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LA_ORIENTACION_VOCACIONAL_ES_UNA_FARSA

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28 de noviembre del 2017 
 
 
Orientación Vocacional 
Noveno semestre 
Alumna: Diana Janet Castañeda Torres 
¿La orientación 
vocacional es una 
farsa? 
 
Para comenzar debemos definir primeramente lo que es una farsa, y dícese 
de aquella acción realizada para fingir o aparentar. 
Cuando escuchamos las palabras “orientación vocacional” rápidamente se 
generan en nosotros expectativas de solución y ayuda que nos puede brindar 
una persona; sin embargo, antes de formarnos un criterio es necesario 
elaborar distintas preguntas, por ejemplo: ¿cuál es la realidad de la 
orientación vocacional?, ¿cuáles son las áreas que involucra?, ¿qué necesito 
hacer para obtener esa guía de formación?, ¿la orientación vocacional que 
recibo es la adecuada?, etc. 
Dentro de esas expectativas buenas y malas que formamos, actualmente de 
acuerdo a la época en la que vivimos existe un ideal muy marcado que 
plantea la orientación vocacional como la búsqueda de la inmediatez y de las 
“recetas” que esperan resolver todo mágicamente. 
Esto si bien es dado a las condiciones en las que nos desarrollamos hoy en 
día, todo es instantáneo y fácil, y en éste caso, cuando te enfrentas a un 
proceso de cambios para tomar decisiones de vida importantes, no es la 
excepción, pues se busca brincar esos escalones que se consideran 
impedimentos y elegir simplemente lo más beneficioso sin considerar 
diferentes aspectos que más adelante repercutirán en la vida. 
Se ha formado el mito de que la orientación vocacional únicamente debe ser 
pre-universitaria, siendo que toda nuestra vida es un proceso donde 
enfrentamos transiciones que pueden ser de ayuda o estorbo para nuestra 
vida futura. 
Por ello, la orientación vocacional está directamente relacionada con el 
proceso de orientación personal que se realiza a lo largo de toda la vida y al 
que no sólo se acude en momentos críticos como cuando hay que tomar 
decisiones de cara a la elección de carrera, por ejemplo. (Planas Domingo, 
Cobos Cedillo, & Gutierrez-Crespo Ortiz). 
Pero realmente, ¿qué áreas o qué conceptos debe abarcar la orientación 
vocacional? La orientación vocacional tiene como objeto de estudio el 
conjunto de procesos psicológicos que una persona concreta moviliza en 
relación al mundo profesional en el que pretende instalarse activamente o en 
el que ya está instalado (Rivas, 1988). 
Por lo tanto, la orientación vocacional se define como el proceso de ayuda en 
la elección de una profesión, la preparación para ella, el acceso al ejercicio 
de la misma, y la evolución y progreso posterior, por lo que éste proceso se 
basa tanto en el conocimiento del sujeto como de su entorno para que logre 
un empleo acorde con su formación, experiencia e intereses profesionales. 
Y habiendo analizado un poco más acerca de la orientación vocacional, es 
hasta este punto cuando nos hacemos la pregunta más esperada, ¿estamos 
recibiendo la orientación vocacional adecuada? 
Desde un punto de vista personal y de acuerdo a la experiencia de a travesar 
una “orientación” a lo largo de la primaria, secundaria y preparatoria puedo 
decir que de acuerdo a la información que hemos revisado, la guianza que se 
proporciona en la orientación vocacional (que además es únicamente 
implementada como materia curricular) es deficiente en muchos aspectos. 
Estamos de acuerdo que frecuentemente ha sido idealizada como la “varita 
mágica” en la toma de decisiones, sin embargo es verdad que la orientación 
vocacional se ha centralizado en definir las habilidades, aptitudes y destrezas 
que una persona tiene en un área específica a partir de instrumentos de 
medición que de alguna manera permiten un acercamiento al conocimiento 
de una realidad, así como la posibilidad de intervenir en ella (Santana Vega), 
pero que no han sido llevados de manera interna y meramente contextual. 
¿Por qué? Es un tanto complejo responder a ésta pregunta, pero hay distintas 
situaciones que nos llevan a dar negativas acerca de esto. 
La primera de ellas es que no se tiene el conocimiento necesario por parte de 
los orientadores acerca de lo que es la orientación vocacional y sus 
implicaciones. Y es que como lo hemos comentado con anterioridad en la 
clase, las secretarías de educación en muchas ocasiones sólo buscan cubrir 
el plan curricular aunque éste se lleve a cabo de manera incorrecta. 
Otro de los obstáculos a los que nos enfrentamos es que la cantidad de 
alumnos supera al asesor y por lo tanto no se puede ofrecer una orientación 
vocacional de calidad e individualizada. Si bien es importante el trabajo en 
equipo y conocer el interés de otros para la propia formación, es necesario 
trabajar en un seguimiento individual que facilite y amplíe las esferas de 
oportunidades que se indagan de manera particular. 
Ahora, en el ámbito universitario, encontramos que la orientación profesional 
tampoco se hace presente en la formación académica, ya que los estudiantes 
consideran que los estudios realizados no preparan convenientemente para 
la transición profesional. Aún se alberga la expectativa de que la auténtica 
formación se iniciará cuando accedan al puesto de trabajo. Por tanto como 
menciona Moreno, Becerra (1989) los alumnos egresan del sistema 
educativo con la clara incertidumbre de si su formación inicial les capacitará 
para poder desempeñar con solvencia una ocupación en el enmarañado 
mercado del trabajo. 
El tipo de orientación vocacional a que acceden normalmente los jóvenes 
durante su etapa escolar es muy básica y muy orientada a las habilidades de 
estudios y no a sus intereses propiamente profesionales, porque no los 
conocen. Que le gusten las matemáticas no significa que vaya a ser feliz 
como ingeniero. Muchas de sus decisiones están normalmente muy alejadas 
de cuáles son sus talentos naturales e intereses más profundos, muchos de 
ellos muy desconocidos por los jóvenes en esta etapa. 
Conclusión 
La formación de la vocación, como se menciona anteriormente, es un proceso 
que se inicia desde las primeras etapas del desarrollo del niño o la niña; es a 
través de sus juegos, exploraciones y comprensión del entorno, adaptación 
al grupo, roles y modelos de los padres y las experiencias formativas en la 
escuela, que se va configurando la futura vocación. Por ello, se considera 
importante que los docentes generen situaciones pedagógicas que permitan 
que las y los estudiantes desde los primeros años de la escolaridad, aprendan 
a conocerse, desarrollen capacidades y se valoren como personas que 
pueden contribuir al beneficio de los demás. 
La orientación vocacional desde el espacio educativo se plantea como un 
proceso continuo, que se va construyendo y fortaleciendo desde temprana 
edad y favorece las condiciones para que las y los estudiantes se desarrollen 
seguros en la toma de decisiones y capacidad para hacer una evaluación 
crítica de la información recibida. Como ya se mencionó, es de suma 
importancia que la formación vocacional se desarrolle desde los primeros 
años de escolaridad y no se limite al momento de la elección de la carrera. 
La orientación vocacional es indispensable y aporta de forma enriquecida en 
cuanto al autoconocimiento, desarrollo y toma de decisiones, únicamente si 
se aplica de la manera correcta, de otra forma puede entorpecer el camino 
de algún joven que en búsqueda de encontrar una solución, fracasa al 
obtener una visión errónea sobre lo que puede esperar en un futuro. 
Por lo tanto, la orientación vocacional no es una farsa, lo que realmente lo es, 
son las ideas genéricas que se ha formado acerca de ella. 
 
Referencias 
Planas Domingo, J. A., Cobos Cedillo, A., & Gutierrez-Crespo Ortiz, E. (s.f.). Manual de 
asesoramiento y orientación vocacional. Madrid: Síntesis. 
Prieto Clemente, A., Sánchez Almagro, M. L., & Alonso García, P. (s.f.). Guía práctica del asesor y 
orientador vocacional. Madrid: Síntesis. 
SantanaVega, L. E. (s.f.). Orientación profesional. Madrid: Síntesis.

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