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AMÉRICA LATINA Y EL MEDIO ORIENTE EN EL MARCO ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL DEL SISTEMA INTERNACIONAL CONTEMPORÁNEO 1. Algunas reflexiones acerca de la evolución mundial contemporánea; 2. Breves consideraciones sobre la in fluencia de la política imperialista en las regiones perifé ricas; 3. Algunos datas sobre las vinculaciones políticas de la Argentina con los países dei Medio Oriente; 4. Reflexiones finales. SIL VIA SUDOL'" 1. Algunas reflexiones acerca de la evolución mundial contemporánea La emergencia de dos superpotencias, Estados Unidos y Unión Soviética, luego de la segunda guerra mundial dio origen a lo que 1 aguaribe ha denomi nado "sistema interimperial". Si bien formalmente aparecen como naciones independientes, semejantes a las demás, se hallan dotadas de un potencial económico-tecnológico y político militar que excede el nivel deI resto de los países deI mundo. Las demás naciones surgen como independientes a los fines jurídicos y son consideradas interlocutores autónomos y dotados de soberanía propia en las relaciones internacionales. a pesar de la dependencia tecnológico-económica y político-militar que en mayor o menor medida las caracteriza. Este sistema interimperial implica además la división del mundo en dos áreas de influencia hegemónica y algunos espacios geopolíticos, notablemente en África, que continúan siendo objeto de disputa entre las dos superpotencias.! Este rígido marco de posguerra convertía a los países periféricos en áreas altamente dependientes, con escasos márgenes de salida y fuerte vulnerabilidad externa. La década del '70 dejó traducir ciertas posibilidades de cambio y algunas alternativas que flexibilizaron el régimen bipolar que sostenía aI orden vigente en el sistema internacional. Una serie de cambios sustanciales en la correlación de fuerzas internaciona les en todos los niveles, aunque principalmente en la correlación de fuerzas político-militares entre Estados Unidos y la URSS ya hacia mediados de los '60 había posibilitado el surgimiento de la détente. Esta se encontraba entonces en pleno desarrollo en la década deI '70. >, De la Faculdad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. ! Jaguaiibe, Helio. Hegemonía céntrica y autonomía periférica. In: Hill, Eduardo y To massini. Luciano, comp. América Latina y el nuevo orden económico internacional. Buenos Aires. Belgrano, 1982. p. 18. R. C. pol., Rio de Janeiro, 30(4):55-68. out./dez. 1987 El resurglmlento dentro deI bloque capitalista de otros centros de poder eco nómicos y políticos, como Europa Occidental y Japón, las contingencias susci tadas en el bloque socialista a causa del conflicto chino-soviético (lo cual trajo aparejada da nueva presencia de la República Popular de China como centro de poder en las relaciones internacionales), la agudización de los problemas de la economía capitalista mundial y fundamentalmente el reconocimiento de hecho por parte de Estados Unidos de la fuerza de disuasión nuclear soviética y una paridad en la correlacÍón de fuerzas político-militares entre ambas poten cias, evidenciaban la necesidad de replantear no sólo las doctrinas estratégicas, sino también de implementar nuevas formas de negociación internacional que permitieran ensanchar el espacio político estrecho de fuerzas en el que so habían mantenido las relaciones antagónicas entre el bloque capitalista y el socialista.2 Sin embargo, la evolución dei sistema internacional no se detiene. Por e! contrario, desde la década de! '70 se han comenzado a experimentar con mayor vigor cambios estructurales que demuestran junto a la emergencia de nuevos centros de poder, una estructura internacional más fluída e interdependiente pero la vez más fragmentada e incierta. EI capitalismo en su fase transnacional, característica fundamental en la actua lidad, requiere por una parte una constante superación tecnológica, lo cu aI im pulsa el proceso de aceleración de la historia y por otra parte, frente a esa necesidad de avance tecnológico los países periféricos ingresan ai círculo vicio so dei endeudamiento externo. Si bien el proceso de transnacionalización posibilita un más ancho margen de maniobra a los países periféricos, el Estado deja de monopolizar el manejo de Ias relaciones externas y nuevos agentes comienzan a intervenir en elIas, po niendo en juego recursos de poder no tradicionales, paralizando de esta forma los centros nacionales de decisión en beneficio de esa característica central deI mundo contemporáneo. A eIlo debe sumarse, ya en Ia década dei '80 la vuelta de Estados Unidos a la política deI Gran Garrote, una visión neoglobalista del mundo, con ambicio nes hegemónicas renovadas, la agudización de los conflictos regionales (funda mentalmente Centroamérica y Medio Oriente), el deterioro de los precios de los productos primarios, el ajuste de las políticas proteccionistas de las economías centrales y la pérdida por parte de los acuerdos de productores deI Tercer Mun do (como la OPEP) de la capacidad de actuar en forma conjunta y homogénea. "EI sistema internacional se caracteriza por la distribución individual de poder entre los Estados y Ias relaciones de cooperación, competencia y conflicto que produce este proceso en su dinámica histórica." La distribución asimétrica de poder entre los Estados ha producido histórica mente una relación entre orden y poder en el sistema internacional, gracias a la cual Ia acción conjunta o Ia rivalidad de las grandes potencias estructuran en e! plano mundial un determinado orden (patrón previsible de relaciones).3 Consideremos que el orden vigente en nuestro tiempo se encuentra en crisis y Ia sociedad en un profundo proceso de transición. ~ Pena Guerrero, Roberto. La détente internacional: teoría y realidad. In: Relaciones Internacionales, México, UNAM, (31):113-4. 1983. 3 Lafer, Celso. Reflexiones sobre el tema dei nuevo orden mundial en un orden mundial en tra/lsformación. In: Taguaribe. Helio, comp. La política internacional de los anos '80. Buenos Aires, Belgrano, 1982. p. 292. 56 R.C.P. 4/87 Un ordem que se quiebra, que ha perdido rigidez permite a los menos pode rosos sacar provecho de las circunstancias favorables, sirviéndose de un campo de juego más flexible. Sin embargo, ese orden internacional fracturado refleja aún en la actualidad un esquema profundamente asimétrico que sigue privile giando aI centro con respecto a la periferia. Dadas las características establecidas para el sistema internacional actual, el problema clave que se plantean los países periféricos continúa siendo entonces el acceso a la autonomía nacional como salida de la aguda vulnerabilidad externa que padecen. Sin embargo, en la transición de un orden a otro, producida a largo plazo, junto a las demandas de autonomía nacional, luego de un oscuro período carac terizado por gobiernos autoritarios en no pocos países deI mundo la demanda de democratización es otra expresión clave dentro de ese orden en cambio. Será necesario entonces concretar un reordenamiento en el ámbito interno de los países, intentando a la vez una mayor adaptación a las circunstancias deI mundo moderno. 2. Breves consideraciones sobre la influencia de la política imperialista en las regiones periféricas Los países a estudiar en el presente trabajo (Argentina, Argelia, Arabia Saudí, Egipto, Israel e Irán), revisten en mayor o menor medida la condición de de pendientes, periféricos o subdesarrollados. Los mismos han sido, a través deI tiempo, piezas claves para el interés de la potencia dominante de turno, observándose en todos los casos e1 predominio amplio de Gran Bretana, quien dejó paso luego a Estados Unidos, excepto Ar gelia, cuya potencia colonizadora fue Francia. EI imperialismo británico actuó de maneras diversas de acuerdo a las circuns tancias que se presentaban, ya que tanto Egipto, Irán y Palestina (hoy Israel y partede Jordania) revistieron todas las características de colonia, con ocupa ción política y militar en sus territorios, mientras que en Arabia Saudí actuó ejerciendo amplia influencia en su clase dirigente y en la Argentina, donde el rol de potencia colonizadora lo había desempenado Espana, Gran Bretana bregó fundamentalmente por favorecer sus propios intereses económicos a través de la instalación de ciertas industrias apropriadas para satisfacer las necesidades de su mercado interno (como los frigoríficos) y estableciendo caminos y vías férreas en la clásica forma de abanico con centro en e1 puerto de Buenos Aires, lo cu ai contribuyó a la formación de una estructura imperialista interna carac terizada por la dependencia deI interior (que poco a poco perdió el vigor de sus economías regionales) para con Buenos Aires (que se convirtió en el más fiel aliado de los intereses foráneos). En todos los casos Gran Bretana fomentó la formación de élites desnacio nalizadas, miembros de la oligarquía terrateniente o de las clases dirigentes de las naciones periféricas, funcionales a la tarea de afianzar la condición de dependientes de los países afectados a cambio deI logro de ciertos beneficios personales o de su propio grupo social. Poco a poco el predominio británico fue reemplazado por e1 poder hege mónico norteamericano, lo cual redujo aún más las posibilidades de los países dependientes de abandonar su situación de tales, agravándose el cuadro de América Latina 57 situación si se tiene en cuenta que a partir de la segunda posguerra la otra gran potencia vencedora, la Unión Soviética, se disputará con Estados Unidos el poderío en distintas áreas deI mundo. Concretamente en el Oriente Medio el comportamiento de la URSS implica dos orientaciones generales: la que afirma que su política es de naturaleza esencialmente defensiva (es decir, que esta región no sea utilizada como base de ataque militar o subversión política en su contra) y quienes afirman que la política soviética en el Medio Oriente es ofensiva y tiende a eliminar la influencia occidental en la región.4 Desde el punto de vista soviético la región deI Medio Oriente significa funda mentalmente el acceso inmediato a puertos de aguas calientes (objetivo histó rico de la Rl1sia zarista), alcanzar un camino marítimo a través de los mares :'>Jegro, Rojo y Mediterráneo, que desemboque en el Índico y en el Golfo Pérsico (Árabe), expandirse en la región y provocar la socialización dei mun do árabe.5 Es preciso recordar que la URSS tiene contacto fronterizo a lo largo de la línea sur con grandes países musulmanes (entre ellos Irán), tiene una impor tante cantidad de población perteneciente a la religión islámica y por otra parte (~;e:1!a t:nr.bién con gn:n cantidad de población de origen judío, lo cual provoca no pocas tensiones con el Estado de Israel, que solicita la salida de esos habitantes da la URSS para incorporarIos a su territorio. Precisamente en el momento actual se concretan conversaciones entre funcionarios soviéticos e israeIíes en Helsinki a propósito de ese problema (agosto de 1986). AIgunas tácticas utilizadas por la URSS para ganar influencia en el Medio Oriente (particularmente en los países árabes) son: otorgar avuda militar a sus clientes de la región, ayuda económica (por ejemplo para la construcción de la represa de Asuán en Egipto), Tratados de Amistad y Cooperación (con Egipto en 1971, si bien fue denunciado en 1976; con Iraq en 1972; con Somalía en 1974, denunciado en 1977; con Yemen dei Sul en 1976 y con Siria en 1980). Por otra parte, Moscú ha explotado la cuestión dei colonialismo de Occi dente y el peligro dei petróleo en la región y ha otorgado ayuda militar y diplomática a los países árabes contra Israel. Con respecto ai conflicto árabe-israelí la URSS (ai igual que Estados Cni dos) preparó su plano de paz, publicado en Pravela, el 2 de octubre de 1976 y rechazado por Israel y Estados Unidos. Entre los puntos principales incluye: retiro total de las tropas israelíes de todos los territorios ocupados en 1967, derecho palestino a crear su propio Estado, derecho de todos los Estados deI Medio Oriente, incluído Israd, de vivir dentro de un área de paz y seguridad y en fin dei estado de guerra entre Israel y sus vecinos árabes, agregando luego la libre circulación en el estrecho de Tirán para los barcos israelíes y las garantías soviéticas y nor~eame ricana sobre los acuerdos de paz. 4 Freedman. Robert. La réaction soviétique aux Accords de Campo David. In: Conte, Francis; l'vtarlres, Jean Louis. L'Union Soviétique dans les rélations internationales. Paris, Económica. 1982. p. 464. , Pausanias Michelene, Enrique, Guerra e paz en el Medio Oriente? In: Estrategia. Buenos Aire.,. (23):75-6, jul./ago. 1973. 58 R.C.P. 4/87 "Aunque el plan no prosperó y fue Estados Unidos quien logró imponer su propio plan de paz en la región, luego de los Acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel, los dirigentes soviéticos quedaron más que satisfechos ya que el mundo árabe cond::!nó abiertamente esos tratados (incluída Arabia Saudí). Sin embargo. el resurgimiento deI Islam, que ve en la URSS el símbolo deI ateísmo y el boom petrolero de los afios '70 que permitió obtener grandes ingresos a los países de la región (y adquirir tecnología de Occidente) han debilitado algo las relaciones con la URSS. Además, Estados Unidos y en menor medida China y Francia se han opuesto a los esfuerzos soviéticos por establecer S'J hegemonía en la región. Este ha permitido a los países deI área "juzgar" con los intereses de las po!encias. impidiéndelcs ejerccr influencia preponderante. Si bien luego de Camp David, como reacción a la política norteamericana la URSS había adqui rido mayor preponderancia en la problemática deI Medio Oriente, ha" que tener en cuenta que el Estado soviético más quc artífice de ese cambio fue principalmente espectador exterior. El alejamiento momentâneo de Arabia Saudí de Estados Unidos no signi ficaria acercamiento a Moscú. el apoyo brindado por la URSS a la invas~ión de Yemen deI Sur a Yemen deI Norte fracasaría y la invasión sovi~tica a Aüwnistán marcada el comienzo dc un total l"é'ché'zo hacia :\1oscú Pé)!' parte de ~ los países musulmanes. Además los partidos comunistas árabes cado" vez tuvieron menos influencia y fue prohibido en Irán (con quien la URSS además tiene el problema de las minorías kurdas) y la doctrina marxista es fuerte mente resistida por los países árabes, de gran sentimiento religioso.6 Desde E'I punto de vista norteamcricano es necesario tener en cuenta que su amistad con gran número de países árabes representa, entre otras cosas. 'Ia r,~tención de los grandes intereses petroleros de Occidente, la contención de expansiones soviéticas y la protección de sus comunicaciones con el Lejano Oriente. Los Estados Unidos siempre desempefiaron un rol protagónico en el Medio Oriente, desde las doctrinas Truman y Eisenhawer hasta la suscripción deI Tratado de Paz de Camp David entre Egipto e Israel, en 1978-79, que con sagra su posición de instaurar una paz "paso a paso" en el área. fomen tando de esta forma una mayor desarticulación en el ya resquebrajado mun do árabe. El presidente J ames Carter se erige en artífice y árbitro de los Acucrdos, que traerían aparejado entre otros hechos el asesinato deI entonces presidente egipcio Anuar-as-Sadat y que marcan el fin formal de la guerra entre ambos países pero que no ofrecen ninguna solución concreta aI problema central deI conflicto, este es, la creación de un Estado nacional para el pueblo palestino. Por otra parte el afio '79 condujo a un hecho traumático para Estados Uni dos en el Medio Oriente, ya que se produjo la revolución islámica en Irán, país que hasta ese momento bajo el gobierno dei sha Reza Pahlevi asumía la condición de gendarme norteamericano en la región. Ante estos acontecimientos la política de Ronald Reagan aparecerá comola restauración de los principios clásicos que habían dominado la política exte rior norte americana desde 1947 hasta la distensión. El conflicto Este-Oeste 6 Freedman, Robert. op. cit. p. 467-75. América Latina 59 recupera total vitalidad, siendo eje de la interpretación de los problemas mun diales y prioridad absoluta deI programa. Por lo que respecta a la política hacia el Oriente Medio de Reagan (funda mentalmente en la etapa de Haig) se caracteriza por el mantenimiento de una línea claramente pro-israelí frente a la constante oposición de los parti darios de una actitud más crítica con respecto a Israel (Weimberger, Clark), en el sobrentendido de que tanto una opción como otra se mueven dentro de la pauta bien establecida de la alianza norteamericana con Jerusalén. Esto es observable también en la actitud norte americana ante la invasión israelí aI Líbano (operación Paz para Galilea), la destrucción por parte de Israel deI reactor nuclear iraquí, la anexión de las alturas deI Golán y una postura profundamente contraria a la línea árabe "dura" (con un marcado enfrentamiento con el líder libio Moammar Kadafi). La inflexión pro-israelí se combinó con un aumento espectacular de venta de armas y compromisos militares con países árabes amigos: venta de los A W ACs a Arabia Saudí, suministros militares a Egipto, venta de armas a Jordania, etc? Dado que Estados Unidos niega todo reconocimiento a la Organización para la liberación de Palestina (OLP) como legítimo representante deI pueblo pales tino aparece la llamada "opción jordana". EI presidente Reagan sugiere la creación de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza federados con Jordania, en un intento por continuar con la política "paso a paso". Sin embargo, el rey Hussein de Jordania ha reiterado su apoyo a Yasser Arafat y ha ratifi cado la posición de su país con respecto a considerar a la OLP como única representante de los palestinos. Por su parte Israel considera el apoyo norteamericano entre otras cosas en que "siendo un pequeno país en Oriente Medio representa no sólo la continuidad histórica de la soberanía judía, sino también los valores demo cráticos y civilizadores de Occidente, lo cual Estados Unidos debe garantizar". Además se habla de una afinidad cultural e histórica y resulta destacable senalar que Estados Unidos viven actualmente cerca de seis millones de habi tantes de origen judío, identificados en su gran mayoría con Israel y los mismos son tomados en cuenta por los políticos norteamericanos. Se reconocen también consideraciones que responden específicamente a in tereses concretos de los norteamericanos en la zona. Estos tienen por objetivo neutralizar el avance soviético y la posibilidad de su hegemonía en la región, intentando mantener la influencia norteamericana.8 Finalmente podría afirmarse con Nixon que "determinar quién domina qué en el Golfo Pérsico y en el Medio Oriente es la clave para determinar quién domina qué en el mundo.9 Sin embargo, gran cantidad de elementos se entrecruzan y posibilitan que los actores de la región asuman un rol protagónico en el desarrollo de los acontecimientos. 7 Barros Almazor, Pablo. La política exterior de Reagan-Haig. In: Estudios Internacio Ilales, Madrid, 6(2):407-11, abr./jun. 1985. 8 Ben Ami, Shlomo; Medin, zvi. Historia dei Estado de Israel. Madrid, Rialp, 1981. p. 263-4. 9 Nixon, Richard. La verdadera guerra: la tercera guerra mundial ha comenzado. Barce lona. Planeta. 1980. p. 91. 60 R.C.P. 4/87 Si bien se hallan ubicados justamente en la llamada "encrucijada deI mun do", podrá observarse que de acuerdo a su desempeno en foros internacionales y relaciones bilaterales algunos países poseen cierto grado de permisibilidad internacional (Argelia, Arabia Saudí, Irán). Esto último probablemente los diferencie de alguna manera de la Argentina, quien además de no haber logrado aún un nivel razonable de viabilidad nacional, halla escaso margen de permisibilidad internacional. Además sus relaciones con las grandes potencias (casi en su totalidad con los Estados Unidos) no se reflejan directamente como en el caso deI Medio Oriente, sino fundamentalmente a través de lazos económicos que sujetan las posibilidades de tomar decisiones autónomas y agudizan su vulnerabilidad externa. 3. Algllnos datas sobre las vinclllaciones políticas de la Argentina con los países dei Media Oriente La República Argentina encuentra en el Medio Oriente amplias posibili dades para la cooperación. EI marco político, si bien siempre algo más rí gido que el menos comprometido aspecto económico, presenta algunas alter nativas concretas para el diálogo y las iniciativas conjuntas. Los cinco países deI Medio Oriente que consideramos claves para la polí tica exterior argentina (Arabia Saudí, Argelia, Egipto, Israel e Irán) , con los matices propios que los caracteriza, significan de alguna manera las vías de acceso hacia el Golfo Pérsico (Árabe) y el Norte de África. En principio si se observa la importancia de estas comunidades en la com posición étnica argentina, deI total de población extranjera residente en el país, antes de 1930 deI Cercano y Medio Oriente (fundamentalmente de Siria y Líbano) habían ingresado 12.494 habitantes mientras que entre 1976 y 1980 el ingreso se redujo a 914.\0 Con respecto a la inmigración de origen judío, tuvo gran importancia a principios y hasta mediados de siglo (fundamental mente procedente de países de Europa Oriental). En la actualidad los habi tantes de origen judío representan menos deI 2% de la problación total deI paísY Pese a la paralización de la ola inmigratoria en la Argentina a partir de la mitad deI presente siglo es innegable que los descendiantes de aqueUos inmigrantes, junto aI proceso de asimilación a la scoiedad argentina se sienten también apegados a sus orígenes y constituyen un importante factor de poder en lo que respecta a la elaboración política hacia la tierra de sus antepasados. Cabe agregar a este somero análisis que junto a la preponderancia que está tomando Irán en el aspecto económico para la Argentina (fundamental com prador de arroz) se destaca un importante grupo de inmigrantes de ese origen que se ha establecido fundamentalmente en Buenos Aires durante los últi mos anos. La República Argentina, que ha adoptado para su gobierno la forma repre sentativa, republicana y federal, con un régimen presidencialista y pluralidad 10 Censo Nacional de Población y Vivienda-1980. Serie D, Resumen Nacional, Ministerio de Economía, Secretaría de Hacienda, Buenos Aires, Indec, 1983. 11 Lewin, Boleslao. C6mo fue la inmigraci6n judía en la Argentina. Buenos Aires, Plus Ultra, 1983. p. 319. América Latina 61 de partidos políticos se diferencia de los países analizados en algunos aspectos en su organización institucional. Argelia es una república democrática y popular, cuyo órgano superior de gobierno es el Consejo Revolucionario y el único partido es el Frente de Liberación Nacional; Egipto es una república con sistema presidencialista y el partido político dominante es el Nacional Demócrata (oficialista) si bien exis ten otros; el Reino de Arabia Saudí es una monarquía patriarcal donde no existen partidos políticos, ya que siendo una monarquía absoluta no se realizan elecciones y se rige por la ley coránica; el Estado de Israel es una república democrática parlamentaria, no posee constitución escrita y el parlamento (Knesset) es la autoridad suprema, es pluripartidista si bien casi en la tota lidad de su historia ha predominado el Partido Laborista; Irán es una repú blica islámica cuvo sistema se basa en una organización parlamentaria y se ajusta aI principi~ de división de poderes para la administración deI país, los principios deI sistema gubernamental así como su estructura básica se funda mentan en los cánones islámicos y las órdenes divinas. Israel presenta una situación relativamente distinta a los países que secon sideran en el presente trabajo, ya que el resto de los mismos actúan junto a la Argentina en foros internacionales representativos de los países deI Tercer Mundo. El Estado de Israel, aI no participar de los mismos sólo nos permite un análisis más individual de su relación con la Argentina, así como su desem pefio en las Naciones Unidas. Las relaciones entre ambos países siempre han sido muy buenas. Desde el inmediato reconocimiento por parte de la Argentina aI mismo luego de su creación como Estado nacional hasta los inumerables convenios suscriptos acerca de los más diversos temas y el intercambio de misiones que tratan de intensificar probables campos de cooperación. Las relaciones diplomáticas entre ambos países se establecieron en 1949 y desde entonces se entablaron importantes canales de comunicaciÓn. lndudablemente una de las áreas que se destaca en la relación con Israel es la que se refiere a intercambio científico-tecnológico. La relevancia que este país ha adquirido fue expresada en noviembre de 1985 con la visita de ArieJ Sharon, Ministro de lndustria y Comercio israelí, quien realizó contactos con representantes de distintas áreas nacionales y suscribió con autoridades argentinas un Memorándum de Entendimiento. Otro dado de importancia es la posibilidad de que el presidente argentino, Dr. Raúl Alfonsín, viaje en un futuro próximo a este país deI Medio Oriente. En las Naciones Unidas la Argentina ha adoptado una posición de "equi distancia" en lo referido aI conflicto árabe-israelí, lo cual se traduce en abstenciones ante el tratamiento de la questión y esta misma actitud adopta Israel en lo que respecta a los temas relacionados con la Argentina, específi camente la cuestión Malvinas. Dado el escaso margen que se observa para plantear una relación con Israel en términos más amplios (plano de relaciones multilaterales), se considera que la misma debe ser encauzada como hasta el presente en el contexto de la cooperación bilateral, ya que es allí donde pueden obtenerse resultados sig nificativos. Con respecto a la República Islámica de Irán se observa que en lo~ úl timos afios ha adquirido particular relevancia para el comercio exterior argen tino. Si bien no se puede afirmar que esto se encuadre en un marco estricta- 62 R.C.P. 4/87 mente político, sino preferentemente en una coyuntura positiva para la ex portación de granos argentinos hacia ese país, sí sería Irán quien ubica a la Argentina en un plano político favorable en el corto y mediano plazo. Irán considera, de acuerdo a algunos medios de comunicación argentinos, la posibilidad de estrechar vínculos políticos y culturales con nuestro país. Sin embargo, la guerra que mantiene con Iraq, otra nación amiga de la Argen tina, representa por el momento un alto, ya que la República Argentina se ha pronunciado "neutral" ante la misma y mantiene relaciones amistosas con ambos países. De todos modos han sido insistentes las versiones que afirmaban la venta argentina a Irán de dos fragatas tipo 42, Hércules y Santísima Trinidad, que integran la flota marina de guerra (y como contrapartida la venta de aviones Pucará a Iraq, lo cu ai suscitó polémicas fundamentalmente entre las grandes companías arroceras por temor a perder el importante mercado iraní). La República Islánica de Irán, que estableció relaciones diplomáticas con la Argentina en 1947, integra junto a éste eI Movimiento de Países No Aliena dos. AIlí ambas naciones se enfrentan a los mismos problemas por resolver y si bien las resoluciones de No Alienados se adoptan por consenso, podría sefialarse que la actitud iraní refleja una línea más "dura" que la posición argentina. Con respecto a Malvinas este país apoya con sus votaciones la posi ción argentina. Podría decirse que Irán ha ido avanzando en 10 referido a sus relaciones con la Argentina. Evidentemente aún se encuentra en la fase de afirmación de sus relaciones económicas. Sin embargo, a partir de éstas es posible co menzar a transitar el camino hacia un acercamiento más integral. La República Árabe de Egipto se presenta como uno de los tradicionales aliados de la Argentina en el Medio Oriente, sea por su condición destacada en el mundo árabe o por la continuidad en el nivel de relaciones bilaterales evidenciado a través deI tiempo. Su trayectoria en el ámbito deI Tercer Mundo y su política de neutra lismo positivo erigieron aI Egipto de Nasser en artífice dei Movimiento de Países no Alienados y vocero de las reivindicaciones de los países dependientes. Sin embargo en los últimos afios, entre otras causas, a partir de la firma de los Tratados de Paz de Camp David con Israel, Egipto no sólo fue aislado en el mundo árabe, sino también en todo el Tercer Mundo. Así mismo, las relaciones argentino-egipcias no quedaron aI margen de estas circunstancias y sufrieron un elevado deterioro. Por una parte Egipto solicitó a varies países latinoamericanos, entre ellos a la Argentina, el envio de tropas aI SinaL El manejo inadecuado y la acti tud poco clara asumida por nuestro país provocó evidentemente una fisura en las ya desgastadas relaciones bilaterales. Además, la desarticulación de la política interna de ambos países hacia la década deI '70, el total deterioro de la economía egipcia, que se tradujo en un intercambio cada vez menor, las negativas políticas económicas aplicadas por el gobierno argentino (frente a las políticas subsidiarias de la Comunidad Económica Europea), así como la abstención egipcia en la cuestión Malvinas dieron como resultado, aI arribar a la década deI '80 la pérdida deI mercado egipcio y un deterioro casi total de las relaciones globales. Frente a este desalentador cuadro de situación la Argentina se haIla abocada en la actualidaó a la tarea de recomponer la situación con este país, com América Latina 63 quien se habían establecido relaciones diplomáticas en 1947. Ha sido cubierta la Embajada en El Cairo, que permaneció más tiempo de lo aconsejable sin embajador y se llevan a cabo tratativas a nivel ministerial e inclusive a nivel presidencial. En este sentido, existen posibilidades de concretar una visita deI presidente, Dr. Raúl Alfonsín, a Egipto, quien se reuniría con su par, Hosni Moubarak, lo cual en principio depende de las actividades establecidas en ambas agendas presidenciales. Poco a poco entonces, pueden obtenerse las condiciones favorables para poner en práctica un nuevo acercamiento hacia Egipto. Sin embargo es prioritario que ambos países logren mejorar su situación in terna y obtengan un mayor grado de credibilidad a nivel internacional. Con respecto aI Reino de Arabia Saudí se han producido algunos impor tantes cambios en la última década. EI papel fundamental que va a juzgar el Reino a partir dei boom petrolero. el protagonismo de sus funcionarios económkos. su activa participación en el Fondo Monetario Internacional como uno de los principales acreedores inter nacionales, su posición de potencia mediadora en el Conflicto de Medio Oriente dado el respeto que recibe de los demás países deI área y el rol de impor tancia que asume en el más amplio marco del mundo islámico han permitido que éste vaya a cubrir el vacío de liderazgo que había provocado el alejamiento de Egipto. La Argentina, que estableció relaciones diplomáticas con Arabia Saudí en 1946, mantuvo siempre excelentes relaciones con el Reino. Estas se han refle jado fundamentalmente a nivel económico. Sin embargo actualmente el inter cambio comercial entre ambos países ha descendido, observándose la apertura de una nueva etapa. donde se destaca preferentemente el aspecto político. Ya en mayo de 1985 el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina, Dante Caputo, viajó a ese país, analizando con su par saudí cuestio nes de orden económico, pero fundamentalmente "la situación conflictiva en el Medio Oriente y otros asuntos políticos de interés.12 En julio de 1986 viaja aI Reinosaudí el presidente argentino, secundado fundamentalmente por el Canciller, el Ministro de Economía y el Secretario de Industria y Comercio Exterior. Este es un acontecimiento transcendente, dada la importancia de la dele gación que arribó a Djeddah y también porque ante todo se destacó la idea de "cooperación general entre ambos países". Fueron múltiples los temas que se abordaron y entre ellos se destacan: el conflicto centroamericano y la participación argentina en aI Grupo de Apoyo a Contadora, la evolución de la guerra entre Irán e Iraq, la situación del Líbano y el conflicto árabe-israelí, la posición saudí ante la crisis de la deuda externa (destacándose que este país no tiene la misma posición dura que la mayoría de los países acreadores, siendo uno de los mayores apor tantes aI FMI), la concreción de acuerdos en materia de defensa y más pun tualmente en el plano político que interesa a la Argentina se trató entre los Cancilleres de ambos países la posición de Arabia Saudí en las Naciones Unidas por la cuestión Malvinas. Este país se ha inclinado por la abstención, 12 Caputo regresa a la Argentina. La Razón, 13 mayo 1985. 64 R.C.P. 4/87 ya que considera a ambas partes "naciones amigas", confirmando el Canciller saudí que el Reino no variará su posición. Se destaca también la posibilidad de que ambos países inicien consultas en relación con su participación común en el Movimiento de Países no Alienados con vistas a la próxima reunión cumbre en ZimbabweP Cabe preguntarse si luego de esta importante visita y deI compromiso asu mido por parte de funcionarios saudíes por visitar la Argentina un nuevo rumbo se abre en las relaciones entre ambos países. Es indudable que nuevos campos para la cooperación aparecen a partir de la misma, si bien se necesita tiempo y parmanencia en los contactos para lograr óptimos resultados. Lo importante es que se ha avanzado en la decisión de abrir esta significativa puerta que representa Arabia Saudí en el Medio Oriente. Cabe esperar ahora, continuidad y la mejor predisposición de ambas partes. Finalmente en esta somera referencia a los cinco países en particular corres ponde considerar la situación de Argelia. Es un país que ocupa un lugar destacado no sólo en el bloque árabe, sino en eI Tercer Mundo en general. La República Argentina ha obtenido amplio prestigio a partir de su ardua lucha por la liberación nacional, afirmándose como país con gran personalidad dentro deI Movimiento de no Alineados, con activa participación e importantes iniciativas. Su relativamente estable situación económica, los ingresos obtenidos a partir deI auge petrolero y circunstancias políticas favorables han hecho que Argelia ya no sea un típico país periférico o dependiente, sino que se acerque más bien a lo que podríamos denominar "potencias intermedias" o "clase media de naciones". En la actualidad, habiendo obtenido una neutralidad casi paradigmática para con las grandes potencias, lo cu aI no impide su rol protagónico y activo en las importantes cuestiones que preocupan a los No Alineados, Argelia se ha abocado a concretar un proyecto de modernización de su estructura nacional, par le cual requiere cooperación científica y técnica de países que se hallen en una situación más o menos equivalente a la propia. Argelia se ha volcado fundamentalmente hacia América Latina y en especial hacia Brasil y la Argentina. Nuestro país ha concretado con Argelia hasta el momento algunos Con venios de importancia y se destaca la visita a ese país norafricano deI presi· dente de la nación, Dr. Raúl Alfonsín, en octubre de 1984, quien dialogó con su par, Chdli Bendjedid y deI Canciller, Dante Caputo, en diciembre de 1984.14 Las posibilidades de cooperación con Argelia son múltiples y los puntos de contacto se verifican no sólo a nivel bilateral sino también en los foros inter nacionales. Ambos países participan por ejemplo en el Grupo de los 24, donde se debate fundamentalmente el tema de la deuda externa. Si bien la deuda argelina se estima en 13 mil millones de dólares, gozando esa nación de gran credibilidad, ha adherido a la propuesta final deI Grupo sobre el tratamiento político de la deuda. 13 Acuerdos en materia de defensa y de la deu da con Arabia Saudí. Clarín, 21 jul. 1986. 14 Asistencia nuclear a Argelia. Clarín, 28 mayo 1985. América Latina 65 Además, hay gran cooperaclOn entre las dos Cancillerías en lo referido a no Alineados, consultándose previamente sobre los distintos temas. Con respecto a Malvinas, Argelia siempre ha apoyado la posición argen tina y durante la 40 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas fue uno de los países que apadrinó la Resolución 40/21. Como corolario de esta relación que prospera intensamente (y que se había iniéTado en 1938 con la presencia de un Encargado de Negocios argentino en Argel, elevándose aI rango de Embajada en 1972), se espera para el pró ximo mes de octubro la visita a la Argentina deI presidente de Argelia, Chadli Bendiedid. Pe~e a que la Argentina mantiene buenas relaciones con todos los países tratados en el presente trabajo. podríamos decir que Argelia aparece como aquel que presenta mayores posibilidades para la cooperación en el corto, mediano y largo plazo. Antes de finalizar este punto sobre las relaciones de la Argentina con los países deI Medio Oriente se hará una muy breve referencia sobre las rela ciones militares de no sólo la Argentina con esos países sino de toda Latinoamé rica. y se destaca toda la región fundamentalmente porque se observa un in cremento cada vez mayor de las mismas, que atafie a la Argentina pero también a muchos otros países de América Latina. Es muv importante sefialar que el comercio de armas entre el mundo árabe e Israel y América Latina no obedece sólo a consideraciones económicas, sino que establece complejas relaciones entre el país proveedor y el receptor, traduciéndose en determinados casos en acuerdos de cooperación militar. Israel y Brasil son los principales exportadores de armas deI Tercer Mundo. EI primero suministra material de guerra a naciones de centro y sudamérica. BrasiL por su parte, es un gran proveedor de armamento de los países árabes, con algunos de los países árabes. com algunos de los cuales ha firmado acuerdos de cooperación militar. También la Argentina y Chile vendeu armas aI Medio Oriente. Los más importantes proveedores de armas deI Media Oriente a Amé rica Latina son Israel y Libia. Por otra parte es importante remarcar que Argelia es el primer país árabe en suscribir un convenio nuclear con la Argentina. Junto a el10 se estudia la posibilidad de que la industria nuclear argentina desarrolle un trabajo en un proyecto en Egipto. Es posible afirmar que esos vínculos de tipo militar, la participación de los países mencionados en la venta de armas sea hacia el Medio Oriente sea hacia América Latina. obstaculizan la resolución pacífica de los conflictos y amenazan la seguridad de ambas regiones. Sólo a partir de la reducción de la producción y comercio de armas será posible la solución pacífica de los conflictos. ya que todos los países deI mundo deben tomar conciencia de que con la sola posesión de armamentos convencionales nunca se ganará una guerra en los albores deI tercer milenio (excepto en el caso de un gran desequilibrio militar) y que la utilización de armamentos nucleares significaria la destrucción de la humanidad. Esto es, deben buscarse los canales políticos y económicos adecuados para neutralizar las posibilidades de conflicto y avanzar hacia una mayor inte gración en un mundo cada vez más unido por el proceso de transnacionalización pero cada vez más desarticulado por los conflictos de intereses individuais. 66 R.C.P. 4/87 4. Reflexiones finales EI presente trabajo se ha inserta do fundamentalmente en um marco de rela ciones bilaterales y en algunos casos haciendo referencia aI ámbito de los organismosinternacionales. En estas reflexiones finales trataremos de brindar aI mismo un enfoque más globalizador pero a la vez puntual en algunos aspectos. Dado que el sistema internacional refleja un constante proceso de cambio, los países periféricos deterian planificar y llevar a la práctica nuevas políticas que les permitan hallar las alternativas de reducir su vulnerabilidad externa ampliando sus márgenes de autonomía. Junto a la posibilidad de cooperación bilateral existen foros importantes y representativos de los países deI Tercer Mundo, como e1 Movimiento de Países no Alineados, el Grupo de los 77 y e1 Grupo de los 24 (éstes de carácter económico) y también la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo es evidente que todos ellos necesitan un proceso de reactiva ción, ya que han entrado en los últimos anos en una patética situación de estancamiento. Sus decisiones no ejercen coacción y la mayoría de sus miem bros se hallan frente a problemas concretos, prisioneros de trámites burocráticos y formalismos retardatarios. EI Tercer Mundo mantiene demasiados temas en juego para inclinarse por la opción deI enfrentamiento de sus intereses recíprocos o que es peor por el camino de la inacción. Considerando que los dependientes sólo lograrán aban donar su condición de tales a partir de la toma de conciencia de su situación creemos que este requisito en casi todos los casos ya ha comenzado a to mar vigor. Problemas tales como un nuevo y más amrlio deterioro de los términos deI intercambio, la crisis de la deuda externa deI Tercer Mundo, los conflictos regionales como: Centroamérica, el Líbano, Irán-Iraq, el problema deI Sahara Occidental, la insistencia sudafricana en la aplicación de la política deI apartheid, el sionismo internacional y la nueva carrera armamentista son ejemplos con tundentes de que el Tercer Mundo no podrá resistir demasiado tiempo de subsis tir las características negativas deI sistema internacional actual. La Argentina por su parte deberá definir algunos temas de interés sobre todo para lograr una participación activa en el Movimiento de Países no Alineados. La mayoría de esos países respalda su posición en el tema Malvinas. Sin embargo, nuestro país insiste en un doble juego en su política antártica, ya que mientras reclama soberanía en un sector de ese continente, participa en No Alineados donde sus miembros reclaman que el mismo sea considerado patrimonio común de la humanidad. Por otra parte debe manifestarse más claramente también con respectos a la OLP, quien ejerce la vicepresidencia de los No Alineados. Es indudable que este organismo aI igual que la Asamblea General debe ser revitalizado, pero esto se logrará fundamentalmente a través de la parti cipación activa y el planteo de políticas claras de los países miembros que no sólo requieran el establecimiento de un orden internacional más justo a partir de los discursos de sus representantes sino de una estrategia conjunta que sólo se obtiene a través de un contacto constante y la discusión abierta dentro de un contexto de democracia y participación social. América Latina 67 EI proceso de transnacionalización ha posibilitado el rápido contacto entre los pueblos y los medios de comunicación hacen cada vez más estrechas las distancias. Sin embargo, muchas veces la mala información o la deformación producida por las agencias internacionales de noticias no posibilitan una información eficaz. Por ello, el contacto directo entre los representantes de países con intereses comunes incrementa la interacción horizontal en el Sur y significa la posi bilidad de una posterior información clara y precisa de las élites dirigentes hacia la sociedad civil. Esta, a través de la transparencia du los objetivos de política exterior y la corresponsabilidad en la ejecución de los mismos logrará abandonar la apatía en que se halla inmersa, asumiendo un rol de partici pación y discusión. Deben explorarse las estrategias alternativas hacia una mayor autonomización como vía conjunta de promoción. Tanto América Latina como el Medio Oriente son regiones que no deben permanecer pasivas aI paso de la historia. La posibilidad de cooperación entre ambas puede presentarse pero en ámbitos más constructivos que el estrecho contacto militar que se observa en la actualidad. América Latina en la etapa actual presenta un importante desafío que se expresa en los Tratados de Cooperación entre la Argentina y Brasil. Estes países se convertirán en verdaderos artífices de sus destinos y actuarán como dina mizadores en un proceso hacia la formación de un subsistema regional, si logran un resultado favorable a partir de los mismos. Si estos países logran superar ese desafío, podrían luego incorporarse poco a poco a ese marco otros países latinoamericanos. como ya ha surgido Uruguay. Pero también podrían incorporarse otros países deI Tercer Mundo con caracte rísticas similares (como algunos deI Medio Oriente) lo cual permitirá la for mación de un frente más o menos poderoso dentro de los países periféricos, dependi entes o subdesarrollados a partir deI cual finalmente podría impulsarse un plan más cierto para el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional. Debe tenerse en cuenta la heterogeneidad deI sur, pero también la necesidad de poner en común sus recursos de poder, para lo cual reviste de mayor im portancia la habilidad para despejar y poner en la mesa de discusión los intereses no antagónicos sino comunes de quienes se sumen a proyectos de acciones conjuntas. Es fundamental la coherencia y cordinación entre las res pectivas políticas exteriores en el momento en que se implemente una política comúnY 15 Tomassini. Luciano. Tendencias favorables o adversas a Ia formación de un subsistema regional latinoamericano. Estudios Internacionales, Buenos Aires, (29). 1975. 68 R.C.P. 4/87
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