Trump o Bolsonaro, a pesar de ser supuestamente la contraparte ideológica de esos gobiernos. Nicaragua decidió no hacer nada para enfrentar la pandemia, de modo que muriese quien tuviera que morir. Un elemento importante de estas políticas letales es que muchos de los primeros infectados pertenecían a sectores privile- giados y tenían la capacidad para viajar e irse de vacaciones a otros países. Sin embargo, el virus luego se propagó a los mismos de siempre: los adul- tos mayores y débiles, los negros y latinos de Estados Unidos, las poblacio- nes indígenas y las personas trabajadoras de los sectores más explotados, que ahora han sido tildados de “trabajadores esenciales”. No obstante, el reconocimiento a estos trabajadores fue más que nada simbólico. En otras palabras, se les asignó un nuevo adjetivo en la escala de valor social e incluso, en algunas ciudades, recibieron aplausos durante cinco minutos todas las noches. Pero todo eso ya pasó. A pesar de la nueva narrativa, no se les ofrecieron mejores salarios que refleja- ran los riesgos que asumen y el servicio que prestan para mantener la civilización en funcionamiento, ni se les ofrecieron niveles mínimos de seguridad para hacer su trabajo en condiciones de pandemia. Siguen siendo las mismas vidas despreciadas que el capitalismo siempre ha 40 Montserrat Sagot usado y descartado, excepto que de manera momentánea fueron eleva- das en términos retóricos a la categoría de “esenciales”. Sistemas de salud y biopoder La crisis provocada por la COVID-19 también ha revelado las décadas de abandono en los sistemas de salud pública, la privatización de estos sis- temas, la precarización del trabajo, la erosión de los derechos laborales e incluso la mercantilización de la vida humana (Brown, 2019). De hecho, el des- mantelamiento de la salud pública, la privatización y la externalización de los servicios son algunas de las principales razones de la alta tasa de mortalidad. Este es el contexto que da lugar al surgimiento de un discurso utili- tario de gestión de la crisis y las instituciones públicas. Lo que hay que proteger, según los gobiernos, es el sistema de salud para que no colap- se. Y algunas personas fuimos lo suficientemente ingenuas como para pensar que lo que había que proteger era la vida. Es obvio que para pro- teger la vida hay que proteger los sistemas de salud, pero el orden en que se habla de esto y el énfasis es muy llamativo. Este discurso, tal como se enunció en la mayoría de los países, sugiere que las medidas de confina- miento no se establecieron necesariamente para proteger la vida, sino para evitar la atención de muchas personas en hospitales y servicios de salud pública. La orden era quedarse en casa, y, si era posible, recupe- rarse o morir allí, o en un hogar de cuidados, para no gastar recursos en personas que ya se consideran desechables. Las medidas de confinamiento, implementadas en la mayoría de los países, en particular en América Latina, también revelan una política homogeneizadora que no toma en cuenta las desigualdades y los dife- rentes tipos de vulnerabilidad. Es una política de vigilancia y microges- tión de los cuerpos, que asume la existencia de una población con igual- dad de oportunidades, posibilidades de vida y acceso a los recursos. Una política así solo aumenta la precariedad, el hambre e incluso aumenta el riesgo de contagio, a menos que se introduzca junto con medidas re- distributivas que ofrezcan una renta básica vital para todos aquellos que no pueden permitirse el lujo de estar en cuarentena o que no pueden 41 necropolítica y biopoder en la pandeMia cumplir con la retórica supuestamente altruista de proteger el bien co- mún y la salud pública vinculada a la consigna #quedateencasa. Ahora que muchos países están empezando a relajar las medidas de confinamiento, aunque la pandemia no haya terminado, está claro que con estas medidas también deben reconocer que hay grupos más pro- pensos al contagio y a la muerte debido a sus condiciones materiales de existencia, las formas en que circulan por las ciudades y los tipos de trabajos que realizan. Sin embargo, la flexibilización de las medidas de confinamiento también reflejó el mismo enfoque de homogeneización que no tomó en cuenta los diferentes niveles de riesgo y exposición a la enfermedad. Como resultado, en países como Costa Rica, el 60 % de las personas que tuvieron COVID-19 son personas de clase trabajadora, en particular trabajadores de la construcción, trabajadoras domésticas y trabajadores informales (Ávalos, 2020). La necesidad apremiante que evidenció la pandemia relacionada con el acceso a la atención en salud, a servicios públicos competentes y a políti- cas redistributivas generó una demanda renovada por estados de bienes- tar que respondan a las diferentes necesidades de la población y permitan la redistribución social y económica. Si bien varios grupos han colocado estas demandas en la agenda pública, al mismo tiempo, también se han reforzado los rasgos más autoritarios y controladores del Estado. La crisis les brindó a los gobiernos nuevas justificaciones para implementar medi- das represivas y nuevas formas de coerción política y social. Centroamérica es ejemplo de ello. Los gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala están reviviendo el repertorio represivo del pa- sado e imponiendo estados de excepción. Hay una radicalización del aparato de control biopolítico ya no en nombre de la seguridad nacio- nal, como ocurría en el pasado, sino en nombre de la salud pública. Los arrestos arbitrarios de mujeres en El Salvador que salían a buscar comi- da, simplemente porque no tenían una lista de compras, o el arresto de una madre que acompañaba a su hijo a usar una letrina son ejemplos de la creciente coerción. La novedad de estas situaciones es que el miedo a la muerte o a la enfermedad provoca que muchas personas acepten estas condiciones extremas de biocontrol sin protestar. Y no solo las aceptan, sino que las 42 Montserrat Sagot exigen a los gobiernos. Incluso hay una voluntad explícita de algunas personas de convertirse en una parte activa de los mecanismos de con- trol al denunciar a quienes no cumplen con las normas del confinamien- to. En el caso de Centroamérica, personas que vivieron en dictadura y que se rebelaron contra los poderes represivos de los Estados, ahora se someten temerosas a los mecanismos de control social sin precedentes. El miedo a convertirse en un ente biológico sin cualificaciones, en nuda vida (Agamben, 1998), a merced de un enemigo invisible, un virus, que puede estar en cualquier lugar, parece desatar más temores y voluntad de sometimiento que los aparatos políticos represivos. Algunas posibilidades para el futuro Existe el temor justificado de que esta crisis termine produciendo so- ciedades más represivas, con mecanismos ultrasofisticados de biopoder mediante el uso de nuevas tecnologías, y que continuemos actuando como si todavía estuviéramos en 1990, creyendo en la virtud de las po- líticas neoliberales y negando el calentamiento global. Sin embargo, la crisis también brinda la posibilidad de imaginar un futuro diferente. Además de evidenciar las fases letales del capitalismo y el potencial de las recetas neoliberales para desencadenar desastres humanitarios, esta crisis también expuso otras complejidades y riesgos. En primer lugar, las medidas de confinamientoprodujeron un debate bastante generali- zado acerca de la naturaleza del espacio doméstico. Las feministas han hablado de esta cuestión durante siglos, pero ahora que un gran porcen- taje de la población estuvo confinada en sus hogares se generalizaron las conversaciones sobre la distribución desigual del trabajo reproductivo y las tareas domésticas, la violencia familiar contra las mujeres y la impor- tancia de las tareas de cuidado (vid. Batthyány, 2022). En este sentido, la pandemia ayudó a socavar la noción conservadora de la familia y el hogar como espacios de paz, seguridad y armonía, y dejó al descubierto la persistente división sexual del trabajo y la centra- lidad de las mujeres en las tareas de cuidado que sustentan la vida. Este 43 necropolítica y biopoder en la pandeMia “descubrimiento” y la visibilización social de un problema pueden con- vertirse en el primer paso para iniciar procesos de cambio. La valoración renovada de las tareas de cuidado y de otros trabajos an- tes despreciados es otra consecuencia no intencionada de la crisis. Si bien gran parte de la valoración de estas tareas ha sido solo simbólica, la crisis podría ser una oportunidad para recuperar la importancia de los objetos y recursos con valor de uso. Además, esta podría ser una oportunidad para comprender mejor la importancia de los trabajos que permiten la repro- ducción social y de las personas que realizan este tipo de trabajos. La crisis también podría crear oportunidades para lograr una rein- dustralización a nivel local y promover la producción nacional, en es- pecial porque se rompieron muchas de las cadenas internacionales de distribución de productos. Por lo tanto, es una oportunidad para que las políticas se desvinculen de la lógica de mercado de la globalización neo- liberal hacia la promoción de las industrias nacionales y la producción local de alimentos, lo que permitiría garantizar la seguridad alimenta- ria, en particular en el Sur Global (vid. Bringel, 2022). Esta crisis renovó las demandas por un estado de bienestar, que cui- de los bienes comunes, implemente medidas para la protección de toda la población y se convierta en un agente de la justicia redistributiva, to- mando en cuenta las diferentes manifestaciones de desigualdad. Este punto es fundamental ya que, hasta ahora, muchas personas daban por terminada esta discusión. Desde que Margaret Thatcher dijo, hace más de 40 años, que “no hay sociedad” y Ronald Reagan dijo que “el gobier- no no es la solución a nuestros problemas, el gobierno es el problema”, las ideologías del neoliberalismo hicieron todo lo posible por opacar la importancia de un Estado al servicio del bien común (Frayle, 2009). Sin embargo, la crisis de la COVID-19 evidenció la necesidad de un tipo de Estado que no solo ejerza el monopolio de la violencia y promueva un buen ambiente para los negocios, sino también de un Estado y una so- ciedad que operen bajo el principio de la solidaridad. La COVID-19 también provocó una revalorización de la ciencia como servicio a la humanidad. Después del reciente crecimiento de organiza- ciones anticiencia y antivacunas, conspiraciones terraplanistas y grupos fundamentalistas religiosos que cuestionan los principios científicos 44 Montserrat Sagot básicos, esta pandemia volvió a posicionar la ciencia en un lugar privile- giado. Es evidente que la pandemia no puede resolverse solo con vacunas o medicamentos. Requerirá políticas que promuevan la universaliza- ción de la cobertura de la salud pública y la reparación de las desigualda- des. Sin embargo, es de suma importancia reivindicar la producción de conocimiento científico que no sea instrumental y que funcione como guía para las políticas públicas y el desarrollo de nuevos modos de vida. Por último, la crisis podría servir para reconocer nuestra propia vul- nerabilidad, fragilidad, y la interdependencia de la vida humana con la naturaleza y con la vida de otras especies. Tal vez el miedo no solo nos lleve a aceptar de manera sumisa las medidas de biocontrol desplegadas por muchos gobiernos, sino también a cuestionar un proceso de acumu- lación que se ha vuelto necrótico y ha dejado a su paso la desaparición de especies, territorios fértiles, culturas y personas (McBrien, 2016). Esta crisis nos permite ver que la tragedia no está en el horizonte, sino que está aquí y ahora. Quizás todavía estemos a tiempo de imaginar y gene- rar cambios para la construcción de un nuevo mundo. Bibliografía Agamben, Giorgio (1998). Homo saccer: el poder soberano y la nuda vida. Valencia: España: Pre-Textos. Armus, Teo (3 de abril de 2020). Every Day it’s Getting Worse: Bodies of Coronavirus Victims are Left on the Streets in Ecuador’s Largest City. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/ nation/2020/04/03/ecuador-coronavirus-bodies/ Asmann, Parker (31 de marzo de 2020). What Does Coronavirus Mean for Criminal Governance in Latin America? Insight Crime. https://www. insightcrime.org/news/analysis/criminal-governance-latin-america- coronavirus/ Ávalos, Angela (7 de agosto de 2020). Covid-19 enferma más a peones, domésticas, guardas, obreros de construcción y comerciantes informales. 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