Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Largan todo, hartos de la ciudad Las últimas lanchas con turistas dejaron de salir hace minutos. El sol ya está cayendo y cuando desaparece la luz natural los animales que habitan la laguna Ibera ocupan sus madrigueras. Desde el muelle, a metros del lago, se ve el atardecer y, el sonido del agua, golpeando la costa y los pajonales, se mezcla con el canto de algunos pájaros que vuelan bajito en busca de su nido. Desde allí, con su uniforme de guardaparques, Marina Richiarte dice todo en una frase: “Cuando estoy muy enojada o nerviosa miro la laguna y me siento en paz”. Con esas palabras le resume a lanacion.com por qué eligió la tranquilidad del pequeño poblado Colonial Carlos Pellegrini, de unos ochocientos habitantes, ubicado a pocos metros del humedal, y decidió abandonar Ezpeleta, donde nació, se crió y aún viven sus familiares y amigos. Los Esteros del Ibera constituyen una gran reserva de 1.300.000 hectáreas donde se encuentra el humedal de agua dulce más importante del país. En el Parque Nacional, de unas 500 mil hectáreas, se preservan más de quinientas especies de animales vertebrados y más de 4 mil especies de plantas autóctonas. El visitante descubre un mundo natural que alberga yacarés, ñandúes, ciervos de los pantanos, carpinchos, boas y cientos de aves. Todo inmerso en paisajes de caminos llanos, ondulaciones de tierra colorada, lomadas arenosas o costas de esteros. “Lo decidi de un día para otro, un cambio rotundo. ¿Por qué? Pasé del ruído de los coches a vivir en este lugar”, cuenta en pocas palabras. Con serenidad, pero firmeza, Mariana aclara que su función y la de sus colegas, la mayoría hombres, no es solo “de policía, como lo ven muchos”. Ellos se sienten comunicadores, un nexo entre la naturaleza y la gente para resaltar la importancia de cuidar el médio ambiente. “Trabajamos por vocación, es un estilo de vida con ideales de consertar para nosostros y las generaciones futuras. Me encantaria que mis hijos disfrutaran de este lugar como lo hago yo.” www. lanacion.com.ar/1385752-todohartos-de-la-ciudad TEXTO TRADUZIDO Largam tudo, fartos da cidade As últimas lanchas com turistas deixaram de sair há minutos. O sol já está caindo e quando desaparece a luz natural os animais que habitam na lagoa Ibera ocupam suas tocas. Desde o cais, a metros do lago, se vê o entardecer e, o som da água, golpeando a costa e as palhas secas, se mistura com o canto de alguns pássaros que voam baixinho em busca de seu ninho. Desde ali, com seu uniforme de guarda florestal, Marina Richiarte disse tudo em uma frase: “Quando estou muito irritada ou nervosa olho a lagoa e me sinto em paz”. Com essas palavras resume a lanacion.com por que escolheu a tranquilidade do pequeno Povoado Colonial Carlos Pellegrini, de uns oitocentos habitantes, localizado a poucos metros do pântano, e decidiu abandonar Ezpeleta, onde nasceu, se criou e ainda vivem seus familiares e amigos. Os terrenos pantanosos do Ibera constituiu uma grande reserva de 1.300.000 hectares onde se encontra o pântano de água doce mais importante do país. No Parque Nacional, de uns 500 mil hectares, se preservam mais de quinhentas espécies de animais vertebrados e mais de 4 mil espécies de plantas nativas. O visitante descobre um mundo natural que abriga jacarés, emas, veados dos pântanos, capivaras, jibóias e centenas de aves. Tudo imerso em paisagens de caminhos planos, ondulações de terra vermelha, territórios arenosos ou costas pantanosas. “Tomei a decisão de um dia para o outro, uma mudança radical. ¿Por quê? Passei do ruído dos carros a viver neste lugar”, conta em poucas palavras. Com serenidade, porém firmeza, Mariana esclarece que sua função e a de seus colegas, a maioria homens, não é só “de polícia, como muitos acham”. Eles se sentem comunicadores, um nexo entre a natureza e a pessoa para ressaltar a importância de cuidar do meio ambiente. “Trabalhamos por vocação, é um estilo de vida com ideais de consertar para nós e para as gerações futuras. Eu adoraria que meus filhos desfrutassem deste lugar como eu faço.”
Compartir