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FISIOLOGIA_DEL_EJERCICIO (2)

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Efectos del ejercicio en los diferentes 
sistemas corporales 
Universidad Politécnica de 
Pachuca 
 
Lic. Terapia Física 
 
Enero – Abril 2016 
 
FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO 
 
 
 
 
Grupo 51086 
 
Prof. L.T.F MENDOZA LEYVA SARA 
 
Alumno: Jair Antonio Olvera Pérez 
 
22 abril de 2016 
 
 
Índice 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Introducción 
 La práctica de actividad física pone en funcionamiento al organismo de forma 
diversa, atendiendo a las diferentes cualidades solicitadas. Para una práctica de 
actividad física saludable es necesario conocer la respuesta que el organismo 
produce ante esta, y un ejercicio dinámico puede ser una carrera o nadar, se 
produce un notable aumento de las demandas de energía por parte del músculo 
activo, lo que conlleva a un incremento del tono simpático, producido inicialmente 
por estímulos que proceden de la corteza motora cerebral y, posteriormente, por 
impulsos producidos en los músculos y tendones que han participado en el 
ejercicio. 
Conforme se va produciendo una progresión en el ejercicio físico, la información 
con las características de la composición del medio interno llega al cerebro 
(hipotálamo) y éste canaliza una respuesta adrenérgica que se dirige por medio 
de la médula espinal hacia el corazón y vasos sanguíneos, así como la médula 
suprarrenal. En ella se liberan catecolaminas (adrenalinas y noradrenalinas) que, 
a través del flujo sanguíneo, actúan sobre los receptores simpáticos cardíacos y 
vasculares. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Respuesta 
Cardiorrespiratoria al 
esfuerzo 
En el desarrollo de la resistencia cardio-
respiratoria es muy importante el modo 
o el tipo de actividad utilizado. Andar, 
correr, montar en bicicleta, nadar, 
bailar, remar, esquí de fondo, subir y 
bajar escaleras son los más utilizados. 
Las respuestas fisiológicas dependen de los grupos musculares utilizados, el 
porcentaje de masa muscular implicada, la posición del cuerpo y de si exige 
soportar peso parcial o totalmente. Son actividades que se caracterizan por ser 
continuas, cíclicas y donde intervienen grandes grupos musculares durante un 
período prolongado. 
Cardiovascular 
Aumentos del volumen sistólico por incrementos de la masa muscular miocárdica 
y la cavidad ventricular. En situaciones de esfuerzo, el sujeto dispondrá de una 
mayor perfusión sanguínea al músculo que trabaja, circunstancia que mejora su 
eficiencia. Disminución de la frecuencia cardiaca, tanto en reposo como en 
ejercicio, provocado por el incremento del 
volumen sistólico y la acción de 
neurotransmisores sobre los receptores 
muscarínicos del nódulo sinusal cardíaco. 
Incrementos de la cantidad de sangre 
movilizada por el corazón en un minuto. 
Irrigación miocárdica: aumentan las 
arteriolas, venas y capilares; es un factor 
que disminuye la tensión arterial. 
Aumento del número de glóbulos rojos, 
circunstancia que favorece la elevación de 
los niveles de hemoglobina y 
consecuentemente incrementa la captación 
de oxígeno. Regulación de la tensión arterial 
debido a las mejoras en la motilidad de los 
 
 
vasos y al incremento de la red arterial de 
bajo calibre. Reducción de los riesgos de 
acumulación de placas de ateroma, dada la 
gran movilización de los depósitos de grasas 
en el organismo y la reducción de los niveles 
de colesterol. Reducción del riesgo coronario 
por mejoras circulatorias locales en el 
corazón, reducción de trombos y aumento de 
la potencialidad miocárdica. Mejora los 
procesos de recuperación tras la realización 
del esfuerzo debido a la intensa actividad 
aeróbica. 
Esto proporciona beneficios de oxigenación 
en zonas externas corporales, debido a la 
mejora de la circulación periférica, 
circunstancia que previene el deterioro de células de la piel y alteraciones tales 
como la temida celulitis. Se obtienen mejoras globales en el sistema de retorno 
venoso, evitando trastornos por insuficiencia venosa y estancamientos sanguíneos 
que den lugar a procesos de tromboflebitis en etapa adulta y hay una mejora la 
redistribución del flujo: se produce el vaso-constricción y vaso-dilatación, es decir, 
se cierran o abren las venas que se usan o no; esto es importante en el ejercicio 
físico. Cuando se lleva a cabo un ejercicio de intensidad creciente se produce 
un incremento en el consumo de oxígeno (VO2) proporcional a la carga que se ha 
desarrollado y al tiempo que ha durado el ejercicio. Si se aumenta la carga, el 
organismo aumenta su gasto energético hasta alcanzar un nivel de esfuerzo en el 
cual, a pesar de incrementar la carga, el consumo de oxígeno no se incrementa 
más (meseta de VO2). 
Este máximo consumo de O2 que se ha alcanzado es indicativo de la máxima 
potencia del sistema de transporte de O2 y es conocido como el consumo máximo 
de oxígeno o VO2 máximo. (Cantidad máxima de O2 que el organismo puede 
absorber de la atmósfera, transportar a los tejidos y consumir por unidad de 
tiempo). VO2 Máximo= Gasto cardíaco x Diferencia artio-venosa de oxígeno 
La liberación de noradrenalina favorece un incremento de la frecuencia cardíaca y 
un incremento de la contractilidad miocárdica con un aumento del volumen de 
latido. 
 
 
Respiratorio 
La finalidad de la respiración va a 
ser el establecimiento de un 
puente entre la sangre y el medio 
ambiente, con el fin de establecer 
un equilibrio de gases necesario 
para el correcto funcionamiento 
del organismo; con ello, el 
sistema respiratorio proporciona 
el oxígeno para el metabolismo 
de las células del organismo y 
elimina el gas carbónico que se 
produce como consecuencia de la oxidación metabólica. El ejercicio físico eleva el 
consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono, por lo que la 
ventilación pulmonar debe aumentarse con respecto a las situaciones de reposo. 
Además, el sistema respiratorio adquiere una importancia vital en el 
mantenimiento constante del equilibrio ácido-base de la sangre. 
Ventilación y oxigenación de las bases pulmonares, manteniendo activos espacios 
ventilatorios y evitando su colapso con el transcurso del tiempo y la inactivida d. 
Mejoras en la mecánica de contracción de la musculatura respiratoria, 
circunstancia que incrementa las 
posibilidades de ventilación y otorga 
una sensación de comodidad en el 
desarrollo de la actividad física. 
Disminución del trabajo inspiratorio por 
reducción de resistencias alveolares, 
aumento de la superficie de contacto y 
disminución de la permeabilidad a la 
absorción de oxígeno. 
Reducción de la frecuencia respiratoria 
debido a los aumentos de volumen y 
aumentan de los volúmenes de 
ventilación: en cada ventilación se 
pueden tomar 500 ml de aire, lo normal son 12-15 respiraciones en reposo y 35-40 
en ejercicio. Se recomienda que el aire se inhale por la nariz porque así es filtrado 
 
 
por los pelitos del epitelio, calienta el aire (tiene más capacidad de difusión al 
pasar a la capacidad ventricular) y se produce la humidificación (el aire 
humidificado no daña el tracto respiratorio). La cantidad de oxígeno que pasa a 
sangre va a depender principalmente: • De su concentración en el aire alveolar. • 
De la superficie de contacto efectiva alvéolo-capilar. • De la cantidad de 
hemoglobina de la sangre. En el caso del CO2, las concentraciones son 
diferentes: es más elevada la concentración de CO2 en la sangre que llega al 
capilar alveolar que la existente en el aire alveolar, lo que hace que el flujo del 
CO2 sea contrario al del O2, es decir, pasa de la sangre al aire alveolar. 
Cuando una persona lleva una alimentación inadecuada, fuma y no hace 
ejercicio se produce ateroesclerosis (depósitos de unas placas llamadas 
ateromas) puede provocar un infarto de miocardio o ACV (accidente cerebro 
vascular) que ocasionaría una trombosis cerebral ya que la placa de 
ateromas se suelta y el corazón con los bombeos la puede dirigir al cerebro. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Respuesta renal al 
esfuerzo físicoExisten dos tipos de ejercicio el moderado y 
el de alta intensidad. El ejercicio moderado y 
de baja intensidad, provoca que el volumen 
de orina y los túbulos retengan más agua. El 
ejercicio de alta intensidad causa una 
disminución del volumen de orina y un 
aumento eng la perdida de agua y electrolitos 
por el sudor y la respiración. El ejercicio 
ocasiona cambios en la hemoglobina renal y 
produce una disminución en el flujo 
sanguíneo plasmático renal como filtrado 
glomerular. 
 
Esto cambia debido al tipo de persona que realice el ejercicio, ay que los que no 
realizan tienden a una mayor excreción de diversos tipos de proteínas en orina, 
reduce el flujo sanguíneo y el flujo renal y aumenta la formación de orina. Las 
personas entrenadas tienen una adaptación por el resultado de una 
vasoconstricción menos marcadas de las arteriolas aferentes y eferentes. 
 
El ejercicio origina cambios en la hemodinámica renal causando: 
 
 Disminución en el flujo sanguíneo renal 
 Disminución en la filtración glomerular 
 Aumento de la fracción de filtración que intenta preservar la transferencia de 
metabolismo y sustancias a través de los glomérulos renales. 
 
La mayor parte de los estudios realizados sobre la composición de la orina 
derivadas de la práctica deportiva, han encontrado presencia de componentes 
anormales. Parece claro que el grado de alteración renal está en relación con el 
grado de intensidad relativa de trabajo físico desarrollado. 
 
En reposo cerca del 90% de la sangre que llega al riñón pasa por el glomérulo, 
siendo el 20% de este débito total filtrado. 
 El FPR es de unos 660ml/min, sólo son filtrados unos 125ml/min. 
 
 
A la relación existente entre el plasma que entra al riñón y el que es filtrado en los 
glomérulos, se le denomina FF. En condiciones normales, la FF es de un 20%. 
 
 Ejercicios moderados al 50% del VO2 máx ocasiona reducción del 30% del FPR. 
 
Ejercicios por encima del 65% del VO2 máx da como resultado disminuciones del 
75% del FPR. Hasta el 50% del VO2máx, el FG se mantiene en niveles normales. 
Por encima de estos valores, comienza a disminuir. 
 
El ejercicio moderado aumenta el volumen de orina por mayor excreción de 
solutos que retienen más agua en los túbulos. 
 
El ejercicio intenso y prolongado disminuye la excreción de orina (volumen y 
electrolitos), debido a mayor pérdida de agua y electrolitos por la respiración y el 
sudor. Estímulo de la sed (mediado por Angiotensina II) para aumentar ingesta de 
agua. La diferencia en volumen urinario se debe a nivel de hidratación en el 
esfuerzo, variabilidad interpersonal, componente emocional, condiciones 
ambientales. Disminución de diuresis por aumento de la ADH (hormona 
antidiuretica): la cual produce vasoconstricción renal, contracción mesangial, 
reduce FG, reduce FSR y libera PGS (prostaglandina). El aumento es proporcional 
a la intensidad (por reducción del catabolismo hepático). 
 
HEMATURIA: Presencia de sangre y/o 
hematíes en la orina. Ésta se presenta por: 
 
PROTEINURIA: La orina normal contiene 
una pequeña cantidad de proteínas, pero 
durante el ejercicio estos niveles pueden 
aumentar. 
 
La incidencia de proteinuria es más 
frecuente que la hematuria debido a que 
los cambios tempranos de la membrana 
glomerular permitiría en primer lugar las 
pérdidas proteicas; con el estrés 
progresivo, estos cambios aumentarían y 
permitirían el paso de hematíes. 
 
 
 
 
Respuesta 
hormonal al 
esfuerzo físico 
Cuando realizamos 
ejercicio el cuerpo 
aumenta la secreción de 
algunas hormonas en 
detrimento de otras que no 
se producen de la misma manera. El motivo de esto es la glucosa que trasporta la 
sangre y que es la que desencadena esta actividad de las glándulas para que la 
aprovechemos al máximo y así obtener energía. Por ello debemos tener en cuenta 
las diferentes hormonas que se liberarán mientras practicamos ejercicio y las que 
se dejarán de producir. 
La insulina es una de las hormonas que se dejan de producir cuando realizamos 
ejercicio. El páncreas, que es el órgano que se encarga de generar esta hormona, 
deja de funcionar, y es que la insulina es la 
encargada de reducir los índices de glucemia en 
sangre. Como el cuerpo necesita energía cuando 
practicamos deporte esta hormona deja de actuar 
para que aprovechemos la glucosa y no la 
almacenemos. 
No solo la insulina se ve afectada, sino que otras 
hormonas como el glucagón, la adrenalina y la 
noradrenalina, somatotrofina, el cortisol y la 
cortisona, la triyodotironina y la tiroxina se ven 
afectadas por el ejercicio, ya que el organismo las 
libera en mayor cantidad para poder hacer frente al 
ejercicio físico que vamos a realizar. Son 
las encargadas de obtener glucógeno mejorando el 
riego sanguíneo y la recepción de la energía por 
parte de las células, al igual que logran obtenerlo de las reservas de grasa del 
organismo. 
 La hormona del crecimiento aumenta a los pocos minutos de comenzar el 
ejercicio, incrementa a medida que el ejercicio es más intenso. Se relaciona 
 
 
con el pico de intensidad que con la duración del ejercicio, esta hormona se 
libera por factores nerviosos. 
 Hormona Antidiurética (vasopresina) 
 ADH aumenta a medida que aumenta la intensidad del ejercicio. 
 Conserva los líquidos corporales, especialmente en ejercicio que se realiza 
en ambientes calurosos, cuando hay riesgo de deshidratación. 
 Adrenalina es una hormona de enfrentamiento o escape, esta aumenta 
gradualmente a medida de la intensidad y la duración del ejercicio. Primero se 
utilizan las reservas de glicógeno para generar glucosa. Luego se recurre a la 
metabolización de lípidos y glucogénesis. 
 Aldosterona, libera adrenalina durante el ejercicio contra la vasculatura renal. 
Reducción del flujo renal activa sistema renina-angiotensina y se induce la 
secreción de aldosterona. La aldosterona 
aumenta progresivamente con la intensidad del 
ejercicio y envía la deshidratación por retención 
de Na+ y agua. 
 El cortisol aumenta cuando la intensidad del 
ejercicio aumenta con ejercicios prolongados 
como ciclismo, maratón pero de alta duración. 
 La testosterona aumenta con entrenamiento de 
fuerza o entrenamiento aeróbico moderado. 
Disminuye con ejercicios aeróbicos intensos y 
de larga duración. 
 Los estrógenos y progesterona también 
aumentan con ejercicio, pero son muy 
dependientes de la fase del ciclo menstrual. 
Las principales hormonas que participan en la adaptación al entrenamiento de 
fuerza son la testosterona y hormona de crecimiento. El principal efecto de la 
testosterona: aumentar liberación de hormona de crecimiento (mucho más que 
efecto directo sobré el músculo). En el entrenamiento de fuerza aumenta la 
frecuencia y la amplitud de la secreción de testosterona y hormona de crecimiento. 
Controlar la glicemia y asegura el aporte energético a SNC y músculos, mejoran 
los parámetros cardiovasculares y respiratorios principalmente por aumento de 
secreción de catecolaminas y sensibilización a su acción por GH y cortisol. 
Aumentan la masa muscular y regula la retención de agua y electrolitos para 
prevenir la deshidratación. 
 
 
Respuesta digestiva al esfuerzo físico 
Sabemos que el ejercicio físico tiene muchos y diversos efectos positivos sobre la 
salud del organismo, sin embargo, su vínculo con la digestión es aun 
controvertido. Por ello, hoy te mostramos los beneficios del ejercicio sobre el 
aparato digestivo: Incrementa el metabolismo por lo tanto, acelera los procesos 
digestivos evitando la sensación de pesadez tras las ingestas y reduciendo el 
riesgo de sufrir estreñimiento. 
Favorece la motilidad intestinal lo cual mejora 
el tránsito y previene el estreñimiento así 
como la diverticulosis. 
Reduce el estrés y los malestares digestivos 
asociados a éste. Las personas con síndrome 
de intestino irritable o gastritis pueden 
beneficiarse con una actividad física de 
intensidad moderada y placentera. 
Mejora el control del apetitoal provocar 
cambios hormonales, y por ello, reduce el 
riesgo de realizar ingestas copiosas que generan molestias gastrointestinales 
posteriores. 
Mejora la fuerza y el tono muscular en la zona media del cuerpo, lo cual previene 
el estreñimiento y contribuye a mantener los órganos internos en su lugar. 
Por supuesto, un ejercicio mal realizado, de elevada intensidad, excesivo y en 
momentos poco oportunos, puede perjudicar el funcionamiento digestivo. No 
obstante, el ejercicio regular y constante tiene notables beneficios sobre el aparato 
digestivo y nos ayuda a prevenir molestias cotidianas y frecuentes. 
En el intestino delgado existe el trastorno intestinal, este disminuye durante el 
ejercicio y aumentan las concentraciones plasmáticas de catecolamina 
costicoesteroides. Este influye en la actividad motora duodenoyeyunal que 
depende de la intensidad. También se da la absorción intestinal que se va a ver 
afectado por una alteración de la motilidad, descenso de la irrigación o cambios 
neurohormonales, que se han evidenciado en un marcado descenso en la 
absorción de electrolitos y agua durante el ejercicio. 
 
 
Respuesta 
nerviosa al 
esfuerzo físico 
Este es el sistema 
responsable del control y la 
dirección de todas las 
reacciones del metabolismo 
en general, ya que es el 
encargado de recibir y 
responder toda la información 
proveniente de los estímulos 
procedentes del medio (tanto 
interno como externo), por lo 
que resulta lógico 
comprender el por qué el entrenamiento constante y sistemático modifica 
sustancialmente desde el punto de vista bioquímico el metabolismo de este tejido. 
Entre las variaciones más significativas están: 
Aumento de la actividad enzimática (tanto de sistemas REDOX como del 
metabolismo general) 
Aumento de la capacidad buffer (estabilizar el equilibrio ácido-base de este tejido 
tan sensible) 
Aumento de los Procesos de fosforilación Oxidativa 
 El impulso eléctrico llega a una neurona motora y a través de ella viaja hasta la 
unión neuromuscular y allí se extiende a todas las fibras musculares inervadas por 
esta neurona en particular. “Inervar” significa enviar nervios a una región 
determinada del cuerpo (en este caso la fibra muscular) o a un órgano e influir en 
sus funciones. Cada neurona motora inerva hasta millones de fibras musculares 
(siempre dependiendo de la cantidad de fibras que contenga cada músculo) pero 
cada fibra muscular está inervada solamente por una única neurona motora. Esta 
inervación de la neurona motora con la fibra muscular se denomina unidad motora 
o motoneurona y se da en lugar denominado unión neuromuscular ó sinapsis. La 
unidad motora está formada por una neurona motora que sale de la médula 
espinal y que suele inervar varias fibras musculares. 
 
 
Las señales nerviosas se transmiten mediante potenciales de acción que son 
cambios rápidos del potencial de membrana. Como ya se mencionó, cada 
potencial de acción comienza con un cambio brusco desde el potencial negativo 
de reposo de la membrana a un potencial positivo y finaliza con un cambio que 
retorna nuevamente al potencial negativo. Este cambio del potencial de la 
membrana se da en las siguientes fases: 
Fase de reposo: Es el potencial de membrana de reposo antes que se produzca el 
potencial de acción. 
Fase de despolarización: La membrana se vuelve permeable a los iones de sodio, 
positivos, y permite su entrada al axón por lo que el potencial se vuelve positivo. 
Fase de repolarización: Los canales de iones sodio comienzan a cerrarse mientras 
se abren los canales de potasio más de lo normal. La difusión de iones potasio 
vuelve a la membrana a su potencial de reposo negativo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Respuesta músculo esquelética al esfuerzo 
físico 
El ejercicio físico puede modificar las dimensiones de un músculo, o grupo de 
músculos, hacia un aumento de volumen. Este aumento es consecuencia de la 
hipertrofia muscular e incluso, según 
algunos autores, de la hiperplasia de las 
fibras musculares. 
El, entrenamiento de resistencia es capaz 
de inducir modificaciones tanto en el tamaño 
de las fibras musculares, como en su perfil 
metabólico. Por lo que se refiere a los 
efectos inducidos por estos tipos de 
ejercicios sobre el tamaño de las fibras, en 
los diversos estudios realizados con ciclistas 
y corredores, así como con animales 
sometidos a entrenamiento, se han obtenido 
resultados discrepantes. Así, en unos casos 
se ha observado aumento de tamaño de 
todo tipo de fibras musculares, o 
principalmente de la población de tipo I, 
mientras que en otros no se aprecian 
variaciones significativas o incluso se 
produce una reducción del tamaño de las 
mismas. 
También se ha descrito recientemente que un programa intensivo de 
entrenamiento aplicado a esquiadores de fondo durante 8 semanas, inducía una 
homogeneización del tamaño de las fibras, debido al aumento de las más 
pequeñas y a la reducción de las más grandes. Este tipo de respuesta podría estar 
encaminada a conseguir un valor óptimo de la relación área/volumen de la fibra 
muscular que satisfaga las necesidades de fuerza a desarrollar (favorecida por un 
aumento de tamaño) y permita una buena difusión del oxigeno y los sustratos y 
metabolitos necesarios para la obtención de energía (más favorable en las fibras 
más pequeñas). Respecto al perfil metabólico de las fibras musculares, también 
experimenta importantes adaptaciones como respuesta al entrenamiento 
 
 
encaminadas a conseguir la máxima economía celular y a retrasar la aparición de 
la fatiga muscular. 
Numerosos estudios han demostrado que la capacidad oxidativa del músculo se 
incrementa notablemente después de programas de entrenamiento de resistencia, 
siendo necesario un período mínimo de ejercicio submáximo de 2 a 4 semanas 
para observar tal respuesta. La magnitud del cambio depende de la intensidad del 
ejercicio y de la duración total del mismo. Este incremento está acompañado por 
un aumento paralelo en la 
capacidad de regeneración 
de ATP, vía fosforilación 
oxidativa, debido a un mejor 
acoplamiento de este 
proceso y al elevado nivel 
de control respiratorio que 
exhiben las mitocondrias del 
músculo entrenado. A todo 
ello subyace un incremento 
en las actividades de las 
enzimas mitocondriales 
involucradas en la 
degradación aeróbica de los sustratos. 
El entrenamiento induce asimismo un aumento de la actividad de las diferentes 
enzimas responsables de la activación, transporte y 8-oxidación de ácidos grasos 
y la oxidación de cuerpos cetónicos, lo que se traduce en una mayor capacidad de 
la musculatura para la oxidación de las grasas, que llegan a ser el principal 
combustible metabólico durante los períodos prolongados de ejercicio aeróbico. El 
aumento en la actividad de esta amplia variedad de enzimas mitocondriales, que 
resulta del incremento de sus niveles, se correlaciona ultraestructuralmente con un 
aumento de la masa mitocondrial total referido tanto al tamaño como al nú- mero 
de las mitocondrias. Es importante señalar que estos efectos ocurren en todos los 
tipos de fibras, dependiendo la magnitud de los mismos del grado de participación 
de cada fibra individuai en ios ejercicios físicos practicados (Essen-Gustavsson y 
Henriksson, 1984). Así, aunque en Individuos sedentarios las fibras tipo I tienen 
una capacidad oxidativa muy superior a la de las fibras tipo II, en atletas muy bien 
entrenados pueden alcanzarse valores elevados en ambos tipos de fibras. 
Los entrenamientos de fuerza que requieren realizar un gran esfuerzo muscular 
frente a una elevada resistencia, está claramente establecido que son un estímulo 
 
 
que incrementa tanto el volumen muscular como la fuerza. La hipertrofia muscular 
inducida por el ejercicio se debe a un aumento en el tamaño de las fibras 
musculares individuales. 
 Este incremento constatado en la sección transversal de las fibras se relaciona 
directamente con la tensión que son capaces de ejercer,y viene acompañado por 
un aumento proporcional en el contenido miofibrilar de las mismas. Hay que 
señalar que, en general, la hipertrofia muscular no es tan acusada en las mujeres 
como en los hombres, aun cuando las ganancias relativas de fuerza sean las 
mismas. La hipertrofia parece ser más destacada en las fibras de tipo II tanto en 
humanos como en animales; así, se ha 
comprobado que la sección transversal 
de las fibras de contracción rápida 
supone un mayor porcentaje respecto al 
área total del músculo en los 
levantadores de pesas que en los 
sujetos no entrenados o en los atletas 
que practican deportes de resistencia. 
Por el contrario, los programas de 
levantamiento de pesas no dan lugar a 
variaciones en las enzimas que 
catalizan la g licolisis anaerobia, aunque 
parecen originar un descenso sustancial 
(disminución por término medio del 
30%) en las actividades de las enzimas 
implicadas en el sistema aerobio. Por 
otra parte, se ha descrito en los 
músculos de los levantadores, de pesas 
un aumento de la concentración de 
ATP, fosfocreatina y glucógeno, aún 
cuando no se han detectado cambios en las actividades enzimáticas del sistema 
ATP-fosfocreatina (sistema alactácido anaerobio). El incremento en los niveles de 
fosfá- genos tiene como finalidad poder proporcionar al músculo con gran rapidez 
la energía que necesita, aunque el metabolismo glicolítico anaerobio (lactá- cido) 
es cuantitativamente el más importante en la producción del ATP que consume el 
músculo en los esfuerzos breves e intensos. 
 
 
 
Respuesta circulatoria al esfuerzo físico 
La práctica de ejercicio físico conlleva una serie de respuestas por parte de 
nuestro organismo. Si éste solo se realiza en un determinado momento, de 
manera aislada y esto no se repite en dos o tres semanas, se hablará de una 
“respuesta fisiológica aguda”. En este tipo de respuesta el organismo intenta suplir 
las necesidades temporales de este esfuerzo físico, sin que se produzca ninguna 
adaptación a largo plazo para 
cubrir estas necesidades. 
Cuando este esfuerzo físico se 
repite con una determinada 
intensidad, duración y 
periodicidad en el tiempo, 
estamos frente a lo que 
llamamos un “entrenamiento” 
que implica una adaptación 
crónica para cubrir mejor las 
necesidades. 
Los efectos biológicos que van a 
tener lugar sobre el corazón 
serán: 
Hipertrofia del músculo cardiaco 
(aumento de tamaño de la fibra 
cardiaca). 
Aumento de las cavidades de los 
ventrículos. 
Reducción de la frecuencia cardiaca en reposo. 
Aparición de alteraciones en el electrocardiograma basal consistentes en 
alteraciones de la repolarización, trastornos de la conducción y algún tipo de 
arritmia, siempre benignas y secundarias a la hipertrofia miocárdica. 
Todos estos cambios producen lo que ha dado en llamarse “el síndrome del 
corazón del atleta” y es la expresión de una adaptación crónica del corazón a una 
demanda continuada en el tiempo y a una determinada intensidad de ejercicio. 
 
 
La extracción del oxígeno por parte del corazón desde la sangre se realiza “al 
máximo” incluso en reposo. Durante el ejercicio, para suplir las necesidades 
mayores de oxígeno, el corazón lo que hace es “aumentar” el tamaño de los vasos 
que le llevan la sangre, las arterias coronarias. 
Otra adaptación del corazón cuando se realiza un entrenamiento aeróbico regular 
es un alargamiento de la fibra muscular cardiaca que conlleva un aumento de las 
cavidades cardiacas, esto es lo que se conoce como cardiomegalia. Las 
consecuencias de este aumento del tamaño son que en cada expulsión de sangre, 
el volumen de ésta es mayor y por consiguiente la cantidad de oxígeno que 
transporta la sangre en cada latido está aumentada. 
Con respecto a la frecuencia cardiaca, con el entrenamiento ésta se reduce en 
reposo, pero en el 
ejercicio máximo 
ésta apenas se 
incrementa. 
Aumento del 
Gasto Cardíaco 
Aumento del 
Volumen Sistólico 
(cantidad de 
sangre que sale 
del corazón a las 
arterias). 
Aumento de la 
Frecuencia 
Cardíaca (Es la 
cantidad de 
contracciones y 
relajaciones que 
tienen lugar en el 
corazón las cuales permiten el bombeo y paso de la sangre) este aumento debido 
a la falta de oxígeno que hay en los músculos a causa de la actividad que se está 
ejecutando. · Aumenta la fuerza de contracción. Aumenta el flujo sanguíneo 
muscular para facilitar el transporte de oxígeno al músculo activo. · Se produce 
una contracción de las arterias periféricas y un vaso de dilatación provocando un 
préstamo sanguíneo a los músculos propiciando un aumento del flujo muscular. · 
Aumenta la presión media sistémica de llenado debido a la contracción de las 
 
 
venas esto provoca un retorno venoso al corazón. Aumento de la presión arterial. 
· Aumento del Volumen Cardíaco. 
Estas respuestas que no son más que la reacción del organismo ante la actividad 
física, propician que en el organismo ocurran cambios funcionales y dentro de 
estos cambios se puede destacar que las adaptaciones que ocurren en los 
sistemas Cardiovascular y Circulatorio son de los más importantes sin dejar de 
olvidar el sistema respiratorio. 
 Aumento del tamaño Físico del Corazón es decir se amplia y fortalece el 
miocardio permitiendo funcionar de forma más fácil y con menor frecuencia 
bombeando más sangre a los tejidos. 
 Se aumenta el número de capilares en funcionamiento. · Aumenta la 
elasticidad sanguínea permitiendo que la sangre circule con más facilidad. 
 Aumenta el número de glóbulos rojos y la hemoglobina (16-17 Mg/cm≥). · 
Menos grasa y sustancias lipoides en la sangre. · Mejor perfusión sanguínea a 
nivel capilar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Respuesta reproductora al esfuerzo físico 
El hipotálamo segrega GnRH (Factor liberador de gonadotrofinas), factor 
que estimula la adenohipófisis. Esta parte a su vez segrega la Hormona 
Luteinizante (LH) al torrente vascular. La LH estimula las células de Leydig 
del testículo para que finalmente estas células produzcan la Testosterona. 
En el caso de la mujer, la LH estimula el ovario, produciendo pequeñas 
cantidades de testosterona. Esta hormona se produce en pequeñas 
cantidades en la corteza suprarrenal. 
 
El ciclo menstrual de la mujer tiene como una de las características 
importantes que, en la mitad del ciclo, se produce la liberación de un óvulo 
o folículo de Graff, célula germinativa femenina que podrá ser fertilizada por 
un espermatozoide para generar un nuevo ser humano. A la edad de 9-12 
años, la hipófisis comienza a secretar cada vez mayores cantidades de 
estas hormonas, culminando con la aparición de los ciclos menstruales, 
entre los 11-15 años. 
 
Durante cada ciclo menstrual, se produce un incremento y disminución de 
hormonas. La hormona folículo estimulante (FSH) incrementa al inicio del 
ciclo menstrual estimulando los ovarios y específicamente los folículos, de 
modo que se maduran alrededor de 6-12 folículos primarios por cada ciclo. 
El proceso de maduración completa dura alrededor de una semana, 
momento en el cual uno de los folículos se desarrolla más abruptamente 
mientras que los demás involucionan. estos folículos se desarrollan dos 
tipos de células: a) la teca interna, que produce más estrógenos y 
progesterona, y b) la teca externa, que se convierte en la cápsula del 
folículo. 
En la mitad del ciclo (aproximadamente el día 14) se produce la ovulación, 
es decir, la liberación del óvulo hacia las trompas uterinas. La hormona 
responsable de este hecho es la LH, la cual incrementa desde 6 a 10 veces 
sus valores normales, unas seis horas antes de la ovulación. La LH actúa 
sobre las células de la teca externa para producir progesterona. Esta 
hormona desarrolla una serie de actividades enzimáticas conducentes a la 
rotura del folículo y liberación del óvulo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La función menstrual afecta al rendimiento físico. Existe posiblemente una fase del 
ciclo, como es la fase premenstrual, en la que una deportista particularpuede ser 
más o menos eficiente. En los casos que así sean, los programas de 
entrenamiento y de competición deben ajustarse en concordancia. El entrenador 
debe individualizar, por tanto, el programa de entrenamiento de cada deportista en 
lugar de emplear el mismo programa para todo un equipo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Respuesta 
termorreguladora al 
esfuerzo físico 
La mujer tiene menor capacidad de 
producción de calor, pero, por otro 
lado, su mayor porcentaje de grasa 
subcutánea le confiere un mayor 
aislamiento, lo que contrarrestaría en 
parte el defecto anterior. La relación 
superficie corporal/peso corporal es 
mayor en la mujer y esto implica que 
puede perder o ganar calor más 
rápidamente. Presenta igual tolerancia 
al calor y al frío en ejercicio para igual 
intensidad relativa (aunque suda 
menos) e igual capacidad en altura; en definitiva, una mayor resistencia orgánica 
(general, al frío, calor, dolor...). La condición física y la aclimatación parecen influir 
más en la respuesta termorreguladora al ejercicio físico que las diferencias 
biológicas en ambos sexos. 
 
 
En el organismo, se produce 
calor por el ejercicio muscular, la 
asimilación de alimentos y por 
todos los procesos vitales que 
contribuyen a la tasa metabólica 
basal. Dicho calor se pierde del 
organismo por radiación, 
conducción y evaporación de 
agua en las vías respiratorias y 
en la superficie de la piel. 
También se pierden pequeñas 
cantidades de calor al eliminar la 
orina y la materia fecal. El 
equilibrio entre la producción y 
las pérdidas de calor determina 
la temperatura corporal. Como ia velocidad de las reacciones químicas varía con 
la temperatura, y los sistemas enzimáticos del organismo tienen márgenes 
estrechos de temperatura dentro de los cuales su función es óptima, las funciones 
normales del organismo dependen de una temperatura corporal relativamente 
constante. 
 
Los invertebrados en general no pueden ajustar la temperatura corporal, por lo 
cual están a merced de los cambios del ambiente. En los vertebrados han 
evolucionado los mecanismos para mantener la temperatura corporal, por medio 
de! ajuste de la producción da calor y de las pérdidas del mismo. 
 
En los reptiles, anfibios y peces, los mecanismos de ajuste son relativamente 
rudimentarios y a esas especies se les llama "de sangre fría" (poiquilotermos) 
debido a que su temperatura corporal fluctúa a lo largo de un intervalo 
considerable. En las aves y en los mamíferos, llamados animales de "sangre 
caliente" (homeotermos), un grupo de respuestas reflejas que se integran de 
manera primaria en el hipotálamo se encarga de mantener la temperatura corporal 
dentro de un intervalo estrecho, a pesar de grandes fluctuaciones en la 
temperatura ambiental. Una excepción parcial la constituyen los animales 
hibernales. Cuando están despiertos funcionan como homeotermos, pero durante 
la hibernación su temperatura corporal cae. 
 
 
 
Conclusión 
Luego de haber realizado un interesante análisis teórico sobre el ejercicio físico, 
pero particularmente el anaeróbico, es necesario destacar, que la práctica regular 
de este, proporciona grandes beneficios a la salud integral del cuerpo de los seres 
humanos. 
El deporte tiene una amplia variedad de efectos beneficiosos para la salud, 
muchos de ellos relacionados con la protección contra las enfermedades 
cardiovasculares. 
El entrenamiento regular induce en el corazón cambios adaptativos dirigidos a 
mejorar el rendimiento del sistema cardiovascular durante el ejercicio. Esta 
adaptación puede llevar a un aumento de la masa cardiaca de hasta el 20%. Sin 
embargo, al identificarse claramente la posibilidad de enfermedad cardiaca 
específicamente ligada al ejercicio, como arritmias o muerte súbita, se ha 
generado mayor interés sobre esta entidad con tres objetivos claros: a) conocer 
cómo la adaptación cardiaca al ejercicio puede mejorar la capacidad deportiva; 
b) guiar el entrenamiento para optimizar la adaptación cardiaca, y c) diferenciar la 
adaptación cardiaca normal de la patológica. Este último aspecto es el que ha 
generado mayor interés dentro y fuera del ámbito de la cardiología por sus 
importantes implicaciones preventivas e incluso legales. 
Como se ha expuesto previamente, la práctica regular de ejercicio físico induce un 
remodelado cardiaco morfológico y eléctrico que supone una adaptación 
fisiológica a la sobrecarga cardiaca promovida con el ejercicio, pero, como tantas 
otras variables biológicas, parece tener una distribución de «curva en J», ya que 
se ha identificado que el remodelado excesivo, especialmente el estructural, está 
estrechamente ligado con las principales enfermedades cardiacas graves 
relacionadas con el deporte. Por lo tanto, el gran reto para los profesionales 
implicados en el seguimiento de los deportistas es identificar el momento en que la 
adaptación cardiaca al ejercicio empieza a suponer un riesgo. Pero, además, sí 
que es importante destacar que la mala adaptación cardiaca al ejercicio solo 
ocurre en un pequeño porcentaje de deportistas. Por lo tanto, el reto para la 
cardiología deportiva supone identificar a las personas previamente sanas que 
sufren mala adaptación cardiaca durante la práctica de ejercicio y tienen mayor 
riesgo de una complicación cardiaca grave. 
 
 
 
Bibliografía 
 
1. Astrand - Rodahl, Fisiología del Trabajo Físico, 3ª Edición 1992 Editorial 
Panamericana. 
2. Best y Taylor, Bases Fisiológicas de la Práctica Médica, 12ª Edición 1994 
Editorial Panamericana 3. Curso de Fisiología y Bioquímica del Ejercicio, La 
Habana (Cuba) Diciembre 1993 
3. Guyton, Tratado de Fisiología Médica, 8ª Edición 1991 Editorial 
Interamericana Mc Graw Hill 
4. Harrison, Principios de Medicina Interna, 11ª Edición 1987 Editorial 
Interamericana Mc Graw Hill 
5. Morehouse - Miller, Fisiología del Ejercicio, 9ª Edición 1986 Editorial El 
Ateneo 
6. Smith - Thier, Fisiopatología, 2ª Edición 1991 Editorial Panamericana

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