Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
En este artículo me interesa mostrar a través de una serie de ejemplos, la manera en que el renovado activismo indígena de la última década en América Latina se ha manifestado en forma clave en la creciente apropiación de medios de comunicación y tecnologías de información. Este fenómeno de apropiación es un proceso diverso y complejo, en donde diferentes tecnologías y códigos audiovisuales son adecuados a las lógicas indígenas. En términos teóricos, se propone que las formas alternativas de entender y utilizar los medios, enfocadas más al proceso que al producto final, explicarían la manera en que los medios y tecnologías son construidos culturalmente. En este sentido, el artículo trata sobre los procesos emergentes de convergencia indígena en América Latina, en especial en relación con los nuevos discursos de autodeterminación política, reconocimiento cultural y étnico. El énfasis está puesto en cómo estos discursos se ven mediados a partir de la apropiación y aplicación de tecnologías de información y comunicación. El marco de referencia está dado por dos procesos complejos, sin duda diferentes, a la vez que simultáneos y convergentes. Por un lado lo que algunos han llamado la emergencia indígena en América Latina1 durante la última década y los procesos asociados de etnogénesis; y por otro lado, la notable y dispar integración tecnológica de ciertas esferas económicas y sociales latinoamericanas. De esta forma y a través de ejemplos concretos, se muestra por un lado el papel mediador, y en muchas ocasiones contradictorio, que las nuevas tecnologías digitales juegan en la conformación de nuevas formas de solidaridad social a nivel local, nacional y transnacional, y por otro lado, la manera en que los nuevos medios pueden entenderse como herramientas estratégicas de activismo cultural. Introducción Los resultados del proceso nos han enseñado a presentar nuestra propia voz tal cual, como queremos que sea y que entiendan en base a la lógica de nuestra realidad, es por ello que hemos dado importantes pasos, pasando de la ‘queja’ a la ‘propuesta’ del ‘discurso’ a la ‘práctica’ en otras palabras hemos ingresado muy fuertemente a copar los espacios para la 61 Activismo indígena en América Latina: estrategias para una construcción cultural de las tecnologías de información y comunicación Juan Francisco Salazar University of Western Sydney JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ enseñanza de generar una cultura de respeto, generar una cultura de consulta, una cultura de participación y una cultura de política indígena. La lucha indígena no es de hoy ni de ayer, es de todos los días y será para siempre, hasta que llegue el día en que haya realmente la igualdad de condiciones y de justo equilibrio; la solución de ayer lo necesitaba para ayer y para hoy requiero otras soluciones alternativas que sean para hoy, y para mañana se necesita garantizar la historia viva de los pueblos originarios.2 No cabe duda de que los procesos de resistencia y re-emergencia cultural de los pueblos indígenas latinoamericanos han surgido de las comunidades, centros y organizaciones indígenas mismas. Sin embargo, un aspecto que merece más atención es la manera en que la renovación de los discursos indígenas en la región se han visto reforzados y aprovechados a través de las prácticas mediáticas. Los medios de comunicación y las tecnologías de información, al no ser nuetras, están imbuidas en consideraciones políticas, económicas, culturales, religiosas, de diseño y marketing. Al no ser ni negativas ni positivas en sí mismas, toman el modo y dirección de las sociedades en que son introducidas, y al mismo tiempo ayudan a dar forma a las relaciones y modelos de interacción en estas sociedades. En muchos casos, esta forma alternativa de concebir y utilizar los medios como herramientas de lucha política, enfocada más al proceso de supervivencia cultural que al producto final, permite reforzar la idea de que las tecnologías y prácticas mediáticas son negociadas por grupos culturales relevantes en un proceso de construcción socio-cultural. Sin embargo, no debe imaginarse que el desarrollo de unos medios de comunicación indígenes en América Latina sea por sí sola un espacio capaz de generar modelos más democráticos y pluralistas, ya que por el momento se trata más bien de un ‘campo de lucha simbólica’ donde individuos y colectivos indígenas resisten y reinventan sus discursos culturales como una forma de hacer frente a una lógica dominante.3 Es esta resistencia y reinvención cultural la que se ha visto potenciada a medida que nuevos medios tecnológicos como el video y el internet han sido hechos propios y redefinidos hasta conformarse como formas contemporáneas y alternativas de mediación cultural. La cita con la que comienza el artículo, tomada de un manifiesto reproducido en internet escrito por Mino Eusebio Castro, líder Asháninka de la comunidad indígena de Marankiari Bajo, Perú, resume, a mi juicio, las nuevas disyuntivas socio-tecnológicas y el rol de las nuevas tecnologías de comunicación en las agendas políticas indígenas a las puertas del siglo XXI. Por un lado, este manifiesto da cuenta del proceso que el antropólogo chileno José Bengoa, entre otros, ha venido a llamar la emergencia de la cuestión indígena en América Latina en el contexto de la globalización. En mi opinión, esta noción de emergencia puede entenderse de dos modos. El primero dice relación con urgencia. Las nuevas demandas indígenas son hoy 62 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ apremiantes e impostergables y así lo han entendido al menos algunas esferas sociales, incluyendo en menor medida gobiernos y sectores empresariales. El apremio es en todo sentido y contempla por supuesto la urgencia de contar con mecanismos propios de comunicación eficientes y al servicio de las necesidades de los pueblos indígenas. Como dice Bengoa, ‘la cuestión del reconocimiento se ha puesto al centro de la demanda indígena. Es por ello que las reformas constitucionales en América no son un aspecto menor de la discusión’.4 Por otro lado, esta idea de emergencia tiene relación con la aparición de un discurso étnico renovado y de alcance pan-indigenista, el cual sería la base de una suerte de explosión de diferentes procesos de etnogénesis en la región. Las características inéditas de esta nueva situación politico-cultural radicarían en que estas nuevas formas de identidad no pueden sino entenderse en sus connotaciones urbanas, híbridas, bi-culturales, y en donde las redes de comunicación internacional juegan cada día un papel más preponderante. Estos nuevos contextos han ido transformando las comunidades agrícolas rurales y las áreas indígenas por lo que resulta importante diseñar nuevas unidades de análisis a la hora de comprender las nuevas formas de etnicidad en la región. Estos nuevos discursos combinan la presión por autodeterminación y soberanía local con la lucha por los derechos humanos, laborales, culturales, intelectuales y ambientales a escala global, multiétnica y transnacional.5 Estos renovados discursos tienen relación con que la demanda indígena latinoamericana de los años 90 se plantea como un proceso mucho mas complejo que en décadas anteriores. Esto no implica que las demandas indígenas-campesinas de hace 30 años no lo fueran. Se refiere más bien al hecho de que se ha pasado del reclamo (muchas veces pasivo) por más recursos e infraestructura material (tierras, caminos), al llamado activo a construir una sociedad que se reconozca como indígena en su especificidad cultural, linguística, artística e intelectual. Tal como lo plantea Mino Eusebio Castro en su manifiesto desde Perú, ‘las demandas indígenas hoy han pasado de la “queja” a la “propuesta”’. Este concepto del reconocimiento está íntimamente relacionado con los procesos de etnogénesis a que se hacía mención con anterioridad, en los cuales varios pueblos indígenas de la región se han convertido en verdaderos protagonistasde una reinvención de sus tradiciones culturales, en ciertos casos en nuevos contextos urbano- globales. En esta época de redefinición de las fronteras y solidaridades sociales se ha pasado, en palabras de Sebastián Lara, ‘de las quejas a las propuestas para un mundo de autonomías descentralizadas pero coordinadas’.6 La demanda indígena latinoamericana de hoy implica promover el bilingüismo, rescatar las tradiciones antiguas, indigenizar las influencias externas (incluyendo la tecnología) e incluso la invención de nuevos 63 Salazar:Activismo indígena en América Latina contextos culturales. Los alcances de la nueva demanda indígena, no sólo en Latinoamérica por supuesto, implican la necesidad de una revisión de las ‘historias oficiales’, la necesidad de políticas medioambientales más estrictas y el reconocimiento de las naciones originarias dentro de los Estados. Más aún, la demanda indígena de hoy es una lucha por el poder de interpretación que surge de la idea de que la memoria no puede existir fuera de su contexto de representación. Esta nueva lucha por el poder interpretativo se da hoy en un contexto global donde los conflictos se han transformado en asuntos de supervivencia cultural para muchos pueblos indígenas del mundo. Es por ello que el tema de los medios de comunicación cobra notoriedad, como una forma de entender los nuevas espacios en los cuales los pueblos indígenas negocian sus identidades. El pan-indigenismo a que se ha hecho referencia tiene que ver con la manera en que las comunidades indígenas se influencian mutuamente a través de préstamos culturales y discursos marcados por elementos de lucha comunes y en donde la esfera mediática se ha constituido como un espacio de encuentro y convergencia de los diferentes discursos indígenas. En este sentido es interesante observar como hoy en día los nuevos sistemas digitales de producción, distribución y almacenamiento de información tienen un rol más importante en nutrir esta emergencia indígena y el fenómeno de convergencia pan-indígena a nivel mundial. La marginación de los pueblos indígenas no sólo se ha manifestado en políticas de estado, en lo económico y social, sino también en lo que respecta al acceso democrático y pluralista a la tecnología, lo que va por supuesto ligado al control de representaciones e imaginaciones propias en los medios. Es por esto que dentro del proceso de lucha de los pueblos indígenas se ha comenzado a incluir muy de a poco, el desafío por el acceso y control de las nuevas tecnologías de información y comunicación. Este es un aspecto fundamental que irá cobrando mayor importancia en las agendas político-culturales de las organizaciones y comunidades indígenas latinoamericanas en los próximos años. Es en este contexto de comunidad, medios de comunicación, computarización y creación de redes de interconexión donde surgen dramáticamente nuevas esferas públicas, o esferas comunicativas,7 las cuales se constituyen en muchos casos, en formas alternativas de comunicación y mediación intra- e intercultural. En ciertos casos, como se verá más adelante en el caso del levantamiento mapuche en Chile, se conforman en verdaderas contra-esferas públicas.8 El ya clásico trabajo de Jesús Martín-Barbero sobre hegemonía y comunicación9 sigue siendo útil a la hora de criticar los límites de las perspectivas tecnológico-deterministas y mediacéntricas al sugerir que los procesos de comunicación deben entenderse dentro de procesos de movilización social y cultural. Su propuesta enfatiza las mediaciones socio-culturales que surgen de la práctica y el uso de tecnologías de comunicación e información, más que las 64 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ tecnologías o textos en ellas imbuidos. De esta manera, es posible no sólo reconocer las formas negadas de participación cotidiana sino también la manera en que estas acciones ofrecen puntos de entrada en las estructuras de poder dominantes mediante la apropiación de nuevos usos o la subversión de nuevos discursos. A continuación se elaboran una serie de ideas para dar cuenta de estos posibles nuevos usos, como el hecho de que el video, la radio y el internet se construyen como nuevas herramientas de activismo político y cultural. La construcción cultural de los media indígenas en América Latina El surgimiento de los media indígenas latinoamericanos que se desarrolla a partir de mediados de los años ochenta10 posee una importancia no sólo en sus contenidos y substancia, sino además en la manera en que se conforman nuevas redes de información que podrían eventualmente contraponer o compensar los inequilibrios producidos por el creciente control corporativo transnacional y la consecuente homogeneidad de la oferta (y el debate) mediático (en el caso más optimista pero no menos realista). Como ya se ha dicho, uno de los aspectos más interesantes de este proceso son estas inéditas relaciones sociales mediadas, que en ciertos casos se constituyen en verdaderas alianzas pan-indígenas a nivel nacional e internacional.11 Por ello, y como bien sugiere la antropóloga visual norteamericana Faye Ginsburg, estas organizaciones comunicacionales indígenas: han creado un campo social que altera la manera en que entendemos los medios de comunicación y su relación con la circulación general de la cultura a fines del siglo XX, y desafían, por ejemplo, a quienes entienden los medios como simples productos individuales o deseos capitalistas.12 Es preciso dejar en claro que el trabajo de organizaciones indígenas en materias de comunicación precede sin duda los años 80, especialmente en relación a la radio. Hoy en día, el video e internet han sido apropiados en mayor escala que el cine y televisión. Pero independientemente del formato o tecnología empleados, es posible especular que las prácticas en comunicación audiovisual indígena están íntimamente ligadas a una serie de prácticas comprometidas en la mediación y movilización consciente de la cultura. Daniel Miller, por ejemplo, define estas prácticas como nuevas tecnologías de objetificación,13 las cuales no sólo crean nuevas posibilidades de entendimiento sino que a su vez plantean nuevas amenazas de alienación y marginalización. Lo interesante de esta propuesta es que al autor le interesa resolver estas nuevas dialécticas digitales no sólo a nivel teórico, sino también a nivel de observar y comprender cómo las personas resuelven y viven estas contradicciones en prácticas locales cotidianas. 65 Salazar:Activismo indígena en América Latina El caso de la práctica mediática indígena es relevante en este sentido, ya que va más allá de una apropiación y adaptación de tecnologías y códigos narrativos de la cultura visual occidental-industrial. Esta noción de apropiación se entiende como un proceso colectivo de auto-producción, lo que Bengoa y otros definen como etnogénesis, por medio del cual es posible mediar rupturas históricas y culturales dentro de sus propias comunidades y una manera alternativa de hacer valer su presencia en las políticas que los envuelven.14 En lo que respecta a la apropiación de nuevos usos, el comunicador audiovisual boliviano Iván Sanjinés ha sugerido que los pueblos indígenas han desmitificado la imagen en cuanto a su estructura estereotipada. Ahora se presenta la posibilidad de una autorepresentación, se trata de que los pueblos indígenas sean actores activos y protagonistas de la construcción comunitaria de su imagen, que de hecho esto ya es un aspecto diferencial en el modo de leer la imagen tradicional. Es bien sabido que nuestros pueblos y culturas poseen desde siempre, sus propios conceptos acerca de la felicidad, el progreso y la convivencia humana. La mirada indígena es otra mirada, conlleva, además de una cosmovisión propia de pueblos que respetan su entorno y saben escuchar las voces de la tierra, una variedad de maneras de concebir lo audiovisual donde prevalece la idea de conjunto, de comunidad, más que de individuo aislado, en donde los tiempos respetanla posibilidad de expresión y transmisión de un mensaje. Esto en contraposición al acelerado discurso televisivo actual.15 Esto demuestra en parte lo que se hacía mención anteriormente en cuanto a que los medios audiovisuales son construidos culturalmente.16 Siguiendo la postura de Sanjinés, se puede decir que estas formas culturales reinventadas y mediadas a través de tecnologías de información y comunicación se han convertido, especialmente para minorías indígenas, en fuentes alternativas de valores y activos políticos, tanto a nivel de bases solidarias internas de movilización como formas de comunicación transcomunal y de apoyo panindigenista, incluyendo gobiernos y organismos internacionales no gubernamentales. Estos nuevos valores y activos políticos alternativos han sido entendidos en muchos casos como noveles formas de activismo donde los procesos creativos y conscientes de objetificación cultural son quizás las nuevas formas de activismo cultural.17 De acuerdo con lo que George Marcus define como ‘imaginario activista’, los medios de comunicación no son solamente utilizados por grupos minoritarios o excluidos para promover un cambio social a través de políticas de identidad y representación, sino que también representan una alternativa viable para ‘proyectos emancipatorios que revelan asuntos actuales en torno a la ciudadanía y la forma de las esferas públicas en el marco y los términos de un discurso tradicional en política y sociedad civil’.18 Y antes de pasar a revisar algunas consideraciones al respecto es necesario dejar en claro que no se trata de una revisión exhaustiva de casos sino de más bien un resumen de experiencias importantes. Asimismo, 66 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ reconociendo la importancia que el internet y otros medios han tenido en el levantamiento zapatista en Chiapas, se ha dejado este caso al margen ya que ha sido ampliamente documentado y estudiado en los últimos años. La concomitancia en años recientes entre activismo indígena y tecnologías de información y comunicación en América Latina ha cobrado inusitada importancia y ha sido planteada por varios sectores sociales. En INKARRI, por ejemplo, el Centro internacional de documentación de los pueblos indígenas con sede en el País Vasco,19 se han recogido diversas opiniones que han dado forma a la propuesta INKARRI 2004, elaborada en 1999 con base en la experiencia del Taller de periodistas indígenas realizado en Madrid en 1998. El motor de la propuesta es entender y asumir la importancia del uso estratégico de las tecnologías de información y comunicación, así como la necesidad urgente de plantear acciones para consolidar este uso mediante una Red indígena global para la acción telemática. Cabe destacar que la existencia de redes indígenas internacionales ha sido reconocida desde 1995 por el Grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas de la ONU (en su resolución E/CN.4/1995/26, recomendación Nº 07). El surgimiento de redes de movilización indígena se da a partir de la necesidad de desarrollar un espacio autónomo (virtual en este caso) para la información y la promoción de los derechos de los pueblos indígenas con el fin de establecer una trama telemática alternativa para la interconexión entre las distintas redes de los pueblos indígenas en áreas como la autonomía, territorios autogestionados, biodiversidad, medicina, medios de representación y comunicación entre otros temas de interés.20 Entre los forjadores de los media indígenas en los años 80 destaca la experiencia del proyecto Video en las aldeas en Brasil originado en 1987 en torno a la figura de Vincent Carelli. El proyecto ha promovido durante casi 15 años el encuentro de las comunidades indígenas en Brasil con sus imágenes propias. La premisa del proyecto desde sus inicios ha sido construir el video como una herramienta cultural que permita la expresión de identidades que reflejen una visión propia. El proyecto también ha estimulado el intercambio informativo entre diversas naciones indígenas del Brasil y actualmente es uno de los organismos no gubernamentales más activos en la organización de talleres de capacitación audiovisual, encuentro de realizadores indígenas y programas comunitarios de televisión. Retomando la idea de la emergencia y las grandes movilizaciones indígenas en los años 90, que fueron motivadas por la actividad generada por los eventos del Quinto Centenario en 1992 y fruto de la misma, cabe destacar la firma de la Declaración de Quito en diciembre de 1994, que en sus partes centrales expuso lo siguiente: Los pueblos indígenas proclamamos nuestro derecho a la creación y recreación de nuestra propia imagen. Reivindicamos nuestro derecho al acceso y apropiación de las nuevas tecnologías audiovisuales. Exigimos 67 Salazar:Activismo indígena en América Latina respeto por nuestras culturas (que comprende la cultura espiritual como la material). En tanto somos pueblos recíprocos exigimos que las imágenes que son captadas en las comunidades indígenas, regresen a éstas. Necesitamos organizar la producción propia de videos y masificarla, construir redes efectivas de intercambio, solidarias y mancomunadas; necesitamos promover la diversidad de géneros y formatos, facilitando la apertura a la creatividad, producción y divulgación indígena, reconociendo todas las potencialidades de nuestras formas ancestrales de auto-representación.21 Con este objetivo en mente y como parte de un nuevo intento integracionista latinoamericano, se crea en México en 1985 el Consejo latinoamericano de cine y video de los pueblos indígenas (CLACPI), organización que desde un comienzo se identifica con los procesos comunicacionales asumidos por los pueblos indígenas en su lucha por el derecho a más justicia en la elaboración y circulación de mensajes audiovisuales, así como acceso a la autogestión comunicacional. CLACPI tiene hoy su sede central en La Paz, Bolivia, desde donde se ha impulsado y encabezado la organización de 6 eventos internacionales en diferentes países: México 1985, Brasil 1987, Venezuela 1989, Perú 1992, Bolivia 1996, Guatemala 1999. Actualmente es uno de los organismos más activos en materia de audiovisuales indígenas. Durante noviembre de 2002 organizó un taller de cine para realizadores indígenas en La Habana, Cuba y ahora se prepara el próximo festival latinoamericano en Santiago, Chile para 2003. Estos festivales han sido tribunas claves para la creación de conciencia en materia de derechos civiles y culturales de los pueblos indígenas latinoamericanos, y además han sido determinantes en el desarrollo del audiovisual indígena en la región. Uno de los casos paradigmáticos lo constituye el Plan Nacional Indígena-Originario de Comunicación Audiovisual desarrollado en Bolivia desde 1996, a partir de la experiencia del Quinta Festival Americano de Cine y Video de Pueblos Indígenas y Naciones Originarias realizado en La Paz. Este plan fue uno de los resultados concretos de un largo proceso de trabajo en el cual varias organizaciones indígenas y campesinas de Bolivia establecieron, junto a CEFREC (Centro de Estudios, Formación y Realización Cinematográfica), las bases para desarrollar una labor a largo plazo en el campo de la comunicación audiovisual. Lo interesante de este Plan Nacional radica en la manera en que los pueblos indígenas y campesinos de Bolivia, a partir de sus propias formas ancestrales de auto-representación y comunicación, han elaborado una serie de prácticas de intercambio informativo a nivel nacional, destacando el traspaso generacional y la continuación de una memoria oral colectiva local. El video que se ha construido no sólo es una herramienta para la expresión cultural y artística de las naciones originarias sino que además se ha elaborado una completa y ambiciosa estrategia de comunicación audiovisual al servicio de la reproducción cultural de los pueblos indígenas. Hoy en día, el CEFREC y otras 68 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December2002~ organizaciones indígenas bolivianas han logrado generar el primer espacio íntegramente indígena en la televisión abierta boliviana. La estrategia promueve una participación más democrática en los medios y hasta cierto punto ha marcado un hito a nivel latinoamericano en lo que se refiere al establecimiento de mecanismos de negociación y contacto con la sociedad nacional.22 CEFREC-CAIB en Bolivia son también los organizadores del Festival de Video Amazónico que congrega anualmente a numerosas naciones indígenas de Bolivia, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Paraguay. A pesar de que muchos temas son recurrentes en el audiovisual indígena latinoamericano, la heterogeneidad y complejidad de las propuestas y estilos de las producciones es tan amplia como la diversidad cultural de los pueblos indígenas. Desde formas de documentación legal (audiovisual) o en negociaciones, como en el caso de comunidades indígenas en Chiapas,23 o como mecanismos para hacer prevalecer su presencia dentro de imaginarios nacionales como los numerosos casos en Bolivia, Perú y México, hasta campañas de alfabetización y formas de movilización contra mega proyectos de impacto medioambiental, o la documentación de ceremonias y actividades tradicionales, la preservación de lenguas autóctonas, o la comunicación intra- e intercomunal. Quizás uno de los aspectos más interesantes es que la apropiación y el uso de medios, principalmente el video e internet, se convierte en una forma de mediación intercultural e intercomunitaria en la conformación de un nuevo imaginario activista indígena el cual establece un diálogo renovado de lucha por los derechos civiles y culturales indígenas en toda la región. Tanto las imágenes audiovisuales como los hypertextos de la red estimulan y fortalecen los intercambios o infointercambios entre miembros de una misma comunidad o comunidades diferentes en los contextos en que son mostrados y compartidos. Otro ejemplo notable lo constituye la Confederación de nacionalidades indígenas del Ecuador (CONAIE) o Ecuadormanta Runacunapac Jatun Tantanacui, formada en 1988. Esta organización, una de las más activas en la promoción de movilizaciones indígenas, realiza festivales anuales de cine y video (Festival de Cine y Video de las Primeras Naciones de ABYA- YALA), cuyos objetivos son, no sólo la presentación de videos producidos por realizadores indígenas, sino el establecimiento de un espacio de reflexión tanto a nivel teórico (como por ejemplo la posibilidad de desarrollar lenguajes audiovisuales propios, es decir la construcción cultural de los medios audiovisuales) como a nivel práctico, a través de la realización de talleres de capacitación y formación durante los días del festival, sobre aspectos teóricos y técnicos de la producción y difusión. Muy importante también es el hecho de que estas instancias son tomadas por los asistentes como espacios de intercambio sobre la contribución del audiovisual en el desarrollo de los pueblos indígenas y como maneras de ‘conocer y 69 Salazar:Activismo indígena en América Latina alimentarse de las estrategias de la vida de los hermanos de los otros lados del continente [ratificando] la voluntad política de nuestras organizaciones de nivel continental, por debatir a través del cine y video, nuestras diversas y complejas realidades’.24 Es interesante notar en este sentido, cómo el uso de los media para el empoderamiento de grupos excluidos, mezcla lo local con lo global en un diálogo que ha sido referido como lo glocal. Las imágenes se convierten en signos subversivos para la movilización y la acción, así como en una reconceptualización del lugar que ocupan los medios alternativos en las esferas públicas nacionales. Como sugiere el antropólogo chileno Claudio Mercado, ‘el audiovisual es un arma poética muy eficaz’ en referencia al primer video filmado y editado por dos caspaneños en Chile. Este video fue el instrumento clave de denuncia del proyecto del Gobierno de crear un parque nacional en territorios de la comunidad indígena de Caspana, en el norte de Chile.25 Cuando el video fue mostrado a la comunidad fue posible lograr que los comuneros se negaran conjuntamente al proyecto. Más aún, como relata Mercado, cuando el video se mostró en una reunión a la que asistieron dirigentes de los pueblos vecinos, todos apoyaron a Caspana. Caspana citó a una reunión a un representante de la CONAF (Corporación Nacional Forestal, organismo a cargo de la administración de los parques nacionales en Chile) y allí la comunidad en pleno le dijo al funcionario de gobierno que Caspana no aceptaba la creación del parque. Gerónimo, uno de los videastas caspaneños, filmaba la reunión y esto obligaba al funcionario a no prometer cosas que quizás luego no serían cumplidas. El proyecto de creación del parque quedó detenido.26 En este sentido, no es fácil determinar el grado en que el video de Gerónimo Ansa permitió que el proyecto se detuviera, pero si es posible observar el nuevo rol que el video empieza a tener en el activismo cultural caspaneño. Este ejemplo del uso del video como una herramienta política, muestra que, en lo que respecta a esta tecnología, sus funciones (grabación y playback) son relativamente simples, lo que permite a su vez estimular y apoyar su uso en contextos locales altamente mediados en donde los espectadores pueden participar directamente con comentarios. De esta manera se estimula la creación de distintas formas de reconstrucción de las historias locales, en donde el video juega un papel clave al ser construido como la plataforma por medio de la cual nuevas narrativas son inventadas (o aquellas milenarias son re-creadas). Más importante aún, se constituye en una poderosa herramienta de activismo cultural, en un arma poética que da voz propia a sus usuarios, una forma alternativa de comunicación y mediación intra- e intercomunal. Es por ello que los media indígenas ofrecen un potencial único para estudiar el incremento de la producción y distribución de visiones divergentes o, como lo ha expresado Faye Ginsburg, ‘mientras luchamos por comprender el rediseño de los espacios sociales que 70 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ ocurre hoy a medida en que nuevas formas de comunicación son adoptadas, hechas propias e indigenizadas, este trabajo [los media indígenas] ofrece algunas coordenadas para el entendimiento de cómo podría ser un mundo interconectado fuera del orden hegemónico’.27 No cabe duda que el desarrollo de los media indígenas tendrá un fuerte impacto en los marcos de referencia dentro de los cuales las comunidades indígenas latinoamericanas se piensan, identifican y diferencian, así como del rol que estos pueblos juegan en el ámbito nacional y global. Como sugiere Burnett ‘lo local se desenvuelve hacia un repertorio matizado de significados posibles, contingente en gran medida con el conocimiento que los miembros de la comunidad tienen de ellos mismos. Existen ahora diversos modos por los cuales las comunidades definen sus actividades y esto estimula que lo local sea pensado en una multiplicidad de maneras’.28 En su manifiesto ‘Apropiémonos de la red de los blancos’ con el cual comienza este ensayo, Mino Eusebio Castro destaca que ‘los resultados del proceso nos ha enseñado a presentar nuestra propia voz tal cual como queremos que sea y que entiendan en base a la lógica de nuestra realidad’. El proceso a que se refiere el líder Asháninka tiene que ver con los primeros resultados del proyecto ‘Asháninka—internet por radio para comunidades aborígenes (desarrollo de capacidades para el uso de internet en América Latina y el Caribe)’ parte del programa de desarrollo del IDRC-Canadá llamado PAN para América Latina y el Caribe.29 En 1998−99, los miembros de la comunidad Asháninka hicieron un exhaustivo análisis de su contexto y de la forma en que esta nueva tecnología podría beneficiarlos (o eventualmente dañarlos). Recordemos que esta comunidad fue una de las fundadoras de la Central de ComunidadesNativas de la Selva Central (CENOSEC) creada en la década de los setenta para la lucha contra la invasión de colonos a los territorios tradicionales y la defensa de los derechos indígenas y territoriales contra el esclavismo y la explotación en que los Asháninka vivían sumidos. Así en 1999 se instalaron dos estaciones de comunicación por radio de alta frecuencia para proveer de acceso a internet a las comunidades Asháninka y se llevó a cabo el entrenamiento de varios líderes comunitarios en el uso de los recursos internet, a partir de lo cual se inició una red de comunicación alternativa entre estas comunidades. Hoy en 2002 está en etapa de expansión para conectar a más de 66 comunidades diferentes de la selva central del Perú y cerca de 43 organizaciones regionales. Cuando el sitio web fue presentado a los medios de comunicación en Lima, Mino Eusebio Castro destacó que uno de objetivos de la iniciativa era crear una herramienta de activismo cultural por medio de la cual se promoviera la diversidad cultural y biológica, los saberes tradicionales y en especial, la protección de los derechos intelectuales indígenas en lo referido al uso tradicional de plantas medicinales en vías de extinción debido a la agresiva y desmedida 71 Salazar:Activismo indígena en América Latina explotación de éstas por parte de compañías transnacionales. Los ejemplos son varios y, como lo demuestran estos casos, la red internet se concibe hoy como un ‘campo de lucha simbólica’, por medio del cual los pueblos indígenas ‘se apoderan de un lenguaje o capital simbólico y reinventan sus culturas como forma de proyectar sus sociedades y formas de vida en medio de un orden globalizado’.30 El último caso que se expone, tiene relación con el creciente rol que internet empieza a tener en ciertos organismos e intelectuales indígenas chilenos,31 particularmente dentro del proceso de movilización mapuche. El conflicto mapuche32 ha sido cubierto por la prensa como actos en contra del estado de derecho y últimamente se han querido encontrar ramificaciones a grupos radicales extremistas o células guerrilleras. Lo interesante es observar como a través de internet se ha desarrollado un medio incipiente pero alternativo de esfera pública o, más bien, una tentativa de contra esfera pública. La flexibilidad interpretativa de internet permite su construcción cultural, que en el caso específico del levantamiento mapuche, permite dar paso a la creación de un renovado discurso mapuche que desde el ciberespacio ofrece una voz divergente y crítica a la esfera pública tradicional. Cabe mencionar que en Chile, tanto la esfera pública como la mediática, se caracterizan por ser las menos pluralistas, debido principalmente al desmedido nivel de concentración de propiedad que tienen los medios y la escasa regulación que existe en esta materia. Lo particular del caso chileno es que esta concentración se da tanto a nivel económico como ideológico.33 Si los monopolios oligopólicos son parte de la globalización y ocurren actualmente en muchos países, en Chile el fenómeno se acentúa por la existencia de un rígido monopolio ideológico ‘de anulación de la diversidad político-cultural’.34 En Chile, los pueblos indígenas no han tenido espacio alguno en los medios masivos para crear imágenes propias de representación, a pesar que la Ley Indígena de 1993 así lo dispuso. En el caso chileno, los estudios llevados a cabo por el Consejo nacional de televisión de Chile muestran resultados chocantes, en cuanto a las cuotas de pantalla y tipo de programación, donde los espacios dedicados a cultura ocupan menos del dos por ciento.35 Por esto, y al igual que el video, la red internet comienza a configurarse en un arma de activismo cultural. En este caso en particular, para la difusión de información y la elaboración de perspectivas autónomas y divergentes del conflicto entre organizaciones mapuche, el estado chileno y las empresas forestales que yacen al centro del conflicto. Pero más allá de los alcances del audiovisual, y para el caso chileno también la radio, la red internet ha venido a facilitar la creación de una esfera pública alternativa y emergente en la coyuntura de la sociedad chilena contemporánea. A través de más de 10 sitios producidos desde Chile o Europa,36 la red internet le ha permitido sacar la voz a una serie de intelectuales y activistas mapuches que no tienen cabida en otros medios. Los sitios mapuche en internet más 72 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ importantes a la hora de establecer un espacio para la discusión y crear alternativas de opinión son: (1) el Centro de Documantación Mapuche Ñuke Mapu, fundado y dirigido por José Calbucura desde la Universidad de Uppsala en Suecia,37 (2) la Fundación Mapuche FOLIL de Holanda38 y (3) Net Mapu,39 organizado desde Santiago de Chile por un grupo conformado por Rubén Sánchez, Eugenio Alcamán, Luisa Curil, Rosamel Millamán y desde Denver, Estados Unidos por José Marimán. Otras organizaciones importantes con presencia en el ciberespacio son (4) MapuExpress40 un actualizado informativo político cultural mapuche creado por Alfredo Seguel desde territorio mapuche (Temuco, Chile), (5) AD-MALEN y (6) KAXAWAIÑ quienes a través de una página bilingüe alemán-español interpretan el sentir de agrupaciones mapuche urbanas,41 (7) el Mapuche Inter-regional Council,42 con sede en Temuco, Chile y Bristol, Inglaterra, que ha organizado recientemente un importante congreso de historia mapuche en Alemania, y (8) el sitio mapuche de la Fundación Rehue, con sede en Holanda. También resalta (9) el sitio del Centro de Comunicaciones Mapuche XEG XEG43 que promueve el rol de las comunicaciones (radiales y audiovisuales) para la elaboración de una voz mapuche propia. Un sitio interesante lo constituye también el controversial (10) Resistencia Mapuche,44 Otros sitios importantes de promoción de la cultura mapuche son la Corporación Mapuche Newen45 con sede en Temuco, y Liwen: Centro de Estudio y Documentación Mapuche, también con sede en Temuco. Lo primero que resalta en todos estos sitios mapuche en internet es un intento por promover la cultura mapuche a través de una voz propia. En casos más puntuales, destacan los intentos por redefinir lo que se entiende por esfera pública, haciendo notar que una adecuada concepción de esfera pública implica por un lado la consideración de públicos en plural así como la eliminación de las desigualdades sociales incluyendo la inclusión en el ámbito de lo público o de interés común, de aquellos asuntos e intereses considerados como privados (por ejemplo, la explotación comercial de los bosques ubicados en tierras reclamadas por organizaciones mapuche). En internet, el discurso mapuche cobra mayor fuerza en comparación con la nula existencia en otros medios. De hecho, distintas perspectivas dentro del discurso mapuche permiten un espacio para la reflexión sobre esos temas que no se incluyen en los informes periodísticos que llegan a la opinión pública, tales como las nefastas consecuencias de la migración, la pérdida de identidad cultural, la ineficacia de políticas impulsadas por el Estado chileno en cuanto a la división de sus tierras comunales y la asimilación de su población a la cultura de la sociedad mayor, o la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado a activistas mapuche.46 Un ejemplo significativo lo constituyen los debates sobre qué constituye autonomía mapuche y cuales son sus implicancias.47 Las páginas mapuche están permitiendo a intelectuales indígenas y no indígenas criticar varios proyectos de inversión de consecuencias socio-ambientales difíciles de predecir, hablar sobre los 73 Salazar:Activismo indígena en América Latina impactos de la globalización en las comunidades indígenas, la falta de compromiso de los gobernantes y la clase política post-dictadura,48 así como impulsar activamente la lucha contra el olvido, el racismo y la indiferencia. Estos espacios virtuales abren una nueva esperanza de medios eficaces de comunicaciónalternativa que permitan al pueblo mapuche y a los pueblos indígenas de Chile y América Latina en general, una mayor participación en la definición de su propio destino, entendiendo esto como la aspiración por un mayor control de los procesos políticos, económicos, culturales, y especialmente tecnológicos, al interior de contextos multiétnicos tanto urbanos como rurales. Conclusiones Mi interés en este trabajo ha sido ver hasta qué punto se puede plantear que los medios de comunicación pueden llegar a convertirse en sí mismos en generadores de un llamado a la acción y al debate. A través de los ejemplos seleccionados se han mostrado algunas líneas en esa dirección. De cualquier forma, no es posible desestimar el hecho de que hasta el momento los flujos de la economía cultural latinoamericana en un contexto globalizado han hecho de los nuevos medios digitales de información y comunicación instrumentos que marcan claramente las diferencias sociales y culturales en beneficio de grupos más privilegiados. Sin desconocer que el acceso y uso de tecnologías audiovisuales en América Latina aún refleja las desigualdades e injusticias de las sociedades latinoamericanas contemporáneas, el asunto de la apropiación conflictiva y divergente del internet y el video por parte de los pueblos indígenas latinoamericanos demuestra la manera en que los esquemas de percepción y acción se están contestando y redefiniendo constantemente. Será necesario promover más investigación para lograr determinar las formas más efectivas de apropiación tecnológica en un marco de diálogo horizontal y la forma de hacer valer las nuevas esferas públicas que comienzan a surgir. Los nuevos trabajos en cine, video e internet que hoy hacen diversos realizadores indígenas latinoamericanos abre las puertas a la necesidad de más trabajos teóricos compartidos para abordar el tema de las nuevas prácticas radicales de mediación alternativa que se mueven simultáneamente entre lo local, lo regional, lo nacional y lo global. Lo mismo sucede con la radio, que hoy sigue siendo el medio más importante por su lógica oral y el alcance geográfico. Concordando con lo que sugiere Marcelo Bonilla, será necesario saber precisar cuál es la forma de apropiar y usar la tecnología informática [pasando] por el reconocimiento de ‘racionalidades’ culturales no convencionales, muchas veces abiertamente contrarias a la racionalidad científico tecnológica contemporánea. Esto nos pone en el escenario ‘futuro’ de procesos de apropiación conflictiva de las nuevas TIC.49 74 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ El ánimo en este artículo ha sido más que nada abrir otro espacio discursivo para los media indígenas en América Latina tomando en cuenta las emergentes prácticas culturales así como las móviles y múltiples intervenciones de los pueblos indígenas en los flujos políticos, ideológicos, culturales, y tecnológicos en esta época de globalización de las comunicaciones. Existen aún varios problemas de acceso a las nuevas redes digitales, sobre todo internet. A diferencia del video, el uso de internet aún está determinado por restricciones técnicas y logísticas, partiendo de la falta de experiencia y saber técnico en el uso de computadores, la falta de conectividad en muchas regiones rurales y remotas, el hecho de que en el ciberespacio se habla y escribe en inglés principalmente, los altos costos de acceso en la mayoría de los países latinoamericanos y la falta de recursos económicos para el funcionamiento y mantenimiento de los equipos. El video por el contrario, permite una forma alternativa de diálogo social y ha jugado un rol estratégico en la expansión del diálogo intercomunal a nivel latinoamericano como lo demuestran la serie de festivales, talleres y seminarios audiovisuales en la región, los cuales se han transformado en verdaderos encuentros de convergencia pan-indígena. Excluyendo el caso de la radio, el video ha sido el instrumento predilecto en los últimos años ya que permite en muchos casos una continuidad con formas de comunicación oral y es un agente que estimula la comunicación interpersonal cara a cara, a diferencia de otros medios (incluyendo internet) que se basan en la palabra escrita o funcionan en base a comunicación a distancia. Las comunicaciones tienen hoy un rol primordial en las agendas político culturales de los pueblos indígenas de la región. Estas diversas prácticas son sin duda los temas más interesantes a la hora de evaluar la forma de hacer frente a las nuevas dialécticas digitales en la región. Esto involucra entender la peculiaridad no sólo del impacto desigual de las nuevas tecnologías en sociedades periféricas, sino, y quizás más importante aún, entender la singularidad de la construcción cultural de estos nuevos medios en donde la flexibilidad interpretativa de las tecnologías permite a los usuarios moldear cada medio de acuerdo a sus propias exigencias. Estas exigencias son hoy urgentes y es por ello que la lucha por la apropiación de medios de comunicación será en los próximos años el sitio de conflicto más relevante en las nuevas formas de activismo cultural indígena en América Latina. Notas 1 José Bengoa, La emergencia indígena en América Latina. Santiago, Fondo de Cultura Económica, 2000. 2 Mino Eusebio Castro, Ashtajiaro ítsari birákocha (Apropiémonos de la red de los blancos). Manifiesto en internet. 25 de agosto de 2000. 75 Salazar:Activismo indígena en América Latina 3 Marcelo Bonilla Urvina ‘Investigando las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC) como campos de lucha simbólica en América Latina y el Caribe’. Documento Flacso-Ecuador, 2000. http://www.flacso.org.ec/TIC 4 Para mayor detalle ver Bengoa, La emergencia indígena, p. 128. En este libro, Bengoa hace un delineamiento de los procesos históricos, contextos sociales y posturas políticas de esta nueva emergencia indígena latinoamericana en los años 90. 5 Guillermo Delgado, ‘Ethnic, politics and the popular movement’ in Latinamerica Faces the Twenty First Century, San Francisco, Westview Press, 1994. Ver también, Sebastián Lara y Guillermo Delgado ‘La soledad de los indios’. http://www.eurosur.org/TIPI 6 Citado del sitio web de INKARRI. http://www.inkarri.net/yo/2004/home.htm 7 Ron Burnett, Cultures of Vision: Images, Media and the Imaginary, Indiana University Press, 1996. Ver también Ron Burnett, ‘Postmodern media communities’, available online at http://www.basilisk.com/basilisk2/ECRITS2/ rb_pmc.html. 8 Para mayor información acerca de la noción de contra esfera pública, referirse al artículo de Nancy Fraser ‘Rethinking the Public Sphere: A Contribution to the Critique of Actually Existing Democracy’, en C. Calhoun (ed.), Habermas and the Public Sphere. Cambridge, MIT Press, 1993. 9 Jesús Martín-Barbero, Communication, Culture and Hegemony: From the Media to Mediations, London, Sage, 1993 10 Una de las primeras experiencias es la publicación del libro Hacia el audiovisual indígena, Instituto Nacional Indigenista de México (INI), 1983. 11 Existen varios ejemplos concretos tanto a nivel local como a nivel transnacional, tales como las cooperativas en Oaxaca, México, o alianzas regionales para la producción audiovisual como NAPA en los Estados Unidos (Native Americans Producers Alliance) la AFVAA en Canadá (Aboriginal Film and Video Arts Alliance), NIMAA en Australia, CREFREC-CAIB en Bolivia, CONAIE en Ecuador, CONAP en Perú, COICA, IAIP entre otros. 12 Faye Ginsburg, ‘Resources of Hope: Learning from the Local in a Transnational Era’ en Claire Smith y Graeme Ward (eds), Indigenous Cultures in an Interconnected World, Sydney, Allen & Unwin, 2000, p. 39 (mi traducción). 13 Daniel Miller, Worlds Apart: Modernity Through the Prism of the Local, London & New York, Routledge, 1995, p.21. 14 Ver Faye Ginsburg, ‘Embedded aesthetics: Creating a discursive space for indigenous media’ en Cultural Anthropology, 9, pp. 365−82, 1994b. También su artículo ‘Production Values: Indigenous Media andthe Rhetoric of Self- Determination’ in Deborah Battaglia (ed.), The Rhetoric of Self Making, Berkeley, University of California Press. 1995. 15 Ivan Sanjinés, ‘Indígenas a la vanguardia audiovisual. Entrevista con Paola Rey’. http://www.tv-videolatinoamerica.com/6-6/puntodevista.htm 76 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ 16 Varios trabajos etnográficos han tratado este tema con mayor profundidad. Eric Michaels, en ‘The Aboriginal Invention of Television in Central Australia, 1982−86’, Canberra, Australian Institute of Aboriginal Studies, 1986, aborda el fenómeno de ‘la invención aborigen de la televisión’ en donde se muestra como el pueblo Warlpiri en Yuendemu desarrolló su propio sistema televisivo alternativo a la introducción de la televisión satelital. El trabajo de Michaels demostró las diferencias entre la construcción Warlpiri de la televisión y las prácticas occidentales de comunicación masiva. Trabajos similares han sido llevados a cabo por Vincent Carelli en Brasil entre otros. 17 Ver Ginsburg, ‘Shooting Back: From Ethnographic Film to Indigenous Production/Ethnography of Media’, en Toby Miller y Robert Stam (eds), A Companion to Film Theory, Blackwell, 1999, pp. 304−305 (mi traducción). 18 George Marcus, ‘Introduction’ en Connected: Engagements with Media, 1996, p.6. 19 Sebastian Lara, ‘Reporte del Centro Internacional de Información y Documentación de los Pueblos Indígenas 1999’. Información disponible en http://www.eurosur.org/TIPI 20 http://www.inkarri.net/quien/perioesp.htm 21 http://videoindigena.bolnet.bo/ 22 Para mayor información se puede revisar el Boletín entre culturas, publicado por CEFREC-CAIB o visitar el sitio internet del Plan Nacional de Comunicación Audiovisual Indígena Originario de Bolivia en http:// videoindigena.bolnet.bo 23 www.chiapasmediaproject 24 http://conaie.nativeweb.org/cine.html 25 El proyecto a que hace mención Claudio Mercado es ‘Implementación y capacitación en el manejo de equipos audiovisuales a siete comunidades atacameñas’, cuya primera parte fue realizada junto a Gerardo Silva y la Asociación de Tradiciones y Costumbres Atacameñas, y financiado por Fundación Andes y la Corporación de Desarrollo Indígena de Chile (CONADI) en 1999. El proyecto en su primera fase consistió en la compra de equipos y la realización de un taller de filmación y edición de videos a 14 atacameños de siete comunidades del norte de Chile (Caspana, Ayquina, Cupo, Lasana, Chiu Chiu, Conchi viejo, y Lickan Tatay) 26 Claudio Mercado, Revista Chilena de Antropología Visual, 1. http:// www.antropologiavisual.cl 27 Ginsburg, ‘Shooting Back’, (mi traducción). 28 Ron Burnett, ‘Postmodern media communities’, disponible en internet en http://www.basilisk.com/basilisk2/ECRITS2/rb_pmc.html 29 http://www.idrc.ca/pan/pr04240_1_s.htm 30 Bonilla Urvina, ‘Investigando las nuevas tecnologías’. 77 Salazar:Activismo indígena en América Latina 31 Este tema ha sido tratado con mayor atención en Juan Francisco Salazar ‘Articulating an activist imaginary: the role of Internet in the Mapuche conflict in Chile’, Artículo presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación Australiana de Estudios Culturales (CSAA), Melbourne, diciembre de 2002. 32 El conflicto mapuche se refiere a las movilizaciones de diversas organizaciones mapuches a partir de 1997 en contra del Estado chileno y las empresas forestales y madereras con el objeto de recuperar tierras usurpadas. El conflicto que desde hace cinco años amenaza con desestabilizar el estado de derecho, tiene raíces absolutamente legítimas. Por un lado un origen histórico luego de la incorporación de los territorios mapuche al estado chileno a partir de 1881 y un origen más actual, desde que en el año 1979 la dictadura militar promulgara la nefasta Ley No. 2.568 vigente hasta 1993 y que traería consigo, de forma reglamentada y legal, la forma de llevar a cabo la división arbitraria de las comunidades mapuches en propiedades individuales privadas y comercialmente transables. Prácticamente todas las compañías forestales que hoy operan en el territorio ancestral mapuche datan de entre 1974 y 1980 cuando se llevó a cabo la adquisición del actual territorio forestal a través de remates y traspasos, muchos de ellos fraudulentos, de empresas forestales estatales a un pequeño sector privado. 33 Guillermo Sunkel y Esteban Geoffroy, ‘Concentración económica e ideológica en los medios de comunicación: Peculiaridades del caso chileno’, Rocinante, 28 de febrero de 2001. 34 Ibid. 35 Consejo Nacional de Televisión de Chile, Departamento de Estudios, ‘Informe televisión abierta’, julio de 2000, e ‘Informe percepciones sobre la calidad en televisión’, 1999. 36 Este fenómeno se debe primero al original hecho que muchos activistas políticos mapuche fueron exiliados entre 1974 y 1982 durante la dictadura militar. 37 http://www.soc.uu.se/mapuche/ 38 http://www.mapuche.nl 39 http://www.mapuche.cl 40 http://www.mapuexpress.net 41 http://mapuches-urbanos.tripod.com/ 42 http://www.mapulink.org 43 http://www.geocities.com/CapitolHill/Senate/7718/ 44 http://www.resistenciamapuche.cl 45 http://www.geocities.com/mapnew/ 78 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~ 46 Víctor Ancalaf, líder de la organización Consejo de Todas las Tierras fue recientemente condenado a cinco años de presidio por infringir la ley e incitar hechos de violencia. 47 Marcos Valdés, ‘A los intelectuales: O de cómo resulta necesario repensar la cuestión mapuche’. http://linux.soc.uu.se/mapuche/mapuint/Valdes2000.html 48 Jorge Calbucura, ‘La cuestión indígena y el dilema del doloroso desarraigo de la clase política chilena’, Rocinante, 30, abril de 2001. 49 Bonilla Urvina, ‘Investigando las nuevas tecnologías’. 79 Salazar:Activismo indígena en América Latina 80 JILAS Journal of Iberian and Latin American Studies, 8:2, December 2002~
Compartir