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Inteligencia Emocional y Resolución de Conflictos

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Serrano Bravo, Fernando 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Madrid 
Julio 2012 
Firmado por: Fernando Serrano Bravo 
 
 
 
CATEGORÍA TESAURO: 1.1.3. Estructura y desarrollo del currículo 
 
Trabajo fin de grado presentado por: Fernando Serrano Bravo 
Titulación: Grado en Educación Primaria 
Línea de investigación: Propuesta de Intervención 
Directora: Cristina Saugar Lanchas 
Universidad Internacional de La Rioja 
Facultad de Educación 
 
Inteligencia emocional y 
resolución de conflictos. 
Un programa para el 
tercer ciclo de primaria 
Serrano Bravo, Fernando 
 
 
INDICE GENERAL 
 
1. RESUMEN .................................................................................................................... 1 
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ........................................................................... 1 
2.1. Justificación ............................................................................................................ 1 
2.2. Objetivos ................................................................................................................. 5 
2.2.1. Objetivo general ............................................................................................... 5 
2.2.2. Objetivos específicos ....................................................................................... 5 
3. MARCO TEÓRICO ........................................................................................................ 5 
3.1. Antecedentes .......................................................................................................... 5 
3.2. La inteligencia emocional ....................................................................................... 7 
3.2.1. El modelo de habilidades ................................................................................. 8 
3.2.2. Modelo de personalidad o modelo mixto .......................................................... 8 
3.2.3. Componentes de la inteligencia emocional .................................................... 10 
3.3. Educación emocional en el aula ........................................................................... 11 
3.4. La conflictividad escolar ........................................................................................ 15 
3.4.1. El conflicto ...................................................................................................... 15 
3.4.2. Causas que originan el conflicto en el aula .................................................... 16 
3.4.3. Tipos de conductas conflictivas en las escuelas ............................................ 18 
3.4.4. Resolución de conflictos y educación emocional ........................................... 20 
4. LOS PROGRAMAS DE ENSEÑANZA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL ..................... 25 
4.1. Definición .............................................................................................................. 25 
4.2. Fases de los programas de actuación .................................................................. 26 
4.2.1. Análisis del contexto ...................................................................................... 26 
4.2.2. Identificación de las necesidades ................................................................... 26 
4.2.3. Diseño del programa ...................................................................................... 27 
4.2.4. Ejecución........................................................................................................ 27 
4.2.5. Evaluación ...................................................................................................... 27 
4.3. Tipos de programas .............................................................................................. 27 
5. PROGRAMA PARA LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS ......................................... 28 
5.1. Diseño del programa ............................................................................................ 29 
5.1.1. Objetivos ........................................................................................................ 29 
5.1.2. Contenidos ..................................................................................................... 30 
Serrano Bravo, Fernando 
 
 
5.1.3 Actividades ..................................................................................................... 33 
5.1.4. Cronograma ................................................................................................... 46 
5.1.5. Destinatarios .................................................................................................. 46 
5.1.6. Evaluación ...................................................................................................... 46 
5.1.7. Costes ............................................................................................................ 47 
6. CONCLUSIONES ........................................................................................................ 47 
7. LIMITACIONES Y PROSPECTIVA ............................................................................. 49 
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................ 50 
9. BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................... 54 
10. ANEXO I. ACTIVIDADES ............................................................................................ 55 
10.1. Contenido 1 ....................................................................................................... 55 
10.2. Contenido 2 ....................................................................................................... 57 
10.3. Contenido 3 ....................................................................................................... 59 
10.4. Contenido 4 ....................................................................................................... 61 
10.5. Contenido 5 ....................................................................................................... 63 
10.6. Contenido 6 ....................................................................................................... 65 
11. ANEXO II. EJEMPLOS DE CONFLICTOS .................................................................. 67 
 
Serrano Bravo, Fernando 
1 
 
1. RESUMEN 
 La inteligencia emocional, de la que tanto se ha hablado en los últimos tiempos, 
recoge todos aquellos contenidos pertenecientes al mundo de las emociones y de los 
sentimientos, distintos a los cognoscitivos, que permiten al ser humano desarrollarse 
como persona e integrarse satisfactoriamente en la sociedad en que vivimos. El éxito en 
la vida ya no depende exclusivamente de los conocimientos intelectuales. 
 El presente trabajo de fin de grado, en su primera parte, hace una aproximación a 
la inteligencia emocional, para desembocar en la necesidad de integrar la educación 
emocional en el currículo escolar, centrándose en una parte de ésta, la resolución de 
conflictos. 
 En la segunda parte del trabajo se desarrolla un programa para aplicar en el aula, 
que permita desarrollar las habilidades necesarias para resolver de forma satisfactoria los 
conflictos en los que se ven envueltos los escolares a los que va dirigido. 
 PALABRAS CLAVE: Inteligencia emocional, educación emocional, habilidades 
sociales, resolución de conflictos, currículo. 
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
2.1. Justificación 
 
 El mundo de las emociones y de los sentimientos forma parte del ser humano 
desde sus orígenes, y constituye junto con el desarrollo cognitivo los dos elementos 
fundamentales en la formación integral del individuo. 
 Sin embargo la escuela se ha venido ocupando exclusivamente del desarrollo de la 
inteligencia cognitiva de los alumnos, dejando fuera la perspectiva emocional y el mundo 
de los sentimientos.Es a partir de la década de los 90, con la publicación de La Inteligencia Emocional 
de Goleman (1998a), cuando la sociedad empieza a comprender, y así es avalado por las 
diferentes investigaciones llevadas a cabo, que el éxito no depende exclusivamente de la 
inteligencia cognitiva, sino que un porcentaje importante del mismo depende del 
adecuado desarrollo de la inteligencia emocional. 
Serrano Bravo, Fernando 
2 
 
 Para tener éxito en la sociedad en la que vivimos ya no es suficiente estar en 
posesión de títulos académicos y tener un coeficiente intelectual elevado, para poder 
triunfar en la vida profesional y en la vida personal son necesarias además otro tipo de 
habilidades. Este otro conjunto de habilidades son las que están integradas en el 
concepto de inteligencia emocional. 
 Este nuevo concepto ha tenido una gran repercusión en la sociedad debido 
fundamentalmente a tres factores (Epstein, 1998), recogidos por Extremera y Fernández-
Berrocal (2004): 
1. El desgaste ocasionado por la excesiva importancia que tradicionalmente se le ha 
dado al cociente intelectual, como único factor a considerar por las empresas en 
sus políticas de selección. 
2. El desagrado que producen socialmente aquellos individuos considerados 
inteligentes en el terreno intelectual, pero que no saben relacionarse con sus 
semejantes por no tener las habilidades emocionales para ello. 
3. La pésima orientación que en el terreno de la educación han tenido 
tradicionalmente las pruebas elaboradas a los estudiantes para medir su cociente 
intelectual, puesto que no son capaces de predecir si éstos tendrán finalmente 
éxito en su vida profesional, social y personal. 
 Sin embargo, el mundo de la escuela no ha sabido recoger y canalizar lo que ya 
estaba proyectado en la sociedad, y los jóvenes de hoy en día padecen una serie de 
problemas recogidos por Hué (2005, pág. 1), tales como “la anorexia o la bulimia, la 
violencia de género, la violencia escolar, la multiculturalidad, la drogadicción, los 
accidentes de tráfico, la falta de interés, así como las dificultades de los estudiantes en 
ámbitos como la falta de iniciativa, la dificultad para trabajar en equipo y la carencia de un 
proyecto personal”. 
 Por su parte, Extremera y Fernández-Berrocal (2004), tras repasar las distintas 
investigaciones llevadas a cabo con jóvenes, agrupan en cuatro bloques los problemas 
que en el contexto educativo puede provocar una falta de inteligencia emocional: 
1. Carencia en el terreno de la felicidad, bienestar y equilibrio personal de nuestros 
jóvenes. 
Serrano Bravo, Fernando 
3 
 
2. Escasez en el número de relaciones interpersonales y detrimento de la calidad de 
las mismas. 
3. Bajada en el nivel académico. 
4. Presencia de comportamientos agresivos y violentos y consumo de alcohol y 
drogas. 
 Pero no sólo el mundo científico ha puesto de manifiesto la importancia de las 
emociones en la educación, el informe Delors para la Unesco (1996, pág. 35), señala 
como pilares de la educación del siglo XXI: 
 Aprender a conocer. 
 Aprender a hacer. 
 Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás. 
 Aprender a ser. 
 Este mismo informe señala que la tarea de la educación es conseguir que todos los 
individuos puedan desarrollar su propia personalidad, haciendo aflorar sus aptitudes y sus 
facultades, y poder así elaborar y desplegar su proyecto personal de vida. 
 Pero para que esto pueda llevarse a cabo es necesario implementar en la 
enseñanza los aspectos éticos, morales y culturales que permitan a nuestros jóvenes 
adquirir las capacidades necesarias que les permitan vivir en armonía consigo mismo y 
con los demás. 
 Existe pues unanimidad entre todos los investigadores en manifestar la importancia 
que el mundo de las emociones y los sentimientos tiene para el éxito social, personal y 
profesional, y sin embargo la poca dedicación que se le presta en el mundo escolar. Se 
hace evidente la necesidad de trabajar el correcto desarrollo de la inteligencia emocional 
en el aula desde las primera etapas para, junto con la inteligencia cognitiva, formar 
personas que sepan y puedan enfrentarse a la vida adulta con las mejores armas que les 
permitan el mayor de los éxitos. 
 Es necesario reclamar una formación completa, que integre tanto el desarrollo 
cognitivo como el desarrollo emocional y de relación interpersonal, puesto que éstos 
últimos aspectos están directamente relacionados con el rendimiento académico y con el 
bienestar, tanto de los estudiantes como de sus profesores (Collell & Escudé, 2003). 
Serrano Bravo, Fernando 
4 
 
 Como señala Teruel (2000), se trata de compatibilizar los contenidos tradicionales 
con los contenidos propios de la educación emocional y la enseñanza de los valores 
socio-afectivos. 
 Uno de estos contenidos integrado en el concepto de inteligencia emocional, es el 
desarrollo de las habilidades sociales y la resolución de conflictos. Se ha convertido en 
algo habitual escuchar en las noticias y leer en los periódicos situaciones de violencia 
escolar, agresividad en las aulas, maltrato a las personas y a las cosas, bullying, etc., 
poniendo de manifiesto las carencias que hoy en día tienen los jóvenes para relacionarse. 
Este tipo de situaciones no es más que un reflejo de la sociedad en la que vivimos, por 
eso es tan importante actuar desde el principio. La sociedad del mañana será un reflejo 
de los valores que trabajemos con los niños de hoy. 
 Las relaciones interpersonales han sido, son y serán un foco de conflictos en todos 
los órdenes de la vida, en la familia, en el terreno laboral, en los momentos de ocio y en 
general en cualquier ámbito en el que el ser humano se desenvuelva; son algo intrínseco 
a la vida en sociedad. Los conflictos provocados por las relaciones sociales no son 
inocuos, porque afectan a algo tan personal como los sentimientos, los conflictos con 
nuestros semejantes nos pueden afectar hasta tal punto que pueden provocar reacciones 
agresivas sin control (Trianes & García, 2002), de ahí la necesidad de trabajar las 
relaciones sociales desde los primeros años de la enseñanza, integrando en el currículo 
tanto el aprendizaje de los conocimientos cognitivos como el aprendizaje de los 
conocimientos emocionales. 
 La escuela no puede seguir dando la espalda a estas situaciones que son cada vez 
más comunes, y por lo tanto debe afrontar de lleno esta problemática. Para ello Trianes y 
García (2002) proponen la llamada educación para la convivencia, que contempla una 
formación integral de los ámbitos social, emocional y moral, mediante la aplicación de 
programas que integran estos contenidos y cuya finalidad es la mejora en todos los 
aspectos de la personalidad de los alumnos, desde el terreno cognitivo hasta las 
relaciones interpersonales, educación en valores, madurez y en general en todos los 
elementos integrados en el concepto de inteligencia emocional, incidiendo en ello desde 
la educación y construcción de la persona. 
 El presente trabajo presenta un proyecto para trabajar la resolución de conflictos a 
través de la inteligencia emocional en un curso de primaria, con el propósito de ir 
Serrano Bravo, Fernando 
5 
 
capacitando a los alumnos en las habilidades necesarias para saber afrontar con éxito 
este tipo de situaciones. 
2.2. Objetivos 
2.2.1. Objetivo general 
 
 Diseñar un programa para la mejora de resolución de conflictos en el aula de 
primaria tomando como marco teórico de referencia la educación emocional. 
2.2.2. Objetivos específicos 
 
 Para el desarrollo del presente trabajo se van a seguir los siguientes pasos: 
 Justificar la necesidad de una formación integral en la escuela, que incluya el 
mundo de los sentimientos y las emociones. El colegio tradicional, cuyo principal 
objetivo es el desarrollo de la inteligencia cognitiva, debe ser superado para 
afrontar los nuevos retos que la sociedaddemanda, y para ello debe integrar la 
inteligencia emocional como parte de su currículo. 
 Elaborar el marco teórico de la inteligencia emocional. Para ello es necesario 
conocer sus inicios y el desarrollo que ha tenido desde entonces hasta nuestros 
días, haciendo una revisión de las aportaciones hechas por los diferentes autores e 
investigadores. 
 Concretar los distintos componentes que integran el concepto de inteligencia 
emocional. 
 Concretar qué se entiende por conflicto y las causas de su aparición, analizando 
las diferentes conductas disruptivas que se producen en los centros escolares. 
 Elaborar una propuesta concreta de actuación en el aula, contextualizando dicha 
propuesta, los objetivos, las actividades, la metodología, el cronograma y la 
evaluación. 
3. MARCO TEÓRICO 
3.1. Antecedentes 
 
 El concepto de inteligencia emocional es relativamente nuevo, surge con fuerza a 
finales del siglo XX y hace referencia a la aptitud de los individuos para captar, distinguir, 
Serrano Bravo, Fernando 
6 
 
comprender, evaluar y cambiar estados emocionales tanto en uno mismo como en otras 
personas (Rodriguez, 2009). 
 No obstante y como señala Rodríguez (2009), ya en los inicios del siglo pasado se 
empezó a gestar el término, y psicólogos como Thorndike acuña el concepto de 
“inteligencia social”, como “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, 
muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas” (pág. 2). Para 
Thorndike (1920), también existen otras dos clases de inteligencia, la abstracta que se 
define como la capacidad para manejar ideas y la mecánica que se define como la 
capacidad para comprender y manejar objetos. 
 Otro de los momentos previos a la aparición del concepto de inteligencia emocional 
tiene lugar en 1987, cuando el psicólogo norteamericano Stemberg señala la presencia de 
tres clases de inteligencia, la analítica, que permite examinar, contrastar y agrupar 
acciones o conocimientos, la creativa, que nos prepara para inventar, idear e imaginar 
proyectos y la práctica, que es necesaria para llevar a cabo, implementar y desarrollar 
estas ideas o planes (Ibarrola, 2004). 
 Otro de los precursores de la inteligencia emocional es Gardner, quien en su libro 
“Frames of Mind” (Estructuras de la mente: la teoría de las inteligencias múltiples) (1994), 
enumera siete tipos de inteligencia, ampliadas posteriormente a ocho. Gardner (1994) 
define inteligencia como “la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que 
sean valiosos en una o más culturas” (pág. 5). Estas ocho inteligencias son las siguientes: 
1. Inteligencia musical. 
2. Inteligencia corporal. 
3. Inteligencia lingüística. 
4. Inteligencia lógico-matemática. 
5. Inteligencia espacial. 
6. Inteligencia intrapersonal. 
7. Inteligencia interpersonal. 
8. Inteligencia naturalista. 
Serrano Bravo, Fernando 
7 
 
 Son las inteligencias intrapersonal e interpersonal las directamente relacionadas 
con la inteligencia emocional. La inteligencia intrapersonal nos permite entendernos a 
nosotros mismos, ser conscientes de nuestras emociones, de nuestros sentimientos, ser 
capaces de entender por qué actuamos de una manera o de otra y comprender qué 
sentimos y por qué lo sentimos. La inteligencia interpersonal nos permite comprender a 
los demás y nos capacita para saber estar en cada situación y en cada momento, actuar 
conforme a los requerimientos sociales, nos ayuda a ser conscientes de los sentimientos 
y emociones de los demás y por lo tanto poder actuar en consecuencia (Ferrándiz, Prieto, 
Bermejo, & Ferrando, 2006). 
 Finalmente el término surge en el año 1995, popularizado mundialmente por 
el investigador y periodista Goleman (1998a), quien en su libro Inteligencia Emocional lo 
define como “la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y las emociones de 
los demás, de motivarnos a nosotros mismos y de controlar nuestras emociones y las de 
los demás”. 
 Sin embargo no fue Goleman la persona que introdujo este término, sino los 
psicólogos americanos Salovey y Mayer (1997). Éstos definieron la inteligencia emocional 
como: 
 “la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la habilidad 
para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad 
para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad para 
regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual”. 
 Desde entonces ha sido mucho lo que se ha escrito e investigado sobre inteligencia 
emocional desde diferentes ángulos, la psicología, la educación, la sociología, en el 
mundo laboral, etc. En el terreno educativo, que es el que nos concierne, no ha tenido sin 
embargo el reflejo necesario en las aulas, siendo este un punto esencial en el que 
continuar trabajando e investigando. 
3.2. La inteligencia emocional 
 
 Tras el éxito del libro de Goleman (1998a) y el gran auge experimentado por el 
concepto de inteligencia emocional han sido muchos los autores que se han dedicado a 
investigar sobre ello. Existen fundamentalmente dos modelos (cuadro 1), el del propio 
Goleman (modelo de personalidad o modelo mixto) y el de Mayer y Salovey (modelo de 
habilidades), que como señalan Fernández-Berrocal y Extremera (2002) no es tan 
Serrano Bravo, Fernando 
8 
 
conocido en España, pero tiene el favor del mundo científico y de las revistas 
especializadas. De hecho, Goleman se basó para elaborar su concepto de inteligencia 
emocional en un artículo de Mayer y Salovey de 1990. 
3.2.1. El modelo de habilidades 
 
 De acuerdo con el modelo de Mayer y Salovey, la inteligencia emocional se define 
como la capacidad de los individuos para captar y comprender los sentimientos de 
manera adecuada y rigurosa, la habilidad para interiorizarlos y entenderlos de forma 
correcta y la facultad para normalizar y transformar el estado de ánimo de uno mismo y el 
de otras personas, es decir, se refiere fundamentalmente a procesos internos de los 
individuos, a cómo éstos captan, analizan y manejan sus propios sentimientos y estados 
de ánimo. Esto conlleva cuatro grandes bloques (Extremera & Fernández-Berrocal, 2002): 
1. Percepción y expresión emocional: es la capacidad para tomar conciencia y 
comprender nuestros propios sentimientos y emociones, siendo capaces de 
registrar interiormente y verbalizar al exterior lo que sentimos. 
2. Facilitación emocional: es la facultad de producir sentimientos y emociones que 
posibiliten la creación del pensamiento. 
3. Comprensión emocional: es la capacidad para implementar lo que sentimos con lo 
que pensamos, siendo a la vez conscientes de la complejidad que supone estos 
cambios emocionales. 
4. Regulación emocional: supone la capacidad de gobernar, administrar y controlar 
nuestras emociones y nuestros sentimientos de forma eficiente, ya sean positivos o 
negativos. 
3.2.2. Modelo de personalidad o modelo mixto 
 
 Por su parte, el modelo de Goleman también llamado el modelo de personalidad o 
modelo mixto, se refiere a la inteligencia emocional como un conjunto de capacidades 
emocionales y aspectos de la personalidad, incluyendo conceptos como empatía, 
asertividad, optimismo, etc. Incluido dentro de los modelos mixtos y uno de los más 
conocidos es el de Bar-On, que consiste en un cuestionario para medir (Oberts & Lizeretti, 
2004): 
Serrano Bravo, Fernando 
9 
 
1. La inteligencia interpersonal: autoconciencia emocional, asertividad, respeto por 
uno mismo, auto-actualización e independencia. 
2. La inteligencia intrapersonal: empatía, relación interpersonal y responsabilidad 
social. 
3. Adaptación: solución de problemas, contrastación de la realidad y flexibilidad. 
4. Manejo del estrés: tolerancia al estrés y control de impulsos. 
5. Estado de ánimo: felicidad y optimismo. 
 
Cuadro 1: Modelos en inteligencia emocional 
MODELOS EN 
INTELIGENCIA 
EMOCIONALMODELO DE 
HABILIDADES (Mayer 
y Salovey) 
Percepción y 
expresión 
emocional 
Facilitación 
emocional 
Comprensión 
emocional 
Regulación 
emocional 
MODELO DE 
PERSONALIDAD O 
MIXTO (Bar-On) 
Inteligencia 
interpersonal 
Inteligencia 
intrapersonal 
Adaptación 
Manejo del 
estrés 
Estado de ánimo 
Serrano Bravo, Fernando 
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3.2.3. Componentes de la inteligencia emocional 
 
 La inteligencia emocional es un concepto muy amplio que abarca diferentes 
ámbitos. Estos ámbitos o contenidos varían en función del autor, pero se pueden 
concretar en los siguientes (Díez de Ulzurrun & Martí, 1998): 
1. La autoconsciencia o conocimiento de uno mismo, que posibilita adquirir agilidad y 
habilidad en observarse y conocerse a sí mismo, reconociendo las emociones y los 
sentimientos según se van desarrollando. 
2. El autocontrol o capacidad para dominar las emociones y los sentimientos, que nos 
permite manejarlos del modo más conveniente para dirigirlos y darles la salida 
correcta en cada situación. 
3. La motivación, que nos proporciona la capacidad de dirigir nuestras emociones y 
sentimientos por el camino correcto hacia la consecución de un fin, al ser capaces 
de esperar para el premio o recompensa final controlando los impulsos. 
4. La empatía o capacidad de ponerse en la situación del otro, para entender su punto 
de vista, lo que nos hace sensibles hacia los problemas de los demás 
5. Las habilidades sociales, que nos permiten relacionarlos con los demás de manera 
efectiva y positiva, al ser capaces de entender el por qué de sus actuaciones y 
adquirir la capacidad de influenciar en ellos a través de nuestra conducta y 
comportamiento. 
 Estos cinco bloques utilizados por Díez y Martí (1998) no son más que la 
agrupación en cinco contenidos de los aspectos fundamentales que deben ser trabajados 
para mejorar la inteligencia emocional. Aspectos que según Güell y Muñoz (1999) son los 
siguientes: 
 Mejora de la autoestima. 
 Mejora en el conocimiento de uno mismo. 
 Mejora de la empatía. 
 Adquisición de herramientas para mejorar la comunicación. 
 Mejora en el control emocional. 
 Manejo adecuado del estrés. 
 Mejora de las relaciones interpersonales. 
Serrano Bravo, Fernando 
11 
 
 Aumento de la asertividad. 
 Capacidad para tomar decisiones. 
 Capacidad para resolver problemas y conflictos sociales. 
 Conocimiento de la capacidad creativa de uno mismo. 
 Aprendizaje para la gestión del cambio. 
 Aprender a expresarse emocionalmente. 
 Es dentro del último bloque, habilidades sociales, dónde se incluye la educación 
para resolver conflictos, lo que da una idea de la importancia que tienen las relaciones 
interpersonales y el papel que juegan en el proceso educativo. El programa propuesto en 
el punto cinco plantea una serie de actividades en las que se trabajan estos cinco 
contenidos cuyo fin es la consecución de una serie de objetivos relacionados con la 
resolución de conflictos. 
3.3. Educación emocional en el aula 
 
 Desde la aparición del concepto de inteligencia emocional en la década de los 90 
del siglo pasado, hay unanimidad en todos los autores en valorar los beneficios que las 
personas emocionalmente inteligentes tienen en todos los ámbitos de su vida, sin 
embargo no existían investigaciones que avalaran esta afirmación. 
 Distintos autores como Goleman (1998b), Bar-On (1997) y Shapiro (1997) entre 
otros, se limitaban a elaborar sus hipótesis pero no llegaban a contrastarlas 
empíricamente, y por lo tanto no podían explicar el grado de importancia que la 
inteligencia emocional tenía en el éxito de las personas en comparación con las otras 
facetas del individuo que también influyen, tales como la personalidad o el coeficiente 
intelectual. 
 No fue hasta finales del siglo XX y principios del XXI cuando se comenzó a llevar a 
cabo las primeras investigaciones para determinar la importancia real de la inteligencia 
emocional en los individuos. 
 Estos primeros trabajos se limitaron a la elaboración teórica de los diferentes 
modelos y al desarrollo de mecanismos de medición (Salovey, Woolery, & Mayer, 2001). 
Sentadas las bases teóricas y elaboradas las herramientas que permiten evaluar se hacía 
necesario pasar a la investigación. 
Serrano Bravo, Fernando 
12 
 
 Las investigaciones que se llevaron a cabo se realizaron con estudiantes 
universitarios fundamentalmente. 
 Estos resultados demuestran que los alumnos con mayor inteligencia emocional 
presentan menos sintomatología de carácter físico, menos depresión, menos estrés, 
menos ansiedad, más capacidad para relacionarse socialmente, más empatía, mayor 
autoestima y presentan mayores aptitudes para enfrentarse a los problemas y 
solucionarlos (Salovey, Stroud, Woolery, & Epel, 2002, Ciarrochi, Deane, & Anderson, 
2002 y Ciarrochi, Chan, & Caputi, 2000). 
 Respecto a las relaciones interpersonales, las investigaciones han demostrado que 
los alumnos más inteligentes emocionalmente tienen mayor número de relaciones y éstas 
son de mayor calidad (Mayer, Caruso, & Salovey, 1999, Schutte N. S., y otros, 2001 y 
Ciarrochi, Chan, & Bajgar, 2001) lo que les permite conocer y manejar tanto sus 
emociones como las emociones de los demás, obteniendo mutuos beneficios. Por lo que 
se refiere a los alumnos de primaria, se ha demostrado que aquéllos con mayor 
inteligencia emocional son considerados menos agresivos por sus maestros y 
compañeros y tienen más facilidad para relacionarse con los demás (Rubin, 1999). 
 En el terreno del rendimiento escolar también parece bastante claro su relación 
con la inteligencia emocional (Schutte N. , y otros, 1998), no obstante existen algunas 
investigaciones que no han llegado a esta conclusión (Newsome, Day, & Catano, 2000), 
al parecer por problemas metodológicos en relación con la muestra seleccionada, ya que 
se trataba de estudiantes en proceso de transición escolar, es decir, estudiantes que van 
a pasar de una situación a otra, por ejemplo un cambio de ciclo o estudiantes a tiempo 
parcial (Parker, Summerfeldt, Hogan, & Majeski, 2004). Otros estudios avalan la teoría de 
que a mayor inteligencia emocional mayor rendimiento académico (Extremera & 
Fernández-Berrocal, 2001). 
 En consonancia con todo lo anterior, las investigaciones han demostrado que los 
alumnos con baja inteligencia emocional son más propensos a manifestar conductas 
disruptivas, puesto que manifiestan mayor impulsividad y presentan menos habilidades 
sociales, por lo tanto son más agresivos en el aula (Rubin, 1999). Estos alumnos también 
tienen mayor porcentaje de absentismo escolar (Petrides, Frederickson, & Furnham, 
2004). En cuanto al consumo de alcohol y tabaco, los alumnos con menos inteligencia 
emocional presentan mayor consumo y un porcentaje más elevado de posibilidades de 
consumirlo (Extremera & Fernández-Berrocal, 2002). 
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13 
 
 Como ponen de manifiesto todos estos resultados, para poder desenvolvernos con 
éxito en la sociedad actual no es suficiente con un elevado cociente intelectual, es 
necesario tener otras habilidades que también se pueden aprender en la escuela. El 
objetivo de integrar la inteligencia emocional en el currículo escolar es conseguir que los 
alumnos sean personas emocionalmente inteligentes. Las características de una persona 
emocionalmente inteligente serían (Ibarrola, 2004): 
1. Actitud positiva: resalta los puntos positivos sobre los negativos; da más 
importancia a los aciertos que a los fallos, tienen más valor las aptitudes positivas 
que las carencias, es más importante el trabajo realizado que el resultado 
obtenido. 
2. Es capaz de reconocer sus propias emociones y sentimientos. 
3. Puede verbalizar sus emociones y sentimientos. Tanto los considerados positivos 
como los considerados negativos necesitan ser encauzados y dirigidos de alguna 
forma para poder expresarlos. La persona emocionalmente inteligentereconoce el 
medio más adecuado y el momento propicio. 
4. Sabe manejar sus sentimientos y emociones: es capaz de lograr el equilibrio entre 
la exteriorización de las emociones y el dominio de las mismas. Sabe ser paciente 
y puede aceptar la frustración, siendo capaz de retrasar las recompensas. 
5. Es empática: puede ponerse sin dificultad en la piel del otro, percibe las emociones 
y sentimientos de los demás aunque no estén expresadas verbalmente sino 
mediante una comunicación no verbal. 
6. Tiene la capacidad de adoptar las decisiones correctas: la forma en que se lleva a 
cabo la toma de decisiones conjuga aspectos tanto emocionales como racionales. 
Los aspectos emocionales dificultan en muchas ocasiones el poder tomar la 
decisión idónea. Es fundamental ser consciente de los aspectos emocionales 
presentes en cada toma de decisiones, para que éstas sean las adecuadas. 
7. Está motivada, ilusionada y tiene interés por todo aquello que hace: todo lo 
contrario a la apatía, a la indiferencia, al tedio y a la desidia. Se motiva e ilusiona 
cuando tiene delante un buen proyecto y es capaz de interesarse y preocuparse 
por todo aquello que le rodea. 
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8. Adecuado nivel de autoestima: sentimientos positivos hacia sí misma y seguridad 
en su capacidad para afrontar los nuevos desafíos que le proponga el destino. 
9. Sabe dar y recibir. 
10. Presenta unos valores positivos que dan sentido a su vida. 
11. Puede afrontar con seguridad y es capaz de vencer a las adversidades y 
frustraciones con que se encuentre en su camino aunque hayan sido negativas. 
12. Tiene la capacidad de complementar polos opuestos: lo cognitivo y lo emocional, 
la soledad y la compañía, la tolerancia y la exigencia, los derechos y los deberes. 
 Si el maestro es capaz de desarrollar en sus alumnos inteligencia emocional e 
inteligencia cognitiva mediante la integración de ambos contenidos en el currículo escolar, 
habrá sentado las bases para cumplir el objetivo primordial de la educación, que no es 
otro que preparar a los alumnos para enfrentarse con éxito a los retos que el futuro les 
depara a nivel personal, laboral y social (cuadro 2). 
 
Cuadro 2: La formación integral como base para el bienestar social, personal y profesional 
de los individuos 
SOCIAL PERSONAL 
BIENESTAR 
FORMACIÓN INTEGRAL 
EDUCACIÓN EMOCIONAL 
AUTOCONCIENCIA 
AUTOCONTROL 
MOTIVACIÓN 
EMPATÍA 
HABILIDADES SOCIALES 
EDUCACIÓN INTELECTUAL 
LENGUA 
MATEMÁTICAS 
GEOGRAFÍA 
HISTORIA 
CIENCIAS 
PROFESIONAL 
Serrano Bravo, Fernando 
15 
 
3.4. La conflictividad escolar 
 
 Los colegios, presentes en nuestra sociedad y en nuestras vidas, constituyen un 
medio esencial en el que se llevan a cabo interrelaciones entre las personas que lo 
integran, alumnos, profesores, personal no docente y padres fundamentalmente, y por lo 
tanto se convierte en un continuo foco de conflictos. 
 Sin embargo el conflicto no se va a poder evitar, por lo tanto y mientras se 
mantenga en unos determinados parámetros, esto no debe entenderse como algo 
negativo, muy al contrario, se nos presenta como una oportunidad que no podemos dejar 
escapar. Los maestros deben enseñar a sus alumnos la forma de resolver de manera 
adecuada los conflictos, de lo contrario puede tener consecuencias negativas 
 La convivencia en la escuela es fruto de las relaciones interpersonales que en ella 
se dan entre todos los grupos que intervienen en el proceso de enseñanza/aprendizaje, 
internos y externos, y para que estas relaciones se desarrollen en armonía es 
indispensable una convivencia pacífica de todos ellos. 
3.4.1. El conflicto 
 
 Existe una tendencia generalizada a considerar el conflicto como algo a evitar a 
toda costa, sin embargo desde el origen mismo del hombre es algo inherente a su propia 
condición, allá donde dos o más personas se relacionen hay un foco de conflicto. 
 El conflicto está presente en todos los ámbitos de nuestra vida, por lo que debemos 
aprender a convivir con él, y evitar que sus consecuencias se conviertan en algo negativo 
para las personas, y en esto la escuela tiene mucho trabajo por hacer. 
 El conflicto es algo innato a la naturaleza humana y ha sido un instrumento 
fundamental a lo largo de la historia para que los pueblos y los individuos que lo integran 
puedan crecer y desarrollarse. El conflicto es una herramienta indispensable que permite 
el desarrollo de las sociedades, por lo tanto lo importante no es evitarlos, sino ser capaz 
de descubrirlos, tener el valor de enfrentarse a ellos y la capacidad de resolverlos, todo 
ello de forma pacífica y desde el control y manejo de las emociones y sentimientos 
(Tuvilla, 2004). 
 Podemos encontrar multitud de definiciones del conflicto, pero todas tienen dos 
elementos comunes como son la incompatibilidad de intereses y la oportunidad para el 
aprendizaje. Entre ellas la de Torrego (2000), que define conflicto como aquella situación 
Serrano Bravo, Fernando 
16 
 
en la que dos o más individuos discrepan o se enfrentan porque sus metas, intereses, 
posturas, necesidades, deseos o valores son opuestos, diferentes, contrarios o 
incompatibles. Además añade como elementos que intervienen en el conflicto los 
sentimientos y las emociones, y donde la relación entre las personas que entran en 
conflicto puede terminar fortalecida o debilitada según se desarrolle el proceso para 
resolverlo. Por otro lado Jares (1991) se refiere al conflicto como aquella circunstancia en 
la que los individuos o los grupos en que se integran tienen fines contrarios, valores 
opuestos o intereses antagónicos. 
 Por su parte Alzate (1998) se refiere al conflicto como una discrepancia en los 
intereses de las partes interesadas, existiendo incompatibilidad entre ellas en lo que se 
refiere a los objetivos y a los medios para alcanzar estos objetivos. 
 Al hablar de conflicto nos estamos refiriendo a una gran variedad de situaciones en 
las que los intereses de las partes que intervienen entran en oposición, pudiendo provocar 
respuestas que abarcan un amplio abanico de conductas. En el ámbito escolar estas 
conductas incluyen desde comportamientos indisciplinados en el aula o pequeñas 
discusiones entre los alumnos hasta conductas agresivas y violentas, pasando por el 
bulling. 
3.4.2. Causas que originan el conflicto en el aula 
 
 Como ya se ha expuesto más arriba, no todos los conflictos que se producen en la 
sociedad en general y en las instituciones educativas en particular acaban 
necesariamente mal. Sin embargo en muchas ocasiones, por una mala gestión de los 
mismos y/o por las personas implicadas en ellos pueden derivar en agresividad y 
violencia. 
 Cada día es más habitual escuchar hablar de sucesos agresivos e incluso violentos 
en nuestros centros escolares. Esto no viene sino a reflejar lo que está sucediendo en 
nuestra sociedad. El comportamiento que manifiestan nuestros escolares es 
consecuencia de lo que viven en su entorno, por lo tanto, el origen de la conflictividad hay 
que buscarlo en lo que nos rodea, en lo más cercano. 
 En relación a la agresividad escolar algunos autores como Fernández (1999), 
señalan por un lado la existencia de factores exógenos o externos al niño como pueden 
ser el escenario social en el que se desenvuelve, las singularidades de su ambiente 
familiar y los medios de comunicación y por otro de factores endógenos o internos al 
Serrano Bravo, Fernando 
17 
 
niño, como el ambiente de la escuela, las relaciones sociales que allí se generan y las 
características particulares de la personalidad de los alumnos. 
 Por su parte Martínez-Otero (2005) distingue los siguientes factores (cuadro 3): 
 Sociales/Ambientales: como las disparidades sociales, con la pobreza de algunos 
grupos en contraposición a la opulencia de otros; los medios de comunicación, con 
influencia en ocasiones negativa en nuestros jóvenes; la entradade una cultura de 
violencia en los colegios, reflejo de la sociedad; la facilidad para adquirir y consumir 
sustancias adictivas y la creciente tecnificación de la sociedad. 
 Relacionales o relaciones interpersonales en el ámbito escolar: las causas que 
motivan los conflictos vienen derivadas de la organización de las instituciones 
educativas, caracterizadas por la gran jerarquización que existe, lo que conlleva 
problemas de adaptación; el gran nivel de vigilancia sobre los alumnos; los 
métodos poco didácticos que en ocasiones se utilizan como los castigos; la escasa 
preocupación por los individuos y la gran preocupación por el rendimiento escolar; 
la multiculturalidad, con una cultura considerada superior y por encima de las 
demás; el excesivo número de niños por aula, que dificulta la educación 
personalizada, etc. En este sentido Melero (1993) considera que las dos fuentes 
principales de conflictividad y violencia en las aulas son el autoritarismo que existe 
en la propia organización escolar y la paulatina pérdida que en los últimos tiempos 
ha sufrido el poder del maestro. 
 Familiares: como la descomposición de la familia tradicional, lo que provoca en 
muchas ocasiones desatención en los hijos al estar demasiado tiempo solos; la 
violencia familiar, que conlleva que el niño copie esta conducta; la excesiva 
tolerancia de los padres hacia determinados comportamientos; así como la 
indulgencia; los problemas económicos, etc. 
 Personales, como la incompetencia para responsabilizarse de las propias acciones, 
la excesiva impulsividad y vehemencia, la incapacidad para ponerse en el lugar del 
otro, la baja autoestima, la escasez de relaciones interpersonales y en muchas 
ocasiones superfluas, la propia legitimación de la violencia, etc. 
 Queda patente cómo las conductas disruptivas que han aparecido en los últimos 
tiempos en nuestras escuelas tienen su origen en una gran variedad de causas. La 
conjunción de todas estas causas ha provocado profundas transformaciones en nuestro 
Serrano Bravo, Fernando 
18 
 
sistema escolar, por lo que se puede afirmar que el factor fundamental que genera la 
conflictividad en los centros escolares es el enorme cambio que se produce 
constantemente en nuestra sociedad, y la dificultad que los jóvenes presentan para 
adaptarse con la rapidez necesaria a estos cambios (Martínez Otero, 2001). La familia, la 
comunidad y la sociedad en general se mueven muy rápidamente y la escuela no está 
siendo capaz de trasladar a nuestros jóvenes las habilidades necesarias para enfrentarse 
a las nuevas situaciones. Avanzamos hacia un mundo más impersonal en el que 
predomina lo material, lo artificial y lo superficial y esto pone de manifiesto la necesidad 
de una educación en valores, una educación para la convivencia, una educación que 
permita a los futuros adultos mejorar el mundo en el que vivimos. 
3.4.3. Tipos de conductas conflictivas en las escuelas 
 
 Expuestos los motivos que explican los distintos conflictos que se producen en los 
centros escolares es necesario concretar cómo se manifiestan estas conductas. Es 
fundamental conceptuar cada hecho para saber en qué escenario nos movemos, ya que 
no es lo mismo hablar de absentismo escolar que de violencia en las aulas. Las 
circunstancias que rodea cada conducta y las consecuencias que generan en el aula y en 
el proceso educativo van a ser muy distintas, por lo que es necesario conocer en cada 
momento el tipo de conflicto al que nos enfrentamos. 
 Fernández (1999) distingue los siguientes tipos de conflictos en el aula (cuadro 3): 
- Actos disruptivos: comportamientos indisciplinados que se producen en el aula por 
parte de los alumnos y que provocan continuas interrupciones, tales como juegos, 
risas, murmullos, etc. provocando falta de continuidad en el proceso educativo y 
continuos desórdenes en la clase. Estas conductas suelen estar provocadas por la 
falta de motivación de los alumnos, así como por la total ausencia de concordancia 
entre los intereses de la escuela y los intereses de los alumnos que las provocan. 
Probablemente como señala Fernández (1999), es el tipo de conducta que menos 
importancia se le da, al no llevar aparejados actos violentos, pero que tiene una 
mayor repercusión en el proceso de enseñanza/aprendizaje, pudiendo llegar a ser 
una continua fuente de conflictos de mayor intensidad. 
- Violencia: este tipo de conducta ocurre cuando se produce una lesión o un daño a 
alguien o a algo. La violencia puede ser: 
Serrano Bravo, Fernando 
19 
 
 Física: cuando el daño se inflige a otra persona, profesor o alumno, como 
una pelea o cualquier otro tipo de agresión en la que se produce un daño 
físico, aunque éste sea imperceptible. 
 Verbal: no se produce daño físico, sino amenazas, intimidaciones, mofas, 
insultos, etc. y siempre a través de la palabra. 
 Psicológica: este tipo de agresión pasa más inadvertida y se refiere a los 
“chantajes psicológicos” que se pueden provocar a otros alumnos, a los 
profesores o también puede darse de profesor a alumno. El objetivo siempre 
es atemorizar a la víctima. 
 Dentro de la violencia Fernández (1999) distingue lo que ella denomina 
violencia indirecta. Este tipo de agresividad no se dirige hacia las personas, sino 
hacia el mobiliario, bienes, enseres, instrumentos escolares, etc. En este caso 
hablamos de vandalismo. 
 Especial atención merece el bullying, término inglés que se puede traducir 
como maltrato entre iguales. Se define como el comportamiento negativo y 
premeditado que un alumno o grupo de alumnos realizan sobre otro, 
manifestándose en una persecución física y/o psicológica (Olweus, 1998). Como 
señala Avilés (2003), para que exista bullying es necesario que: 
 Entre los alumnos enfrentados uno sea la víctima y el otro el maltratador. 
 Exista una total descompensación de fuerzas entre el maltratador y la 
víctima, tanto a nivel físico como social y psicológico. 
 La conducta agresiva se reitere en el tiempo, debe repetirse durante un 
periodo largo y de forma continuada. 
 
 Avilés (2003) clasifica este maltrato en físico, verbal, psicológico y social y 
manifiesta que las consecuencias pueden ser muy negativas, pudiendo llegar 
incluso al suicidio de la persona que lo sufre. 
 Por su parte Collell y Escudé (2004) señalan que estas agresiones puede 
ser directas, como pegar o empujar o indirectas, como criticar o difundir rumores 
falsos. 
Serrano Bravo, Fernando 
20 
 
- Robos: este tipo de conflicto también es bastante habitual en las escuelas. Puede 
darse entre compañeros o pueden sustraerse pequeños enseres o instrumentos de 
los laboratorios y talleres. 
- Absentismo: es la ausencia de las clases por parte de los alumnos sin causa 
justificada, comportamiento al que no se le ha prestado el suficiente interés por 
parte de los padres y que provoca una discontinuidad en el proceso de 
enseñanza/aprendizaje bastante perjudicial para los niños. 
 Una de las mejores armas para evitar en nuestros alumnos este tipo de 
comportamientos es introducir la educación emocional en el currículo escolar desde las 
primeras etapas educativas. La educación en valores, la educación para la paz, la 
educación para la convivencia son términos que deben estar presentes en el día a día de 
las instituciones educativas. 
3.4.4. Resolución de conflictos y educación emocional 
 Para que el proceso de enseñanza/aprendizaje se desarrolle de manera efectiva es 
necesaria una convivencia pacífica en el aula. Sin embargo como ya se ha puesto de 
manifiesto, la escuela, al igual que en cualquier otra institución u organización, por el 
hecho de desarrollarse en ella relaciones interpersonales entre los miembros que las 
componen, es una fuente de conflictos. 
 Los conflictos son inevitables, no podemos eliminarlos, lo que sí debemos es 
reconducirlos y canalizarlos hacia una resolución pacífica y amistosa, intentandoevitar la 
generación de agresividad y violencia. Deben suponer una oportunidad para que nuestros 
alumnos crezcan y se desarrollen como personas. 
 En las relaciones sociales, el mundo de las emociones y los sentimientos juegan un 
papel fundamental, de tal manera que nuestra forma de actuar va a venir determinada por 
lo emocional. La alegría, la tristeza, el miedo, la ira, etc. van a condicionar la forma en que 
nos relacionamos con los demás 
 Cuando en las relaciones sociales surge el conflicto, se ponen en funcionamiento 
nuestros mecanismos internos de regulación emocional, y por lo tanto el papel de las 
emociones y de los sentimientos adquiere protagonismo. De aquí surge la necesidad de 
una educación emocional que permita concluir de forma positiva cualquier conflicto que 
Serrano Bravo, Fernando 
21 
 
surja ya no sólo en el aula durante la infancia y adolescencia, sino a lo largo de toda la 
vida. 
3.4.4.1. La respuesta a los conflictos 
 Ante una situación conflictiva cada persona puede reaccionar de manera diferente. 
Acosta (2002) recoge las respuestas que ante un conflicto manifiestan los individuos. 
Estas pueden ser (cuadro 3): 
1. Pasividad: es el intento de evitar el conflicto, por lo que olvidamos nuestros 
objetivos a favor de los objetivos de los demás. Al no hacer frente al conflicto no 
surgirán comportamientos violentos, pero nuestros sentimientos sí se resentirán: el 
miedo, la ansiedad y la pena ganarán fuerza y nuestra autoestima se puede 
resentir. Si estas situaciones son reiteradas el sentimiento puede ser de víctima y 
surgir el maltrato. 
2. Agresividad: consideramos nuestros objetivos por encima de todo y han de 
prevalecer sobre los objetivos de los demás. No vamos a cambiarlos y si no los 
conseguimos es considerado una humillación. Puede surgir la violencia y los 
sentimientos que se experimentan son el enojo, la cólera, la indignación, el odio, la 
venganza y el resentimiento. 
3. La negociación: nos hacemos conscientes de que los demás pueden tener 
intereses tan lícitos como los nuestros y nos esforzamos por llegar a un 
compromiso común, ajustando nuestros objetivos a los de la otra persona y 
viceversa. Esta respuesta es más complicada que las anteriores ya que requiere 
más habilidades sociales, pero nuestros sentimientos saldrán reforzados. Requiere 
empatía, capacidad de negociación e imaginación y se mejora la autoestima. 
4. La cooperación: supone un paso más que la negociación. Ya no están mis 
intereses y los de los de la otra parte, sino que están los intereses de todos. 
Asimismo los objetivos de los demás son los nuestros. A nivel sentimental es lo 
que más se acerca a la felicidad, puesto que la colaboración y coordinación de 
todos anima y fortalece a cada una de las partes. 
 Por lo tanto el objetivo final es conseguir que los alumnos respondan a los 
conflictos con la cooperación, no sólo es lo que más les va a reconfortar a nivel personal, 
si no que va a generar un clima escolar y social que redundará en beneficio de todos, y 
Serrano Bravo, Fernando 
22 
 
para conseguir este fin es necesario desarrollar determinados contenidos, que no son 
otros que los de la inteligencia emocional. 
 
Cuadro 3: La conflictividad escolar: causas, tipos de conductas y respuestas. 
3.4.4.2. El conflicto y las emociones 
 En todo tipo de relaciones interpersonales y por supuesto en las conflictivas reviven 
las emociones y los sentimientos, y éstos van a depender de cómo interpretemos cada 
situación. 
 Existe una conexión muy estrecha entre conflicto y emoción, los conflictos nos 
provocan emociones que incluso pueden impedir que éste se resuelva de forma amistosa 
y por el contrario, las emociones que nos provocan las conductas de los demás pueden 
acabar en conflictos. Bizquerra (2010) indica que lo importante es saber reaccionar 
cuando percibimos en la otra persona emociones concretas que identificamos como el 
origen de un posible conflicto. A esta reacción se le denomina regulación emocional o 
CAUSAS 
•Sociales/ambientales 
•Relacionales 
•Familiares 
•Personales 
TIPOS DE 
CONDUCTA 
•Actos Disruptivos 
•Violencia 
•Robos 
•Absentismo 
RESPUESTA 
•Pasividad 
•Agresividad 
•Negociación 
•Cooperación 
 
LA 
CONFLICTIVIDAD 
ESCOLAR 
Serrano Bravo, Fernando 
23 
 
gestión de las emociones, y el fin es saber dirigir en la dirección correcta tanto nuestras 
emociones como las de la otra parte implicada, saber encontrar el equilibrio entre la razón 
y la emoción. 
 Nuestro cerebro regula las emociones y cuando éstas surgen, también se producen 
cambios físicos de mayor o menor intensidad, los músculos se tensionan, el corazón 
palpita con más fuerza, podemos sudar más, etc. A su vez nuestro comportamiento 
también reacciona y en función de la situación podemos huir, escapar, atacar, evitar, etc. 
Por eso en situaciones conflictivas, cada individuo reacciona en función de todos estos 
componentes. Aquéllos que tengan poca capacidad de control tenderán a respuestas más 
agresivas que aquéllos que sean capaces de controlar sus sentimientos y emociones. 
 También es importante la interpretación que cada una de las partes que intervienen 
en el conflicto haga de la situación conflictiva, si en dicha situación entendemos que la 
otra parte está intentando ofendernos y humillarnos, nuestra respuesta será de ira; si el 
comportamiento de la otra parte en conflicto nos ocasiona miedo, nuestra respuesta será 
evitar el enfrentamiento. Por lo tanto la resolución a los conflictos y la regulación de las 
emociones y sentimientos son dos aspectos que van necesariamente unidos (Acosta, 
2002). 
 Según Francés (2010), en el proceso de producción de las emociones interactúan 
el pensamiento, el sentimiento y la actuación, lo correcto es equilibrar en la respuesta lo 
emocional y lo racional, sin embargo si se produce un malestar emocional y por lo tanto 
una distorsión a la hora de valorar los hechos y sus consecuencias, puede aparecer el 
conflicto. Si es así, como dice Francés (2010) no debemos rehuirlos, sino afrontarlos para 
sacar el máximo provecho. Las emociones afectan a nuestra forma de pensar y a nuestro 
comportamiento por eso es fundamental conocerlas, comprenderlas, aceptarlas y si es 
necesario cambiarlas para que podamos dirigir y solucionar el conflicto de la forma 
adecuada. 
 Bizquerra (2010) propone una serie de estrategias para la gestión de los conflictos 
que se basan en el nexo de unión entre conflicto y emoción. Éstas son: 
 La fuerza del silencio: sólo hablar cuando lo que tengamos que decir es más 
valioso que nuestro silencio. 
 La empatía: ponerse en el lugar de los demás. 
Serrano Bravo, Fernando 
24 
 
 La asertividad: supone ser capaz de defender nuestras ideas y nuestros derechos 
de una forma pacífica pero enérgica, sin ser agresivos y afrontando los conflictos 
de una forma controlada. 
 Saber decir la palabra adecuada en cada momento. 
 Ser capaz de perdonar, lo que nos hará sentirnos mejor. 
 Control de la violencia verbal, para poder controlar el conflicto. 
 Ser capaz de reconocer la emoción predominante en la otra persona, puesto que 
esto es una fuente básica de información para la gestión del conflicto. 
 Conocer información sobre aquellas situaciones que nos provocan miedo, ira, 
angustia, etc. nos ayuda a afrontar mejor estas emociones. 
 Buscar equilibrio entre la razón y la emoción: ser capaz de razonar correctamente 
ante una situación determinada. 
 Saber estar en cada situación ocupando el lugar que corresponda. 
 Conocer qué función tiene cada emoción para reconocer el modo de actuar 
adecuado cuando sentimos cada una de ellas. 
 Reconocer, admitir y respetar las emociones de los demás como primer paso para 
poder controlar un conflicto. 
 Saber cuánto queremos implicarnos en una reacción de grupo, dónde las 
emociones tienden a ser más intensas. 
 Ser optimista, loque ayudará a cambiar un clima negativo o desagradable. 
 Poner limitaciones a las emociones de los demás: no vale todo, tenemos que saber 
encontrar en un conflicto hasta dónde podemos llegar nosotros pero también hasta 
dónde pueden llegar los demás. 
 Comprender los impulsos o reacciones que produce nuestro cerebro ante una 
situación concreta, lo que nos ayudará a una mejor gestión de nuestras emociones. 
 Descubrir cuándo se produce chantaje emocional para no sentirnos influidos por él. 
Serrano Bravo, Fernando 
25 
 
 La escucha activa: prestar atención, no interrumpir, estar en sintonía, no enjuiciar, 
etc. son elementos importantes para ganar la confianza del otro. 
 Saber respetar los ritmos, dejar que cada cosa se desarrolle en el momento 
adecuado, no adelantarse ni demorarse, reconocer la ocasión adecuada para 
realizar las cosas, etc. 
 Coherencia y sinceridad como base de la propia conducta, lo que mejorará la 
credibilidad en nuestras relaciones. 
 No emitir juicios de valor ni morales en las situaciones de gran emocionalidad. 
 Reconocer la comunicación no verbal en los demás, lo que nos dará información 
muy útil sobre sus emociones. 
 Así pues, para que nuestra sociedad sea capaz de resolver de forma amistosa y 
pacífica los conflictos es necesario trabajar el mundo de los sentimientos y las emociones, 
o lo que Vaello (2006) denomina “el uso de la Educación Socio-Emocional para 
resolver/evitar conflictos y aprovechar los conflictos para educar socio-emocionalmente” y 
para ello nada mejor que incorporar estos contenidos en el quehacer diario de las 
escuelas. 
4. LOS PROGRAMAS DE ENSEÑANZA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL 
 
 Establecido el marco teórico de la inteligencia emocional y de la resolución de 
conflictos y antes de desarrollar el programa concreto de actuación, es necesario definir lo 
que es un programa, las fases de las que consta y los tipos de programas. 
4.1. Definición 
 Un programa (Rodríguez, Álvarez, Bisquerra, & Marín, 1993) es una serie de 
actuaciones perfectamente programadas y proyectadas, que se llevan a cabo según un 
orden previamente establecido con el fin de alcanzar unos objetivos educativos 
considerados necesarios en el currículo escolar, y en las que participan alumnos, padres y 
maestros de un colegio determinado. 
Serrano Bravo, Fernando 
26 
 
4.2. Fases de los programas de actuación 
 Un programa de actuación consta de 5 fases (Álvarez, Bisquerra, Filella, Fita, 
Martínez, & Pérez, 2001): 
4.2.1. Análisis del contexto 
 El primer paso a seguir en la elaboración de un programa es la configuración del 
contexto económico, social y cultural en el que se ubica el centro educativo. Determinar si 
se trata de un barrio marginal, de familias acomodadas o bien un colegio de ámbito rural, 
el nivel económico, la tipología de las familias, los servicios sociales y culturales de la 
zona, etc. es fundamental para poder identificar los problemas y necesidades. 
 También es necesario conocer la estructura y organización del colegio para saber 
con qué recursos cuenta, tanto humanos como materiales y el grado de formación e 
implicación de éstos. En este sentido es importante la presencia del departamento de 
orientación si existe, y su colaboración e implicación en el proyecto. 
 Con estos datos podemos ubicarnos y saber con qué contamos a la hora de 
elaborar y ejecutar el proyecto, para que el diseño del mismo sea coherente con la 
realidad del centro. 
4.2.2. Identificación de las necesidades 
 Una vez contextualizado el centro dentro del entorno resulta más fácil reconocer las 
necesidades que debemos atender, priorizándolas y determinando la intervención 
necesaria. Esta fase se puede subdividir en otras tres: 
1. Identificación de las necesidades mediante recogida de información proveniente de 
distintas fuentes como encuestas, entrevistas, cuestionarios, etc. 
2. Análisis de las necesidades a través de los diferentes modelos que existe, entre ellos 
uno de los más utilizados en España es el de Pérez Campanero (1991), que se 
desarrolla a través de tres etapas: identificación de las necesidades, valoración de las 
mismas y decisiones a tomar. 
3. Concreción de la intervención: tras las etapas anteriores se determina las propuestas 
concretas que es necesario desarrollar. 
Serrano Bravo, Fernando 
27 
 
4.2.3. Diseño del programa 
 Una vez conocida toda la información anterior se procede a elaborar el programa 
propiamente dicho, justificando su necesidad y formulando los objetivos, contenidos, 
actividades, recursos, cronograma, destinatarios, la evaluación y los costes. 
 La justificación se refiere a los criterios que fundamentan la necesidad de llevar a 
cabo la actuación en base a toda la información recogida y analizada, y que debe ser 
elaborado con la participación de todo el grupo de docentes que va a participar en el 
programa. 
 Los objetivos, contenidos, actividades, recursos, cronograma, destinatarios, 
evaluación y costes serán desarrollados en el punto 5. 
4.2.4. Ejecución 
 Una vez elaborado el programa se lleva a cabo atendiendo a las diferentes 
modificaciones que requiera su implantación. 
4.2.5. Evaluación 
 Esta fase consiste en la comprobación del grado de cumplimiento de los objetivos 
propuestos. 
4.3. Tipos de programas 
 En educación hay diferentes tipos de programas de actuación. El que atiende al 
desarrollo de las competencias necesarias para desenvolverse satisfactoriamente en las 
distintas situaciones que la vida plantea, atendiendo a la formación integral de la persona 
es, en la terminología de Álvarez et al (2001) el programa de orientación para la 
prevención y el desarrollo. Los otros tipos de programas son: 
 Programas de orientación para el desarrollo de la carrera. 
 Programas de orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje. 
 Programas de atención a la diversidad. 
 Dentro de las diferentes modalidades que nos podemos encontrar en los 
programas de orientación para la prevención y el desarrollo se encuentran los programas 
Serrano Bravo, Fernando 
28 
 
de educación emocional, cuyas principales áreas temáticas han sido ya revisadas en la 
primera parte de este trabajo. 
 El desarrollo de sus contenidos debe ser contemplado desde una perspectiva 
transversal, integrándose en el resto de áreas que conforman la formación escolar, puesto 
que es necesario incidir en la necesidad del desarrollo del mundo de las emociones junto 
con el desarrollo cognitivo para alcanzar la formación integral de los individuos. 
 Uno de los componentes que integran la educación emocional es el de las 
relaciones sociales y la resolución de conflictos, campo que es necesario trabajar desde el 
principio de la etapa escolar ante las evidencias que nos encontramos diariamente: 
estrés, conflictividad en todos los ámbitos de la sociedad, violencia, agresividad, etc. y a 
cuyo desarrollo está orientado el presente programa. 
5. PROGRAMA PARA LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS 
 La siguiente propuesta consiste en un programa de actuación para integrar en el 
currículo escolar el aprendizaje de las habilidades sociales y de resolución de conflictos 
como una parte de la educación emocional, para que los alumnos aprendan a desarrollar 
las estrategias necesarias que les permitan enfrentarse con éxito a las situaciones 
conflictivas que, en cualquier ámbito se encontrarán a lo largo de su vida. Sin embargo 
estos contenidos de la inteligencia emocional no son compartimentos estancos que se 
puedan aislar de los demás, para la consecución de los objetivos propuestos es necesario 
trabajar de forma integrada con los demás contenidos. Es la interconexión de todos ellos 
lo que permite el desarrollo de personas emocionalmente inteligentes en todos los 
aspectos. 
 Al tratarse de un programa que no se ha llevado a la práctica, las partes del mismo 
que se deben completar con el estudio y análisis de una situaciónconcreta tales como el 
contexto del colegio y de las familias, la identificación de las necesidades y la justificación, 
no se han incluido en la presente propuesta, quedando establecidas a nivel teórico en el 
punto 4. 
Serrano Bravo, Fernando 
29 
 
5.1. Diseño del programa 
 Este es el cuerpo del proyecto, en el que vamos a concretar el plan de actuación 
que queremos desarrollar, justificándolo, formulando los objetivos, contenidos, 
actividades, recursos con que contamos, cronograma, receptores, evaluación y costes. 
5.1.1. Objetivos 
 El programa de resolución de conflictos se encuadra en un campo de actuación 
más amplio, concretamente en el desarrollo de la competencia social, cuyo principal fin es 
el incremento y la mejora de las relaciones interpersonales de los alumnos (Monjas, 
1993). En el desarrollo de esta competencia se pueden definir los siguientes objetivos 
generales: 
- Adquisición de un conjunto de conductas y comportamientos que permitan a los 
niños relacionarse e interactuar con las personas de su entorno. 
- Capacidad para iniciar y mantener relaciones positivas y favorables con los demás 
niños y niñas. 
- Capacidad para iniciar, mantener y concluir conversaciones. 
- Capacidad para expresar emociones, sentimientos y opiniones y recibir las de los 
demás. 
- Capacidad para solucionar de forma correcta y constructiva los conflictos 
interpersonales que se produzcan en sus relaciones con los demás. 
 Es este último objetivo el que define el presente proyecto y del que podemos 
extraer los siguientes objetivos específicos: 
- Comprender cuando se produce una situación problemática. 
- Desarrollar sensibilidad para comprender y respetar los problemas, sentimientos y 
necesidades de otras personas. 
- Fomentar la asertividad. 
- Fomentar la empatía. 
- Practicar la comunicación receptiva. 
Serrano Bravo, Fernando 
30 
 
- Desarrollar la capacidad para proponer soluciones positivas y prosociales cuando 
se genere un conflicto. 
- Reconocer y controlar las emociones propias y reconocer las de los demás. 
- Ser capaz de prever las consecuencias de sus actos. 
- Ser consciente de las dificultades que se pueden encontrar a la hora de resolver un 
conflicto. 
5.1.2. Contenidos 
 Si relacionamos las habilidades necesarias para de la resolución de conflictos 
establecidas por Monjas (1993) con las estrategias para la gestión de los mismos 
propuestas por Bizquerra (2010) y mencionado más arriba, podemos establecer los 
siguientes contenidos: 
1. Reconocimiento e identificación del problema. Comprende la necesidad de saber de la 
existencia de un problema desde el mismo momento que surja así como la capacidad 
para describirlo. Además supone la capacidad para delimitar la responsabilidad de 
cada una de las partes y ser conscientes de los motivos que han podido ser la causa 
de inicio del conflicto. 
Este contenido implica: 
a. Empatía para conocer la dimensión que el problema puede tener en la otra 
persona. 
b. Control de la violencia verbal, para poder iniciar su resolución de manera 
positiva. 
c. Capacidad para reconocer las emociones y los sentimientos de la otra parte 
en conflicto. 
d. Capacidad para reconocer nuestras propias emociones y sentimientos 
2. Búsqueda de soluciones. Comprende el aprendizaje necesario para plantear las 
posibles soluciones al conflicto, aportando cuantas más mejor. 
Este contenido conlleva: 
Serrano Bravo, Fernando 
31 
 
a. Escucha activa para buscar soluciones satisfactorias para ambas partes. 
b. Coherencia y sinceridad en la búsqueda de las soluciones adecuadas. 
c. Imparcialidad: para no emitir juicios de valor ni morales que puedan influir en 
la búsqueda de la solución. 
d. Buscar el equilibrio entre razón y emoción para proponer aquellas soluciones 
más satisfactorias para ambos. 
3. Prever las consecuencias. Conlleva la capacidad de ser conscientes del resultado de 
nuestra conducta y de la conducta de los demás en la generación de un conflicto, lo 
que deriva en la necesidad de pensar antes de actuar. 
Supone: 
a. Saber respetar los ritmos para no adelantar ni demorar los acontecimientos. 
b. Descubrir cuando se produce chantaje emocional. 
c. Comprender los impulsos o reacciones de nuestro cerebro ante una 
situación concreta para anticiparnos a las consecuencias. 
d. Conocer información sobre aquellas situaciones que nos provocan miedo, 
ira, angustia, etc. 
e. Conocer qué función tiene cada emoción para anticiparnos y actuar de modo 
adecuado al sentir cada una de ellas. 
f. Saber si queremos implicarnos en una reacción de grupo, dónde las 
emociones tienden a ser más intensas. 
g. Reconocer la comunicación no verbal. 
4. Comunicación positiva. Implica el desarrollo de la asertividad como conducta 
intermedia entre la agresividad y la pasividad, de la empatía para situarnos en el lugar 
del otro y de la comunicación receptiva para comprender correctamente tanto la 
comunicación verbal como la comunicación no verbal, captando perfectamente el 
mensaje de la otra persona. 
 
Serrano Bravo, Fernando 
32 
 
Esto implica: 
a. La fuerza del silencio: hablar sólo cuando lo que vayamos a decir sea más 
valioso que nuestro silencio. 
b. Empatía. 
c. Asertividad. 
d. Saber decir la palabra adecuada en el momento adecuado. 
e. Ser capaz de perdonar. 
f. Escucha activa: aspectos tales como prestar atención, no interrumpir, estar 
en sintonía, no enjuiciar, etc. son fundamentales para llevar a cabo una 
comunicación positiva. 
5. Elección de la solución adecuada, que se decidirá tras sopesar las diferentes 
posibilidades en la resolución del conflicto. Conlleva analizar las posibles alternativas, 
lo positivo y lo negativo de cada una de ellas y las consecuencias que supondrá la 
solución adoptada tanto en uno mismo como en la otra parte en conflicto. 
Implica: 
a. Buscar el equilibrio entre razón y emoción a la hora de elegir la mejor 
solución. 
b. Ocupar el lugar correcto en el desarrollo de la solución elegida. 
c. Poner límites a las emociones de la otra parte: no vale todo, tenemos que 
encontrar en un conflicto hasta dónde podemos llegar nosotros pero también 
hasta dónde pueden llegar los demás 
6. Puesta en práctica de la solución adoptada, planificando su ejecución y siendo 
conscientes de los problemas que pueden aparecer para anticiparse a ellos, y para 
ello es necesario: 
a. Ser optimista. 
b. Saber ocupar el lugar que nos corresponde. 
Serrano Bravo, Fernando 
33 
 
 Esta separación no supone una clasificación en compartimentos estancos, sino que 
existen estrategias que se pueden y se deben utilizar en más de un momento, y no sólo 
en la resolución de conflictos sino en todas las facetas de la vida, como por ejemplo la 
escucha activa o la comunicación no verbal, puesto que son estrategias que nos 
ayudarán a desenvolvernos con mayor éxito en la sociedad. 
5.1.3 Actividades 
 En este programa se ha diseñado una actividad representativa por cada contenido, 
estructurada en los siguientes apartados: 
 Nombre de la actividad. 
 Contenido. 
 Objetivos. 
 Competencias emocionales que integra. 
 Duración. 
 Estructura. 
 Materiales. 
 Metodología. 
 Descripción. 
 Justificación de la actividad. 
 En el anexo I se incorporan además otra actividad por cada contenido, haciendo un 
total de doce actividades. 
 En cualquier caso estas actividades se pueden repetir variando el conflicto 
propuesto inicialmente para cada una de ellas, el nivel de complejidad del mismo y los 
integrantes de los grupos en su caso. 
 
 
 
 
Serrano Bravo, Fernando 
34 
 
5.1.3.1. Contenido 1: Reconocimiento e identificación del problema 
5.1.3.1.1. Actividad 1: Preguntas y respuestas 
Nombre Actividad: Preguntas y Respuestas 
Contenido: Reconocimiento e identificación del problema. 
 
Objetivos 
Competencias 
Emocionales 
Duración Estructura Materiales 
 Reconocer la 
existencia deun 
conflicto. 
 
 Expresar 
verbalmente el 
tipo de conflicto y 
las 
características 
del mismo. 
 
 Reconocer y 
expresar 
verbalmente los 
propios 
sentimientos. 
 
 Reconocer y 
expresar 
verbalmente los 
sentimientos de 
los demás. 
 
 
 Autoconsciencia 
 
 Empatía 
 
 Habilidades 
sociales 
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En esta 
actividad el 
profesor 
pregunta al 
grupo en 
general y los 
niños van 
respondiendo 
por iniciativa 
propia o a 
solicitud del 
maestro, a nivel 
individual 
 
No se requiere 
ningún 
material 
especial, la 
actividad se 
puede 
desarrollar en 
el aula 
Metodología: Se trata de una actividad que se desarrolla a través de preguntas y 
respuestas verbales en un continuo feed-back profesor/alumno, y en la que el profesor va 
dirigiendo a través de sus preguntas hacia aquellas cuestiones en las que desee 
profundizar más, tales como sentimientos, emociones, clases de conflictos, etc. 
 El desarrollo ha de ser dinámico y el profesor debe implicar a todos los chicos, 
especialmente a aquellos que tengan especiales dificultades en sus relaciones, 
procurando que todos puedan expresarse con la máxima libertad. 
 
 
Serrano Bravo, Fernando 
35 
 
Descripción: El primer paso para resolver un conflicto es reconocer la existencia del 
mismo y para ello el profesor debe indagar y preguntar a los niños para que estos puedan 
expresar verbalmente el problema en cuestión, delimitándolo, reconociendo y expresando 
sus sentimientos, reconociendo y expresando los sentimientos de los demás, poniendo en 
evidencia la necesidad de buscar soluciones y reflexionar sobre el origen del problema. 
 Esta actividad se puede plantear con ejemplos reales y siempre que surja un 
problema o bien con ejemplos inventados tanto (Anexo II, ejemplo 1) por el profesor como 
por los niños. 
 Se plantea el problema y el profesor va haciendo preguntas del tipo: 
 ¿Qué ha pasado? 
 ¿Cuál ha sido el motivo que ha causado el conflicto? 
 ¿Por qué lo has hecho? 
 ¿Por qué piensas que la otra persona ha actuado así? 
 ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo crees que se sintió la otra persona? 
 ¿Alguien puede contarnos una situación parecida que haya vivido? 
 ¿Cómo ocurrió? ¿Cómo se resolvió? 
 A través de las preguntas los niños deben ir diferenciando los distintos tipos de 
conflictos que pueden tener con los demás niños, como agresión, rechazo, sustracción de 
pertenencias, etc. así como si el conflicto ha sido iniciado por él o por otros niños. 
 Cuando se plantee una situación concreta para trabajar en el aula el profesor irá 
verbalizando y dirigiendo la actividad hacia una resolución positiva del conflicto, a través 
de preguntas y respuestas, que sirva como modelo a seguir, poniendo de manifiesto el tipo 
de problema, el motivo, los sentimientos y emociones de cada una de las partes y la 
necesidad de llegar a una solución adecuada. 
 
Justificación: El primer paso para resolver un conflicto es saber que éste existe y 
además tener interés en que se resuelva satisfactoriamente para ambas partes. A través 
de esta actividad el alumno debe ir tomando consciencia de los problemas que pueden 
surgir en sus relaciones sociales, así como de la necesidad de que éstos se resuelvan de 
forma positiva, reconociendo y teniendo en cuenta qué sentimientos se producen en 
nosotros y qué sentimientos se pueden producir en las otras personas 
Serrano Bravo, Fernando 
36 
 
5.1.3.2. Contenido 2: Búsqueda de soluciones 
5.1.3.2.1. Actividad 1: Buscando soluciones 
Nombre Actividad: Buscando soluciones 
Contenido: Búsqueda de soluciones 
 
Objetivos 
Competencias 
Emocionales 
Duración Estructura Materiales 
 Analizar un 
conflicto con el 
fin de plantear 
distintas 
soluciones al 
mismo. 
 Generar 
múltiples 
soluciones 
positivas y 
prosociales para 
resolver un 
problema. 
 
 
 
 La motivación 
 
 Las habilidades 
sociales. 
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Se trata de una 
actividad en la 
que el profesor 
pregunta a la 
clase en general 
y los niños van 
respondiendo 
por iniciativa 
propia o a 
solicitud del 
maestro, con 
carácter 
particular. 
 
Se puede 
desarrollar en 
el aula y sólo 
se requiere de 
lápiz y papel 
para anotar las 
diferentes 
soluciones 
propuestas. 
Éstas podrán 
ser evaluadas 
en otra 
actividad 
posterior 
Metodología: Esta actividad se desarrolla a través de preguntas y respuestas verbales 
entre profesor y alumnos, una tormenta de ideas en la que el maestro intenta extraer de 
sus alumnos las máximas aportaciones para resolver un conflicto, lo que conlleva un 
análisis exhaustivo de cada problema que permita explorar todas las variables posibles. 
 El desarrollo ha de ser dinámico y el profesor debe implicar a todos los chicos, 
especialmente a aquellos que tengan especiales dificultades en sus relaciones, 
procurando que todos puedan expresarse con la máxima libertad. 
 
 
Descripción: El profesor plantea un conflicto entre dos niños que puede ser real o 
inventado (Anexo II, ejemplo 2), y a través de sus preguntas deben buscarse las diferentes 
soluciones que se puedan aportar para resolver el problema. Para ello deben darse 
respuesta a las siguientes cuestiones: 
Serrano Bravo, Fernando 
37 
 
 ¿Cómo se puede resolver el conflicto? 
 ¿Hay alguna otra manera de solucionarlo? 
 Si te ocurriera a ti ¿qué harías? 
 ¿Se puede hacer alguna otra cosa? 
 El maestro irá planteando las preguntas orientándolas y dirigiéndolas hacia la 
búsqueda de soluciones al problema planteado. En esta fase da igual si las ideas 
aportadas solucionan el conflicto, lo importante es que surjan alternativas. 
 No se deben emitir juicios de valor a las soluciones propuestas, éstas podrán ser 
evaluadas después por los niños en otra actividad, lo importante es que se presenten 
muchas y variadas alternativas para solucionar el conflicto. 
 Las propuestas de solución se irán anotando en un papel para que en otra actividad 
podamos analizarlas. 
 
 
Justificación: Un paso fundamental para resolver un problema es plantear una solución 
adecuada al mismo, pero soluciones hay muchas, lo importante es elegir aquella que nos 
permita resolver el problema correctamente, para ello el primer paso es concretar las 
diferentes alternativas posibles, y ese es el objetivo de la presente actividad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Serrano Bravo, Fernando 
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5.1.3.3. Contenido 3: Prever las consecuencias 
5.1.3.3.1. Actividad 1: Analizando soluciones 
Nombre Actividad: Analizando soluciones 
Contenido: Prever las consecuencias 
 
Objetivos 
Competencias 
Emocionales 
Duración Estructura Materiales 
 Ser capaz de 
conocer a priori 
la influencia que 
nuestro 
comportamiento 
y el 
comportamiento 
de los demás 
puede tener en la 
generación de un 
conflicto. 
 
 Distinguir entre 
soluciones que 
resuelven un 
problema y 
soluciones que 
no resuelven un 
problema. 
 
 Saber situarse 
en el lugar del 
otro para 
anticipar su 
respuesta. 
En esta actividad se 
trabajan casi todos 
los contenidos de la 
inteligencia 
emocional: 
 Autoconsciencia 
o conocimiento 
de uno mismo. 
 
 Autocontrol o 
capacidad para 
dominar nuestras 
emociones y 
sentimientos. 
 
 Motivación para 
dirigir nuestras 
emociones y 
sentimientos por 
el camino 
correcto. 
 
 Empatía o 
capacidad para 
ponerse en la 
situación del otro. 
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. 
 
En esta 
actividad el 
profesor 
pregunta al 
grupo en 
general y los 
niños van 
respondiendo 
por iniciativa 
propia o a 
solicitud del 
maestro, a nivel 
individual. 
 
 
Se desarrolla 
en el aula y 
sólo es 
necesario lápiz 
y papel. 
 
Metodología: Esta actividad se desarrolla a través de preguntas y respuestas verbales 
entre profesor y alumnos, en las que el profesor intenta extraer de los chicos las máximas 
aportaciones sobre las consecuencias que las distintas

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