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MODELOS DE DESARROLLO Y DISENOS DE POLÍTICA EXTERIOR: 
LA UNIÓN SOVIÉTICA EN LOS CASOS "ARGENTINA" Y"BRASIL" 
l.lntroducción; 2. Análisis de casos; 3. Brasil: coherencia es­
tructural de una polftica exterior: 4. Reflexionesfinales. 
l.lntroducción 
Silvia Sudol* 
La existencia de bloques hegem6nicos de poder restringe la capacidad de deci­
si6n aut6noma de los países menores en el nivel estratégico-militar. Sin embargo, 
una cierta permisividad internacional en los planos econ6mico y político puede 
configurar espacios donde estados potencialmente viables intenten ascender en 
la estratificaci6n deI sistema. 
La "maximizaci6n de la autonomía nacional y regional" constituye lo tema 
fundamental en las políticas exteriores de los países latino-americanos. Este ob­
jetivo supone la existencia de una situaci6n de autonomía limitada, atribuible a 
una inserci6n dependiente en la economia mundial. 
Las alternativas para superar tal condicionamiento hacen hincapié en la diver­
sificaci6n de la dependencia y el desarrollo de un proceso de cooperaci6n lati­
noamericana. 1 
Con el fracaso de la Alianza para el Progreso (único momento en que coinci­
dieron los intereses de seguridad de Estados Unidos con los de desarrollo econ6-
mico latinoamericano), Nixon da por finalizada la relaci6n especial de la potencia 
hemisférica con América Latina. Los EEUU asumen una política global con el 
Tercer Mundo, con una estrategia de "países llave", condici6n asignada a Brasil 
en la regi6n. 
A fines de los '60 y principios de los '70 en la generalidad de los círculos ar­
gentinos de política internacional, el modelo de inserci6n internacional que des­
pleg6 Brasil en los '60 fue concebido como un caso paradigmático de "dependen­
cia consentida". Una vinculaci6n privilegiada con EEUU como eje lograr mejores 
posiciones en la estratificaci6n internacional le permiti6 acceder en el ámbito su­
bregional a posiciones de relativa hegemonía con el acuerdo de la potencia regio­
nal. 2 
En la década deI '60 también comienza a perfilarse un intento de coordinaci6n 
de los países de América Latina (CECLA - SELA) Y a comienzos de los '70 los 
países de la regi6n tratan de iniciar su proceso de diversificaci6n de las relaciones 
exteriores. Nuevamente Brasil es el paradigma con su política deI "pragmatismo 
responsable" . 
Dos elementos se vienen perfilando como estructurales en la regi6n: el condi­
cionamiento dado por el "factor norteamericano" en el proceso de toma de deci-
* Advogada; do Conselho Nacional de Investigações Científicas e Técnicas (Conicet), Rosário, Argentina. 
1 Muiioz, Heraldo. El estudio de las polfticas exteriores latinoamericanas: temas y enfoques dominantes. In: 
Wilhelmy, Manfred, comp. La formación de la polftica exterior. Las pafses subdesarro/lados y América Lati­
na. Buenos Aires, GEL, 1987. 
2 Vazquez Ocampo, José M. Una década de polftica exterior argentina: de las tentativas auton6micas a la 
dependencia consentida. Tesis Flacso, Buenos Aires, 1987. 
R. C. paI., Rio de Janeiro, 32(3)52-61, maio/jul. 1989 
siones y la recurrencia de los golpes militares ante "amenazas" reiteradas de fuer­
zas contrarias aI status-quo. 
En el Cono Sur de América Latina, tres países clave parecen constituir el eje 
para "garantizar la estabilidad deI orden subregional"; Chile - con una larga tra­
yectoria civilista hasta el '73: Brasil - con un modelo burocrático-autoritario pero 
coherente y estructurado que se refleja en la operatividad de su política exterior; y 
la Argentina - cuya ciclotimia se manifesta en etapas de "asumida dependencia" o 
"vocaci6n contestataria". 
Con el objeto de diversificar su dependencia, estos países han ido incorporando 
nuevos actores en sus agendas de política exterior. Cobran relevancia entonces la 
Uni6n Soviética y los países de Europa Oriental, quienes en la década deI '70 in­
gresaban a la economía internacional por el camino de la détente, con um mercado 
capaz de absorber importantes saldos exportables de productos primarios deI Ter­
cer Mundo y ofreciendo a cambio manufacturas que permitirían substituir a los 
tradicionales proveedores deI Norte capitalista. 
El caso chileno evolucion6 hacia una forma muy particular de vinculaci6n con 
la URSS - estrechamente relacionada con lo ideol6gico - que signific6 en última 
instancia la reacci6n de las fuerzas contrarias, desembocando en el más coercitivo 
modelo dictatorial. El mismo debe ser objeto de un estudo más individualizado. 
Se tratará de detectar entonces cuáles fueron las particularidades de la "apertu­
ra aI Este" iniciadas por Brasil y la Argentina, dos países que contaban con regí­
menes políticos semejantes pero cuyos modelos de desarroUo parecen marcar sig­
nificativamente las diferencias propias de cada caso. 
"La política internacional de Brasil tiene como objetivo principal la neutraliza­
ci6n de todos los factores externos que pueden contribuir para limitar su poder na­
cional. El nacionalismo no es una actitud de aislamiento, de prevenci6n o de hos­
tilidad. Es aI contrario, un esfuerzo para colocar a Brasil en el mundo mediante la 
utilizaci6n de todos los medios o con la participaci6n de todos los países que quie­
ran colaborar." 3 
Ante una debilitada sociedad civil, el Estado brasileiío asume el papel que la 
burguesía nacional no ha ocupado. En la Argentina, la incapacidade de las clases 
dominantes no pudo construir alguna forma de dominaci6n legítima sobre una so­
ciedad progresivamente desintegrada y por lo tanto no pudo consolidarse un m0-
delo de desarrollo coherente que reemplace aI acabado proyecto oligárquico. 
La clase dirigente brasileiía persigue la consolidaci6n de un modelo de desar­
rolIo nacional (aunque cerrado, no participacionista) y los militares evidencian 
una inserci6n funcional a los intereses nacionales. En la Argentina, cada interrup­
ci6n de los gobiernos civiles significa "cambiar el orden anterior". Parece eviden­
te que los gobiernos militares ven en el desarrolIo nacional el correlato deI popu­
lismo, por lo tanto la opci6n es un país cada vez más dependiente y subdesarrollado. 
El tipo de régimen condiciona de manera decisiva a la política exterior. Sin 
embargo, diferentes regÚDenes poICticos suelen adoptar formas y conductas seme­
jantes, de alI( la persistencia de la política exterior de un paes. 
En Brasil hay cortes políticos que se dan independientemente de los cambios de 
gobierno y deI tipo de régimen, así como también continuidad en distintos perío­
dos. Podría decirse que hay una "correlaci6n relativa" entre el tipo de gobierno y 
3 Araujo Castro, J.A. de. O congelamento do poder mundial, Revista Brasileira de Estudos Polfticos. Belo 
Horizonte, n. 33, jan. 1972. 
Modelos de desarroUo 53 
el diseõo de la política exterior brasileõa. Contrariamente, la variable tipo de ré­
gimen encuentra una aplicaci6n positiva en la política exterior argentina. * 
La llegada de un gobierno autoritario aI poder implica la destrucci6n de la di­
plomacia oficial deI país. 
2. Andlisis de casos 
2.1 La política exterior argentina entre la vocaci6n autonomista y la construcci6n 
de la dependencia 
Diversos modelos explicativos se diluyen cuando se intenta su aplicaci6n al es­
tudio deI comportamiento internacional argentino. Cuanto se ha escrito sobre la 
Argentina en el campo de las Relaciones Internacionales reitera que la conducta 
deI país es irracional, errática, esquizofrénica o incoherente. 
Sin embargo, Juan Carlos Puig detecta ciertas "tendencias profundas" de la 
política exterior argentina, surgidas en una primera etapa que denomina "depen­
dencia nacional con referencia a Gran Bretaóa" (hasta 1914) y que luego serán 
testeadas en los períodos posteriores. 
AfLliaci6n a la esfera de influencia británica; indiferencia, aislamiento y opa­
sici6n a Estados Unidos; aislamiento respecto de América Latina y debilidad de la 
política territorial: todas estas tendencias son congruentes con el modelo de afLlia­
ci6n a Europa. Este proyecto de la primeraetapa pareci6 ser concebido como algo 
inmutable y defmitivo. La consecuencia estructural fue que el país no diversific6 
su economía interna ni mucho menos ampli6 las perspectivas de su comercio de 
exportaci6n cuando las características sistémicas mutaron sustancialmente. 
Según Puig, s610 la "Tercer Posici6n" confonn6 un nuevo proyecto de po}(tica 
exterior, tan coherente como el de la generaci6n deI '80. El centro de referencia 
ya no fue Gran Bretaõa sino EEUU. Las relaciones con la potencia dominante no 
adoptaron un carácter dependiente sino auton6mico. Esta autonom(a se manifest6 
en forma heterodoxa.' 
La Argentina ha demostrado en reiteradas oportunidades una militancia antiin­
tegracionista y ha procedido con descuido respecto de sus relaciones con el conti­
nente. S610 las uniones econ6micas diseõadas por el Justicialismo significaron un 
replanteo respecto de la presencia argentina en América Latina, aunque no pudie­
ron verse reflejadas en hechos concretos. Frente a esa "tradicional despreocupaci6n 
por d continente no se dejaban de comprobar intentos manifiestos de liderazgo. 
Contra esa intenci6n se interponían los vecinos más poderosos: Chile y Brasil. A 
ellos se respondía con el enfrentamiento o la negociaci6n. 5 
Dice Puig que nuestras relaciones con los Estados latinoamericanos "inclusive 
con nuestros vecinos" deben considerarse desde el ángulo de .Ia po}(tica de poder 
regional y no desde la perspectiva de una solidariedad continental o regional. "La 
competencia con Brasil fue una confrontaci6n de carácter hegem6nico". 6 
* N. da A. Encontramos dos exoepciones: a) relativa correlatividad entre el gobiemo civil de Isabel PeIÓn y 
el proceso de reorganización nacional; b) re~tiva incongruencia entre dos gobiemos militares: "Revolución 
Argentina" - basta Lanusse - se priorizan las fronteras ideológicas, y en el PRN no existen barreras ideoló­
gicas en lo ecollÓmico. 
• Puig, Juan Carlos. La política exterior argentina: incongruencia epidérmica y coherencia estructural. In: 
Puig, J.C. comp. Amhica Latina: po1lticas exteriores comparadas. Buenos Aires, GEL, 1984; Puig, J.C. La 
poIrtica exterior argentina y sus tendencias profundas. Revista Argentina de Relaciones lntemacionales, Bue­
nos Aires, 1(1), ener.-abr. 1975. 
5 Perez LIana, Carlos. La Argentina y la integración de América Latina. In: Puig, J .C., comp. op. cito 
o Puig, J .C., op. cito 
54 R.C.P.3/89 
EI proyecto desarrollista estuvo signado de manera decisiva por los aconteci­
mientos que se suscitaron en el continente en aquellos aóos: la revolución cubana. 
La preocupación por el latinoamericanismo obedeció a impulsos exógenos y pre­
tendió ser usada internamente al exponer el ideólogo deI proyecto (Frigerio) la te­
sis "desarrollo o castrismo". 
La segunda mitad de los MOS '60 pone de manifiesto nuevas condiciones nega­
tivas para los países latinoamericanos. Desaparecida la alternativa de importar cas­
trismo, los regímenes reformistas de la región fueron derrocados. En 1964 se pro­
duce el golpe militar en Brasil y en 1966 en la Argentina. 
Simultáneamente el sistema internacional sufna un importante proceso de trans­
formación. La condición de país periférico y la desactualización en materia de 
marcos de referencia internacional produjeron el fenómeno de "refracción". La 
Argentina seguía observando la "luz" de la guerra fna, ajustando a ella su com­
portamiento, cuando en realidad se trataba de la persistencia de un reflejo de algo 
ya apagado. 
Durante la presidencia deI general Levingston se manifestaron algunos cambios 
en la concepción de la política-exterior, que senan luego profundizados por el ge­
neral Lanusse. 1 
EI gobierno de Lanusse expresará los cambios aI plantear como principio de su 
política internacional la eliminación de las "fronteras ideológicas". Los militares 
que habían llegado aI poder en 1966 expresando su prooccidentalismo estaban 
ahora bajo el apremio de los acontecimientos políticos y económicos internos y 
externos, alterando radicalmente sus posibilidades iniciales, al menos en política 
exterior. 
EI gobierno de Onganía sería el último penodo en el que las relaciones argenti­
no-soviéticas experimentanan contratiempos. En la última etapa de la Revolución 
Argentina se encontraron orientaciones aperturistas: se inician nuevas relaciones 
con los países socialistas. Lanusse sienta las bases fundamentales para la futura 
consolidación de las relaciones con la URSS y las potencias socialistas, teniendo 
en cuenta las características deI régimen argentino - aI cual no podía catalogarse 
como pro-soviético. La détente comenzaba a ser funcional aI régimen interno, el 
cual dejaba de sufrir de "refracción" y por otra parte servía como justificativo de 
la "apertura ai Este", iniciada por hombres de derecha. 
EI gobierno peronista que se inicia en 1973 introduce nuevamente una propues­
ta autonómica. Este enfoque se refena principalmente a las relaciones con EEUU. 
La diversificación de las relaciones exteriores obedecía fundamentalmente a mi­
nimizar la dependencia con las potencias occidentales. EI "Plan Trienal para la 
reconstrucción y la liberación nacional" impulsado a partir dei '73 indicaba que 
"gran parte de los esfuerzos a realizar y de las metas cuantitativas y cualitativas 
tienen su eje en el sector externo, en la misma medida que en él se reflejan las re­
laciones de dependencia que han caracterizado nuestros procesos de desarroUo". 
Se buscaba reorientar el destino de las exportaciones y las fuentes de las importa­
ciones, priorizando los acuerdos de cooperación económica con los países socia­
listas. • 
Sin embargo, luego de la muerte de Perón y durante el gobierno de Isabel 
Peron se definirá un estilo de vinculación con la URSS que luego será continuada 
por el Proceso de Reorganización Nacional· (PRN): el privilegio de los intereses 
agroexportadores. 
1 Perez LIana, C., op. cito 
e Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional. Buenos Aires, PEN, c1ic. 1973. 
Modelos de desarrollo 55 
La dictadura militar instaurada en 1976 proclam6 su vocaci6n occidentalista y 
su adhesi6n aI la doctrina de la seguridad nacional. Si bien la situaci6n parecía 
obviamente negativa para los intereses de la URSS y los países de Europa Orien­
tal, el curso de los acontecimientos pondr(a de manifiesto un panorama muy dife­
rente. Aún cuando el gobiemo militar puso en marcha un período de reajuste, se 
dio luego una expansi6n de las relaciones bilaterales. Confrontados con una críti­
ca situaci6n de balanza de pagos y con dificultades para colocar las exportaciones 
argentinas en sus mercados tradicionales, los militares decidieron intensificar las 
relaciones econ6micas con la URSS y los países socialistas. Mientras se reprimía 
duramente a diversos grupos de izquierda, el gobiemo militar evit6 declarar la ile­
galidad deI Partido Comunista Argentino de tendencias pro-soviética y se abstuvo 
de efectuar ataques verbales contra la URSS. Los soviéticos, por su parte, aparen­
taron ignorar las características derechistas autoritarias deI nuevo régimen. 
El régimen militar no encontraba aliados en el occidente que decía defender 
y sí los hallaba entre los países cuyo modelo societal afinnaba combatir. El en­
frentamiento con EEUU - durante la administraci6n Carter - tenra que ver funda­
mentalmente con: la política nuclear argentina; los derechos humanos; la negativa 
argentina a sumarse aI boicot cerealero contra la URSS y el apoyo aI golpe militar 
de Bolívia por parte de los militares argentinos.· 
La pol1'tica exterior dei régimen militar se caracteriz6 entre otras cosas por la 
existencia de tres niveles de acci6n y decisi6n: la diplomacia militar; el reservado 
al "Ministro de Economía" y el residual en cuanto a temas - el Ministerio de Re­
laciones Exteriores. 
La diplomacia militar tenía a su cargo los temas más importantes de la agenda 
exterior. Los militares no s610 tenían una visi6n sectorial de los problemas sino 
que en algunos de ellosentraban en colisi6n entre sf. Por ejemplo, en Centroamé­
rica, donde las posiciones argentinas eran opuestas a los intereses de los países deI 
Este con los cuales no s610 era importante el nexo comercial sino el apoyo que es­
tos brindaban aI gobiemo militar en los temas de derechos humanos. 1 o 
EI embargo cerealero decretado por EEUU contra la URSS luego de la invasi6n 
a Afganistán brind6 la oportunidad para un inusitado incremento deI comercio ar­
gentino-soviético. 
EI gobiemo argentino si bien conden6 expresamente la intervenci6n armada de 
la URSS no adhiri6 ai embargo. A esa posici6n "autonomista" subyacían proble­
mas concretos vinculados con la estructura deI comercio de granos. EI comercio 
con la URSS fue percibido por el gobierno argentino como una "cuesti6n de so­
brevivencia" desprovista de toda implicancia ideol6gica. 
Hubo un proyecto econ6mico definido que consisti6 en la inserci6n dei país en 
el circuito financiem internacional en momentos en que éste estaba condenado a 
encontrar tomadores de crédito. 
"Así, los esfuerzos de la administraci6n Carter en defensa de los derechos hu­
manos fueron minimizados por los prestamistas privados norteamericanos, quienes 
a través de la inmensa masa de recursos canalizados hacia el país redujeron aún 
más eI margen de acci6n de su gobiemo contra las polfticas represivas dei régimen 
militar argentino" e incrementaron notablemente la dependencia exterior dei 
país. t1 
SI Russell, Roberto. Las relaciones Argentina-Estados Unidos: deI alineamiento heterodoxo a la recomposi­
ci6n madura. In: Hirst, M6nica, comp. Continuidad y cambio ellas relaciones de América Latina y Estados 
Unidos. Buenos Aires, GEL, 1987. 
10 Perez L1ana, C. Comentarios aI trabajo deI Profesor Juan Carlos Puig. In: Puig, J.C., comp. op. cito 
11 Russell, R. op. cito 
56 R.C.P.3/89 
El trasfondo político deI proyecto econ6mico defmido e implementado por el 
PRN no puede ni debe pasar inadvertido. Los sectores internos que se beneficia­
ron con el modelo llevado a cabo fueron en primer lugar el financiero y en segun­
do lugar el agroexportador. 
3. Brasil: coherencia estructural de una pol(tica exterior 
Existen cinco elementos básicos en la política exterior brasileõa, la cual a dife­
rencia de la argentina se destaca por su congruencia y estabilidad. Los factores 
institucional, político, militar e ideol6gico asumen importantes valores en el di­
seno de la poICtica exterior de Brasil, pero es a partir de la crisis deI '29 y la Re­
voluci6n deI '30 que los temas econ6micos van a ocupar un espacio cresciente en 
la acci6n externa brasilenã reforzándose esa tendencia en la posguerra. "El motor 
principal de su actividad diplomática ha sido crear las condiciones externas políti­
cas y econ6micas que aseguren la viabilidad deI proceso de desarrollo.tl 
A comienzos dei los '60 se intenta una política independiente de EEUU pero no 
se cuenta con una base de sustentaci6n econ6mica para lograria. 
En 1964, al iniciarse el regimen militar hay una fractura poICtica y la poICtica 
exterior brasilena reincorpora en su formulaci6n los principios de un aIineamiento 
irrestricto con Estados Unidos. Hay un marcado desinterés por los vecinos deI 
continente y por las naciones en vCas de desarrollo en general, quedando afectadas 
las relaciones con el mundo socialista. 
Hacia 1967 Costa e Silva inicia una revisi6n paulatina de esa política. Pero fue­
ron los cambios producidos en el campo econ6mico ('69-'73) los que establecie­
ron las bases materiales de las principales redefiniciones de la polCtica exterior. 
Fue a través de la diversificaci6n de sus relaciones exteriores en el campo econ6-
mico que Brasil form6 una base material y concreta para la redefinici6n política de 
sus relaci6nes exteriores. Esta diversificaci6n se dio en las áreas de comercio ex­
terior de las inversiones extranjeras y de la captaci6n de recursos financieros deI 
exterior. El objetivo fundamental es elevar la posici6n relativa en el sistema inter­
nacional. 
Hay una ruptura deI alienamiento automático con EEUU. El gobierno de Geisel 
asume un "pragmatismo ecuménico y responsable". Los militares parec(an asimi­
lar los argumentos deI pragmatismo colocando como límite a aquellas cuestiones 
que efl su opini6n afectaban la seguridad nacional. 
ltamaraty tom6 una serie de iniciativas políticas y econ6micas en el plano in­
ternacional que pueden caracterizarse como una "nueva fase" en la política exte­
rior deI país. La puesta en práctica deI proyecto político exterior deI gobierno de 
Geisel debi6 pasar antes por la recomposici6n de la correlaci6n de fuerzas al inte­
rior de la estructura de poder. EI desplazamiento de los sectores más duros dio 
origen, dentro de los propios círculos de poder, a un creciente apoyo y a una pro­
gresiva legitimidad de la llamada "política exterior pragmática".13 
Después de 1978 se pueden constatar cambios de ênfasis, estilo u orientaci6n, 
pero los componentes básicos deI pragmatismo permanecem inalterados. 
Dadas las características de la política exterior brasilefia establecida en 1964, 
estrictamente vinculada a una relaci6n especial con EEUU, era inevitable que el 
12 Ricupero, Rubens. o Brasa e o mundo TW século XXI. São Paulo, 1986. mimeogr. 
n Hirst. M6nica.Transaci6n, democracia y política exterior: la experiencia brasileiia. In: Munoz y Tulcbin. 
comp. Entre la autonomia y la subordinación: polltica exterior de los pafses Iatinoomericanos. Buenos Aires; 
GEL, 1984. T.2 
Modelos de desarrollo 57 
pragmatismo se defmiese - en sus primeros pasos - en términos de oposici6n a aquel 
país. De ahC que ltamaraty ha priorizado las fonnulaciones de "no alineamiento 
automático" y de un "Brasil no satelizable". Las relaciones entre Brasil y EEUU 
constituían de este modo la piedra fundamental deI pragmatismo, tanto en el plano 
militar como en el plan econ6mico. I. 
Durante el gobierno de Figueiredo la táctica fue "reducir los riesgos de futuros 
desentendimientos con EEUU". En el transcurso de la administraci6n Carter las 
divergencias fundamentales estuvieron dadas en los temas como "derechos huma­
nos", "no proliferaci6n nuclear" y "desarme". 
El principal instrumento de aproximaci6n con el Tercer Mundo fue la sustitu­
ci6n de la relaci6n especial con EEUU por una controversia multilateral con los 
países capitalistas avanzados. Esta posici6n se vio especialmente reforzada por la 
activa participaci6n que el gobierno brasileiío procur6 tener en eI diálogo Norte­
Sur. La dimensi6n política de esas relaciones con el Tercer Mundo tuvo que ver 
con el reconocimiento a gobiernos progresistas y el apoyo a movimientos de libe­
raci6n nacional. 15 
Durante la etapa de universalismo de Figueiredo se busc6 el afianzamiento de 
los vínculos con los países avanzados y los países en desarrollo, así como la con­
figuraci6n de una cierta neutralidad ideol6gica. Este último punto se fue expre­
sando a través de dos indicadores: la no discriminaci6n de las relaciones econ6mi­
cas con los países socialistas y comunistas y una tlexibilidad discursiva. 16 
Hist6ricamente las relaciones entre Brasil y los países deI Este europeo han si­
do limitadas. El volumen creciente de transacciones comerciales con los países deI 
Este y con la URSS en especial, se convirti6 en uno de los rasgos característicos 
deI nuevo perfil externo de Brasil. 
4. Reflexiones finales 
La Uni6n Soviética promueve una determinada estrategia de desarrollo en 
América Latina, independientemente de la naturaleza de los gobiernos de los paí­
ses en los cuales dicha estrategia opera y su papel en la política exterior latinoa­
mericana se ha caracterizado por "no traspasar los límites de lo tolerable para Es­
tados Unidos". En cada país los soviéticos privilegian un aspecto de sus relacio­
nes en funci6n de sus intereses generales en el área (y la predisposici6n y recepti­
vidad de cada caso): en la Argentina lo econ6mico yen Brasil los asuntos de polí­
tica internacional-aunque muy relacionado con loecon6mico. 
A comienzos de la década deI '70, en el marco de las relaciones Uni6n Soviéti­
ca-América Latina implementadas por la administraci6n Brezhnev, los vínculos 
con la Argentina evolucionaron hacia niveles de intercambio cada vez más altos. 
La Argentina representa para la URSS un buen ejemplo de c6mo un vínculo co­
mercial puede desarrollarse aI margen de coincidencias ideol6gicas. 
Las relaciones con Brasil han sido el producto de un acercamiento comercial 
creciente que culmina en un tipo específico de vínculos interestatales. Esta especi­
ficidad de las relaciones soviético-brasileiías está dada por la alianza política que 
se abre como "espacio posible" a· ser llenado por una acci6n conjunta en países 
deI Tercer Mundo, tanto en Africa como en América Latina. 
14 Soarez de Lima, Mana & Maura, Gersen. A trajetória do pragmatismo: una análise da política externa 
brasileira. 
15 Hirst, M. Pesos y medidas de Ia política exterior brasileiia. In: Puig, J.C., comp. op. cito 
16 Id. ibid. 
58 R.C.P.3/89 
Durante los gobiernos de Kubitschek, Quadros y Goulart las relaciones con la 
URSS no sufrieron grandes variaciones. No obstante, después de 1964 y producto 
dei anticomunismo de Castelo Branco, tales vínculos comerciales quedaron sus­
pendidos hasta 1966. 
Es a partir dei aceleramiento dei desarrollo industrial brasileõo que la búsqueda 
de mejores y más diversificadas opciones de desarrollo impulsan a su política ex­
terior a solicitar en la URSS aquellos recursos que podCam ser entregados en me­
jores condiciones que otros proveedores y/o compradores. 
Brasil, cuyas relaciones comerciales con la URSS son más equilibradas que en 
el caso argentino, se convirti6 en una contraparte estable de la cooperaci6n sovié­
tica en el Tercer Mundo. Esta nueva forma de vinculaci6n econ6mica entre Brasil 
y la URSS tiene relaci6n con los intereses estratégicos dei primero en su expan­
si6n fuera dei continente - reforzando ampliamente las posiciones africanas de 
Brasil - perfJ.lándose similar actividad conjunta en la regi6n latinoamericana. 
Desde una base comercial relativamente s6lida, pero en la cual no priman los 
intereses econ6micos soviéticos sino su vinculaci6n política con un país que con­
diciona significativamente las relaciones exteriores de América Latina, la URSS 
desempeõa en forma cada vez más sostenida un papel político para Brasil. 17 
En la Argentina, durante las presidencias de Cámpora y Per6n, la estrategia dei 
Ministro de Economía - José B. Gelbard - fue la de impulsar un nuevo modelo de 
desarrollo interno basado en la concertaci6n de los diferentes sectores econ6micos 
y la diversificaci6n de las relaciones con el exterior, en el cualla URSS y los paí­
ses de Europa Oriental jugaron un papel preponderante. El desenlace deI tecer go­
bierno peronista y la táctica implementada por el gobierno militar instaurado en 
1976 pusiéron de manifiesto una realidad visiblemente distinta. El país sufri6 una 
regresi6n hacia el modelo de desarrolIo agroexportador acabado en la crh;is deI 
'30 y la dependencia financiera se hizo estructural. De esta forma, las relaciones 
con los países socialistas s610 se pensaron como mercado alternativo a los tradi­
cionales para los productos primarios nacionales, en un contexto en el cual las ac­
tividades financieras eran el rubro privilegiado. 
Una vez que las relaciones argentino-soviéticas estuvieron relativamente conso­
lidadas, nuevos factores contribuyeron a reforzarlas por el dado argentino. Las 
ventajas econ6micas ofrecidas por los crecientes lazos con la URSS generaron in­
tereses en aumento por parte de poderosos grupos socioecon6micos en mantener y 
expandir las relaciones, especialmente luego que esos grupos comprobaron el de­
sinterés soviético en tratar de promover un giro a la izquieda en la política interna 
argentina. 
l.Cuál es el centro neurálgico que marca la diferencia en las aproximaciones de 
la Argentina y Brasil a la URSS y los países de Europa Oriental? 
EI punto de partida debe colocarse en la divergencia de dos modelos de desar­
rollo que dieron como resultado dos proyectos disímiles de po}(tica exterior. 
EI fin de la República Velha marc6 en Brasil el ocaso de un proyecto que s610 
incluía a los intereses exportadores cafetaleros. Poco a poco, poderosos sectores 
como las Fuerzas Armadas, la Iglesia y la burguesía naciente, fueron incorporados 
a un Estado que asumía cada vez más funciones, mientras el espacio de la socie­
dad civil se reducfa a su mínima expresi6n. 
17 Varas, Augusto. "La Uni6n Soviética en las relaciones exteriores de los pafses latinoamericanos: los ca­
sos de Chile, Argentina, Brasil y Peru". In: Munoz y Tulchin, comp. op. ciL 
59 
La profesionalizaci6n y la coordinaci6n de cada sector en el diselÍo de un pro­
yecto global pennitieron a Brasil un reacomodamiento constante de su poICtica a 
seguir sin mutar lo eseneial de las ICneas directrices trazadas hace 50 alÍos. 
Luego de cotejar en cada caso los costos y beneficios de las polCticas a imple­
mentar, a partir de 1942 y '43, Brasil estructura un esquema cerrado internamente 
y alineado a la potencia hemisférica, pasando a la disociaci6n de lo econ6mico y 
polCtico ya bacia fines de los '50 y a la diversificaci6n de sus relaciones exteriores 
a Imes de los '60. La desideologizaci6n de su polCtica as( como una resignifiea­
ci6n deI concepto de Occidente en los '70 convirtieron a Brasil en el país latinoa­
merieano más innovador en polCtica exterior. 
As(, su apertura hacia la URSS y los países socialistas se produce precisamente 
a partir dei aceleramiento de su desarrollo industrial, buscando diversificar sus re­
laciones exteriores para redimensionar su posici6n en la estratificaci6n internacio­
nal. No se trata de una medida coyuntural ni sectorial. Esta nueva inserci6n "fa­
vorece a Brasil" y como tal a "todos los sectores que participan y se benefician 
deI desarrollo deI pa(s". 
En la Argentina la apertura hacia la URSS se inicia a partir dei impulso de la 
détente (como variable externa) y de un interés sectorial: el de los grupos agroex­
portadores. Si bien en el breve período '73-'74 pudo fonnar parte de un proyecto 
poICtico global estructurado por el Estado, no será éste el modelo triunfante. 
El PRN marc6 a fuego el tipo de inserci6n argentina con la URSS. No fue una 
relaci6n puramente econ6mica. Detrás de los intereses econ6micos hubo un pro­
yecto que diselÍaba un nuevo modelo de paes sobre viejas estructuras. La vincula­
ci6n econ6mica se hizo estructuraImente favorable a la Argentina pero también el 
paes se hizo dependiente de las compras dei mercado soviético. No se busc6 diver­
sificar la estructura productiva y luego las relaciones exteriores. S610 se pens6 en 
hallar un nuevo socio comercial que beneficiara a los sectores privilegiados inter­
nos. Ambos países siguieron políticas exteriores "realistas". Pero en Brasil el rea­
lismo benefici6 ai paes como un todo (evidentemente sin abarcar a los sectores 
marginados), mientras en la Argentina se benefici6 sólo un sector privilegiado yel 
paes intensific6 su de~ndencia deI exterior. 
Cronologfa 
Brasil 
1930 - (Vargas) El Estado absorbe a la sociedad civil, pero incorpora a "todos" 
los sectores con poder. 
1961-4 - Acercamiento al Tercer Mundo. 
1964 - "Alineamiento automático" con EEUU. (Ideologizaci6n). 
1974 - "Pragmatismo responsable" - (Desideologizaci6n de la política exterior). 
1981 - Universalismo/contradicciones "manejadas" con EEUU. 
Transici6n lenta y dirigida. 
1985 - "Democracia o autoritarismo". 
Argentina 
1945-55 - Tercera posici6n (Pernn). Ideologizaci6n con relativo pragmatismo-res­
tringido por condiciones sistémicas (guerra fria). 
1966-71- Fronteras ideol6gicas. Liderazgo regionalautoasignado (ambiciones vi­
zreinales). 
60 R.C.P.3/89 
1971 -Pluralismo ideol6gico. 
Apertura interna. 
1973-74 - Cámpora-Peron. 
"Liberaci6n o dependencia". 
1976 - Alineamiento a EEUU frustrado por Carter, Represi6n interna, pragmatis­
mo econ6mico.1982 - Malvinas - Irrupci6n bacia la transici6n a la democracia. 
1983 - "Democracia o autoritarismo". 
Modelos de desarroUo 61

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