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UNA NUEVA VISIÓN DE 
LA TELEVISIÓN 
CULTURAL 
 
 
ÁNGELA PAOLA DÍAZ PLAZAS 
 Trabajo de grado para optar por el título de comunicadora social. 
 PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL 
 MANUEL CARREÑO 
 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA 
 FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y LENGUAJE 
 COMUNICACIÓN SOCIAL 
BOGOTÁ 
 2010 
 
 
 
 
6 
 
 
Bogotá D.C. Noviembre 30 de 2010 
 
Señores 
Pontificia Universidad Javeriana 
 
Decano académico 
Facultad de comunicación y lenguaje 
Cordial saludo. 
 
Señor Decano, por medio de la presente, hago llegar a usted, el trabajo de grado titulado 
“Una nueva visión de la televisión cultural”, elaborado por Ángela Paola Díaz 
Plazas, con el cual aspira al título de comunicadora Social con énfasis en producción 
audiovisual, teniendo en cuenta que ha cumplido satisfactoriamente con todos los 
requerimientos que exige la dirección de la carrera. 
Espero que el presente trabajo sea de su total agrado. 
Atentamente 
 
 
Manuel Carreño 
Director de tesis. 
 
 
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TABLA DE CONTENIDO 
 
AGRADECIMIENTOS 3 
INTRODUCCIÓN 4 
MARCO TEÓRICO 9 
CAPITULO I: DE CÓMO LLEGAMOS AQUÍ. 27 
CAPÍTULO II: LA TELEVISIÓN CULTURAL, EL CAPITAL CULTURAL Y EL PÚBLICO 34 
 LOS ESPECTADORES FRENTE A LOS CONTENIDOS 34 
 TELEVISIÓN Y CONTEXTO SOCIAL 36 
 TECNOLOGÍA Y TELEVISIÓN CULTURAL 38 
 CONSTRUCCIÓN DE CULTURA E INDUSTRIA CULTURAL 40 
 LA TELEVISIÓN COMO USO Y GRATIFICACIÓN 42 
MATRIZ DE ANÁLISIS 44 
 RESEÑA DE LOS PROGRAMAS 44 
 ¿POR QUÉ SE HIZO? 46 
 LIBRETOS 48 
 ¿QUÉ SE BUSCA EN EL TELEVIDENTE? 49 
 RITMO 50 
 PUESTA EN ESCENA 51 
 FORMA 52 
MANEJO DE CÁMARAS 52 
COLORES 53 
MONTAJE 54 
 IMPACTO SOCIAL 55 
 CUADRO DE LA MATRIZ 57 
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CONCLUSIONES 59 
 ESTA TELEVISIÓN VISTA COMO INDUSTRIA CULTURAL 60 
 PROPUESTA DE FORMATO 61 
 FORMATO 61 
 CONCEPTO 62 
 LIBRETOS 62 
 ¿QUÉ BUSCA EN EL TELEVIDENTE? 63 
 RITMO 64 
 PUESTA EN ESCENA 65 
 MANEJO DE CÁMARA 66 
 COLORES 67 
 MONTAJE 67 
 IMPACTO SOCIAL 69 
 OBSERVACIONES 69 
BIBLIOGRAFÍA 71 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
“Una sola golondrina no hace verano “ 
Esta tesis, es el fruto del esfuerzo de 5 años de formación como profesional, los cuales no 
hubiesen sido posibles sin la compañía y el apoyo incondicional de mis padres, quienes 
desde siempre, han sido mi pilar y mi guía. 
Gracias a mis amigos, sin los cuales no hubiese podido llegar nunca al término de esta 
tesis, a aquellos que indirectamente me colaboraron para poder continuar durante este 
largo proceso. 
A las personas que llenan mi corazón cada día de frases de aliento y de energía para no 
desfallecer y a quienes con sus palabras llenas de amor me dan fuerza para continuar. 
Gracias a todos los que me acompañaron, no sólo durante este periodo, sino a aquellos que 
desde el principio han confiado en mí y en mí criterio para el desarrollo de todos mis 
proyectos, a aquellos profesores que dejaron huella durante esta formación, pero sobre 
todo a aquellos que nunca hicieron que el camino fuera fácil. 
A María Cristina Díaz y a John Reyes, quienes sin ningún tipo de compromiso fueron 
incondicionales con este proyecto; María Alejandra Hernández, Patricia Avendaño, Evelyn 
Buitrago y Ana María Aragón, por darme su apoyo y por su oportuna intervención. 
A la Pontificia Universidad Javeriana, por ser testigo de este proceso y por darme la 
oportunidad de hacer parte de la una gruesa lista de estudiantes que se han formado bajo 
su techo, pero sobre todo por brindarnos los espacios y herramientas suficientes para ser 
excelentes profesionales y personas de bien que contribuyen a la formación de un país 
mejor. 
Y finalmente a Manuel Carreño, por su acompañamiento en el cierre de este proceso. 
 
 
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 Ángela Díaz. 
INTRODUCCIÓN 
 
Con esta tesis quiso lograrse, además de un observación y una propuesta para un formato 
de televisión cultural, una nueva mirada frente a los obstáculos de nuestra televisión 
pública y de cómo nuestra sociedad, debido a lo que le han enseñado a ver, ha permitido 
crecer el vacio y la mediocridad en los contenidos de nuestra pantalla. 
Se han olvidado los años gloriosos de una televisión que quería ir más allá de las fronteras 
conocidas que, buscaba explorar y poder llegar más lejos con el ejemplo de sus contenidos 
pero sobre todo, que quería innovar y traer consigo una purificación y una enseñanza al 
país y a las nuevas generaciones. Sin duda alguna con el tiempo, en un lugar del camino, 
esa idea se desvirtuó y terminó por convertir a nuestra televisión, en el mejor trampolín 
para la publicidad y el mercadeo; la pantalla se convirtió en la mejor forma de promocionar 
productos, fuera el que fuera; el objetivo se convirtió en promoción antes que en 
formación. Y de este modo las nuevas generaciones, crecieron pensando que su cultura 
hacia parte de muchas tendencias que empezaron a llegar por la pequeña pantalla, modas, 
lenguaje y hasta modos de vida empezaron a ser adaptados indiscriminadamente 
olvidando lo que éramos pero sobre todo, lo que nuestro país sigue siendo, dejamos a un 
lado nuestras raíces. 
Este es un llamado a las nuevas generaciones, a los que consumen pero sobre todo a 
aquellos que, van a estar encargados de la televisión del futuro, a aquellos nuevos 
realizadores que, sin saber cuándo, se dejaron deslumbrar por el entretenimiento y por los 
contenidos vacios sin recordar que nuestra función es fue y seguirá siendo ser formadores 
pero sobre todo hacer parte de un cambio que nos lleve a todos a construir una televisión 
de calidad. 
Hay que explorar, atreverse a ir más allá, más lejos de los que se dejaron consumir por un 
sistema consumista y al mismo tiempo mediocre, es un llamado para hacer parte de la 
construcción de la televisión pública como la solución, en principio para empezar a renovar 
la televisión de nuestro país, pero sobre todo para demostrar que somos capaces de 
superar la crisis de creatividad que azota a los realizadores del país, que cada vez más se 
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dedican a vender al territorio nacional con una imagen de violencia, o de historias 
dramáticas inverosímiles o adaptaciones de realitys extranjeros o que simplemente 
producen realidades de país a las cuales, no se han tomado siquiera el trabajo de acercarse 
o de investigar de una manera cuidadosa y concienzuda y que, en vez de crear identidad de 
país, alejan a nuestros jóvenes de un orgullo nacional real. 
Esta tesis, pretende ser un pequeño grano de arena, que aunque puede quedarse corta, es 
un primer paso en el aporte de la transformación de nuestra televisión, es el comienzo de la 
construcción de un pequeño camino que pretende recuperarse de la visión primera de la 
televisión que se tuvo en el momento de su llegada, pero con las herramientas que la 
tecnología y las preparación de nosotros, los profesionales del futuro, podemos llegar a 
construir a partir de las necesidades de nuestra sociedad y del reto que la pequeña pantalla 
representa para nosotros. 
Es un trabajo, que parte de la observación, de la consulta de teóricos y de las mismas 
necesidades que, como televidente, surgen al estar frente a la pantalla y enfrentarse con la 
poca oferta de programas que construyan un acercamiento a nuestras raíces como 
Colombianos, al conocimiento de aportes y avances científicos y sociales y de construcción 
de educación a partir de programas juveniles; además de surgir de la gran preocupación en 
la falta de contenidos bien hechos y estéticamentebien construidos, mal enfocados y 
desperdiciados por sus creadores y realizadores. La falta de un lenguaje que acerque pero 
sobre todo la falta de promoción por parte de los canales institucionales, de sus contenidos 
que sin duda alguna, aun que por ley están obligados a construir identidad cultural y país, 
y aún cuando sus contenidos son interesantes y hacen parte de una construcción útil para 
los colombianos, no llega a todos los públicos y aún peor no cubre todas sus necesidades y 
no tiene completamente en cuenta la diversidad de cultos y culturas de nuestro territorio. 
Surge de la necesidad que se vislumbra, luego del análisis de tres programas de la parrilla 
de la televisión pública, en donde se develan las falencias en cuanto a producción y 
contenido de este tipo de televisión, donde además de explorar poco en la intervención de 
las imágenes y en el montaje de las producciones, se tiene aún menos en cuenta el lenguaje 
utilizado en algunas de las ocasiones y en otras las necesidades reales de la población y la 
inclusión de la diversidad del país; por esto mismo quiere aportarse no sólo un análisis 
12 
 
sino el conocimiento adquirido en la academia, sobre la producción de programas 
televisivos, basados en las teorías de realización, para el mejoramiento de los mismos. 
Por el contrario los programas extranjeros, a los que la población puede acceder gracias a 
la oferta que la televisión por suscripción ofrece, le brinda contenidos ligeros, fáciles de 
entender y con un sofisma de contenido útil que simplemente le esta alienando y 
haciéndolo parte de una comunidad global de consumo y poco razonamiento, pero sobre 
todo incluyéndole y haciéndole sentir parte de una comunidad global en la cual está cada 
vez más integrado pero al mismo tiempo más alejado del conocimiento de su propio 
entorno. 
Se debe construir entonces una televisión en la cual no sólo los realizadores como lo somos 
los profesionales en comunicación y en producción audiovisual, tengamos influencia sino 
donde nuestro público tenga la oportunidad de sentirse incluido y en donde este mismo 
tenga la oportunidad de ver satisfechas sus necesidades y por la que sienta simpatía e 
identificación, no sólo con sus raíces sino con el mismo mercado global que le está 
rodeando; viendo este no cómo un simple impulso de mercado sino como una muestra de 
la renovación de la televisión de nuestro país. 
Hoy no sólo hay que pensar en la reconstrucción de nuestra televisión pública, sino en el 
rescate de una sociedad que cada vez más pierde su rumbo dentro de lenguajes extranjeros 
que lo hace ser menos autentico y mucho más similar a los demás, con poca visión crítica 
pero sobre todo con poco conocimiento acerca de si mismo y de su cultural. 
En el anteproyecto inicial, planteo como un esbozo preliminar, problemas y objetivos que 
sobre la marcha de la investigación fueron tomando otro sentido y sin duda alguna, 
terminaron siendo más centrados y definitivamente más acertados a la realidad del 
proyecto. 
Cambios desde el problema planteado para el desarrollo de la tesis, cumplen la función de 
aterrizar el progreso del proyecto pero sobre todo, de focalizarlo a los temas más 
importantes para el desarrollo de la propuesta y para poder encontrar con mayor facilidad 
los puntos a evaluar y mejorar dentro del desarrollo del proyecto. Este quedó planteado de 
la siguiente manera: 
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 La falta de renovación en la producción de la televisión cultural colombiana y el 
alejamiento que este mismo fenómeno ha llevado del público frente a los 
formatos de televisión cultural. 
 
De este modo el problema que en un principio se plantea de una manera bastante general 
y que no aterriza un problema específico real, queda planteado de tal manera que focaliza 
la investigación a la falta de renovación de los formatos de la televisión cultural. 
Con este cambio, tanto el objetivo general como los específicos se modificaron para 
puntualizar el campo de observación y los puntos a evaluar para la formulación de la 
modificación en los diseños de los programas ya existentes, de esta forma establecer 
falencias y fortalezas de las producciones en la parrilla de los canales públicos, para el 
acercamiento de los televidentes y su inclusión en el proceso de construcción de la 
identidad cultural de nuestro país. El objetivo general queda planteado así: 
 La renovación de los formatos de televisión cultural a partir del análisis de 
estos formatos, estableciendo sus fortalezas y sus aspectos a mejorar en cuanto 
a contenidos y propuesta audiovisual, logrando con esto la re integración de los 
televidentes a los formatos culturales y la integración de estos mismos a una 
cultura televisiva globalizada. 
 
Por eso mismo los objetivos específicos se centraron en la idea de encontrar la manera de 
evaluar, qué herramientas pueden servir y que se debe hacer para mejorar las 
herramientas audiovisuales y la mima narrativa, tanto en guiones como en lenguajes de 
cámara para llamar la atención de los espectadores, con esto mismo entran en juego la 
televisión de calidad con contenidos profundos pero al mismo tiempo que consoliden y 
enfaticen en las necesidades de los televidentes y sus vidas diarias para la fácil y práctica 
aplicación de este tipo de contenidos. Estos, los objetivos específicos, se puntualizan así: 
 Crear un formato televisivo, donde no sólo exista cabida para un modo de 
narrativa específico, logrando así, la captura de espectadores. 
 Investigación sobre formatos televisivos de programas culturales nacionales e 
internacionales, además de magazines culturales. 
 Investigar qué aspectos de identidad cultural y cultura se han perdido en el 
territorio nacional y en los formatos de televisión cultural. 
 Investigar qué falta audiovisualmente en estos formatos, cómo se muestra el 
contenido y cómo debería mostrarse. 
 Cultivar un desarrollo de programa cultural, que contenga temas de calidad, 
nuevas ideas narrativas a partir de la experimentación y mezcla de formatos y 
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nuevas formas de secuencias narrativas que se aparten de las narraciones 
clásicas convencionales de nuestros formatos de televisión cultural. 
 Aportar al fundamento de televisión cultural en Colombia. 
 Observación en los contenidos, a qué público apuntan y para quienes está 
dirigido. 
 
Estas modificaciones permitieron el desarrollo del proyecto, de una manera mucho más 
real y aplicada a la realidad de los formatos de televisión pública en sus producciones de 
televisión cultural, que fueron develando sus falencias y puntos a mejorar. En el momento 
del desarrollo de la tesis, sugiero a partir de estas mismas modificaciones la relevancia del 
análisis sobre producciones ya existentes que dieran las directrices necesarias para 
modificar y realizar la propuesta que se sustenta en este trabajo. 
De este modo se hizo importante, rescatar de los programas ya existentes, las técnicas 
utilizadas para la fluidez de la narración al igual que la construcción de diálogos y formatos 
que permiten un acercamiento de los televidentes, al igual que la evaluación de las 
debilidades que no permiten que los televidentes tengan un gran interés por los 
contenidos. Este tipo de modificaciones permitió que el proyecto tomara un rumbo mucho 
más específico y puntual, para el desarrollo de una investigación acertada y mucho más 
efectiva. 
Estas modificaciones fueron hechas pensando, en hacer de este trabajo, una herramienta 
puntual y más efectiva que tuviera una especificidad más aproximada a la realidad de los 
formatos vigentes en la parrilla televisiva de los canales públicos, además de centrar esta 
investigación de algo general como la televisión como un concepto tan amplio a, como se 
dijo anteriormente, los canales públicos o institucionales que generan la producción de 
este tipo de contenidos, gracias a la preocupación gubernamental, de mantenery regular 
las leyes establecidas para la formación y el estimulo de la promoción de la cultura en 
nuestro país. 
Del mismo modo en que se efectuaron este tipo de correcciones sobre el anteproyecto, 
desistí de herramientas como las encuestas sobre los espectadores, puesto que a 
consideración mía y de mi asesor, era más relevante para la investigación la observación 
sobre los formatos existentes para poder puntualizar y encontrar los problemas existentes 
dentro de la televisión cultural para el resultado positivo de este proyecto. 
15 
 
 
 
 
MARCO TEÓRICO 
 
INDUSTRIA CULTURAL. 
La televisión, tiene que verse como una industria que permite que las sociedades o como 
fue denominada hace ya algunos años “la masa” tenga la oportunidad de acceder a aquello 
que en la vida cotidiana o en su entorno natural no pueda tener, creando con esto no sólo 
un acercamiento a otros mundos sino también el alejamiento de su cultura y de sus 
costumbres a lo que llamarían T. Adorno y M. Horkheimer la “industria cultural” y en sí 
misma la difusión masiva de obras culturales, “convirtiendo al espectador en un 
consumidor ¿de qué?, de aquello que el sistema dominante quiere que este consuma” 
(Oscar Blanco,2000. Pg. 33 ). 
Con esto se muestra entonces, bajo los estudios de la denominada Escuela de Frankfurt 
que el espectador está bajo el manejo de la fuerza dominante, en este caso, en cuanto al 
contenido que se le muestra y la forma en la que se le está mostrando para generar en éste, 
una respuesta ante el contenido. 
Esto a su vez, tendrá no sólo que causar una respuesta frente al espectador, sino además 
una renovación para que este producto vaya depurándose hasta llegar a un contenido y una 
forma que estimule mucho más para que el producto finalmente sea reconocido; tal y como 
dice W. Benjamin: “los cambios técnicos producen una modificación tanto de la percepción 
como de la recepción…” ( Oscar Blanco, 2000. Pg. 42 ) , facilitando así que el receptor final 
de la información, cada día se sienta más a gusto con lo que ve, pero aún más importante, 
identificado con la información a la que tiene alcance. Del mismo modo, este punto de 
identificación traería consigo una homogeneización de la “masa” que separaría a esta 
misma del objetivo general de lo que sería una televisión cultural acertada; tal y como lo 
diría R. Barthes: “una gran familia” ( Renato Ortiz, 1998. Pg.18), en la que todos se 
16 
 
agruparían delante de los mismos conocimientos y costumbres generando que la población 
mundial tenga características idénticas. 
Esto propone como nueva función de los medios un “mercado Global” que deja al 
descubierto como “la población mundial día a día tiene más lugares comunes”( Renato 
Ortiz, 1998. Pg.25 ) puesto que la globalización de la información que va separando, a la 
población, de lo local para llevarla a un consumo mundial de productos audiovisuales. 
Puesto que al elaborar un producto que se arraigue a las condiciones locales, aún cuando 
posiblemente tenga una difusión exitosa dentro del nicho para el que fue hecho, dejará a 
un lado las condiciones en las que se desarrolla o se desenvuelve la población actual 
consiguiendo entonces una separación del concepto global. 
CAPITAL CULTURAL 
El capital cultural, visto bajo el concepto de la acumulación de conocimiento intelectual 
aprendido a través del entorno y desde el mismo ambiente académico, trae consigo la idea 
del consumo a través de mecanismos “públicos, de consumo y de recepción de bienes 
culturales” (Ana Mantecón Rosas,2002. Pg. 255), que terminaran siendo parte de la 
cotidianidad de los actores sociales de una comunidad. 
Este término en sí mismo, es el significado tácito del consumo y el arraigo de cultura a 
través de los diferentes medios a los que una sociedad puede acceder, gracias a la 
información, la formación y el entretenimiento es decir que “los impulsos para el 
desarrollo de las investigaciones sobre consumo cultural han provenido fundamentalmente 
de tres ámbitos: instituciones gubernamentales de cultura, espacios académicos e 
industrias culturales” (Ana Mantecón Rosas,2002. Pg.255), por lo cual este mismo capital 
cultural, en la mayoría de los casos estará ligado no sólo a los consumidores, además a 
aquellos actores que se encargan de la distribución de contenidos, en este caso medios de 
comunicación y gobernantes, los cuales manejaran a conveniencia los intereses creados a 
través del consumo y de la ideología política del momento, puesto que así mismo se 
controlara y se impulsaran los modos de recepción, de educación y de distribución social. 
En épocas anteriores “el diseño e implementación de las políticas culturales se desenvolvía 
en un contexto antidemocrático que consideraba innecesaria las evaluaciones sobre su 
relación con las necesidades y demandas de los públicos” ( Ana Mantecón Rosas,2002. Pg. 
17 
 
255), lo que reflejaba sin duda alguna como, para los actores gubernamentales eran 
completamente desconocidos e irrelevantes los intereses del público y su nivel educativo en 
el momento de lanzar al consumo, productos culturales. Esto sin duda alguna, terminaba 
por excluir a la mayoría de la población en una participación activa y una inclusión e 
identificación con los productos que se distribuían en el momento. 
Gracias a los grandes cambios sociales y a los avances en cuanto a participación política 
democrática, en el caso de nuestro país, los contenidos televisivos y la inclusión de los 
televidentes en la construcción de los mismos, al igual que en el resto de América latina, 
adquiere otro matiz gracias a las industrias culturales que permiten que “los estudios de 
público adquieran un vigor inusitado, debido a la competencia”( Ana Mantecón 
Rosas,2002. Pg. 257), evidentemente este tipo de estudios frente a los intereses del público 
por los contenidos, es una herramienta que le permite a los entes reguladores conocer las 
necesidades del público, para crear en estos mismos nuevas formas de consumo y de una 
manera errónea crear también, una sensación de inclusión, identificación y participación 
activa. 
Sumado a esto los productos para el consumo de los espectadores empiezan a ser 
enfocados para los espacios de ocio y de tiempo libre del público y por esto mismo “una de 
las principales dificultades para justificar la importancia de los estudios sobre consumo 
cultural ha radicado en el lugar común que lo confina al espacio, como anteriormente se 
dice, del ocio o del uso del tiempo libre, concibiéndolo como lugar de lo suntuario y lo 
superfluo.” (Ana Mantecón Rosas,2002. Pg. 277.), esto mismo lleva entonces a una 
construcción del imaginario del público, en donde se le ha educado a consumir, en sus 
espacios de ocio, productos que no le hagan pensar y que por el contrario le entretengan, lo 
que ha llevado sin espacio a dudas, a una pérdida por el interés en el consumo de 
productos y de construcción de cultura. 
De este modo, el capital cultural, no sólo ha sido puesto en escena como el mejor escenario 
para la mercantilización de productos de entretenimiento que aportan realmente poco a la 
construcción de cultura y que por el contrario masifican el consumo de sofismas culturales 
que día a día se construyen a partir de imaginarios globales, que poco tiene que ver con la 
cultura propiamente Colombiana, en el caso puntual de nuestro país y sí en el consumo de 
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entretenimiento irracional y poco educativo que construye la idea de consumo más no de 
cultura. 
TEORÍA DE LOS USOS Y GRATIFICACIONES. 
“la investigación sobre las gratificaciones se mantiene cerca de lo que se ha denominado, 
necesidades vinculadas a los medios” ( M. de Moragas, 1985. Pg. 147.) además de “ tomar 
en cuenta como punto de partida al consumidor de los medios más que a los mensajes de 
estos, y explora su conducta comunicativa en función de su experiencia directa con los 
medios”(M. de Moragas, 1985. Pg. 129.). 
Para esta teoría el espectador, es un ente más activo, que hace uso de los contenidos lo cual 
repercutirá más adelante en sus acciones y en sus modos de actuar puesto que este, verá 
en el contenido una forma de herramienta que le permitirá poner en práctica o adaptar lo 
que se le muestra, el mensaje, en su vida cotidiana. 
Esta teoría reflejará “… las formas en que los seres humanos crean y gratifican las 
necesidades” (M. de Moragas, 1985. Pg. 129.). Por lo tanto el enfoque que el consumidor 
haga del mensaje pero sobre todo su postura y su actitud a posteriori frente al contenido, 
no se genera necesariamente del medio sino de cómo el espectador experimente y explore 
el contenido, es decir, se demuestra cómo el acto reflejo de ver no es lo que estimula, sino 
la experiencia aplicada frente al mismo contenido. 
Se entre ve, la dinámica que existe entre el mensaje, el receptor y las diferentes 
experiencias que este tiene frente a varios contenidos y su práctica diaria de los mismos 
pero sobre todo su imaginario y preparación intelectual, educativa o cultural que este 
mismo traiga consigo. El medio entonces, no es esencialmente lo único que interviene 
dentro de las dinámicas de construcción de la “realidad” o de cultura, sino que 
acompañado a ella está el entorno la influencia de la condición socio cultural y de 
educación que tenga el espectador. Cada una de ellas demuestra una actitud y una 
percepción diferente frente al mensaje y el contenido de la programación de televisión, en 
este caso. Este tipo de variables surgen mediante el estudio de los usos y las gratificaciones 
“… no alientan ante el hecho de poder hallar también una perspectiva funcional del 
consumo de medios…”(M. de Moragas, 1985. Pg. 132.) 
19 
 
“ por tanto, buena parte del consumo de los medios masivos puede ser considerada como 
una respuesta a las necesidades sentidas por el miembro de la audiencia.” 
(Lundberg/Hulten, 1968. Pg. 136.) si se ve de este modo y se analiza el contenido de la 
mayoría de programas en las parrillas de los diferentes canales, las necesidades tienden a 
la búsqueda de la recuperación de una televisión de calidad que refuerce el arraigo cultural 
de la población, dadas las pocas opciones al acceso a programas fuera de las novelas, los 
reality shows y los programas concurso. 
Estos “estudios han demostrado que las gratificaciones del público pueden derivarse de 
tres fuentes distintas como mínimo: el contenido de los medios, la exposición ante ellos 
per se, y el contexto social que tipifica la situación de exposición ante medios 
diferentes.”(M de Moragas, 1985. Pgs. 147 y 148.) dicho lo anterior, regresamos a la 
observación sobre la cual, el tener en cuenta no sólo el tipo de mensaje que va a 
transmitirse, sino además a quienes se va a transmitir y las necesidades, entorno y nivel 
educativo de quien lo recibe, son igualmente relevantes a la hora de la realización de los 
contenidos de las temáticas y del consumo o no de los materiales que pretenda venderse al 
público. Sin duda alguna, la teoría de los usos y gratificaciones resalta la importancia del 
impacto que no sólo un contenido sino muchos causa en el espectador, una respuesta que 
puede construir o de construir el imaginario de cultura dentro de una región dada, su 
insistencia sobre cómo es el mismo televidente quien decide o no utilizara y adaptar los 
contenidos que se le transmiten y del mismo modo, mezclar estos mismos para crear, 
según su entorno, una composición que se adapte a sus necesidades pero sobre todo a su 
modo de vida y a su entorno. 
 
LA TELEVISIÓN Y SU FUNCIÓN COMO HERRAMIENTA SOCIAL. 
Así mismo la televisión en Colombia, década tras década ha buscado la rápida adaptación 
al mercado global viendo al receptor como un consumidor de productos que están al 
alcance de la mano en su pantalla, tal y como lo dice Jesús Martín Barbero en su libro 
Oficio de cartógrafo: “ El producto-mensaje que el receptor consume lleva ya inscrito en su 
acabamiento la “ marca de fábrica”, su carácter mercantil como huella y modelo a la vez del 
verticalismo y el autoritarismo general que rige las relaciones sociales. Esa marca es la que 
determina la forma misma de su recepción”( Martín Barbero,2002. Pg. 51). 
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Esto deja al descubierto entonces, que el manejo de la información lleva consigo el hecho 
que el receptor de una manera u otra se acostumbre a un tipo de producto o de contenido, 
además de formarse a él mismo, gracias a lo que ve en pantalla, criterios nuevos ante la 
organización política y social que se construye a su alrededor; lo que sin duda es visto en el 
manejo de la hegemonía de la información como, ¿Quién habla qué? ¿Dónde? y ¿Quién es 
quien tiene derecho a hablar?, bajo estos criterios se demuestra que la información se 
vuelve entonces es un ente regulador, en el que se busca difundir simplemente cierta 
información a través de los medios. Este nuevo discurso, que se maneja en los medios, 
busca rápidamente satisfacer los deseos más inmediatos en el colectivo que los ve, 
tornándolos su materia prima, trabajando con ella y volviendo a estos, los deseos del 
colectivo, contra ellos mismos es decir, cada día los receptores estarán más alienados y más 
inmersos en un nuevo juego de poderes en el que termina siendo un pequeño títere de su 
propio deseo. 
Esto convierte al “discurso de la televisión en la puesta en escena de un mundo recortable 
y mirable en espectáculo: un mundo hecho a la imagen de la mercancía”(Martín Barbero, 
2002. Pg.99) es decir, que la televisión pasa de ser un medio donde la información y la 
educación tienen una rama donde prolongar su legado, a ser un espectáculo mediatizado 
donde la realidad es más digerible y menos ofensiva para el espectador. 
Por tanto como dice Martín Barbero “lo que hay que interrogarle a la televisión es la nueva 
percepción del mundo que engendra la espectacularización: esa sensación de llenura en el 
vacío, esa reducción de tensión, esa sensación de participación que engendra la 
satisfacción de ver” ( Jesús Martín Barbero, 2002. Pg. 99), es decir ¿Se está creando 
realmente una televisión que eduque o una televisión que simplemente arroje contenidos, 
entretenimiento y comodidad ante la realidad?. 
Hay que tener presente que la televisión al igual que otros medios de comunicación, 
cumplen con una labor más allá de la anteriormente planteada, puesto que al tener el 
acceso a todo tipo de públicos, poblaciones e intereses esta, se convierte en la mejor 
herramienta para la ejecución de grandes cambios culturales, ya como se le ha visto en 
otros momentos, tales como la inclusión de culturas diferentes a la propia con sus 
costumbres y rituales; sin embargo en muchos de los casos este deber se reduce a la 
práctica de la difusión mercantil y tecnológica, dejando de lado la construcción social 
21 
 
desde un punto de vista mucho mas educativo llevando a la “desterritorialización de las 
demarcaciones culturales: moderno/tradicional, noble/vulgar, culto/popular/masivo” 
(Jesús Martín Barbero, 2002. Pg. 136). 
Sin duda alguna esto refleja como a medida que la contemporaneidad avanza, los 
dispositivos de difusión de la información se tornan en un “reflejo de la estupidez de las 
mayorías” (Jesús Martín Barbero, 1999. Pg. 19), mostrando como estos dispositivos se 
convierten en el medio de transformación del imaginario de la población para permitir de 
este modo, el cambio constante de sus creencias y rituales naturales, para volcarlos en 
nuevas narraciones que terminan por ser híbridos de lugares diferentes al original. 
De este mismo modo, la televisión se convierte en el mejor medio del conocimiento de 
muchas cosas a las que el espectador no podría acceder de otra manera puesto que no 
están a su alcance, “paradójicamente convierte entonces una experiencia que antes sacaba 
a un individuo de su pequeñomundo, en un revés, de la experiencia domestica convertida 
en un territorio virtual al que como dice virilio “<< todo llega sin que haya que partir>>”( 
Jesús Martín Barbero, 1999. Pg. 24) , entonces si es de este modo ¿porqué no convertir a la 
televisión en un medio donde los espectadores tengan una herramienta funcional dentro 
de las sociedades que cada día son menos funcionales?; es simple puesto que la autonomía 
en el pensar de quienes consumen la televisión traería consigo cambios sociales que sin 
duda alguna llevarían a la pérdida del control de los entes que le manejan, entonces no 
hablamos simplemente de los medios de comunicación sino de aquellos que les regulan y 
por consiguiente a las políticas económicas y sociales que se manejan en el país, por ende, 
habría que considerar como lo dice Martín Barbero “ en asumir la tecnicidad mediática 
como dimensión estratégica de la cultura”( Jesús Martín Barbero, 1999. Pg. 47), teniendo 
en cuenta la capacidad en la aceptación de la pluriculturalidad de nuestro país, tal y como 
se ha mostrado durante su evolución al pasar de ser una sociedad netamente “parroquial” a 
una heterogénea. 
Sin embargo aún cuando se conoce la naturaleza de nuestra sociedad, que permite ser 
moldeable y asumir retos diferentes, culturas diversas y modos de vida adaptados a la 
realidad del país, la televisión sigue siendo un modelo adaptado de culturas que se alejan 
sin lugar a dudas a la propia, creando una adaptación forzosa al medio donde pretende 
divulgársela y esto mismo trae a su vez un “desgaste de los géneros y un creciente 
22 
 
debilitamiento del relato” (Jesús Martín Barbero, 1999. Pg. 89), cayendo entonces en la 
mediocre adaptación de nuevos formatos televisivos que le demuestran al televidente que 
la creatividad en las opciones de difusión en el país cada vez se quedan más cortas, 
trayendo consigo la búsqueda desesperada de un nuevo formato que le permita al 
televidente, como parte de una sociedad heterogénea en la que se le traen y muestran 
culturas diferentes, un formato que le permita sentirse parte de su cultura y dentro de las 
otras que le componen y alimentan a través de la televisión. 
“Los medios de comunicación se ven comprometidos con la aparición de nuevos temas, 
actores e interpretaciones sociales y culturales” ( Jesús Martín Barbero, 1999. Pg. 58.) 
LA TELEVISIÓN CULTURAL. 
La explotación de la cultura en los medios masivos de televisión día a día se traduce por la 
audiencia, como un producto fuera del alcance de sus gustos o su cotidianidad puesto que 
se reduce a la narración de dinámicas sociales vistas desde una visión sesgada y 
reduccionista. La televisión cultural, vista como una práctica para el fomento e incentivo 
de las prácticas culturales nacionales, se ha visto en nuestro país cada vez más alejada de la 
audiencia. 
Según la ley general de cultura, se habla de los derechos culturales en los que “ el derecho a 
la identidad de los diversos pueblos que conviven en el país, derechos relacionados con las 
comunicaciones (información y expresión considerados también políticos), derecho de 
participar y disfrutar del conocimiento, el arte, la ciencia, la tecnología y demás bienes y 
valores de la cultura propia…” (Ley general de cultura,2000. Pg.53. ) deben, hacer parte de 
la construcción cultural colectiva que evidentemente constituye a la televisión cultural. 
La televisión cultural entendida en nuestro país como un producto televisivo, resultado de 
dinámicas sociales; emerge hacia los años 1954 con la llegada de la televisión a nuestro 
país, bajo el gobierno del General Rojas Pinilla, este nuevo medio de masificación de la 
información trajo consigo un debate sobre el tipo de información que debía divulgarse 
puesto que, la élite del país consideraba que esta nueva herramienta debía ser usada para 
la educación y culturización de la población en tanto que por otro lado se veía como una 
oportunidad para la publicidad en el impulso del sistema económico regente; el 
capitalismo. Por tanto los espacios dedicados a lo comercial fueron asignados a sectores 
23 
 
privados dejando en manos del estado el manejo de la televisión cultural para la población 
colombiana; manejándose de una manera u otra en un concepto de lo culto y lo intelectual 
dentro de nuestra sociedad. 
Por esto mismo, gracias a este manejo intelectual de la cultura, este término empieza a 
desvirtuarse puesto que “el término cultura, cambia de definición según la población a la 
que se le esté enfocando el término”(CIESPAL- OEA,1986. Pg.21. ); y por esto mismo al ver 
la televisión cultural como una esfera perteneciente sólo a la élite intelectual, esta termina 
por ser un tema de interés para esta parte de la población no más o, si se pone desde otro 
punto de vista, al convertir esta misma en una visión de las “costumbres del folclore de un 
pueblo, su música, sus vestidos y sus formas de construcción de la vivienda” ( 
CIESPAL,1986. Pg.18 ) deja a un lado parte de la población; del mismo modo que dijimos 
anteriormente la televisión cultural dejaría de ser un derecho al que accederíamos todos tal 
y como lo dice la Ley general de cultura. 
Ahora bien, aún cuando esta parte de la historia de la televisión cultural fue “renovándose” 
hasta llegar al día de hoy, podemos notar que se dejó de lado mucho de todo aquello de lo 
que se construyó este formato puesto que, aún cuando el concepto de televisión y no sólo 
este sino la visión de esta mundialmente se ha convertido en una herramienta atractiva 
para la difusión de información y en nuestro país se ve estancada en un momento social 
que ya se supero, sin tener en cuenta que el éxito fundamental de la aceptación de un 
programa televisivo es sin duda alguna tener en cuenta el momento social en el que se 
encuentra; tal y como diría Canclini: 
“La cultura es el conjunto de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o 
reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o 
transformar el sistema social”( Néstor García Canclini, CIESPAL,. Pg.21 ) . 
 Esto mismo puede aplicarse a la televisión cultural contemplando el sentido de la 
reelaboración y reestructuración de nuestro sistema social, ayudando al arraigo de cultura 
y a la re identificación cultural a partir de la televisión. En este punto hay que entrar 
entonces al análisis exacto de cómo es vista la televisión mundialmente hablando puesto 
que, aún cuando está se concibe para ser una herramienta de un modo u otro de educación, 
es también una industria que pone sobre la mesa, estrategias comunicativas para la 
elaboración no solamente de sociedad sino también de estructuración colectiva, que 
24 
 
permita el buen desarrollo y funcionamiento de los diferentes componentes de un entorno 
público. 
Es así mismo, como deben tenerse en cuenta, aquellos aspectos que construyen los 
conceptos de cultura, comunicación y televisión, para poder llegar a un punto de análisis 
conceptual y práctico en el desarrollo de una televisión cultural mucho más acertada y 
centrada sobre los pilares que le permitan hacer parte de la construcción de una nueva 
televisión para la población en general. 
LEY GENERAL DE CULTURA 
En nuestro país, contamos con la existencia de “La ley general de cultura”( ley 37 de 
1997), la cual además de defender los derechos culturales de las diferentes regiones del 
país, busca mantener el equilibrio entre la participación y la creación de espacios para la 
acción social, que mantengan y estructuren la creación de cultura y el arraigo de la misma. 
Dentro de estos derechos culturales se “Contemplan entre otros, el derecho a la 
educación; el derecho a participar en la vida cultural; el derecho a gozar de los beneficios 
del progreso científico y de sus aplicaciones; el derecho a beneficiarse de la protección de 
los intereses morales y materiales que surgen de la propia produccióncientífica, literaria y 
artística”. (Ley general de cultura, 1997. Pg. 11). De este modo, todos los ciudadanos 
colombianos, tenemos derecho al acceso a la participación de la construcción cultural pero 
sobre todo a hacer parte de la misma a través de mecanismos dinámicos de acción. 
La Ley general de cultura, en el Titulo 1 Principios fundamentales y definiciones, Artículo 
1°- de los principios fundamentales y definiciones de esta ley, define cultura como: 
“1 cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y 
emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, más allá de las artes 
y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias. 
2 la cultura, en sus diversas manifestaciones, es fundamento de la nacionalidad y 
actividad propia de la sociedad colombiana en su conjunto, como proceso generado 
individual y colectivamente por los colombianos. Dichas manifestaciones constituyen parte 
integral de la identidad y la cultura colombianas. 
25 
 
3 el estado impulsará y estimulará los procesos, proyectos y actividades culturales en un 
marco de reconocimiento y respeto por la diversidad y variedad cultural de la nación 
colombiana. “ (Ley general de cultura, 1997. Pg.23 ) 
De este mismo modo, debe tenerse en cuenta, este último parágrafo en el cual se resalta 
la importancia de tener en cuenta siempre dentro de los contenidos ya sean televisivos o 
no, la diversidad y variedad cultural de nuestro país y de este mismo modo generar a partir 
de esto mismo la inclusión y participación de todos en la construcción cultural y así mismo 
la construcción de una nueva televisión. 
Así mismo la Ley general de cultura, establece parámetros claros a la hora de la 
realización de productos que promocionen la creación de cultura y la construcción de la 
identidad. 
Articulo 27 El creador “se entiende por creador cualquier persona o grupo de personas 
generadoras de bienes y productos culturales a partir de la imaginación, la sensibilidad y la 
creatividad. Las expresiones creadoras, como expresión libre del pensamiento humano, 
generan identidad, sentido de pertenencia y enriquecen a diversidad cultural del país.” 
(Ley general de cultura, 1997. Pg.34 ). Así mismo como la ley lo estipula, las producciones 
que tengan relación con la cultura, deberán ser el principal mecanismo de comunicación 
entre el espectador y su participación, pero del mismo modo, estos productos culturales 
deben ser sin duda alguna llamativos, para la rápida aceptación del público. 
Además de buscar una participación activa de la población frente a la construcción 
cultural, la ley tiene establecido como no sólo la cultura abarca el conocimiento de las 
costumbres y diversidad en nuestro país, además incluye la educación como el mejor 
medio de fortalecer las relaciones humanas pero sobre todo las bases de una cultura 
colombiana fuerte y estable; esto mismo lo define en la Ley 188 de 1995- plan nacional de 
desarrollo e inversiones 1995-1998, en el Artículo 11: 
“ las estrategias sociales para la formación del nuevo ciudadano más solidario en lo social, 
más pacífico en sus relaciones con sus semejantes, más integrado en lo cultural, y por tanto 
más orgulloso de ser colombiano, buscarán que el país aprenda a ser comunidad educativa 
total. 
26 
 
1 La estrategia salto educativo y cultural, para universalizar la educación básica, fomentar 
la educación superior, organizar la educación extraescolar de la niñez y la juventud y 
promover el deporte, infundir el espíritu de la educación en todas las estructuras del 
sistema social y dinamizar la cultura como fundamento de la identidad nacional” ( Ley 
general de cultura, 1997. Pg.46 ) 
Demuestra entonces que, aún cuando no se nombra la televisión explícitamente en sus 
parágrafos, esta actúa como agente de construcción social y cultural y al mismo tiempo 
mantiene la responsabilidad de la promoción no sólo del entretenimiento al público sino 
además, la promoción de la educación y la formación cultural e intelectual de la población; 
además de la responsabilidad social del manejo de contenidos de calidad y de la misma 
promoción activa de la formación de cultura en el país. 
MONTAJE 
“El montaje tiene su sentido en la estética del objeto” (EISENSTEIN, 2001. Pg.10) 
El montaje audiovisual no sólo juega el papel más crucial a la hora de hacer un programa 
para televisión o una película para el cine, es la herramienta fundamental para lograr el 
sentido absoluto y lógico de cualquier imagen en movimiento. El uso de este mismo, es el 
que brinda la estructura coherente de un relato que está realizado para la comprensión 
absoluta del consumidor final, el televidente. Por esto mismo el montaje debe pensarse 
bajo las premisas de, ¿Qué se quiere hacer?, ¿Cómo va a hacerse? ,¿Cuál es el sentido que 
quiere dársele a lo que se muestra? ¿A quienes quiere llegarse? Y ¿De qué modo? De esta 
manera se tendrá siempre un camino claro sobre qué clase de producto se lanzará al 
mercado pero sobre todo que sentido tendrá este y de qué modo será recibido por el 
espectador. 
En este orden de ideas debe pensarse entonces que “el montaje no sólo existe en el 
tiempo y el espacio, y no sólo en el objeto, sino, y esto es lo crucial, en su percepción” ( 
EINSENSTEIN,2001. Pg. 19) por esto, el todo de un programa de televisión no está 
pensado simplemente en su contenido sino en la forma que se le mostrará al público, 
buscando evidentemente que este le reciba y le apruebe creando una identificación y una 
fidelización inmediata con el contenido del mismo. 
27 
 
Ahora bien, el montaje “no se trata sólo de organizar el material para lograr un resultado 
estéticamente satisfactorio, sino lograr plasmar con ellas la verdad del objeto 
representado” (Einsenstein,2001. Pg. 20), con esto entramos ahora en una nueva categoría 
del montaje, donde no es solamente importante la sucesión de imágenes una tras la otra 
sino el significado del todo, el mensaje, que busca transmitirse a través de ellas además de 
la coherencia que la organización de las mismas debe reflejar. Acompañado de esto 
entonces, debe tenerse en cuenta como, la composición en los planos a la hora de la 
grabación, no es una cuestión simplemente técnica sino estética que permitirá que el 
espectador no sólo crea en la verosimilitud de lo que se le cuenta sino en su comodidad 
frente a lo que ve y se le está mostrando, sumado a esto la duración medida de cada plano, 
teniendo en cuenta su composición, debe ser de especial cuidado ya que, al desperdiciar el 
objeto del plano y de lo que se quiere decir con este mismo, pierde la totalidad de su lógica 
y de la narración misma. 
Acompañado a todo esto, viene entonces la importancia de los personajes puestos en 
escena y de su papel dentro de la misma, “el personaje se manifiesta en la acción” 
(Einsenstein,2001. Pg. 13) por tanto cortar a un personaje ya sea tanto en el momento de la 
grabación o del mismo montaje, por simple que esta acción se muestre en cámara, es dejar 
a un lado el significado de su actuar y el significado que este mismo representa dentro de la 
narración. 
El montaje se convierte entonces en el alma de la coherencia de la narración, por lo cual 
su lógica y su intervención dentro del contexto del significado de una producción son 
fundamentales para su total y absoluta aceptación frente al espectador. 
NARRATIVA AUDIOVISUAL Y LENGUAJE AUDIOVISUAL 
Dentro de la narrativa audiovisual, además de tener en cuenta las tecnicidades de la misma 
como lo veremos más adelante, con el uso del montaje, los ritmos, la puesta en escena y 
demás, hay que analizar internamente en cada producción su mundo mimético y diegético, 
los cuales ayudan a la construcción del entorno narrativo. Cada uno de estos, compone una 
parte importante dentro de la lógica de los discursos tanto en cámara comopara los 
personajes involucrados dentro de la misma narración. 
28 
 
La teoría mimética dentro de la narrativa audiovisual, se refiere a la representación de un 
espectáculo, que sin duda alguna, aún cuando no estamos hablando de una película ni un 
seriado, hace parte de la puesta en escena y la lógica que cualquier producción televisiva o 
cinematográfica debe tener para el consumo de un espectador ideal, así mismo la visión de 
cada producción como un espectáculo visual, devela la importancia del “entretenimiento” 
para los ojos de, en este caso, un televidente. 
La teoría diegética de la narración audiovisual, se refiere entonces a todo aquello que tenga 
que ver con la narración como actitud verbal, con el hecho de contar. Es el universo creado 
a partir de la forma como se cuenta un suceso o como se describe una acción. Los diálogos, 
los monólogos y hasta los mismos relatos son quienes la componen; desde este mismo 
punto de partida se resalta entonces, la importancia del uso de un lenguaje verbal claro, 
coherente y concreto, que le permita al espectador ser partícipe de una narración que lleve 
un hilo conductor que le involucre y lo haga parte activa de lo que se le muestra. 
Teniendo en cuenta, estas dos teorías de la narrativa audiovisual y viendo en ellas mismas 
su importancia dentro de la estructuración de un todo, siendo estas la base para la 
construcción de una producción audiovisual, se analizaran entonces, el lenguaje 
audiovisual como un todo, sus características en cuanto a disposición, angulación y lógica 
de planos, el montaje, el ritmo, la puesta en escena y como estos, de una manera 
organizada y planeada, crearan y permitirán en el televidente una cercanía al producto, no 
sólo al tener en cuenta la estética, que deberá tener coherencia con el programa, sino la 
identificación inmediata de consumidor con el producto. 
El lenguaje audiovisual, se determina gracias a cada expresión dada por el componente de 
una narración audiovisual, es decir, la secuencia, la escena, el plano y la toma. 
Cada una de estas debe tener en cuenta aspectos como, las dimensiones del plano y los 
ritmos, estos últimos relacionados con la disposición entre plano y plano para la formación 
de una historia o relato. La secuencia, manejada entre las dimensiones de los planos 
conduce internamente una lógica dentro del relato que le permite al espectador, crear por 
sí mismos atmosferas y sensaciones que enriquecen las narraciones; por tanto estos 
deberán llevar un sentido narrativo que acompañe lo expuesto mimética y diegéticamente. 
GLOBALIZACIÓN 
29 
 
“… el mundo estará compuesto por una especie de gran familia en la que todos los 
hombres tendrían las mismas necesidades.” (Renato Ortiz,1998. Pg. 18). 
La televisión entra a ser entonces, parte de este medio que crea estas mismas necesidades 
en el contexto local y global donde sin duda alguna, “… lo universal se identifica con lo 
global y, por tanto, lo nacional se restringe a lo local” (Renato Ortiz,1998. Pg. 18), y en este 
mismo sentido todo aquello que se transmite en la televisión empieza a tener un matiz de 
contenidos que cubren el grueso de la población no sólo local sino al mismo tiempo, de la 
población mundial. 
La posmodernidad da la posibilidad de crear una cultura de la diversidad donde todo 
pasa de ser “monolítico”, es decir de ser una cultura donde sólo las élites tienen el manejo y 
el control de un todo; para ser manejado por todos y al mismo tiempo estar todos incluidos 
en la construcción de la cultura. (Jenkins,citado en Los artífices de una cultural 
mundializada, 1998. pagina 21.) 
Es entonces cuando la transformación de los medios de comunicación a nivel mundial y 
local, pasan de ser una herramienta netamente de un grupo focalizado de la población, a 
ser sin duda alguna, la mejor forma de mantenerse informado no sólo de lo que ocurre 
localmente sino en el mundo entero donde, esta misma información termina siendo ante 
los ojos de quien la ve, una herramienta creada para los diferentes gustos y puntos de vista 
de cada uno de quienes la ven, es decir que “… la televisión pasa de una programación de 
masas a una pluralista, diversa, diversificada…” (Renato Ortiz,1998. Pg. 22) donde todos 
tiene la oportunidad de ver lo que quieren y como lo quieran. 
Este tipo de visión global de diversidad y pluralidad no sólo se refleja en el modo en que 
la información se transmite o se recibe por parte del consumidor final, esta sin duda 
alguna ha estado ligada a la tecnología que se ve no sólo desde la televisión sino desde la 
radio y de los mismo medios electrónicos, puesto que esta misma herramienta de 
diversificación permite que el acceso a la información no esté reducido a un nicho 
específico de la población, por el contrario la tecnología permite cubrir el ancho de los 
consumidores, además de permitirle ser absolutamente global. 
Cabe en este punto considerar que este tipo de “…tecnologías descentralizadas 
informáticas permiten la articulación de los núcleos desterritorializados alrededor del 
30 
 
mundo, ejerciendo de esta manera algún tipo de control.” (Renato Ortiz,1998. Pg. 24). Por 
tanto la diversidad de la información está pensada para ejercer un tipo de control que 
permita la sensación de libertad en el consumidor, pero que al mismo tiempo le permita 
familiarizarse con objetos comunes en cualquier parte del mundo, “la globalización del 
acceso a la información”. 
Tal y como lo dice Theodore Levin “estamos inmersos en un mercado global”(citado en; 
Los artífices de una cultura mundializada, Renato Ortiz, 1998. Pg. 25.) ya sea de productos 
de consumo o de la misma mediatización de la información. Esto mismo ocurriría entonces 
con la cultura mediatizada o dicho de otra forma con la cultura vendida a través de los 
medios de comunicación; que día a día se hace cada vez más global, permitiendo que las 
culturas autóctonas de cada región vayan desapareciendo o de cierto modo siendo 
olvidadas. 
Sin lugar a dudas, aún cuando esta cultural global pretende abarcar e incluir a el grueso 
de la población mundial y aún cuando existen en el mundo similitudes dentro de las 
poblaciones, no logrará incluir en su totalidad a todos los individuos puesto que sin duda 
alguna seguirán existiendo nichos de la población que permanezcan siendo únicos e 
individuales del resto de la población global. Tal y como lo dice Renato Ortiz en el libro Los 
artífices de una cultura mundializada: “en el tercer mundo existen lugares, ciudades, 
espacios que se pueden tomar de manera independiente, que se pueden disgregar del 
conjunto y que constituyen en sí mismos mercados homogéneos… ” (Renato Ortiz,1998. Pg 
. 28) y aplicando esto a el caso de nuestro país, aún cuando los formatos de televisión que, 
son en este caso los que se analizarán pero más específicamente los de televisión cultural, 
pretendan ser globales y adaptarse a las necesidades de un mundo que pide a gritos una 
comunidad que se parezca cada vez más, deberá entonces, para hacer parte de esta y para 
encajar por completo en su significado de pluralidad y diversidad, tener en cuenta aquellas 
poblaciones que pretenden ser homogéneas para cumplir en este caso con la regla 
fundamental de globalidad. 
BREVE HISTORIA 
La televisión nace mundialmente por la necesidad de la inmediatez de la información, ya 
que en un principio era el cine, a manera de ritual, el encargado de traer a las “masas” 
aquella información a la que no tenían acceso; a medida que la tecnología avanza y con ella 
31 
 
el afán por tener un contacto mucho más eficaz con lo que sucedía en el mundo nace la 
televisión. 
“La televisión se ha convertido en lugar de la visualidad que ritualiza formas de interpretar 
el mundo y clasifica las maneras de ver socialmente aceptadas” (Omar Rincon, 2002. Pg. 
31), la televisión se torna entonces en una manera sencilla para que todos accedanal 
conocimiento y a la información, puesto que el cine era sin duda y continúa siendo un 
ritual que no a todos interesa, ya sea por su contenido o por lo que acceder a él significa; 
por lo contrario, la televisión permite un acceso global al que se puede acceder en todas 
partes y en el momento en que se quiera. 
Por esto mismo la televisión se convierte entonces en la mano derecha de la promulgación 
de la cultura y en la forma más eficaz de llegar a todos en cualquier momento y lugar. 
Hay que entender entonces que, aunque se cree que el cine es el padre de la televisión, y 
aunque en parte es de este de donde se toman algunas formas de producción, la televisión 
realmente se desarrolla del relato de la radio que, es de quien toma “su carácter directo, del 
documento, del testimonio instantáneo” (Omar Rincon,2002. Pg 32), desde este mismo 
lugar toma la televisión su carácter informativo pasando luego a ser el vehículo del 
entretenimiento para todos. 
Así mismo la televisión comienza siendo una televisión pensada para el fomento de la 
cultura pero a su vez del entretenimiento, la transmisión del balet, de eventos culturales, 
obras de teatro y demás hicieron parte del comienzo de la televisión. Con el tiempo la 
televisión se vuelve parte de la memoria popular, en la que puede accederse fácilmente 
mediante productos a diversos brazos de la población, desde las telenovelas que reflejan la 
parte más floklorica de una región hasta sus programas de interés social como los 
noticieros. 
En comparación con la televisión de algunas décadas hoy en día tenemos una televisión 
transformada no sólo desde su tecnología sino también desde sus usos y consumos. 
Desde su llegada, la televisión trae consigo una restructuración económica, dando paso a la 
llegada de nuevas tecnologías, permitiendo una amplia proyección del país frente al 
mundo. La oferta de empleos interrelacionados entre campos profesionales diferentes le 
permite a esta ser un engranaje importante en la economía. 
32 
 
Esto mismo trae consigo la discusión entre la función cultural o comercial de la televisión 
que luego traerá consigo la división contundente entre televisión pública y privada y esta 
última la hegemonía del poder que le dará paso abierto a la publicidad y aun nuevo 
concepto de transmisión de ideologías, costumbres y nuevas tradiciones al público. Esta 
misma transformación además empieza a mostrar un cambio radical entre producciones 
que un día fueron la puerta para la exitosa salida de productos colombianos, con la 
“homogeneización” de los productos, para la asimilación de los mismo a nivel global, es 
decir los productos Colombianos como la telenovela y los seriados en los últimos años, 
gracias a la demanda internacional de formatos adaptados a un público más diverso, trajo 
consigo la reforma de los formatos nacionales por el uso de los extranjeros y su forzosa 
intromisión a las nacionales; trayendo la desvinculación de la marca nacional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
33 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPITULO I: DE CÓMO LLEGAMOS AQUÍ 
 
Este proyecto pretende mostrar la importancia de la televisión cultural en un país donde 
día tras día se ha perdido el interés no sólo por programas de contenido interesante sino 
por aquellos que pretenden dejar mucho más que un espacio de entretenimiento; además 
de crear una nueva herramienta que permita la construcción positiva de la identidad 
cultural que se ha perdido, por el constante bombardeo de programas televisivos que 
invaden la cultura Colombiana de imaginarios extranjeros que de construyen la identidad 
nacional y las raíces de nuestra cultura. 
Desde este punto de vista, hay que analizar desde donde se está construyendo la idea de 
capital cultural en nuestro país; puesto que esta parte de visiones excluyentes que no 
permiten la identificación de muchos dentro de lo que se muestra en nuestra parrilla 
televisiva; puesto que la televisión se ha dedicado a vender contenidos que, aunque tienen 
información interesante no están al alcance de todos y aún menos contienen el lenguaje 
que la mayoría del país maneja; por lo cual la importancia radicaría no en el mensaje sino 
en cómo se transmite este mensaje. 
Partiendo del cómo y no del que, aunque cabe aclarar que el “que”, que en este caso 
vendría siendo el contenido, es importante y concluyente dentro de este proyecto, puesto 
que va a ser este mismo quien determine la construcción de identidad cultural; hay que 
enfocarse entonces en la forma como se vende la información es decir, en el formato que en 
este caso se transmitirá la información para que sea mucho más atractiva para quienes 
van a consumirla. 
34 
 
Tenemos en este caso el ejemplo de los canales institucionales en los que, aunque el 
contenido es interesante y constructivo, siguiendo la visión de este proyecto, es manejado 
de una manera en la que el televidente no se siente conectado y por el contrario excluido 
gracias al lenguaje o modo de presentar los contenidos y en ciertas ocasiones, se agrede al 
televidente puesto que, en el momento que se identifica y siente simpatía por un producto, 
éste es retirado de la parrilla y reemplazado por uno de menor calidad y contenido poco 
interesante. 
Remitámonos entonces a la historia de nuestra televisión cultural, en donde sus comienzos 
se remontan a la transmisión de eventos culturales como el balet, conciertos de música 
clásica, puestas en escena que caían en lo teatral y que sin duda alguna trataban temas que 
eran conocidos por la élite de la sociedad de ese momento y que evidentemente para la 
época eran contenidos que gracias a la construcción educativa que el gobierno regente 
impulsaba; vendían, pero que a fin de cuentas terminaban excluyendo a la inmensa 
mayoría de la población a la que, uno; no tenían acceso a un televisor o dos, aunque tenían 
televisión su capacidad educativa o de intereses de consumo no lograban ser satisfechos 
con el contenido que se transmitía y como se dijo anteriormente los excluían del disfrute 
de una televisión y una construcción cultural activa. 
Ahora bien, volviendo a la época actual, en la que el acceso a diversos canales con parrillas 
en las que se ofrece y puede accederse a contenidos para todos, la televisión colombiana se 
ha quedado atrás en cuanto a la búsqueda del acercamiento del televidente frente a la 
construcción de identidad cultural, ya que se ha puesto más interés en la compra de 
programas y la adaptación de los mismos, en este caso programas de entretenimiento que 
no acercan al televidente sino que por el contrario lo alejan de la realidad nacional y que 
aportan poco a la construcción de identidad y de conocimiento; se venden entonces 
contenidos “basura” que no aportan nada al crecimiento individual y mucho menos al 
mejoramiento de nuestra calidad televisiva y que todo lo contrario hacen adoptar a la 
mayoría de la población, costumbres impuestas y ajenas a su realidad inmediata. 
En nuestro país, gracias a la existencia de los canales públicos e institucionales, los cuales 
están bajo el manejo gubernamental, puede constarse en cierta medida con el acceso a un 
contenido educativo, cultural y que sin duda alguna ayude a la formación de identidad e 
identificación con las diferentes prácticas culturales que existen alrededor del territorio 
35 
 
nacional, sin duda alguna aún cuando los contenidos están enfocados en la construcción 
cultural y la formación y afianzamiento de esta misma en la población, este tipo de canales 
siguen cayendo en el error de no reforzar ni invertir en la producción y el, por así decirlo, 
embellecimiento de los productos, lo que demuestra el poco interés estético que existe por 
la imagen y la composición de los productos audiovisuales y sumado a esto el manejo de un 
lenguaje poco claro y denso que no permite el entendimiento de los contenidos 
evidentemente, continúaalejando al grueso de la población y disminuyendo al mismo 
tiempo el interés en el mejoramiento de este tipo de realizaciones, debido a la falta de 
audiencia. 
Este tipo de realizaciones, con el paso de los días y por supuesto, con el acceso que tiene la 
población a contenidos extranjeros, que sin duda alguna demuestran en sus producciones 
una preocupación por el cuidado estético y por un manejo de una buena composición 
audiovisual, caen cada vez más en el olvido y en la comparación de la población que 
muestra su desagrado y su creciente interés por estas nuevas tendencias en la producción 
audiovisual que, integran a la mayoría de la población no sólo por su lenguaje sino por la 
forma en la que los contenidos se ponen a disposición de todo el público; es decir que le es 
permitido a cualquier tipo de espectador entender y aprender los contenidos, lo que sin 
duda alguna los formatos de nuestra televisión cultural, aún están lejos de lograr. 
Hay que hablar entonces de los procesos de identificación y de identidad del individuo 
frente a los productos y frente a su entorno, teniendo en cuenta que, la identificación es un 
proceso que siempre está en construcción y que terminará siempre articulándose con 
herramientas que, permitan al individuo incluirse dentro de un proceso de construcción 
cultural y que por lo tanto le permitan acercarse a un diálogo continuo e in interrumpido 
en estos productos televisivos. 
Para la construcción correcta de estos productos audiovisuales, debe tenerse en cuenta 
entonces que la sociedad Colombiana, se construye de pequeños fragmentos de 
individualidades es decir, somos una sociedad pluricultural, y cada uno de estos pequeños 
fragmentos debe tenerse en cuenta dentro de la construcción dinámica de los contenidos; 
es decir debe existir una idea globalizadora en la construcción de identidad cultural, la 
cual va perdiéndose con el tiempo si no existe un ente encargado de re construir y re 
36 
 
elaborar un canal que recuerde la existencia de la cohesión de una diversidad de capital 
cultural. 
La idea entonces, con la construcción de un programa cultural, es lograr involucrar al 
televidente dentro de las dinámicas culturales de las que ha sido apartado, como 
consecuencia de la inserción de programas extranjeros y de la adaptación de dinámicas 
culturales globalizadas en las que se pierden cada vez más las raíces del individuo 
colombiano. 
Para este propósito entonces hay que tener en cuenta, los modelos políticos del momento 
en los que se desarrolla un proyecto de impulso de identidad cultural, en este caso, el 
modelo de globalización actual, en el que se recibe continuamente un bombardeo de 
información de culturas diversas, entra entonces a brindar herramientas como a 
desvirtuar el propósito de un arraigamiento de modelos culturales propios, puesto que este 
se de construye poco a poco con las nuevas generaciones. 
En este punto entonces cabe aclarar, a la clase de público al que debería ir enfocado el 
proyecto. Teniendo en cuenta entonces que los modelos políticos recientes, afectan más 
directamente a la población adolescente puesto que es esta misma población la que adapta 
estos capitales culturales extranjeros a los nacionales y tradicionales, hay que saber 
entonces que, la clave del éxito de un impulso de identidad cultural a través de un canal 
televisivo tiene que enfocarse en un público que esté perdiendo esta misma identidad y que 
al mismo tiempo esté abierta a recibir productos que le permitan conocer y re 
conceptualizar su modo de pensamiento y de cultura. 
De este modo, cabe tener en cuenta que en el proceso de construcción de una identidad 
cultural a través de un producto audiovisual en nuestro país, hay que jugar con descubrir lo 
autentico y lo original dentro de la cimentación del contenido de un programa cultural, en 
este caso estamos hablando de la importancia de enfocar los contenidos de tal manera que 
quienes la reciban encuentren en este, una estructura que, aunque ya es conocida le brinda 
algo nuevo que le permite de este modo aceptar más rápidamente lo que se le está 
ofreciendo. 
En nuestro país, donde como ya se dijo, el problema es la adaptación de programas 
extranjeros a las narrativas nacionales, se confunde el concepto de autentico con el de 
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adaptación y de original a cambio de estructuras, más no a la inversión en investigación 
acerca de lo que se necesita como comunidad y como sociedad, en cuanto a contenidos 
audiovisuales; debe entonces tenerse en cuenta que la construcción de identidad se 
asemeja a la construcción de contenidos televisivos puesto que tanto uno como otro, se 
edifica a través de lo que se ve y lo que se muestra, es decir es una cimentación dinámica 
entre el entorno y el individuo. 
Con esto entonces debemos ser cuidadosos puesto que, es cierto de este modo también, 
que la televisión es la misma herramienta que se encarga de construir o de construir los 
contenidos culturales de una sociedad; por consiguiente podemos ver que la televisión es 
un arma de doble filo puesto que, así mismo como vende contenidos que se encargan de 
alejar de la identidad cultural a quienes la consumen, puede ser esta misma la herramienta 
para obtener resultados de identidad cultural constructivos siempre y cuando sepa 
manejarse, en pocas palabras no es solo el contenido sino el fin del contenido y como este 
se enfoque en el alcance de un objetivo, sin desvirtuarlo. 
Con esto mismo tenemos que pensar entonces en la teoría de los “usos y gratificaciones”, 
puesto que tenemos que recordar y tener en cuenta que estamos ofreciendo en cuanto a 
productos televisivos ,lo que los espectadores consumen y lo que realmente necesitan; es 
decir, como promotores en la nueva creación de televisión podemos darnos cuenta que la 
televisión día tras día se ha empeñado en bajar sus estándares de calidad enfocados en el 
raiting, el cual sin importar el contenido de los programas es este el que los mantiene al 
aire, gracias a su nivel de teleaudiencia y aceptación; esta clase de programas están 
clasificados entre telenovelas y magazines de farándula , pero entonces ¿dónde quedaron 
los programas educativos y culturales que realmente permiten al espectador conocer otros 
puntos de vista y tener una participación mucho más activa en cuanto a la programación? 
Es aquí donde entra a jugar un papel fundamental “los usos y las gratificaciones”, y donde 
se ven más reflejados. 
Entramos a evaluar de este modo, como los contenidos están enfocados al 
“entretenimiento” de la tele audiencia, pero ¿se reduce simplemente a esto la labor 
audiovisual?, se supone entonces que la dinámica entre los entes reguladores de la 
televisión hacen productos frente a la respuesta de las necesidades de los espectadores y 
frente a las curvas de consumo que se presenten en este momento, pero realmente la 
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dinámica se presenta al contrario; se arrojan productos que terminan creando consumo en 
el tele espectador, casos concretos las telenovelas las cuales terminan logrando en quienes 
las ve, adoptar modas, costumbres y hasta modos e identidades de vida; lo cual demuestra 
que en la medida de lo que se le ofrece al espectador, este mismo adopta su modo de vida y 
su reacción frente a la cultura y así mismo a su identidad cultural. Cabria entonces pensar, 
que de lo que carecemos es de productos que muestren, impulsen y exploten el capital 
cultural para formar una construcción cultural mucho más fuerte y menos influenciables 
ante productos externos. 
Como diría García Canclini: “no se trata solo de medir la distancia entre los mensajes y sus 
efectos sino de construir un análisis integral del consumo, entendido como el conjunto de 
los procesos sociales de apropiación de los productos”, he aquí el problema de la 
aprehensión de los productos televisivos por parte de los espectadores y de cómo los 
productos que seofrecen realmente hacen parte de la construcción cultural que tenemos, 
puesto que entran estos productos a convertirse entonces en adaptaciones culturales que 
desvirtúan la real visión de cultura dentro de nuestro contexto. 
Además de lo anterior hay que tener en cuenta, qué lugar ocupa el televisor en los hogares 
de la mayoría de familias del país y como éste se convierte entonces en un espacio más en 
donde el espectador está constantemente recibiendo información y productos que, en la 
mayoría de los casos no son de calidad, este hecho determina entonces como se presenta 
cada vez más la degradación de los espacios de identidad cultural y la identidad misma de 
los espectadores. Esta relación entre espectador y medio, hace y permite que tanto el uno 
como el otro cada vez menos intervenga en el cambio de la calidad televisiva. Como dicen 
M. y A. Mattelart, “las audiencias y los medios parecen construirse recíprocamente sin 
ningún tipo de determinación “externa”. Es decir, en la medida que el televidente no 
determine ni exija un producto que contenga un poco más de sentido y profundidad, los 
medios le ofrecerán cada vez menos este tipo de contenidos, en consecuencia la 
construcción de una televisión de calidad está determinada no sólo por los medios sino por 
quienes construyen al mismo. 
Todo esto lleva entonces a pensar que los contenidos en la televisión están ligados 
simplemente a parámetros económicos de, quien más controle es quien más produce, es 
decir, hemos visto que la televisión no sólo la cultural sino en general, esta mediada por 
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problemáticas de contenido, de política, de economía de consumo etc, lo cual logra 
manipular los contenidos de tal manera que llegan a generarse simplemente productos que 
no le den más opción al televidente de ver lo que se le ofrece, como es el caso en este 
momento de las políticas económicas que rigen a nuestro país. 
En este caso, el T.L.C., convierte cada vez más los contenidos en opciones inútiles y poco 
funcionales a la hora de la construcción cultural, puesto que se reciben constantemente 
producciones que desvirtúan el imaginario de una cultura propia y vuelven sobre si una 
conversión a la pérdida de identidad; esto produce como consecuencia un adormecimiento 
de los consumidores, puesto que entre menos conocimiento se venda, menos conocimiento 
van a pedir y del mismo modo cada vez más los contenidos van a exigirse cada vez menos y 
por lo tanto la consecuencia va a ser una perdida completa del sentido de una televisión 
para construir y re construir sociedad e identidad cultural. 
Esto como consecuencia empezaría a crear un espejismo de realidad nacional y hasta 
mundial en la cual, ya no pertenece el sentido común ni el sentido de apropiación de 
herramientas constructivas para el conocimiento, no sólo de un individualismo sino 
además de lo que realmente sucede fuera del panorama televisivo, los noticieros, las 
telenovelas y hasta las mismas producciones cinematográficas demuestran cada vez menos 
el interés por una construcción propia de identidad y se enfocan más en una construcción 
de individualidades hechas de partes puestas en si, de restos de otras sociedades y de otras 
ideologías. 
La televisión se ha convertido entonces en una herramienta idiotizadora del los 
espectadores o aun mejor de las masas. 
Esto demuestra que el grave problema que demuestra hoy la televisión es el de 
pensamiento y velocidad, no se piensa un producto; simplemente se produce buscando 
suplir rápidamente una necesidad del consumidor, si está bien o está mal, si el producto es 
de calidad o no, no es una preocupación mayor; a lo que llamaría Pierre Bourdieu, los “fast 
thinkers”, lo cual demuestra que la televisión cada vez más se ve sometida por los 
resultados económicos, es decir la retribución por el raiting que por el contenido y por el 
aporte que esto haga a la sociedad. 
 
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CAPITULO II: LA TELEVISIÓN CULTURAL, EL CAPITAL CULTURAL Y EL PÚBLICO 
Basta con echar un vistazo a la televisión colombiana desde sus inicios y a ese afán 
institucional que nace a partir de la llegada de la televisión a nuestro país, por aportar a los 
ciudadanos contenidos de calidad y que les permitieran un acceso a la educación extra 
escolar además de ofrecer entretenimiento y productos novedosos, deja al descubierto la 
importancia que tiene la televisión en la construcción social de nuestro país además de 
ayudar con el avance no sólo tecnológico sino cultural. 
La visión de multiculturalismo, permite abarcar la gama de necesidades que la televisión 
cultural debe reflejar en sus contenidos pero sobre todo, la inclusión de la diversidad 
etnológica y cultural de nuestro país. 
La televisión como herramienta social, que permite la inclusión en actividades y 
contenidos a los que no se tendría acceso por otras vías, debe permitir al televidente 
acceder a contenidos de calidad que le ayuden y le permitan hacer parte de una acción 
social activa dentro de su entorno. Esto mismo lleva entonces a la reflexión sobre cómo la 
televisión nacional pero más puntualmente la cultural ha dejado a un lado, muchos de 
estos puntos de vista y ha permitido que la televisión privada tenga una mayor aceptación 
ante el público en general. 
En este capítulo se estudiara, el acercamiento de los espectadores a la televisión cultural, el 
acceso al capital cultural a partir de la televisión cultural y como podría la globalización 
además del contexto social que tenemos hoy en día aporta a la construcción de la televisión 
en nuestro país. 
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LOS ESPECTADORES FRENTE A LOS CONTENIDOS 
Nos enfrentamos a una crisis de contenidos, donde la oferta de programas se limita al 
espectáculo y de alguna manera a los contenidos basura, en los cuales la prioridad es el 
entretenimiento y no la educación y la formación ciudadana; sumado a esto, la falta de 
promoción en los contenidos de la televisión pública no permiten el acercamiento de los 
televidentes a este tipo de ofertas televisivas. 
En este punto, nos encontramos entonces, con el principal problema de la televisión 
cultural en nuestro país. Aún cuando los contenidos evidentemente están relacionados y 
pensados para la formación y la mejor estructuración de la cultura y el arraigo de la misma, 
el problema comienza en la falta de promoción y publicidad para este tipo de contenidos, 
puesto que al no existir fuentes de ingresos destinados a la publicidad de los mismos, estos 
no pueden mantenerse al aire y terminan por ser retirados de la parrilla o producidos para 
un lapso bastante corto en la pantalla. 
Esto termina por ser una herramienta subutilizada en la televisión, puesto que si un 
porcentaje de la población, logra identificarse con el programa o encuentra algún tipo de 
gusto por el contenido, este termina por ser violentado al no encontrar constancia en los 
programas y aún más al no ser tenido en cuenta. 
Sumado a esto, el manejo de entes gubernamentales encargados de la regulación de este 
tipo de contenidos y de los mismos programas, juegan un papel fundamental en la 
construcción de este tipo de televisión. Los televidentes, necesitan ser tenidos en cuenta a 
la hora de la elaboración o por lo menos de los contenidos de los mismos, para de este 
mismo modo construir una participación activa no sólo a la hora de la realización sino de la 
construcción cultural. 
Tal y como dice la Ley de cultura general, donde se busca incluir a los ciudadanos en la 
construcción de cultura a partir de espacios como en este caso, el televisivo; “el estado 
impulsara y estimulará los procesos, proyectos y actividades culturales en un marco de 
reconocimiento y respeto por la diversidad y variedad cultural de la Nación Colombiana” 
(Ley general de cultura, 1997. Pg.67 ), de este modo, la construcción de programas 
culturales, en este caso puntual, están en el deber de crear espacios de participación

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