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»i» . 
S E P 
Revista ilustrada Hispano-Americana. 
T o d o por la mujer y para la mujer. 
Se publica los Domingos. Madrid, 12 de Marzo de 1893— Oficinas: Claudio Coello, 13 Año VI— Núm. 271 
S U M A R I O 
T E X T O . - C r ó n i c a , p o r B l a n c a V a l m o n t . — C a r n e t de la m o d a , 
por C l c m e n t i n a — Explicación de los g r a b a d o s . — L a b o r e s . — 
Conferencias del doctor , p o r el Dr. sAlegre—Vida social : 
usos, costumbres y c e r e m o n i a s . — E l Coti l lón, p o r J u a n de 
M a d r i d . — A la l u z de la lámpara, p o r El Abate. 
— Preguntas y respuestas, p o r La Secretaria—El 
regalo de este número.—Recetas del doctor , p o r el 
Dr. a/ í/eíre .—Pa^at¡empo.—Soluciones.—Corres­
p o n d e n c i a . — A n u n c i o s . 
G R A B A D O S D E L N U M E R O . — T r a j e s para v i s i t a d o s 
modelos) .—Traje para r e c i b i r . — P u n t i l l a a l c r o ­
chet f o r m a n d o e s q u i n a . — T a p a b o r d a d a para l i b r o 
de memorias .—Detal les de la tapa anter ior (dos 
modelos) .—Cuadro de g u i p u r e cosido (dos g r a b a ­
d o s ) , — J a r d i n e r a para salón (tres g r a b a d o s ) . — 
C u e r p o de l a n a l i sa .—Traje para paseo.—Toi lettes 
de entretiempo (ocho m o d e l o s ) . — C u e r p o de l a n a 
listada y terc iope lo .—Traje para r e c i b i r . 
H O J A S U P L E M E N T O . — Cont inuación del C u r s o 
teórico práctico de b o r d a d o en blanco (catorce 
grabados) .—Plancha de dibujos: enlace N - G para 
Eañuelo .—Capricho del n o m b r e de ¿úngela para 
o r d a r s á b a n a s . — C o n t i n u a c i ó n del abecedario 
para b o r d a r manteles, letras O P — E n l a c e r C - T 
para toal las .—Pliego 34 de la novela R E T R A T O S D E 
M U J E R E S . El Primer ¡Millón. 
R E G A L O . — H o j a de cuatro patrones de tamaño n a ­
t u r a l , y al dorso los siguientes dibujos para b o r ­
dar: Enlaces C - I , L - 0 y P - L , para b o r d a r r o p a i n ­
t e r i o r . — E n l a c e M - D para b o r d a r sábanas con h i lo 
[japonés.—Nombres de «alejandro, Carolina y 
Castora, para b o r d a r pañuelos.—Enlaces N - P y 
B - L para b o r d a r r o p a i n t e r i o r . — N o m b r e de Casi­
mira para bordar sábanas con algodón de plata c 
hi lo japonés .—Nombre de C o n c A a para b o r d a r a l ­
m o h a d a s . — N o m b r e s de Clotilde y Velronila para 
bordar r o p a i n t e r i o r . — E n l a c e A - T para camisas 
de niño. 
CRONICA 
i T R O de los asuntos pendientes, 
¡•y por cierto el de más impor­
tancia de cuantos solicitan 
nuestro estudio, es el que m o t i ­
vó las observaciones que el céle­
bre novelista y autor dramá­
tico Ale jandro Dumas, hizo á 
la carta de la señorita que por sí y en 
nombre de otras muchas de su clase, se 
lamentaba de la di f icultad que en estos 
tiempos t ienen las jóvenes que carecen 
de pingüe dote para encontrar u n buen 
marido. 
L a s lectoras recuerdan las quejas for­
muladas por la autora de la epístola, y 
las categóricas afirmaciones del insigne 
literato. 
Pues b ien , y o no sé si en España y 
en la América lat ina, donde tanta c i r c u ­
lación alcanza L A U L T I M A M O D A y tan­
tas simpatías merece á las señoras, ocu­
rrirá l o q u e en F r a n c i a , en Inglaterra, en 
V i e n a y en la mayor parte de los países 
que disfrutan de u n alto grado de c i v i l i ­
zación; pero de todos modos no parece 
que será útil, ó por lo menos interesan­
te, el estudio de esta cuestión que en­
traña el problema de la fel icidad á que 
con derecho puede aspirar en el m u n d o 
la hermosa mitad del género humano. 
Después de D u m a s , otros escritores no 
menos dist inguidos han fijado su aten­
ción en tan transcendental asunto; y en 
Inglaterra m u y part icularmente, país 
practico por excelencia, desde hace más 
de u n año, no sólo las infinitas revistas 
que allí se publ ican destinadas á la m u ­
jer, sino los periódicos más serios é i m ­
portantes, han reconocido que la d i s m i ­
nución en los matrimonios que se viene 
notando, puede influir penosamente en e l modo 
de ser de l a nación británica. 
E s además objeto de asidua meditación en e l 
seno de las familias, de honda preocupación en el 
ánimo de los padres, de tristeza y abatimiento en 
las jóvenes, y urge hal lar una solución al conflic­
to que no sólo destruye legítimas e s p e r a n z a s t e 
bienestar en la vida íntima, sino que p u ^ O i e r , . 
1 « 1 
N Ú M . 1 . — T R A J E S PARA VISITA. N Í I M . 2 . — T R A J E P A R A R E C I B I R . 
A Ñ O V I . — N Í I M . 2 7 1 — M 
Ayuntamiento de Madrid
2 L A U L T I M A M O D A 
motivo de grandes y dolorosas a l ­
teraciones en la vida social de los 
pueblos modernos. 
T o d o s cuantos se ocupan en el 
estudio de este tema, están confor­
mes en que de algunos años á es­
ta parte ha d i s m i n u i d o sensible­
mente en E u r o p a el número de 
matr imonios . L a inexorable esta­
dística lo demuestra con números, 
y ante las desconsoladoras cifras 
que ofrece, no hay más remedio 
que creer lo que por su parte y 
con la elocuencia del temor y hasta 
de la desesperación, af irman las 
jóvenes solteras. 
Pero a l examinar las causas de 
este hecho lamentable las opinio­
nes se d i v i d e n . T o d o s atr ibuyen 
el mot ivo p r i n c i p a l á las grandes 
necesidades de los tiempos actua­
les, ál aumento de precio en to­
dos los artículos necesarios y su-
pérfluos que se consideran indis­
pensables para la v ida; pero unos 
culpan á la mujer por sus preten­
siones de comodidad, de lujo , de 
bienestar, y otros a l hombre por 
haber hecho de su egoismo el ins­
pirador y el guía de sus actos. 
E n Inglaterra, la mayoría acusa 
á la mujer, considerándola como 
la única y verdadera causa del r e ­
tra imiento de los hombres. Y no 
son só.'o los filósofos, los estadis­
tas, los antropólogos, los que se 
expresan en este sentido. U n a es- N Ú M - ^ - P U N T I L L A , A L C R O C H E T F O R M A N D O 
cntora eminente, mistris L y t t l e t o n G e l l , ha publ icado en la ce'lebre re­
vista Nineteenth Cenlury u n largo artículo t i tulado La disipación de las 
señoritas, que ha producido gran sensación, porque combate rudamente 
á esas jóvenes de familias ricas ó por lo menos acomodadas que emplean 
solo en diversiones y placeres el mejor período de su 
existencia. 
«Hace veinte ó treinta años—dice—!as jóvenes no 
aguardaban para casarse á cumplir los veintiocho ó los 
treinta como ahora sucede. E l lujo era mucho menorque 
en la actualidad, y se podían afrontar las necesidades de 
la vida conyugal con un sueldo ó una renta mucho más 
modestos que los que las exig.ncias de la vida moderna 
hacen indispensables. 
»En Inglatera, donde las jóvenes no aportan dote al 
la ley universal del trabajo, y por este m a l entendido cariño, las con­
denan á una existencia tiiste y dolorosa. 
N o por esto pretende la escritora inglesa obl igar á las jóvenes á una 
v i d a austera y monacal . Antes por el contrario, juzga m u y conveniente 
para ellas que después de haber empleado el día en ocupaciones útiles 
se entreguen á apacibles recreos. L a música, el baile, la conversación 
con sus amigas de lo que las preocupe, de lo que hayan leído ú oido, la 
parece oportuno para distrar y educar el espíritu, y hasta para mante­
ner en e q u i l i b r i o la salud corporal ; pero entiende que esas señoritas 
que en los primeros y hermosos años de la juventud, no viven más que 
para el placer que ofrece la sociedad y van dejando para cuando se 
cansen la tarea de buscar al que ha de ser compañero de su v ida, y 
sino para buscarle al menos para hacerse con él las encontradizas, pier­
den el t iempo y la ocasión, adquieren resabios funestos, necesidades cos­
tosas, se hacen temibles para el hombre que busca los santos goces del 
hogar, y contr ibuyen á que estos en vez de ser buenos esposos y bue­
nos padres, se conviertan en ale­
gres vividores ó en viciosos c i u ­
dadanos. 
«Tanto en la casa de sus padres 
como en elhogar eonyugal—dice 
Mistris G e l l , — l a mujer debe tener 
por principal misión cumplir debe­
res, y los deberes no se cumplen con 
gusto sin amor: amor á los padres, 
amor al esposo, amor á los hijos. 
«En una palabra—añade - la afi­
ción á los goces y satisfacciones 
mundanas, es lo que labra la desdi­
cha de las jóvenes inglesas, como de 
las francesas y las austríacas; por­
que aunque encuentren el deseado 
marido, preciso es convenir que una 
señorita que ha pasado los mejores 
años de su vida en bailes y reunio­
nes; al casarse, ó prosigue por la 
misma senda con detrimento de su 
presente y de su porvenir, ó halla 
triste y monótono su hogar y v u l ­
gar y aburrida la atmósfera de la 
familia, que es la única que conviene á la tranquilidad y la ventura de la mujer. 
«La vida mundana, es decir la que hacen esas clases que parecen haber v i n ­
culado el placer, es una perpetua crismografia, y sólo se alimenta d>: emociones 
ficticias y de sensaciones, cuya primera é indispensable condición es la nove­
dad. Esta sed de goces inéditos, rara vez se satisface con los p u ­
ros, nobles y santos atractivos de la vida conyugal, y conduce 
con frecuencia al escándalo y al divorcio.» 
C o m o ven las lectoras, la ilustre moralista inglesa no se 
anda con remilgos para decir las verdades del barquero á 
esas señoras y señoritas que forman lo que pr imero en el 
i d i o m a inglés y después en todos los demás se l lama la hige-
lije. Habrán observado también que se l i m i t a á a ludir á las 
jóvenes inglesas, francesas y austríacas, haciendo caso omiso 
de las españolas, italianas, alemanas, suizas y rusas; no por 
desconocer las costumbres de estos países, sino porque en 
honor de la verdad, en ellos constituyen la excepción las que 
forman esa falanje de adoradoras del placer, del lujo, y en 
general de los tres enemigos del a lma que nos dá á conocer 
ja doctr ina cristiana. 
N o quiere esto decir que no haya muchas en las naciones 
omitidas, que observen con cierta envidia á las que juzgan 
felices porque lucen galas, forman el personal de todas las 
grandes fiestas mundanas, y sus nombres son ¿Hados con l t-
ESQUrNA. 
N Ú M . 3 . — T A P A B O R D A D A P A R A L I B R O 
D E M E M O M A S . 
N U M . 4 . — D E T A L L E D E L A T A P A B O R D A D A . 
matrimonio, se ven á 
centenares señoritas ae­
llas, inteligentes, que po­
seen varios idiomas, can­
tan romanzas y tocan el 
piano, que pasan años 
y años esperando al ma­
rido que tarda en presen­
tarse ó no llega jamás.» 
M i s t r i s G e l l , atr ibu­
ye esto á la mala edu­
cación que reciben las 
señoritas de las clases 
acomodadas y ricas, y 
predice que el mal irá 
en aumento hasta que 
las jóvenes cesen de 
creer que el placer es 
el único objeto de la 
v ida, y que su exclusi­
vo deber es divertirse 
todo lo más que pue­
dan. L o s padres creen 
labrar el bien estar de 
sus hijas librándolas de 
s o n . j e r a s y 
a d u l a d o r a s 
g a l a n t e r í a s 
en revistas y 
p e r i ó d i c o s . 
Pero el m a l 
no ha toma­
do las terr i ­
bles propor­
c i o n e s que 
en París, en 
L o n d r e s y 
en V i e n a . 
E n todas 
partesel m a l 
ejemplo ex­
cita aspira­
ciones y fo­
menta v a n i -
dadesquere-
la t ivamente 
contr ibuyen 
en las clases 
medias á la 
N Ú M . 5 . — D E T A L L E D E L A T A P A B O R D A D A . 1 
Ayuntamiento de Madrid
L A U L T I M A M O D A 3 
disminución de matrimonios que señalan las estadísticas. E s más: en las 
clases elevadas, lo que mistris G e l l califica de disipación no d i s m i n u y e 
los enlaces; porque la vida del gran mundo no puede sostenerse sin gran­
des fortunas ó grandes trampas, y aunque los contrayentes se encañen 
unos á otros, el hecho es que las suntuosas bodas se efectúan, pero He 
vando estas uniones en su esencia el ge'rmen de las grandes desdichas c o n ­
yugales. 
j ^ ^ w j j g i a s B * ! ^ Verdaderamen­
te donde hay que 
atacar el mal es en 
las clases medias, 
que s i n poseer l a 
fortuna de las cla­
ses ricas, aspiran 
á imi tar su v i d a , 
buscando con este 
fin, ellos el dote y 
ellas el marido que 
realice sus a m b i ­
ciosos ensueños. | 
L / E n F r a n c i a , con 
motivo del [interés 
que ha despertado 
este debate gene­
ral en E u r o p a , se 
han consultado las 
estadísticas, y de 
sus datos resulta, 
que de cada m i l 
hombres , sólo se 
casan 10 desde los 
N Ú M . 6 . — C U A D R O D E G U I P U R E C O S I D O . d i e c i o c h o á l o s 
veint ic inco años, y para eso pertenecen en su mayoría alas clases agr icu l ­
turas y artesanas; 90, de los veint ic inco á los treinta; 140, de los treinta 
ta á los treinta y c inco; 200, de los treinta y cinco á los 
cuarenta, 300, de los cuarenta á los cuarenta y cinco; 
i5o , de los cuarenta y c inco á los cincuenta y 100 
desde los cincuenta en adelante, habiéndose obser­
vado que en relativa proporción se muestran los 
viudos más dispuestos que los solteros á contraer ma­
t r i m o n i o . 
Estas observaciones demuestran que los hombres 
en general, consideran el hogar como u n refugio, des­
pués de haber navegado por el mar de la vida. Se 
casan por conveniencia , por comodidad, por interés, 
cuando están fatigados de esa v ida superficirl de pla­
ceres, que gasta sus fuerzas, entibia sus creencias y 
marchi ta sus esperanzas. 
A l e g a n que hasta que han resuelto el problema de 
su posición no pueden contraer obligaciones, y m u ­
cho menos teniendo en cuenta las pretensiones de las 
jóvenes que pueden elegir para compañeras. De modo 
que ó les l levan estas un buen dote, ó las consideran 
pura y simplemente como unas amas de gobierno, 
para que los cuiden cuando por la edad y los achaques 
necesitan esmero en los cuidados. 
L a situación, con excepciones pero no muchas, es tal 
como la presento y como la retratan cuantos en este i m ­
portantísimo debate se han ocupado. 
A h o r a bien: ¿hay remedio? ¿Puede curarse esta enfer­
medad que amenaza de muerte á la fami l ia , y por lo tanto 
á la sociedad? 
Y o creo que sí, y estoy segura de que las lectoras o p i ­
nan como yo; pero me he extendido en esta Crónica más 
de lo que esperaba, y dejo para la próxima la exposición 
de ese remedio, que hasta ahora solo se ha buscado en la 
c ienc ia , y que no es ciertamente en su fecundo seno don­
de la hemos de ha 
Hár. 
B L A N C A V A L M O N T 
C A R N E T D E L A M O D A 
N . " ; . i'iiui» 
Detalle 1. 
N I C I Ó N D E L A J A R D I N E R A 
Detall-! 2 ° 
Modas infantiles. 
Voy á dedicar hoy 
los primeros renglo­
nes de mi Carnet á los 
encantadores bebés de 
1 á 6 meses, segura de 
complacer si n o á todas 
á una buena parte de 
mis lectoras. Niños y ni­
ñas de la citada edad, usan para casa c u -
brepañales ingleses y capelinas de frane­
la, y para salir, largos faldones y bonitas 
capas. Los primeros son de piqué ó fra­
nela, adornados con tiras ó cenefas bor­
dadas á la inglesa, y las segundas afectan 
la forma de un pañuelo de tres picos, 
tienen una pequeña capucha fruncida, y 
sus contornos se rodean con bonitos fes­
tones. Los faldones novedad, se dist in-
N Ú M 8 . — J A R D I N E R A P A R A S A L Ó N . 
N ( ) M . 7. - D E T A L l . t S D K L C U A D R O D E ÜU1PUKE COSIDO. 
guen por su sencillez y elegancia. Hé aquí dos modelos que seguramente 
no sabrán desmentir mis afirmaciones. E l primero es de muselina blanca con 
trasparente de fulard maiz: el escote y el. bajo están ador­
nados con una berta y un volante de muselina, borda­
dos á la inglesa con seda maiz, y cosidos bajo graciosos 
rizaditos formados con cinta cometa maiz. E l fondo, de 
batista, aparece sembrado de lindos motivos bordados c o n 
seda maiz, y de fulard m i i z ; es el c in turón drapeado y 
sin caídas que disimula la unión del cuerpecito y la 
falda. Mangas huecas. Complemento de este faldón es 
un gorrito de muselina bordada, adornado con un do­
ble rizado de cinta cometa maiz. E l segundo modelo 
está confeccionado con muselina blanca cruzada por 
rayitas diagonales de íeda. Tantoel delantero como la 
espalda, dispuestos sobre un trasparente de surah blan­
co, se fruncen y montan en torno de un canesú de enca­
je, y el bajo se rodea con dos entredoses de encaje sepa­
rados por jaretones de batista rayada. Manguitas frun­
cidas, con hombreras rizadas de encaje prendidas c o n l a ­
chos mariposa. Cin turón de raso blancoanudado sobre 
el costado, formando un lazo japonés. Gorrito de encaje. 
Las antiguas y pesadas capas con cuerpo y taima, han 
sido ventajosamente sustituidas por capas afectando 
forma de largas esclavinas. Son estas de cachemir d e 
seda, seda otomana ó seda brochada blanca, y s u adorno 
consiste en anchas cenefas bordadas á la inglesa sobre e l fon­
do y rizados de encaje más ó menos ancho. 
Mangas para trajes de baile. 
Dos son los modelos que gozan en estos momenns de más 
aceptación; la manga Anade Austria, ylamangaRei'/ia Horten­
sia.Se forma la primera con un bullón globo de terciopelo 
semétr icamente rayado por galones de o r o ó plata. La hom­
brera se completa con una cresta de encaje bordado de o r o ó 
plata, y de la bocamanga parte un vuelillo también de encaje, 
que baja hasta e' codo. Es la segunda, mitad de terciopelo 
turquesa y mitad de raso azul pálido, brochado de plata. La 
parte superior, de terciopelo, for­
ma una serie de pliegues acana­
lados; y la inferior, de raso brocha­
do, queda en parte hueca y en 
parte ajustada al brazo. Una guir­
nalda de plumas azules, rodea los 
contornos de las sisas. 
(Jue-po Luis Felipe-
Más bien á titulo de cu­
riosidad que recomendando 
a copia, voy á ocuparme de 
ésta novedad q u e por cierto 
tiene muy poco de nueva; 
puesto que se alega c o ­
m o méri to principal e 
que e l corte es exacta­
mente d e su época. Los 
delanteros del cuerpo e n 
cuestión seajustan 
por medio de triples pinzas, y e s ­
t á n unidos á unos costadillos suma­
mente anchos y cosidos á s u vez á 
una espalda estrecha y s i n costuras. 
E l adorno consiste e n u n doble 
plastrón muy puntiagudo, rodeado 
d e un doble y caprichoso cuello 
vuelto, fruncido ún icamente á l a a l ­
tura d e los hombros. Las mangas 
se componen d e u n a hoja d e enci-
N Ú M . 10. - B O R L A T E R M I N A D A . 
{Mitad del tamaño natural.) 
Ayuntamiento de Madrid
4 L A Ú L T I M A M O D A L A Ú L T I M A M O D A 5 
ma muy ancha y una hoja de debajo bas­
tante estrecha, y sobre ellas se colocan segun­
das mangas de una sola pieza, formando 
cuatro series de exajerados abullonados. 
Tejidos de lana alta novedad. 
Gozarán de los favores 
de la Moda durante la 
próxima estación los t i -
sús tornasolados; las la ­
nillas diagonales de cam­
biantes reflejos, cuyas 
listas más ó menos an­
chas son de tres colores, 
malva beige y violeta, 
canela, negro y rosa, ver­
de, negro y gris, etc.; las 
lanillas diagonales for­
mando listas de un mi ­
l ímetro de ancho espa­
ciadas sobre fondos pá­
lidos, y las mezclillas de 
tonos neutros. T a m b i é n 
se usarán lanillas fanta­
sía imitando clamine y 
cañamazo de Java, pope­
lina de colores lisos, y 
una completa colección 
de tejidos ingleses labra­
dos, rayados y cuadricu­
lados. 
Uña idea feliz. 
Madame T . L . , una de 
lasdamas parisiensesque 
gozan de más fama como elegantes, ha intro­
ducido una innovación que no carece de 
atractivos y que consiste en adornar los esco­
tes de los trajes de baile con profusión de r i ­
cas joyas velándolas con draperías de pavo­
rosa gasa. La idea ha sido declarada felicísi­
ma , y son muchas las señoras distinguidas que 
se han apresurado á ponerla en práctica. 
N Ú M . I ¡ . — C U t R P O D E L U N A L I S A . 
C L E M E N T I N A . 
EXPLICACION 
G R A B A D O S 
N ú m . i . — T R A J E S P A R A V I ­
S I T A -Y T R A J E S P A R A R E C I B I R . — 
( i ) Traje para ínsita.—i.ar­
pa levita de terciopelo co lor 
cobre, a d o r n a d a con un d o ­
ble canesú de pasamanería 
de azabache, rodeado de u n 
bonito fleco. E l delantero es 
recto y la espalda ajustada. 
S ó b r e l o s costados se c o l o ­
c a n aplicaciones de pasama­
nería, rematadas p o r c a p r i ­
chosas cordonerías. M a n g a s 
huecas. Capota de terciope­
lo , a d o r n a d a con cintas y 
p l u m a s . T e l a necesaria para 
el traje, i 5 metros de ter­
ciopelo. Prec io del patrón: 
3 pesetas.«-(2) Traje para 
visita. — E s de terciopelo 
amatista forma Imperio. L a 
falda no luce n ingún a d o r ­
n o , pero en c a m b i o el c u c r -
Eo se ocul ta p o r completo 
ajo u n ancho cuel lo de p a ­
samanería de seda plata, c u ­
yas puntas bajan a lo largo 
de los delanteros. M a n g a s 
huecas. S o m b r e r o de t e r c i o ­
pelo amatista. U n gracioso 
g r u p o de p l u m a s , p r e n d i d o 
c o n u n a hebi l la fantasía, 
a d o r n a la copa. T e l a necesa­
r i a para el traie, 15 metros 
de terciopelo. Precio del pa­
trón: 3 pesetas.—(3) Traje 
para recibir.—De lana gr is 
de l i n o . L a r g a túnica, c o n 
delanteros plegados, a d o r ­
nada c o n u n cinturón de pa­
samanería de acero, co loca­
d o casi debajo de los brazos. 
L a parte s u p e r i o r de los de­
lanteros se cubre c o n drape-
rias cruzadas, de lana gris 
de l i n o . M a n g a s a b u l l o n a -
das con puños de p a s a m a ­
nería. T e l a necesaria para 
el traje, 9 metros de lana, 
doble ancho. Prec io del p a ­
trón: 3 pesetas. 
Números 2, 3, 4, 5, 6, 7, 
8, y y 10.—-{Véase Labores.) 
N ú m . 11.—Cuerpo de la­
na lisa.—La espalda m o d e ­
la el talle; y los delanteros, 
f r u n c i d o s , se c r u z a n sobre 
u n plastrón de seda c u a d r i ­
c u l a d a . C inturón de este 
m i s m o tejido f o r m a n d o s o ­
bre el delantero u n c a p r i ­
choso lazo, cuyas cr idas su­
ben á m o d o de hombreras , 
rematándose en dobles c o ­
cas. M a n g a s huecas, con p u ­
ños ajustados, rayados p o r 
c intas de seda c u a d r i c u l a d a . 
P r e c i o del patrón: 2 pesetas. 
N ú m . 1 2 . — Traje para 
paseo.—De l a n a d iagonal 
verde botel la. F a l d a recta, guarnec ida c o n dos volantes f r u n c i d o s . C u e r p o corto, a d o r n a d o con galones de seda, sugetos p o r botones de plata Cuello 
recto, u n i d o á u n cuello esclavina galoneado en los c o n t o r n o s . M a n g a s drapeadas. S o m b r e r o de terciopelo, a d o r n a d o c o n Diurnas. T e l a necesaria nara 
el traje, 9 metros de lana, doble ancho. Prec io del patrón: 3 pesetas. K K 
N u m . 1 3 . - T O I L E T T E S D E E N T R E T I E M P O . — ( I ) Traje de paño masilla.—Cuerpo plegado al través, montado en u n canesú p u n t i a g u d o M a n c a s lisas con 
hombreras plegadas en la m i s m a forma que el c u e r p o . F a l d a recta, r a y a d a p o r medio de galoncitos de pasamanería. E l bajo se rodea con°un clcéado 
de la m i s m a tela. Capota de terciopelo, a d o r n a d a con u n pajaro de c a p r i c h o . T e l a necesaria para el traje, 9 metros de paño doble ancho Precio del 
patrón: 3 pesetas.-(2) Traje de terciopelo negro - C u e r p o corto , cerrado en el lado bajo un galón de plata. C u e l l o y c inturón 'de lo m i s m o Este último 
cerrado p o r medio de u n a hebi l la . Mangas de terciopelo, g a l o n e i d a s en los h o m b r o s , las sangrías y las bocamangas F a l d a recta U n a areri de n i ­
lón de plata rodea el bajo. C a - 0 _ b 8 
pota de terciopelo. T e l a n e ­
cesaria p a r a el traje, 15 metros 
de terciopelo. Prec io de l p a ­
trón: 3 pesetas.—(3) Traje pa­
ra niña de 8 á 10 años.—De 
l a n i l l a a z u l sembrada de l u -
narc i tos blancos. C u e r p o cor­
to, a d o r n a d o con r izadi tos de 
c inta a z u l . M a n g a s lisas. F a l ­
d a f r u n c i d a en la c i n t u r a . E n 
las mangas y la falda se repite 
el a d o r n o del cuerpo. S o m ­
brero de terciopelo a z u l , ador­
nado con u n lazo de c inta y 
u n g r u p o de p l u m a s . Medias 
negras. Zapatosde c h a r o l . Pre­
cio del patrón del traje: 2,5o 
pesetas.—(4) Chaqueta de pa­
ño.—-La espalda, recta, y los 
delanteros s i n pinzas , lucen 
l i n d o s bordados deazabache, 
que se repiten en las mangas. 
C a p o l a de pasamanería, ador­
nada con lazos de c inta . P r e ­
c i o de l patrón de la chaqueta: 
2,5o pesetas.-(5) Abrigo para 
niña de 7 á 9 años .—De paño 
a z u l . E l cuerpo es f r u n c i d o , y 
se ajusta al talle p o r medio de 
u n cinturón r u s o . Mangas l i ­
sas. E s c l a v i n a f r u n c i d a , u n i d a 
á u n cuel lo vuelto. S o m b r e r o 
de fieltro a z u l , a d o r n a d o con 
u n doble lazo de c inta m a i z . 
Prec io del patrón del abr igo: 
2 pesetas.—(6) Traje de lana 
brochada de tonos marrón y 
rosa.—Cuerpo corto , abierto 
sobre u n a camiseta de seda 
marrón, y ajustado con u n cinturón que se a n u d a s o ­
bre el costado f o r m a n d o u n lazo de dos cocas. M a n g a s 
lisas, con hombreras g lobo. F a l d a hechura c a m p a n a . T o ­
ca de seda brochada, a d o r n a d a c o n u n lazo marrón y u n 
pajaro b lanco. T e l a necesaria para el traje, 9 metros de 
lana, doble ancho, y dos de seda marrón. Precio del p a ­
trón: 3 pesetas.—(7) Traje de lana granate.— C u e r p o 
l iso, con segundos delanteros del m i s m o tejido, anudados 
sobre el pecho. Cinturón drapeado, a n u d a d o sobre e l 
centro de delante. M a n g a s huecas. F a l d a rec ia . C a p o t a 
c h i n a de pasamanería perlada, a d o r n a d a con dos alas de 
mariposa . Tela necesaria para el traje, 9 metros d¿ lana, 
doble ancho. Prec io del patrón: 3 pesetas. (8; Traje de 
lanilla diagonal.—Cuerpo plastrón, sobre el que se abre 
u n cuerpo ajustado, escotado en forma redonda y adorna­
d o con g a l o . i c i t o s d e s c -
da. M a n g a s huecas, con 
hombreras y puños ga­
loneados. F a l d a inglesa. 
S o m b r e r o de terciopelo, 
a d o r n a d o con una g u i r ­
nalda de cocas de c inta 
y u n g r u p o de p l u m a s . 
Tela necesaria para el 
traje, 8 metros de lana, 
doble ancho. Precio deí 
patrón: 3 pesetas. 
N ú m . 1 a.—Cuerpo de 
lana listada y tercio­
pelo.—Tanto la espalda 
c o m o los delanteros es­
tán cortados a l bies y 
s o n de u n a sola pieza. 
Sobre ellos se coloca u n 
segundo cuerpo de ter­
c iopelo , cortado en agu­
dos picos. L a s mangas, 
de lana l istada, se frun­
cen en t o r n o de las sisas. 
Precio del patrón: 3 pe­
setas. 
N ú m . iS.—Traje pa­
ra r e c t í í r . - C u c r p o cor­
to de -lana hel iotropo, 
f r u n c i d o en l a c i n t u r a y 
a b u l l o n a d o en la parte 
super ior . L o s bul lones 
aparecen separados p o r 
anchos galones de ter­
ciopelo maiz , que p a r ­
ten del escole y los h o m ­
bros. M a n g a s a b u l l o n a -
das, con puños guarne­
c idos p o r medio ue galo­
nes. C inturón de tercio­
pelo m a i z . L a falda es 
recta, y luce en c a l i d a d 
de a d o r n o u n a cenefa 
a b u l l o n a d a y galonea­
d a , rematada p o r un v o ­
lante f r u n c i d o . T e l a n e ­
cesaria para el traje, 9 
metros de l a n a , doble 
ancho. Precio del p a ­
trón: 3 pesetas. 
L A B O R E S 
N ú m . 2.—"Puntilla al 
crochet formando es­
quina.— Se ejecuta del 
m o d o siguiente: 30 p u n ­
ios d e c a , una bar, sobre 
el p u n t o 19, 3 de ca, u n 
p u n t o senci l lo sobre el 
Ini. . io i 5 , 7 de ca, u n 
p u n t o senci l lo sobre el 
» ° , 3 de ca, u n a bar. Se 
vuelve l a labor; 6 de ca, 
una bar, 7 de ca, 3 p u n ­
tos senci l los, 7 de ca, 
una bar, 3 de ca, una bar, 
se vuelve la labor , etc. 
L a s ondas de la p u n t i l l a 
£ £ £ y^^s^SSZ Z&jSffifSStáSdc ca'una vuc,,a dc puntos dc *ot"dc 
u m b i í n s o V r c * c ¡ ñ i m £ k V í r ^ T ? \ ? ¿ T t í B r ^ d ° ""T I 5 ' S o b r c e l f o n d " se co locan bandas transversales, bordad* 
r e p r e s e n t a 0 ^ d ^ S W b S S Í d i M O ' S S S L * , 0 N ° S « " ^ N C 8 R ° * 8 R Í S P'A L <- E 1 « R A U O N Ú M - * 
Números 6 y 7.—Cuadro dc guipure cosida.—El modelo presente se emplea c o m b i n a d o con cuadros dc raso b o r d a d o , para vel i l los de butaca, colchas, 
cubre-pies, etc. P a r a ejecutarlo se corta u n cuadro dc tela de hi lo de u n tamaño graduado a l objeto á que se le destine; el fondo dc este c u a d r o se d iv ide 
en cuatro partes iguales y los hi los del fondo dc cada una dc las partes se van sacando de m o d o que a l t e r m i n a r la tarea sólo quede una c r u z formada p o r 
Erupitos dc 10 á 15 hi los . Después se fija el m a r c o del cuadro sobre u n hule ó cartón y se procede á ejecutar la labor representada p o r el grabado n ú m . 7. 
os grupos de hilos que forman l a c r u z se c u b r e n con puntos dc z u r c i d o y los arabescos, curvas y demás mot ivos se ejecutan á p u n t o de z u r c i d o y 
punto de festón. 
Números 8. 9 y 10.—Jardinera para salón.—Es de j u n c o d o r a d o y forma cuatro pequeñas plataformas forradas dc peluche a z u l ó grana ique s irven 
para colocar las macetas. E n su a d o r n o se emplean cordones de pasamanería rematados p o r caprichosas borlas. U n o s y otras se ejecutan con lana verde 
m u s g o y torza l oro viejo. E l 
p r i m e r detalle del grabado nú­
mero 9 da idea de la ejecución 
dc los cordones, el detalle se­
g u n d o del m i s m o grabado re­
presenta el p r i n c i p i o de una 
b o r l a y el grabado n ú m . 10 
u n a b o r l a t e r m i n a d a . 
N Ú M . 1 3 . — T O I L E T T E 3 D E E N T R E T I E M P O 
N Ú M . ' 1 2 . — T R A J E P A R A P A S E O . 
saban de los cien 
años. 
»Estas existencias 
fenomenales, que 
no son efecto de la 
causalidad ó negli­
gencia de la insacia­
ble muerte, tienen 
algo*de providen­
cial. Parece así co­
mo q u e D i o s ha 
q u e r i d o sostener 
con el dulce con­
suelo de la esperan­
za á los ancianos 
que llegan al límite 
ordinario de la vida. 
»E1 famoso Mon-
tagne, observó y es 
verdad, que no hay 
persona por vieja y 
decrepita que sea y 
aunque anuncie á 
cada instante como 
próximo su fin, que 
no crea en su fuero 
i n t e r n o que a u n 
tiene por delante 
q u i n c e ó v e i n t e 
años. Esta perspec­
tiva intima la tran­
quiliza. E n sus i l u ­
siones, no p i e n s a 
que los seres privi­
legiados, cuya bue­
na sue r t e e spe ra 
conseguir, son ma­
rineros que han es­
capado milagrosa­
mente del naufra­
gio. 
»Está muy gene­
ralizada la creencia 
de que en los pri­
meros tiempos del 
mundo el globo te­
rrestre más joven y 
m á s f e c u n d o en 
principios de vida, 
producía seres más 
vigorosos que en la actualidad, creencia que carece por completo de fundamento. 
»La imaginación que tanto se paga de lo maravilloso, admite sin examen cuanto se ha escrito 
acerca de los patriarcas bíblicos, cuya vida según nos cuentan duró siglos. 
»La ciencia moderna, al demostrar que la cronología antigua era muy diferente de la nues­
tra, ha destruido semejante error. 
CONFERENCIAS D E L DOCTOR 
Arte de vivir mucho tiempo 
LA LONGEVIDAD 
Cumpliendo lo ofreci­
do voy á empezar á re­
producir los más intere­
santes y curiosos pá r ra ­
fos del libro de que hablé 
á las lectoras en mi con­
ferencia anterior. 
«Un misántropo—di­
ce—analizando la exis­
tencia humana, observó 
que se componía de ties 
años de felicidad desleí­
dos en sesenta ú ochenta N Ú M . 
de dolores y de aburr i ­
miento. Pero á pesar de 
lo amargo de este brevaje, la verdad es que ve­
mos llegar con pena el momento supremo en 
que separan de nuestros labios la copa que lo 
contiene. 
»En todo tiempo, una larga vida ha sido con­
siderada como un presente del cielo, y no ha 
habido época en la que los casos de longevidad 
no hayan sido considerados como cosa extraor­
dinaria y por lo tanto del mayor interés. 
»En los Anales de Grecia y Roma se consig­
naba todo cuanto se 
relacionaba con las 
personas que pa 
1 4 . — C U E R P O D E L A N A L I S T A D A 
Y T E R C I O P E L O . 
N Ú M , 1 $ , — T R A J E PARA RECIBIR. 
»De los estudios hechos, resulta que an­
tes de Abraham, el año constaba sólo de 
tres meses; después de aquel famoso patriar­
ca subió á ocho, y no llegó á los doce hasta 
el tiempo del célebre José á quien vendie­
ron sus hermanos y que llegó á ser nada 
menos queministro del 
Rey Pharaon. 
»Después de conocer 
estos datos, la edad que 
alcanzó Matusalem, es 
verosímil y no tiene mu­
cho de extraordinario. 
En los úl t imos siglos ha 
habido algunos ind iv i ­
duos que casi han alcan­
zado la misma longevi­
dad. Entre estos, citan 
todos los libros que tra­
tan de ese asunto, á un 
soldado ruso que mur ió 
en 1801 á la edad de 200' 
i ños, á una francesa l i a - , 
mada María Priou que 
falleció en 1838 á los 158 
años, y á otra, guipuz-
coana, que sucumbió en 
Tolosa el 6 de Febrero 
de 1846 á los i 5 o . 
»E1 decano de la Ale­
mania era en 1879 un 
amado Hans Herz que 
vivía en una aldea de 
Silesia y contaba 142 
años . De 140 mur ió en 
Vandemont (Lorena) el 
año 1825, un Cirujano 
llamado Politiman después de haber c u m ­
plido 140. U n médico de París, M r . Dufour-
nel, falleció en 1810 á la edad de 120. E n 
Mayo de i8d5 mur ió también en Francia de 
117 años María Mallet que había ejercido 
el oficio de costurera hasta los 110; y en 
1866 anunciaron los periódicos la muerte 
á los 120 años de un aldeano austríaco l l a ­
mado Antonio K r i l l K.eimer que había es­
tado casado tres veces y contaba nada me­
nos que ciento venti-
, 1 cinco descendientes. A 
los 116 años andaba to­
dos los domingos tres 
leguas para ir á misa y 
volver á su casa. Su 
padre había muerto á 
los 117, á los ocho días 
de haber perdido á su 
esposa, que bajó al se­
pulcro á los 96 cumpli­
dos.» 
M i colega cita unos 
veinte ó treinta casos 
más de longevidad. Só­
lo haré mención de al­
gunos que me parecen 
sumamente curiosos. 
U n ing lés , T o m á s 
Parre, labrador, que 
\ _ trabajaba en el campo 
' los 103 años, llegó á 
Cv cumplir los i52; y el 
^ Rey Carlos II le l lamó 
™w" á Londres para verle y 
obsequiarle. E l pobre, 
[A según resultó d é l a au-
<v topsia que le hicieron, 
L mur ió de un cólico, en 
el palacio real. 
U n cura francés fué 
párroco de una aldea 
durante 91 años . A los 
97 de edad salvó de un 
incendio á una mujer 
y dos niños, y á los 10a 
se arrojó á un río para 
librar de la muerte á 
un hombre que se aho­
gaba. Murió á los 123. 
E n Nancy mur ió á 
los i iü un hombre que 
había tenido viruelas á 
los 104. 
Entre estos émulos 
deMatusalem, hay uno 
que llegó á los 144: no 
bebía más que agua de 
escorzonera; otro que 
llegó á los 115, y no 
bebía más queagua pu­
ra; otro que llegó 4 le* 
116, y en su vid» se 
habla enfadado; otro, 
en fin, un suizo, que 
mur ió en 1876 4 le* 
104, sin que desde los 
primeros años de su 
juventud hubiera de-
4855 
Ayuntamiento de Madrid
6 L A U L T I M A M O D A 
jado de fumar en pipa, desde que se levantaba has­
ta que seacostaba. 
Todos estos datos y otros muchos que cita mi co­
lega, se hallan en las obras didácticas de medicina. 
Ahora bien; ¿la duración de la vida es mayor ó 
menor ahora que en otros tiempos? 
L a estadística demuestra que en la actualidad es 
el t é r m i n o m e d i o de la vida, mayor que en los pasa­
dos siglos. 
M i colega, fijándose en los datos que suministra 
la ciudad de Dijón en Francia, observa que en el 
siglo X V I I , la mitad de una generación perecia an­
tes de llegar á los 12 años; las tres cuartas partes no 
pasaban de los 47 y las cuatroquintasde los 55. En el 
siglo XVII I mejoró mucho la si tuación, y en el ac­
tual la mitad de una generación llega á los 3 8 , la 
cuarta parte á los 68 y la quinta á los 71. Desde los 
70 en adelante hay disminución de probabilidades de 
vida en la época actual; ó lo que es lo mismo ahora 
hay menos excepciones que antes. 
¿No es verdad que todo ésto es curioso, intere­
sante y que no desagrada á las lectoras? 
E n la próxima Conferencia haré el resumen de la 
historia de los medios que en todo tiempo se han 
puesto en práctica para prolongar artificialmente la 
vida humana. 
D R . A L E G R E . 
• 
VIDA S O C I A L 
Usos, costumbres y ceremonias. 
E L C O T I L L Ó N . 
Ninguna de mis amables lectoras ignora que el 
cotillón es el fin ó coronamiento obligado de to lo 
baile de sociedad, y saben también que en él pue­
den tomar parte cuantas parejas gusten. 
Por regla general forman la pareja directora la se­
ñora de la casa, si es joven, su hija, ó una pariente 
de las más próximas y un joven dotado de las con­
diciones necesarias para que su dirección sea prove-
chosa;sin contar con que este cargo requiere una 
gran habilidad y hasta podría decirse ingenio para 
desempeñar lo á satisfacción de todos los circuns­
tantes. 
Las personas que dan bailes, deben con anticipa­
ción escojer entre sus convidados á uno que se en­
cuentre en condiciones de poder dirigir el cotil lón, 
y con él acuerdan previamente las figuras que han 
de ejecutarse y los accesorios que son indispensa­
bles para ellas. 
E n la actualidad, para dar más atractivo á las d i ­
versas figuras que cada día se idean, son necesarios 
muchos objetos que se hallan fácilmente en las 
tiendas de juguetes. Estos objetos son más ó menos 
originales y costosos, pues es cosa sabida, que en 
algunas casas aristocráticas cuestan los accesorios 
del cotillón algunos miles de pesetas. Pero como no 
es mi propósito, ni el de esta Revista, favorecer el 
lujo desenfrenado ni aconsejar á sus lectoras gastos 
exhorbitantes, voy á limitarme, dentro siempre de 
las reglas y costumbres de la vida social, á indicar 
algunas figuras interesantes y de fácil ejecución, cu­
yos accesorios pueden fabricarse en casa ó por lo 
menos á poca costa. 
La confección casera, digámoslo as!, de estos acce­
sorios puede servir de distracción y recreo á las se­
ñoritas y á sus hermanos ó amigos, ^ u n i é n d o l o s 
por las tardes ó por las noches antes de que se cele­
bre la fiesta, y haciendo de estas reuniones un agra­
dable prólogo al proyectado cot i l lón. 
Recordaré alguna de las antiguas figuras, las cua­
les á pesar de ser antiguas sueien elegirse, por re­
gla general, para comenzar todos los cotillones. 
Desde luego, advertiré que el cotillón se valsa: 
la polka se ha abandonado por completo. 
Antes de empezar, da el director una palmaditay 
todas las parejas se levantan de sus asientos, dan 
una vuelta de vals y en el momantoen que el.direc­
tor repite la palmada, regresan á sus puestos. 
Entonces la pareja directora da dos ó tres vueltas 
de vals y el caballero se separa de la dama yendo 
ésta á buscar dos caballeros para ir al encuentro del 
suyo, quien á su vez se adelanta al encuentro de su 
pareja llevando de la mano á dos señoras. Los dos 
grupos avanzan y retroceden; después se separan y 
cada caballero baila con la señora que tiene en­
frente. 
L a pareja que está sentada inmediatamente al lado 
de la directora, se levanta á su vez, da una vuelta de 
vals y repite la figura anterior, imitando todas las 
demás á la primera y segunda pareja. 
L a pareja directora inicia todas las figuras, á no 
ser que por exceso de parejas se divida el coti l lón; en 
cuyo caso hay dos parejas directoras que pueden 
ejecutar las mismas ó diferentes figuras. 
El abanico y el almohadón son figuras muy cono­
cidas, y se emplean casi siempre porque estos acce­
sorios se encuentran fácilmente en todas partes. 
Para la figura del abanico, el caballero conduce á 
la señora que le sirve de pareja hasta el centro del 
salón y la hace tomar asiento dándola un abanico. 
E n seguida busca á dos caballeros que se sientan en 
sillas á la derecha y á la izquierda de la señora en 
sentido inverso. Entonces la dama ofrece el abanico 
al caballero con quien no quiaro bi l la r y d i una 
vuelta de vals con el otro. E l que ha recibido el aba­
nico tiene la obligación de seguir á la pireja mien­
tras baila, haciéndola aire. 
E l almohadón se coloca á los pies de la señora, y 
esta debe arreglarse de manera que le separe del s i ­
tio en donde está si el caballero que se presenta no 
merece su predilección. 
E l caballero debe procurar arrodillarse en el a l ­
m o h a d ó n , y claro es que no lo consigue si la señora 
por no aceptarle, separa el a lmohadón con el pié. 
Todoslos caballeros rechazados se van colocando 
en fila unos detrás de otros, y en esta posición cuan­
do la señora ha elegido caballero para bailar, tienen 
que seguir al afortunado y á su pareja. 
E l espejo viene á ser una cosa parecidi, con la d i ­
ferencia de que en vez de arrodillarse los cabilleros 
delante de la señora se dan á conocer colocán­
dose detrás de ella y reflejando su rostro en el es­
pejo que tiene en la mino . Cuan l o la bella pasa 
. el pañuelo ligeramente por el espejo, d i á enten­
der que no acepta al que se h i presentido. 
Las bandas. Para ejecutar esta figura todas las pa­
rejas se dan la mano y forman un círculo ó corro 
volviéndose la espalda. Después se vuelven rápida­
mente y una señora colocada en el centro del círcu­
lo arroja una banda de tul que tiene en la mano, so­
bre la cabeza del caballero con quien quiere bailar. 
Esta figura se repite por todas las parejas. 
L a banda puede ser de tul rodeado de un volante 
de seda, con encajes en los extremos. 
Tanto para esta figura como para las del almoha­
dón y el espejo, pueden á muy poca costa y sólo con 
ingenio y gracia, confeccionar las señoras acceso­
rios muy bonitos y elegantes. 
E l cayado. Uno de los caballeros, y siempre suele 
ser el más bondadoso, se coloca en el salón soste­
niendo un cayado revestido de papel dorado al cual 
están adheridas seis cintas de colores diferentes cu ­
yas puntas cojen seis caballeros. 
E l director busca á seis señoras, que forman un 
corro en torno de los seis caballeros. Estos dan vuel­
tas con mucha rapidez en un sentido, mientras las 
señoras los imitan en sentido inverso. 
A una señal del director, los corros se detienen y 
cada caballero baila con la señora que tiene á su 
lado, pero sin soltar la cinta al valsar en torno del 
cayado. 
La misma figura se repite haciendo que las seño­
ras cojan las puntas de las cintas. 
Los globo*. E l director después de dar una vuelta 
de vals busca á cinco caballeros y los coloca en el 
centro del salón. En seguida entrega á la señora que 
le sirve de pareja un globo de esos con que juegan 
los niños en los paseos ó bien una pelota de goma 
de regulares proporciones. La señora l anz i el globo 
al aire y baila con el caballero que ha conseguido 
apoderarse de él. 
Los aros de papd. Los cabilleros forman un corro 
vueltos de espalda á una señora qué debe hallarse 
colocada en el centro; la cual, provista de uno de 
esos aritos cubiertos de papel di que se s :rven en los 
circos, tiene que romperlo sob;e la cab:za del ca­
ballero á quien elije para bailar. Este arito está 
cubierto en su superficie interior de fino papel 
de seda y en los bordes de la circunferencia se 
adorna con rosas de papel ó con lazos de cinta. 
Los ovillos de lana. Se preparan ovillos de dife­
rentes colores: encarnado, verde, azul , rosa, naran­
ja, etc.; se distribuyen á las señoras dándolas tam­
bién al mismo tiempo una roseta de cinta del mis­
mo color del ovillo que las entregan, roseta que las 
señoras sujetan con un alfiler en su pecho. En un 
momento dado, todas las señoras tiran al alto el ovi­
llo que tienen en la mano, los caballeros se lanzan 
á cojerlos, y cada cual baila con la señora que tiene 
en el pecho la roseta del mismo color del ovil io que 
ha podido cojer al vuelo. 
Fác i lmente se comprende los esfuerzos que harán 
los caballeros para apoderarse del ovillo más de su 
agrado. Hay momentos en esta figura, en los que to­
dos los que bulan forman un verdadero ovil lo. 
Los billete* deljerro-canil. Esta figura es muy 
nueva y sumamente fácil de simplificar. Por lo ge­
neral se necesitan dos garitas provistas de ventani­
lla; pero si esto no es posible pueden utilizarse dos 
biombos ó pura y simplemente dos veladorcitos. 
Los caballeros se dirigen á uno de estos puntos de 
venta y las señoras al otro. Las personas encargadas 
de distribuir los billetes los dan el azar. Cada bille­
te tiene escrito el nombre de un pueblo ó ciudad; y 
cuando se ha terminado la venta y va á salir el tren, 
cada caballero busca á la señora que h i tomado b i ­
llete para el mismo punto y baila con ella. 
Los arcos. Es una figura muy animada y que no 
necesita accesorios. Todas las parejas dan una vuel­
ta de vals; después cogiéndose de la mano y elevan­
do los brazos todo lo que es posible, se colocan las 
unas detrás de las otras en toda la longitud del sa­
lón, formando una especie de bóveda ó arcada. L a 
úl t ima pareja parte entonces desie la extremidad, 
valsando ó deslizándose al paso del galop. A l lle­
gar al otro extremo de la línea, la pareja se detiene, 
la señora y el caballero se cojen nuevamente de la 
mano y forman otro arco. 
L a segunda pareja repite la misma figura, y así su­
cesivamente, avanztndo los que van á formar el nue-
arco y retrocediendo los que forman la arcada por 
donde pasa la pareja. 
lista figura resulta muy graciosa cuando se ejecu­
ta con rapidez. 
E l director del cot i l lón indica por medio de una 
palmadita el momento en que cada pareja debe 
romper el arco ú l t imo, para i r bailando á formar el 
arco prime-ro. 
Las bolas de nieve. Esta es por regla general la 
úl t ima figura porque tienen el inconveniente de lle­
nar de papelitos el pavimento. 
Se forman las bolas con trozos de papel blanco 
muy pequeñi tos; y bien envueltos en un papel de 
seda, las parejas se las arrojan como si tomaran par­
te en una batalla. 
Las lectoras ven que vamos indicando figuras cu­
yos accesorios son fáciles de confeccionar yen ú l t i ­
mo caso poco costosos. 
E l coti l lón termina con uña figura de conjunto, 
que consiste en ir tod)s los convidados por parejas 
á saludar á los dueños de la casa, que están senta­
dos en sillones en el centro del salón. 
Podría citar otras muchas figuras análogas á las 
que he descrito; pero losar t ícu los como los coti l lo­
nes tienen necesidad de un punto final. 
J U A N D E M A D R I D . 
A la luz de la lámpara. 
L a auster idad de la C u a r e s m a — U n i c a s d is tracc iones .— M á s 
muertes. — E l barón de C o r t e s — L a marquesa de A yerbe.—La 
for^a del destino.— B e n e f i c i o s — P a r a la P r i m a v e r a . 
No ha turbado el eco de mundanas fiestas la so­
ledad y el recogimienlo de la Cuaresma, y pocas ve­
ces las devotas aristocráticas se habrán podido en­
tregar con más tranquilidad que este año á las prác­
ticas religiosas. 
Todo lo más, una aparición en el palco del Real 
la noche que toca el turno, y ésto sin gran toilette: 
con el vestido alto y ausencia casi completa de jo­
yas. Las reuniones semanales de los marqueses de 
Linares se suspendieron por indisposición de la 
marquesa, y de noche no hay más que reuniones de 
carácter í n t imo . L a calma y la tranquilidad en el 
gran mundo es completa, y las señoras que ayunan, 
que son muchas, pueden hacerlo sin sufrir los tor­
mentos de la tentación. 
La vida es ahora muy recogida: por ¡a mañana á 
misa y á los ejercicios piadosos que duran hasta las 
doce; por la tarde á dar una vuelta por el Retiro, 
y antes de anochecer de nuevo á la iglesia para orar, 
y á la hora de comer á casita, sin volver á salir, á 
no ser que toque el Real. 
Este año no ha habido siquiera esos grandes ban­
quetes diplomát icos que in te r rumpían otras veces 
la monotonía de la Cuaresma, ni conciertos sacros, 
ni cuadros vivos ó representaciones dramát icas en 
los teatritos de las casas particulares. 
La muerte ha hecho nuevas víctimas en la socie­
dad aristocrática, y en poco tiempo han bajado á la 
tumba el barón de Cortes y la marquesa de Ayerbe. 
Era el barón un tipo cumplido de caballero, que 
gozaba en Madr id de muchas simpatías por su ama­
bilidad, su bondad y su ingenio. Cazador infatiga­
ble y escritor h u m o r í s t i c o , sus proezas cinegéticas, 
son tantas como sus ar t ículos chispeantes y amenos. 
Fué muchas veces el alma en las jornadas de la Gran­
ja; y en Valencia, su ciudad natal, organizó grandes 
fiestas, implantando la batalla d é l a s llores, que es 
uno de los atractivos de la feria enla ciudad del 
Tur i a 
Esta muerte lleva el luto á una casa muy hospita­
laria de Madrid: la d é l o s barones del Castillo de 
Chire l , hijos del finado. 
La marquesa de Ayerve era una Méndez Vigo, 
que se unió con el pr imogéni to de -la ilustre casa 
aragonesa, llevando los encantos y atractivos de su 
delicada belleza y de su claro ingenio, al señorial 
palacio que se alza á orillas del Ebro, y al lado del 
Pilar bendito en dondee se d ignó aparecer la Virgen 
patrona de Zaragoza. Entre los retratos antiguos, 
los tapices soberbios y los nobiliarios escudos de la 
mansión solariega de los Jo rdán de Urries, marque­
ses de Ayerve y de Rubí , condes de San Clemente y 
de Santa Cruz de los Manueles, se destacaba la bella 
marquesa, como una figura delicada en un marco 
afiligranado de estilo plateresco. A pesar de que su 
hijo mayor cuenta ya catorce años, conservaba ella 
su aspecto de niña . I lace a lgún tiempo venía pade­
ciendo una enfermedad mortal; pero ú l t i m a m e n t e 
parecía que estaba mejor. Una m a ñ a n a se levantó 
más alegre que de ordinario, se vistió con una ele­
gante bata de color de rosa, a lmorzó con mucho 
apetito, y como el día estaba espléndido, se sentó al 
lado del balcón, bañándose en los rayos del sol que 
penetraban por los cristales. De pronto sintió una 
gran fatiga, se cayó de sus manos el per iódico que 
estaba leyendo, y á los pocos momentos era ca­
dáver. 
Su madre mur ió de igual manera. Con la muerte 
de la marquesa de Ayerve, son muchas las familias 
de la aristocracia que visten de luto, pues estaba 
emparentada con los marqueses de Alcañices, con 
los de Biena, con los del Infantado y otros m u ­
chos. 
Ayuntamiento de Madrid
L A U L T I M A M O D A 7 
Tamagno, ha obtenido un nuevo triunfo en La 
Jor^a del destino, la ópera de Verdi inspirada en 
Don Alvaro, el magnífico drama del ilustre duque 
de Rivas. 
1 lacia muchos años que no se cantaba en Madrid 
esta ópera, que no es de las mejores del autor de 
Rigolelto y del Olello, y sólo un tenor de las' excep­
cionales condiciones de Tamagno, ha podido v o l ­
ver á darla vida. 
En los demás teatros, se han celebrado las fun­
ciones á beneficio de los principales actores, con 
el obligado aparato de regalos que ya es de rigor en 
esas solemnidades artísticas, y el público continua 
acudiendo á la Zarzuela á aplaudir ¿Mis Helyelt, 
que en Madrid, como en Barcelona y en yalencia, 
está siendo para la empresa un buen negocio. 
Para la Primavera tendremos ópera en el Príncipe 
Alfonso, y algunos bailes de Beneficencia en el Pa ­
lacio de las Exposiciones que volverán á abrirse en 
A b r i l . Falta hace que Madrid se anime un poco, 
pues el comercio está pasando una mala tempo­
rada. 
La Infanta Doña Eulalia y Don Antonio han ve­
nido á Madrid para preparar su viaje á Chicago. De 
danadelalnfanta irála marquesa de Arco-Hermoso, 
que es una viajera intrépida y pertenece á la familia 
de los Ezpeleta, cuyos individuos se han distinguido 
siempre en el servicio de los reyes. 
La Archiduquesa Isabel, madre de S. M . la Reina 
Regente, ha venido á pasar una temporada con su 
augusta hija. L a noble dama está algo mejorada de 
su dolencia y conserva siempre el poderoso talento 
que tanto la distingue, haciendo agradabil ís ima su 
conversación, en la que demuestra siempre las s im­
patías que siente por España y el conocimiento de 
nuestra literatura antigua y moderna. Su estancia 
en el Palacio Real es un motivo de regocijo para su 
hija y para sus nietos. 
La crónica tiene que ser hoy corta, porque hay 
pocos acontecimientos y sólo se puede confiar en la 
esperanza. 
E L A B A T E . 
H « 4 K 
Preguntas y Respuestas. 
Rosa encarnada. — E l precio de 
un tarritodecualquieradelasdos 
cremas citadas por usted, es 6 pe­
setas en Madr id .—La Pule epila-
toire deDusser,—No hay deque. 
A. M. de F. Almería. — Remi­
tido su encargo.-El lindo'nombre 
de A ngela de ta­
m a ñ o á propósi­
to para bordar 
en sábanas, se 
publicó en el nú­
mero 52 de nues­
tro semanario. 
Una hermosa 
sin talento. —To­
mo nota de este 
p s e u d ó n i m o , 
por más que no 
estoy muy con­
forme con su úl­
tima parte. —Lo 
ha consegu ido 
. . usted desde el 
momento en que leí su muy grata.—Puede usted 
marcarla con 'as iniciales de su futuro ó biencon un 
e n l a c e de las iniciales de los aoeilidos de él y de us­
ted.-—Con arreglo á lo que se (ndicó en el periódico, 
puede usted mandarlo á recogerá la Adminis t ración 
ó bien remitir 8o cént imos para el certificado. 
A Jacinta. —Sí, señora; nos encargamos de faci­
litar á nuestras suscriptoras los patrones de todos 
los modelos de trajes, abrigos, camisetas, adornos 
sobrepuestos, ropa blanca, etc., que aparezcan en las 
hojas de nuestro semanario; as! como también de 
los modelos que nos sean remitidos tanto de prendas 
de señora como para caballeros y niños . Los pre­
cios de estos patrones son convencionales, pero 
siempre módicos, y su corte está á cargo de A l . Sau-
va, uno de los profesores más acreditados de París . 
Así pues, si necesita usted algún pat rón, no tiene us­
ted masque pedirnos la plantilla de medidas indican­
do el modelo que desea á fin de que podamos decir 
á usted su precio; y al tiempo de devolvernos la plan­
tilla llena, puede enviarnos el importe del pat rón 
en sellos de franqueo ó letras de fácil cobro. 
T. '/). R.—Aconsejo á usted la reproducción del 
l indó modelo de vestido representado por el figurín 
Acuarela que se repartió con el pasado n ú m e r o . — 
Las bandas de piel pueden ser reemplazadas por es­
carolados de surah. 
E. J. Linares. — Las cifras se colocan en el sitio 
marcado por usted con la letra C á unos 55 centíme­
tros del borde.—No hay de qué . 
X S. M. C. Mave.—S'í, señora; podemos facilitar á 
usted cuantos patrones desee.—Opino que debe us­
ted elegir una chaqueta corte de sastre, con solapas 
y doble fila de botones.—Si esta forma es de su gus­
to, pediremos á París los patrones necesarios para, 
confeccionarla tan pronto como usted nos lo in­
dique. 
P. S. 'Parga.—Si fija usted su atención en el re­
verso del figurín Acuarela que se repartió con el pa­
sado número , podrá usted fácilmente apreciar la he­
chura que tienen por detrás las faldas modernas. 
R. G. Le^u^a.— Supongo en poder de usted el d i ­
bujo en cuestión y celebraré haya sido de su gusto. 
Coral rosa.—Remitido patrón.—Deseo á usted un 
viaje felicísimo. 
M. C. G. Sivilla. —Tiene usted muchís ima razón 
en cuanto me expone .—Entregué su carta al Doctor 
Alegre. E l raso á que usted alude tiene una entrete­
la de algodón que se fija por medio de un cuadricu­
lado formado por filas de pespuntes hechos á m á q u i ­
na con seda del color del fondo.—Harán ustedes per­
fectamente bien, tanto mis cuanto que es muy po­
sible que antes de poco tiempo tengamos todas que 
seguir su ejemplo por precepto de la Moda.— R e m í ­
tanos usted la receta á que alude, segura de que la 
publicaremos con mucho gusto. 
Una flor marchita. —Puede usted enviarnos las 7,75 
pesetasen libranzas ó se l l o sde franqueo, certificando 
la carta en el ú l t imo caso.—No, señora; no es nece­
sario.—El autor ó propietario de la obra puede co­
brar por si mismo los derechos. 
E. P. Y S.—Propongo á usted el pseudón imo de 
Camelia jaspeada.—Esa clase de prendas se usan 
siempre. En cuanto al modelo que ha de gozar de 
más preferencia, nada seguro puedo decir á usted 
hasta dentro de unos días.—No tengo nada que dis­
pensarla y puede reconocerme como su amiga y ser­
vidora. 
5 . B. Rioseco.—El precio del específico á que us­
ted alude es 12 pesetas la media caja en Madrid . 
C. V. deC. de / / .—Las lanillas diagonales con l i ­
gera mezcla de seda, gozarán de marcada preferen­
cia durante la Primavera.—Me figuro que no; pues 
en caso contrario ya habría llegado á mi la noticia. 
L. O. C—No corría ninguna prisa.—El Adminis­
trador, á quien entregué el importe de los patrones, 
me encarga diga á usted que quedan á su favor 75 
cén t imosque envió usted de más.—Devuelvoá usted 
sus afectuosos saludos. 
Mariposa.—Deseche usted todo temor, las faldas 
Gavarni no tienen nada de ' común con las c r i no l i ­
nas.—Su armadura es tan flexible y ligera, que es 
imposible adivinar su existencia á través de la falda 
ni aun estando sentada.—Apruebo el tejido y,el co­
lor de éste. —Sí, señora, es moderno.—En los ocho 
días siguientes. —Largas y cortas.—Felicito á usted 
por su buena idea. 
A i . F. A.—Entendió usted perfectamente bien.— 
Es probable que se reproduzca, en cuyo caso no tie­
ne usted más que repetir la operación tantas veces 
como sea necesario. 
P. D. T. R.—Remitido tarro de Crema de la Meca. 
¿Dónde estás?— Los cortinajes de los dos balcones 
del gabinete, deben recogerse sobre stores de tul bor­
dado color crudo.—Sillería estilo María Antonieta. 
— S i , en cuanto á las mesitas fantasía.—La camiseta 
del traje de piel de seda negra, puede ser de tul mo­
teado de azabache .—Tamaño más bien pequeño que 
grande.—Supongo en poder de usted la caja de pa­
pel Van Dick. 
A. R.—Sa reclamación fué inmediatamente aten­
dida. 
*R\.. de 7^. —Veo con gusto que nos hemos ant ici­
pado á sus deseos, pues en el n ú m e r o p róx imo apa-
lecerán varios modelos de trajes de primera comu­
nión, para niñas . Todos ellos son notables por su 
gran novedad y elegancia. 
J. de L.—Pedido patrón de camisa para caballero. 
— E l precio de una caja de algodones de colores 
permanentes es 2,5o pesetas.—Creo preferible que 
moje usted la tela antes de emplearla. 
Nardo. - Dispense usted mi olvido.—El c in turón 
debe ser de cuero con hebilla de acero.— Un s ó m ­
brenlo marinero de paja con cinta escocesa.—De los 
dos adornos indicados por usted, prefiero el segundo, 
por ser más inédito que el pr imero .—Tras ladé á 
Salvi su encargo. 
¡Fué ilusión encantadora! —Siento en el alma la 
causa de su prolongado silencio, y tomo parte s in­
cera en su legítimo d o l o r . - E n el próximo n ú m e r o 
aparecerá un modelo de traje para n iño de 8 á 10 
años , cuyos patrones puede usted encargarnos, en 
caso de que el modelo sea de su guslo.—No, señora; 
á lo sumo una falda Gavarni.—Cumplí su encargo. 
Una Católica.—El uso de las Onduladoras Mar­
garita no puede ser más sencillo; se vá separando 
el cabello en mechones más ó menos grandes, según 
el t amaño de ondulac ión que se desea obtener, y 
después de haberlos humedecido ligeramente con 
agua caliente se arrollan en las horquillas, siguien­
do las claras indicaciones del grabadito del prospec­
to. En esta disposición, se deja el cabello una ó dos 
horas, y cumplido el plazo se retiran las horquillas 
con el mayor cuidado, y la ondulación resulta per­
fecta. 
Zulima.—Sí, señora; el modelo en cuestión es 
muy lindo y moderno.—No veo mal en que combi­
ne usted las plumas con las flores.—Es usted muy 
amable. 
J. 13. ¿Madrid.—Permítame usted que la diga que 
está usted muy equivocada en sus suposiciones; hay 
muchas preguntas á las que no sé contestar, y por 
cierto que en el n ú m e r o de éstas se cuenta la que 
usted impulsada por su excelente buen humor se 
sirve dirigirme. 
D. F. de G.—La etamine tiene un metro diez cen­
t ímetros de ancho, y la hay blanca, crema y gris. 
Su precio es, 6,5o, 8, y 8,5o pesetas vara, según la 
calidad. T a m b i é n hay etamine crema con oro, á 
9,5o pesetas vara, con la cual se confeccionan muy 
lindas labores.—Sí, señora; pueden muy bien usar­
los.—No hay de qué . 
Adorada por él. —Veo por su carta que es usted 
tan buena como simpática, y juzgo digna de envi­
dia á la persona que su bien cortada pluma, tuvo la 
amabilidad de retratarme.—No digo á usted que me 
la figuraba tal cual es, porque pensaría usted con 
sobrada razón que después dé saber una cosa no es 
difícil hacerse la adivina; esto en cuanto á lo físico, 
que en cuanto á lo moral, puedo asegurar que me 
la sé á usted de memoria desde el día en que recibí 
su primera carta.—Durante los seis meses de luto r i ­
goroso, no; después no hay incoveniente.—Lo clá­
sico es una botonadura de oro y pedrer ía .—Yo, no 
sólo lo espero, sino que de ello estoy segura. 
Plácida.—En efecto, tanto en París como en otras 
capitales de Europa, alcanzan gran boga los Albums 
de Confidencias que usted desea conocer.—En el 
próximo n ú m e r o aparecerá una reseña de lo que 
son y del empleo que se da á estos albums entre los 
que son buenos amigos. 
L A S E C R E T A R I A . 
El regalo de este número 
Hoja de cuatro patrones de t amaño natural, y al 
dorso hoja de dibujos para bordados. Contiene los 
siguientes: 
1, 2 y 3 . Enlaces C - I , L - 0 y P - L para bordar ropa 
interior.—.j. Enlace M - D para bordar sábanas con 
hilo japonés .—5. Nombres de Alejandro, Carolina 
y Castora para bordar pañuelos .—6. Enlaces N - P y 
B - L para bordar ropa interior.—7. Nombre de Casi­
mira para bordar sábanas con algodón de plata é 
hilo japonés .—8. Nombre de Concha para bordar 
almohadas. —g y 10. Nombres de Clotilde y Petronila 
para bordar ropa interior. —11. Enlace A - T para 
camisas de niños . 
Respecto de la Hoja de Patrones, indicaremosque 
el Modelo primero, cuerpo estilo Directorio, es de 
lanilla lisa y terciopelo escocés. Los delanteros, abier­
tos sobre un pequeño plastrón, se adornan con do­
bles solapas de lanilla lisa y terciopelo escocés. 
Mangas drapeadas de terciopelo escocés. -El mode­
lo tercero, cuerpo para ¡raje de baile, es de faya ó 
piel de seda, con manga globo. Este cuerpo admite 
toda clase de adornos, draperias, bordados, etc.— 
El modelo cuarto, capota Greenaway para niña, pue­
de ser confeccionado con terciopelo, seda ó franela 
de color blanco, rosa, grana ó azul. En su adorno se 
emplea un rizado de encaje blanco ó crudo. 
Recetas del Doctor. 
P A R A C U R A R E L R E S F R I A D O D E C X B S Z A Ó C J R I Z * . — 
Se exprime en el hueco de la mano el jugo de un l i ­
món muy maduro y se hace lo p osib'.e para que una 
parte de este jugo sea absorvida por las narices hasta 
la garganta. Cuando la coriza es poco intensa, bastan 
dos ó tres aspiraciones para curarla: de lo contrario 
se repite la operación hasta experimentar al ivio. E l 
ácido nítrico que posee el jugo del l imón, es un po­
deroso antiséptico y no sólo cura los resfriados de 
cabeza y de garganta sino las anginas. En los países 
húmedos , y en todos cuando en la atmósfera hay hu­
medad, una limonada t é m p l a l a al acostarse preser­
va de los males de garganta y imdif ica las aleccio­
nes catarrales de las mucosas. 
D R . A L E G R E . 
A D V E R T E N C I A S 
Las señoras suscriptoras podrán en todo tiimpo ad­
quirir los pliegos anteriores de la novela en publica­
ción. 
Todo cambio de residencia exige un nuevo servicio de fa­
jas, y al anunciarlo se nos remitirán 2b céntimos como com­
pensación del servicio que se inutiliza. 
A toda carta que exija contestación, deberá acompañarse 
un sello de i5 céntimos de peseta. 
A G U A D U S S E R . — A c r e d i t a d o especifico para devolver a l c a ­
bello su p r i m i t i v o c o l o r en los tonos castaño c laro , castaño obs­
c u r o y negro. S u empleo no p r o d u c e n i o l o r desagradable, n i 
manchas en la p i e l , n i obl iga á u n uso d i a r l o c o m o las t inturas 
progresivas, bastando dos ó tres apl icaciones para obtener el 
resultado que se desea. Precio en M a d r i d , en a u c s i r a A d m i n i s ­
tración para las señoras suscr iptoras: 7 pesetas cada Irasco, 
c o n su correspondiente caja. Se remite, del m i a m o m o d o que 
todos l o i demás art ículos que se a n u n c i a n , p o r cuenta del c o m ­
p r a d o r , á los puntos donde hay estaciones de f e r r o c a r i l . 
. R O D A J A S P A R A S A C A R P A T R O N E S . — P r e c i o en M a d r i d , 
1 peseta 5o céntimos. E n p r o v i n c i a s , i n c l u i d o porte y certif i­
cado, 2 pesetas 5o céntimos. L o s pedidos á la Administración 
de L A U L T I M A M O D A . 
M A D R I D : Imprenta de « L A U L T I M A M O D A . » 
Reservados los derechos de p r o p i e d a d l i terar ia y artística.Ayuntamiento de Madrid
8 L A U L T I M A M O D A 
P A S A T I E M P O 
2 6 8 
I N I C I A L E S N U M É R I C A S 
1 2 3 4 
4 1 3 4 
6 7 8 3 
4 
3 > 
4 5 
1 4 
6 1 
7 8 9 
9 4 9 
7 9t> 
3 5 4 
3 5 4 
7 8 1 
Susti tuyanse p o r letras los guar ismos , de m o ­
d o que se lea: 
En la primera letra: M u j e r . — T i e m p o de ver­
bo.—Pie2as m u s i c a l e s . — C u l p a b l e . — A d v e r b i o . — 
A d j e t i v o . — P r e n d a m i l i t a r . — E n el c a m p o . — 
V e r b o . 
En la segunda letra: M u j e r y l o q u e es .—Ter­
m i n o y p u e b l o . — U n par de animales .—Varón. 
— V e n d e d o r — I n d u s t r i a . — D o s t iempos de v e r ­
b o . — M i n e r a l y p l a n t a . — T i t u l o y costumbre. 
C A N D I D A C A P L Í N . 
SOLUCIONES 
A l n ú m . 277.—Trío de rombos. 
. F U I 
u N D 
1 D o 
R E S 
R E M A D 
I E M O N I O 
S A N T A 
D I A 
" 0--J»f;.", 
C A R N E 
L a han r e m i t i d o las señoras y señoritas: M a ­
ría C a m i n o Subiza .—María A r i l l a Ciraco.—Cela 
de Cambre —"Pensamientos y violetas, 23 de 
Enero.—Recuerdos... del trancado. — Inés y 
Alar ia G r a n d e . — E m i l i a Hernández B u i l l a . — A . 
de la V . de P . — F l o r en capullo.-Josefa Gonzá­
lez de Fernández . 
A l n ú m . 278.—Extracción de refranes. 
Q U I E N M Á S M I R A M E N O S V E 
L a han r e m i t i d o les señoraa y señoritas: M a ­
ría C a m i n o S u b i z a . — R e g l i t a Jiménez L á a . — M a ­
ría A r i l l a Ciraco.—Cela de Cambre.—Paquita 
C o v e s . — Topacio.—Matilde M a l p i c a . — "Pensa­
mientos y violetas, 23 de &nero.—Recuerdos... 
del trancado.—A. de la V . de P . - E m i l i a H e r ­
nández Buil la.—Inés y María v irande. 
A l n ú m . 2T<).—Logogrijo numérico. 
C A R N A V A L 
L a han r e m i t i d o las señoras y señoritas: M a ­
ría C a m i n o S u b i z a . — R e g l i t a Jiménez Láa .—Ma­
ría A r i l l a C iraco .—Cela de Cambra.—Saturnina 
Rodríguez.—Topacio.—"Pensamientos y viole­
tas, 2jdc Enero.—Forever.—Recuerdos... del 
trancado — A . de la V . de P.—Flor en capullo. 
— E n i i l i a Hernández Builla.—-María T r i n i d a d 
Garrachón. 
CORRESPONDENCIA 
"Pensamientos y violetas, 23 Enero.—No ha­
bía m o t i v o p a r a que sucediese lo que usted te­
mía.—Espero c o n ans iedad ver c u m p l i d a su 
oferta. 
E. "B. F.—Los ingeniosos trabajitos que me 
remite se publicarán tan p r o n t o c o m o sea p o ­
sible. 
A rturf.—Será usted c o m p l a c i d a . — L a solución 
al pasatiempo 275 Ueyó tarde á m i p o d e r . — 
Quedo á sus órdenes. 
E. R. de L.—Tiene usted m u c h a ' r a z ó n ; íué 
una errata que no se notó hasta después de p u ­
bl icado el número . 
S I B I L A . 
L A ULTIMA MODA 
Se p u b l i c a todos los d o m i n g o s , y contiene n u ­
merosos modelos de última novedad en trajes, 
sombreros , a d o r n o s , peinados, labores, d ibujos 
artísticos para bordados, etc., revistas de modas 
y salones; estudios sociológicos, consultas so­
bre cuanto concierne á las modas, labores, h i ­
giene, educación, y demás asuntos que interesan 
a l bello sexo. E s el único periódico de los de 
su clase que se p u b l i c a en España todas las 
semanas; el más completo y el más barato. Re­
gala figurines acuarelas, c romos , labores en co­
lores, hojas de patrones, hojas -de dibujos para 
bordados , modelos de ornamentación y deco-^ 
rado de habitaciones, música, etc. 
P R E C I O S E N L A P E N Í N S U L A 
(por suscripción directa.) 
T r e s meses 3 pesetas. 
Seis meses 6 » 
U n a ñ o i i f i a . ». 
(por medio de comisionado.) 
T r e s meses 3,5o pesetas. 
Seis meses 7 » 
U n año 14 » 
Número suelto, 25 céntimos. 
Número atrasado, 60 céntimos. 
P a r a r e c i b i r el periódico dentro de u n c i l i n d r o 
de cartón, se abonará u n suplemento de 5o cén­
t imos p o r trimestre. Pago adelantado'. L a s sus­
cr ipciones empiezan el 1.° de cada mes. 
E N P O R T U G A L . — S e i s meses 1.600 r e i s . — U n 
año 3 .000. 
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p r e c i o los señores Corresponsales. 
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9 
Í 
S 
A 
•no titubean en purgarse, cuando le 
¡necesitan. No temen el asco ni e 
'causando, porque, contra lo que su 
leede con los demás purgantes, estt 
jno obra bien sino cuando se tomi 
I con bu nosalimen os ybebibas íor 
I tificantes, cual el vino, el café, el t 
¡ Cada cual esc ge,parapurgarse,la 
thora y la comida quemas le convie-
Inen, según sus ocupaciones.Coi.o 
l e í causando que la purga ocasiona 
\queda completamente anulado 
\por el efecto de la buena ali 
^mentación empleada, uno se 
^decide fácilmentea volverá' 
^empezar cuantas veces 4 
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fuerzas , e n r i q u e c e r l a s a n g r e , e n t o n a r e l o r g a n i s m o y p r e c a v e r l a a n e m i a y l a s 
e p i d e m i a s p r o v o c a d a s p o r l o s c a l o r e s , n o se c u n o c e n a d a s u p e r i o r a l v i n o d e 
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