Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Serrano Bravo, Fernando Madrid Julio 2012 Firmado por: Fernando Serrano Bravo CATEGORÍA TESAURO: 1.1.3. Estructura y desarrollo del currículo Trabajo fin de grado presentado por: Fernando Serrano Bravo Titulación: Grado en Educación Primaria Línea de investigación: Propuesta de Intervención Directora: Cristina Saugar Lanchas Universidad Internacional de La Rioja Facultad de Educación Inteligencia emocional y resolución de conflictos. Un programa para el tercer ciclo de primaria Serrano Bravo, Fernando INDICE GENERAL 1. RESUMEN .................................................................................................................... 1 2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ........................................................................... 1 2.1. Justificación ............................................................................................................ 1 2.2. Objetivos ................................................................................................................. 5 2.2.1. Objetivo general ............................................................................................... 5 2.2.2. Objetivos específicos ....................................................................................... 5 3. MARCO TEÓRICO ........................................................................................................ 5 3.1. Antecedentes .......................................................................................................... 5 3.2. La inteligencia emocional ....................................................................................... 7 3.2.1. El modelo de habilidades ................................................................................. 8 3.2.2. Modelo de personalidad o modelo mixto .......................................................... 8 3.2.3. Componentes de la inteligencia emocional .................................................... 10 3.3. Educación emocional en el aula ........................................................................... 11 3.4. La conflictividad escolar ........................................................................................ 15 3.4.1. El conflicto ...................................................................................................... 15 3.4.2. Causas que originan el conflicto en el aula .................................................... 16 3.4.3. Tipos de conductas conflictivas en las escuelas ............................................ 18 3.4.4. Resolución de conflictos y educación emocional ........................................... 20 4. LOS PROGRAMAS DE ENSEÑANZA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL ..................... 25 4.1. Definición .............................................................................................................. 25 4.2. Fases de los programas de actuación .................................................................. 26 4.2.1. Análisis del contexto ...................................................................................... 26 4.2.2. Identificación de las necesidades ................................................................... 26 4.2.3. Diseño del programa ...................................................................................... 27 4.2.4. Ejecución........................................................................................................ 27 4.2.5. Evaluación ...................................................................................................... 27 4.3. Tipos de programas .............................................................................................. 27 5. PROGRAMA PARA LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS ......................................... 28 5.1. Diseño del programa ............................................................................................ 29 5.1.1. Objetivos ........................................................................................................ 29 5.1.2. Contenidos ..................................................................................................... 30 Serrano Bravo, Fernando 5.1.3 Actividades ..................................................................................................... 33 5.1.4. Cronograma ................................................................................................... 46 5.1.5. Destinatarios .................................................................................................. 46 5.1.6. Evaluación ...................................................................................................... 46 5.1.7. Costes ............................................................................................................ 47 6. CONCLUSIONES ........................................................................................................ 47 7. LIMITACIONES Y PROSPECTIVA ............................................................................. 49 8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................ 50 9. BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................... 54 10. ANEXO I. ACTIVIDADES ............................................................................................ 55 10.1. Contenido 1 ....................................................................................................... 55 10.2. Contenido 2 ....................................................................................................... 57 10.3. Contenido 3 ....................................................................................................... 59 10.4. Contenido 4 ....................................................................................................... 61 10.5. Contenido 5 ....................................................................................................... 63 10.6. Contenido 6 ....................................................................................................... 65 11. ANEXO II. EJEMPLOS DE CONFLICTOS .................................................................. 67 Serrano Bravo, Fernando 1 1. RESUMEN La inteligencia emocional, de la que tanto se ha hablado en los últimos tiempos, recoge todos aquellos contenidos pertenecientes al mundo de las emociones y de los sentimientos, distintos a los cognoscitivos, que permiten al ser humano desarrollarse como persona e integrarse satisfactoriamente en la sociedad en que vivimos. El éxito en la vida ya no depende exclusivamente de los conocimientos intelectuales. El presente trabajo de fin de grado, en su primera parte, hace una aproximación a la inteligencia emocional, para desembocar en la necesidad de integrar la educación emocional en el currículo escolar, centrándose en una parte de ésta, la resolución de conflictos. En la segunda parte del trabajo se desarrolla un programa para aplicar en el aula, que permita desarrollar las habilidades necesarias para resolver de forma satisfactoria los conflictos en los que se ven envueltos los escolares a los que va dirigido. PALABRAS CLAVE: Inteligencia emocional, educación emocional, habilidades sociales, resolución de conflictos, currículo. 2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 2.1. Justificación El mundo de las emociones y de los sentimientos forma parte del ser humano desde sus orígenes, y constituye junto con el desarrollo cognitivo los dos elementos fundamentales en la formación integral del individuo. Sin embargo la escuela se ha venido ocupando exclusivamente del desarrollo de la inteligencia cognitiva de los alumnos, dejando fuera la perspectiva emocional y el mundo de los sentimientos.Es a partir de la década de los 90, con la publicación de La Inteligencia Emocional de Goleman (1998a), cuando la sociedad empieza a comprender, y así es avalado por las diferentes investigaciones llevadas a cabo, que el éxito no depende exclusivamente de la inteligencia cognitiva, sino que un porcentaje importante del mismo depende del adecuado desarrollo de la inteligencia emocional. Serrano Bravo, Fernando 2 Para tener éxito en la sociedad en la que vivimos ya no es suficiente estar en posesión de títulos académicos y tener un coeficiente intelectual elevado, para poder triunfar en la vida profesional y en la vida personal son necesarias además otro tipo de habilidades. Este otro conjunto de habilidades son las que están integradas en el concepto de inteligencia emocional. Este nuevo concepto ha tenido una gran repercusión en la sociedad debido fundamentalmente a tres factores (Epstein, 1998), recogidos por Extremera y Fernández- Berrocal (2004): 1. El desgaste ocasionado por la excesiva importancia que tradicionalmente se le ha dado al cociente intelectual, como único factor a considerar por las empresas en sus políticas de selección. 2. El desagrado que producen socialmente aquellos individuos considerados inteligentes en el terreno intelectual, pero que no saben relacionarse con sus semejantes por no tener las habilidades emocionales para ello. 3. La pésima orientación que en el terreno de la educación han tenido tradicionalmente las pruebas elaboradas a los estudiantes para medir su cociente intelectual, puesto que no son capaces de predecir si éstos tendrán finalmente éxito en su vida profesional, social y personal. Sin embargo, el mundo de la escuela no ha sabido recoger y canalizar lo que ya estaba proyectado en la sociedad, y los jóvenes de hoy en día padecen una serie de problemas recogidos por Hué (2005, pág. 1), tales como “la anorexia o la bulimia, la violencia de género, la violencia escolar, la multiculturalidad, la drogadicción, los accidentes de tráfico, la falta de interés, así como las dificultades de los estudiantes en ámbitos como la falta de iniciativa, la dificultad para trabajar en equipo y la carencia de un proyecto personal”. Por su parte, Extremera y Fernández-Berrocal (2004), tras repasar las distintas investigaciones llevadas a cabo con jóvenes, agrupan en cuatro bloques los problemas que en el contexto educativo puede provocar una falta de inteligencia emocional: 1. Carencia en el terreno de la felicidad, bienestar y equilibrio personal de nuestros jóvenes. Serrano Bravo, Fernando 3 2. Escasez en el número de relaciones interpersonales y detrimento de la calidad de las mismas. 3. Bajada en el nivel académico. 4. Presencia de comportamientos agresivos y violentos y consumo de alcohol y drogas. Pero no sólo el mundo científico ha puesto de manifiesto la importancia de las emociones en la educación, el informe Delors para la Unesco (1996, pág. 35), señala como pilares de la educación del siglo XXI: Aprender a conocer. Aprender a hacer. Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás. Aprender a ser. Este mismo informe señala que la tarea de la educación es conseguir que todos los individuos puedan desarrollar su propia personalidad, haciendo aflorar sus aptitudes y sus facultades, y poder así elaborar y desplegar su proyecto personal de vida. Pero para que esto pueda llevarse a cabo es necesario implementar en la enseñanza los aspectos éticos, morales y culturales que permitan a nuestros jóvenes adquirir las capacidades necesarias que les permitan vivir en armonía consigo mismo y con los demás. Existe pues unanimidad entre todos los investigadores en manifestar la importancia que el mundo de las emociones y los sentimientos tiene para el éxito social, personal y profesional, y sin embargo la poca dedicación que se le presta en el mundo escolar. Se hace evidente la necesidad de trabajar el correcto desarrollo de la inteligencia emocional en el aula desde las primera etapas para, junto con la inteligencia cognitiva, formar personas que sepan y puedan enfrentarse a la vida adulta con las mejores armas que les permitan el mayor de los éxitos. Es necesario reclamar una formación completa, que integre tanto el desarrollo cognitivo como el desarrollo emocional y de relación interpersonal, puesto que éstos últimos aspectos están directamente relacionados con el rendimiento académico y con el bienestar, tanto de los estudiantes como de sus profesores (Collell & Escudé, 2003). Serrano Bravo, Fernando 4 Como señala Teruel (2000), se trata de compatibilizar los contenidos tradicionales con los contenidos propios de la educación emocional y la enseñanza de los valores socio-afectivos. Uno de estos contenidos integrado en el concepto de inteligencia emocional, es el desarrollo de las habilidades sociales y la resolución de conflictos. Se ha convertido en algo habitual escuchar en las noticias y leer en los periódicos situaciones de violencia escolar, agresividad en las aulas, maltrato a las personas y a las cosas, bullying, etc., poniendo de manifiesto las carencias que hoy en día tienen los jóvenes para relacionarse. Este tipo de situaciones no es más que un reflejo de la sociedad en la que vivimos, por eso es tan importante actuar desde el principio. La sociedad del mañana será un reflejo de los valores que trabajemos con los niños de hoy. Las relaciones interpersonales han sido, son y serán un foco de conflictos en todos los órdenes de la vida, en la familia, en el terreno laboral, en los momentos de ocio y en general en cualquier ámbito en el que el ser humano se desenvuelva; son algo intrínseco a la vida en sociedad. Los conflictos provocados por las relaciones sociales no son inocuos, porque afectan a algo tan personal como los sentimientos, los conflictos con nuestros semejantes nos pueden afectar hasta tal punto que pueden provocar reacciones agresivas sin control (Trianes & García, 2002), de ahí la necesidad de trabajar las relaciones sociales desde los primeros años de la enseñanza, integrando en el currículo tanto el aprendizaje de los conocimientos cognitivos como el aprendizaje de los conocimientos emocionales. La escuela no puede seguir dando la espalda a estas situaciones que son cada vez más comunes, y por lo tanto debe afrontar de lleno esta problemática. Para ello Trianes y García (2002) proponen la llamada educación para la convivencia, que contempla una formación integral de los ámbitos social, emocional y moral, mediante la aplicación de programas que integran estos contenidos y cuya finalidad es la mejora en todos los aspectos de la personalidad de los alumnos, desde el terreno cognitivo hasta las relaciones interpersonales, educación en valores, madurez y en general en todos los elementos integrados en el concepto de inteligencia emocional, incidiendo en ello desde la educación y construcción de la persona. El presente trabajo presenta un proyecto para trabajar la resolución de conflictos a través de la inteligencia emocional en un curso de primaria, con el propósito de ir Serrano Bravo, Fernando 5 capacitando a los alumnos en las habilidades necesarias para saber afrontar con éxito este tipo de situaciones. 2.2. Objetivos 2.2.1. Objetivo general Diseñar un programa para la mejora de resolución de conflictos en el aula de primaria tomando como marco teórico de referencia la educación emocional. 2.2.2. Objetivos específicos Para el desarrollo del presente trabajo se van a seguir los siguientes pasos: Justificar la necesidad de una formación integral en la escuela, que incluya el mundo de los sentimientos y las emociones. El colegio tradicional, cuyo principal objetivo es el desarrollo de la inteligencia cognitiva, debe ser superado para afrontar los nuevos retos que la sociedaddemanda, y para ello debe integrar la inteligencia emocional como parte de su currículo. Elaborar el marco teórico de la inteligencia emocional. Para ello es necesario conocer sus inicios y el desarrollo que ha tenido desde entonces hasta nuestros días, haciendo una revisión de las aportaciones hechas por los diferentes autores e investigadores. Concretar los distintos componentes que integran el concepto de inteligencia emocional. Concretar qué se entiende por conflicto y las causas de su aparición, analizando las diferentes conductas disruptivas que se producen en los centros escolares. Elaborar una propuesta concreta de actuación en el aula, contextualizando dicha propuesta, los objetivos, las actividades, la metodología, el cronograma y la evaluación. 3. MARCO TEÓRICO 3.1. Antecedentes El concepto de inteligencia emocional es relativamente nuevo, surge con fuerza a finales del siglo XX y hace referencia a la aptitud de los individuos para captar, distinguir, Serrano Bravo, Fernando 6 comprender, evaluar y cambiar estados emocionales tanto en uno mismo como en otras personas (Rodriguez, 2009). No obstante y como señala Rodríguez (2009), ya en los inicios del siglo pasado se empezó a gestar el término, y psicólogos como Thorndike acuña el concepto de “inteligencia social”, como “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas” (pág. 2). Para Thorndike (1920), también existen otras dos clases de inteligencia, la abstracta que se define como la capacidad para manejar ideas y la mecánica que se define como la capacidad para comprender y manejar objetos. Otro de los momentos previos a la aparición del concepto de inteligencia emocional tiene lugar en 1987, cuando el psicólogo norteamericano Stemberg señala la presencia de tres clases de inteligencia, la analítica, que permite examinar, contrastar y agrupar acciones o conocimientos, la creativa, que nos prepara para inventar, idear e imaginar proyectos y la práctica, que es necesaria para llevar a cabo, implementar y desarrollar estas ideas o planes (Ibarrola, 2004). Otro de los precursores de la inteligencia emocional es Gardner, quien en su libro “Frames of Mind” (Estructuras de la mente: la teoría de las inteligencias múltiples) (1994), enumera siete tipos de inteligencia, ampliadas posteriormente a ocho. Gardner (1994) define inteligencia como “la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas” (pág. 5). Estas ocho inteligencias son las siguientes: 1. Inteligencia musical. 2. Inteligencia corporal. 3. Inteligencia lingüística. 4. Inteligencia lógico-matemática. 5. Inteligencia espacial. 6. Inteligencia intrapersonal. 7. Inteligencia interpersonal. 8. Inteligencia naturalista. Serrano Bravo, Fernando 7 Son las inteligencias intrapersonal e interpersonal las directamente relacionadas con la inteligencia emocional. La inteligencia intrapersonal nos permite entendernos a nosotros mismos, ser conscientes de nuestras emociones, de nuestros sentimientos, ser capaces de entender por qué actuamos de una manera o de otra y comprender qué sentimos y por qué lo sentimos. La inteligencia interpersonal nos permite comprender a los demás y nos capacita para saber estar en cada situación y en cada momento, actuar conforme a los requerimientos sociales, nos ayuda a ser conscientes de los sentimientos y emociones de los demás y por lo tanto poder actuar en consecuencia (Ferrándiz, Prieto, Bermejo, & Ferrando, 2006). Finalmente el término surge en el año 1995, popularizado mundialmente por el investigador y periodista Goleman (1998a), quien en su libro Inteligencia Emocional lo define como “la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y las emociones de los demás, de motivarnos a nosotros mismos y de controlar nuestras emociones y las de los demás”. Sin embargo no fue Goleman la persona que introdujo este término, sino los psicólogos americanos Salovey y Mayer (1997). Éstos definieron la inteligencia emocional como: “la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual”. Desde entonces ha sido mucho lo que se ha escrito e investigado sobre inteligencia emocional desde diferentes ángulos, la psicología, la educación, la sociología, en el mundo laboral, etc. En el terreno educativo, que es el que nos concierne, no ha tenido sin embargo el reflejo necesario en las aulas, siendo este un punto esencial en el que continuar trabajando e investigando. 3.2. La inteligencia emocional Tras el éxito del libro de Goleman (1998a) y el gran auge experimentado por el concepto de inteligencia emocional han sido muchos los autores que se han dedicado a investigar sobre ello. Existen fundamentalmente dos modelos (cuadro 1), el del propio Goleman (modelo de personalidad o modelo mixto) y el de Mayer y Salovey (modelo de habilidades), que como señalan Fernández-Berrocal y Extremera (2002) no es tan Serrano Bravo, Fernando 8 conocido en España, pero tiene el favor del mundo científico y de las revistas especializadas. De hecho, Goleman se basó para elaborar su concepto de inteligencia emocional en un artículo de Mayer y Salovey de 1990. 3.2.1. El modelo de habilidades De acuerdo con el modelo de Mayer y Salovey, la inteligencia emocional se define como la capacidad de los individuos para captar y comprender los sentimientos de manera adecuada y rigurosa, la habilidad para interiorizarlos y entenderlos de forma correcta y la facultad para normalizar y transformar el estado de ánimo de uno mismo y el de otras personas, es decir, se refiere fundamentalmente a procesos internos de los individuos, a cómo éstos captan, analizan y manejan sus propios sentimientos y estados de ánimo. Esto conlleva cuatro grandes bloques (Extremera & Fernández-Berrocal, 2002): 1. Percepción y expresión emocional: es la capacidad para tomar conciencia y comprender nuestros propios sentimientos y emociones, siendo capaces de registrar interiormente y verbalizar al exterior lo que sentimos. 2. Facilitación emocional: es la facultad de producir sentimientos y emociones que posibiliten la creación del pensamiento. 3. Comprensión emocional: es la capacidad para implementar lo que sentimos con lo que pensamos, siendo a la vez conscientes de la complejidad que supone estos cambios emocionales. 4. Regulación emocional: supone la capacidad de gobernar, administrar y controlar nuestras emociones y nuestros sentimientos de forma eficiente, ya sean positivos o negativos. 3.2.2. Modelo de personalidad o modelo mixto Por su parte, el modelo de Goleman también llamado el modelo de personalidad o modelo mixto, se refiere a la inteligencia emocional como un conjunto de capacidades emocionales y aspectos de la personalidad, incluyendo conceptos como empatía, asertividad, optimismo, etc. Incluido dentro de los modelos mixtos y uno de los más conocidos es el de Bar-On, que consiste en un cuestionario para medir (Oberts & Lizeretti, 2004): Serrano Bravo, Fernando 9 1. La inteligencia interpersonal: autoconciencia emocional, asertividad, respeto por uno mismo, auto-actualización e independencia. 2. La inteligencia intrapersonal: empatía, relación interpersonal y responsabilidad social. 3. Adaptación: solución de problemas, contrastación de la realidad y flexibilidad. 4. Manejo del estrés: tolerancia al estrés y control de impulsos. 5. Estado de ánimo: felicidad y optimismo. Cuadro 1: Modelos en inteligencia emocional MODELOS EN INTELIGENCIA EMOCIONALMODELO DE HABILIDADES (Mayer y Salovey) Percepción y expresión emocional Facilitación emocional Comprensión emocional Regulación emocional MODELO DE PERSONALIDAD O MIXTO (Bar-On) Inteligencia interpersonal Inteligencia intrapersonal Adaptación Manejo del estrés Estado de ánimo Serrano Bravo, Fernando 10 3.2.3. Componentes de la inteligencia emocional La inteligencia emocional es un concepto muy amplio que abarca diferentes ámbitos. Estos ámbitos o contenidos varían en función del autor, pero se pueden concretar en los siguientes (Díez de Ulzurrun & Martí, 1998): 1. La autoconsciencia o conocimiento de uno mismo, que posibilita adquirir agilidad y habilidad en observarse y conocerse a sí mismo, reconociendo las emociones y los sentimientos según se van desarrollando. 2. El autocontrol o capacidad para dominar las emociones y los sentimientos, que nos permite manejarlos del modo más conveniente para dirigirlos y darles la salida correcta en cada situación. 3. La motivación, que nos proporciona la capacidad de dirigir nuestras emociones y sentimientos por el camino correcto hacia la consecución de un fin, al ser capaces de esperar para el premio o recompensa final controlando los impulsos. 4. La empatía o capacidad de ponerse en la situación del otro, para entender su punto de vista, lo que nos hace sensibles hacia los problemas de los demás 5. Las habilidades sociales, que nos permiten relacionarlos con los demás de manera efectiva y positiva, al ser capaces de entender el por qué de sus actuaciones y adquirir la capacidad de influenciar en ellos a través de nuestra conducta y comportamiento. Estos cinco bloques utilizados por Díez y Martí (1998) no son más que la agrupación en cinco contenidos de los aspectos fundamentales que deben ser trabajados para mejorar la inteligencia emocional. Aspectos que según Güell y Muñoz (1999) son los siguientes: Mejora de la autoestima. Mejora en el conocimiento de uno mismo. Mejora de la empatía. Adquisición de herramientas para mejorar la comunicación. Mejora en el control emocional. Manejo adecuado del estrés. Mejora de las relaciones interpersonales. Serrano Bravo, Fernando 11 Aumento de la asertividad. Capacidad para tomar decisiones. Capacidad para resolver problemas y conflictos sociales. Conocimiento de la capacidad creativa de uno mismo. Aprendizaje para la gestión del cambio. Aprender a expresarse emocionalmente. Es dentro del último bloque, habilidades sociales, dónde se incluye la educación para resolver conflictos, lo que da una idea de la importancia que tienen las relaciones interpersonales y el papel que juegan en el proceso educativo. El programa propuesto en el punto cinco plantea una serie de actividades en las que se trabajan estos cinco contenidos cuyo fin es la consecución de una serie de objetivos relacionados con la resolución de conflictos. 3.3. Educación emocional en el aula Desde la aparición del concepto de inteligencia emocional en la década de los 90 del siglo pasado, hay unanimidad en todos los autores en valorar los beneficios que las personas emocionalmente inteligentes tienen en todos los ámbitos de su vida, sin embargo no existían investigaciones que avalaran esta afirmación. Distintos autores como Goleman (1998b), Bar-On (1997) y Shapiro (1997) entre otros, se limitaban a elaborar sus hipótesis pero no llegaban a contrastarlas empíricamente, y por lo tanto no podían explicar el grado de importancia que la inteligencia emocional tenía en el éxito de las personas en comparación con las otras facetas del individuo que también influyen, tales como la personalidad o el coeficiente intelectual. No fue hasta finales del siglo XX y principios del XXI cuando se comenzó a llevar a cabo las primeras investigaciones para determinar la importancia real de la inteligencia emocional en los individuos. Estos primeros trabajos se limitaron a la elaboración teórica de los diferentes modelos y al desarrollo de mecanismos de medición (Salovey, Woolery, & Mayer, 2001). Sentadas las bases teóricas y elaboradas las herramientas que permiten evaluar se hacía necesario pasar a la investigación. Serrano Bravo, Fernando 12 Las investigaciones que se llevaron a cabo se realizaron con estudiantes universitarios fundamentalmente. Estos resultados demuestran que los alumnos con mayor inteligencia emocional presentan menos sintomatología de carácter físico, menos depresión, menos estrés, menos ansiedad, más capacidad para relacionarse socialmente, más empatía, mayor autoestima y presentan mayores aptitudes para enfrentarse a los problemas y solucionarlos (Salovey, Stroud, Woolery, & Epel, 2002, Ciarrochi, Deane, & Anderson, 2002 y Ciarrochi, Chan, & Caputi, 2000). Respecto a las relaciones interpersonales, las investigaciones han demostrado que los alumnos más inteligentes emocionalmente tienen mayor número de relaciones y éstas son de mayor calidad (Mayer, Caruso, & Salovey, 1999, Schutte N. S., y otros, 2001 y Ciarrochi, Chan, & Bajgar, 2001) lo que les permite conocer y manejar tanto sus emociones como las emociones de los demás, obteniendo mutuos beneficios. Por lo que se refiere a los alumnos de primaria, se ha demostrado que aquéllos con mayor inteligencia emocional son considerados menos agresivos por sus maestros y compañeros y tienen más facilidad para relacionarse con los demás (Rubin, 1999). En el terreno del rendimiento escolar también parece bastante claro su relación con la inteligencia emocional (Schutte N. , y otros, 1998), no obstante existen algunas investigaciones que no han llegado a esta conclusión (Newsome, Day, & Catano, 2000), al parecer por problemas metodológicos en relación con la muestra seleccionada, ya que se trataba de estudiantes en proceso de transición escolar, es decir, estudiantes que van a pasar de una situación a otra, por ejemplo un cambio de ciclo o estudiantes a tiempo parcial (Parker, Summerfeldt, Hogan, & Majeski, 2004). Otros estudios avalan la teoría de que a mayor inteligencia emocional mayor rendimiento académico (Extremera & Fernández-Berrocal, 2001). En consonancia con todo lo anterior, las investigaciones han demostrado que los alumnos con baja inteligencia emocional son más propensos a manifestar conductas disruptivas, puesto que manifiestan mayor impulsividad y presentan menos habilidades sociales, por lo tanto son más agresivos en el aula (Rubin, 1999). Estos alumnos también tienen mayor porcentaje de absentismo escolar (Petrides, Frederickson, & Furnham, 2004). En cuanto al consumo de alcohol y tabaco, los alumnos con menos inteligencia emocional presentan mayor consumo y un porcentaje más elevado de posibilidades de consumirlo (Extremera & Fernández-Berrocal, 2002). Serrano Bravo, Fernando 13 Como ponen de manifiesto todos estos resultados, para poder desenvolvernos con éxito en la sociedad actual no es suficiente con un elevado cociente intelectual, es necesario tener otras habilidades que también se pueden aprender en la escuela. El objetivo de integrar la inteligencia emocional en el currículo escolar es conseguir que los alumnos sean personas emocionalmente inteligentes. Las características de una persona emocionalmente inteligente serían (Ibarrola, 2004): 1. Actitud positiva: resalta los puntos positivos sobre los negativos; da más importancia a los aciertos que a los fallos, tienen más valor las aptitudes positivas que las carencias, es más importante el trabajo realizado que el resultado obtenido. 2. Es capaz de reconocer sus propias emociones y sentimientos. 3. Puede verbalizar sus emociones y sentimientos. Tanto los considerados positivos como los considerados negativos necesitan ser encauzados y dirigidos de alguna forma para poder expresarlos. La persona emocionalmente inteligentereconoce el medio más adecuado y el momento propicio. 4. Sabe manejar sus sentimientos y emociones: es capaz de lograr el equilibrio entre la exteriorización de las emociones y el dominio de las mismas. Sabe ser paciente y puede aceptar la frustración, siendo capaz de retrasar las recompensas. 5. Es empática: puede ponerse sin dificultad en la piel del otro, percibe las emociones y sentimientos de los demás aunque no estén expresadas verbalmente sino mediante una comunicación no verbal. 6. Tiene la capacidad de adoptar las decisiones correctas: la forma en que se lleva a cabo la toma de decisiones conjuga aspectos tanto emocionales como racionales. Los aspectos emocionales dificultan en muchas ocasiones el poder tomar la decisión idónea. Es fundamental ser consciente de los aspectos emocionales presentes en cada toma de decisiones, para que éstas sean las adecuadas. 7. Está motivada, ilusionada y tiene interés por todo aquello que hace: todo lo contrario a la apatía, a la indiferencia, al tedio y a la desidia. Se motiva e ilusiona cuando tiene delante un buen proyecto y es capaz de interesarse y preocuparse por todo aquello que le rodea. Serrano Bravo, Fernando 14 8. Adecuado nivel de autoestima: sentimientos positivos hacia sí misma y seguridad en su capacidad para afrontar los nuevos desafíos que le proponga el destino. 9. Sabe dar y recibir. 10. Presenta unos valores positivos que dan sentido a su vida. 11. Puede afrontar con seguridad y es capaz de vencer a las adversidades y frustraciones con que se encuentre en su camino aunque hayan sido negativas. 12. Tiene la capacidad de complementar polos opuestos: lo cognitivo y lo emocional, la soledad y la compañía, la tolerancia y la exigencia, los derechos y los deberes. Si el maestro es capaz de desarrollar en sus alumnos inteligencia emocional e inteligencia cognitiva mediante la integración de ambos contenidos en el currículo escolar, habrá sentado las bases para cumplir el objetivo primordial de la educación, que no es otro que preparar a los alumnos para enfrentarse con éxito a los retos que el futuro les depara a nivel personal, laboral y social (cuadro 2). Cuadro 2: La formación integral como base para el bienestar social, personal y profesional de los individuos SOCIAL PERSONAL BIENESTAR FORMACIÓN INTEGRAL EDUCACIÓN EMOCIONAL AUTOCONCIENCIA AUTOCONTROL MOTIVACIÓN EMPATÍA HABILIDADES SOCIALES EDUCACIÓN INTELECTUAL LENGUA MATEMÁTICAS GEOGRAFÍA HISTORIA CIENCIAS PROFESIONAL Serrano Bravo, Fernando 15 3.4. La conflictividad escolar Los colegios, presentes en nuestra sociedad y en nuestras vidas, constituyen un medio esencial en el que se llevan a cabo interrelaciones entre las personas que lo integran, alumnos, profesores, personal no docente y padres fundamentalmente, y por lo tanto se convierte en un continuo foco de conflictos. Sin embargo el conflicto no se va a poder evitar, por lo tanto y mientras se mantenga en unos determinados parámetros, esto no debe entenderse como algo negativo, muy al contrario, se nos presenta como una oportunidad que no podemos dejar escapar. Los maestros deben enseñar a sus alumnos la forma de resolver de manera adecuada los conflictos, de lo contrario puede tener consecuencias negativas La convivencia en la escuela es fruto de las relaciones interpersonales que en ella se dan entre todos los grupos que intervienen en el proceso de enseñanza/aprendizaje, internos y externos, y para que estas relaciones se desarrollen en armonía es indispensable una convivencia pacífica de todos ellos. 3.4.1. El conflicto Existe una tendencia generalizada a considerar el conflicto como algo a evitar a toda costa, sin embargo desde el origen mismo del hombre es algo inherente a su propia condición, allá donde dos o más personas se relacionen hay un foco de conflicto. El conflicto está presente en todos los ámbitos de nuestra vida, por lo que debemos aprender a convivir con él, y evitar que sus consecuencias se conviertan en algo negativo para las personas, y en esto la escuela tiene mucho trabajo por hacer. El conflicto es algo innato a la naturaleza humana y ha sido un instrumento fundamental a lo largo de la historia para que los pueblos y los individuos que lo integran puedan crecer y desarrollarse. El conflicto es una herramienta indispensable que permite el desarrollo de las sociedades, por lo tanto lo importante no es evitarlos, sino ser capaz de descubrirlos, tener el valor de enfrentarse a ellos y la capacidad de resolverlos, todo ello de forma pacífica y desde el control y manejo de las emociones y sentimientos (Tuvilla, 2004). Podemos encontrar multitud de definiciones del conflicto, pero todas tienen dos elementos comunes como son la incompatibilidad de intereses y la oportunidad para el aprendizaje. Entre ellas la de Torrego (2000), que define conflicto como aquella situación Serrano Bravo, Fernando 16 en la que dos o más individuos discrepan o se enfrentan porque sus metas, intereses, posturas, necesidades, deseos o valores son opuestos, diferentes, contrarios o incompatibles. Además añade como elementos que intervienen en el conflicto los sentimientos y las emociones, y donde la relación entre las personas que entran en conflicto puede terminar fortalecida o debilitada según se desarrolle el proceso para resolverlo. Por otro lado Jares (1991) se refiere al conflicto como aquella circunstancia en la que los individuos o los grupos en que se integran tienen fines contrarios, valores opuestos o intereses antagónicos. Por su parte Alzate (1998) se refiere al conflicto como una discrepancia en los intereses de las partes interesadas, existiendo incompatibilidad entre ellas en lo que se refiere a los objetivos y a los medios para alcanzar estos objetivos. Al hablar de conflicto nos estamos refiriendo a una gran variedad de situaciones en las que los intereses de las partes que intervienen entran en oposición, pudiendo provocar respuestas que abarcan un amplio abanico de conductas. En el ámbito escolar estas conductas incluyen desde comportamientos indisciplinados en el aula o pequeñas discusiones entre los alumnos hasta conductas agresivas y violentas, pasando por el bulling. 3.4.2. Causas que originan el conflicto en el aula Como ya se ha expuesto más arriba, no todos los conflictos que se producen en la sociedad en general y en las instituciones educativas en particular acaban necesariamente mal. Sin embargo en muchas ocasiones, por una mala gestión de los mismos y/o por las personas implicadas en ellos pueden derivar en agresividad y violencia. Cada día es más habitual escuchar hablar de sucesos agresivos e incluso violentos en nuestros centros escolares. Esto no viene sino a reflejar lo que está sucediendo en nuestra sociedad. El comportamiento que manifiestan nuestros escolares es consecuencia de lo que viven en su entorno, por lo tanto, el origen de la conflictividad hay que buscarlo en lo que nos rodea, en lo más cercano. En relación a la agresividad escolar algunos autores como Fernández (1999), señalan por un lado la existencia de factores exógenos o externos al niño como pueden ser el escenario social en el que se desenvuelve, las singularidades de su ambiente familiar y los medios de comunicación y por otro de factores endógenos o internos al Serrano Bravo, Fernando 17 niño, como el ambiente de la escuela, las relaciones sociales que allí se generan y las características particulares de la personalidad de los alumnos. Por su parte Martínez-Otero (2005) distingue los siguientes factores (cuadro 3): Sociales/Ambientales: como las disparidades sociales, con la pobreza de algunos grupos en contraposición a la opulencia de otros; los medios de comunicación, con influencia en ocasiones negativa en nuestros jóvenes; la entradade una cultura de violencia en los colegios, reflejo de la sociedad; la facilidad para adquirir y consumir sustancias adictivas y la creciente tecnificación de la sociedad. Relacionales o relaciones interpersonales en el ámbito escolar: las causas que motivan los conflictos vienen derivadas de la organización de las instituciones educativas, caracterizadas por la gran jerarquización que existe, lo que conlleva problemas de adaptación; el gran nivel de vigilancia sobre los alumnos; los métodos poco didácticos que en ocasiones se utilizan como los castigos; la escasa preocupación por los individuos y la gran preocupación por el rendimiento escolar; la multiculturalidad, con una cultura considerada superior y por encima de las demás; el excesivo número de niños por aula, que dificulta la educación personalizada, etc. En este sentido Melero (1993) considera que las dos fuentes principales de conflictividad y violencia en las aulas son el autoritarismo que existe en la propia organización escolar y la paulatina pérdida que en los últimos tiempos ha sufrido el poder del maestro. Familiares: como la descomposición de la familia tradicional, lo que provoca en muchas ocasiones desatención en los hijos al estar demasiado tiempo solos; la violencia familiar, que conlleva que el niño copie esta conducta; la excesiva tolerancia de los padres hacia determinados comportamientos; así como la indulgencia; los problemas económicos, etc. Personales, como la incompetencia para responsabilizarse de las propias acciones, la excesiva impulsividad y vehemencia, la incapacidad para ponerse en el lugar del otro, la baja autoestima, la escasez de relaciones interpersonales y en muchas ocasiones superfluas, la propia legitimación de la violencia, etc. Queda patente cómo las conductas disruptivas que han aparecido en los últimos tiempos en nuestras escuelas tienen su origen en una gran variedad de causas. La conjunción de todas estas causas ha provocado profundas transformaciones en nuestro Serrano Bravo, Fernando 18 sistema escolar, por lo que se puede afirmar que el factor fundamental que genera la conflictividad en los centros escolares es el enorme cambio que se produce constantemente en nuestra sociedad, y la dificultad que los jóvenes presentan para adaptarse con la rapidez necesaria a estos cambios (Martínez Otero, 2001). La familia, la comunidad y la sociedad en general se mueven muy rápidamente y la escuela no está siendo capaz de trasladar a nuestros jóvenes las habilidades necesarias para enfrentarse a las nuevas situaciones. Avanzamos hacia un mundo más impersonal en el que predomina lo material, lo artificial y lo superficial y esto pone de manifiesto la necesidad de una educación en valores, una educación para la convivencia, una educación que permita a los futuros adultos mejorar el mundo en el que vivimos. 3.4.3. Tipos de conductas conflictivas en las escuelas Expuestos los motivos que explican los distintos conflictos que se producen en los centros escolares es necesario concretar cómo se manifiestan estas conductas. Es fundamental conceptuar cada hecho para saber en qué escenario nos movemos, ya que no es lo mismo hablar de absentismo escolar que de violencia en las aulas. Las circunstancias que rodea cada conducta y las consecuencias que generan en el aula y en el proceso educativo van a ser muy distintas, por lo que es necesario conocer en cada momento el tipo de conflicto al que nos enfrentamos. Fernández (1999) distingue los siguientes tipos de conflictos en el aula (cuadro 3): - Actos disruptivos: comportamientos indisciplinados que se producen en el aula por parte de los alumnos y que provocan continuas interrupciones, tales como juegos, risas, murmullos, etc. provocando falta de continuidad en el proceso educativo y continuos desórdenes en la clase. Estas conductas suelen estar provocadas por la falta de motivación de los alumnos, así como por la total ausencia de concordancia entre los intereses de la escuela y los intereses de los alumnos que las provocan. Probablemente como señala Fernández (1999), es el tipo de conducta que menos importancia se le da, al no llevar aparejados actos violentos, pero que tiene una mayor repercusión en el proceso de enseñanza/aprendizaje, pudiendo llegar a ser una continua fuente de conflictos de mayor intensidad. - Violencia: este tipo de conducta ocurre cuando se produce una lesión o un daño a alguien o a algo. La violencia puede ser: Serrano Bravo, Fernando 19 Física: cuando el daño se inflige a otra persona, profesor o alumno, como una pelea o cualquier otro tipo de agresión en la que se produce un daño físico, aunque éste sea imperceptible. Verbal: no se produce daño físico, sino amenazas, intimidaciones, mofas, insultos, etc. y siempre a través de la palabra. Psicológica: este tipo de agresión pasa más inadvertida y se refiere a los “chantajes psicológicos” que se pueden provocar a otros alumnos, a los profesores o también puede darse de profesor a alumno. El objetivo siempre es atemorizar a la víctima. Dentro de la violencia Fernández (1999) distingue lo que ella denomina violencia indirecta. Este tipo de agresividad no se dirige hacia las personas, sino hacia el mobiliario, bienes, enseres, instrumentos escolares, etc. En este caso hablamos de vandalismo. Especial atención merece el bullying, término inglés que se puede traducir como maltrato entre iguales. Se define como el comportamiento negativo y premeditado que un alumno o grupo de alumnos realizan sobre otro, manifestándose en una persecución física y/o psicológica (Olweus, 1998). Como señala Avilés (2003), para que exista bullying es necesario que: Entre los alumnos enfrentados uno sea la víctima y el otro el maltratador. Exista una total descompensación de fuerzas entre el maltratador y la víctima, tanto a nivel físico como social y psicológico. La conducta agresiva se reitere en el tiempo, debe repetirse durante un periodo largo y de forma continuada. Avilés (2003) clasifica este maltrato en físico, verbal, psicológico y social y manifiesta que las consecuencias pueden ser muy negativas, pudiendo llegar incluso al suicidio de la persona que lo sufre. Por su parte Collell y Escudé (2004) señalan que estas agresiones puede ser directas, como pegar o empujar o indirectas, como criticar o difundir rumores falsos. Serrano Bravo, Fernando 20 - Robos: este tipo de conflicto también es bastante habitual en las escuelas. Puede darse entre compañeros o pueden sustraerse pequeños enseres o instrumentos de los laboratorios y talleres. - Absentismo: es la ausencia de las clases por parte de los alumnos sin causa justificada, comportamiento al que no se le ha prestado el suficiente interés por parte de los padres y que provoca una discontinuidad en el proceso de enseñanza/aprendizaje bastante perjudicial para los niños. Una de las mejores armas para evitar en nuestros alumnos este tipo de comportamientos es introducir la educación emocional en el currículo escolar desde las primeras etapas educativas. La educación en valores, la educación para la paz, la educación para la convivencia son términos que deben estar presentes en el día a día de las instituciones educativas. 3.4.4. Resolución de conflictos y educación emocional Para que el proceso de enseñanza/aprendizaje se desarrolle de manera efectiva es necesaria una convivencia pacífica en el aula. Sin embargo como ya se ha puesto de manifiesto, la escuela, al igual que en cualquier otra institución u organización, por el hecho de desarrollarse en ella relaciones interpersonales entre los miembros que las componen, es una fuente de conflictos. Los conflictos son inevitables, no podemos eliminarlos, lo que sí debemos es reconducirlos y canalizarlos hacia una resolución pacífica y amistosa, intentandoevitar la generación de agresividad y violencia. Deben suponer una oportunidad para que nuestros alumnos crezcan y se desarrollen como personas. En las relaciones sociales, el mundo de las emociones y los sentimientos juegan un papel fundamental, de tal manera que nuestra forma de actuar va a venir determinada por lo emocional. La alegría, la tristeza, el miedo, la ira, etc. van a condicionar la forma en que nos relacionamos con los demás Cuando en las relaciones sociales surge el conflicto, se ponen en funcionamiento nuestros mecanismos internos de regulación emocional, y por lo tanto el papel de las emociones y de los sentimientos adquiere protagonismo. De aquí surge la necesidad de una educación emocional que permita concluir de forma positiva cualquier conflicto que Serrano Bravo, Fernando 21 surja ya no sólo en el aula durante la infancia y adolescencia, sino a lo largo de toda la vida. 3.4.4.1. La respuesta a los conflictos Ante una situación conflictiva cada persona puede reaccionar de manera diferente. Acosta (2002) recoge las respuestas que ante un conflicto manifiestan los individuos. Estas pueden ser (cuadro 3): 1. Pasividad: es el intento de evitar el conflicto, por lo que olvidamos nuestros objetivos a favor de los objetivos de los demás. Al no hacer frente al conflicto no surgirán comportamientos violentos, pero nuestros sentimientos sí se resentirán: el miedo, la ansiedad y la pena ganarán fuerza y nuestra autoestima se puede resentir. Si estas situaciones son reiteradas el sentimiento puede ser de víctima y surgir el maltrato. 2. Agresividad: consideramos nuestros objetivos por encima de todo y han de prevalecer sobre los objetivos de los demás. No vamos a cambiarlos y si no los conseguimos es considerado una humillación. Puede surgir la violencia y los sentimientos que se experimentan son el enojo, la cólera, la indignación, el odio, la venganza y el resentimiento. 3. La negociación: nos hacemos conscientes de que los demás pueden tener intereses tan lícitos como los nuestros y nos esforzamos por llegar a un compromiso común, ajustando nuestros objetivos a los de la otra persona y viceversa. Esta respuesta es más complicada que las anteriores ya que requiere más habilidades sociales, pero nuestros sentimientos saldrán reforzados. Requiere empatía, capacidad de negociación e imaginación y se mejora la autoestima. 4. La cooperación: supone un paso más que la negociación. Ya no están mis intereses y los de los de la otra parte, sino que están los intereses de todos. Asimismo los objetivos de los demás son los nuestros. A nivel sentimental es lo que más se acerca a la felicidad, puesto que la colaboración y coordinación de todos anima y fortalece a cada una de las partes. Por lo tanto el objetivo final es conseguir que los alumnos respondan a los conflictos con la cooperación, no sólo es lo que más les va a reconfortar a nivel personal, si no que va a generar un clima escolar y social que redundará en beneficio de todos, y Serrano Bravo, Fernando 22 para conseguir este fin es necesario desarrollar determinados contenidos, que no son otros que los de la inteligencia emocional. Cuadro 3: La conflictividad escolar: causas, tipos de conductas y respuestas. 3.4.4.2. El conflicto y las emociones En todo tipo de relaciones interpersonales y por supuesto en las conflictivas reviven las emociones y los sentimientos, y éstos van a depender de cómo interpretemos cada situación. Existe una conexión muy estrecha entre conflicto y emoción, los conflictos nos provocan emociones que incluso pueden impedir que éste se resuelva de forma amistosa y por el contrario, las emociones que nos provocan las conductas de los demás pueden acabar en conflictos. Bizquerra (2010) indica que lo importante es saber reaccionar cuando percibimos en la otra persona emociones concretas que identificamos como el origen de un posible conflicto. A esta reacción se le denomina regulación emocional o CAUSAS •Sociales/ambientales •Relacionales •Familiares •Personales TIPOS DE CONDUCTA •Actos Disruptivos •Violencia •Robos •Absentismo RESPUESTA •Pasividad •Agresividad •Negociación •Cooperación LA CONFLICTIVIDAD ESCOLAR Serrano Bravo, Fernando 23 gestión de las emociones, y el fin es saber dirigir en la dirección correcta tanto nuestras emociones como las de la otra parte implicada, saber encontrar el equilibrio entre la razón y la emoción. Nuestro cerebro regula las emociones y cuando éstas surgen, también se producen cambios físicos de mayor o menor intensidad, los músculos se tensionan, el corazón palpita con más fuerza, podemos sudar más, etc. A su vez nuestro comportamiento también reacciona y en función de la situación podemos huir, escapar, atacar, evitar, etc. Por eso en situaciones conflictivas, cada individuo reacciona en función de todos estos componentes. Aquéllos que tengan poca capacidad de control tenderán a respuestas más agresivas que aquéllos que sean capaces de controlar sus sentimientos y emociones. También es importante la interpretación que cada una de las partes que intervienen en el conflicto haga de la situación conflictiva, si en dicha situación entendemos que la otra parte está intentando ofendernos y humillarnos, nuestra respuesta será de ira; si el comportamiento de la otra parte en conflicto nos ocasiona miedo, nuestra respuesta será evitar el enfrentamiento. Por lo tanto la resolución a los conflictos y la regulación de las emociones y sentimientos son dos aspectos que van necesariamente unidos (Acosta, 2002). Según Francés (2010), en el proceso de producción de las emociones interactúan el pensamiento, el sentimiento y la actuación, lo correcto es equilibrar en la respuesta lo emocional y lo racional, sin embargo si se produce un malestar emocional y por lo tanto una distorsión a la hora de valorar los hechos y sus consecuencias, puede aparecer el conflicto. Si es así, como dice Francés (2010) no debemos rehuirlos, sino afrontarlos para sacar el máximo provecho. Las emociones afectan a nuestra forma de pensar y a nuestro comportamiento por eso es fundamental conocerlas, comprenderlas, aceptarlas y si es necesario cambiarlas para que podamos dirigir y solucionar el conflicto de la forma adecuada. Bizquerra (2010) propone una serie de estrategias para la gestión de los conflictos que se basan en el nexo de unión entre conflicto y emoción. Éstas son: La fuerza del silencio: sólo hablar cuando lo que tengamos que decir es más valioso que nuestro silencio. La empatía: ponerse en el lugar de los demás. Serrano Bravo, Fernando 24 La asertividad: supone ser capaz de defender nuestras ideas y nuestros derechos de una forma pacífica pero enérgica, sin ser agresivos y afrontando los conflictos de una forma controlada. Saber decir la palabra adecuada en cada momento. Ser capaz de perdonar, lo que nos hará sentirnos mejor. Control de la violencia verbal, para poder controlar el conflicto. Ser capaz de reconocer la emoción predominante en la otra persona, puesto que esto es una fuente básica de información para la gestión del conflicto. Conocer información sobre aquellas situaciones que nos provocan miedo, ira, angustia, etc. nos ayuda a afrontar mejor estas emociones. Buscar equilibrio entre la razón y la emoción: ser capaz de razonar correctamente ante una situación determinada. Saber estar en cada situación ocupando el lugar que corresponda. Conocer qué función tiene cada emoción para reconocer el modo de actuar adecuado cuando sentimos cada una de ellas. Reconocer, admitir y respetar las emociones de los demás como primer paso para poder controlar un conflicto. Saber cuánto queremos implicarnos en una reacción de grupo, dónde las emociones tienden a ser más intensas. Ser optimista, loque ayudará a cambiar un clima negativo o desagradable. Poner limitaciones a las emociones de los demás: no vale todo, tenemos que saber encontrar en un conflicto hasta dónde podemos llegar nosotros pero también hasta dónde pueden llegar los demás. Comprender los impulsos o reacciones que produce nuestro cerebro ante una situación concreta, lo que nos ayudará a una mejor gestión de nuestras emociones. Descubrir cuándo se produce chantaje emocional para no sentirnos influidos por él. Serrano Bravo, Fernando 25 La escucha activa: prestar atención, no interrumpir, estar en sintonía, no enjuiciar, etc. son elementos importantes para ganar la confianza del otro. Saber respetar los ritmos, dejar que cada cosa se desarrolle en el momento adecuado, no adelantarse ni demorarse, reconocer la ocasión adecuada para realizar las cosas, etc. Coherencia y sinceridad como base de la propia conducta, lo que mejorará la credibilidad en nuestras relaciones. No emitir juicios de valor ni morales en las situaciones de gran emocionalidad. Reconocer la comunicación no verbal en los demás, lo que nos dará información muy útil sobre sus emociones. Así pues, para que nuestra sociedad sea capaz de resolver de forma amistosa y pacífica los conflictos es necesario trabajar el mundo de los sentimientos y las emociones, o lo que Vaello (2006) denomina “el uso de la Educación Socio-Emocional para resolver/evitar conflictos y aprovechar los conflictos para educar socio-emocionalmente” y para ello nada mejor que incorporar estos contenidos en el quehacer diario de las escuelas. 4. LOS PROGRAMAS DE ENSEÑANZA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL Establecido el marco teórico de la inteligencia emocional y de la resolución de conflictos y antes de desarrollar el programa concreto de actuación, es necesario definir lo que es un programa, las fases de las que consta y los tipos de programas. 4.1. Definición Un programa (Rodríguez, Álvarez, Bisquerra, & Marín, 1993) es una serie de actuaciones perfectamente programadas y proyectadas, que se llevan a cabo según un orden previamente establecido con el fin de alcanzar unos objetivos educativos considerados necesarios en el currículo escolar, y en las que participan alumnos, padres y maestros de un colegio determinado. Serrano Bravo, Fernando 26 4.2. Fases de los programas de actuación Un programa de actuación consta de 5 fases (Álvarez, Bisquerra, Filella, Fita, Martínez, & Pérez, 2001): 4.2.1. Análisis del contexto El primer paso a seguir en la elaboración de un programa es la configuración del contexto económico, social y cultural en el que se ubica el centro educativo. Determinar si se trata de un barrio marginal, de familias acomodadas o bien un colegio de ámbito rural, el nivel económico, la tipología de las familias, los servicios sociales y culturales de la zona, etc. es fundamental para poder identificar los problemas y necesidades. También es necesario conocer la estructura y organización del colegio para saber con qué recursos cuenta, tanto humanos como materiales y el grado de formación e implicación de éstos. En este sentido es importante la presencia del departamento de orientación si existe, y su colaboración e implicación en el proyecto. Con estos datos podemos ubicarnos y saber con qué contamos a la hora de elaborar y ejecutar el proyecto, para que el diseño del mismo sea coherente con la realidad del centro. 4.2.2. Identificación de las necesidades Una vez contextualizado el centro dentro del entorno resulta más fácil reconocer las necesidades que debemos atender, priorizándolas y determinando la intervención necesaria. Esta fase se puede subdividir en otras tres: 1. Identificación de las necesidades mediante recogida de información proveniente de distintas fuentes como encuestas, entrevistas, cuestionarios, etc. 2. Análisis de las necesidades a través de los diferentes modelos que existe, entre ellos uno de los más utilizados en España es el de Pérez Campanero (1991), que se desarrolla a través de tres etapas: identificación de las necesidades, valoración de las mismas y decisiones a tomar. 3. Concreción de la intervención: tras las etapas anteriores se determina las propuestas concretas que es necesario desarrollar. Serrano Bravo, Fernando 27 4.2.3. Diseño del programa Una vez conocida toda la información anterior se procede a elaborar el programa propiamente dicho, justificando su necesidad y formulando los objetivos, contenidos, actividades, recursos, cronograma, destinatarios, la evaluación y los costes. La justificación se refiere a los criterios que fundamentan la necesidad de llevar a cabo la actuación en base a toda la información recogida y analizada, y que debe ser elaborado con la participación de todo el grupo de docentes que va a participar en el programa. Los objetivos, contenidos, actividades, recursos, cronograma, destinatarios, evaluación y costes serán desarrollados en el punto 5. 4.2.4. Ejecución Una vez elaborado el programa se lleva a cabo atendiendo a las diferentes modificaciones que requiera su implantación. 4.2.5. Evaluación Esta fase consiste en la comprobación del grado de cumplimiento de los objetivos propuestos. 4.3. Tipos de programas En educación hay diferentes tipos de programas de actuación. El que atiende al desarrollo de las competencias necesarias para desenvolverse satisfactoriamente en las distintas situaciones que la vida plantea, atendiendo a la formación integral de la persona es, en la terminología de Álvarez et al (2001) el programa de orientación para la prevención y el desarrollo. Los otros tipos de programas son: Programas de orientación para el desarrollo de la carrera. Programas de orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Programas de atención a la diversidad. Dentro de las diferentes modalidades que nos podemos encontrar en los programas de orientación para la prevención y el desarrollo se encuentran los programas Serrano Bravo, Fernando 28 de educación emocional, cuyas principales áreas temáticas han sido ya revisadas en la primera parte de este trabajo. El desarrollo de sus contenidos debe ser contemplado desde una perspectiva transversal, integrándose en el resto de áreas que conforman la formación escolar, puesto que es necesario incidir en la necesidad del desarrollo del mundo de las emociones junto con el desarrollo cognitivo para alcanzar la formación integral de los individuos. Uno de los componentes que integran la educación emocional es el de las relaciones sociales y la resolución de conflictos, campo que es necesario trabajar desde el principio de la etapa escolar ante las evidencias que nos encontramos diariamente: estrés, conflictividad en todos los ámbitos de la sociedad, violencia, agresividad, etc. y a cuyo desarrollo está orientado el presente programa. 5. PROGRAMA PARA LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS La siguiente propuesta consiste en un programa de actuación para integrar en el currículo escolar el aprendizaje de las habilidades sociales y de resolución de conflictos como una parte de la educación emocional, para que los alumnos aprendan a desarrollar las estrategias necesarias que les permitan enfrentarse con éxito a las situaciones conflictivas que, en cualquier ámbito se encontrarán a lo largo de su vida. Sin embargo estos contenidos de la inteligencia emocional no son compartimentos estancos que se puedan aislar de los demás, para la consecución de los objetivos propuestos es necesario trabajar de forma integrada con los demás contenidos. Es la interconexión de todos ellos lo que permite el desarrollo de personas emocionalmente inteligentes en todos los aspectos. Al tratarse de un programa que no se ha llevado a la práctica, las partes del mismo que se deben completar con el estudio y análisis de una situaciónconcreta tales como el contexto del colegio y de las familias, la identificación de las necesidades y la justificación, no se han incluido en la presente propuesta, quedando establecidas a nivel teórico en el punto 4. Serrano Bravo, Fernando 29 5.1. Diseño del programa Este es el cuerpo del proyecto, en el que vamos a concretar el plan de actuación que queremos desarrollar, justificándolo, formulando los objetivos, contenidos, actividades, recursos con que contamos, cronograma, receptores, evaluación y costes. 5.1.1. Objetivos El programa de resolución de conflictos se encuadra en un campo de actuación más amplio, concretamente en el desarrollo de la competencia social, cuyo principal fin es el incremento y la mejora de las relaciones interpersonales de los alumnos (Monjas, 1993). En el desarrollo de esta competencia se pueden definir los siguientes objetivos generales: - Adquisición de un conjunto de conductas y comportamientos que permitan a los niños relacionarse e interactuar con las personas de su entorno. - Capacidad para iniciar y mantener relaciones positivas y favorables con los demás niños y niñas. - Capacidad para iniciar, mantener y concluir conversaciones. - Capacidad para expresar emociones, sentimientos y opiniones y recibir las de los demás. - Capacidad para solucionar de forma correcta y constructiva los conflictos interpersonales que se produzcan en sus relaciones con los demás. Es este último objetivo el que define el presente proyecto y del que podemos extraer los siguientes objetivos específicos: - Comprender cuando se produce una situación problemática. - Desarrollar sensibilidad para comprender y respetar los problemas, sentimientos y necesidades de otras personas. - Fomentar la asertividad. - Fomentar la empatía. - Practicar la comunicación receptiva. Serrano Bravo, Fernando 30 - Desarrollar la capacidad para proponer soluciones positivas y prosociales cuando se genere un conflicto. - Reconocer y controlar las emociones propias y reconocer las de los demás. - Ser capaz de prever las consecuencias de sus actos. - Ser consciente de las dificultades que se pueden encontrar a la hora de resolver un conflicto. 5.1.2. Contenidos Si relacionamos las habilidades necesarias para de la resolución de conflictos establecidas por Monjas (1993) con las estrategias para la gestión de los mismos propuestas por Bizquerra (2010) y mencionado más arriba, podemos establecer los siguientes contenidos: 1. Reconocimiento e identificación del problema. Comprende la necesidad de saber de la existencia de un problema desde el mismo momento que surja así como la capacidad para describirlo. Además supone la capacidad para delimitar la responsabilidad de cada una de las partes y ser conscientes de los motivos que han podido ser la causa de inicio del conflicto. Este contenido implica: a. Empatía para conocer la dimensión que el problema puede tener en la otra persona. b. Control de la violencia verbal, para poder iniciar su resolución de manera positiva. c. Capacidad para reconocer las emociones y los sentimientos de la otra parte en conflicto. d. Capacidad para reconocer nuestras propias emociones y sentimientos 2. Búsqueda de soluciones. Comprende el aprendizaje necesario para plantear las posibles soluciones al conflicto, aportando cuantas más mejor. Este contenido conlleva: Serrano Bravo, Fernando 31 a. Escucha activa para buscar soluciones satisfactorias para ambas partes. b. Coherencia y sinceridad en la búsqueda de las soluciones adecuadas. c. Imparcialidad: para no emitir juicios de valor ni morales que puedan influir en la búsqueda de la solución. d. Buscar el equilibrio entre razón y emoción para proponer aquellas soluciones más satisfactorias para ambos. 3. Prever las consecuencias. Conlleva la capacidad de ser conscientes del resultado de nuestra conducta y de la conducta de los demás en la generación de un conflicto, lo que deriva en la necesidad de pensar antes de actuar. Supone: a. Saber respetar los ritmos para no adelantar ni demorar los acontecimientos. b. Descubrir cuando se produce chantaje emocional. c. Comprender los impulsos o reacciones de nuestro cerebro ante una situación concreta para anticiparnos a las consecuencias. d. Conocer información sobre aquellas situaciones que nos provocan miedo, ira, angustia, etc. e. Conocer qué función tiene cada emoción para anticiparnos y actuar de modo adecuado al sentir cada una de ellas. f. Saber si queremos implicarnos en una reacción de grupo, dónde las emociones tienden a ser más intensas. g. Reconocer la comunicación no verbal. 4. Comunicación positiva. Implica el desarrollo de la asertividad como conducta intermedia entre la agresividad y la pasividad, de la empatía para situarnos en el lugar del otro y de la comunicación receptiva para comprender correctamente tanto la comunicación verbal como la comunicación no verbal, captando perfectamente el mensaje de la otra persona. Serrano Bravo, Fernando 32 Esto implica: a. La fuerza del silencio: hablar sólo cuando lo que vayamos a decir sea más valioso que nuestro silencio. b. Empatía. c. Asertividad. d. Saber decir la palabra adecuada en el momento adecuado. e. Ser capaz de perdonar. f. Escucha activa: aspectos tales como prestar atención, no interrumpir, estar en sintonía, no enjuiciar, etc. son fundamentales para llevar a cabo una comunicación positiva. 5. Elección de la solución adecuada, que se decidirá tras sopesar las diferentes posibilidades en la resolución del conflicto. Conlleva analizar las posibles alternativas, lo positivo y lo negativo de cada una de ellas y las consecuencias que supondrá la solución adoptada tanto en uno mismo como en la otra parte en conflicto. Implica: a. Buscar el equilibrio entre razón y emoción a la hora de elegir la mejor solución. b. Ocupar el lugar correcto en el desarrollo de la solución elegida. c. Poner límites a las emociones de la otra parte: no vale todo, tenemos que encontrar en un conflicto hasta dónde podemos llegar nosotros pero también hasta dónde pueden llegar los demás 6. Puesta en práctica de la solución adoptada, planificando su ejecución y siendo conscientes de los problemas que pueden aparecer para anticiparse a ellos, y para ello es necesario: a. Ser optimista. b. Saber ocupar el lugar que nos corresponde. Serrano Bravo, Fernando 33 Esta separación no supone una clasificación en compartimentos estancos, sino que existen estrategias que se pueden y se deben utilizar en más de un momento, y no sólo en la resolución de conflictos sino en todas las facetas de la vida, como por ejemplo la escucha activa o la comunicación no verbal, puesto que son estrategias que nos ayudarán a desenvolvernos con mayor éxito en la sociedad. 5.1.3 Actividades En este programa se ha diseñado una actividad representativa por cada contenido, estructurada en los siguientes apartados: Nombre de la actividad. Contenido. Objetivos. Competencias emocionales que integra. Duración. Estructura. Materiales. Metodología. Descripción. Justificación de la actividad. En el anexo I se incorporan además otra actividad por cada contenido, haciendo un total de doce actividades. En cualquier caso estas actividades se pueden repetir variando el conflicto propuesto inicialmente para cada una de ellas, el nivel de complejidad del mismo y los integrantes de los grupos en su caso. Serrano Bravo, Fernando 34 5.1.3.1. Contenido 1: Reconocimiento e identificación del problema 5.1.3.1.1. Actividad 1: Preguntas y respuestas Nombre Actividad: Preguntas y Respuestas Contenido: Reconocimiento e identificación del problema. Objetivos Competencias Emocionales Duración Estructura Materiales Reconocer la existencia deun conflicto. Expresar verbalmente el tipo de conflicto y las características del mismo. Reconocer y expresar verbalmente los propios sentimientos. Reconocer y expresar verbalmente los sentimientos de los demás. Autoconsciencia Empatía Habilidades sociales U n a s e s ió n d e m e d ia h o ra En esta actividad el profesor pregunta al grupo en general y los niños van respondiendo por iniciativa propia o a solicitud del maestro, a nivel individual No se requiere ningún material especial, la actividad se puede desarrollar en el aula Metodología: Se trata de una actividad que se desarrolla a través de preguntas y respuestas verbales en un continuo feed-back profesor/alumno, y en la que el profesor va dirigiendo a través de sus preguntas hacia aquellas cuestiones en las que desee profundizar más, tales como sentimientos, emociones, clases de conflictos, etc. El desarrollo ha de ser dinámico y el profesor debe implicar a todos los chicos, especialmente a aquellos que tengan especiales dificultades en sus relaciones, procurando que todos puedan expresarse con la máxima libertad. Serrano Bravo, Fernando 35 Descripción: El primer paso para resolver un conflicto es reconocer la existencia del mismo y para ello el profesor debe indagar y preguntar a los niños para que estos puedan expresar verbalmente el problema en cuestión, delimitándolo, reconociendo y expresando sus sentimientos, reconociendo y expresando los sentimientos de los demás, poniendo en evidencia la necesidad de buscar soluciones y reflexionar sobre el origen del problema. Esta actividad se puede plantear con ejemplos reales y siempre que surja un problema o bien con ejemplos inventados tanto (Anexo II, ejemplo 1) por el profesor como por los niños. Se plantea el problema y el profesor va haciendo preguntas del tipo: ¿Qué ha pasado? ¿Cuál ha sido el motivo que ha causado el conflicto? ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué piensas que la otra persona ha actuado así? ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo crees que se sintió la otra persona? ¿Alguien puede contarnos una situación parecida que haya vivido? ¿Cómo ocurrió? ¿Cómo se resolvió? A través de las preguntas los niños deben ir diferenciando los distintos tipos de conflictos que pueden tener con los demás niños, como agresión, rechazo, sustracción de pertenencias, etc. así como si el conflicto ha sido iniciado por él o por otros niños. Cuando se plantee una situación concreta para trabajar en el aula el profesor irá verbalizando y dirigiendo la actividad hacia una resolución positiva del conflicto, a través de preguntas y respuestas, que sirva como modelo a seguir, poniendo de manifiesto el tipo de problema, el motivo, los sentimientos y emociones de cada una de las partes y la necesidad de llegar a una solución adecuada. Justificación: El primer paso para resolver un conflicto es saber que éste existe y además tener interés en que se resuelva satisfactoriamente para ambas partes. A través de esta actividad el alumno debe ir tomando consciencia de los problemas que pueden surgir en sus relaciones sociales, así como de la necesidad de que éstos se resuelvan de forma positiva, reconociendo y teniendo en cuenta qué sentimientos se producen en nosotros y qué sentimientos se pueden producir en las otras personas Serrano Bravo, Fernando 36 5.1.3.2. Contenido 2: Búsqueda de soluciones 5.1.3.2.1. Actividad 1: Buscando soluciones Nombre Actividad: Buscando soluciones Contenido: Búsqueda de soluciones Objetivos Competencias Emocionales Duración Estructura Materiales Analizar un conflicto con el fin de plantear distintas soluciones al mismo. Generar múltiples soluciones positivas y prosociales para resolver un problema. La motivación Las habilidades sociales. U n a s e s ió n d e m e d ia h o ra Se trata de una actividad en la que el profesor pregunta a la clase en general y los niños van respondiendo por iniciativa propia o a solicitud del maestro, con carácter particular. Se puede desarrollar en el aula y sólo se requiere de lápiz y papel para anotar las diferentes soluciones propuestas. Éstas podrán ser evaluadas en otra actividad posterior Metodología: Esta actividad se desarrolla a través de preguntas y respuestas verbales entre profesor y alumnos, una tormenta de ideas en la que el maestro intenta extraer de sus alumnos las máximas aportaciones para resolver un conflicto, lo que conlleva un análisis exhaustivo de cada problema que permita explorar todas las variables posibles. El desarrollo ha de ser dinámico y el profesor debe implicar a todos los chicos, especialmente a aquellos que tengan especiales dificultades en sus relaciones, procurando que todos puedan expresarse con la máxima libertad. Descripción: El profesor plantea un conflicto entre dos niños que puede ser real o inventado (Anexo II, ejemplo 2), y a través de sus preguntas deben buscarse las diferentes soluciones que se puedan aportar para resolver el problema. Para ello deben darse respuesta a las siguientes cuestiones: Serrano Bravo, Fernando 37 ¿Cómo se puede resolver el conflicto? ¿Hay alguna otra manera de solucionarlo? Si te ocurriera a ti ¿qué harías? ¿Se puede hacer alguna otra cosa? El maestro irá planteando las preguntas orientándolas y dirigiéndolas hacia la búsqueda de soluciones al problema planteado. En esta fase da igual si las ideas aportadas solucionan el conflicto, lo importante es que surjan alternativas. No se deben emitir juicios de valor a las soluciones propuestas, éstas podrán ser evaluadas después por los niños en otra actividad, lo importante es que se presenten muchas y variadas alternativas para solucionar el conflicto. Las propuestas de solución se irán anotando en un papel para que en otra actividad podamos analizarlas. Justificación: Un paso fundamental para resolver un problema es plantear una solución adecuada al mismo, pero soluciones hay muchas, lo importante es elegir aquella que nos permita resolver el problema correctamente, para ello el primer paso es concretar las diferentes alternativas posibles, y ese es el objetivo de la presente actividad. Serrano Bravo, Fernando 38 5.1.3.3. Contenido 3: Prever las consecuencias 5.1.3.3.1. Actividad 1: Analizando soluciones Nombre Actividad: Analizando soluciones Contenido: Prever las consecuencias Objetivos Competencias Emocionales Duración Estructura Materiales Ser capaz de conocer a priori la influencia que nuestro comportamiento y el comportamiento de los demás puede tener en la generación de un conflicto. Distinguir entre soluciones que resuelven un problema y soluciones que no resuelven un problema. Saber situarse en el lugar del otro para anticipar su respuesta. En esta actividad se trabajan casi todos los contenidos de la inteligencia emocional: Autoconsciencia o conocimiento de uno mismo. Autocontrol o capacidad para dominar nuestras emociones y sentimientos. Motivación para dirigir nuestras emociones y sentimientos por el camino correcto. Empatía o capacidad para ponerse en la situación del otro. U n a s e s ió n d e m e d ia h o ra . En esta actividad el profesor pregunta al grupo en general y los niños van respondiendo por iniciativa propia o a solicitud del maestro, a nivel individual. Se desarrolla en el aula y sólo es necesario lápiz y papel. Metodología: Esta actividad se desarrolla a través de preguntas y respuestas verbales entre profesor y alumnos, en las que el profesor intenta extraer de los chicos las máximas aportaciones sobre las consecuencias que las distintas
Compartir