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Sinonimia Acnérosácea, cuperosis. Definición Dermatosis crónica de origen desco- nocido; se localiza en lacaray se caracteriza por un componente vascular permanente, y accesos de tipo acneiforme que muchas veces terminan en una for- ma hipefrófica llamada rinofima. Suele acompa- ñarse de afección ocular. Datos epidemiológicos La frecuencia varía de O.I a IVo de la consulta dermatológica. En Suecia tiene una prevalencia de I}Vo. Predomina en muje- res de raza blanca de 30 a 50 años de edad, arazón de 3:1 a 5:1; en jóvenes afecta más a varones. Etiopatogenia Se considera un síndrome, si bien se desconoce la causa. Hay informes de casos familiares, pero no pruebas aceptables de predisposición genética. Parecen tener cierta influencia la luz solar, el calor, el frío y los episodios de rubor facial. No está claro el vínculo con factores endocrinos o gas- trointestinales (recientemente se ha enconfado relación con úlcera gástrica o gastritis y presencia de Helicobacter pylori), alimentarios, infecciosos o seborreicos; sólo en 20Vo de los enfermos hay antecedentes de acné, y al pa- recer no hay afección de las glándulas sebáceas. Tampo- co hay datos de un mecanismo inmunitario. Las formas granulomatosas pueden representar una reacción a cuer- po extraño a estructuras queratinizadas, o de hipersensi- bilidad al ácaro Demodex folliculorum. Aunque los factores psicológicos no son importan- tes, se produce vasodilatación de origen neurológico o emocional, por lo que algunos la consideran una angio- neurosis. Hoy se concede gran importancia a la sensibi- lidad a neurotransmisores endógenos, como la sustancia P, endorfinas y encefalinas. El rinofima es una etapa final ocasionada por proli- feración de glándulas sebáceas y tejido fibroso. Clasificación 1) Eritematotelangiectásica (cupe- rósica). 2) Papulopustular (acneiforme). 3) Fimato- sa (hipertrófica o rinofima). 4) Ocular y la variante granulomatosa. Cuadro clínico Se localiza en la cara, dorso y aletas nasales, surcos nasogenianos, mejillas, re- giones malares, parte media de la frente y, con me- npr frecuencia, en el mentón, alrededor de la boca o en el cuello. Suele ser bilateral. Las localizacio- nes extrafaciales son raras; siempre acompañan a lesiones en la cara, y se observan en la región es- ternal, la piel cabelluda e incluso el abdomen. Se caracteriza por eritema, telangiectasias, piel seborreica, así como pápulas y pústulas pequeñas y superficiales; en etapas avanzadas hay lesiones hi- pertróficas (fig. 123-l). La evolución es crónica, con exacerbaciones producidas por cosméticos, exposición a la luz so- lar, calor o bebidas alcohólicas. A veces hay remi- siones o puede permanecer estacionaria sin llegar a pasar por todas las formas clínicas. No hay sínto- mas; si acaso, prurito leve. Las maniftstaciones oculares son frecuentes (507o); se inician después del tercer decenio de la vida; pueden preceder a las lesiones cutáneas, y se exacerban en primavera y verano; afectan a los párpa- dos, la conjuntiva y la córnea; hay blefaritis esc¿lmo- s4 a menudo con chalazión; conjuntivitis difusa; vasos dilatados en arcada en el plexo límbico su- perficial, y queratitis rosácea que puede ser margi- nal, acompañarse de infiltrado subepitelial, y ser progresiva. El rinoftma predomina en varones de 40 a 50 años de edad, y es excepcional en orientales; el si- tio más frecuente es la nariz y lo son menos la fren- te y las mejillas; origina gran tumefacción, con consistencia blanda y poros dilatados. Luego hay fibrosis, telangiectasias o dilataciones varicosas, con lo que la nariz adopta un aspecto abollonado que semeja apéndices nasales (hg. 123-2). Datos histopatológicos Los cambios son inespe- cíficos: en la epidermis, hiperqueratosis, paraquera- tosis o atrofia; en la dermis, vasodilatación intensa con infiltrados perivasculares de linfocitos e histio- citos, o formación de granulomas tuberculoides. El tejido conectivo aparece fragmentado y desorgani- zado. En casos crónicos hay fibrosis e hiperplasia glandular. Datos de laboratorio Puede buscarse D. follicu- lorum mediante biopsia de superficie con ciano- acrilato (cap. 1 y fig. 2-8); la presencia de cuatro o más ácaros por folículo se considera patológica 506 Rosá cea Diagnóstico diferencial Acné vulgar (fig. 30-l), erupciones acneiformes, dermatitis peribucal (fig. 4-5), lupus eritematoso (fig. 30-1), demodecidosis (fie.2-1), erupción polimorfa lumínica (fig. 18-3), tubercúlides de la cara (fig. 91-13), dermatofitosis corticoestropeada de la cara, sarcoidosis, rosácea fulminans o piodermia facial (cap. 2). Tratamiento Es difícil. Se recomienda lavado diario con agua y jabón; deben evitarse las cremas oleosas, las pomadas con glucocorticoides, la ex- posición alaluz solar, fuentes de calor o frío, bebi- das alcohólicas y alimentos picantes, calientes o muy condimentados, así como el uso de microcom- putadoras. Es recomendable una psicoterapia su- perficial. Localmente se emplean lociones desengrasan- tes, como las que se utilizan para el acné, que pue- den diluirse a partes iguales con agua destilada. Es posible usar lociones con calamina, u otros astrin- gentes comerciales suaves, así como peróxido de benzoílo en gel al 5 por ciento. Si se encuentran muchos ácaros debe usarse una crema de glicerola- do neutro de almidón, o una loción de agua de ro- sas con polisulfuro de potasio al 5Vo, a diario, uno o dos meses. También se utilizan metronidazol en crema a 0.1 y 0.75Vo, y soluciones de eritromicina, solución de sulfacetamida al I07o con azufre al 5 por ciento y gel de ácido azelaico al 15 por ciento. Por vía sistémica se usan: cloroquinas, como hidroxicloroquina, 250 mg/día durante tres a cuatro meses; tetraciclinas, 250 a150 mgldía, o minocicli- na, 50 a 100 mg/día, por periodos de seis semanas (estos medicamentos también mejoran las lesiones oculares) ; metronidazol, 250 mg cada 12 horas du- rante tres semanas a tres meses; eritromicina, 250 mg tres veces al día, claritromicina 250 mg dos veces al día por cuatro semanas y luego diariamente otras cuatro semanas, doxiciclina 100 mg dos veces al día por cuatro semanas y luego diario por otras cua- tro semanas, o bien, isotretinoína, 0.5 a 1 mglkg/día durante 12 semanas. La orobable relación con H. Capítulo 123 5O7 pylori podría explicar el beneficio del metronidazol y la claritromicina por vía oral. En ojos, se requieren aseo local frecuente, anti- sépticos, y uso de lágrimas artificiales. Cuando hay blefaritis se emplea disulfuro de selenio. Puede ser necesario administrar glucocorticoides tópicos para evitar perforación corneal. Para el rinofima lo mejor es la descorticación quirúrgica total o parcial con escalpelo, electrociru- gía o láser. En telangiectasias se han usado electro- coagulación, criocirugía y láser de anilinas. La National Rosacea Society es una organíza- ción que apoya la investigación y la educación de médicos, pacientes y público en general. Puede solicitarse información Dor correo electrónico a rosaceas@ aol.com Brandáo Meirelles C, Milward de Andrade C, Coelho DAS, Cameiro S, Pereira Jr AC. Rosácea. Am Bras Dermatol 1994;69(l):38-45 Dahl MY Jarrat M, Kaplan D, et al Once-daily topical metro- nidazole cream formulations in the treatment of the papu- les and pustules of rosacea. J Am Acad Dermatol 2001 45: t23-30 Forton F Démodex et inflammation périfolliculaire chez l'hom- me: revue et observation de 69 biopsies. Ann Dermatol Ve- nereol 1986; I l3: 1047-58. Furokawa M, Kanetov K, Hamada T. 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