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Particularidades anató micas, 
fisióló gicas y etóló gicas cón 
repercusió n terape utica, en medicina 
aviar (I): ó rganós de lós sentidós, 
aparató respiratórió y urinarió 
 
Casilda Rodríguez Fernández1 Samanta Waxman2 José Julio de Lucas Burneo1 
 
RESUMEN 
Dentro de los vertebrados, la Clase Aves recoge una gran variedad de especies que presentan 
numerosas peculiaridades fisiológicas, anatómicas y etológicas. Esto representa un reto para la 
terapéutica veterinaria, ya que las diferencias que presentan con mamíferos, grupo a partir del 
cual suelen extrapolarse en numerosas ocasiones los regímenes posológicos, pueden derivar en 
una diferente respuesta a los fármacos. Esta extrapolación ha estado implicada en el fracaso 
terapéutico de ciertos fármacos, en la aparición de reacciones adversas y/o la emergencia de 
resistencias. En esta primera parte, se revisan las particularidades relativas a los órganos de los 
sentidos (vista, oído, gusto), aparato respiratorio y sistema urinario. 
 
I. INTRODUCCIÓN 
Aunque estos últimos años se ha incrementado de forma muy marcada el conocimiento científico 
sobre la Clase Aves, debemos ser conscientes de que estos avances se han desarrollado 
principalmente a partir de aquellas especies que mantienen un contacto más directo con el 
hombre, como son las aves de producción. Pero el enfoque zootécnico es muy diferente y las 
diferencias existentes hacen que, en determinadas circunstancias, se haya utilizado información 
obtenida de pollos de engorde o ponedoras que no ha sido adecuada al ser aplicada a aves 
mascota como las psitacidas o passeriformes. Uno de los ejemplos más recientes, relacionado 
con el declive poblacional de buitres del género Gyps en el continente asiático, es la intolerancia 
que poseen ciertas especies de carroñeras al diclofenaco sódico frente a lo que se aprecia en 
gallináceas. La investigación está menos evolucionada en el ámbito de las aves exóticas, pero es 
especialmente escasa en aves salvajes. El gran reto al que nos enfrentamos al abordar la Medicina 
dirigida a aves de compañía y salvajes es el gran vacío terapéutico que existe, debido a la escasez 
de información para afrontar adecuadamente un uso clínico basado en evidencias científicas y de 
medicamentos aprobados para su uso en estas especies. 
En el mundo, existen más de 10.000 especies de aves, con más de 20.000 subespecies. En España 
existen más de 600 especies de aves, estando amenazada la supervivencia de más de una 
veintena. La variedad que llega a tener contacto con la Medicina Veterinaria es mucho menor 
 
1 Departamento de Toxicología y Farmacología. Facultad de Veterinaria (Universidad Complutense de Madrid). 
2 Cátedra de Anestesiología y Algiología. Facultad de Ciencias Veterinarias (Universidad de Buenos Aires). 
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(Tabla 1). La intervención clínica a esta población se suele realizar a través de Clínicas 
especializadas en Aves Exóticas, Núcleos Zoológicos o Centros de Recuperación. El objetivo de 
este artículo de revisión es abordar las diferencias observadas entre la clase Aves y la clase 
Mammalia. Además, como existen numerosas diferencias entre los distintos órdenes y familias 
de aves, haremos hincapié en aquellos aspectos diferenciales que posean repercusión clínica 
entre las diferentes especies aviares. 
 
Tabla 1. Clasificación taxonómica de alguno de los órdenes pertenecientes a la clase Aves. 
ORDEN FAMILIA NOMBRE COMÚN de algunas especies 
ANSERIFORMES Anatidae Ansar, barnacla, cisnes, ánades, cercetas, …. 
GALLIFORMES Phasianidae Codorniz, perdiz, urogallo,…: 
PROCELLARIIFORMES Procellariidae Petrel , pardela 
CICONIIFORMES* Ciconiidae Cigüeñas 
PELECANIFORMES: Ardeidae Garza, garceta, garcilla, avetorillo 
ACCIPITRIFORMES* 
Pandionidae Águila pescadora 
Accipitridae Águilas, milano, buitre negro/leonado, ratonero, alimoche, .. 
OTIDIFORMES Otididae Avutarda sisón 
GRUIFORMES 
Rallidae Calamón, focha 
Gruidae Grulla 
CHARADRIIFORMES 
Charadriidae Avefría, chorlito 
Scolopacidae Andarríos, zarapitos correlimos, agachadiza 
Alcidae Frailecillo, arao 
Laridae Gaviotas, fumarel, charrán 
COLUMBIFORMES Columbidae Palomas, tórtolas 
STRIGIFORMES* 
Tytonidae Lechuzas 
Strigidae Búhos, autillo, mochuelo, cárabo 
CAPRIMULGIFORMES Caprimulgidae Chotacabras 
APODIFORMES Apodidae Vencejo 
BUCEROTIFORMES Upupidae Abubilla 
CORACIIFORMES Alcedinidae Martín pescador 
PICIFORMES Picidae Pico y pito (carpinteros) 
FALCONIFORMES* Falconidae Cernícalos halcones alcotán esmerejón 
PASSERIFORMES* 
Laniidae Alcaudones 
Oriolidae Oropéndola 
Corvidae Arrendajo urraca chovas grajas cornejas cuervos 
Alaudidae Alondra calandria 
Hirundinidae Golondrina avión 
Paridae Carbonero herrerillo 
Sittidae Trepador azul 
Certhiidae Agateador 
Troglodytidae Chochín 
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Phylloscopidae Mosquiteros 
Acrocephalidae Zarceros carriceros 
Sylviidae Currucas 
Muscicapidae Papamoscas ruiseñor petirrojo colirrojos collalbas y tarabillas 
Turdidae Zorzales y mirlo 
Sturnidae Estornino, miná 
Fringillidae Lavanderas y bisbitas 
Motacillidae Pinzón jilguero verderón camachuelo picogordo 
Passeridae Gorrión 
Estrildidae Pico coral, bengalí rojo 
PSITTACIFORMES* Psittacidae Cotorras, loros, amazonas, guacamayos 
*Órdenes tratados más frecuentemente en Medicina Aviar. 
 
II. MORFOLOGÍA, METABOLISMO Y TEMPERATURA 
Si se las compara con los mamíferos o incluso con los reptiles, con los que comparten un origen 
evolutivo común, la morfología de las aves varía muy poco a lo largo de las especies, ya que tienen 
una marcada limitación en su forma anatómica debido a su necesidad de adaptación al vuelo. 
Esta forma corporal condiciona un cociente superficie/peso muy elevado, lo que facilita la pérdida 
de calor. En aves la hipotermia es un problema especialmente grave, por ello siempre se 
recomienda cuidar la temperatura ambiental, el uso de mantas eléctricas o bolsas termostáticas 
y atemperar los fluidos adecuadamente a la temperatura de la especie antes de su administración, 
especialmente si son grandes volúmenes. En el paciente quirúrgico, además, se debe evitar la 
pérdida innecesaria de plumas y está desaconsejado el uso de soluciones alcohólicas sobre 
grandes extensiones debido a la pérdida de temperatura que pueden llegar a ocasionar por 
vasodilatación periférica. 
La temperatura corporal de las aves oscila entre 39-42oC aproximadamente, siendo las especies 
del orden Passeriforme las que poseen valores más elevados y las aves corredoras como las 
ratites las que presentan una temperatura que se encuentra dentro del rango fisiológico de los 
mamíferos (Tabla 2). Esta temperatura corporal es más elevada que la que posee un mamífero 
de igual peso corporal y su mantenimiento está en conexión con su alto metabolismo, su elevada 
superficie con relación al peso y con las necesidades energéticas para el vuelo. Dada la diversidad 
de especies y la falta de estudios farmacocinéticos, es una práctica común en aves no dirigidas a 
producción, el establecimiento de pautas terapéuticas a partir de la tasa metabólica. Mediante 
esta práctica un ave siempre recibiría una dosis mayor de cualquier fármaco que un mamífero del 
mismo tamaño. Este hecho parece que sí es apropiado para ciertas quinolonas en algunas 
especies de aves; sin embargo, puede llevar a un importante cuadro de toxicidad como sucede 
con los aminoglucosidos. Por tanto, debe ser una herramienta utilizada con una extremada 
precaución, aunque aparezca reflejada en numerosos manuales especializados. 
El rango de tamaño de un ave oscila entre el peso del colibrí (2 g) y del avestruz (150 Kg), estando 
el peso máximo de las aves voladoras alrededor de 15 Kg como es el caso de la avutarda o del 
cóndor. El pequeño tamaño, que presentan la mayoría de las especies aviares que llegan a la 
clínica, hace que exista un gran vacío de especialidades farmacéuticas que tengan una 
concentración adecuadapara dosificar con exactitud. 
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La homotermia requiere un costo energético importante, por ello algunas especies de aves como 
el colibrí permiten que su temperatura corporal descienda de forma controlada mediante letargo 
diario; ya que necesitarían consumir una gran cantidad de comida para poder mantener esta 
temperatura tan elevada cuando desciende la temperatura ambiental. Aunque no existe ningún 
trabajo científico que lo corrobore, los cambios fisiológicos que van unidos a esta hipotermia 
lógicamente modificarían el comportamiento farmacocinético; ya que, esta influencia sí que está 
demostrada en reptiles y anfibios cuando se disminuye la temperatura ambiental. 
 
Tabla 2. Algunas características fisiológicas de los grupos de aves de mayor representación en Veterinaria. 
 
 
III. ESTRÉS 
Las aves son animales fácilmente estresables. Hay que intentar reducir al máximo los tiempos de 
manejo en cualquier procedimiento clínico y se debe realizar la exploración sistemática y completa 
de forma rápida. Un manejo de 15 min puede llegar a incrementar la temperatura del ave en más 
de tres grados, incluso en aves mascotas acostumbradas al contacto con el ser humano. Por ello, 
la inmunodepresión derivada del estrés puede complicar el cuadro clínico del paciente, 
incrementando la susceptibilidad a infecciones. Las aves poseen una médula adrenal que no tiene 
diferenciada la zona cortical y medular. El glucocorticoide principal es la corticosterona, no el 
cortisol, y su secreción sigue un ritmo circadiano adaptado a los hábitos del ave siguiendo un 
ritmo pulsátil ultradiano, donde el pico se origina a primeras horas del día o del crepúsculo según 
sean diurnas o nocturnas. Es recomendable ajustarse a este comportamiento cuando se 
administra exógenamente el corticoide. Esta hormona posee un mayor efecto mineralocorticoide 
que la mamífera. 
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Los glucocorticoides deben utilizarse en aves con mucha precaución. Se recomienda el uso de 
corticoides de acción ultracorta, utilizando una vía tópica siempre que sea posible con 
especialidades de baja absorción. Su uso frente a situaciones graves como el shock está en 
entredicho, y no es recomendable su administración en pacientes con cuadros hemorrágicos e 
hipovolemia. 
Esta elevada sensibilidad, hace que las especies aviares sean de elección a la hora de establecer 
un modelo experimental para evaluar la actividad de un fármaco de este grupo farmacológico. 
IV. PARTICULARIDADES QUE AFECTAN A LOS SENTIDOS 
IV.1. VISTA 
Las aves presentan una extremada agudeza visual, siendo capaces de visualizar la luz ultravioleta. 
Su retina es avascular, de forma que permite evitar sombras y la dispersión de la luz; pero se 
complementa con otra estructura conocida como pecten que posee una gran componente 
vascular. Las aves pueden ver colores producidos por la luz ultravioleta, lo que le permite la 
identificación sexual de algunas especies donde no existe dimorfismo sexual, identificar ciertos 
frutos y rastros de presas. Todos los músculos del ojo de las aves son estriados incluidos los que 
controlan el tamaño de la pupila. A diferencia de los mamíferos, el iris de la mayoría de las 
especies aviares se caracteriza porque el músculo del esfínter pupilar está formado por fibras 
estriadas en vez de lisas, lo que permite el control voluntario de la pupila (Figura 1). Por ello, los 
fármacos parasimpaticolíticos clásicos usado como midriáticos no son eficaces en aves. Para 
lograr producir midriasis mediante un tratamiento tópico en estas es necesario el uso de 
bloqueantes musculares competitivos como los curáricos. 
 
 
Figura 1. Estructura anatómica del ojo aviar y esquema de las diferentes formas oculares. (Dibujos: C. Rodríguez) 
 
Las aves presentan decusación del nervio óptico por lo que existe una anisocoria fisiológica, de 
manera que su presencia no tiene por qué estar relacionada con un problema neurológico (Figura 
2). La iluminación del hábitat del ave con mecanismos basados en corriente alterna puede 
ocasionar un gran estrés en el animal, debido a que se puede originar un efecto estreboscópico 
(“efecto de parpadeo o destello”) debido a que la frecuencia de fusión de imágenes en un ave 
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llega hasta 160 Hz (humano:15-80 Hz). Las aves presentan una membrana nictitante 
semitransparente que cubre y protege el ojo. 
 
Figura 2. Anisocoria fisiológica (Fotografía cedida por GREFA) 
IV.2. OIDO 
El sentido del oído es especialmente relevante en las rapaces nocturnas, como los búhos y las 
lechuzas, donde está ampliamente desarrollado. No tiene pabellón auricular, su meato acústico 
es asimétrico lo que les permite captar de forma más exacta la procedencia del sonido y en el 
oído medio, el yunque, martillo y estribo ha sido sustituido por un único hueso, la columela. A 
nivel de oído interno el órgano de Corti ha sido sustituido por la papila basilar; pero la diferencia 
más llamativa con mamíferos es que las células de soporte de la cóclea son capaces de 
regenerarse en células ciliadas funcionales después de que se haya producido una lesión, tanto si 
ha sido inducida por ruido o por ototoxinas (Figura 3). Por ello, la pérdida de audición iatrogénica 
originada por aminoglucósidos u otros fármacos, puede ser irreversible y de gran relevancia en 
mamíferos, ya que son incapaces de regenerar el epitelio ciliado lesionado, en cambio en las aves 
se logra revertir el efecto tóxico al cabo de varias semanas. 
 
 
Figura 3. Estructura anatómica del oído de las aves. (Fotografía cedida por GREFA) 
 
En pollos, la gentamicina administrada por una vía sistémica alcanza concentraciones menores 
en la perilinfa que tras su aplicación tópica; originando un daño de 40% o bien ablación total de 
las células ciliadas a los 5 días post-administración, respectivamente. Tras la lesión, las células 
basales de la cóclea son capaces de sufrir una conversión fenotípica a células ciliadas mediante 
transdiferenciación directa. Esta regeneración varía con el agente inductor. Cuando el agente 
inductor es este aminoglucósidos, el tiempo de latencia para que dé inicio los procesos 
reparadores es de unas 15 h, observándose cambios marcados en los primeros días y 
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consiguiéndose una regeneración total a los dos meses. La sordera neurosensorial, resultado de 
la perdida de células ciliadas de la cóclea, no es un factor limitante en el uso de los 
aminoglucósidos en aves, pero sí puede llegar a serlo la nefrotoxicidad. 
Dado que la visión y el oído son los sentidos más destacados en aves, para reducir el estrés es 
muy importante mantenerlos en una zona oscura y silenciosa. Por ello también es muy práctico 
tapar la cabeza del ave bien con un paño de manejo o bien mediante una caperuza, como las que 
se utilizan en cetrería con el fin de reducir el estrés del animal durante el manejo médico, 
especialmente si son especies silvestres. Se debe cuidar la elección del tamaño de la caperuza 
con respecto al tamaño del cráneo del ave. 
IV.3. GUSTO 
Parece que las aves no tienen un buen desarrollo del sentido del gusto quizás debido al rápido 
tránsito de la comida por la boca, pero a pesar de ello sí que se han descrito problemas de rechazo 
a ciertas especialidades farmacéuticas administradas vía oral, especialmente frente a sabores 
amargos. Las papilas gustativas del ave se encuentran en el paladar, la base de la lengua y en la 
zona inferior de la orofarínge. El número de papilas gustativas es mucho menor que en 
mamíferos. Su gusto varía con las especies y está en relación con sus hábitos alimenticios, así las 
frugívoras y nectívoras aceptan fácilmente formulaciones medicamentosas orales dulces, en 
cambio no son adecuadas para especies granívoras y ciertas omnívoras por carencia de sucrasa. 
Las aves que presentan glándula salinas desarrolladas aceptan los sabores salados fácilmente 
(anátidas). Los sabores amargos suelen provocar rechazo, especialmente si existe la presencia de 
sustancias fenólicas o tanino. Secree que es un mecanismo de defensa frente a xenobioticos 
tóxicos. 
Frente a las sustancias picantes tienen una tolerancia mucho mayor que los mamíferos. Las aves 
no evitan irritantes muy típicos de mamíferos como el amonio, el gengibre, las hidroquinonas y 
el naftaleno. Otros irritantes de mamíferos como la piperina, el alil-isotiocianato y el ácido 
mercaptobenzoico, tienen efecto repelente en aves pero solo a concentraciones muy altas. El 
ejemplo más marcado es el de la capsaicina (picante del chile rojo, la guindilla), que es evitada de 
forma acusada por los mamíferos (100-1.000 ppm), en cambio las aves aceptan concentraciones 
de 20.000 ppm. La capsaicina actúa sobre canales iónicos de potencial transitorio, inicialmente 
denominados receptor vanilloide y actualmente TRPV1. Hoy están incluidos en un grupo de 
analgésicos que excitan y desensibilizan las neuronas sensitivas nociceptivas actuando sobre la 
superfamilia de canales TRP, estando relacionado su efecto analgésico con la depleción de 
transmisores pronociceptores, como la sustancia P. La capsaicina ha abierto nuevas vías de 
investigación analgésica, pero ¿podríamos encontrar una respuesta diferente en aves? 
V. APARATO RESPIRATORIO 
Las aves, dentro de los vertebrados, representan el grupo que ha tenido un mayor éxito en la 
conquista del medio aéreo. Las adaptaciones que ha sufrido el aparato respiratorio ha sido uno 
de los puntos clave para reinar sobre ese elemento. A continuación vamos a analizar estas 
particularidades siguiendo la estructura anatómica respiratoria (Figura 4). 
 
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Figura 4. Esquema de la estructura anatómica del aparato respiratorio de las aves. (Dibujo: C. Rodríguez) 
 
V.1. CORNETES Y SENOS 
El aire entra en la cavidad nasal a partir de las narinas u orificios nasales que se encuentran en la 
base del pico de la mayoría de las aves. Algunas especies como los albatros carecen de estas 
narinas primarias. A veces presentan un opérculo que hace de filtro para evitar la entrada de 
objetos extraños, especialmente en aves con vuelo muy rápido como los halcones. Una vez en 
cavidad nasal, el aire pasa a través de las coanas hacia la orofaringe y alcanza la glotis. Los 
cornetes nasales están altamente vascularizados, presentando una importante red de vasos 
sanguíneos (rete mirabile) que va a estar implicada en la termorregulación y en la homeostasis 
del agua. Por ello, se puede favorecer la rehidratación del ave mediante nebulización. Se debe 
tener en cuenta que este mecanismo se ve reducido cuando el ave está intubada durante el 
procedimiento anestésico. 
El seno infraorbital es un seno paranasal que está muy desarrollado en psitácidas, localizado en 
posición ventromedial superficial con la órbita, que además presenta numerosos divertículos en 
la zona premaxilar, alrededor del oído y el pico inferior. Además está comunicado con los cornetes 
y los sacos aéreos cervico-cefálicos (Figura 4). En algunas aves como las psitacidas, se comunican 
los senos derecho e izquierdo. La consecuencia terapéutica es que una patología como la sinusitis, 
de frecuente presentación en aves de compañía, ve facilitada la diseminación de la infección a 
otras zonas debido a estas características anatómicas. En estos casos además de la 
administración sistémica de antibioterapia, se suelen realizar irrigaciones nasales con 
antimicrobianos y solución salina. Es muy frecuente el uso de azólicos y combinaciones 
antisépticas (biguanida unida a amonio cuaternario en presencia de EDTA). 
V.2. GLOTIS Y TRÁQUEA 
Las aves carecen de epiglotis, por ello, la neumonía por aspiración es un problema que puede 
acontecer con facilidad, desaconsejando el uso de eméticos y aconsejando su intubación durante 
la anestesia, en aquellas especies que sea recomendable. 
La tráquea de las aves presenta una serie de características que se deben conocer antes de 
realizar cualquier procedimiento anestésico inhalatorio. La tráquea es larga y está compuesta por 
anillos rígidos y completos, presentando formas muy diversas. El hecho de que esta estructura 
sea rígida hace aconsejable el uso de tubos endotraqueales sin manguito para evitar lesionar la 
tráquea por necrosis por presión. Las aves poseen una tráquea de mayor longitud y diámetro que 
los mamíferos de tamaño similar. Las aves han incrementado el diámetro de la tráquea para 
compensar su incremento en la longitud, de forma que la resistencia de la tráquea al flujo gaseoso 
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es similar a los mamíferos. Además, existen estructuras traqueales muy diversas con formas 
complejas y contorneadas. Como ejemplos podríamos citar las tráqueas dobles de pingüinos y 
petreles, el divertículo que se abre en la tráquea cervical en aves corredoras como el emú, la 
formación bulbosa traqueal que presenta el macho de muchas anátidas y las conformaciones en 
espiral o bucle de grullas, espátulas o cisnes. Todo ello complica la intubación mediante sondas 
endotraqueales, por lo que en muchas de estas especies aviares es aconsejable el uso de 
mascarillas. Este tipo de tráquea forma un elevado espacio muerto, siendo 4,5 veces mayor que 
en mamíferos. Para compensar este hecho las aves presentan un mayor volumen tidal y una 
frecuencia respiratoria más lenta y profunda que los mamíferos de igual tamaño. Una paloma de 
300 g presenta 26-29 respiraciones/min, en cambio una rata del mismo peso alcanza 85 
respiraciones/min. 
La siringe es el órgano fonador de las aves y está ampliamente desarrollado en algunas especies. 
Se caracteriza porque forma un estrechamiento localizado entre la tráquea y los bronquios, lo 
que facilita que sea una zona frecuente de obstrucción de cuerpos extraños. 
V.3. SACOS AÉREOS 
Los pulmones de las aves desde un punto de vista morfológico representan menos del 15% del 
aparato respiratorio y están unidos a los sacos aéreos. Estos sacos juegan un papel muy 
importante en la respiración, ya que llegan a representar el 80% del volumen respiratorio. Sin 
embargo, su implicación en el intercambio gaseoso es mínimo, ya que sólo aportan un 5% del 
mismo. Los sacos aéreos se extienden dentro de la cavidad de algunos huesos, denominados 
neumáticos, que varían con las especies. Así se conectan con los huesos de las alas, vértebras 
cervicales, algunas torácicas, esternón, húmero, pelvis o fémur (no en psitácidas, sí en rapaces). 
Una lesión que afecte a estos huesos neumáticos puede vehicular infecciones hacia los pulmones 
y los sacos aéreos. 
Los sacos están formados por una fina pared avascular, lo que les hace de difícil acceso para los 
fármacos cuando se administran por vía sistémica. La infecciones son frecuentes y de difícil 
tratamiento. 
Los sacos aéreos actúan como fuelles o como un sistema de bombeo que facilita el flujo continuo 
de aire sobre la superficie funcional no expansible del pulmón. Como se observa en la Figura 4, 
en la mayoría de aves morfológicamente encontramos 8 sacos; formados por 3 pares de sacos 
aéreos (torácicos craneales, torácicos caudales y abdominales) y dos unitarios (clavicular y 
cervical). Algunas aves tienen 9 sacos debido a que el cervical está pareado. Están conectados 
con un bronquio secundario a través del ostium. Dependiendo de su conexión con el bronquio se 
habla de los sacos craneales (cervical, clavicular y torácico craneal) y los caudales (torácico caudal 
y abdominal) que conectan con el bronquio ventral y primario, respectivamente. Los sacos aéreos 
también están implicados en la termorregulación (ya que reducen la cantidad de calor originado 
en el vuelo mediante la evaporación), la vocalización, el cortejo y la termorregulación de los 
testículos durante la espermatogénesis. Los sacos aéreos no acumulan o concentran los 
anestésicos como en alguna ocasión se ha sugerido. 
Cuando existe una obstrucción de la vía aérea superior en aves existe una alternativa única que 
permite administrar fármacos anestésicos u oxígeno mediante canulación de un saco aéreo 
(Figura 5), normalmente caudal, en vez dela tradicional canulación endotraqueal. Esta técnica 
también se utiliza en cirugía facial, con fines diagnósticos y terapéuticos de procesos que afectan 
a los sacos aéreos. Las cánulas usadas para este fin suelen tener un diámetro semejante al tamaño 
de la tráquea de la especie y pueden ser específicas para este procedimiento o adaptadas de 
otros procedimientos (tubos endotraqueales, catéteres intravenosos, urinarios,…), pero siempre 
deben tener unos agujeros laterales para reducir el riesgo de obstrucción. Esta práctica no está 
exenta de riesgo ya que se debe tener en cuenta que la incrementa la posibilidad de infecciones, 
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hipercapnia, hipotermia y deshidratación. Esta técnica no se debe usar cuando exista aerosaculitis 
o ascitis. 
 
 
Figura 5. Canulación aereo-sacular (Fotografía cedida por la Dra. Pilar Lanzarot) 
 
V.4. PULMONES 
Los pulmones de las aves son más rígidos y por tanto no presentan los cambios volumétricos que 
se observan en los mamíferos. A pesar del poco volumen que representan dentro del aparato 
respiratorio, poseen una gran capacidad funcional. Esto se debe a una serie de peculiaridades 
que mencionaremos a continuación. 
Los bronquios primarios atraviesan los pulmones en toda su longitud (mesobronquios), para 
desembocar en los sacos aéreos abdominales. En el pulmón, cada bronquio primario se divide en 
4 bronquios secundarios y estos forman unos bronquios terciarios que se denominan 
parabronquios, zona donde tiene lugar el intercambio gaseoso gracias a una compleja red de 
capilares aéreos estrechamente ligados a capilares sanguíneos. Estos capilares aéreos son la 
unidad terminal donde se realiza el intercambio gaseoso. Son más pequeños (3-10 µm) que los 
alveolos de mamíferos (>35 µm) y forman una red tridimensional anastomosada de vías aéreas a 
través de la cuál fluye el aire en una sola dirección. Para regular el tamaño de la vía aérea existe 
la presencia de músculo liso en las paredes de la vía aérea superior y una sustancia surfactante 
trilaminar, única en aves, que cubre las vías respiratorias, evitando su colapso. El número de 
parabronquios terciarios varía con la especie, siendo más elevado cuanto más esté el ave 
especializada en el vuelo. Estos parabronquios forman un grupo de cientos de túbulos paralelos 
constituyendo lo que denomina paleo-pulmón, y en algunas especies existe también un 
parabronquio de menor presencia que posee una ramificación irregular denominado neo-
pulmón. Algunas aves como el kiwi, emú y pingüino carecen de neo-pulmón, es mínimo en 
palomas (10-12%) y algo mayor en passeriformes y psitacidas (20-25%). El aire que fluye a través 
del paleo-pulmón va siempre en la misma dirección tanto en la inspiración como en la espiración, 
en cambio en el neo-pulmón va a ser bidireccional y dependerá de la fase respiratoria. 
La mayor eficiencia de intercambio gaseoso que poseen las aves (hasta 10 veces) se debe a 
diferentes factores: 
- Presencia de capilares aéreos en los parabronquios que permite un flujo de aire 
unidireccional, donde hay un intercambio constante de oxígeno en el paleo pulmón 
- Flujo sanguíneo está en ángulo recto con el flujo gaseoso, lo que forma un sistema de 
intercambio contracorriente, que consigue una asimilación más eficiente de oxígeno sin tener 
que existir altos niveles de CO2. 
- Pulmón con un mayor volumen de capilares sanguíneos por peso (un 20% más) que los 
mamíferos. 
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- Barrera hemato-gaseosa muy fina. Esto es más acentuado cuanto más especializada en vuelo 
está el ave, siendo su tamaño en las aves corredoras muy cercano a los mamíferos. 
- Respiración de doble ciclo: el aire inspirado en el primer ciclo no se elimina totalmente hasta 
que se llega a la espiración del segundo ciclo. Así, el 50% del aire inspirado en el primer ciclo 
pasa a través de los pulmones por el bronquio primario hasta los sacos aéreos caudales. El 
otro 50% pasa a los pulmones donde se produce el intercambio gaseoso y también acompaña 
al aire que pasa al paleo-pulmón desde los sacos aéreos posteriores en la espiración del 
primer ciclo. En la inspiración del segundo ciclo este aire penetra en los sacos aéreos 
craneales, eliminándose finalmente al exterior desde estos sacos en la espiración del segundo 
ciclo (Figura 6). Esto hace que el aire delos pulmones se renueve tanto en la inspiración como 
en la espiración de cada ciclo. 
- Los pulmones son rígidos y no están implicados en el proceso mecánico de la ventilación, por 
lo que no tienen que expandirse ni contraerse requiriendo poco tejido intersticial para tener 
una mayor resistencia. Esto hace que su área de intercambio gaseoso sea un 20% mayor que 
en mamíferos. 
 
 
Figura 6. Respiración de doble ciclo. (Dibujo: C. Rodríguez) 
 
La consecuencia terapéutica de esta excelente eficiencia respiratoria es que al igual que el 
intercambio es muy rápido para el oxígeno, también lo es para cualquier xenobiótico. Por ello, 
son especies de referencia frente a la intoxicación por vía aérea y, además, presentan una 
velocidad en la absorción de anestésicos inhalatorios más elevada que los mamíferos, lo que va 
unido a cambios más rápidos en la concentración sanguínea de anestésicos y por tanto a una 
mayor velocidad de inducción y recuperación, alcanzando más rápidamente los planos 
anestésicos. Sin embargo, los valores de la CAM son semejantes a los observados en mamíferos. 
Las nebulizaciones se utilizan con gran frecuencia en medicina aviar para el tratamiento de 
procesos respiratorios. Es frecuente la administración por esta vía de antibacterianos y 
antifúngicos principalmente y en menor medida mucolíticos y broncodilatadores. Los fármacos 
más usados suelen ser azoles, terbinafina y, en menor medida, anfotericina B. Esta técnica es 
especialmente interesante frente al tratamiento de la aspergilosis, ya que existen muchas cepas 
resistentes a muchos antifúngicos y los microorganismos proliferan en zonas donde el acceso de 
los antimicóticos es bastante difícil por su escasa perfusión, como es el caso de los sacos aéreos. 
Este método permite la llegada directa del fármaco al respiratorio, podría paliar potenciales 
efectos adversos (p.e., la nefrotoxicidad de la anfotericina B, aunque existen opiniones 
divergentes sobre ello en aves) y simultáneamente humidifica el aire de la cámara, con lo que 
fluidifica las secreciones. Un punto crítico en este sistema de administración es conseguir un 
12 
 
tamaño de partícula adecuado para que logre acceder a la zona que llega el patógeno. Las esporas 
de Aspergillus oscilan entre 2-5µm, por lo que el tamaño de partícula debe ser menor o igual a 
5µm. Las formulaciones que funcionan mejor tienen una base acuosa no oleosa. Cuando existe un 
bloqueo de las vías superiores, la nebulización no es de gran ayuda. 
En aves, el riesgo de apnea es más elevado. Las aves buceadoras presentan una apnea fisiológica 
y sufren una vasoconstricción selectiva, bradicardia y reducción del gasto cardiaco. El flujo 
sanguíneo es desviado desde la piel, músculos y tracto digestivo hacia los órganos críticos como 
el cerebro y el corazón y órganos sensoriales, para protegerlos de la hipoxia. Esta apnea fisiológica 
podría bloquear la inducción anestésica. Las fracturas en huesos neumatizados también podrían 
causar problemas en la anestesia. 
V.5. DIAFRAGMA Y MÚSCULOS RESPIRATORIOS 
Las aves carecen de diafragma, por lo que su respiración se basa en los movimientos de los 
músculos intercostales, externos e internos, y los músculos abdominales. En la inspiración como 
en la espiración hay una participación activa muscular y el flujo del aire en el paleo-pulmón 
siempre va de caudal a craneal. Los anestésicos depresores de la actividad muscular pueden 
reducir el intercambio gaseoso. La ventilación es menos eficiente en al ave anestesiada. 
Es difícil asfixiar a un ave mediante estrangulamiento debido a que la tráquea está formada por 
anillos rígidos y las carótidas protegidas por las vértebras cervicales,sin embargo esto puede 
suceder si se pone una excesiva presión en el esternón, se agarra el ave fuertemente por su caja 
torácica o se presiona a nivel abdominal. La ventilación puede verse afectada según la posición 
en la que se coloque el animal anestesiado. Es muy importante tener en cuenta que si un ave se 
coloca en decúbito dorsal, se puede reducir el volumen tidal más de un 50%, especialmente en 
cirugía abdominal donde se coloca la cabeza en un plano más bajo para reducir la presión en las 
vísceras abdominales. El problema es que estas presionan los sacos aéreos, y al estar anestesiado, 
la frecuencia respiratoria está disminuida. Una problemática similar, pero más acentuada, es la 
que se origina al colocar al ave en decúbito ventral, debido a la presión que ejerce el peso del 
ave sobre el esternón, ya que debe levantar su propio peso para poder respirar, restringiendo 
gravemente su movimiento. Por ello se recomienda el uso de ventilación mecánica con presión 
positiva intermitente. Esta depresión respiratoria es menor en decúbito lateral. 
La PCO2 es más baja que en mamíferos debido a esa eficacia respiratoria. Los quimiorreceptores 
intrapulmonares en las aves son extremadamente sensibles al CO2. Las aves son muy sensibles a 
la hipercapnia por lo que la velocidad de flujo del gas fresco debe ser tres veces mayor que en 
mamíferos. El problema es que no siempre nos encontramos equipos anestésicos cuyo flujometro 
sea exacto para especies aviares de pequeño tamaño. 
VI. SISTEMA URINARIO 
Dentro de los órganos que están implicados en la eliminación de fármacos, el riñón es uno de los 
dos más activos. Las grandes diferencias que existen tanto a nivel anatómico como fisiológico 
entre el sistema urinario de aves y mamíferos sugieren que puede presentarse una gran 
diferencia en la eliminación de fármacos entre estas dos clases. 
Los riñones de las aves están localizados en las fosas ventrales de los huesos sinsacro e ilion, 
dorsales a los sacos aéreos abdominales. Estos son lobulares, de forma independiente al tamaño 
a diferencia de los mamíferos, y carecen de límite preciso entre la corteza y la médula. Si se 
pondera por su peso corporal, los riñones aviares poseen un tamaño mayor que los mamíferos, 
siendo más marcada la diferencia de peso de riñón entre los diferentes tamaños del ave que la 
que se observa en mamíferos. Así, utilizando las ecuaciones alométricas que relacionan el peso 
renal frente al corporal para aves y para mamíferos podemos observar un diferente 
comportamiento entre ambos. Si comparamos uno de los mamíferos de menor tamaño con la 
13 
 
tasa metabólica más alta dentro de esta clase, la musaraña o musgaño enano, con el ave de 
menor tamaño, el colibrí (Mellisugahelenae), ambos con un peso cercano a dos gramos, 
obtendríamos un peso renal de 37mg para el colibrí y 30mg para el musgaño. Si nos planteamos 
estimar el peso del riñón tomando como punto de referencia el peso delas aves voladoras de 
mayor tamaño, que puede alcanzar 15 kg, el tamaño renal en escala alométrica sería de 102g y 
73g, para aves y mamíferos respectivamente. Este hecho también se observa en el gasto cardiaco 
(0.002 kg: 3.99 y 1.17 mL/min; 15 kg: 1885 y 1614 mL/min, para aves y mamíferos 
respectivamente). Este elevado gasto cardiaco podría estar relacionado con la eliminación más 
rápida que sufren algunos fármacos, como se ha demostrado para el butorfanol en ratoneros 
(Buteo buteo). 
VI.1. NEFRONAS 
Evolutivamente, las aves están emparentadas con los reptiles y mantienen diversas 
características comunes. Por ello, las aves presentan a nivel renal nefronas de tipo reptiliano, que 
son mayoritarias, y nefronas de tipo mamífero, que sólo representan entre un 10-30% del total 
de nefronas y están localizadas a nivel medular (Figura 7). Dependiendo el porcentaje de las 
mismas de las condiciones ambientales; así, cuando las aves pertenecen a un ambiente árido, 
presentan más nefronas medulares capaces de concentrar la orina. El cortex renal está 
compuesto nefronas de tipo reptiliano que están ordenadas de forma radial alrededor de una 
vena eferente central. 
 
 
Figura 7. Esquema de la anatomía renal de las aves, los tipos de nefronas y la repercusión del sistema porta-renal. 
 
Las nefronas reptilianas son de pequeño tamaño (28-35 µm) presentan un glomérulo 
extremadamente sencillo, no es una red marcada de capilares anastomosados, no poseen túbulos 
contorneados sino que son rectos y carecen de asa de Henle como tal. Las nefronas de las aves 
carentes de asa de Henle son similares a las nefronas de los reptiles, pero con una estructura 
todavía más simple ya que sólo poseen túbulo proximal y distal sin el segmento intermedio, pero 
su unión al tubo colector renal es en ángulo recto como sucede en las nefronas de los reptiles. 
Las nefronas que presentan asa en las aves son muy semejantes a las de los mamíferos, su mayor 
diferencia es que carecen de un segmento ascendente fino para el asa de la nefrona. Son nefronas 
14 
 
bastante largas y presentan túbulos distales y proximales altamente contorneados. Al igual que 
las mamíferas, se unen al túbulo colector en paralelo. 
VI.2. PH URINARIO y OSMOLARIDAD 
La filtración glomerular es en general más baja en las aves que en los mamíferos, siendo esta 
intermitente frente a la producción constante de los mamíferos. El pH urinario en aves es variable, 
pero no es dependiente del tipo de alimentación como ocurre en mamíferos. Generalmente la 
orina en aves es ácida, presentando los machos un pH urinario medio de 6.4. Esto está 
relacionado con la baja eliminación de bicarbonato por orina, para tamponar la elevada 
producción de ácidos orgánicos y así mantener la homeostasis. Alguna excepción se encuentra 
en los avestruces, con un pH que oscila entre 6-9, siendo el valor medio de 7.6 y es frecuente en 
situaciones de hipoxia típicas de aves buceadoras como los patos encontrar valores más ácidos, 
con valores de pH por debajo de 5. Por tanto, no existiría la dependencia en el aclaramiento que 
existe de ciertos fármacos como ciertas sulfamidas que presentan una eliminación diferente para 
carnívoros o herbívoros dependiendo del pH urinario. Pero sí hay que tener en cuenta que las 
hembras pueden tener unas oscilaciones amplias dependiendo de la fase de puesta; así, puede 
alcanzar valores inferiores a 4.7 durante el depósito de calcio; sin embargo, tras la puesta del 
huevo o una vez que el depósito de calcio ha finalizado, el pH urinario se alcaliniza pudiendo llegar 
a valores de 8.Las hembras antes de la fase de puesta sufren poliuria debido a la excreción del 
excedente de fosfatos óseos liberados durante la formación del huevo. 
Las aves tienen una escasa capacidad de concentrar la orina con una proporción de la 
osmolaridad orina:sangre cercana a dos. Esto está relacionado con que sólo una pequeña 
proporción de nefronas presentan asa de Henle (10-30%) y a diferencia de lo que sucede en las 
nefronas de los mamíferos, el segmento delgado comienza en el descendente y tiene las mismas 
características que el ascendente; no contribuyendo la urea significativamente en crear el 
ambiente osmótico medular como ocurre en mamíferos, esta función la realiza el ClNa. 
VI.3. ÁCIDO ÚRICO Y GOTA 
El uricotelismo es un mecanismo de adaptación para la conservación del agua del organismo, que 
permite a las aves la eliminación de los productos derivados del metabolismo de las proteínas 
ahorrando una gran cantidad de agua. La excreción de ácido úrico es vital en el desarrollo del 
embrión, ya que se almacena en el huevo en su forma anhidro, lo que le permite reciclar el agua 
y, al ser insoluble, no es tóxico para el huevo, como ocurriría si fuera urea o el amoniaco. 
En aves, se excreta el 60% de los desechos nitrogenados como uratos y la urea sólo se forma 
como un subproducto de detoxicación renal o hepática. Las aves al ser uricotélicos 
fundamentalmente producen ácido úrico, por lo que fisiológicamente presentanniveles más 
elevados de ácido úrico en sangre; además, su elevada temperatura corporal permite un índice 
de solubilización más elevado. El ácido úrico se produce principalmente a nivel hepático y se 
excreta vía renal mediante secreción tubular (>90%) y en menor medida por filtración (10%). Este 
compuesto nitrogenado necesita un menor aporte de agua para su excreción, por lo que la orina 
de las aves no mezclada con las heces tiene un aspecto blanquecino o crema semisólido. 
En aves la presentación de gota es un signo de hiperuricemia o fracaso renal. Para que se 
incrementen de forma marcada los niveles de ácido úrico en una insuficiencia renal es necesario 
que el fallo sea grave (70% afectación).La deshidratación en aves puede incrementar 
marcadamente los niveles de ácido úrico llegando a originar gota, por lo que es muy importante 
diagnosticarlo tempranamente e hidratar correctamente al animal. Se debe tener presente que 
en aves carnívoras se produce una hiperuricemia fisiológica post-prandial y para determinar 
adecuadamente los niveles de ácido úrico en animal debe estar en ayunas al menos 24h. Cuando 
en un tratamiento se sospecha de que este puede ser en cierta medida nefrotóxico, se debe 
instaurar fluidoterapia para prevenir esta reacción adversa. 
15 
 
VI.4. SISTEMA PORTA-RENAL 
La eliminación presistémica de fármacos puede originarse por fenómeno de primer paso 
hepático. En aves, además de este proceso pueden presentar un efecto de primer paso renal. Esta 
peculiaridad también se observa en reptiles, anfibios y ciertos peces y se debe a la presencia del 
sistema porta-renal (Figura 7). El riñón de las aves recibe tanto sangre arterial como venosa 
aferente (portal) y se drena gracias a un flujo eferente venoso. El flujo aferente se consigue 
mediante el sistema porta-renal, que recibe un aporte sanguíneo tanto de las venas isquiáticas 
como iliacas externas, y se encarga de perfundir los túbulos. Las venas porta-renales participan 
en la formación de un plexo capilar peritubular que rodea a los túbulos contorneados proximales. 
Los uratos son eliminados mediante secreción tubular en esa zona. Dos tercios de la sangre que 
perfunde el riñón, lo hace a partir del sistema venoso. Una válvula localizada entre la vena porta 
renal y la vena iliaca común, la válvula porta-renal, recibe una inervación tanto adrenérgica como 
colinérgica que regula el grado de apertura de la misma; de manera que cuando la válvula está 
abierta se produce el paso de la sangre que fluye por la iliaca externa hacia la vena cava; sin 
embargo cuando está cerrada se fuerza el paso de la sangre hacia las venas porta-renal caudal y 
craneal. Evidentemente, la posibilidad de que un fármaco pase directamente por riñón antes de 
llegar a nivel sistémico, podría originar una eliminación presistémica similar al efecto de primer 
paso hepático. El hecho de que se produzca o no esa eliminación está sujeto a múltiples factores, 
entre ellos el grado de estrés del ave (ya que el estrés puede inducir la apertura de la válvula) y 
de las características del fármaco, dado que este sistema influirá especialmente en fármacos 
hidrosolubles que no necesiten un metabolismo previo para eliminarse y que su excreción renal se 
realiza mediante secreción tubular como podría ser el caso de algunos antimicrobianos -
lactámicos. Estos hechos justificarían una creencia, no siempre con una base sólida científica, de 
que no es recomendable administrar cualquier tipo de fármaco por vía parenteral en las 
extremidades posteriores o en la zona inferior del tronco, como es el caso de los avestruces en 
las que se pueden administran fármacos en el músculo iliotrochanterici localizado en la zona 
dorsal inferior. 
Otro hecho a tener en cuenta es la presencia de fármacos nefrotóxicos como pueden ser los 
aminoglucósidos que se excretan vida renal y, de esta manera, si se produce el cierre de la válvula 
podrían alcanzar concentraciones muy elevadas en el epitelio tubular renal incrementando la 
toxicidad de los mismos. 
La aves carecen de vejiga urinaria y la orina semisólida producida en el riñones desemboca por 
medio delos uréteres en una porción de la cámara cloacal denominada urodeo. La aves son 
capaces de producir movimientos retroperistálticos que llevan la orina localizada en el urodeo 
hasta el coprodeo y de ahí al aparato digestivo. La modificación postrenal de la orina uretral es 
posible debido a su exposición a las membranas de la cloaca, colon y ciego (en aquellas especies 
donde está desarrollado). Aunque las membranas de la cloaca son impermeables al agua (no al 
Na+), las del colon no lo son, produciéndose una reabsorción activa del Na+ seguida de reabsorción 
de agua. En general, se reabsorbe entre 10-20% del agua y más del 70% del sodio con una 
secreción adicional de potasio (20%). 
Fármacos como los antimicrobianos pertenecientes al grupo de las penicilinas que se excretan 
fundamentalmente por vía renal se eliminan con mayor velocidad en las especies aviares 
estudiadas que lo observado en mamíferos. Por ello las pautas recomendadas en medicina aviar 
se caracterizan por el uso de dosis más elevadas y/o menores intervalos de dosificación. 
VI.5. OSMORREGULACIÓN Y GLÁNDULAS SALINAS 
En aves existen distintos mecanismos implicados en la osmorregulación extrarrenal, que varían 
con las especies. Las aves obtienen agua del alimento y la bebida, existiendo grandes diferencias 
en la ingesta de líquidos dependiendo de ecosistema al que pertenezca esa especie; podemos 
16 
 
decir que, en general, las aves xerófilicas (habitan espacios desérticos) son las que necesitan 
ingerir una menor cantidad de líquidos, frente a las aves nectívoras que por la composición de su 
alimento beben más en proporción a su peso. Este hecho debe ser tenido en consideración en la 
administración indirecta de fármacos en agua de bebida. Desaconsejándose este medio de 
tratamiento en las aves xerofílicas. 
Como las aves tienen muy poca capacidad de concentrar la orina, en la regulación osmótica 
también participan unas glándulas localizadas en la cabeza, denominadas glándulas nasales o 
salinas. Estas están especialmente desarrolladas en las aves marinas, lo que les posibilita el poder 
beber agua salada y excretar el exceso de sal ingerido. Estas glándulas son muy importantes en 
la conservación del agua especialmente en las aves de climas desérticos, llegando incluso algunas 
especies a ser capaces de producir agua metabólica y producir una orina con un porcentaje de 
agua muy escaso (alrededor de un 55%). Hay que tener en cuenta antes de su liberación que 
cuando se está tratando un ave marina, esta glándula puede atrofiarse, porque no hayan ingerido 
durante su ingreso la cantidad de sal adecuada. 
El riñón de las aves es extremadamente sensible a los efectos nefrotóxicos de los inhibidores de la 
COX. En especial, el diclofenaco ocasiona una importante lesión de las células tubulares causando 
un daño renal que termina originando una gota visceral aguda que deriva la muerte del ave. Este 
fármaco está relacionado con el declive poblacional de los buitres del género Gyps en el 
continente asiático y, actualmente ha creado controversia en España, a partir dela aprobación en 
2013 de una especialidad farmacéutica dirigida a animales de producción en España. Está 
demostrado que este compuesto es altamente peligroso para esta carroñera, dado que las dosis 
terapéuticas aplicadas en mamíferos son mortales para estas aves. En el escenario asiático se 
aunaron una serie de condiciones que crearon un riesgo muy elevado que desencadeno este 
grave problema. Pero se debe ser consciente de que este riesgo también afecta a otros 
antiinflamatorios como el flunixin meglumine o el ketoprofeno. Hasta el momento el analgésico 
antiinflamatorio que se recomienda en la mayoría de las especies de aves es el meloxicam. Aunque 
en un estudio llevado a cabo en periquitos se ha observado que este fármaco también puede 
originar una pequeña alteraciónrenal, esta es reversible y en ninguno de los animales tratados 
se observa la presencia de gota visceral. 
La anfotericina B es un fármaco altamente nefrotóxico en mamíferos, pero algunos autores 
relevantes en medicina aviar como Carpenter (2006) indican que parece que este no es un 
problema tan marcado en aves. Se ha relacionado esta menor toxicidad de la anfotericina B con 
una eliminación más rápida del fármaco en aves, hecho que se ha demostrado en pavos, pero a 
pesar de ello, se debe extremar la precaución dado que existen muy pocos estudios científicos 
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