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Estudios sobre las Culturas Contemporáneas ISSN: 1405-2210 januar@ucol.mx Universidad de Colima México Alves, Luiz Roberto Modernidad y cultura en Brasil llaves nuevas, viejas fuerzas Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, vol. III, núm. 5, junio, 1997, pp. 29-47 Universidad de Colima Colima, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31600503 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=316 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31600503 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=31600503 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=316&numero=4187 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31600503 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=316 http://www.redalyc.org MODERNIDAD Y CULTURA EN BRASIL Haves nuevas, viejas fuerzas* Luiz Roberto Alves La cultura brasileha se reduce a una cultura de palabras. a una oonstruccion verbal, cuyo valor y eficacia jamas podran ser com- probados, pues jamas seran confrontados con la realidad. Rolando Corbister, 1956 Cada uno con sus armas. La nuestra es esa: esclarecer el pensamiento y poner orden en las ideas. Antonio Candido, 1945 Pienso que la postura mas popular que exisle es la conquista de la tragedia, el descubrimiento de la tragedia, mirar en los ojos de la tragedia y hacer que ella sea dominada. Oduvaldo Viana FUho, 1974 mediados de la decada de los sesentas, sectores organizados de la poblacion brasilena golpeaban con fuerza las "cazuelas vacias" ; en esta epoca los movimientos sindicales sefialaban sus tendencias poli- tico-ideologicas y perdian la exclusiva y obligada pureza reivindicato- ria; epoca en que se luchaba contra los diversos tentaculos de la dictadu- ra militar, y tambien el sistema de produccion artistica veia que se ago- taba la equivocada fuente de los bienes de legislacion cultural. Desde los tiempos de la Nueva Republica, todos estos significados deberian haber producido un sentido *que permitiera una revaloracion profunda del campo de las culturas; sin duda alguna, esta revaloracion ayudaria a crear nociones mas productivas del ejercicio academico y militante. A * Traduccion al espanol del articulo en portugues "Modernidade e cultura en Brasil: chaves novas, velhas for9as", de Ana B. Uribe. Programa Cultura, CUIS, Universidad de Colima. Estudios sobre las Culturas Contempordneas 2 9 Epoca II. Vol. III. Num. 5, Colima, junio 1997, pp. 29-47 Luiz Roberto Alves Sin embargo, no sucedio asi, hubo solo intentos, frustraciones y al- gunos buenos deseos. Las personas que piensan y hacen la eultura en Brasil se niegan a re- chazar tanto las formas como los contenidos estmcturantes de los con- ceptos de eultura. De esta manera, a traves de la conciliacion y del con- formismo dentro de lo aparatos institucionales, pierden el derecho a la libertad de conciencia (como nos propuso Sartre), linico instmmento in- telectual capaz de enfrentar los embates del neoliberalismo capitalista. Por otro lado, el pueblo, en las calles, se enfrenta cara a cara con los problemas y sus soluciones. El efecto de las "cazuelas vacias", las posiciones politico-sindicales, asi como la propuesta de la eultura como mereancia, bien podrian ense- nar (a la universidad, a los politicos y a los demas agentes culturales or- ganizados), las fonnas de constitucion de un nuevo campo semantico para las culturas y para las acciones culturales. En ese sentido, pensa- mos que los sintagmas: trabajo/pluralidad/politica/cotidianidad/ se en- txecru2arian con los paradigmas innovacidn/libertad/construccion histd- rica/dudadania. Mientras los sintagmas operarian sobre los fenomenos sometidos a la critica, dialectizando pares opuestos como: trabajo-desempleo (y no ocio, que no es otra eosa que el Tercer mundo), politica-privacion, coti- dianidad-alienacion, Asi, con la fuerza de las nuevas significaciones im- pulsadas por los nuevos sujetos historicos del Brasil pos-dictadura, se produciria una nueva memoria paradigmatica, o limes nuevas. Con es- tas tendriamos herramientas para analizar y juzgar lo que tenemos (si conviene) de una modemidad disfrazada de neoliberalismo. Posible- mente, ya habriamos superado las ambiguedades del tipo erudito-popu- lar, popular-masivo, naeional-popular permitiendo la apertura del saber otorgado por el campo academico y escolar, De esta forma, se ayudaria a los partidos politicos a disminuir su atraso bmtal sobre el quehacer cultural-politico (tanto en sus errores en el ejereicio del poder, como en el desprecio haeia la poblaeion). En Brasil y quizas en otros espaeios ladnoamedeanos, se presento la sustitucion sumisa del "mito de la libertad" por el "mito del interes", para utilizar las nociones siempre productivas de Nortrhop Fiye. En los tiempos proximos a la dictadura, tanto la aeademia, eomo los partidos politicos y otros sectores organizados, estuvieron conscientes de la ne- cesidad del cambio cultural (que debio estar acompaflado de una trans- formacion lingtiistico-discursiva), sin embargo, estos sectores se vieron sometidos en los nuevos aires de una supuesta modemidad que simula- ba entrar al primer mundo. Una fuerza antigua cuya hostia se consustan- 30 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil cio de corporativismo, sofisticacion tecnologica, cOmpetencia para el mercado profesional, etcetera. La onda del Este europeo solamente re- forzo el juego del "tnito de la libertad" por el '"niito del interes". Un ejemplo de una Have paradigmatica, es la cuestion de la cultura popular. En la pugna por el cambio, la cultura popular aparece como una cultura plural y no como simple folclor, es un producto de los gru- pos en accion y no mero simbolo nacional. La cultura popular se presen- ta como un irvstrumento no-puro, pero si como un itistrumento dialectico que permanece en constante relacion con la industria cultural, las instan- cias oficiales del poder y la cultura de masas. Sin embargo, fuimos im- potentes o incompetentes para participar en situaciones como: la curri- cula de estudios, los aparatos de comunicacion de masas y los partidos politicos. Y cuando intentamos mostrar que Gramsci conseguia articular las instancias de lucha polidca con el objeto de crear una nueva cultura politica como fundamento para la produccion de las politicas culturales transformadoras, el asunto no paso de ser solo objeto de estudio, una discusion que se guardo en los armarios para convertirse en un tema ex- clusivo de las charlas entre los intelectuales. Cuando relacionamos la idea de que somos una sociedad de trabajadores (con toda la acumula- cion de la historia que eso implica) caracterizada por el subdesarroUo, pero con una urgente necesidad de crear nuevos espacios de ciudadania, la profundidad de los analisis iniciados nos Uevaria entonces a comprcn- der el sentido de la cultura como una acumulacion de valores y patrimo- nio de distinciones donde se sientan las bases cotiscientes del bien co- miin, de la asociacion de necesidades, del encuentro de deseos, de la tra- vesia que implica ser social y estar en comunidad. Asi, habriamos supe- rado ya (sin olvidar y considerar), la concepcion de la cultura solo como patrimonio de letras y artes, instmmento revolucionario a la espera de un orden-unido, o tm proyecto de pan y circo que repitc las mismas ac- ciones del los populismos. Los vientos de la supuesta modemidad de primer mundo, impidieron la afinacion del instmmento sensible para la conquista de la efectiva modemidad, que por supuesto, implica en el proyecto de la mayoria la conquista de los derechos inalienables. Por el contrario, el espiritu letra- do y modemizante se tmio al proceso lecesivo y al reciclaje del sistema industrial multinacional. La franqueza del gobiemo Samey (1984-1989)estuvo contagiada semanticamente por la cormpcion de los apoyos otor- gados a la cultura (tambien las bellas artes y las letras). La "cultura da broa de milho",^ se alineo imaginariamente a la alta cultura y a los grandes temas mundiales. La cultura entretejida en el universo del traba- jo escapo de nuestro mundo, porque incluso hasta el propio trabajo, pa- Epoca II. Vol. III. Num. 5, Colimajunio 1997, pp. 29-47 31 Luiz Roberto Alves recia ser una categoria del pasado, a pesar de que millones de personas buscaran empleo para tener el derecho a comer y a vestirse. En lo referente a la ciudadania, el concepto Uego al grado cero de significacion, al contrario de lo que sucedio con la accion dc los movi- mientos populares. Asi, el concepto de ciudadania se opaco en los me- dios de comunicacion y solo fue aprovechada en los discursos mesiani- cos del ex-presidente Collor de Melo. Por su parte, los partidos politicos no supieron, como siempre, trabajar el concepto como praxis. Existe un sentido mas grave en esta cuestion. La ciudadania es el factor que co- mienza a marcar la diferencia y la base dc la nueva cultura politica en el pais. Ahora, hay un gobiemo claramente identificado con el proceso se- lectivo, como el de Collor de Melo, en el que solamente los modemos iran al paraiso, al nuevo mundo invertido (mmbo a Europa, Estados Unidos y Japon). En consecuencia, la cultura (y con ella la ciudadania) no podra jamas ser trabajada como diferencia y simbolo delimitador, pues el neoliberalismo aplicado en los dos afios y medio de Collor de Melo supone una imagen falsa que disminuye en algunos centros de ex- celencia y de poder. La encamacion maxima del neoliberalismo fue el ex-presidente Collor de Melo que modemizo y produjo ciudadania por la emancipacion de su propia representatividad. Cultura, en este gobicr- no, fue apenas una envoltura en un proceso metonimico de proyeccion: el todo nacional encontraria su ser cultural en las imagenes, hablas y es- critos del poder vitalicio. Paulo Cesar Farias se cncargo de desmontar todo el proceso por la exacerbacion de la pilleria. Los fmtos de la mo- demidad brasilena fueron arrebatados por el gmpo selecto y mafioso de amigos y correligionarios de Farias. Pensamos que los movimientos populares pro impeachment no ca- ractedzan utia etapa avanzada de la ciudadania cultural. Si asi fuera, ta- les acciones se asociadan rapidamente a los temas que subyacen ausen- tes de la atencion de los gobicmos de la Nueva Repiiblica. Al contrado, se trata solamente de una revuelta civica que marca una condicion basi- ca del gobiemo: la etica. Etica en el sentido kantiano de agradecimien- to. Del mismo modo, estas acciones sefialan el fracaso de una politica con imagen falsa, una memoda que nos habla de un pais que significa csencialmente el mismo en la estructura de sus relaciones de poder; un pais muy susceptible a amiinarse porque se constmyc solo de imagenes que proyectan progreso, desarrollo y modemizacion. El retroceso que expedmentamos en el analisis y compresion de las cuestiones culturales (lo que quiere decir politicas) obedece a aquella tdste y antigua tendencia estamental de las elites del pais, que significa negar el derecho efectivo que tienen los pueblos a los cambios politico- 32 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modernidad y cultura en Brasil culturales. Las viejas fuerzas son las que luchan por la sumision de las Haves nuevas. Octavio Ianni muestra los diferentes momentos en que la nacion proyecto su modemidad y sus avances; Ilego a percibir estos avances como inacabados y hasta en vias de regresion. El texto denomi- nado La ideia de Brasil moderno^ expone la autorreflexion de Brasil por sus fuerzas vivas y pensantes. Para el, en diversas situaciones como la Declaracion de la Independencia, la proclamacion de la Republica y el movimiento de 1930, fuimos capaces de entender la coyuntura mun- dial, nuestra realidad —notoriamente nuestros errores e injusticias—, la viabilidad de los cambios y sus instnimentos necesarios. Sin embargo, poco despues constatamos la prevalencia de la continuidad, del pasado, de la estructura colonizadora. Lo que se evidenciaba como antiguo e inadecuado se recubria de legitimidad y, entre represiones y sutilezas, el patrimonialismo continuaba su proyecto historico, con un desprecio no solamente a la inteligencia, sino tambien a los deseos de la mayoria. Ese proeeso de reciclaje y de continuidad fue analizado muy bien por Ray- mundo Faoro en Os donos do poder.^ A el le debemos el extraordinario concepto de estamento que, encamado por las elites, niega inclusive el discurso liberal, los esfuerzos de democratizacion y de cualquier moder- nidad. En ese sentido, en el regimen estamental, la cultura solo puede ser considerada omamento, transmision y recepcion impuesta por el gusto selectivo y "culto". ^Por que no decir que esta tendencia esta- mental, selectiva, culta y falsamente modemizante, fiie, otra vez, aunque con nuevos matices, la misma que hizo retroceder el analisis contempo- raneo de nuestra problematica cultural? ^Por casualidad, no es acaso otra forma estamental de gobiemo el dominio que tiene una decena de familias en casi todos los medios de comunicacion en el Brasil? Precisamente el modo colonizador y estamental de concebir la cultu- ra es folclohzar la produccion, maximizar la circulacion de los produc- tos (que surgen de fuentes selectivas y centralizadas) y transformar en derecho democratico el acto de consimiir. Se quedan fuera las cuestio- nes basicas como: el caracter diverso, rico y visible de la produccion; el derecho centralizador de la emision; los costos sociales de la uniformi- dad informativa y comunicacional en la produccion, asi como en la cir- culacion y reduccion de la ciudadania por la irrestricta fuerza de la mer- cancia, que por cierto no distingue productos industriales de sentimien- tos, ni tampoco objetos de sujetos. La soeiedad estamental emancipa el todo-vale para la recepcion de las mayorias, hace de la modemidad un tiempo pos etico, mientras reserva para si todo el regreso del todo-vale, transformado en plusvalia. 6poca II. Vol. III. Num. 5, Colimajunio 1997, pp. 29-47 33 Luiz Roberto Alves Desde la optica de la sociedad estamental, la cultura es un mostrador para la prostitucion del lujo. Por este motivo la ciudadania y todo el campo semantico que la engloba, es apenas un asunto opaco y raramen- te discutido en los noticieros y en la programacion general de los me- dios de comunicacioa La ciudadania (especialmente su fundamento cultural), es el horror de la niisnia idea del estamento, de la continuidad selectiva de un poder donde nada se contradice. Regresando al texto de Octavio Ianni, observamos ahi el constante deseo de Brasil de ser modemo, idea coetanea en los demas paises de America Latina. Nuestra intelligentsia volteo su mirada al pasado, sintio el presente y vislumbro reales posibilidades en el futuro. Se espanto con el divorcio entre las tendencias de la sociedad civil y las del poder estatal̂ De igual manera, esta intelligentsia, se apropio de Weber, Marx, Simmel, Smith, Boas y Malinowski, emprendio vuelos de alta significa- cion. Estos autores aun cuando se relacionen con determinadas tenden- cias del propio juego histdhco del poder, como muestra Carlos Guilher- me Mota y Dante Moreira Leite,^ desanoUan tecnicas adecuadas para la comprension de los problemas culturales brasilenos y, ciertamente son capaces de proponer soluciones nuevas a problemas viejos. Asi file cuando se percibio lo absurdo de nuestra aventura sumisa ante Inglaterra en la Guerra de Paraguay (alrededor de 1870), y se vis- lumbraron nuestras potencialidades economicas y culturales para saltar rumbo al nuevo capitalismo: memorables campanas abolicionistas, pro- yectos de conquistas democraticas, asi como luchas por la reforma de la tierra. Todo eso dio lugar a la victoria de caneros y cafetaleros, fiieron sectores burgueses emergentes que estuvieron asociados al coronelismo y tambien se involucraroncon otros proyectos estamentales preexisten- tes. De dientes para afuera Brasil ya era un pais liberal. Dice Ianni que intemamente "predominaba el patrimonialismo". Entre tanto, el siglo XX volvio a discutir la modemidad y a apresurar el paso de su marcha cultural. A pesar de ser un pais conocedor de los prejuicios de un pasado no resuelto y un pais oprimido por las crisis continuas ocasionadas por los propios estamentos dirigentes, Brasil qui- so ser contempordneo, por las letras y por la vida. Quiso entrar en el rit- mo de la historia. El pensamiento modemista y el que le sigue: Honoho Rodrigues, Antonio Candido, Sergio Buarque, Clovis Moura, Gueneiro Ramos, Wemeck Sodre y muchos otros fontiulan pensamientos nuevos y aportaciones de gran valor. Vale la pena recordar una larga cita de Oc- tavio Ianni: 34 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil En todos los lugares, se combina lo modemo material con lo autoritario de mando y desorden. Como en \a Madeira-Mamore, en Canudos, Contes- tado, Revolta da vacina, ocupaciones de tierras, huelgas de trabajadores y obreros, protestas contra desmanes. Una historia en la cual la modemidad esta mezclada en el caleidoscopio de los preteritos, de los ciclos desencon- trados de tiempos y lugares, como si el presente fuese un deposito arqueo- iogico de epocas y regiones. Todos, a pesar de las diversidades de perspectivas y propuestas, piensan el Brasil Modemo, el capitalismo na- cional, el capitalismo asociado a la industralizacion, la planeaci6n guber- namental, la reforma del sistema educativo, la reforma agraria, la institucionalizacion de garantias democraticas, la superacion de la pereza por el trabajo y de la lujuria por el ascetismo, el cambio de las instituciones y actitudes, la revolucion politica, la revolucion social En distintos grados, las perspectivas de unos y otros se abren en un abanico bastante amplio, comprendiendo propuestas de corte liberal, liberal-democratico, corporta- tivo, fascista, socialista y otras.'° Coniendo todos los riesgos, inclusive el de la imitacion y el de la ca- ricatura, desde hace mucho tiempo buscamos sintonizar al pais en la modemidad. Y hemos visto con desaliento la victoria de las oligarquias, de los estamentos, del patrimonialismo, diria Hannah Arendt, de la con- tinua "privatizacion del espacio publico". En Brasil, modemizar el Es- tado significa aumentar su capacidad selectiva y privatizadora. No es casualidad que el "Estado minimo" de Fernando Collor se hay a vuelto su higar exclusivo, tambien el de su amigo P. C. Farias y de algunos po- cos mas. El simbolo intenta visualizar las formas de poder apropiadas (aunque recicladas) por las elites siempre dirigentes. De cualquier modo, el pensamiento eclectico y diverso que se desarrollo en el Brasil del siglo XX, continiia abierto y fecundo; asimismo, este pensamiento exige reflexiones sobre los proyectos culturales del pais, mostrando el uso selectivo, mediocre y rebajado que se hace (y se hizo) de la inteli- gencia. Basta decir que las ciencias sociales presentes en el pais desde el inicio del siglo, pensaron ampliamente las posibilidades de que Brasil participara de la modemidad real, no asi durante el gobiemo de la dicta- dura, cuando generaciones de alumnos no tuvieron el minimo derecho a estudiar historia, antropologia, filosofia, sociologia y teoria literaria; les sobraban las migajas de informacion que les fueron impuestas como li- bros didacticos por la Secretaria de Educacion y Cultura. A todo eso, Osman Lins dio el nombre de Problemas Inculturais Brasileiros. No debe admiramos el hecho de que los movimientos ci- vicos de la juventud en 1992 hayan reconstmido una simbolizacion me- tonimica a traves de los medios de comunicacion, como por ejemplo: la senalizacion antropofaga de los cuerpos pintados en una danza que en un ritmo deAlegria, Alegria, tropicalizaba el panorama politico, Algu- tpoca II. Vol. III. Niim. 5, Colima,junio 1997, pp. 29-47 35 Luiz Roberto Alves nas veces, los detalles y los restos de la historia representan el linico (y afinado) movil capaz de decir las verdades que los estamentos de poder, en sus descuidos, permitiran transformarse en el fuego olimpico robado en el intervalo de sus contradicciones. Pero atin no existe alguna vacuna que nos contagie de lo nuevo y al mismo tiempo, sea capaz de acabar con el virus que puede hacer todo volver a ser como antes. Un remedio de valor cambiante, pero deseable, es la vigilancia, la accion comunita- ria, el no sartreano-viniciano, el movimiento organizado de grupos y co- munidades de base. En otras palabras, la cultura es construida como tra- bajo, la cual, de preferencia, siguiendo las palabras de Guimaraes Rosa, Uega "hasta el rabo de la palabra". Volviendo a la contemporaneidad cultural del pais y a su retroceso en el campo de las culturas, conviene preguntar: ^teniamos masa critica para emprender la profundidad de analisis cultural y las suficientes ba- ses sociales para ampliar nuevas opeiaciones del quehacer cultural? Nosotros pensamos que efectivamente teniamos y tenemos masa cri- tica. El uso que hacen de ella los partidos politicos, los diversos lideraz- gos, los medios de comunicaeion y las elites, es analogo al uso que hi- cieron de la intehgencia los estamentos dirigentes en el transcurso de la historia. Por eso, siempre conviene regresar a ella. En el caso de los ana- lisis de las relaciones entre cultura, comunicaeion, industria cultural y poder, hemos tenido abundantes reflexiones que nos llegan de Mexico, Argentina, Chile, Peni y Colombia. Tambien hemos tenido coloquios, trabajos conjuntos e intercambios de informacion entre acciones cultu- rales y practicas de comunicaeion y politica. Asimismo, se han creado programas interdisciplinarios e intemacionales para el estudio de temas comunes. Observamos un efectivo ecimienismo de intereses en la inter- pretacion de procesos multinacionales de expansion de la industria de la cultura y de la comunicaeion. Todo eso no excluye la impotencia de nuestra inteligencia ante los estamentos del poder, son ellos, en especial (modemizados y modemizadores) los que han hecho de la propia masa critica un producto informacional al servicio de sus nuevas estrategias de poder: mercancia en nueva y larga definicion y uso. En Ideologia da Cultura brasilefia}^ Carlos Guilherme Mota hace una historia de las ideologias que estan en las bases de las visiones e in- terpretaciones de la cultura brasilefia. De Gilberto Freyre y Antonio Candido y Ferreira Gullar, destacan la autoevaluacion de la intelectuali- dad, principalmente universitaria, y los presupuestos ideologicos que permiten realizar analisis y conceptualizaciones sobre cultura brasilefia, cultura nacional, cultura popular, cultura de masa, etcetera. Con eso, nos abre un amplio espectro de perspectivas y nos involucra en la historia, 36 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil matiiz diacronica insustituible para la travesia de la modemidad. En su prefacio denominado Urn testemunho do presente, Alfredo Bosi observa que Mota compraeba la forma en la que la universidad logro salir con las manos limpias ante los embates ideologicos posteriores a la segunda guerra mundial, acontecimientos que marcan la salida de lo tradicional hacia lo modemo. En ese orden de ideas, hace un comentario que mere- ce ser citado: Manos limpias, manos vacias, dira algiin maldoso. Y maliciosamente preguntara: ^que esperanza nos dio ella, o podrian haber dado aquellos que ella estudiaba tan ejemplarmente? A los hombres de la fabrica, a los hombres del mundo caipira}^ a los marginales de las favelas, a los migrantes de la periferia, a los prietos discriminados, a los indios arrinco- nados, a no ser el pron6stico realista de que todos estaban condenados a la urbanizacion sociopatica, a la plusvalia, a la alienacion, a la miseria, a la muerte. La ciencia, objetivada con tanto labor, duplicaba al final con el signo de su autoridad y sentido comun dehombre oprimido que ve en los males del presente el mas triste y fatal precio de la civilizacion que, en el caso vertiente, se confimdia con un subproducto del desarroUo capitalista. La actitud moral que informaba, entonces, los trabajos universitarios; gustaria que este precio no fuese tan alto, pero no podia ir mas alia de un voto piadoso. Despues de pasar por las formas de colonizacion que los letrados in- troducen y transmiten en sus obras y por los equivocos de lo nacional- popular gramsciano (que lo entendemos mal, contagiado por los vicios del Estado burgues y patrimonialista), Bosi muestra las tendencias mas recientes donde el progreso solo llegada por el ejercicio libre de una cultura sin fronteras, una cultura sin colores nacionalistas ni sombras folclorizantes. No obstante, esa modemidad significa que "el coloniza- do interioriza y rehace las presiones culturales del colonizador" y sola- mente asi puede construir algo nuevo. Observamos que nuestros estu- dios de la industria cultural y comunicacion multinacional, tal vez no supusieron ese rehacer presiones colonizadoras en la busqueda del ejer- cicio libre y en la conquista de la obra nueva. Al contrario, despues de la caida del Muro de Berlin todo lo que era critica a la supuesta modemi- dad parecia folclor, antigiiedad y atraso. Tal vez falto tambien la nocion de codigo y de interaccion solidaria. En cuanto al pdmero, Bosi pregim- ta: .̂cuales son las relaciones que los codigos "altos" entredenen con la vida y la mente del pueblo? Al observar los codigos Uamados culto y popular en un area intensamente reducida, escdbe: En termiiios de liistoria, desde la implantacion de la cultura letrada portu- guesa, en Brasil quedaron sin educacion casi todos los contenidos de la vida indigena, de la vida esclava, de la vida artesanal, de la vida nistica, de la tpoca II. Vol. III. Num. 5, Colima,junio 1997, pp. 29-47 37 Luiz Roberto Alves vida proletaria, de la vida marginal, sin educacion ni infonnacion basica quedaron las manos que no pudieron contar en el codigo erudito su propia vida.'̂ Y profetiza: todo indica que la interacci6n de lo nacional con lo supranacional s61o consigue ser fecunda cuando el primer polo dispone de libertad y de condiciones espidtuales para dialectizar el segundo, absorbiendo en la sangre sus propios significados.'* En otro texto, llamado "Cultura brasileira" y que incluyo en el libro Filosofia da educagao brasileira, Alfredo Bosi reafirma y profundiza sus posiciones. Hace la exegesis de las tres visiones de cultura desarro- Uadas en Brasil: la letrada-tradicional, la modemizadora-pragmatica y la de resistencia. La pdmera cubdo el pensamiento academico de las elites asociadas al pdmer mundo, de los espacios foraneos, de la escuela en su velo tradicional y parte de la iglesia. De e.vtraccion iberica, la vision le- trada produjo tanto la andnomia emdicion/folclor como la de universi- dad/pueblo; postedormente el invesdgador academico fue funcionado del sisterria desarrollista y modemizante, se dedico a trabajar en su pro- paganda y a desarrollar ciencia para sus proyectos milagrosos. No se puede negar la tendencia humanista de esa vision, que se fmstro cuando el propio desarrollismo tecnocradco rebajo el nivel de la escuela, liqui- do los estudios "clasicos", desvalodzo el magistedo e bizo de la educa- cion un instrumento incompetente al servicio del mercado profesional. La vision modemizadora, por cierto, propuso algo extraordinado al pue- blo y llego a otro punto: del milagro a la Nueva Republics de Samey y CoUor, ya que los intereses que la dividian, el cartorialismo estatal y la presencia de los viejos estamentos, no asumian ni la elevacion de la cultura popular, tan recurdda en este pedodo. De hecho, el Estado desa- rrollista produjo una red extraordinada de comunicaciones en pocas ma- nos, una escuela semi-todo porque no formaba para nada, una deuda ex- tema impagable, un brutal juego de intereses pdvados y la frustracion de las mayodas. En este cuadro, surgio el mesias CoUor y nosotros ja- mas produjimos una cultura politica que nos odentase contra el surgi- miento de los mesias. En la histoda de millares de afios siempre hubie- ran sido ellos la vanguardia insana o la memoda fuera de lugar que did- ge poblaciones para el desastre o para nada. La tercera vision, la de resistencia, no se confunde con la cultura po- pular, aunque la incluya. Se trata de un discurso cdtico, algunas veces surgido de la iglesia, de los sindicatos, de los movimientos de bardos y hasta del campo (digo hasta por falta de informacion y no de lucha). Ese pensamiento cddco tambien se expande en el teatro, la musica y el cine 38 Estudios sobre las Culturas Contemporaneas Modemidad y cultura en Brasil componiendo el panel de interpretaciones del Brasil contra la mayoria, capaz de prometer y de no cumplir, producir masificaciones, censuras, propaganda alienante, mercantilizacion del arte y destruccion de la natu- raleza y de las culturas asociadas a ella; banalidad de la educacion, de privatizacion de los espacios publicos. Por lo tanto, siete aflos despues del prefacio del libro de Guilherme Mota, Alfredo Bosi observa la tension cultural brasilefia entre dos ten- dencias: ... un modo de leer la cultura bastante proximo de las cadencias pragmaticas y anti-hist6ricas del neocapitalismo en su fase mas salvaje de impleinUicidn y difusion, y un modo de leer la misma cultura en un registro critico en el cual la mirada es la desmitificacion de las ideologias subyacentes.'^ Agregamos nosotros: esas visiones se confundieron y se diluyeron en el seno de una nueva predicacion neoliberal posterior a la caida del socialismo "real". Y se diluyeron sin razon, porque ninguna novedad se presenta en el frente de batalla, excepcion hecha al "guerrero" Collor, un producto cuyo embalaje no podemos abrir sino dentro del episodio de P. C. Farias. En otras palabras, Bosi reafirma lo que ya veiamos como buen cami- no para superar los prejuicios historicos de las concepciones sobre cul- tura. Considerandola como modo de ser, vivir, hablar y pensar en deter- minada formacion social, cabria estudiar profundamente la materia ph- ma cotidiana, fisica, simbolica y la imaginacion de la mayoria de hom- bres y mujeres del pais, aquilatando valores en cambios, procesos tradi- cionales con esfuerzo de continuacion, encuentros y desencuentros den- tro del universo de las comunicaciones. Ver los modos de asimilacion, los filtros, el proceso educativo, las formas de desagregacion y agrega- cion que sitiian el ser explorado en el espacio de la ciudad y frente a la television, la radio, el supermercado y sus multiples imagenes. Bosi concluye con una propuesta de papel donde la escuela es centro de cul- tura: la escuela (considerando la primaria y secundaria antiguas) y el bachillerato deberian ser, en un regimen plenamente democratico, un camino de acceso siempre renovado a la naturaleza, una introduccion larga al conocimiento del hombre y de la sociedad, una ocasion constante de desarroUo del propio lenguaje, como expresion subjetiva y comunicacion intersubjetiva, en fin, un despertar para lo mas humano y bello que ha producido la imaginacion plastica, musical y po6tica en Brasil o fueia de Brasil.'' Encontramos ahi senales claras de la ampliacion del campo concep- tual de la cultura. La lucha por la escuela publica, asociada a la profun- didad tematica de las relaciones entre comunicacion, cultura y poder Epoca II. Vol. in. Niim. 5, Colimajunio 1997, pp. 29-47 39 Luiz Roberto Alves multinacional, nos dan precisamente las condiciones para hacer lo que es imprescindible y que no fue hecho en esta etapa de retroceso moder- nizante: la critica de la cultura contemporanea. Si historicamente no hubo inteiES en analizar las culturas analfabetas (que no pudieron tener nunca acceso a la educacion y a la infomiacion), y la culturas excluidas de los patrones heredados del mundo iberico y del nuevo primer mundo, tampoco encontraremos equilibrio ni referencias segurassi no hacemos algo en este fin de siglo en que aiin estamos embarcados en el subdesa- rrollo, sin cualquier apoyo del mundo llamado desanollado. Si la escue- la historicamente fue un instrumento que fomento la division creciente entre las clases y los estratos sociales, pensamos que la biisqueda de ni- veles dignos para la infancia y la juventud es indispensable para la con- quista de la ciudadania, esto es una referencia basica para una producti- va accion cultural. Ahora, la inseguridad para alcanzar las referencias de esta ciJtura de resistencia (que supera la letrada tradicional y la burocra- tica desarroUista) es lo que nos ha Uevado a confomiamos con los anali- sis de los medios por los medios, de las formas por las formas, de las metodologias por las metodologias y otras tautologias. En ese orden de valores, muchos temas dejaron de ser profundizados, puesto que el campo referencial de la cultura quedo restringido una vez mas, cuando se alargaba el debilitamiento del regimen militar. Por ejem- plo, podemos citar lo siguiente: ta cuestion de la recepcion de la informacion, tratada como fenomeno de lectura cultural y no solamente como reaccion mecanica y metodologica de opinion piiblica. La disemiiiacion de informaciones en el ambiente rural del pals sobre la cual se amontonan tesis en los armarios sin una vision del conjunto de los conflictos, empatias, simetrias y asimetrias en la relacion entre tradicion/modemidad en el campo. El modo de recepcion y lectura de las nuevas tenologias en el ambiente y el papel de nuevo profesor, dividido entre el estuerzo corporativo de su valorizacion y el reciclaje trente a los medios productores de nuevos metodos. El analisis de las practicas cultu- rales suburbanas que operan como memorias culturales tradicionales en un mundo mutante de economia, urbanismo y valores sociales. Efectivamente, no alcanzaremos cualquier modemidad sin pasar por la constituci6n de masas cdticas sobre esos otros temas fundamentales para la cultura y aun escasos en la historia de nuestras investigaciones. Otra vertiente decisiva para reflexionar sobre la ampliacion de los sentidos de la cultura se encuentra en los textos del filosotb Jesus Martin Barbero: IM comunicacion desde la cultum y Comunicacion, campo cultural y proyecto mediador. El pensamiento de Baibero nos trae algiin aliento acompafiado de al- guna nostalgia, pues la novedad que el ve en escena dentro del proceso 40 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil multinacional del capitalismo homogeneizador de la comunicacion, es precisamente la reconceptualizacion de los campos de la cultura, privi- legiados como refeiencias basicas para la comprension de los medios de comunicacion y como vehiculo de los movimientos sociales. Esa recon- ceptualizacion privilegia lo indigena y lo popular, esto es, las expresio- nes mestizas e impuras que estan siempre excluidas de la escritura y de las expresiones cultas. En otras palabras, el proyecto mediador de Bar- bero, es lo que ya esta puesto en duda en la onda reciente de la supuesta modemidad. Sus consideraciones son perfectas cuando ve en America Latina el proceso de masificacion erunascarado de populismo a partir de los anos treintas, despues del desarrollismo tecnocratico. De igual forma, las in- vestigaciones en cultura y comunicacion ponen demasiado enfasis (o exagerado enfasis) ya sea en los medios por los medios, en la denuncia de las ideologias o en la teoria de la informaciom; siempre falta descu- brir la vivencia cultural, la lucha social por los derechos, la recreacion de la identidad. Barbero propone pensar los medios por las culturas en accion, los mestizajes de America Latina como lugar de produccion de sentidos. Considera, pero excluye los prejuicios seculares dirigidos a esas culturas. Ahi ve la magnitud de los papeles del cine, de la miisica, del teatro popular, de los proyectos reivindicatorios, en lo que coincide con Alfredo Bosi. Lo mas importante, citando a Barbero: .. .frente a lo que pueda pasar en Estados Unidos o enEuropa donde nombrar lo popular es quizas ya referirse unicamente a lo masivo o al museo folclorico, en America Latina lo popular nombra aim un espacio de con- flicto profundo y una dinamica cultural insoslayable.' En el segundo texto citado, el filosofo colombiano trabaja con las profundas implicaciones entre lo cultural (incluyendo lo cientifico) y lo comunicacional, apelando a la entrada del comunicador como mediador (y no intermediario) en ese proceso de cambios y reconceptualizaciones en los campos de la cultura. Desgraciadamente, en la optica del presente texto, apenas es un canto de cisne, o una punta de lanza para el futuro, cuando pudieramos, como intelectuales, comunicadores y agentes cultu- rales, realizar la critica global de la contemporaneidad. De hecho, la propuesta de Barbero, que tiene similitud con la del profesor Alfredo Bosi, abre la posibilidad de la superacion del espiritu en el sentido de Huis Clos, esto es, anuncia el patrimonialismo, conservadurismo y cul- tismo de la optica oficial de cultura y se abren multiples experiencias de la sociedad civil pensadas para la produccion creativa. En medio del proceso, el comunicador-intelectual-agente cultural cumplira su oficio revelador de diferencias, distinciones, posiciones del universo mestizo Epoca II. Vol. III. Num. 5, Colimajunio 1997, pp. 29-47 41 Luiz Roberto Alves de nuestra pluralidad, incluidas las injusticias sociales que clanian por la operacion de la ciudadania. Baibero ya no refuerza mas lo popular como tal 0 lo distintivo de las culturas del pueblo, ni lamenta el proceso des- culturizador de las comunicaciones de masas. Busca otra direccion: den- tro del proceso real (pues no nos queda ser ilusos) los intelectuales co- municadores tomarian en serio su papel mediador y estimulador para el ejercicio de la cultura. Dice su ultimo parrafo: mediador sera entonces el comunicador que se tome en serio esa palabra, pues comunicar — p̂ese a todo lo que afirmen los manuales y los habitantes de la postmodemidad— ha sido y sigue siendo algo mas diiicil y largo que infonnar, es hacer posible que unos hombres reconozcan a otros y ello en "doble sentido": les reconozcan el derecho a vivir y pensar diferentemente, y se reconozcan como hombres en esa diferencia. Eso es lo que significa y lo que implica penseir la comunicacion desde la cultura.̂ ^ Cuando iniciamos este trabajo con las "cazuelas vacias", y con la re- definicion sindical y los dilemas del ane culto en el gobiemo moderni- zador de la Nueva Republica, teniamos en mente algo parecido a esta parte del texto de Baibero, cuando dice que se debe dar entrada ... a la pluralidad y ambiguedad de lo urbano, a la revoltura del pueblo y masa en la ciudad, a las deformaciones y apropiaciones polifonnes de que estan hechas las practicas y las expresiones urbanas. A eso se puede afiadir la reflexion del gran urbanista Milton Santos. Nuestra problematica y peligrosa insercion en la modemidad urbana se entiende mejor por la cita que sigue. En su libro Ensayos sobre la urba- nizacion latinoamericana, Santos dice: En America Latina la genesis del fenomeno urbano es diferente (a la de Asia y de Africa). En principio, este es el I'mico continente que conoce elementos de modemizacion durante el periodo del comercio en gran escala. Tal hecho le confiere una especificidad, ya que las ciudades tiinda- das para responder a las necesidades de los intercambios se beneficiaban ya de los elementos de modemizacion de la epoca. En el principio de la evolucion contemporanea de la exploracion del continente latinoamerica- no, dificitaiente se podria hablar de subdesarrollo segiin los terminos de las definiciones corrientes. Es mejor hablar simplemente de los efectos de la dominacion, que provocan la aparicion de desequilibrios sociales y econo- micos dotados de una tanscripcion espacial. Todas las ciudades latinoame- ricanas nacieron al servicio de las relaciones intemacionales con los paises mas evolucionados.'* Inmersos en la modemidad y em^edados en la continua, sutil o vio- lenta dependencia, nos queda evolucionar hacia pensamientos mas radi- cales en el analisis de la contemporaneidad. Los mediadores del com- 42 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil plejo proceso de comunicacion y cultura se mezclarian con las formas fragmentadas de la oferta cultura-comuiiicacional que, al decir de Mi- quel de Moragas, citado por Baibero,^^ lleva a una separacion cada dia mas tajante entre una oferta cultural de informacion para la toma de decisiones, reservada a una minoria, y una oferta cultural hecha de espectaculos o de informaciones construida.s espectacularmente, destinada a las mayorias. Se inscribe ahi un pensamiento radic;il, desarroUado por los secreta- rios de cultura de los ayuntamientos, ligados al Partido de los Trabaja- dores (FT). Tales ideas se retoman en el texto de Marielena Chaui. Re- conocemos que la izquierda tiene una enorme dificultad para descifrar el campo cultural, pues exige ir mas alia del discurso verdadero (conside- rado oficial). La autora, no obstante, propone elementos para deserunas- carar las apariencias y llegar a descifrar la produccion social que Ueva- ria, racionalmente, a un sentido emancipatodo y que, a partir de las prd' ticas sociales basadas en este nuevo sentido de realidad, pueda surgir una nueva sociedad y otra cultura.̂ * La novedad surgira en el contexto de un pensamiento radical, que en primer lugar reconoce la cultura descentralizada de los gobiemos y par- tidos politicos, y tambien la reconoce como parte y como pedazo del te- jido social. Por eso son importantes las politicas de salud, de transporte y de educacion, lo que no ocurre con la cultura. Inmediatamente vemos que existen estimulantes contextos de la condicion cultural. Es el caso del neoliberalismo, que segiin Marielena, Ahora se realiza a traves de la enorme descentralizacion y velocidad del consumo, de la pluralidad fluctuante de las situaciones ocupacionales y del gran crecimiento del sector de servicios (correspondiente a la descentrali- zacion de la produccibn y del consumo). A esta situaci6n corresponde, en el piano de la clase trabajadora, el sindicalismo fragmentado que busca protegerse de la descentralizacion y tragnientacion a traves del corporati- vismo creciente e ineficaz de las luchas sindicales y de clases. Tambien corresponde a esa situacion de la produccion, de los servicios y del consumo lo que se llama de "idolatria del mercado", (marca registrada del neolibe- ralismo) esto es, la absorcion de las luchas sindicales y politicas por las leyes de la dispersion productiva, ocupacional y de consumo. Asi, gana sentido la tesis del Estado minimo, que triunfa en la fase del mercado maximo, Dios regulador. lambien en esa secuencia, gana la pdvatizacion creciente de los espacios publicos. El circuito se com- pleta. En la delimitacion de referencias (fronteras, naciones, segmentos regionales, asociaciones diversas) hablar de identidad implica rehacer Epoca II. Vol. in. Num. 5, Colima,junio 1997, pp. 29-47 43 Luiz Roberto Alves un camino discursivo capaz de producir revelaciones y avances signifi- cativos. A simple vista no resaltan las personas y los grupos, pero si hay oligopolios y monopolios, asociados incluso a la compra de servicios culturales. Aqui, se cruza este pensamiento con el de Northrop Fiye, que citamos: • los derechos civicos y la ciudadania se alinean al mito de la libertad y se I'men de igual forma al embuste de- la disminucion del Estado (que es la ampliacion de lo privado) en la fase del mito del interes, que se vuelve visible dentro de los proyectos econ6micos, sociales, poUticos. La vertiente denominada pos-modemidad corrobora el discurso neoliberal y garantiza legitimidad por la critica a la Utopia, en las alas de la velocidad tecnologica y del tiempo. Todo se fragmenta y desaparece, se vuelve intrascendente (una de las dimensiones de lo barroquisino-miiierista, que tambien parecia llegar al "fin de la historia", no fuese a la reaccion a la solidez y a lo real...) Marielena Chaui navega entre diversas dificultades ofrecidas j)or las contradicciones de los partidos politicos, por la cultura gubemamental y por la acumulacion de conceptos. Tanto los partidos tienen una cultura cultista e instrumental de la practica cultural, como los demas sectores del poder politico raramente escapan del viejo espiritu de las bellas ar- tes, del deslumbramiento mercadologico-clientelista. Todo eso ha gana- do ropajes modemos. Y cuando los partidos politicos adquieren el dere- cho de via cultural, superar las dificultades politicas, y realizar la critica de la contemporaneidad, sus errores sobre la lucha por la hegemonia y la simplicidad de uso de la cultura como "agitacion politica de las con- ciencias", contribuyen al retroceso, como lo hemos observado en este ensayo. Aun cuando la autora reconozca que las secretarias y departa- mentos de cultura de los gobiemos del Partido de los Trabajadores (PT) por ejemplo, han promovido satisfactoriamente enormes esfuerzos en el rumbo de la ciudadania cultural, Marielena concluye que no ha ocurri- do la necesaria radicalidad de la reflexion conceptual de la cultura; el proyecto se ha inchnado hacia la burocracia. La masa critica no ha podi- do participar en la interpretacion de la comunicacion de masas, ni en su uso altemativo, por lo que ha sido incapaz de intervenir a nivel nacio- nal. Asimismo, ha habido cierta fragmentacion en las relaciones de tra- bajo (cuando Collor confiscaba las cuentas de ahorros de los brasilefios, hacia lo mismo con la cultura. Gritamos y protestamos por las cuentas de ahorro pero no lo hicimos por la confiscacion de los derechos a la creacion cultural). Las propuestas finales de Marielena Chaui se inscri- ben en el analisis y en la reflexion del campo conceptual y en la practica concreta. Se propone esencialmente reconocer que somos culturales aunque estemos viviendo politicas de exclusion practicas y de fragmen- 44 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil tacion. Nuestra reaccion entonces se vuelve una postulacion de los dere- chos inalienables al modo de ser de los humanos, en donde se producen valores. En fin, se pretende afinar una cultura politica capaz de engen- drar politicas culturales liberadoras, no conformistas, que tengan clari- dad y rigor en la definicion de espacios piiblicos y privados: es decir, sin reprimir estos para que se amplien aquellos. En la linea de reflexion de este escrito, observamos que el neolibera- lismo (que Canclini con razon considera efectivamente neo-conservadu- rismo), resemantizo el espectro conceptual de la cultura y tambien le dio poca atencion en virtud del deslumbramiento tecnologico del universo del mercado. Lo que el propio neoliberalismo no observo es que la am- plia redefinicion del espectro de la cultura seria el locus del descubd- miento de las contradicciones neoliberales-conservadoras (y hasta una verificacion de lo que el liberalismo posterior al Muro de Berlin pueda tener de bueno). Esto nos llevo a constatar con mayor rapidez embustes del tipo Collor, como por ejemplo el no engaflamos con la idea de una concentracion del poder vendida con el nombre de descentralizacion so- bre la egide del mercado regulador. Ahora, si las practicas sobre los conceptos de cultura tuvieron un enfasis reduccionista desde los aiios de modemidad, seguidos de autoritarismos y populismos; en lugar de em- barcamos en la nave neo-liberal y pos-modema, retomemos la experien- cia acumulada en un pensamiento radical, litil para nuestros tiempos productores de metastasis desconocedoras de limites y de fronteras. Este pensamiento puede ser capaz de convertir la mutinacionalidad en el ins- tmmento privilegiado para la extraordinaria acumulacion de plusvalia, aun viviendo en tiempos de recesion, desempleo, asesinato de ninos y hambre insoportable. A pesar de todo, estamos en medio del proceso. Aiin no estamosim- posibilitados para reconsiderar y reaccionar. Sabemos de los esquemas de poder tipo polvo, abiertos para fiituras generaciones. Sin embargo, nuestras generaciones sucumben en la indefinicion fragmentadora, en el hambre y en el desempleo reales. Un argumento para la critica de la cul- tura en sus pehgros de simbolizacion, es que no produzca la dignidad humana. La caida de las Haves en acumulacion sobre la fuerza moder- nizadora de los antiguos estratos patrimonialistas, bien puede sefialar la hora de nuestra reaccion-reconstruccion, como tambien dene alguna oportunidad de alteramos nuestros alardeados "avances" en los campos de las culturas. jEs preciso cambiar el rumbo! 6poca II. Vol. III. Num. 5, Colimajunio 1997, pp. 29-47 45 Notas y referencias bibiiograficas 1. Expresion que significa una reaccion de las mujeres contra la carestia. Sitn- boliza el hambre popular en epocas de gobiemos coiTuptos. 2. En O Caminho Critico, Sao Paulo, Perspectiva, 1973. 3. Expresion que significa la valorizacion ingenua de las cosas del campo, de los valores nativos de las culturas populares. "Broa de milho" es una co- mida tipica de la ciudad brasilena Minas Gerais. 4. Paulo C. Farias, ex-tesorero de la campana electoral de CoUor de Melo, poli- tico influyente, dirigio una red de corrupcion y acumulo grandes fortunas fuera de Brasil. Fue asesinado en un crimen pasional. En los circulos po- liticos e intelectuales se argumenta que el crimen fue enrealidad un ardid politico para librarse del hombre que tenia mucha informacion de los cir- culos de corrupcion en Brasil. 5. En Resagate. Revista de Cultura, Sao Paulo, Unicamp-Papiros, 1990. 6. 3a. ed., Porto Alegre, Globo, 1976,2 vol. 7. Op. cit. 8. Mota, Carlos Guilherme Ideologia da Cultura brasilena (1993-1974), Sao Paulo, Libreria, 1978. LEITE, Dante Moreira O cardcter NadonalBrasi- leiro. Historia de uma ideologia. Sao Paulo, Libreria Pioneira, 1969. 9. Op. cit. 10. Op. cit. 11. Sao Paulo, Siimmus, Editorial, 1977 12. pp. cit. 13. El "caipira" en Brasil es un habitante de la zona rural del interior de Sao Paulo. Se trata de una connotacion del tipo ingenuo en referencia al tipico habitante de las culturas de provincia. 14. Op. cit. Prefacio. 15. Op. cit. 16. Op. cit. 17. El cartorialismo es una actitud burocratica de las elites brasilenas para exigir que todo el poder pase por ellas, es decir, la elite como linica referencia. Esta actitud se constituye en una autoddad que define todas las relaciones de poder. 18. Coordinacion de Dumerval Trigueiro Mendes, 2a. ed. Rio de Janeiro, Civili- zacion Brasilefia, 1985. 19. Op. c/i 20. En Estudios sobre las Culturas Contempordneas, Colima, Mexico, Univer- sidad de Colima, Vol. 1, num. 3, octubre de 1987. 21. En Didlogos de la comunicacion, Lima, Felafacs, no. 28, nov. 90, pp. 71-76. 22. Op. cit 23. Op. cit. 24. Sao Paulo, Editora Hucitec, 1982. 46 Estudios sobre las Culturas Contempordneas Modemidad y cultura en Brasil 25, Op. cit. 26, Texto inedito, Un resumen fue publicado en O modo petista de gobemar, Org, Jorge Bittar, Sao Paulo, Teoria & Debate, 1992. 27, Op. cit. 28, Cultura transnacional y culturas populares. Bases teorico-tnetodologicas para la investigacion, Lima, IPAL, 1988. fipoca II. Vol. ill. Num. 5, Colima,junio 1997, pp. 29-47 47
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