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La formación del sujeto moral 
Apuntes sobre filosofía y psicología Moral 
•- - .. YALILE SÁNCHEZ H . 
Introducción 
Frente a la necesidad de hacernos participes del diagnóstico y búsqueda de 
alternativas en relación con los grandes problemas y dilemas de la sociedad 
contemporánea, la reflexión ética se ha hecho ineludible. Reflexión ética que nos 
remite a interrogarnos sobre nuestra condición humana, nuestra condición de 
actores sociales enfrentados a enormes desafíos y grandes dilemas. Éstos nos 
cuestionan sobre la situación del ser humano como sujeto moral y político en el 
mundo actual. 
El recorrido de estos debates presionan cada vez más hacia una reflexión 
comprometida con las preocupaciones que nacen en la vida cotidiana, con las 
dificultades que experimentamos en el contexto de nuestros intercambios sociales, 
enfrentados a "la insociable sociabilidad del ser humano". 
En la coyuntura del país nos situamos en la necesidad de aportar elementos que 
ayuden en la clarificación de las prácticas sociales mediante las cuales se construye 
la sociedad y se constituye el sujeto. Nos queremos ubicar desde una perspectiva 
que considera que los estudios y discusiones que propone la psicología sobre el 
tema, tienen que inscribirse en el marco actual de la discusión ética; la cual convoca 
a seguidores del proyecto moderno en toda su heterogeneidad, antimodernos y 
posmodernos'. Las ciencias sociales en su conjunto están emplazadas en este 
proyecto de reconstrucción ética, en particular la psicología del desarrollo moral 
E-sfos términos requieren un análisis mas de fondo que no es posible hacer aquí 
119 
La formación dei sujeto moral Apuntes sobre filosofía y psicolot;ía Moral 
De esta manera las ciencias humanas resultan convocadas en el debate sobre el 
sentido de la reflexión ética en el mundo contemporáneo. Los análisis sobre la 
cultura, tienen así, gran importancia dentro de los estudios sobre moralidad. 
Aunque es necesario decir que algunas de las temáticas incluidas en los análisis 
que hace la filosofía moral, tienen su propio desarrollo dentro de las ciencias 
humanas, en particular desde la antropología, la sociología y la psicología, dentro 
de una dinámica un tanto difícil de aprehender. La polémica entre universalismo 
y contextualismo tiene sus propias resonancias dentro de las ciencias humanas, y 
en la psicología aunque ésta no se haya generalizado, en los últimos años ha tomado 
cierta relevancia con la revitalización de la psicología cultural. Otro punto para 
tener en cuenta es que los filósofos morales tienen un conocimiento insuficiente 
de los desarrollos de la psicología y de los posibles aportes que ésta puede dar al 
debate ético actual. 
Nuestro interés es poner en discusión algunos de los posibles aportes que la 
psicología puede hacer sobre la constitución del ser humano como sujeto moral, 
explicitando los vínculos que existen entre filosofía moral y psicología moral. 
Acerca de la polémica entre liberales y comunitaristas 
Lo que nos documenta la amplia bibliografía que existe sobre el tema es que los 
diferentes autores que trabajan la filosofía moral, hacen de forma explícita o 
implícita afirmaciones en uno u otro sentido sobre la naturaleza humana. Para 
plantearse el problema de la moralidad, las diferentes tradiciones hacen énfasis 
sobre diferentes hechos, rasgos y cualidades humanas, llegando a contraponer 
definiciones distintas de moral. Thiebaut presenta de la siguiente manera la 
controversia: «La modernidad filosófica se ha definido, así, en términos de lo que se 
ha llamado un cambio de paradigma desde una «ética de bienes» (como sería la ética 
clásica) a una «ética de deberes» (como sería la moderna), y lo ha hecho al bascular 
sus acentos desde la idea de virtud y felicidad a la de deber y punto de vista 
moral». Y más adelante, «Asípues las éticas ilustradas y kantianas acentuarían los 
elementos de autonomía, de reflexividad del sujeto con respecto a sus fines, y de 
motivación racional—pues los fines dados deben ser sometidos al tribunal de la razón 
práctica para ser evaluados y aceptados o criticados —, las éticas neoaristotélicas 
contrargumentarán que solo la consideración de esos mismos fines puede dar sentido 
ético a la acción de los hombres»'*. 
THIEBAUT, C. «Sujeto moral y virtud en la ética discursiva» En : Guariglia, O. (1996), Cuestiones 
morales. Madrid : Trotta, 24. 
121 
CÁTEDRA MANLIFL ANClZAR ¿;ír,<^ bioética - / Semestre de 2 0 0 1 
En efecto, según los liberales, los individuos en tanto sujetos morales no son 
definidos por sus pertenencias económicas, sociales, éticas, sexuales, culturales, 
políticas o religiosas. Por el contrario, eUos son considerados libres de cuestionar 
y rechazar cualquier forma de participación en grupos, instituciones o actividades 
particulares, como libres son de cuestionar sus convicciones, incluso las más 
profundas. En este sentido Rawls (1978) afirma la prioridad de sí sobre los fines 
que se defiende''. 
Según los comunitaristas esta concepción de sujeto no tiene en cuenta las 
condiciones en las cuales se da la formación de la identidad de los individuos. De 
forma tal, que presenta al sujeto como un ser sin raíces, no comprometido, capaz 
de escoger soberanamente los fines y los valores que orientan su existencia. Esta 
concepción le atribuiría al sujeto una facultad para actuar libre y racionalmente, 
que batía imposible todo razonamiento práctico, todo juicio sobre lo que puede 
ser y debe hacerse en unas condiciones dadas. 
En estos términos se trataría de una visión equivocada del sujeto, de una psicología 
moral simplista y se requeriría entonces de un análisis más completo de los procesos 
de socialización''. La libertad y la identidad del hombre no son características 
ontológicas innatas de la persona; al contrario, lo que le da sentido a la existencia, 
son los contenidos sustanciales que tejen la historia propia de cada uno y estos 
contenidos son culturales; ellos preceden al individuo y determinan la manera en 
la cual él podrá definir su identidad y ejercer su libertad. Se plantea de manera 
radical que es dentro de una relación hermenéutica, con su tradición que cada 
cual puede decir quién es y devenir el sujeto de su propia historia. El punto que se 
ubica como central es que no tenemos un acceso directo a algo así como un 'yo 
racional y autónomo', sino que necesariamente hay que pasar por la vía larga de la 
vuelta por la interpretación, a la luz de los rasgos culturales que le permiten a cada 
cual definirse. Se defiende de esta manera una concepción antropológica 
relacionada con la atribución de un rol fundamental a los modos de socialización. 
Se afirma que el yo es inseparable de la socialización. Los neoaristotélicos quieren 
mostrar que el individuo autónomo de los neokantianos es él mismo, el producto 
Como esta polémica se ha desarrollado a lo largo de varias décadas, algunos autores plantean la necesidad 
de tener en cuenta la cronología del débale a partir de los efectos que produjo en 1971 el libro Teoría de 
la justicia de Rawls y las publicaciones posteriores de otros autores. 
Entre los autores que más aportes han hecho sobre esta tematización del sujeto moral, están: Rawls, J., 
1978y 1995,Taylor,C, 1992y 1996,Walzer,M,, 1993,Sandel,M., 1984,Thiebaut,C, 1992,Maclntyix;, 
A., 1988, Habermas, J., 1985. 1991. Tugendahal. E.. 1990. Kymlicka, K., 1990, Cortina, A., 1993 y 
1997. Hoyos. G., 1996, y 1997. 
122 
La formación tlel sujero moral Apintes sobre fílosolla y psicología Moral 
de una forma específica de socialización. De esta manera una parte de la discusión 
gira alrededor de la argumentación acerca de un sujeto situado, contextualizado 
en contra de un sujeto abstracto, desencarnado, descontextualizado. 
Pero hay un argumento más relacionado con la dificultad de separar totalmente 
descripción y prescripción, pues lo descriptivo se ubica muy relacionado con lo 
normativo. El describir e interpretar las significacionesde la tradición no es sólo 
explicitar el lugar que ocupo en un espacio social definido y de intentar dar cuenta 
de los determinismos sociales que me afectan, lo que principalmente se pone en 
cuestión y se devela es el sentido de mi existencia. No es posible separar la pregunta 
de ¿quién soy? de la pregunta sobre ¿qué quiero ser? y de la pregunta acerca de 
¿qué debo hacer? Podemos determinar esto que somos sólo por la orientación 
hacia unos bienes que estimamos dignos de ser realizados por nosotros y en relación 
con nuestras perrenencias sociales. Los fines que orientan nuestra existencia no 
son el producto de una elección arbitraria y soberana, sino el producto de una 
interpretación contextualizada de nuestra situación, en un horizonte sociocultural 
que nos precede. De esta manera, se afirma la prioridad de los fines, los cuales 
encierran un contextualizado sentido del bien. 
La génesis del ser humano como sujeto moral 
La formación del ser humano como sujeto moral, en un enfoque ontogenético 
dentro de las ciencias sociales se puede abordar desde perspectivas diversas: una 
de ellas es al conjunto de investigaciones que diferentes disciplinas han realizado 
sobre el proceso de socialización; otra perspectiva tiene que ver con los diversos 
estudios y teorías del desarrollo moral elaborados por la psicología. 
De este modo, aquí también se plantean dos alternativas. Son dos caminos 
complementarios para teorizar sobre la formación del sujeto moral; pero pueden 
plantearse también como opuestos. El uno tematizando el problema desde un 
análisis culturalista de las condiciones que definen los procesos de socialización, 
subraya los contenidos afectivos, cognitivos prácticos, concretos y contextúales 
que permiten la constitución del sujeto en un grupo, en una comunidad dada; 
estas representaciones sociales, estos contenidos simbólicos serían elementos 
determinantes de las acciones morales y de la moralidad que construye el ser 
humano. De otro lado, estaría la perspectiva que busca abordar la explicación del 
origen y evolución del sujeto como persona capaz de acciones morales orientadas 
por un razonamiento moral universalista; es decir, el sujeto que dentro de un 
proceso de descentramiento tiene la competencia de elabotar juicios abstractos y 
construir criterios de moralidad racionales (normas o principios) no condicionados. 
• 123 
CÁTEDRA MANUEL ANCfZA» Ética y bioérica - 1 Semestre tle 2 0 0 1 
En las ciencias sociales la polémica se da entre socialización y desarrollo moral. 
Socialización y construcción de identidad 
En la vida cotidiana creemos que la gente tiene intenciones, que cada cual tiene 
opinión propia, que tenemos ciertas definiciones compartidas de lo que sienten y 
piensan los otros, etc. Estas definiciones se forman en nuestra convivencia con los 
otros en circunstancias sociales concretas; son contenidos que circulan 
horizontalmente en distintos espacios sociales y verticalmente de generación en 
generación. 
Los adultos como agentes socializadores, portadores de valoraciones, estamos 
continuamente haciendo de cierta manera un adoctrinamiento vivencial y 
ejercemos como educadores morales por diversos caminos en la cotidianidad de 
la vida familiar, escolar y social en general. 
Los procesos de globalización a partir de las nuevas tecnologías que permiten un 
cierto tipo de relaciones directas e indirectas, con un círculo más amplio de 
individuos, están produciendo cambios en los procesos de socialización. A las 
agencias socializadoras como la familia, la escuela, los grupos de pares, se han 
integrado otros socializadores. Lo que trae como consecuencia que se multipliquen 
Y desconecten las voces que participan y aportan en la construcción de sentido y 
de los significados acerca de lo que se considera 'valioso' en la vida de un ser 
humano. 
Los cambios en los procesos de construcción de identidad son evidentes, ante el 
cambio que ha ocurrido, en relación con las funciones y los roles que en el plano 
de la socialización cumplen la familia, la escuela, los grupos de pares, los medios 
de comunicación, la calle, el centro comercial, etc. Se evidencian hoy problemáticas 
totalmente nuevas; casos como el de los niños o jóvenes que sin tener unos vínculos 
fuertes, significativos con los otros de su contexto cultural, entran en un mundo 
de relaciones virtuales que los absotben y les dificultan inclusive el mantenimiento 
de unas relaciones personales. Si bien estos casos pueden ser excepcionales, nos 
hacen ver la necesidad de repensar los problemas de la socialización y la 
construcción de identidad. Las circunstancias socioculturales en las cuales están 
instalados los jóvenes, plantean tin reto enorme a los investigadores que intentan 
dar cuenta de las prácticas de socialización, ' ' 
Identidad, subjetividad moral, socialización son términos que emergen 
124 
í. -a,i 
La formación d d sujeto moral Apuntes xobrr nio.softa y psicología Moral 
permanentemente en el vocabulario de las ciencias sociales, como en el lenguaje 
corriente. Se escucha con frecuencia comentar sobre la crisis de identidad y se 
incluyen allí distintos hechos de muy diversa clase: se habla de la ruptura de los 
lazos sociales, de relaciones 'abandónicas', de que las instancias socializadoras 
primarias no cumplen su función, se habla incluso de desocialización. Diferentes 
'eorizaciones se refieren a los procesos de identificación primaria, de identidad 
, icial e individual, de identidad de sexo, identidad de clase social, de identidad 
i lica, de identidad masculina y femenina, de identidad profesional, de identidad 
virtual e identidad real, de identidad relacional o biográfica, etc. La identidad de 
f Iguien es, sin embargo, aquello que la persona tiene como más precioso: la pérdida 
de identidad es sinónimo de alienación, de sufrimiento, de angustia y de muerte. 
La identidad no le es dada al ser humano de una vez por todas en el nacimiento, 
ella es construida en la infancia y de ahí en adelante se reconstruye a lo largo de 
toda la vida. El individuo no la construye jamás en solitario; ella depende 
fundamentalmente de los juicios del otro, de las interacciones con los otros y de 
las propias orientaciones y definiciones de sí que cada uno vaya elaborando. La 
identidad es un producto de socializaciones sucesivas, es el producto de un proceso 
interactivo y comunicativo complejo, resultante de un proceso de construcción 
y negociación conjunta entre el individuo y los otros de su cultura. 
La identidad de cada individuo se construye dentro de una intrincada trama de 
interacciones e identificaciones. La complejidad de esta construcción tiene que 
ver con el hecho de que los grupos de referencia son múltiples, y con la ambivalencia 
de las identificaciones de las cuales se participa. Entre el deseo de ser como los 
otros y el aprendizaje de la diferencia, el niño, el joven, deben construir su propia 
identidad, a partir de una integración progresiva de sus diferentes identificaciones 
positivas y negativas. La aprehensión desde un punto de vista empírico de la 
identidad es particularmente compleja, pues no hay una identificación única sino 
un proceso con referentes plurales, diversos, ambivalentes e incluso contradictorios. 
Diferentes identidades pueden convivir sin ser exduyentes, pues se trata de un 
sentido de pertenencia que tiene múltiples coordenadas; pertenencia a una familia, 
a un grupo o grupos, a una comunidad, a una región, a un país. Inclusive cabe 
preguntarse sobre una "comunidad" muy particidar como es la humanidad. Lo 
anterior nos permitiría preguntarnos si a propósito del concepto de identidad, 
universalismo y contextualismo coexisten, o son exduyentes. 
Comprender cómo se reproducen y se transforman las identidades sociales implica 
125 
CÁTEDRA MANUEL ANCfZAR Ética y bioética I Semestre de 2 0 0 1 
aclarar el papel específico que cumplen las distintas agencias socializadoras, a 
partir de las cuales ellas se construyen y sereconstruyen a lo largo de la vida. En 
efecto, es en los distintos espacios de socialización donde las mediaciones culturales 
y nuestros encuentros con los otros se realizan, donde comienza la constitución 
del sujeto moral. 
Pero el término socialización exige ser redefinido ante el abuso que se hace de este 
concepto. Dentro de la historia de las ciencias sociales el término "socialización" 
ha sido utilizado en sentidos muy diversos, algunas veces con connotaciones 
negativas o un tanto simplistas: inculcación, imposición o adoctrinamiento; al 
punto que algunos autores han propuesto suprimir su uso dentro del vocabulario 
científico. Pero suprimir la palabra no elimina el problema. Y es en la vía de un 
análisis crítico de las diferentes teorías que con frecuencia, separando individuo y 
sociedad, separan socialización e individuación y que sólo consideran acciones 
unidireccionales de la sociedad sobre el individuo o del individuo hacia la sociedad. 
Es frecuente encontrar que los enfoques sociológicos y psicológicos de la 
socialización se plantean como opuestos en lugar de ser complementarios. Una 
gran diversidad de autores nos aportan distintas conceptualizaciones sobre el tema, 
entre otros: Durkheim, Parsons, Kardiner, Benedict, Geertz, Berger y Luckmann, 
Mead, Bourdieu, Elias, Piaget, Vygotski^. 
La socialización es un proceso interactivo y multidireccional; supone una 
transacción entre el socializado y los socializadores y ésta implica procesos de 
renegociación permanentes; implica un punto de reencuentro y acuerdo entre las 
necesidades y deseos del individuo y los valores de los diferentes grupos con los 
cuales él entra en relación; no es sólo transmisión de normas y de reglas, es el 
desarrollo de una cierta representación del mundo. Cada individuo compone 
lentamente ésta representación, tomando imágenes de las diversas representaciones 
existentes y reinterpretándolas para construir un todo original y nuevo. Socializarse 
es aprender a representar un significado con la ayuda de uno de los múltiples 
significantes que sirven para su representación. 
En este proceso complejo de socialización e individuación se realiza la apropiación, 
elaboración y negociación de unas u otras normas, unos u otros valores. Resulta 
daro entonces, que la reflexión sobre la persona moral nos conduce a un análisis 
^ has leonas del desarrollo de estos dos líltimos autores son al mismo tiempo consideradas como teorías 
de la socialización con ciertos rasgos particulares, más adelante volveremos sobre el lema. 
126 
La formadón d d sujeto moral Apuntes .sobre lilosofía y psicología Moral 
más amplio del proceso de socialización en el cual se inscribe el sujeto en su 
desarrollo como sujeto cultural. Son unos procesos de interacción social específicos 
los que posibilitan y dan cuenta de la constitución del sujeto humano. Hecho que 
ha permanecido un poco oscurecido, ante las investigaciones que, en particular 
en la psicología, hablaban fundamentalmente del desarrollo de un individuo 
solipsista. En los últimos tiempos el análisis de las mediaciones sociales y culturales 
en los procesos de desarrollo humano ha recobrado su vigencia. 
El desarrollo moral 
Las discusiones a nivel ético nos han permitido diferenciar sobre todo dos 
compresiones de la moral: una, la moral concreta que se forma en la vida cotidiana 
dentro de los contextos culturales de los diferentes grupos sociales y donde se 
validan unos u otros valores; y otra, la moral comprendida como la posibilidad de 
formular juicios morales a partir del ejercicio de la propia conciencia moral, cuando 
el hombre se libera de la tutela moral y ejerce su autonomía. En la teoría del 
desarrollo moral, —concretamente el enfoque cognitivo— se plantea estrechamente 
vinculado a esta segunda concepción de moral. Si bien, cuando hablamos de 
moral no hacemos referencia sólo a los aspectos cognitivos y reconocemos la 
presencia de otros componentes, resulta demasiado complejo hacer un seguimiento 
a estos aspectos de forma integrada. Cada uno de los autores se centra en uno u 
otro contenido. 
En psicología se podría hablar (sintetizando) de tres teorías explicativas del 
desarrollo moral: la teoría psicoanalítica, la del aprendizaje social y la cognitivo-
evolutiva' desarroUada por Piaget y Kohlberg. También sería necesario tener en 
cuenta el trabajo de C. Gilligan sobre la psicología del desarrollo femenino, donde 
retoma elementos del psicoanálisis y de la teoría kohlbergiana, al tiempo que les 
hace serias críticas. Esta investigadora elabora una teoría dicotómica sobre la 
moralidad basada en las diferencias de género. En contraste con los sistemas teóricos 
unitarios como los de Freud, Piaget y Kohlberg, distingue la moralidad centrada 
en el concepto de justicia de la moralidad basada en el cuidado. Convendría tener 
presente otras teorizaciones vinculadas con el enfoque kohlbergiano, que Turiel y 
Selman, entre otros, han desarrollado. 
•I , .í 
Aunque a la vez es necesario tener en cuenta que cada uno de estos paradigmas a su vez tiene desarrollos 
múltiples dentro de diversas teorías. , , . . , - -
127 
CATÍDRA MANUEL ANCfZAR Ética y bioérica • I Semestre de 2 0 0 1 
Los teóricos del aprendizaje hacen énfasis en el papel que tiene el refuerzo en el 
moldeamiento del comportamiento moral. Los niños imitan los modelos que 
tienen a su alcance: los padres, otros niños, los personajes de la televisión, etc. A 
partir de distintos tipos de refuerzo social aprenden nuevos comportamientos y 
una variedad amplia de conductas morales. Desde esta perspectiva no se utilizan 
categorías como interiorización o conciencia. Se supone que el comportamiento 
moral se adquiere de la misma manera como cualquier otro comportamiento, por 
asociación estímulo-respuesta. Según Skinner la conducta humana no depende 
de mecanismos innatos, ni de principios normativos independientes de las 
contingencias sociales que actúan como reforzadores. Conductas como la agresión, 
el altruismo, manifestar culpabilidad se consideran producidas por estímulos 
ambientales, mediante el mecanismo de aprendizaje por asociación y no requieren 
en su explicación conceptos tales como la autonomía, o la libertad ' . 
El enfoque psicoanalitico sobre la moral se interesa sobre cómo un conjunto de 
normas interiorizadas que provienen del exterior se constituyen en la génesis de la 
conciencia moral y le permiten al niño constituirse como sujeto social y cultural. 
La teoría freudiana, además, de tener una significación clínica o psicoterapéutica 
, . aporta una interpretación de la cultura y del proceso de constitución del sujeto y 
es este el marco en el que Freud habla de moral. La moral se conquista según 
Freud en contra de la pulsión y a favor de la cultura. La sexualidad infantil es 
bisexual, indeterminada, polimorfa y puede proyectarse en cualquier dirección; 
su finalidad esencial es el placer. Pero esta libido amoral y asocial evoluciona y en 
esta transformación es crucial el conflicto edípico. La evolución hacia una 
sexualidad adulta significa hablar del ingreso del individuo al orden social, al 
orden de la cultura, al orden de una moral concreta. Hay un antagonismo entre 
pulsión y cultura, la moralidad es extrínseca a la pulsión. La pulsión sexual se 
reprime a favor de la cultura y la moralidad. 
Desde esta perspectiva la vivencia del complejo de Edipo (como deseo sexual por 
la madre, odio al padre e identificación con él, sentimiento de ciüpabüidad, miedo 
a la castración) es lo que permite la instauración de la instancia psíquica de la 
moralidad, el superyó. El conflicto edípico simboliza el momento por el cual el 
psiquismo (individual o colectivo) «pasa» del estado presocial y premoral al estado 
social y moral, el nacimiento de la ley. La renuncia al deseo de incesto y parricidio, 
da lugar al nacimiento del superyó. El superyó consiste no sólo en la conciencia 
moral sino también en un ideal del yo. La «internalización» o introyección de la' En este punto es posible remitirse al texto Más allá de la libertad y la dignidad, de Skiner B, 
128 * 
La formacifín dd sujeto moral .^puntes sobre filosofía y psicología Mora! 
• . — • ' , , * . • • 
instancia paterna prohibitiva se funda en la identificación del hijo con el padre. 
Identificación que posibilita la adopción de las normas mediante las que opera el 
padre. Desde este momento el principio de autoridad moral deja de estar fuera 
del sujeto y pasa a formar parte de su propia estructuta interna. Freud aboga por 
una moral del yo; junto a la moral del superyó está la moral de la conciencia y la 
razón. Se argumenta así el valor de la conciencia como esperanza de salud y 
racionalidad, dado que la moral del superyó es psicopatologizante. Freud hace un 
amplio análisis de la dinámica y los conflictos que surgen entre el yo consciente y 
la fuerza y crueldad que a veces adquiere la conciencia moral superyoica'". 
El interés fundamental del enfoque cognitivo-evolutivo al abordar el estudio del 
desarrollo moral se orienta hacia los aspectos cognitivos, la conciencia moral en 
términos de juicios morales. Aunque no niega la existencia e importancia de otros 
aspectos, como podrían ser los sentimientos morales. Se aplica al estudio de la 
moral la noción de etapas del desarrollo. Desde este enfoque se piensa el desarrollo 
moral como un proceso ordenado que no se puede explicar totalmente por la 
experiencia particular de cada individuo, considerada desde fuera. El desarrollo 
moral implica una construcción activa del individuo considerado al interior de 
las interacciones sociales y a través de procesos de descentración. 
Piaget desde una cierta óptica kantiana intenta clarificar cómo la anomia inicial 
se transforma en heteronomía y autonomía en el niño, podríamos decir que se 
interesa en la génesis y evolución de los juicios morales. Piaget partió de una 
definición muy sencüla de moral, recogiendo la definición hecha por Durkheim, 
como sistema de reglas y de moralidad, como el respeto hacia esas reglas. El respeto 
hacia la regla resulta entonces fundamental para entender el proceso de constitución 
del sujeto moral dentro de este enfoque. 
En El criterio moral en el niño (1984), Piaget le da un tratamiento central al 
problema del sentimiento de respeto. El motor inicial de este proceso es este 
sentimiento y la relación social significativa, insustituible, en la cual aparece. 
Las diferentes investigaciones que realizó Piaget lo llevaron a diferenciar dos tipos 
de moral y la caracterización que hace de cada una constituye uno de sus principales 
aportes. La elaboración teórica que hace a partir de esta diferenciación le permitió 
construir las bases del andamiaje conceptual que hoy denominamos enfoque 
cognitivo-evolutivo del desarrollo moral. 
FREUD, S, El "yo" y el "ello". En: Obras Completas, Vol 11, Madrid. 1968. 
129 
(HIEDRA MANUEL WfCfeAR Erica y bioérica - I Semestre de 2 0 0 1 
Una es la moral que se deriva de la autoridad y la costumbre y otra la verdadera 
moral, la moral racional que el individuo se da autónomamente. El acatamiento, 
la obediencia del niño pequeño frente a las reglas que vienen del exterior, que se 
transmiten de generación en generación y de las cuales es portador el adulto, 
genera en él un sentido de obligación hetetónomo. Y se habla de obligación porque 
la regla, a diferencia de otras regularidades, implica un sentimiento de obligación. 
El sentimiento de respeto que el niño siente hacia sus padres, lo extiende hacia las 
reglas que él le impone. Así la regla tiene un doble origen: las múltiples regularidades 
que la crianza del niño implica y este sentimiento de respeto originado en la 
relación filial. Este tipo de moral está ligado a un sentimiento de respeto místico, 
frente a unas reglas que vienen del exterior, que le parecen "de origen trascendente" 
y que adquieren para el niño un carácter sagrado. Igualmente esta moral se 
caracteriza por ser desarrollada en el marco de unas relaciones sociales de presión, 
de coacción, asimétricas, características de las colectividades jerarquizadas; 
relaciones que generan sumisión y obediencia. En términos de Piaget esta es una 
moral heterónoma. 
La verdadera moralidad se elabora progresivamente en el marco de otras relaciones 
sociales, como son las relaciones de colaboración y cooperación que los niños 
tienen entre sí, en ciertas simaciones, particularmente dentro de los juegos reglados. 
Este segundo tipo de relación social tiende hacia la simetría y la equidad. Allí 
descubre el niño la reciprocidad, el respeto mutuo. La regla deja de ser exterior, 
para depender ahora de su libre voluntad colectiva. Piaget define la cooperación 
como el intercambio entre iguales, sólo en y a través de la cooperación puede 
haber autonomía moral total. Según Piaget "lo propio de la cooperación es 
precisamente llevar al niño a la práctica de la reciprocidad o sea de la universalidad 
moraD'. En definitiva ya no priman los valores y reglas impuestos por la costumbre 
y la autoridad desde fuera de la conciencia del niño; ahora priman los valores y 
reglas argumentadas racionalmente y construidas en forma colectiva. 
La regla de cooperación se convierte en una ley moral efectiva y el niño al modificar 
las reglas se convierte en legislador y adquiere así conciencia de la razón de ser de 
las normas. Descubre que las normas pueden ser el resultado de un acuerdo entre 
iguales. Según Piaget de esta forma descubre la democracia. Una muestra de lo 
que representa para el niño la autonomía adquirida es según Piaget "e/ sentido 
realmente político y democrático que los niños le dan a sus vivencias dentro de estos 
PIAGET, J. El criterio moral en el niño. Barcelona ; Fontanella, 1984. 
130 
La formación d d sujeto motal Apuntes sobre filosofía y psicología Moral 
• - * . . . . . . 
colectivos infantiles. Todo está permitido, toda proposición individual es, en derecho, 
digna de examen. Ya no hay delitos de opinión, en el sentido de que desear cambiar las 
leyes deja de ser contrario a las leyes. Así pues, puede haber delitos de procedimiento, 
pero sólo de procedimiento. Sólo los procedimientos son obligatorios, las opiniones 
están sujetas a discusión"^^. "De ahora en adelante, por el contrario, por el simple 
hecho de limitarse a ciertas reglas de discusión y colaboración, o sea a cooperar con sus 
semejantes en total reciprocidad (sin falso respeto por la tradición ni por la voluntad 
singular de tal o cual individuo), disociará la costumbre del ideal racional... ideal de 
derecho implicado en el mecanismo de la discusión y la reciprocidad ...la cooperación 
no impone más que los procedimientos del intercambio intelectual o moral... "'^. 
A partir del momento en que existe cooperación, las nociones racionales de lo 
justo y lo injusto se convierten en regulativas de las costumbres, porque están 
implicadas en el propio funcionamiento de la vida social entre iguales. 
Como hemos visto, en el campo del desarrollo moral para Piaget a diferencia de 
lo que ocurre dentro de sus estudios sobre el desarrollo cognitivo, las interacciones 
sociales juegan un papel esencial y lo interindividual es genéticamente anterior a 
lo intraindividual. 
En resumen, junto al paso de la anomia a la heteronomía, el paso de una moral 
heterónoma a una moral autónoma, son los dos puntos nodales del desarrollo 
moral, según Piaget. Los criterios que le permiten al niño emitir juicios'" sobre 
las cuestiones morales, son entonces inicialmente heterónomos, le vienen del 
exterior, le son impuestos o le son dados por las figuras parentales de la socialización 
primaria. Pero esta moral heterónoma, que se basa en la costumbre y en la 
autoridad, que sigue a la anomia, también evoluciona y se transforma mediante 
un largo y complejo proceso en una moral racional. 
Para ampliar la comprensión de esta perspectiva evolutiva-cognitiva es necesario 
acudir a Kohlberg quien radicaliza este enfoque, aunque también mantiene ciertasPIAGET, J. Ob. cit., 58 
PIAGET, J. Ob. cit., 59 
Para Piaget estos juicios se relacionan siempre con la acción, aunque pueden ser de primero o de 
segundo grado. Los primeros son juicios hipotéticos y están relacionados con la acción, pero menos 
directamente; en cambio hay unos juicios que se plantean más cercanos a lo que el individuo hace. 
131 
CÁTEDRA MANUEL ANCfZAR Erica y bioérica • I Semestre de 2 0 0 1 
diferencias con Piaget''. Kohlberg asume la perspectiva iniciada por Piaget en el 
estudio de la moral y le da un sello propio. Concibe el desarrollo moral como una 
evolución hacia la adhesión personal, racional a principios éticos. Se plantea la 
importancia y relevancia de unos principios éticos que guían y que permitirían 
hablar de una «ética en situación», o sea la adaptación de estos principios a la 
situación concreta teniendo en cuenta a las personas y a las circunstancias. Las 
investigaciones de Kohlberg como las de Piaget suponen una relación entre 
razonamiento moral y acción moral. Una actuación moralmente elevada exige un 
estadio elevado de razonamiento moral. Para Kohlberg la autonomía moral hace 
referencia al último estadio en la evolución del juicio moral, en el cual el individuo 
juzga según unos principios éticos universales, autoescogidos. Es necesario entonces 
distinguir la autonomía piagetiana conceptualizada en relación con las reglas y la 
autonomía de principios de Kohlberg. La dirección del desarrollo moral está 
enmarcada por el paso de la heteronomía, imposición desde afuera a la autonomía 
convicción personal guiada por unos principios. 
El desarrollo lleva consigo transformaciones básicas de la estructura cognitiva. 
Las estructuras que definen los estadios morales son específicamente estructuras 
de interacción entre el sujeto y los demás. "Los estadios morales no se definen por 
reglas interiorizadas, sino por estructuras de interacción entre el yo y los otros". 
Los distintos estadios representan una secuencia, un orden o una sucesión 
invariable, universal. Los factores culturales pueden acelerar, retardar o detener el 
desarrollo, pero no cambian la secuencia. El peso de la influencia de los aspectos 
socio-culturales.diminuye progresivamente a medida que se avanza en los estadios. 
Los principales aspectos del desarrollo moral son universales, debido a que todas 
las culturas tienen unas fuentes comunes de interacción social, adopción de roles 
y conflicto social que exigen una integración moral. El desarrollo moral está 
influenciado por "la extensión y calidad general de los estímulos cognitivos del desarrollo 
moral están definidas por la calidad y extensión general del estímulo cognitivo y social 
a través del desarrollo del niño, más que por las experiencias específicas con los padres 
o las experiencias de disciplina, castigo y premio»^^. 
RAWLS (1980) en Constructivismo kantiano en la teoría moral, y HABERMAS (1982) relacionan 
al mismo tiempo "la reconstrucción racional ontogenética piagetiana" con la ética kantiana y con sus 
propias elaboraciones teóricas, planteando que aunque existen algunas diferencias no son leonas 
radicalmente diferentes. De otra parte Habermas y Rawls en diferentes textos hacen referencia a las 
investigaciones de Kohlberg. Particularmente Habermas hace un análisis critico sobre el estadio seis 
kohlbergriano en Apel y otros (eds). Etica comunicativa y demcKracia. Barcelona, Crítica, 1990 
KOHLBERG, L. Essays cm Moral Development. The psychology of moral development. V. 11. San 
Francisco: Harper tS: Row, 1984, \25. (Psicología del desarrollo moral. Desc\éeácBTO\lv/er, 1992). 
132 
La formación del sujeto moral Apiinies .sobre filosofía y psicología Moral 
Dentro de los estadios hay una jerarquía de valores. El valor moral de la justicia es 
el que diferencia e integra mejor a todos los valores. Para Kohlberg sólo la 
orientación en torno al principio de justicia es la más estrictamente moral de 
todas las orientaciones. Kohlberg se dice en completo acuerdo con Sócrates quien 
destaca la justicia como la máxima virtud y como la virtud básica de la sociedad. 
La justicia es el núcleo del desarroUo moral. 
Kohlberg postula tres niveles con dos estadios cada uno" . Un nivel preconvencional 
en el cual las normas y expectativas sociales son algo externo al yo. Un nivel 
convencional en el cual el yo se identifica con la sociedad y se considera valio.so 
responder a las expectativas de la familia, el grupo o el país. Un nivel 
posconvencional, autónomo o de principios en el cual el yo se diferencia de los 
roles sociales y define valores según unos principios éticos autoelegidos donde 
juegan un papel fundamental los principios universales de justicia, reciprocidad e 
igualdad. El sexto estadio kohlbergiano, «cumbre» del desarrollo moral, implica: 
diálogo o comunicación completa, toma reversible de roles, responsabilidad ante 
otros seres humanos como seres morales autónomos que poseen dignidad e 
integridad. Kohlberg define «el criterio formal de la etapa seis como: principios 
generales reversibles y universales»'*. La reversibilidad en la que tanto insiste 
Kohlberg es, según él, un concepto piagetiano. Y para Piaget desde un punto de 
vista lógico la reversibilidad significa reciprocidad, reversibilidad simétrica. Cada 
estadio representa una filosofía moral: «Estos niveles y estadios pueden considerarse 
como distintas filosofías morales, visiones diferentes del mundo socio-moral" '''. 
En síntesis, la psicología caracteriza al niño como un ser amoral, en el sentido de 
que inicialmente no posee criterios para hacer evaluaciones morales. Anomia o 
amoralidad son los conceptos que utilizan las teorías psicológicas para referirse al 
niño no socializado, que no se ha apropiado aún de los valores de su cultura, 
permitiendo mostrar que no es posible calificar al niño como bueno o malo. En la 
ontogénesis un problema central tiene que ver, entonces, con el interrogante sobre 
cómo se constituye en el ser humano el sentimiento de respeto, el sentido de 
obligación, es decir cómo se deviene sujeto sujetado. 
KOHLBERG, L. en cuanto a la elaboración de su teoría de los estadios se declara deudor no sólo de 
Piaget sino también de Baldwin, Kant y Haré. 
KOHLBERG, L. «La Comunidad justa en el desarrollo moral. Teoría y práctica.» En : Cañónetal.£/ 
sentido de lo humano. Bogotá, 1985. pp.29. 
Ob., cit., 27. 
133 
CÁTEDRA MANUEL ANCfZAR Ét icay bioética • I Setaestre de 2 0 0 1 
La reflexión sobre el desarroUo moral nos conduce a un análisis más amplio del 
proceso de socialización en el cual se inscribe el sujeto en su desarrollo como 
sujeto cultural, en particular al estudio de los mecanismos y formas que toman 
los procesos de transmisión, apropiación e interiorización de normas. La 
consideración de que el ser humano se forma como sujeto moral en el proceso de 
socialización que se inicia en la familia, aunque es un punto en común dentro de 
las investigaciones de Freud, Piaget, Vygotski, cada uno le da interpretaciones 
distintas. Piaget y Freud de diferente forma enfatizan el papel que juegan las 
figuras parentales, aportando los primeros criterios morales que interiorizará el 
niño. Vygotski subraya el papel del adulto como un mediador en este proceso de 
socialización y coloca el concepto de mediación semiótica como eje de una 
explicación del proceso de formación del sujeto. 
Con la intención de reconstruir una comprensión más holística del proceso de 
formación del agente moral es posible hacer una lectura contrastante de algunas 
de las elaboraciones teóricas de Freud, Piaget y Vygotski, esta lectura permite 
encontrar ciertas conexiones dentro de sus disímiles aproximaciones. 
Los conceptos de moral heterónoma y autónoma de Piaget, de moral superyoica 
y de moral del yo de Freud y de regulación externa y autorregulación de Vygotski 
son algunos de los conceptos que permiten este análisis comparativo. Pero antes 
es necesario hacer algunas precisiones respecto al planteamiento vygotskianoy su 
enfoque histórico cultural, enriquecido por los avances reahzados por nuevos 
autores. 
Vygotski sin haber trabajado concretamente en el campo de la psicología moral, 
asume una posición en cuanto al origen y desarrollo de los procesos psicológicos 
superiores que facilita el acercamiento con desarrollos particulares en el campo de 
la moral. Su perspectiva ayuda a clarificar los contenidos específicos que orientan 
el desarrollo ontogenético humano, la mediación que ejercen las herramientas 
psicológicas como herramientas semióticas y el papel importante que tiene el 
adulto como un interactuante facilitador del proceso que posibilita el cambio 
desde la regulación externa hacia la autorregulación ^ .̂ ,,i . 
Sobre la autorregulación, que no ha sido muy estudiada, encontramos cierta 
bibliografía que la relaciona tanto con el desarrollo cognitivo como con el desarrollo 
social. Esto ha hecho que algunos autores planteen que la "transformación de las 
=" VYGOTSKI, Ea : Schneuwly, B. y Bronckart, J.R N^gotsky aujourd'hui. Paris, 1985. 
134 
La formatHón del sujeto moral Apuntes sobre filosofía y pNtcolo¡;fa .Motal 
funciones básicas en funciones superiores consiste principalmente en una 
autorregulación creciente de procesos y capacidades que originariamente se hallan 
ligados al campo inmediato de estímulos y determinados por él""'. De esta manera, 
la autorregulación desde la perspectiva vygotskiana, hace referencia a todas las 
funciones denominadas como superiores o específicamente humanas: la memoria 
voluntaria, la atención, la imaginación, el lenguaje, etc. 
Vygotski diferencia las funciones psicológicas elementales y las funciones superiores; 
y expone cuatro criterios para hacer caracterizar estas últimas: " 1) el paso del 
control del entorno al individuo, es decir, la emergencia de la regulación voluntaria 
(o autorregulación); 2) el surgimiento de la realización consciente de los procesos 
psicológicos; 3) los orígenes sociales y la naturaleza social de las funciones 
psicológicas superiores y 4) el uso de signos como mediadores de las funciones 
psicológicas superiores. La primera característica que diferencia los procesos 
psicológicos elementales de los superiores, es que los primeros se hallan sujetos al 
control del entorno, mientras que los segundos obedecen a una autorregulación... 
El segundo criterio, estrechamente relacionado al anterior es su 'intelectualización' 
o realización consciente. Vygotski escribió acerca de las funciones psicológicas 
superiores cuyas características básicas diferenciales son la intelectualización y el 
dominio, es decir, la realización consciente y la voluntariedad"-'. 
Para Vygotski el origen de la autorregulación está en las interacciones sociales que 
el niño establece con los adultos de su entorno y está relacionada igualmente con 
la función que asume el lenguaje durante el desarrollo en la planificación de las 
propias acciones, como "forma autorreguladora de mediación semiótica". En 
términos de Wertsch: "Vygotski afirmó que el habla interna permite a los humanos 
planificar y regular su actividad y deriva de su previa participación en la interacción 
social verbal"^'. 
Dentro del contexto de las interacciones sociales el niño aprende a regular su 
comportamiento, siendo entonces primero una función interpsíquica, 
interpersonal para luego desarrollarse como autorregulación; dependiendo en 
primera instancia de los contenidos de la relación y comunicación con el adulto, 
para luego transformarse en un proceso autorreferido; así el paso de una regulación 
externa a una autorregulación, se relacionaría directamente con la transición del 
funcionamiento interpsicológico al intrapsicológico. Transición que implica 
DÍAZ, R., Neal, C. y AMAYA-WILLIAMS. M. Origenes .sociales de la autorregulación, 1990. 
WERTSCH. J. Vygoisky y la formación social de la mente, Barcelona, 1988, 43. 
WERTSCH. Ob, Cit.. 124. 
135 
CÁTEDRA MANUELANClZAR Ét icay bioética - / .Semestre de 2 0 0 1 
diferentes niveles de intersubjetividad. La comunicación que se da entre el adulto 
y el niño en la zona de desarrollo próximo, como forma privilegiada de 
funcionamiento interpsicológico y que se realiza con un mínimo de definición 
compartida de la situación (o sea de intersubjetividad) es la base para el paso al 
funcionamiento intrapsicológico. Diferentes investigaciones se han realizado sobre 
la distribución de la responsabilidad en la diada en la interacción tutor - tutelado 
y la transferencia de la responsabilidad al niño; reconociendo una secuencia 
evolutiva que partiendo de la directividad del adulto puede avanzar hacia la 
autorregulación^"*. 
Moral del yo, autonomía y autorregulación 
En términos de Jean Piaget, el niño atiende primero a una moral externa, a una 
disciplina exterior impuesta, a una responsabilidad objetiva, colectiva. Luego podrá 
responder según una moral racional, a una disciplina interior, a una responsabilidad 
subjetiva e individual. La cooperación, la reciprocidad, es decir la interacción 
entre iguales con otros en términos de cierta simetría, son la puerta de acceso a la 
autonomía. Para Freud la intensidad del complejo de Edipo y luego su represión 
(debido, entre otros hechos, a la influencia de la autoridad), trae como 
consecuencia, entre otras, una moral del superyó que dominará severamente 
como conciencia moral, sobre un yo débil y dependiente. El giro lingüístico 
introducido por Vygotski^^ en la psicología le da gran peso a las condiciones 
culturales y a las interacciones sociales, las cuales posibilitan la formación de la 
psiquis humana, haciendo factible la transformación de los procesos elementales 
determinados por factores biológicos en procesos psicológicos superiores. Esta 
transformación se da dentro de los procesos de socialización, en la práctica de 
apropiación y re-creación de los contenidos de la propia ctiltura, en particular a 
través de la apropiación y construcción de las herramientas semióticas. Este cambio 
a nivel de las funciones mentales del hombre, además de tener un origen 
sociocultural, de estar orientado en dirección de lo interpsicológico hacia lo 
intrapsicológico, donde las formas específicas de relación con los otros de su 
cultura son elementos claves, se orienta también desde una regulación externa 
hacia una autorregulación. Igualmente, este autor destaca que el ser humano tiene 
la capacidad de un funcionamiento descontextualizado, que se da a partir de un 
WERTSCH. Ob. cit. 
Sobre el tema ver SÁNCHEZ, Y. "Vygotski: el giro lingüístico en psicología" En: Revista Colombiana 
de Psicología Nos 5-6. 1997. 66-76: igualmente. VYGOTSKI HOY. Cuadernos de trabajo No 21. 
Facultad de Ciencias Humanas, Univcisidad Nacional de Colombia. Bogotá., 2000. 
136 
La í'otmación del sujeto ntoral Apuntes subte filosofía y psti..l..[;i,i .Moral 
funcionamiento psicológico contextualizado. Por último, cabe subrayar aquí, lo 
que Wertsch, J. denomina "intelectualización" (voluntariedad y realización 
consciente), como una de las características de los procesos psíquicos superiores, 
según Vygotski. 
Después de esta síntesis apretada, es posible analizar las afinidades que estas tres 
conceptualizaciones presentan según nuestro análisis. Los puntos de acuerdo los 
entendemos de la siguiente manera: en primer lugar, la distinción de dos tipos de 
procesos contrastantes: regulación externa-heteronomía, y moral superyoica de 
un lado y del otro autorregulación, autonomía y moral del yo; en segundo lugar, 
estaría la direccionalidad que le plantean a los procesos evolutivos implicados, 
desde una regulación externa hacia una autorregulación que se interioriza y desde 
unas normas externas hacia unas normas autoimpuestas; en tercer lugar, el papel 
fundamental que se le da dentro de estos procesos a las interacciones sociales. 
Ahora es posible subrayar que el hombre no se conforma con dejar transcurrir su 
existencia y satisfacer apaciblemente sus necesidades, no se limita al contactomeramente empírico con el mundo y con las teorías psicológicas se busca explicar 
las particularidades de las formas de actuar y habitar el ser humano el mundo. A 
diferencia de las reacciones instintivas, la experiencia humana es intencional, sus 
vivencias están referidas a una voluntad que se propone algo. El actuar no es 
simplemente un actuar subjetivo arbitrario, o el producto de unas determinaciones 
externas, es consecuencia también de poner en práctica un discernimiento, unos 
juicios. El ser humano interviene en el mundo con una u otra intención, su ser y 
su hacer están marcados por esta intencionalidad que no se agota en las razones y 
explicaciones que él da de sus acciones; es decir, todo el sentido de las acciones no 
es racional, pero la justificación que él da de sus propias actuaciones, cumple un 
cierto papel. 
Sujeto heterónomo si, dependiente de las relaciones con el otro, dependiente de 
su reconocimiento, atado a la cultura, inserto irremediablemente en una urdimbre 
de significados, pero al mismo tiempo con la particular posibilidad de ejercer una 
cierta autonomía. Autonomía que se construye de diferente manera en uno u 
otro contexto cultural. Discutir entonces sobre los procesos de formación del 
sujeto humano es al mismo tiempo tener en cuenta esta doble condición, de 
forma tal que sin renunciar a inscribirlo en una cultura, con todo lo que esto 
significa como proceso de integración a una normatividad, a un universo simbólico, 
se le reconozcan sus posibilidades para la autorregulación. Sujeto en tanto sujetado 
por la cultura, pero también en tanto sujeto autorreflexivo, capaz de una cierta 
•' •.. ' ' '• • ' . -. ' ' 137 
CÁTEDRA MANlJtl ANClZAR Élicay bioética - 1 Sementé de 2 0 0 1 
conciencia de sí. Es en este estrecho, pero ineludible espacio donde el hombre se 
ubica para proponerse una acción intencional, a la luz de la cual orienta, reorienta 
y evalúa permanentemente su actividad y se hace responsable de sus actos. 
Los procesos que intervienen en la constitución del agente moral no hacen 
referencia únicamente a la transmisión de generación en generación, se realiza a 
través de distintos medios dentro de la cotidianidad y la convivencia. La formación 
moral incluye no sólo el proceso de socialización en términos de inscribir al ser 
humano en una normatividad y la adopción de unos determinados valores morales, 
que se expresan en unos sentimientos, juicios y comportamientos, no solo incluye 
• la capacidad de explicar y sustentar con juicios racionales sus acciones. Incluye 
también de manera muy importante la posibilidad del ser humano de erigirse y 
. reconocerse como constructor de valores morales en toda la singularidad que le 
permite ser único, que, sin embargo, nos hace tan iguales. La constitución del 
hombre como sujeto moral no se define en términos simplemente de responder a 
unas exigencias que le plantea la sociedad (padtes, maestros y otras autoridades) 
de una moralidad externa, se define también en términos del desarrollo de las 
posibilidades de un cierto gobierno de sí mismo, llámese autonomía o 
autorregulación o moral yoica; en distintos contextos teóricos encontramos que 
la psicología ha teorizado sobre esta dimensión específicamente humana. 
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