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Análisis de la novela persona normal

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La novela trata de la vida de un niño que a los doce años quedó huérfano bajo la 
custodia de su tío Paco. Hermano de su mamá, Antropólogo, medio poeta, medio 
subversivo.
Sebastián aprende el uso de las palabras, la intención con que se dicen y que 
siempre hay que pensar lo que dices antes de decir lo que se piensa. 
Enamorado de Roxana. Una niña que no percibe su existencia. Le cuenta a su tío 
lo que sucede, y éste le dice que le hable por teléfono y que lo escuche; es un 
poema de Cyrano de Bergerac. El cuál a Roxana le encanta, y lo empieza a notar.
El tío Paco le enseña mediante vivencias, a darle el valor a las cosas; las 
palabras, la vida, el tiempo, el amor… 
 En días previos a su cumpleaños número trece; su tío lo prepara para la gran 
sorpresa que sería su regalo, contando los días regresivamente como si fuese un 
gran suceso; una noticia que valiera la exclusividad en el noticiero de las diez.
Le gusta mucho leer y desde que vive con su tío ya ha leído veinte libros. Le dice
que esos libros no sirven para hacerte un profesionista sino una mejor persona. 
Para ser lo que quieras ser, pero humano; esto es; pensar por ti mismo, enojarse 
ante las injusticias, tener sueños. El mejor regalo que le pudo obsequiar fue ese; 
su biblioteca. Con ella le regaló imaginación, pasión, aventura, los pensamientos 
de otros, sus sueños, sus desgracias, sus anhelos. Ahora eran de él. Tenía origen
y destino, lo tenía todo.
Hace referencia a las cualidades de las palabras como lo que es una casa; 
paredes y un techo para guarecerse de la lluvia, habitaciones, área para la cama.
Y, hogar, donde tienes tus libros, la cama que conserva la esencia del ser 
amado, el maravilloso espacio donde los sueños suceden. Hogar es sinónimo de 
calidez, ternura, refugio, ventana para mirar el mundo y la lluvia sin que te moje.
 Sebastián aprendió a no juzgar por las apariencias; cuando conocieron a un 
anciano que merodeaba por los alrededores. Lo invitaron a comer, y bajo la 
gabardina lamparosa y con hoyos estaba una persona limpia y leída.
PERSONA NORMAL
En la escuela le encargaron una exposición. “Tema libre” dijo la maestra y expuso 
sobre los indios. Las atrocidades y atropellos que les hicieron los colonizadores. 
Por consiguiente Sebastián se disfrazó como todo un Sioux mientras la maestra 
estaba escandalizada, al terminar su presentación le preguntó que porque durante
toda su presentación nunca habló como un indio, él le contestó que los indios 
que ella imaginaba sólo hablaban así en el cine. El siguiente lunes ya estaba en 
otra escuela. 
 Su tío le consultó si quería ir a una escuela en donde el principio educativo era 
practicar la libertad. Le dice que cada libro que lee, cada película vista, cada 
canción, cada sueño, te hacen ser una persona diferente. A esto se llama 
“educación sentimental”. Esto te hace ser una mejor persona. De poder reír y 
poder llorar cuando lo necesites. Por ese motivo ya no veía más a Roxana.
La lectura es el fresco perfecto, un mural que disecciona y pone luz a esas 
pequeñas y grandes cosas que sentimos. En su clase conoció a Sofía. Una 
muchacha a su parecer la más guapa, segura, inteligente y el motivo de sus 
desvelos. Ella era extrovertida pero no popular pues decía las cosas a rajatabla. 
Por lo mismo se hacía de amigos y enemigos casi al mismo tiempo. Ahora debía 
acercarse a ella sin ayuda. Eso era parte de crecer y convertirse en adulto, 
empezando una carrera que te lleve al reconocimiento de tus pares, al dinero. Hoy
no valen la justicia, la igualdad, la solidaridad. Nadie quiere ser sabio, solo ricos. 
Bueno no todos. Algunos se preocupan por los demás y quieren que el mundo 
cambie o al menos que el mundo no los cambie a ellos.
Ha intentado de todo para que Sofía lo vea diferente, especial. Estar de su lado en
los debates, decir poesía; hasta que en un debate le lleva la contra porque es en 
lo que cree y es en donde ella ve lo que realmente él era. Lo invita al cine pero él 
quiere todo o nada por lo cual no acepta sino hasta la siguiente semana y así 
empiezan una relación.
Sebastián tiene un amigo. Mario. Que está en silla de ruedas a causa de un 
accidente en una alberca, él dice – “no puedo caminar, pero ruedo por la vida, no 
soy menos que nadie”. Cumplía años y a Sofía se le ocurrió que por tres días 
anduvieran en silla de ruedas. No podían sentir lo que Mario por dentro pero al 
menos por fuera sí. Al cabo de los días Mario dijo que él ahora había sentido 
como ellos sentían por dentro.
Su tío está escribiendo una novela pero con mucha prisa y le pregunta que 
porqué; y le responde sin más, que tiene cáncer y no sabe cuánto tiempo le 
queda. Quiere terminar para estar todo el tiempo con él sin distracciones. Él se 
enoja y se encierra en su cuarto porque se va a quedar solo otra vez. Se da 
cuenta del tiempo perdido y cuando sale su tío terminó la novela. Se prometen 
pasar todo el tiempo que resta juntos.
Su tío le da consejos sobre amigos, la vida, la casa, mujeres, familia y lo más 
importante ser fiel a sí mismo. El tío Paco murió mucho tiempo después de que 
Sebastián salió de la universidad. 
Da clases a jóvenes y les dice: - “el libro es portátil, no se le acaba nunca la 
batería, es digital, pues cambias las páginas con el dedo y dentro está el infinito. 
Lo miran como si fuera una persona anormal. Será que afortunadamente no lo es. 
Intenta todos los días cambiar, aunque sea un poquito al mundo, resistiendo para 
que el mundo no lo cambie a él. 
Sofía y él siguen juntos; tienen dos hijos. Le lleva el desayuno a la cama. Cada 
vez que empeñó su palabra, cumplió. No le debe nada a nadie. 
Paco murió dormido con su novela ya publicada entre sus manos. No sufrió. Lo 
cremaron como a los vikingos. Sus cenizas fueron esparcidas desde un puente 
sobre la autopista para poder ir a los lugares donde nunca estuvo.
 Me gusta la vida de éste chico que a pesar de su orfandad logró salir adelante.
Tener valores, ser un soñador y seguir sus sueños, luchar por sus ideales pero 
sobretodo siendo fiel a él mismo. Porque en los tiempos actuales ya no tenemos 
empatía y la conciencia hace tiempo que se fue de viaje.
Hoy ya no nos duele el dolor ajeno. Nos falta solidaridad. Estamos viviendo, no, 
sobreviviendo esperando que vengan los bárbaros y por esperar no nos 
dedicamos a actuar. 
Yo creo firmemente que si cada quien ayuda cambiando y cuidando el pedacito de
mundo que nos toca; lograremos un cambio radical. 
Ary Lorenzo García.
CONCLUSIÓN

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